Ash, dolido de las heridas de la asesina y confundido, salió de la piscina seca para observar al grupo. Habían sobrevivido, pero habían tenido mucha suerte. Todavía no estaba seguro de lo que acababa de pasar, pero estaban vivos, incluido Floon. Apenas prestó atención al sonido de derrumbe en la lejanía, no estaba seguro de lo que significaba. Solo podía pensar en que tenían que retirarse cuanto antes, otro combate similar y sería el último. Le costaba pensar con claridad y eso le enfurecía.
-Registremos esto... y salgamos de aquí antes de... que vuelvan -le costaba vocalizar adecuadamente, ¿pero qué diablos habían hecho esos magos o quizá sería el veneno de la asesina?- tenemos al chico... es lo que veníamos a buscar.
Ash registró los cuerpos de los ogros y los barriles. Observó a Martin revisar la paredes y asintió para sí, pero el guerrero tenía la esperanza de encontrar algo de valor con lo que poder cubrir los gastos de esta incursión. Maldijo para sí recordando su poción de volar.
Helanya se acercó con celeridad a Kath en el momento en el que la tiefling desapareció por el pasillo. Después de observar con preocupación su estado y, tras los cuidados de Morko, la elfa se agachó a su lado y tomó sus manos con suavidad: - Kath, te sacaremos de aquí, aguanta un poco- le susurró con cariño. Acto seguido se levantó, sabiendo que Zevatur estaba cerca y cuidaría de ella. Observó al resto de sus compañeros mientras caminaba hacia el pasillo, cerciorándose de que todos habían sobrevivido, algunos con más fortuna que otros.
Su principal preocupación era llegar hasta Guilbert. Apretó el paso al alcanzar el pasillo y verle en el suelo, y calló de rodillas cuando llegó a su altura. Parecía estar consciente, pero su mirada se encontraba completamente ida, como si su alma estuviera muy lejos de allí. Sostuvo su cabeza entre las manos y la apoyó en sus rodillas, apartándole mechones de pelo pegados a su rostro por el sudor, la sangre y la suciedad - Guilbert, querido - le susurró con dulzura, intentando conectar con su mirada y atrapar algún resquicio de atención - estoy aquí y no voy a permitir que me dejes ahora- incluso en esas circunstancias, su rostro conservaba una belleza que hizo estremecer a la hechicera. Una punzada de temor recorrió su ser al pensar que podía perderle - aún te quedan demasiadas cosas que enseñarme - una tenue melodía surgió de la nada, invadiendo el silencio del pasillo. Era una de las melodías que le había escuchado tocar con la flauta y de la que la elfa recordaba solo algún fragmento - ¿ves? aún me queda mucho por aprender - le dijo forzando una sonrisa, esperando que la música le reconfortara allá donde su mente vagaba perdida.
minor illusion: melodía de flauta
El sonido del derrumbamiento la hizo estremecer y la melodía desapareció abruptamente. Alzó la mirada recorriendo los rostros de los allí presentes - debemos irnos ya - dijo con preocupación - ¿Dónde está Ash? ¿Dónde están los demás? - preguntó, girando la mirada hacia la entrada de la sala. No se separaría de Guilbert a no ser que fuera estrictamente necesario.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Ash, salió al pasillo de las cloacas propinando un puntapié a unas manzanas que rodaron hasta perderse en la oscuridad.
-Hora de largarse. Zev, luz. -se masajeaba las sienes constantemente con el ceño fruncido- necesitamos un clérigo.
El guerrero encendió una antorcha y puso a todo el mundo en marcha. Cargó a Guilbert al hombro sin miramientos respecto al romance platónico que mantenía Helayna con el yaciente bardo. No estaba de humor para sutilezas y le costaba encontrar las palabras así que se limitó a ejecutar los hechos y esperar que cundiese el ejemplo. Por suerte nadie parecía dispuesto a quedarse. Tras unas docenas de metros, pronto todo el grupo estaba delante los glifos.
-Zev, tu turno, rompe estas cosas.. para que podamos pasar.
El guerrero se quedó mirando a Zevatur estúpidamente.
Martin volvió frustrado de su inspección fallida, sabiendo que probablemente el gremio se ocultaba más allá del derrumbamiento. Observó de soslayo el cariño que profesaba Helayna sobre el maltrecho Guilbert y no pudo evitar soltar un ligero suspiro, no de desesperación, sino quizás de envidia, parecía que la hechicera venida del mundo de las sombras era, paradójicamente, la que mantenía la esperanza en que todo acabaría bien.
Según avanzaba el grupo de vuelta sobre sus pasos, oró a los espíritus de la Naturaleza para que les protegieran y que el plan de destruir los glifos de Ash, no acabara con otro derrumbamiento en el pasillo dejándolos atrapados allí debajo sin muchas más posibilidades... Mientras tanto no dejaba de echar miradas atrás asegurándose de que Kath le seguía y estaba a salvo.
El combate había finalizado y Gowther tenía una mezcolanza de pensamientos fragmentados en su mente. En ese escenario, su razonamiento pragmático y el control de sus emociones estaban mermados. Esto daba rienda suelta a la naturaleza más primaria y cambiantes de los eladrines. Se hacen llamar así mismos los más cercanos a Corellon y a sus orígenes. Estos orígenes caracterizaban a los elfos como espíritus de total libertad, mutables a todos los niveles y volubles emocionalmente...
En mitad de esta esta situación, el mestizo se acercó para transmitir cierta preocupación. Gowther se abalanzó sobre el dándole un abrazo situando una de sus manos sobre la cabeza del preocupado medio-elfo y la otra cercana a la parte baja de su espalda.
-Y tú, ¿estás bien? Parece que si.
Dijo manifestando una sonrisa mientra respiraba profundamente, como si estuviera apreciando el aroma de una flor. Tras esto fue de uno en uno mostrando afecto, alegría y preocupación en la misma proporción, de alguna manera era como si sus sentidos no le permitieran ver más allá de la persona con la que se encontraba.
-¿Cómo estás Zevatur? Este día debe estar siendo muy conflictivo para ti... siento tanto como se han dado los acontecimientos... Alguien tan precioso y bondadoso como tu no se merece sufrir de esta manera.- Su mano posada en la conexión entre su hombro y su cuello aprovechó para que su pulgar acariciara plácidamente su afilada mandíbula. Sin esperar su contestación continuó- Has estado verdaderamente impresionante...-Musitó una leve sonrisa e hizo una pausa embelesado por el color de su piel- Eres tan maravilloso...
