- Si si si... El plan es el siguiente... - Zevatur empezó a describir el plan ayudándose de pequeñas ilusiones y imágenes mentales de canela que apuntalaba y corregía en momento a Zevatur, casi como si el mismo hubiese pensado el plan.
- Yo me reduciré a mi mismo y a Lady Kima que durará un minuto. Helaya se tira un levitar, lo mismo que Karlotha. Gothwer y Guilbert tiran un volar a Ask y Morko... El resto, Martin, Guilbert, Kath y Gothwer se menten en los dos sacos de contención, dos en cada uno. Deberían tener suficiente aire para 5 minutos. - El muchacho eleva los rojos dedos mientras cuenta a las personas, un total de 10, casi un pequeño ejercito... - Luego Ash y Morkon vuelan, cargando los sacos y una de las personas reducidas, empujando a su vez a los levitadores. Hasta donde les diga Karlotha... Todo debería ser menos de un minuto, suficiente para llegar, según Karlotha... Si no hay imprevistos. - Acaba mirando a Karlotha, con cierta preocupación por la vulnerabilidad del grupo en la maniobra.
—Así que voy a volar, ¿eh? ¡Perfecto! He nacido para esto —dijo el guerrero extendiendo sus hercúleos brazos—. Todos al saco, amigos. Haz tu magia Zevatur. Gowther, cuando quieras, nací preparado. Cielo, la mano, para que pueda hacerte tocar el cielo —guiñó a Helayna tendiéndole la suya—. Tengo un buen pálpito sobre esta incursión. Quiero decir, entramos volando, no sé si hay entrada más teatral. Tymora cuida de sus audaces ¿Qué puede salir mal? —mostró su irreverente sonrisa perlada a los demás—. Démosle a ese Kvarn más Fragmentos Extraordinarios de los que pueda tragar. —asintió a los demás con seguridad mientras apretaba su mandíbula de acero.
Lady Kima mira con suspicacia a Zevatur, pensando que quizá se esté intentando quedar con ella, pero cuando ve que los demás se aprestan a seguir el descabellado plan del tiefling sonrie.
- Que demonios... es tan ridículo que podría funcionar... aunque va a costar meter a alguno de vosotros por los sacos... Martin - dice volviéndose al semi-elfo - ¿puedes ocultar nuestros movimientos con tu magia? Nunca está de más tener algo de ayuda, sobre todo teniendo en cuenta que los que vamos a ir volando somos los más ruidosos... -
El illithid tan sólo dice una cosa.
- Yo no necesito ser... empujado y...mi nombre es Klarotah... -
Tras un par de minutos de ajustar correas, lanzar mochilas a los sacos de contención para que no estorben ni en el vuelo ni en la pelea, y comprobar armas, los Fragmentos Extraodinarios comienzan a lanzar los hechizos que les permitirán poner en práctica el descabellado plan de Zevatur.
Guilbert y Gowther lanzan su hechizo de vuelo sobre Ash y Morko, emplean un minuto en acostumbrarse a esa forma de desplazamiento, no son águilas, pero podrán llevar a cabo su cometido.
Martin lanza su magia, haciendo que las sombras se tornen más espesas si cabe en la oscuridad que les rodea, hasta llegar, incluso, a amortiguar los sonidos que producen. Entonces, Kima y Ash abren todo lo que pueden uno de los sacos, mientras que Zevatur y Morko hacen lo propio con el otro. Deben tener cuidado para no rasgar la tela y que pierdan su magia. No sin dificultad, sobre todo en el caso en caso de Guilbert por su armadura, pero no hay tiempo de quitársela y volverla a poner después, los miembros más ágiles de la Compañía se retuercen y arrastran para meterse en el saco. Los primeros en entrar descubren que dentro reina la oscuridad y un silencio sordo, que les hace zumbar los oídos, hasta que escuchan a sus compañeros arrastrarse y gruñir para entrar en el mismo. El aire huele a rancio y cerrado pero es soportable. Ninguno de los cuatro puede evitar cierta aprensión cuando sus compañeros cierran los sacos con determinación. Esperan sentir el tirón y que todo se descoloque pero en realidad es como estar flotando sumergidos en un lago oscuro.
Con los sacos atados a sus cintos, Zevatur se encoge a sí mismo y a Lady Kima, lo que les permite subirse a la espalda de Morko y de Ash sin aparente problema. Helayna, con una sonrisa a Ash, se eleva y el guerrero deja que sus pies dejen de estar en contacto con el suelo, siguiéndole el paladin de Moradin.
Klarotah mira fijamente a Zevatur y le dice
- Estas absolutamente loco. Volad alto y descenderemos en espiral sobre el templo del Cerebro Anciano... seguidme... -
Tras unos momentos para acostumbrarse a su nueva condición, el guerrero extendió los puños delante suya y se forzó a seguirlos en la oscuridad de la cueva. Sin separarse de Morko ni perder a Klarotha de vista voló por encima del lago subterráneo y de la fantasmal ciudad de los illiths. Observó el cinturón de ominosos pilones milenarios que rodeaban las construcciones y las débiles fosforescencias que iluminaban ligeramente la elegante arquitectura illith. Klarotha les guió la centro de la isla a un altura considerable. Entonces vio el templo, era una construcción mucho más grande que las demás y estaba en el centro de la isla como había visto en las visiones.
Siguiendo al misterioso Illithid, Morko y Ash describen un amplio arco por encima de la ciudad, que les lleva cerca del techo de la misma. Siendo arrastrada tras ellos, la maga observa la ciudad bajo ellos casi como si fuera una miniatura. Puede ver las figuras de algunos humanoides desplazándose por sus calles, aparentemente limpiando las calles o realizando algún otro trabajo manual, y a algunos de sus señores, muy similares a su guía, supervisando sus trabajos o levitando de un lado a otro, ocupados en sus propios asuntos. Por suerte ninguno levanta la vista hasta ellos, aunque todos dudan de que pudieran verlos ya que la iridiscencia púrpura de la ciudad no llega tan lejos como para perforar las negras tinieblas por las que ellos se mueven.
Sobrevuelan las calles y las estilizadas torres y minaretes, que casi parecen estar hechos de material orgánico, llegan al centro mismo de Yug'Voril, y comienzan su descenso, realizando espirales en silencio para aterrizar con cuidado en un lateral del abovedado techo de cristal en el centro del templo.
Antes de mirar con detenimiento lo que hay bajo ellos, tras recuperar su tamaño normal, Kuma y Zevatur ayudan a Ash y Morko a abrir los sacos para que sus compañeros, que deben estar a punto de quedarse sin aire ya que el viaje ha tomado más tiempo del calculado originalmente, son capaces de salir de los mismos. Con el equipo una vez más preparado para la batalla, miran por los cristales púrpura hacia abajo.
Una única puerta doble, que actualmente está cerrada, da acceso a la habitación por el lado este. En el centro de la estancia pueden ver una construcción circular, similar a una fuente o piscina, que al igual que el resto de la ciudad combina elementos de piedra con la extraña y perturbadora construcción orgánica de los Illithid. Dentro de la misma, rodeada por un líquido grisáceo y gelatinoso pueden ver el mayor cerebro que jamás hubieran pensado que podría existir. El mismo parece latir de manera rítmica cada varios segundos, como un corazón que late despacio, muy despacio.
La gran sala central del templo no parece tener más elementos destacables, al menos originalmente pues pueden ver que en un lado hay varias mesas con frascos y tubos, con pequeños fuegos ardiendo bajo ellos, y diversos miembros y extremidades de las más variopintas criaturas de la Suboscuridad cubren las mesas. Hay dos jaulas con seres grotescos, que apenas pueden ver desde su posición pero que eventualmente sacan algún brazo o un tentáculo por fuera de su jaula intentando atrapar a su captor.
