Aprovechando que el gigante se ha metido en la que parece la parte más frondosa del jardín, los compañeros se mueven tan rápido como pueden hacia la puerta abierta que les da acceso al castillo. 

Según se acercan ven que se trata de unas puertas dobles de cristal, de las cuales sólo una hoja está abierta y que al otro lado se encuentran en una especie de invernadero o jardín cubierto. Muy por encima de sus cabezas el techo de cristal deja pasar la luz del sol a un frondoso y florido interior. 

Concentraciones de flores de diferentes colores y olores, de tamaño enorme la mayoría, se entremezclan con macetas, pequeñas, para el tamaño de la sala y los gigantes, fuentes dejan caer el agua en piscinas que a los gigantes no les llegaría al tobillo pero a los compañeros les cubriría hasta la cintura o más allá. 

En el exterior pueden escuchar los lastimeros quejidos de la quimera. 

Ash corre tras Martin y los demás , tratando de dejar al gigante atrás. Es lo más inteligente que han hecho desde que se tiraron del ingenio gnómico. Los pasos del gigante deberían cubrir su falta de sigilo y los árboles deberían ocultar su carrera así que sacrifica la cautela por la velocidad.

Cuando llegan al invernadero Ahs acuerda unas señas para comunicarse sin hablar, señas que le han funcionado en campañas con el Guantelete Rubí en el pasado: el puño para parar, los dedos para número de enemigos, señalar la dirección, cosas sencillas. 

-En adelante, Martín y Kath primero. Les daremos espacio.

Gowther, tras el duro combate entendió que si esos seres en meras mascotas, el resto de enemigos debían ser bastante problemáticos. Comprendiendo que todos habían empleado intensivamente sus recursos en la anterior lucha, propuso al grupo buscar un lugar escondido donde refugiarse para un breve descanso.

-Dadas las circunstancias, tal vez debamos retomar un poco el aliento y curar a los miembros heridos si encontramos un lugar seguro. 

El pícaro se adelanta junto a Kath, y se dispone a ejercer de explorador como hace siempre, con precaución va vigilando la maleza y los ajardinados alrededores buscando cualquier señal de peligro.

Martin se funde con las sombras proyectadas por las plantas y grandes macetas y, seguido por Kath, se adentran un poco en el jardín. Cuando la muchacha va a avanzar, aprovechando las sombras de la pared húmeda de una de las fuentes, el semi-elfo la detiene. Se ha percatado de que las pisadas de los gigantes, que son numerosas en los caminos de tierra, hierba y piedras que recorren el jardín interior, tienden a evitar, precisamente, esa zona. Ambos cruzan al otro lado del camino y suben al muro de la fuente que hay justo al otro lado. Desde allí pueden ver que algo se agita en el agua, como si una sustancia negra flotara sobre el agua, parece que se mecen con la corriente, hasta que Martin ve como se mueven contra corriente y una de ellas parece elevarse un poco, alargando una especie de pseuodópodo, que tantea la pared por donde hace unos instantes estaban ellos. 

Gowther ve varios lugares donde podrían refugiarse y descansar, la cuestión que deben resolver es si es sensato. 

En el jardín a sus espaldas escuchan al gigante renegar en su idioma. Parece que ha encontrado a la quimera herida. No tardará mucho en darse cuenta que las heridas no son las habituales. 

Descansar ahora no es la mejor de las opciones... Mejor poner espacio de por medio. Si nos descubre ese gigante estamos  acabados, no creo que le haya  hecho gracia que le hayamos herido a sus naacotas.- Dice Roland apresurándose. Si alguno está muy herido le puedo curar con un healing kit in poco más adelante... Solo me llevará un momento aplicar los ungüentos balsámicos.

Zevatur a su vez asiente a todo lo que comentan sus compañeros. Su mano repite los signos que Ash ha comentado, intentando memorizarlos.

Ambos siguen al grupo, apresurados y raudos.

Gowrher sigue a sus compañeros al comprender que no es el mejor momento para retonsr fuerzas e intenta no quedarse atrás.

Guiados por Martin los compañeros no tardan mucho en conseguir llegar al otro lado del jardín interior, pese a las muchas vueltas y revueltas que da el suave camino de arena por el que lo atraviesan, el semi-elfo les lleva sin titubeos por el camino que ha seguido el gigante para cruzar hacia el exterior. 

Al final encuentran una puerta de unos doce pies abierta, tras subir unos tres escalones que Morko casi tiene que escalar ya que son tamaño gigante. 

Con precaución se asoman por la misma y se encuentran en un ancho pasillo de piedra, con unas puertas dobles de madera pulida frente a ellos. En las paredes hay varios antorchas grandes que iluminan la estancia. 

A su alrededor se adivinan más puertas, no tan grandes ni decoradas como las puertas dobles de enfrente, que llevan a otras partes del castillo. 

(Nota: cada casilla del mapa son 20 pies )

Habiendo llegado al hall, Ash llama la atención de Martin levantando el puño para detenerse un momento.

-Vale, es hora de ver ese mapa -susurra a sus compañeros- ...deberíamos encontrar un lugar angosto donde esos gigantes no nos encuentren fácilmente -susurra de nuevo- y reorientar vuestro plan, sea el que sea. Está claro que la sorpresa ya no está con nosotros y los chicos grandes van a buscarnos. ¿Dónde vamos?...

El guerrero mira sus compañeros esperando ver ese mapa.

