Un excitado aleteo se perdió en dirección hacia Punketah, Godric creyó oír por unos momentos también el sonido de una aguda risita acompañando esa marcha. Mientras Björn, con los ojos poseídos prácticamente por la locura y la ira, se giró en dirección al clérigo, dejando de golpear la puerta, para centrarse en la persona que lo había atacado a traición y por la espalda como una vil rata de cloaca.

- Sangre... para el Dios de la sangre.. y ¿sabes? ese Dios soy yo ....

Las palabras del norteño no tenían mucho sentido... aún así, el joven fiel de Lathander se preparó para recibir la lluvia de hachas que el inestable segundo de abordo le iba obsequiar. Aunque antes, por el rabillo del ojo, su atención se vio parcialmente desvíada. 

Por las escaleras del castillo de popa, un nuevo y corpulento hombre acababa de aparecer, éste era quizás mayor en edad que cualquiera de los tripulantes que hasta ahora habían visto en el navío, incluído el mago. Su pelo parcialmente canoso estaba acompañado por dos largas y anchas patillas que se unían en la barba, y su indumentaria era más parecida a la de un contramaestre que a la de un marino. Su mano derecha directamente no existía, y en su lugar, un protésico garfio afilado con tenacidad, sustituía lo que debería ser esa extremidad.

Agitando su arma integrada en el aire amenazantemente, desde lo alto de las escaleras, y ver la salvaje herida que el enmascarado de ojos azules había causado a su aliado y amigo, éste cargó escaleras abajo con una soltura inúsitada para alguien de su edad y tamaño de panza.

- ¡¡¡¡Te desventraré como a un besugo pasado que nunca se haya mirado en un espejo...!!!!

El rápido movimiento del contramaestre, volvió a pillar por sorpresa a Khalion, que se vio repentinamente rodeado por cuatro enemigos, y uno de ellos había conseguido de nuevo atravesar su armadura, por un lateral, clavando un garfio entre sus costillas, y abrazándolo contra si con fuerza mientras era desangrado como un vulgar pez.

- ¿Me permite su señoría este baile?... siempre adoré los bailes de máscaras...

-Fijate, resulta que si es un abordaje- dijo Mablung con una sonrisa cuando todo salto por los aires. Alejado como estaba vio como sus compañeros se lanzaban a la refriega y eran rodeados.

Quizás los marineros pensaban que el extraño elfo no resultaba una amenaza. Con una gracilidad fruto de su herencia elfica, Mablung inició su movimiento para ayudar a Khalion mientras invocaba los poderes innatos de la naturaleza.

El marinero no estaba preparado para hacer frente al hermoso y enorme lobo en que se había transformado. Sin piedad, el lobo saltó sobre el desdichado marinero para hundir sus mandíbulas en el cuello de su presa y  tirarle al suelo. El marinero cayó a la cubierta con la tráquea destrozada, cuna movimiento de su poderosa cabeza, el lobo se deshizo del cuerpo y  Mablung buscó una nueva presa mientras sentía crecer la furia...

Mientras el hermoso, y porque no decirlo, atrativo lobo de pelaje plateado, como el que tuviera originalmente el Mablung elfo, despedazaba sin piedad alguna a uno de los marineros que solo acertaba a intentar chillar mientras le arrancaban la garganta dejando una llovizna de sangre que cubría parte de la cubierta sur... Björn comenzó su particular danza mortal con Godric, no sin anter juntar sus labios en una extraña posición para emitir un agudo silbido en tres tonos... quizás una pequeña introducción a una oda más grande, o una canción de guerra entonada antes de una importante batalla, o quizás algo más...

