La Cazadora abre los ojos con horror cuando el demonio sale del portal, pero con determinación alza sus espadas y ataca a la criatura por el lateral. El primer corte logra pillarla por sorpresa, pero el resto de los ataques es desviado por el infernal ser con precisión y fuerza. Es difícil acercarse a él con las muchas protuberancias óseas que cubren su cuerpo. 

Nessa traga saliva. Este ser parece mucho más peligroso que los dos imp que acaba de abatir.

Cuando todo parece tranquilizarse una nueva criatura aparece en el portal. Nessa se dispone a atacarla, pero una exclamación de dolor de Jen atrae su atención hasta su amigue y, viéndole rodeade, decide atacar a uno de los cultistas que la están atacando.

Su primer ataque falla, pero el segundo le arranca un grito de dolor y la ranger espera que eso le dé una oportunidad a Jen para conseguir liberarse.

Todos contemplan la destrucción del fantasma y los dos cultistas que hasta ese momento atacaban enloquecidos a Jen parecen parpadear y mirar alrededor confusos, como si no supieran realmente qué hacían allí. Uno de ellos mira la ensangrentada cimitarra que tiene en las manos y, al ver la sangre, palidece y parece que está a punto de vomitar. En ese momento una flecha pasa volando entre ellos y medio parpadeo después otra se clava en el hombro del cultista el cual grita de dolor, soltando la cimitarra y cae al suelo llorando.

- Oh dioses ¿qué está pasando? ¿dónde estoy? Ahh!! por favor piedad...- dice mirando a le barde absolutamente confundido.

Mientras tanto Cruços intenta acercarse al roto altar donde aún yace la inconsciente muchacha, cuya sangre continua manando débil pero constantemente por el corte de su brazo. Intenta mantener las distancias con el demonio, pues su atención está puesta en encontrar la gema que ha visto fugazmente en su mente, por eso no espera que la cola del diablo se extienda tanto ni tan rápido. Siente cómo el aguijón se clava en su hombro y gruñe de dolor al sentir cómo la ponzoña hace presa de su cuerpo. La herida del arde y siente el brazo derecho dormido por efecto del veneno. 

La bestia le enseña los dientes y relame la punta de su aguijón, limpiándolo de la sangre del hombre-lobo.

Cruços, sintiendo cómo la magia divina del paladín le protege de lo peor de la ponzoña del demonio, intenta localizar entre los cascotes aquello que está buscando, pero sólo encuentra los restos de un brazo y una mano de un humano bajo los mismos. 

Aprovechando su despiste, el demonio salta sobre él. El grito de advertencia de Xandry'la llega tarde y Cruços siente como las garras se abren paso en su carne. Revolviéndose consigue detener el huesudo brazo del demonio antes de que le aseste otro golpe con la otra garra. Gruñe de dolor cuando en su palma se clavan pequeños aguijones óseos de los que parece estar cubierto. Trabado como está, el hombre-lobo no puede evitar el aguijón, que arqueándose por encima de él se clava en su espalda. No sabe si por la rabia que siente, la magia de Rolthos o porque ahora mismo todo su cuerpo duele, pero parece que el veneno del ponzoñoso aguijón no tiene tanto efecto esta vez. 

Los dos cultistas restantes retroceden ante la torva y amenazante mirada de Jen, quien se asegura de que realmente van a huir y no van a atacarles por la espalda. Pero parece evidente que el control mental que tenía sobre ellos el fantasma ha desaparecido. Ayudando al herido por la certera flecha de Nessa, el último de los cultistas sale de la estancia para buscar ayuda para su amigo. 

La aparición de la horrenda criatura hizo que Rolthos se olvidase del los otros fuegos que apagar... Mel, Gui... Tras su aparición y en un breve instante casi había despedazado por completo a Cruços. Si no derrotaban a esa criatura rápidamente nadie saldría con vida de allí.

Se encomendó a su diosa y se lanzó al ataque, moviéndose cerca de sus amigos para darles ánimo con su presencia. Lanzo dos ataques, uno de ellos rebotó inocuo contra la criatura, el segundo si impacto y sin embargo la hoja apenas hizo mella en la criatura, su arma era bastante inútil frente a ella. Por fortuna las energías radiantes de su diosa estallaron ensuciando el blancor del hueso.

