- Espero que el Pasha de las Planicies Negras fuese tan ecuánime como lo es usted sue reino. - Dijo obviando la pícara insinuación.
El paladín observó el intercambio de información, la súbita indignación y la intervención de Jen con una sucesión de curiosidad, alarma y por último algo de sorpresa.
- Concuerdo en que almas deben de ser libres para decidir su destno. Y ya que ha salido el tema, me gustaría realizar una petición. Aunque aunque nuestros intereses están alineados quizás no sería descabellado pedir que, si tenemos éxito podría dar la oportunidad a los sirvientes originarios del plano material a permanecer en el plano material y darles la posibilidad de disfrutar de largas y prósperas vidas allí... Si lo desean.
Shidhe se queda mirando al paladin durante unos segundos. Luego se vuelve a Jen la mira directamente a los ojos durante un segundo y, sin mudar el gesto, vuelve a mirar al paladín.
Jen escucha en su cabeza
- ¿Ves lo que te decía? Todo prejuicios, su miedo no les deja ver la grandeza ni las posibilidades. ¿Cuánto tiempo debo sufrir sus insinuadas acusaciones en mi propia casa?
- Que decepción. - dice - Parecías distinto a los demás.. al menos más... despierto. Dime, recto paladin de Mayaheine, ¿qué te hace pensar que no están aquí por su propia voluntad? Idab -llama y la enorme criatura se acerca solícita, la mirada fija en el humano - ¿Tú o tus hombres tenéis orden de impedir la salida a cualquier sirviente que desee salir de Palacio? -
- No, mi Señora -contesta con su voz cavernosa.
- ¿Son libres de abandonar mi servicio si asi lo desean? -
- Si, mi Señora -
- ¿Porqué no lo hacen ? - pregunta levantando una ceja
- Desean serviros mi Señora -
Hace un gesto y el capitán de su guardia se retira.
- Firud -llama al joven sirviente que se ocupa de llenar la copa de Rolthos el cual se sobresalta un poco al escuchar su nombre. - ¿Es cierto lo que dice Idab? Habla líbremente -
- Ss.. si mi Señora. Os servimos con gratitud y lealtad. -
- ¿Desearías que otorgara lo que dice ese honorable paladin? Si consiguen su objetivo y consiguen abrir todas las puertas y liberarnos. ¿Deseas ir al plano material y dejar mi servicio? Podría dejarte en cualquier lugar del mundo que quisieras -ofrece, tentadora.
El joven mira de hito en hito al paladin y a su Señora y finalmente se decide a hablar.
- Con permiso mi Señora. ¿Qué querría hacer yo en ese lugar? No conozco ningún sitio de ese... plano del que habláis. No conozco a nadie allí. ¿A qué me dedicaría mi Señora? ¿Cómo obtendría alimento y cobijo? Si mi Señora me lo permite me gustaría seguir a su servicio una vez estos nobles héroes consigan su objetivo. -
Shidhe sonríe al joven como una madre orgullosa cuando su hijo conoce su lección, el cual se retira de nuevo, la mirada baja y suspriando de alivio de no ser el centro de atención.
- Ya ves, puro paladin, que en realidad soy generosa con aquellos que me sirven. A ti te parecerá una vida dura la suya, pero aqui no deben temer por su seguridad ni por pasar hambre, frio o sed. Puede que los sirvientes de tu orden, o tu familia en tu ciudad de origen no lleven una vida plena, siempre deseando usurpar las posesiones y títulos de sus amos para ocupar su lugar y ser servidos en lugar de servir. Pobres almas. La ambición les corroe. ¿Que ocurre pio guerrero? ¿Me ves como una tirana que somete a sus inferiores? ¿Que utiliza su basto poder para subyugar a los demás? ¿Tan mal ejemplo te han dado siempre los que lo tienen en tu vida que crees que la lealtad sólo puede ganarse a través del miedo y la coacción? ¿O quizá tu problema es que ya no sabes reconocer lo que es bueno, pío y justo? Como ves aquí estamos libres de esas bajas pasiones. Cada uno conoce su lugar y lo acepta. -
Hace una pausa
- Quizá... quizá sea hora de que aprendáis el vuestro y no volváis a insultarme. ¿Acaso no he sido generosa? Envié a mis guardias a escoltaros y que os trajeran aquí sanos y salvos. Dime ¿Cómo pensabais sobrevivir aqui? Ni siquiera lo habíais pensado. Casi mueres nada más llegar aquí, cocido en tu propia armadura. Os he dado techo, té, comida y protección. Os he ofrecido guía y ayuda. ¿Y qué recibo a cambio? Insultos sobre mi capacidad y dudas sobre mi magnanimidad. ¿Asi me veis? ¿Como una criatura despiadada que haría daño a sus invitados? ¿Como una déspota que explota y esclaviza a aquellos que no han sido tan agraciados en el orden cósmico como yo? ¿Por qué? ¿Por mis cuernos? ¿Por el color de mi piel? ¿Por mi poder? -
Se deja caer en su cojín
- Tenía la esperanza de que al menos un servidor de Mayaheine podría verme tal y como soy y no me juzgara... - lanza un largo suspiro - Compadezco a quienes no cumplan las expectativas de vuestro limitado mundo. Que lástima que no juzguéis a alguien por sus acciones en lugar de sus apariencias, o por las ideas preconcebidas de vuestra... civilización. Al ver a Jen a vuestro lado pensé que seríais distintos... me equivoqué.- Se vuelve hacia le barde - Cuanto lamento queride que hayas tenido que pasar por este juicio tan injusto... ¿Qué te hicieron queride? - abre los ojos como platos - No me digas que usaron magia para doblegar tu voluntad y averiguar así lo que sus estrechas mentes querían averiguar!! -
Cruços, al recordar su insistencia en el círculo de la verdad de Nessa se revuelve inquieto.
