Tras el combate los ropajes de Gowther se reconstruyeron con gran facilidad, haciendo parecer que las heridas del eladrin eran menores de las que en un principio parecían. Tras coger la corona de la reina, se dirigió a la entrada de la sala con sus compañeros. Estos solicitaron su magia de nuevo... Parecía que por esta vez no desconfiaban de sus habilidades. Fuese o no algo temporal, el El'Tael era consciente de que debían paralizar aquellos enfurecidos duergar. A falta de alguna respuesta del resto de compañeros versados en la magia, conjuró de nuevo su hechizo de telaraña.
La viscosa bola aterciopelada surgió entre los duergar y se dispersó con la fiereza que la vez anterior.-No sé por cuánto tiempo será posible retener a estos duergar... El tiempo apremia.-Pronunció estas palabras denotando en las mismas cierta incomodidad por el reciente golpe del caído rey duregar. Tras esto, continuó con el grupo preparado para lo que pudiera encontrar.
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"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Mientras el intrépido pseudodragón se perdía por el oscuro pasillo de la derecha, el grupo se lanzaba tras Ash por el de la izquierda. No se detuvieron a admirar los tapices que adornaban los pasillos con diversas escenas ya que pudieron escuchar cómo los enfurecidos duergar atravesaban la telaraña mágica urdida por Gowther para retenerlos.
Kima se volvió para enfrentarse al más adelantado y de un poderoso tajo le cercenó la cabeza. Dio unos pasos hacia atrás cubriéndose con el escudo.
- No podré contenerlos mucho más -
La alocada carrera les llevó hasta una doble puerta de madera negra, no tan ostentosa como la del salón del trono pero aún así elegante.
Zevatur escuchó la excitada voz de Canela en su cabeza.
- Aquí sólo hay una puerta... voy a tratar de abrirla... uugghh es muy pesada... ostras... que vienen... que vienen.... vaya con los enanos si casi no entran por el pasillo aaaahhh ¡¡ballestas!! -
-¡Oh Canela no aguantará mucho! – Zevatur gruñó mientras subía un poco para conseguir un buen ángulo, lanzaba un par de firebolts a los Duergar perseguidores y bajaba por la pared después. Atrapado en el pasillo con sus compañeros apenas podía hacer nada más. Y los enanos armados con ballestas hacían que quedarse subido a las paredes no fuese buena opción. – Yo tengo aceite, pero si aquí no hay salida… ¡Tendríamos que atravesar el aceite de vuelta!
Furia y destrucción. Canela vio su incursión acabarse rápidamente. “Nos vemos pronto chaval. Que Bahamut esté contigo”. Dijo mientras se disponía hacer una última hazaña. “Es fácil ser valiente cuando tus acciones no tienen consecuencias permanentes… Si el muchacho sobrevive” Pensó mientras se lanzaba a volar hacia los enanos, intentando volar escaleras abajo.
[Canela intenta volar por el techo, pasando por encima de los enanos y llegar a las escaleras para ver si consigue ir hacia abajo. Volando se mueve 12+12 casillas].
Al escuchar las palabras de Zevatur, Gowther tuvo una epifanía. El mestizo tenía razón... Como no lo había pensado antes. Si los duergar tenían buenas habilidades para la arquitectura, tal vez habría una salida de emergencia en la sala del trono o en algún otro de interés... En su reino era algo más que normal... Además, si seguían a ciegas tendría que afrontar potencialmente a todo un reino duergar.-Compañeros! Puede que tengamos una alternativa en la sala del trono o en los aposentos reales.-Sujetándose el costado- Si tenemos suerte puede que no hayan dado la voz de alarma a todo el reino y si la han dado, puede que nos dirijamos a una muerte segura. Tal vez encontremos una salida alternativa- Acabó diciendo mientras el grupo avanzaba por aquel pasillo.
Después de observar la caída de los reyes y de disfrutar momentáneamente el éxito de la batalla, fue consciente de que el peligro aún no había terminado. Los duergar, alertados por el sonido de sus movimientos, acudían raudos y furiosos con la intención de vengar la muerte de sus monarcas.
Guiada una vez más por su amado líder Ash, la hechicera se encaminó tras él por el pasillo que giraba a la izquierda, buscando desesperadamente una salida. Pero los enemigos comenzaban a crecer en número y necesitaban tiempo del que no disponían. El hechizo de Gowther fue inútil ante la fuerza bruta de los guerreros, que parecían aumentar de tamaño cada vez más, deshaciéndose de la telaraña como si se tratara de una fina capa de niebla.
Sus recursos mágicos escaseaban y decidió probar suerte esta vez intentando enlentecerles para arañar algo de tiempo. Fijando su mirada en el final del pasillo, invocó unos tentáculos de ébano que comenzaron a retorcerse en el suelo, intentando enroscarse sibilinamente entre las piernas de los guerreros, con la esperanza de convertir su marcha en un movimiento dificultoso.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Canturreos y tonadas, y al asalto. En el fragor del combate todo ocurrió rápido. Centrado en el Illithid, ofuscado por el pasado y los miedos del presente, cuando la adrenalina y la furia pasaron, solo había muerte a su alrededor. En el suelo los cadáveres de los que otrora fueran orgullosos reyes enanos de la suboscuridad. El cegado guerrero vengativo dio paso al analítico notario y recolector de hazañas. Lástima que aquella misión fuera un viaje solo de ida. Por fuerza de la costumbre el bardo repasó raudo con la mirada aquella sala. Todo lo que él le interesaba seguramente estaba en la sala de guerra y no allí. El ruido del combate a las puertas de la sala y los gritos de premura de los compañeros le hicieron reaccionar en una ciega fuga hacia ningún lado. En el pasillo y atropelladamente pudo ver el cuerpo lacerado y ensangrentado de Gowther que estoicamente sacaba fuerzas de donde no quedaban para mantener su acero presto. Con canturreo débil de aquellos versos de una lengua hace mucho tiempo olvidada, transmitió su calor sanador al bravo hoja danzante.
Cure Wounds level 2
2D8+5: 21
Mientras.. el highlander espectral apuraba su presencia en misión suicida atacando todo enano que tras ellos iba.
La carrera por encontrar una salida era atropellada y caótica.
