Hela se acercó a la escalera después de comprobar que Kath estaba lista para la batalla, aún cuando ninguno de sus compañeros tomara la iniciativa de curar sus heridas.
Se solía sentir realmente cómoda entre las sombras, pero estaba claro que aquellos personajes eran expertos en esconderse, porque fue incapaz de detectar movimientos en aquella oscuridad. Sabía por experiencia que en las tinieblas podía esconderse el mayor de los peligros y esta prudencia le impidió bajar y soltar un hechizo que pudiera herir aún más a sus compañeros ya dañados. Así pues, agudizó sus sentidos al máximo y se preparó para el ataque en cuanto alguna de aquellas criaturas apareciera en su campo de visión.
Activo el ready para lanzar Ray of Frost en cuanto detecte a algún bicho.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Al analizar las circunstancias, Gowther pensó pedir ayuda a Luthien de manera distinta. Con un pensamiento, Luthien comenzó a visualizar el escenario en busca de aquellos seres despreciables para comunicarse mentalmente con el eldarin.
Tras unos instantes sin percibir ninguna seña de peligro, Gowther optó por levantar sus defensas mágicas y bajó las escaleras esperando poder aguantar los posibles ataques para poder identificar la localización de los enemigos.
Cast blur
Activo bladesong
Me coloco al otro lado de Martin y el cuervo para flanquear si es que se dice así
La maga está mirando con intensidad las sombras que rodean a Martin cuando se da cuenta de él ya está enzarzado con uno de sus atacantes. Utiliza las fuerzas místicas que comanda y enfría el aire alrededor de su mano. Extendiendo el brazo un rayo de frío atraviesa el aire, pasa por encima del hombro de Martin y golpea al kenku en el pecho, haciendo que trastabille hacia atrás.
El búho del eladrin sale volando y se lanza en picado intentando localizar a sus enemigos. Gowther espera pacientemente por si su fiel amigo le informa de la posición de alguno más, pero aún no los ha encontrado. De repente se escucha el sonido seco de una ballesta y Gowther siente el dolor punzante que sufre Luthien casi como un golpe físico.
El familiar cae en algún lugar del oscuro almacén antes de desaparecer de este plano.
El eladrin desenfunda su espada y musita unas palabras en el idioma arcano. Su borrosa figura más que moverse parece deslizarse por las escaleras y se coloca justo debajo de las mimas, para evitar que el contrincante de Martin huya. Una saeta vuela hacia él, pero para cuando alcanza uno de los escalones el eladrin hace tiempo que se ha movido.
Sin embargo el kenku herido cloquea y da una patada a una caja cercana. El movimiento le proporciona la distracción suficiente como para volver a perderse entre las sombras del almacén.
Eladrin y semi-elfo escuchan sendos virotes de ballesta dispararse hacia ellos. Gowther, su forma un borrón y un constante movimiento esquiva uno con elegancia mientras que desvía otro con su hoja. Sin embargo Martin, concentrado como estaba en intentar seguir a su presa, no consigue esquivar los certeros virotes que se clavan con fuerza en su cuerpo. Uno le atraviesa el hombro y el otro en sus lumbares. El semi-elfo sabe que ha fallado un órgano vital por milímetros y siente su pierna derecha dormida por el impacto.
De sus atacantes sólo está a la vista uno de ellos que está intentado esconderse tras unas cajas.
Todo ocurre con tanta rapidez que Guilbert tarda en reaccionar, hasta que la adrenalina recorre su cuerpo. Apretando con el codo el fuelle de la gaita, el roncón comienza a emitir un duro y seco tono neutro.. MmmmmmMmmmm.. como el murmullo de un gigante inunda y se entrelaza con los sonidos de la acción. Pero es al aproximarse a la escalera y ver a sus bravos compañeros lanzarse contra un objetivo oculto con tan solo su cuerpo como escudo cuando con ambas manos manipula el punteru y aquel aliento de gigante se moldea y colorea, con acordes que pronto de Ash reconoce como el himno de la Compañía del guantelete rubí..
Mientras Guibert baja escalón a escalón desenfunda su sable en su mano diestra, dejando la siniestra que con gran velocidad y presteza repite una secuencia mil veces ensayada en el flautín de la gaita. El tempo se acompasa y se reduce a una nota que se modula un tono abajo y arriba, abajo y arriba, como una onda que se funde con el propio bardo, fluctuando su imagen como su música, acelerándose hasta que todo concluye desvaneciéndose Guilbert junto con sus notas.. únicamente el murmullo del roncón que parece descender escaleras abajo hasta que una vez vacío el fuelle, desaparece.
El impacto de la flecha deja a Zevatur aturdido por unos momentos "Esta flecha no iba muy fuerte... sin embargo casi acierta de lleno en un órgano vital". Los sonidos de la batalla le sacan rápidamente de su estupor... Mirando a su alrededor no ve a ningún enemigo. "Una bola de fuego podría provocar un incendio que matase inocentes... Mejor algo mas controlado." Con cierta fustracion lanza un Fire bolt a una de las cajas de abajo, haciendo que se incendie, luego se aproxima a donde esta Ash, cubriéndose con una de la caja que esta a mitad de camino.
Action: Fire bolt a las cajas del fondo de la sala de abajo. Para hacer un fuego que illumine desde detrás y proyecte sombras que sean difíciles de controlar.
