Al escuchar las palabras de Jen la ranger se limpia las lágrimas de la cara y asiente. Aquel no era momento de ceder ante sus emociones, sino de centrarse en encontrar la solución al laberinto para poder dar con Julian lo antes posible. Devolvió el gesto de su amigue apoyando su mano sobre la de elle, y escuchando las palabras de Rolthos terminó de decidirse.

- Tenéis toda la razón. Está bien... - se dijo más para si misma mientras movía su único brazo completo hacia el orificio, frenándose cuando estaba a punto de meter la mano. Aquello le daba miedo. ¿Y si algo le atacaba? Miró hacia Rolthos de nuevo e intentó aferrarse a sus palabras. Aquella prueba había sido forjada por los guardianes que habían protegido a todo el mundo. Debía confiar. Respiró un par de veces para armarse de valor y tras eso insertó el brazo en el agujero. Su primer instinto fue palpar en busca de algo sólido dentro.

Ante la atenta mirada del resto de los Halcones, Nessa introdujo el brazo en el hueco hecho en la pared de plantas. 

Buscaba y palpaba las suaves hojas en busca de algo que agarrar y casi cuando su hombro tocaba con el muro, encontró una rama que cruzaba verticalmente el espacio. Nessa suspiró armándose de valor y la agarró.Entonces sintió como decenas de brotes se arremolinaban  en su mano y todo su brazo, rodeándola. Instintivamente soltó la rama y los brotes retrocedieron. Pero no sucedió nada más. Volvió a cerrar la mano sobre aquella rama más gruesa y esta vez dejó que las ramas se arremolinaran a su alrededor, cubriendo completamente su brazo, dejándolo atrapado dentro. Las ramas ejercían presión en su brazo, como un vendaje muy fuerte, pero no le causaban dolor. 

Sintió que la rama que sujetaba cedía un poco y pudo girar la muñeca un poco, apenas unos grados. 

El resto observó que parecía que el espesor de los muros e incluso la altura, disminuía un poco. No es que vieran a través del muro ni mucho menos pero daba la sensación de que había menos ramas y hojas conformando el laberintop.   

Aquello era muy extraño, pensó la ranger mientras sentía cómo las ramas se enredaban en su brazo como si formase parte de todo aquel entramado de vegetación. 

Al ver cómo todo aquel entramado se minimizaba, mejorando la visibilidad a su alrededor, les dijo al resto:

- Creo que deberíais ir a vuestros pasillos. Diría que cuando todos estemos enlazados con este entramado podremos ver lo que Diente de Jade y Slykmeduk nos quieren mostrar.

Sobre los gritos y sollozos de sus compañeros, todos sintieron la misma impotencia, rabia y frustración. Todos hicieron la misma pregunta, 

¿Por qué tanta crueldad? 

Todos recibieron la misma respuesta. 

- Porque debo - 

Las visiones desaparecieron, arrastradas por un viento inexistente como si fueran arena o espuma del mar. Volvieron a ver el muro de hiedra, frente a ellos, pero este también desapareció barrido por el viento, quedando todos libres de la presa de las enredaderas, como si nunca hubiera existido. Estaban todos de pie, unos al lado de los otros, en una plataforma de piedra volcánica negra, obsidiana pulida que reflejaba sus formas. A su espalda la extraña escalera natural que habían comenzando a subir desde el río de lava mucho más abajo. 
Frente a ellos, levantándose en medio de la meseta de manera vertical y casi amenazante, una enorme puerta doble de metal negro con las runas que ya conocían. Cruzando las puertas de manera diagonal había cuatro cadenas de hierro negro. Sujetando las mismas, y sujetándose entre ellos, cerrando el paso de ambas puertas, había dos cuerpos prácticamente carbonizados. Un humano y un gnomo. Las llagas y quemaduras de ambos los hacían apenas reconocibles y era imposible que siguieran vivos, no con aquellas lesiones. 

Yaciendo a los pies de la puerta estaba Julian, parecía dormir plácidamente, su rostro apoyado en sus manos y con una expresión de calma en el rostro. 

Dos figuras se materializaron a los lados del médico. 