Las hachas del norteño comenzaron a moverse por separado en estudiadas fintas, buscando alguna debilidad en el escudado sacerdote, para en el momento del ataque final, juntarse e impactar juntas con un tremendo ataque potenciado por la increible fuerza del desquiciado guerrero... El escudo de Godric frenó afortunadamente el ataque, protegiéndole de todo daño, sin embargo, en el último momento se dio cuenta de que una de las hachas de Björn no había impactado directamente sobre el escudo, sino que se había encajado con su parte posterior curva sobre él atrapando a éste. 

Con un fuerte tirón, el segundo de a bordo completó su maniobra, arrancando el escudo de las manos de Godric sin dificultad alguna, cayendo éste inofensivamente a sus pies, y dejándode desprotegido por completo.

- Johny, Johny... "tres trolas", los hombres de verdad no se esconden tras escudos o barreras, combaten de verdad... a muerte... ¿preparado para morir?

Punketak, el zafiro de los mares, se tambaleaba levemente mientras la masiva pérdida de sangre de sus pulmones y torax pugnaba por robale lo que le quedaba de vida. Con su analista mirada sopesó la situación, pero tras ver al hermoso lobo salvaje despedazar la garganta del marinero que le estaba defendiendo y zarandearlo como si fuera un insignificante muñeco de trapo, tuvo muy clara la estrategia a seguir. 

La resonancia mágica aún vibraba en su cuerpo, sabiéndo que moverse provocaría un estallido que sin duda acabaría con su último aliento, el mago se vio obligado a usar su artilleria pesada. Rápidamente, con un gesto de su mano, unas brumas turquesas envolvieron su cuerpo, haciéndole desaparecer completamente, para reaparecer de nuevo varios metros en dirección a la puerta que anteriormente vigilaba el druida. Desde su nueva posición tras el teletransporte, se quedó estratégicamente protegido, con un bote de por medio que le podría hacer de parapeto, y a la vista directa del vigía que podría darle cobertura desde las alturas.

Una vez recolocado, y sin haber disparado la maligna magia del enmascarado, comenzó a invocar su hechizo más eficiente y que esperaba le resolvera dos de los problemas de un solo plumazo.

- Vientos del Este, Sirocos del Sur, Galernas del Oeste, y Heladas del Norte, reuniros todos en uno para arrojar a mis enemigos al abismo del que nunca debieron salir... Ek' soleth... Ram' akalath...

Alrededor del cuerpo del hechicero, fuertes ventiscas comenzaron a arremolinarse, hasta que extendiendo ambas palmas de sus manos hacía la dirección donde Khalion y Mablung estaban, un chorro de viento de fuerza imponente comenzó a azotar, empujar y arrojar todo en esa dirección, incluidos aliados, en la misma linea de las fuertes ventisqueras....

En un suspiro toda ventaja táctica se había esfumado como el mago entre sus aceros. Pestañeño sus azules ojos para descubrir como aquel maldito conjurador aparecí varios metros al fondo dejándole, con las tripas fuera y un ponzoñoso garfio introducido hasta las costillas. Cuando mas flojeaban fuerzas y redaños, y aún con su último aliento para rehacer su defensa, un terrible vendabal cayó sobre todos haciéncole lamentarse, un poco mas, de no haber cercenado la garganta y acallado la magia del hechicero embarcado.

Trató de agarrarse con fuerza desmedida presa del pánico a lo único que le sujetaba al suelo, el garfio del veterano contramaestre. Y aún así voló, llevándose con él al gordo marinero. Con aquella mala mar solo pensaba en volver a cubierta y terminar le trabajo empezado. Arriesgándose a ser atrapado de nuevo, decidió volver hasta Adso cruzando bajo el enorme navío. -No eres mi tipo.. me gustan.. completas.- y desapareció bajo el agua dejando un rastro carmesí tras él.

Al otro lado, buscó la barca aliada para tratar de subir mas adelante de nuevo al barco.-Adso.. ayúdame, estoy mal herido..