Allí, trabajando en una mesa central colocada frente a la pared oeste, ignorando los gritos que da un humano medio desmembrado que está en la mesa, la Compañía de los Fragmentos Extraordinarios puede ver, por fin, a K'varn.
Varios tentáculos se mueven a un lado y a otro constantemente, buscando, analizando, observando, pues cada uno de los tentáculos está coronado por un ojo que se mueve independientemente del resto. Los tentáculos salen de un cuerpo esférico, grande, cubierto en algunas partes por placas de armadura fusionadas con la carne. K'varn no parece tener más extremidades que los tentáculos y su grotesco cuerpo flota a un metro por encima de la mesa mientras trabaja. Un enorme ojo central está concentrado en el experimento que parece estar llevando a cabo sobre el desdichado humano. La sonrisa maníaca de la enorme boca cubierta de colmillos confirma a Zevatur que la extraña criatura está disfrutando con el sufrimiento que está provocando. Ash no puede evitar fijarse que, sobre el enorme ojo central, se eleva un cuerno que sobresale por encima de los tentáculos de los ojos.
Por fin han descubierto a K'Varn.
Disclaimer: If I am not mistaken the image belongs to Kageyama Satsuki
Original idea of this whole arc, not only this ecounter by Matt Mercer.
- Es el único plan que se me ha ocurrido, Klarotha - Dice esforzándose en pronunciar correctamente su nombre antes de salir.
Después, al llegar el muchacho le sonríe silenciosamente, mostrando sus dientes y rojas encías. Pero pronto los gritos y la visión que hay abajo le borra la sonrisa. Los ojos de Zevatur no se pueden abrir más. "Cada nueva criatura a las que nos enfrentamos es más horrible que la anterior. ¡La fealdad de la suboscuridad no conoce límites!" Piensa sorprendido.
Sin duda un ataque por sorpresa y repentino sería la mejor opción, pero parece difícil sorprender a una criatura con tantos ojos. Así, con ese pensamiento, mira a sus compañeros interrogativamente. Señala el cristal y pregunta silenciosamente a Karlotha haciendo como que lo rompe.
Martin observó desde las alturas a la grotesca criatura y la sombra de la derrota comenzó a volver a aferrar su corazón... sin embargo esta vez, unas voces comenzaron a susurrarle, ... "No estás sólo esta vez...""La Reina está a tu lado... todos nosotros lo estamos"... "Tus amigos también lo están...""Venceréis donde otros serían derrotados....ese es el destino que la Reina ha hilado"...
El semielfo pareció calmarse entrando en un trance de concentración absoluta, su mente, cuerpo y arco pasaron a ser uno, y se preparó para la caída que se aproximaba, usando sus reflejos rodaría hasta detrás de una de las mesas de productos alquímicos y la usaría como parapeto, su visión se centró en las jaulas para intentar atisbar las criaturas que estaban atrapadas dentro y considerar si sería o no favorable liberarlas en algún momento crítico de la batalla.
Agazapados en la fina línea que une el tejado con la hermosa claraboya de cristal, la Compañía de los Fragmentos Extraordinarios se queda momentáneamente paralizada por el horror y la sorpresa al ver por primera vez a K’Varn, el ser que parece estar forjando un Imperio en la Suboscuridad. Gowther comienza a prepararse para la batalla, sabe que cada ojo de la aberración puede ser letal, también sabe que la mirada del ojo central anulará sus poderes mágicos y conjuros aunque no sabe qué efecto tendrá sobre sus poderosas armas. Zevatur comienza a utilizar sus poderes para protegerse y Martin, pese a saber que está sea su batalla más peligrosa, se tranquiliza al saber que su Diosa y sus amigos están con él. Kath, en silencio, utiliza su sangre para potenciar su Magia. Morko pide ayuda a Moradin para que proteja a sus amigos en la batalla. Todos miran a Ash, pero su líder parece estar paralizado por lo extraño de la situación. No acaba de ver una estrategia clara para acabar con esta amenaza. Entonces todo estalla. Morko, lanzando un grito de guerra enano, se teleporta sobre K’Varn y se dispone a lanzar un ataque devastador sobre él. Zevatur usa sus poderes para encoger parte del Cristal y que puedan entrar. El pesado vidrio morado comienza a caer con velocidad hacia el cerebro anciano pero Klarotah usa sus poderes para detenerlo en el aire y alejarlo de su antiguo líder.
Ash contempla con horror como sus sospechas de ven fundadas ya que, poco antes de que Morko aparezca sobre el contemplador, este se gira y con una sonrisa taimada apunta todos sus ojos hacia ellos.
- Bienvenidos - su voz es más espeluznante ahora que les está mirando - podíais haber entrado por la puerta... -
En el breve espacio de tiempo en que Morko reaparece Gowther sabe que tiene una oportunidad de actuar, sin embargo comprueba con horror como Luthien, Gloom y Canela desaparecen en un pequeño estallido de magia.
Gowther se lanza al vacío, para, ayudado por su velicidad aumentada, llegar hasta K'Varn y dejar que Aegnor haga su trabajo. Sin embargo, en cuanto salta siente que algo va mal. Su magia... su magia ha desaparecido. Cuando cae, el suelo cubierto por el icor que rezuma de la piscina donde descansa el Cerebro Anciano le hace resbalar. El cambio en su velocidad no ayuda y acaba en el suelo de una manera no del todo elegante. Pero el ágil El'Tael no se amedrenta y, girando sobre sí mismo, se levanta y del mismo movimiento sigue corriendo hasta colocarse en un lateral de la masa de carne que es el contemplador.
Cuando se coloca en su lateral izquierdo, lejos de la mirada del ojo central, siente que la magia vuelve a él. Aprovechando esta, lanza rápidas estocadas contra su enemigo. Las primeras Aegnor corta la carne desprotegida y K'Varn se rie a carcajadas como si el lacerante dolor del fuego le provocara cosquillas. Uno de los ojos aparece por encima del cuerpo y mira directamente al Danzarín, el cual, sorprendido, pierde el pie y a punto está de caer al suelo, perdiendo el ataque. Pero no cae. De pronto se ve elevado por el aire, pasa por encima de K'Varn agitando su espada intentando cortarle, pero su objetivo está demasiado lejos.
Con un gesto de desdén, K'Varn lanza a Gowther a toda velocidad contra la pared, cerca de una de las jaulas. El elfo siente el poder de la criatura sujetándole firmemente contra la pared. La cosa que está en la jaula ruge al verle y extiende apéndices parecidos a brazos para intentar agarrarle. Gowther juraría que esa cosa es una mezcla entre los gorilas gigantes que tenían atrapado a Guilbert y las bestias que les atacaron al entrar en la Suboscuridad, pero está compuesta por trozos de varios seres.
Su atención, está puesta en K'Varn, el cual dirige otro de sus ojos a él. Y Gowther siente la fría garra del miedo intentar aferrarse en su corazón. Pero sabe que no puede desfallecer ya que sus amigos dependen de él. No se dejará amedrentar por este ser.
De la extraña sustancia que conforma las paredes, casi orgánica y que debe ser parte de la construcción illithid, aparece un nuevo tentáculo con un ojo que le mira directamente a la cara. Lanza un rayo amarillento sobre él y Gowther siente que todo su cuerpo se vuelve rígido. Aunque su mente funciona a la misma velocidad de siempre, su cuerpo se convierte en una barra de metal. Ni siquiera puede parpadear. El mago ve, indefenso, cómo la bestia que hay dentro de la jaula dirige dos de sus inmensos brazos hacia él, con intención de aplastarlo. Sería fácil para él esquivarlo pero el poder de K'Varn le impide moverse.
