Le barde se deja llevar, su corazon ligeramente aliviado de, por fin, haber encontrado al menos a un grupo con semejanzas al suyo (y con un poco de cordura!)
- ¿Podemos preguntaros más sobre el moemnto en el que todo cambió para vosotros? Cuando os arrojaron aquí? - Le comenta a la Drow- Disculpad por nuestra curiosidad pero todos los datos posibles pueden ser cruciales en nuestra mision, tanto dentro como fuera del templo. aunque no lleveis cuenta del tiempo, seguro que recordais cambios significativos que hayan sufrido estos semiplanos. Hitos que hayan sacudido esta realidad. Quizá nosotros podamos ponerles fecha, y nos ayude a construir una linea de eventos que relacionen lo que ha pasado aquí, con lo que está pasando en el exterior.
Ah! quizá deseeis que os contemos detalles de la situacion actual fuera del templo? No se si lo considerariais interesante, o solo un vestigio de un pasado al que no quereis mirar.
- ¿Aún se sigue luchando? -pregunta Drunik - Supongo que tras tanto tiempo la batalla o se ganó, o se llegó a algún tipo de tablas. Pero cuando se cerraron los planos todos sospechamos que la batalla se ganó... -
- La batalla se ganó, aunque a un alto precio - Nessa interviene para responder a Drunik - Nueve héroes se internaron en lo más profundo del Templo para acabar con quien comandaba sus huestes. Cuando se encontraron con ella - con Zuggtumoy - entendieron que lo único que podían hacer era contenerla y pagaron el precio con sus vidas. La sellaron en el templo, y como consecuencia, bloquearon los portales que permiten viajar de un semi-plano a otro, o salir al mundo material. Mi maestro fue el único que sobrevivió a aquél encuentro. Sus compañeros, sin embargo, siguen luchando a día de hoy para mantener cerradas las puertas de los semi-planos. Puertas que nosotros necesitamos abrir ahora.- Nessa se detiene en ese momento, consciente de que quizás esté revelando demasiada información demasiado pronto. Con un gesto de disculpa continúa - Pero quizás sea mejor hablar de todo esto en presencia de Nerida.
Aun así, Nessa termina diciendo:
- La batalla se ganó, Drunik, y hubo paz durante veinte años. Pero el Templo ha vuelto a activarse, y esta una de las razones por las que nos internamos en él, y acabamos accidentamente aquí.
Cuando Lar cuenta su historia, la ranger no puede evitar sentir una cierta compasión por ella. Desde luego no es como se habría imaginado a ningún drow - y menos siendo mujer - tras todas las historias que había oido a lo largo de su vida. Pero si como parecía había sido capaz de encontrar la redención, desde luego, le dejaba una buena sensación. Era una verdadera desgracia que hubiera tenido que encontrarlo en aquél lugar.
Rolthos esbozó una leve sonrisa al percibir el alivio de Jen al encontrarse con un grupo amistoso. Compartía su esperanza, pero en su interior resonaba la advertencia de las falsas promesas que les había hecho la effreeti en el plano de fuego. Aun así, respondió a Lar con calma y solemnidad:
- A veces, la luz se encuentra en los lugares más oscuros. Que tu historia sirva de inspiración, no solo para nosotros, sino para todos los que han sido atrapados aquí.
Con un gesto decidido, Rolthos siguió al trío de recién llegados, navegando las profundidades de la inmensidad del agua. Mientras, reflexionaba sobre la gravedad de su situación. Al escuchar la narración de sus compañeros, añadió con voz firme:
- El sacrificio de los héroes logró encerrar a Zuggtmoy, pero también a Iuz. La prisión que se diseñó no estaba preparada para contener a ambos demonios, y los cultistas en el exterior han debilitado las puertas con el tiempo. No sabemos aún cómo proceder, pero sí sabemos esto: la cárcel está colapsando, y desde aquí dentro no podremos detener lo que se avecina. Debemos salir para enfrentarnos a ello.
Negó con la cabeza, su tono grave reflejando la desesperación que intentaba contener. Finalmente, volvió su mirada hacia Drunik y sus compañeros, hablando con convicción:
- En este plano, debemos encontrar a los guardianes. Estoy seguro de que sabéis dónde están. Los héroes que dieron sus vidas para contener a Zuggtmoy, nos dejaron un legado que… debemos asegurarnos de que su esfuerzo no sea en vano.
- Dejáis en mi una sombra mayor que el alivio de saber que el Templo fue derrotado - dice Drunik al escuchar a Nessa y Rolthos y su gesto se ensombrece un poco.
- Conocemos la Puerta- dice Lar - aunque nunca nos hemos acercado. Empiezo a hacerme una mejor idea de qué es lo que pasó gracias a vuestro relato. Sin duda Nerida podrá aconsejaros mejor que yo.. ah, ya estamos llegando -
Los Halcones comienzan a ver algo que no habían visto hasta ahora. Vida. Primero, pequeños bancos de peces, luego cada vez más. Según se van acercando a una pared similar a la que ya vieron, comienzan a aparecer más y más criaturas marinas. Reona tira de Jen para ir a nadar con una familia de delfines que la saludan juguetones y se acercan a Jen curiosos, haciendo agudos sonidos de bienvenida. La roca en esta ocasión no parece tan amenazante ni ominosa. Quizá porque aquí el agua es algo más cálida y, por alguna razón, hay más luz a su alrededor. Esta cubierta por corales de varios colores, anémonas de colores pastel contienen peces de colores entre sus hermosos brazos. Bancos de peces de colores, medusas, alguna tortuga nadan cerca de la pared.
Sus guías les llevan hacia la izquierda, descendiendo un poco y pronto encuentran la entrada de una gruta cubierta por algas y corales. Les llevan dentro y al cabo de unos cien pies el túnel se abre a una gruta que tiene una abertura circular en el techo por la que entra algo de luz. Algunos túneles se abren a lo largo de la circular gruta. El interior está cubierto de algas y corales, el suelo es de fina arena blanca y justo bajo el círculo del techo hay una piedra plana rectangular, rodeada de algas que se mecen levemente por la corriente. Alli, cómodamente recostada entre el verde musgo que cubre la roca, hay una anciana sirena. Su cola de color azul cobalto, muestra signos de edad y aunque aún es hermosa algunas escamas muertas apagan su brillo. La parte humana de la sirena muestra los mismos signos de envejecimiento. El pelo, largo y suelto que flota a su alrededor cuando se gira para mirar al grupo que se aproxima, es completamente blanco. El rostro está lleno de arrugas, pero tiene un gesto afable y al sonreír al ver a sus amigos aproximarse con los Halcones a Jen le recuerda a aquella anciana mujer que encontró cuidando de unos huérfanos. Los ojos verdes de la anciana sirena, sin embargo, brillan con lucidez, inteligencia y alegría. Despacio, pero contenta, se eleva de su reposo para recibirlos.
- Lar, Durnik, Reona... habéis vuelto sanos y salvos... me alegro tanto... - Reona se lanza a los brazos abiertos de la sirena y Nerida ríe y corresponde al abrazo de la muda druida. Cuando se separan se dirige a los Halcones. - Y los habéis traído. Bienvenidos bienvenidos por favor, sentíos como en vuestra casa en mi morada. Soy Nerida, una vieja sirena atrapada en este horrible lugar. Por favor, sentaos, sentaos. -dice extendiendo la mano y señalando pequeñas rocas cubiertas de musgo que están alrededor de donde ella estaba descansando. Jen se da cuenta que entre los dedos, la sirena tiene una membrana que le ayuda a moverse por su medio natural.
Nessa no sabía muy bien que esperar. Desde luego, había leído libros y escuchado cuentos en los que se hablaba de las sirenas, bellas y peligrosas criaturas que embelesaban a los marineros para hacer que sus bancos encallaran. Pero ninguna de las descripciones le habían preparado para encontrarse frente a frente con Nerida. Por mucha edad que tuviese, emanaba una hermosura patente, que ninguna de sus arrugas hacía de menos. El hecho además de que les mirase con una sonrisa cálida no hacía más que aumentar la sorpresa de la ranger, que simplemente siguió las indicaciones de la sirena para sentarse en una de las rocas, no sin antes inclinarse ante ella.
- Estamos muy agradecidos por la ayuda que nos habéis brindado, y por acogernos en su hogar. Empezábamos a pensar que no habría ningún lugar seguro en este semi-plano. Mi nombre es Nessa, y es un placer conocerla - dijo, presentando después a todos sus compañeros - Imagino que habéis construido este lugar vosotros mismos. No me imagino que existiera una cueva así de bonita y cuidada antes de vuestra llegada aquí. - añadió con una sonrisa.