- ¿Y tú servidor de la Ciudad? ¿Tuviste también que sufrir sus ataques? ¿Te juzgaron también por su apariencia verdad? No contestes no, poderoso Vraak, tus ojos me dicen lo que necesito. -
Mira fijamente a Cruços, Nessa y Rolthos
- Deberíais avergonzaros. Vaya forma de estropear los postres de la cena -dice con lástima - y lo que podía haber sido una hermosa relación de beneficio mutuo que fuera más duradera de la simple necesidad. - Vuelve a centrar su atención en Rolthos- Asi que quieres que sea una déspota tirana que abusa de su poder ¿En esas circunstancias estarías más cómodo? ¿Podríamos dejarnos de insultos disfrazados de amabilidad hacia otros y os centraríais todos en vuestros objetivos? ¿Decidme, bravo guerrero sagrado, es eso lo que tengo que hacer para conseguir que liberéis a los prisioneros de este lugar? ¿Ser una tirana? -
Rolthos no sabe si es casualidad o no, pero todo el lago que rodea la isla donde se levanta el palacio parece brillar con más intensidad y todos empiezan a sentir el calor que emana de la lava.
Jen siente que se le erizan los pelos de la nuca al sentir la hostilidad de la sala.
-No, mi señora.- Responde, firmemente. Y por primera vez en.... Por primera vez, es elle quien mira reprobatoriamente a los miembros del grupo. -No teneis que fingir ser aquello que no sois.
-Nadie- y le rechinan los dientes de la tensión- Debería fingir ser otra persona.-
Y acto seguido suspira tristemente, dejando la copa de vino en la mesa, que ahora le sabe hasta agria. Julian have amago de comprobar si tiene fiebre pero Jen le hace un gesto con la mano de que está bien. -Aunque nuestros cuerpos están descansados y renovados gracias al grandioso palacio y a vos, que vuestros salones siempre estén cubiertos de tapices y telas, he de admitir que el dolor, el frío, y el cansancio que ha calado en nuestro espíritu tras el cautiverio en el plano del aire han dejado unahuella más profunda de lo que queremos admitir....- Remangandose la túnica se incorpora de sus cojines, caminado con aire ausente hasta la cascada de lava. -Quería entreteneros con una interpretación enérgica y alegre, pero me doy cuenta de que no es lo que necesitamos... Necesitamos recordar otros lugares en los que también hemos conocido la generosidad. Y recordar ese sentimiento.
Cuando vuelve a hablar su voz suena melodiosa y armónica, con un tipo de timbre de los que tiran de una fibra melancólica dentro del alma de la gente.
-No podemos mentir, ni esconder la mirada de vos.
Asi que tomaré mi copa, y sin mas ambición me sentaré en la arena.
Para que volqueis en mi vuestra historia, vuestro fuego.
Para eso vine aquí.
Sus hijos iban y venían, y se alimentaban de ella.
¿Qué amor hay en ello, soy un desperdicio?
Mis palabras son monturas vacías, si no hay acción que las acompañe.
Y podemos gritarle a las sombras,
Y es bueno que podamos.
Camina conmigo, creo que encontraremos una manera de volver a nuestro ser.
Camina conmigo, creo que encontraremos una manera.
Cuando Nessa escucha a Shideh mencionar que el grupo atacó a Vraak en base a su apariencia - ignorando la verdadera razón por la que sucedió todo - la ranger mira al semiorco en silencio y aprieta aún más su mano. Aquél nunca fue el motivo. Y la prueba de ello era la fortaleza del vínculo que ahora les unía a todos con Vraak. Especialmente en el caso de la propia ranger.
Nessa observa con tristeza a Jen cuando esta les mira repeobatoriamente a todos. "¿Fingir ser aquello que no sois....? ¿Fingir ser otra persona?" ¿Acaso Jen pensaba que ese seguía siendo el caso con su naturaleza Changeling? Se quedó estupefacta. Pero no podía decir ni hacer nada al respecto, no en presencia de Shideh, por lo que intentó centrarse únicamente en escuchar la hermosa canción de le barde.
Un reflexivo silencio cayó en el salón del trono cuando Jen terminó de recitar su poesía, tan sólo roto por el lento caer de la lava en la cascada.
- Hermoso - dijo por fin Shidhe sin ocultar el temblor provocado por los sentimientos en su voz - realmente hermoso. - Toma un sorbo de vino para recomponerse y hasta las estoicas salamandras se agitan un poco para volver a adoptar su marcial pose.
- Jen tiene razón, queridos. Vuestro cautiverio en los nodos os está pasando factura. Os he mantenido demasiado tiempo alejados de un merecido descanso. Os pido disculpas, hacía demaisado tiempo que no disfrutaba de la presencia de invitados en mis salones. Debo daros las gracias, pese a todo ha sido una velada... interesante. Muy interesante. Por favor, dejad que Idab os escolte hasta vuestros aposentos y descansad. Mañana, cuando estéis más recuperados, podréis planear vuestros siguientes pasos. -
Hace una pausa, mirando a los ojos y cada uno de los Halcones Errantes.
- Podéis retiraros- dice con un indolente gesto de la mano.
Idab se adelanta, para indicar el camino a los invitados hasta sus habitaciones.
Mientras se van los ojos de Shidhe están fijos en Jen.
- Recuerda mi propuesta queride. Juntes nada podrá detenernos. Somos tan parecides... -Jen escucha las palabras en su cabeza pero más bien siente el anhelo, la expectación que encuentra eco en su propia alma, y la dicha de haber encontrado a alguien que, por fin, comprende por aquello que uno siente y padece en su interior.
Vraak no suelta la mano de Nessa cuando se dirigen hacia el pasillo, si no que entrelaza sus dedos con los suyos. La joven ranger puede notar los callos en la mano del semi-orco, producto de una vida dedicada a las armas y el trabajo duro.
Al levantarse y despedirse Rolthos la sensual mujer le dedica una sonrisa seductora y le dice en un susurro.
- Piensa en mi oferta, noble caballero. Tienes mi palabra de que me esforzaría por cambiar tu pobre imagen de mi... sólo tienes que pedirlo... -
Mientras cruzan la puerta y dejan a La Sultana en el salón del trono, esta comienza a recitar una letanía. Su voz, pese a ser casi un susurro, resuena en las paredes del paredes del salón del trono. Jen siente cómo se le erizan los pelos de la nuca, al reconocerla de su visión. No es tan intensa como cuando ella la escuchó, es más como si Shidhe la estuviera recordando, como si le hubiera venido a la mente de repente una vieja melodía que le gusta. Las puertas se cierran tras ellos y vuelve a hacerse el silencio.
Ya en el pasillo, Idab vuelve a liderar el camino mientras dos de las salamandras lo cierran, seguidas por los sirvientes que les han sido asignados, dispuestos a atender las últimas necesidades de los invitados de honor de la señora antes de que se retiren del todo. Son, sin duda, una peculiar procesión que camina por los pulidos y bellos pasillos de obsidiana.