- Recordar que nuestra misión es encontrarnos con el hijo del Conde sin que nadie nos vea antes! Debería estar en la torre central... A la cual sin duda se llega por las grandes puertas de enfrente. - Roland señala dichas puertas... Luego mis una de las laterales... Pero quizás las grandes puertas no sean la mejor opción para pasar desapercibidos. Mejor ir por unas de las laterales que llevan a la parte principal del castillo. Quizás por ahí podemos encontrar algo de información antes de encontrarnos con esos gigantes. - Roland señala la puerta que está justo a la derecha de la puerta principal.

Martin se detiene ante la señal de Ash, y asiente escuchando la opinión de Roland, que parece bastante sabia y acertada, sin dejar apenas tiempo a la pausa, puesto que el gigante ya debería estar buscando a los culpables de las heridas de la Quimera, se dirige hacia la puerta de la derecha que indicó Roland. Se mueve sigiloso junto a Kath a pesar de que al salir de las zonas boscosas y ajardinadas se siente más vulnerable a ser descubierto.

En silencia susurra a su compañera y aprendiza... - Antes de tocar ninguna puerta o abrir algo déjame revisar que no tenga ningún mecanismo o trampa, no debería llevarme demasiado tiempo -

Cuando el semielfo acaba su frase y antes de hacer cualquier movimiento más mientras espera a que sus compañeros lleguen al umbral de la puerta escucha atentamente por si percibe algo cerca o a través del portón.

Ash asiente a las palabras de los demás.

-Os fiáis mucho del hijo del Conde, para ser un gigante -masculla antes de serguir al resto- ...los gigantes solo han traído ruina a los hombres desde siempre, nunca he escuchado de uno que fuera amigo. A mi todo esto me huele a trampa. El chico puede estar haciendo méritos con su padre adelantando un castillo estratégicamente...

El guerrero deja las palabras en el aire y se concentra en escuchar enemigos y avanzar en sigilo siguiendo a los pícaros.

Kath asiente ante las palabras de Martin. 

Al acercarse con cuidado hasta la enorme puerta que se eleva unos 8 o  9 metros de alto, Martin realiza una rápida pero efectiva inspección de la puerta y no encuentra ningún tipo de alambre, ni placa de presión ni nada por el estilo en la misma. Tampoco hay ningún glido de protección ni ninguna runa que haga sospechar de alguna protección mágica. 

Sin embargo los agudos sentidos del semi-elfo sí detectan algo. Al otro lado de la puerta escucha el entrechocar de piezas de metal, no armas, si no algo más... mundano. También le llega el olor de carne asada, posiblemente cordero. Escucha las chillonas voces de lo que reconoce como goblins hablar, o gritarse, entre ellos. 

Morko sigue a sus compañeros y se deja guiar, si la  misión es de infiltración, está bien que la lideren los que más saben, pero por si acaso el paladín no deja de escrutar a todos lados con Kheluzburk preparada por si surgen problemas.

-En caso de necesidad yo también dispongo de algunas curas, son menos poderosas que las de Roland, pero contad con ellas- dice en una de las paradas.

-¿En caso de necesidad? -susurra Ash incrédulo mientras se deja guiar- ¿Y esto que es, socio? si podéis curar nuestras heridas hacedlo antes de que tengamos que volver a combatir. Si lo hacemos tal como estamos ahora duraremos menos que un pastel en manos de un niño. 

Zevatur sacude la cabeza. - Se supone que no debemos llamar la atención.. y si matamos a sus sirvientes es mas que posible que nuestra misión diplomática no empiece con buen pie... Sera mejor intentar otra puerta!... La siguiente quizás? - Dice señalando a la puerta un poco mas a la izquierda. Al menos este ala parece mas de sirvientes, eso es bueno, menos guardias. - Dice mientras sus compañeros dudan de que hacer.

Mientras Roland sin perder un momento saca su kit de curación y se aproxima a Ash, aplicando uno de los ungüentos rápidamente. Luego gasta otro en Zevatur. - Quien más necesita una cura rápida mientras Martin y Kath comprueban otra puerta? Dice aproximándose al paladin que parece más herido que el resto.

Healing Kit a Ash: 8 + 5 (de "max. Hit Dice")

Healing Kit Zevatur:  8 + 5 (de "max. Hit Dice")

Zevatur balbucea... - Si no podeis abrir las puertas os puedo hacer momentaneamente mas grandes, algo asi como el doble! - Pero elegid una puerta rapido! - Dice mientras se frota suavemente alli donde Roland ha usado sus unguentos. Y sin pararse a pensar si se ha elegido o no puerta lanza el hechizo a Ash, selecionandole a el por la impresionado que le ha causado y su aguante contra la criatura voladora de tres cabezas.

Enlarge/Reduce

Roland Se aceca al paldin y le pone unos unguentos sobre las zonas contusionadas por la criatura planta y despues se los pone a si mismo.

Healing kit Morko: 15

Healing kit Roland: 12

Gowther, mientras decidían cual era la mejor entrada, convocó a Luthien su compañero de aventuras. Tras unos segundos, apareció volando y se posó en su hombro. 

-Si tal vez, la mejor opción sea ir por caminos menos llamativos. Aunque en realidad cualquiera puede suponer un problema... 

Momentaneamente sorprendido por el conjuro de crecimiento, sonríe finalmente pagado de si mismo y reprime una pose para ver cómo lucen sus bíceps a su nueva medida colosal.

-Por aquí, señoritas vamos -abre la puerta del bajorrelieve de nubes con resolución y se cuela dentro.