Tras las introducciones, Nessa:
- Vuestros amigos nos han informado de que deseais abandonar este lugar y volver a vuestro lugar de origen. Creo que podremos ayudar, pero antes, ¿como acabasteis aquí Nerida? Si no es indiscreción, desde luego.
Rolthos observó el pequeño oasis de paz que se abría ante ellos, un respiro inesperado en medio de aquel plano oscuro y hostil. Le recordó, inevitablemente, a la isla de seguridad que Sideth les había ofrecido en el semiplano de fuego. Las similitudes no podían ser ignoradas, aunque esta vez algo era diferente. Había una calidez genuina, una atmósfera acogedora que contrastaba con la calidez artificial de aquella experiencia pasada. Aquí no percibía señales de coerción ni rastros de encantamientos ocultos, pero aun así decidió mantenerse vigilante mientras otorgaba el beneficio de la duda. Con una inclinación de cabeza, habló con cortesía:
- Reitero el agradecimiento de Nessa, por la ayuda y por la hospitalidad... y no puedo evitar expresar mi admiración. Crear un refugio de paz y tranquilidad en un lugar como este no debe haber sido fácil. Habéis logrado algo notable aquí. - Su mirada se endureció levemente al hacer la siguiente pregunta, dejando entrever, a pesar de intencion de dar el beneficio de la duda, la desconfianza que aun sentia. - Sin embargo, debo preguntar… ¿cómo habéis conseguido mantener al aboleth a raya? Un ser como ese no se detiene fácilmente, y un oasis como este debe ser un faro que atraiga su atención constantemente.
- Gracias por vuestras amables palabras - responde la sirena con una voz musical y agradable. - Respondiendo a tu pregunta Nessa, cuando se creó este terrible lugar extraplanar me vi arrastrada al mismo y quedé atrapada. Veréis cuando estos semi-planos fueron creados en realidad fueron arrancados violentamente de sus planos originales... Espero que entendáis lo que quiero decir, disculpadme desconozco cuánta formación arcana tenéis, no pretendo ofenderos por supuesto. La cuestión es que mientras el Templo estaba en su máximo esplendor, sabía que no podría escapar, asi que decidí protegerme lo mejor posible y ayudar a aquellos que podía ayudar. Como bien decis, construir este lugar y mantenerlo no ha resultado fácil, no sólo por Soschna, si no por otras criaturas terribles que moran en este lugar. Intuyo por esas marcas en vuestros cuerpos -dice mirando a Nessa y Jen - que os habéis topado con alguna. Me alegro que hayáis podido escapar de Nakrathel. - hace una pausa y suspira, su rostro se entristece mientras habla - Pero mantener este lugar ha costado muy caro a lo largo de los años. Hemos perdido a algunos amigos en la lucha... -mira hacia la parte de atrás, donde, ahora que se fijan, puede verse al menos tres tumbas creadas con piedras superpuestas. El rostro de Lar, Durnik y Reona también muestra algo de tristeza. - Pero honramos su sacrificio manteniendo la lucha. Pero decidme, por favor ¿Cómo habéis conseguido entrar? ¿Podéis hacernos salir a nosotros? ¿Podéis abrir la Puerta? -pregunta esperanzada.
- Siento mucho todo por lo que habéis pasado, y lamento vuestras perdidas - comienza Nessa, dirigiéndose no solo a Nerida, sino también a Lar, Durnik y Reona. Antes de responder a su pregunta añade - Hay mucho que debemos contaros.
Nessa explica entonces a la vieja sirena lo mismo que han contado a sus rescatadores: cómo terminó la guerra de hace más de veinte años, sobre Zuggtumoy y cómo los Nueve actuaron para contenerla en el Templo, cómo Iuz fue atrapado junto con ella. Cómo los Halcones se internaron en el Templo cuando volvió a dar muestras de actividad, y como terminaron en el semiplano de aire.
- Desconocíamos mucho de esto cuando nos internamos en el Templo. Y lo que está sucediendo en el plano material ya no es solo que el Templo haya resurgido de nuevo, sino que un poderoso hechicero, Zalphiros, está comandando a la Cacería Salvaje para sembrar el terror allá donde pisa. Son dos malas combinaciones a las que hacer frente. Precisamente nos internamos en el Templo por sugerencia del último de los Nueve para recuperar sus armas y que esto ayudará a terminar con la amenaza de Zalphiros - en este momento hace una pausa, bajando los ojos antes de continuar - Lo que no sabíamos era que para obtener estás armas, acabaríamos teniendo que abrir las puertas de los semiplanos que están guardando los ocho héroes, y con ello terminar volviendo a liberar a Zuggtumoy y a Iuz. Es un alto precio, pero uno que debemos pagar para poder volver al plano material y ayudar en la contienda. Quién sabe lo que habrá pasado en los días que llevamos aquí encerrados.
Nessa termina de contar el resto de su viaje, mencionando a Asrem, Sorlg y Bathia, Shideh y Diente de Jade y Slickmeduck, los dragones y los gigantes.
- Necesitamos encontrar a los héroes de este semiplano y pedirles que desbloqueen la puerta. Y luego hacer lo mismo en el semiplano de tierra. Tras eso ...- Nessa no termina la frase. Tras eso, la prisión de Zuggtumoy e Iuz quedaría abierta.
Las caras de la vieja sirena y de los refugiados son de clara preocupación ante lo que narran Nessa y los Halcones.
Se produce un silencio mientras todos ponderan las noticias.
- No podéis hacerlo -rompe el silencio Durnik - No podéis fundir el martillo para tener hierro con el que trabajar en la forja.Sé que es duro, sé que mucha gente está sufriendo por el ataque de ese Zalphiros y sus cazadores... pero no podéis hacerlo. Liberaréis un mal mucho mayor sobre Oerth. Por lo que contáis Iuz ha detenido sus guerras desde que se selló el Templo. Y eso parece que es gracias a que está encerrado aquí con Zuggtumoy... no podéis hacerlo - repite negando con la cabeza, su tono de voz claramente afectado - Odio ser yo quien os lo diga, sé que es duro, pero no podéis continuar. Tenéis que tener fe en que las personas que están luchando contra ese nigromante logren derrotarlo, y... - les mira a los ojos con gesto grave - aceptar vuestro destino aqui. No podéis hacer que el sacrificio, no sólo de los Nueve, si no de todos los que lucharon y murieron para acabar con el Templo y este frente de las Guerras sea en vano. No podéis liberar a Zuggtumoy e Iuz de nuevo en el mundo, las consecuencias serían mucho peores que lo que está haciendo Zalphiros. No es justo. No sabíais dónde os metíais, y haber sido transportados a los semi-planos antes de poder averiguarlo no lo hace más fácil. Pero... tenéis que entenderlo. -
Rolthos intervino. Su voz, tranquila pero cargada de un sutil sentimiento de inevitable catástrofe, interrumpió la conversación.
- Oh, creo que no hemos logrado explicarnos del todo. Las puertas, la prisión... se están resquebrajando y es solo cuestión de tiempo que se abran por completo. No sabemos con certeza qué lo está causando. Quizá sea la presión constante de las almas corruptas que enviaban desde el templo, atacando sin cesar a los guardianes, los nueve héroes. O tal vez sea porque esta cárcel nunca se diseñó para contener tanto mal: no solo a Zuggtumoy, sino también a Iuz. Posiblemente sean ambas cosas.
Su mirada recorrió a los presentes, deteniéndose por un momento en Drunik, que habia hablado con tanta convicción.
- No sabemos cómo detener esta catástrofe, pero quedarnos de brazos cruzados no es una solución. Si existe una forma de evitar que el desastre se desate, debemos encontrarla. Y para eso, necesitamos salir de aquí, necesitamos desmontar estos planos. Desde dentro, estamos condenados a fracasar.
Hizo una pausa, dejando que sus palabras calaran antes de continuar, su tono volviéndose más reflexivo.
- En nuestro viaje, hemos ido recopilando gemas de los diferentes planos. Quizás estas gemas podrían ser la clave, una pieza esencial en el rompecabezas que intentamos resolver. Pero para entender su propósito y lo que debemos hacer, necesitamos avanzar. Necesitamos vuestra ayuda para encontrar a los héroes de este semiplano y desbloquear la puerta. Es la única forma de seguir adelante. - Finalmente, bajó ligeramente la cabeza, como si reconociera el peso de sus palabras. Su tono se tornó más grave, más sincero. - Sé que las armas de los héroes fueron la razón que nos llevó al templo en primer lugar. Pero, tienes razón, lo que hemos encontrado aquí es mucho más grave. Esa misión... ha pasado a un segundo plano.