Sin embargo, Rolthos se fija que, en esta ocasión, Idab se vuelve hacia ellos varias veces e intercambia amables palabras con Jen, siempre para asegurarse de que no necesita nada más y si está bien.
Nessa se siente muy aliviada cuando ve que por fin pueden alejarse de la presencia de Shideh. Se queda un poco preocupada ante la nueva oferta de la Sultana hacia el paladín, pero no se imaginaría ni en mil años a Rolthos cediendo ante una criatura como ella.
Está, eso sí, genuinamente confudida - e incluso dolida - con Jen. Le barde le había dicho que aquello que a todas luces era tan bonito era una trampa, pero sin embargo ... ¿Durante la cena parecía haberse posicionado en apoyo de Shideh? ¿Incluso después cómo Shideh les había tratado a ella y a Rolthos? ¿Y ahora Idab y sus salamandras trataban a le barde con tanta amabilidad?
Cuando sintió los dedos de Vraak entrelazándose con los suyos, este hilo de pensamiento pasó a un segundo plano. Miró al semiorco y se acercó un poco más a él. La curiosa comitiva estaba ya acercándose la habitación de la ranger. Así que le susurró:
- Quédate conmigo...
Si accede, Nessa se dirige a la salamandra jefe: "Idab, me gustaría que Vraak se quedara aquí esta noche".
Vraak aprieta un poco más la mano de Nessa cuando siente que ella deja caer su peso sobre el un poco más. Cuando le susurra su propuesta el semi-orco se inclina un poco hacia atrás, para poder mirarle a los ojos y, con una media sonrisa y un tono que hace que a Nessa se le encoja el estómago dice
- Crei que nunca me lo pedirías… sera un placer..-
La amenazante respuesta de la efreet confirmó las sospechas del paladín más allá de toda duda, ningún sirviente se atrevería a contradecirla ni a desafiar su juicio ni un ápice. Cómo iba a dejar a todas aquellas criaturas a su merced... Y sin embargo liberarlas de su suyo significaría condenarlos a una muerte segura en aquel plano hostil. La imposibilidad de una solución a la vista le amargo la cena. Sumergido en aquel dilema apenas registro la bella melodía y las emocionantes palabras de Jen. Aunque agradeció que calmase a la anfitriona.
Con un cabeceo educado le rechazo su oferta - Nos espera un enfrentamiento colosal mañana, debo prepararme y descansar.
De camino a los aposentos reparó en sus compañeros un poco más. Parecían afectados, entendió que nessa no quisiera pasar tiempo sola y se aseguró de que Crucos estaría bien. - Si necesitas compañía para el ritual de la espada estaré encantado.
- Esta bien amigo, no te preocupes. Pero este lugar apesta a sulfuro. Cuanto antes consigamos abandonar este plano, mejor - le dice con una media sonrisa.
Ante la pregunta de Nessa el rostro del Capitán de la Guardia del Palacio se muestra confuso. Y comienza a hablar enarbolando un pero y, seguramente, una negativa.
Jen parece que mira con cara de ensoñación a Nessa y Vraak, percatándose de que Idab va a adelantarse para separarlos -Ay, Idab, déjalos, no los ves? No lo sientes? Es un fuego gentil y amigo. Estoy segure de que a nuestra señora, que su corazón siempre se muestre ardoroso y puro, no le importará, igual que estamos Julian y yo juntos.- Y mira de soslayo al médico. Luego se vuelve a Idab, casi haciendo un pucherito y juntando las manos a modo de súplica- Es más, te confiaré un secreto, estaba esperando que esto pasara en cualquier momento, hazme ese favor, si? Te aseguro que mañana estarán mucho menos tensos, y... Más abiertos a cualquier propuesta que Shideh ponga sobre la mesa.-
- Esta bien Jen. Si tú lo dices me parece una buena idea... sea... - dice la enorme salamandra
Dicho lo cual le barde se lleva la mano a las sienes con cara de decepción y sigue hablando a la salamandra-Ay, la cena ha sido un desastre, esperaba que todo fuera mucho mejor. Pero me alegro de que Shideh haya puesto a cada uno en "su lugar". Los límites tienen que ser claros, no crees? Estoy segure de que el lobo agachará las orejas -Y le guiña el ojo a Idab como si acabase de hacer una broma buenísima- Y a nuestro paladín digamos que.... Le viene bien.
Es mas, oh, y discúlpame si sueno atrevide, pero creo que los sirvientes no van a ser necesarios. Podrían retirarse? Ha sido una velada realmente extenuante. Excepto... Tu, querida mia. -Y señala a su sirviente- Te prometo que no te entretendré más de lo necesario.
Ante un gesto de Idab, los sirvientes hacen una reverencia y se pierden por el pasillo. La joven sirvienta sólo contesta con una sincera sonrisa -Será un placer serviros.-
Jen da una palmada, orgullose -Estupendo! Estupendo.
Ah, y ahora que estamos todos... Y antes de que nos retiremos cada uno a nuestros cuartos. Debo confesaros que tengo una preocupación más.
Idab, debo pedir tu opinión en esto. Ese Thane... El lider de los gigantes de este plano. Dime, ha osado rebelarse alguna vez contra la señora?
La salamandra asiente gravemente, y Jen se lleva una mano al pecho -Que descaro! No me gusta nada la idea de ese Thane atacando el castillo.
Y más habiendo llegado nosotros aquí, perturbando el equilibrio al poder abrir la puerta. Oh, he de decir que me siento culpable, pero confío plenamente en vuestros camaradas, y en el poder de la señora.- y hace una pequeña reverencia a nada en particular.
-Pero claro... En caso de que eso ocurriera, no sería natural ayudar en la defensa del castillo? Ah, para eso necesitamos nuestras armas. No podría quedarme de brazos cruzados viendoos luchar. Dime que lo entiendes, claro que si. Codo con codo, sería un honor para nosotros.
Idab parece asentir a todo lo que dice Jen, siguiendo sus palabras con sentidas expresiones que son reflejo de lo que dice le barde. Curiosamente, las dos salamandras que les custodian, y la sirvienta, hacen más o menos lo mismo, mostrando una empatía y una atención por las palabras de Jen que no han mostrado hasta el momento y que no parecían capaces de poder hacer.
- Pero será... -dice Cruços en voz baja y le da un codazo a Rolthos dándose cuenta de la jugada de Jen.