Dientes de Jade y Slykmeduck aparecieron bajo sus cuerpos. La expresión del pequeño gnomo era casi de disculpa, aunque no podía evitar una media sonrisa pícara. Era difícil pensar que el agonizante y quemado rostro del gnomo en la puerta correspondía a aquella representación casi fantasmal.

El rostro del monje permanecía tan estoico como antes. 

- Debíais comprender - dijo, como toda explicación. 

- Pero habéis pasado la prueba. Pese a la pérdida de amigos, pese al dolor y a sacrificar todo lo demás... habéis perseverado... - añadió Slyk con... ¿orgullo? 

Con las visiones ya desaparecidas, Nessa estaba más que preparada para seguir pidiendo explicaciones a los dos guardianes, pero lo que apareció ante los ojos de los compañeros la frenó de golpe. ¿Así era como habían quedado los verdaderos Diente de Jade y Slykmeduck tras tantos años de agonía en el semi-plano de fuego? Nada de lo que habían visto hasta ahora le había preparado para aquello. Habían visto a Bathia y Sorlg en un terrible estado, sí, pero nunca se habría imaginado lo que estaban presenciando en aquél momento.

- Vosotros nunca dejásteis vuestras propias "enredaderas" ir. Después de tanto tiempo, de tanto sufrimiento, nunca las soltasteis... - La ranger ya tenía el rostro surcado de lágrimas por la visión que había tenido de su hermana ahógandose y de su madre suplicándole ayuda, pero ahora sentía un dolor aún más profundo al contemplar aquella nueva escena - Lo siento tanto. Nadie debería sufrir así, jamás.

Se quedó un instante en silencio, sabiendo de sobra las palabras que debían pronunciar a continuación.

- Sabéis lo que os vamos a pedir ahora. Necesitamos abrir esa puerta, necesitamos que soltéis vuestras enredaderas. Sólo así podremos seguir con la lucha que comenzásteis hace tantos años, y que ahora continuaremos nosotros. 

Ante las palabras de Nessa la calcinada figura de Diente de Jade toma una bocanada de aire. Con una expresión de inconmensurable tristeza Slyk se desvanece y su cuerpo se estremece en un sollozo cuando ambos Guardianes sueltan sus manos. 

Los Halcones corren a sostener los agotados cuerpos de los dos amigos que, pese a todo, no han soltado sus manos. Pese a la extrema delicadeza con la que los arropan, las heridas son demasiado graves, las quemaduras demasiado profundas. 

- Tran... traquilos... - dice Dientes de Jade entre labios agrietados - ... ya.... ya no duele... - 

- Acabad con ellos... - dice Slyk con voz ronca - ... dadle una de mi parte.. - dice amgando una sonrisa 

- Adios amigo... - dice Dientes de Jade mirando al pequeño gnomo - Gracias... por... no dejarme olvidar el sonido de la risa... - 

Con un ímprovo esfuerzo el gnomo se vuelve hacia él. 

- Te veo al otro lado... -

Las últimas energías de los Guardianes se agotan con esas palabras y ambos exhalan su último suspiro. Sus cuerpos yacen en el suelo de obsidiana. 

Las cadenas de la puerta estallan repentinamente en mil pedazos que se desintegran consumidos por un fuego interno. Las runas de la puerta comienzan a brillar con un color rojo, que pasa a anaranjado y finalmente a blanco y la puerta estallla con un resplandor que ciega a todos. 
El lago de lava, muy por debajo de ellos, parece entrar en erupción y estrechas lenguas de magma se elevan hasta ellos. 
Frente a ellos, donde estaba la Puerta, hay un vórtice, del cual, aunque parezca imposible, mana aún más calor. Al otro lado sólo se pueden ver llamas y lava. 
Un fuerte graznido hace que levanten la mirada. 
El Fénix sobrevuela al grupo con sus alas vibrantes de energía. 

Emergrey se posa frente a ellos y contempla con solemnidad los cuerpos de los dos Guardianes. Aletea, agitando los cabellos y ropajes de los Halcones y, con delicadeza, toma los cuerpos en sus garras. Tras una leve inclinación de cabeza hacia Jen, el majestuoso Fénix da un par de poderosos aleteos y se lanza hacia el portal abierto, volviendo a su hogar.
Una gran llamarada refulge al otro al paso del Fénix y el portal se cierra, dejando a los Halcones solos, en lo alto de la explanada de obsidiana. 