Movimiento: Se coloca detras de las cajas para escudarse de posibles ataques.
Zevatur se tropieza con el último escalón y la pequeña bola de fuego que tenía preparada para arrojar contra las cajas del fondo se estrella a sus pies. Está a punto de caerse cuando salta para evitar quemarse con el fuego de su propio hechizo. Las llamas, sin nada combustible cerca, se apagan casi inmediatamente.
Kath se arranca el virote de la ballesta y ayudándose en Hela para levantarse, le da las gracias a su amiga.
La joven baja las escaleras y se coloca al lado de Martin desenfundando una de sus espadas. Este le indica dónde está el kenku y ella invoca sus poderes y le arroja una bola de energía arcana azul. La bola se estrella contra las cajas que le sirven de parapeto y consiguen evitar que le impacte de lleno, pero las astillas se clavan en el hombro del entrenado asesino.
Sin pensarlo mucho, Morko baja las escaleras y ve al Kenku que se ha quedado al descubierto, craso error asesino, piensa para si mismo el paladin mientras balancea a Kheluzburk y la descarga sobre el asesino:- una vez que salís de las sombras no sois nada, añade mientras vuelve a blandir la poderosa hacha, que vuelve a morder con fuerza la carne del asesino.
Ash partió el astil del virote de su herida con un gruñido y buscó cubrirse de las ballestas entre las cajas próximas tratando de enterrar el dolor. Realmente no esperaba que su treta funcionara, pero había que intentarlo. Desenvainó ambas espadas de nuevo, centrado en lo que venía a continuación, matar o morir una vez más. La letanía de Guilbert hizo que se hinchara su pecho. Recordó viejas gestas con la Compañía Rubí de las que había salido obstinadamente una y otra vez, esta no iba a ser menos. No iba a dejar a chicobestia y los demás en la estacada, ahora eran sus compañeros de armas. No importa los reproches o puñales que pudieran lanzarse cuando las cosas estaban en calma. En eso no eran diferentes a otros hermanos de armas del pasado, pero cuando tocaba sangrar todos estaban del mismo lado. Ash tomo aire y trató de concentrarse. Hizo un rápido análisis de la situación. Martin, Zevatur y Kath malheridos pero vendiendo caro su pellejo. Los elfos parecían esquivar el peligro con asombrosa facilidad, la bruja de los cuervos era una caja de sorpresas, pero Gowther iba tarde. Guilbert se había desvanecido sable en mano en busca de una posición ventajosa, inteligente, pero Martin necesitaba asistencia o la siguiente saeta sería la última para él. Morko había llegado por fin. Trataba de localizar algún enemigo en la oscuridad según la dirección de los disparos de saeta cuando Martin desveló la posición de uno de ellos. Corrió hacia él para acabar el trabajo.
-¡Zev quema a estos cobardes, necesitamos luz ya! ¡Al infierno las delicadezas! ¡Martin cúbrete! ¡Guilbert estés donde estés cúrale! -levantó la voz para hacerse oír mientras cubría la distancia entre el kenku que había rebelado su posición.
El guerrero descargó un brutal tajo en estocada al costado con Norma que encontró carne y partió alguna costilla. Al tratar de cubrise la herida en un acto reflejo, el asesino descubrió sin darse cuenta un hueco en su guardia. Ash giró la hoja de Adelaida y la deslizó por la de su oponente haciéndolas cantar hasta hundirla con precisión de cirujano en las entrañas del kenku. Seguro de sí mismo, sin esperar a ver como el pobre diablo expiraba, se cubrió con la pared de los virotes que pudieran venir de ala sur.
Martin siseó algo parecido a una maldición en élfico, sorprendiendo a los que entendían el lenguaje, con que existieran palabras tan soeces en un idioma de tan alta diplomacia. Estaba realmente malherido y le costaba respirar por la saeta que tenía profundamente clavada en el hombro, quizás había afectado a un pulmón, pero no estaba seguro. Decidió dejárselas clavadas para no perder más tiempo y no agravar su situación, la medicina no era su fuerte, él había sido entrenado para acabar con vidas, no para mantenerlas en el reino de los vivos.
Sabiendo que tenía poco margen de error, y que podrían seguir quedando trampas por activar, el mestizo miró a sus compañeros y luego a las sombras donde había visto moverse a los tiradores desplazarse para volver a posicionarse, sabía que siendo él la punta de lanza tenía que delatar la posición de sus enemigos para que sus aliados pudieran atacarles. Era arriesgado... y se ocultó entre las sombras con la presteza que le caracterizaba.
Moviéndose con habilidad entre las sombras, el semielfo se acercó hacia la posición de los kenku que tenía más o menos localizados dispuesto a atacar y rezando a la Reina Cuervo por no hacer saltar más trampas.
El pícaro vio más al sur del final de las escaleras una caja cuadrada y un pequeño grupo de barriles. Entre ellos hay uno de los Kenku preparando su ballesta para disparar. Con un gesto hacia sus compañeros evitando delatar su propia posición, les avisa a todos. Y con un salto acrobático se desplaza saltando los barriles justo a su lado con una siniestra sonrisa en su rostro.
Aprovechando las habilidades perceptivas de Martin, Gowther fijó su objetivo en el Kenku que no consiguió esconderse. Con una agilidad sobrenatural, el eladrin sorteó los obstáculos que le separaban de aquella criatrura.
