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El caballero se sacudió de encima la inquietud que la generaba aquella estancia y los extraños ruidos de la casa. Se encomendó a Tyr en silencio y siguió moviéndose. Habían venido a por el aceite y no se iban a ir sin él, unas ratas en las paredes no les iban a detener. Con cuidado, avanzó siguiendo las huellas y escuchó tras la puerta bajo la que se perdían, mientras esperaba que sus compañeros entrasen en la cocina. Cuando el siguiente de sus compañeros entró en la cocina le hizo gestos para indicarle iba a abrir la puerta que tenia junto él.
El druida pareció inquietarse en demasía y decidió bajar por el pasillo ignorando temporalmente la cocina, sin duda la compañía de sus aliados aún le incomodaba o eso daba a entender. Con sigilo, se deslizó hasta la primera puerta de su izquierda, la más cercana a donde se ubicaban sus compañeros y donde Khalion hacía guardia con sus armas listas. Intentó escuchar a través de las ajadas maderas del umbral cerrado y no consiguió escuchar nada al otro lado, quizás el siseo del viento al entrar por los ventanales de cristales rotos y poco más... lo que si volvió a escuchar, como hicieron el resto de sus compañeros, fue el contudente sonido seco del piso superior... THUMB, THUMB... desde su posición lo escuchaba algo mejor, y si, en efecto parecía como si alguien golpeara una pared o puerta con cierta insistencia...
Ignorando de nuevo ese penetrante y desconocido sonido, el druida avanzó hasta la siguiente puerta del pasillo, esta vez situada en el lado opuesto a la primera que oteó, y se dispuso a escuchar de nuevo... pero nada se oía allí... solo silencio y susurros eólicos del viento forzando su entrada en la casa.
Leobald por su lado se preparó para cumplir la misma tarea que había hecho el druida, pero en la puerta que daba a la alacena o almacén de la cocina, esperando a que todos sus compañeros entraran primero, escuchando atentanmente no percibió nada, sólo silencio... a parte del inquietante y punzante golpeteo del piso superior. Sin demorarse más, abrió la puerta para encontrarse en otra estancia más pequeña.
Esta habitación mostraba los efectos de la humedad y la descomposición más que la mayoría. El moho crecía en parches en el suelo, las paredes y el techo. Un gran barril de cobre, partido, descolorido y vacío, se encontraba bajo la ventana, con un pequeño montón de fragmentos de vajilla en el suelo a su lado. Las escaleras conducían a lo que presumiblemente era un sótano.
Las huellas parecían dirigirse a las descendientes escaleras y desaparecer en la oscuridad.
Leobald señaló las escaleras y acercó a las mismas siguiendo la trayectoria de las huellas, pisando sólo sobre ellas. Se detuvo en lo alto de las mismas, inspeccionó los viejos peldaños en busca de trampas y se cercioró de si efectivamemte había huellas allí.
—Necesitaremos algo de luz ahí abajo —susurró a quienes tenía detrás— ¿Alguien tiene una antorcha o algún modo de iluminar el sótano?
Retaguardia protegida, mas aún cuando de tal labor aasimar es relevado por druida. Liberado del compromiso defensivo, avanza filas adelante. Si la vanguardia pide, Khalion acude. Mantenido el nivel general de discreción, alcanza cocina y alacena. Y se hizo la luz, brillante y arcana, irreal y fría como su mirada, sobre fragmento de vajilla del suelo que entregó al caballero.
-Algo nos reclama escalera arriba parece- mirando indeciso peldaños arriba y abajo.- apropiado parece ir en dirección contraria. Si algo aguarda en lo profundo será dueño del factor sorpresa. Si escucháis acero acudir con premura.- sin mas que decir el bribón, cimitarra en mano, entró en la alacena por allí donde el mozo de almacén dijo haber entrado, descendiendo con la mayor cautela hacia la oscuridad.
Una vez comprobado que no parecía que nada fuese a sorprenderles por la espalda, Mablung volvió con el resto a la cocina y al ver al paladín con su armadura pedir luz para bajar por la escalera dijo en voz baja:- No se mucho de tácticas de combate pero sí se que cuando vas de caza tienes que tratar de sorprender a tu presa y bajar con una antorcha llama demasiado la atención, ¿no sería mejor que bajase primero alguien que tuviese más fácil pasar desapercibido?. A simple vista se me ocurren tres miembros de nuestro agradable grupo que podrían hacerlo.- dijo mirando a Toc toc, Khalion- mientras solucionáis lo de la antorcha podemos mirar echando un vistazo. Tras lo cual y con su arma preparada baja por las escaleras siguiendo al asimar.