Idab se queda un momento pensando en las últimas palabras de Jen.
- El honor sería nuestro si tú luchases a nuestro lado Chuna. Pero.. -parece dudar un momento - por otro lado estaríamos faltando a nuestro deber si no os protegemos... - mira dubitativo a Jen, como si necesitara su confirmación para asegurarle que todo estaba bien.
Por un momento pensó en seguir la corriente a Jen y apoyarle, pero temió que su falta de práctica estorbar más que ayudase. Se limitó a mostrarse arrepentido cuando fue renombrado, agachando la cabeza y asintiendo recientemente.
Cuando la atención regresó a Jen, Rolthos sonrió socarronamente ante su actuación y el codazo de Crucos.
Nessa transiciona entre ponerse un poco roja por escuchar los comentarios de Jen sobre Vraak y ella delante de todos, y sentirse aliviada por comprender finalmente las intenciones de Jen.
No añade nada más y espera a ver qué sucede a continuación. Pero suponiendo que la noche que tenía en mente va a ser bastante más corta de lo que imaginaba, o no suceder siquiera, suspira ligeramente. Luego vuelve a mirar a Vraak y le sonríe mientras le da una leve caricia en la mejilla.
Jen levanta las manos, en señal de sumisión -Lo se. Lo se. Vuestro deber es sagrado, jamas me interpondría! Se que estais acostumbrado a proteger a nuestra Señora, que el sol siempre luzca radiante en su rostro. Pero...-y aquí hace una pausa- ... Quién os protege a vos? Nada nos complacería mas que tener la oportunidad de ayudaros, pues, estoy segure de que aunque ese Thane esté en tregua con Shideh... Llegado el momento de la verdad no jugará limpio.
Creeme, Idab, estaríais cumpliendo vuestro deber al completo. Creo que incluso Shideh se sentiría orgullosa. Pero... Claro, no podemos ir con las manos vacías. No es cierto?- Y esta vez extiende la mano, como para confirmar su argumento, y recibir algo a cambio.
- Jen siempre ha demostrado tener sabiduría e iniciativa, yo nunca me equivoco cuando sigo su consejo. No solo lo veo yo, también la Señora lo ha visto así... - Dijo reforzando la posición de Jen. Al menos no debía mentir para aquello pensaba mientras su mirada franca se posaba sobre Jen.
Idab escucha muy atententamente las palabras de Jen y asiente pensativo cuando Rolthos interviene.
- Supongo que no sois más unos invitados, si no parte de la Corte de la Señora, que sus admiradores nunca dejen de menguar en número. -
Con un rápido gesto descuelga el saco de su espalda y, al abrirlo, comienza a dar a los Halcones Errantes sus armas, comenzando por la peligrosa espada de Cruços.
- ¿Quieres la armadura? - le pregunta a Rolthos - Te la puedo dar pero yo no la usaría aún - continua mientras sigue repartiendo las armas de todos - La Señora aún no ha extendido su poder sobre ti para protegerte del calor si la llevas encima... -
- No creo que haya necesidad de usarla... pero mejor tenerla a mano y no tener que ir a buscarla alla donde quiera que este en el caos de una emergencia... - Dijo tras reflexionar un momento.
Cuando reciben sus armas Cruços comprueba que el diamante no ha sufrido ningún daño. Conscientemente sabe que nada en este mundo podría dañarlo, pero no puede evitarlo.
Vraak parece algo perplejo cuando empieza a prestar atención a lo que ocurre y cuando Idab le da su hacha.
- Bueno... parece que la noche va a ser algo distinta a lo que tenía en mente... - le dice a Nessa en voz baja - pero movida en cualquier caso... -
Mientras los demás recogen sus armas y su equipo, y Rolthos se pregunta qué hacer con su armadura que está caliente al tacto y no tiene dónde meterla Julian le susurra a Jen.
- Ya somos dos ... - responde la ranger de vuelta en voz baja, mostrando un gesto de frustración que desaparece rápido de su cara porque no queda más remedio que centrarse en lo que tienen que centrarse.
Recoge sus cosas del saco y se queda mirando a Jen e Idab, preguntándose que pasará a continuación. No quiere decir mucho más por temor a que el efecto de que lo que Jen haya hecho a las salamandras y, aparentemente también a alguno de los sirvientes, pueda disiparse.
Jen parece que sonríe con satisfacción, sin responder a la pregunta de Julian. En vez de eso, se gira de nuevo a Idab -Gracias! Shideh, que su fortaleza esté siempre sólida y se alce firme, seguro que está orgullosa. Nos das un momentito? Necesitamos comentar unos pequeños asuntos en privado...- Abre la puerta del cuarto mas cercano invitando al resto del grupo a que pase -No tardamos nada, de verdad.-
Al cerrarse la puerta, Jen se aplasta contra ella, dejando caer su semblante complaciente y diplomático y casi desplomándose al suelo -Madre mía pensaba que no nos libraríamos jamás!- El grupo puede ver claramente como le barde empieza a sudar. -N-N-No se que hacer?? Esto ha sido... Ugh! Ya, ya se que es irritante, pero.. Uf, no podía decir nada! Yo... Ah, esto no me gusta, no me gusta.- Todos pueden ver ahora la ansiedad genuina crepitar por el cuello del changeling. -Te-Te-enemos nuestras armas... Y ahora qué?! No lo se, no lo se! Solo se que esto no está bien, hay algo aquí que no está bien, yo....
Shideh me ha hecho una propuesta tremenda. Tremenda! Fenomenales poderes cósmicos! Os imaginais? Jaja, a mi! Ay, ay. No se. Chicos, hay algo aquí que no cuadra y no se que es, y no me gusta no saber! -El changeling habla atropelladamente. -Os he roto la noche, lo siento. Lo siento.- Le dice a Nessa y a Vraak -No podía decir nada delante de Shideh, estábamos en inferioridad, y no, los puños de Vraak no hubieran bastado.
Qué vamos a hacer, qué vamos a hacer? El hechizo se pasará enseguida, y sabrán que los he encantado, y entonces... Entonces ya no serán tan amigables.
- Espero que el Pasha de las Planicies Negras fuese tan ecuánime como lo es usted sue reino. - Dijo obviando la pícara insinuación.
El paladín observó el intercambio de información, la súbita indignación y la intervención de Jen con una sucesión de curiosidad, alarma y por último algo de sorpresa.