La Puerta se ha abierto. 

A pesar de lo terrible de la escena que acababan de presenciar, Nessa consiguió dibujar una sonrisa en su rostro. Porque incluso aunque que aquella puerta hubiera estallado en pedazos significaba que aquellos a los que los guardianes habían encerrado estaban cada vez más cerca de poder liberarse, al menos Slykmeduck y Diente de Jade ya podían recibir el descanso y la paz que se merecían. La ranger se imaginó a la honorable Bathia y al gigante Sorlg recibiendo al monje y al pícaro con brazos abiertos, en algún lugar diametralmente opuesto a los semi-planos donde habían estado encerrados los últimos veinte años. Aquello no borro el dolor que Nessa sentía, pero si que le hizo sentir un poco de esperanza. Si los dioses eran justos y generosos, aquella escena que había dibujado en su mente estaría sucediendo ahora, y se repetiría de nuevo cuando abriesen las siguientes puertas, con más protagonistas.

Aunque el tiempo apremiaba, dedicó unos instantes a contemplar a sus amigos, a acercarse a Julian para asegurarse que el doctor estaba bien, a entrelazar su brazo con el de Vraak. Unos instantes de calma antes de lo que estaba por venir. Debían buscar a Idab para que les llevase a la puerta que conduciría al siguiente semi-planos. A los siguientes guardianes. ¿Estaría esperándoles Shideh allí?

Al cabo de un tiempo prudencial dijo:

- Debemos continuar camino. ¿Bajamos de la misma forma que subimos? ¿Magia de polimorfia de Jen para que nos lleve a algunos, y el resto van con Casper?

Rolthos observó cómo el Fénix, Emergrey, se elevaba majestuosamente con los cuerpos de Dientes de Jade y Slykmeduck, su brillo extinguiéndose en el portal. Un silencio pesado cayó sobre la plataforma de obsidiana, interrumpido solo por el rigido de la lava burbujeante.

La mente de Rolthos estaba aturdida por una avalancha de emociones. La rabia que había sentido por las crueles pruebas impuestas por Dientes de Jade se mezclaba con una profunda tristeza por el sacrificio y sufrimiento de los Guardianes. Sus métodos habían sido duros, incluso despiadados y Rolthos no sabia si habian sido mas una prueba destinada a que los halcones aprendieran algo o para que los guardianes confiasen en ellos y dejasen de soportar la enorme carga sobre sus hombros. En cualquier caso la leccion mas importante era la inspiracion de los dos heroes les habian proporcionado. Ni dejarse llevar por la despeperacion ni abandonar el buen humor.

Viendo que Jen se habia ocupado de Julian, Rolthos escucho a Nessa. Cada paso hacia esta puerta había sido una prueba de su valor, de su resistencia, y de su voluntad pero al final habian acabado otro estadio en su camino.

- Hemos pasado la prueba y abierto la puerta. No dejaremos que el sacrificio de Dientes de Jade y Slykmeduck sea en vano, sigamos adelante, antes de que la efreeti aparezca por alli... ?Necesitamos descansar?

A le barde le da un vuelco el corazon cuando ve a Julian ante las calcinadas figuras. Quizá ha ocurrido lo peor?? No, no, ha respirado, está vivo. -ILYA!- Habrá llegado a ver los cuerpos de los heroes? Mejor que no. Espera que no.

-Lo siento, lo siento- es lo único que puede decirle a los heroes. Que terrible castigo, verse consumidos por el fuego hasta tal punto que este había traspasado la barrera de lo físico. Y ellos habían llegado con el alma también envuelta en llamas, llamándolos de todo menos bonitos, y ya no sabe si ha ocurrido todo en su cabeza o llegó realmente a vocalizar la retahila de insultos. No importa. -Lo siento- Ahora están aquí, y los guardianes ya descansan. 

La llamarada que es Embergrey aterriza junto a ellos y Jen no puede evitar aliviarse. Si, el fuego mata, pero también sana. La magnífica criatura es prueba de ello. -Cuidalos.- Le dice al Fénix -Te llevaré siempre conmigo, Agni- Le tiembla el labio unos instantes. Quiere preguntar si se volverán a ver, pero la pregunta se desvanece en sus labios. La respuesta es un si, claro como el día. -Hasta pronto.-

Tras unos instantes en los que solo resuena el magma en el ambiente, Nessa es la primera en hablar. Jen asiente -Si, es una buena idea. Bajemos con cuidado.-

La vuelta a la embarcación se hace más corta de lo esperado. Ya sea porque la bajada es más sencilla o porque no tienen la omniosa presencia del vacío sobre sus cabezas, o porque sus corazones son más leves ahora que han conseguido completar una tarea más. 