Entonces acudió a Ash.
-Tu también has sido objetivo del mismo ataque que yo, ¿no?-dijo mientras le cogía de ambos bíceps con sus pequeñas manos y apretaba sus músculos buscando superar su consistencia de un modo un tanto... peculiar.-¿Qué hubiera sido de nosotros sin tu fuerza...? -Su mirada se desviaba a su marcado mentón y voluptuosos pectorales.-Pronto estaremos mejor.
Le guiñó un ojo al guerrero y pasó al lado del enano y con una mirada de soslayo profirió:
-Morko, Morko, Morko...ah.-Suspiró profundamente acariciando su poblada barba
Entonces llegó al nivel de Helayna y Kath.
-¡Kath! Oh ¡Kath! ¡Por el amor de Corellon! Lo siento tanto. Pobre niña hija del sufrimiento y la crueldad... Menos mal que te tiene a ti Helayna... Eres tan misteriosa y enigmática como una poesía de amor en otoño. Tenemos tanto que enseñarnos... algún día la confianza nos conducirá a un nuevo amanecer donde las dudas y las inseguridades no serán más que un recuerdo del pasado... Te pediría que la cuides, pero tu preciosos ojos color azabache ya me dicen que lo harás...
A unos metros pudo apreciar el cuerpo de Guilbert. Se levantó sin mediar palabra alguna con la mirada helada.
-¿Qué te ha sucedido? !¿Qué le ha pasado a la inspiración de este grupo?! ¿Por qué el destino juega con nosotros de esta manera? ¡Oh Guilbert! Tu que con tanto amor nos procesas tu arte, arte que nos eleva más cerca de Corellon.- Acostado junto a su cuerpo mientras dibujaba el perfil de su cara con el dedo índice y con una postura que les hacía parecer estar en total intimidad.-No te preocupes estamos contigo y pronto podrás deleitarnos con tu música.
Al cabo de un rato divagando de unos a otros escuchó como Hela y los demás sostuvieron que debían partir, Gowther comentó:
-Tenéis razón, debemos salir de aquí cuanto antes.
Apoyando a sus compañeros y mostrando una preocupación nunca antes vista por ellos.
-Pero ¿por dónde saldremos? ¿cómo cruzaremos los glifos que tantas penurias nos hicieron pasar? ¿Qué haremos con nuestro artista cuya consciencia está lejos de poder ser participe de todo esto. Podríamos acabar con ellos con un poderoso hechizo, pero creo que difícilmente podremos borrarlos, la mano que los hizo era muy diestra... lo más probable es que provoquemos su activación y puede que eso no sea del todo seguro.
Acabó diciendo mientras apoyaba su cabeza sobre el pecho de Martin.
-¿Serás tu el que me saque de este pozo de dudas? Tu, que tantas veces has caído ante nuestros ojos buscando nuestra defensa y protección... oh Martin...-
Sus ultimas palabras sonaron de un modo más silente como un quejido.
Morko mira con cara de no entender nada hacia Helayna, Martín y Zevatur, mientras el eladrin se comporta demasiado humanamente, incluso para un humano. Claramente Gowther se ha visto superado por la situación o lo mismo a el le ha afectado de forma diferente, con los eladrin y este en particular, nunca se sabe por dónde van a salir.
Sin mucho que poder hacer, Morko ocupa su lugar en la marcha y sigue a Martín hasta los glifos.
Maltrechos, y en su mayoría confundidos, el grupo llega hasta la zona donde están los glifos. Kath sigue a Martin como un perrito faldero, Renaer lleva a un balbuceante Floon, Ash se aferra a su único pensamiento coherente, salir de allí, cualquier otra cosa se le escapa como arena entre los dedos.
Pese a sus temores, el pasillo a su espalda o frente a ellos permanece en silencio. Tan sólo el correr del agua y sus agitadas respiraciones pueden oírse en la alcantarilla.
Las méjillas de Martin nunca se pusieron tan sonrojadas en su vida... no entendía como el Eladrin había cambiado su personalidad de manera tan radical, cuando hundió la cabeza en su pecho invadiendo cualquier espacio personal sin tapujo alguno, un ligero escalofrío recorrió la columna del mestizo, como si algo estuviera yendo terriblemente mal... sin embargo, y aunque la nueva actitud de Gowther le parecía mucho mejor que la habitual, la proximidad tan estrecha con su persona le generó una incomodidad extrema.
Con un agradable y gentil gesto, el pícaro separó ligeramente a su compañero de sí mismo.
- ¡Claro Gowther! te sacaré de tus dudas... espero que sin caer esta vez ... debemos hacer saltar las runas, quizás Zevatur consiga destruir alguna y podemos ver el efecto, sólo espero que eso no provoque un derrumbamiento del túnel, quizás el maese enano sabría más de si eso sería posible.. ¿Morko
Vigilando de reojo al noble elfo del Feywild, Martin meditó si lanzar una flecha a través del pasillo activaría las runas, o si quizás apuntar directamente a uno de los glifos lo haría. Pero su conocimiento arcano era prácticamente nulo, así que lo dejó estar hasta que sus aliados con más conocimientos y a ser posibles, sin ser baja mental, emitieran algún veredicto.
El tiempo pasa mientras el grupo se detiene mirándose unos a otros sin saber que hacer. Harto de la espera, Morko dice:-Retroceded y esperad.
Cuando ve que sus compañeros se han alejado por lo que pueda pasar, se desabrocha el caso y se lo lanza Martín, -ahora me lo das. Y echa a correr hacia los glifos y justo en el borde se impulsa hacia adelante y hacia arriba todo lo que sus cortas pero poderosos piernas le dejan...
Todo el grupo retrocede, por indicación de Morko, hasta que Martin siente que es seguro. El enano le deja su casco al semi-elfo y, con un guiño, sale corriendo hacia la línea de comienzo de los glifos.
Cuando está justo en el borde, procurando ir lo más pegado posible a la pared donde ya Martin desactivó uno, Morko salta, tratando de llegar al otro lado. Por desgracia, en su ímpetu, salta demasiado alto, se golpea la cabeza contra la pared lo que hace que su salto acabe abruptamente contra el suelo. Justo en mitad del primer glifo.
