Oswald Glimfeather Tercero niega con la cabeza para contestar a Jen.
- No dudo que el saber que contaba con la confianza y amor de sus amigos le dio fuerzas para resistir al Orbe y poder doblegarlo a su voluntad, pero me temo que uno debe enfrentarse solo a esas pruebas mi queride Jen -
Mientras Oswald Glimfeather Tercero contesta a le barde, Lar enumera los poderes a los que tenía acceso con la Gema.
- ... sólo puedo suponer - termina - que una vez abierta la Puerta del semi-plano al que están vinculadas, y la del lugar donde estéis, también podrán utilizarse los poderes de invocar a un elemental del tipo asociado a la Gema claro, y la de invocar demonio. Pero esta última sólo puede hacerse una vez al día. Y sed precavidos pues si la Gema sólo lo invoca, no lo controla, si llegaseis a perder el control o despistaros en la lucha, la criatura invocada quedaría libre para hacer su voluntad y raramente se toman a bien el haber sido arrancados de sus lugares para servir a los mortales. -
Cuando Nessa pregunta si les acompañaran Drunik sonríe confiado, con un gesto que le recuerda a cuando Cruços está a punto de liarla y Reona asiente entusiasta.
- Respecto al lugar donde esta la Puerta de este semi-plano, habéis estado cerca. Me temo que hay que atravesar la guarida de Nakrathel-contesta Nerida - Ya habéis podido comprobar que es un depredador terrible. Una de las mayores amenazas del semi-plano. El túnel de acceso a la Puerta está al fondo de su cubil, bajo los huesos roídos de sus víctimas todos estos años. Lo que encontrareis allí... no puedo saberlo. -
- Estaremos más preparados esta vez para enfrentarnos a Nakrathel - responde Nessa - Hoy solo nos enfrentamos Jen y yo a él, pero está vez seremos más y tendremos todas nuestras fuerzas frescas. Otra cosa es lo que nos encontremos cuando lleguemos a los héroes. Los que hemos encontrado hasta ahora siempre han estado en situaciones muy dolorosas. No dudo que los que estén en este semi-plano estarán igual - al decir esto se pregunta a quienes encontrarán está vez. ¿Estará aquí la hermana de Ornym? ¿O quizás el pupilo de Oswald Glimfeather Tercero?
En cualquier caso, la ranger suspira, y se remueve un poco en su sitio.
- Descansemos - les propone a todos - Y debemos estar atentos para refrescar el conjuro que nos permite respirar bajo el agua - le dice a Jen.
- Respecto a eso - dice Nerida - Puedo ayudaros.- se mueve con rapidez y elegancia pese a sus años y saca de debajo de la roca donde estaba recostada la mitad de una gran concha.
En el interior parecía haber una especie de vaselina.
- Podéis untaros esto en el rostro y el cuello. Os permitirá respirar bajo el agua y solo lo tendréis que reponer una vez a la semana -
- Es lo que usamos nosotros - afirma el paladín enano.
- Esto facilitará las cosas, desde luego - dice Nessa, tomando la vaselina y aplicándosela tal y como han dicho - Muchas gracias Nerida - añade, y le pasa la vaselina al resto para que hagan lo mismo.
Por lo demás, mira a los compañeros con un ligero enarcamiento de cejas, animándoles a preguntar cualquier otra duda que puedan tener pendiente.
Jen también coge el ungüento y se lo aplica en el cuello y el rostro. Tras ello, se lo pasa a Julián, quien lo coge con evidente curiosidad.
—Fascinante... —murmura, deslizando los dedos por la sustancia viscosa antes de untársela en la piel— ¿Puedo preguntar de qué está hecho?
Mientras se lo aplica en el cuello, deja escapar un par de "hmm" pensativos, como intentando descifrar la composición del bálsamo a través del tacto.
Jen, por su parte, se limpia la mano en un pañuelo con un suspiro. —Mucha información para un solo día... —comenta, sacudiendo la cabeza—. La corona, las gemas... No sé vosotros, pero yo tengo la mente hecha polvo.
Jen siente un pequeño cosquilleo cuando se aplica la extraña sustancia viscosa. Julian, mientras se la aplica murmura que sin duda debe tener base orgánica para mantener su consistencia en el medio acuático.
Nerida espera a que todos hayan terminado de echársela para contestar la pregunta de le barde.
- Bueno Jen, no quería que os resultara incómodo pero digamos que... alguna ventaja tiene que tener esta vieja cola que pierde tantas escamas -dice con una tímida sonrisa.
- Pero si, somos unos anfitriones terribles, Lar por favor, llévales a descansar, Reona ¿me ayudas con la cena?- dice a la druida que asiente entusiasmada - Id y descansad, Reona os acercará la cena y mañana podréis decidir cómo actuar -
Con estas palabras Lar guía a los Halcones hasta unas cuevas que se abren a la principal donde están ahora algo más arriba y les indica que pasen. Tras atravesar un corto pasadizo en curva que da cierta intimidad, las cuevas se abren en unas salas amplias y altas con jergones hechos con algas e iluminados por musgo bioluminescente. Los Halcones se dividen en las cuevas y, aunque algunos querrían pasar más tiempo con sus compañeros de cuarto, tras hacer algunos comentarios sobre el encuentro con el enorme pulpo, tanto Jen como Nessa, cada una en su cueva con sus compañeros, caen rendides pronto y Reona les encuentra ya dormidos cuando les acerca una concha vacía repleta de algas, marisco y peces para cenar.
