El paladín niega con la cabeza. - No he detectado nada maldito aquí, a la vista no hay nada. Quizás en el interior. - Dice cuando Curços le pregunta. - Si no hay una urgencia apremiante, preferiría esperar a Jen y Nessa, deben de estar en camino. 

Alzando la cabeza intenta ver la entrada. - Echemos un vistazo primero a los alrededores, no?

[Tanto si sigue viendo la visión como si no; si puede hacer esto mientras aún ve la visión, estará mucho más tenso, balbuceante e incómodo que si no]

Cruços mira con cariño a Rolthos, "Si ya antes eras comedido y sopesabas opciones antes de lanzarte, ahora vamos a tener que enviarte solicitudes por triplicado". Se dirige al linde de la puerta y donde ha visto a su supuesta hermana, a la que no recordaba recordar hasta esta noche. Se acuclilla, para hablar a su altura, como a un niño:

- ¡Voy, voy! Pero espera un poco, van a venir unos amigos y si vamos más, podremos jugar a más juegos!! ¡Verás cómo nos lo pasamos! - mira de nuevo hacia Rolthos y Xandrila - No sé yo qué tal le va a sentar a esta esperar...

 - Pues si es una trampa seguro que se muestra impaciente. Pero no veo porque deberiamos seguirle el juego a esa visión que estás teniendo. ¿Quizás podrias describirnosla, o presentarnos? - Finaliza Rolthos, intentanto ganar algo de tiempo. Mirando atrás con la esperanza de ver a Nessa y Jen llegar pronto. 

 - Si no puedo hablar con mi hermana y sus amigos y dejar un mensage para Jen y Nessa... - Dice arrepintiendose al instante al dar una excusa para no demorarse más y enrredar a su Roldria en este asunto.

La gemela pequeña de Cruços ríe y sale corriendo en dirección a la parte trasera de la casa antes de que esté pueda llegar a ella y hablarle. La ve desaparecer atravesando una pared, dejando tras de sí pequeñas volutas de éter azulado. 

Nessa sigue sigilosamente a los encapuchados por el descuidado jardín exterior, procurando no pisar piedras sueltas o ramas secas. Las figuras finalmente entran a la mansión por una puerta que antaño debía ser usada por el servicio, aunque la sala a la que acceden está medio derruida y caminan entre cascotes y paredes a medio derruir, dirigiéndose hacia el derruido centro de la mansión. Nessa observa que evitan acercarse a las zonas donde se escuchan conversaciones y risas de jóvenes pasándolo bien. Se detiene entre las sombras que le proporcionan unos cascotes del techo semihundido y observa cómo las dos figuras se encuentran con otras tres, vestidas de igual modo, que están guardando una puerta de pesada madera negra. Viejas runas se adivinan en la hoja de la puerta, pero ahora son ilegibles. Tras intercambiar unos susurros entre ellos, les abren la puerta y la pareja se interna en la oscuridad de detrás. 

Mientras Rolthos piensa en dejar un mensaje a sus amigues a través de su hermana y amigos, Jen aparece en la sala por la otra entrada. Sonriente, observa a Roldria y su grupo y les saluda con la mano mientras se encamina hacia ellos. Jen no se da cuenta en el rubor en las mejillas de uno de los amigos de Roldria ni de cómo sigue su figura cuando cruza la habitación. 

Cruços se encoge de hombros.

- Es una niña y quiere jugar en el interior de la mansión... Que estoy viendo como si nunca nada hubiera cambiado. La has asustado y ha salido corriendo - cuando Jen llega a la sala, Cruços exclama - ¡Genial, perfecto! - agarrándole por el brazo y empezando a caminar nervioso fuera de la sala siguiendo el rastro de volutas azules - en resumen, estoy teniendo visiones que no sé quién provoca, ni puedo discernir si son recuerdos reales o inducidos. Llegas justo a tiempo para meternos de cabeza en una trampa. ¿Está Nessa por aquí también? Seguro que le encanta, ¡le encantan las sorpresas!

Aprovechando que la pareja se para a hablar con las tres figuras encapuchadas que montan guardia, Nessa observa a uno de los dos y murmura de forma apenas audible las palabras de su conjuro de cazadora, que le permitirá seguir la ubicación durante un tiempo.