Tratando de recuperar el aliento, por un segundo el paladin piensa que el glifo no era más que una ilusión como el muro de piedra. Pero entonces el glifo comienza a brillar con un fulgor amarillo-verdoso. Antes de que el enano pueda ponerse en pie, la magia se desata liberando una lluvia de ácido que empapa al enano provocándole serias quemaduras.
El resto ve como su amigo es envuelto por el ácido, pero están a salvo de posibles salpicaduras gracias a la previsión de Martin.
Al ver a Morko el torpe intento de salto, Gowther no pudo evitar exclamar: -¡Tu preciosa barba estropeada! ¿Cuál es la macabra mano que guía nuestro camino?- Una vez que Morko se alejó, el eladrin levantó la espada desde su posición y señalando la losa donde se encontraba el siguiente glifo y conjuró:
-Más brillante que el alba, más rojo que la sangre que fluye. Se oculta bajo la marea del tiempo ¡Oh Aegnor! ¡Oh Corellon! En vuestro sagrado nombre juro lealtad para arruinar a aquellos estúpidos que se enfrentan a nosotros, para eliminar a aquellos que osan matarnos. Entre vuestro poder y el mío, acabaré con todos ellos. !Naur!
Aunque el efecto de su espada al conjurar era verdaderamente impresionante, de alguna manera, el resto de los que allí estaban, independientemente de que pudieran estar familiarizados o no con la magia, entendía que aquel exceso de palabras no era tan necesario. No obstante, a Gowther se le veía ensimismado mientras conjuraba el hechizo.
La ígnea bola recorrió el aire de las alcantarillas rápidamente, impactando en las losas del suelo. No ocurrió nada. Una breve inspección por parte de Martin les confirmó que el glifo seguía en su lugar.
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Martín observó como su compañero y aliado enano, Morko, era totalmente bañado en una lluvia de ácido al provocar la activación del glifo sobre el que pretendía saltar. Tras reprimir un suspiro de frustración, esperó a que el nuevo Gowther acabara su extremadamente barroca intervención arcana, lanzando unos dardos ígneos que no surtieron efecto alguno. La paciencia del semi-elfo empezó a flaquear, mientras contemplaba con cierto horror como la barba del paladín se iba derritiendo y generando calvas en su rostro...
Cuando oyó nuevos cánticos, Martin se giró sobre sí mismo y vio como el Eladrin había empezado un ritual en una zona del pasillo próxima al grupo. Su gestos era exacerbados, y parecía danzar en cierto trance mientra tejía la magia a su alrededor, le recordaba al hechizo que elaboró en el campamento tras el ataque de los gorilas mutados de cuatro brazos, pero estaba siendo ejecutado de una manera algo más ... "vistosa". Sin duda les sería útil al grupo mientras encontraban la manera de superar la barrera rúnica que tenían por delante.
Sin embargo, cierto azogue interior le hizo reaccionar, necesitaba mantenerse activo y útil, y aquí no estaba aportando nada... Dio varios pasos hacía Helayna, que parecía dividir su concentración entre el estado de Guilbert, y las hazañas fallidas del grupo contra el pasillo defendido por las trampas mágicas. Moviendo con delicadeza a Kath, que le seguía con la mirada algo perdida, la puso al lado de la bruja-hechicera proveniente de las profundidades del plano de las Sombras.
- ¿Te importaría encargarte de ella un momento? Voy a explorar el pasillo norte por si encuentro alguna otra salida a la superficie más asequible para todos... no debería llevarme mucho tiempo. Usar la protección del encantamiento de Gowther si es necesario...
Tras sus palabras, el pícaro hizo una señal con la mano a Ash indicándole que se marchaba a explorar el pasillo norte de la cámara donde habían combatido hace un momento y se perdió en las sombras tras cubrirse la cabeza con la capucha gris-verdosa de su capa. Su cuervo "Seeker" pareció entender la intencionalidad de su amigo, y aleteo en silencio a su lado hasta perderse también en la oscuridad del pasillo junto a él.
Stealth: 17 - Me muevo en Sigilo y con cuidado de no saltar más trampas por el pasillo norte de la cámara donde combatimos buscando salidas a la superficie.
El tiefling sigue a al resto del grupo taciturno. La condición de Kath, la repentina efusividad de Gothwer y la pírrica victoria ante los ladrones le ponían de los nervios. "Hoy no esta siendo un buen día". Y para colmo de males unos vulgares y enervantes glifos están deteniendo el avance del grupo. Sus rojos ojos se posan sobre sus amigos, siendo normalmente el menos listo de todos se da cuenta del débil estado del grupo. Debían salir de allí lo más rápido posible. Concentrándose, Zevatur mira a su alrededor, a los glifos, a la pared atrás y de pronto da un respingo. - Acompáñame, Ash!! - Grita mientras se dirige a la anterior sala siguiendo los pasos de Martin .
Allí empieza a arrastrar la mesa - Los glifos del suelo se activan al pisarlos. ¡Con poner una mesa o un barril sobre ellos podremos pasarlos sin problemas!! - Dice totalmente convencido.
La elfa no dejó de sonreír sorprendida escuchando los discursos que Gowther iba regalando a cada miembro del grupo. Después del desenlace de la batalla, su comportamiento era la nota de humor que le faltaba a la velada. Le resultaba cómico observar al eladrín en ese estado, como si hubiera bebido alguna clase de poción de exaltación de la amistad o fuera presa de la embriaguez de algún fuerte licor élfico. Era la primera vez que le caía bien desde que le había conocido y sintió cierto alivio en su ánimo después de la larga noche que llevaban por delante.
No obstante, seguía preocupada pensando en la mejor forma de salir de las cloacas lo antes posible. Cuando llegaron de nuevo a los glifos, Hela los observó intentando escudriñar alguna pista. Esta vez no le parecieron tan peligrosos, ni siquiera estaba segura de que se fueran a activar después del éxito que habían tenido cruzándolos con la cuerda.
Cuando se alejaron de la zona por precaución ante la intención del enano de saltar, la hechicera estaba convencida de que todo saldría bien, pero se equivocó. Maldijo para sí su poco juicio cuando el ácido roció a Morko y su seguridad comenzó a tambalearse, al igual que sus esperanzas en el plan que estaban llevando a cabo. Nerviosa, miró a sus compañeros buscando una alternativa. Cuando Martin la dejó a cargo de Kath, agarró suavemente el brazo a su amiga para que no siguiera de manera instintiva los pasos del semi-elfo y se mantuvo en un segundo plano, esperando las noticias de las incursiones de sus compañeros.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
La cara del paladin se torna roja pero no sé sé s bien si por el ácido o por el ridículo hecho:- Eso no ha salido como esperaba- dice con voz entrecortada, una vez recuperado de la primera impresión:- gracia a Moradhon por echarle un ojo a este pobre servidor suyo.
