Gowther intentó repetir la táctica de antes con un nuevo enemigo, y su primer ataque provocó una herida en un brazo de la que tardaría en recuperarse, pero este ataque le puso sobre aviso y fue capaz de desviar tanto su segundo ataque como el de Ethan.
Entonces, todo se apago. No es que una nube tapara las primeras luces del alba, o que las mortecinas y casi agotadas luces de aceite de la calle se quedaran sin combustible. Es que, literalmente toda fuente de luz desapareció.
Zevatur se dio cuenta de lo que ocurría casi de inmediato, cuando el mundo quedo envuelto repentinamente en una extraña niebla gris. El tiefling pudo ver cómo el drow que le acosaba desaparecía frente a él, aparentemente fundiéndose con la oscuridad que le rodeaba.
Martin se acercaba todo lo rápido que la prudencia le permitía. De nada serviría a sus compañeros si tropezaba y se abría la cabeza contra el empedrado suelo de la ciudad. Cuando estaba próximo al lugar de la explosión, aminoró el paso y se hizo uno con las sombras, aconsejado por los susurros de aquellos ancestros que su Diosa enviaba en su ayuda.
Accedió a una pequeña plaza, más creada por una encrucijada de caminos que como tal, por una callejuela lateral. A la única de sus amigos que pudo ver fue a Kath tirada en el suelo en un charco de su propia sangre, sus armas en el suelo a su lado manchadas de la sangre de su enemigo. Pero en esta ocasión, y por primera vez, la valerosa muchacha no había salido victoriosa de su enfrentamiento. Pero lo más perturbador es que la mitad de aquella placita, así como unos cuantos edificios aledaños habían desaparecido por completo envueltos en unas esferas negras que bloqueaban todo. Kath estaba casi en el borde de una de estas esferas y Martin sólo pudo suponer que el resto estaban en el interior de las extrañas esferas.
La repentina oscuridad confundió a Zevatur, por un momento creyó que había caído otra vez. Que la visión que tenia era del espacio astral y por ello desaparecían sus compañeros. solo duro un segundo, lo suficiente como para que perdiese de vista a los drow y no supiese que había pasado en ellos, pero parecía que se daban a la fuga.
Sin embargo la urgencia era elevada ya que tres de sus compañeros yacían en el suelo. Raudo acudio a curar a Morko, el a su vez podria curar a otro y llevaba mucho tiempo en el suelo. Lanzo su poder curativo y la luz de bahamut restañó sus heridas haciendo que sanase y tosiese sangre, malherido, pero vivo.
- !Gilbert y Kath! allí y allí !Necesitan curación! - Le dijo sin dejarle tiempo a lamentarse.
Un anciano vestido en ropa de cierta calidad, con un toque noble y práctico más que estético, se deslizó con una agilidad extraña para una persona de su edad. En sus nudosas y arrugadas manos, un simple bastón para apoyarse le ayudaba a avanzar a pesar de la visible curvatura de su espalda...
La figura se movió en sigilo hasta la figura de la muchacha que yacía caída sobre su propio charco de sangre, parecía desesperada y su ajado rostro mostraba preocupación. Cuando el viejo llegó al lado de la chicha, intentó tratar sus heridas torpemente para cortar sus hemorragias más profundas, sin mucho éxito, aunque consiguió estabilizar su precaria situación parcialmente...
Con las manos manchadas de sangre, y con una voz conocida... el desconocido pareció susurrar a la chica en un tono que rozaba lo paternal.
- No te vayas Kath, ... no puedes irte aún ... la Reina tiene planes para tí ... lo he visto... y ella nunca se equivoca...
Cuando la esferas negras comenzaron a disiparse, las plegarias de Martin parecieron cobrar forma, puesto que un maltrecho Morko apareció al lado de ambos, canalizando su energía divina en el nombre de Moradin... terminando de cerrar todas las mortales heridas que la novata aventurera arrastraba... Fue cuando el anciano alzó la vista para ver la matanza que había sido ejecutada allí, donde las víctimas esta vez habían sido sus amigos...
Hubo unos momentos de confusión cuando los compañeros, completamente cegados por los hechizos de oscuridad de los drow, comenzaron a llamarse a gritos. Todos respondieron, menos Guilbert. Suponiendo que estaba incosnciente, Zevatur corrió al callejón donde le había visto luchar él sólo contra los dos líderes de los drow, pero no encontró nada.
Antes de que la oscuridad se disipase, y mientras Morko emergía de la misma para ayudar a una malherida Kath, todos pudieron escuchar el ominoso batir de alas. Temiéndose lo peor, que El Ejecutor les había encontrado, Morko llamó a su lado a su fiel hacha, que voló a su mano.
Pero sus temores eran infundados. Descendiendo en la angosta encrucijada llegó un grifo de la Guardia Alada de Waterdeep.