Oswald Glimfeather Tercero no ha abierto el pico desde que vieron a los Guardianes. Y los compañeros respetan su mutismo. 

Encuentran a Idab donde le dejaron. 

- Debo asumir que habéis tenido éxito. Hasta yo puedo sentir las energías del semi-plano revitalizarse. ¿Dónde queréis ir ahora? - 

- Necesitamos pasar al siguiente semi-plano, ya sea el de tierra o de agua - responde Nessa con un leve encogimiento de hombros. Teniendo en cuenta cómo habían sido el de aire y el de fuego, casi le daba igual uno que otro. Con toda seguridad, ambos serían extremadamente peligrosos - Idab, tú sabes donde están los accesos a los mismos, ¿verdad? ¿Están lejos? No sé que opinaréis el resto, pero yo quizá iría al que estuviese más cerca. Necesitamos irnos de aquí cuanto antes. 

Rolthos asintió a Idab. - Asi es... y si salgamos de este plano con presteza.  

El paladín reflexionó en voz alta:

- No podemos estar seguros de si habrá tierra firme en el semiplano del agua, pero, en cualquier caso, nuestros conjuros pueden ayudarnos a adaptarnos a las condiciones que encontremos. Podríamos prepararnos mejor almacenando los conjuros en los anillos, aunque quizá no sea necesario. Por otro lado, no me gusta ir sin armadura; seguro que me hundo en algún charco...

Continuó, dirigiéndose al grupo:

- Nos enfrentamos a grandes desafíos en ambos semiplanos. En el semiplano del agua, las dificultades son más evidentes, pero contamos con algunas medidas para mitigarlas. Sin embargo, en el semiplano de la tierra, los problemas que tendremos son una incógnita. Es posible que encontremos información o recursos en el semiplano del agua que nos ayuden a enfrentar mejor el semiplano de la tierra más adelante. Quizás sea mejor ir al plano del agua primero. ¿Qué opináis?

Nessa asiente al paladin.

- Me parece bien, Rolthos. Procedamos así. Me preocupaba como nos podíamos manejar en caso se necesitar respirar bajo el agua, pero como dices, el anillo de Julian y el que nos han dejado Diente de Jade y Slyck no tendremos tanto problema.

La joven miró con pena a los objetos que había quedado tras la desaparición de los dos guardianes:  un nuevo anillo capaz de almacenar conjuros, una magnífica daga, las vendas del monje y una capa a la que la cabeza de Cruços ya le estaba dando múltiples usos. Tomando la daga, dijo:

- Les daremos una, y muchas más, de vuestra parte - dijo la ranger, usando las palabras del propio gnomo antes de desaparecer.

El trayecto hasta la puerta del semi-plano del agua lo hacen prácticamente en silencio, reflexionando sobre lo acontacido en la Puerta y con los Guardianes y hablando en voz baja examinando los objetos que estos les han dejado para continuar la lucha. 

Finalmente Idab guía la barcaza hasta un islote de piedra negra en el que puede verse unas escaleras talladas que llevan hacia el interior de la misma. No es una subida muy pronunciada, apenas hay una docena de escalones, pero es un cambio agradable en lugar de tener que escalar con sus manos desnudas. 

No hay un camino propiamente dicho, pero si pueden seguir una especie de sendero en la que hay menos rocas y piedras. El camino les lleva hasta una ligera depresión circular en la roca. Dos braseros de hierro apagados actúan como una suerte de entrada a la misma. En el centro ven un símbolo grabado en el suelo. Un cuadrado hecho con una aguamarina pulida.