Nessa comienza a despertar pero no abre los ojos. No todavía. Su cerebro tarda unos segundos en recordar dónde estaba. Sintió la tibieza del agua a su alrededor, era una sensación extraña aquella de estar bajo el agua, aunque su cuerpo descansaba sobre el lecho de algas lo sentía ligero, suavemente mecido por casi imperceptibles corrientes de agua. La noche anterior, ¿era realmente de noche? no estaba segura de eso habían perdido totalmente esa noción en los semi-planos. La cuestión es que estaba tan agotada que se despertó en la misma postura que se había quedado dormida, pero gracias a esa leve ingravidez al estar sumergida, su brazo no se había dormido pese a estar dormida de lado. Se giró en la cama colocándose boca arriba y estiró su cuerpo, sus manos tocaron ligeramente la suave roca de la pared. Abrió los ojos y continuó girándose para acercarse a la cálida presencia que dormía a su lado. Tumbado a su lado yacía el musculoso cuerpo de Vraak. Nessa acarició la gran mano del semi-orco, que se había deslizado de su cintura al girarse ella, y recorrió con sus dedos la línea de su antebrazo, de su bíceps y deslizó sus dedos por el hombro del guerrero hasta llegar a su rostro. Apartó un mechón de pelo que estaba en su cara y siguió la línea de su mandíbula, la incipiente barba hizo cosquillas en su dedo... Nessa se paralizó por completo. Estaba usando su mano si, pero su mano... derecha. Temblorosa, deseando que no fuera un cruel sueño apartó con cuidado la mano de Vraak y estiró los dedos para contemplar su mano. Allí estaba, su mano, su muñeca, su antebrazo, todo su brazo. Tal y como lo recordaba, como si nunca hubiera pasado aquella experiencia tan espantosa y traumática. Bueno, quizá no tal y como lo recordaba. No estaba cubierto por aquella vaselina que ahora parecía cubrir el resto de cuerpo pero como podía respirar sin problema no le dio importancia. Lo más destacable era que su piel tenía un tono ligeramente más fuerte que el resto de su cuerpo. Cuando lo observase con más detenimiento a otra luz, Nessa vería que, según cómo le diera la luz, casi parecía que su piel brillaba con el tono rojizo de un fuego interior, y se preguntaría si eso sería un efecto secundario de la magia del Fénix y si sería permanente. Pero en aquello no le importo en absoluto. Tenía su brazo de nuevo, la magia de Embergrey por fn había completado su ciclo. Si no hubiera estado bajo el agua las lágrimas habrían corrido libres por sus mejillas. Sintiendo la agitación de la joven, Vraak, aún somnoliento, preguntó mientras se acodaba en la cama.
Nessa aún no se lo creía. Tuvo que tantear alguna cosa más que estuviera a su alrededor para terminar de procesar que volvía a tener su brazo de vuelta. Habían sido tan solo unos días, pero la ranger lo había sentido como si fuera una eternidad. Tocó su daga, y la sintió fría contra sus dedos. Tocó el plato que alguien les había traído durante la noche, sintiendo la dureza del caparazón del cangrejo y el pinchazo de las agujas de los erizos de mar. Notó la suavidad de la pulsera de muérdago y sauce atada a su muñeca izquierda.
Alzó la mano derecha y la miró fijamente, como si aún no confiara del todo en su propia vista. Movió los dedos con cautela, los estiró y cerró varias veces. Funcionaba. Era real. Sintió un nudo en la garganta y dejó escapar un suspiro tembloroso antes de llevarse ambas manos al rostro. Ahí fue cuando la verdad la golpeó con toda su fuerza: las lágrimas corrían libres por sus mejillas, y ahora podía sentirlas con ambas manos.
Vraak se despertó justo cuando Nessa se palpaba el rostro con incredulidad —una mano del color de su piel clara, la otra refulgiendo con el suave tono rojizo que recordaba al hermoso plumaje de Embergrey. La joven le miró y necesitó un instante para poder articular:
- ¡Es real! ¡La magia de Embergrey ha funcionado!
Extendió el brazo derecho hasta tocar la mejilla del semi-orco, sonriendo de pura felicidad mientras lo hacía, para acercarse después y abrazarle con fuerza. Un abrazo que se sentía completo por primera vez desde el combate con los dragones blancos. Esto iba a tener que repetirlo después: con su queride Jen y con Julian, con Rolthos, con Cruços. ¡Oh! Y desde luego Oswald Glimfeather Tercero no se iba a librar esta vez. Es más, ¿estaría ya curado su alado compañero de su propia lesión?
Al cabo de unos instantes, Nessa se separó un poco de Vraak y fijó sus ojos azules en los suyos verdes. Entonces, se inclinó hacia él y le besó. Con suavidad, al principio. Apasionadamente, después.
Vraak sonreía y de no haber estado bajo el agua se hubieran visto algunas lágrimas de felicidad por Nessa. Realmente no pensaba que la ranger hubiera estado... incompleta en ningún momento, él era capaz de ver lo que realmente importaba en lugar del aspecto o la condición física de las personas. Una vida entera siendo objeto de insultos y discriminación por eso te enseñaba a mirar más allá. Pero sin duda le emocionaba ver tan feliz a Nessa. Cuando ella le besó se quedó un poco sorprendido, pero después envolvió a Nessa en sus brazos respondiendo a su pasión.
Fueron los últimos en unirse a sus compañeros y nuevos aliados en el fondo de la caverna bastante tiempo después.
Poco a poco los Halcones se despiertan y comprueban que la vaselina que se aplicaron ha hecho su efecto, pues no han necesitado renovar los hechizos que les permitían respirar bajo el agua y al parecer se ha extendido por todo su cuerpo. Sin embargo parece que les ayuda a moverse con más facilidad bajo el agua.
Los Halcones tienen ahora swim speed igual a su movimiento normal
Tras una noche de merecido descanso se vuelven a reunir alrededor de la anciana sirena que les da la bienvenida con amabilidad, y mientras desayunan, sin esperar a Nessa y Vraak que aún no han aparecido, algunas algas Lar les pregunta
- ¿Habéis decidido si usaréis las Gemas? Sinceramente creo que pueden inclinar la balanza en la lucha que nos espera si queréis llegar hasta la Puerta -
Rolthos observo con cuidado su cuerpo, la sustancia le resultaba extraña en su piel, pero no desagradable y al contacto con el agua se deslizaba con facilidad. Descansado y algo animado de reunio con el resto. Como si no hubiese comido en días devoro con avidez el desayuno agradeciendo la comida marítima, algo salada pero reconfortante y saciante.
- No creo que nos haga falta por el momento... Ni para enfrentarnos al la terrible criatura que nos aguarda. - Respondió imaginando que el resto pensarían como él mismo.
- Lo que nos vendría muy bien serían diamantes de un buen tamaño, para lanzar conjuros de re-vivificar.
Neruda sonríe ante las palabras de Rolthos. El enano paladín directamente se atraganta con la pata de me ora que está comiendo y Lar directamente mira a Rolthos algo ofendida.
- Claro amigo- dice Drunik - ahora mismo voy a la mina de diamantes, les silbo, y ellos mismos salen tarareando hasta tu bolsa. ¿Cuántos quieres? ¿Una docena quizas? -
- De verdad crees - el tono de Lar es mucho más frío - que de disponer de los medios habríamos dejado a nuestros compañeros enterrados ahí detrás? -
- Calma calma - Neruda llama la atención de todos con su tono calmado - No juzguéis tan duramente a nuestro nuevo amigo Rolthos… puede que le hayamos dado una falsa impresión de abundancia aquí… y tenemos abundancia en comparación al resto del Plano, pero me temo que no tanto, ni de ese tipo -
Jen se da cuenta de que antes las palabras de Nerida los dos veteranos aventureros suavizan sus gestos y actitud casi de manera inmediata. Y debe confesar que escuchar la melodiosa voz de la anciana sirena también le provoca serenidad, como si fuera imposible estar molesta delante de una entrañable abuela. Antes las palabras de Lar y Drunik Rolthos se siente mal, pero cuando habla Nerida siente que, aunque le han reñido amablemente al final le han regalado una galleta y todo estará bien.
