"Ojalá se cumplan tus sueños", "Felices sueños"... Los sueños siempre son sinónimo de ilusión, de buenos deseos. Esas fantasías caóticas, inconexas, fruto de nuestras mentes inquietas, liberadas durante las horas nocturnas, son, a la vez, válvula de escape y reflejo de nuestros anhelos y preocupaciones. Son una fuente inagotable de emociones y sensaciones. Pero también, para algunas criaturas que viven en los pliegues de la realidad, en el mismo límite de la existencia tal y como la conocemos, son su alimento.
La gente de la ciudad de Tybra está comenzando a sufrir una extraña enfermedad, de la que no se conoce cura. Algunos de sus habitantes no se despiertan por las mañanas, permanecen dormidos, sin mostrar ninguna expresión ni emoción, pero incapaces de despertar. Cada vez hay más víctimas y se desconoce cómo han contraído la enfermedad o, ya puestos, si se trata en verdad de una enfermedad. El tiempo se acaba para los primeros enfermos y algunas autoridades y las gentes de Tybra tienen miedo de tener que empezar a lamentar muertes sin haber podido hacer nada para evitarlo.
Presentación
Los jugadores comienzan la aventura en la ciudad de Tybra. Se trata de una población de unos 2.000 habitantes, amurallada, que a pesar de su tamaño reducido es bastante cosmopolita. Basa su economía en el comercio, ya que es un asentamiento que ha crecido en un importante cruce de caminos comerciales y en pocos años ha pasado de lugar de parada para las caravanas a próspero emplazamiento comercial.
En la ciudad ha surgido hace relativamente pocos días una nueva enfermedad que tiene a todo el mundo en jaque, ya que no se encuentra ni causa ni cura. Dicha enfermedad, que se ha acertado en llamar la Fiebre del Durmiente, provoca que los que la sufren no puedan despertar y permanezcan dormidos. La situación comienza a ser alarmante ya que las primeras víctimas se encuentran extremadamente débiles; a causa de su situación apenas pueden comer ni beber y pueden morir de inanición como la situación no cambie.
Los jugadores pueden encontrarse de paso en la ciudad, escuchar de esta misteriosa enfermedad y querer investigarla. También pueden haber sido contratados por alguno de los familiares de una de las víctimas o, incluso, que una de ellas sea familiar de uno de los jugadores.
Lo que los jugadores no saben, y que descubrirán si tienen éxito, es que en realidad no se trata de ninguna enfermedad, sino que son víctimas escogidas al azar para alimentar a unas criaturas llamadas Ladrones de Sueños. Dichas criaturas se nutren de los sueños ajenos, se infiltran en las mentes de los durmientes y ahí comen y engordan hasta que la persona se consume y muere. Pero los ladrones de sueños no son criaturas del mundo material: han sido llamados. Y la persona que los ha convocado esta vez ha sido Vilena Piesligeros, una Bardo Humana que posee un instrumento maldito: el Laúd de las Pesadillas, cuya música sirve de conducto para que un ladrón de sueños alcance una mente soñadora.
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Escenario
"Ojalá se cumplan tus sueños", "Felices sueños"... Los sueños siempre son sinónimo de ilusión, de buenos deseos. Esas fantasías caóticas, inconexas, fruto de nuestras mentes inquietas, liberadas durante las horas nocturnas, son, a la vez, válvula de escape y reflejo de nuestros anhelos y preocupaciones. Son una fuente inagotable de emociones y sensaciones. Pero también, para algunas criaturas que viven en los pliegues de la realidad, en el mismo límite de la existencia tal y como la conocemos, son su alimento.
La gente de la ciudad de Tybra está comenzando a sufrir una extraña enfermedad, de la que no se conoce cura. Algunos de sus habitantes no se despiertan por las mañanas, permanecen dormidos, sin mostrar ninguna expresión ni emoción, pero incapaces de despertar. Cada vez hay más víctimas y se desconoce cómo han contraído la enfermedad o, ya puestos, si se trata en verdad de una enfermedad. El tiempo se acaba para los primeros enfermos y algunas autoridades y las gentes de Tybra tienen miedo de tener que empezar a lamentar muertes sin haber podido hacer nada para evitarlo.
Presentación
Los jugadores comienzan la aventura en la ciudad de Tybra. Se trata de una población de unos 2.000 habitantes, amurallada, que a pesar de su tamaño reducido es bastante cosmopolita. Basa su economía en el comercio, ya que es un asentamiento que ha crecido en un importante cruce de caminos comerciales y en pocos años ha pasado de lugar de parada para las caravanas a próspero emplazamiento comercial.
En la ciudad ha surgido hace relativamente pocos días una nueva enfermedad que tiene a todo el mundo en jaque, ya que no se encuentra ni causa ni cura. Dicha enfermedad, que se ha acertado en llamar la Fiebre del Durmiente, provoca que los que la sufren no puedan despertar y permanezcan dormidos. La situación comienza a ser alarmante ya que las primeras víctimas se encuentran extremadamente débiles; a causa de su situación apenas pueden comer ni beber y pueden morir de inanición como la situación no cambie.
Los jugadores pueden encontrarse de paso en la ciudad, escuchar de esta misteriosa enfermedad y querer investigarla. También pueden haber sido contratados por alguno de los familiares de una de las víctimas o, incluso, que una de ellas sea familiar de uno de los jugadores.
Lo que los jugadores no saben, y que descubrirán si tienen éxito, es que en realidad no se trata de ninguna enfermedad, sino que son víctimas escogidas al azar para alimentar a unas criaturas llamadas Ladrones de Sueños. Dichas criaturas se nutren de los sueños ajenos, se infiltran en las mentes de los durmientes y ahí comen y engordan hasta que la persona se consume y muere. Pero los ladrones de sueños no son criaturas del mundo material: han sido llamados. Y la persona que los ha convocado esta vez ha sido Vilena Piesligeros, una Bardo Humana que posee un instrumento maldito: el Laúd de las Pesadillas, cuya música sirve de conducto para que un ladrón de sueños alcance una mente soñadora.