- Yo no podré seguiros ahí - dice Idab. - Pero sabed que si nuestros caminos vuelven a cruzarse no olvidaré mi deuda - 

- Hahahahaha - la risa es sincera, musical Todos se giran para ver a Sidhe caminando hacia ellos. Lleva un vestido dorado que insinua más que cubre - Es fácil hacer promesas que uno sabe no va a tener que cumplir... shhh shh calma calma - dice levantando las manos cuando ve que los Halcones llevan las manos a sus armas - No ha llegado el momento de vuestro castigo.. aún... Jen queride... apestas a ese pajarraco... que depeción... - mira de arriba abajo a Jen y con un mohín se vuelve hacia el resto como si le barde fuera invisible. Se sienta en una de las rocas cercanas.

- Asi que este es vuestro plan... ir abriendo todas las puertas para pasar de nodo en nodo... ¿ y luego ? - 

Tras un leve cabezeo de agradecimiento a Idab Rolthos fijó su atención en la effretti, mirandola con determinación pero evitando fijar la mirada en las voluptuosas formas apenas ocultas tras las insinuantes ropas. Su voz, firme y serena, resonó en el abrasador aire repentinamente cargado de tensión.

- Sidhe, tu presencia aquí no altera nuestros designios. Sabemos que cada puerta nos enfrenta a un desafío, y estamos preparados para encararlos, uno a uno, hasta cumplir con nuestra misión. Tus sarcasmos no nos amedrentarán.

El paladín aflojó ligeramente la mano de su glaive, sin bajar la guardia, consciente de que la palabra de la effretti podía ocultar cualquier artimaña.

 - Cada puerta que abrimos es un paso más hacia la raíz del problema. Sólo atacando el origen encontraremos la solución. No tememos lo desconocido, ni tus veladas amenazas, ni los sacrificios que nos aguardan. - Pronunció las últimas palabras con la férrea aceptación de un destino fatídico que no descartaba.

- Abnegado y valiente... es una verdadera lástima que no hayas querido... ser más cercano... aún podemos averiguar si le pones tanto empeño a todo lo que haces... - la effreti se pasa la lengua por los labios mientras mantiene la mirada fija en Roltos. 

- En cualquier caso. A estas alturas no descarto que consigais abrir las puertas de los otros dos semi-planos... al fin y al cabo ya habéis conseguido liberar dos... por no hablar de mi palacio... - frunce el ceño ligeramente. - Pero ¿ porqué no os paráis a pensar un poco querides? Sabéis que todos los nodos están interconectados y que, una vez abierto uno de ellos podéis ir a cualquiera de los otros, pero... ¿Habéis visto alguna forma de regresar al Templo? - 

Nessa no se sorprendió lo más mínimo por la aparición de Shideh, pero sí se llevó la mano a Susurro, la daga que había pertenecido anteriormente a Slyckmeduck. Las dos plumas de cuervo que colgaban del mango acariciaron la mano izquierda de la ranger mientras la effretti hablaba y Rolthos le respondía. Exrañamente, no parecía dispuesta a la batalla, sino al dialogo. Aún así, la joven se unió a la conversación con cautela.

- No, lo cierto es que no sabemos aún cómo regresar al Templo. Pero imagino que si estamos hablando de este tema es porque sabéis algo al respecto. ¿Lo compartirás con nosotros? - "Aunque, ¿a qué precio?", pensó, pero Nessa no verbaliza esta última pregunta. No le cabe duda de que Shideh expondrá sus condiciones tarde o temprano.

Rolthos sintió cómo se le acaloraba la cara, pero se mantuvo en silencio, agradecido de que Nessa hubiese intervenido. Aunque deseaba reafirmar su posición, decidio esperar a escuchar la respuesta de la effreti.

Sidhe sonrió como el gato que se acababa de comer al ratón. 

- No podéis. No hay salida desde los nodos hacia el plano material. Estáis atrapados para siempre. - dice con satisfacción - A menos... que alguien os ayude a cruzar a uno de los planos elementales cuando las puertas se abran... y podáis cruzar desde ese plano al plano material de nuevo... - 

Rolthos apretó los dientes, tratando de mantener la compostura ante la satisfacción evidente de Shideh. Con una mirada firme y un tono que mezclaba desafío, diplomacia y resignacion, respondió:

 - Pues, estoy seguro de que tú podrías ayudarnos a cruzar a uno de los planos elementales. Después de todo, tender puentes en pos de nuestra futura amistad bien meritorio es ¿no crees? - Rolthos intento sonar lo mas serio posible.