Con un grito de guerra Kima salta al vacio, y aunque de forma no tan elegante ni efectiva como Gowther, consigue llegar hasta K'Varn.
El contemplador la mira, la paladin pequeña pero desafiante frente a la monstruosidad que se eleva ante ella. K'Varn ríe maníacamente.
Zevatur, usando su magia, pasa al plano astral para estar a salvo. Sin embargo, cuando entra en el mismo observa una visión espeluznante.
En el lugar en el que sabe que está K'Varn, puede observar su cuerno. Alrededor de él hay una espiral de luz verduzca y negra, girando a su alrededor, en una espiral que se eleva hacia el plano astral. Girando a su alrededor, puede ver decenas de almas que lanzan gritos de dolor y angustia.
La visión dura sólo un segundo, hasta que se ve catapultado de repente en el plano material, su conjuro anulado por el poder de K'Varn.
El repentino asalto pareció volverse contra ellos, es como si el mismísimo K'varn supiera exactamente el momento y lugar por donde iban a atacar, independientemente del sigilo o la estrategia usada. Martin combatió el pánico gracias a su antiguo entrenamiento como asesino, mantenerse frío, mente clara y objetivo en mente... sufrió para resistirse a saltar e interponerse entre Gowther y la caterva de furiosos y condescendientes ataques que mermaban toda su movilidad y salud. El juramento era algo del pasado... pero aún pesaba fuerte sobre él, generando una magnética inercia para definir sus actos. Cada fibra de su ser luchaba por salvar al perfecto eladrín, pero sabía que era más útil generando presión a sus enemigos con sus saetas desde una posición más retirada...
Su hilo de pensamientos se vio interrumpido de repente cuando una oleada psíquica atravesó su cuerpo proveniente del Cerebro Anciano, aún bajo la influencia de su aberrante captor, el ataque le pilló desprevenido y su mente cayó en un estupor de confusión y dolor... se retorció llevándose una de sus manos a la cabeza, entrelazando sus dedos con su corto pelo castaño claro y sujetando su sien como si quisiera evitar que su cabeza estallara en mil pedazos,
Las voces volvieron a él prestas a sofocar tal agonía, susurrando antiguas letanías de protección y paz mental, "Céntrate en nosotras" "Ignora el dolor, tus amigos te necesitan cuerdo..." "Resiste una vez más, ya falta menos..." Poco a poco, el semielfo consiguió retener su atención y su claridad intelectual recomponiéndose del ataque... no sabía cuanto tiempo había pasado, si segundos o minutos, pero observó que el campo de batalla seguía prácticamente igual de complicado que cuando perdió la razón... y se dispuso a intervenir cuanto antes.
Morko luchó contra el repentino ataque psíquico y gruñó entre dientes. ¿Cómo no habían pensado en eso? El Cerebro Anciano no sólo era prisionero del contemplador, era su esclavo y trabajaba para él como el resto de la colonia.
Zevatur se dio cuenta del peligro que corría el osado eladrin y saltó, sobreponiéndose al poderoso ataque psíquico. Resbalando, trastabilló hasta poder utilizar su magia de nuevo, estaba demasiado cerca de la aberración creada por K'Varn, pero tenía que ayudar a Gowther. Les cubrió a ambos con una pesada oscuridad y pudo escuchar como uno de los grandes puños de la bestia golpeaba la pared quitinosa. El otro pareció golpear en blando y tan sólo pudo esperar que su amigo estuviera bien. Pero no tuvo mucho tiempo para preocuparse por Gowther pues un fuerte golpe en su costado le quitó momentáneamente el aliento.
K'Varn, que parecía divertido, apuntó con uno de sus ojos a Kath. Un rayo morado pasó a más de un palmo de la muchacha, que pugnaba por liberarse de los efectos del previo ataque psíquico.
Mientras la otra criatura luchaba contra su jaula para intentar liberarse, el contemplador se elevó un poco más y se situó de tal manera que su ojo central dominaba la parte de la estancia donde estaban los compañeros. Sin embargo Gowther se dio cuenta que estaba procurando dejarle a él en la oscuridad. Quizá su propio ojo anulaba también sus propios poderes y era evidente que K'Varn no quería volver a probar el filo de Aegnor.
- Bueno bueno... - dijo divertido - Dejad que os enseñe porqué no deberías haber salido de vuestros hogares... -
Inmediatamente tres mortales rayos salieron de varios de los ojos del contemplador.
Un rayo verde se dirigió a Kima pero la halfling saltó a un lado y consiguió esquivarlo, rodando por el suelo. El peligroso rayo golpeó la pared, haciendo que parte de la misma, cubierta por las sustancias orgánicas de los illithid, se convirtiera en polvo gris y cayera flotando.
Ash vio dirigirse hacia él un rayo morado, mientras que Morko recibió el ataque de uno gris.
El perder el aliento por un instante hizo que Zevatur reflexionase un momento. El cuerno... sin duda era importante para la mostruosidad. - El cuerno, numerosas almas condenadas flotan a su alrededor! Es din duda part de la fuente de su poder! - Grito Zevatur entre dientes mientras se preparaba para lanzar otro hechizo.
Ash se agachó a tiempo, refugiándose tras el parapeto que le daba la cornisa y el rayo impactó contra la pared, sin causar los mismos daños que el de Kima.
Sin embargo, Morko, que aún estaba confuso por no haberse podido teleportar sobre su enemigo recibió el impacto del rayo gris en el pecho.
De inmediato comenzó a sentir cómo sus músculos se paralizaban mientras una película grisácea y pétrea comenzaba a cubrir su cuerpo. No podía moverse y debía luchar contra aquella mágia que pretendía devolverle a la piedra de la que fue creada su raza por Moradin hacía siglos.
Ash miró a sus compañeros, la mitad de ellos aturdidos por la descarga mental del Cerebro, Gowther desaparecido en la oscuridad y Zevatur intentando esquivar los enormes puños que salían de la jaula. Y K'varn... el contemplador, riéndose maníacamente frente a ellos. Envainando a una de sus chicas, Ash salta con un grito de guerra hacia K'Varn.
Incrédulo, K'varn ve como el guerrero envuelto en una pesada armadura, realiza un salto inverosímil hacia él. En lugar de caer al suelo y convertirse en una pulpa sanguinolenta, el humano tiene la osadía de agarrarse a uno de sus tentáculos oculares y, aunque se queda colgando en una postura poco ortodoxa, consigue asestar un par de golpes certeros con su espada. El último de los ataques golpea en una de las piezas de armadura que cubren su cuerpo y saltan chispas.
K'Varn rie poseído y mueve otro de sus ojos hasta quedar a la altura de Ash, el cual mira el mismo un segundo parpadear antes de que un rayo negro le dé de lleno.
Ash grita de dolor, sintiendo cómo su misma fuerza vital le es arrancada del cuerpo y cae, hecho un ovillo, al suelo bajo K'varn. Pese a todo, y tiritando por el frío que le atenaza el alma y el dolor, Ash coge a Gloria en su temblorosa mano. No va a fallar a los demás, no va a perder a Hela ahora, no ante ese bicho repugnante.