Es en el incómodo silencio que sigue en Nessa y Vraak bajan nadando hasta donde están todos y se sientan, sin poder evitar preguntarse qué ha pasado.
- Queridos - les saluda Nerida - no podías llegar en mejor momento. Habéis descansado bien espero… oh veo que alguien está especialmente contento esta mañana y parece que tiene noticias que compartir… - leyendo el ánimo de la pareja y mirando al brazo recuperado de Nessa.
Nessa mira con cierta confusión hacia sus amigos cuando nota el silencio tenso en la sala, y este es el único gesto que des coloca la por lo demás cara risueña de la ranger. Cuando Nerida se dirige a ella, Nessa sonríe ampliamente, y es una sonrisa que podría iluminar la habitación. Sin mediar palabra se levanta, y flota hacia sus amigos, tomándoles de las manos a cada uno con sus dos manos y apretando con fuerza. Cualquiera diría que está comprobando que su mano derecha tiene tanta fuerza como la recordaba.
Cuando llega a Jen, la joven siente que no puede contener más la emocion, y abraza a le barde con fuerza. ¡Cuánto había echado de menos hacer aquél gesto de la misma forma que antes de perder el brazo! Y había llorado con su amigue tanto por aquella situación... Nessa se queda abrazada a elle por lo que parece una eternidad, pero no le importa. Ha esperado mucho y quiere saborear bien el momento.
Tras separarse y ver a Oswald Glimfeather Tercero por el rabillo del ojo, la ranger le pregunta
- ¿Qué tal tu ala, Oswald? Espero que esté bien también.
Sin embargo, antes de que el búho tenga tiempo a responder, la joven le toma en brazos y le estrecha contra su pecho. ¡Por todos los dioses! ¡Tenía tantas ganas de hacerlo! Nessa nunca se habría atrevido, pensando que el serio Oswald no se lo tomaría nada bien. Pero en aquella mañana, la ranger parecía desatada de felicidad y no se lo planteó siquiera.
Después de las rondas de abrazos, Nessa se vuelve un poco cohibida hacia Nerida, Lar y Drunik, a los que les dice:
- Disculpad. Sé que estabais hablando de algo pero, dioses, estos días han sido ... difíciles.
La ranger vuelve a sentarse al lado de Vraak. Sus ojos azules brillan cuando le mira, y no puede evitar acercar su frente a la mejilla del semi-orco cariñosamente durante un breve instante, antes de volver a dirigirse al resto:
- ¿De qué hablábais? ¿Acerca de dirigirnos hacia la puerta de este semi-plano, supongo?
Rolthos asintió con resignación, encajando las recriminaciones con estoicidad, como quien recibe una reprimenda merecida y prefiere aceptarla en silencio. Era comprensible su irritación ante su petición, considerando la terrible lucha que debían haber soportado en el plano.
La escena del comedor se interrumpió con la llegada de Nessa y Vraak. Rolthos les lanzó una mirada con algo de desgana antes de apartar la vista y centrar su atención en el desayuno frente a él. Sin embargo, cuando la ranger se acercó, notó su alegría… pero no era lo único diferente en ella, ni en su expresión.
Y entonces lo vio.
El brazo.
El brazo que ella había perdido.
Su brazo derecho, aquel que había sido arrebatado, estaba ahí, fuerte y firme, como si jamás hubiera desaparecido. La piel tenía una leve impronta más oscura, un resplandor apenas perceptible. Rolthos sintió cómo su mandíbula se aflojaba con asombro. El silencio en la sala atestiguaba que no era el único.
Cuando Nessa se le acercó, se levantó sin decir nada. Sus manos buscaron las de Nessa, tomándolas con fuerza, asegurándose de que estaban allí, de que todo era real. Sintió el calor de su tacto, la firmeza de su agarre. La había visto luchar sin rendirse, la había visto seguir adelante a pesar del sufrimiento y la impotencia, de la desesperanza que en ocasiones debía haber sentido. Pero ahora, verla entera de nuevo… era algo más grande que cualquier palabra que pudiera decirse.
Después, respondiendo a Nessa, comentó - Comentaban si nos habíamos decidido a usar las gemas. Y los planes para ir a enfrentarnos al Aboleth.
Jen se queda petrificade. El mundo a su alrededor se para mientras su mente tarda en aceptar lo que ve, como si su cuerpo no estuviera preparado para comprenderlo. Es un milagro. Un golpe de realidad demasiado grande para procesarlo de inmediato.
Cuando Nessa le abraza, se aferra a ella con fuerza, con una intensidad que echaba de menos. Su abrazo no es solo de felicidad, es de certeza, de algo que no quiere soltar nunca. "No llores, no llores, no llores", se repite, sintiendo cómo el nudo en su garganta amenaza con traicionarle. Querría poder grabarse este momento en la piel, tatuarse la huella del nuevo abrazo de su amiga. En su corazón, sin necesidad de palabras, le da las gracias a Embergrey. La llama que danza incesante en sus entrañas baila, avivada con este sentimiento. No solo por devolverle el brazo, sino por devolverle a Nessa completa, por hacer resurgir el espíritu que ese dragón, y las penurias de aquel templo habían intentado arrebatarle.
Cuando la conversación gira hacia la gema, su expresión cambia. Exhala, larga y pesadamente. ¿No podía quedarse en ese momento de felicidad un rato más? Pero de nuevo, debían seguir adelante. No sabe qué decir con certeza, pero no va a mentir: —Hmmm, no se muy bien como. Pero me aventuraría a usarla. —Levanta la mirada—Siempre que alguien prometa dejarme inconsciente si ve que me descontrolo.
Luego su atención se centra en Lar — Desde que usas la gema, te ha cambiado de alguna forma? Alguna vez has sentido que la necesitas… O que no puedes soltarla?
Oswald Glimfeather Tercero comienza a responder la pregunta de Nessa
- Bueno, mi ala parece estar completamente recuperaaaad -las palabras del sabio búho se ven interrumpidas por el impetuoso abrazo de la joven humana. Oswald Glimfeather Tercero se queda tieso un segundo, totalmente sorprendido, pero finalmente abre sus alas y corresponde al abrazo de Nessa apoyando su cabeza en el hombro de la muchacha.
Cuando la conversación vuelve sobre las gemas y las arduas tareas que tienen por delante Lar contesta a Jen.