Los gritos de sorpresa y dolor de los duergar al ser envueltos y sujetos por los tentáculos de sombras se tornan en más gritos de rabia al descubrir los enanos de las profundidades los cadáveres mutilados y profanados de sus reyes. Un enano, ignorando los tentáculos que bloquean la entrada al pasillo cruza enarbolando una espada de dos manos de aspecto amenazador, pero Khelezbur vuela y lo envía de vuelta a los tentáculos de un poderoso golpe.
Martin comprueba que la puerta está cerrada y saca rápidamente sus herramientas de pícaro. Intentando abstraerse del caos que le rodea, mientras Kath lanza su magia contra los duergar que se atreven a asomarse y estos contestan lanzado pesados virotes casi sin mirar para intentar acabar con ellos, el hábil semi-elfo abre la complicada cerradura en tiempo record.
Viendo que los enanos están reogranizándose y, pese a los peligrosos tentáculos de oscuridad que les acosan, dos de ellos con pesados escudos se ponen delante para proteger a los ballesteros, Martin abre la puerta y se interna en la siguiente sala.
Klarotah se eleva por encima de Zevatur, que apoya a Kath lanzando hechizos de fuego, y utiliza sus extraños poderes psíquicos para dejar aturddos a los enanos. Aquellos que están cerca de él pueden sentir un pesado zumbido en sus cabezas, y no quieren volver a recibir una descarga psíquica como esa. Sin embargo eso les da el tiempo que necesitan para pasar a la sala que Martin ha abierto para ellos.
Se trata, aparentemente de los aposentos reales. Una bellamente tallada en obsidiana cama preside la pared norte, mientras que una especie de chimenea a su derecha, alimentada por un pequeño reguero de lava proporciona calor e iluminación a la estancia. Frente a ellos otra puerta.
Zevatur puede oir en su cabeza la voz del valiente Canela.
- Ohhh esto es un baño... hace calor aquí... ¡¡menuda bañera!! seguro que la pueden usar incluso cuando están agigantados... oh oh... oigo a esos duergar al otro lado, he puesto un pestillo pero no creo que dure mucho... -
Como respondiendo a las palabras del pequeño dragón todos pueden escuchar un fuerte sonido al otro lado de la puerta que tienen enfrente.
Martin irrumpió en la sala y dejó escapar un gemido de victoria, quizás la tan ansiada salida secreta para amantes de alcoba que había mencionado Gowther estaba al alcance de sus manos, sólo necesitaban encontrarla lo más rápido posible antes de tener encima decenas de enanos duergar sedientos de su sangre como animales salvajes deseando saborear a su presa.
De reojo, el semielfo echó un vistazo a la lujosa cama de obsidiana y emitió un suspiro, aunque esta vez no fue de victoria, sino más bien de nostalgia. Sin dejarse distraer ni un momento, empezó a revolver todo intentando buscar alguna pista para esa ansiada salida, aunque de paso, si encontraba algo más de utilidad, no estaba de mal que acabara en alguno de sus bolsillos o mochila para su posterior estudio. Documentos, joyas... objetos de cierta relevancia, quizás cartas...
Mirando detrás de cuadros y los fondos de armario, el pícaro parecía un torbellino eficiente, localizando posibles lugares donde ubicar una escapada secreta y estudíandolos con precisión y premura.
Martin encontró un armario y un arcón que sufrieron una rápida pero profesional búsqueda por los hábiles dedos y entrenado ojo del semi-elfo.
En el armario no encontró nada relevante pero el arcón, que no estaba cerrado, reveló tener un doble fondo bajo toda la regia ropa que había dentro. Allí Martín halló dos pociones de desconocido contenido pues el cristal que las portaba era opaco.
No había cartas ni documentos pero si unos cuantos anillos, pendientes y dos colgantes que se deslizaron sin pudor a la mochila del pícaro.
Sin embargo, terminó su rápida inspección algo frustrado pues la ansiada salida no se encontraba en esta sala.
Otro fuerte mazazo en la sala contigua, donde estaba Canela les indicó que la puerta de allí no iba a durar mucho más.
Mientras Martin investigaba el resto del grupo no estaba ocioso.
Zevatur entró en la sala y gritó "Id al baño a cerrar la puerta atrancarla!" dijo minetras colocaba la vara inamovible en la puerta, bloqueando la misma. Luego miró a la sala intentando buscar una posible salida. Si la sala donde estaba Canela era el baño... quizás la salida estuviese allí!!
Acción de canela: Buscar una salida, centrándose en la letrina.
Acción de Zev: atranscar la puerta con la vara inamovible.
Ash cerró la puerta de los aposentos reales tras el último de sus amigos. Mientras los demás rebuscaban la vara mágica de Zebatur mantendría aquella puerta cerrada entre ellos y los duergars. El guerrero corrió hasta la puerta del del baño. Empujando con toda la fuerza de sus poderosos músculos, con la espalda arqueada, y apretando los dientes recordaba a los contrafuertes de una catedral.
–¡Vamos socios buscad ese pasadizo, no se cuanto podre aguantar! –gruñó entre dientes por el esfuerzo.
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Sin pensárselo dos veces Morko se dirigió directo a la puerta del baño para atrancarla siguiendo las indicaciones de Zevatur, mientras pensaba que más valiese que hubiese algún tipo de pasadizo en aquellas salas o vería la morada de Moradhin antes de lo planeado. Pero oyendo los golpes y viendo el armario su mente me dijo que quizás pudiesen ganar tiempo.
- El armario- dijo señalando a Ash- ayúdame a moverlo para atrancar la puerta.
Hacinados en los regios aposentos Zevatur indicó rápidamente que Canela precisaba ayuda en la otra sala.
Morko y Ash acudieron prestos, cruzando la única puerta de la habitación y entrando en el lujoso baño, justo a tiempo para ver temblar toda la puerta con otro golpe y empezar a resquebrajarse. No aguantaría otro embate de los decididos duergar.
Ash se lanzó a apuntalarla, ejerciendo toda la fuerza de que era capaz mientras Morko, sin ceremonia alguna, cogía el armario de la habitación y lo trasladaba allí como improvisada barricada.
En la otra habitación, mientras Martin y Guilbert descubrían cosas pero no aquello que todos ansiaban encontrar, Zevatur apuntalaba la regia puerta con su cetro inamovible. Eso tendría que aguantar. Esperó unos segundos pero ningún golpe sacudió aquella puerta. Parecía que la magia de Helanya y Gowther y los poderes de Klarotah habían mermado el ímpetu asesino de los duergar.