Claramente el paladín debe de estar protegido por la magia de su dios, ya que el mero hecho de estar vivo ya se puede considerar un milagro.
Una vez retomado el aliento ve a sus compañeros con una mesa y unos barriles y se acerca para ayudarlos en su plan.
- Acabamos de vendarte esas quemaduras. Mejor descansa y deja que los vendajes se asienten antes de moverte o será mucho peor. -
No sin esfuerzo, Zevatur y Ash logran traer la mesa de madera desde la sala donde se enfrentaron al mind flayer.
Desde la seguridad del refugio proporcionado por la magia del Eladrin, el resto ve como el tiefling y el humano señalan el pasillo frente a ellos y mueven las manos, seguramente intentando ponerse de acuerdo en cómo poner la mesa.
Finalmente, Ash se coloca en un extremo y Zevatur a su lado, pegado a la pared, para ayudarle a dirigir mejor la mesa. Flexionando sus poderosos músculos, Ash levanta la mesa y entre los dos la colocan en el espacio que los demás saben que están los glifos.
Todos contienen la respiración durante unos segundos, pero no pasa nada. Esta vez, las runas mágicas no estallan.
Mientras que Martin partía en busca de una alternativa Gowther transformaba el tapiz de la realidad:
-Oh Corellon, he aquí tu más humilde servidor, te imploro que no dejes caer en desgracia a los seres desvalidos que se postran a mis pies. Trae tu gracia a nosotros para protegernos de toda maldad. Danos un remanso de paz que nos ayude a reconfortarnos. Padre de la magia, las artes y la guerra, ayúdame con tu inspiración para que mi hechizo surta efecto. Holme
Cuando Gowther pronunció estas palabras sus ojos, aunque cerrados, dejaron caer una tímida lágrima de emoción por su mejilla. Aegnor era una con el mientras que dibuja con energía arcana desde la punta de la misma el domo. Para la mirada más avispada, era como si la hoja sintiera las emociones del elfo y con cada palabra y acentuación se notara cierta palpitación en el flujo de energía arcana. Sin duda alguna, era un espectáculo digno de ver.
Una vez finalizado el ritual, una cúpula de mística fuerza rodeo a los más heridos del grupo. En ese punto, el eladrin acomodó la luz, la humedad y la temperatura. Parecían estar en una cabaña a los pies de una chimenea. Tal era la intención del elfo que la iluminación tintineaba emulando el fuego de vez en cuando. Tras esto, sacó algo de agua y comida y se la ofreció a los que allí estaban.
Pasó el tiempo y el mestizo no volvía... Algo debía pasar... Gowther miró a todos y dijo:
-Mientras yo esté dentro de este domo, todos vosotros podréis salir y entra a voluntad, pero nada ni nadie que no estuviera mientras realizaba este hechizo podrá traspasar este domo... Bueno a no ser que lancen un hechizo de anulación... Por tanto, creo que es interesante que los más heridos o afectados se queden junto a mi. Si surge un combate, creo que serían un blanco fácil.
Mirando la mesa:
-Espero que esta estratagema sea de utilidad. La premisa que hay detrás de la activación de un glifo puede ser tan variopinta como la mano que lo engendra.
Ash, tomo aliento después de colocar la pesada mesa. Los cortes de aquella perra le ardían aun mientras Gowter ultimaba su ritual.
-¿Donde está Martin? -frunció el ceño- ya ha pasado mucho rato desde que se fue...
El guerrero dejó en aire las palabras, en parte porque no encontraba las adecuadas entre las nieblas de su cabeza, pero su gesto era preocupado. Todos sabía lo que aquello significaba, le habían trincado.
-Hay que salir de aquí -se sacudió los funestos pensamientos- no podemos ayudarle ahora. Volveremos con ayuda. ¿Alquien puede curarme? -miró a Zevatur y al domo- ¿no?...
Ash suspiró y se bebió su última poción de curación arrojando el vial tras de si. Observó la posición de la mesa, calculando la distancia para saltar apoyándose en la misma.
Hela ayudó a Kath a sentarse en el suelo, colocándose a su lado y obligando con su movimiento a que la humana apoyara la cabeza en su hombro y cerrara los ojos para descansar. El domo que Gowther había creado les proporcionaba cierta seguridad, pero la elfa seguía intranquila en las entrañas de aquellas cloacas. El estado de la mayoría de sus compañeros hacía necesario ese descanso, sobre todo hasta dar con la solución para poder salir de allí sin perder la vida, pero el tiempo transcurría y su miedo aumentaba al pensar que la tieflin había dado la voz de alarma. Esperar más era un privilegio que no se podían conceder.
Escrutó la oscuridad del pasillo por la que había desaparecido Martin, intentando adivinar alguna sombra que se acercara y que perteneciera a la silueta del rogue, pero no había rastro de su vuelta. Mientras Zevatur y Ash transportaban y colocaban la mesa sobre los glifos, Hela se levantó del suelo acercándose a Gowther; teniendo en cuenta el estado y la actividad del resto de sus compañeros, no encontró a nadie mejor con quien compartir sus temores. Habló en voz baja, para no alarmar a los demás.
- Gowther, me preocupa Martin. Ha pasado demasiado tiempo desde que salió a investigar y no ha vuelto. Te mentiría si te dijera que no creo que esté en peligro. Glifos, trampas... ha podido encontrar cualquier obstáculo en su incursión y estoy segura que la tielflin ha dado la voz de alarma - volvió a dirigir su mirada hacia la oscuridad y escuchó las palabras de preocupación de Ash y su intención de marchar de allí sin Martin - Enviaríaa Gloom a investigar, pero la pobre no puede ver rodeada de tanta oscuridad... - suspiró con impotencia- Me resisto a irme de aquí dejando a Martin a su suerte - tras esto, dirigió su mirada hacia los glifos para comprobar si el nuevo plan de Zevatur había dado resultado.
