Cegorach empezaba a visualizar varios frentes abiertos pero había uno que solo estaba en su mano.

-Creo que deberíamos determinar cuáles serán nuestros siguientes pasos. Acabamos con todos los cultistas que nos encontramos, además siempre me mantuve en segundo plano en los combates, que creo que podría volver para intentar saber cuáles son las intenciones... A estas alturas ya habrán sido conscientes de lo sucedido. Mientras tanto podríais intentar conseguir la guadaña, ese objetivo parece más cercano.

Tras decir esto, comorendió que tal vez Roland querría ir a avisar a su mentor.

-También podriamos dividirnos en tres frentes e intentar abarcar todo. ¿Qué opináis?

Roland niega con la cabeza. 

 - Está en Elturel, a más de una semana de camino de aquí.  Puedo ir a avisarle e informarle, pero perderemos el contacto si no vamos todos- 

Kath añade. 

- La Guadaña siempre ha pertenecido al clérigo encargado del Templo. Y dudo mucho que se la quitéis si todo un ejercito de kobolds y un dragón no lo han conseguido. - 

-Desconocía si la guadaña pertenecia a alguien o simplemente era un objeto custodiado. Podríamos hablar con el de la situación en torno a la guadaña y nuestras intenciones. Tal vez accediera si retornamos la guadaña a su dueño una vez acabemos con todo esto. Sea la decisión que toméis, creo que yo iré al campamento para obtener la mayor información posible. ¿Dónde nos podemos encontrar?

Martin, que se había quedado escuchando en silencio todo este tiempo mientras afilaba sus dos espadas cortas sentado cerca de sus compañeros, parece no reaccionar en absoluto al oír la verdadera herencia de Morko, como si ya la conociera de antemano. Cuando Roland menciona a su maestro interviene para dar su opinión...

- Creo que lo que está en nuestras manos ahora mismo es viajar rápidamente a Elturel, y avisar al mentor de Roland, quizás podamos atrapar a los asesinos si llegamos a tiempo y extraer más información aún. Y quizás Orthan pueda contarnos algo más, si es objetivo de su lista roja, sin duda podrá esclarecernos más cosas. Además no considero que debamos separarnos en ningún momento, eso nos haría más vulnerables... y algunos... no somos tan expertos y resueltos en las batallas.

Martin parece algo apenado al decir esto último recordando cada una de sus heridas y derrotas en los combates contra el culto, como si no sólo le dolieran físicamente.

- Creo que somos más poderosos como grupo, siendo la suma de todos, aportando cada uno en su materia, Zebatur con su magia y su estado de vigilancia constante, Roland con sus habilidades sanadores y sus conocimientos religiosos, Flolky es extremadamente útil con sus habilidades mentales que nos dan mucha flexibilidad, Jeena es una bestia, literalmente en combate y lo coordina con sus propias habilidades curativas, Leosin es sin duda el más experto de nosotros cuerpo a cuerpo, y tiene múltiples habilidades mágicas y sanadoras, y yo puedo infiltrarme y espiar con cierta facilidad. Mucho mejor unidos. No tenemos mucho tiempo. Si estáis de acuerdo, deberíamos preparar todo y comenzar mañana mismo el viaje.

El semielfo, mira a todo el grupo comprobando su aprobación o pegas a la idea.

- Yo partiré hacia Puerta de Baldur, y de alli a Waterdeep - anuncia Leosin - hay gente con la que debo hablar e informar de todo esto. Mis pistas indican que el culto se movía hacia el norte y debo seguirlas para asegurarme. No os preocupéis. Funcionáis muy bien como grupo como dice Martin.  Si vais a Elturel os daré una misiva para entregar en mi monasterio y otra para Orthan. Es bueno que la información fluya. - dice sonriendo.

El semi elfo no se va, si no que se queda alli para seguir hablando y terminar de decidir. 

Quieto y con los puños cerrados de rabia, como un roble centenario Zevatur contemplaba la ruinas ante si. Otra vez el destino, o la vida, o los dioses se reian de el. Ni el descanso de beber una taza de cerveza le era permitido. La taverna había sido destruida por completo. El olor a madera quemada aún permanecía en el aire. 