BOM
El golpe sacudió los goznes de la puerta y hizo que le diera un vuelco al corazón a Zevatur y el resto de los compañeros. Pero el joven hechicero había acertado. El cetro aguntaba. De momento. La puerta acabaría cediendo por los goznes.
La maga shadar-kai se puso a buscar por el baño, sabiendo que Martin y Guilbert se ocuparían de la habitación. Canela revoloteaba a su alrededor buscando y metiéndose por recovecos demasiado pequeños para ella. Cuando Morko pasó por delante cargando con el armario él solo, le siguió con la mirada y vio a Ash, soportando él solo los impactos en la puerta a base de fuerza bruta. Sus musculosos brazos aparecían henchidos por el esfuerzo.
- ¡EH! - un pequeño dragón cobrizo chasqueo sus garras delante de sus ojos, interponiéndose a su visión y devolviéndola a la realidad. - Creo que he encontrado algo -
Sonrojada siguió al dragón hasta la parte opuesta de la opulenta bañera. Las patas de acero de la misma estaban talladas como caras de gárgolas. El pequeño dragón la llevó hasta una de ellas, la más alejada de la puerta que ahora cubrían Ash y Morko con el armario justo cuando un hacha de acero comenzaba a astillarla.
Helanya se obligó a si misma a concentrarse. La talla no parecía muy distinta del resto. Un busto de torso fuerte con unos poderosos brazos diestramente tallados que ayudaban a soportar el peso de la bañera sobre la espalda de la gárgola, cuyo demoníaco rostro tenía la boca abierta y la lengua... un momento. Esa lengua tenía una pequeña marca, casi imperceptible cerca de donde se unía con los labios.En una talla que parecía hecha del mismo pedazo de roca, parecía algo fuera de lugar. Despacio Helayna toco la lengua que encontró fría, pulida y seca, lo cual tenía sentido pero por alguna razón esperaba encontrarla húmeda. Con un leve movimiento de su muñeca la lengua giró, quedándose la gárgola con un aspecto casi cómico.
En silencio, una parte de la pared sur se deslizó para revelar una oscura escalera que descendía entre las gruesas paredes de la fortaleza.
Zevatur, en la otra sala pudo sentir el júbilo de Canela.
Zevatur sintó la alegría, pero en su interior sabía que era soló una via de escape, la guardia, furiosa, no se iba a detener... ¿Cómo impedir que les siguieran o cómo entretenerles? Una idea apareció en su mente. Quizás algo aventurada.
- ¡¡Rápido, rápido, al baño!! - Dijo a sus compañeros en voz queda mientras se quedaba algo atrás y sacaba una tiza de su zurrón.
- ¡¡Al circulo de teleportación, rápido!! - Gritó con fuerza y convicción mientras dibujaba un círculo y unas runas similares a lo que vió cuando les teleportaron desde waterdeep a las cuevas enanas. Después se dispuso a lanzar un hechizo si daba tiempo, para hacer que el circulo fuese más convincente.
Mientras, en el baño, Canela canela revoloteaba con impaciencia. Una imagen apareció en la mente de los compañeros. "Canela actuando el mecanismo y quedándose detrás para asegurarse de que la puerta secreta se cerraba lo antes posible"
Mientras Zevatur pintarrajeaba algo en el suelo los demás fueron entrando en el pasadizo secreto que habían descubierto Canela y Helayna. El último en pasar al baño desde los aposentos reales cerró la puerta, viendo que la puerta de entrada empezaba a ceder.
Lo mismo pasaba con la puerta del baño. Ahora sólo quedaban Zevatur en la sala terminando de pintar un círculo con símbolos arcanos en el suelo y Martin en el dintel de la puerta secreta, sus agudos sentidos habían encontrado sin dificultad una pequeña palanca, apenas oculta en este lado, que serviría sin duda para cerrar o abrir la puerta desde dentro.
Un hachazo más en la puerta del baño y tanto la madera de la misma como del armario cedieron.
Zevatur pudo ver la barbuda cara de un duergar asomar intentando localizarles, los ojos inyectados en sangre a punto de salirse de sus órbitas. Al ver al tiefling, de pie en el centro del baño aulló mostrando los dientes amarillos y rotos.
Momento en el que el tiefling obró su magia y con un fogonazo rojo y amarillo las runas quedaron brillando bajo él. El duergar dejó de ver a su presa y aulló de rabia.
En realidad el astuto tiefling no se había esfumado por arte de magia si no que, tras un rápido intercambio con el semi-elfo mientras el resto se refugiaba en el pasadizo los dos urdieron un osado y arriesgado plan.
Mientras el tiefling comenzaba a conjurar y atraía la atención sobre él, el semi-elfo comenzó a cerrar la puerta secreta accionando el mecanismo. Aprovechando el fogonazo y la pequeña humareda que provoca su sencillo hechizo, Zevatur saltó hacia atrás y se lanzó al interior del pasadizo, justo a tiempo para cerrarse. El toque final lo aportó Klarotah, que viendo sus intenciones en sus mentes utilizó sus poderes telekinéticos para dejar la lengua de la gárgola que había encontrado Helayna en su sitio.
Para cuando los duergar entraton en tromba al cuarto de baño por ambas puertas sólo encontraron unas resplandecientes runas de teleportación que se iban apagando mientras todos corrían lo más en silencio posible escaleras abajo. Los aullidos de rabia y frustración de los enanos confirmaron a los compañeros que su treta había surtido efecto. Habían ganado un precioso tiempo para continuar su huida.
Podían escuchar los cuernos de los duergar llamando a las armas al resto de la guarnición, las carreras y juramentos de los enanos de las profundidades. No parecían estar buscándoles, si no más bien que el caos reinaba. Hasta escucharon una pelea en un momento. Pese a todo no tenían ninguna duda que si les descubrían toda esa violencia y frustración se descargaría contra ellos.
Fueron con precaución y en silencio, utilizando los conjuros que les permitían ver en la oscuridad pues no se atrevían a arriesgar ninguna luz, atravesando las gruesas paredes de la fortaleza y bajando y bajando hasta llegar a otra puerta secreta similar a la que habían usado para acceder al pasillo.