Ash, dolido de las heridas de la asesina y confundido, salió de la piscina seca para observar al grupo. Habían sobrevivido, pero habían tenido mucha suerte. Todavía no estaba seguro de lo que acababa de pasar, pero estaban vivos, incluido Floon. Apenas prestó atención al sonido de derrumbe en la lejanía, no estaba seguro de lo que significaba. Solo podía pensar en que tenían que retirarse cuanto antes, otro combate similar y sería el último. Le costaba pensar con claridad y eso le enfurecía.
-Registremos esto... y salgamos de aquí antes de... que vuelvan -le costaba vocalizar adecuadamente, ¿pero qué diablos habían hecho esos magos o quizá sería el veneno de la asesina?- tenemos al chico... es lo que veníamos a buscar.
Ash registró los cuerpos de los ogros y los barriles. Observó a Martin revisar la paredes y asintió para sí, pero el guerrero tenía la esperanza de encontrar algo de valor con lo que poder cubrir los gastos de esta incursión. Maldijo para sí recordando su poción de volar.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Helanya se acercó con celeridad a Kath en el momento en el que la tiefling desapareció por el pasillo. Después de observar con preocupación su estado y, tras los cuidados de Morko, la elfa se agachó a su lado y tomó sus manos con suavidad: - Kath, te sacaremos de aquí, aguanta un poco - le susurró con cariño. Acto seguido se levantó, sabiendo que Zevatur estaba cerca y cuidaría de ella. Observó al resto de sus compañeros mientras caminaba hacia el pasillo, cerciorándose de que todos habían sobrevivido, algunos con más fortuna que otros.
Su principal preocupación era llegar hasta Guilbert. Apretó el paso al alcanzar el pasillo y verle en el suelo, y calló de rodillas cuando llegó a su altura. Parecía estar consciente, pero su mirada se encontraba completamente ida, como si su alma estuviera muy lejos de allí. Sostuvo su cabeza entre las manos y la apoyó en sus rodillas, apartándole mechones de pelo pegados a su rostro por el sudor, la sangre y la suciedad - Guilbert, querido - le susurró con dulzura, intentando conectar con su mirada y atrapar algún resquicio de atención - estoy aquí y no voy a permitir que me dejes ahora - incluso en esas circunstancias, su rostro conservaba una belleza que hizo estremecer a la hechicera. Una punzada de temor recorrió su ser al pensar que podía perderle - aún te quedan demasiadas cosas que enseñarme - una tenue melodía surgió de la nada, invadiendo el silencio del pasillo. Era una de las melodías que le había escuchado tocar con la flauta y de la que la elfa recordaba solo algún fragmento - ¿ves? aún me queda mucho por aprender - le dijo forzando una sonrisa, esperando que la música le reconfortara allá donde su mente vagaba perdida.
minor illusion: melodía de flauta
El sonido del derrumbamiento la hizo estremecer y la melodía desapareció abruptamente. Alzó la mirada recorriendo los rostros de los allí presentes - debemos irnos ya - dijo con preocupación - ¿Dónde está Ash? ¿Dónde están los demás? - preguntó, girando la mirada hacia la entrada de la sala. No se separaría de Guilbert a no ser que fuera estrictamente necesario.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Ash, salió al pasillo de las cloacas propinando un puntapié a unas manzanas que rodaron hasta perderse en la oscuridad.
-Hora de largarse. Zev, luz. -se masajeaba las sienes constantemente con el ceño fruncido- necesitamos un clérigo.
El guerrero encendió una antorcha y puso a todo el mundo en marcha. Cargó a Guilbert al hombro sin miramientos respecto al romance platónico que mantenía Helayna con el yaciente bardo. No estaba de humor para sutilezas y le costaba encontrar las palabras así que se limitó a ejecutar los hechos y esperar que cundiese el ejemplo. Por suerte nadie parecía dispuesto a quedarse. Tras unas docenas de metros, pronto todo el grupo estaba delante los glifos.
-Zev, tu turno, rompe estas cosas.. para que podamos pasar.
El guerrero se quedó mirando a Zevatur estúpidamente.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Martin volvió frustrado de su inspección fallida, sabiendo que probablemente el gremio se ocultaba más allá del derrumbamiento. Observó de soslayo el cariño que profesaba Helayna sobre el maltrecho Guilbert y no pudo evitar soltar un ligero suspiro, no de desesperación, sino quizás de envidia, parecía que la hechicera venida del mundo de las sombras era, paradójicamente, la que mantenía la esperanza en que todo acabaría bien.
Según avanzaba el grupo de vuelta sobre sus pasos, oró a los espíritus de la Naturaleza para que les protegieran y que el plan de destruir los glifos de Ash, no acabara con otro derrumbamiento en el pasillo dejándolos atrapados allí debajo sin muchas más posibilidades... Mientras tanto no dejaba de echar miradas atrás asegurándose de que Kath le seguía y estaba a salvo.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
El combate había finalizado y Gowther tenía una mezcolanza de pensamientos fragmentados en su mente. En ese escenario, su razonamiento pragmático y el control de sus emociones estaban mermados. Esto daba rienda suelta a la naturaleza más primaria y cambiantes de los eladrines. Se hacen llamar así mismos los más cercanos a Corellon y a sus orígenes. Estos orígenes caracterizaban a los elfos como espíritus de total libertad, mutables a todos los niveles y volubles emocionalmente...
En mitad de esta esta situación, el mestizo se acercó para transmitir cierta preocupación. Gowther se abalanzó sobre el dándole un abrazo situando una de sus manos sobre la cabeza del preocupado medio-elfo y la otra cercana a la parte baja de su espalda.
-Y tú, ¿estás bien? Parece que si.
Dijo manifestando una sonrisa mientra respiraba profundamente, como si estuviera apreciando el aroma de una flor. Tras esto fue de uno en uno mostrando afecto, alegría y preocupación en la misma proporción, de alguna manera era como si sus sentidos no le permitieran ver más allá de la persona con la que se encontraba.
-¿Cómo estás Zevatur? Este día debe estar siendo muy conflictivo para ti... siento tanto como se han dado los acontecimientos... Alguien tan precioso y bondadoso como tu no se merece sufrir de esta manera.- Su mano posada en la conexión entre su hombro y su cuello aprovechó para que su pulgar acariciara plácidamente su afilada mandíbula. Sin esperar su contestación continuó- Has estado verdaderamente impresionante...-Musitó una leve sonrisa e hizo una pausa embelesado por el color de su piel- Eres tan maravilloso...