Jen decide mantenerse a distancia y aprovecha que puede lanzar el chakram a la bestia, pero parece que pega en una carcasa dura, y sin hacerle daño alguno, este vuelve a su mano. Por el rabillo del ojo ve a Nessa tensar su arco y canaliza la magia del ambiente en focalizar a su amiga, y con fortuna favorecer su proximo tiro

El portal sigue latiendo, cada vez más rápido. Creciendo con cada pulso. 

Del mismo surge otra criatura. Un humanodie tan alto como Cruços en su forma crinos, varias cadenas envuelven el cuerpo de este ser, cadenas que se enroscan y mueven como serpientes por su cuerpo, causando laceraciones y heridas en la piel según se mueven. Las cadenas acaban en múltiples garfios y cuchillas que cuelgan de los brazos y el cuerpo del demonio. 

Dirige un enloquecido ojo, el otro está cubierto por una línea de cadenas que se enrollan por la mitad de su cara, hacia la elfa cuando se mueve para atacar al demonio de hueso y extiende el brazo hacia ella y las cadenas, hambrientas se lanzan a por ella, pero Xandry'la las esquiva con facilidad, deslizándose por el suelo para llegar hasta el demonio de hueso. Con el mismo movimiento que usa para levantarse, asesta un golpe con su espada de frío, un arco de escarcha acompaña el movimiento y esta afecta también al demonío de las cadenas. Sin dejar de moverse, golpea de nuevo al demonio de hueso con su otro arma, el cual se cubre con los brazos, haciendo saltar chispas cuando hueso y acero se encuentran. 

Nessa se da cuenta de que necesitarán toda la ayuda que puedan para detener esto y en lugar de coger una de sus flechas normales, coge una de las pocas flechas mágicas que dispone en su carcaj. 

Con metódica y entrenada eficiencia coloca la flecha en el arco y tensa el mismo, disponiéndose para atacar. 

Al levantar la mirada se encuentra con el ojo del demonio fijo en ella. Por un segundo, las cadenas que cubren parte de la cara del mismo se abren y en ese instante Nessa puede ver el rostro terriblemente desfigurado por el castigo de las cadenas, cubierta de llagas y con media mandíbula visible cree ver la cara de Eleanna devolviéndole la mirada. Pero es tan sólo un instante. Nessa parpadea incrédula y las cadenas retornan a su posición, cubriendo el rostro del demonio. 

La ranger se concentra para disparar contra ellos. 

"¿¡Eleanna!? ¿Qué demonios....?"

Esta visión casi consigue que Nessa pierda la concentración, haciendo que baje el arco durante un momento para asegurar que lo que está viendo es real.

Sin embargo, frunce el ceño y vuelve apuntar.

"Ya he pasado página. No dejaré que me afectes más..."

Con renovadas energías, a pesar de la enfermedad que la atenaza, la ranger apunta al primero de los demonios. Su caparazón de hueso hace que la primera flecha mágica rebote, pero la segunda entra y logra dañar a la criatura.

Cruços, sabiendo lo desesperado de la situación, abandona toda precaución frente a los demonios y se pone a buscar la gema. Protegido por Xandry’la y Rolthos de las garras y cadenas de los demonios, por fin al encuentra, descansando entre las dos mitades del altar de piedra partido. Allí, de manera débil pero continua, el diamante rosado es bañado por la sangre de Mel, que cae sobre el mismo como una pequeña cascada roja. 
El Cazador, ducho en las propiedades de la sangre, no tiene dudas al echar un vistazo a la joven, está prácticamente desangrada y su pecho apenas se mueve ya. 
No pudiendo dejarla morir, pese a tener el premio tan proximo, Cruços toma a la muchacha con delicadeza en sus brazos y, abriendo con los dientes una de sus pociones, se la administra a la chica, vertiendo unas gotas sobre el corte en su muñeca y antebrazo y dándole a beber el resto. 
Comprueba con alivio que la herida se cierra y la respiración de la chica se normaliza, quejándose ligeramente  en su inconsciencia.