Nessa abre la boca para responder a Durnik, pero es finalmente Rolthos quien le contesta. La ranger asiente a todo lo dicho por el paladin. Sin embargo, no puede evitar reaccionar cuando dice que la razón por la que entraron al templo ha pasado a un segundo plano. Es extraño, porque entiende y secunda el razonamiento del paladin por completo, pero a la vez hace una mueca de dolor cuando las imágenes de lo que vieron en Libernen vuelven a pasar por su cabeza.
- Aseguraremos el fin de Zuggtumoy e Iuz. Y os aseguro que haré lo que esté en mi mano para no volver a ver lo que vimos en Libernen nunca más. Zalphiros no puede quedar impune. - musita.
—Entendemos y compartimos en todo vuestro m... —Jen hace una pausa casi imperceptible, mientras la palabra "miedo" amenaza con salir de sus labios. No obstante, se detiene a tiempo. La palabra no es la correcta. Observa al enano y lo que encuentra en sus ojos no es miedo, no realmente. —...Modo de pensar —continúa, con la voz grave y cargada de una tristeza que intenta, sin mucho éxito, ocultar—No podemos liberar al horror que se aferra a estas paredes. Y tampoco queremos hacerlo. Pero debemos.
Se toma un momento para inspirar profundamente —Es frustrante. Cada paso que damos en este lugar no hace más que cargarnos con una pesada losa de incertidumbre y dolor. Pero, por difícil que sea, no podemos tomar atajos. No podemos simplemente salir de aquí. Tampoco podemos quedarnos en ninguno de los semiplanos que hemos cruzado. El único camino que tenemos es seguir adelante. Y aunque nuestros instintos se rebelen contra ello, debemos enfrentar lo que nos espera. O liberamos a Zuggtmoy e Iuz y los enfrentamos mientras aún tenemos esa oportunidad, o bien se liberarán por sí mismos... y los perderemos. Y eso si que no puede ocurrir
La expresión de todos los presentes era de mayor preocupación aún cuando Rolthos explicó la situación con lo que habían averiguado.
- ¿La prisión se está debilitando? -preguntó en voz baja el enano, siendo consciente de lo que eso significaba.
- Y decís que antes de ir tras ese Zalphiros - intervino Lar - ¿Luchareis contra Zuggtumoy e Iuz? - la drow negó con la cabeza - Eso es un suicidio... Incluso tras tantos años encerrados sus poderes... -
- Y sin embargo lo intentarán... - dice Nerida mirando fijamente a los Halcones - Tal es su naturaleza -
- Iuz el Viejo y yo tenemos un par de cuentas pendientes -dice Cruços con su tono irónico - Os aseguro que puede haber parado sus intentos de conquista durante estos años, pero sigue activo en sus tierras y en aquellas que ha conquistado. No entiendo muy bien cómo puede ser si está aquí atrapado, pero desde luego si puedo ponerle las garras encima... -
Algunos sonríen ante la bravuconada de Cruços, otros solo niegan con algo de desesperanza. Tras unos instantes en los que todos ponen en orden sus pensamientos Nerida dice.
- Lar... han encontrado las Gemas. Cuéntaselo -
La drow asiente y toma un collar de cuero de su cuello y lo muestra a los Halcones.
- Esta es la Gema Elemental del Aire.- Atada al trozo del cuero, en la palma de la mano de la drow, pueden ver un cuarzo blanco en cuyo interior parece haber una neblina grisácea girando sobre sí misma. - Os contaré lo que sé -
Dejando a un lado la Gema Lar extiende las manos y etéreas imágenes cobran vida frente a ella mientras cuenta su historia.
- Mi familia vive en Erelhei-Cindu, la capital del reino de mi gente. Hace años fuimos avisados por una emisaria de la Reina Araña que debíamos colaborar con un enviado de un reino de la superficie. En aquel momento no sabíamos que el enviado iba a ser un emisario de Iuz el Anciano - a Cruços no se le escapa que utiliza el título honorífico real, no el mote que le pusieron en la Resistencia - Solicitó nuestra ayuda para reunir un extraño mineral que sólo se encuentra en al Suboscuridad. No dudamos mucho en aceptar y mi madre me puso al cargo de encontrar el Ithildanur y seguir colaborando con los agentes de Iuz. -Una leve sonrisa aparece en sus labios, el gesto de su rostro es como el que observa con condescendencia un pequeño logro de un niño, que para él es lo más importante de su vida - Aún recuerdo lo orgullosa que estaba cuando fui llevada ante el mismísimo Anciano y fui partícipe de sus planes. Quería el mineral para, junto con otros, crear un objeto de inmenso poder, un receptáculo de su poder que le ayudara en su lucha para conquistar todo Oerth. - Su gesto se ensombreció - Así, con la ayuda de Zuggtumoy, creó el Orbe de la Muerte Dorada. Utilizando como base la calavera de un angel que había matado con sus propias manos, Iuz utilizó diversos materiales para crear El Orbe. La calavera quedó finalmente recubierta de oro, con una diadema donde engarzó las Gemas Elementales. -
Mientras habla frente a ella aparece la calavera de la que habla, con la diadema que rodea toda la circunferencia de la misma y cuatro huecos equidistantes donde, mientras Lar habla, van apareciendo y engarzándose las Gemas Elementales.
- Un Aguamarina para el Agua, un Rubí para el Fuego, un Topacio para la Tierra y un Cuarzo para el Aire - dice cogiendo el objeto que tiene a su lado y liberándolo del cuero que utilizaba para llevarlo al cuello. - Esta Gema cayó al semi-plano cuando estos fueron sellados y la hemos utilizado para mantener a los seres malignos a raya durante este tiempo. Zuggtumoy a veces recompensaba a los fieles seguidores del Templo con las Gemas para poder utilizarlas contra las fuerzas del Bien o en misiones determinadas, pero alcanzan su máximo poder cuando actúan juntas a través del Orbe.-
- En la creación de este impío artefacto, tanto Iuz como Zuggtumoy lo imbuyeron de parte de su espíritu, de su propio poder. Para derrotar a Zuggtumoy necesitaréis el Orbe engarzado con las Gemas. -interviene Nerida. - Sólo utilizando su propio poder y el de Iuz contra Ella podréis derrotarla y enviarla de vuelta al Abismo. -
Lar extiende su mano con el cuarzo, la Gema Elemental del Aire, hacia los Halcones.
Nessa alarga su mano hacia la gema elemental que les ofrece Lar, pero se para en el último momento.
- ¿Nos la ofreceríais sin más? ¿Sin pedir nada a cambio? - Tras el encuentro con Shideh, la confianza de la ranger ha caido claramente en picado - Si somos sinceros, usar las gemas no era la idea que teníamos en mente. Pensabamos más bien en intentar destruirlas. Y con la descripción que nos habéis dado, la verdad es que usar tal objeto suena peligroso. Bathia, que guardaba la puerta del Semiplano de fuego, nos advirtió contra el orbe...
- Poco sé del Orbe salvo lo que pudo decirnos Arcandor en la breve pero intensa batalla. Dijo que era una llave, la clave para deshacer el poder del Templo para siempre. Él llegó a sostenerlo, pero no pudo destruirlo. Por un terrible instante pareció que se lo iba a entregar de vuelta a aquel demonio, pero separó las gemas y envió cada parte a un plano distinto. -
... me preocupa que el artefacto al completo pueda intentar controlar a aquél que lo maneje. Pero en fin, aún estamos lejos de ese punto. Nos faltaría otra gema más, y encontrar el la calavera en sí misma.
Nessa termina de alargar la mano y toma la gema elemental de aire de manos de Lar. Con Jen teniendo ya las gemas de agua y fuego, parecía buena idea que fuese otro Halcón quien tomase la de aire.
- No hemos llegado a usar o no siquiera intentar acceder a su poder. Tenemos que su influencia sea demasiado poderosa o que hay consecuencias inesperadas e indeseables. Quizás, si tú has accedido a su poder, puedas explicarnos mejor como y que ocurre...
Observó como nessa cogía la gema y sintió cierta esperanza intercambiando una mierda con jen. - Si la habéis usado para proteger y ayudar a los habitantes de aquí, quizás su maldad no sea tan influence, aisladamente. Dinos. Como la usas, que poderes tiene, no sientes su i fluencia y corrupción?