Refugiándose todos un poco más atrás, Martin accionó el mecanismo y aguantó la respiración. Un almacén le recibió al otro lado. Varias cajas y sacos se apilaban contra las paredes. A su derecha una puerta cerrada daba acceso al mismo desde el exterior. No se escuchaba nada en las inmediaciones, ya que toda la actividad se concentraba en los pisos superiores. El haber hecho creer a los duergar que habían huido por medio de la magia les daba la ventaja de que no les buscarían en la fortaleza.
La adrenalina corría recorría el cuerpo del bardo. Le costaba asimilar la gesta realizada y mil ideas atacaban su ingenio. Un cantar o una trova, un compéndium o libro de viajes. Estas aventuras podrían rivalizar sin duda alguna con la obra de Volo. Aunque suicida, la misión continuaba y venderían cara su piel. La deformación profesional y el ansia por obtener información castrense de valor le hizo rebuscar entre papeles y libros en el escritorio del real dormitorio. Dos libros, única lectura de cabecera de aquellos reyes, fueron a la mochila.
"Barbas y lava: una historia de pasión prohibida"
"Cocina Hobbit: Formas de cocinar a un Mediano . Por Gurthhask LodoHediondo. Chef Troll"
Mientras realizaba vital labor, el resto alborotaban alrededor atrancando puertas, descubriendo pasadizos y elaborando prestigios para la huida. Y así fue. Con sus gafas pudo guiar a aquellos con mas dificultades en la oscuridad absoluta del pasaje hasta que llegaron a un poco espaciado almacén. Mas amplios valoró las heridas del grupo, curando a Hela sus heridas mas feas con su salmo sanador.
Hambriento como si hubiera salido de una orgía, se lanzó hacia los embutidos, quizá de halfling, allí secando. Aprovechó para hacerse con todo el alimento para reponer las provisiones perdidas y consumidas a la espera de que los mas aptos en exploración y fortalezas enanas consideraran el siguiente paso del grupo.
Silenciosamente Helayna siguió a sus compañeros por aquellos túneles secretos, aún embargada por la adrenalina de la batalla y satisfecha por haber encontrado el mecanismo de la puerta secreta gracias a la ayuda de Canela.
Cuando llegaron al almacén, se recostó en una de las paredes dándole algo de tregua a su cuerpo cansado y herido. La curación de Guilbert fue un bálsamo reconstituyente que la imbuyó de energía, al igual que los bocados de longaniza y fruta que comió con avidez mientras esperaba a que los exploradores del grupo indicaran los pasos a seguir. Al igual que el bardo, se guardó en la mochila unas cuantas piezas para más adelante, no sin antes desmigar un trozo de pan para ofrecérselo a Gloom que se mantenía impertérrita en su hombro.
Observó a Martin en silencio, sintiéndose orgullosa de su trabajo. Sabía que no estarían a salvo hasta abandonar la ciudad duergar, pero esperaba que el semi-elfo hubiera recuperado algo de confianza y esperanza al haber llegado hasta aquí.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Ash entró en pasadizo secreto con regocijo. Aquello era un golpe de genialidad ¡Bien por Zebatur! Les iban a a dar esquinazo en sus propias narices. Aguantando la risa o el comentario sarcástico guardó silencio y siguió a los demás escaleras abajo lo más discretamente que pudo.
—¡Muy bien Zeb! ¡Buen truco! —dijo por fin entre susurros al tiefling hubieron ganado la distancia prudencial de la puerta secreta—. Bien socios, buen trabajo, nuestras apuestas han vuelto a aumentar —guiñó divertido.
Trató de llegar hasta Helayna para ver si se encontraba bien. Le acarició el rostro y la sonrió mientras la maga comía algo. Le divirtió le hecho de que sus compañeros tuvieran hambre en esas circunstancias. Buena señal, la moral estaba alta. Pero había que seguir adelante. La besó fugazmente y atendió a la puerta secreta que daba al almacén duergar.
—Es una lástima no haber probado esa cama real, ¿mmm? —bromeó entre susurros a la hechicera—, tendremos que esperar a llegar a Aguasprofundas para jugar a los reyes, mi reina.
Hela se ruborizó todo que puede ruborizarse una elfa shadar-kai de piel blanca como la cal al escuchar las palabras de Ash, y un calor repentino y explosivo recorrió su cuerpo.
Soltando una risita nerviosa y pícara, le ofreció una graciosa y exagerada reverencia - Sí, mi rey - le dijo divertida, para acto seguido colgarse de su cuello y susurrarle al oído - cualquier camastro mugriento de la taberna más lúgubre me resultará el más opulento de los aposentos si estoy contigo - y finalizó la frase con un tierno beso en su cuello.
Incluso ella misma se sorprendía de haberle expresado algo así, pero la personalidad del guerrero, su irreverencia y su carácter fanfarrón, ejercían en ella una atracción difícil de repeler, dejándose llevar por la confianza que le generaba. Se separó de él tras una mirada cómplice, preguntándose cuándo saldrían de aquella profundidad, deseando y temiendo a la vez su primer encuentro a solas con Ash.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Martin intentó hacer caso omiso a los arrumacos que se hacían ambos amantes, concentrándose en el almacén al que habían llegado. Aunque sinceramente en su interior la atención se distraía con facilidad al observarles de reojo, suspiró con una mezcla de envidia y preocupación para pasar a darles la espalda y analizar el entorno. Parecía que sólo había una salida, probablemente cerrada si se trataba de un almacén, pero nada complicado de abrir para sus habilidades. El semielfo comenzó a pasear estudiando la sala y buscando si tuviera otra salida secreta a parte de por la que habían llegado mientras se dirigía a sus amigos.
- Quizás es buen momento para que nos demos un respiro y vendarnos las heridas, creen que ya no estamos en la ciudad, y eso nos puede dar esa ventaja que necesitamos. Mientras veré que encuentro...
Tras su búsqueda por el almacén, el semielfo se dispuso a abrir la puerta con sumo cuidado y sigilo para asomarse y tener una perspectiva mejorada de sus posibilidades.
[Tooltip Not Found]: 2d20kh1 (3,10) + 12 = 22
Una vez que abrió la puerta observó en sigilo y haciendo una señal a sus amigos para que esperaran ocultos entre las cajas y los sacos.