El demonio de hueso ruge al ver escapar a su presa pero no puede ignorar a los dos guerreros que le cierran el paso. Una de sus garras prueba la sangre de la elfa, pero esta no pierde la concentración y esquiva la otra que habría cortado su garganta. 
El hedor piadoso de bondad que emanaba de Rolthos repugnaba al demonio, y lanzó contra el su ponzoñoso aguijón, pero Rolthos no sólo desvió hábilmente el ataque con su arma, si no que, girándola, realizó un profundo corte en la cola de la bestia la cual la apartó dolorida. 

Rolthos aprovecha la ventaja de la última pifia del demonio para alcanzarle una vez más. El glaive rebota casi inofensivo en los huesos de la criatura pero un divino radiante fogonazo parece quemar su hueso, La criatura cierra sus defensas y el glaive de rolthos no le llega a alcanzar.

El demonio envuelto en cadenas intenta seguir a Cruços pero es detenido por un certero golpe del Glaive de Rolthos. Pese a que el poder divino de Mayaheine recorre su cuerpo la criatura es capaz de lanzar varias de las cadenas que, como serpientes, rodean su cuerpo y envuelven a Cruços, el cual protege con su cuerpo a la inconsciente Mel. 
Las cadenas de enroscan en torno a los barcos y piernas, alrededor de cuello y torso y aprietan. Un sonido espeluznante, de metal arrastrándose por la carne y arrancándola es lo último que escucha el Cazador antes de sumirse en la inconsciencia. 

Jen ve que, lejos de soltar su presa sobre su inconsciente amigo, el demonio sonríe y se prepara para estrangular más aún al amor indefenso licántropo, que recupera su forma humana. 
Le barde se apresta a ayudarle pero el demonio se gira y le mira. Las cadenas de su rostro se abren para revelar el de su madre. La cara otrora amable está cubierta de llagas y ampollas por el fuego que la consumió hasta acabar con su vida. 

Jen siente la sangre palpitandole en laa orejas. Todo se queda en blanco al ver el rostro de su madre. 

-m...ma...yo... Uh... -titubea- ah...-Siente que se marea... Y entonces, en un pestañeo, ve entre las lineas de la ilusión-.... Oh! Ooooh! A mi con esas!- Exclama indignade al darse cuenta del hechizo.- A mi! Con esas?! -Temblando de ira le lanza el chakram pero aunque ha podido librarse de la vision, le tiembla el pulso al haber visto de nuevo el rostro de su madre. Afortunadamente no titubea lo auficiente como para perder su preciosa arma nueva.

Cruços despierta!!- con la otra mano lanza un poderoso haz de energía curativa al licántropo. -Como te mueras aqui te acribillo, maldita sea!-

El portal late una vez más, sus bordes girando en una espiral que amenaza con rasgar aún más el tejido de la realidad. Todos escuchan un profundo rugido que proviene del interior, y los demonios sonríen. 

Viendo la desesperada situación en la que se encuentra su pupilo, la elfa se mueve con presteza, realizando un pequeño corte en su brazo que parece potenciar el aura de frío que rodea la hoja, asesta un golpe contra una de las cadenas, la cual se congela y se parte en pedazos, los cuales vuelan en todas direcciones y algunos atraviesan las alas del demonio de huesos que sisea enfurecido. Pero Xandry'la no se detiene ahí. Con otro certero ataque congela y corta la cadena que envuelve el cuello y el torso de Cruços, liberándole. Al no carecer de la tensión de sus cadenas, el demonio trastabilla, momento que aprovecha la cazadora de sangre para, saltando en el aire, dar una fuerte patada contra la criatura con ambas piernas. El demonio, sorprendido, cae hacia atrás, cayendo al portal. Sus cadenas se extienden para sostener al demonio en el mismo borde y lucha para no ser absorbido de nuevo al interior. Xandry'la se incorpora de un salto. 

- ¡Nessa! ¡Acaba con él! - 

Nessa asiente a la cazadora de sangre y cambia su objetivo del demonio de hueso al de las cadenas. Concentrándose al máximo, apunta y libera otras dos flechas mágicas, que hieren al demonio y le desestabilizan lo suficiente como para que caiga a través del portal. Aullando como un condenado, la criatura desaparece y sus largas cadenas es lo último que ven caer...