Entonces acudió a Ash.
-Tu también has sido objetivo del mismo ataque que yo, ¿no?-dijo mientras le cogía de ambos bíceps con sus pequeñas manos y apretaba sus músculos buscando superar su consistencia de un modo un tanto... peculiar.-¿Qué hubiera sido de nosotros sin tu fuerza...? -Su mirada se desviaba a su marcado mentón y voluptuosos pectorales.-Pronto estaremos mejor.
Le guiñó un ojo al guerrero y pasó al lado del enano y con una mirada de soslayo profirió:
-Morko, Morko, Morko...ah.-Suspiró profundamente acariciando su poblada barba
Entonces llegó al nivel de Helayna y Kath.
-¡Kath! Oh ¡Kath! ¡Por el amor de Corellon! Lo siento tanto. Pobre niña hija del sufrimiento y la crueldad... Menos mal que te tiene a ti Helayna... Eres tan misteriosa y enigmática como una poesía de amor en otoño. Tenemos tanto que enseñarnos... algún día la confianza nos conducirá a un nuevo amanecer donde las dudas y las inseguridades no serán más que un recuerdo del pasado... Te pediría que la cuides, pero tu preciosos ojos color azabache ya me dicen que lo harás...
A unos metros pudo apreciar el cuerpo de Guilbert. Se levantó sin mediar palabra alguna con la mirada helada.
-¿Qué te ha sucedido? !¿Qué le ha pasado a la inspiración de este grupo?! ¿Por qué el destino juega con nosotros de esta manera? ¡Oh Guilbert! Tu que con tanto amor nos procesas tu arte, arte que nos eleva más cerca de Corellon.- Acostado junto a su cuerpo mientras dibujaba el perfil de su cara con el dedo índice y con una postura que les hacía parecer estar en total intimidad.-No te preocupes estamos contigo y pronto podrás deleitarnos con tu música.
Al cabo de un rato divagando de unos a otros escuchó como Hela y los demás sostuvieron que debían partir, Gowther comentó:
-Tenéis razón, debemos salir de aquí cuanto antes.
Apoyando a sus compañeros y mostrando una preocupación nunca antes vista por ellos.
-Pero ¿por dónde saldremos? ¿cómo cruzaremos los glifos que tantas penurias nos hicieron pasar? ¿Qué haremos con nuestro artista cuya consciencia está lejos de poder ser participe de todo esto. Podríamos acabar con ellos con un poderoso hechizo, pero creo que difícilmente podremos borrarlos, la mano que los hizo era muy diestra... lo más probable es que provoquemos su activación y puede que eso no sea del todo seguro.
Acabó diciendo mientras apoyaba su cabeza sobre el pecho de Martin.
-¿Serás tu el que me saque de este pozo de dudas? Tu, que tantas veces has caído ante nuestros ojos buscando nuestra defensa y protección... oh Martin...-
Sus ultimas palabras sonaron de un modo más silente como un quejido.
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Morko mira con cara de no entender nada hacia Helayna, Martín y Zevatur, mientras el eladrin se comporta demasiado humanamente, incluso para un humano. Claramente Gowther se ha visto superado por la situación o lo mismo a el le ha afectado de forma diferente, con los eladrin y este en particular, nunca se sabe por dónde van a salir.
Sin mucho que poder hacer, Morko ocupa su lugar en la marcha y sigue a Martín hasta los glifos.
Maltrechos, y en su mayoría confundidos, el grupo llega hasta la zona donde están los glifos. Kath sigue a Martin como un perrito faldero, Renaer lleva a un balbuceante Floon, Ash se aferra a su único pensamiento coherente, salir de allí, cualquier otra cosa se le escapa como arena entre los dedos.
Pese a sus temores, el pasillo a su espalda o frente a ellos permanece en silencio. Tan sólo el correr del agua y sus agitadas respiraciones pueden oírse en la alcantarilla.
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Las méjillas de Martin nunca se pusieron tan sonrojadas en su vida... no entendía como el Eladrin había cambiado su personalidad de manera tan radical, cuando hundió la cabeza en su pecho invadiendo cualquier espacio personal sin tapujo alguno, un ligero escalofrío recorrió la columna del mestizo, como si algo estuviera yendo terriblemente mal... sin embargo, y aunque la nueva actitud de Gowther le parecía mucho mejor que la habitual, la proximidad tan estrecha con su persona le generó una incomodidad extrema.
Con un agradable y gentil gesto, el pícaro separó ligeramente a su compañero de sí mismo.
- ¡Claro Gowther! te sacaré de tus dudas... espero que sin caer esta vez ... debemos hacer saltar las runas, quizás Zevatur consiga destruir alguna y podemos ver el efecto, sólo espero que eso no provoque un derrumbamiento del túnel, quizás el maese enano sabría más de si eso sería posible.. ¿Morko
Vigilando de reojo al noble elfo del Feywild, Martin meditó si lanzar una flecha a través del pasillo activaría las runas, o si quizás apuntar directamente a uno de los glifos lo haría. Pero su conocimiento arcano era prácticamente nulo, así que lo dejó estar hasta que sus aliados con más conocimientos y a ser posibles, sin ser baja mental, emitieran algún veredicto.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
El tiempo pasa mientras el grupo se detiene mirándose unos a otros sin saber que hacer. Harto de la espera, Morko dice:-Retroceded y esperad.
Cuando ve que sus compañeros se han alejado por lo que pueda pasar, se desabrocha el caso y se lo lanza Martín, -ahora me lo das. Y echa a correr hacia los glifos y justo en el borde se impulsa hacia adelante y hacia arriba todo lo que sus cortas pero poderosos piernas le dejan...
Todo el grupo retrocede, por indicación de Morko, hasta que Martin siente que es seguro. El enano le deja su casco al semi-elfo y, con un guiño, sale corriendo hacia la línea de comienzo de los glifos.
Cuando está justo en el borde, procurando ir lo más pegado posible a la pared donde ya Martin desactivó uno, Morko salta, tratando de llegar al otro lado. Por desgracia, en su ímpetu, salta demasiado alto, se golpea la cabeza contra la pared lo que hace que su salto acabe abruptamente contra el suelo. Justo en mitad del primer glifo.