A pesar de la orondez ingente del contramaestre, y de sus piernas comparables a troncos de árbol, Foul no pudo evitar caer arrastrado por el desesperado movimiento de Khalion, cayendo junto a él a unas frías aguas, agitadas y de gran oleaje... cuando emergió del chapuzón inicial, calado hasta los huesos y castañeando los dientes de puro frío, pudo observar como el maldito enmascarado intentaba huir con una jocosa frase que portaba la misma gracia que la que podría causarte que te arrancaran los testículos tras retorcerlos durante horas...

Alzando su garfio una vez más, intentó engancharle sin éxito antes de que se sumergiera con la misma soltura que un maldito esturión, a pesar de su armadura metálica, que debería ayudarle a hundirse como una pesada piedra hacia el fondo marino. Foul no entendía muy bien como eso era posible, aunque suponía que la magia estaba envuelta en esa extraña capacidad natatoria... con un quejumbroso quejido, comenzó a gritar a viva voz para que sus compañeros aún a bordo le arrojaran alguna maroma o escala.

Mientras en la cubierta, y siendo azotado por un viento que amenazaba con hacerle volar también por la borda, Anguilas "El escurridizo" usó toda su maña y experiencia en navegación y barcos transitando tormentas, para posicionarse ejerciendo la mínima resistencia al aire... así consiguió de momento mantenerse en posición, y lanzar un cortante sesgo con su sable de dudosa calidad al hermoso lobo de pelaje plateado que le miraba sediento de su sangre... y su cuello...

La hoja consiguió parcialmente cortar parte del lomo del animal cerca de su pata derecha delantera... aunque eso lo único que provocó fue enfadarlo más aún...

Al otro lado del "Fantasma del Mar", un bote intentaba no zozobrar ante los incesantes embates de las olas, y en su interior un preocupado acólito de Akadi se sobresaltó al ver salir del agua y aferrarse como buenamente pudo a uno de los laterales de su pequeña embarcación a un Khalion bastante malherido... venciendo todos sus temores, el muchacho se lanzó sobre él para ayudarle a entrar en el bote y poder atender las heridas.

Parcialmente consciente de lo que ocurría al otro lado de la cubierta Godric concentraba su atención en el loco y enorme nórdico que estaba dispuesto a destriparle.

- Así que los hombres no pueden llevar escudo, pero si dos armas ¿no?  - dijo casi sin que le temblara la voz. Con gesto mucho más calmado que como realmente se sentía, Godric se miró la mano vacía y en ella se formó poco a poco un lucero del alba dorado, prácticamente traslucido. 

- ¿Como esta? - dijo enarbolando la misma y golpeando a Björn en la cara. El golpe no fue decisivo ni mucho menos, pero al menos la primera sangre era suya. 

Mientras el loco nórdico se recuperaba de la sorpresa Godric, con una media sonrisa liberó el arma traslucida que se quedó flotando, amenazante, y recogió su escudo. 

- ¿Qué sabrás tú de ser o no un hombre? - Le dijo preparándose para continuar el combate. 

Una confiada sonrisa parecía aflorar en los labios de Punketah, su plan estaba saliendo a la perfección a pesar de  que sus graves heridas que le habían llevado al borde de la muerte. Sólo le restaba por "barrer" de la cubierta al peligroso lobo antes de pasar a proyectar su control sobre los vientos contra el molesto sacerdote que estaba generando ligeras molestias al norteño.

La seguridad en sí mismo se quebró cuando escuchó demasiado tarde un sigiloso aleteo apenas audible por el sonido de fondo del oleaje, lo único que sintió el mago antes de perecer entre horribles estertores fue como su orbe ocular derecho explotaba al ser perforado con fiereza por un flexible aguijón que le atravesó el cráneo hasta inocular todo su veneno directamente al cerebro del desdichado "Zafiro de los Mares". 