Tras el combate los ropajes de Gowther se reconstruyeron con gran facilidad, haciendo parecer que las heridas del eladrin eran menores de las que en un principio parecían. Tras coger la corona de la reina, se dirigió a la entrada de la sala con sus compañeros. Estos solicitaron su magia de nuevo... Parecía que por esta vez no desconfiaban de sus habilidades. Fuese o no algo temporal, el El'Tael era consciente de que debían paralizar aquellos enfurecidos duergar. A falta de alguna respuesta del resto de compañeros versados en la magia, conjuró de nuevo su hechizo de telaraña.
La viscosa bola aterciopelada surgió entre los duergar y se dispersó con la fiereza que la vez anterior.-No sé por cuánto tiempo será posible retener a estos duergar... El tiempo apremia.-Pronunció estas palabras denotando en las mismas cierta incomodidad por el reciente golpe del caído rey duregar. Tras esto, continuó con el grupo preparado para lo que pudiera encontrar.
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Mientras el intrépido pseudodragón se perdía por el oscuro pasillo de la derecha, el grupo se lanzaba tras Ash por el de la izquierda. No se detuvieron a admirar los tapices que adornaban los pasillos con diversas escenas ya que pudieron escuchar cómo los enfurecidos duergar atravesaban la telaraña mágica urdida por Gowther para retenerlos.
Kima se volvió para enfrentarse al más adelantado y de un poderoso tajo le cercenó la cabeza. Dio unos pasos hacia atrás cubriéndose con el escudo.
- No podré contenerlos mucho más -
La alocada carrera les llevó hasta una doble puerta de madera negra, no tan ostentosa como la del salón del trono pero aún así elegante.
Zevatur escuchó la excitada voz de Canela en su cabeza.
- Aquí sólo hay una puerta... voy a tratar de abrirla... uugghh es muy pesada... ostras... que vienen... que vienen.... vaya con los enanos si casi no entran por el pasillo aaaahhh ¡¡ballestas!! -
PbP Character: A few ;)
-¡Oh Canela no aguantará mucho! – Zevatur gruñó mientras subía un poco para conseguir un buen ángulo, lanzaba un par de firebolts a los Duergar perseguidores y bajaba por la pared después. Atrapado en el pasillo con sus compañeros apenas podía hacer nada más. Y los enanos armados con ballestas hacían que quedarse subido a las paredes no fuese buena opción. – Yo tengo aceite, pero si aquí no hay salida… ¡Tendríamos que atravesar el aceite de vuelta!
Fire bolt + 1 sorcery point.
Furia y destrucción. Canela vio su incursión acabarse rápidamente. “Nos vemos pronto chaval. Que Bahamut esté contigo”. Dijo mientras se disponía hacer una última hazaña. “Es fácil ser valiente cuando tus acciones no tienen consecuencias permanentes… Si el muchacho sobrevive” Pensó mientras se lanzaba a volar hacia los enanos, intentando volar escaleras abajo.
[Canela intenta volar por el techo, pasando por encima de los enanos y llegar a las escaleras para ver si consigue ir hacia abajo. Volando se mueve 12+12 casillas].
Zevatur, Rolthos
Al escuchar las palabras de Zevatur, Gowther tuvo una epifanía. El mestizo tenía razón... Como no lo había pensado antes. Si los duergar tenían buenas habilidades para la arquitectura, tal vez habría una salida de emergencia en la sala del trono o en algún otro de interés... En su reino era algo más que normal... Además, si seguían a ciegas tendría que afrontar potencialmente a todo un reino duergar.-Compañeros! Puede que tengamos una alternativa en la sala del trono o en los aposentos reales.-Sujetándose el costado- Si tenemos suerte puede que no hayan dado la voz de alarma a todo el reino y si la han dado, puede que nos dirijamos a una muerte segura. Tal vez encontremos una salida alternativa- Acabó diciendo mientras el grupo avanzaba por aquel pasillo.
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Después de observar la caída de los reyes y de disfrutar momentáneamente el éxito de la batalla, fue consciente de que el peligro aún no había terminado. Los duergar, alertados por el sonido de sus movimientos, acudían raudos y furiosos con la intención de vengar la muerte de sus monarcas.
Guiada una vez más por su amado líder Ash, la hechicera se encaminó tras él por el pasillo que giraba a la izquierda, buscando desesperadamente una salida. Pero los enemigos comenzaban a crecer en número y necesitaban tiempo del que no disponían. El hechizo de Gowther fue inútil ante la fuerza bruta de los guerreros, que parecían aumentar de tamaño cada vez más, deshaciéndose de la telaraña como si se tratara de una fina capa de niebla.
Sus recursos mágicos escaseaban y decidió probar suerte esta vez intentando enlentecerles para arañar algo de tiempo. Fijando su mirada en el final del pasillo, invocó unos tentáculos de ébano que comenzaron a retorcerse en el suelo, intentando enroscarse sibilinamente entre las piernas de los guerreros, con la esperanza de convertir su marcha en un movimiento dificultoso.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Canturreos y tonadas, y al asalto. En el fragor del combate todo ocurrió rápido. Centrado en el Illithid, ofuscado por el pasado y los miedos del presente, cuando la adrenalina y la furia pasaron, solo había muerte a su alrededor. En el suelo los cadáveres de los que otrora fueran orgullosos reyes enanos de la suboscuridad. El cegado guerrero vengativo dio paso al analítico notario y recolector de hazañas. Lástima que aquella misión fuera un viaje solo de ida. Por fuerza de la costumbre el bardo repasó raudo con la mirada aquella sala. Todo lo que él le interesaba seguramente estaba en la sala de guerra y no allí. El ruido del combate a las puertas de la sala y los gritos de premura de los compañeros le hicieron reaccionar en una ciega fuga hacia ningún lado. En el pasillo y atropelladamente pudo ver el cuerpo lacerado y ensangrentado de Gowther que estoicamente sacaba fuerzas de donde no quedaban para mantener su acero presto. Con canturreo débil de aquellos versos de una lengua hace mucho tiempo olvidada, transmitió su calor sanador al bravo hoja danzante.
Cure Wounds level 2
2D8+5: 21
Mientras.. el highlander espectral apuraba su presencia en misión suicida atacando todo enano que tras ellos iba.
La carrera por encontrar una salida era atropellada y caótica.
