Zevatur brinda con cerveza con sus amigos mientras devora el asadillo. Aunque la cocina sencilla del viaje tenia su encanto, nada sacia como la cocina de una buena posada. - Yo no quiero retarasar mucho tiempo mis asuntos en la ciudad. Esta noche descansare, pero manana por la noche ire al visitar mis antiguos conocidos. Tanto si venis como si no. Manana podemos encargarnos de las compras y mantenimiento del equipo - Dice Zevatur no muy emocionado por la fiesta que sus companeros parecen querer experimentar en Aguas Profundas.
La vista de la urbe casi deja sin aliento al paladín, nunca había visto una ciudad de semejante tamaño, claro que había oído hablar de la joya del Norte pero no se la esperaba tan llena de vida. Claramente Morko se sentía como un provinciano cuando va a la capital del reino, el hecho de que no llamasen para nada la atención, acrecentó esa sensación:- Debe de haber sido interesante crecer aquí- comento sin esperar respuesta mientras Zevatur los guiaba por las calles de la ciudad. Claramente la ciudad es un reflejo de la mente humana proclive a expandirse pero sin orden, realmente está ciudad no se parecía en nada a ningún asentamiento enano, pero en su forma caótica había vida y belleza, sobre todo vida.
La despedida con Roland era algo que Morko veía venir, no todos los seguidores de la luz están hecho para mancharse, el paladín le deseo suerte en sus pesquisas, seguramente echarían de menos al clérigo en sus próximas aventuras.
Una vez en la posada y tras advertir a los mozos de las costumbres escapistas de Daghr, les dejo unas monedas para un tarro de miel:- en caso de que quiera irse de excursión tentarlo con un tarro, pero tampoco os paséis- Morko se dispuso a relajarse, era el primer momento de relax que tenían desde que salieron de Daggerford. El agujero del centro de la posada llamó la atención del paladín: -Sería interesante ponerse algún día aprueba ahí abajo- comento para sus compañeros : -Coincido Zevatur, disfrutemos de está noche y pongámonos mañana con las pesquisas, aunque quizás sea bueno presentarse a Duncan .- Así que cuando la camarera se acerca a la mesa dice: -Para mi cerveza enana y podéis decirle a Duncan que venimos de parte Rotknor Hammershield, también necesitaríamos alojamiento para un par de días de momento.
Al escuchar las palabras de Zevatur y Guilber, Gowther entendió que era una práctica habitual, arriesgada pero habitual. Por la manera de hablar, pudo deducir la soberbia que había detrás de los aventureros que se lanzaban embriagados por el alcohol y la esperanza de un poco de fama... Exhausto por algo más que por el viaje Gowther optó por apoyarse en su música para poder calmar sus emociones. Miró alrededor y se dejó influenciar por aquel lugar. Las risas, el jolgorio... si bien distaba mucho de los lugares a los que acostumbraba en su reino, podía establecer algún paralelismo.
Cogió su flauta y se concentró un momento apoyando la mano en el pomo de su espada.
Cast minor illusion
Sin que un instrumento articulara el sonido, una guitarra se empezó a escuchar claramente en la taberna, poco a poco fue haciéndose un espacio entre aquel bullicio y en el momento adecuado Gowther comenzó a tocar.
La música parecía cobrar vida e interactuar con el aire, cada nota perfectamente planteada jugueteaba con las emociones de los que allí estaban. Eran pocos los momentos en los que Gowther se sentía reconfortado en este plano. Este era uno de ellos. Cerraba los ojos y era capaz de transportarse a su tierra natal. Una tierra llena de recuerdos y de vida en la que su raza bebió de la misma esencia de ese plano durante siglos sin abandonar ni olvidar su origen. Insuflados por la magia del feywild, los eladrin se han mantenido fieles a Corellon por encima del resto de los elfos, esperando algún día poder volver a ser lo que fueron en los brazos de su dios. Mientras tocaba, las comisuras de sus ojos se humedecieron levemente, pero, afortunadamente, la presa que sus párpados hacían impedía escapar cualquier atisbo de tristeza. En su melodía buscaba fuerza y convicción para seguir adelante. Desconectando su raciocinio por un instante, las desavenencias con el grupo, la simpleza y mediocridad que le rodeaba y el objeto de su misión parecían no existir.
Martin cerró los ojos cuando Gowther empezó a tocar dejándose llevar por su melancólica melodía e intentando imaginarse una vez más como serían los páramos y bosques del Feywild que habrían inspirado tan profundas y emotivas notas. La cuarta cerveza hizo que, cuando se levantó a aliviarse, se tambaleara un poco, y con disimulo intentara moverse entre las mesas hasta el agujero infecto más cercano que la gente usara para orinar. Sin embargo el semielfo estaba más bebido de lo que creía y su equilibrio se resintió, dando tumbos y chocándose contra los diferentes parroquianos, que profirieron alguna maldición obscena contra él, alguno incluso llego a gritarle señalando al pozo en una amenaza poco velada acerca de donde iban a empujarlo si seguía molestando.
Con más o menos suerte, el mestizo llegó a su destino y consiguió vaciar su vejiga durante casi tres o cuatro extensos minutos mientras intentaba despejar su mente y recuperar parte de su motricidad. En su mente, ligeramente aislado del resto de la posada, intentó recordar la última vez que había tenido sexo con alguien, ... pensamientos de borracho necesitado supuso ... su mente viajó a demasiado tiempo atrás y se dio cuenta lo mucho que echaba de menos el contacto íntimo humano, o élfico... o lo que fuese... De repente se sintió muy solo.
Tras varias sacudidas acabó y volvió a intentar recomponerse, se miró en el sucio espejo que había colgado y medio roto en una de las paredes del diminuto habitáculo habilitado para orinar, ensayó una sonrisa forzada y salió algo más sereno, o eso creía, tras decidir si volvía a la mesa con sus compañeros de aventura o retirarse a sus aposentos, Martín terminó decidiéndose por esto último y tras apalabrar unas habitaciones para todos los miembros del grupo, decidió subir y dar la noche por acabada, o eso esperó...