Al mismo tiempo que su cuerpo caía y convulsionaba violentamente antes de que quedarse quieto totalmente en una contorsionada e imposible postura... las galernas que había invocado bajo su dominio, amainaron totalmente hasta desaparecer por completo... Sobre su cadáver, el diminuto Imp parecía satisfecho con el resultado de su ataque a traición, y una sensación de orgullo anidó en su maligno corazón al saber que había ayudado a su indiscutible amo.

Mientras... abajo ... un airado contramaestre, cesó en sus intentos de ser escuchado al ver que nadie acudía en su ayuda... y comenzó a nadar...

Mablung dejo que la rabia acudiese a él y se dispuso a acabar con el otro marinero. Impulsando se sobre sus cuartos traseros salto buscando la garganta de su presa cuando una flecha se le clavó en el costado desequilibrandolo y haciendo que fallase su ataque. Con un gruñido de frustración se dispuso a repetir su ataque.

[En la cubierta de la masacre eterna]

El norteño pareció tremendamente contrariado a la par que sorprendido ante el golpe recibido por aquella estrella de la mañana espectral, que emanaba alrededor de su traslúcida figura un aura azulada, haciéndose peligrosamente sólida y dañina. Un rugido hacia el cielo elevando sus dos hachas inició algún tipo de ritual sangriento que Godric desconocía, pero no auguraba nada bueno... 

Con sus ojos enloquecidos por la ira, Björn dejó de jugar a desarmar y humillar a su presa..., intentando despedazarla en el menor tiempo posible... y tras descargar sendos hachazos sobre el cuerpo prácticamente desprotegido del sacerdote, éste vio como ambos penetraban fácilmente sus defensas practicamente inutilizando su escudo con unas simples fintas del enloquecido segundo de a bordo...

Los cortes era profundos, y la sangre comenzó a manar ante un sonriente hermano, dispuesto a hacer lo que fuera para salvar a su familiar. Godric comenzó a preocuparse sobre el devenir de ese combate ... y si quizás debería solicitar de nuevo cierta ayuda...

Cuando la situación parecía complicarse cada vez más... y sin señales aún de que la puerta del capitán fuera a abrirse en breve... varios rugidos sonaron justo a su espalda, desde la puerta directamente opuesta a donde sus compañeros trataban con Sigürd. Donde antes descansaba y vigilaba Mablung, por el castillo de proa, una puerta se abrió para dejar asomar a tres criaturas reptilianas... , su escamoso cuerpo de larga cola y afilados dientes diseñados para desgarrar carne, los delataba como hombres lagarto. Éstos iban armados con garrotes acabados en cráneos humanoides, y escudos constituídos a base de caparazones de tortuga y afilados huesos que sobresalían entre sus junturas, pudiendo ser usados tanto defensivamente como ofensivamente...

Con un agudo siseo, otearon toda la cubierta analizando la situación, buscando al rival más débil...

[En el bote con Adso]

El acólito se acercó a un empapado Khalion, que comenzó a acusar el frío de las aguas de un mar embravecido combinadas con la lluvia. Sus ropas estaban empapadas y la abundante sangre no acompañaba. Adso extendió sus temblorosas manos sobre la herida principal del enmascarado, y éste pudo notar como el chico le tenía cierto temo y respeto por partes iguales. Aguantando el tipo, su oración pareció ser escuchada por la Dama de los Vientos, que acudió a cerrar las heridas del maltrecho cazarrecompensas.

[Una barca bajo la luz de la luna]

Ayudado por Adso, el aasimar molesto por los recientes vuelos contenía su rabia hacia aquel mago desconocedor aún del nefasto final sufrido a manos del Imp Ostor. Abandonados por media compañía a su suerte, ahora era él quien dejaba desamparados al elfo y al humano joven. Necesitaba volver a pesar de sujetarse las costillas reventadas por cierto garfio limpia pescado cuando sintió el poder sanador de un mas que eficiente sacerdote suplente.

-Que dichas y desdichas sean amables contigo- agradeció aquella altruista acción del joven acólito.-Sube sin demora, a mi zaga.. mas seguro estarás arriba que abajo entre olas y garfios..