 "Puede que nos sea útil más adelante...", piensa.

Permanece un rato más a la escucha, por si pudiera notar algo más de interés, pero cuando la pareja cruza la puerta se da cuenta de que no hay más que pueda hacer ella sola, así que se dirige con cuidado hacia las zonas de algarabía en busca de sus compañeros.

Cruzándose con la hermana de Rolthos, ésta le señala dónde se han ido el paladín, el cazador de sangre y - más tarde - le barde, y finalmente se reune con ellos, poniéndoles al día de lo que acaba de descubrir.

Rolthos miró con extrañeza a Cruços. – ¿Recuerdos? ¿Aquí? – Su hilo de pensamiento se detuvo al ver como Jen y Nessa se unían. De acuerdo, vamos. Al final veo que si vamos a tener una noche movida, Visiones, sectarios… - Se zafó del brazo de Cruços y se alejó unos pasos hacia su hermana.

 - Roldria! Ve a seguir la fiesta a otro lado. ¡Este sitio no es seguro! – Consciente de que su hermana haría lo que le viniese en gana y que la visión de Cruços apremiaba no espero a ver la reacción de su hermana y se apresuró a seguir a Cruços al interior de la ominosa mansión.

Hay algo en el tono de voz de Rolthos, o quizá en su expresión que hace que su hermana le mire asustada y se corte la réplica mordaz que estaba a punto de soltar. Jhaina, que estaba hablando con ella entre risas y cuchicheos y que sonreía a Rolthos al verle acercarse de nuevo se queda pálida. Elend baja despacio su vino y mira de hito a hito a los hermanos, sin saber si debe preguntarle al paladin qué ocurre o a su amiga qué deben hacer. 

Roldria asiente a Rolthos y dice a los demás

- Chicos, recoged. Nos lagarmos. - algunos la miran sorprendidos pero ella corta cualquier tipo de discusión - ¡ahora! - el temblor de su voz y la reacción de sus otros amigos hacen que Wallace, Kir y Dolmund se levanten casi olvidando sus bebidas. 

Jhaina mira a su alrededor 

- Espera...  ¿ dónde está Mel? - pregunta 

- Dijo que iba al excusado... que había bebido demasiada cerveza... - apunta Wallace aún confuso e inseguro de qué está pasando. 

- Excusado... en una  mansión abandonada... – Rolthos resopló. - Id entrando, voy  buscar a Mel... - Dijo a sus compañeros, luego se volvió hacia su hermana y sus amigos. – ¿Dónde está ese excusado? – Les preguntó mientras se aprestaba a ir hacia aquel excusado.

- Normalmente... en la parte de atrás cerca del derruido invernadero o delante... entre los árboles... - responde Roldria. 

Rolthos echó un vistazo al jardín. Aunque algo solitario no parecía suficientemente excusado para una muchacha. Y Nessa acababa de ellgar por alli... - Estará en la parte de atrás. - Se aventuró a decir mientras se dirigia hacia allí, afortunadamente en la misma dirección que habia tiomado la vision de Cruçós.      

La ranger sigue los pasos de Rolthos en busca de la chica perdida.

A pesar de la dificultad de buscar en la noche tenuemente iluminada, sus avezados ojos logran distinguir unas huellas junto con una copa de vino similar a las que estaban usando los amigos de Roldria. Siguiéndolas de cerca, diría que las huellas se dirigen al fondo de la mansión, posiblemente hacia el antiguo invernadero.

Nessa hace un gesto hacia los compañeros, invitándoles a que se acerquen:

- Mirad esto ... yo diría que la chica se dirigía al invernadero...

Fijándose más detalladamente, la cazadora observa que las huellas se acercaron al pasillo donde vio a los encapuchados.

- Oh oh ... aquí hubo un forcejeo. ¿Veis esas huellas? Previamente no estaban tan marcadas en el suelo. Lo que quiere decir ... que alguien pesaba más por llevar carga encima. Me temo, Rolthos, que los encapuchados se llevaron a la amiga de tu hermana...

Rolthos agarró el glaive. - Ya no hay duda, aquí pasa algo terrible. Vamos, seguro que debemos apresurarnos.