- ¡Alto en nombre de los Lores de la Ciudad! -gritó la jinete mientras un avejentado Martin ayudaba a Kath a ponerse en pie. La chica estaba fría al contacto y pálida pero sonrió débilmente a su mentor.
Un par de jinetes de grifos más posaron sus monturas en los tejados cercanos y por fin la oscuridad que envolvía al resto del grupo desapareció.
Gowther, aprovechando los últimos momentos de su hechizo, pudo moverse libremente en busca del drow que habían derrotado Ethan y él, pero sólo encontró un pequeño charco de sangre. Ni siquiera había un rastro que indicara que el cuerpo había sido trasladado o movido.
La jinete que les había dado el alto apuntó con su lanza a Morko.
- No pienso deponer mi arma, guardia, no después de todo por lo que he pasado en vuestra ciudad- contestó un airado Morko.
-Quizás se hicieseis bien vuestro trabajo en vez de pavonearos en vuestros grifos, mis compañeros y yo no estaríamos así. Y ahora debemos buscar a nuestro compañero al que se han llevado los drow. Así que idos a haced algo útil y dejadnos.-
Tras lo cual dio la espalda al guardia y se puso a ayudar a sus compañeros.
- Maese enano. Será mejor que bajéis los humos o quizá unas noches en el calabozo lo hagan. Esta noche hemos estado realmente ocupados y hemos perdido a varios de nuestros compañeros a manos de loco dragonborn. No es la noche para bravuconadas o la famosa cabezoneria enana. Y os aseguro que vamos a hacer nuestro trabajo diligintemente. -
Se podían escuchar los pasos de varias personas armadas y que confluían en la encrucijada donde los drow los habían emboscado. En apenas unos segundos varios miembros de la guardia se presentan en la escena y reforzaabn la autidad de la mujer que les habia hablado.
- Ahora deponed las armas y explicaos. ¿Qué es eso de unos drow? ¿Qué ha ocurrido aquí? -
Ante el desencuentro entre Morko y los guardias de la ciudad, el Eltael deshizo el hechizo de invisibilidad haciéndose visible para todos. Esto también mostró las graves heridas sufridas durante el combate. Parecía increíble que mantuviera su danza de modo tan impecable.
- Disculpad nuestras maneras... Si hemos levantado nuestras armas, ha sido en defensa propia... No sabemos las intenciones o los objetivos de estos drow, pero se han llevado a uno de los nuestros.-
Como muestra de obediencia, Gowther enfundó a Aegnor.- Nos emboscaron e hirieron de gravedad... Cuando comenzábamos a defendernos, tumbaron a nuestro compañero y acto seguido desaparecieron empleando sombras mágicas como cobertura. No puedo decir mucho más al respecto...
-Intentando calmar el ambiente- Somos plenamente conscientes de vuestras capacidades y no queríamos cuestionar vuestra labor, disculparnos... Nos ha nublado la emoción y la frustración. Como bien habéis indicado, hoy la ciudad parece estar sumida en un caos...
-Respirando con dificultad- Ahora necesitamos descansar y para ello también precisamos algo de cobertura para poder llegar a alguno de los lugares en los que somos bienvenidos. ¿Sería posible contar con vuestro apoyo?
Morko sé volvió hacia el guardia cuando Gowther se apareció, con un gruñido siguió ayudando a Katmandú dejando que el elfo hablase con el impertinente guarda. .-No te olvides de los sectarios y los demonios, esta noche está siendo muy completa en lo que respecta a amenazas.- añadió, sin devolver el hacha a su arnés.
Zevatur se apoyó contra la pared, encorvado y con las manos en las rodillas, escupiendo sangre. Apenas tenía fuerzas para continuar ni casi energía para mantener ninguna actitud antagonista con la guardia. Miró de reojo a Ethan, el cual con anterioridad había expresado su pánico a ser capturado por la guardia. Esperaba que mantuviese la calma…
- Menos mal que habéis llegado. – Dijo después de Gowther - Los drow casi acaban con nosotros, pero han secuestrado a Guilbert. – Negó con la cabeza. - Hay que darse prisa, si nos pudierais escoltar ante Khelben o alguna otra figura de autoridad sería algo encomiable, diligente. ¿O quizás a la mansión de Lord Raenar? Debemos actuar sin demorarnos más.– Dijo intentando ser convincente, reservando sus últimas energías mágicas por si no parecía convincente.
La Capitana de la Guardia miró a aquellos compañeros que hablaban, luego al cadaver olvidado del desdichado Orly y después al resto.
Zevatur mira hacia el lugar donde estaba Ethan pero no encuentra por ningún sitio al hábil semi-elfo.