Las primeras luces del alba asomaron tímidas por la ventana de su habitación, no recordaba nada ¿Cómo había llegado hasta aquí?, intentó hacer memoria, pero sólo había una bruma en su mente y un horrible dolor de cabeza… cuando hizo amago de levantarse se dio cuenta de que estaba totalmente desnudo, de pies a cabeza… tampoco recordaba haberse desvestido, de hecho no solía dormir lejos de sus dagas y se sorprendió aún más al ver toda su ropa tirada de manera caótica a lo largo del suelo de la habitación, formando un camino tosco hasta la puerta de entrada. El semielfo empezó a vestirse tan rápido como pudo intentando ahogar alguna que otra arcada provocada por los estragos de la resaca de la noche anterior. Fue cuando oyó un gemido ronco en su habitación … su cuerpo se tensó al reconocer que no estaba sólo y se giró en dirección al ruido… allí en la cama, justo al lado de donde había dormido había un bulto bajo las sábanas… alguien seguía allí y había pasado la noche con él. La vergüenza cayó como un cubo de agua fría sobre él de golpe, quitándole todos los efectos remanentes del alcohol de la noche anterior. Se acercó poco a poco intentando no despertar a su “invitado”.
Con sumo cuidado levantó las sábanas para intentar ver el rostro del que habría sido su amante de una noche y al verlo allí dormido no pudo evitar una exhalar una sonora exclamación:
La segunda ronda no tarda en llegar y cuando Gowther termina su canción se da cuenta de que sólo él ha sido plenamente consciente de la misma, pues incluso sus compañeros más próximos están enfrascados en sus propias conversaciones y planes y el bullicio de sala no ha disminuido ni un poco.
Cuando estaban a punto de pedir una tercera ronda, dos camareros vienen con la tercera ronda y una abundante y sabrosa cena. Uno de ellos se presenta.
- Bienhallados, yo soy Duncan, el dueño del Portal, humilde taberna y posada en la Joya del Norte. - sonríe y se sienta en la mesa a su lado. Uno de los estibadores se levanta respetuosamente para dejarle sitio.
- ¿Os ha recomendado el sitio Rotknor? ¿Cómo se encuentra el viejo Hammershield? - pregunta mientras da un trago a su propia cerveza.
Ash había permanecido en silencio, disfrutando del bullicio de la ajetreada e insomne metrópolis. Conocía la cuidad de anteriores trabajos, pero siempre que volvía conseguía arrancarle una sonrisa. Se respiraba humanidad y eso le gustaba. Se había despedido de Roland y los comerciantes con un gesto algo distraído, convencido de volver a verles pronto. El Portal era tal como lo recordaba, ruidoso, agitado, cargado de promesas, como las yeguas jóvenes. Sonrió para si y saboreo la cerveza y devoró su plato con evidente satisfacción. Cuando Martin se retiró le siguió con la mirada como valorando si seguirle, finalmente negó para si y agarró su jarra. Cuando Duncan se dirigió a ellos apartó su plato y se limpió los labios con el dorso de la mano prestándole atención. Con gesto inquisitivo se mesaba el mentón miéntras esperaba la respuesta de Morko y observaba la reacción de ambos.
Oh... ¿Rotknor? ¿Ese fue el posadero que te reconoció? - Pregunta casi retóricamente Zevatur entre sobros de cerveza y mordiscos a la comida.
En cuanto a objetos mágicos para mañana... No estaría mal buscar algo que proteja del calor, recordar la visión de Martin... Y algo para el frio también, los presagios apuntan en esa dirección. – Zevatur mira a Kath – Yo te puedo ayudar a conseguir buenos precios para algunos objetos que se puedan conseguir.
-Roktnor se encuentra bien, su negocio es acogedor, aunque no disfruta de tanta concurrencia, es bastante más tranquilo. Al enterarse de que pasariamos por aquí, en nuestro camino al norte, nos recomendó tu local como punto de parada y para aprovisionarnos. Como he dicho vamos camino al norte y no estamos muy preparados para el afrontar una travesía con clima invernal, ¿alguna recomendación de donde podríamos encontrar pertrechos para el viaje?
Hace una pausa y en voz baja dice:- También estamos buscando a una erudita, ¿hay en la ciudad alguna biblioteca o templo que pueda acoger a una persona así?
Guilbert apura su primera pinta entre bromas con los estibadores. Con la mayor cara de interés que puede poner, les pregunta sobre el puerto y su trabajo, aunque su vista se centra en la hinchada caja torácica adosados a unos enormes biceps solo igualables a los de Ash, aunque quizá no tan queridos. También él toma baza y les cuenta anécdotas de la ciudad y de sus aventuras, como cuando el mas bravo y fuerte de los guerreros y un poderoso enano consagrado a su dios, entre frustración y plegarias, se las vieron con una losa y como el destino tenía su elegido, el bardo, como divina providencia para rescatar a aquellos luchadores.. elegido solo comparable al del caballero aquel de las historias que sustrajo una espada de una piedra.. quizá de esa misma losa.
Aunque la compañía le agradaba, no lo hacía tener su pinta vacía, -Otra ronda de pintas para esta mesa, Sofía!!- le dijo a una camarera de hermosas curvas llamada en realidad Agnes. Volviéndose al grupo de aventureros vio como el alcohol les afectaba. Los de sangre élfica y el halfling excesivamente alto estaban absortos en sus pensamientos o interpretaciones. El enano apuraba pintas como si fueran agua y el humano disfrutaba del momento como.. como buen humano. A parte de un guitarrista al que no llegaba a ver, el Tiefling parecía algo nervioso por la incertidumbre del reencuentro. Conocía esas emociones, y empatizó con él.. -Tranquilo amigo, mañana cuenta conmigo para ir al oasis.. pero por el día.. bueno, habrá que ver como amanecemos..- le dice ofreciendo su jarra para un brindis.
El bardo bromea y interactúa con grupos que por su puesto no le han invitado, hasta que aparece Duncan y se presenta al grupo. En ese momento recupera su situación en segundo plano y escuchando lo que entre ellos tengan que decirse, esperando que Duncan, también conocido en otros círculos como Durnam, no recordara la vez aquella que le expulsaron por hacer trampas a los dados. El desaliño de su barba y pelo tras sus días de aventura sirve también para refrenar su versión mas seductora y protagonista. Mientras los aventureros departen con el dueño de la posada, el bardo escucha atentamente mientras se centra en el cuenco con guiso de carne que les han servido.