Tratando de recuperar el aliento, por un segundo el paladin piensa que el glifo no era más que una ilusión como el muro de piedra. Pero entonces el glifo comienza a brillar con un fulgor amarillo-verdoso. Antes de que el enano pueda ponerse en pie, la magia se desata liberando una lluvia de ácido que empapa al enano provocándole serias quemaduras.
El resto ve como su amigo es envuelto por el ácido, pero están a salvo de posibles salpicaduras gracias a la previsión de Martin.
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Al ver a Morko el torpe intento de salto, Gowther no pudo evitar exclamar: -¡Tu preciosa barba estropeada! ¿Cuál es la macabra mano que guía nuestro camino?- Una vez que Morko se alejó, el eladrin levantó la espada desde su posición y señalando la losa donde se encontraba el siguiente glifo y conjuró:
-Más brillante que el alba, más rojo que la sangre que fluye. Se oculta bajo la marea del tiempo ¡Oh Aegnor! ¡Oh Corellon! En vuestro sagrado nombre juro lealtad para arruinar a aquellos estúpidos que se enfrentan a nosotros, para eliminar a aquellos que osan matarnos. Entre vuestro poder y el mío, acabaré con todos ellos. !Naur!
Aunque el efecto de su espada al conjurar era verdaderamente impresionante, de alguna manera, el resto de los que allí estaban, independientemente de que pudieran estar familiarizados o no con la magia, entendía que aquel exceso de palabras no era tan necesario. No obstante, a Gowther se le veía ensimismado mientras conjuraba el hechizo.
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
La ígnea bola recorrió el aire de las alcantarillas rápidamente, impactando en las losas del suelo. No ocurrió nada. Una breve inspección por parte de Martin les confirmó que el glifo seguía en su lugar.
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Martín observó como su compañero y aliado enano, Morko, era totalmente bañado en una lluvia de ácido al provocar la activación del glifo sobre el que pretendía saltar. Tras reprimir un suspiro de frustración, esperó a que el nuevo Gowther acabara su extremadamente barroca intervención arcana, lanzando unos dardos ígneos que no surtieron efecto alguno. La paciencia del semi-elfo empezó a flaquear, mientras contemplaba con cierto horror como la barba del paladín se iba derritiendo y generando calvas en su rostro...
Cuando oyó nuevos cánticos, Martin se giró sobre sí mismo y vio como el Eladrin había empezado un ritual en una zona del pasillo próxima al grupo. Su gestos era exacerbados, y parecía danzar en cierto trance mientra tejía la magia a su alrededor, le recordaba al hechizo que elaboró en el campamento tras el ataque de los gorilas mutados de cuatro brazos, pero estaba siendo ejecutado de una manera algo más ... "vistosa". Sin duda les sería útil al grupo mientras encontraban la manera de superar la barrera rúnica que tenían por delante.
Sin embargo, cierto azogue interior le hizo reaccionar, necesitaba mantenerse activo y útil, y aquí no estaba aportando nada... Dio varios pasos hacía Helayna, que parecía dividir su concentración entre el estado de Guilbert, y las hazañas fallidas del grupo contra el pasillo defendido por las trampas mágicas. Moviendo con delicadeza a Kath, que le seguía con la mirada algo perdida, la puso al lado de la bruja-hechicera proveniente de las profundidades del plano de las Sombras.
- ¿Te importaría encargarte de ella un momento? Voy a explorar el pasillo norte por si encuentro alguna otra salida a la superficie más asequible para todos... no debería llevarme mucho tiempo. Usar la protección del encantamiento de Gowther si es necesario...
Tras sus palabras, el pícaro hizo una señal con la mano a Ash indicándole que se marchaba a explorar el pasillo norte de la cámara donde habían combatido hace un momento y se perdió en las sombras tras cubrirse la cabeza con la capucha gris-verdosa de su capa. Su cuervo "Seeker" pareció entender la intencionalidad de su amigo, y aleteo en silencio a su lado hasta perderse también en la oscuridad del pasillo junto a él.
Stealth: 17 - Me muevo en Sigilo y con cuidado de no saltar más trampas por el pasillo norte de la cámara donde combatimos buscando salidas a la superficie.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
El tiefling sigue a al resto del grupo taciturno. La condición de Kath, la repentina efusividad de Gothwer y la pírrica victoria ante los ladrones le ponían de los nervios. "Hoy no esta siendo un buen día". Y para colmo de males unos vulgares y enervantes glifos están deteniendo el avance del grupo. Sus rojos ojos se posan sobre sus amigos, siendo normalmente el menos listo de todos se da cuenta del débil estado del grupo. Debían salir de allí lo más rápido posible. Concentrándose, Zevatur mira a su alrededor, a los glifos, a la pared atrás y de pronto da un respingo. - Acompáñame, Ash!! - Grita mientras se dirige a la anterior sala siguiendo los pasos de Martin .
Allí empieza a arrastrar la mesa - Los glifos del suelo se activan al pisarlos. ¡Con poner una mesa o un barril sobre ellos podremos pasarlos sin problemas!! - Dice totalmente convencido.
Zevatur, Rolthos
La elfa no dejó de sonreír sorprendida escuchando los discursos que Gowther iba regalando a cada miembro del grupo. Después del desenlace de la batalla, su comportamiento era la nota de humor que le faltaba a la velada. Le resultaba cómico observar al eladrín en ese estado, como si hubiera bebido alguna clase de poción de exaltación de la amistad o fuera presa de la embriaguez de algún fuerte licor élfico. Era la primera vez que le caía bien desde que le había conocido y sintió cierto alivio en su ánimo después de la larga noche que llevaban por delante.
No obstante, seguía preocupada pensando en la mejor forma de salir de las cloacas lo antes posible. Cuando llegaron de nuevo a los glifos, Hela los observó intentando escudriñar alguna pista. Esta vez no le parecieron tan peligrosos, ni siquiera estaba segura de que se fueran a activar después del éxito que habían tenido cruzándolos con la cuerda.
Cuando se alejaron de la zona por precaución ante la intención del enano de saltar, la hechicera estaba convencida de que todo saldría bien, pero se equivocó. Maldijo para sí su poco juicio cuando el ácido roció a Morko y su seguridad comenzó a tambalearse, al igual que sus esperanzas en el plan que estaban llevando a cabo. Nerviosa, miró a sus compañeros buscando una alternativa. Cuando Martin la dejó a cargo de Kath, agarró suavemente el brazo a su amiga para que no siguiera de manera instintiva los pasos del semi-elfo y se mantuvo en un segundo plano, esperando las noticias de las incursiones de sus compañeros.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
La cara del paladin se torna roja pero no sé sé s bien si por el ácido o por el ridículo hecho:- Eso no ha salido como esperaba- dice con voz entrecortada, una vez recuperado de la primera impresión:- gracia a Moradhon por echarle un ojo a este pobre servidor suyo.