Viendo a su líder en apuros, Guilbert comienza a urdir un plan. Se lanza sobre el cerebro anciano, esperando poder amortiguar su caída con el mismo. Pero no tiene en cuenta la viscosidad del mismo y comienza a resbalar en la dirección equivocada y mucho más rápido de lo que pensaba. El olor es repugnante y el icor del que está cubierto el cerebro le cubre por completo y se le mete por la boca. Guilbert impacta con dureza contra la quitinosa sustancia que cubre el suelo y las escaleras que llevan al cerebro anciano. No va a poder sentarse cómodamente en varios días. Pero al menos está vivo y aproximadamente donde quería.
Lq vision de la sala central sobrecogio a todos, pero en especial al bardo que trato de asimilar todo lo quenallinocurria para quiza mas adelante, plasmarlo en en dibujo y prosa. Aquello no pintaba bien.. nada bien. El hueco abierto sólo exponía al grupo a la terrible caída. El levitar del laúd se desvaneció nada más descolgarse, asi como el escudo de mágica energía protectora.
En el suelo, tras escurrir sobre el amado líder ilithid y algo avergonzado por el estrecho acercamiento a aquel ser y su repugnante pelicula protectora, se levantó dejando a cerebro entre el y el terrible beholder cornudo. Acarició las cuerdas del instrumento incapaz de recurrir a su arcano poder, así que descartando esa idea extrajo de la mochila la bolsa de aceite, listo para arrojarsela a kvarn si se ponía a distancia de lanzamiento.
De soslayo intuyó las penalidades que bajo el área de oscuridad sufrían Gowther y Zevatur en la ayuda. -Aguantad!! Gowther, te necesitamos, reponte! - dijo justo antes de entonar una de las canciones que había escuchado al eladrin tratando de ser lo más fiel al estilo elfo.
Zevatur se mueve alrededor de la jaula con agilidad, evitando provocar a la criatura y cuando lleva a lado de Gowther le lanza magia restauradora. Antes de sentir el blink llevárselo de nuevo al plano etereo echa un vistazo al escritorio. Quizás hubiese alguna pista de algún punto debil... "Maldita sea... Sin canela me siento perdido" Piensa para si mismo al no ocurrirsele nada útil para ayudar a sus amigos en problemas.
Lady Kima se acercó a Ash y le ayudó a recuperarse, imponiendo sus manos sobre el dolorido guerrero.
- Eso ha sido lo más valiente o lo más estúpido que he visto hacer a nadie jamás... y he hecho muchas estupideces - le dice con una sonrisa. - Acabemos con ese cerdo -
Como única respuesta el contemplador lanza un rayo de energía negra a la halfling, la cual aprieta los dientes y resiste la mayoría de la energía necrótica.
K'Varn lanza más y más rayos a los héroes, pero al parecer su alocada risa le impide apuntar con la precisión que debería.
Klarotah se lanza al vacío y sus frágiles piernas no parecen soportar el repentino peso de su cuerpo. Pese a todo, el obstinado illithid se arrastra por el suelo, intentando salir del área de efecto que le impide utilizar sus poderes.Sin embargo la mirada que le lanza a Guilbert no presagia nada bueno. Quizá el bardo debería haber pensado dos veces el utilizar el Cerebro Anciano como tobogán para llegar al suelo. Los golpes de una de las bestias mutadas de K'varn en su jaula le distraen. Esa jaula no va a durar mucho más tiempo.
El único que puede ver en la oscuridad que él mismo ha creado es Zevatur y ve cómo la bestia vuelve a lanzar sus puños contra Gowther al haber desaparecido él, esta vez sacando los cuatro brazos por el mismo lateral de la jaula. Pero la oscuridad de Zevatur vuelve a ayudar a su amigo. Tres de los grandes y poderosos puños golpean la pared, sólo uno impacta al Eladrin en el abdomen que se queda sin resuello.
Desde el plano astral, Zevatur vuelve a ver las almas rodeando el cuerno de K'varn, elevándose en una espiral que parece infinita y perderse en la lejanía de las mareas del extraño lugar donde se encuentra.
Una vez más, Zevatur se ve arrancado del plano astral y vuelve a aparecer al lado de Gowther. Zevatur no puede soportarlo más, K'Varn va a acabar con todos ellos, van a morir allí, perdidos en las profundidades de la tierra, rodeados de enemigos y los Illithid devorarán sus mentes... El miedo le atenaza las tripas y lo único que quiere es salir de aquel nefasto lugar.
Helayna ve cómo K'Varn, tras flotar rápidamente por la sala, le lanza un rayo de energía mortal. Se esconde con presteza tras el parapeto que le ofrece el tejado, pero aún así parte de la energía necrótica la impacta en el brazo, el cual se le queda frío inmediatamente y prácticamente inservible. La maga mueve los dedos para reactivar los músculos y la circulación y siente todo el brazo dormido. Ni siquiera su cuerpo acostumbrado a las energías necróticas de su plano es capaz de soportar tal poder mortal. Se pregunta cómo estará Ash tras recibir el impacto de tal rayo directamente Una revelación se abre paso en su mente ahora que ha sentido los efectos de ese ojo. Ash podría haber muerto sin remedio.
Morko se ve bañado por la luz morada de uno de los ojos y entonces en su mente se producen las conexiones que eran necesarias. Sus amigos están siendo irracionales. K'Varn sólo quiere lo mejor para todos. Donde antes había caos, él ha traído orden.Donde antes había muerte entre las razas de la Suboscuridad, ahora rige la armonía. ¿Por qué oponerse a ello? ¿ Por qué no llevar esa misma paz, esa misma unión a la superficie, a los Reinos, para que todo el mundo pueda ser feliz? Tenía que hacérselo entender a sus compañeros, K'Varn era la solución a todos sus problemas! ¡Y ellos pretendían destruirle! Tenía que evitarlo, tenía que hacerles entrar en razón.
K'Varn se dirigió a Guilbert.
- Jajajajajaja ¡qué pretendes hacer con eso muchacho? No creo que a tus nuevos amos les vaya a gustar lo que has hecho con el Cerebro... -
Justo tras sus palabras las grandes puertas dobles se agitaron como si hubieran sido golpeadas por un poderoso ariete. Pero agunataron.
- Jejejeje... ya vienen... ¿debería abrirles? ¿hmmm? ¿O me sigo divirtiendo un rato? ¿Tú qué dices Guilbert? -
Mientras hablaba con el bardo, un dardo se clavó en su asquerosa forma pero K'Varn lo ignoró por completo. Sin embargo, lanzó un rayo hacia Martin. El ágil semi-elfo saltó a un lado, apoyándose en una mano sujetando el arco con la otra y esquivó el ataque del contemplador.
Ash maldijo entre dientes intentando moverse hacia el enemigo mientras buscaba, de manera infructuosa, algún dispositivo o mecanismo que permitiera al K'Varn dominar al cerebro antiguo.
Desde arriba Helayna intentó compartir una mirada de preocupación con su amiga, pero Kath seguía sujetándose la cabeza, presa del ataque que habían sufrido todos por parte del cerebro anciano.
Sabiendo que era necesaria su ayuda en la cámara, Hela se deja deslizar utilizando su magia para bajar, pero el efecto antimagia del Contempaldor la alcanza antes de lo que ella había esperado, su caída se descontrola y su cuerpo se gira en un ángulo extraño antes de golpear con el duro y negro suelo creado por los illithid. Con un grito y un sonido sordo, la maga golpea el suelo y deja de moverse.
K'Varn rie a carcajadas al verlo y todos observan como parte de la energía vital de la shadar-kai abandona su cuerpo para ser absorbida por el cuerno en la frente de la aberración tras dar unas cuantas vueltas a su alrededor. Algunas de las heridas inflingidas por el grupo comienzan a cerrarse ante sus ojos y la carcajada de K'Varn es ensordecedora.