Al fin, tras largos instantes Zevatur empezó a deambular sin rumbo. Absorto en su desgracia sus pasos le llevaron hasta el templo donde pudo ver como en mesas improvisadas varios niños, desamparados, comían platos de algunas legumbres en abuntante caldo claro. Otra vez se quedó inmovil, contemplando la escena, pero está vez sus manos no estaban apretadas de rabia. 

"Mis desgracías comparadas con las suyas, no son nada." se dió cuenta mientras les miraba. Después avanzó hacia el cura. - Tomad este dinero, servirá para alimentarles por algunos días más. Si hay alguna otra cosa que necesiteís, no teneis más que perdirlo.

Tras intercambiar alguna palabras más con el clerigo me siento con los niños, intentando calmarles lo qme jor que puedo, arreglando sus ropas con cantrips de mending y ayudando en lo que pueda.

El semi elfo abre los ojos, sorprendido de la generosidad del extraño

”Sin duda eres una bendición de Chauntea “ le dice “ con esto podremos comprar muchas cosas en Elturel en la caravana que saldrá pronto para comprar provisiones y materiales. “ 

Los niños se muestran curiosos con Zevatur hablan entre ellos y cuchichean. Uno da un paso adelante y le dice 

“Eresh... eresh un demoño?”  El aire se le escapa entre los dientes que aún no le han salido. 

 -Entonces, si todos estáis de acuerdo podemos ir a Elturel...

Hizo pausa como si dejara algún cabo suelto.

-Lo que me sigue inquietando es la posibilidad de que vuelvan al pueblo en busca de los objetos que obtuvimos, de la guadaña o de cualquier información asociada a nosotros... ¿Estoy equivocado al pensar así? ¿Creéis que sería erróneo que fuera al campamento a investigar un poco para aclarar estas cuestiones?

Morko escucha en silencio y, haciendo caso omiso a ser ignorado por el semielfo, dice:- Me parece bien la idea de ir a Elturel, pero no me gusta la idea de dejar aquí desprotegida la guadaña, al fin y al cabo no la consiguieron porque nosotros interferimos en sus planes, creo que lo mejor es que Leosin se la lleve y la custodien en su templo, los cultistas solo atacaron la villa por la guadaña, si ya no está aquí la gente  estará a salvo. De igual modo alguien debe de hacer se cargo del resto de objetos mágicos hasta que el escudo sea devuelto a la familia a la que pertenece y decidamos que hacer con la alabarda.

Cegorach, al ver que coincidía en parte con Morko, propuso:

-No podemos arriesgarnos que vuelvan a atacar y que esta vez no haya nadie para defender el pueblo. Estoy de acuerdo con Morko, deberíamos ver si podemos custodiarla. Aunque esto no asegura que no pueda haber otro ataque necesariamente... Voy a volver al campamento, en teoria, no deben sospechar de mi. 

Se acercó a martin y le dijo:

-¿Me permites?

Posó la mano en el hombro y, mientras se tocaba la sien, se sintonizó psíquicamente con su armadura.

-De esta manera podré localizaros. En cuanto decidáis vuestros pasos saldré hacia allí. Nos vemos en unas horas, antes del anochecer.

 Dijo mientras se sentaba a la sombra de un arbol a meditar unos instantes.

- No creo que atacarán solo por la guadaña - dice Leosin - ni creo que sea una buena idea quitársela a su legitimo propietario. Me parece una buena idea que vayas al campamento y compruebes cuales son sus intenciones. ¿Vas a ir solo? - 

 - No, pero un antepasado si lo era... lucho cada día con la herencia de su sangre. - Su alegre semblante se entristeze durante un breve momento. Después sigue jaleando a los niños y ayudando en lo que pueda. Al fin, tras unas horas regresa hasta donde estan sus compañeros donde tras resumierles los planes Zevatur añade. - Saldrá una caravana hacía Elturel en breve, quizas podriamos unirnos a ella.

-En principio pensaba ir solo pero, si alguien se anima a cubrirme las espaldas, siempre puede estar por las inmediaciones del campamento. La idea es volver como un miembro del culto e intentar determinar que van a hacer.

Espero que no haya mayor problema...