En cuanto el Aasimar comenzó a bajar por las escaleras hacía el oscuro sótano ocurrió algo tan repentino y aterrador que dejó paralizados a todos, al menos temporalmente. Un alarido nefando fue pronunciado desde aquel profundo y oscuro hueco que daba a la parte inferior de la mansión. El eco reverberó por paredes techo y suelo de toda la casa . No era un grito de sufrimiento o dolor, era un grito de amenaza que presagiaba un destino de muerte para aquel que osara adentrarse más en ese sótano.
El alarido provenía de una mujer, el timbre así lo delataba, quizás las viejas historias sobre banshees o espíritus descarnados que contó el borracho mozo de almacén no iban tan descaminadas después de todo y Filion tenía algo de razón al final.
El mundo pareció congelarse por unos segundos... mientras el ruido del piso superior parecia intensificarse en frecuencia, quizás agitado aún más por el impío y desgarrante grito... THOMB THOMB...
Todos tenéis privados sobre como interpretar y llevar este evento en función de vuestras épicas tiradas de salvación... A rolear....!!!!
Aquel gemido incomodó a Godric pero pudo observer que algunos se sus compañeros titubeaban.
- Valor amigos - dijo en un tono tranquilizador - Aunque lo parezca ese gemido no es el de un alma atormentada. No realmente. Creedme los he escuchado. - Su mirada parece perderse en la oscuridad del sótano. - Si queréis bajo yo primero. - añade haciendo ademán de tomar el trozo de vajilla iluminado por Khalion - No seré el más sigiloso pero si soy el menos valioso del grupo. Carezco de habilidades mágicas y mi pericia como guerrero deja bastante que desear. Permitidme.-
Da un paso hacia abajo con la vajilla en la mano del escudo y la maza en la otra, parapetando la luz para evitar delatar en demasía su posición pero permitiéndole ver la carcomida escalera.
Adriana vaciló unos segundos al sentir la vibración de paredes y madera producida por el amenazante alarido. Pero, lejos de salir huyendo por temor, permaneció impertérrita en uno de los escalones de la añeja escalera. Escuchó las palabras de Godric y escudriñó la oscuridad de la que provenía aquel grito.
- Voy contigo Godric - dijo, henchida de valor - haremos frente a esa alma condenada juntos - y se dispuso a adentrarse en la oscuridad tras el sacerdote.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
El grito claramente no era de nada sobrenatural, pero una alimañana atrapada se volvía mucho más peligrosa, así que Mablung se dispuso a seguir bajando con cuidado cuando fue sorprendido por el "valor" de sus compañeros, Mablung les dejo pasar y dijo en voz baja a Adriana:- Recuerda mantener los ojos abiertos durante el combate...si puedes, no queremos que le des a nuestro valiente compañero.-
Tras lo cual espero a que bajarán un par de escalones antes de seguirles.
Gritos en las profundidades, que calan musculo y hueso, atenazado en el momento de la verdad. Determinación de compañeros que tampoco animan a continuar aquel descenso terrible de negrura y muerte. Cedió paso franco al resto, retrocediendo en igual medida que ellos avanzaban. Desde la esquina miraba su acero, impotente. Quieto, inerte, vió como descendían escaleras abajo.
Leobald quedó paralizado en lo alto de la escalera. Su mirada glauca parecía perdida en horrores que sólo él veía. Horrores distantes en el tiempo que aquel grito desgarrador había desenterrado súbitamente. Apenas susurrando un nombre de mujer, bajó su guardia, ajeno a lo que estaba haciendo. Cuando sus compañeros le adelantaron en pos de la negrura del sótano, quiso detenerle pero sus brazos no le respondían adecuadamente.
–¡No bajéis! —pudo articular por fin débilmente con el rostro contraído por el horror—. Esto es un error.
Finalmente no encontró el valor necesario para ir tras los demás. Simplemente no podía dar ni un paso más en aquella dirección funesta que solo presagiaba la tragedia.
El hombre cuervo seguía a sus compañeros con la ballesta en ristre y algo retrasado. El dolor de las mordeduras de las comadrejas le enlentecía y le incitaba a no exponerse más de lo necesario. Aunque permanecía callado su mente pensaba con rapidez, y una idea dominaba sus pensamientos. Escepticismo. Los extraños sonidos y la historia del aceite no cuadraban. O era una casa embrujada, o era un refugio de bandoleros. Robar aceite y llevarlo a un lugar como este requería planificación. Y nadie planificaría guardar aceite en un nido de muertos vivientes.
Los golpes en el techo parecían intentar atraerles hacia arriba, pero con buen criterio Godric y Khalion los ignoraron y TocToc asintió aprobadoramente. Cuando se disponía a seguirles, el repentino alarido le frenó en seco. Real o fingido el grito era escalofriante.