Mientras se acercaba a su posición, su espada volvía generar una extraña pero hipnótica melodía. El ritmo y la cadencia de la misma se tornaba cada vez más agresiva, hasta el punto que unas llamas plateadas comenzaron a cubrir la espada para dar muerte a su enemigo. Danzando con el aire la hoja fue a impactar en el torso del desdichado asesino.
Me sitúo al otro lado de los barriles. Según hablé con Martin, el está por el lado sur del kenku, quedando libre la casilla diagonal.
Hela dejó sitio a aquellos que se aventuraron a bajar por las escaleras. De pronto perdió de vista al bardo y, sin ser capaz de atisbarle entre las sombras, decidió seguir manteniendo su posición. Observó preocupada a Martin, en el que pudo reconocer un gesto de dolor en su rostro; intuía que era un semi-elfo duro pero no inmortal, y debían darse prisa para acabar con aquellas criaturas o más de uno de sus compañeros viajaría para siempre al plano de los muertos.
Clavó su mirada con dureza en el pequeño ser que se encontraba cerca de Martin. Agarrando con fuerza su bastón, elevó su brazo izquierdo y una luz azul pálida comenzó a brotar; el frío recorrió su brazo y un haz de hielo y escarcha salió disparado hacia el pequeño y malherido cuerpo del kenku, congelando sus entrañas putrefactas.
El sonido de una ballesta se escucha de nuevo y otro virote se clava entre las costillas del semi-elfo.
El dolor casi hace que pierda la consciencia y su mano se cubre rápidamente de sangre.
Gowther esquiva con facilidad y elegancia otro virote que sale disparado desde las sombras hacia él. Juraría que ha venido de las cajas que hay al este de su posición, pero no puede estar seguro.
El Kenku que está acorralado entre el eladrin y Martin, cloquea de rabia y dolor. De un bolsillo arroja una pequeña cuenta de cerámica al suelo y una repentina bomba de humo le cubre. La sorpresa hace que los dos guerreros se cubran la cara y tosan un poco. Cuando a los pocos segundos se despeja el humo el kenku ha desaparecido en las sombras una vez más.
La maga, que ha visto satisfecha como sus conjuros han afectado a dos de los escurridizos kenku, siente cómo un virote se clava en su hombro.
"Muere bruja!" escucha decir a una voz que parece ser de una anciana mujer humana proveniente de la oscuridad de lo más fondo del almacén. Al mirar hacia allí distingue la sombra de otro kenku, que se intenta esconder de nuevo tras las cajas, pero ya es tarde. La elfa y varios de sus compañeros le han visto.
La shadar-kai se asusta al ver la sangre que comienza a manchar su túnica.
Invisible entre la confusión, y apenas a unos diez pies a la derecha de Zevatur, Guilbert también ve al pequeño cuervo con forma humanoide.
Consciente de que estos pueden ser los últimos segundos de vida del semielfo, Guilbert renuncia a un movimiento ofensivo, demasiado riesgo. Lo complicado será llegar al pícaro aún a costa de sacrificar su ventaja estratégica.
El eco de unos versos recitados en una antigua lengua resuenan en el almacén. En un principio resulta difícil saber su origen hasta que la canción, cargada de poder, se acerca hacia el maltrecho aventurero. En el momento álgido de la interpretación, Martin nota como le agarra del brazo una figura que se materializa tumbado de forma muy poco elegante y aún menos aconsejable en plena refriega. Un profundo calor atenaza su brazo monopolizando la atención de su sistema nervioso que desaparece cuando el bardo concluye su canto sanador. Aunque no suficiente para aliviar todo mal, si suficiente para sanar órganos y detener hemorragias internas y externas..
Terminada su cación Guilbert, sin soltar el brazo del ranger, le atrae hacía si para asegurase que de le llegue su mensaje.. "con todo lo que has pasado en tu vida vas a dejar que dos virotes te aparten de tu objetivo?? Rendición? Eso te han enseñado?"
Zevatur mira a su alrededor la posición de un solo kenku parece clara... Viendo que está detrás de una columna y sintiendo que es un disparo difícil le permita con la varita de misiles mágicos y práctica mamte la descarga sobre el. Los misiles vuelan por la sala iluminandola.con leves luces estroboscópicas. Inexorables los misiles impactan en la figura en la oscuridad.
Action uso 6 cargas de la varita de misiles.magicos. total daños: 2 contados en avrae y 24 más en otros que no había contado avrae.
Movimiento me muevo 5 pies para parapetarme detrás de unas cajas.
Kath termina de bajar y mira a su alrededor a las sombras que cubren todo el almacén.
Los que están cerca de ella le oyen susurrar.
"Probemos cosas nuevas..."
Saca algo de un pequeño compartimento en su cinturón y lo lanza al aire, saca un extraño tubo de metal con empuñadura de madera y con algo de estruendo hace que el polvo se ilumine, llenando la sala de un repentino resplandor y dejando una pequeña nube de humo que se eleva a la parte superior.
Los sorprendidos Kenku gritan asustados y se cubren los ojos. El fogonazo dura apenas un segundo pero eso combinado con el ruido que hacen los sorprendidos asesinos revelen su posición.
-Bien jugado- dice Morko cuando el almacén se ilumina y los kenku delatan su posición- ahora jugamos todos en igualdad de condiciones-.