Comenzó a conjurar uno de los hechizos sencillos con los que había sido recompensado y que facilitaba con frecuencia su oficio. Suspendidos en el aire subió los amarres de la escala de cuerda hasta cubierta, subiendo sin demora en cuanto quedaron afianzados. Arriba el difuso panorama le golpeaba de manera agridulce. Un mago sin ojo yacía sobre su propia sangre al igual que uno de los marineros, el sacerdote parecía malherido por sendos hachazos a mala sombra y un lobo saeteado corriendo de aquí para allá. Pero sobretodo le llamó la atención los escamosos recién llegados que daban sentido a los silbos del nórdico. 

-Sangre por sangre-le gritó maldiciéndole con tenebrosos recursos de brujería.- Las fortunas te son propicias.. hoy morirás mirando a los ojos de un Dios. -para terminar imitando con torpeza, los silbidos de maleantes que usó el pirata con antelación. Repitió alguno de sus comandos, pero añadiendo la negativa delante. Para los demás parecían inocentes sonidos, pero contenían mensajes para aquellos hombres lagartos "No Asalto", "No armas"... y hasta improvisó lo que creyó sería, "Amigos" "libres"..

Mientras los hombres lagarto observaban a un esmascarado subiendo por la escala y saltando justo a su lado mientras silbaba extraños tonos disonantes en el aire, al otro lado de la cubierta, Anguilas "el escurridizo", rezaba a todas las deidades conocidas por sobrevivir un día más, mientras asestaba precisos pero ineficientes cortes sobre el lobo de pelaje argénteo que tenía delante y que amenazaba con devorarle vivo si era necesario... 

A pesar de su temor, el marinero consiguió volver a inflingir una herida superficial a la bestia, mientras que su compañero del puesto vigía, parecía estar pasando por sus peores momentos de puntería. Otro dardo ligero se clavó sobre las maderas del húmedo piso, a casi un metro de su lobuno objetivo.

El diablillo, movió rápidamente sus ojos para ver con cierta preocupación a los tres hombres lagartos que siseaban y gruñían a escasos metros de él, y aunque un escalador Khalion inrrumpió de nuevo en cubierta justo a su lado, esto no hizo que Ostor sopesara que el cazarrecompensas no fuera suficiente para retenerlos. Con un sonoro "POP", dejó tras de sí, antes de desaparecer de nuevo de la vista de todos, una pequeña nube con un intenso olor a azufre... 

A los escasos segundos, la conocida vocecilla volvía a estar cerca de la zona de Godric y Björn... y sus servicios fueron ofrecidos una vez más.

- Puedo ayudar con este bruto sin cerebro también amo Godric... déjemelo a mi...

Godric tan sólo negó con la cabeza a las palabras susurradas por Ostor. 

Aquello tenía que resolverse de otra manera. Apretando los dientes y luchando contra sus propios instintos Godric intentó seguir luchando. 

Cada segundo que aquel bruto estuviera centrado en él era un segundo que no estaba dentro amenazando a Adriana. 

- ¿ A esto llamas pelear? - siguió provocándole - Mi hermana pequeña pegaba más fuerte. No me sorprende. Sólo eres un bravucón - 

Invocó el poder de Lathander, pero un golpe de mar movió el barco y un nada acostumbrado al medio marítimo Godric trastabilló. El haz de luz que tenía que haber acabado con Björn salió despedido hacia el cielo y se perdió en la noche. El arma espiritual osciló con su conjurador y no consiguió acertar en la cabeza del nórdico que preveía una presa fácil. 

Mientras Godric erraba todos sus ataques ante la consternación de cierto e impaciente Imp, Björn parecía crecerse cada vez más ante lo que él pensaba que era una presa fácil y torpe, casi no había honor en su derrota... así que preparó su ataque final que segaría la vida del joven y apuesto sacerdote que tenía delante, para acabar con un agónico sufrimiento, el norteño era un hombre piadoso en el fondo.