- En lo mas mínimo. -contesta sin duda alguna - No he notado jamás que me cambiara el ánimo. Es un objeto poderoso, eso desde luego, y uno puede notar su poder latente, esperando a ser liberado, pero no te afecta a ti de ninguna manera. A no ser que seas de esas personas que dejan que el poder les afecte supongo. Y recuerda que os la di sin titubear y no la echo de menos para nada... otra cosa es que en mitad del combate vea la necesidad de usarla - dice sonriendo - pero creo que no es eso lo que me preguntas. - Lar centra sus morados ojos en Jen adoptando un tono más serio
- Entiendo perfectamente lo que os preocupa. No deja de ser un objeto creado por seres malvados con propósitos malvados. Pero las Gemas no son más que herramientas. Creo sinceramente que es el Orbe el que debería preocuparos. Ese artefacto si posee la voluntad y parte del poder de su creador. Las Gemas, sin duda, lo potenciarán, pero por sí solas no poseen la fuerza necesaria para influir a su portador. -
- Al menos no una sola -apunta Oswald Glimfeather Tercero que ha estado corroborando lo que piensa Lar sobre el poder de las Gemas y su relación con el Orbe. - Sin embargo, uno nunca puede estar seguro. Mirar a la Gema y decidir usarla es como mirar al futuro. Uno nunca sabe qué va a ocurrir hasta que, quizá, es demasiado tarde. Yo confio en vosotros -añade Oswald Glimfeather Tercero apoyando su sanada ala en la rodilla de Jen - Lo que decidais estará bien y estaremos el resto aqui para apoyaros. -
Julian toma de la mano a Jen para reafirmar las palabras del búho.
Después de un breve intercambio de dudas ("-Pero quien tiene la gema del agua? Rolthos?#Quien, yo?+No, Jen, tú.-No hombre, no es tan azul, es mas marrón, no?#Que va! +A ver? ponlas al lado...) finalmente llegan a la conclusion de que lo más sensato es que la gema utilizada sea la que corresponde al plano en el que se encuentran. Con esa lógica en mente, Nessa le tiende la gema elemental del agua. Jen la recibe con ambas manos, sintiendo su peso y la energía latente que emana de su interior. -Hmmm... - Medita sobre las palabras de Lar, sobre la neutralidad de las gemas, de cómo no son más que herramientas a disposición de quienes las empuñan.
Se concentra en la superficie fría y lisa de la gema. Ahora el fuego es su refugio, y el elemento del agua se presenta como un nuevo desafío. Si el fuego es vida, pasión y destrucción, qué es el agua? También da vida, y fuerza, es el cambio constante, la adaptación. Visto así, no parecen tan opuestos, si no reflejos, solo que con una forma diferente. Jen cierra los ojos un instante y deja que su mente evoque imágenes de vapor al encontrarse con llamas, de ríos que erosionan montañas con la misma paciencia con la que un fuego arde en el hogar. Diferentes… Pero quizás no tan incompatibles. Quizás, al final, solo se trata de aprender a fluir.
—Está bien, usémoslas como lo que son. Herramientas con propósito —dice al fin, más segure— Puedo hacerlo. La llevaré conmigo.
Las reacciones del grupo no hacen sino elevar aún más el ánimo de Nessa, quien no es capaz de dejar de sonreír a pesar de que la conversación ha cambiado hacia las gemas.
Cuando Jen se ofrece a usar la gema elemental de Aire, Nessa tuerce el gesto momentáneamente. No puede negar que las gemas siguen preocupándola. Pero las palabras de Lar le dan un poco de seguridad, que termina de convencerla cuando Oswald da su voto de confianza. Tras darle la gema a Jen, aprieta con fuerza la mano de le barde y dice:
- Oswald tiene razón. Ante todo, estaremos contigo.
Con el asunto de la gema decidido, la ranger suspira y pregunta:
- Bueno, ¿cuáles serán los siguientes pasos? Entiendo que nos acompañaréis hasta la guarida de Nakrathel y que tendremos que enfrentarnos a él para poder avanzar hasta la puerta. Supongo que podemos esperar que aparezcan más de las criaturas del aboleth. En cuanto al aboleth en sí, ¿sabéis dónde está? ¿Será posible combatir a estas criaturas por separado?
Mientras hablan de esto, Nessa saca su arco, que hasta ahora había permanecido guardado en la dimensión contenida en su carcaj mágico, y vuelve a colocarle la cuerda flamígera. Cuando termina, hace un par de pruebas para asegurarse de que la tensión es la adecuada. La cazadora sabe que, en este entorno acuático, no podrá usarlo con comodidad, pero la simple idea de volver a sostener su fiel arco y, sobre todo, de saberse capaz de usarlo de nuevo, la llena de felicidad.
Ante la conversación acerca de las gemas Rolthos se siente incómodo, un agarrotamiento en el estómago le indica que aquello no puede estar bien. Sin embargo sabe que no puede imponer sus ideales o su código a los demás. Resignado y haciéndose la promesa de permanecer vigilante asiente muy levemente a jen. Ahora el grupo, aparte de la espada llena de demonios de Cruços, tiene una de las viles gemas elementales activas.
La Gema parece cobrar vida en la mano de Jen. Donde antes su superficie era plana y sin nada realmente significativo, salvo el tamaño de la gema, ahora parecía que en su interior se movía un océano eterno, o un lago, o quizá era un río. Era difícil decirlo. Al mover la Gema parecía que rompían olas sobre la eterna superficie de un océano sin fin.
Jen sintió el poder de la Gema recorrer su cuerpo, extendiéndose desde sus manos como el agua que cae de la lluvia y refresca y limpia el cuerpo y el alma.
Inmediatamente, como si siempre lo hubiera sabido, comprendió y supo utilizar todos los poderes de la Gema. Entendía porque Lar decía que quizá lo echara de menos en la batalla. Las posibilidades eran muchas. Sin duda, era un poderoso objeto.
Mientras tanto Nerida contesta a Nessa.
- No creo que debamos preocuparnos por el aboleth - dice con una sonrisa - No sólo habéis dado una lección a sus secuaces, y se lo pensará mucho de volver a intentar atraparos. - se le escapa una risita, como si la sola idea de que el aboleth lo volviera a intentar le hiciera gracia - Mejor concentraros en el pulpo gigante y en la Puerta. Por desgracia de esta nada sé y no puedo ayudaros -
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Oswald Glimfeather Tercero niega con la cabeza para contestar a Jen.
- No dudo que el saber que contaba con la confianza y amor de sus amigos le dio fuerzas para resistir al Orbe y poder doblegarlo a su voluntad, pero me temo que uno debe enfrentarse solo a esas pruebas mi queride Jen -
Mientras Oswald Glimfeather Tercero contesta a le barde, Lar enumera los poderes a los que tenía acceso con la Gema.
