Leobald agradeció el gesto de Godric y tomó la piedra que habría de alumbrarles. Apagó la linterna y embrazó el escudo tratando de no hacer ruido. La luz que se filtraba desde el techo era suficiente para ver sin dificultades, así que escondió la piedra tras el enorme escudo para no delatar su posición. Tratando de agudizar el oído, se mantuvo en guardia, expectante hasta el regreso de Mablung. 

Consternado por su descubrimiento Mablung, sintió la necesidad de saber más acerca de como acabaron ahí los druidas, pero el sentido común o de preservación le hicieron volver con sus compañeros:- La entrada de la gruta esta repleta de cadaveres, tanto de rátidos como de humanoides...entre los restos he podido ver túnicas de miembros de unos de los círculos druidicos de Dreadwood.- Haciendo una pausa mientras asimilaba lo visto, continuó:- Lo que me lleva a dos suposiciones, esta criatura lleva cazando fuera de esta gruta mucho tiempo y tiene salida a la superficie o... alguien le ha traido sacrificios, sea como sea debo de averiguar como llegaron hasta aqui esos druidas-.

- Que los cadaveres esten fuera de la caverna implica que la criatura sale, por lo que podemos esperar a que salga o incitarla a ello o podemos entrar a buscarla, sea como sea debo volver a registrar los cuerpos, puede que encuentre alguna pista al respecto de como llegaron hasta aquí.-

Tras unos instantes TocToc recuperó su estado de ánimo y dejando a un lado su duelo por la visión perdida escuchó a Mablung con atención. - No sabemos cada cuanto sale, incitarla será difícil. ¿Cuánto tiempo podemos esperar? –

Después se acerco unos pasos hacia la entrada. - Te ayudare a buscar pistas.

Mientras el resto del grupo parecía decidir cual sería el mejor plan que guiará sus pasos, incluído uno donde el escurridizo guía parecía ser el cebo para atraer a la posible criatura de las profundidades, el inquieto y curioso kenku, junto a Mablung, volvieron a dirigirse a la base de la cascada y el lago que ésta formaba justo antes de desembocar al Mar Silente. Una vez allí el duo pareció trabajar con bastante diligencia, combinando sus descubrimientos mientras observaban los restos de los cadáveres y registrando sus posibles pertenencias.

Lo primero que parecieron percibir es que los restos de los druidas eran muchos más antiguos que los de los rátidos, éstos últimos parecían mucho más recientes..., además revelaban tener secuelas de una muerte causada por violencia física, y partes de ellos, mostraban evidencias de que habían sido parcialmente devorados. Sin embargo los druidas parecían haber muerto de una manera extraña, su distribución contribuía a hacer creer que habían tenido una especie de batalla ... pero entre ellos ... restos antiguos de su magia elemental parecían haber dejado su marca en las rocas circundantes, y algunos poseían cortes en sus huesos causados probablemente por las hoces rituales que ellos mismos usaban. 

Otra curiosidad patente, es que sus cuerpos habían sido registrados y resprovistos de cualquier equipación y objetos que portaran, alguien ya había saqueado esos cadáveres en el pasado llevándose todo lo que fuese de utilidad, dejándolos apenas con sus túnicas y ropas características y poco más...

Desde una roca cercana un discreto aasimar cubría la casacada por si algo asomaba mientras el druida exploraba compunjido los restos de antiguos compañeros. Sin que nada ocurriera, y tras explicaciones detalladas de Mablung, se acercó con los demás para comprobar lo que ya les había contado. 

-Si toda esta gente fracasó.. reduce nuestras opciones drasticamente..- al ver la zona donde se encontraban los cuerpos.- Aquí podríamos estar en igualdad.. dentro, en su madiguera, podrá cazarnos sin resistencia.. Crees que come aquí o solo tirar los restos?

Buscaba entre los restos alguna pista que delatara un patrón o flaqueza, sin mucho éxito.

