Le barde mira en un principio su anillo con extrañeza -pensaba que era para andar sobre el agua!!-exclama con expresión maravillada al darse cuenta de su utilidad. Un rubor de emoción cubre sus mejillas y siente que la sangre le sube a las orejas. -por supuesto!- y mira a la maga- que tu familiar me acompañe. Si hablo con tu familiar tú puedes escuchar lo que digo? Así podré daros una descripción exacta de lo que vea al otro lado, y si algo me pilla con la guardia baja podréis intervenir rápido. Qué os parece- termina por dirigirse al resto del grupo con la propuesta
Vaark y sus compañeros limpian sus armas mientras el grupo decide qué pasos tomar a continuación.
- Veo que sois diestros en combate - dice gratamente sorprendido - Mejor ve con cuidado - le dice a Jen - sin duda esa sabandija ha alertado a su maestro. Supongo que estará al tanto ya de que estamos aquí. Y pocos enemigos son tan peligrosos como un mago prevenido... - el semiorco afila un poco su hacha con una piedra de afilar.
- No tomes riesgos innecesarios, Jen. Explorar y volver. Usa todas tus artes para camuflarte entre el enemigo - expresa con cuidado el cazador, sin querer desvelar la raza de su compañera delante de desconocidos.
Aldalantanustë escucha con curiosidad a Cruços y se dirige a Jen:
“Yavánnen Fion a veces me acompaña cuando voy a nadar, por lo que este terreno lo podrá pasar sin dificultad. Si no se aleja demasiado, podré ver y escuchar a través de sus mágicos sentidos. Puede ir sola o acompañarte. Os llevaréis bien.”
Jen arruga un poquito la nariz, soltando una pequeña risita, en bajito.- Ooooh ¿Te preocupas por mi, Cruços? Me halagas.- Dice en bajito al cazador, y luego se marcha junto a la maga, inspeccionando el canal de agua. -Os diré lo que encuentre al otro lado. Si puedes describirles mientras como es el canal y hacia donde va, mejor. Y si llega un momento en el que no puedas escuchar nada, que me haga una seña.- Dicho esto hace un gesto de "pulgares arriba" a sus amigos, y se zambulle en el agua, desapareciendo de su vista.
Sin pausa, la elfa toma su báculo con ambas manos, lo inclina hacia delante, hacia arriba y realizando un pequeño e intrincado giro. Murmura unas palabras y termina diciendo:
"Vamos, preciosa"
Al momento aparece delante de ella un pequeño animal en el suelo, una lontra marina o, para quienes la observa en la distancia, una especie de nutria peludita que se levanta a dos patas y se queda tiesa ante la elfa, quien se acaba de inclinar ante ella. Aldalantanustë se quita el guante blanco de la mano derecha, se acerca y le atusa los bigotes. Al momento, la llamada Yavánnen Fion suelta un estornudo chiquitín y se tira al cuello de la elfa, rodeándola con sus patitas.
"Sí, sí, yo también me alegro de verte."
La maga recoge a la pequeña lontra, le da un beso en la frente y la pone en el suelo.
"Fion, ve al agua, verás a Jen, te puedes fiar de elle. Algo me dice que es capaz de camuflarse muy bien, pero sé que le reconocerás. Más adelante hay peligro, así que ten cuidado."
El animal, sin meditarlo, corre hacia el agua y se sumerge allí donde aún queda un rastro de movimiento. La elfa se queda cerca de la orilla, se sienta con las piernas cruzadas y su báculo tumbado sobre ellas, y cierra los ojos.
Dentro del agua, una vez se ha acostumbrado a la extraña sensación de respirar bajo el agua (Su mente está tentada de realiza la acción de abrir la boca y dar un trago, pero recordando que la última vez que hizo eso se envenenó, se detiene y no hace ninguna tontería) y ha desaparecido de la vista de Vraak, Jen se agita y cambia su aspecto de forma que su piel se vuelva cenicienta, y su pelo oscuro, camuflándose con el ambiente. Espera pacientemente al familiar de la elfa, y cuando ve que en el agua se zambulle una pequeña....pequeña...
ESO ES UNA NUTRIA?!?!
Jen decide que si en ese momento se muriera sería feliz al ver al adorable animal acercarse a elle. Solo le faltan corazones en los ojos. Su mente anota esto para contárselo a Julian en su próximo encuentro. Da un par de vueltas en el agua con la Iontra, y luego juntes se dirigen hacia lo desconocido. Jen se va fijando en cada recodo, midiendo mentalmente (y a ojo) la distancia que van recorriendo, así como cualquier posible amenaza que pueda estar acechando.
Vraak se queda cerca de la maga cuando está cierra los ojos y se hunde en un trance para poder ver y escuchar a través de los sentidos de la lontra. Cruços no está seguro de si lo hace para protegerla en caso de necesidad o para no perderse nada de lo que diga cuando informe de lo que ve su familiar.
Bajo el agua, Jen descubre que el pasadizo no solo colapsó en el pasado, si no que las rocas y cascotes forman una intrincada y estrecha red. Apenas ha recorrido cinco metros escurriéndose entre las rocas cuando ya duda de que Rolthos o Será puedan pasar por ahí con sus armaduras puestas, tan estrecho es el hueco entre dos rocas por el que tiene que deslizarse le barde. Cuando la lontra se desliza tras elle, los dos exploradores se quedan parados. Más adelante se intuyen las formas de más cascotes pero la luz es muy escasa y, sin un modo de ver, no podrá seguir avanzando.
Mientras Jen y la pequeña criatura se disponen a explorar la zona sumergida Rolthos comienza a examinar las paredes. "No sería la primera artimaña que este mago usa contra nosotros, podría haber ocultado un aceso por alguna parte" piensa mientras recorre la pared, intentando encontrar alguna ilusión, pasadizo o algo colocado recientemente. El paladín se mueve en silencio escuchando. La luz de la antorcha tilila al desplazarla por las paredes y el paladín vigila el humo, atento también a posibles corrientes.
Aldalantanustë, manteniendo la ojos cerrados, describe la situación:
"Recorren unos cinco metros hasta un paso estrecho difícil de atravesar. Al doble de distancia sigue habiendo numerosos cuerpos rocosos y la oscuridad es mayor. No se ve bien ni se oye. Puede que no sea muy sensato continuar sin una visión nítida, en el caso de que el enemigo nos lleve ventaja en ese ámbito."
Valorando posibilidades, sigue:
"Fion podría pegarse a las rocas y seguir con cuidado hasta alcanzar una zona más clara. En caso de toparse con algo, ella es muy escurridiza. También veo que Jen ha adoptado un gran camuflaje e igualmente podría seguir avanzando con cautela sin ser vista, pero a ciegas y con más posibilidades de chocarse con "algo"."
Más allá, en el agua, Fion da la cara a su acompañante. Se le acerca a un centímetro, hocico con nariz, mirándole a los ojos y coloca una pata sobre la frente gris de Jen.
Mientras Jen se queda paralizada ante la orden del roedor, éste se aleja un poco nadando, ya fuera de la vista de Jen, se pega todo lo posible a una roca, con las orejitas bien atentas y las almohadillas de sus patitas concentradas en las texturas y las vibraciones, y avanza con cautela un poco más.
Consigue avanzar varios metros más, sin resultado alguno y, por más que tienta sus alrededores, no encuentra manera de seguir avanzando ni percibir nada nuevo. Antes de chocar su peluda cabeza contra algo desconocido, decide retroceder de culo por donde ha venido, hasta toparse con Jen de nuevo.
Cruços camina inquieto desde que han entrado en el agua. Vigila la entrada de la sala, para no ser sorprendidos, se acerca al río subterraneo y otea por si ve movimiento, yendo de un lugar al otro. Aunque apenas han pasado unos instantes, la espera no le sienta bien.
Mira a los paladines forrados en hierro y a su propia armadura, aunque ligera, armadura. Intenta repasar mentalmente el camino que han seguido desde que han entrado en la montaña, buscando algún recoveco que hayan podido pasar de largo; si la única manera de seguir adelante es por el agua, van a tener un problema.
Los segundos pasan lentos mientras todos escuchan la voz de la elfa describir lo que ve mediante su familiar.
Jen se queda quiete, esperando a que vuelva la pequeña adorable nutria. Pasan demasiados segundos antes de que la vea en la penumbra que entra por su espalda.
La elfa frunce el ceño. Ya debería haber vuelto hasta donde está Jen. Es entonces cuando se da cuenta. Aunque le ha dicho a Fion cómo volver, la ágil nutria ha girado sobre sí misma y ha seguido guiándose por el tacto de su pata izquierda en la roca. Ya debería haber llegado a donde dejó a Jen, pero no lo ha hecho.
Mientras tanto Vraak, mirando a Nessa, Serâ y Cruços dice.
- Llamadme loco pero igual habría sido una buena idea que le barde llevara algo de luz ahí abajo. La última vez que lo comprobé los humanos no veían muy bien en la oscuridad... -
"Fion ha intentado dar la vuelta pero no ha llegado hasta Jen. Puedo suponer que hay más de un pasadizo allí abajo. Confío en que estará bien, pero a este paso necesitamos resolver la incógnita de los túneles subterráneos. Vuestre compañere se quedará sin oxígeno y debería regresar."