- Bueno - dice Lar, sin retirar la mano ni la Gema que parece más viva que las que han recuperado los Halcones - Honestamente espero que consigáis liberarnos y podamos salir de este lugar... pero no, no os pedimos nada a cambio de entregaros la Gema del Aire. Creo que es lo adecuado. - Nerida, y los demás asienten ante esa afirmación cuando ella les consulta con la mirada.
- Es más, pensamos ayudaros a ello - afirma el enano. Reona asiente efusivamente ante las palabras de Durnik y. como está sentada entre Julian y Jen, les toma del brazo a ambos afectuosamente.
Oswald Glimfeather Tercero, que ha estado extrañamente silencioso todo este tiempo interviene.
- La reticencia de Nessa en utilizar el poder de las Gemas o del Orbe es normal, y justificada creo yo. Sin duda un artefacto tan poderoso tratará de que su portador le devuelva a su legítimo dueño, ya sea Zuggtumoy o Iuz, como mínimo... si el portador no es lo suficientemente fuerte de voluntad podría incluso controlarlo completamente y hacerle cometer terribles actos más alineados con su naturaleza que con la del portador. - Oswald Glimfeather Tercero se ajusta el chaleco con su ala sana y se acerca a Nessa - Pero querida creo poder afirmar que incluso el artefacto más malvado y poderoso tendrá problemas para controlarte a ti o a cualquiera de vosotros. Poseéis una fortaleza fuera de lo común y lo habéis demostrado con creces. A veces hacemos a nuestros enemigos más poderosos en nuestras cabezas por nuestra inseguridad... - Oswald Glimfeather Tercero da unas afectuosas palmaditas en el antebrazo sano de Nessa - Es sabio ser prudente pero parece claro, tanto por lo que nos contó Bathia que ocurrió, como lo que estamos averiguando, que el poder del Templo no desaparecerá si no acabamos con este Orbe. Arcandor fue inteligente al separar las Gemas del mismo y lanzarlas a los semi-planos que quedarían encerrados para que nadie pudiera reclamarlas.Sospecho, además, que las cambió de plano para que no se alimentaran de las energías de su plano a lo largo del tiempo. Pero me temo que nos hará falta más investigación si queremos destruir el Orbe. Y encontrar el propio Orbe por supuesto... interesante muy interesante - dice, dejando que su lado más académico salga a la luz.
- El Orbe, Zuggtumoy e Iuz están intrínsicamente unidos. Si consiguierais destruir el Orbe eso los debilitaría sin duda. Pero si lo recuperaran... -
- Si -dice Durnik volviendo al tema de la Gema- ella la tiene y utiliza. Sus poderes nos han ayudado en este tiempo, pero que se me caiga la barba si yo toco una de esas cosas -
Lar baja la mano cuando Nessa toma la Gema del Aire. Al abandonar la mano de la elfa, la Gema parece apagarse, el eterno remolino que giraba lentamente en su interior se apaga y detiene. Al igual que las otras dos Gemas, parece una gema de su clase, grande y bellamente tallada, pero salvo un ligero zumbido en los oídos al sostenerla, sería difícil de distinguir entre otras gemas preciosas.
Lar parece ligeramente divertida por las palabras de su amigo el paladin, pero es evidente que han mantenido esta conversación antes.
- Nunca he sentido que la Gema intentara tomar el control de mi mente, o me obligara a tomar determinadas acciones. Cierto es que mi naturaleza es mas... -parece pensar mejor lo que va a decir - Por mi educación y modo de ver la vida, podríamos decir que mi ética es distinta a la de Drunik, o a la de muchos moradores de la superficie. Quizá por eso yo me inclino a pensar que las Gemas son una simple herramienta. Un objeto que te permite la posibilidad de ejecutar hazañas que no podrías, o que requeriría otros recursos, como tu energía interna para lanzar algunos conjuros. Lo que hagas con esos poderes, ya es cosa de cada portador y será eso lo que determine el bien o el mal, según el observador. - se detiene y parece pensar sus siguientes palabras. - Vosotros en la superficie veis a las bandas de goblin como malvadas, porque atacan vuestras aldeas y las saquean. Sin embargo para esos goblin, ellos no están haciendo nada malo. Para ellos la forma de conseguir comida, mantas y suministros no es cultivarla o criar animales y luego matarlos, es conseguir esas cosas a través del combate. Vosotros consideráis a alguien benevolente, paciente y experimentado como alguien inteligente y sabio, sin embargo para esos goblin lo inteligente y sabio es dejar que otros hagan el trabajo duro y luego arrebatárselo. - levanta la mano con una sonrisa - No digo que esté de acuerdo con ello, sólo intento exponer un punto de vista. Yo creo que utilizar una Gema no te puede hacer malvado, será el uso que le des lo que determine eso. Y sin duda las criaturas que he abatido gracias a sus poderes me verán como malvada por haberlo hecho. Sin embargo sí creo que el Orbe, siendo un artefacto mucho más poderoso, y más si tiene las Gemas engarzadas, pueda tener voluntad propia y ser inherentemente malvado. No niego que debe ser muy poderoso, pero hasta yo tendría dudas de utilizarlo. Sin embargo, usar su poder para derrotar a Zuggtumoy sería, no sólo poético, si no que podría daros una oportunidad en esa desigual lucha. Pensadlo. -
A medida que Lar continuaba con su planteamiento, los ojos de Rolthos se iban abriendo cada vez más, hasta que finalmente cruzó su mirada con Drunik. Exhaló profundamente pensando "Por Mayaheine...". Sentia incredulidad y resignación e invoco la paciencia de su diosa para no perder los estribos.
Negó lentamente con la cabeza, sabiendo que intervenir solo llevaría a un conflicto innecesario. Con un gesto sutil, se echó hacia atras. Por ahora, Rolthos prefirió observar, permitiendo que sus compañeros siguieran la conversación.
Nessa sonríe afectuosamente a Oswald Glimfeather Tercero tras sus palabras, y le devuelve la caricia en el ala sana.
Cuando escucha a Lar, no puede evitar pensar que quizás no sea tan mala idea usar las gemas. Quizás por separado no tengan que preocuparse tanto del efecto que pueda causar sobre ellos. Mirando la cara que está poniendo Rolthos le entran dudas y, al fin y al cabo, bien es cierto que no han necesitado usarlas hasta ahora.
- Gracias, Lar. Lo ... pensaremos, desde luego. ¿Pero no podrías darnos más detalles de cómo se usan? ¿Qué clase de poderes proporcionan? Por lo demás, pienso que de momento es bueno que vayamos consiguiendo las gemas. Más adelante podemos ver qué hacer con ellas. Y cierto es que no las hemos necesitado hasta ahora ... pero quien sabe lo que nos encontraremos en el futuro.
Nessa guarda la gema con cuidado, y lanza su siguiente pregunta:
- ¿Podríais decirnos donde está la puerta de este semi-plano? Necesitaremos ir cuanto antes para hablar con los guardianes que estén allí. Cuando decís que nos ayudaréis, ¿queréis decir que nos acompañaréis?
La joven pausa un momento tras decir esto, recordando de repente sus músculos doloridos, y añade:
- ... aunque bien es cierto que necesitaremos descansar antes.
Julian parece horrorizado al principio, dejando entrever su preocupación ante la idea de utilizar el orbe. —Es demasiado peligroso. Si el orbe llega a poseer a su portador o, peor aún, si Zuggtmoy logra recuperarlo, la situación sería desastrosa. Una lucha que ya es desigual podría convertirse en una muerte segura. No podemos correr ese riesgo.
Jen interviene entonces —Oswald, Oswald —busca captar toda su atención—. Cuando Arcandor se enfrentó a la voluntad del orbe, ¿lo hizo solo? ¿No podríamos nosotros tal vez, enfrentarlo juntos? Si nos cubrimos entre todos, ¿habría alguna posibilidad de superar la influencia del orbe?
Cualquier oportunidad, por pequeña que sea, de equilibrar la balanza en la batalla contra Zuggtmoy podría ser clave. Aunque... si he entendido bien, destruir el orbe tampoco les haría bien tanto a Zuggtmoy como a Iuz, ¿No es así? Y si, si el orbe es destruido, eso les impide alimentarse de la energía del templo? Eso también jugaría a nuestro favor.