- Concuerdo en que almas deben de ser libres para decidir su destno. Y ya que ha salido el tema, me gustaría realizar una petición. Aunque aunque nuestros intereses están alineados quizás no sería descabellado pedir que, si tenemos éxito podría dar la oportunidad a los sirvientes originarios del plano material a permanecer en el plano material y darles la posibilidad de disfrutar de largas y prósperas vidas allí... Si lo desean.
Zevatur, Rolthos
Shidhe se queda mirando al paladin durante unos segundos. Luego se vuelve a Jen la mira directamente a los ojos durante un segundo y, sin mudar el gesto, vuelve a mirar al paladín.
Jen escucha en su cabeza
- ¿Ves lo que te decía? Todo prejuicios, su miedo no les deja ver la grandeza ni las posibilidades. ¿Cuánto tiempo debo sufrir sus insinuadas acusaciones en mi propia casa?
- Que decepción. - dice - Parecías distinto a los demás.. al menos más... despierto. Dime, recto paladin de Mayaheine, ¿qué te hace pensar que no están aquí por su propia voluntad? Idab - llama y la enorme criatura se acerca solícita, la mirada fija en el humano - ¿Tú o tus hombres tenéis orden de impedir la salida a cualquier sirviente que desee salir de Palacio? -
- No, mi Señora - contesta con su voz cavernosa.
- ¿Son libres de abandonar mi servicio si asi lo desean? -
- Si, mi Señora -
- ¿Porqué no lo hacen ? - pregunta levantando una ceja
- Desean serviros mi Señora -
Hace un gesto y el capitán de su guardia se retira.
- Firud - llama al joven sirviente que se ocupa de llenar la copa de Rolthos el cual se sobresalta un poco al escuchar su nombre. - ¿Es cierto lo que dice Idab? Habla líbremente -
- Ss.. si mi Señora. Os servimos con gratitud y lealtad. -
- ¿Desearías que otorgara lo que dice ese honorable paladin? Si consiguen su objetivo y consiguen abrir todas las puertas y liberarnos. ¿Deseas ir al plano material y dejar mi servicio? Podría dejarte en cualquier lugar del mundo que quisieras - ofrece, tentadora.
El joven mira de hito en hito al paladin y a su Señora y finalmente se decide a hablar.
- Con permiso mi Señora. ¿Qué querría hacer yo en ese lugar? No conozco ningún sitio de ese... plano del que habláis. No conozco a nadie allí. ¿A qué me dedicaría mi Señora? ¿Cómo obtendría alimento y cobijo? Si mi Señora me lo permite me gustaría seguir a su servicio una vez estos nobles héroes consigan su objetivo. -
Shidhe sonríe al joven como una madre orgullosa cuando su hijo conoce su lección, el cual se retira de nuevo, la mirada baja y suspriando de alivio de no ser el centro de atención.
- Ya ves, puro paladin, que en realidad soy generosa con aquellos que me sirven. A ti te parecerá una vida dura la suya, pero aqui no deben temer por su seguridad ni por pasar hambre, frio o sed. Puede que los sirvientes de tu orden, o tu familia en tu ciudad de origen no lleven una vida plena, siempre deseando usurpar las posesiones y títulos de sus amos para ocupar su lugar y ser servidos en lugar de servir. Pobres almas. La ambición les corroe. ¿Que ocurre pio guerrero? ¿Me ves como una tirana que somete a sus inferiores? ¿Que utiliza su basto poder para subyugar a los demás? ¿Tan mal ejemplo te han dado siempre los que lo tienen en tu vida que crees que la lealtad sólo puede ganarse a través del miedo y la coacción? ¿O quizá tu problema es que ya no sabes reconocer lo que es bueno, pío y justo? Como ves aquí estamos libres de esas bajas pasiones. Cada uno conoce su lugar y lo acepta. -
Hace una pausa
- Quizá... quizá sea hora de que aprendáis el vuestro y no volváis a insultarme. ¿Acaso no he sido generosa? Envié a mis guardias a escoltaros y que os trajeran aquí sanos y salvos. Dime ¿Cómo pensabais sobrevivir aqui? Ni siquiera lo habíais pensado. Casi mueres nada más llegar aquí, cocido en tu propia armadura. Os he dado techo, té, comida y protección. Os he ofrecido guía y ayuda. ¿Y qué recibo a cambio? Insultos sobre mi capacidad y dudas sobre mi magnanimidad. ¿Asi me veis? ¿Como una criatura despiadada que haría daño a sus invitados? ¿Como una déspota que explota y esclaviza a aquellos que no han sido tan agraciados en el orden cósmico como yo? ¿Por qué? ¿Por mis cuernos? ¿Por el color de mi piel? ¿Por mi poder? -
Se deja caer en su cojín
- Tenía la esperanza de que al menos un servidor de Mayaheine podría verme tal y como soy y no me juzgara... - lanza un largo suspiro - Compadezco a quienes no cumplan las expectativas de vuestro limitado mundo. Que lástima que no juzguéis a alguien por sus acciones en lugar de sus apariencias, o por las ideas preconcebidas de vuestra... civilización. Al ver a Jen a vuestro lado pensé que seríais distintos... me equivoqué. - Se vuelve hacia le barde - Cuanto lamento queride que hayas tenido que pasar por este juicio tan injusto... ¿Qué te hicieron queride? - abre los ojos como platos - No me digas que usaron magia para doblegar tu voluntad y averiguar así lo que sus estrechas mentes querían averiguar!! -
Cruços, al recordar su insistencia en el círculo de la verdad de Nessa se revuelve inquieto.
- ¿Y tú servidor de la Ciudad? ¿Tuviste también que sufrir sus ataques? ¿Te juzgaron también por su apariencia verdad? No contestes no, poderoso Vraak, tus ojos me dicen lo que necesito. -
Mira fijamente a Cruços, Nessa y Rolthos
- Deberíais avergonzaros. Vaya forma de estropear los postres de la cena - dice con lástima - y lo que podía haber sido una hermosa relación de beneficio mutuo que fuera más duradera de la simple necesidad. - Vuelve a centrar su atención en Rolthos - Asi que quieres que sea una déspota tirana que abusa de su poder ¿En esas circunstancias estarías más cómodo? ¿Podríamos dejarnos de insultos disfrazados de amabilidad hacia otros y os centraríais todos en vuestros objetivos? ¿Decidme, bravo guerrero sagrado, es eso lo que tengo que hacer para conseguir que liberéis a los prisioneros de este lugar? ¿Ser una tirana? -
Rolthos no sabe si es casualidad o no, pero todo el lago que rodea la isla donde se levanta el palacio parece brillar con más intensidad y todos empiezan a sentir el calor que emana de la lava.