- Claro que os escoltaremos si... pero a casa de la Guardia más cercana. ¿Cómo sabíais del resto de ataques de esta noche? Claramente estáis implicados así que vendréis con nosotros y seréis interrogados. - Levanta una mano para impedir cualquier queja - Sí, como decís, sois las víctimas, os alegrará contar con la protección de la Guarida. ¿Y bien? ¿Qué va a ser maese enano? -dice dirigiéndose directamente al más beligerante de los allí reunidos. - ¿Vendréis por las buenas o añadiréis a la Guardia a la lista de vuestros enemigos? -
El resto de miembros de la Guardia sostiene listas sus armas, lanzas, espadas y ballestas.
Kath murmura a Martin.
- No me malinterpretes pero... ¿Qué cojones haces aquí? Se suponía que nosotros nos la jugábamos para que tú escaparas, no para que corrieras a la boca del lobo... -
- Claro capitana, un grupo vapuleado de aventureros es claramente más peligroso y tiene prioridad sobre los drow y demonios que acosan vuestra ciudad- comento el paladín con sarcasmo.
- Es el final perfecto para una gran noche, arrestados por la flamante guardia sobre grifos de la ciudad-
- Ya que os empeñais podéis hacernos de escoltas hasta vuestras dependencias, pero ni sueñes que voy a dejar mi hacha hasta que me sienta a salvo y lo siento, pero con vosotros no me siento seguro.-
- Un grupo vapuleado de aventureros con un cadaver y que están relacionados con el resto de eventos que han ocurrido esta noche... claro que os venís con nosotros. ¿arrestados? nadie ha dicho nada de arrestados, sólo estamos cumpliendo la petición de vuestro amigo y os escoltamos a un lugar seguro. -dice la capitana con toda la ironía del mundo en su voz.
- Si sois tan amables, pues, de acompañar a mis estimados colegas... -
Zevatur suspiró impotente, no veía otra salida que acompañar a los guardias. Desde el inicio de la noche había sufrido humillación tras humillación y la posibilidad de una noche en los calabozos casi se le hacía apetecible y tranquila. Antes de dar un paso adelante miró a sus compañeros a ver si alguno se le ocurría alguna salida mejor. También pensó en hablar de la una de Martin, pero si alguno de los enemigos estaba escuchando seguro que la raptaba para hacer chantaje, como habían hecho con Guilbert.
El anciano que era Martin, y que Kath había reconocido a través del tono grave y atractivo característico de su voz, guiñó un ojo a su amiga mientras de reojo dirigía la mirada en busca de Ethan, suspirando al ver que no se encontraba entre ellos, aunque quizás era parte de los secuestrados junto al desaparecido Guilbert... esa posibilidad le hizo dar un vuelvo a su recién recuperado corazón, y en la cercanía con la joven aventurera oriunda de Greenest, ésta pudo notar como las pulsaciones del mestizo se aceleraban, haciéndole entender claramente la razón de su vuelta... en contra de la razón o la lógica.
Susurrando a la muchacha, Martin intentó aún así tranquilizar sus ánimos,
- No la he traído conmigo, está a salvo de momento.
La intervención de la flamante guardia de la ciudad en sus esplendorosos grifos alados obligó al semielfo a continuar con su mágico disfraz activo, dejando intervenir a sus compañeros, y, aunque la actitud de Morko la consideraba explícitamente hosca y poco carismática, en parte estaba de acuerdo con él. Vigilando que Seeker estuviera cerca siempre, y fuera de peligro, el arrugado humano de avanzada edad que interpretaba ahora intentó educadamente evitar el viaje escoltado al puesto de guardia. Usando sus mejores frases para poder desplazarse lejos sin problemas, y apoyado por Kath, consiguieron elaborar una decente historia sobre su inocencia y pronta partida del lugar, pero esto no pareció convencer a los guardias, que obligaron al decrépito noble a acompañarles como testigo a pesar de sus gruñonas respuestas....
La ilusión sólo duraría una hora escasa, y sería un verdadero problema perderla en mitad de un interrogatorio... y el tiempo jugaba en su contra, puesto que el apuesto bardo de facciones norteñas y su "amigo" Ethan podrían estar en peligro.
La shadar-kai estaba más agotada de lo que nunca había experimentado y comenzaba a perder las esperanzas de que algo saliera bien aquella noche. Cuando la oscuridad se materializó a su alrededor, su única preocupación fue aferrar fuertemente a Ash para que, fuera lo que fuese lo que ocurriera, no le separaran de su lado. Así se mantuvo hasta que la bruma oscura desapareció y pudo reconocer el terreno y, entonces, la angustia de la desaparición de Guilbert centró toda su atención.