 - Parece que los druidas lucharon entre sí, Mablung... ¿Es posible que hubiese alguna especie de guerra interna... o… una traición, o un engaño como el que estaba haciendo Filborg? – Preguntó casi de forma retorica sin esperar una respuesta. Después, viendo que sus compañeros parecían decidirse por la emboscada observó los cadáveres de los ratidos. Era difícil calcular cada cuando tiempo salía la bestia a alimentarse y cuando había sido la última vez que se había alimentado por lo intentó, experiencia con cadáveres tenia de su tiempo como esclavo de Akrul. Buscó el cadáver más reciente e intentó calcular el tiempo que pasaba entre los diferentes cuerpos.

También intentó ver si habían sido arrastrados desde dentro de la cueva hacia afuera o desde el exterior hasta allí. Si los cuerpos habían sido arrastraos desde dentro significaba que la criatura no salía a alimentase si no, que más bien, se defendía de los ataques que el Amo le mandaba. Si habían sido arrastrados desde fuera quizás sí podrían esperar a que saliese.

Khalion se desplegó cerca de los dos investigadores intentado vislumbrar algo más que le llamara la atención. Observó la gruta y luego los cadáveres, pero no encontró nada relevante que pudiera esclarecer más lo ocurrido, aunque si se percató que ese quiebro de la cueva que se adentraba de nuevo en las profundidades de la tierra tras la cascada era una ratonera... y un lugar donde combatir, podría resultarles en una desventaja estratégica.

Mientras, el kenku seguía indagando en las posibles causas de la masacre o antiguedad de los cadáveres, sin demasiado éxito, simplemente parecía que eran todos bastante viejos, y que en algún momento, el "Amo" decidió no mandar más recursos para perder de manera gratuita a la zona... sin embargo, si pudo encontrar rastros, y estos eran medianamente recientes, probablemente de menos de una semana, ... Al parecer, los cuerpos de los rátidos habían sido arrastrados aquí desde dentro... los habían sacado, aunque no parecía que hubiese pasado lo mismo con los de los druidas, que probablemente fallecieron allí mismo... Lo más inquietante era que también había huellas de criaturas que el kenku no alcanzaba a reconocer... como si en parte reptaran y en otra parte cojearan con pies acabados en garras... y parte de ese rastro, se mezclaba con las paredes y el techo cercano... lo que indicaba que podían desplazarse por cualquier verticalidad con facilidad...

Un ligero resto de una especie de tela como la que tejieran las arañas parecía adherida a partes del terreno circundante, era muy díficil de ver, y su composición era extremadamente pegajosa, pero parecía estar compuesta por algún tipo de agua transmutada y semi-solidificada.... como si fuera una sustancia acuosa que pudiera tejerse... sin duda, TocToc maravillado, se dio cuenta de que nunca antes había visto nada parecido, y no sabía si sentir horror o admiración ante su descubrimiento.

-Estos restos son antiguos, es difícil saber que pudo pasar aunque me inclino por la teoría de que algunos miembros fueran engañados o controlados y de ahí la lucha entre ellos.- comentó Mablung a sus compañeros.

Fijandose en las huellas y marcas que le mostraba el kencu dijo:- El Amo no comentó nada de que la criatura tuviese sirvientes a su cargo, esto lo hace aún más difícil. Y debemos tomar la decisión de adentrarnos más en la guarida o esperar a ver si sale.-

Tras lo cual volvió donde les esperaba el guía y le preguntó por los sirvientes de la criatura.

- Poco sé de esta criatura o de ninguna en realidad - dijo tímidamente el clérigo - Pero normalmente las criaturas huyen del fuego. He oído que hacer una hoguera en la entrada de una caverna y llenarla de humo fuerza a sus habitantes a salir. Aunque aquí hacer un fuego pueda ser difícil por la humedad... contamos con medios mágicos ¿no? lo único que veo complicado es encontrar combustible... - miró a Mablung con cautela - ¿Quizá podríamos usar los restos de las ropas que habéis encontrado? Puede que no sea suficiente para llenar la caverna completamente pero quizá lo suficiente como para llamar su atención y que salga? - 

La alta elfa había permanecido observando la playa, algo retirada de la entrada de la caverna  y algo ajena a las primeras indagaciones. Se acercó caminando pesadamente a la cascada cuando Mablung y TocToc comentaron lo que habían descubierto. Su rostro se mostró enturbiado de preocupación.