PbP Character: A few ;)
Jen siente que se le erizan los pelos de la nuca al sentir la hostilidad de la sala.
-No, mi señora.- Responde, firmemente. Y por primera vez en.... Por primera vez, es elle quien mira reprobatoriamente a los miembros del grupo. -No teneis que fingir ser aquello que no sois.
-Nadie- y le rechinan los dientes de la tensión- Debería fingir ser otra persona.-
Y acto seguido suspira tristemente, dejando la copa de vino en la mesa, que ahora le sabe hasta agria. Julian have amago de comprobar si tiene fiebre pero Jen le hace un gesto con la mano de que está bien. -Aunque nuestros cuerpos están descansados y renovados gracias al grandioso palacio y a vos, que vuestros salones siempre estén cubiertos de tapices y telas, he de admitir que el dolor, el frío, y el cansancio que ha calado en nuestro espíritu tras el cautiverio en el plano del aire han dejado una huella más profunda de lo que queremos admitir....- Remangandose la túnica se incorpora de sus cojines, caminado con aire ausente hasta la cascada de lava. -Quería entreteneros con una interpretación enérgica y alegre, pero me doy cuenta de que no es lo que necesitamos... Necesitamos recordar otros lugares en los que también hemos conocido la generosidad. Y recordar ese sentimiento.
Cuando vuelve a hablar su voz suena melodiosa y armónica, con un tipo de timbre de los que tiran de una fibra melancólica dentro del alma de la gente.
-No podemos mentir, ni esconder la mirada de vos.
Asi que tomaré mi copa, y sin mas ambición me sentaré en la arena.
Para que volqueis en mi vuestra historia, vuestro fuego.
Para eso vine aquí.
Sus hijos iban y venían, y se alimentaban de ella.
¿Qué amor hay en ello, soy un desperdicio?
Mis palabras son monturas vacías, si no hay acción que las acompañe.
Y podemos gritarle a las sombras,
Y es bueno que podamos.
Camina conmigo, creo que encontraremos una manera de volver a nuestro ser.
Camina conmigo, creo que encontraremos una manera.
Te encontraré en el Delta
Donde los ríos se llegan al mar
Y te extrañaré en el Delta
Lo que hay tras de mi, lo veo con claridad
Y lo que hay más allá, eso está más allá de mi.-
Cuando Nessa escucha a Shideh mencionar que el grupo atacó a Vraak en base a su apariencia - ignorando la verdadera razón por la que sucedió todo - la ranger mira al semiorco en silencio y aprieta aún más su mano. Aquél nunca fue el motivo. Y la prueba de ello era la fortaleza del vínculo que ahora les unía a todos con Vraak. Especialmente en el caso de la propia ranger.
Nessa observa con tristeza a Jen cuando esta les mira repeobatoriamente a todos. "¿Fingir ser aquello que no sois....? ¿Fingir ser otra persona?" ¿Acaso Jen pensaba que ese seguía siendo el caso con su naturaleza Changeling? Se quedó estupefacta. Pero no podía decir ni hacer nada al respecto, no en presencia de Shideh, por lo que intentó centrarse únicamente en escuchar la hermosa canción de le barde.
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
Un reflexivo silencio cayó en el salón del trono cuando Jen terminó de recitar su poesía, tan sólo roto por el lento caer de la lava en la cascada.
- Hermoso - dijo por fin Shidhe sin ocultar el temblor provocado por los sentimientos en su voz - realmente hermoso. - Toma un sorbo de vino para recomponerse y hasta las estoicas salamandras se agitan un poco para volver a adoptar su marcial pose.
- Jen tiene razón, queridos. Vuestro cautiverio en los nodos os está pasando factura. Os he mantenido demasiado tiempo alejados de un merecido descanso. Os pido disculpas, hacía demaisado tiempo que no disfrutaba de la presencia de invitados en mis salones. Debo daros las gracias, pese a todo ha sido una velada... interesante. Muy interesante. Por favor, dejad que Idab os escolte hasta vuestros aposentos y descansad. Mañana, cuando estéis más recuperados, podréis planear vuestros siguientes pasos. -
Hace una pausa, mirando a los ojos y cada uno de los Halcones Errantes.
- Podéis retiraros - dice con un indolente gesto de la mano.
Idab se adelanta, para indicar el camino a los invitados hasta sus habitaciones.
Mientras se van los ojos de Shidhe están fijos en Jen.
- Recuerda mi propuesta queride. Juntes nada podrá detenernos. Somos tan parecides... - Jen escucha las palabras en su cabeza pero más bien siente el anhelo, la expectación que encuentra eco en su propia alma, y la dicha de haber encontrado a alguien que, por fin, comprende por aquello que uno siente y padece en su interior.
Vraak no suelta la mano de Nessa cuando se dirigen hacia el pasillo, si no que entrelaza sus dedos con los suyos. La joven ranger puede notar los callos en la mano del semi-orco, producto de una vida dedicada a las armas y el trabajo duro.
Al levantarse y despedirse Rolthos la sensual mujer le dedica una sonrisa seductora y le dice en un susurro.
- Piensa en mi oferta, noble caballero. Tienes mi palabra de que me esforzaría por cambiar tu pobre imagen de mi... sólo tienes que pedirlo... -
Mientras cruzan la puerta y dejan a La Sultana en el salón del trono, esta comienza a recitar una letanía. Su voz, pese a ser casi un susurro, resuena en las paredes del paredes del salón del trono. Jen siente cómo se le erizan los pelos de la nuca, al reconocerla de su visión. No es tan intensa como cuando ella la escuchó, es más como si Shidhe la estuviera recordando, como si le hubiera venido a la mente de repente una vieja melodía que le gusta. Las puertas se cierran tras ellos y vuelve a hacerse el silencio.
Ya en el pasillo, Idab vuelve a liderar el camino mientras dos de las salamandras lo cierran, seguidas por los sirvientes que les han sido asignados, dispuestos a atender las últimas necesidades de los invitados de honor de la señora antes de que se retiren del todo. Son, sin duda, una peculiar procesión que camina por los pulidos y bellos pasillos de obsidiana.