En cualquier caso, Nessa tiene razón. Debemos reunir todas las gemas. No podemos permitir que ningún fragmento del artefacto caiga en las manos equivocadas.
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Le barde se deja llevar, su corazon ligeramente aliviado de, por fin, haber encontrado al menos a un grupo con semejanzas al suyo (y con un poco de cordura!)
- ¿Podemos preguntaros más sobre el moemnto en el que todo cambió para vosotros? Cuando os arrojaron aquí? - Le comenta a la Drow- Disculpad por nuestra curiosidad pero todos los datos posibles pueden ser cruciales en nuestra mision, tanto dentro como fuera del templo. aunque no lleveis cuenta del tiempo, seguro que recordais cambios significativos que hayan sufrido estos semiplanos. Hitos que hayan sacudido esta realidad. Quizá nosotros podamos ponerles fecha, y nos ayude a construir una linea de eventos que relacionen lo que ha pasado aquí, con lo que está pasando en el exterior.
Ah! quizá deseeis que os contemos detalles de la situacion actual fuera del templo? No se si lo considerariais interesante, o solo un vestigio de un pasado al que no quereis mirar.
- ¿Aún se sigue luchando? - pregunta Drunik - Supongo que tras tanto tiempo la batalla o se ganó, o se llegó a algún tipo de tablas. Pero cuando se cerraron los planos todos sospechamos que la batalla se ganó... -
El tono del enano es de clara esperanza.
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- La batalla se ganó, aunque a un alto precio - Nessa interviene para responder a Drunik - Nueve héroes se internaron en lo más profundo del Templo para acabar con quien comandaba sus huestes. Cuando se encontraron con ella - con Zuggtumoy - entendieron que lo único que podían hacer era contenerla y pagaron el precio con sus vidas. La sellaron en el templo, y como consecuencia, bloquearon los portales que permiten viajar de un semi-plano a otro, o salir al mundo material. Mi maestro fue el único que sobrevivió a aquél encuentro. Sus compañeros, sin embargo, siguen luchando a día de hoy para mantener cerradas las puertas de los semi-planos. Puertas que nosotros necesitamos abrir ahora. - Nessa se detiene en ese momento, consciente de que quizás esté revelando demasiada información demasiado pronto. Con un gesto de disculpa continúa - Pero quizás sea mejor hablar de todo esto en presencia de Nerida.
Aun así, Nessa termina diciendo:
- La batalla se ganó, Drunik, y hubo paz durante veinte años. Pero el Templo ha vuelto a activarse, y esta una de las razones por las que nos internamos en él, y acabamos accidentamente aquí.
Cuando Lar cuenta su historia, la ranger no puede evitar sentir una cierta compasión por ella. Desde luego no es como se habría imaginado a ningún drow - y menos siendo mujer - tras todas las historias que había oido a lo largo de su vida. Pero si como parecía había sido capaz de encontrar la redención, desde luego, le dejaba una buena sensación. Era una verdadera desgracia que hubiera tenido que encontrarlo en aquél lugar.
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Rolthos esbozó una leve sonrisa al percibir el alivio de Jen al encontrarse con un grupo amistoso. Compartía su esperanza, pero en su interior resonaba la advertencia de las falsas promesas que les había hecho la effreeti en el plano de fuego. Aun así, respondió a Lar con calma y solemnidad:
- A veces, la luz se encuentra en los lugares más oscuros. Que tu historia sirva de inspiración, no solo para nosotros, sino para todos los que han sido atrapados aquí.
Con un gesto decidido, Rolthos siguió al trío de recién llegados, navegando las profundidades de la inmensidad del agua. Mientras, reflexionaba sobre la gravedad de su situación. Al escuchar la narración de sus compañeros, añadió con voz firme:
- El sacrificio de los héroes logró encerrar a Zuggtmoy, pero también a Iuz. La prisión que se diseñó no estaba preparada para contener a ambos demonios, y los cultistas en el exterior han debilitado las puertas con el tiempo. No sabemos aún cómo proceder, pero sí sabemos esto: la cárcel está colapsando, y desde aquí dentro no podremos detener lo que se avecina. Debemos salir para enfrentarnos a ello.
Negó con la cabeza, su tono grave reflejando la desesperación que intentaba contener. Finalmente, volvió su mirada hacia Drunik y sus compañeros, hablando con convicción:
- En este plano, debemos encontrar a los guardianes. Estoy seguro de que sabéis dónde están. Los héroes que dieron sus vidas para contener a Zuggtmoy, nos dejaron un legado que… debemos asegurarnos de que su esfuerzo no sea en vano.
Zevatur, Rolthos
- Dejáis en mi una sombra mayor que el alivio de saber que el Templo fue derrotado - dice Drunik al escuchar a Nessa y Rolthos y su gesto se ensombrece un poco.
- Conocemos la Puerta - dice Lar - aunque nunca nos hemos acercado. Empiezo a hacerme una mejor idea de qué es lo que pasó gracias a vuestro relato. Sin duda Nerida podrá aconsejaros mejor que yo.. ah, ya estamos llegando -
Los Halcones comienzan a ver algo que no habían visto hasta ahora. Vida. Primero, pequeños bancos de peces, luego cada vez más. Según se van acercando a una pared similar a la que ya vieron, comienzan a aparecer más y más criaturas marinas. Reona tira de Jen para ir a nadar con una familia de delfines que la saludan juguetones y se acercan a Jen curiosos, haciendo agudos sonidos de bienvenida. La roca en esta ocasión no parece tan amenazante ni ominosa. Quizá porque aquí el agua es algo más cálida y, por alguna razón, hay más luz a su alrededor. Esta cubierta por corales de varios colores, anémonas de colores pastel contienen peces de colores entre sus hermosos brazos. Bancos de peces de colores, medusas, alguna tortuga nadan cerca de la pared.
Sus guías les llevan hacia la izquierda, descendiendo un poco y pronto encuentran la entrada de una gruta cubierta por algas y corales. Les llevan dentro y al cabo de unos cien pies el túnel se abre a una gruta que tiene una abertura circular en el techo por la que entra algo de luz. Algunos túneles se abren a lo largo de la circular gruta. El interior está cubierto de algas y corales, el suelo es de fina arena blanca y justo bajo el círculo del techo hay una piedra plana rectangular, rodeada de algas que se mecen levemente por la corriente. Alli, cómodamente recostada entre el verde musgo que cubre la roca, hay una anciana sirena. Su cola de color azul cobalto, muestra signos de edad y aunque aún es hermosa algunas escamas muertas apagan su brillo. La parte humana de la sirena muestra los mismos signos de envejecimiento. El pelo, largo y suelto que flota a su alrededor cuando se gira para mirar al grupo que se aproxima, es completamente blanco. El rostro está lleno de arrugas, pero tiene un gesto afable y al sonreír al ver a sus amigos aproximarse con los Halcones a Jen le recuerda a aquella anciana mujer que encontró cuidando de unos huérfanos. Los ojos verdes de la anciana sirena, sin embargo, brillan con lucidez, inteligencia y alegría. Despacio, pero contenta, se eleva de su reposo para recibirlos.
- Lar, Durnik, Reona... habéis vuelto sanos y salvos... me alegro tanto... - Reona se lanza a los brazos abiertos de la sirena y Nerida ríe y corresponde al abrazo de la muda druida. Cuando se separan se dirige a los Halcones. - Y los habéis traído. Bienvenidos bienvenidos por favor, sentíos como en vuestra casa en mi morada. Soy Nerida, una vieja sirena atrapada en este horrible lugar. Por favor, sentaos, sentaos. - dice extendiendo la mano y señalando pequeñas rocas cubiertas de musgo que están alrededor de donde ella estaba descansando. Jen se da cuenta que entre los dedos, la sirena tiene una membrana que le ayuda a moverse por su medio natural.
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Nessa no sabía muy bien que esperar. Desde luego, había leído libros y escuchado cuentos en los que se hablaba de las sirenas, bellas y peligrosas criaturas que embelesaban a los marineros para hacer que sus bancos encallaran. Pero ninguna de las descripciones le habían preparado para encontrarse frente a frente con Nerida. Por mucha edad que tuviese, emanaba una hermosura patente, que ninguna de sus arrugas hacía de menos. El hecho además de que les mirase con una sonrisa cálida no hacía más que aumentar la sorpresa de la ranger, que simplemente siguió las indicaciones de la sirena para sentarse en una de las rocas, no sin antes inclinarse ante ella.