La llegada de la Guardia de alguna manera reconfortó su espíritu, tras las últimas oleadas incesantes de enemigos que no les habían permitido recuperar las fuerzas. Obviamente, era prioritario encontrar al bardo sin perder tiempo, pero sus recursos se habían agotado y el grupo se encontraba en la peor de las condiciones. Quizá si jugaban bien sus cartas ante la Guardia, podrían conseguir su ayuda. Perder el tiempo discutiendo con ellos sobre si acompañarles o no tampoco parecía una buena idea, así que Hela se adelantó, ayudando a su amado líder, con la intención de seguirles y colaborar.
- Les acompañaremos - dijo mirándoles seriamente bajo la capucha de su túnica - pero es crucial que iniciemos la búsqueda de nuestro compañero o será demasiado tarde. Si es posible, avisad a Khelben e informadle de lo que ha ocurrido aquí, él intercederá por nosotros y quizá pueda ayudarnos-
Observó de reojo con suspicacia al anciano que conversaba con Kath, Si su amiga no se había puesto en guardia ante él, confió en que no representaba una amenaza, al menos de momento.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
- Blackstaff ha dejado muy claro en numerosas ocasiones que no desea intervenir en los asuntos de la Ciudad. Les agradecería que dejaran esas explicaciones para su declaración. -
Zanjó la capitana de la guardia y espoleó su grifo que remontó el vuelo.
Acompañados y ayudados a aquellos más heridos de la guardia de a pie y escoltados por el aire por la patrulla de grifos hasta un edificio que no estaba tan cercano como le hubiera gustado a Martin, pues al acceder a sus dependencias calculaba que una tercera parte del tiempo que tenía su conjuro había pasado ya.
Aunque con miradas de suspicacia, fueron conducidos al interior del edificio y les trajeron algo de comer y para lavarse y sus heridas fueron atendidas. En mitad de aquel proceso llegó a la sala la capitana de la Guardia Alada acompañada de un hombre bajo, medio calvo y con ropajes de funcionario que portaba un pesado libro, varios pergaminos y un elegante set de escritura que comenzó a colocar en el lateral de una mesa central de sobrio roble. Con la capitana también llegó una mujer alta y enjuta, de piel arrogada por la edad y gesto severo. El pelo encanecido recogido en un apretado moño en lo alto de su cabeza que se sentó en el centro de la mesa y miró por encima de un par de anteaojos a todos y cada uno de ellos. Su escrutinio, con el escudo de la ciudad y el símbolo sagrado de Tyr presidiendo la pared a su espalda emblaloandos en un tapiz, duró hasta que el funcionario a su lado terminó de prepararse.
Tras asentir a este comenzó a hablar.
- Buenos días. Mi nombre es Magistrada Umbera Zastro. Les tomaré declaración ahora. Hablen de uno en uno. - dijo con tono frio e impersonal.
Tanto Martin, en su disfraz de anciano, como Helayna pudieron ver la expectación en los ojillos del funcionario que esperaba con la pluma presta para registar todas sus palabras.
La leche que han servido a Zevatur como desayuno se corta con la mirada que le dedica la Magistrada al enano. Y eso que no le miraba a él.
- Tenía entendido que iban ustedes a hacer una declaración como testigos y presentar una denuncia sobre un secuestro. Al menos eso es lo que me ha informado la Capitana Malaid -
Si la aludida pudiera cubrirse la cara con la mano lo haría, pero se limita a poner los ojos en blanco.
Morko pudo escuchar una leve risita por parte del escriba que había acompañado a la magistrada. Martin y Helayna se percataron también del leve gesto del hombrecillo.
- Sin embargo parece que desean ustedes ser interrogados. Muy bien. - continuó la Magistrada - Para que conste, digan su nombre completo -
Con una mirada desafiante y sin desviar la mirada de los ojos de la magistrada dijo mientras se incorporaba: -Soy Morko Kheluzburk, señor de la ciudad enana Barazgathol, he sobrevivido al ataque de dos dragones, al enfrentamiento con gigantes y al descenso a la infraoscuridad, me he enfrentado a seres que llenarían vuestras mentes de pesadillas y ahora aquí estoy soportando el interrogatorio de la “diligente” guardia de la ciudad mientras los drow mantenien secuestrado a uno de mis compañeros-.
- La única forma de que la Guardia pueda ayudaros es si acudís a ella y la informáis - replica rápida la capitana pero la Magistrada levanta una mano para acallarla.
- Decís que los drow están en la ciudad y tienen preso a un amigo vuestro. ¿Tenéis pruebas de tales acontecimientos? ¿Porqué querrían los drow secuestrar a vuestro compañero? -
La Magistrada no parece nada impresionada por el resto de palabras de Morko.
Los ojos del escriba brillan con alegria cuando comienza a transcribir todas las palabras dichas por todos.
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Gowther intentó repetir la táctica de antes con un nuevo enemigo, y su primer ataque provocó una herida en un brazo de la que tardaría en recuperarse, pero este ataque le puso sobre aviso y fue capaz de desviar tanto su segundo ataque como el de Ethan.