Pero Guilbert se da cuenta de una cosa. Justo cuando Helayna cae, Zevatur desaparece en el plano astral, una oscuridad le cubre a él, a Gowther y a la criatura que está encerrada en la jaula y él siente cierto cosquilleo en las manos. K'Varn ha tenido que eliminar el fecto anti magia para beneficiarse del poder del cuerno. No sabe cuanto tiempo tienen, pero el bardo no está dispuesto a perder esta oportunidad.
Cantando a todo lo que dan sus pulmones Guilbert invoca a uno de sus hermanos, que mantiene su juramento aún después de la muerte, y el etéreo guerrero intenta utilizar su claymore contra la aberración, pero K'Varn lo esquiva flotando un poco más lejos de él.
La canción llega hasta los oídos de Morko, y por un momento cree recordar algo importante, pero su preocupación por K'Varn al ver que es atacado traicioneramente por el espectro impide que recuerde qué era exactamente.
K'Varn lanza un rayo morado a Guilbert, y ese siente cómo su voluntad vuelve a escaparse hacia el contemplador. Pero aprieta los dientes. No va a dejar colgados a sus amigos, no otra vez. Su canción se vuelve más fuerte aún y la influencia de K'Varn desparece de momento.
Kima corre hasta al lado de Helayna y se arrodilla ante ella. Impone sus manos y la fea fractura del cráneo se cierra y Helayna abre los ojos.
- ¡Tu chico y tú vais a tener que poner mi nombre a vuestra primera hija! - sonríe,mientras, de un tirón, ayuda a la shadar-kai a ponerse en pie.
Gowther siente como la bestia que hay dentro de la jaula se prepara para golpearle de nuevo, moviendo frenéticamente a un lado y otro sus enormes brazos. Usando a Aegnor golpea uno de los brazos y escucha el grito de dolor y furia de la criatura, pero cuando, como puede debido a la firme tenaza que ejerce la telekinesis de K'Varn sobre él, asesta otro golpe siente como algo agarra su muñeca, algo grande y fuerte que le agita y retuerce la muñeca y le obliga a soltar su espada.
K'varn dice algo en una lengua prohibida y olvidada y las paredes norte y este parecen cobrar vida. Varios tentáculos se expanden y se lanzan hacia los compañeros para atraparles.
- Ya está bien de saltar de un lado a otro... quedaos quietos... - dice K'Varn.
- Si si si... El plan es el siguiente... - Zevatur empezó a describir el plan ayudándose de pequeñas ilusiones y imágenes mentales de canela que apuntalaba y corregía en momento a Zevatur, casi como si el mismo hubiese pensado el plan.
- Yo me reduciré a mi mismo y a Lady Kima que durará un minuto. Helaya se tira un levitar, lo mismo que Karlotha. Gothwer y Guilbert tiran un volar a Ask y Morko... El resto, Martin, Guilbert, Kath y Gothwer se menten en los dos sacos de contención, dos en cada uno. Deberían tener suficiente aire para 5 minutos. - El muchacho eleva los rojos dedos mientras cuenta a las personas, un total de 10, casi un pequeño ejercito... - Luego Ash y Morkon vuelan, cargando los sacos y una de las personas reducidas, empujando a su vez a los levitadores. Hasta donde les diga Karlotha... Todo debería ser menos de un minuto, suficiente para llegar, según Karlotha... Si no hay imprevistos. - Acaba mirando a Karlotha, con cierta preocupación por la vulnerabilidad del grupo en la maniobra.
Zevatur, Rolthos
—Así que voy a volar, ¿eh? ¡Perfecto! He nacido para esto —dijo el guerrero extendiendo sus hercúleos brazos—. Todos al saco, amigos. Haz tu magia Zevatur. Gowther, cuando quieras, nací preparado. Cielo, la mano, para que pueda hacerte tocar el cielo —guiñó a Helayna tendiéndole la suya—. Tengo un buen pálpito sobre esta incursión. Quiero decir, entramos volando, no sé si hay entrada más teatral. Tymora cuida de sus audaces ¿Qué puede salir mal? —mostró su irreverente sonrisa perlada a los demás—. Démosle a ese Kvarn más Fragmentos Extraordinarios de los que pueda tragar. —asintió a los demás con seguridad mientras apretaba su mandíbula de acero.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Lady Kima mira con suspicacia a Zevatur, pensando que quizá se esté intentando quedar con ella, pero cuando ve que los demás se aprestan a seguir el descabellado plan del tiefling sonrie.
- Que demonios... es tan ridículo que podría funcionar... aunque va a costar meter a alguno de vosotros por los sacos... Martin - dice volviéndose al semi-elfo - ¿puedes ocultar nuestros movimientos con tu magia? Nunca está de más tener algo de ayuda, sobre todo teniendo en cuenta que los que vamos a ir volando somos los más ruidosos... -
El illithid tan sólo dice una cosa.
- Yo no necesito ser... empujado y...mi nombre es Klarotah... -
Tras un par de minutos de ajustar correas, lanzar mochilas a los sacos de contención para que no estorben ni en el vuelo ni en la pelea, y comprobar armas, los Fragmentos Extraodinarios comienzan a lanzar los hechizos que les permitirán poner en práctica el descabellado plan de Zevatur.
Guilbert y Gowther lanzan su hechizo de vuelo sobre Ash y Morko, emplean un minuto en acostumbrarse a esa forma de desplazamiento, no son águilas, pero podrán llevar a cabo su cometido.
Martin lanza su magia, haciendo que las sombras se tornen más espesas si cabe en la oscuridad que les rodea, hasta llegar, incluso, a amortiguar los sonidos que producen. Entonces, Kima y Ash abren todo lo que pueden uno de los sacos, mientras que Zevatur y Morko hacen lo propio con el otro. Deben tener cuidado para no rasgar la tela y que pierdan su magia. No sin dificultad, sobre todo en el caso en caso de Guilbert por su armadura, pero no hay tiempo de quitársela y volverla a poner después, los miembros más ágiles de la Compañía se retuercen y arrastran para meterse en el saco. Los primeros en entrar descubren que dentro reina la oscuridad y un silencio sordo, que les hace zumbar los oídos, hasta que escuchan a sus compañeros arrastrarse y gruñir para entrar en el mismo. El aire huele a rancio y cerrado pero es soportable. Ninguno de los cuatro puede evitar cierta aprensión cuando sus compañeros cierran los sacos con determinación. Esperan sentir el tirón y que todo se descoloque pero en realidad es como estar flotando sumergidos en un lago oscuro.
Con los sacos atados a sus cintos, Zevatur se encoge a sí mismo y a Lady Kima, lo que les permite subirse a la espalda de Morko y de Ash sin aparente problema. Helayna, con una sonrisa a Ash, se eleva y el guerrero deja que sus pies dejen de estar en contacto con el suelo, siguiéndole el paladin de Moradin.