Aún concentrada, se dirige a Cruços:
"Aun teniendo luz, la variedad de caminos puede dificultar la marcha. ¿Podríamos confiar allí abajo en tus sentidos como guía hacia el enemigo?"
Le barde espera unos segundos a que la Iontra de señales, ya que llega un momento en que ni elle puede pasar entre los cascotes de piedra. Maldice en su pensamiento, cruzándose de brazos y piernas y flotando a media altura entre el fondo y la superficie en el agua
"No me gusta nada la oscuridad... Esto me da muy mala espina" piensa para sí misme. Dentro del agua el silencio es mayor y puede oír con perfecta claridad hasta los latidos de su nervioso corazón.
Algo viscoso le toca el brazo y del susto da un sebrinco que se traduce en una voltereta en el agua. Sin querer se da en la cabeza con una piedra. "AY LA MADRE QUE ME P...." burbujea dandose la vuelta para encontrarse con un alga, y se sonroja, aliviade de que nadie le haya visto.
Despues de esperar un poco mas y ver que el animal no vuelve se empieza a impacientar, y decide que lo mas seguro es que vuelva con el grupo, así que se vuelve por dónde ha venido. Antes de subir a la superficie Jen se toma unos segundos para revertir su forma a la que tenía antes de entrar en el agua.
Finalmente asoma la cabeza en el punto de salida y sale del charco escurriéndose el pelo.
-el pasaje es muy estrecho. Dudo bastante de que nuestros paladines puedan avanzar con toda su armadura sigilosamente. Además la oscuridad envuelve el canal como si fuera la boca del lobo... Y creo que el familiar de Aldalantanustë se ha perdido...- Dicho esto se encoge de hombros- Qué pensais?
Con frustración el paladín de pelo negro golpea con el escudo la pared, produciendo un golpe seco. - Si nos están aguardando al otro lado, la salida del agua va a resultar en una muy perjuiciosa posición. Esperemos que Zalphiros nos subestime, arrogancia ha en abundancia. Esperemos que no no esté preparado con toda la fuerza de que dispone y se esté dirigiendo a la sala del tesoro.
Con resignacioó empieza a quitarse la armadura y dejar en una esquina sombría de la cueva, oculto, parte de su equipo de aventuras: manta, saco de dormir, pergaminos... - Pero a pesar de la terrible desventaja, creo que no tenemos otra opción, la otra gruta, la del ser arácnido, quizás ni siquiera comunique con las salas de más adelante. No veo otra remedio que ir por el túnel.
Serâ se adelante, tomando un guijarro del tamaño de su palma y lo imbuye de parte de su esencia divina. La piedra se ilumina y se lo pasa a Jen.
- Si quieres apagarlo basta con que cierres la mano sobre él - le dice con una sonrisa. - Ten cuidado ahí abajo Jen - le pone una mano en el hombro antes de que le barde vuelva a dirigirse hacia el fondo.
Cuando está a punto de sumergirse, una figura rompe la superficie del agua y la cabeza de la lontra aparece ante ellos. Al parecer, cuando Jen se ha puesto a hablar con el resto, el ruido ha conseguido guiar a la pequeña nutria de vuelta.
Contentos de que el pequeño animal esté bien, Jen vuelve a sumergirse bajo el agua, aprovechando la magia que le brinda su anillo y vuelve a pasar por la estrecha grieta que han cruzado anteriormente.
Bajo la radiante luz del guijarro ahora Jen puede ver que el desprendimiento ha causado que grandes cascotes, tierra y rocas obstruyan el paso, creando una laberíntica maraña de pequeños pasadizos y estrechas grietas. El musgo verdoso que cubre las piedras en la superficie aquí se ha convertido en un limo y algas. Sin embargo el Wight ha tenido que deslizarse por alguna parte, y parece que el hechicero Zalphiros lo ha hecho anteriormente. Jen no desiste pero le cuesta seguir las indicaciones que le ha dado Cruços para conseguir llegar al otro lado. La nutria tiene que volverse para coger aire pero Jen continúa avanzando, con la esperanza de que pueda localizarle más adelante.
Finalmente, Jen ve una luz un poco más adelante y arriba. Una fantasmagórica luz verdosa que le recuerda a la que vio, no hace tanto en realidad, en el fondo de un pozo en una granja.
Cerrando la mano en torno a su piedra para evitar que su luz le delate, el barde, con toda la precaución del mundo, saca la cabeza del agua para encontrar el origen de la luz que le ha guiado en los últimos metros.
En el pasadizo, el resto del grupo espera. Todos los que tienen armadura la han preparado en un atillo y atado con cuerdas para arrastrarlas tras de si para facilitar su paso por las estrecheces que tanto Jen como Aldalantanustë, a través de los ojos de su familiar, ha ido relatando.
Llega un momento en que la maga abre los ojos, habiendo perdido el enlace con su familiar, pero al cabo de otros tantos la nutria vuelve a aparecer y nada hasta la orilla para saltar sobre las rodillas de la elfa.
Los minutos pasan lentos, la nutria ha tardado casi media hora en volver desde que se fueron Jen y ella, pero Aldalantanustë confirma que han dado muchas vueltas y revueltas, llegando en varias ocasiones a callejones sin salida y teniendo que dar la vuelta para encontrar el camino correcto, y que una vez Jen consiga encontrar la forma de cruzar no tardarán tanto en llegar al otro lado.
Cuarenta minutos después de que Jen se haya ido, la superficie del agua sigue quieta y tranquila, y los compañeros comienzan a inquietarse por su amigue le barde.
Nessa no puede evitar dar paseíllos nerviosos, pensando en alguna manera de poder ayudar a su amigue. Pero nada viene a su mente, con lo que no le queda más que esperar y confiar en las habilidades de Jen.
- Tiene el anillo, es ágil y menude, seguro que puede pasar desapercibide, ¿verdad? - comenta en voz alta esperando que alguien le diga que si, que todo vaya ir bien.
Pero nadie puede decirlo, por lo que simplemente sigue caminando nerviosa.
Es en uno de esos momentos de silencio sepulcral cuando Jen (En su forma humana) emerge con un estruendoso chapoteo, gritando y arañando la superficie. -¡¡NESSA!!!-Es lo primero que grita.- Nessa, Nessa!! -Trastabillea al salir del agua y extiende los brazos para aferrarse a su amiga. Está temblando, y su agarra es tan fuerte que le está clavando las uñas en el brazo a la cazadora.
-Zal...Zalphiros!- Balbucea, con los ojos llenos de terror.- ¡Estaba al otro lado! Nos estaba esperando! Yo... ¡Le disparé! ¡PUM!- Suelta de golpe a la cazadora y hace el gesto de disparar la ballesta. -Te juro que iba a darle, ¡Pero paró el virote en el aire! Luego salí huyendo, ¡Pero no había salida! Son muchos túneles, es un laberinto.- Se frota las manos y empieza a dar vueltas en círculo por la sala.
-Tuve que volver. Dios mio, y él... Seguía ahí. Parado, esperando. Dios mio....- Se lleva las manos a la cabeza. -No paraba de hablar, no paraba! Quiere algo, algo de la cámara del Dragón. Quiere un artefacto. Dios no le pregunté para qué...¡No me importa! ¡Solo quería salir de allí! -Coge aire y trata de ordenar sus pensamientos.
-Es...Es un artefacto que Acerak creó para Iuz...Y...Y no se lo que hace, pero lo quiere. Bueno, si. Se que le hace mas poderoso. A Iuz, esto es. MÁS. ¿Cómo se puede ser MÁS poderoso?. Creo que no puede llegar a él aun. -Su mirada está llena de terror. -Tuve miedo...Tengo..Tengo la sospecha de que nos necesita vivos. Si no, nos podría haber matado con un chasquido de dedos, no lo se....¿Da para tanto la arrogancia de un brujo? Dijo que pretendía que nos mantuvieramos al margen...¡Me trató de comparar con él! ¡A MI!- Acaba en un tono de voz agudo e indignado.
-Pero no le creo. Nessa...Está loco. ¡Está como una cabra!- Se vuelve a llevar las manos a la cabeza y se revuelve los cabellos. -Le pregunté cuanto tiempo le quedaba antes de poder entrar en la cámara. Tiene ayudantes, supongo que son no muertos. Me propuso un trato. Me dijo que le dejaramos entrar solo, que ganase tiempo... Le dije que si, pero ¡¿Cómo voy a aceptar algo asi?! ¡Por supuesto que no! ¡¡Antes me muero!! Solo quería que me dejara ir....Pero se lo creyó...O quizá sabía que iba a contaroslo todo. El caso es que le queda media hora antes de entrar en la cámara.- Su mirada va pasando de un miembro a otro del grupo...Y entonces se detiene en Vraak.
-Y....Y...Y creo que también quiere el tesoro... -Añade con voz queda. -Pero...Pero no lo se a ciencia cierta... No paraba de hablar sobre el artefacto...- Traga saliva. Está aterrorizade. -Si...Si se hace con ese objeto... No habrá tesoros ni vidas que valgan la pena. No habrá nada...- Una inmensa tristeza se apodera de su ser, y entonces las rodillas le ceden y cae al suelo sollozando. -Oerth quedará reducido a cenizas...-
Cuando Jen saca la cabeza del agua lo que ve le barde le deja muy inquiete.