Claramente el paladín debe de estar protegido por la magia de su dios, ya que el mero hecho de estar vivo ya se puede considerar un milagro.
Una vez retomado el aliento ve a sus compañeros con una mesa y unos barriles y se acerca para ayudarlos en su plan.
Renaer impide al enano moverse.
- Acabamos de vendarte esas quemaduras. Mejor descansa y deja que los vendajes se asienten antes de moverte o será mucho peor. -
No sin esfuerzo, Zevatur y Ash logran traer la mesa de madera desde la sala donde se enfrentaron al mind flayer.
Desde la seguridad del refugio proporcionado por la magia del Eladrin, el resto ve como el tiefling y el humano señalan el pasillo frente a ellos y mueven las manos, seguramente intentando ponerse de acuerdo en cómo poner la mesa.
Finalmente, Ash se coloca en un extremo y Zevatur a su lado, pegado a la pared, para ayudarle a dirigir mejor la mesa. Flexionando sus poderosos músculos, Ash levanta la mesa y entre los dos la colocan en el espacio que los demás saben que están los glifos.
Todos contienen la respiración durante unos segundos, pero no pasa nada. Esta vez, las runas mágicas no estallan.
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Mientras que Martin partía en busca de una alternativa Gowther transformaba el tapiz de la realidad:
-Oh Corellon, he aquí tu más humilde servidor, te imploro que no dejes caer en desgracia a los seres desvalidos que se postran a mis pies. Trae tu gracia a nosotros para protegernos de toda maldad. Danos un remanso de paz que nos ayude a reconfortarnos. Padre de la magia, las artes y la guerra, ayúdame con tu inspiración para que mi hechizo surta efecto. Holme
Cuando Gowther pronunció estas palabras sus ojos, aunque cerrados, dejaron caer una tímida lágrima de emoción por su mejilla. Aegnor era una con el mientras que dibuja con energía arcana desde la punta de la misma el domo. Para la mirada más avispada, era como si la hoja sintiera las emociones del elfo y con cada palabra y acentuación se notara cierta palpitación en el flujo de energía arcana. Sin duda alguna, era un espectáculo digno de ver.
Una vez finalizado el ritual, una cúpula de mística fuerza rodeo a los más heridos del grupo. En ese punto, el eladrin acomodó la luz, la humedad y la temperatura. Parecían estar en una cabaña a los pies de una chimenea. Tal era la intención del elfo que la iluminación tintineaba emulando el fuego de vez en cuando. Tras esto, sacó algo de agua y comida y se la ofreció a los que allí estaban.
Pasó el tiempo y el mestizo no volvía... Algo debía pasar... Gowther miró a todos y dijo:
-Mientras yo esté dentro de este domo, todos vosotros podréis salir y entra a voluntad, pero nada ni nadie que no estuviera mientras realizaba este hechizo podrá traspasar este domo... Bueno a no ser que lancen un hechizo de anulación... Por tanto, creo que es interesante que los más heridos o afectados se queden junto a mi. Si surge un combate, creo que serían un blanco fácil.
Mirando la mesa:
-Espero que esta estratagema sea de utilidad. La premisa que hay detrás de la activación de un glifo puede ser tan variopinta como la mano que lo engendra.
Me quito la ración de comida y de agua
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Ash, tomo aliento después de colocar la pesada mesa. Los cortes de aquella perra le ardían aun mientras Gowter ultimaba su ritual.
-¿Donde está Martin? -frunció el ceño- ya ha pasado mucho rato desde que se fue...
El guerrero dejó en aire las palabras, en parte porque no encontraba las adecuadas entre las nieblas de su cabeza, pero su gesto era preocupado. Todos sabía lo que aquello significaba, le habían trincado.
-Hay que salir de aquí -se sacudió los funestos pensamientos- no podemos ayudarle ahora. Volveremos con ayuda. ¿Alquien puede curarme? -miró a Zevatur y al domo- ¿no?...
Ash suspiró y se bebió su última poción de curación arrojando el vial tras de si. Observó la posición de la mesa, calculando la distancia para saltar apoyándose en la misma.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Hela ayudó a Kath a sentarse en el suelo, colocándose a su lado y obligando con su movimiento a que la humana apoyara la cabeza en su hombro y cerrara los ojos para descansar. El domo que Gowther había creado les proporcionaba cierta seguridad, pero la elfa seguía intranquila en las entrañas de aquellas cloacas. El estado de la mayoría de sus compañeros hacía necesario ese descanso, sobre todo hasta dar con la solución para poder salir de allí sin perder la vida, pero el tiempo transcurría y su miedo aumentaba al pensar que la tieflin había dado la voz de alarma. Esperar más era un privilegio que no se podían conceder.
Escrutó la oscuridad del pasillo por la que había desaparecido Martin, intentando adivinar alguna sombra que se acercara y que perteneciera a la silueta del rogue, pero no había rastro de su vuelta. Mientras Zevatur y Ash transportaban y colocaban la mesa sobre los glifos, Hela se levantó del suelo acercándose a Gowther; teniendo en cuenta el estado y la actividad del resto de sus compañeros, no encontró a nadie mejor con quien compartir sus temores. Habló en voz baja, para no alarmar a los demás.
- Gowther, me preocupa Martin. Ha pasado demasiado tiempo desde que salió a investigar y no ha vuelto. Te mentiría si te dijera que no creo que esté en peligro. Glifos, trampas... ha podido encontrar cualquier obstáculo en su incursión y estoy segura que la tielflin ha dado la voz de alarma - volvió a dirigir su mirada hacia la oscuridad y escuchó las palabras de preocupación de Ash y su intención de marchar de allí sin Martin - Enviaría a Gloom a investigar, pero la pobre no puede ver rodeada de tanta oscuridad... - suspiró con impotencia - Me resisto a irme de aquí dejando a Martin a su suerte - tras esto, dirigió su mirada hacia los glifos para comprobar si el nuevo plan de Zevatur había dado resultado.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"