- ¡Vuelve a donde perteneces, maldito!

Después se gira hacia Xandril'la y Cruços y pregunta:

- ¿Qué hay que hacer para cerrar el portal? ¡Se acerca otra criatura!

El demonio cayó aullando por el portal cuando las flechas de Nessa se clavaron con precisión y fuerza en su cuerpo. 

Cruços sacudió su cabeza, aún aturdido he intento hablar pero  debido a las heridas de la cadena en su cuello solo pudo carraspear. 
Como única contestación a las palabras de la arquera se arrodilló donde había caído la espada de su abuelo y con ella se abrió un tajo en la mano, la sangre fluyó roja y espesa. Dio un par de pasos hacia el roto altar y metiendo el brazo en la fractura alcanzó el diamante que descansaba en el fondo. Ardía. Estaba tan caliente como un ascua viva de una gran hoguera. Cruços gruñó de dolor y los demás reconocieron el olor a piel quemada. 
Al tocar la gema Cruços vio una imagen, como un fogonazo en su mente. El rostro de un demonio que le miraba y gruñía amenazador. 
La imagen de una niña pequeña se formó al lado de un exhausto Cruços. Pese a la diferencia de edad el parecido entre ellos era asombroso. 
- Libérame hermanito - le suplica - volverá y me hará daño. Siempre me lo hace... por favor déjame salir...- 

Al otro lado de Cruços se materializó la imponente figura de su abuelo, saliendo de entre los cascotes a su izquierda como una bruma. 

- Engarza la cena en la espada - le ordena con voz profunda-  El demonio no debe ser liberado! - 

- ¡No! - súplica asustada la niña- ¡Me hará daño! - se gira como si hubiese escuchado algo acercándose a su espalda.

- Ya viene - dice aterrada - por favor déjame salir, no me castigues más... - 

Aunque Rolthos mantenía la mirada fija en el monstruoso demonio de hueso, escuchando sus palabras vio a la muchacha y al espectro de refilón. - Yo pensaba que el espíritu ponzoñoso era tu hermana... O es una visión del demonio o tu abuelo está mintiendo. - Dijo antes a apretar la mandíbula concentrándose en el combate. - Ya no se si la sangre le liberará o le encerrará, pero haz algo pronto. No podremos contener a los demonios mucho más tiempo. - Le urgió.    

Jen observa con horror la escena. "Oh no, yo he visto esa cara antes!" Piensa mirando al abuelo. Tiene la mirada de alguien con un propósito, y Jen sabe que ni cielo ni tierra ni sangre pueden eliminar eso cuando se graba a fuego en el alma de una persona. Recuerda la conversacion de antes con él y como les dijo que la carcel se debilitaba con cada muerte por la plaga...

-Cruços por dios cierra el portal y séllalo con toda tu fuerza!!! Ya pensaremos algo para tu hermana!!- Exclama proyectando su voz y esperando que el hombre lobo le oiga.

A duras penas, el cazador se arrastra hacia la gema herido de muerte y con todo el poder de su forma lupina desvanecido, siente como cada movimiento es un suplicio de esfuerzo y de dolor.

Al despertar gracias a la magia de Jen, con la espada Vergeulv en las manos coge la gema que mantiene a Fangennath siente como si un bloqueo mental que ha estado cerrando su mente se desvaneciese de como si nunca hubiera estado ahí.

- Te recuerdo, Tess'xalia. Ahora recuerdo cómo nos adentramos en las estancias prohibidas del abuelo Mandorcai. Recuerdo como yo cogí esta misma espada hace tantos años. Intentaste manejarla, pero te cortaste... La gema se desprendió y la cogiste... - hace un esfuerzo, los recuerdos vienen revelándole la historia de su vida como un torbellino - Las garras demoniacas surgieron del portal y te llevaron, casi al tiempo que el abuelo y nuestro tío entraban en la estancia. Huímos mientras Mandorcai se sacrificaba para contener lo que habíamos liberado. Y Brenno me llevó a aquél templo donde un hombre consiguió que dejase de llorar, de recordar, de recordarte.