- ... sólo puedo suponer - termina - que una vez abierta la Puerta del semi-plano al que están vinculadas, y la del lugar donde estéis, también podrán utilizarse los poderes de invocar a un elemental del tipo asociado a la Gema claro, y la de invocar demonio. Pero esta última sólo puede hacerse una vez al día. Y sed precavidos pues si la Gema sólo lo invoca, no lo controla, si llegaseis a perder el control o despistaros en la lucha, la criatura invocada quedaría libre para hacer su voluntad y raramente se toman a bien el haber sido arrancados de sus lugares para servir a los mortales. -
Cuando Nessa pregunta si les acompañaran Drunik sonríe confiado, con un gesto que le recuerda a cuando Cruços está a punto de liarla y Reona asiente entusiasta.
- Respecto al lugar donde esta la Puerta de este semi-plano, habéis estado cerca. Me temo que hay que atravesar la guarida de Nakrathel- contesta Nerida - Ya habéis podido comprobar que es un depredador terrible. Una de las mayores amenazas del semi-plano. El túnel de acceso a la Puerta está al fondo de su cubil, bajo los huesos roídos de sus víctimas todos estos años. Lo que encontrareis allí... no puedo saberlo. -
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- Estaremos más preparados esta vez para enfrentarnos a Nakrathel - responde Nessa - Hoy solo nos enfrentamos Jen y yo a él, pero está vez seremos más y tendremos todas nuestras fuerzas frescas. Otra cosa es lo que nos encontremos cuando lleguemos a los héroes. Los que hemos encontrado hasta ahora siempre han estado en situaciones muy dolorosas. No dudo que los que estén en este semi-plano estarán igual - al decir esto se pregunta a quienes encontrarán está vez. ¿Estará aquí la hermana de Ornym? ¿O quizás el pupilo de Oswald Glimfeather Tercero?
En cualquier caso, la ranger suspira, y se remueve un poco en su sitio.
- Descansemos - les propone a todos - Y debemos estar atentos para refrescar el conjuro que nos permite respirar bajo el agua - le dice a Jen.
Diving deep to the surface ♫ Nessa | Saxa | Auriel | Chase | Shenua | Arren
- Respecto a eso - dice Nerida - Puedo ayudaros. - se mueve con rapidez y elegancia pese a sus años y saca de debajo de la roca donde estaba recostada la mitad de una gran concha.
En el interior parecía haber una especie de vaselina.
- Podéis untaros esto en el rostro y el cuello. Os permitirá respirar bajo el agua y solo lo tendréis que reponer una vez a la semana -
- Es lo que usamos nosotros - afirma el paladín enano.
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- Esto facilitará las cosas, desde luego - dice Nessa, tomando la vaselina y aplicándosela tal y como han dicho - Muchas gracias Nerida - añade, y le pasa la vaselina al resto para que hagan lo mismo.
Por lo demás, mira a los compañeros con un ligero enarcamiento de cejas, animándoles a preguntar cualquier otra duda que puedan tener pendiente.
Diving deep to the surface ♫ Nessa | Saxa | Auriel | Chase | Shenua | Arren
Jen también coge el ungüento y se lo aplica en el cuello y el rostro. Tras ello, se lo pasa a Julián, quien lo coge con evidente curiosidad.
—Fascinante... —murmura, deslizando los dedos por la sustancia viscosa antes de untársela en la piel— ¿Puedo preguntar de qué está hecho?
Mientras se lo aplica en el cuello, deja escapar un par de "hmm" pensativos, como intentando descifrar la composición del bálsamo a través del tacto.
Jen, por su parte, se limpia la mano en un pañuelo con un suspiro. —Mucha información para un solo día... —comenta, sacudiendo la cabeza—. La corona, las gemas... No sé vosotros, pero yo tengo la mente hecha polvo.
Jen siente un pequeño cosquilleo cuando se aplica la extraña sustancia viscosa. Julian, mientras se la aplica murmura que sin duda debe tener base orgánica para mantener su consistencia en el medio acuático.
Nerida espera a que todos hayan terminado de echársela para contestar la pregunta de le barde.
- Bueno Jen, no quería que os resultara incómodo pero digamos que... alguna ventaja tiene que tener esta vieja cola que pierde tantas escamas - dice con una tímida sonrisa.
- Pero si, somos unos anfitriones terribles, Lar por favor, llévales a descansar, Reona ¿me ayudas con la cena? - dice a la druida que asiente entusiasmada - Id y descansad, Reona os acercará la cena y mañana podréis decidir cómo actuar -
Con estas palabras Lar guía a los Halcones hasta unas cuevas que se abren a la principal donde están ahora algo más arriba y les indica que pasen. Tras atravesar un corto pasadizo en curva que da cierta intimidad, las cuevas se abren en unas salas amplias y altas con jergones hechos con algas e iluminados por musgo bioluminescente. Los Halcones se dividen en las cuevas y, aunque algunos querrían pasar más tiempo con sus compañeros de cuarto, tras hacer algunos comentarios sobre el encuentro con el enorme pulpo, tanto Jen como Nessa, cada una en su cueva con sus compañeros, caen rendides pronto y Reona les encuentra ya dormidos cuando les acerca una concha vacía repleta de algas, marisco y peces para cenar.
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Nessa comienza a despertar pero no abre los ojos. No todavía. Su cerebro tarda unos segundos en recordar dónde estaba. Sintió la tibieza del agua a su alrededor, era una sensación extraña aquella de estar bajo el agua, aunque su cuerpo descansaba sobre el lecho de algas lo sentía ligero, suavemente mecido por casi imperceptibles corrientes de agua. La noche anterior, ¿era realmente de noche? no estaba segura de eso habían perdido totalmente esa noción en los semi-planos. La cuestión es que estaba tan agotada que se despertó en la misma postura que se había quedado dormida, pero gracias a esa leve ingravidez al estar sumergida, su brazo no se había dormido pese a estar dormida de lado.
Se giró en la cama colocándose boca arriba y estiró su cuerpo, sus manos tocaron ligeramente la suave roca de la pared. Abrió los ojos y continuó girándose para acercarse a la cálida presencia que dormía a su lado.
Tumbado a su lado yacía el musculoso cuerpo de Vraak. Nessa acarició la gran mano del semi-orco, que se había deslizado de su cintura al girarse ella, y recorrió con sus dedos la línea de su antebrazo, de su bíceps y deslizó sus dedos por el hombro del guerrero hasta llegar a su rostro. Apartó un mechón de pelo que estaba en su cara y siguió la línea de su mandíbula, la incipiente barba hizo cosquillas en su dedo...