El pasadizo vuelve a elevarse lo suficiente como para no estar más sumergido. Aunque le parece mucho más, calcula que habrá unos buenos doscientos o doscientos cincuenta pies de recorrido entre la sala donde están sus amigos y en la que está elle ahora.
Al otro lado, puede ver que el pasadizo continua, aún con grietas y algunos cascotes pero parece que el pasadizo continua descendiendo en espiral. Más allá, donde elle no puede ver, se escuchan ruidos de alguien moviendo rocas y cascotes.
Pero no es eso lo que le hace quedarse inmóvil en el agua, sin atreverse a respirar siquiera.
En la orilla, sentado en una roca y mirando directamente hacia elle, ve la figura del nigromante, envuelto ahora en una elegante túnica negra con runas plateadas recorriendo los bordes de la misma. Tiene la capucha quitada y Jen puede ver su elegante rostro iluminado por el bastón que descansa entre sus brazos, apoyado en un hombro. La luz verdosa proviene de una gema, una esmeralda, insertada en la punta del bastón.
- Ya pensé que no ibas a llegar. - dice Zalphiros con voz tranquila. - Por favor. Hablemos.-
Jen, sin mediar palabra, saca de debajo del agua su ballesta y dispara al tranquilo Zalphiros. El virote vuela certero hacia el pecho del tiefling y Jen contiene la respiración. Zalphiros levanta dos dedos y el virote queda paralizado en mitad del aire, con su afilada punta apenas a un centímetro de su piel.
- Si... supongo que me merezco eso - dice con una media sonrisa.- Por favor. – insiste - Sólo quiero hablar. -
-Ngk! Cabrón...- Maldice Jen al ver que el nigromante para el virotazo. Se muerde el labio enrabietade. El nigromante luego insiste en dialogar. Jen le saca el dedo corazón.
-¡Ni de coña hablo yo contigo! - Y se sumerge de nuevo en el agua pateando frenéticamente para coger impulso y volver junto a sus compañeros lo más rápido posible, con el corazón palpitándole en el pecho y con trompetas de alarma sonándole en la cabeza.
Mientras Jen se sumerge escucha la voz del hechicero en su cabeza
-Por favor Jen. Pensé que, de todos, tú serías la persona más receptiva a hablar. No os deseo mal alguno. Podía haberos matado a todos pero os dejé marchar. No sabéis con quien os habéis aliado. Por favor... vuelve antes de que sea tarde. Déjame explicarme. -
Jen se detiene en el agua. Se detiene tan bruscamente que suelta un burbujeo. Se debate. Mira hacia atrás, luego hacia delante. Luego hacia atrás de nuevo. "Yo..¿Qué quieres decir?"Piensa, y luego sacude la cabeza y reanuda su marcha. Si antes pateaba con fuerza ahora mas aun "... Solo quieres confundirme!! No...No se si me oyes...No se como funciona esto...Mis amigos...Si están en peligro debo ir con ellos!"Burbujea de nuevo y bracea pasando entre los cascotes.
Jen bracea para alejarse de Zalphiros y entonces se da cuenta que, para venir, ha dado muchísimas vueltas y no tiene muy claro cómo volver directamente.
"Quiero explicarte. Mereces... merecéis saber toda la historia, y lo que estoy haciendo aquí. Estuve a punto de confiar en vosotros cuando os encontré a las afueras de Oakthurst, pero sabía que los paladines jamás escucharían a alguien como yo... jamás lo han hecho antes... no podía arriesgarme, hay demasiado en juego. Demasiadas vidas en peligro. Por favor. Te perderás ahí abajo. Vuelve, hablemos. Sin hechizos, sin trampas. Cuando hayas escuchado lo que tengo que decir, podrás volver con tus compañeros. Hasta te diré cómo volver directamente a ellos. Tienes mi palabra"
Cada vez más desesperade, Jen trata de pasar por todos los recovecos que puede, araña las paredes hasta que cree que se ha hecho sangre en las manos y no hay nada más en su mente mas que las palabras del nigromante. Su cuerpo se agita en un espasmo que en la superficie se traduciría en un sollozo, y se las lleva a la cabeza apretando sus oídos, como si la voz del mago no pudiera traspasar su cabeza con ese gesto... Todo inútil. Con la vista borrosa, el corazón se le rompe al visualizar su única salida "No tengo escapatoria...No puedo volver...Nessa....Oh Nessa...."Piensa mientras nada lentamente hacia la superficie donde le espera Zalphiros. Cada brazada le cuesta más que el anterior, por el sentimiento de estarse dirigiendo hacia un matadero...Sin escapatoria. Finalmente emerge de nuevo ante el nigromante, y como poco, mínima, ínfima defensa, deja caer su máscara adoptando su fantasmagórica y verdadera forma.
-No creo en tu palabra- La voz con doble eco surge de sus labios. -Y lucharé contra ti hasta dar mi último aliento, si es lo que el Viajante quiere para esta rama de su sangre. - Se lleva la mano al pecho. -Habla. -
El suspiro de Zalphiros parece surgir de sus pies.
- Es justo. No te he dado motivos para confiar en mí. Sin embargo, esperaba algo más de empatía de un cambiante. Tú deberías saber lo que significa no ser aceptado nunca por lo que eres. Ser juzgado por tu apariencia y no por tus actos. Ser malinterpretado siempre. - sacude la cabeza y su media sonrisa vuelve a sus labios, perfilados por la barba recortada - Aunque mis habilidades y conocimientos tampoco ayudan ¿verdad? Sin embargo esta no fue realmente una elección. Aunque lo que he decidido hacer con mis poderes sí lo es. -
Mira a Jen, sin hacer movimientos bruscos ni inesperados, hablando con voz tranquila y calmada.
- Dime Jen. ¿Qué crees que estoy haciendo aquí, en estas ruinas? -
Exasperado, mojado, e irritado, Jen grita
-No me vengas con esa mierda! Ni te atrevas, es que NI TE ATREVAS!!- Da una vuelta sobre si mismo, iracundo. -De no ser porque se que me matarías con un chasquido de dedos te cosería a puñetazos. Y no tengo NI LA MITAD -Junta mucho los dedos índice y pulgar- de fuerza que todos mis amigos!- Señala la dirección en la que (cree) que están sus amigos, como si estuvieran tras él. -Ojala fuera Cruços quien se hubiera encontrado contigo.... Te despedazaría sin miramientos.- Se cruza de brazos. -Creo, corazón, que estás buscando algo en el corazón de estas ruinas. Algo valioso para ti. No sé lo que es, yo no estoy en tu retorcida mente. ¿Y sabes qué? No me importa, porque nada, pero nada, NADA, justifica el genocidio que has causado!- Se acuerda de Grymp y de su clan, y se le suben lágrimas a los ojos.
- Sin duda la conversación con el hombre-lobo habría sido... interesante... - se encoge de hombros - pero sin embargo somos tu y yo mi joven Jen. Y en el fondo me alegro. Aunque no lo quieras admitir, somos más parecidos de lo que crees. Primero querría aclararte eso del.. genocidio. Los jermailines son criaturas malvadas, retorcidas y oportunistas. Llevaban tanto tiempo en estas ruinas que habían encontrado aquello que busco, y lo servían como a un dios. Para sus pequeñas y cortas mentes supongo que lo era. Lamento haber tenido que usar medidas tan extremas con ellos, pero, puesta en la balanza, la vida de esos pequeños y malvados seres frente a la de todo Greyhawk y posiblemente todo Oerth... - deja que las palabras calen en le barde - Seguramente Cruços estaría de acuerdo conmigo en esto. Él sabe lo que significa tener que hacer sacrificios para obtener un bien común. –
Se encoge levemente de hombros.
- Pero no te falta razón. He venido buscando una reliquia que lleva eludiéndome muchos años. Esta reliquia es un poderoso artefacto nigromántico creado por un ser extremadamente poderoso. Acerak el Creador de Dioses. No me cabe la menor duda de que conoces a Iuz. Acerak creó este objeto para él. Pero por suerte fue interceptado por un paladín de Pelor antes de que pudiera entregárselo a Iuz. Sir Cyrnair sabía que debía impedir a toda costa que este objeto llegara a manos del semi-dios. Sin embargo, fue atacado por un dragón verde cuando volvía con él, sólo y herido, y lo dejó por muerto, llevándose el objeto para sí. El mismo dragón verde que tiempo después atacó la caravana de los Gloomwood y nosotros conseguimos herir de muerte –
-No...Cruços te mataría sin miramientos. ¡Y que los Jermailines sean como sean no te da derecho a matarlos a todos! Al menos Grym y su clan te plantaron cara...- Se frota el brazo, vencido. -No como yo, que estoy aquí escuchando tu sinsentido sin poder hacer nada al respecto... - Se acuerda de Julian y de una frase que le dijo una vez "Morir es fácil, Jen. Vivir es lo más complicado" Pestañea tratando de retener toda la historia de Zalphiros en su cabeza -Iuz....Si, me lo han mencionado alguna vez. No tengo el gusto de conocerlo en persona. Tú si, o qué?- Bufa y se cruza de brazos. Aunque hay algo en su historia que le llama la atención. -Tengo dos preguntas. - Dice simplemente a toda la historia
Se lo piensa mejor y levanta un tercer dedo – En realidad son tres. -
- Sufrimos nuestras pérdidas, pero seguimos al dragón hasta aquí. Siempre supusimos que estaba aquí su guarida, pero nunca conseguimos entrar. Las defensas de las antiguas ruinas junto con las del dragón nos mantuvieron a raya. Con el tiempo el resto del grupo se dispersó pero yo mantuve una cierta vigilancia sobre el asunto. De todos sólo yo conocía la importancia de lo que hay en el tesoro de ese dragón. Y lo que puede hacer. –
Niega ante las palabras de Jen sobre el destino del clan de pequeños humanoides.