Klarotah mira fijamente a Zevatur y le dice
- Estas absolutamente loco. Volad alto y descenderemos en espiral sobre el templo del Cerebro Anciano... seguidme... -
PbP Character: A few ;)
Tras unos momentos para acostumbrarse a su nueva condición, el guerrero extendió los puños delante suya y se forzó a seguirlos en la oscuridad de la cueva. Sin separarse de Morko ni perder a Klarotha de vista voló por encima del lago subterráneo y de la fantasmal ciudad de los illiths. Observó el cinturón de ominosos pilones milenarios que rodeaban las construcciones y las débiles fosforescencias que iluminaban ligeramente la elegante arquitectura illith. Klarotha les guió la centro de la isla a un altura considerable. Entonces vio el templo, era una construcción mucho más grande que las demás y estaba en el centro de la isla como había visto en las visiones.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Siguiendo al misterioso Illithid, Morko y Ash describen un amplio arco por encima de la ciudad, que les lleva cerca del techo de la misma. Siendo arrastrada tras ellos, la maga observa la ciudad bajo ellos casi como si fuera una miniatura. Puede ver las figuras de algunos humanoides desplazándose por sus calles, aparentemente limpiando las calles o realizando algún otro trabajo manual, y a algunos de sus señores, muy similares a su guía, supervisando sus trabajos o levitando de un lado a otro, ocupados en sus propios asuntos. Por suerte ninguno levanta la vista hasta ellos, aunque todos dudan de que pudieran verlos ya que la iridiscencia púrpura de la ciudad no llega tan lejos como para perforar las negras tinieblas por las que ellos se mueven.
Sobrevuelan las calles y las estilizadas torres y minaretes, que casi parecen estar hechos de material orgánico, llegan al centro mismo de Yug'Voril, y comienzan su descenso, realizando espirales en silencio para aterrizar con cuidado en un lateral del abovedado techo de cristal en el centro del templo.
Antes de mirar con detenimiento lo que hay bajo ellos, tras recuperar su tamaño normal, Kuma y Zevatur ayudan a Ash y Morko a abrir los sacos para que sus compañeros, que deben estar a punto de quedarse sin aire ya que el viaje ha tomado más tiempo del calculado originalmente, son capaces de salir de los mismos. Con el equipo una vez más preparado para la batalla, miran por los cristales púrpura hacia abajo.
Una única puerta doble, que actualmente está cerrada, da acceso a la habitación por el lado este. En el centro de la estancia pueden ver una construcción circular, similar a una fuente o piscina, que al igual que el resto de la ciudad combina elementos de piedra con la extraña y perturbadora construcción orgánica de los Illithid. Dentro de la misma, rodeada por un líquido grisáceo y gelatinoso pueden ver el mayor cerebro que jamás hubieran pensado que podría existir. El mismo parece latir de manera rítmica cada varios segundos, como un corazón que late despacio, muy despacio.
La gran sala central del templo no parece tener más elementos destacables, al menos originalmente pues pueden ver que en un lado hay varias mesas con frascos y tubos, con pequeños fuegos ardiendo bajo ellos, y diversos miembros y extremidades de las más variopintas criaturas de la Suboscuridad cubren las mesas. Hay dos jaulas con seres grotescos, que apenas pueden ver desde su posición pero que eventualmente sacan algún brazo o un tentáculo por fuera de su jaula intentando atrapar a su captor.
Allí, trabajando en una mesa central colocada frente a la pared oeste, ignorando los gritos que da un humano medio desmembrado que está en la mesa, la Compañía de los Fragmentos Extraordinarios puede ver, por fin, a K'varn.
Varios tentáculos se mueven a un lado y a otro constantemente, buscando, analizando, observando, pues cada uno de los tentáculos está coronado por un ojo que se mueve independientemente del resto. Los tentáculos salen de un cuerpo esférico, grande, cubierto en algunas partes por placas de armadura fusionadas con la carne. K'varn no parece tener más extremidades que los tentáculos y su grotesco cuerpo flota a un metro por encima de la mesa mientras trabaja. Un enorme ojo central está concentrado en el experimento que parece estar llevando a cabo sobre el desdichado humano. La sonrisa maníaca de la enorme boca cubierta de colmillos confirma a Zevatur que la extraña criatura está disfrutando con el sufrimiento que está provocando. Ash no puede evitar fijarse que, sobre el enorme ojo central, se eleva un cuerno que sobresale por encima de los tentáculos de los ojos.
Por fin han descubierto a K'Varn.
Disclaimer: If I am not mistaken the image belongs to Kageyama Satsuki
Original idea of this whole arc, not only this ecounter by Matt Mercer.
PbP Character: A few ;)
- Es el único plan que se me ha ocurrido, Klarotha - Dice esforzándose en pronunciar correctamente su nombre antes de salir.
Después, al llegar el muchacho le sonríe silenciosamente, mostrando sus dientes y rojas encías. Pero pronto los gritos y la visión que hay abajo le borra la sonrisa. Los ojos de Zevatur no se pueden abrir más. "Cada nueva criatura a las que nos enfrentamos es más horrible que la anterior. ¡La fealdad de la suboscuridad no conoce límites!" Piensa sorprendido.
Sin duda un ataque por sorpresa y repentino sería la mejor opción, pero parece difícil sorprender a una criatura con tantos ojos. Así, con ese pensamiento, mira a sus compañeros interrogativamente. Señala el cristal y pregunta silenciosamente a Karlotha haciendo como que lo rompe.
Zevatur, Rolthos
Martin observó desde las alturas a la grotesca criatura y la sombra de la derrota comenzó a volver a aferrar su corazón... sin embargo esta vez, unas voces comenzaron a susurrarle, ... "No estás sólo esta vez..." "La Reina está a tu lado... todos nosotros lo estamos"... "Tus amigos también lo están..." "Venceréis donde otros serían derrotados....ese es el destino que la Reina ha hilado"...
El semielfo pareció calmarse entrando en un trance de concentración absoluta, su mente, cuerpo y arco pasaron a ser uno, y se preparó para la caída que se aproximaba, usando sus reflejos rodaría hasta detrás de una de las mesas de productos alquímicos y la usaría como parapeto, su visión se centró en las jaulas para intentar atisbar las criaturas que estaban atrapadas dentro y considerar si sería o no favorable liberarlas en algún momento crítico de la batalla.
Perception: 1d20 (3) + 7 = 10
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Agazapados en la fina línea que une el tejado con la hermosa claraboya de cristal, la Compañía de los Fragmentos Extraordinarios se queda momentáneamente paralizada por el horror y la sorpresa al ver por primera vez a K’Varn, el ser que parece estar forjando un Imperio en la Suboscuridad.
Gowther comienza a prepararse para la batalla, sabe que cada ojo de la aberración puede ser letal, también sabe que la mirada del ojo central anulará sus poderes mágicos y conjuros aunque no sabe qué efecto tendrá sobre sus poderosas armas.
Zevatur comienza a utilizar sus poderes para protegerse y Martin, pese a saber que está sea su batalla más peligrosa, se tranquiliza al saber que su Diosa y sus amigos están con él. Kath, en silencio, utiliza su sangre para potenciar su Magia. Morko pide ayuda a Moradin para que proteja a sus amigos en la batalla.
Todos miran a Ash, pero su líder parece estar paralizado por lo extraño de la situación. No acaba de ver una estrategia clara para acabar con esta amenaza.
Entonces todo estalla.
Morko, lanzando un grito de guerra enano, se teleporta sobre K’Varn y se dispone a lanzar un ataque devastador sobre él.
Zevatur usa sus poderes para encoger parte del Cristal y que puedan entrar. El pesado vidrio morado comienza a caer con velocidad hacia el cerebro anciano pero Klarotah usa sus poderes para detenerlo en el aire y alejarlo de su antiguo líder.
Ash contempla con horror como sus sospechas de ven fundadas ya que, poco antes de que Morko aparezca sobre el contemplador, este se gira y con una sonrisa taimada apunta todos sus ojos hacia ellos.