Invocando los poderes de Moradhin, conjura una protección sobre Martín, un poco de ayuda divina no le vendrá mal.
Viendo que no llega a ninguno, sonríe mientras avanza hacia el que está en medio del almacén y lanza a la poderosa Kheluzburk que surca certera el espacio para clavarse en su enemigo, sin darle tiempo a pensar invoca de nuevo a la poderosa hacha y la vuelve a lanzar contra su desafortunado objetivo. Por segunda vez el vuelo del hacha acaba impactando salvajemente en el desprevenido kenku, cuyo aspecto y actitud no son tan altaneros tras recibir sendos ataques.
Ash señaló a Martin la ventana y la puerta del almacén en un intento de sugerirle una ruta a seguir. Alguien debería cubrir esa puerta para que nadie escapase y él tenía un pájaro que cazar.
Corrió todo lo que pudo hasta el más alejado de los contrincantes ahora revelados por Kath, el kenku que se ocultaba tras las cajas junto a la pared norte. El guerrero esquivó cajas y barriles hasta trabar a su enemigo, tratando de que que no volviera a disparar la ballesta.
Martin se reincorporó intentando contener varios gestos de dolor al verse con varios virotes aún clavados por diversas partes de su anatomía, cada movimiento era una agonía, pero la inspiración y el valor que Guilbert le había inspirado le dio fuerzas para levantarse y reunirse a la refriega. Sus ojos se apartaron levemente de la luz con un instinto innato cuando Kath consumó su explosiva iluminación y memorizó la situación de todos sus enemigos ahora expuestos. Como parte de su movimiento se desplazó justo detrás de las cajas que tenía a su lado para esconderse de nuevo mientras sacaba una daga de algún compartimento secreto entre sus ropajes.
Con un rápido moviento, el asesino, sabiendo que no podía recorrer el espacio entre él y el kenku situando más al sur del almacén de una sola tanda para sorprenderle, optó por lanzarle una afilada daga de corte élfico, apuntando a los ojos de su víctima.
Acción de Movimiento: Incorporarse y recolocarse detrás de las cajas que tiene al lado - Acción Bonus: Stealth: 1d20 (3) + 9 + 1d8 (7) = 19
Hela sintió el frío del acero atravesando su tersa carne y, aunque no fue extremadamente doloroso, una molesta angustia se enroscó en la boca de su estómago mientras notaba la túnica humedecerse con su sangre. Su rostro palideció aún más y su mirada se volvió turbia. Asustada, escudriñó las sombras intentando detectar el origen de los futuros ataques para estar prevenida, pero sus esfuerzos fueron inútiles. La voz chillona de aquel kenku retumbaba aún en sus oídos y tuvo que hacer un esfuerzo para mantener la calma y seguir concentrada.
Entrecerró los ojos ante la luz que de pronto alumbró la estancia, provocando que levantara el brazo para cubrirse de manera instintiva, cuando una punzada de dolor le hizo recordar que aún mantenía clavado el virote en el hombro. Decidió no tocarlo para no provocar una hemorragia mayor y dirigió una mirada de agradecimiento a Kath. Cuando su visión se adaptó a la claridad, detectó con rapidez al pequeño y escurridizo ser que la había atacado. Sus finos dedos, ahora surcados por regueros oscuros de sangre provenientes de su herida, comenzaron a moverse con agilidad. Otro haz de luz, de un azul más oscuro e intenso que el anterior, se condensó primero en su palma, para salir disparado después hacia su objetivo. El impacto arrancó de la criatura un chillido agudo que inundó la habitación, pero no fue suficiente para arrebatarle la vida. No del todo satisfecha y ligeramente tambaleante, la elfa bajó las escaleras al encuentro de su amiga, situándose de forma que tuviera visión de toda la estancia.
Lanzo Ice Knife
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
La batalla parecía decantarse a favor de los aventureros, pero aún seguían en pie más de la mitad de aquellos engendros. Sin previo aviso, Kath iluminó la sala facilitando la localización de los habilidosos kenku. El mestizo y la shadar-kai focalizaron el ataque en uno de ellos. Gowther optó por lo mismo. Sin dar tiempo a que volviera a desaparecer entre la sombras, Gowther se desvaneció en un parpadeo para volver a materializarse detrás del desprevenido kenku.
Su aparición se acompañó de un tajo por la espalda impregnado de fuego plateado. Las llamas consumieron el último resquicio de vida que le quedaba. Sin finalizar su mortal danza, Gowther siguió su trayectoria para acabar junto al kenku situado un poco más al norte.
Hela se acercó a la escalera después de comprobar que Kath estaba lista para la batalla, aún cuando ninguno de sus compañeros tomara la iniciativa de curar sus heridas.
Se solía sentir realmente cómoda entre las sombras, pero estaba claro que aquellos personajes eran expertos en esconderse, porque fue incapaz de detectar movimientos en aquella oscuridad. Sabía por experiencia que en las tinieblas podía esconderse el mayor de los peligros y esta prudencia le impidió bajar y soltar un hechizo que pudiera herir aún más a sus compañeros ya dañados. Así pues, agudizó sus sentidos al máximo y se preparó para el ataque en cuanto alguna de aquellas criaturas apareciera en su campo de visión.