- Estamos muy agradecidos por la ayuda que nos habéis brindado, y por acogernos en su hogar. Empezábamos a pensar que no habría ningún lugar seguro en este semi-plano. Mi nombre es Nessa, y es un placer conocerla - dijo, presentando después a todos sus compañeros - Imagino que habéis construido este lugar vosotros mismos. No me imagino que existiera una cueva así de bonita y cuidada antes de vuestra llegada aquí. - añadió con una sonrisa.
Tras las introducciones, Nessa:
- Vuestros amigos nos han informado de que deseais abandonar este lugar y volver a vuestro lugar de origen. Creo que podremos ayudar, pero antes, ¿como acabasteis aquí Nerida? Si no es indiscreción, desde luego.
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Rolthos observó el pequeño oasis de paz que se abría ante ellos, un respiro inesperado en medio de aquel plano oscuro y hostil. Le recordó, inevitablemente, a la isla de seguridad que Sideth les había ofrecido en el semiplano de fuego. Las similitudes no podían ser ignoradas, aunque esta vez algo era diferente. Había una calidez genuina, una atmósfera acogedora que contrastaba con la calidez artificial de aquella experiencia pasada. Aquí no percibía señales de coerción ni rastros de encantamientos ocultos, pero aun así decidió mantenerse vigilante mientras otorgaba el beneficio de la duda. Con una inclinación de cabeza, habló con cortesía:
- Reitero el agradecimiento de Nessa, por la ayuda y por la hospitalidad... y no puedo evitar expresar mi admiración. Crear un refugio de paz y tranquilidad en un lugar como este no debe haber sido fácil. Habéis logrado algo notable aquí. - Su mirada se endureció levemente al hacer la siguiente pregunta, dejando entrever, a pesar de intencion de dar el beneficio de la duda, la desconfianza que aun sentia. - Sin embargo, debo preguntar… ¿cómo habéis conseguido mantener al aboleth a raya? Un ser como ese no se detiene fácilmente, y un oasis como este debe ser un faro que atraiga su atención constantemente.
Zevatur, Rolthos
- Gracias por vuestras amables palabras - responde la sirena con una voz musical y agradable. - Respondiendo a tu pregunta Nessa, cuando se creó este terrible lugar extraplanar me vi arrastrada al mismo y quedé atrapada. Veréis cuando estos semi-planos fueron creados en realidad fueron arrancados violentamente de sus planos originales... Espero que entendáis lo que quiero decir, disculpadme desconozco cuánta formación arcana tenéis, no pretendo ofenderos por supuesto. La cuestión es que mientras el Templo estaba en su máximo esplendor, sabía que no podría escapar, asi que decidí protegerme lo mejor posible y ayudar a aquellos que podía ayudar. Como bien decis, construir este lugar y mantenerlo no ha resultado fácil, no sólo por Soschna, si no por otras criaturas terribles que moran en este lugar. Intuyo por esas marcas en vuestros cuerpos - dice mirando a Nessa y Jen - que os habéis topado con alguna. Me alegro que hayáis podido escapar de Nakrathel. - hace una pausa y suspira, su rostro se entristece mientras habla - Pero mantener este lugar ha costado muy caro a lo largo de los años. Hemos perdido a algunos amigos en la lucha... - mira hacia la parte de atrás, donde, ahora que se fijan, puede verse al menos tres tumbas creadas con piedras superpuestas. El rostro de Lar, Durnik y Reona también muestra algo de tristeza. - Pero honramos su sacrificio manteniendo la lucha. Pero decidme, por favor ¿Cómo habéis conseguido entrar? ¿Podéis hacernos salir a nosotros? ¿Podéis abrir la Puerta? - pregunta esperanzada.
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- Siento mucho todo por lo que habéis pasado, y lamento vuestras perdidas - comienza Nessa, dirigiéndose no solo a Nerida, sino también a Lar, Durnik y Reona. Antes de responder a su pregunta añade - Hay mucho que debemos contaros.
Nessa explica entonces a la vieja sirena lo mismo que han contado a sus rescatadores: cómo terminó la guerra de hace más de veinte años, sobre Zuggtumoy y cómo los Nueve actuaron para contenerla en el Templo, cómo Iuz fue atrapado junto con ella. Cómo los Halcones se internaron en el Templo cuando volvió a dar muestras de actividad, y como terminaron en el semiplano de aire.
- Desconocíamos mucho de esto cuando nos internamos en el Templo. Y lo que está sucediendo en el plano material ya no es solo que el Templo haya resurgido de nuevo, sino que un poderoso hechicero, Zalphiros, está comandando a la Cacería Salvaje para sembrar el terror allá donde pisa. Son dos malas combinaciones a las que hacer frente. Precisamente nos internamos en el Templo por sugerencia del último de los Nueve para recuperar sus armas y que esto ayudará a terminar con la amenaza de Zalphiros - en este momento hace una pausa, bajando los ojos antes de continuar - Lo que no sabíamos era que para obtener estás armas, acabaríamos teniendo que abrir las puertas de los semiplanos que están guardando los ocho héroes, y con ello terminar volviendo a liberar a Zuggtumoy y a Iuz. Es un alto precio, pero uno que debemos pagar para poder volver al plano material y ayudar en la contienda. Quién sabe lo que habrá pasado en los días que llevamos aquí encerrados.
Nessa termina de contar el resto de su viaje, mencionando a Asrem, Sorlg y Bathia, Shideh y Diente de Jade y Slickmeduck, los dragones y los gigantes.
- Necesitamos encontrar a los héroes de este semiplano y pedirles que desbloqueen la puerta. Y luego hacer lo mismo en el semiplano de tierra. Tras eso ... - Nessa no termina la frase. Tras eso, la prisión de Zuggtumoy e Iuz quedaría abierta.
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Las caras de la vieja sirena y de los refugiados son de clara preocupación ante lo que narran Nessa y los Halcones.
Se produce un silencio mientras todos ponderan las noticias.
- No podéis hacerlo - rompe el silencio Durnik - No podéis fundir el martillo para tener hierro con el que trabajar en la forja.Sé que es duro, sé que mucha gente está sufriendo por el ataque de ese Zalphiros y sus cazadores... pero no podéis hacerlo. Liberaréis un mal mucho mayor sobre Oerth. Por lo que contáis Iuz ha detenido sus guerras desde que se selló el Templo. Y eso parece que es gracias a que está encerrado aquí con Zuggtumoy... no podéis hacerlo - repite negando con la cabeza, su tono de voz claramente afectado - Odio ser yo quien os lo diga, sé que es duro, pero no podéis continuar. Tenéis que tener fe en que las personas que están luchando contra ese nigromante logren derrotarlo, y... - les mira a los ojos con gesto grave - aceptar vuestro destino aqui. No podéis hacer que el sacrificio, no sólo de los Nueve, si no de todos los que lucharon y murieron para acabar con el Templo y este frente de las Guerras sea en vano. No podéis liberar a Zuggtumoy e Iuz de nuevo en el mundo, las consecuencias serían mucho peores que lo que está haciendo Zalphiros. No es justo. No sabíais dónde os metíais, y haber sido transportados a los semi-planos antes de poder averiguarlo no lo hace más fácil. Pero... tenéis que entenderlo. -
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Rolthos intervino. Su voz, tranquila pero cargada de un sutil sentimiento de inevitable catástrofe, interrumpió la conversación.
- Oh, creo que no hemos logrado explicarnos del todo. Las puertas, la prisión... se están resquebrajando y es solo cuestión de tiempo que se abran por completo. No sabemos con certeza qué lo está causando. Quizá sea la presión constante de las almas corruptas que enviaban desde el templo, atacando sin cesar a los guardianes, los nueve héroes. O tal vez sea porque esta cárcel nunca se diseñó para contener tanto mal: no solo a Zuggtumoy, sino también a Iuz. Posiblemente sean ambas cosas.
Su mirada recorrió a los presentes, deteniéndose por un momento en Drunik, que habia hablado con tanta convicción.
- No sabemos cómo detener esta catástrofe, pero quedarnos de brazos cruzados no es una solución. Si existe una forma de evitar que el desastre se desate, debemos encontrarla. Y para eso, necesitamos salir de aquí, necesitamos desmontar estos planos. Desde dentro, estamos condenados a fracasar.
Hizo una pausa, dejando que sus palabras calaran antes de continuar, su tono volviéndose más reflexivo.