– Perro ladrador, poco mordedor. – Susurro a sus compañeros. Como bien decía Khalion, alguien no quería que bajasen.
Consciente del peligro que corría tan herido no se adelantó. Sin embargo, siguió a Adriana y a Godric en su descenso al oscuro sótano.
Gracias a la controlada luz que Godric portaba tras su escudo, el valiente grupo que había superado sus miedos y supersticiones bajó los peldaños hasta dar a una gran sala rectangular de proporciones enormes, el fondo no se veía incluso si el excomulgado sacerdote izaba la quebrada taza iluminando el máximo de la instancia. Avanzando con cautela... y esperando encontrar la fuente del tremendo alarido abisal que habían escuchado segundos antes, todos avanzaron tras el portador de la luz... una hermosa referencia a lo que una vez fue el seguidor de Lathander.
Los botelleros de madera se alzaban hasta la altura de los hombros y se alineaban a través de las paredes norte y oeste. Parecía que no quedaban botellas intactas en los estantes y las botellas rotas cubrían prácticamente la totalidad del suelo anexo a ellos. Contra la pared este, al pie de las escaleras, descansaban dos grandes contenedores de metal que parecían estar vacíos. Algo extraño yacía en el centro de la habitación, un cadáver humano vestido con una cota de mallas; una espada larga descansaba inerte al lado derecho del cadáver, y un gran escudo cubría sus piernas...
Avanzando un poco más, en la pared sur, la luz permite observar una chimenea subterranea, donde probablemente se produjera parte de las destilaciones necesarias para los antiguos y exquisitos vinos que se elaboraran aquí. Las huellas que bajaban hasta la zona inferior de la mansión son fáciles de seguir entre escombros de cristales rotos y polvo acumulado, se pasean desde las escaleras hasta la pared sur del sótano, justo al lado de la chimenea, y desaparece allí justamente,... contra esa pared.
Ninguna referencia a la criatura que produjo el horrendo grito fue detectada por alguno de los allí presentes.
Sin bajar la guardia Mablung observo la estancia. O había alguna criatura más allá de la pared o alguien se lo había montado muy bien para asustar a los pueblerinos con una gran puesta en escena. Quedándose pegado a la pared y sin perder de vista el esqueleto, recorrió la habitación hasta el punto donde desaparecían las huellas, claramente debía de haber algún mecanismo que abriese la puerta que había en ese punto de la habitación. Observando las huellas el druida deduce que el mecanismo que abre la pared debe de estar en la chimenea:- Lo más probable es que el mecanismo de apertura este en la chimenea, las huellas no se separan en ninguna otra dirección, yo vigilo al esqueleto por si acaso, y alguien más ducho en en estas cosas debería tratar de encontrarlo. - dice mirando claramente a Toc toc.
TocToc se mantuvo alejado del cadáver del suelo. Los muertos no solían permanecer quietos en la vida del hombre cuervo y su presencia era una amenaza en potencia. Al escuchar las palabras del druida se giró para mirar al Khalion, parecía que estas cosas eran mas bien cosa del enmascarado. Pero se había quedado arriba.
- Khalion – TocToc protestó en un susurro mientras se acercaba a la chimenea. Se movía con cuidado, dolorido, siguiendo los pasos marcados en el suelo. Pero unos pasos después, mucho antes de llegar a la chimenea se paró. “Unas huellas demasiado evidentes” pensó. Con cautela se acercó a la chimenea dando un amplio, atento a posibles trampas.
Perception para trampas en el camino a la chimenea: 5
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Adriana bajó las escaleras siguiendo a Godric sin prestar demasiada atención a los compañeros que habían quedado atrás, guiada por la valentía y la adrenalina del momento que habían hecho desaparecer el frío de su cuerpo. Alerta para atacar a cualquier cosa que se interpusiera en su camino, asintió ante las palabras del druida y abrió los ojos todo lo que pudo en un esfuerzo de luchar contra su instinto cuando el inminente peligro se les presentara.
Sin embargo, después de permanecer y explorar someramente la estancia, a parte del cadáver del pobre desgraciado que yacía en el suelo, no parecía haber rastro de la fuente del penetrante alarido. Miró a su alrededor buscando algún escondite, algún rastro que les diera una pista más allá de las misteriosas huellas que desaparecían abruptamente en la pared de la chimenea.
Ligeramente desconcertada, llegaron a sus oídos las palabras del druida. Tenían sentido, sin duda un mecanismo oculto les revelaría el camino a seguir. Pero una cosa era bajar al sótano y otra adentrarse en la profundidad de aquel caserón. Volvió la vista hacia las escaleras, pensando en Leobald y Khalion. Era demasiado peligroso separar el grupo de este manera.