Tras tocar aquella pieza, pareció sentirse mejor. Fue entonces cuando Gowther vió como el dueño de la taberna se acercó a entablar conversación, una conversación donde el principal afectado, dadas las circunstancias e historia de vida, parecía ser el enano. El paladín cuya mayor preocupación era recibir una buena jarra de cerveza y una buena bolsa de oro, descuidando de tal manera subterfugios más que evidentes ante sus ojos... Decía procesar fe a un dios centrando la atención en su faceta vengativa... Tal vez, su fe y sus votos debían ser congruentes con este comportamiento para poder articular las "venganzas" de dicho dios...
Antes de que el enano pudiera articular palabra, el tiefling esputo algunas afirmaciones que daban más información de la necesaria, exponiendo al paladín y desvelando parte de la visión que tuvo el "casi humano". No era la primera vez que el mestizo de demonio aireaba información relevante confiando en cualquiera, entendiendo que este posadero podía considerarse un cualquiera... Si bien Gowther hubiera visto esto como un problema, el grupo en situaciones similares dio poca importancia a esta arriesgada forma de proceder de Zevatur... Además, Morko parecía haber hilvanado las circunstancias que le rodeaban con cierta coherencia y había conseguido formular preguntas correctas.
Gowther fue consciente de esto y prefirió mantenerse al margen, en el pasado cualquier atisbo de proactividad o argumentario coherente por su parte que supusiera un reto intelectual, era malinterpretado y tomado de manera ofensiva o con molestia. En aras de evitar promover estas emociones en los demas, el eladrin dejaría que el grupo pudiera movilizar el pensamiento para que se sintieran útiles. Desde ese momento y siguiendo los consejos de Roland, Gothwer intentaría no aportar su intelecto y sus conocimientos, dejando que sus compañeros cometieran... Tomaran las decisiones que estimaran oportunas, independientemente de lo irracionales o erradas que estuvieran.
- ¿Que te reconoció? -se vuelve a Morko - ¿ Quién sois maese paladin ? -su tono no es amenazante ni preocupado, si no curioso. Tras la respuesta de Morko contesta a sus preguntas.
- Podéis ir a cualquier tienda del mercado mañana, seguro que allí encontráis lo que necesitáis para vuestro viaje hacia el norte. ¿Una erudita decís? ¿En qué campo? Estáis en Waterdeep. Hay docenas de lugares donde una erudita ha podido ir... ¿tenéis un nombre? ¿ una descripción? -
- Oh! - Zevatur mete su cabeza en la jarra de cerveza mientas espera que Morko resuelva su metedura de pata. Y casi inmediatamente despues, segun acaba de tragar mas cerveza se dispone a contestar la pregunta de Duncan - La... - Pero repentinamente se calla, pensando que quizas no deba divulgar la informacion a los 4 vientos y se requiera un poco de sutileza. Asi que mira a los demas, expenctante a ver que dicen.
Con un suspiro y tras dar un trago a su cerveza, Morko dice:- Digamos que de momentos soy un superviviente del ataque que destruyó la ciudad enana de Barazgathol. Ahora mismo, con la ayuda de mis compañeros, estamos investigando al grupo responsable de ello, y de otros ataques a diversos asentamientos de la zona; pero es un tema del que no nos gusta hablar mucho en público- dice mientras mira en rededor a la bulliciosa taberna-, si hubiese alguna zona donde tener un poco más privacidad podríamos hablar con más calma fuera de los oídos indiscretos.
Gowther escuchaba las preguntas coherentes del posadero ante los datos desvelados. Sus palabras parecían no esconder nada de malicia, pero la mentira tenía muchas formas y utilidades, entre ellas, ocultar y enmascarar intenciones. Cuando Zevatur se escondió detrás de su jarra y luego apenas consiguió articular palabra, comprendió que para nada era alguien de confianza para él. ¿Sería posible que su razonamiento hubiera conseguido hacerle ver que se había equivocado? De ser afirmativa esta cuestión, tal vez cesaría su empeño despreocupado en compartir todo tipo de información con cualquiera.
El eladrin dudo por un momento, no sabía si responder las preguntas dirigidas al enano, no sabía si participar o no, ya que no quería dar la impresión de estar ayudando o hablando por nadie. Para no herir el ego de nadie, siguió observando distante la conversación mirando al posadero por si pudiera entender sus intenciones ¿estarían buscando información por intereses perversos o, al contrario, solo se atisbaba el deseo de ayudar al grupo?
Entonces, el paladín volvió a tomar la iniciativa y supo salir del paso quitando importancia a su historia de vida. Además, decidió confiar en aquel posadero. Dado que ya habían desvelado más información de la debida, tal vez era lo más coherente en lugar de optar por lo contrario. Ante la petición de un lugar más íntimo, Gowther quedó expectante ante la respuesta del posadero.
Durnan asiente ante las palabras de Morko y se levanta.
- Seguidme - les dice a los compañeros y les guía hacia unas escaleras para subir a la segunda galería abierta que da a la sala común y el Portal.
Tras caminar por casi todo el segundo piso que está repleto de mesas y apartados, encuentra uno ocupado por unos mercaderes vestidos de sedas rojas y turbante. Tras hablar con ellos unos segundos, estos asienten y se levantan, dirigiéndose a otra parte.
- Aquí podremos hablar con toda la intimidad de la que mi posada es capaz. Creerme con todo este ruido sólo podrán escucharnos mediante métodos mágicos, y en ese caso, a no ser que tengáis protección contra ello, poco importa dónde estemos. - hace un gesto para que todos se sienten en la amplia mesa y mira expectante al grupo.
- Siento mucho la caída de Barazgathol. - dice con sinceridad a Morko, para retomar la conversación donde la dejaron.