Activo el ready para lanzar Ray of Frost en cuanto detecte a algún bicho.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Al analizar las circunstancias, Gowther pensó pedir ayuda a Luthien de manera distinta. Con un pensamiento, Luthien comenzó a visualizar el escenario en busca de aquellos seres despreciables para comunicarse mentalmente con el eldarin.
Tras unos instantes sin percibir ninguna seña de peligro, Gowther optó por levantar sus defensas mágicas y bajó las escaleras esperando poder aguantar los posibles ataques para poder identificar la localización de los enemigos.
Cast blur
Activo bladesong
Me coloco al otro lado de Martin y el cuervo para flanquear si es que se dice así
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
La maga está mirando con intensidad las sombras que rodean a Martin cuando se da cuenta de él ya está enzarzado con uno de sus atacantes. Utiliza las fuerzas místicas que comanda y enfría el aire alrededor de su mano. Extendiendo el brazo un rayo de frío atraviesa el aire, pasa por encima del hombro de Martin y golpea al kenku en el pecho, haciendo que trastabille hacia atrás.
El búho del eladrin sale volando y se lanza en picado intentando localizar a sus enemigos. Gowther espera pacientemente por si su fiel amigo le informa de la posición de alguno más, pero aún no los ha encontrado. De repente se escucha el sonido seco de una ballesta y Gowther siente el dolor punzante que sufre Luthien casi como un golpe físico.
El familiar cae en algún lugar del oscuro almacén antes de desaparecer de este plano.
El eladrin desenfunda su espada y musita unas palabras en el idioma arcano. Su borrosa figura más que moverse parece deslizarse por las escaleras y se coloca justo debajo de las mimas, para evitar que el contrincante de Martin huya. Una saeta vuela hacia él, pero para cuando alcanza uno de los escalones el eladrin hace tiempo que se ha movido.
Sin embargo el kenku herido cloquea y da una patada a una caja cercana. El movimiento le proporciona la distracción suficiente como para volver a perderse entre las sombras del almacén.
Eladrin y semi-elfo escuchan sendos virotes de ballesta dispararse hacia ellos. Gowther, su forma un borrón y un constante movimiento esquiva uno con elegancia mientras que desvía otro con su hoja. Sin embargo Martin, concentrado como estaba en intentar seguir a su presa, no consigue esquivar los certeros virotes que se clavan con fuerza en su cuerpo. Uno le atraviesa el hombro y el otro en sus lumbares. El semi-elfo sabe que ha fallado un órgano vital por milímetros y siente su pierna derecha dormida por el impacto.
De sus atacantes sólo está a la vista uno de ellos que está intentado esconderse tras unas cajas.
PbP Character: A few ;)
Todo ocurre con tanta rapidez que Guilbert tarda en reaccionar, hasta que la adrenalina recorre su cuerpo. Apretando con el codo el fuelle de la gaita, el roncón comienza a emitir un duro y seco tono neutro.. MmmmmmMmmmm.. como el murmullo de un gigante inunda y se entrelaza con los sonidos de la acción. Pero es al aproximarse a la escalera y ver a sus bravos compañeros lanzarse contra un objetivo oculto con tan solo su cuerpo como escudo cuando con ambas manos manipula el punteru y aquel aliento de gigante se moldea y colorea, con acordes que pronto de Ash reconoce como el himno de la Compañía del guantelete rubí..
Bardic Inspiration para Ash como bonus action
Mientras Guibert baja escalón a escalón desenfunda su sable en su mano diestra, dejando la siniestra que con gran velocidad y presteza repite una secuencia mil veces ensayada en el flautín de la gaita. El tempo se acompasa y se reduce a una nota que se modula un tono abajo y arriba, abajo y arriba, como una onda que se funde con el propio bardo, fluctuando su imagen como su música, acelerándose hasta que todo concluye desvaneciéndose Guilbert junto con sus notas.. únicamente el murmullo del roncón que parece descender escaleras abajo hasta que una vez vacío el fuelle, desaparece.
Invisibility level 2
stealth : 10
El impacto de la flecha deja a Zevatur aturdido por unos momentos "Esta flecha no iba muy fuerte... sin embargo casi acierta de lleno en un órgano vital". Los sonidos de la batalla le sacan rápidamente de su estupor... Mirando a su alrededor no ve a ningún enemigo. "Una bola de fuego podría provocar un incendio que matase inocentes... Mejor algo mas controlado." Con cierta fustracion lanza un Fire bolt a una de las cajas de abajo, haciendo que se incendie, luego se aproxima a donde esta Ash, cubriéndose con una de la caja que esta a mitad de camino.
Action: Fire bolt a las cajas del fondo de la sala de abajo. Para hacer un fuego que illumine desde detrás y proyecte sombras que sean difíciles de controlar.
Movimiento: Se coloca detras de las cajas para escudarse de posibles ataques.
Zevatur, Rolthos
Zevatur se tropieza con el último escalón y la pequeña bola de fuego que tenía preparada para arrojar contra las cajas del fondo se estrella a sus pies. Está a punto de caerse cuando salta para evitar quemarse con el fuego de su propio hechizo. Las llamas, sin nada combustible cerca, se apagan casi inmediatamente.
Kath se arranca el virote de la ballesta y ayudándose en Hela para levantarse, le da las gracias a su amiga.