Antes de su asalto final, en el bote, Adso se preparaba para seguir las instrucciones de Khalion, acercándose a la escala para subir a la cubierta y apoyar a sus amigos como buenamente pudiera, puesto que sus recursos no estaban tan desarrollados como los de su maestro Wellmar, ... pero justo en ese momento, el acólito sintió zozobrar la barca, y girándose para ver que ocurría, observó con horror, como un extremadamente corpulento contramaestre acababa de encaramarse a un lateral del bote, ayudándose de su garfio para poder arrastrarse dentro de un sólo impulso. 

Sabiendo que eso supondría una dificultad añadida para los "agentes", sumada a la ya de por sí complicada situación, el joven encapuchado hizo caso omiso de las órdenes del aasimar, y se encaró al nuevo enemigo preparándose para deslizar la daga ritual de su orden en cuanto éste hubiera terminado de escalar al bote. Le cortaría el paso los asaltos que fueran necesarios para no asixiar más aún las posibilidades de sus aliados.

Con un gruñido, Mablung se lanzó de nuevo a por su objetivo y está vez sus poderosas mandíbulas alcanzaron a su presa en la pierna.

El plateado lobo agitó su cabeza desgarrando la pierna del marinero haciendo que cayese sobre la cubierta del barco, malherido. Con un aullido Mablung se dispuso a acabar con él.

[En la cubierta del Fantasma del Mar]

El lobo que era Mablung volvió a saborear la sangre fresca entre sus mandíbulas, mientras destrozaba la pierna del pobre marinero que no paraba de gritar de dolor hasta desgallitarse, preso del horror de contemplar su muslo totalmente desgarrado y dar con su cuerpo en el suelo. Anguilas, podría jurar que si los animales pudieran sonréir, ese lobo lo estaba haciendo en esos momentos.

En la otra zona de cubierta, la puerta que conducía al camarote del capitán recibió dos fuertes impactos de diferente categoría, el primero vino acompañado de un fulgor mágico de un color verduzco y pálido, mientras que el segundo parecía causa de un golpe más contundente... pero por desgracia, en ambos casos, la puerta seguía sin ceder aguantando robustamente.

Björn, divertido ante la completa ineficacia de su contendiente, y presionado por la premura de volver a intentar derrumbar esa misma puerta con sus hachas, decició acelerar el final del aficionado sacerdote que tenía delante. Primero atacó con su mano izquierda, volviendo a engañar a Godric que esperaba un ataque directo primero de su mano buena, ... este despiste le costó caro, puesto que la hoja del arma del norteño volvió a desgarrarle el vientre abriendo una herida de gravedad considerable... 

El joven sacerdote sabía que no podía permitirse un impacto más de Björn, puesto que su cuerpo estaba ya al límite, y concentró toda su experiencia en combate para bloquear el segundo ataque proveniente del brazo fuerte del contrabandista. De alguna manera funcionó, y Godric consiguió desviar ese embate, que de otra manera, le hubiera hecho desfallecer casi con total seguridad...

[En el bote]

Adso, pareció cambiar de opinión respecto a su daga, decidiendo jugarse todo a su única carta, imitando a lo que Wellmar, su "maestro", hizo cuando defendió el templo de las abominaciones abisales que lo atacaron hace escasas noches, el adolescente acólito sostuvo su medallón de Akadi con su mano izquierda, mientras seguía aferrando su daga ritual con la derecha. Invocando la fuerza de su Diosa, una corriente de aire y viento comenzó a subyugrse bajo su mandato, envolviéndolo y dándole una poderosa ola de energía divina.