- Muchas gracias, es duro ver el lugar en el que creciste arrasado por el fuego de los dragones- dice Morko. Haciendo una pausa retoma su relato: - Tras la caída de Barazgathol, fui a Greenest y al poco de mi llegada la ciudad se vio bajo el ataque de un grupo comandado por dragones. En la defensa de la ciudad fue donde coincidimos la mayoría,- dice señalando al grupo. - Tras salvar la ciudad decidimos investigar a este grupo y tratar de acabar con sus planes.
- Fuimos en busca de pistas a la ciudad de Elturel siguiendo el consejo de uno de nuestros compañeros. una vez allí, en el templo de Lathander nos dijeron que no éramos los únicos que buscaban al culto, nos dieron el nombre de una erudita, Kima, y que habia partido hace poco hacia Mithril Hall. Y por eso estamos aquí, siguiendo sus pasos y tratando de alcanzarla.
Haciendo una pausa continua: - Por lo que sabemos el culto busca objetos mágicos de gran poder y cuenta con la ayuda de nigromantes, a parte de contar entre sus filas con dragones y seres mitad humanos mitad dragón, a parte de la morralla de kobolds y demás escoria. De momento solo han atacado enclaves pequeños y medianos, pero sospechamos que es solo cuestión de tiempo a que reúnan fuerzas suficientes para atacar algún enclave más grande...en el ataque a mi ciudad participaron dos dragones...dos, con uno podríamos habernos defendido, pero el segundo fue devastador...sobre todo porque atacó desde dentro de la ciudad...no pudimos hacer nada. No me imagino que podran hacer en enclaves menos fortificados y al aire libre.
Eran tiempos de juventud cuando Guilbert era expulsado de las tabernas y posadas de la ciudad. Ahora, en plena madurez, desaliñado y aún muy por debajo de su peso tras su accidental cautiverio esperaba no ser reconocido por Durnan o sus trabajadores, como si estos prestaran mas atención a jóvenes rebeldes que a los valientes e inconscientes aventureros que al pozo se tiraban.
Cuando Durnam les ofreció cambiar de estancia, Guilbert permaneció atento a cualquier gesto de sus compañeros, sabedor que quizá el tema a discusión requería mas discreción. El bardo ya había activado su humilde red de información acerca de Lady Kima como cortesía con aquellos que compartieron su vino y su comida tras su encuentro. Cualquier información que pudieran darle reduciría el cerco para dar con ella.
Se sintió reconfortado al sentirse, por unos momentos, parte de aquel dispar grupo. Él era un bardo para la batalla, acostumbrado a grandes regimientos, le costaba asumir su solitario presente. Se sentó junto a los demás resguardado por su ajado sombrero coronado con una pluma roja y naranja, y escucho atentamente algunas palabras que quizá por el dolor, o la desconfianza hacia él. aún no había escuchado de las aventuras y desventuras de aquella peculiar partida de héroes.
Ash siguió en silencio al grupo echando miradas suspicaces a cualquiera que se interesase en ellos. Duncan parecía alguien de fiar, había dos enanos de pormedio y había aprendido tiempo atrás que eso valía algo. Mientras les cedían el sitio, observó con curiosidad a los personajes de turbante. Cuando estuvieron a unos metros prestó atención al relato de Morko mesándose el mentón, como si lo oyera por primera vez.
Durnan asiente gravemente ante las palabras de Morko.
- Lady Kima... si... nadie diría que es una erudita -parece pensar un poco, su bigote torciéndose en una sonrisa - es más, estoy convencido de que si alguien la llama así se llevaría un espadazo - el posadero se ríe de su propia broma - Estuvo aquí hace apenas una semana, se hospedó dos noches y partió hacia el norte con una caravana que iba hacia Neverwinter. Supongo que les acompañará hasta desviarse a Mitrhal Hall. Intercambiamos algunas palabras pero su búsqueda no me parecía relacionada con el Culto del Dragón. Ella lleva luchando contra el Culto muchos años, así que si necesitáis ayuda contra ellos, hacéis bien en buscar su consejo. - Toma un sorbo de su cerveza antes de continuar.
- Por otro lado no sois los primeros que avisan de este tipo de ataques. Desde la caída de tu ciudad -dice mirando a Morko - los Lores han reforzado las patrullas y se han enviado emisarios a Cormanthor, Cormyr y Neverwinter avisando y preparando una defensa conjunta. Hace más de cincuenta años del último Vuelo de Dragones, pero si el Culto está intentando crear uno, aunque es improbable, es mejor estar preparados. -Parece meditar mientras sus noticias calan en el resto de compañeros - Entiendo que mañana aún estaréis por aquí ¿no? Tengo un conocido que puede tener información que os puede ayudar. Mandaré a buscarle. Un tipo peculiar Volo, pero honrado. -Levanta una mano tranquilizadora ante el gesto de algunos miembros del grupo ante la sugerencia de que esperen una noche más.
- Lady Kima os lleva una semana de ventaja, pero va con una caravana. Un día más no representará mucha diferencia si luego vais a lomos de caballos rápidos y descansados. Y ahora, aunque me encantaría poder charlar más con vosotros tengo un negocio que atender. -Se levanta y hace una leve inclinación de cabeza hacia Morko. Aunque este no ha revelado su origen noble, se ve que el posadero ha atado cabos.
- Este reservado estará disponible para vosotros durante vuestra estancia, le diré a Volo que venga mañana aquí. -
Da un paso hacia el pasillo y se detiene y, antes de salir le dice a Guilbert.
- Y no me hagas tener que echarte a patadas esta vez... -
Tras la salida de Durnan del reservado y al ver la conversación terminada, Gowther, sin mucho que decir al respecto, afirmó:
-Entiendo que mañana realizaremos compras y visitaremos la infancia de Zevatur... si me disculpáis, voy a buscar una habitación donde dormir en este...-Hizo una pausa sin saber muy como referirse a aquel lugar, mitad casa de apuesta y mazmorra y mitad posada-Lugar.
Salió del reservado y pidió una habitación a uno de los trabajadores de la posada. Tras lo cual, fue a su habitación a preparar el libro de hechizos y ordenar sus cosas.