-No lo entiendes. No me dejaron opción. Ellos no lucharon por una buena causa. Sus motivos eran egoístas y mezquinos. Pero dime. ¿Cuáles son tus preguntas? -
-Y me alegro de no entenderlo. Significa que no soy como tú.- Dice con orgullo.
- Sólo significa que aún no has madurado - replica Zalphiros con pesar en apenas un murmullo.
- ¿Por qué dices que "afortunadamente" logró interceptarlo un paladín de Pelor? Desafortunadamente, para ti, ¿no ?-
- No estás escuchando. - la decepción del tiefling es cada vez más patente - se ve que tanto tiempo con los paladines te ha vuelto tan obtusa como ellos. ¿Sabe ya el padre de tu amigo Rolthos que el channeling que se le escapó hace años ahora esta de andanzas con su hijito?- pone una mueca despectiva - A ver que tal te trata tu amigo cuando lo averigüe... - vuelve a contestar la pregunta de Jen - Afortunadamente para todos, Sir Cyrnair consiguió la filactelia que Acerak había preparado para Iuz. Si Iuz llegara a conseguirla sus poderes se verían acrecentados y todo Oerth sufrirá por ello. Y eso es lo que hago aqui, buscar ese objeto para impedir que nunca llegue a sus manos. Sólo espero que mis conocimientos sean lo suficiente como para poder llevar a cabo mi cometido. -
- ¿Qué pasó con el Paladín, Sir Cyrnair? -
- Por lo que sé Sir Cyrnair está en el templo de Pelor, en Greyhawk. –
Jen levanta dos dedos mas y sacude la cabeza -En realidad son varias preguntas más ¿ A quién te refieres con nosotros? ¿Qué tiene esto que ver contigo? ¿Tenías un grupo? ¿Por qué os dispersasteis? Y por último...- Y baja el último dedo. - ¿A quién te refieres cuando dices que no sabemos con quien nos hemos aliado? Si mis amigos están en peligro dímelo ya, y si sabes quien es la amenaza, también, ya que pareces tan dispuesto a soltar información. -
- Claro que tenía un grupo. ¿No te lo han contado tus amigos? - se encoge de hombros - será que no se fían de ti tanto como había pensado. Me sorprende que el licántropo no te haya destripado la verdad. Pensé que sería porque había algo especial en ti... - mira durante unos segundos fijamente a Jen, como si quisiera desentrañar los rincones más ocultos de su alma.
- Nuestro grupo de aventureros fue contratado por los Gloomwood para buscar el dragón que había atacado su caravana. El hermano de Vraak murió en ese combate y creo que aún me culpa de la muerte de su hermano. - su voz vuelve a adoptar un tono melancólico - Lamenté su pérdida, era un valiente guerrero - mantiene unos segundos el silencio, con la mirada perdida en algún punto en el suelo entre Jen y él. Un fuerte ruido procedente del otro lado del recodo parece devolverle a la realidad.
Jen traga saliva evitando dar un respingo cuando se escucha el ruido fuerte que proviene de alguna parte de la mazmorra. -¿ qué es eso? - pregunta con voz temblorosa. No está seguro ni siquiera de que el nigromante le haya escuchado, puesto que el continúa con su historia.
- En cualquier caso, aquella derrota a manos del dragón, pese a que le herimos de muerte, y el no poder entrar aquí acabó por separarnos. Cada uno seguimos nuestro camino. Y a quien me refiero es a vuestro amigo y sargento de la guarida Vraak. Tus amigos no corren peligro inmediato, no mientras piense que pueden servir a sus intereses. Pero no sólo está obsesionado con hacerme pagar por la vida de su hermano, la ambición por el tesoro del dragón le ha carcomido el corazón y el alma durante todos estos años. Ya deberías saber que tener un rango y llevar un escudo de la ciudad no hace un hombre honrado. Sin embargo - levanta un dedo para enfatizar sus palabras - últimamente ha demostrado una inusual cantidad de recursos y de conocimientos que me han hecho sospechar que no sería descabellado que esté recibiendo ayuda. Ayuda que pueda estar interesada en una pieza en particular del tesoro del dragón. No tengo pruebas, pero... sospecho que la lealtad del buen sargento Vraak ya no esté para con la ciudad de Greyhawk. -
Vraak... Claro. Tenía sentido. Toda esa prisa por ir a la guarida del dragón no parecía velar por los intereses de la ciudad de Greyhawk.
-Supongamos que te creo...- dice después de unos segundos en silencio. Su pobre mente intenta hacer conexiones todo lo rápido que puede -eres un mago muy poderoso, eso está a la vista...-toma aire y trata de tranquilizarse. Va midiendo sus palabras esperando no enfurecer al hechicero. -¿Dónde encajo yo en todo esto? ¿Qué buscas de mí? O de nuestro grupo...
Mientras la conversación se desarrollaba Jen ha estado jugueteando en sus manos con un pequeño aro casi del tamaño de una pulsera. No es mágico, pero le ayuda a tranquilizarse y centrarse en lo que está diciendo
Zalphiros esboza una media sonrisa ante la pregunta de Jen.
- En realidad pretendía que os mantuvieras al margen. En cierto modo me recuerdas un poco a mi joven Jen. Pero tenía que haber sabido que no podríais dejarlo. Yo no pude- se encoge de hombros y su sonrisa se ensancha un poco - pero ahora estáis aquí. Es tarde para dejaros al margen. Tan solo necesito tiempo para que mis... ayudantes, abran el pasadizo y accedamos a la cámara del dragón. Eso es lo que escuchas al fondo. Te propongo un trato. Dejad que yo entre primero. Solo. Me llevaré el objeto que Acerak creo para Iuz y el resto del tesoro es para vosotros. Cuéntales todo. Pero guárdate esto último para ti y tus amigos. Si Vraak se niega... ya sabéis donde caen sus lealtades. –
El bardo piensa durante unos segundos... Respira hondo, y exhala. Era ahora o nunca. Y no iba a desaprovechar la oportunidad.
-Devuélveme con mis amigos.- dice finalmente. - sin trampas ni trucos raros, y veremos cómo lidiar con Vraak.- señala hacia el pasadizo.
- ¿cuánto crees que os puede quedar? Se me ocurre una forma de ganaros tiempo. -
Zalphiros asiente. -Lo más fácil será que use la telepatía para mostrarte el camino más fácil para volver. Si te parece bien. Danos una media hora. No queda mucho. - hace una pausa y mira al barde a los ojos - Gracias Jen.-
El bardo asiente con la cabeza y poco a poco sin dejar de mirar al nigromante se sumerge en el agua de nuevo. El corazón le latía desbocado en el pecho. Puede que en ese momento acabe de sellar su destino de muerte. Piensa en Julian, y parte de su ser se arrepiente de no haberse quedado en la ciudad. Pero la otra parte le dice qué está haciendo lo correcto. Mientras nada piensa en el paladín, y en que debería tener unas palabras con él cuando se dé la oportunidad.... Si es que se da la oportunidad.
Jen se interna en las oscuras aguas dejando tras de si la silueta del nigromante iluminado por la verde y tenue luz de su bastón.
En cuanto ve a Jen salir del agua y llegar casi arrastrándose a la orilla, Nessa se acerca a elle. Lo primero que hace es revisar si está heride... ve que tiene algunos cortes en los dedos, pero no parece nada grave.
Luego es cuando repara en el estado de ansiedad en que se encuentra. Intenta interiorizar todos los detalles de lo que le va contando, y entiende que lo que está sucediendo es gravísimo, pero aún así lo que más se importa ahora es que Jen.
Así que se sienta hasta quedarse a su misma altura, y simplemente ... la abraza.
- Tranquile, Jen, ya pasó. Estás con nosotros...shhh... poco a poco...
No dice mucho más y simplemente deja que le barde continúe hablando, mientras la cazadora le pasa la mano suavemente por la espalda e intenta darle aliento.
Mira a sus amigos, preocupada, esperando su reacción. Sabe que la más mínima mención a Iuz hará que salten chispas de Cruços, y le preocupa como reaccione Vraak ante el asunto del tesoro.
Sutilmente, Nessa se lleva una mano hasta el pomo de su espada corta ...