Entonces, todo se apago. No es que una nube tapara las primeras luces del alba, o que las mortecinas y casi agotadas luces de aceite de la calle se quedaran sin combustible. Es que, literalmente toda fuente de luz desapareció.
Zevatur se dio cuenta de lo que ocurría casi de inmediato, cuando el mundo quedo envuelto repentinamente en una extraña niebla gris. El tiefling pudo ver cómo el drow que le acosaba desaparecía frente a él, aparentemente fundiéndose con la oscuridad que le rodeaba.
Martin se acercaba todo lo rápido que la prudencia le permitía. De nada serviría a sus compañeros si tropezaba y se abría la cabeza contra el empedrado suelo de la ciudad. Cuando estaba próximo al lugar de la explosión, aminoró el paso y se hizo uno con las sombras, aconsejado por los susurros de aquellos ancestros que su Diosa enviaba en su ayuda.
Accedió a una pequeña plaza, más creada por una encrucijada de caminos que como tal, por una callejuela lateral. A la única de sus amigos que pudo ver fue a Kath tirada en el suelo en un charco de su propia sangre, sus armas en el suelo a su lado manchadas de la sangre de su enemigo. Pero en esta ocasión, y por primera vez, la valerosa muchacha no había salido victoriosa de su enfrentamiento. Pero lo más perturbador es que la mitad de aquella placita, así como unos cuantos edificios aledaños habían desaparecido por completo envueltos en unas esferas negras que bloqueaban todo. Kath estaba casi en el borde de una de estas esferas y Martin sólo pudo suponer que el resto estaban en el interior de las extrañas esferas.
PbP Character: A few ;)
La repentina oscuridad confundió a Zevatur, por un momento creyó que había caído otra vez. Que la visión que tenia era del espacio astral y por ello desaparecían sus compañeros. solo duro un segundo, lo suficiente como para que perdiese de vista a los drow y no supiese que había pasado en ellos, pero parecía que se daban a la fuga.
Sin embargo la urgencia era elevada ya que tres de sus compañeros yacían en el suelo. Raudo acudio a curar a Morko, el a su vez podria curar a otro y llevaba mucho tiempo en el suelo. Lanzo su poder curativo y la luz de bahamut restañó sus heridas haciendo que sanase y tosiese sangre, malherido, pero vivo.
- !Gilbert y Kath! allí y allí !Necesitan curación! - Le dijo sin dejarle tiempo a lamentarse.
Zevatur, Rolthos
Un anciano vestido en ropa de cierta calidad, con un toque noble y práctico más que estético, se deslizó con una agilidad extraña para una persona de su edad. En sus nudosas y arrugadas manos, un simple bastón para apoyarse le ayudaba a avanzar a pesar de la visible curvatura de su espalda...
La figura se movió en sigilo hasta la figura de la muchacha que yacía caída sobre su propio charco de sangre, parecía desesperada y su ajado rostro mostraba preocupación. Cuando el viejo llegó al lado de la chicha, intentó tratar sus heridas torpemente para cortar sus hemorragias más profundas, sin mucho éxito, aunque consiguió estabilizar su precaria situación parcialmente...
Con las manos manchadas de sangre, y con una voz conocida... el desconocido pareció susurrar a la chica en un tono que rozaba lo paternal.
- No te vayas Kath, ... no puedes irte aún ... la Reina tiene planes para tí ... lo he visto... y ella nunca se equivoca...
Cuando la esferas negras comenzaron a disiparse, las plegarias de Martin parecieron cobrar forma, puesto que un maltrecho Morko apareció al lado de ambos, canalizando su energía divina en el nombre de Moradin... terminando de cerrar todas las mortales heridas que la novata aventurera arrastraba... Fue cuando el anciano alzó la vista para ver la matanza que había sido ejecutada allí, donde las víctimas esta vez habían sido sus amigos...
- ¿Qué... ha ocurrido...?
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Hubo unos momentos de confusión cuando los compañeros, completamente cegados por los hechizos de oscuridad de los drow, comenzaron a llamarse a gritos. Todos respondieron, menos Guilbert. Suponiendo que estaba incosnciente, Zevatur corrió al callejón donde le había visto luchar él sólo contra los dos líderes de los drow, pero no encontró nada.
Antes de que la oscuridad se disipase, y mientras Morko emergía de la misma para ayudar a una malherida Kath, todos pudieron escuchar el ominoso batir de alas. Temiéndose lo peor, que El Ejecutor les había encontrado, Morko llamó a su lado a su fiel hacha, que voló a su mano.
Pero sus temores eran infundados. Descendiendo en la angosta encrucijada llegó un grifo de la Guardia Alada de Waterdeep.
- ¡Alto en nombre de los Lores de la Ciudad! - gritó la jinete mientras un avejentado Martin ayudaba a Kath a ponerse en pie. La chica estaba fría al contacto y pálida pero sonrió débilmente a su mentor.