Los gritos de sorpresa y dolor de los duergar al ser envueltos y sujetos por los tentáculos de sombras se tornan en más gritos de rabia al descubrir los enanos de las profundidades los cadáveres mutilados y profanados de sus reyes. Un enano, ignorando los tentáculos que bloquean la entrada al pasillo cruza enarbolando una espada de dos manos de aspecto amenazador, pero Khelezbur vuela y lo envía de vuelta a los tentáculos de un poderoso golpe.
Martin comprueba que la puerta está cerrada y saca rápidamente sus herramientas de pícaro. Intentando abstraerse del caos que le rodea, mientras Kath lanza su magia contra los duergar que se atreven a asomarse y estos contestan lanzado pesados virotes casi sin mirar para intentar acabar con ellos, el hábil semi-elfo abre la complicada cerradura en tiempo record.
Viendo que los enanos están reogranizándose y, pese a los peligrosos tentáculos de oscuridad que les acosan, dos de ellos con pesados escudos se ponen delante para proteger a los ballesteros, Martin abre la puerta y se interna en la siguiente sala.
Klarotah se eleva por encima de Zevatur, que apoya a Kath lanzando hechizos de fuego, y utiliza sus extraños poderes psíquicos para dejar aturddos a los enanos. Aquellos que están cerca de él pueden sentir un pesado zumbido en sus cabezas, y no quieren volver a recibir una descarga psíquica como esa. Sin embargo eso les da el tiempo que necesitan para pasar a la sala que Martin ha abierto para ellos.
Se trata, aparentemente de los aposentos reales. Una bellamente tallada en obsidiana cama preside la pared norte, mientras que una especie de chimenea a su derecha, alimentada por un pequeño reguero de lava proporciona calor e iluminación a la estancia. Frente a ellos otra puerta.
Zevatur puede oir en su cabeza la voz del valiente Canela.
- Ohhh esto es un baño... hace calor aquí... ¡¡menuda bañera!! seguro que la pueden usar incluso cuando están agigantados... oh oh... oigo a esos duergar al otro lado, he puesto un pestillo pero no creo que dure mucho... -
Como respondiendo a las palabras del pequeño dragón todos pueden escuchar un fuerte sonido al otro lado de la puerta que tienen enfrente.
PbP Character: A few ;)
Martin irrumpió en la sala y dejó escapar un gemido de victoria, quizás la tan ansiada salida secreta para amantes de alcoba que había mencionado Gowther estaba al alcance de sus manos, sólo necesitaban encontrarla lo más rápido posible antes de tener encima decenas de enanos duergar sedientos de su sangre como animales salvajes deseando saborear a su presa.
De reojo, el semielfo echó un vistazo a la lujosa cama de obsidiana y emitió un suspiro, aunque esta vez no fue de victoria, sino más bien de nostalgia. Sin dejarse distraer ni un momento, empezó a revolver todo intentando buscar alguna pista para esa ansiada salida, aunque de paso, si encontraba algo más de utilidad, no estaba de mal que acabara en alguno de sus bolsillos o mochila para su posterior estudio. Documentos, joyas... objetos de cierta relevancia, quizás cartas...
Mirando detrás de cuadros y los fondos de armario, el pícaro parecía un torbellino eficiente, localizando posibles lugares donde ubicar una escapada secreta y estudíandolos con precisión y premura.
Investigation: 1d20 (16) + 5 = 21
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Martin encontró un armario y un arcón que sufrieron una rápida pero profesional búsqueda por los hábiles dedos y entrenado ojo del semi-elfo.
En el armario no encontró nada relevante pero el arcón, que no estaba cerrado, reveló tener un doble fondo bajo toda la regia ropa que había dentro. Allí Martín halló dos pociones de desconocido contenido pues el cristal que las portaba era opaco.
No había cartas ni documentos pero si unos cuantos anillos, pendientes y dos colgantes que se deslizaron sin pudor a la mochila del pícaro.
Sin embargo, terminó su rápida inspección algo frustrado pues la ansiada salida no se encontraba en esta sala.
Otro fuerte mazazo en la sala contigua, donde estaba Canela les indicó que la puerta de allí no iba a durar mucho más.
Mientras Martin investigaba el resto del grupo no estaba ocioso.
PbP Character: A few ;)
Zevatur entró en la sala y gritó "Id al baño a cerrar la puerta atrancarla!" dijo minetras colocaba la vara inamovible en la puerta, bloqueando la misma. Luego miró a la sala intentando buscar una posible salida. Si la sala donde estaba Canela era el baño... quizás la salida estuviese allí!!
Acción de canela: Buscar una salida, centrándose en la letrina.
Acción de Zev: atranscar la puerta con la vara inamovible.
Zevatur, Rolthos
Ash cerró la puerta de los aposentos reales tras el último de sus amigos. Mientras los demás rebuscaban la vara mágica de Zebatur mantendría aquella puerta cerrada entre ellos y los duergars. El guerrero corrió hasta la puerta del del baño. Empujando con toda la fuerza de sus poderosos músculos, con la espalda arqueada, y apretando los dientes recordaba a los contrafuertes de una catedral.
–¡Vamos socios buscad ese pasadizo, no se cuanto podre aguantar! –gruñó entre dientes por el esfuerzo.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Sin pensárselo dos veces Morko se dirigió directo a la puerta del baño para atrancarla siguiendo las indicaciones de Zevatur, mientras pensaba que más valiese que hubiese algún tipo de pasadizo en aquellas salas o vería la morada de Moradhin antes de lo planeado. Pero oyendo los golpes y viendo el armario su mente me dijo que quizás pudiesen ganar tiempo.
- El armario- dijo señalando a Ash- ayúdame a moverlo para atrancar la puerta.
Athletics:26
Hacinados en los regios aposentos Zevatur indicó rápidamente que Canela precisaba ayuda en la otra sala.
Morko y Ash acudieron prestos, cruzando la única puerta de la habitación y entrando en el lujoso baño, justo a tiempo para ver temblar toda la puerta con otro golpe y empezar a resquebrajarse. No aguantaría otro embate de los decididos duergar.
Ash se lanzó a apuntalarla, ejerciendo toda la fuerza de que era capaz mientras Morko, sin ceremonia alguna, cogía el armario de la habitación y lo trasladaba allí como improvisada barricada.
En la otra habitación, mientras Martin y Guilbert descubrían cosas pero no aquello que todos ansiaban encontrar, Zevatur apuntalaba la regia puerta con su cetro inamovible. Eso tendría que aguantar. Esperó unos segundos pero ningún golpe sacudió aquella puerta. Parecía que la magia de Helanya y Gowther y los poderes de Klarotah habían mermado el ímpetu asesino de los duergar.