- El Amo nos informó de que este ser no camina solo por las profundidades - respondió a la cuestión del druida - Está extendiendo su reino y eso implica súbditos que no dudarán en defenderle y, seguramente, serán a los que primero debamos enfrentarnos. Quién sabe en qué recóndito lugar se encontrará su líder, resguardándose. El Amo también nos previno de su inteligencia y de las trampas y peligros que encontraríamos por el camino, que no debemos subestimar - fijó su mirada unos segundos en la oscuridad de la entrada de la caverna - No me parece descabellada la idea del fuego - comentó refiriéndose a la intervención de Godric - quizá nos permita llamar la atención de alguno de sus secuaces y conseguir que acudan al exterior. Si finalmente no tenemos más remedio que adentrarnos en su guarida, cuantos más podamos eliminar aquí, mejor - 

Tras relatar sus averiguaciones TocToc asintio a las palabras de Adriana 

  - Pero también le pondrá sobre aviso sobre la incursión. - Contraargumento TocToc. - Pero no tengo ninguna idea mejor... si es posible hacer el fuego son que nos afecte puede ser una buena idea. Déjame ver como podríamos hacerlo.

-Internarnos en esa caverna es muerte certera.. trampas, recovecos, conocida por ellos sabiendo, además, que capaces son de usar techos y paredes.. Una vez entremos todos sabrán que vamos. Cuantos podríamos atraer aquí y luchas con, al menos, sin desventajas aparentes..- mientras miraba apuntando con su ballesta haciaparedes y techos..

Viendo que todos avanzaban hasta la entrada de la cueva, el caballero suspiró e hizo lo propio intentando no hacer ruido. Leobald se acercó al resto, pero se detuvo a media docena de pasos del grupo. Lo suficientemente cerca para oírles, pero tratando de no entorpecer los subterfugios de sus compañeros.

En silencio, contempló el dantesco espectáculo de cuerpos rotos y decrépitos. ¿Una reyerta aquí? ¿Por qué bajar aquí abajo para zanjar la traición al Círculo? La mención de los restos pegajosos y la posibilidad de ser atacados desde cualquier dirección hizo que volviera a volcar sus sentidos en la vigilancia.

Godric miró a sus compañeros hacer planes y haciendo un gesto a Adriana se acercó al resto del grupo con cautela 

Mientras se acercaba y aún lejos del lado de Leobald susurró 

- No quiero que entres en esa caverna solo y a ciegas. Y menos si hay telaraña extrañas Vigila que no nos sorprendan por la espalda mientras nos preparamos - 

-Todo apunta a que la caverna es grande, dudo que estos harapos sirvan de mucho si los prendes fuego, salvo para llamar su atención. Si quieres seguir adelante con esa idea necesitas mucho más combustible. O entramos o les esperamos aquí fuera, creo que son las dos opciones que tenemos-

-Aunque puedo probar a conjurar unas raíces, pero aún así dudo que sea suficiente para inundar la caverna de humo -

Leobald carraspeo ligeramente.

—Mablung tiene razón. Me permito recordaros —dijo con cautela— que el tiempo juega en contra de Adso y su hermano. No sabemos cuando pueda salir esa cosa o si está en su guarida siquiera. Además, si es la mitad de artera de lo que decía el cerebro, dudo que podamos tenderle una trampa en su propio terreno —añadió enarcando una ceja—. Sabemos que será peligroso y traicionero. Y que tenemos las de perder ahí dentro, pero diría que no tenemos elección. Deberíamos entrar —suspiró.

- Lo que pretendemos es que salga. O él o sus sirvientes. Con llamar la atención debería ser suficiente pero lo que digáis - se encoge de hombros el clérigo. 

-Cierto resulta que deberemos entrar.. -añadió con preocupación- pero insisto, quizá aquí podamos combatir algunos de esos seres sin que seamos presa fácil..