Un par de jinetes de grifos más posaron sus monturas en los tejados cercanos y por fin la oscuridad que envolvía al resto del grupo desapareció.
Gowther, aprovechando los últimos momentos de su hechizo, pudo moverse libremente en busca del drow que habían derrotado Ethan y él, pero sólo encontró un pequeño charco de sangre. Ni siquiera había un rastro que indicara que el cuerpo había sido trasladado o movido.
La jinete que les había dado el alto apuntó con su lanza a Morko.
- Deponed las armas - ordenó.
PbP Character: A few ;)
- No pienso deponer mi arma, guardia, no después de todo por lo que he pasado en vuestra ciudad- contestó un airado Morko.
-Quizás se hicieseis bien vuestro trabajo en vez de pavonearos en vuestros grifos, mis compañeros y yo no estaríamos así. Y ahora debemos buscar a nuestro compañero al que se han llevado los drow. Así que idos a haced algo útil y dejadnos.-
Tras lo cual dio la espalda al guardia y se puso a ayudar a sus compañeros.
- Maese enano. Será mejor que bajéis los humos o quizá unas noches en el calabozo lo hagan. Esta noche hemos estado realmente ocupados y hemos perdido a varios de nuestros compañeros a manos de loco dragonborn. No es la noche para bravuconadas o la famosa cabezoneria enana. Y os aseguro que vamos a hacer nuestro trabajo diligintemente. -
Se podían escuchar los pasos de varias personas armadas y que confluían en la encrucijada donde los drow los habían emboscado. En apenas unos segundos varios miembros de la guardia se presentan en la escena y reforzaabn la autidad de la mujer que les habia hablado.
- Ahora deponed las armas y explicaos. ¿Qué es eso de unos drow? ¿Qué ha ocurrido aquí? -
PbP Character: A few ;)
Ante el desencuentro entre Morko y los guardias de la ciudad, el Eltael deshizo el hechizo de invisibilidad haciéndose visible para todos. Esto también mostró las graves heridas sufridas durante el combate. Parecía increíble que mantuviera su danza de modo tan impecable.
- Disculpad nuestras maneras... Si hemos levantado nuestras armas, ha sido en defensa propia... No sabemos las intenciones o los objetivos de estos drow, pero se han llevado a uno de los nuestros.-
Como muestra de obediencia, Gowther enfundó a Aegnor.- Nos emboscaron e hirieron de gravedad... Cuando comenzábamos a defendernos, tumbaron a nuestro compañero y acto seguido desaparecieron empleando sombras mágicas como cobertura. No puedo decir mucho más al respecto...
-Intentando calmar el ambiente- Somos plenamente conscientes de vuestras capacidades y no queríamos cuestionar vuestra labor, disculparnos... Nos ha nublado la emoción y la frustración. Como bien habéis indicado, hoy la ciudad parece estar sumida en un caos...
-Respirando con dificultad- Ahora necesitamos descansar y para ello también precisamos algo de cobertura para poder llegar a alguno de los lugares en los que somos bienvenidos. ¿Sería posible contar con vuestro apoyo?
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Morko sé volvió hacia el guardia cuando Gowther se apareció, con un gruñido siguió ayudando a Katmandú dejando que el elfo hablase con el impertinente guarda. .-No te olvides de los sectarios y los demonios, esta noche está siendo muy completa en lo que respecta a amenazas.- añadió, sin devolver el hacha a su arnés.
Zevatur se apoyó contra la pared, encorvado y con las manos en las rodillas, escupiendo sangre. Apenas tenía fuerzas para continuar ni casi energía para mantener ninguna actitud antagonista con la guardia. Miró de reojo a Ethan, el cual con anterioridad había expresado su pánico a ser capturado por la guardia. Esperaba que mantuviese la calma…
- Menos mal que habéis llegado. – Dijo después de Gowther - Los drow casi acaban con nosotros, pero han secuestrado a Guilbert. – Negó con la cabeza. - Hay que darse prisa, si nos pudierais escoltar ante Khelben o alguna otra figura de autoridad sería algo encomiable, diligente. ¿O quizás a la mansión de Lord Raenar? Debemos actuar sin demorarnos más. – Dijo intentando ser convincente, reservando sus últimas energías mágicas por si no parecía convincente.
Zevatur, Rolthos
La Capitana de la Guardia miró a aquellos compañeros que hablaban, luego al cadaver olvidado del desdichado Orly y después al resto.
Zevatur mira hacia el lugar donde estaba Ethan pero no encuentra por ningún sitio al hábil semi-elfo.