La joven baja las escaleras y se coloca al lado de Martin desenfundando una de sus espadas. Este le indica dónde está el kenku y ella invoca sus poderes y le arroja una bola de energía arcana azul. La bola se estrella contra las cajas que le sirven de parapeto y consiguen evitar que le impacte de lleno, pero las astillas se clavan en el hombro del entrenado asesino.
PbP Character: A few ;)
Sin pensarlo mucho, Morko baja las escaleras y ve al Kenku que se ha quedado al descubierto, craso error asesino, piensa para si mismo el paladin mientras balancea a Kheluzburk y la descarga sobre el asesino:- una vez que salís de las sombras no sois nada, añade mientras vuelve a blandir la poderosa hacha, que vuelve a morder con fuerza la carne del asesino.
Ash partió el astil del virote de su herida con un gruñido y buscó cubrirse de las ballestas entre las cajas próximas tratando de enterrar el dolor. Realmente no esperaba que su treta funcionara, pero había que intentarlo. Desenvainó ambas espadas de nuevo, centrado en lo que venía a continuación, matar o morir una vez más. La letanía de Guilbert hizo que se hinchara su pecho. Recordó viejas gestas con la Compañía Rubí de las que había salido obstinadamente una y otra vez, esta no iba a ser menos. No iba a dejar a chicobestia y los demás en la estacada, ahora eran sus compañeros de armas. No importa los reproches o puñales que pudieran lanzarse cuando las cosas estaban en calma. En eso no eran diferentes a otros hermanos de armas del pasado, pero cuando tocaba sangrar todos estaban del mismo lado.
Ash tomo aire y trató de concentrarse. Hizo un rápido análisis de la situación. Martin, Zevatur y Kath malheridos pero vendiendo caro su pellejo. Los elfos parecían esquivar el peligro con asombrosa facilidad, la bruja de los cuervos era una caja de sorpresas, pero Gowther iba tarde. Guilbert se había desvanecido sable en mano en busca de una posición ventajosa, inteligente, pero Martin necesitaba asistencia o la siguiente saeta sería la última para él. Morko había llegado por fin. Trataba de localizar algún enemigo en la oscuridad según la dirección de los disparos de saeta cuando Martin desveló la posición de uno de ellos. Corrió hacia él para acabar el trabajo.
-¡Zev quema a estos cobardes, necesitamos luz ya! ¡Al infierno las delicadezas! ¡Martin cúbrete! ¡Guilbert estés donde estés cúrale! -levantó la voz para hacerse oír mientras cubría la distancia entre el kenku que había rebelado su posición.
El guerrero descargó un brutal tajo en estocada al costado con Norma que encontró carne y partió alguna costilla. Al tratar de cubrise la herida en un acto reflejo, el asesino descubrió sin darse cuenta un hueco en su guardia. Ash giró la hoja de Adelaida y la deslizó por la de su oponente haciéndolas cantar hasta hundirla con precisión de cirujano en las entrañas del kenku. Seguro de sí mismo, sin esperar a ver como el pobre diablo expiraba, se cubrió con la pared de los virotes que pudieran venir de ala sur.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Martin siseó algo parecido a una maldición en élfico, sorprendiendo a los que entendían el lenguaje, con que existieran palabras tan soeces en un idioma de tan alta diplomacia. Estaba realmente malherido y le costaba respirar por la saeta que tenía profundamente clavada en el hombro, quizás había afectado a un pulmón, pero no estaba seguro. Decidió dejárselas clavadas para no perder más tiempo y no agravar su situación, la medicina no era su fuerte, él había sido entrenado para acabar con vidas, no para mantenerlas en el reino de los vivos.
Sabiendo que tenía poco margen de error, y que podrían seguir quedando trampas por activar, el mestizo miró a sus compañeros y luego a las sombras donde había visto moverse a los tiradores desplazarse para volver a posicionarse, sabía que siendo él la punta de lanza tenía que delatar la posición de sus enemigos para que sus aliados pudieran atacarles. Era arriesgado... y se ocultó entre las sombras con la presteza que le caracterizaba.
Bonus Action: Stealth - Check: 12
Moviéndose con habilidad entre las sombras, el semielfo se acercó hacia la posición de los kenku que tenía más o menos localizados dispuesto a atacar y rezando a la Reina Cuervo por no hacer saltar más trampas.
Action: Perception - Check: 18 - Movement Action: Acrobatics - Check: 24
El pícaro vio más al sur del final de las escaleras una caja cuadrada y un pequeño grupo de barriles. Entre ellos hay uno de los Kenku preparando su ballesta para disparar. Con un gesto hacia sus compañeros evitando delatar su propia posición, les avisa a todos. Y con un salto acrobático se desplaza saltando los barriles justo a su lado con una siniestra sonrisa en su rostro.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Aprovechando las habilidades perceptivas de Martin, Gowther fijó su objetivo en el Kenku que no consiguió esconderse. Con una agilidad sobrenatural, el eladrin sorteó los obstáculos que le separaban de aquella criatrura.
Mientras se acercaba a su posición, su espada volvía generar una extraña pero hipnótica melodía. El ritmo y la cadencia de la misma se tornaba cada vez más agresiva, hasta el punto que unas llamas plateadas comenzaron a cubrir la espada para dar muerte a su enemigo. Danzando con el aire la hoja fue a impactar en el torso del desdichado asesino.