Zevatur brinda con cerveza con sus amigos mientras devora el asadillo. Aunque la cocina sencilla del viaje tenia su encanto, nada sacia como la cocina de una buena posada. - Yo no quiero retarasar mucho tiempo mis asuntos en la ciudad. Esta noche descansare, pero manana por la noche ire al visitar mis antiguos conocidos. Tanto si venis como si no. Manana podemos encargarnos de las compras y mantenimiento del equipo - Dice Zevatur no muy emocionado por la fiesta que sus companeros parecen querer experimentar en Aguas Profundas.
Zevatur, Rolthos
La vista de la urbe casi deja sin aliento al paladín, nunca había visto una ciudad de semejante tamaño, claro que había oído hablar de la joya del Norte pero no se la esperaba tan llena de vida. Claramente Morko se sentía como un provinciano cuando va a la capital del reino, el hecho de que no llamasen para nada la atención, acrecentó esa sensación:- Debe de haber sido interesante crecer aquí- comento sin esperar respuesta mientras Zevatur los guiaba por las calles de la ciudad. Claramente la ciudad es un reflejo de la mente humana proclive a expandirse pero sin orden, realmente está ciudad no se parecía en nada a ningún asentamiento enano, pero en su forma caótica había vida y belleza, sobre todo vida.
La despedida con Roland era algo que Morko veía venir, no todos los seguidores de la luz están hecho para mancharse, el paladín le deseo suerte en sus pesquisas, seguramente echarían de menos al clérigo en sus próximas aventuras.
Una vez en la posada y tras advertir a los mozos de las costumbres escapistas de Daghr, les dejo unas monedas para un tarro de miel:- en caso de que quiera irse de excursión tentarlo con un tarro, pero tampoco os paséis- Morko se dispuso a relajarse, era el primer momento de relax que tenían desde que salieron de Daggerford. El agujero del centro de la posada llamó la atención del paladín: -Sería interesante ponerse algún día aprueba ahí abajo- comento para sus compañeros : -Coincido Zevatur, disfrutemos de está noche y pongámonos mañana con las pesquisas, aunque quizás sea bueno presentarse a Duncan .- Así que cuando la camarera se acerca a la mesa dice: -Para mi cerveza enana y podéis decirle a Duncan que venimos de parte Rotknor Hammershield, también necesitaríamos alojamiento para un par de días de momento.
Al escuchar las palabras de Zevatur y Guilber, Gowther entendió que era una práctica habitual, arriesgada pero habitual. Por la manera de hablar, pudo deducir la soberbia que había detrás de los aventureros que se lanzaban embriagados por el alcohol y la esperanza de un poco de fama... Exhausto por algo más que por el viaje Gowther optó por apoyarse en su música para poder calmar sus emociones. Miró alrededor y se dejó influenciar por aquel lugar. Las risas, el jolgorio... si bien distaba mucho de los lugares a los que acostumbraba en su reino, podía establecer algún paralelismo.
Cogió su flauta y se concentró un momento apoyando la mano en el pomo de su espada.
Cast minor illusion
Sin que un instrumento articulara el sonido, una guitarra se empezó a escuchar claramente en la taberna, poco a poco fue haciéndose un espacio entre aquel bullicio y en el momento adecuado Gowther comenzó a tocar.
La música parecía cobrar vida e interactuar con el aire, cada nota perfectamente planteada jugueteaba con las emociones de los que allí estaban. Eran pocos los momentos en los que Gowther se sentía reconfortado en este plano. Este era uno de ellos. Cerraba los ojos y era capaz de transportarse a su tierra natal. Una tierra llena de recuerdos y de vida en la que su raza bebió de la misma esencia de ese plano durante siglos sin abandonar ni olvidar su origen. Insuflados por la magia del feywild, los eladrin se han mantenido fieles a Corellon por encima del resto de los elfos, esperando algún día poder volver a ser lo que fueron en los brazos de su dios. Mientras tocaba, las comisuras de sus ojos se humedecieron levemente, pero, afortunadamente, la presa que sus párpados hacían impedía escapar cualquier atisbo de tristeza. En su melodía buscaba fuerza y convicción para seguir adelante. Desconectando su raciocinio por un instante, las desavenencias con el grupo, la simpleza y mediocridad que le rodeaba y el objeto de su misión parecían no existir.
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Martin cerró los ojos cuando Gowther empezó a tocar dejándose llevar por su melancólica melodía e intentando imaginarse una vez más como serían los páramos y bosques del Feywild que habrían inspirado tan profundas y emotivas notas. La cuarta cerveza hizo que, cuando se levantó a aliviarse, se tambaleara un poco, y con disimulo intentara moverse entre las mesas hasta el agujero infecto más cercano que la gente usara para orinar. Sin embargo el semielfo estaba más bebido de lo que creía y su equilibrio se resintió, dando tumbos y chocándose contra los diferentes parroquianos, que profirieron alguna maldición obscena contra él, alguno incluso llego a gritarle señalando al pozo en una amenaza poco velada acerca de donde iban a empujarlo si seguía molestando.
Con más o menos suerte, el mestizo llegó a su destino y consiguió vaciar su vejiga durante casi tres o cuatro extensos minutos mientras intentaba despejar su mente y recuperar parte de su motricidad. En su mente, ligeramente aislado del resto de la posada, intentó recordar la última vez que había tenido sexo con alguien, ... pensamientos de borracho necesitado supuso ... su mente viajó a demasiado tiempo atrás y se dio cuenta lo mucho que echaba de menos el contacto íntimo humano, o élfico... o lo que fuese... De repente se sintió muy solo.
Tras varias sacudidas acabó y volvió a intentar recomponerse, se miró en el sucio espejo que había colgado y medio roto en una de las paredes del diminuto habitáculo habilitado para orinar, ensayó una sonrisa forzada y salió algo más sereno, o eso creía, tras decidir si volvía a la mesa con sus compañeros de aventura o retirarse a sus aposentos, Martín terminó decidiéndose por esto último y tras apalabrar unas habitaciones para todos los miembros del grupo, decidió subir y dar la noche por acabada, o eso esperó...