Sin embargo, Rolthos se fija que, en esta ocasión, Idab se vuelve hacia ellos varias veces e intercambia amables palabras con Jen, siempre para asegurarse de que no necesita nada más y si está bien.
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Nessa se siente muy aliviada cuando ve que por fin pueden alejarse de la presencia de Shideh. Se queda un poco preocupada ante la nueva oferta de la Sultana hacia el paladín, pero no se imaginaría ni en mil años a Rolthos cediendo ante una criatura como ella.
Está, eso sí, genuinamente confudida - e incluso dolida - con Jen. Le barde le había dicho que aquello que a todas luces era tan bonito era una trampa, pero sin embargo ... ¿Durante la cena parecía haberse posicionado en apoyo de Shideh? ¿Incluso después cómo Shideh les había tratado a ella y a Rolthos? ¿Y ahora Idab y sus salamandras trataban a le barde con tanta amabilidad?
Cuando sintió los dedos de Vraak entrelazándose con los suyos, este hilo de pensamiento pasó a un segundo plano. Miró al semiorco y se acercó un poco más a él. La curiosa comitiva estaba ya acercándose la habitación de la ranger. Así que le susurró:
- Quédate conmigo...
Si accede, Nessa se dirige a la salamandra jefe: "Idab, me gustaría que Vraak se quedara aquí esta noche".
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Vraak aprieta un poco más la mano de Nessa cuando siente que ella deja caer su peso sobre el un poco más.
Cuando le susurra su propuesta el semi-orco se inclina un poco hacia atrás, para poder mirarle a los ojos y, con una media sonrisa y un tono que hace que a Nessa se le encoja el estómago dice
- Crei que nunca me lo pedirías… sera un placer..-
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La amenazante respuesta de la efreet confirmó las sospechas del paladín más allá de toda duda, ningún sirviente se atrevería a contradecirla ni a desafiar su juicio ni un ápice. Cómo iba a dejar a todas aquellas criaturas a su merced... Y sin embargo liberarlas de su suyo significaría condenarlos a una muerte segura en aquel plano hostil. La imposibilidad de una solución a la vista le amargo la cena. Sumergido en aquel dilema apenas registro la bella melodía y las emocionantes palabras de Jen. Aunque agradeció que calmase a la anfitriona.
Con un cabeceo educado le rechazo su oferta - Nos espera un enfrentamiento colosal mañana, debo prepararme y descansar.
De camino a los aposentos reparó en sus compañeros un poco más. Parecían afectados, entendió que nessa no quisiera pasar tiempo sola y se aseguró de que Crucos estaría bien. - Si necesitas compañía para el ritual de la espada estaré encantado.
Zevatur, Rolthos
Cruços niega con la cabeza la oferta del paladin.
- Esta bien amigo, no te preocupes. Pero este lugar apesta a sulfuro. Cuanto antes consigamos abandonar este plano, mejor - le dice con una media sonrisa.
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Ante la pregunta de Nessa el rostro del Capitán de la Guardia del Palacio se muestra confuso. Y comienza a hablar enarbolando un pero y, seguramente, una negativa.
Jen parece que mira con cara de ensoñación a Nessa y Vraak, percatándose de que Idab va a adelantarse para separarlos -Ay, Idab, déjalos, no los ves? No lo sientes? Es un fuego gentil y amigo. Estoy segure de que a nuestra señora, que su corazón siempre se muestre ardoroso y puro, no le importará, igual que estamos Julian y yo juntos.- Y mira de soslayo al médico. Luego se vuelve a Idab, casi haciendo un pucherito y juntando las manos a modo de súplica- Es más, te confiaré un secreto, estaba esperando que esto pasara en cualquier momento, hazme ese favor, si? Te aseguro que mañana estarán mucho menos tensos, y... Más abiertos a cualquier propuesta que Shideh ponga sobre la mesa.-
- Esta bien Jen. Si tú lo dices me parece una buena idea... sea... - dice la enorme salamandra
Dicho lo cual le barde se lleva la mano a las sienes con cara de decepción y sigue hablando a la salamandra-Ay, la cena ha sido un desastre, esperaba que todo fuera mucho mejor. Pero me alegro de que Shideh haya puesto a cada uno en "su lugar". Los límites tienen que ser claros, no crees? Estoy segure de que el lobo agachará las orejas -Y le guiña el ojo a Idab como si acabase de hacer una broma buenísima- Y a nuestro paladín digamos que.... Le viene bien.
Es mas, oh, y discúlpame si sueno atrevide, pero creo que los sirvientes no van a ser necesarios. Podrían retirarse? Ha sido una velada realmente extenuante. Excepto... Tu, querida mia. -Y señala a su sirviente- Te prometo que no te entretendré más de lo necesario.
Ante un gesto de Idab, los sirvientes hacen una reverencia y se pierden por el pasillo. La joven sirvienta sólo contesta con una sincera sonrisa -Será un placer serviros.-
Jen da una palmada, orgullose -Estupendo! Estupendo.
Ah, y ahora que estamos todos... Y antes de que nos retiremos cada uno a nuestros cuartos. Debo confesaros que tengo una preocupación más.
Idab, debo pedir tu opinión en esto. Ese Thane... El lider de los gigantes de este plano. Dime, ha osado rebelarse alguna vez contra la señora?
La salamandra asiente gravemente, y Jen se lleva una mano al pecho -Que descaro! No me gusta nada la idea de ese Thane atacando el castillo.
Y más habiendo llegado nosotros aquí, perturbando el equilibrio al poder abrir la puerta. Oh, he de decir que me siento culpable, pero confío plenamente en vuestros camaradas, y en el poder de la señora.- y hace una pequeña reverencia a nada en particular.
-Pero claro... En caso de que eso ocurriera, no sería natural ayudar en la defensa del castillo? Ah, para eso necesitamos nuestras armas. No podría quedarme de brazos cruzados viendoos luchar. Dime que lo entiendes, claro que si. Codo con codo, sería un honor para nosotros.
Idab parece asentir a todo lo que dice Jen, siguiendo sus palabras con sentidas expresiones que son reflejo de lo que dice le barde. Curiosamente, las dos salamandras que les custodian, y la sirvienta, hacen más o menos lo mismo, mostrando una empatía y una atención por las palabras de Jen que no han mostrado hasta el momento y que no parecían capaces de poder hacer.