Le barde mira en un principio su anillo con extrañeza -pensaba que era para andar sobre el agua!!-exclama con expresión maravillada al darse cuenta de su utilidad. Un rubor de emoción cubre sus mejillas y siente que la sangre le sube a las orejas. -por supuesto!- y mira a la maga- que tu familiar me acompañe. Si hablo con tu familiar tú puedes escuchar lo que digo? Así podré daros una descripción exacta de lo que vea al otro lado, y si algo me pilla con la guardia baja podréis intervenir rápido. Qué os parece- termina por dirigirse al resto del grupo con la propuesta
Vaark y sus compañeros limpian sus armas mientras el grupo decide qué pasos tomar a continuación.
- Veo que sois diestros en combate - dice gratamente sorprendido - Mejor ve con cuidado - le dice a Jen - sin duda esa sabandija ha alertado a su maestro. Supongo que estará al tanto ya de que estamos aquí. Y pocos enemigos son tan peligrosos como un mago prevenido... - el semiorco afila un poco su hacha con una piedra de afilar.
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- No tomes riesgos innecesarios, Jen. Explorar y volver. Usa todas tus artes para camuflarte entre el enemigo - expresa con cuidado el cazador, sin querer desvelar la raza de su compañera delante de desconocidos.
Aldalantanustë escucha con curiosidad a Cruços y se dirige a Jen:
“Yavánnen Fion a veces me acompaña cuando voy a nadar, por lo que este terreno lo podrá pasar sin dificultad. Si no se aleja demasiado, podré ver y escuchar a través de sus mágicos sentidos. Puede ir sola o acompañarte. Os llevaréis bien.”
Jen arruga un poquito la nariz, soltando una pequeña risita, en bajito.- Ooooh ¿Te preocupas por mi, Cruços? Me halagas.- Dice en bajito al cazador, y luego se marcha junto a la maga, inspeccionando el canal de agua.
-Os diré lo que encuentre al otro lado. Si puedes describirles mientras como es el canal y hacia donde va, mejor. Y si llega un momento en el que no puedas escuchar nada, que me haga una seña.- Dicho esto hace un gesto de "pulgares arriba" a sus amigos, y se zambulle en el agua, desapareciendo de su vista.
Sin pausa, la elfa toma su báculo con ambas manos, lo inclina hacia delante, hacia arriba y realizando un pequeño e intrincado giro. Murmura unas palabras y termina diciendo:
"Vamos, preciosa"
Al momento aparece delante de ella un pequeño animal en el suelo, una lontra marina o, para quienes la observa en la distancia, una especie de nutria peludita que se levanta a dos patas y se queda tiesa ante la elfa, quien se acaba de inclinar ante ella. Aldalantanustë se quita el guante blanco de la mano derecha, se acerca y le atusa los bigotes. Al momento, la llamada Yavánnen Fion suelta un estornudo chiquitín y se tira al cuello de la elfa, rodeándola con sus patitas.
"Sí, sí, yo también me alegro de verte."
La maga recoge a la pequeña lontra, le da un beso en la frente y la pone en el suelo.
"Fion, ve al agua, verás a Jen, te puedes fiar de elle. Algo me dice que es capaz de camuflarse muy bien, pero sé que le reconocerás. Más adelante hay peligro, así que ten cuidado."
El animal, sin meditarlo, corre hacia el agua y se sumerge allí donde aún queda un rastro de movimiento. La elfa se queda cerca de la orilla, se sienta con las piernas cruzadas y su báculo tumbado sobre ellas, y cierra los ojos.
Dentro del agua, una vez se ha acostumbrado a la extraña sensación de respirar bajo el agua (Su mente está tentada de realiza la acción de abrir la boca y dar un trago, pero recordando que la última vez que hizo eso se envenenó, se detiene y no hace ninguna tontería) y ha desaparecido de la vista de Vraak, Jen se agita y cambia su aspecto de forma que su piel se vuelva cenicienta, y su pelo oscuro, camuflándose con el ambiente. Espera pacientemente al familiar de la elfa, y cuando ve que en el agua se zambulle una pequeña....pequeña...
ESO ES UNA NUTRIA?!?!
Jen decide que si en ese momento se muriera sería feliz al ver al adorable animal acercarse a elle. Solo le faltan corazones en los ojos. Su mente anota esto para contárselo a Julian en su próximo encuentro. Da un par de vueltas en el agua con la Iontra, y luego juntes se dirigen hacia lo desconocido. Jen se va fijando en cada recodo, midiendo mentalmente (y a ojo) la distancia que van recorriendo, así como cualquier posible amenaza que pueda estar acechando.
Vraak se queda cerca de la maga cuando está cierra los ojos y se hunde en un trance para poder ver y escuchar a través de los sentidos de la lontra. Cruços no está seguro de si lo hace para protegerla en caso de necesidad o para no perderse nada de lo que diga cuando informe de lo que ve su familiar.
Bajo el agua, Jen descubre que el pasadizo no solo colapsó en el pasado, si no que las rocas y cascotes forman una intrincada y estrecha red. Apenas ha recorrido cinco metros escurriéndose entre las rocas cuando ya duda de que Rolthos o Será puedan pasar por ahí con sus armaduras puestas, tan estrecho es el hueco entre dos rocas por el que tiene que deslizarse le barde.
Cuando la lontra se desliza tras elle, los dos exploradores se quedan parados. Más adelante se intuyen las formas de más cascotes pero la luz es muy escasa y, sin un modo de ver, no podrá seguir avanzando.
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Mientras Jen y la pequeña criatura se disponen a explorar la zona sumergida Rolthos comienza a examinar las paredes. "No sería la primera artimaña que este mago usa contra nosotros, podría haber ocultado un aceso por alguna parte" piensa mientras recorre la pared, intentando encontrar alguna ilusión, pasadizo o algo colocado recientemente. El paladín se mueve en silencio escuchando. La luz de la antorcha tilila al desplazarla por las paredes y el paladín vigila el humo, atento también a posibles corrientes.
Zevatur, Rolthos
Aldalantanustë, manteniendo la ojos cerrados, describe la situación:
"Recorren unos cinco metros hasta un paso estrecho difícil de atravesar. Al doble de distancia sigue habiendo numerosos cuerpos rocosos y la oscuridad es mayor. No se ve bien ni se oye. Puede que no sea muy sensato continuar sin una visión nítida, en el caso de que el enemigo nos lleve ventaja en ese ámbito."
Valorando posibilidades, sigue:
"Fion podría pegarse a las rocas y seguir con cuidado hasta alcanzar una zona más clara. En caso de toparse con algo, ella es muy escurridiza. También veo que Jen ha adoptado un gran camuflaje e igualmente podría seguir avanzando con cautela sin ser vista, pero a ciegas y con más posibilidades de chocarse con "algo"."
Más allá, en el agua, Fion da la cara a su acompañante. Se le acerca a un centímetro, hocico con nariz, mirándole a los ojos y coloca una pata sobre la frente gris de Jen.
Mientras Jen se queda paralizada ante la orden del roedor, éste se aleja un poco nadando, ya fuera de la vista de Jen, se pega todo lo posible a una roca, con las orejitas bien atentas y las almohadillas de sus patitas concentradas en las texturas y las vibraciones, y avanza con cautela un poco más.
Consigue avanzar varios metros más, sin resultado alguno y, por más que tienta sus alrededores, no encuentra manera de seguir avanzando ni percibir nada nuevo. Antes de chocar su peluda cabeza contra algo desconocido, decide retroceder de culo por donde ha venido, hasta toparse con Jen de nuevo.
Cruços camina inquieto desde que han entrado en el agua. Vigila la entrada de la sala, para no ser sorprendidos, se acerca al río subterraneo y otea por si ve movimiento, yendo de un lugar al otro. Aunque apenas han pasado unos instantes, la espera no le sienta bien.
Mira a los paladines forrados en hierro y a su propia armadura, aunque ligera, armadura. Intenta repasar mentalmente el camino que han seguido desde que han entrado en la montaña, buscando algún recoveco que hayan podido pasar de largo; si la única manera de seguir adelante es por el agua, van a tener un problema.
Los segundos pasan lentos mientras todos escuchan la voz de la elfa describir lo que ve mediante su familiar.
Jen se queda quiete, esperando a que vuelva la pequeña adorable nutria. Pasan demasiados segundos antes de que la vea en la penumbra que entra por su espalda.
La elfa frunce el ceño. Ya debería haber vuelto hasta donde está Jen. Es entonces cuando se da cuenta. Aunque le ha dicho a Fion cómo volver, la ágil nutria ha girado sobre sí misma y ha seguido guiándose por el tacto de su pata izquierda en la roca. Ya debería haber llegado a donde dejó a Jen, pero no lo ha hecho.
Mientras tanto Vraak, mirando a Nessa, Serâ y Cruços dice.
- Llamadme loco pero igual habría sido una buena idea que le barde llevara algo de luz ahí abajo. La última vez que lo comprobé los humanos no veían muy bien en la oscuridad... -
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"Fion ha intentado dar la vuelta pero no ha llegado hasta Jen. Puedo suponer que hay más de un pasadizo allí abajo. Confío en que estará bien, pero a este paso necesitamos resolver la incógnita de los túneles subterráneos. Vuestre compañere se quedará sin oxígeno y debería regresar."