Las primeras luces del alba asomaron tímidas por la ventana de su habitación, no recordaba nada ¿Cómo había llegado hasta aquí?, intentó hacer memoria, pero sólo había una bruma en su mente y un horrible dolor de cabeza… cuando hizo amago de levantarse se dio cuenta de que estaba totalmente desnudo, de pies a cabeza… tampoco recordaba haberse desvestido, de hecho no solía dormir lejos de sus dagas y se sorprendió aún más al ver toda su ropa tirada de manera caótica a lo largo del suelo de la habitación, formando un camino tosco hasta la puerta de entrada. El semielfo empezó a vestirse tan rápido como pudo intentando ahogar alguna que otra arcada provocada por los estragos de la resaca de la noche anterior. Fue cuando oyó un gemido ronco en su habitación … su cuerpo se tensó al reconocer que no estaba sólo y se giró en dirección al ruido… allí en la cama, justo al lado de donde había dormido había un bulto bajo las sábanas… alguien seguía allí y había pasado la noche con él. La vergüenza cayó como un cubo de agua fría sobre él de golpe, quitándole todos los efectos remanentes del alcohol de la noche anterior. Se acercó poco a poco intentando no despertar a su “invitado”.
Con sumo cuidado levantó las sábanas para intentar ver el rostro del que habría sido su amante de una noche y al verlo allí dormido no pudo evitar una exhalar una sonora exclamación:
- ¡No … me …. Jodas ….!
" ¡Oh la Oscuridad...! "
La segunda ronda no tarda en llegar y cuando Gowther termina su canción se da cuenta de que sólo él ha sido plenamente consciente de la misma, pues incluso sus compañeros más próximos están enfrascados en sus propias conversaciones y planes y el bullicio de sala no ha disminuido ni un poco.
Cuando estaban a punto de pedir una tercera ronda, dos camareros vienen con la tercera ronda y una abundante y sabrosa cena. Uno de ellos se presenta.
- Bienhallados, yo soy Duncan, el dueño del Portal, humilde taberna y posada en la Joya del Norte. - sonríe y se sienta en la mesa a su lado. Uno de los estibadores se levanta respetuosamente para dejarle sitio.
- ¿Os ha recomendado el sitio Rotknor? ¿Cómo se encuentra el viejo Hammershield? - pregunta mientras da un trago a su propia cerveza.
PbP Character: A few ;)
Ash había permanecido en silencio, disfrutando del bullicio de la ajetreada e insomne metrópolis. Conocía la cuidad de anteriores trabajos, pero siempre que volvía conseguía arrancarle una sonrisa. Se respiraba humanidad y eso le gustaba. Se había despedido de Roland y los comerciantes con un gesto algo distraído, convencido de volver a verles pronto. El Portal era tal como lo recordaba, ruidoso, agitado, cargado de promesas, como las yeguas jóvenes. Sonrió para si y saboreo la cerveza y devoró su plato con evidente satisfacción. Cuando Martin se retiró le siguió con la mirada como valorando si seguirle, finalmente negó para si y agarró su jarra. Cuando Duncan se dirigió a ellos apartó su plato y se limpió los labios con el dorso de la mano prestándole atención. Con gesto inquisitivo se mesaba el mentón miéntras esperaba la respuesta de Morko y observaba la reacción de ambos.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Oh... ¿Rotknor? ¿Ese fue el posadero que te reconoció? - Pregunta casi retóricamente Zevatur entre sobros de cerveza y mordiscos a la comida.
En cuanto a objetos mágicos para mañana... No estaría mal buscar algo que proteja del calor, recordar la visión de Martin... Y algo para el frio también, los presagios apuntan en esa dirección. – Zevatur mira a Kath – Yo te puedo ayudar a conseguir buenos precios para algunos objetos que se puedan conseguir.
Zevatur, Rolthos
-Roktnor se encuentra bien, su negocio es acogedor, aunque no disfruta de tanta concurrencia, es bastante más tranquilo. Al enterarse de que pasariamos por aquí, en nuestro camino al norte, nos recomendó tu local como punto de parada y para aprovisionarnos. Como he dicho vamos camino al norte y no estamos muy preparados para el afrontar una travesía con clima invernal, ¿alguna recomendación de donde podríamos encontrar pertrechos para el viaje?
Hace una pausa y en voz baja dice:- También estamos buscando a una erudita, ¿hay en la ciudad alguna biblioteca o templo que pueda acoger a una persona así?
Guilbert apura su primera pinta entre bromas con los estibadores. Con la mayor cara de interés que puede poner, les pregunta sobre el puerto y su trabajo, aunque su vista se centra en la hinchada caja torácica adosados a unos enormes biceps solo igualables a los de Ash, aunque quizá no tan queridos. También él toma baza y les cuenta anécdotas de la ciudad y de sus aventuras, como cuando el mas bravo y fuerte de los guerreros y un poderoso enano consagrado a su dios, entre frustración y plegarias, se las vieron con una losa y como el destino tenía su elegido, el bardo, como divina providencia para rescatar a aquellos luchadores.. elegido solo comparable al del caballero aquel de las historias que sustrajo una espada de una piedra.. quizá de esa misma losa.
Aunque la compañía le agradaba, no lo hacía tener su pinta vacía, -Otra ronda de pintas para esta mesa, Sofía!!- le dijo a una camarera de hermosas curvas llamada en realidad Agnes. Volviéndose al grupo de aventureros vio como el alcohol les afectaba. Los de sangre élfica y el halfling excesivamente alto estaban absortos en sus pensamientos o interpretaciones. El enano apuraba pintas como si fueran agua y el humano disfrutaba del momento como.. como buen humano. A parte de un guitarrista al que no llegaba a ver, el Tiefling parecía algo nervioso por la incertidumbre del reencuentro. Conocía esas emociones, y empatizó con él.. -Tranquilo amigo, mañana cuenta conmigo para ir al oasis.. pero por el día.. bueno, habrá que ver como amanecemos..- le dice ofreciendo su jarra para un brindis.
El bardo bromea y interactúa con grupos que por su puesto no le han invitado, hasta que aparece Duncan y se presenta al grupo. En ese momento recupera su situación en segundo plano y escuchando lo que entre ellos tengan que decirse, esperando que Duncan, también conocido en otros círculos como Durnam, no recordara la vez aquella que le expulsaron por hacer trampas a los dados. El desaliño de su barba y pelo tras sus días de aventura sirve también para refrenar su versión mas seductora y protagonista. Mientras los aventureros departen con el dueño de la posada, el bardo escucha atentamente mientras se centra en el cuenco con guiso de carne que les han servido.