Nessa se paralizó por completo. Estaba usando su mano si, pero su mano... derecha.
Temblorosa, deseando que no fuera un cruel sueño apartó con cuidado la mano de Vraak y estiró los dedos para contemplar su mano. Allí estaba, su mano, su muñeca, su antebrazo, todo su brazo. Tal y como lo recordaba, como si nunca hubiera pasado aquella experiencia tan espantosa y traumática. Bueno, quizá no tal y como lo recordaba. No estaba cubierto por aquella vaselina que ahora parecía cubrir el resto de cuerpo pero como podía respirar sin problema no le dio importancia. Lo más destacable era que su piel tenía un tono ligeramente más fuerte que el resto de su cuerpo. Cuando lo observase con más detenimiento a otra luz, Nessa vería que, según cómo le diera la luz, casi parecía que su piel brillaba con el tono rojizo de un fuego interior, y se preguntaría si eso sería un efecto secundario de la magia del Fénix y si sería permanente. Pero en aquello no le importo en absoluto. Tenía su brazo de nuevo, la magia de Embergrey por fn había completado su ciclo.
Si no hubiera estado bajo el agua las lágrimas habrían corrido libres por sus mejillas.
Sintiendo la agitación de la joven, Vraak, aún somnoliento, preguntó mientras se acodaba en la cama.
-¿Nessa? ¿Qué pasa? ¿Estas bien?-
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Nessa aún no se lo creía. Tuvo que tantear alguna cosa más que estuviera a su alrededor para terminar de procesar que volvía a tener su brazo de vuelta. Habían sido tan solo unos días, pero la ranger lo había sentido como si fuera una eternidad. Tocó su daga, y la sintió fría contra sus dedos. Tocó el plato que alguien les había traído durante la noche, sintiendo la dureza del caparazón del cangrejo y el pinchazo de las agujas de los erizos de mar. Notó la suavidad de la pulsera de muérdago y sauce atada a su muñeca izquierda.
Alzó la mano derecha y la miró fijamente, como si aún no confiara del todo en su propia vista. Movió los dedos con cautela, los estiró y cerró varias veces. Funcionaba. Era real. Sintió un nudo en la garganta y dejó escapar un suspiro tembloroso antes de llevarse ambas manos al rostro. Ahí fue cuando la verdad la golpeó con toda su fuerza: las lágrimas corrían libres por sus mejillas, y ahora podía sentirlas con ambas manos.
Vraak se despertó justo cuando Nessa se palpaba el rostro con incredulidad —una mano del color de su piel clara, la otra refulgiendo con el suave tono rojizo que recordaba al hermoso plumaje de Embergrey. La joven le miró y necesitó un instante para poder articular:
- ¡Es real! ¡La magia de Embergrey ha funcionado!
Extendió el brazo derecho hasta tocar la mejilla del semi-orco, sonriendo de pura felicidad mientras lo hacía, para acercarse después y abrazarle con fuerza. Un abrazo que se sentía completo por primera vez desde el combate con los dragones blancos. Esto iba a tener que repetirlo después: con su queride Jen y con Julian, con Rolthos, con Cruços. ¡Oh! Y desde luego Oswald Glimfeather Tercero no se iba a librar esta vez. Es más, ¿estaría ya curado su alado compañero de su propia lesión?
Al cabo de unos instantes, Nessa se separó un poco de Vraak y fijó sus ojos azules en los suyos verdes. Entonces, se inclinó hacia él y le besó. Con suavidad, al principio. Apasionadamente, después.
Diving deep to the surface ♫ Nessa | Saxa | Auriel | Chase | Shenua | Arren
Vraak sonreía y de no haber estado bajo el agua se hubieran visto algunas lágrimas de felicidad por Nessa. Realmente no pensaba que la ranger hubiera estado... incompleta en ningún momento, él era capaz de ver lo que realmente importaba en lugar del aspecto o la condición física de las personas. Una vida entera siendo objeto de insultos y discriminación por eso te enseñaba a mirar más allá. Pero sin duda le emocionaba ver tan feliz a Nessa.
Cuando ella le besó se quedó un poco sorprendido, pero después envolvió a Nessa en sus brazos respondiendo a su pasión.
Fueron los últimos en unirse a sus compañeros y nuevos aliados en el fondo de la caverna bastante tiempo después.
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Poco a poco los Halcones se despiertan y comprueban que la vaselina que se aplicaron ha hecho su efecto, pues no han necesitado renovar los hechizos que les permitían respirar bajo el agua y al parecer se ha extendido por todo su cuerpo. Sin embargo parece que les ayuda a moverse con más facilidad bajo el agua.
Los Halcones tienen ahora swim speed igual a su movimiento normal
Tras una noche de merecido descanso se vuelven a reunir alrededor de la anciana sirena que les da la bienvenida con amabilidad, y mientras desayunan, sin esperar a Nessa y Vraak que aún no han aparecido, algunas algas Lar les pregunta
- ¿Habéis decidido si usaréis las Gemas? Sinceramente creo que pueden inclinar la balanza en la lucha que nos espera si queréis llegar hasta la Puerta -
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Rolthos observo con cuidado su cuerpo, la sustancia le resultaba extraña en su piel, pero no desagradable y al contacto con el agua se deslizaba con facilidad. Descansado y algo animado de reunio con el resto. Como si no hubiese comido en días devoro con avidez el desayuno agradeciendo la comida marítima, algo salada pero reconfortante y saciante.
- No creo que nos haga falta por el momento... Ni para enfrentarnos al la terrible criatura que nos aguarda. - Respondió imaginando que el resto pensarían como él mismo.
- Lo que nos vendría muy bien serían diamantes de un buen tamaño, para lanzar conjuros de re-vivificar.
Zevatur, Rolthos
Neruda sonríe ante las palabras de Rolthos. El enano paladín directamente se atraganta con la pata de me ora que está comiendo y Lar directamente mira a Rolthos algo ofendida.
- Claro amigo- dice Drunik - ahora mismo voy a la mina de diamantes, les silbo, y ellos mismos salen tarareando hasta tu bolsa. ¿Cuántos quieres? ¿Una docena quizas? -
- De verdad crees - el tono de Lar es mucho más frío - que de disponer de los medios habríamos dejado a nuestros compañeros enterrados ahí detrás? -
- Calma calma - Neruda llama la atención de todos con su tono calmado - No juzguéis tan duramente a nuestro nuevo amigo Rolthos… puede que le hayamos dado una falsa impresión de abundancia aquí… y tenemos abundancia en comparación al resto del Plano, pero me temo que no tanto, ni de ese tipo -
Jen se da cuenta de que antes las palabras de Nerida los dos veteranos aventureros suavizan sus gestos y actitud casi de manera inmediata. Y debe confesar que escuchar la melodiosa voz de la anciana sirena también le provoca serenidad, como si fuera imposible estar molesta delante de una entrañable abuela.