Aún concentrada, se dirige a Cruços:
"Aun teniendo luz, la variedad de caminos puede dificultar la marcha. ¿Podríamos confiar allí abajo en tus sentidos como guía hacia el enemigo?"
Le barde espera unos segundos a que la Iontra de señales, ya que llega un momento en que ni elle puede pasar entre los cascotes de piedra. Maldice en su pensamiento, cruzándose de brazos y piernas y flotando a media altura entre el fondo y la superficie en el agua
"No me gusta nada la oscuridad... Esto me da muy mala espina" piensa para sí misme. Dentro del agua el silencio es mayor y puede oír con perfecta claridad hasta los latidos de su nervioso corazón.
Algo viscoso le toca el brazo y del susto da un sebrinco que se traduce en una voltereta en el agua. Sin querer se da en la cabeza con una piedra. "AY LA MADRE QUE ME P...." burbujea dandose la vuelta para encontrarse con un alga, y se sonroja, aliviade de que nadie le haya visto.
Despues de esperar un poco mas y ver que el animal no vuelve se empieza a impacientar, y decide que lo mas seguro es que vuelva con el grupo, así que se vuelve por dónde ha venido. Antes de subir a la superficie Jen se toma unos segundos para revertir su forma a la que tenía antes de entrar en el agua.
Finalmente asoma la cabeza en el punto de salida y sale del charco escurriéndose el pelo.
-el pasaje es muy estrecho. Dudo bastante de que nuestros paladines puedan avanzar con toda su armadura sigilosamente. Además la oscuridad envuelve el canal como si fuera la boca del lobo... Y creo que el familiar de Aldalantanustë se ha perdido...- Dicho esto se encoge de hombros- Qué pensais?
Con frustración el paladín de pelo negro golpea con el escudo la pared, produciendo un golpe seco. - Si nos están aguardando al otro lado, la salida del agua va a resultar en una muy perjuiciosa posición. Esperemos que Zalphiros nos subestime, arrogancia ha en abundancia. Esperemos que no no esté preparado con toda la fuerza de que dispone y se esté dirigiendo a la sala del tesoro.
Con resignacioó empieza a quitarse la armadura y dejar en una esquina sombría de la cueva, oculto, parte de su equipo de aventuras: manta, saco de dormir, pergaminos... - Pero a pesar de la terrible desventaja, creo que no tenemos otra opción, la otra gruta, la del ser arácnido, quizás ni siquiera comunique con las salas de más adelante. No veo otra remedio que ir por el túnel.
- Jen, ¿puedes buscarnos una salida al otro lado?
Dejo detrás: Bedroll, blanket, tiza, ink, parchements, mess kit, rations, torch, waterskin...
Zevatur, Rolthos
Serâ se adelante, tomando un guijarro del tamaño de su palma y lo imbuye de parte de su esencia divina. La piedra se ilumina y se lo pasa a Jen.
- Si quieres apagarlo basta con que cierres la mano sobre él - le dice con una sonrisa. - Ten cuidado ahí abajo Jen - le pone una mano en el hombro antes de que le barde vuelva a dirigirse hacia el fondo.
Cuando está a punto de sumergirse, una figura rompe la superficie del agua y la cabeza de la lontra aparece ante ellos. Al parecer, cuando Jen se ha puesto a hablar con el resto, el ruido ha conseguido guiar a la pequeña nutria de vuelta.
Contentos de que el pequeño animal esté bien, Jen vuelve a sumergirse bajo el agua, aprovechando la magia que le brinda su anillo y vuelve a pasar por la estrecha grieta que han cruzado anteriormente.
Bajo la radiante luz del guijarro ahora Jen puede ver que el desprendimiento ha causado que grandes cascotes, tierra y rocas obstruyan el paso, creando una laberíntica maraña de pequeños pasadizos y estrechas grietas. El musgo verdoso que cubre las piedras en la superficie aquí se ha convertido en un limo y algas. Sin embargo el Wight ha tenido que deslizarse por alguna parte, y parece que el hechicero Zalphiros lo ha hecho anteriormente. Jen no desiste pero le cuesta seguir las indicaciones que le ha dado Cruços para conseguir llegar al otro lado. La nutria tiene que volverse para coger aire pero Jen continúa avanzando, con la esperanza de que pueda localizarle más adelante.
Finalmente, Jen ve una luz un poco más adelante y arriba. Una fantasmagórica luz verdosa que le recuerda a la que vio, no hace tanto en realidad, en el fondo de un pozo en una granja.
Cerrando la mano en torno a su piedra para evitar que su luz le delate, el barde, con toda la precaución del mundo, saca la cabeza del agua para encontrar el origen de la luz que le ha guiado en los últimos metros.
En el pasadizo, el resto del grupo espera. Todos los que tienen armadura la han preparado en un atillo y atado con cuerdas para arrastrarlas tras de si para facilitar su paso por las estrecheces que tanto Jen como Aldalantanustë, a través de los ojos de su familiar, ha ido relatando.
Llega un momento en que la maga abre los ojos, habiendo perdido el enlace con su familiar, pero al cabo de otros tantos la nutria vuelve a aparecer y nada hasta la orilla para saltar sobre las rodillas de la elfa.
Los minutos pasan lentos, la nutria ha tardado casi media hora en volver desde que se fueron Jen y ella, pero Aldalantanustë confirma que han dado muchas vueltas y revueltas, llegando en varias ocasiones a callejones sin salida y teniendo que dar la vuelta para encontrar el camino correcto, y que una vez Jen consiga encontrar la forma de cruzar no tardarán tanto en llegar al otro lado.
Cuarenta minutos después de que Jen se haya ido, la superficie del agua sigue quieta y tranquila, y los compañeros comienzan a inquietarse por su amigue le barde.
PbP Character: A few ;)
Nessa no puede evitar dar paseíllos nerviosos, pensando en alguna manera de poder ayudar a su amigue. Pero nada viene a su mente, con lo que no le queda más que esperar y confiar en las habilidades de Jen.
- Tiene el anillo, es ágil y menude, seguro que puede pasar desapercibide, ¿verdad? - comenta en voz alta esperando que alguien le diga que si, que todo vaya ir bien.
Pero nadie puede decirlo, por lo que simplemente sigue caminando nerviosa.
- Maldita sea ... ¿no podemos hacer nada?
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
Es en uno de esos momentos de silencio sepulcral cuando Jen (En su forma humana) emerge con un estruendoso chapoteo, gritando y arañando la superficie.
-¡¡NESSA!!!-Es lo primero que grita.- Nessa, Nessa!! -Trastabillea al salir del agua y extiende los brazos para aferrarse a su amiga. Está temblando, y su agarra es tan fuerte que le está clavando las uñas en el brazo a la cazadora.
-Zal...Zalphiros!- Balbucea, con los ojos llenos de terror.- ¡Estaba al otro lado! Nos estaba esperando! Yo... ¡Le disparé! ¡PUM!- Suelta de golpe a la cazadora y hace el gesto de disparar la ballesta. -Te juro que iba a darle, ¡Pero paró el virote en el aire! Luego salí huyendo, ¡Pero no había salida! Son muchos túneles, es un laberinto.- Se frota las manos y empieza a dar vueltas en círculo por la sala.
-Tuve que volver. Dios mio, y él... Seguía ahí. Parado, esperando. Dios mio....- Se lleva las manos a la cabeza. -No paraba de hablar, no paraba! Quiere algo, algo de la cámara del Dragón. Quiere un artefacto. Dios no le pregunté para qué...¡No me importa! ¡Solo quería salir de allí! -Coge aire y trata de ordenar sus pensamientos.
-Es...Es un artefacto que Acerak creó para Iuz...Y...Y no se lo que hace, pero lo quiere. Bueno, si. Se que le hace mas poderoso. A Iuz, esto es. MÁS. ¿Cómo se puede ser MÁS poderoso?. Creo que no puede llegar a él aun. -Su mirada está llena de terror. -Tuve miedo...Tengo..Tengo la sospecha de que nos necesita vivos. Si no, nos podría haber matado con un chasquido de dedos, no lo se....¿Da para tanto la arrogancia de un brujo? Dijo que pretendía que nos mantuvieramos al margen...¡Me trató de comparar con él! ¡A MI!- Acaba en un tono de voz agudo e indignado.
-Pero no le creo. Nessa...Está loco. ¡Está como una cabra!- Se vuelve a llevar las manos a la cabeza y se revuelve los cabellos. -Le pregunté cuanto tiempo le quedaba antes de poder entrar en la cámara. Tiene ayudantes, supongo que son no muertos. Me propuso un trato. Me dijo que le dejaramos entrar solo, que ganase tiempo...
Le dije que si, pero ¡¿Cómo voy a aceptar algo asi?! ¡Por supuesto que no! ¡¡Antes me muero!! Solo quería que me dejara ir....Pero se lo creyó...O quizá sabía que iba a contaroslo todo. El caso es que le queda media hora antes de entrar en la cámara.- Su mirada va pasando de un miembro a otro del grupo...Y entonces se detiene en Vraak.
-Y....Y...Y creo que también quiere el tesoro... -Añade con voz queda. -Pero...Pero no lo se a ciencia cierta... No paraba de hablar sobre el artefacto...- Traga saliva. Está aterrorizade.