Tras tocar aquella pieza, pareció sentirse mejor. Fue entonces cuando Gowther vió como el dueño de la taberna se acercó a entablar conversación, una conversación donde el principal afectado, dadas las circunstancias e historia de vida, parecía ser el enano. El paladín cuya mayor preocupación era recibir una buena jarra de cerveza y una buena bolsa de oro, descuidando de tal manera subterfugios más que evidentes ante sus ojos... Decía procesar fe a un dios centrando la atención en su faceta vengativa... Tal vez, su fe y sus votos debían ser congruentes con este comportamiento para poder articular las "venganzas" de dicho dios...
Antes de que el enano pudiera articular palabra, el tiefling esputo algunas afirmaciones que daban más información de la necesaria, exponiendo al paladín y desvelando parte de la visión que tuvo el "casi humano". No era la primera vez que el mestizo de demonio aireaba información relevante confiando en cualquiera, entendiendo que este posadero podía considerarse un cualquiera... Si bien Gowther hubiera visto esto como un problema, el grupo en situaciones similares dio poca importancia a esta arriesgada forma de proceder de Zevatur... Además, Morko parecía haber hilvanado las circunstancias que le rodeaban con cierta coherencia y había conseguido formular preguntas correctas.
Gowther fue consciente de esto y prefirió mantenerse al margen, en el pasado cualquier atisbo de proactividad o argumentario coherente por su parte que supusiera un reto intelectual, era malinterpretado y tomado de manera ofensiva o con molestia. En aras de evitar promover estas emociones en los demas, el eladrin dejaría que el grupo pudiera movilizar el pensamiento para que se sintieran útiles. Desde ese momento y siguiendo los consejos de Roland, Gothwer intentaría no aportar su intelecto y sus conocimientos, dejando que sus compañeros cometieran... Tomaran las decisiones que estimaran oportunas, independientemente de lo irracionales o erradas que estuvieran.
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
El posadero enarca una ceja
- ¿Que te reconoció? - se vuelve a Morko - ¿ Quién sois maese paladin ? - su tono no es amenazante ni preocupado, si no curioso. Tras la respuesta de Morko contesta a sus preguntas.
- Podéis ir a cualquier tienda del mercado mañana, seguro que allí encontráis lo que necesitáis para vuestro viaje hacia el norte. ¿Una erudita decís? ¿En qué campo? Estáis en Waterdeep. Hay docenas de lugares donde una erudita ha podido ir... ¿tenéis un nombre? ¿ una descripción? -
PbP Character: A few ;)
- Oh! - Zevatur mete su cabeza en la jarra de cerveza mientas espera que Morko resuelva su metedura de pata. Y casi inmediatamente despues, segun acaba de tragar mas cerveza se dispone a contestar la pregunta de Duncan - La... - Pero repentinamente se calla, pensando que quizas no deba divulgar la informacion a los 4 vientos y se requiera un poco de sutileza. Asi que mira a los demas, expenctante a ver que dicen.
Zevatur, Rolthos
Con un suspiro y tras dar un trago a su cerveza, Morko dice:- Digamos que de momentos soy un superviviente del ataque que destruyó la ciudad enana de Barazgathol. Ahora mismo, con la ayuda de mis compañeros, estamos investigando al grupo responsable de ello, y de otros ataques a diversos asentamientos de la zona; pero es un tema del que no nos gusta hablar mucho en público- dice mientras mira en rededor a la bulliciosa taberna-, si hubiese alguna zona donde tener un poco más privacidad podríamos hablar con más calma fuera de los oídos indiscretos.
Gowther escuchaba las preguntas coherentes del posadero ante los datos desvelados. Sus palabras parecían no esconder nada de malicia, pero la mentira tenía muchas formas y utilidades, entre ellas, ocultar y enmascarar intenciones. Cuando Zevatur se escondió detrás de su jarra y luego apenas consiguió articular palabra, comprendió que para nada era alguien de confianza para él. ¿Sería posible que su razonamiento hubiera conseguido hacerle ver que se había equivocado? De ser afirmativa esta cuestión, tal vez cesaría su empeño despreocupado en compartir todo tipo de información con cualquiera.
El eladrin dudo por un momento, no sabía si responder las preguntas dirigidas al enano, no sabía si participar o no, ya que no quería dar la impresión de estar ayudando o hablando por nadie. Para no herir el ego de nadie, siguió observando distante la conversación mirando al posadero por si pudiera entender sus intenciones ¿estarían buscando información por intereses perversos o, al contrario, solo se atisbaba el deseo de ayudar al grupo?
Entonces, el paladín volvió a tomar la iniciativa y supo salir del paso quitando importancia a su historia de vida. Además, decidió confiar en aquel posadero. Dado que ya habían desvelado más información de la debida, tal vez era lo más coherente en lugar de optar por lo contrario. Ante la petición de un lugar más íntimo, Gowther quedó expectante ante la respuesta del posadero.
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Durnan asiente ante las palabras de Morko y se levanta.
- Seguidme - les dice a los compañeros y les guía hacia unas escaleras para subir a la segunda galería abierta que da a la sala común y el Portal.
Tras caminar por casi todo el segundo piso que está repleto de mesas y apartados, encuentra uno ocupado por unos mercaderes vestidos de sedas rojas y turbante. Tras hablar con ellos unos segundos, estos asienten y se levantan, dirigiéndose a otra parte.
- Aquí podremos hablar con toda la intimidad de la que mi posada es capaz. Creerme con todo este ruido sólo podrán escucharnos mediante métodos mágicos, y en ese caso, a no ser que tengáis protección contra ello, poco importa dónde estemos. - hace un gesto para que todos se sienten en la amplia mesa y mira expectante al grupo.
- Siento mucho la caída de Barazgathol. - dice con sinceridad a Morko, para retomar la conversación donde la dejaron.