Me sitúo al otro lado de los barriles. Según hablé con Martin, el está por el lado sur del kenku, quedando libre la casilla diagonal.
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Hela dejó sitio a aquellos que se aventuraron a bajar por las escaleras. De pronto perdió de vista al bardo y, sin ser capaz de atisbarle entre las sombras, decidió seguir manteniendo su posición. Observó preocupada a Martin, en el que pudo reconocer un gesto de dolor en su rostro; intuía que era un semi-elfo duro pero no inmortal, y debían darse prisa para acabar con aquellas criaturas o más de uno de sus compañeros viajaría para siempre al plano de los muertos.
Clavó su mirada con dureza en el pequeño ser que se encontraba cerca de Martin. Agarrando con fuerza su bastón, elevó su brazo izquierdo y una luz azul pálida comenzó a brotar; el frío recorrió su brazo y un haz de hielo y escarcha salió disparado hacia el pequeño y malherido cuerpo del kenku, congelando sus entrañas putrefactas.
lanzo ray of frost
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
El sonido de una ballesta se escucha de nuevo y otro virote se clava entre las costillas del semi-elfo.
El dolor casi hace que pierda la consciencia y su mano se cubre rápidamente de sangre.
Gowther esquiva con facilidad y elegancia otro virote que sale disparado desde las sombras hacia él. Juraría que ha venido de las cajas que hay al este de su posición, pero no puede estar seguro.
El Kenku que está acorralado entre el eladrin y Martin, cloquea de rabia y dolor. De un bolsillo arroja una pequeña cuenta de cerámica al suelo y una repentina bomba de humo le cubre. La sorpresa hace que los dos guerreros se cubran la cara y tosan un poco. Cuando a los pocos segundos se despeja el humo el kenku ha desaparecido en las sombras una vez más.
La maga, que ha visto satisfecha como sus conjuros han afectado a dos de los escurridizos kenku, siente cómo un virote se clava en su hombro.
"Muere bruja!" escucha decir a una voz que parece ser de una anciana mujer humana proveniente de la oscuridad de lo más fondo del almacén. Al mirar hacia allí distingue la sombra de otro kenku, que se intenta esconder de nuevo tras las cajas, pero ya es tarde. La elfa y varios de sus compañeros le han visto.
La shadar-kai se asusta al ver la sangre que comienza a manchar su túnica.
Invisible entre la confusión, y apenas a unos diez pies a la derecha de Zevatur, Guilbert también ve al pequeño cuervo con forma humanoide.
PbP Character: A few ;)
Consciente de que estos pueden ser los últimos segundos de vida del semielfo, Guilbert renuncia a un movimiento ofensivo, demasiado riesgo. Lo complicado será llegar al pícaro aún a costa de sacrificar su ventaja estratégica.
El eco de unos versos recitados en una antigua lengua resuenan en el almacén. En un principio resulta difícil saber su origen hasta que la canción, cargada de poder, se acerca hacia el maltrecho aventurero. En el momento álgido de la interpretación, Martin nota como le agarra del brazo una figura que se materializa tumbado de forma muy poco elegante y aún menos aconsejable en plena refriega. Un profundo calor atenaza su brazo monopolizando la atención de su sistema nervioso que desaparece cuando el bardo concluye su canto sanador. Aunque no suficiente para aliviar todo mal, si suficiente para sanar órganos y detener hemorragias internas y externas..
Cure wounds : ( 1d8 (7) + 5 ) [heal] + - ( 2d8 (7, 7) [heal] ) =
-26
Terminada su cación Guilbert, sin soltar el brazo del ranger, le atrae hacía si para asegurase que de le llegue su mensaje.. "con todo lo que has pasado en tu vida vas a dejar que dos virotes te aparten de tu objetivo?? Rendición? Eso te han enseñado?"
Bardic Inspiration a Martin como bonus action.
Zevatur mira a su alrededor la posición de un solo kenku parece clara... Viendo que está detrás de una columna y sintiendo que es un disparo difícil le permita con la varita de misiles mágicos y práctica mamte la descarga sobre el. Los misiles vuelan por la sala iluminandola.con leves luces estroboscópicas. Inexorables los misiles impactan en la figura en la oscuridad.
Action uso 6 cargas de la varita de misiles.magicos. total daños: 2 contados en avrae y 24 más en otros que no había contado avrae.
Movimiento me muevo 5 pies para parapetarme detrás de unas cajas.
Zevatur, Rolthos
Kath termina de bajar y mira a su alrededor a las sombras que cubren todo el almacén.
Los que están cerca de ella le oyen susurrar.
"Probemos cosas nuevas..."
Saca algo de un pequeño compartimento en su cinturón y lo lanza al aire, saca un extraño tubo de metal con empuñadura de madera y con algo de estruendo hace que el polvo se ilumine, llenando la sala de un repentino resplandor y dejando una pequeña nube de humo que se eleva a la parte superior.
Los sorprendidos Kenku gritan asustados y se cubren los ojos. El fogonazo dura apenas un segundo pero eso combinado con el ruido que hacen los sorprendidos asesinos revelen su posición.
Kath sonrie al resto y dice.
"Todos vuestros chicos..."
PbP Character: A few ;)
-Bien jugado- dice Morko cuando el almacén se ilumina y los kenku delatan su posición- ahora jugamos todos en igualdad de condiciones-.