BOM
El golpe sacudió los goznes de la puerta y hizo que le diera un vuelco al corazón a Zevatur y el resto de los compañeros. Pero el joven hechicero había acertado. El cetro aguntaba. De momento. La puerta acabaría cediendo por los goznes.
La maga shadar-kai se puso a buscar por el baño, sabiendo que Martin y Guilbert se ocuparían de la habitación. Canela revoloteaba a su alrededor buscando y metiéndose por recovecos demasiado pequeños para ella. Cuando Morko pasó por delante cargando con el armario él solo, le siguió con la mirada y vio a Ash, soportando él solo los impactos en la puerta a base de fuerza bruta. Sus musculosos brazos aparecían henchidos por el esfuerzo.
- ¡EH! - un pequeño dragón cobrizo chasqueo sus garras delante de sus ojos, interponiéndose a su visión y devolviéndola a la realidad. - Creo que he encontrado algo -
Sonrojada siguió al dragón hasta la parte opuesta de la opulenta bañera. Las patas de acero de la misma estaban talladas como caras de gárgolas. El pequeño dragón la llevó hasta una de ellas, la más alejada de la puerta que ahora cubrían Ash y Morko con el armario justo cuando un hacha de acero comenzaba a astillarla.
Helanya se obligó a si misma a concentrarse. La talla no parecía muy distinta del resto. Un busto de torso fuerte con unos poderosos brazos diestramente tallados que ayudaban a soportar el peso de la bañera sobre la espalda de la gárgola, cuyo demoníaco rostro tenía la boca abierta y la lengua... un momento. Esa lengua tenía una pequeña marca, casi imperceptible cerca de donde se unía con los labios.En una talla que parecía hecha del mismo pedazo de roca, parecía algo fuera de lugar. Despacio Helayna toco la lengua que encontró fría, pulida y seca, lo cual tenía sentido pero por alguna razón esperaba encontrarla húmeda. Con un leve movimiento de su muñeca la lengua giró, quedándose la gárgola con un aspecto casi cómico.
En silencio, una parte de la pared sur se deslizó para revelar una oscura escalera que descendía entre las gruesas paredes de la fortaleza.
Zevatur, en la otra sala pudo sentir el júbilo de Canela.
PbP Character: A few ;)
Zevatur sintó la alegría, pero en su interior sabía que era soló una via de escape, la guardia, furiosa, no se iba a detener... ¿Cómo impedir que les siguieran o cómo entretenerles? Una idea apareció en su mente. Quizás algo aventurada.
- ¡¡Rápido, rápido, al baño!! - Dijo a sus compañeros en voz queda mientras se quedaba algo atrás y sacaba una tiza de su zurrón.
- ¡¡Al circulo de teleportación, rápido!! - Gritó con fuerza y convicción mientras dibujaba un círculo y unas runas similares a lo que vió cuando les teleportaron desde waterdeep a las cuevas enanas. Después se dispuso a lanzar un hechizo si daba tiempo, para hacer que el circulo fuese más convincente.
Mientras, en el baño, Canela canela revoloteaba con impaciencia. Una imagen apareció en la mente de los compañeros. "Canela actuando el mecanismo y quedándose detrás para asegurarse de que la puerta secreta se cerraba lo antes posible"
Zevatur, Rolthos
Mientras Zevatur pintarrajeaba algo en el suelo los demás fueron entrando en el pasadizo secreto que habían descubierto Canela y Helayna. El último en pasar al baño desde los aposentos reales cerró la puerta, viendo que la puerta de entrada empezaba a ceder.
Lo mismo pasaba con la puerta del baño. Ahora sólo quedaban Zevatur en la sala terminando de pintar un círculo con símbolos arcanos en el suelo y Martin en el dintel de la puerta secreta, sus agudos sentidos habían encontrado sin dificultad una pequeña palanca, apenas oculta en este lado, que serviría sin duda para cerrar o abrir la puerta desde dentro.
Un hachazo más en la puerta del baño y tanto la madera de la misma como del armario cedieron.
Zevatur pudo ver la barbuda cara de un duergar asomar intentando localizarles, los ojos inyectados en sangre a punto de salirse de sus órbitas. Al ver al tiefling, de pie en el centro del baño aulló mostrando los dientes amarillos y rotos.
Momento en el que el tiefling obró su magia y con un fogonazo rojo y amarillo las runas quedaron brillando bajo él. El duergar dejó de ver a su presa y aulló de rabia.
En realidad el astuto tiefling no se había esfumado por arte de magia si no que, tras un rápido intercambio con el semi-elfo mientras el resto se refugiaba en el pasadizo los dos urdieron un osado y arriesgado plan.
Mientras el tiefling comenzaba a conjurar y atraía la atención sobre él, el semi-elfo comenzó a cerrar la puerta secreta accionando el mecanismo. Aprovechando el fogonazo y la pequeña humareda que provoca su sencillo hechizo, Zevatur saltó hacia atrás y se lanzó al interior del pasadizo, justo a tiempo para cerrarse. El toque final lo aportó Klarotah, que viendo sus intenciones en sus mentes utilizó sus poderes telekinéticos para dejar la lengua de la gárgola que había encontrado Helayna en su sitio.
Para cuando los duergar entraton en tromba al cuarto de baño por ambas puertas sólo encontraron unas resplandecientes runas de teleportación que se iban apagando mientras todos corrían lo más en silencio posible escaleras abajo. Los aullidos de rabia y frustración de los enanos confirmaron a los compañeros que su treta había surtido efecto. Habían ganado un precioso tiempo para continuar su huida.
Podían escuchar los cuernos de los duergar llamando a las armas al resto de la guarnición, las carreras y juramentos de los enanos de las profundidades. No parecían estar buscándoles, si no más bien que el caos reinaba. Hasta escucharon una pelea en un momento. Pese a todo no tenían ninguna duda que si les descubrían toda esa violencia y frustración se descargaría contra ellos.
Fueron con precaución y en silencio, utilizando los conjuros que les permitían ver en la oscuridad pues no se atrevían a arriesgar ninguna luz, atravesando las gruesas paredes de la fortaleza y bajando y bajando hasta llegar a otra puerta secreta similar a la que habían usado para acceder al pasillo.