Jen, con gesto confiado, se acerca a los guardias de la puerta, tan sólo unos metros, lo justo para que estos puedan ver a le barde. Sus amigos se quedan un poco atrás, aún ocultos por las sombras del pasillo. 

Jen sonríe a los guardias cuando estos giran sus encapuchadas cabezas hacia elle. Y entonces Jen comienza una pequeña danza, abriendo y cerrando sus abanicos de colores y lanzándolos al aire dando giros y formando espirales. Al cruzar el aire, estos van dejando una estela de colores que se mantiene en movimiento cuando el abanico ha caido. Jen se desplaza con elegancia y precisión y consigue de alguna manera que varios abanicos estén en el aire al mismo tiempo y que ninguno caiga. 

Cuando termina y recoge el último de ellos, los colores siguen danzando sobre sus cabezas, formando un hipnótico patrón muy hermoso de contemplar. 

Los dos guardias bajan la mirada hacia le barde y uno le dice.

- Aquí no hay ninguna fiesta. Ve a la parte de delante con los demás. - 

Jen se gira a sus compañeros, mordiéndose el labio y con gesto de disculpa. Y entonces es cuando ve a Cruços mirando boquiabierto su despliegue de luces y colores, la boca semiabierta, los brazos laxos a los lados del cuerpo. 

Al volver con sus compañeros en las sombras, y alejados de los guardias, Jen chasquea los dedos delante de Cruços. -Eh, machote, mis ojos están aquí. -Dice con falsa voz de ofensa rompiendo el conjuro, como una dama a la que le han mirado el escote en un banquete. Pero sin ser dama, ni tener escote alguno. Se encoge de hombros. -Supongo que si pedirlo por las buenas no funciona... Habrá que hacerlo de otro modo.-

- Vaya, qué mala suerte. Parece que será necesario ponerse duros. En fin, ¿vamos? No hay tiempo que perder.

Nessa se encamina hacia la puerta haciendo un gesto a sus amigos. Cuando llega a la altura de los guardias dice lisa y llanamente:

- Podemos hacer esto del modo fácil, o del modo doloroso. Vosotros elegís ...

Con un movimiento ágil desenvaina su espada, y añade:

- ... pero vamos a cruzar esa puerta.

Rolthos se pregunta si no sería mejor entrar sin alarmar a los que estén dentro... Pero buscar un plan con subterfugio requería más planificación y Mel quizás no dispusiese de tiempo. El avance de Nessa interrumpió su hilo de pensamiento y tras la sorpresa imicial avanzó rápidamente detrás de ella, glaive en mano,  amenazante.

 - Por el coraje de Mayaheine, dadnos paso franco y e iros a vuestra casa. - Respaldo a Nessa con voz ronca y ferrea mirada. 

Los dos encapuchados sacan de sus espaldas unas dagas curvas de aspecto sombrío. Sin decir nada se lanzan al ataque de los osados aventureros.

Nessa casi agradece que se lancen ataque. Despues de tantas semanas sin actividad - más allá de los entrenamientos en el campo de tiro de la guardia de la ciudad - empezaba a echar de menos tener algo de acción.

Pronto comprueba que el aspecto amenazador de los enchapuchados es pura fachada. Sus ataques son lentos y poco hábiles, y a la ranger no le cuesta nada esquivarles y ponerse en una posición que le permite propinarles un golpe con el pomo en la nuca que acaba con los dos hombres en el suelo.

 Enfundando de nuevo, comenta:

- Estabais advertidos...

Sin perder tiempo, se pone a buscar entre las pertenencias de ambos vigilantes, en busca de la llave que abre a la puerta. Reconoce a uno de ellos por haberlo visto en la fiesta de Gui...

Después, con ayuda de sus compañeros, atan los cuerpos y los llevan a una de las zonas en ruinas donde no sea fácil encontrarles.

Rolthos flexionó las rodillas levemente para prepararse al combate sin embargo antes de que ni siquiera se diese cuenta el combate se había acabado. - ¡Que eficiencia y velocidad!

Después ayudo a Nessa a esconder los cuerpos de los inconsciente sectarios.