Leobald suspiró de nuevo y asintió pacientemente a Godric y Khalion. Viendo que el joven Godric cubría a Adriana, el caballero embrazó el pesado escudo y se acercó a Toctoc. Había demostrado ser un excelente tirador y sus dardos podían cambiar el signo la inminente escaramuza. Sobre todo frente a esquivos enemigos trepadores.

—Te cubriré —susurró al kenku cuando llegó a su altura—, si te parece bien.

Inspiró profundamente y esperó a que los cazadores tomaran la iniciativa, siempre atento al techo y las paredes. En adelante no se separaría más de un par de pasos del hombre cuervo, siempre listo para aprestar el escudo. El murmullo del agua que caía y las pocas olas de la costa subterránea rompían el silencio de aquel lugar tan vasto como opresivo. 

—Por cierto ¿Hasta qué distancia puedes ver con esta oscuridad? —preguntó a Toctoc entre susurros.

Mientras TocToc estudiaba la entrada de la cueva, e indicaba a Mablung donde posicionar sus raices, Leobald intentaba cubrirle a la vez que buscaba colaborar con la estrategia a seguir en entornos de escasa iluminación. Finalmente, ante la humedad de la mayoría de los cuerpos, los cuales yacían total o parcialmente sumergidos en el pequeño lago donde la cascada aterrizaba con su intensa descarga, decidieron no usarlos como parte del "combustible" de su plan, y aunque esto les proporcionaría una digna pira funeraria, en el actual estado, era prácticamente imposible cremarlos.

El druida se acercó a la boca de la cueva, dejando a su espalda la caída de agua, y, siguiendo las indicaciones del kenku, conjuró la magia primordíal que solicitaba la ayuda de las mismas raices del mundo. Enredeaderas y lianas comenzaron a responder a la llamada, tejiendo un entramado en un área que cubría la mayoría del pasillo que se perdía en la oscuridad... 

Una vez invocada esa hechiceria, la concentración que requería mantenerlas, evitaba que el elfo de los bosques pudiera invocar un nuevo conjuro para incendiarlas, puesto que requería también un fuerte foco mental por su parte. Dándose cuenta de la pequeña fisura en la estratagema a seguir, TocToc se lanzó con cautela a las raíces, y sacando métodos más convencionales, como la yesca y el pedernal seco, apoyado por algunas varillas de madera, consiguió sin problemas avivar una llama que comenzó a consumir los brotes convocados con avidez....

Un denso humo acompañó la incandescencia que se extendía rápidamente por las enredaderas y éste empezó a esparcirse por el pasillo en ambos sentidos. Los ojos del hombre cuervo comenzaron a picar, provocando que se echara unos pasos más atrás mientras lagrimeaba profusamente... y dándole vueltas a como podía desplazar esa humareda en la dirección correcta. La memoria eidética de TocToc recordó que poseían un pergamino de control de los vientos... un bien recuperado de las posesiones del mago del "Fantasma del Mar", pero prefirió guardarlo para futuras ocasiones y volver a reincidir en el uso de técnicas más mundanas.

Con un rápido gesto, indicó a Khalion y a Leobald que se desproveyeran de sus capas, y usándolas como mantos improvisados... comenzaron a agitarlas situandose los tres en hilera... de algún modo esto pareció tener un éxito bastante eficiente, y el oscuro humo cambió su rumbo para dirigirse hacia el interior en vez de hacia el exterior.

El rito no duró demasiado, mientras el fuego consumía su verde fuente de poder... y pronto se apagó ... sin que nada apareciera por la apertura. Tras una prudente espera de alrededor de un cuarto de hora... donde las paredes y el techo tiznados de la caverna parecía ser lo único que había cambiado... los agente decidieron replantear su próximos pasos, puesto que al parecer las criaturas o ser que habitaba más allá, no parecía asustarse o verse afectado por esa treta... ¿quizás las criaturas no tuviesen una inteligencia tan animal como pensaban o quizás su guarida estaba mucho más profundamente situada de lo que pudiera parecer en un principio?