- Claro que os escoltaremos si... pero a casa de la Guardia más cercana. ¿Cómo sabíais del resto de ataques de esta noche? Claramente estáis implicados así que vendréis con nosotros y seréis interrogados. - Levanta una mano para impedir cualquier queja - Sí, como decís, sois las víctimas, os alegrará contar con la protección de la Guarida. ¿Y bien? ¿Qué va a ser maese enano? - dice dirigiéndose directamente al más beligerante de los allí reunidos. - ¿Vendréis por las buenas o añadiréis a la Guardia a la lista de vuestros enemigos? -
El resto de miembros de la Guardia sostiene listas sus armas, lanzas, espadas y ballestas.
Kath murmura a Martin.
- No me malinterpretes pero... ¿Qué cojones haces aquí? Se suponía que nosotros nos la jugábamos para que tú escaparas, no para que corrieras a la boca del lobo... -
PbP Character: A few ;)
- Claro capitana, un grupo vapuleado de aventureros es claramente más peligroso y tiene prioridad sobre los drow y demonios que acosan vuestra ciudad- comento el paladín con sarcasmo.
- Es el final perfecto para una gran noche, arrestados por la flamante guardia sobre grifos de la ciudad-
- Ya que os empeñais podéis hacernos de escoltas hasta vuestras dependencias, pero ni sueñes que voy a dejar mi hacha hasta que me sienta a salvo y lo siento, pero con vosotros no me siento seguro.-
Finalizó el paladín con su mejor sonrisa.
- Un grupo vapuleado de aventureros con un cadaver y que están relacionados con el resto de eventos que han ocurrido esta noche... claro que os venís con nosotros. ¿arrestados? nadie ha dicho nada de arrestados, sólo estamos cumpliendo la petición de vuestro amigo y os escoltamos a un lugar seguro. - dice la capitana con toda la ironía del mundo en su voz.
- Si sois tan amables, pues, de acompañar a mis estimados colegas... -
PbP Character: A few ;)
Zevatur suspiró impotente, no veía otra salida que acompañar a los guardias. Desde el inicio de la noche había sufrido humillación tras humillación y la posibilidad de una noche en los calabozos casi se le hacía apetecible y tranquila. Antes de dar un paso adelante miró a sus compañeros a ver si alguno se le ocurría alguna salida mejor. También pensó en hablar de la una de Martin, pero si alguno de los enemigos estaba escuchando seguro que la raptaba para hacer chantaje, como habían hecho con Guilbert.
Zevatur, Rolthos
El anciano que era Martin, y que Kath había reconocido a través del tono grave y atractivo característico de su voz, guiñó un ojo a su amiga mientras de reojo dirigía la mirada en busca de Ethan, suspirando al ver que no se encontraba entre ellos, aunque quizás era parte de los secuestrados junto al desaparecido Guilbert... esa posibilidad le hizo dar un vuelvo a su recién recuperado corazón, y en la cercanía con la joven aventurera oriunda de Greenest, ésta pudo notar como las pulsaciones del mestizo se aceleraban, haciéndole entender claramente la razón de su vuelta... en contra de la razón o la lógica.
Susurrando a la muchacha, Martin intentó aún así tranquilizar sus ánimos,
- No la he traído conmigo, está a salvo de momento.
La intervención de la flamante guardia de la ciudad en sus esplendorosos grifos alados obligó al semielfo a continuar con su mágico disfraz activo, dejando intervenir a sus compañeros, y, aunque la actitud de Morko la consideraba explícitamente hosca y poco carismática, en parte estaba de acuerdo con él. Vigilando que Seeker estuviera cerca siempre, y fuera de peligro, el arrugado humano de avanzada edad que interpretaba ahora intentó educadamente evitar el viaje escoltado al puesto de guardia. Usando sus mejores frases para poder desplazarse lejos sin problemas, y apoyado por Kath, consiguieron elaborar una decente historia sobre su inocencia y pronta partida del lugar, pero esto no pareció convencer a los guardias, que obligaron al decrépito noble a acompañarles como testigo a pesar de sus gruñonas respuestas....
La ilusión sólo duraría una hora escasa, y sería un verdadero problema perderla en mitad de un interrogatorio... y el tiempo jugaba en su contra, puesto que el apuesto bardo de facciones norteñas y su "amigo" Ethan podrían estar en peligro.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
La shadar-kai estaba más agotada de lo que nunca había experimentado y comenzaba a perder las esperanzas de que algo saliera bien aquella noche. Cuando la oscuridad se materializó a su alrededor, su única preocupación fue aferrar fuertemente a Ash para que, fuera lo que fuese lo que ocurriera, no le separaran de su lado. Así se mantuvo hasta que la bruma oscura desapareció y pudo reconocer el terreno y, entonces, la angustia de la desaparición de Guilbert centró toda su atención.