Con determinación, desanduvo el camino siguiendo sus propios pasos mientras dejaba la investigación al resto. Subió poco a poco las escaleras, haciendo el mínimo ruido posible, y vio en lo alto las figuras de los dos caballeros. Se acercó, intentando transmitir calma, dirigiéndose a ellos con dulzura:
- ¿Cómo os encontráis? - preguntó preocupada - En la sala no hemos encontrado nada relevante salvo un cadáver por el que lamentablemente ya nada podemos hacer; sea lo que sea lo que emitió ese alarido, parece haber huido. Pero creemos que hay un mecanismo oculto que nos abrirá el acceso para seguir el rastro -
Ambos hombres parecían idos, aterrados. Les observó con preocupación, temiendo que sus palabras no surtieran ningún efecto. Leobald reflejaba en sus facciones el temor de un niño asustado por la oscuridad. Pero Khalion... los ojos de Khalion se clavaron en lo más profundo de su alma; siendo ya inhumanos de por sí, ahora transmitían un frío helado que calaba hasta los huesos, el mismísimo terror reflejado en una mirada. Sabiendo que sus hechizos esta vez no podían ayudar, intentó convencerles, hablándoles con suavidad:
- Debemos intentar mantenernos unidos, si nos separamos demasiado no podremos ayudarnos si alguno de nosotros está en peligro. No puedo permitir que permanezcáis aquí solos y os necesitamos para continuar - intentando evitar ser explícita en cuanto al terror que sentían, tendió sus manos hacia ambos hombres y continuó hablando, mirándoles alternativamente - por favor, venid conmigo, juntos estaremos a salvo y podremos enfrentar cualquier peligro - sus voz sonó más como un ruego que como una petición.
Persuasión: 11
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Godric contempló la desvencijada estancia y procuró no acercarse demasiado a los cristales rotos.
Cuando, curioso, iba a acercarse al cuerpo, sus compañeros le llamaron para acercarse a la chimenea en busca de pistas. Dejando para más tarde la investigación forense, el joven se apresuró a acercarse a Mablung y Toc-toc.
Godric se acercó, iluminando allí donde le indicaban los otros mientras buscaban y cruzó una mirada de comprensión con Adriana cuando esta se dirigió hacia las escaleras de nuevo para intentar reunir al grupo.
Godric usará Help en caso de que sea aplicable para dar ventaja en la tirada de investigación de sus amigos.
Un gruñón TocToc se acercó a la chimenea para intentar encontrar la palanca que Mablung mencionaba, con cuidado observó su exterior, estudiando los ladrillos y los desvencijados hierros forjados que la adornaban, pero no vio nada aparentemente útil allí. Con cierta agilidad emplumada se metió dentro de la misma chimena y observó desde dentro. Allí se dio cuenta de que la salida de humos superior era tremendamente estrecha, y no cabría ningún ser de tamaño humanoide, quizás alimañas pequeñas como mucho.
Desde dentro pudo encontrar con facilidad un ladrillo sobresaliente en la estructura interna, no estaba ni siquiera bien camuflado... tras mirarlo con más detenimiento se convenció a sí mismo de que, en efecto, presionarlo abriría la puerta secreta anexa en la pared.
la pregunta era... ¿La abría ahora o esperaba a sus compañeros azorados por el terror que les paralizaba cada fibra de su cuerpo?
- Hay un ladrillo, saliente... - Dijo TocToc saliendo de la chimenea. - Alejaos... venid - Dijo mientras se alejaba de la chimenea y conjuraba una mano espectral con unas roncas palabras y dibujando una extraña runa en el aire. Después la acercó a la chimenea e intento accionar el ladrillo desde unos 30 pies.
Punzantes palabras envueltas en terciopelo, que acarician piel pero descarnan piel, carne y hueso. Atrapada en su mirada, ojos como pozo sin fondo que despiertan ante su discurso. De atraer hacia sí luz y conciencia, a refulgir intensos, luminosos, difíciles de aguantar la mirada sin molestia. La hermosa elfa alcanzó su fin, reacción de aasimar antes el peligro acechante. Acero en ristre embaucado por el filo en trance hombre-arma, hacia el frente, inconsciente y brabucón dirección a la profundidad que ni capaz es de evitar a Adriana en su paso decidido, abocada a caer escaleras abajo.
El caballero se sacudió de encima la inquietud que la generaba aquella estancia y los extraños ruidos de la casa. Se encomendó a Tyr en silencio y siguió moviéndose. Habían venido a por el aceite y no se iban a ir sin él, unas ratas en las paredes no les iban a detener. Con cuidado, avanzó siguiendo las huellas y escuchó tras la puerta bajo la que se perdían, mientras esperaba que sus compañeros entrasen en la cocina. Cuando el siguiente de sus compañeros entró en la cocina le hizo gestos para indicarle iba a abrir la puerta que tenia junto él.
Perception: 18
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
El druida pareció inquietarse en demasía y decidió bajar por el pasillo ignorando temporalmente la cocina, sin duda la compañía de sus aliados aún le incomodaba o eso daba a entender. Con sigilo, se deslizó hasta la primera puerta de su izquierda, la más cercana a donde se ubicaban sus compañeros y donde Khalion hacía guardia con sus armas listas. Intentó escuchar a través de las ajadas maderas del umbral cerrado y no consiguió escuchar nada al otro lado, quizás el siseo del viento al entrar por los ventanales de cristales rotos y poco más... lo que si volvió a escuchar, como hicieron el resto de sus compañeros, fue el contudente sonido seco del piso superior... THUMB, THUMB... desde su posición lo escuchaba algo mejor, y si, en efecto parecía como si alguien golpeara una pared o puerta con cierta insistencia...
Ignorando de nuevo ese penetrante y desconocido sonido, el druida avanzó hasta la siguiente puerta del pasillo, esta vez situada en el lado opuesto a la primera que oteó, y se dispuso a escuchar de nuevo... pero nada se oía allí... solo silencio y susurros eólicos del viento forzando su entrada en la casa.
Leobald por su lado se preparó para cumplir la misma tarea que había hecho el druida, pero en la puerta que daba a la alacena o almacén de la cocina, esperando a que todos sus compañeros entraran primero, escuchando atentanmente no percibió nada, sólo silencio... a parte del inquietante y punzante golpeteo del piso superior. Sin demorarse más, abrió la puerta para encontrarse en otra estancia más pequeña.
Esta habitación mostraba los efectos de la humedad y la descomposición más que la mayoría. El moho crecía en parches en el suelo, las paredes y el techo. Un gran barril de cobre, partido, descolorido y vacío, se encontraba bajo la ventana, con un pequeño montón de fragmentos de vajilla en el suelo a su lado. Las escaleras conducían a lo que presumiblemente era un sótano.
Las huellas parecían dirigirse a las descendientes escaleras y desaparecer en la oscuridad.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Leobald señaló las escaleras y acercó a las mismas siguiendo la trayectoria de las huellas, pisando sólo sobre ellas. Se detuvo en lo alto de las mismas, inspeccionó los viejos peldaños en busca de trampas y se cercioró de si efectivamemte había huellas allí.
—Necesitaremos algo de luz ahí abajo —susurró a quienes tenía detrás— ¿Alguien tiene una antorcha o algún modo de iluminar el sótano?
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Retaguardia protegida, mas aún cuando de tal labor aasimar es relevado por druida. Liberado del compromiso defensivo, avanza filas adelante. Si la vanguardia pide, Khalion acude. Mantenido el nivel general de discreción, alcanza cocina y alacena. Y se hizo la luz, brillante y arcana, irreal y fría como su mirada, sobre fragmento de vajilla del suelo que entregó al caballero.
Cast: Light
-Algo nos reclama escalera arriba parece- mirando indeciso peldaños arriba y abajo.- apropiado parece ir en dirección contraria. Si algo aguarda en lo profundo será dueño del factor sorpresa. Si escucháis acero acudir con premura.- sin mas que decir el bribón, cimitarra en mano, entró en la alacena por allí donde el mozo de almacén dijo haber entrado, descendiendo con la mayor cautela hacia la oscuridad.
Una vez comprobado que no parecía que nada fuese a sorprenderles por la espalda, Mablung volvió con el resto a la cocina y al ver al paladín con su armadura pedir luz para bajar por la escalera dijo en voz baja:- No se mucho de tácticas de combate pero sí se que cuando vas de caza tienes que tratar de sorprender a tu presa y bajar con una antorcha llama demasiado la atención, ¿no sería mejor que bajase primero alguien que tuviese más fácil pasar desapercibido?. A simple vista se me ocurren tres miembros de nuestro agradable grupo que podrían hacerlo.- dijo mirando a Toc toc, Khalion- mientras solucionáis lo de la antorcha podemos mirar echando un vistazo.
Tras lo cual y con su arma preparada baja por las escaleras siguiendo al asimar.
Sigilo:7
Percepcion:25
En cuanto el Aasimar comenzó a bajar por las escaleras hacía el oscuro sótano ocurrió algo tan repentino y aterrador que dejó paralizados a todos, al menos temporalmente. Un alarido nefando fue pronunciado desde aquel profundo y oscuro hueco que daba a la parte inferior de la mansión. El eco reverberó por paredes techo y suelo de toda la casa . No era un grito de sufrimiento o dolor, era un grito de amenaza que presagiaba un destino de muerte para aquel que osara adentrarse más en ese sótano.
El alarido provenía de una mujer, el timbre así lo delataba, quizás las viejas historias sobre banshees o espíritus descarnados que contó el borracho mozo de almacén no iban tan descaminadas después de todo y Filion tenía algo de razón al final.
El mundo pareció congelarse por unos segundos... mientras el ruido del piso superior parecia intensificarse en frecuencia, quizás agitado aún más por el impío y desgarrante grito... THOMB THOMB...
Todos tenéis privados sobre como interpretar y llevar este evento en función de vuestras épicas tiradas de salvación... A rolear....!!!!
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Aquel gemido incomodó a Godric pero pudo observer que algunos se sus compañeros titubeaban.
- Valor amigos - dijo en un tono tranquilizador - Aunque lo parezca ese gemido no es el de un alma atormentada. No realmente. Creedme los he escuchado. - Su mirada parece perderse en la oscuridad del sótano.
- Si queréis bajo yo primero. - añade haciendo ademán de tomar el trozo de vajilla iluminado por Khalion - No seré el más sigiloso pero si soy el menos valioso del grupo. Carezco de habilidades mágicas y mi pericia como guerrero deja bastante que desear. Permitidme.-
Da un paso hacia abajo con la vajilla en la mano del escudo y la maza en la otra, parapetando la luz para evitar delatar en demasía su posición pero permitiéndole ver la carcomida escalera.
PbP Character: A few ;)
Adriana vaciló unos segundos al sentir la vibración de paredes y madera producida por el amenazante alarido. Pero, lejos de salir huyendo por temor, permaneció impertérrita en uno de los escalones de la añeja escalera. Escuchó las palabras de Godric y escudriñó la oscuridad de la que provenía aquel grito.
- Voy contigo Godric - dijo, henchida de valor - haremos frente a esa alma condenada juntos - y se dispuso a adentrarse en la oscuridad tras el sacerdote.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
El grito claramente no era de nada sobrenatural, pero una alimañana atrapada se volvía mucho más peligrosa, así que Mablung se dispuso a seguir bajando con cuidado cuando fue sorprendido por el "valor" de sus compañeros, Mablung les dejo pasar y dijo en voz baja a Adriana:- Recuerda mantener los ojos abiertos durante el combate...si puedes, no queremos que le des a nuestro valiente compañero.-
Tras lo cual espero a que bajarán un par de escalones antes de seguirles.
Gritos en las profundidades, que calan musculo y hueso, atenazado en el momento de la verdad. Determinación de compañeros que tampoco animan a continuar aquel descenso terrible de negrura y muerte. Cedió paso franco al resto, retrocediendo en igual medida que ellos avanzaban. Desde la esquina miraba su acero, impotente. Quieto, inerte, vió como descendían escaleras abajo.
Leobald quedó paralizado en lo alto de la escalera. Su mirada glauca parecía perdida en horrores que sólo él veía. Horrores distantes en el tiempo que aquel grito desgarrador había desenterrado súbitamente. Apenas susurrando un nombre de mujer, bajó su guardia, ajeno a lo que estaba haciendo. Cuando sus compañeros le adelantaron en pos de la negrura del sótano, quiso detenerle pero sus brazos no le respondían adecuadamente.
–¡No bajéis! —pudo articular por fin débilmente con el rostro contraído por el horror—. Esto es un error.
Finalmente no encontró el valor necesario para ir tras los demás. Simplemente no podía dar ni un paso más en aquella dirección funesta que solo presagiaba la tragedia.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
El hombre cuervo seguía a sus compañeros con la ballesta en ristre y algo retrasado. El dolor de las mordeduras de las comadrejas le enlentecía y le incitaba a no exponerse más de lo necesario. Aunque permanecía callado su mente pensaba con rapidez, y una idea dominaba sus pensamientos. Escepticismo. Los extraños sonidos y la historia del aceite no cuadraban. O era una casa embrujada, o era un refugio de bandoleros. Robar aceite y llevarlo a un lugar como este requería planificación. Y nadie planificaría guardar aceite en un nido de muertos vivientes.
Los golpes en el techo parecían intentar atraerles hacia arriba, pero con buen criterio Godric y Khalion los ignoraron y TocToc asintió aprobadoramente. Cuando se disponía a seguirles, el repentino alarido le frenó en seco. Real o fingido el grito era escalofriante.
– Perro ladrador, poco mordedor. – Susurro a sus compañeros. Como bien decía Khalion, alguien no quería que bajasen.
Consciente del peligro que corría tan herido no se adelantó. Sin embargo, siguió a Adriana y a Godric en su descenso al oscuro sótano.
Zevatur, Rolthos
Gracias a la controlada luz que Godric portaba tras su escudo, el valiente grupo que había superado sus miedos y supersticiones bajó los peldaños hasta dar a una gran sala rectangular de proporciones enormes, el fondo no se veía incluso si el excomulgado sacerdote izaba la quebrada taza iluminando el máximo de la instancia. Avanzando con cautela... y esperando encontrar la fuente del tremendo alarido abisal que habían escuchado segundos antes, todos avanzaron tras el portador de la luz... una hermosa referencia a lo que una vez fue el seguidor de Lathander.
Los botelleros de madera se alzaban hasta la altura de los hombros y se alineaban a través de las paredes norte y oeste. Parecía que no quedaban botellas intactas en los estantes y las botellas rotas cubrían prácticamente la totalidad del suelo anexo a ellos. Contra la pared este, al pie de las escaleras, descansaban dos grandes contenedores de metal que parecían estar vacíos. Algo extraño yacía en el centro de la habitación, un cadáver humano vestido con una cota de mallas; una espada larga descansaba inerte al lado derecho del cadáver, y un gran escudo cubría sus piernas...
Avanzando un poco más, en la pared sur, la luz permite observar una chimenea subterranea, donde probablemente se produjera parte de las destilaciones necesarias para los antiguos y exquisitos vinos que se elaboraran aquí. Las huellas que bajaban hasta la zona inferior de la mansión son fáciles de seguir entre escombros de cristales rotos y polvo acumulado, se pasean desde las escaleras hasta la pared sur del sótano, justo al lado de la chimenea, y desaparece allí justamente,... contra esa pared.
Ninguna referencia a la criatura que produjo el horrendo grito fue detectada por alguno de los allí presentes.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Sin bajar la guardia Mablung observo la estancia. O había alguna criatura más allá de la pared o alguien se lo había montado muy bien para asustar a los pueblerinos con una gran puesta en escena. Quedándose pegado a la pared y sin perder de vista el esqueleto, recorrió la habitación hasta el punto donde desaparecían las huellas, claramente debía de haber algún mecanismo que abriese la puerta que había en ese punto de la habitación. Observando las huellas el druida deduce que el mecanismo que abre la pared debe de estar en la chimenea:- Lo más probable es que el mecanismo de apertura este en la chimenea, las huellas no se separan en ninguna otra dirección, yo vigilo al esqueleto por si acaso, y alguien más ducho en en estas cosas debería tratar de encontrarlo. - dice mirando claramente a Toc toc.
TocToc se mantuvo alejado del cadáver del suelo. Los muertos no solían permanecer quietos en la vida del hombre cuervo y su presencia era una amenaza en potencia. Al escuchar las palabras del druida se giró para mirar al Khalion, parecía que estas cosas eran mas bien cosa del enmascarado. Pero se había quedado arriba.
- Khalion – TocToc protestó en un susurro mientras se acercaba a la chimenea. Se movía con cuidado, dolorido, siguiendo los pasos marcados en el suelo. Pero unos pasos después, mucho antes de llegar a la chimenea se paró. “Unas huellas demasiado evidentes” pensó. Con cautela se acercó a la chimenea dando un amplio, atento a posibles trampas.
Perception para trampas en el camino a la chimenea: 5
Perception para la chimenea: 23
Zevatur, Rolthos
Adriana bajó las escaleras siguiendo a Godric sin prestar demasiada atención a los compañeros que habían quedado atrás, guiada por la valentía y la adrenalina del momento que habían hecho desaparecer el frío de su cuerpo. Alerta para atacar a cualquier cosa que se interpusiera en su camino, asintió ante las palabras del druida y abrió los ojos todo lo que pudo en un esfuerzo de luchar contra su instinto cuando el inminente peligro se les presentara.
Sin embargo, después de permanecer y explorar someramente la estancia, a parte del cadáver del pobre desgraciado que yacía en el suelo, no parecía haber rastro de la fuente del penetrante alarido. Miró a su alrededor buscando algún escondite, algún rastro que les diera una pista más allá de las misteriosas huellas que desaparecían abruptamente en la pared de la chimenea.
Ligeramente desconcertada, llegaron a sus oídos las palabras del druida. Tenían sentido, sin duda un mecanismo oculto les revelaría el camino a seguir. Pero una cosa era bajar al sótano y otra adentrarse en la profundidad de aquel caserón. Volvió la vista hacia las escaleras, pensando en Leobald y Khalion. Era demasiado peligroso separar el grupo de este manera.
Con determinación, desanduvo el camino siguiendo sus propios pasos mientras dejaba la investigación al resto. Subió poco a poco las escaleras, haciendo el mínimo ruido posible, y vio en lo alto las figuras de los dos caballeros. Se acercó, intentando transmitir calma, dirigiéndose a ellos con dulzura:
- ¿Cómo os encontráis? - preguntó preocupada - En la sala no hemos encontrado nada relevante salvo un cadáver por el que lamentablemente ya nada podemos hacer; sea lo que sea lo que emitió ese alarido, parece haber huido. Pero creemos que hay un mecanismo oculto que nos abrirá el acceso para seguir el rastro -
Ambos hombres parecían idos, aterrados. Les observó con preocupación, temiendo que sus palabras no surtieran ningún efecto. Leobald reflejaba en sus facciones el temor de un niño asustado por la oscuridad. Pero Khalion... los ojos de Khalion se clavaron en lo más profundo de su alma; siendo ya inhumanos de por sí, ahora transmitían un frío helado que calaba hasta los huesos, el mismísimo terror reflejado en una mirada. Sabiendo que sus hechizos esta vez no podían ayudar, intentó convencerles, hablándoles con suavidad:
- Debemos intentar mantenernos unidos, si nos separamos demasiado no podremos ayudarnos si alguno de nosotros está en peligro. No puedo permitir que permanezcáis aquí solos y os necesitamos para continuar - intentando evitar ser explícita en cuanto al terror que sentían, tendió sus manos hacia ambos hombres y continuó hablando, mirándoles alternativamente - por favor, venid conmigo, juntos estaremos a salvo y podremos enfrentar cualquier peligro - sus voz sonó más como un ruego que como una petición.
Persuasión: 11
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Godric contempló la desvencijada estancia y procuró no acercarse demasiado a los cristales rotos.
Cuando, curioso, iba a acercarse al cuerpo, sus compañeros le llamaron para acercarse a la chimenea en busca de pistas. Dejando para más tarde la investigación forense, el joven se apresuró a acercarse a Mablung y Toc-toc.
Godric se acercó, iluminando allí donde le indicaban los otros mientras buscaban y cruzó una mirada de comprensión con Adriana cuando esta se dirigió hacia las escaleras de nuevo para intentar reunir al grupo.
Godric usará Help en caso de que sea aplicable para dar ventaja en la tirada de investigación de sus amigos.
PbP Character: A few ;)
Un gruñón TocToc se acercó a la chimenea para intentar encontrar la palanca que Mablung mencionaba, con cuidado observó su exterior, estudiando los ladrillos y los desvencijados hierros forjados que la adornaban, pero no vio nada aparentemente útil allí. Con cierta agilidad emplumada se metió dentro de la misma chimena y observó desde dentro. Allí se dio cuenta de que la salida de humos superior era tremendamente estrecha, y no cabría ningún ser de tamaño humanoide, quizás alimañas pequeñas como mucho.
Desde dentro pudo encontrar con facilidad un ladrillo sobresaliente en la estructura interna, no estaba ni siquiera bien camuflado... tras mirarlo con más detenimiento se convenció a sí mismo de que, en efecto, presionarlo abriría la puerta secreta anexa en la pared.
la pregunta era... ¿La abría ahora o esperaba a sus compañeros azorados por el terror que les paralizaba cada fibra de su cuerpo?
" ¡Oh la Oscuridad...! "
- Hay un ladrillo, saliente... - Dijo TocToc saliendo de la chimenea. - Alejaos... venid - Dijo mientras se alejaba de la chimenea y conjuraba una mano espectral con unas roncas palabras y dibujando una extraña runa en el aire. Después la acercó a la chimenea e intento accionar el ladrillo desde unos 30 pies.
Mage hand
Zevatur, Rolthos
Punzantes palabras envueltas en terciopelo, que acarician piel pero descarnan piel, carne y hueso. Atrapada en su mirada, ojos como pozo sin fondo que despiertan ante su discurso. De atraer hacia sí luz y conciencia, a refulgir intensos, luminosos, difíciles de aguantar la mirada sin molestia. La hermosa elfa alcanzó su fin, reacción de aasimar antes el peligro acechante. Acero en ristre embaucado por el filo en trance hombre-arma, hacia el frente, inconsciente y brabucón dirección a la profundidad que ni capaz es de evitar a Adriana en su paso decidido, abocada a caer escaleras abajo.
Hex Warrior a la cimitarra.