- En nuestro viaje, hemos ido recopilando gemas de los diferentes planos. Quizás estas gemas podrían ser la clave, una pieza esencial en el rompecabezas que intentamos resolver. Pero para entender su propósito y lo que debemos hacer, necesitamos avanzar. Necesitamos vuestra ayuda para encontrar a los héroes de este semiplano y desbloquear la puerta. Es la única forma de seguir adelante. - Finalmente, bajó ligeramente la cabeza, como si reconociera el peso de sus palabras. Su tono se tornó más grave, más sincero. - Sé que las armas de los héroes fueron la razón que nos llevó al templo en primer lugar. Pero, tienes razón, lo que hemos encontrado aquí es mucho más grave. Esa misión... ha pasado a un segundo plano.
Zevatur, Rolthos
Nessa abre la boca para responder a Durnik, pero es finalmente Rolthos quien le contesta. La ranger asiente a todo lo dicho por el paladin. Sin embargo, no puede evitar reaccionar cuando dice que la razón por la que entraron al templo ha pasado a un segundo plano. Es extraño, porque entiende y secunda el razonamiento del paladin por completo, pero a la vez hace una mueca de dolor cuando las imágenes de lo que vieron en Libernen vuelven a pasar por su cabeza.
- Aseguraremos el fin de Zuggtumoy e Iuz. Y os aseguro que haré lo que esté en mi mano para no volver a ver lo que vimos en Libernen nunca más. Zalphiros no puede quedar impune. - musita.
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—Entendemos y compartimos en todo vuestro m... —Jen hace una pausa casi imperceptible, mientras la palabra "miedo" amenaza con salir de sus labios. No obstante, se detiene a tiempo. La palabra no es la correcta. Observa al enano y lo que encuentra en sus ojos no es miedo, no realmente. —...Modo de pensar —continúa, con la voz grave y cargada de una tristeza que intenta, sin mucho éxito, ocultar—No podemos liberar al horror que se aferra a estas paredes. Y tampoco queremos hacerlo. Pero debemos.
Se toma un momento para inspirar profundamente —Es frustrante. Cada paso que damos en este lugar no hace más que cargarnos con una pesada losa de incertidumbre y dolor. Pero, por difícil que sea, no podemos tomar atajos. No podemos simplemente salir de aquí. Tampoco podemos quedarnos en ninguno de los semiplanos que hemos cruzado. El único camino que tenemos es seguir adelante. Y aunque nuestros instintos se rebelen contra ello, debemos enfrentar lo que nos espera. O liberamos a Zuggtmoy e Iuz y los enfrentamos mientras aún tenemos esa oportunidad, o bien se liberarán por sí mismos... y los perderemos. Y eso si que no puede ocurrir
La expresión de todos los presentes era de mayor preocupación aún cuando Rolthos explicó la situación con lo que habían averiguado.
- ¿La prisión se está debilitando? - preguntó en voz baja el enano, siendo consciente de lo que eso significaba.
- Y decís que antes de ir tras ese Zalphiros - intervino Lar - ¿Luchareis contra Zuggtumoy e Iuz? - la drow negó con la cabeza - Eso es un suicidio... Incluso tras tantos años encerrados sus poderes... -
- Y sin embargo lo intentarán... - dice Nerida mirando fijamente a los Halcones - Tal es su naturaleza -
- Iuz el Viejo y yo tenemos un par de cuentas pendientes - dice Cruços con su tono irónico - Os aseguro que puede haber parado sus intentos de conquista durante estos años, pero sigue activo en sus tierras y en aquellas que ha conquistado. No entiendo muy bien cómo puede ser si está aquí atrapado, pero desde luego si puedo ponerle las garras encima... -
Algunos sonríen ante la bravuconada de Cruços, otros solo niegan con algo de desesperanza. Tras unos instantes en los que todos ponen en orden sus pensamientos Nerida dice.
- Lar... han encontrado las Gemas. Cuéntaselo -
La drow asiente y toma un collar de cuero de su cuello y lo muestra a los Halcones.
- Esta es la Gema Elemental del Aire.- Atada al trozo del cuero, en la palma de la mano de la drow, pueden ver un cuarzo blanco en cuyo interior parece haber una neblina grisácea girando sobre sí misma. - Os contaré lo que sé -
Dejando a un lado la Gema Lar extiende las manos y etéreas imágenes cobran vida frente a ella mientras cuenta su historia.
- Mi familia vive en Erelhei-Cindu, la capital del reino de mi gente. Hace años fuimos avisados por una emisaria de la Reina Araña que debíamos colaborar con un enviado de un reino de la superficie. En aquel momento no sabíamos que el enviado iba a ser un emisario de Iuz el Anciano - a Cruços no se le escapa que utiliza el título honorífico real, no el mote que le pusieron en la Resistencia - Solicitó nuestra ayuda para reunir un extraño mineral que sólo se encuentra en al Suboscuridad. No dudamos mucho en aceptar y mi madre me puso al cargo de encontrar el Ithildanur y seguir colaborando con los agentes de Iuz. - Una leve sonrisa aparece en sus labios, el gesto de su rostro es como el que observa con condescendencia un pequeño logro de un niño, que para él es lo más importante de su vida - Aún recuerdo lo orgullosa que estaba cuando fui llevada ante el mismísimo Anciano y fui partícipe de sus planes. Quería el mineral para, junto con otros, crear un objeto de inmenso poder, un receptáculo de su poder que le ayudara en su lucha para conquistar todo Oerth. - Su gesto se ensombreció - Así, con la ayuda de Zuggtumoy, creó el Orbe de la Muerte Dorada. Utilizando como base la calavera de un angel que había matado con sus propias manos, Iuz utilizó diversos materiales para crear El Orbe. La calavera quedó finalmente recubierta de oro, con una diadema donde engarzó las Gemas Elementales. -
Mientras habla frente a ella aparece la calavera de la que habla, con la diadema que rodea toda la circunferencia de la misma y cuatro huecos equidistantes donde, mientras Lar habla, van apareciendo y engarzándose las Gemas Elementales.
- Un Aguamarina para el Agua, un Rubí para el Fuego, un Topacio para la Tierra y un Cuarzo para el Aire - dice cogiendo el objeto que tiene a su lado y liberándolo del cuero que utilizaba para llevarlo al cuello. - Esta Gema cayó al semi-plano cuando estos fueron sellados y la hemos utilizado para mantener a los seres malignos a raya durante este tiempo. Zuggtumoy a veces recompensaba a los fieles seguidores del Templo con las Gemas para poder utilizarlas contra las fuerzas del Bien o en misiones determinadas, pero alcanzan su máximo poder cuando actúan juntas a través del Orbe.-
- En la creación de este impío artefacto, tanto Iuz como Zuggtumoy lo imbuyeron de parte de su espíritu, de su propio poder. Para derrotar a Zuggtumoy necesitaréis el Orbe engarzado con las Gemas. - interviene Nerida. - Sólo utilizando su propio poder y el de Iuz contra Ella podréis derrotarla y enviarla de vuelta al Abismo. -
Lar extiende su mano con el cuarzo, la Gema Elemental del Aire, hacia los Halcones.
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Nessa alarga su mano hacia la gema elemental que les ofrece Lar, pero se para en el último momento.
- ¿Nos la ofreceríais sin más? ¿Sin pedir nada a cambio? - Tras el encuentro con Shideh, la confianza de la ranger ha caido claramente en picado - Si somos sinceros, usar las gemas no era la idea que teníamos en mente. Pensabamos más bien en intentar destruirlas. Y con la descripción que nos habéis dado, la verdad es que usar tal objeto suena peligroso. Bathia, que guardaba la puerta del Semiplano de fuego, nos advirtió contra el orbe...
... me preocupa que el artefacto al completo pueda intentar controlar a aquél que lo maneje. Pero en fin, aún estamos lejos de ese punto. Nos faltaría otra gema más, y encontrar el la calavera en sí misma.
Nessa termina de alargar la mano y toma la gema elemental de aire de manos de Lar. Con Jen teniendo ya las gemas de agua y fuego, parecía buena idea que fuese otro Halcón quien tomase la de aire.
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- No hemos llegado a usar o no siquiera intentar acceder a su poder. Tenemos que su influencia sea demasiado poderosa o que hay consecuencias inesperadas e indeseables. Quizás, si tú has accedido a su poder, puedas explicarnos mejor como y que ocurre...
Observó como nessa cogía la gema y sintió cierta esperanza intercambiando una mierda con jen. - Si la habéis usado para proteger y ayudar a los habitantes de aquí, quizás su maldad no sea tan influence, aisladamente. Dinos. Como la usas, que poderes tiene, no sientes su i fluencia y corrupción?