Cruços se muerde el labio con furia, tan fuerte que probablemente le deje cicatriz.

- No volveré a permitir que me hagan olvidarte. Llevaré la batalla al interior de la prisión y juro que te sacaré de ahí. Solo aguanta un poco más...

Con lágrimas en los ojos, escupe con sangre del labio en el rojo diamante y lo engarza en la espada. Se arrodilla frente al portal y mirando a su hermana a los ojos, acerca la espada al mismo, intentando cerrar el portal.

Mordacai Valossa sonríe satisfecho al ver el gesto de su nieto. 

- No... ¡NO!...  - grita su hermana el pánico reflejándose en su rostro, las lágrimas corriendo libres 

- ¡¡NO!!- 

Pese a seguir teniendo el rostro de su hermana la voz gutural y profunda que sale del fantasma no es la de ella. 

Las energías del portal se paran cuando Cruços escupe la sangre sobre el diamante, que comienza a tornarse de un rojo intenso según la sangre cae por él. Cuando la engarza en la espada, las luces que emanan del portal comienzan a girar en sentido contrario, empequeñeciéndose cada vez más. El demonio de hueso grita, chilla y salta moviendo sus alas para intentar caer sobre el practicamente derrotado cazador. 

Dos enormes garras aparecen por el portal, intentando volverlo a abrir, pero este se cierra inexorablemente con una explosión de energía que hace que todos caigan al suelo. 

El demonio de hueso es pulverizado en un instante cuando la onda expansiva le alcanza y todo queda en silencio. Los compañeros se miran los unos a los otros, dubitativos de que todo haya acabado realmente. Las runas azules que brillaban en el altar han perdido su fulgor y la estancia está débilmente iluminada por las antorchas que no se han apagado por la explosiva descarga mágica al cerrarse el portal. 

Rolthos no lo puede terminar de creer. ¿Se ha acabado? Su mirada observa un momento la sala buscando el próximo peligro. Después se abalanza al cuerpo de Gui, pero al poner sus manos sobre su cuerpo la luz curadora no le afecta en absoluto, su cuerpo permanece inerte, muerto. El paladín lanza una maldición entre dientes. - Demasiado tarde... - Su voz permanece inmaterialmente ronca y carraspea intentando aclararla.

Después se aproxima a Cruços y Mel, mirándoles con preocupación. - Como te encuentras, estás bien? - Dice mientras lanza una curación a la pobre muchacha, intentando sanarla. Por fin, un poco mas calmado sin emergencias de las que ocuparse se concentra un momento, haciendo un sentir divino a la sala, y a los supervivientes. 

Cuando se ha asegurado de que todos están bien empieza a investigar el altar, el cuerpo de Gui y los cuerpos de los sectarios muertos... - Quizás haya alguna  pista de quien eran... habrá que avisar a las autoridades. Además hay más estancias, de donde vino Gui. - A pesar de los carraspeos su voz era ronca de ultratumba.  

- Nessa... - La interpela al ver como empieza a recoger las monedas y joyas de los muertos. - Esta gente eran miembros respetables de la ciudad, saquear sus cuerpos no me parece correcto, sus huérfanos, familiares o viudas seguro que agradecen recuperar sus pertenencias. - La gravedad de sus palabras era acentuada por su ronca voz. - Coff coff...

Cansada, dolorida y enferma, lo que menos necesita ahora Nessa es una reprimenda por parte del paladín. Pero sin ganas de discutir, simplemente se levanta, coge la mano de Rolthos y pone en ella los anillos y monedas que ha encontrado.

- Haz lo que te apetezca con ello.

Después se acerca a dónde están Cruços y Xandri'la.

- ¿Cómo estáis? ¿Creéis que se ha cerrado por completo? 

Apoyando una mano en el hombro de Cruços, dice:

- Lo siento mucho... ha sido una dura elección. Si puedo ayudarte de alguna forma para que tu hermana vuelva, cuenta conmigo.

Mirando por el rabillo del ojo al fantasma de Mandorcai, añade:

- Creo que tu abuelo está esperando algo... ¿quizá unas últimas palabras antes de que pueda descansar?

Con un apretón en el hombro se retira y se apoya contra una pared, sentada, intentando descansar un poco.