Sin dudarlo ni un segundo más, y apuntando al contramaestre que aún pugnaba por escalar dentro del bote, el chico terminó de conjurar su magia, invocando al trueno que castiga a los enemigos de sus protegidos, con un estruendoso sonido, que quebró el aire y emitió una onda de choque audible a centenas de metros de distancia, la magia de Adso intento quebrar los huesos y la voluntad de Foul Frithoff, contramaestre y gordo por naturaleza.

La fuerza del impacto hizo volar prácticamente todo en el bote que no estuviera clavado o bloqueado, casi partiendo el mástil en dos y triturando un trozo de timón en la parte trasera... aunque la peor parte se la llevó el contramestre, éste aferrado con su garfio bien clavado en el casco de la pequeña embarcación, aguantó el embate y no salió volando varios metros como esperaba con esperanza que ocurriría el conjurador de ojos azules... Su cuerpo estaba dañado, y moratones y heridas de impacto comenzaron a aparecer por todo el cuerpo del corpulento marino, pero tras aguantar el ataque mágico, ... las situación pareció torcerse críticamente para el ahora más asustado aún acólito.

Por fin arriba para descubrir que abajo hubiera sido más que necesario. El desobediente gemelo armado de todo el valor que pudo encontrar y ahora lamentar, se había abandonado a las fortunas del destino. Dudó en saltar hasta que vio en circunstancias más apremiantes al joven de los humanos que aún luchaba contra Bjorn, claramente perdiendo.

-Aguanta Adso, esa pescadera carente de redaños y hombría querrá jugar con un crío antes que con hombre.. - trató de influir en las prioridades del contramaestre.- No tardes bailarina, quiero hacerme un perchero con tu mano..

Y se lanzó sin demora en carga fatal contra el hermano del capitán, dispuesto a descerrajar todo su mal hacer. Demasiado lejos como para disponer de un doble ataque se centró en el de mano diestra, con todos los recursos árcanos a su disposición.

Björn pareció contrariado cuando un nuevo contendiente se unió al combate, interrumpiendo el placer que sentía desgastando hasta la muerte a Godric. La estocada del enmascarado fue evitada con total parsimonia, rotando su torso con total precisión justo donde el corte debería haber impactado.

- ¿Necesitas ayuda "Johnny"? ... ¿vas a llamar también a tu mamá? ... tanto deshonor y cobardía ante la muerte me asquea...

Justo cuando el norteño terminaba de jactarse de sus enemigos... la voz del "capitán" Sigürd pareció resonar parcialmente amortiguada tras la robusta puerta de su camarote:

 -  ¡Me rindo! ¡Mi tripulación Y yo mismo rendimos la bandera!

Una sonrisa, que acabó en carcajada, retumbó incluso sobre el sonido del oleaje y la batalla... El contrabandista parecía poseído por la hilaridad de la situación.

- Vuestro kenku es realmente malo imitando voces... debería aprender de los que yo conozco... que están algo muertos, pero se mueven e imitan mejor...

Mientras la cómica escena, al menos para Björn, acontencía cerca de babor, a estribor, en la misma cubierta, un agonizante marinero intentaba luchar por los últimos retazos de su vida contra el hermoso pero despiadado lobo que se cebaba con su sufrimiento. Agitando el sable tras ponerse de pie a duras penas sobre la única pierna sana que le quedaba, el lobo observó como el arma de Anguilas ni siquiera se aproximaba a cualquier parte de su cuerpo... siendo usada más por pánico que por necesidad de herirle.

Sobre el mástil, en el puesto vigia, se oyeron varias maldiciones mientras Dardo, intentaba reparar una ballesta encasquilada a base de golpearla contra las maderas y el suelo de su diminuta atalaya.

 Con un grito de satisfacción, el marinero consiguió volver a poner en funcionamiento su arma y consecuentemente pudo tenerla lista para el siguiente asalto.

Godric escupió un poco de sangre a los pies de Björn.