Zevatur, Rolthos
- Bueno - dice Lar, sin retirar la mano ni la Gema que parece más viva que las que han recuperado los Halcones - Honestamente espero que consigáis liberarnos y podamos salir de este lugar... pero no, no os pedimos nada a cambio de entregaros la Gema del Aire. Creo que es lo adecuado. - Nerida, y los demás asienten ante esa afirmación cuando ella les consulta con la mirada.
- Es más, pensamos ayudaros a ello - afirma el enano. Reona asiente efusivamente ante las palabras de Durnik y. como está sentada entre Julian y Jen, les toma del brazo a ambos afectuosamente.
Oswald Glimfeather Tercero, que ha estado extrañamente silencioso todo este tiempo interviene.
- La reticencia de Nessa en utilizar el poder de las Gemas o del Orbe es normal, y justificada creo yo. Sin duda un artefacto tan poderoso tratará de que su portador le devuelva a su legítimo dueño, ya sea Zuggtumoy o Iuz, como mínimo... si el portador no es lo suficientemente fuerte de voluntad podría incluso controlarlo completamente y hacerle cometer terribles actos más alineados con su naturaleza que con la del portador. - Oswald Glimfeather Tercero se ajusta el chaleco con su ala sana y se acerca a Nessa - Pero querida creo poder afirmar que incluso el artefacto más malvado y poderoso tendrá problemas para controlarte a ti o a cualquiera de vosotros. Poseéis una fortaleza fuera de lo común y lo habéis demostrado con creces. A veces hacemos a nuestros enemigos más poderosos en nuestras cabezas por nuestra inseguridad... - Oswald Glimfeather Tercero da unas afectuosas palmaditas en el antebrazo sano de Nessa - Es sabio ser prudente pero parece claro, tanto por lo que nos contó Bathia que ocurrió, como lo que estamos averiguando, que el poder del Templo no desaparecerá si no acabamos con este Orbe. Arcandor fue inteligente al separar las Gemas del mismo y lanzarlas a los semi-planos que quedarían encerrados para que nadie pudiera reclamarlas.Sospecho, además, que las cambió de plano para que no se alimentaran de las energías de su plano a lo largo del tiempo. Pero me temo que nos hará falta más investigación si queremos destruir el Orbe. Y encontrar el propio Orbe por supuesto... interesante muy interesante - dice, dejando que su lado más académico salga a la luz.
- El Orbe, Zuggtumoy e Iuz están intrínsicamente unidos. Si consiguierais destruir el Orbe eso los debilitaría sin duda. Pero si lo recuperaran... -
- Si - dice Durnik volviendo al tema de la Gema- ella la tiene y utiliza. Sus poderes nos han ayudado en este tiempo, pero que se me caiga la barba si yo toco una de esas cosas -
Lar baja la mano cuando Nessa toma la Gema del Aire. Al abandonar la mano de la elfa, la Gema parece apagarse, el eterno remolino que giraba lentamente en su interior se apaga y detiene. Al igual que las otras dos Gemas, parece una gema de su clase, grande y bellamente tallada, pero salvo un ligero zumbido en los oídos al sostenerla, sería difícil de distinguir entre otras gemas preciosas.
Lar parece ligeramente divertida por las palabras de su amigo el paladin, pero es evidente que han mantenido esta conversación antes.
- Nunca he sentido que la Gema intentara tomar el control de mi mente, o me obligara a tomar determinadas acciones. Cierto es que mi naturaleza es mas... - parece pensar mejor lo que va a decir - Por mi educación y modo de ver la vida, podríamos decir que mi ética es distinta a la de Drunik, o a la de muchos moradores de la superficie. Quizá por eso yo me inclino a pensar que las Gemas son una simple herramienta. Un objeto que te permite la posibilidad de ejecutar hazañas que no podrías, o que requeriría otros recursos, como tu energía interna para lanzar algunos conjuros. Lo que hagas con esos poderes, ya es cosa de cada portador y será eso lo que determine el bien o el mal, según el observador. - se detiene y parece pensar sus siguientes palabras.
- Vosotros en la superficie veis a las bandas de goblin como malvadas, porque atacan vuestras aldeas y las saquean. Sin embargo para esos goblin, ellos no están haciendo nada malo. Para ellos la forma de conseguir comida, mantas y suministros no es cultivarla o criar animales y luego matarlos, es conseguir esas cosas a través del combate. Vosotros consideráis a alguien benevolente, paciente y experimentado como alguien inteligente y sabio, sin embargo para esos goblin lo inteligente y sabio es dejar que otros hagan el trabajo duro y luego arrebatárselo. - levanta la mano con una sonrisa - No digo que esté de acuerdo con ello, sólo intento exponer un punto de vista. Yo creo que utilizar una Gema no te puede hacer malvado, será el uso que le des lo que determine eso. Y sin duda las criaturas que he abatido gracias a sus poderes me verán como malvada por haberlo hecho. Sin embargo sí creo que el Orbe, siendo un artefacto mucho más poderoso, y más si tiene las Gemas engarzadas, pueda tener voluntad propia y ser inherentemente malvado. No niego que debe ser muy poderoso, pero hasta yo tendría dudas de utilizarlo. Sin embargo, usar su poder para derrotar a Zuggtumoy sería, no sólo poético, si no que podría daros una oportunidad en esa desigual lucha. Pensadlo. -
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A medida que Lar continuaba con su planteamiento, los ojos de Rolthos se iban abriendo cada vez más, hasta que finalmente cruzó su mirada con Drunik. Exhaló profundamente pensando "Por Mayaheine...". Sentia incredulidad y resignación e invoco la paciencia de su diosa para no perder los estribos.
Negó lentamente con la cabeza, sabiendo que intervenir solo llevaría a un conflicto innecesario. Con un gesto sutil, se echó hacia atras. Por ahora, Rolthos prefirió observar, permitiendo que sus compañeros siguieran la conversación.
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Nessa sonríe afectuosamente a Oswald Glimfeather Tercero tras sus palabras, y le devuelve la caricia en el ala sana.
Cuando escucha a Lar, no puede evitar pensar que quizás no sea tan mala idea usar las gemas. Quizás por separado no tengan que preocuparse tanto del efecto que pueda causar sobre ellos. Mirando la cara que está poniendo Rolthos le entran dudas y, al fin y al cabo, bien es cierto que no han necesitado usarlas hasta ahora.
- Gracias, Lar. Lo ... pensaremos, desde luego. ¿Pero no podrías darnos más detalles de cómo se usan? ¿Qué clase de poderes proporcionan? Por lo demás, pienso que de momento es bueno que vayamos consiguiendo las gemas. Más adelante podemos ver qué hacer con ellas. Y cierto es que no las hemos necesitado hasta ahora ... pero quien sabe lo que nos encontraremos en el futuro.
Nessa guarda la gema con cuidado, y lanza su siguiente pregunta:
- ¿Podríais decirnos donde está la puerta de este semi-plano? Necesitaremos ir cuanto antes para hablar con los guardianes que estén allí. Cuando decís que nos ayudaréis, ¿queréis decir que nos acompañaréis?
La joven pausa un momento tras decir esto, recordando de repente sus músculos doloridos, y añade:
- ... aunque bien es cierto que necesitaremos descansar antes.
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Julian parece horrorizado al principio, dejando entrever su preocupación ante la idea de utilizar el orbe. —Es demasiado peligroso. Si el orbe llega a poseer a su portador o, peor aún, si Zuggtmoy logra recuperarlo, la situación sería desastrosa. Una lucha que ya es desigual podría convertirse en una muerte segura. No podemos correr ese riesgo.
Jen interviene entonces —Oswald, Oswald —busca captar toda su atención—. Cuando Arcandor se enfrentó a la voluntad del orbe, ¿lo hizo solo? ¿No podríamos nosotros tal vez, enfrentarlo juntos? Si nos cubrimos entre todos, ¿habría alguna posibilidad de superar la influencia del orbe?
Cualquier oportunidad, por pequeña que sea, de equilibrar la balanza en la batalla contra Zuggtmoy podría ser clave. Aunque... si he entendido bien, destruir el orbe tampoco les haría bien tanto a Zuggtmoy como a Iuz, ¿No es así? Y si, si el orbe es destruido, eso les impide alimentarse de la energía del templo? Eso también jugaría a nuestro favor.
En cualquier caso, Nessa tiene razón. Debemos reunir todas las gemas. No podemos permitir que ningún fragmento del artefacto caiga en las manos equivocadas.