- Pero será... - dice Cruços en voz baja y le da un codazo a Rolthos dándose cuenta de la jugada de Jen.
Idab se queda un momento pensando en las últimas palabras de Jen.
- El honor sería nuestro si tú luchases a nuestro lado Chuna. Pero.. - parece dudar un momento - por otro lado estaríamos faltando a nuestro deber si no os protegemos... - mira dubitativo a Jen, como si necesitara su confirmación para asegurarle que todo estaba bien.
Chuna significa Elegida/o
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Por un momento pensó en seguir la corriente a Jen y apoyarle, pero temió que su falta de práctica estorbar más que ayudase. Se limitó a mostrarse arrepentido cuando fue renombrado, agachando la cabeza y asintiendo recientemente.
Cuando la atención regresó a Jen, Rolthos sonrió socarronamente ante su actuación y el codazo de Crucos.
Zevatur, Rolthos
Nessa transiciona entre ponerse un poco roja por escuchar los comentarios de Jen sobre Vraak y ella delante de todos, y sentirse aliviada por comprender finalmente las intenciones de Jen.
No añade nada más y espera a ver qué sucede a continuación. Pero suponiendo que la noche que tenía en mente va a ser bastante más corta de lo que imaginaba, o no suceder siquiera, suspira ligeramente. Luego vuelve a mirar a Vraak y le sonríe mientras le da una leve caricia en la mejilla.
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Jen levanta las manos, en señal de sumisión -Lo se. Lo se. Vuestro deber es sagrado, jamas me interpondría! Se que estais acostumbrado a proteger a nuestra Señora, que el sol siempre luzca radiante en su rostro. Pero... -y aquí hace una pausa- ... Quién os protege a vos? Nada nos complacería mas que tener la oportunidad de ayudaros, pues, estoy segure de que aunque ese Thane esté en tregua con Shideh... Llegado el momento de la verdad no jugará limpio.
Creeme, Idab, estaríais cumpliendo vuestro deber al completo. Creo que incluso Shideh se sentiría orgullosa. Pero... Claro, no podemos ir con las manos vacías. No es cierto?- Y esta vez extiende la mano, como para confirmar su argumento, y recibir algo a cambio.
- Jen siempre ha demostrado tener sabiduría e iniciativa, yo nunca me equivoco cuando sigo su consejo. No solo lo veo yo, también la Señora lo ha visto así... - Dijo reforzando la posición de Jen. Al menos no debía mentir para aquello pensaba mientras su mirada franca se posaba sobre Jen.
Zevatur, Rolthos
Idab escucha muy atententamente las palabras de Jen y asiente pensativo cuando Rolthos interviene.
- Supongo que no sois más unos invitados, si no parte de la Corte de la Señora, que sus admiradores nunca dejen de menguar en número. -
Con un rápido gesto descuelga el saco de su espalda y, al abrirlo, comienza a dar a los Halcones Errantes sus armas, comenzando por la peligrosa espada de Cruços.
- ¿Quieres la armadura? - le pregunta a Rolthos - Te la puedo dar pero yo no la usaría aún - continua mientras sigue repartiendo las armas de todos - La Señora aún no ha extendido su poder sobre ti para protegerte del calor si la llevas encima... -
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- No creo que haya necesidad de usarla... pero mejor tenerla a mano y no tener que ir a buscarla alla donde quiera que este en el caos de una emergencia... - Dijo tras reflexionar un momento.
Zevatur, Rolthos
Cuando reciben sus armas Cruços comprueba que el diamante no ha sufrido ningún daño. Conscientemente sabe que nada en este mundo podría dañarlo, pero no puede evitarlo.
Vraak parece algo perplejo cuando empieza a prestar atención a lo que ocurre y cuando Idab le da su hacha.
- Bueno... parece que la noche va a ser algo distinta a lo que tenía en mente... - le dice a Nessa en voz baja - pero movida en cualquier caso... -
Mientras los demás recogen sus armas y su equipo, y Rolthos se pregunta qué hacer con su armadura que está caliente al tacto y no tiene dónde meterla Julian le susurra a Jen.
- Esto es impresionante pero... ¿ahora qué? -
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- Ya somos dos ... - responde la ranger de vuelta en voz baja, mostrando un gesto de frustración que desaparece rápido de su cara porque no queda más remedio que centrarse en lo que tienen que centrarse.
Recoge sus cosas del saco y se queda mirando a Jen e Idab, preguntándose que pasará a continuación. No quiere decir mucho más por temor a que el efecto de que lo que Jen haya hecho a las salamandras y, aparentemente también a alguno de los sirvientes, pueda disiparse.
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Jen parece que sonríe con satisfacción, sin responder a la pregunta de Julian. En vez de eso, se gira de nuevo a Idab -Gracias! Shideh, que su fortaleza esté siempre sólida y se alce firme, seguro que está orgullosa. Nos das un momentito? Necesitamos comentar unos pequeños asuntos en privado...- Abre la puerta del cuarto mas cercano invitando al resto del grupo a que pase -No tardamos nada, de verdad.-
Al cerrarse la puerta, Jen se aplasta contra ella, dejando caer su semblante complaciente y diplomático y casi desplomándose al suelo -Madre mía pensaba que no nos libraríamos jamás!- El grupo puede ver claramente como le barde empieza a sudar. -N-N-No se que hacer?? Esto ha sido... Ugh! Ya, ya se que es irritante, pero.. Uf, no podía decir nada! Yo... Ah, esto no me gusta, no me gusta.- Todos pueden ver ahora la ansiedad genuina crepitar por el cuello del changeling. -Te-Te-enemos nuestras armas... Y ahora qué?! No lo se, no lo se! Solo se que esto no está bien, hay algo aquí que no está bien, yo....
Shideh me ha hecho una propuesta tremenda. Tremenda! Fenomenales poderes cósmicos! Os imaginais? Jaja, a mi! Ay, ay. No se. Chicos, hay algo aquí que no cuadra y no se que es, y no me gusta no saber! -El changeling habla atropelladamente. -Os he roto la noche, lo siento. Lo siento.- Le dice a Nessa y a Vraak -No podía decir nada delante de Shideh, estábamos en inferioridad, y no, los puños de Vraak no hubieran bastado.
Qué vamos a hacer, qué vamos a hacer? El hechizo se pasará enseguida, y sabrán que los he encantado, y entonces... Entonces ya no serán tan amigables.