Dijo Cegorach con una sonrisa

- Yo llamo demasiado la atención y no soy especialmente ducho en las artes de el camuflaje en la naturaleza...yo creo que prefiero quedarme aquí. - Dice algo desanimado. - Pero traerte a un prisionero quizás sea demasiado arriesgado... para la información posiblemente sea suficiente que te cuenten ellos mismos los planes y nos la comuniques luego. Confiamos en ti. - Añade entre un par de suspiros. 

-Quise decir que iré allí y como sigo siendo un miembro del culto, intentaré averiguar que ha sucedido. Si al anochecer no he vuelto, supondrá que he tenido algun tipo de complicación. Mientras tanto, podríais determinar como iremos y si necesitaremos algun medio de transporte.

Tras esta palabras, Cegorach se levantó y partió en dirección al campamento.

- Yo creo que podríamos unirnos a la caravana que partirá hacía allí. Así podemos quedarnos un poco más en esta aldea, ayudar y asegurarnos que la tan necesitada caravana y los bienes que en ella viajarán están bien protegidos aunque quizás el tiempo apremie... ¿vosotros qué pensais?  - 

- ¿Si Folky fuese del ala roja que se comenta en estos papeles? Sería capaz una rivalidad así de llegar al extremo de ayudar a unos extraños a acabar con toda una rama de los cultistas del dragón? - Comenta despues de forma un tanto sorprendida por la repentina unión de cabos sueltos.

- "T." .... ¿Será talis? - Añade con cierta tristeza. - No puede ser casualidad que yo estubiese en un burdel regentado por un agente del culto del dragón... ¿O si?  ¿Y mi madre... Será talis responsable de su muerte... por que... o será solo otra casualidad?- reflexiona en voz alta... la congoja de la tristeza de los eventos que han ocurrido parece que ayuda a atar cabos sueltos, a reflexionar y hacerse preguntas que solo llevan a más preguntas.

Cegorach parte al mediodía hacia el campamento de los saqueadores del Culto. Llega justo a la puesta del sol y lo primero que le indica que algo no va como debería es que no encuentra a ningún vigía. Al llegar al campamento propiamente dicho lo encuentra desierto. Al parecer ha sido abandonado apresuradamente, alguna tienda ha quedado a medio desmontar, trozos rotos de cerámica desperdigados por el suelo, cacerolas aún sobre los soportes que las mantenían sobre hogueras ahora apagadas... no se escucha ni un ruido en el páramo que apenas veinticuatro horas antes bullía de actividad. Ve que las tiendas más grandes han sido abandonadas, y las antorchas que permanecían encendidas a la entrada de la cueva, ahora están apagadas.

-Entonces está decidido, partiremos en busca del maestro de Roland en cuanto nuestro colega psíquico regrese. ¿Cuando saldrá la caravana? No creo que sea recomendable retrasarnos mucho sabiendo lo que está en juego. Necesitaremos algo de material para el camino, creo que podemos invertir parte del botín obtenido en equipo de viaje.-

Dicho esto Morko se dirige hacia el pueblo con la idea de conseguir el equipo necesario para el viaje, cuerdas, manta, ropa de viaje,yesca y pedernal...

La tienda general del pueblo, que no está muy lejos de la derruida posada, está con la puerta desvencijada y se puede escuchar ruido dentro. Una humana de mediana edad se mueve dentro, al parecer intentando ordenar el desastre que reina en la habitación. Estanterías tiradas por el suelo, cajas abiertas, botes de cerámica rotos por el suelo. 

La mujer tiene el pelo recogido en un moño más funcional que estético y su gesto es adusto. Cuando ve entrar a Morko le dedica una triste sonrisa 

- Buenas... me temo que esta cerrado... - le dice antes de que sus ojos se fijen bien en él y los abra de par en par - Oh disculpa de!! Vos sois el enano que se enfrento a ese monstruo y consiguió que detuvieran el ataque contra el pueblo! Y salvó a los chicos de los Markgurth! - se intenta limpiar las manos en el delantal lleno de polvo - Gracias gracias... no sé que habría sido de nosotros sin ustedes. - 

 Cegorach comenzó erigiendo un baluerte de energía psíquica entorno a el. Tras esto,  deambuló sigilosamente por el campamento levantando las lonas de las tiendas telekineticamente en busca de alguna prueba o atisbo significativo que pudiera esclarecer sus dudas. Aprovechó tambiénvpara buscar algo de valor dirigiéndosepaulatinamente hacia la cueva.