La llegada de la Guardia de alguna manera reconfortó su espíritu, tras las últimas oleadas incesantes de enemigos que no les habían permitido recuperar las fuerzas. Obviamente, era prioritario encontrar al bardo sin perder tiempo, pero sus recursos se habían agotado y el grupo se encontraba en la peor de las condiciones. Quizá si jugaban bien sus cartas ante la Guardia, podrían conseguir su ayuda. Perder el tiempo discutiendo con ellos sobre si acompañarles o no tampoco parecía una buena idea, así que Hela se adelantó, ayudando a su amado líder, con la intención de seguirles y colaborar.
- Les acompañaremos - dijo mirándoles seriamente bajo la capucha de su túnica - pero es crucial que iniciemos la búsqueda de nuestro compañero o será demasiado tarde. Si es posible, avisad a Khelben e informadle de lo que ha ocurrido aquí, él intercederá por nosotros y quizá pueda ayudarnos -
Observó de reojo con suspicacia al anciano que conversaba con Kath, Si su amiga no se había puesto en guardia ante él, confió en que no representaba una amenaza, al menos de momento.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
- Blackstaff ha dejado muy claro en numerosas ocasiones que no desea intervenir en los asuntos de la Ciudad. Les agradecería que dejaran esas explicaciones para su declaración. -
Zanjó la capitana de la guardia y espoleó su grifo que remontó el vuelo.
Acompañados y ayudados a aquellos más heridos de la guardia de a pie y escoltados por el aire por la patrulla de grifos hasta un edificio que no estaba tan cercano como le hubiera gustado a Martin, pues al acceder a sus dependencias calculaba que una tercera parte del tiempo que tenía su conjuro había pasado ya.
Aunque con miradas de suspicacia, fueron conducidos al interior del edificio y les trajeron algo de comer y para lavarse y sus heridas fueron atendidas. En mitad de aquel proceso llegó a la sala la capitana de la Guardia Alada acompañada de un hombre bajo, medio calvo y con ropajes de funcionario que portaba un pesado libro, varios pergaminos y un elegante set de escritura que comenzó a colocar en el lateral de una mesa central de sobrio roble. Con la capitana también llegó una mujer alta y enjuta, de piel arrogada por la edad y gesto severo. El pelo encanecido recogido en un apretado moño en lo alto de su cabeza que se sentó en el centro de la mesa y miró por encima de un par de anteaojos a todos y cada uno de ellos. Su escrutinio, con el escudo de la ciudad y el símbolo sagrado de Tyr presidiendo la pared a su espalda emblaloandos en un tapiz, duró hasta que el funcionario a su lado terminó de prepararse.
Tras asentir a este comenzó a hablar.
- Buenos días. Mi nombre es Magistrada Umbera Zastro. Les tomaré declaración ahora. Hablen de uno en uno. - dijo con tono frio e impersonal.
Tanto Martin, en su disfraz de anciano, como Helayna pudieron ver la expectación en los ojillos del funcionario que esperaba con la pluma presta para registar todas sus palabras.
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-Pregunta y te contestaremos, tenemos prisa por salir a buscar nuestro compañero- dijo Morko mirando fijamente al funcionario.
La leche que han servido a Zevatur como desayuno se corta con la mirada que le dedica la Magistrada al enano. Y eso que no le miraba a él.
- Tenía entendido que iban ustedes a hacer una declaración como testigos y presentar una denuncia sobre un secuestro. Al menos eso es lo que me ha informado la Capitana Malaid -
Si la aludida pudiera cubrirse la cara con la mano lo haría, pero se limita a poner los ojos en blanco.
Morko pudo escuchar una leve risita por parte del escriba que había acompañado a la magistrada. Martin y Helayna se percataron también del leve gesto del hombrecillo.
- Sin embargo parece que desean ustedes ser interrogados. Muy bien. - continuó la Magistrada - Para que conste, digan su nombre completo -
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Con una mirada desafiante y sin desviar la mirada de los ojos de la magistrada dijo mientras se incorporaba: -Soy Morko Kheluzburk, señor de la ciudad enana Barazgathol, he sobrevivido al ataque de dos dragones, al enfrentamiento con gigantes y al descenso a la infraoscuridad, me he enfrentado a seres que llenarían vuestras mentes de pesadillas y ahora aquí estoy soportando el interrogatorio de la “diligente” guardia de la ciudad mientras los drow mantenien secuestrado a uno de mis compañeros-.
- La única forma de que la Guardia pueda ayudaros es si acudís a ella y la informáis - replica rápida la capitana pero la Magistrada levanta una mano para acallarla.
- Decís que los drow están en la ciudad y tienen preso a un amigo vuestro. ¿Tenéis pruebas de tales acontecimientos? ¿Porqué querrían los drow secuestrar a vuestro compañero? -
La Magistrada no parece nada impresionada por el resto de palabras de Morko.
Los ojos del escriba brillan con alegria cuando comienza a transcribir todas las palabras dichas por todos.
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