PbP Character: A few ;)
- Muchas gracias, es duro ver el lugar en el que creciste arrasado por el fuego de los dragones- dice Morko. Haciendo una pausa retoma su relato: - Tras la caída de Barazgathol, fui a Greenest y al poco de mi llegada la ciudad se vio bajo el ataque de un grupo comandado por dragones. En la defensa de la ciudad fue donde coincidimos la mayoría,- dice señalando al grupo. - Tras salvar la ciudad decidimos investigar a este grupo y tratar de acabar con sus planes.
- Fuimos en busca de pistas a la ciudad de Elturel siguiendo el consejo de uno de nuestros compañeros. una vez allí, en el templo de Lathander nos dijeron que no éramos los únicos que buscaban al culto, nos dieron el nombre de una erudita, Kima, y que habia partido hace poco hacia Mithril Hall. Y por eso estamos aquí, siguiendo sus pasos y tratando de alcanzarla.
Haciendo una pausa continua: - Por lo que sabemos el culto busca objetos mágicos de gran poder y cuenta con la ayuda de nigromantes, a parte de contar entre sus filas con dragones y seres mitad humanos mitad dragón, a parte de la morralla de kobolds y demás escoria. De momento solo han atacado enclaves pequeños y medianos, pero sospechamos que es solo cuestión de tiempo a que reúnan fuerzas suficientes para atacar algún enclave más grande...en el ataque a mi ciudad participaron dos dragones...dos, con uno podríamos habernos defendido, pero el segundo fue devastador...sobre todo porque atacó desde dentro de la ciudad...no pudimos hacer nada. No me imagino que podran hacer en enclaves menos fortificados y al aire libre.
Eran tiempos de juventud cuando Guilbert era expulsado de las tabernas y posadas de la ciudad. Ahora, en plena madurez, desaliñado y aún muy por debajo de su peso tras su accidental cautiverio esperaba no ser reconocido por Durnan o sus trabajadores, como si estos prestaran mas atención a jóvenes rebeldes que a los valientes e inconscientes aventureros que al pozo se tiraban.
Cuando Durnam les ofreció cambiar de estancia, Guilbert permaneció atento a cualquier gesto de sus compañeros, sabedor que quizá el tema a discusión requería mas discreción. El bardo ya había activado su humilde red de información acerca de Lady Kima como cortesía con aquellos que compartieron su vino y su comida tras su encuentro. Cualquier información que pudieran darle reduciría el cerco para dar con ella.
Se sintió reconfortado al sentirse, por unos momentos, parte de aquel dispar grupo. Él era un bardo para la batalla, acostumbrado a grandes regimientos, le costaba asumir su solitario presente. Se sentó junto a los demás resguardado por su ajado sombrero coronado con una pluma roja y naranja, y escucho atentamente algunas palabras que quizá por el dolor, o la desconfianza hacia él. aún no había escuchado de las aventuras y desventuras de aquella peculiar partida de héroes.
Ash siguió en silencio al grupo echando miradas suspicaces a cualquiera que se interesase en ellos. Duncan parecía alguien de fiar, había dos enanos de pormedio y había aprendido tiempo atrás que eso valía algo. Mientras les cedían el sitio, observó con curiosidad a los personajes de turbante. Cuando estuvieron a unos metros prestó atención al relato de Morko mesándose el mentón, como si lo oyera por primera vez.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Durnan asiente gravemente ante las palabras de Morko.
- Lady Kima... si... nadie diría que es una erudita - parece pensar un poco, su bigote torciéndose en una sonrisa - es más, estoy convencido de que si alguien la llama así se llevaría un espadazo - el posadero se ríe de su propia broma - Estuvo aquí hace apenas una semana, se hospedó dos noches y partió hacia el norte con una caravana que iba hacia Neverwinter. Supongo que les acompañará hasta desviarse a Mitrhal Hall. Intercambiamos algunas palabras pero su búsqueda no me parecía relacionada con el Culto del Dragón. Ella lleva luchando contra el Culto muchos años, así que si necesitáis ayuda contra ellos, hacéis bien en buscar su consejo. - Toma un sorbo de su cerveza antes de continuar.
- Por otro lado no sois los primeros que avisan de este tipo de ataques. Desde la caída de tu ciudad - dice mirando a Morko - los Lores han reforzado las patrullas y se han enviado emisarios a Cormanthor, Cormyr y Neverwinter avisando y preparando una defensa conjunta. Hace más de cincuenta años del último Vuelo de Dragones, pero si el Culto está intentando crear uno, aunque es improbable, es mejor estar preparados. - Parece meditar mientras sus noticias calan en el resto de compañeros - Entiendo que mañana aún estaréis por aquí ¿no? Tengo un conocido que puede tener información que os puede ayudar. Mandaré a buscarle. Un tipo peculiar Volo, pero honrado. - Levanta una mano tranquilizadora ante el gesto de algunos miembros del grupo ante la sugerencia de que esperen una noche más.
- Lady Kima os lleva una semana de ventaja, pero va con una caravana. Un día más no representará mucha diferencia si luego vais a lomos de caballos rápidos y descansados. Y ahora, aunque me encantaría poder charlar más con vosotros tengo un negocio que atender. - Se levanta y hace una leve inclinación de cabeza hacia Morko. Aunque este no ha revelado su origen noble, se ve que el posadero ha atado cabos.
- Este reservado estará disponible para vosotros durante vuestra estancia, le diré a Volo que venga mañana aquí. -
Da un paso hacia el pasillo y se detiene y, antes de salir le dice a Guilbert.
- Y no me hagas tener que echarte a patadas esta vez... -
PbP Character: A few ;)
Tras la salida de Durnan del reservado y al ver la conversación terminada, Gowther, sin mucho que decir al respecto, afirmó:
-Entiendo que mañana realizaremos compras y visitaremos la infancia de Zevatur... si me disculpáis, voy a buscar una habitación donde dormir en este...-Hizo una pausa sin saber muy como referirse a aquel lugar, mitad casa de apuesta y mazmorra y mitad posada-Lugar.
Salió del reservado y pidió una habitación a uno de los trabajadores de la posada. Tras lo cual, fue a su habitación a preparar el libro de hechizos y ordenar sus cosas.
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.