-Si...Si se hace con ese objeto... No habrá tesoros ni vidas que valgan la pena. No habrá nada...- Una inmensa tristeza se apodera de su ser, y entonces las rodillas le ceden y cae al suelo sollozando. -Oerth quedará reducido a cenizas...-
Cuando Jen saca la cabeza del agua lo que ve le barde le deja muy inquiete.
El pasadizo vuelve a elevarse lo suficiente como para no estar más sumergido. Aunque le parece mucho más, calcula que habrá unos buenos doscientos o doscientos cincuenta pies de recorrido entre la sala donde están sus amigos y en la que está elle ahora.
Al otro lado, puede ver que el pasadizo continua, aún con grietas y algunos cascotes pero parece que el pasadizo continua descendiendo en espiral. Más allá, donde elle no puede ver, se escuchan ruidos de alguien moviendo rocas y cascotes.
Pero no es eso lo que le hace quedarse inmóvil en el agua, sin atreverse a respirar siquiera.
En la orilla, sentado en una roca y mirando directamente hacia elle, ve la figura del nigromante, envuelto ahora en una elegante túnica negra con runas plateadas recorriendo los bordes de la misma. Tiene la capucha quitada y Jen puede ver su elegante rostro iluminado por el bastón que descansa entre sus brazos, apoyado en un hombro. La luz verdosa proviene de una gema, una esmeralda, insertada en la punta del bastón.
- Ya pensé que no ibas a llegar. - dice Zalphiros con voz tranquila. - Por favor. Hablemos.-
Jen, sin mediar palabra, saca de debajo del agua su ballesta y dispara al tranquilo Zalphiros.
El virote vuela certero hacia el pecho del tiefling y Jen contiene la respiración.
Zalphiros levanta dos dedos y el virote queda paralizado en mitad del aire, con su afilada punta apenas a un centímetro de su piel.
- Si... supongo que me merezco eso - dice con una media sonrisa.- Por favor. – insiste - Sólo quiero hablar. -
-Ngk! Cabrón...- Maldice Jen al ver que el nigromante para el virotazo. Se muerde el labio enrabietade. El nigromante luego insiste en dialogar. Jen le saca el dedo corazón.
-¡Ni de coña hablo yo contigo! - Y se sumerge de nuevo en el agua pateando frenéticamente para coger impulso y volver junto a sus compañeros lo más rápido posible, con el corazón palpitándole en el pecho y con trompetas de alarma sonándole en la cabeza.
Mientras Jen se sumerge escucha la voz del hechicero en su cabeza
-Por favor Jen. Pensé que, de todos, tú serías la persona más receptiva a hablar. No os deseo mal alguno. Podía haberos matado a todos pero os dejé marchar. No sabéis con quien os habéis aliado. Por favor... vuelve antes de que sea tarde. Déjame explicarme. -
Jen se detiene en el agua. Se detiene tan bruscamente que suelta un burbujeo. Se debate. Mira hacia atrás, luego hacia delante. Luego hacia atrás de nuevo. "Yo..¿Qué quieres decir?" Piensa, y luego sacude la cabeza y reanuda su marcha. Si antes pateaba con fuerza ahora mas aun "... Solo quieres confundirme!! No...No se si me oyes...No se como funciona esto...Mis amigos...Si están en peligro debo ir con ellos!" Burbujea de nuevo y bracea pasando entre los cascotes.
Jen bracea para alejarse de Zalphiros y entonces se da cuenta que, para venir, ha dado muchísimas vueltas y no tiene muy claro cómo volver directamente.
"Quiero explicarte. Mereces... merecéis saber toda la historia, y lo que estoy haciendo aquí. Estuve a punto de confiar en vosotros cuando os encontré a las afueras de Oakthurst, pero sabía que los paladines jamás escucharían a alguien como yo... jamás lo han hecho antes... no podía arriesgarme, hay demasiado en juego. Demasiadas vidas en peligro. Por favor. Te perderás ahí abajo. Vuelve, hablemos. Sin hechizos, sin trampas. Cuando hayas escuchado lo que tengo que decir, podrás volver con tus compañeros. Hasta te diré cómo volver directamente a ellos. Tienes mi palabra"
Cada vez más desesperade, Jen trata de pasar por todos los recovecos que puede, araña las paredes hasta que cree que se ha hecho sangre en las manos y no hay nada más en su mente mas que las palabras del nigromante. Su cuerpo se agita en un espasmo que en la superficie se traduciría en un sollozo, y se las lleva a la cabeza apretando sus oídos, como si la voz del mago no pudiera traspasar su cabeza con ese gesto... Todo inútil. Con la vista borrosa, el corazón se le rompe al visualizar su única salida "No tengo escapatoria...No puedo volver...Nessa....Oh Nessa...." Piensa mientras nada lentamente hacia la superficie donde le espera Zalphiros. Cada brazada le cuesta más que el anterior, por el sentimiento de estarse dirigiendo hacia un matadero...Sin escapatoria. Finalmente emerge de nuevo ante el nigromante, y como poco, mínima, ínfima defensa, deja caer su máscara adoptando su fantasmagórica y verdadera forma.
-No creo en tu palabra- La voz con doble eco surge de sus labios. -Y lucharé contra ti hasta dar mi último aliento, si es lo que el Viajante quiere para esta rama de su sangre. - Se lleva la mano al pecho. -Habla. -
El suspiro de Zalphiros parece surgir de sus pies.
- Es justo. No te he dado motivos para confiar en mí. Sin embargo, esperaba algo más de empatía de un cambiante. Tú deberías saber lo que significa no ser aceptado nunca por lo que eres. Ser juzgado por tu apariencia y no por tus actos. Ser malinterpretado siempre. - sacude la cabeza y su media sonrisa vuelve a sus labios, perfilados por la barba recortada - Aunque mis habilidades y conocimientos tampoco ayudan ¿verdad? Sin embargo esta no fue realmente una elección. Aunque lo que he decidido hacer con mis poderes sí lo es. -
Mira a Jen, sin hacer movimientos bruscos ni inesperados, hablando con voz tranquila y calmada.
- Dime Jen. ¿Qué crees que estoy haciendo aquí, en estas ruinas? -
Exasperado, mojado, e irritado, Jen grita
-No me vengas con esa mierda! Ni te atrevas, es que NI TE ATREVAS!!- Da una vuelta sobre si mismo, iracundo. -De no ser porque se que me matarías con un chasquido de dedos te cosería a puñetazos. Y no tengo NI LA MITAD -Junta mucho los dedos índice y pulgar- de fuerza que todos mis amigos!- Señala la dirección en la que (cree) que están sus amigos, como si estuvieran tras él. -Ojala fuera Cruços quien se hubiera encontrado contigo.... Te despedazaría sin miramientos.- Se cruza de brazos. -Creo, corazón, que estás buscando algo en el corazón de estas ruinas. Algo valioso para ti. No sé lo que es, yo no estoy en tu retorcida mente. ¿Y sabes qué? No me importa, porque nada, pero nada, NADA, justifica el genocidio que has causado!- Se acuerda de Grymp y de su clan, y se le suben lágrimas a los ojos.
- Sin duda la conversación con el hombre-lobo habría sido... interesante... - se encoge de hombros - pero sin embargo somos tu y yo mi joven Jen. Y en el fondo me alegro. Aunque no lo quieras admitir, somos más parecidos de lo que crees. Primero querría aclararte eso del.. genocidio. Los jermailines son criaturas malvadas, retorcidas y oportunistas. Llevaban tanto tiempo en estas ruinas que habían encontrado aquello que busco, y lo servían como a un dios. Para sus pequeñas y cortas mentes supongo que lo era. Lamento haber tenido que usar medidas tan extremas con ellos, pero, puesta en la balanza, la vida de esos pequeños y malvados seres frente a la de todo Greyhawk y posiblemente todo Oerth... - deja que las palabras calen en le barde - Seguramente Cruços estaría de acuerdo conmigo en esto. Él sabe lo que significa tener que hacer sacrificios para obtener un bien común. –
Se encoge levemente de hombros.
- Pero no te falta razón. He venido buscando una reliquia que lleva eludiéndome muchos años. Esta reliquia es un poderoso artefacto nigromántico creado por un ser extremadamente poderoso. Acerak el Creador de Dioses. No me cabe la menor duda de que conoces a Iuz. Acerak creó este objeto para él. Pero por suerte fue interceptado por un paladín de Pelor antes de que pudiera entregárselo a Iuz. Sir Cyrnair sabía que debía impedir a toda costa que este objeto llegara a manos del semi-dios. Sin embargo, fue atacado por un dragón verde cuando volvía con él, sólo y herido, y lo dejó por muerto, llevándose el objeto para sí. El mismo dragón verde que tiempo después atacó la caravana de los Gloomwood y nosotros conseguimos herir de muerte –
-No...Cruços te mataría sin miramientos. ¡Y que los Jermailines sean como sean no te da derecho a matarlos a todos! Al menos Grym y su clan te plantaron cara...- Se frota el brazo, vencido. -No como yo, que estoy aquí escuchando tu sinsentido sin poder hacer nada al respecto... - Se acuerda de Julian y de una frase que le dijo una vez "Morir es fácil, Jen. Vivir es lo más complicado" Pestañea tratando de retener toda la historia de Zalphiros en su cabeza -Iuz....Si, me lo han mencionado alguna vez. No tengo el gusto de conocerlo en persona. Tú si, o qué?- Bufa y se cruza de brazos. Aunque hay algo en su historia que le llama la atención. -Tengo dos preguntas. - Dice simplemente a toda la historia
Se lo piensa mejor y levanta un tercer dedo – En realidad son tres. -
- Sufrimos nuestras pérdidas, pero seguimos al dragón hasta aquí. Siempre supusimos que estaba aquí su guarida, pero nunca conseguimos entrar. Las defensas de las antiguas ruinas junto con las del dragón nos mantuvieron a raya. Con el tiempo el resto del grupo se dispersó pero yo mantuve una cierta vigilancia sobre el asunto. De todos sólo yo conocía la importancia de lo que hay en el tesoro de ese dragón. Y lo que puede hacer. –
Niega ante las palabras de Jen sobre el destino del clan de pequeños humanoides.