- No lo entiendes ¿verdad? No me importa una mierda tú opinión, ni lo que pienses. No eres nada Björn el follacabras. Hablas de tanto muerto para que nadie pueda averiguar que todo lo que dices es mentira. - hablaba lo suficientemente alto como para que el resto de la tripulación pudiera oírle - ¿Muerte? La única que veo en el futuro es la tuya Björn el comepollas. Yo apenas he sufrido un rasguño de tus débiles ataques - 

Mientras hablaba las heridas que había sufrido se cerraron casi en su totalidad. Godric había esperado despistar con sus palabras al nórdico y poder asestarle otro golpe con su arma espiritual, pero pese a las frases despectivas el segundo al mando del Fantasma del Mar tenía experiencia en combate y esquivó otro ataque del arma invocada por el clérigo. 

Godric estaba harto. Estaba harto de ese matón y bocazas y de que todo el mundo le despreciara e infravalorara. Se había acabado. O aquel bárbaro le destripaba o acababa con él. 

[En la cubierta principal]

Björn observó como su contrincante volvía a usar la magia para ganar ventaja sobre él, sanándose las heridas y evitando un combate justo y honorable. Con un bufido de desprecio, pareció perder todo el interés en él, como si ya no fuera una presa digna. Sus ojos paseaban entre el sacerdote y el enmascarado vigilando los movimientos de ambos...

- ¿Sabéis? Yo también sé usar magia, ... la de mis hachas cortando cabezas... pongámosla a prueba ... ¡JA JA JA! Pardillos...

La bravuconería del norteño fue cortada en seco con un sonido sordo y suficientemente alto para llamar la atención de todos los presentes en la cubierta. Un cuerpo había caído convulsionando desde las alturas, toda la distancia que recorría el mástil principal, hasta reventar contra el piso del barco y abrirse la cabeza como un melón. En sus manos aún aferraba la ballesta mientras los últimos estertores de un envenenado cuerpo le hacían temblar por unos segundos antes de quedarse rígido en una extraña posición. Arriba y a través de la lluvía, un diablillo se reía jocosamente mientras levantaba su dedo pulgar a su amo, más una decena de metros más abajo.

[En el bote]

Foul subió a la pequeña pero rápida embarcación, completamente dañada por el hechizo de Adso, y de nuevo, a pesar de su "tamaño" el contramaestre parecía moverse con demasiada soltura incluso en superficies húmedas y oscilantes... Alzando su garfio, no dudó en lanzarse sobre el muchacho encapuchado intentando clavárselo y usar de nuevo su famosa maniobra del desventramiento.

A pesar de su miedo, el adolescente acólito se movió casi por instinto, entorpecido por su toga totalmente empapada, y de algún milagroso modo, el empoderado encargado del Fantasma del Mar falló su embate... dejando unos segundo más de vida al muchacho.

[De nuevo... en la cubierta]

Tres hombres lagarto, equipados por igual, gruñeron enseñando los dientes, el que parecía más alto y corpulento señaló en tres direcciones mientras siseaba algo en un idioma desconocido parecido al de las serpientes o dracos. Uno de los seres, saltó por la borda directamente hacía el bote, y se perdió de vista de los agentes, el segundo corrió por toda la cubierta hasta cubrir el camino que lo separaba del lobo y de Anguilas, pero éste se colocó justo detrás del marinero, sin aparente intención de tocar al lobo... el tercero, y el que parecía el líder, se acercó con todo su movimiento hasta la pareja que se enfrentaba al hermano menor y segundo de a bordo... señalando con sus dedos escamosos acabados en garras a Godric, y en particular a su medallón, consiguió articular algunas palabras en un común muy pobre mezclado con algo de idioma extraño.

- Tú aliado ... tus... skhffdssshaak ... torre ruinas ... Ssshilash pantano sssfgggh, sangre... por sangre ... hadukk-soilashh hogar... guerra.

El reptiliano ser pareció ponerse en guardia para ser el tercero a combatir por Björn.