Antes las palabras de Lar y Drunik Rolthos se siente mal, pero cuando habla Nerida siente que, aunque le han reñido amablemente al final le han regalado una galleta y todo estará bien.
Es en el incómodo silencio que sigue en Nessa y Vraak bajan nadando hasta donde están todos y se sientan, sin poder evitar preguntarse qué ha pasado.
- Queridos - les saluda Nerida - no podías llegar en mejor momento. Habéis descansado bien espero… oh veo que alguien está especialmente contento esta mañana y parece que tiene noticias que compartir… - leyendo el ánimo de la pareja y mirando al brazo recuperado de Nessa.
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Nessa mira con cierta confusión hacia sus amigos cuando nota el silencio tenso en la sala, y este es el único gesto que des coloca la por lo demás cara risueña de la ranger. Cuando Nerida se dirige a ella, Nessa sonríe ampliamente, y es una sonrisa que podría iluminar la habitación. Sin mediar palabra se levanta, y flota hacia sus amigos, tomándoles de las manos a cada uno con sus dos manos y apretando con fuerza. Cualquiera diría que está comprobando que su mano derecha tiene tanta fuerza como la recordaba.
Cuando llega a Jen, la joven siente que no puede contener más la emocion, y abraza a le barde con fuerza. ¡Cuánto había echado de menos hacer aquél gesto de la misma forma que antes de perder el brazo! Y había llorado con su amigue tanto por aquella situación... Nessa se queda abrazada a elle por lo que parece una eternidad, pero no le importa. Ha esperado mucho y quiere saborear bien el momento.
Tras separarse y ver a Oswald Glimfeather Tercero por el rabillo del ojo, la ranger le pregunta
- ¿Qué tal tu ala, Oswald? Espero que esté bien también.
Sin embargo, antes de que el búho tenga tiempo a responder, la joven le toma en brazos y le estrecha contra su pecho. ¡Por todos los dioses! ¡Tenía tantas ganas de hacerlo! Nessa nunca se habría atrevido, pensando que el serio Oswald no se lo tomaría nada bien. Pero en aquella mañana, la ranger parecía desatada de felicidad y no se lo planteó siquiera.
Después de las rondas de abrazos, Nessa se vuelve un poco cohibida hacia Nerida, Lar y Drunik, a los que les dice:
- Disculpad. Sé que estabais hablando de algo pero, dioses, estos días han sido ... difíciles.
La ranger vuelve a sentarse al lado de Vraak. Sus ojos azules brillan cuando le mira, y no puede evitar acercar su frente a la mejilla del semi-orco cariñosamente durante un breve instante, antes de volver a dirigirse al resto:
- ¿De qué hablábais? ¿Acerca de dirigirnos hacia la puerta de este semi-plano, supongo?
Diving deep to the surface ♫ Nessa | Saxa | Auriel | Chase | Shenua | Arren
Rolthos asintió con resignación, encajando las recriminaciones con estoicidad, como quien recibe una reprimenda merecida y prefiere aceptarla en silencio. Era comprensible su irritación ante su petición, considerando la terrible lucha que debían haber soportado en el plano.
La escena del comedor se interrumpió con la llegada de Nessa y Vraak. Rolthos les lanzó una mirada con algo de desgana antes de apartar la vista y centrar su atención en el desayuno frente a él. Sin embargo, cuando la ranger se acercó, notó su alegría… pero no era lo único diferente en ella, ni en su expresión.
Y entonces lo vio.
El brazo.
El brazo que ella había perdido.
Su brazo derecho, aquel que había sido arrebatado, estaba ahí, fuerte y firme, como si jamás hubiera desaparecido. La piel tenía una leve impronta más oscura, un resplandor apenas perceptible. Rolthos sintió cómo su mandíbula se aflojaba con asombro. El silencio en la sala atestiguaba que no era el único.
Cuando Nessa se le acercó, se levantó sin decir nada. Sus manos buscaron las de Nessa, tomándolas con fuerza, asegurándose de que estaban allí, de que todo era real. Sintió el calor de su tacto, la firmeza de su agarre. La había visto luchar sin rendirse, la había visto seguir adelante a pesar del sufrimiento y la impotencia, de la desesperanza que en ocasiones debía haber sentido. Pero ahora, verla entera de nuevo… era algo más grande que cualquier palabra que pudiera decirse.
Después, respondiendo a Nessa, comentó - Comentaban si nos habíamos decidido a usar las gemas. Y los planes para ir a enfrentarnos al Aboleth.
Zevatur, Rolthos
Jen se queda petrificade. El mundo a su alrededor se para mientras su mente tarda en aceptar lo que ve, como si su cuerpo no estuviera preparado para comprenderlo. Es un milagro. Un golpe de realidad demasiado grande para procesarlo de inmediato.
Cuando Nessa le abraza, se aferra a ella con fuerza, con una intensidad que echaba de menos. Su abrazo no es solo de felicidad, es de certeza, de algo que no quiere soltar nunca. "No llores, no llores, no llores", se repite, sintiendo cómo el nudo en su garganta amenaza con traicionarle. Querría poder grabarse este momento en la piel, tatuarse la huella del nuevo abrazo de su amiga. En su corazón, sin necesidad de palabras, le da las gracias a Embergrey. La llama que danza incesante en sus entrañas baila, avivada con este sentimiento. No solo por devolverle el brazo, sino por devolverle a Nessa completa, por hacer resurgir el espíritu que ese dragón, y las penurias de aquel templo habían intentado arrebatarle.
Cuando la conversación gira hacia la gema, su expresión cambia. Exhala, larga y pesadamente. ¿No podía quedarse en ese momento de felicidad un rato más? Pero de nuevo, debían seguir adelante. No sabe qué decir con certeza, pero no va a mentir:
—Hmmm, no se muy bien como. Pero me aventuraría a usarla. —Levanta la mirada—Siempre que alguien prometa dejarme inconsciente si ve que me descontrolo.
Luego su atención se centra en Lar — Desde que usas la gema, te ha cambiado de alguna forma? Alguna vez has sentido que la necesitas… O que no puedes soltarla?
Oswald Glimfeather Tercero comienza a responder la pregunta de Nessa
- Bueno, mi ala parece estar completamente recuperaaaad - las palabras del sabio búho se ven interrumpidas por el impetuoso abrazo de la joven humana. Oswald Glimfeather Tercero se queda tieso un segundo, totalmente sorprendido, pero finalmente abre sus alas y corresponde al abrazo de Nessa apoyando su cabeza en el hombro de la muchacha.