- Bienvenidos - su voz es más espeluznante ahora que les está mirando - podíais haber entrado por la puerta... -
En el breve espacio de tiempo en que Morko reaparece Gowther sabe que tiene una oportunidad de actuar, sin embargo comprueba con horror como Luthien, Gloom y Canela desaparecen en un pequeño estallido de magia.
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Gowther se lanza al vacío, para, ayudado por su velicidad aumentada, llegar hasta K'Varn y dejar que Aegnor haga su trabajo. Sin embargo, en cuanto salta siente que algo va mal. Su magia... su magia ha desaparecido. Cuando cae, el suelo cubierto por el icor que rezuma de la piscina donde descansa el Cerebro Anciano le hace resbalar. El cambio en su velocidad no ayuda y acaba en el suelo de una manera no del todo elegante. Pero el ágil El'Tael no se amedrenta y, girando sobre sí mismo, se levanta y del mismo movimiento sigue corriendo hasta colocarse en un lateral de la masa de carne que es el contemplador.
Cuando se coloca en su lateral izquierdo, lejos de la mirada del ojo central, siente que la magia vuelve a él. Aprovechando esta, lanza rápidas estocadas contra su enemigo. Las primeras Aegnor corta la carne desprotegida y K'Varn se rie a carcajadas como si el lacerante dolor del fuego le provocara cosquillas. Uno de los ojos aparece por encima del cuerpo y mira directamente al Danzarín, el cual, sorprendido, pierde el pie y a punto está de caer al suelo, perdiendo el ataque. Pero no cae. De pronto se ve elevado por el aire, pasa por encima de K'Varn agitando su espada intentando cortarle, pero su objetivo está demasiado lejos.
Con un gesto de desdén, K'Varn lanza a Gowther a toda velocidad contra la pared, cerca de una de las jaulas. El elfo siente el poder de la criatura sujetándole firmemente contra la pared. La cosa que está en la jaula ruge al verle y extiende apéndices parecidos a brazos para intentar agarrarle. Gowther juraría que esa cosa es una mezcla entre los gorilas gigantes que tenían atrapado a Guilbert y las bestias que les atacaron al entrar en la Suboscuridad, pero está compuesta por trozos de varios seres.
Su atención, está puesta en K'Varn, el cual dirige otro de sus ojos a él. Y Gowther siente la fría garra del miedo intentar aferrarse en su corazón. Pero sabe que no puede desfallecer ya que sus amigos dependen de él. No se dejará amedrentar por este ser.
De la extraña sustancia que conforma las paredes, casi orgánica y que debe ser parte de la construcción illithid, aparece un nuevo tentáculo con un ojo que le mira directamente a la cara. Lanza un rayo amarillento sobre él y Gowther siente que todo su cuerpo se vuelve rígido. Aunque su mente funciona a la misma velocidad de siempre, su cuerpo se convierte en una barra de metal. Ni siquiera puede parpadear. El mago ve, indefenso, cómo la bestia que hay dentro de la jaula dirige dos de sus inmensos brazos hacia él, con intención de aplastarlo. Sería fácil para él esquivarlo pero el poder de K'Varn le impide moverse.
Con un grito de guerra Kima salta al vacio, y aunque de forma no tan elegante ni efectiva como Gowther, consigue llegar hasta K'Varn.
El contemplador la mira, la paladin pequeña pero desafiante frente a la monstruosidad que se eleva ante ella. K'Varn ríe maníacamente.
Zevatur, usando su magia, pasa al plano astral para estar a salvo. Sin embargo, cuando entra en el mismo observa una visión espeluznante.
En el lugar en el que sabe que está K'Varn, puede observar su cuerno. Alrededor de él hay una espiral de luz verduzca y negra, girando a su alrededor, en una espiral que se eleva hacia el plano astral. Girando a su alrededor, puede ver decenas de almas que lanzan gritos de dolor y angustia.
La visión dura sólo un segundo, hasta que se ve catapultado de repente en el plano material, su conjuro anulado por el poder de K'Varn.
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El repentino asalto pareció volverse contra ellos, es como si el mismísimo K'varn supiera exactamente el momento y lugar por donde iban a atacar, independientemente del sigilo o la estrategia usada. Martin combatió el pánico gracias a su antiguo entrenamiento como asesino, mantenerse frío, mente clara y objetivo en mente... sufrió para resistirse a saltar e interponerse entre Gowther y la caterva de furiosos y condescendientes ataques que mermaban toda su movilidad y salud. El juramento era algo del pasado... pero aún pesaba fuerte sobre él, generando una magnética inercia para definir sus actos. Cada fibra de su ser luchaba por salvar al perfecto eladrín, pero sabía que era más útil generando presión a sus enemigos con sus saetas desde una posición más retirada...
Su hilo de pensamientos se vio interrumpido de repente cuando una oleada psíquica atravesó su cuerpo proveniente del Cerebro Anciano, aún bajo la influencia de su aberrante captor, el ataque le pilló desprevenido y su mente cayó en un estupor de confusión y dolor... se retorció llevándose una de sus manos a la cabeza, entrelazando sus dedos con su corto pelo castaño claro y sujetando su sien como si quisiera evitar que su cabeza estallara en mil pedazos,
Las voces volvieron a él prestas a sofocar tal agonía, susurrando antiguas letanías de protección y paz mental, "Céntrate en nosotras" "Ignora el dolor, tus amigos te necesitan cuerdo..." "Resiste una vez más, ya falta menos..." Poco a poco, el semielfo consiguió retener su atención y su claridad intelectual recomponiéndose del ataque... no sabía cuanto tiempo había pasado, si segundos o minutos, pero observó que el campo de batalla seguía prácticamente igual de complicado que cuando perdió la razón... y se dispuso a intervenir cuanto antes.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Morko luchó contra el repentino ataque psíquico y gruñó entre dientes. ¿Cómo no habían pensado en eso? El Cerebro Anciano no sólo era prisionero del contemplador, era su esclavo y trabajaba para él como el resto de la colonia.
Zevatur se dio cuenta del peligro que corría el osado eladrin y saltó, sobreponiéndose al poderoso ataque psíquico. Resbalando, trastabilló hasta poder utilizar su magia de nuevo, estaba demasiado cerca de la aberración creada por K'Varn, pero tenía que ayudar a Gowther. Les cubrió a ambos con una pesada oscuridad y pudo escuchar como uno de los grandes puños de la bestia golpeaba la pared quitinosa. El otro pareció golpear en blando y tan sólo pudo esperar que su amigo estuviera bien. Pero no tuvo mucho tiempo para preocuparse por Gowther pues un fuerte golpe en su costado le quitó momentáneamente el aliento.
K'Varn, que parecía divertido, apuntó con uno de sus ojos a Kath. Un rayo morado pasó a más de un palmo de la muchacha, que pugnaba por liberarse de los efectos del previo ataque psíquico.
Mientras la otra criatura luchaba contra su jaula para intentar liberarse, el contemplador se elevó un poco más y se situó de tal manera que su ojo central dominaba la parte de la estancia donde estaban los compañeros. Sin embargo Gowther se dio cuenta que estaba procurando dejarle a él en la oscuridad. Quizá su propio ojo anulaba también sus propios poderes y era evidente que K'Varn no quería volver a probar el filo de Aegnor.
- Bueno bueno... - dijo divertido - Dejad que os enseñe porqué no deberías haber salido de vuestros hogares... -
Inmediatamente tres mortales rayos salieron de varios de los ojos del contemplador.
Un rayo verde se dirigió a Kima pero la halfling saltó a un lado y consiguió esquivarlo, rodando por el suelo. El peligroso rayo golpeó la pared, haciendo que parte de la misma, cubierta por las sustancias orgánicas de los illithid, se convirtiera en polvo gris y cayera flotando.