-No lo entiendes. No me dejaron opción. Ellos no lucharon por una buena causa. Sus motivos eran egoístas y mezquinos. Pero dime. ¿Cuáles son tus preguntas? -
-Y me alegro de no entenderlo. Significa que no soy como tú.- Dice con orgullo.
- Sólo significa que aún no has madurado - replica Zalphiros con pesar en apenas un murmullo.
- ¿Por qué dices que "afortunadamente" logró interceptarlo un paladín de Pelor? Desafortunadamente, para ti, ¿no ?-
- No estás escuchando. - la decepción del tiefling es cada vez más patente - se ve que tanto tiempo con los paladines te ha vuelto tan obtusa como ellos. ¿Sabe ya el padre de tu amigo Rolthos que el channeling que se le escapó hace años ahora esta de andanzas con su hijito?- pone una mueca despectiva - A ver que tal te trata tu amigo cuando lo averigüe... - vuelve a contestar la pregunta de Jen - Afortunadamente para todos, Sir Cyrnair consiguió la filactelia que Acerak había preparado para Iuz. Si Iuz llegara a conseguirla sus poderes se verían acrecentados y todo Oerth sufrirá por ello. Y eso es lo que hago aqui, buscar ese objeto para impedir que nunca llegue a sus manos. Sólo espero que mis conocimientos sean lo suficiente como para poder llevar a cabo mi cometido. -
- ¿Qué pasó con el Paladín, Sir Cyrnair? -
- Por lo que sé Sir Cyrnair está en el templo de Pelor, en Greyhawk. –
Jen levanta dos dedos mas y sacude la cabeza -En realidad son varias preguntas más ¿ A quién te refieres con nosotros? ¿Qué tiene esto que ver contigo? ¿Tenías un grupo? ¿Por qué os dispersasteis? Y por último...- Y baja el último dedo. - ¿A quién te refieres cuando dices que no sabemos con quien nos hemos aliado? Si mis amigos están en peligro dímelo ya, y si sabes quien es la amenaza, también, ya que pareces tan dispuesto a soltar información. -
- Claro que tenía un grupo. ¿No te lo han contado tus amigos? - se encoge de hombros - será que no se fían de ti tanto como había pensado. Me sorprende que el licántropo no te haya destripado la verdad. Pensé que sería porque había algo especial en ti... - mira durante unos segundos fijamente a Jen, como si quisiera desentrañar los rincones más ocultos de su alma.
- Nuestro grupo de aventureros fue contratado por los Gloomwood para buscar el dragón que había atacado su caravana. El hermano de Vraak murió en ese combate y creo que aún me culpa de la muerte de su hermano. - su voz vuelve a adoptar un tono melancólico - Lamenté su pérdida, era un valiente guerrero - mantiene unos segundos el silencio, con la mirada perdida en algún punto en el suelo entre Jen y él. Un fuerte ruido procedente del otro lado del recodo parece devolverle a la realidad.
Jen traga saliva evitando dar un respingo cuando se escucha el ruido fuerte que proviene de alguna parte de la mazmorra. -¿ qué es eso? - pregunta con voz temblorosa. No está seguro ni siquiera de que el nigromante le haya escuchado, puesto que el continúa con su historia.
- En cualquier caso, aquella derrota a manos del dragón, pese a que le herimos de muerte, y el no poder entrar aquí acabó por separarnos. Cada uno seguimos nuestro camino. Y a quien me refiero es a vuestro amigo y sargento de la guarida Vraak. Tus amigos no corren peligro inmediato, no mientras piense que pueden servir a sus intereses. Pero no sólo está obsesionado con hacerme pagar por la vida de su hermano, la ambición por el tesoro del dragón le ha carcomido el corazón y el alma durante todos estos años. Ya deberías saber que tener un rango y llevar un escudo de la ciudad no hace un hombre honrado. Sin embargo - levanta un dedo para enfatizar sus palabras - últimamente ha demostrado una inusual cantidad de recursos y de conocimientos que me han hecho sospechar que no sería descabellado que esté recibiendo ayuda. Ayuda que pueda estar interesada en una pieza en particular del tesoro del dragón. No tengo pruebas, pero... sospecho que la lealtad del buen sargento Vraak ya no esté para con la ciudad de Greyhawk. -
Vraak... Claro. Tenía sentido. Toda esa prisa por ir a la guarida del dragón no parecía velar por los intereses de la ciudad de Greyhawk.
-Supongamos que te creo...- dice después de unos segundos en silencio. Su pobre mente intenta hacer conexiones todo lo rápido que puede -eres un mago muy poderoso, eso está a la vista...-toma aire y trata de tranquilizarse. Va midiendo sus palabras esperando no enfurecer al hechicero. -¿Dónde encajo yo en todo esto? ¿Qué buscas de mí? O de nuestro grupo...
Mientras la conversación se desarrollaba Jen ha estado jugueteando en sus manos con un pequeño aro casi del tamaño de una pulsera. No es mágico, pero le ayuda a tranquilizarse y centrarse en lo que está diciendo
Zalphiros esboza una media sonrisa ante la pregunta de Jen.
- En realidad pretendía que os mantuvieras al margen. En cierto modo me recuerdas un poco a mi joven Jen. Pero tenía que haber sabido que no podríais dejarlo. Yo no pude- se encoge de hombros y su sonrisa se ensancha un poco - pero ahora estáis aquí. Es tarde para dejaros al margen. Tan solo necesito tiempo para que mis... ayudantes, abran el pasadizo y accedamos a la cámara del dragón. Eso es lo que escuchas al fondo. Te propongo un trato. Dejad que yo entre primero. Solo. Me llevaré el objeto que Acerak creo para Iuz y el resto del tesoro es para vosotros. Cuéntales todo. Pero guárdate esto último para ti y tus amigos. Si Vraak se niega... ya sabéis donde caen sus lealtades. –
El bardo piensa durante unos segundos... Respira hondo, y exhala. Era ahora o nunca. Y no iba a desaprovechar la oportunidad.
-Devuélveme con mis amigos.- dice finalmente. - sin trampas ni trucos raros, y veremos cómo lidiar con Vraak.- señala hacia el pasadizo.
- ¿cuánto crees que os puede quedar? Se me ocurre una forma de ganaros tiempo. -
Zalphiros asiente. -Lo más fácil será que use la telepatía para mostrarte el camino más fácil para volver. Si te parece bien. Danos una media hora. No queda mucho. - hace una pausa y mira al barde a los ojos - Gracias Jen.-
El bardo asiente con la cabeza y poco a poco sin dejar de mirar al nigromante se sumerge en el agua de nuevo. El corazón le latía desbocado en el pecho. Puede que en ese momento acabe de sellar su destino de muerte. Piensa en Julian, y parte de su ser se arrepiente de no haberse quedado en la ciudad. Pero la otra parte le dice qué está haciendo lo correcto. Mientras nada piensa en el paladín, y en que debería tener unas palabras con él cuando se dé la oportunidad.... Si es que se da la oportunidad.
Jen se interna en las oscuras aguas dejando tras de si la silueta del nigromante iluminado por la verde y tenue luz de su bastón.
PbP Character: A few ;)
En cuanto ve a Jen salir del agua y llegar casi arrastrándose a la orilla, Nessa se acerca a elle. Lo primero que hace es revisar si está heride... ve que tiene algunos cortes en los dedos, pero no parece nada grave.
Luego es cuando repara en el estado de ansiedad en que se encuentra. Intenta interiorizar todos los detalles de lo que le va contando, y entiende que lo que está sucediendo es gravísimo, pero aún así lo que más se importa ahora es que Jen.
Así que se sienta hasta quedarse a su misma altura, y simplemente ... la abraza.
- Tranquile, Jen, ya pasó. Estás con nosotros...shhh... poco a poco...
No dice mucho más y simplemente deja que le barde continúe hablando, mientras la cazadora le pasa la mano suavemente por la espalda e intenta darle aliento.
Mira a sus amigos, preocupada, esperando su reacción. Sabe que la más mínima mención a Iuz hará que salten chispas de Cruços, y le preocupa como reaccione Vraak ante el asunto del tesoro.
Sutilmente, Nessa se lleva una mano hasta el pomo de su espada corta ...
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra