- Vayamos al templo pues - dice Godric - en cuanto Lathander nos bendiga de nuevo con sus rayos podré rezarle para que elimine vuestros venenos, pero mejor asegurarnos, cuanto antes mejor. -
Mientras van andando Godric habla con Mablung
- Tu repentina salida hizo que el te se me cayera justo cuando iba a beberlo, asi que debo darte las gracias. Sin duda debemos investigar más sobre ese niño, Bastianes parecía saber algo del tema pero me dijo que el tema estaba siendo tratado. Cómo o por quién lo desconozco. En cualquier caso ¿Dices que has averiguado algo más del barco? - Godric esperaba que la charla sobre su misión principal en la ciudad distrajera un poco a Adriana y Toc-Toc de su preocupante situación.
Al oír las palabras de Mablung TocToc se mostró nervioso. La corroboración de la existencia del veneno por parte del capaz druida pareció intranquilizarle mucho más que la mención del veneno por parte de Khalion.
- Si lo que decís es verdad… La vida del magistrado también está en peligro. Podría ser que Chack nos hubiese usado para envenenar al magistrado. – Pronuncio las palabras aceleradamente. - Usó el incidente del niño para desviar la atención del veneno y hacer que los primeros síntomas fuesen achacados a otra cosa e impedir la búsqueda de un antídoto o una cura a tiempo. – ¡Debemos ir al tempo y procurar una cura para el Magistrado! – Dijo acelerando el paso sin esperar a ver que el resto le seguía. – Acudir a Chack, quizás como último recurso.
Retomando el camino de vuelta hacia la calzada principal, el polifacético grupo recorrio bajo el manto de una noche despejada el camino que le llevaría hasta el templo principal, el fatídico puente "Aleta de Tiburón", que tanto afectaba a algunos de los agentes, se interpuso en su recorrido amenazando de nuevo con sus enfermizos efectos. Para no retrasar demasiado a los demás, todos acordaron cruzarlo, y para sorpresa del druida, el malestar fue bastante llevadero, seguía ahí, pero era casi un mal recuerdo a estas alturas. Para Adriana, el peso de su "maldición" cayó sobre ella con más fuerza, acompañando con cierta sinergia, el malestar provocado por el posible veneno ingerido, lo que hizo que volviera a acercarse rápidamente a uno de sus abarandillados laterales para intentar vomitar sin demasiado éxito... puesto que ya poco quedaba en su estómago.
Tras traspasar el hito pétreo de espartana arquitectura que cubría el paso sobre el río del Rey Pescador, la densidad de casas de dos y tres plantas comenzó a aumentar, aglutinando las viviendas de tal manera que las calles laterales se hacían cada vez más estrechas y serpenteantes. La calzada principal, se mantenía iluminada con faroles bastante castigados por la interperie, que colgaban de las fachadas adyacentes o estaban sujetos a postes de entre dos y tres metros de altura, situados a cierta distancia unos de otros.
La posada de "La Linea de Rotura" fue dejada a su izquierda justo cuando empezaban a entrar en el casco central de la ciudad, ésta estaba construida con planchas y estructuras de al menos media docena barcos pesqueros decomisados. Sobre una especie de porche que protegía la puerta de entrada, un rudo portero de musculados brazos tatuados y actitud seria vigilaba atentamente los alrededores del recinto, sin prestar demasiada atención al grupo que pasaba de largo. Por el sonido proveniente del interior, el local parecía estar bastante atestado de parroquianos, a pesar de las altas horas de la noche, aunque la suciedad de las ventanas de la planta baja dejaba poco margen para adivinar que es lo que realmente se estaba coiendo ahí dentro. Lo que si permanecía imbatible, era el penetrante olor a humedad y sal que desprendía su estructura.
El pavimentado sendero prosiguió hasta pasar por la plaza central, donde el ayuntamiento y su elevada torre con el cuerno, junto al mercado semanal presidian cada uno ambos lados de la calle. Curiosamente había luces en el edificio consistorial, lo que daba a entender que había tenido actividad hasta hace realmente poco tiempo. La calle principal se desvió ligeramente para seguir paralela a la zona de muelles, fue cuando todos vieron la primera gran Mansión del centro de la ciudad, la edificación se elevaba una planta más que el resto de sus circundantes vecinas y presidia con una vista privilegiada sobre todas las embarcaciones atracadas allí. La entrada era especialmente cuidada en maderas nobles y tallas delicadas, mostrando una exacerbada riqueza y cierto glamour. En un lateral un cartel grabado a fuego en madera, la nombraba como "Mansión Primewater", seguramente confirmando su pertenencia a una de las grandes familias de Saltmarsh.
Nada más pasar la noble mansión, la línea de muelles se difuminaba con barcos de todos los tamaños y funcionalidades a lo largo de la línea de costa, banderas de diferentes países y afiliaciones de los Reinos coloreaban el gris paisaje. Varias estructuras prominentes se atisbaban desde la posición del grupo: Una inmensa planta de procesado de pescado y lonja principal de la ciudad, otra mansión de aspecto extraño y arquitectura parecida a la de un collage de diferentes estilos, unos grandes almacenes para guardar materiales y bienes no asociados a la pesca, y casi al final de los muelles, donde acababa la misma ciudad, los gremios de pescadores y carpinteros.
Atravesar la parte de los muelles fue relativamente más fácil de lo que parecía en un principio, a pesar de que durante el día sin duda la zona estaría plagada de gente, ingentes cantidades de marineros, estibadores y trabajadores portuarios se moverían en un frenesí de trabajo casi interminable en todas direcciones. El bullicio también se elevaría a niveles que ahogarían los ruidos de la lluvia y la tormenta, gritos, silbidos, golpes y relinchos de animales de carga lo conquistarían todo. Pero ahora, las excasas y sombrías figuras deambulantes eran esquivas y evitaban cruzar sus caminos con ellos, la mayoría consistían en algún marinero que se dirigía a la bulliciosa posada calle arriba, o en busca de "compañías" más íntimas o de legalidad distraída en la parte baja de la ciudad, más cercana a la "Red Vacía" y el "Mercado Verde".
A pesar de la oscuridad, varias pintadas como las que los agentes pudieron observar la primera vez que llegaron a Saltmarsh, parecían proliferar con más asiduidad en alguna de las fachadas de los edificios aledaños a los muelles, "El Vacío está en todos lados, tanto en el firmamento como debajo de nosotros" ... "Muchos sacrifios, pronto serán respondidos..." "Aciago es el destino de todos aquellos que no abracen la comunión abisal"... Al parecer la velocidad de la guardia borrando los ominosos mensajes, era menor de la que estos reaparecían comunicando su inquietante mensaje.
Siguiendo las indicaciones de Chak, los agentes cogieron la calzada que se desviaba hacia el norte, separándose del resto de muelles que se prolongaban más allá a lo largo de la zona costera de la ciudad, y comenzaron a recorrer un camino principal que se tornó rápidamente en una empinada pendiente ascendente cuyo objetivo era alcanzar con prontitud el principio de un escarpado acantilado que pasaba a recorrer también en paralelo la línea de costa, pero desde un punto geográfico más elevado. Allí los edificios volvieron a ser más dispersos y ser al mismo tiempo de menos plantas y con más terreno alrededor.
Justo antes de llegar a su destino, una gran casa les llamó la atención, contrastando de nuevo con su esta vez más distantes vecinas. Un enorme cartel sobre el portón principal la identificaba como un establecimiento comercial, donde se podía leer: "Mercancias Winston", en un lateral, y escrito con pintura en una letra algo más torpe, se añadía una frase más "Bienes sólidos a un precio honesto". A estas horas estaba cerrada, y desde el exterior no se podía acertar que era exactamente lo que se podría comerciar en ese lugar.
A una escasa decena de metros más adelante y tras pasar de largo otro camino que se dirigía aún más al norte, donde una señal clavada en un posted de madera, indicaba la palabra "Cementerio", se encontraba el gran templo de Akadi, diosa del viento y las tormentas. De nuevo, como si se tratara de una característica ya habitual en la ciudad, el edificio parecía tener su propia artesania y personalidad, construido en varias plantas, en madera, y con tejas ennegrecidas por el "castigo de las tormentas", centenares de campanillas y tubos metálicos tallados en extrañas formas, colgaban de diferentes y diversos lugares en su extructura. Éstos provocaban que el viento, al hacerles danzar, emitieran profundos ecos, más parecidos al sonido que emiten las ballenas que al tinteneo esperado.
Templo de Akadi.
Al acercarse a su entrada principal, también cubierta por un triangular porche, se sorprendieron al atisbar luz dentro, y voces. La puerta estaba estaba entreabierta y dejaba escuchar una alterada conversación, una de las voces les era conocida ya, la de Eliander, y la otra era algo más gutural y rajada, ... estropeada por años de alcohol de dudosa calidad sin duda. Al entrar con el posible respeto que cada uno pudiera otorgar a un lugar sagrado, se encontraron de frente con el Alto Capitán de Saltmarsh, al parecer teniendo una acalorada charla con un sacerdote humano de mediana edad, vestido en una túnica grisácea y apoyado en un elaborado bastón que le ayudaba a mantener el equilibrio, puesto que una de sus piernas, que asoma tímidamente por debajo de la densa vestimenta, era realmente una pata de palo.
Wellgar Brinehanded
Cuando Eliander os ve entrar, no sin enarcar una ceja a modo de total sorpresa, parece sonréir y comienza a hacer señas para invitaros a entrar, indicando a su vez que cerréis la puerta tras vosotros.
- La providencia parece que nos sonríe, justo estaba hablando de vosotros al bueno y gran colaborador de Wellmar de vosotros - En este momento, un profundo gruñido parece escaparse del curtido sacerdote, dando a entender que quizás no esté tan de acuerdo como el Alto Capitán pretende hacer con lo que va a narrar a continuación - El plan ha sido ya definido, ... siento comunicaros que la reunión del Consejo programada para mañana, ha sido adelantada por sorpresa a esta noche, y ya ha ocurrido, no me dio tiempo a avisaros puesto que estábais congeniando con el ilustre Magistrado. Ya he expuesto nuestros objetivos y todo ha sido aprobado... con la inestimable ayuda del templo, estos conjuraran una densa niebla que ocultará el bote con el que os acercaréis al navío de los contrabandistas... mientras, vuestro aliado, al que habéis liberado de su pena tras la sesión con su excelencia Moebius, distraerá a los miembros de la tripulación con las señales emitidas desde la Mansión abandonada donde tenían su base los seguidores de Sanbalet... una vez dentro, intentaréis acceder al máximo de información posible antes de desmantelar a esos maleantes ... para siempre... ¿No es un perfecto? He conseguido incluso que se os recompense por vuestro valeroso acto de convertir esta ciudad en un lugar más seguro libre de contrabandistas
La sala donde todos se encontraban era amplia, practicamente ocupando toda la planta baja del edificio, siguiendo la estructura típica de un templo, con una base rectangular acabada en uno de sus extremos en un semicírculo, donde la estátua de una dama de aspecto etéreo parecía elevarse sobre unas nubes mientras con una de sus piernas parecía pisar la cabeza de un Kraken. No menos de una decena de bancos amplios colocados en hileras, tomaban posesión de la mayoría de la superficie del gran salón. Junto a la estatua, dos pebeteros, uno a cada lado de la figura de la Diosa, emitían un denso humo que revoloteaba en retorcidas volutas hacia el techo, en su base, una iriscencia de un color azul pálido, parecía indicar que aún estaban encendidos. En silencio, una figura encapuchada de rasgos humanoides, vestida en el mismo tipo de túnica que Wellgar , aunque algo menos ostentosa, parecía adecentar el altar intentando pasar totalmente desapercibida.
Con gesto de asombro Mablung contestá:- ¿Conseguisteis que liberará a Nadie tras el incidente en su salón?... Asombroso.
-Yo por mi parte he conseguido la palabra clave de este mes con la que se identifican entre ellos, de ese modo debe ser mucho más fácil subir a bordo.-
El paso por aquella zona atraía la atención plena del aasimar, quizá buscando señales o avisos discretos donde la gente no suele mirar. A su pesar, mas y mas pintadas apocalípticas. Aún camino del templo todos ponían en común descubrimientos y certezas en aquellos momentos que menos orejas ajenas se encontraban en el entorno.
-Ese personaje del bastón..-renspondió a Leobald acerca de las palabras transmitidas en al jerga encubierta de malhechores- quiso advertirme al margen de Chak.. Bajo vigilancia hemos estado, quizá también ahora.-sus palabras eran casi susurros temiendo que hubiera oídos curiosos cerca.- Creo que todo fue maniobra fina y calculada para que agentes y magistrado.. y por ende, el bando de la corona, resultara defenestrado. Dudas y cuestiones.. -se lamentó- pues por qué elegir un crío que tal como describís, parece el que encaré en inmunda callejuela.. O por qué Chak ha perdido en favor del calvo acompañante el funesto título de "La sombra".. Creo saber donde encontrar luz a turbia incógnita.
El paso por el Yunke enano devolvió a su recuerdo las palabras del herrero de Ghostfinger sobre aquel sitio. Su mano fue hacia la máscara destrozada por el hobgoblin pocas noches atrás.. de ser ciertas las recomendaciones aquel artesano era justo lo que buscaba. Entonces escuchó como Mablung informaba de la curiosa ausencia del aprendiz de druida.
-Mablung.. -llamó su atención con menos discrección que cuando hablaba de Chak- desconozco la naturaleza y finde los círculos, pero los refugiados que allí habían poco amor a los bosques procesaban.. y a todos les unía un extraño tatuaje del que apenas pude ver la base de un obelisco.. por no hablar de Golfrin o la ausencia del druida. ¿Qué estaba ocurriendo allí? Algo tramaban y aseguraría que tiene relación con su desaparición..
-Golfrin ha partido a Burle para buscar respuestas a la corrupción que vimos en la posada. No os preocupéis el círculo no ha quedado indefenso, si alguno de esos tramperos trata de atentar contra Golfrin o aprovechar su ausencia para tratar de dañar el círculo, se llevará una desagradable sorpresa- contestó Mablung mientras acariciaba el brazalete.
-Respecto a los tatuajes, le preguntaré a Golfrin cuando regrese. Por ahora no podemos hacer más.-
- Espera espera - dice Godric masajeándose las sienes para intentar comprender algo. Entre la curiosa forma de comunicarse de Khalion, la escasa comunicación de Mablung y todo lo que estaba pasando sentía un incipiente dolor de cabeza.
- Khalion ¿quieres decir que la visión que hizo huir a Mablung no era real y que alguien quería atacar al Magistrado a través nuestra? Pero... - titubeó - eso no tiene mucho sentido. Si esa era su intención ¿por qué no hacer que el Magistrado pareciera un muerto viviente? ¿por qué provocar nuestro miedo? ¿Cómo sabían que yo invocaría la luz y que esa luz dañaría al pobre Magistrado? - frustrado siguió ayudando a Adriana que no se encontraba bien tras pasar por el puente. - Es demasiado frustrante. Cada paso que damos arroja más dudas y preguntas en lugar de respuestas. Pero confiemos en que Lathander acabe iluminando todo con su Luz. -
[En el templo]
Godric, tras asegurarse que Adriana descansaba en un banco, contestó a Mablung y se dispuso a informar al Alto Capitán, tras saludar respetuosamente al clérigo de Akadi.
- Bueno... el Magistrado accedió a ayudarnos justo antes... - se volvió al Alto Capitán. y le hizo señas para que se acercara, de modo que sólo él pudiera escucharle, disculpándose con el sacerdote por hacerle esperar. En voz baja conferenció con el Capitán - Veréis señor. La reunión con el Magistrado fue bien al principio, le explicamos la situación sobre Nadie, el reo, y dijo que nada debería entorpecer una misión de la Corona... pero entonces... ocurrió algo. Algunos de mis compañeros vieron a una criatura que tememos ronda las calles de Saltmarsh. Pensamos que trataban de atacar al Magistrado y en nuestro intento de protegerlo me temo que invoqué un conjuro de luz y esto provocó un ataque de la extraña enfermedad del Magistrado Moebius. El Magistrado se encuentra bien -añade rápidamente - pero se encontró indispuesto y no hablamos más del tema. Sin embargo, no me cabe duda de que si envía a buscar los papeles necesarios el ayudante, Adrian, los tendrá listos, yo mismo puedo ir por ellos aunque me temo que Adrian no me tenga en muy buena estima, y puedo cabalgar a Ghostfinger y volver a tiempo con Nadie para ejecutar el plan. Por otro lado señor, y esto es más grave, tememos que algunos de nosotros hemos sido envenados en la casa del Magistrado. Seguramente por la misma persona que elaboró ese extraño plan para confundirnos. Por eso hemos acudido a ver al sacerdote, para buscar su ayuda en este asunto ya que tememos que no tendremos tiempo antes del amanecer y que yo pueda rogar a Lathander que limpie sus cuerpos de toxinas... Yo... siento todo esto es muy confuso incluso para mi que lo acabo de vivir... -
El joven humano se quedó esperando la respuesta del Alto Capitan, aunque no esperaba nada bueno llegados a este punto.
Leobald observó la curiosa arquitectura del templo y se detuvo especialmente en las campanas tubulares mientras se acercaban. A las puertas de la iglesia saludó al capitán y al clérigo con educación. Dejó hablar a Godric sin interrumpirlo. Mientras Eliander encajaba los acontecimientos de la casa del magistrado se permitió una pregunta.
—¿Puedo preguntar qué ha motivado el adelanto de la reunión del Consistorio? Hemos visto las luces encendidas al pasar.
El Alto capitán, que al parecer había acudido por alguna razón sin ningún tipo de protección o guarnición de la guardia al lugar, se acercó a Godric cuando este le hizo la señal de querer comunicarse con él con cierta discreción. Mientras, el sacerdote conocido como Wellgar, aliviado de dejar de sentir la presión de Eliander, se alejó unos pasos del resto para permitir ese intercambio de información sin que él pudiera escuchar algo, una vez junto al altar de su Diosa, se dispuso a vigilar que hacía el novicio y, de paso, corregirle prácticamente en cada acto de limpieza y mantenimiento que hacía.
Tras escuchar las explicaciones del joven adepto de Lathander, se quedó pensativo unos segundos antes de proseguir con sus órdenes acerca de los próximos pasos a seguir según su experiencia y entendimiento.
- Que oportuno incidente... Moebius siempre es un buen anfitrión, y si vienes de parte de la Corona, es casi imposible pifiarla con él, salvo que ocurra algo tan descarriado como lo que narráis claro... intentaré interceder mañana a primera hora con él para aclarar todo este tema, pero aún así, y en lo respectivo al plan establecido, no debería afectar demasiado y me explico, si tenemos ya los códigos de comunicación desde la vieja mansión abandonada de Goldstone y el barco, da igual quien emita las señas, obviamente hubiera sido más seguro que lo hubiera hecho alguien con cierta experiencia, como vuestro hobgoblin, pero un guardia de Saltmarsh lo puede hacer igual, de hecho con el código hasta un mono de feria podría... Así que enviaremos a un grupo de los nuestros hasta allí para hacerlo y coordinarnos en dos días junto a vuestras anotaciones recogidas de las pertenencias de Sambalet.
Eliander hizo una leve pausa mesándose la barbilla mientras meditaba la mejor manera de afrontar el posible envenenamiento.
- Wellmar y su gente se encargará de purgar con su magia la ponzoña que recorre ahora mismo vuestro organismo... eso corre a cuenta de la Corona, pero me aterra saber como han conseguido filtrar esa toxina hasta dentro de la misma magistratura y el efecto que ésta pudiera tener sobre nuestros principales activos, entiendo que aún no han sido atacados con ese veneno, o estarían ya muertos ante la premura con la que me haces entender que necesitais el antídoto o la sanación... Mañana será otro tema a tratar en nuestra conversación. Si todo sale bien volveré con vuestro salvo conducto para esa criatura amiga vuestra y con algo que arroje luz sobre el asunto.
Cuando Leobald intervino, el Alto Capitán le contestó con el mismo tono de voz casi imperceptible más allá de un metro suyo, al parecer queriendo evitar también que esta parte de la conversación llegara a oídos de los sacerdotes de Akadi.
- Ciertos asuntos privados del Consejo ajenos al tema de los contrabandistas requerían un trato más inmediato, por eso Eda y Gellan nos "invitaron" a todos a ejercer una sesión extraordinaria con prioridad absoluta, están en su derecho... de paso aprovechamos para tratar también el tema que nos atañe.
- Se lo agradezco Señor. - contesta en voz queda Godric - Por las palabras de Adrian el clero de Lathander no es bienvenido en esa casa, dijo que ya Lathander ya había llevado demasiado dolor allí, pero no entiendo a qué puede referirse, aunque el Magistrado se mostró en todo momento encantador, como bien decís. Creo que es mejor que me mantenga alejado del sirviente por el momento, aunque realmente me gustaría intentar tratar la dolencia de Moebius. ¿Quizá en otro momento podríais compartir conmigo lo que sepáis?. Me preocupa que, efectivamente, el Magistrado pueda estar en peligro. Hay algo que no encaja en toda esta historia del veneno - coincide Godric con el Alto Capitán - Al menos el veneno parece estar afectando a mis compañeros más rápidamente. Sin embargo me alegra que el sacerdote de Akadi pueda tratarlo. Llevaremos a cabo la misión y abordaremos el barco de los contrabandistas. Hemos averiguado que poseen un mago algo más peligroso que el caído Sanbalet, por eso creo que la discrección es nuestra mejor aliada. Intentaremos conseguir información sobre el noble que trabaja con ellos aqui en Saltmarsh -dice en un susurro.
Eliander asintió de nuevo ante la petición de Godric de compartir futuras informaciones acerca de la afección del magistrado. El Alto Capitán se acercó un poco más al sacerdote de Lathander y posando la mano en su hombro en una actitud extrañamente paternal, le previno sobre la complicada misión que tenían más adelante.
- Tened cuidado... sobre todo si como dices, poseen ese mago, intentad reducirlo como primera prioridad en vuestro asalto.... -Tras una breve pausa, mientras su mirada no dejaba de vigilar de soslayo al más veterano miembro del clero de la Diosa Akadi, el dirigente de la guardia de Saltmarsh se despidió concertando un futuro encuentro - Si no nos volvemos a ver hasta el día de la infiltración, que no espero que así sea, ... pero por si las cosas se tuercen, quedaremos dentro de dos amaneceres en la "cala de los cascos huecos" ... a escasas dos millas al este de la ciudad... no tiene pérdida ... está llena de restos de navíos rápidos quebrados y botes abandonados, es como un cementerio de barcos semihundidos, un lugar perfecto para iniciar un asalto velado, ayudado por las nieblas mágicas de nuestros "aliados"...
Antes de marchar, Eliander se giró hacia los guardianes del templo y les señaló a los miembros del grupo, dirigiéndose esta vez a Wellmar, le espetó alzando la voz para que éste pudiera oirle.
- Hay un par de sanaciones que son necesarias también, inclúyelas en la cuenta de la Corona, ... trata a los muchachos de Bastianes como si fueran de los míos ... ya sabes ...
La imponente figura de barba canosa recortada y armadura pesada, cojeó hasta salir del recinto dejando al grupo de agentes a solas con los dos sacerdotes de Akadi, que no dejaban de mirarlos con cierto recelo. Finalmente, el que parecía regentar el lugar se acercó a todos lentamente, emitiendo un característico sonido de madera contra madera cada vez que se apoyaba en su "pata" artificial. Al llegar a la altura de todos, su voz rasgada afloró una vez más.
- ¿En que puedo ayudaros? ¿Qué aflicciones os azotan? ... Este humilde servidor de La Dama del Viento, azote de las abominaciones abisales, está a vuestro servicio.
-Sospecho..-contestó al joven clérigo sobre las intenciones de Chak-.. que simplemente querría dejarnos en evidencia.. y hemos cumplido de sobra. Invocar luz para ejercer terrible sufrimiento, destruir la instancia y enemistarnos quizá con quien mas poder posea ha sido, sin lugar a dudas, superar cualquier expectativa de Chak, con creces. Cuando salgamos, debo volver a hablar con los infames gremios bajo taberna, aprender su jerga y despejar las tinieblas que rodean a esa nueva "la sombra".
[En el templo]
En segundo plano, dejó hacer y explicar a aquellos mas dotados para corte y política. Oídos con el alto capitán pero ojos en el sacerdote, observando como las palabras de Eliander afectaban y provocaban reacciones interesantes en el veterano devoto de Akadi. Nombrar a Nadie fue lo que hizo tomar palabra.
-Si no para las señales, siempre sería de beneficiosa ayuda la participación del hobgoblin Nadie en cubierta.. sabía del mago y conoce a los hermanos al mando. Cualquier mediación ayudaría..- añadió cuando Godric acabó con su encuentro privado.
Ya con Eliander fuera y recibiendo las atenciones de Wellmar y sus clérigos pero a suficiente distancia.. templos, deidades y sus representantes humanos resultaba burda superchería para quien camina bajo el cielo con sangre divina corriendo sus venas.
-"Muerte carmesí"-repitiendo las palabras del druida- que si así es, corre emponzoñando sus cuerpos.. Para el antídoto necesitariamos Erectus perennis.. Mis compañeros estarían mas que agradecidos si usted o alguno de sus seminaristas pudiera proporcionárselo.
El veterano sacerdote de la Diosa de los Vientos asintió dando a entender que comprendía la gravedad del asunto, con un gesto de su mano llamó a su acólito para que dejara sus menesteres de mantenimiento y limpieza y se acercara al grupo. El muchacho iba cubierto con la amplia capucha de tono gris muy parecida a la de su superior, dejando apenas entrever la parte baja de su barbilla, también cubierta de una incipiente barba, y poco más.
- No conozco ni el veneno que mencionas ni el antídoto, pero afortunadamente para vosotros no lo necesitamos saber, la sanadora brisa de nuestra Diosa purgará la ponzoña de vuestro cuerpo. ¡Adso usa la daga ritual y detecta si su sangre sufre alguna malaria o envenenamiento!
El chico, asintió en silencio con la cabeza y de entre sus togas ceremoniales sacó una daga de cierta calidad, a simple vista se podía apreciar una buena hoja ligeramente curvada y en el mango lucía un grabado con un intrincado símbolo de origen sagrado, posiblemente representando a su deidad. Con una voz de alguien que había abandonado la adolescencia hace poco tiempo, educadamente solicitó la colaboración de los afectados.
- Si sus señorías me lo permiten, necesito hacer brotar unas gotas de sangre para lanzar un hechizo de detección de venenos, eso nos ayudará a acotar lo que estamos tratando y si es necesario usar conjuros sanadores que requieren una habilidad superior. Los recursos son escasos y hay que saber admnistrarlos.
El joven acólito extendio una de sus manos, sin duda castigada por el trabajo, esperando que alguno de los agentes en peligro de muerte le tendiera la suya, en la otra mano, la derecha, aferraba con fuerza la daga ceremonial.
Desde que entraron al templo, Adriana guardó silencio, descansando en uno de los bancos y escuchando las conversaciones a su alrededor sin intervenir. Cuando el sacerdote afirmó que podían ayudarles con su mal, la alta elfa se levantó acercándose a él, tendiendo su mano hacia el joven.
- Proceda como considere conveniente- afirmó sin dudar, con un matiz de esperanza en la voz.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
El muchacho cogió la mano de la elfa con suma delicadeza y la mantuvo con la palma hacia arriba. Adriana sintió la correosa piel del adepto contra la suya, generando un extraño contraste de texturas. Adso acercó la daga a la mano de la hechicera, pero cuando la afilada hoja estaba a escasos centímetros de su objetivo, pausó el corte, quedándose absorto durante unos segundos que parecieron eternos, hasta que Wellmar, extrañado por la interrupción del proceso, preguntó al muchacho con cierta condescendencia.
- ¿Porqué dudas? ... ¿Ahora te da miedo la sangre? ... Si es así, quizás tu fe no es suficiéntemente férrea como para ejercer como servidor de La Dama...
Volviéndo en sí mismo, como si hubiera salido de breve trance interrumpido por las duras palabras de su superior, Adso respondió rápidamente justificándose.
- No señor, siento la pausa, era solo... que ... nunca habia tocado la piel de un elfo... es extremadamente suave, como el alabastro más fino... su perfección ha hecho que dudase por un momento, no quería dañarla... pero sé lo que debo hacer.
Tras sus palabras, el aprendiz de Akadi terminó su tarea cortando con cuidado la mano de Adriana, y dejando que unas gotas de un rojo profundo brotaran de la pequeña herida, quedándose allí situadas sobre su propia palma. Retirando la daga, y tras limpiarla con un pañuelo sacado también de algún lugar oculto de su túnica sacerdotal, la guardó en el mismo sitio desde donde la había hecho aparecer. Tras esto, unas sagradas palabras entonadas en un divino lenguage comenzaron a ser recitadas como un salmo, extendiendo sus dos manos sobre la herida de la alta elfa, Adso conjuró la magia que le permitiría detectar cualquier veneno... por un momento la mano de la hechicera se iluminó con una tenue luz azulada, mientras una ligera brisa se paseó por toda la estancia, moviendo con delicadeza los ropajes de todos los que allí estaban, y agitando el pelo de los que lo tenían más largo o suelto.
La tenue y azulada luz se apagó casi de inmediato mientras Adso parecía concentrado... tras eso, elevó un poco la cabeza, aún cubierta por su capucha, y algo confuso, emitió su conclusión.
- Usted mi señora no está afectada por ninguna ponzoña o enfermedad..., su cuerpo está libre e inmaculado.
—¿No estáis envenenados? —observó a Adriana y Toc Toc — Vaya, una buena noticia al fin. Extraña, pero bien recibida, sin duda. Gracias por vuestros servicios, joven.
El caballero le tendió la mano para estrechar la de ambos clérigos en un saludo formal y de paso observar disimuladamente sus antebrazos.
—Leobald Tenhall —se presentó formalmente—. Quedamos en deuda con la Casa de Akadi —asintió al párroco también tratando de ser conciliador—. Lamento las molestias que pueda representarle nuestra presencia, sobre todo a estas horas de la noche. Y les agradezco también su futura ayuda con ese barco. Antes de irnos, hemos visto numerosas pintadas de tétricos mensajes en las pareces del centro, tantas que la guardia no da a basto a borrarlas. Me preguntaba si vos, como guardián de las almas de esta villa, sabréis de que va todo eso; mera curiosidad claro, no es un asunto que entre dentro de nuestras obligaciones como agentes.
Godric sonrió a Adriana mientras Leobald hablaba con los clérigos de Akadi y cubrió su mano herida con las suyas. La elfa sintió el cálido toque del clérigo y cuando este retiro las manos su piel volvía a estar inmaculada, sin el más mínimo rastro del pequeño corte que había tenido que ejercer Adso para su hechizo. Con un guiño a Adriana volvió a un segundo plano a esperar a los demás. [spolier] Godric gasta un Cure Wounds de lvl 1 en Adriana [/spolier]
La mirada de Adriana reflejó alivio y agradecimiento ante las palabras del joven Adso, pero no pudo evitar un gesto de extrañeza dirigido hacia Mablung y Khalion. Se retiró junto con Godric mientras curaba sus heridas y, ahora más tranquila, el peso del cansancio se apoderó de ella, sentándose abatida en uno de los bancos del templo.
En un susurro, imperceptible para los demás, Adriana comentó al sacerdote:
- Es un alivio comprobar que finalmente el veneno no recorre nuestra sangre, pero… no deja de inquietarme y me pregunto por qué Mablung y Khalion estaban tan convencidos. ¿No te resulta, cuanto menos, extraño?- cerró los ojos momentáneamente, haciendo una pausa- quizá el cansancio no me permita pensar con claridad… ¿Crees que podremos volver pronto a la posada? estoy hambrienta y exhausta…-
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Cuando Wellmar comenzó a tratar con Leobald, con el que extrañamente parecía sentirse más cómodo hablando que con el Alto Capitán, Adso, tras comprobar que nadie más necesitaba de sus servicios, se volvió a retirar a la zona del altar para continuar con sus quehaceres. El veterano sacerdote pareció responder al caballero con cierta preocupación ante la pregunta que tarde o temprano él sabía que aparecería en la conversación.
- No os preocupéis por la deuda, Eliander sabe pagarlas y muy bien por cierto, sabe como "negociar" y que utilizar para hacerlo casi con cualquier miembro de este pueblo... Puede que sea una antigua leyenda tullida ahora, pero eso quizás eso le hace más peligroso aún... que se le subestime...
Volviendo al tema principal y núcleo del interés de Leobald, Wellmar suspiró con cierto desasosiego antes de retomar su charla.
- Las pintadas, ... poco se sabe de quien las escribe, sólo que cada vez son más frecuentes... y lo más extraño es que nadie ha visto nada, nunca... lo que es muy extraño cuando aparecen en zonas que suelen estar siempre concurridas, incluso en la noche, como los muelles... Mi teoría es que son de algún tipo de culto... Saltmarsh lleva arrastrando una crisis profunda desde hace mucho tiempo, empieza a haber más pobreza y las clases altas ... pues ya sabes, se enriquecen cada vez más... eso sin duda conduce a que muchos tomen caminos desesperados y equivocados..., de momento no ha habido más que mensajes escritos en las paredes... mientras no llegue a más... no creo que se intervenga demasiado. No son más que ingenuos dejándose influenciar por locos,... ojalá pudiera hacer más para acercarme a esa gente y hacerles llegar la palabra de Akadi, para que se dieran cuenta del error que están cometiendo y alejarles de los tortuosos senderos que están recorriendo... pero apenas se sabe nada de ellos... y mis feligreses tampoco parecen enterarse de lo que ocurre, sólo saben que tienen miedo...
Leobald tampoco ven ningún tatuaje o marca puesto que las togas llegan hasta casi la mitad de sus manos, tapando cualquier posible contacto visual con sus antebrazos o más allá.
- Vayamos al templo pues - dice Godric - en cuanto Lathander nos bendiga de nuevo con sus rayos podré rezarle para que elimine vuestros venenos, pero mejor asegurarnos, cuanto antes mejor. -
Mientras van andando Godric habla con Mablung
- Tu repentina salida hizo que el te se me cayera justo cuando iba a beberlo, asi que debo darte las gracias. Sin duda debemos investigar más sobre ese niño, Bastianes parecía saber algo del tema pero me dijo que el tema estaba siendo tratado. Cómo o por quién lo desconozco. En cualquier caso ¿Dices que has averiguado algo más del barco? - Godric esperaba que la charla sobre su misión principal en la ciudad distrajera un poco a Adriana y Toc-Toc de su preocupante situación.
PbP Character: A few ;)
Al oír las palabras de Mablung TocToc se mostró nervioso. La corroboración de la existencia del veneno por parte del capaz druida pareció intranquilizarle mucho más que la mención del veneno por parte de Khalion.
- Si lo que decís es verdad… La vida del magistrado también está en peligro. Podría ser que Chack nos hubiese usado para envenenar al magistrado. – Pronuncio las palabras aceleradamente. - Usó el incidente del niño para desviar la atención del veneno y hacer que los primeros síntomas fuesen achacados a otra cosa e impedir la búsqueda de un antídoto o una cura a tiempo. – ¡Debemos ir al tempo y procurar una cura para el Magistrado! – Dijo acelerando el paso sin esperar a ver que el resto le seguía. – Acudir a Chack, quizás como último recurso.
Zevatur, Rolthos
[Parte 1. Atravesando la Ciudad]
Retomando el camino de vuelta hacia la calzada principal, el polifacético grupo recorrio bajo el manto de una noche despejada el camino que le llevaría hasta el templo principal, el fatídico puente "Aleta de Tiburón", que tanto afectaba a algunos de los agentes, se interpuso en su recorrido amenazando de nuevo con sus enfermizos efectos. Para no retrasar demasiado a los demás, todos acordaron cruzarlo, y para sorpresa del druida, el malestar fue bastante llevadero, seguía ahí, pero era casi un mal recuerdo a estas alturas. Para Adriana, el peso de su "maldición" cayó sobre ella con más fuerza, acompañando con cierta sinergia, el malestar provocado por el posible veneno ingerido, lo que hizo que volviera a acercarse rápidamente a uno de sus abarandillados laterales para intentar vomitar sin demasiado éxito... puesto que ya poco quedaba en su estómago.
Tras traspasar el hito pétreo de espartana arquitectura que cubría el paso sobre el río del Rey Pescador, la densidad de casas de dos y tres plantas comenzó a aumentar, aglutinando las viviendas de tal manera que las calles laterales se hacían cada vez más estrechas y serpenteantes. La calzada principal, se mantenía iluminada con faroles bastante castigados por la interperie, que colgaban de las fachadas adyacentes o estaban sujetos a postes de entre dos y tres metros de altura, situados a cierta distancia unos de otros.
La posada de "La Linea de Rotura" fue dejada a su izquierda justo cuando empezaban a entrar en el casco central de la ciudad, ésta estaba construida con planchas y estructuras de al menos media docena barcos pesqueros decomisados. Sobre una especie de porche que protegía la puerta de entrada, un rudo portero de musculados brazos tatuados y actitud seria vigilaba atentamente los alrededores del recinto, sin prestar demasiada atención al grupo que pasaba de largo. Por el sonido proveniente del interior, el local parecía estar bastante atestado de parroquianos, a pesar de las altas horas de la noche, aunque la suciedad de las ventanas de la planta baja dejaba poco margen para adivinar que es lo que realmente se estaba coiendo ahí dentro. Lo que si permanecía imbatible, era el penetrante olor a humedad y sal que desprendía su estructura.
El pavimentado sendero prosiguió hasta pasar por la plaza central, donde el ayuntamiento y su elevada torre con el cuerno, junto al mercado semanal presidian cada uno ambos lados de la calle. Curiosamente había luces en el edificio consistorial, lo que daba a entender que había tenido actividad hasta hace realmente poco tiempo. La calle principal se desvió ligeramente para seguir paralela a la zona de muelles, fue cuando todos vieron la primera gran Mansión del centro de la ciudad, la edificación se elevaba una planta más que el resto de sus circundantes vecinas y presidia con una vista privilegiada sobre todas las embarcaciones atracadas allí. La entrada era especialmente cuidada en maderas nobles y tallas delicadas, mostrando una exacerbada riqueza y cierto glamour. En un lateral un cartel grabado a fuego en madera, la nombraba como "Mansión Primewater", seguramente confirmando su pertenencia a una de las grandes familias de Saltmarsh.
Nada más pasar la noble mansión, la línea de muelles se difuminaba con barcos de todos los tamaños y funcionalidades a lo largo de la línea de costa, banderas de diferentes países y afiliaciones de los Reinos coloreaban el gris paisaje. Varias estructuras prominentes se atisbaban desde la posición del grupo: Una inmensa planta de procesado de pescado y lonja principal de la ciudad, otra mansión de aspecto extraño y arquitectura parecida a la de un collage de diferentes estilos, unos grandes almacenes para guardar materiales y bienes no asociados a la pesca, y casi al final de los muelles, donde acababa la misma ciudad, los gremios de pescadores y carpinteros.
Atravesar la parte de los muelles fue relativamente más fácil de lo que parecía en un principio, a pesar de que durante el día sin duda la zona estaría plagada de gente, ingentes cantidades de marineros, estibadores y trabajadores portuarios se moverían en un frenesí de trabajo casi interminable en todas direcciones. El bullicio también se elevaría a niveles que ahogarían los ruidos de la lluvia y la tormenta, gritos, silbidos, golpes y relinchos de animales de carga lo conquistarían todo. Pero ahora, las excasas y sombrías figuras deambulantes eran esquivas y evitaban cruzar sus caminos con ellos, la mayoría consistían en algún marinero que se dirigía a la bulliciosa posada calle arriba, o en busca de "compañías" más íntimas o de legalidad distraída en la parte baja de la ciudad, más cercana a la "Red Vacía" y el "Mercado Verde".
A pesar de la oscuridad, varias pintadas como las que los agentes pudieron observar la primera vez que llegaron a Saltmarsh, parecían proliferar con más asiduidad en alguna de las fachadas de los edificios aledaños a los muelles, "El Vacío está en todos lados, tanto en el firmamento como debajo de nosotros" ... "Muchos sacrifios, pronto serán respondidos..." "Aciago es el destino de todos aquellos que no abracen la comunión abisal"... Al parecer la velocidad de la guardia borrando los ominosos mensajes, era menor de la que estos reaparecían comunicando su inquietante mensaje.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
[Parte 2. En el templo de Akadi]
Siguiendo las indicaciones de Chak, los agentes cogieron la calzada que se desviaba hacia el norte, separándose del resto de muelles que se prolongaban más allá a lo largo de la zona costera de la ciudad, y comenzaron a recorrer un camino principal que se tornó rápidamente en una empinada pendiente ascendente cuyo objetivo era alcanzar con prontitud el principio de un escarpado acantilado que pasaba a recorrer también en paralelo la línea de costa, pero desde un punto geográfico más elevado. Allí los edificios volvieron a ser más dispersos y ser al mismo tiempo de menos plantas y con más terreno alrededor.
Justo antes de llegar a su destino, una gran casa les llamó la atención, contrastando de nuevo con su esta vez más distantes vecinas. Un enorme cartel sobre el portón principal la identificaba como un establecimiento comercial, donde se podía leer: "Mercancias Winston", en un lateral, y escrito con pintura en una letra algo más torpe, se añadía una frase más "Bienes sólidos a un precio honesto". A estas horas estaba cerrada, y desde el exterior no se podía acertar que era exactamente lo que se podría comerciar en ese lugar.
A una escasa decena de metros más adelante y tras pasar de largo otro camino que se dirigía aún más al norte, donde una señal clavada en un posted de madera, indicaba la palabra "Cementerio", se encontraba el gran templo de Akadi, diosa del viento y las tormentas. De nuevo, como si se tratara de una característica ya habitual en la ciudad, el edificio parecía tener su propia artesania y personalidad, construido en varias plantas, en madera, y con tejas ennegrecidas por el "castigo de las tormentas", centenares de campanillas y tubos metálicos tallados en extrañas formas, colgaban de diferentes y diversos lugares en su extructura. Éstos provocaban que el viento, al hacerles danzar, emitieran profundos ecos, más parecidos al sonido que emiten las ballenas que al tinteneo esperado.
Templo de Akadi.
Al acercarse a su entrada principal, también cubierta por un triangular porche, se sorprendieron al atisbar luz dentro, y voces. La puerta estaba estaba entreabierta y dejaba escuchar una alterada conversación, una de las voces les era conocida ya, la de Eliander, y la otra era algo más gutural y rajada, ... estropeada por años de alcohol de dudosa calidad sin duda. Al entrar con el posible respeto que cada uno pudiera otorgar a un lugar sagrado, se encontraron de frente con el Alto Capitán de Saltmarsh, al parecer teniendo una acalorada charla con un sacerdote humano de mediana edad, vestido en una túnica grisácea y apoyado en un elaborado bastón que le ayudaba a mantener el equilibrio, puesto que una de sus piernas, que asoma tímidamente por debajo de la densa vestimenta, era realmente una pata de palo.
Wellgar Brinehanded
Cuando Eliander os ve entrar, no sin enarcar una ceja a modo de total sorpresa, parece sonréir y comienza a hacer señas para invitaros a entrar, indicando a su vez que cerréis la puerta tras vosotros.
- La providencia parece que nos sonríe, justo estaba hablando de vosotros al bueno y gran colaborador de Wellmar de vosotros - En este momento, un profundo gruñido parece escaparse del curtido sacerdote, dando a entender que quizás no esté tan de acuerdo como el Alto Capitán pretende hacer con lo que va a narrar a continuación - El plan ha sido ya definido, ... siento comunicaros que la reunión del Consejo programada para mañana, ha sido adelantada por sorpresa a esta noche, y ya ha ocurrido, no me dio tiempo a avisaros puesto que estábais congeniando con el ilustre Magistrado. Ya he expuesto nuestros objetivos y todo ha sido aprobado... con la inestimable ayuda del templo, estos conjuraran una densa niebla que ocultará el bote con el que os acercaréis al navío de los contrabandistas... mientras, vuestro aliado, al que habéis liberado de su pena tras la sesión con su excelencia Moebius, distraerá a los miembros de la tripulación con las señales emitidas desde la Mansión abandonada donde tenían su base los seguidores de Sanbalet... una vez dentro, intentaréis acceder al máximo de información posible antes de desmantelar a esos maleantes ... para siempre... ¿No es un perfecto? He conseguido incluso que se os recompense por vuestro valeroso acto de convertir esta ciudad en un lugar más seguro libre de contrabandistas
La sala donde todos se encontraban era amplia, practicamente ocupando toda la planta baja del edificio, siguiendo la estructura típica de un templo, con una base rectangular acabada en uno de sus extremos en un semicírculo, donde la estátua de una dama de aspecto etéreo parecía elevarse sobre unas nubes mientras con una de sus piernas parecía pisar la cabeza de un Kraken. No menos de una decena de bancos amplios colocados en hileras, tomaban posesión de la mayoría de la superficie del gran salón. Junto a la estatua, dos pebeteros, uno a cada lado de la figura de la Diosa, emitían un denso humo que revoloteaba en retorcidas volutas hacia el techo, en su base, una iriscencia de un color azul pálido, parecía indicar que aún estaban encendidos. En silencio, una figura encapuchada de rasgos humanoides, vestida en el mismo tipo de túnica que Wellgar , aunque algo menos ostentosa, parecía adecentar el altar intentando pasar totalmente desapercibida.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Con gesto de asombro Mablung contestá:- ¿Conseguisteis que liberará a Nadie tras el incidente en su salón?... Asombroso.
-Yo por mi parte he conseguido la palabra clave de este mes con la que se identifican entre ellos, de ese modo debe ser mucho más fácil subir a bordo.-
[Llegando al templo]
El paso por aquella zona atraía la atención plena del aasimar, quizá buscando señales o avisos discretos donde la gente no suele mirar. A su pesar, mas y mas pintadas apocalípticas. Aún camino del templo todos ponían en común descubrimientos y certezas en aquellos momentos que menos orejas ajenas se encontraban en el entorno.
-Ese personaje del bastón..- renspondió a Leobald acerca de las palabras transmitidas en al jerga encubierta de malhechores- quiso advertirme al margen de Chak.. Bajo vigilancia hemos estado, quizá también ahora.- sus palabras eran casi susurros temiendo que hubiera oídos curiosos cerca.- Creo que todo fue maniobra fina y calculada para que agentes y magistrado.. y por ende, el bando de la corona, resultara defenestrado. Dudas y cuestiones.. -se lamentó- pues por qué elegir un crío que tal como describís, parece el que encaré en inmunda callejuela.. O por qué Chak ha perdido en favor del calvo acompañante el funesto título de "La sombra".. Creo saber donde encontrar luz a turbia incógnita.
El paso por el Yunke enano devolvió a su recuerdo las palabras del herrero de Ghostfinger sobre aquel sitio. Su mano fue hacia la máscara destrozada por el hobgoblin pocas noches atrás.. de ser ciertas las recomendaciones aquel artesano era justo lo que buscaba. Entonces escuchó como Mablung informaba de la curiosa ausencia del aprendiz de druida.
-Mablung.. -llamó su atención con menos discrección que cuando hablaba de Chak- desconozco la naturaleza y finde los círculos, pero los refugiados que allí habían poco amor a los bosques procesaban.. y a todos les unía un extraño tatuaje del que apenas pude ver la base de un obelisco.. por no hablar de Golfrin o la ausencia del druida. ¿Qué estaba ocurriendo allí? Algo tramaban y aseguraría que tiene relación con su desaparición..
-Golfrin ha partido a Burle para buscar respuestas a la corrupción que vimos en la posada. No os preocupéis el círculo no ha quedado indefenso, si alguno de esos tramperos trata de atentar contra Golfrin o aprovechar su ausencia para tratar de dañar el círculo, se llevará una desagradable sorpresa- contestó Mablung mientras acariciaba el brazalete.
-Respecto a los tatuajes, le preguntaré a Golfrin cuando regrese. Por ahora no podemos hacer más.-
[antes de entrar en el templo]
- Espera espera - dice Godric masajeándose las sienes para intentar comprender algo. Entre la curiosa forma de comunicarse de Khalion, la escasa comunicación de Mablung y todo lo que estaba pasando sentía un incipiente dolor de cabeza.
- Khalion ¿quieres decir que la visión que hizo huir a Mablung no era real y que alguien quería atacar al Magistrado a través nuestra? Pero... - titubeó - eso no tiene mucho sentido. Si esa era su intención ¿por qué no hacer que el Magistrado pareciera un muerto viviente? ¿por qué provocar nuestro miedo? ¿Cómo sabían que yo invocaría la luz y que esa luz dañaría al pobre Magistrado? - frustrado siguió ayudando a Adriana que no se encontraba bien tras pasar por el puente. - Es demasiado frustrante. Cada paso que damos arroja más dudas y preguntas en lugar de respuestas. Pero confiemos en que Lathander acabe iluminando todo con su Luz. -
[En el templo]
Godric, tras asegurarse que Adriana descansaba en un banco, contestó a Mablung y se dispuso a informar al Alto Capitán, tras saludar respetuosamente al clérigo de Akadi.
- Bueno... el Magistrado accedió a ayudarnos justo antes... - se volvió al Alto Capitán. y le hizo señas para que se acercara, de modo que sólo él pudiera escucharle, disculpándose con el sacerdote por hacerle esperar. En voz baja conferenció con el Capitán - Veréis señor. La reunión con el Magistrado fue bien al principio, le explicamos la situación sobre Nadie, el reo, y dijo que nada debería entorpecer una misión de la Corona... pero entonces... ocurrió algo. Algunos de mis compañeros vieron a una criatura que tememos ronda las calles de Saltmarsh. Pensamos que trataban de atacar al Magistrado y en nuestro intento de protegerlo me temo que invoqué un conjuro de luz y esto provocó un ataque de la extraña enfermedad del Magistrado Moebius. El Magistrado se encuentra bien - añade rápidamente - pero se encontró indispuesto y no hablamos más del tema. Sin embargo, no me cabe duda de que si envía a buscar los papeles necesarios el ayudante, Adrian, los tendrá listos, yo mismo puedo ir por ellos aunque me temo que Adrian no me tenga en muy buena estima, y puedo cabalgar a Ghostfinger y volver a tiempo con Nadie para ejecutar el plan. Por otro lado señor, y esto es más grave, tememos que algunos de nosotros hemos sido envenados en la casa del Magistrado. Seguramente por la misma persona que elaboró ese extraño plan para confundirnos. Por eso hemos acudido a ver al sacerdote, para buscar su ayuda en este asunto ya que tememos que no tendremos tiempo antes del amanecer y que yo pueda rogar a Lathander que limpie sus cuerpos de toxinas... Yo... siento todo esto es muy confuso incluso para mi que lo acabo de vivir... -
El joven humano se quedó esperando la respuesta del Alto Capitan, aunque no esperaba nada bueno llegados a este punto.
PbP Character: A few ;)
Leobald observó la curiosa arquitectura del templo y se detuvo especialmente en las campanas tubulares mientras se acercaban. A las puertas de la iglesia saludó al capitán y al clérigo con educación. Dejó hablar a Godric sin interrumpirlo. Mientras Eliander encajaba los acontecimientos de la casa del magistrado se permitió una pregunta.
—¿Puedo preguntar qué ha motivado el adelanto de la reunión del Consistorio? Hemos visto las luces encendidas al pasar.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
El Alto capitán, que al parecer había acudido por alguna razón sin ningún tipo de protección o guarnición de la guardia al lugar, se acercó a Godric cuando este le hizo la señal de querer comunicarse con él con cierta discreción. Mientras, el sacerdote conocido como Wellgar, aliviado de dejar de sentir la presión de Eliander, se alejó unos pasos del resto para permitir ese intercambio de información sin que él pudiera escuchar algo, una vez junto al altar de su Diosa, se dispuso a vigilar que hacía el novicio y, de paso, corregirle prácticamente en cada acto de limpieza y mantenimiento que hacía.
Tras escuchar las explicaciones del joven adepto de Lathander, se quedó pensativo unos segundos antes de proseguir con sus órdenes acerca de los próximos pasos a seguir según su experiencia y entendimiento.
- Que oportuno incidente... Moebius siempre es un buen anfitrión, y si vienes de parte de la Corona, es casi imposible pifiarla con él, salvo que ocurra algo tan descarriado como lo que narráis claro... intentaré interceder mañana a primera hora con él para aclarar todo este tema, pero aún así, y en lo respectivo al plan establecido, no debería afectar demasiado y me explico, si tenemos ya los códigos de comunicación desde la vieja mansión abandonada de Goldstone y el barco, da igual quien emita las señas, obviamente hubiera sido más seguro que lo hubiera hecho alguien con cierta experiencia, como vuestro hobgoblin, pero un guardia de Saltmarsh lo puede hacer igual, de hecho con el código hasta un mono de feria podría... Así que enviaremos a un grupo de los nuestros hasta allí para hacerlo y coordinarnos en dos días junto a vuestras anotaciones recogidas de las pertenencias de Sambalet.
Eliander hizo una leve pausa mesándose la barbilla mientras meditaba la mejor manera de afrontar el posible envenenamiento.
- Wellmar y su gente se encargará de purgar con su magia la ponzoña que recorre ahora mismo vuestro organismo... eso corre a cuenta de la Corona, pero me aterra saber como han conseguido filtrar esa toxina hasta dentro de la misma magistratura y el efecto que ésta pudiera tener sobre nuestros principales activos, entiendo que aún no han sido atacados con ese veneno, o estarían ya muertos ante la premura con la que me haces entender que necesitais el antídoto o la sanación... Mañana será otro tema a tratar en nuestra conversación. Si todo sale bien volveré con vuestro salvo conducto para esa criatura amiga vuestra y con algo que arroje luz sobre el asunto.
Cuando Leobald intervino, el Alto Capitán le contestó con el mismo tono de voz casi imperceptible más allá de un metro suyo, al parecer queriendo evitar también que esta parte de la conversación llegara a oídos de los sacerdotes de Akadi.
- Ciertos asuntos privados del Consejo ajenos al tema de los contrabandistas requerían un trato más inmediato, por eso Eda y Gellan nos "invitaron" a todos a ejercer una sesión extraordinaria con prioridad absoluta, están en su derecho... de paso aprovechamos para tratar también el tema que nos atañe.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Godric asintió a las palabras de Elliander.
- Se lo agradezco Señor. - contesta en voz queda Godric - Por las palabras de Adrian el clero de Lathander no es bienvenido en esa casa, dijo que ya Lathander ya había llevado demasiado dolor allí, pero no entiendo a qué puede referirse, aunque el Magistrado se mostró en todo momento encantador, como bien decís. Creo que es mejor que me mantenga alejado del sirviente por el momento, aunque realmente me gustaría intentar tratar la dolencia de Moebius. ¿Quizá en otro momento podríais compartir conmigo lo que sepáis?. Me preocupa que, efectivamente, el Magistrado pueda estar en peligro. Hay algo que no encaja en toda esta historia del veneno - coincide Godric con el Alto Capitán - Al menos el veneno parece estar afectando a mis compañeros más rápidamente. Sin embargo me alegra que el sacerdote de Akadi pueda tratarlo. Llevaremos a cabo la misión y abordaremos el barco de los contrabandistas. Hemos averiguado que poseen un mago algo más peligroso que el caído Sanbalet, por eso creo que la discrección es nuestra mejor aliada. Intentaremos conseguir información sobre el noble que trabaja con ellos aqui en Saltmarsh - dice en un susurro.
PbP Character: A few ;)
Eliander asintió de nuevo ante la petición de Godric de compartir futuras informaciones acerca de la afección del magistrado. El Alto Capitán se acercó un poco más al sacerdote de Lathander y posando la mano en su hombro en una actitud extrañamente paternal, le previno sobre la complicada misión que tenían más adelante.
- Tened cuidado... sobre todo si como dices, poseen ese mago, intentad reducirlo como primera prioridad en vuestro asalto.... - Tras una breve pausa, mientras su mirada no dejaba de vigilar de soslayo al más veterano miembro del clero de la Diosa Akadi, el dirigente de la guardia de Saltmarsh se despidió concertando un futuro encuentro - Si no nos volvemos a ver hasta el día de la infiltración, que no espero que así sea, ... pero por si las cosas se tuercen, quedaremos dentro de dos amaneceres en la "cala de los cascos huecos" ... a escasas dos millas al este de la ciudad... no tiene pérdida ... está llena de restos de navíos rápidos quebrados y botes abandonados, es como un cementerio de barcos semihundidos, un lugar perfecto para iniciar un asalto velado, ayudado por las nieblas mágicas de nuestros "aliados"...
Antes de marchar, Eliander se giró hacia los guardianes del templo y les señaló a los miembros del grupo, dirigiéndose esta vez a Wellmar, le espetó alzando la voz para que éste pudiera oirle.
- Hay un par de sanaciones que son necesarias también, inclúyelas en la cuenta de la Corona, ... trata a los muchachos de Bastianes como si fueran de los míos ... ya sabes ...
La imponente figura de barba canosa recortada y armadura pesada, cojeó hasta salir del recinto dejando al grupo de agentes a solas con los dos sacerdotes de Akadi, que no dejaban de mirarlos con cierto recelo. Finalmente, el que parecía regentar el lugar se acercó a todos lentamente, emitiendo un característico sonido de madera contra madera cada vez que se apoyaba en su "pata" artificial. Al llegar a la altura de todos, su voz rasgada afloró una vez más.
- ¿En que puedo ayudaros? ¿Qué aflicciones os azotan? ... Este humilde servidor de La Dama del Viento, azote de las abominaciones abisales, está a vuestro servicio.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
[Previo al templo, con Godric]
-Sospecho..- contestó al joven clérigo sobre las intenciones de Chak-.. que simplemente querría dejarnos en evidencia.. y hemos cumplido de sobra. Invocar luz para ejercer terrible sufrimiento, destruir la instancia y enemistarnos quizá con quien mas poder posea ha sido, sin lugar a dudas, superar cualquier expectativa de Chak, con creces. Cuando salgamos, debo volver a hablar con los infames gremios bajo taberna, aprender su jerga y despejar las tinieblas que rodean a esa nueva "la sombra".
[En el templo]
En segundo plano, dejó hacer y explicar a aquellos mas dotados para corte y política. Oídos con el alto capitán pero ojos en el sacerdote, observando como las palabras de Eliander afectaban y provocaban reacciones interesantes en el veterano devoto de Akadi. Nombrar a Nadie fue lo que hizo tomar palabra.
-Si no para las señales, siempre sería de beneficiosa ayuda la participación del hobgoblin Nadie en cubierta.. sabía del mago y conoce a los hermanos al mando. Cualquier mediación ayudaría..- añadió cuando Godric acabó con su encuentro privado.
Ya con Eliander fuera y recibiendo las atenciones de Wellmar y sus clérigos pero a suficiente distancia.. templos, deidades y sus representantes humanos resultaba burda superchería para quien camina bajo el cielo con sangre divina corriendo sus venas.
-"Muerte carmesí"- repitiendo las palabras del druida- que si así es, corre emponzoñando sus cuerpos.. Para el antídoto necesitariamos Erectus perennis.. Mis compañeros estarían mas que agradecidos si usted o alguno de sus seminaristas pudiera proporcionárselo.
Wellmar Brinehanded Nature check: 4
El veterano sacerdote de la Diosa de los Vientos asintió dando a entender que comprendía la gravedad del asunto, con un gesto de su mano llamó a su acólito para que dejara sus menesteres de mantenimiento y limpieza y se acercara al grupo. El muchacho iba cubierto con la amplia capucha de tono gris muy parecida a la de su superior, dejando apenas entrever la parte baja de su barbilla, también cubierta de una incipiente barba, y poco más.
- No conozco ni el veneno que mencionas ni el antídoto, pero afortunadamente para vosotros no lo necesitamos saber, la sanadora brisa de nuestra Diosa purgará la ponzoña de vuestro cuerpo. ¡Adso usa la daga ritual y detecta si su sangre sufre alguna malaria o envenenamiento!
El chico, asintió en silencio con la cabeza y de entre sus togas ceremoniales sacó una daga de cierta calidad, a simple vista se podía apreciar una buena hoja ligeramente curvada y en el mango lucía un grabado con un intrincado símbolo de origen sagrado, posiblemente representando a su deidad. Con una voz de alguien que había abandonado la adolescencia hace poco tiempo, educadamente solicitó la colaboración de los afectados.
- Si sus señorías me lo permiten, necesito hacer brotar unas gotas de sangre para lanzar un hechizo de detección de venenos, eso nos ayudará a acotar lo que estamos tratando y si es necesario usar conjuros sanadores que requieren una habilidad superior. Los recursos son escasos y hay que saber admnistrarlos.
El joven acólito extendio una de sus manos, sin duda castigada por el trabajo, esperando que alguno de los agentes en peligro de muerte le tendiera la suya, en la otra mano, la derecha, aferraba con fuerza la daga ceremonial.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Desde que entraron al templo, Adriana guardó silencio, descansando en uno de los bancos y escuchando las conversaciones a su alrededor sin intervenir. Cuando el sacerdote afirmó que podían ayudarles con su mal, la alta elfa se levantó acercándose a él, tendiendo su mano hacia el joven.
- Proceda como considere conveniente - afirmó sin dudar, con un matiz de esperanza en la voz.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
El muchacho cogió la mano de la elfa con suma delicadeza y la mantuvo con la palma hacia arriba. Adriana sintió la correosa piel del adepto contra la suya, generando un extraño contraste de texturas. Adso acercó la daga a la mano de la hechicera, pero cuando la afilada hoja estaba a escasos centímetros de su objetivo, pausó el corte, quedándose absorto durante unos segundos que parecieron eternos, hasta que Wellmar, extrañado por la interrupción del proceso, preguntó al muchacho con cierta condescendencia.
- ¿Porqué dudas? ... ¿Ahora te da miedo la sangre? ... Si es así, quizás tu fe no es suficiéntemente férrea como para ejercer como servidor de La Dama...
Volviéndo en sí mismo, como si hubiera salido de breve trance interrumpido por las duras palabras de su superior, Adso respondió rápidamente justificándose.
- No señor, siento la pausa, era solo... que ... nunca habia tocado la piel de un elfo... es extremadamente suave, como el alabastro más fino... su perfección ha hecho que dudase por un momento, no quería dañarla... pero sé lo que debo hacer.
Tras sus palabras, el aprendiz de Akadi terminó su tarea cortando con cuidado la mano de Adriana, y dejando que unas gotas de un rojo profundo brotaran de la pequeña herida, quedándose allí situadas sobre su propia palma. Retirando la daga, y tras limpiarla con un pañuelo sacado también de algún lugar oculto de su túnica sacerdotal, la guardó en el mismo sitio desde donde la había hecho aparecer. Tras esto, unas sagradas palabras entonadas en un divino lenguage comenzaron a ser recitadas como un salmo, extendiendo sus dos manos sobre la herida de la alta elfa, Adso conjuró la magia que le permitiría detectar cualquier veneno... por un momento la mano de la hechicera se iluminó con una tenue luz azulada, mientras una ligera brisa se paseó por toda la estancia, moviendo con delicadeza los ropajes de todos los que allí estaban, y agitando el pelo de los que lo tenían más largo o suelto.
La tenue y azulada luz se apagó casi de inmediato mientras Adso parecía concentrado... tras eso, elevó un poco la cabeza, aún cubierta por su capucha, y algo confuso, emitió su conclusión.
- Usted mi señora no está afectada por ninguna ponzoña o enfermedad..., su cuerpo está libre e inmaculado.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Leobald enarcó una ceja algo sorprendido.
—¿No estáis envenenados? —observó a Adriana y Toc Toc — Vaya, una buena noticia al fin. Extraña, pero bien recibida, sin duda. Gracias por vuestros servicios, joven.
El caballero le tendió la mano para estrechar la de ambos clérigos en un saludo formal y de paso observar disimuladamente sus antebrazos.
—Leobald Tenhall —se presentó formalmente—. Quedamos en deuda con la Casa de Akadi —asintió al párroco también tratando de ser conciliador—. Lamento las molestias que pueda representarle nuestra presencia, sobre todo a estas horas de la noche. Y les agradezco también su futura ayuda con ese barco. Antes de irnos, hemos visto numerosas pintadas de tétricos mensajes en las pareces del centro, tantas que la guardia no da a basto a borrarlas. Me preguntaba si vos, como guardián de las almas de esta villa, sabréis de que va todo eso; mera curiosidad claro, no es un asunto que entre dentro de nuestras obligaciones como agentes.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Godric sonrió a Adriana mientras Leobald hablaba con los clérigos de Akadi y cubrió su mano herida con las suyas. La elfa sintió el cálido toque del clérigo y cuando este retiro las manos su piel volvía a estar inmaculada, sin el más mínimo rastro del pequeño corte que había tenido que ejercer Adso para su hechizo.
Con un guiño a Adriana volvió a un segundo plano a esperar a los demás.
[spolier] Godric gasta un Cure Wounds de lvl 1 en Adriana [/spolier]
PbP Character: A few ;)
La mirada de Adriana reflejó alivio y agradecimiento ante las palabras del joven Adso, pero no pudo evitar un gesto de extrañeza dirigido hacia Mablung y Khalion. Se retiró junto con Godric mientras curaba sus heridas y, ahora más tranquila, el peso del cansancio se apoderó de ella, sentándose abatida en uno de los bancos del templo.
En un susurro, imperceptible para los demás, Adriana comentó al sacerdote:
- Es un alivio comprobar que finalmente el veneno no recorre nuestra sangre, pero… no deja de inquietarme y me pregunto por qué Mablung y Khalion estaban tan convencidos. ¿No te resulta, cuanto menos, extraño? - cerró los ojos momentáneamente, haciendo una pausa- quizá el cansancio no me permita pensar con claridad… ¿Crees que podremos volver pronto a la posada? estoy hambrienta y exhausta… -
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Cuando Wellmar comenzó a tratar con Leobald, con el que extrañamente parecía sentirse más cómodo hablando que con el Alto Capitán, Adso, tras comprobar que nadie más necesitaba de sus servicios, se volvió a retirar a la zona del altar para continuar con sus quehaceres. El veterano sacerdote pareció responder al caballero con cierta preocupación ante la pregunta que tarde o temprano él sabía que aparecería en la conversación.
- No os preocupéis por la deuda, Eliander sabe pagarlas y muy bien por cierto, sabe como "negociar" y que utilizar para hacerlo casi con cualquier miembro de este pueblo... Puede que sea una antigua leyenda tullida ahora, pero eso quizás eso le hace más peligroso aún... que se le subestime...
Volviendo al tema principal y núcleo del interés de Leobald, Wellmar suspiró con cierto desasosiego antes de retomar su charla.
- Las pintadas, ... poco se sabe de quien las escribe, sólo que cada vez son más frecuentes... y lo más extraño es que nadie ha visto nada, nunca... lo que es muy extraño cuando aparecen en zonas que suelen estar siempre concurridas, incluso en la noche, como los muelles... Mi teoría es que son de algún tipo de culto... Saltmarsh lleva arrastrando una crisis profunda desde hace mucho tiempo, empieza a haber más pobreza y las clases altas ... pues ya sabes, se enriquecen cada vez más... eso sin duda conduce a que muchos tomen caminos desesperados y equivocados..., de momento no ha habido más que mensajes escritos en las paredes... mientras no llegue a más... no creo que se intervenga demasiado. No son más que ingenuos dejándose influenciar por locos,... ojalá pudiera hacer más para acercarme a esa gente y hacerles llegar la palabra de Akadi, para que se dieran cuenta del error que están cometiendo y alejarles de los tortuosos senderos que están recorriendo... pero apenas se sabe nada de ellos... y mis feligreses tampoco parecen enterarse de lo que ocurre, sólo saben que tienen miedo...
Leobald tampoco ven ningún tatuaje o marca puesto que las togas llegan hasta casi la mitad de sus manos, tapando cualquier posible contacto visual con sus antebrazos o más allá.
" ¡Oh la Oscuridad...! "