Refugiándose todos un poco más atrás, Martin accionó el mecanismo y aguantó la respiración. Un almacén le recibió al otro lado. Varias cajas y sacos se apilaban contra las paredes. A su derecha una puerta cerrada daba acceso al mismo desde el exterior. No se escuchaba nada en las inmediaciones, ya que toda la actividad se concentraba en los pisos superiores. El haber hecho creer a los duergar que habían huido por medio de la magia les daba la ventaja de que no les buscarían en la fortaleza.
PbP Character: A few ;)
La adrenalina corría recorría el cuerpo del bardo. Le costaba asimilar la gesta realizada y mil ideas atacaban su ingenio. Un cantar o una trova, un compéndium o libro de viajes. Estas aventuras podrían rivalizar sin duda alguna con la obra de Volo. Aunque suicida, la misión continuaba y venderían cara su piel. La deformación profesional y el ansia por obtener información castrense de valor le hizo rebuscar entre papeles y libros en el escritorio del real dormitorio. Dos libros, única lectura de cabecera de aquellos reyes, fueron a la mochila.
Mientras realizaba vital labor, el resto alborotaban alrededor atrancando puertas, descubriendo pasadizos y elaborando prestigios para la huida. Y así fue. Con sus gafas pudo guiar a aquellos con mas dificultades en la oscuridad absoluta del pasaje hasta que llegaron a un poco espaciado almacén. Mas amplios valoró las heridas del grupo, curando a Hela sus heridas mas feas con su salmo sanador.
Cure Wounds level 2. 2D8+5=21
Hambriento como si hubiera salido de una orgía, se lanzó hacia los embutidos, quizá de halfling, allí secando. Aprovechó para hacerse con todo el alimento para reponer las provisiones perdidas y consumidas a la espera de que los mas aptos en exploración y fortalezas enanas consideraran el siguiente paso del grupo.
Silenciosamente Helayna siguió a sus compañeros por aquellos túneles secretos, aún embargada por la adrenalina de la batalla y satisfecha por haber encontrado el mecanismo de la puerta secreta gracias a la ayuda de Canela.
Cuando llegaron al almacén, se recostó en una de las paredes dándole algo de tregua a su cuerpo cansado y herido. La curación de Guilbert fue un bálsamo reconstituyente que la imbuyó de energía, al igual que los bocados de longaniza y fruta que comió con avidez mientras esperaba a que los exploradores del grupo indicaran los pasos a seguir. Al igual que el bardo, se guardó en la mochila unas cuantas piezas para más adelante, no sin antes desmigar un trozo de pan para ofrecérselo a Gloom que se mantenía impertérrita en su hombro.
Observó a Martin en silencio, sintiéndose orgullosa de su trabajo. Sabía que no estarían a salvo hasta abandonar la ciudad duergar, pero esperaba que el semi-elfo hubiera recuperado algo de confianza y esperanza al haber llegado hasta aquí.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Ash entró en pasadizo secreto con regocijo. Aquello era un golpe de genialidad ¡Bien por Zebatur! Les iban a a dar esquinazo en sus propias narices. Aguantando la risa o el comentario sarcástico guardó silencio y siguió a los demás escaleras abajo lo más discretamente que pudo.
—¡Muy bien Zeb! ¡Buen truco! —dijo por fin entre susurros al tiefling hubieron ganado la distancia prudencial de la puerta secreta—. Bien socios, buen trabajo, nuestras apuestas han vuelto a aumentar —guiñó divertido.
Trató de llegar hasta Helayna para ver si se encontraba bien. Le acarició el rostro y la sonrió mientras la maga comía algo. Le divirtió le hecho de que sus compañeros tuvieran hambre en esas circunstancias. Buena señal, la moral estaba alta. Pero había que seguir adelante. La besó fugazmente y atendió a la puerta secreta que daba al almacén duergar.
—Es una lástima no haber probado esa cama real, ¿mmm? —bromeó entre susurros a la hechicera—, tendremos que esperar a llegar a Aguasprofundas para jugar a los reyes, mi reina.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Hela se ruborizó todo que puede ruborizarse una elfa shadar-kai de piel blanca como la cal al escuchar las palabras de Ash, y un calor repentino y explosivo recorrió su cuerpo.
Soltando una risita nerviosa y pícara, le ofreció una graciosa y exagerada reverencia - Sí, mi rey - le dijo divertida, para acto seguido colgarse de su cuello y susurrarle al oído - cualquier camastro mugriento de la taberna más lúgubre me resultará el más opulento de los aposentos si estoy contigo - y finalizó la frase con un tierno beso en su cuello.
Incluso ella misma se sorprendía de haberle expresado algo así, pero la personalidad del guerrero, su irreverencia y su carácter fanfarrón, ejercían en ella una atracción difícil de repeler, dejándose llevar por la confianza que le generaba. Se separó de él tras una mirada cómplice, preguntándose cuándo saldrían de aquella profundidad, deseando y temiendo a la vez su primer encuentro a solas con Ash.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Martin intentó hacer caso omiso a los arrumacos que se hacían ambos amantes, concentrándose en el almacén al que habían llegado. Aunque sinceramente en su interior la atención se distraía con facilidad al observarles de reojo, suspiró con una mezcla de envidia y preocupación para pasar a darles la espalda y analizar el entorno. Parecía que sólo había una salida, probablemente cerrada si se trataba de un almacén, pero nada complicado de abrir para sus habilidades. El semielfo comenzó a pasear estudiando la sala y buscando si tuviera otra salida secreta a parte de por la que habían llegado mientras se dirigía a sus amigos.
- Quizás es buen momento para que nos demos un respiro y vendarnos las heridas, creen que ya no estamos en la ciudad, y eso nos puede dar esa ventaja que necesitamos. Mientras veré que encuentro...
Investigation: 1d20 (7) + 5 = 12
Tras su búsqueda por el almacén, el semielfo se dispuso a abrir la puerta con sumo cuidado y sigilo para asomarse y tener una perspectiva mejorada de sus posibilidades.
[Tooltip Not Found]: 2d20kh1 (
3,10) + 12 = 22Una vez que abrió la puerta observó en sigilo y haciendo una señal a sus amigos para que esperaran ocultos entre las cajas y los sacos.
Stealth: 1d20 (13) + 10 = 23
" ¡Oh la Oscuridad...! "