Invocando los poderes de Moradhin, conjura una protección sobre Martín, un poco de ayuda divina no le vendrá mal.
Viendo que no llega a ninguno, sonríe mientras avanza hacia el que está en medio del almacén y lanza a la poderosa Kheluzburk que surca certera el espacio para clavarse en su enemigo, sin darle tiempo a pensar invoca de nuevo a la poderosa hacha y la vuelve a lanzar contra su desafortunado objetivo. Por segunda vez el vuelo del hacha acaba impactando salvajemente en el desprevenido kenku, cuyo aspecto y actitud no son tan altaneros tras recibir sendos ataques.
Action: 2 ataques
BA: Shield of faith sobre martin
Ash señaló a Martin la ventana y la puerta del almacén en un intento de sugerirle una ruta a seguir. Alguien debería cubrir esa puerta para que nadie escapase y él tenía un pájaro que cazar.
Corrió todo lo que pudo hasta el más alejado de los contrincantes ahora revelados por Kath, el kenku que se ocultaba tras las cajas junto a la pared norte. El guerrero esquivó cajas y barriles hasta trabar a su enemigo, tratando de que que no volviera a disparar la ballesta.
//Movimiento doble
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Martin se reincorporó intentando contener varios gestos de dolor al verse con varios virotes aún clavados por diversas partes de su anatomía, cada movimiento era una agonía, pero la inspiración y el valor que Guilbert le había inspirado le dio fuerzas para levantarse y reunirse a la refriega. Sus ojos se apartaron levemente de la luz con un instinto innato cuando Kath consumó su explosiva iluminación y memorizó la situación de todos sus enemigos ahora expuestos. Como parte de su movimiento se desplazó justo detrás de las cajas que tenía a su lado para esconderse de nuevo mientras sacaba una daga de algún compartimento secreto entre sus ropajes.
Con un rápido moviento, el asesino, sabiendo que no podía recorrer el espacio entre él y el kenku situando más al sur del almacén de una sola tanda para sorprenderle, optó por lanzarle una afilada daga de corte élfico, apuntando a los ojos de su víctima.
Acción de Movimiento: Incorporarse y recolocarse detrás de las cajas que tiene al lado - Acción Bonus: Stealth: 1d20 (3) + 9 + 1d8 (7) = 19
Attack: 2d20kh1 (11,
6) + 6 = 17 - Damage: 1d4 (3) + 3 [piercing] + 2d6 (2,1) = 9La daga acertó pero lejos de algún objetivo letal del enemigo, las heridas en el hombro del pícaro sin duda afectaban a su puntería.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Hela sintió el frío del acero atravesando su tersa carne y, aunque no fue extremadamente doloroso, una molesta angustia se enroscó en la boca de su estómago mientras notaba la túnica humedecerse con su sangre. Su rostro palideció aún más y su mirada se volvió turbia. Asustada, escudriñó las sombras intentando detectar el origen de los futuros ataques para estar prevenida, pero sus esfuerzos fueron inútiles. La voz chillona de aquel kenku retumbaba aún en sus oídos y tuvo que hacer un esfuerzo para mantener la calma y seguir concentrada.
Entrecerró los ojos ante la luz que de pronto alumbró la estancia, provocando que levantara el brazo para cubrirse de manera instintiva, cuando una punzada de dolor le hizo recordar que aún mantenía clavado el virote en el hombro. Decidió no tocarlo para no provocar una hemorragia mayor y dirigió una mirada de agradecimiento a Kath. Cuando su visión se adaptó a la claridad, detectó con rapidez al pequeño y escurridizo ser que la había atacado. Sus finos dedos, ahora surcados por regueros oscuros de sangre provenientes de su herida, comenzaron a moverse con agilidad. Otro haz de luz, de un azul más oscuro e intenso que el anterior, se condensó primero en su palma, para salir disparado después hacia su objetivo. El impacto arrancó de la criatura un chillido agudo que inundó la habitación, pero no fue suficiente para arrebatarle la vida. No del todo satisfecha y ligeramente tambaleante, la elfa bajó las escaleras al encuentro de su amiga, situándose de forma que tuviera visión de toda la estancia.
Lanzo Ice Knife
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
La batalla parecía decantarse a favor de los aventureros, pero aún seguían en pie más de la mitad de aquellos engendros. Sin previo aviso, Kath iluminó la sala facilitando la localización de los habilidosos kenku. El mestizo y la shadar-kai focalizaron el ataque en uno de ellos. Gowther optó por lo mismo. Sin dar tiempo a que volviera a desaparecer entre la sombras, Gowther se desvaneció en un parpadeo para volver a materializarse detrás del desprevenido kenku.
Su aparición se acompañó de un tajo por la espalda impregnado de fuego plateado. Las llamas consumieron el último resquicio de vida que le quedaba. Sin finalizar su mortal danza, Gowther siguió su trayectoria para acabar junto al kenku situado un poco más al norte.
Bonus actcion: misty step y me coloco en L11.
Actión: Silver flame blade: To Hit: 1d20 (10) + 8 =
18
Damage: 1d8 (6) + 7 [piercing^] + 1d8 (5) + 1d6 (4) [piercing^] =22
Movimiento: me muevo pegado a la pared hasta L7. Me quedo en la espalda del Kenku siguiente.
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.