Cuando la conversación vuelve sobre las gemas y las arduas tareas que tienen por delante Lar contesta a Jen.
- En lo mas mínimo. - contesta sin duda alguna - No he notado jamás que me cambiara el ánimo. Es un objeto poderoso, eso desde luego, y uno puede notar su poder latente, esperando a ser liberado, pero no te afecta a ti de ninguna manera. A no ser que seas de esas personas que dejan que el poder les afecte supongo. Y recuerda que os la di sin titubear y no la echo de menos para nada... otra cosa es que en mitad del combate vea la necesidad de usarla - dice sonriendo - pero creo que no es eso lo que me preguntas. -
Lar centra sus morados ojos en Jen adoptando un tono más serio
- Entiendo perfectamente lo que os preocupa. No deja de ser un objeto creado por seres malvados con propósitos malvados. Pero las Gemas no son más que herramientas. Creo sinceramente que es el Orbe el que debería preocuparos. Ese artefacto si posee la voluntad y parte del poder de su creador. Las Gemas, sin duda, lo potenciarán, pero por sí solas no poseen la fuerza necesaria para influir a su portador. -
- Al menos no una sola - apunta Oswald Glimfeather Tercero que ha estado corroborando lo que piensa Lar sobre el poder de las Gemas y su relación con el Orbe. - Sin embargo, uno nunca puede estar seguro. Mirar a la Gema y decidir usarla es como mirar al futuro. Uno nunca sabe qué va a ocurrir hasta que, quizá, es demasiado tarde. Yo confio en vosotros - añade Oswald Glimfeather Tercero apoyando su sanada ala en la rodilla de Jen - Lo que decidais estará bien y estaremos el resto aqui para apoyaros. -
Julian toma de la mano a Jen para reafirmar las palabras del búho.
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Después de un breve intercambio de dudas ("-Pero quien tiene la gema del agua? Rolthos? #Quien, yo? +No, Jen, tú. -No hombre, no es tan azul, es mas marrón, no? #Que va! +A ver? ponlas al lado...) finalmente llegan a la conclusion de que lo más sensato es que la gema utilizada sea la que corresponde al plano en el que se encuentran. Con esa lógica en mente, Nessa le tiende la gema elemental del agua. Jen la recibe con ambas manos, sintiendo su peso y la energía latente que emana de su interior. -Hmmm... - Medita sobre las palabras de Lar, sobre la neutralidad de las gemas, de cómo no son más que herramientas a disposición de quienes las empuñan.
Se concentra en la superficie fría y lisa de la gema. Ahora el fuego es su refugio, y el elemento del agua se presenta como un nuevo desafío. Si el fuego es vida, pasión y destrucción, qué es el agua? También da vida, y fuerza, es el cambio constante, la adaptación. Visto así, no parecen tan opuestos, si no reflejos, solo que con una forma diferente. Jen cierra los ojos un instante y deja que su mente evoque imágenes de vapor al encontrarse con llamas, de ríos que erosionan montañas con la misma paciencia con la que un fuego arde en el hogar. Diferentes… Pero quizás no tan incompatibles. Quizás, al final, solo se trata de aprender a fluir.
—Está bien, usémoslas como lo que son. Herramientas con propósito —dice al fin, más segure— Puedo hacerlo. La llevaré conmigo.
Las reacciones del grupo no hacen sino elevar aún más el ánimo de Nessa, quien no es capaz de dejar de sonreír a pesar de que la conversación ha cambiado hacia las gemas.
Cuando Jen se ofrece a usar la gema elemental de Aire, Nessa tuerce el gesto momentáneamente. No puede negar que las gemas siguen preocupándola. Pero las palabras de Lar le dan un poco de seguridad, que termina de convencerla cuando Oswald da su voto de confianza. Tras darle la gema a Jen, aprieta con fuerza la mano de le barde y dice:
- Oswald tiene razón. Ante todo, estaremos contigo.
Con el asunto de la gema decidido, la ranger suspira y pregunta:
- Bueno, ¿cuáles serán los siguientes pasos? Entiendo que nos acompañaréis hasta la guarida de Nakrathel y que tendremos que enfrentarnos a él para poder avanzar hasta la puerta. Supongo que podemos esperar que aparezcan más de las criaturas del aboleth. En cuanto al aboleth en sí, ¿sabéis dónde está? ¿Será posible combatir a estas criaturas por separado?
Mientras hablan de esto, Nessa saca su arco, que hasta ahora había permanecido guardado en la dimensión contenida en su carcaj mágico, y vuelve a colocarle la cuerda flamígera. Cuando termina, hace un par de pruebas para asegurarse de que la tensión es la adecuada. La cazadora sabe que, en este entorno acuático, no podrá usarlo con comodidad, pero la simple idea de volver a sostener su fiel arco y, sobre todo, de saberse capaz de usarlo de nuevo, la llena de felicidad.
Diving deep to the surface ♫ Nessa | Saxa | Auriel | Chase | Shenua | Arren
Ante la conversación acerca de las gemas Rolthos se siente incómodo, un agarrotamiento en el estómago le indica que aquello no puede estar bien. Sin embargo sabe que no puede imponer sus ideales o su código a los demás. Resignado y haciéndose la promesa de permanecer vigilante asiente muy levemente a jen. Ahora el grupo, aparte de la espada llena de demonios de Cruços, tiene una de las viles gemas elementales activas.
Zevatur, Rolthos
La Gema parece cobrar vida en la mano de Jen. Donde antes su superficie era plana y sin nada realmente significativo, salvo el tamaño de la gema, ahora parecía que en su interior se movía un océano eterno, o un lago, o quizá era un río. Era difícil decirlo. Al mover la Gema parecía que rompían olas sobre la eterna superficie de un océano sin fin.
Jen sintió el poder de la Gema recorrer su cuerpo, extendiéndose desde sus manos como el agua que cae de la lluvia y refresca y limpia el cuerpo y el alma.
Inmediatamente, como si siempre lo hubiera sabido, comprendió y supo utilizar todos los poderes de la Gema. Entendía porque Lar decía que quizá lo echara de menos en la batalla. Las posibilidades eran muchas. Sin duda, era un poderoso objeto.
Mientras tanto Nerida contesta a Nessa.
- No creo que debamos preocuparnos por el aboleth - dice con una sonrisa - No sólo habéis dado una lección a sus secuaces, y se lo pensará mucho de volver a intentar atraparos. - se le escapa una risita, como si la sola idea de que el aboleth lo volviera a intentar le hiciera gracia - Mejor concentraros en el pulpo gigante y en la Puerta. Por desgracia de esta nada sé y no puedo ayudaros -
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