Ash vio dirigirse hacia él un rayo morado, mientras que Morko recibió el ataque de uno gris.
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El perder el aliento por un instante hizo que Zevatur reflexionase un momento. El cuerno... sin duda era importante para la mostruosidad. - El cuerno, numerosas almas condenadas flotan a su alrededor! Es din duda part de la fuente de su poder! - Grito Zevatur entre dientes mientras se preparaba para lanzar otro hechizo.
Zevatur, Rolthos
Ash se agachó a tiempo, refugiándose tras el parapeto que le daba la cornisa y el rayo impactó contra la pared, sin causar los mismos daños que el de Kima.
Sin embargo, Morko, que aún estaba confuso por no haberse podido teleportar sobre su enemigo recibió el impacto del rayo gris en el pecho.
De inmediato comenzó a sentir cómo sus músculos se paralizaban mientras una película grisácea y pétrea comenzaba a cubrir su cuerpo. No podía moverse y debía luchar contra aquella mágia que pretendía devolverle a la piedra de la que fue creada su raza por Moradin hacía siglos.
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Ash miró a sus compañeros, la mitad de ellos aturdidos por la descarga mental del Cerebro, Gowther desaparecido en la oscuridad y Zevatur intentando esquivar los enormes puños que salían de la jaula. Y K'varn... el contemplador, riéndose maníacamente frente a ellos. Envainando a una de sus chicas, Ash salta con un grito de guerra hacia K'Varn.
Incrédulo, K'varn ve como el guerrero envuelto en una pesada armadura, realiza un salto inverosímil hacia él. En lugar de caer al suelo y convertirse en una pulpa sanguinolenta, el humano tiene la osadía de agarrarse a uno de sus tentáculos oculares y, aunque se queda colgando en una postura poco ortodoxa, consigue asestar un par de golpes certeros con su espada. El último de los ataques golpea en una de las piezas de armadura que cubren su cuerpo y saltan chispas.
K'Varn rie poseído y mueve otro de sus ojos hasta quedar a la altura de Ash, el cual mira el mismo un segundo parpadear antes de que un rayo negro le dé de lleno.
Ash grita de dolor, sintiendo cómo su misma fuerza vital le es arrancada del cuerpo y cae, hecho un ovillo, al suelo bajo K'varn. Pese a todo, y tiritando por el frío que le atenaza el alma y el dolor, Ash coge a Gloria en su temblorosa mano. No va a fallar a los demás, no va a perder a Hela ahora, no ante ese bicho repugnante.
Viendo a su líder en apuros, Guilbert comienza a urdir un plan. Se lanza sobre el cerebro anciano, esperando poder amortiguar su caída con el mismo. Pero no tiene en cuenta la viscosidad del mismo y comienza a resbalar en la dirección equivocada y mucho más rápido de lo que pensaba. El olor es repugnante y el icor del que está cubierto el cerebro le cubre por completo y se le mete por la boca. Guilbert impacta con dureza contra la quitinosa sustancia que cubre el suelo y las escaleras que llevan al cerebro anciano. No va a poder sentarse cómodamente en varios días. Pero al menos está vivo y aproximadamente donde quería.
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Lq vision de la sala central sobrecogio a todos, pero en especial al bardo que trato de asimilar todo lo quenallinocurria para quiza mas adelante, plasmarlo en en dibujo y prosa. Aquello no pintaba bien.. nada bien. El hueco abierto sólo exponía al grupo a la terrible caída. El levitar del laúd se desvaneció nada más descolgarse, asi como el escudo de mágica energía protectora.
En el suelo, tras escurrir sobre el amado líder ilithid y algo avergonzado por el estrecho acercamiento a aquel ser y su repugnante pelicula protectora, se levantó dejando a cerebro entre el y el terrible beholder cornudo. Acarició las cuerdas del instrumento incapaz de recurrir a su arcano poder, así que descartando esa idea extrajo de la mochila la bolsa de aceite, listo para arrojarsela a kvarn si se ponía a distancia de lanzamiento.
De soslayo intuyó las penalidades que bajo el área de oscuridad sufrían Gowther y Zevatur en la ayuda. -Aguantad!! Gowther, te necesitamos, reponte! - dijo justo antes de entonar una de las canciones que había escuchado al eladrin tratando de ser lo más fiel al estilo elfo.
-DISPERSAROS- gritó con todas sus ganas..
Zevatur se mueve alrededor de la jaula con agilidad, evitando provocar a la criatura y cuando lleva a lado de Gowther le lanza magia restauradora. Antes de sentir el blink llevárselo de nuevo al plano etereo echa un vistazo al escritorio. Quizás hubiese alguna pista de algún punto debil... "Maldita sea... Sin canela me siento perdido" Piensa para si mismo al no ocurrirsele nada útil para ayudar a sus amigos en problemas.
Zevatur, Rolthos
Lady Kima se acercó a Ash y le ayudó a recuperarse, imponiendo sus manos sobre el dolorido guerrero.
- Eso ha sido lo más valiente o lo más estúpido que he visto hacer a nadie jamás... y he hecho muchas estupideces - le dice con una sonrisa. - Acabemos con ese cerdo -
Como única respuesta el contemplador lanza un rayo de energía negra a la halfling, la cual aprieta los dientes y resiste la mayoría de la energía necrótica.
K'Varn lanza más y más rayos a los héroes, pero al parecer su alocada risa le impide apuntar con la precisión que debería.
Klarotah se lanza al vacío y sus frágiles piernas no parecen soportar el repentino peso de su cuerpo. Pese a todo, el obstinado illithid se arrastra por el suelo, intentando salir del área de efecto que le impide utilizar sus poderes.Sin embargo la mirada que le lanza a Guilbert no presagia nada bueno. Quizá el bardo debería haber pensado dos veces el utilizar el Cerebro Anciano como tobogán para llegar al suelo. Los golpes de una de las bestias mutadas de K'varn en su jaula le distraen. Esa jaula no va a durar mucho más tiempo.
El único que puede ver en la oscuridad que él mismo ha creado es Zevatur y ve cómo la bestia vuelve a lanzar sus puños contra Gowther al haber desaparecido él, esta vez sacando los cuatro brazos por el mismo lateral de la jaula. Pero la oscuridad de Zevatur vuelve a ayudar a su amigo. Tres de los grandes y poderosos puños golpean la pared, sólo uno impacta al Eladrin en el abdomen que se queda sin resuello.
Desde el plano astral, Zevatur vuelve a ver las almas rodeando el cuerno de K'varn, elevándose en una espiral que parece infinita y perderse en la lejanía de las mareas del extraño lugar donde se encuentra.
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Una vez más, Zevatur se ve arrancado del plano astral y vuelve a aparecer al lado de Gowther. Zevatur no puede soportarlo más, K'Varn va a acabar con todos ellos, van a morir allí, perdidos en las profundidades de la tierra, rodeados de enemigos y los Illithid devorarán sus mentes... El miedo le atenaza las tripas y lo único que quiere es salir de aquel nefasto lugar.
Helayna ve cómo K'Varn, tras flotar rápidamente por la sala, le lanza un rayo de energía mortal. Se esconde con presteza tras el parapeto que le ofrece el tejado, pero aún así parte de la energía necrótica la impacta en el brazo, el cual se le queda frío inmediatamente y prácticamente inservible. La maga mueve los dedos para reactivar los músculos y la circulación y siente todo el brazo dormido. Ni siquiera su cuerpo acostumbrado a las energías necróticas de su plano es capaz de soportar tal poder mortal. Se pregunta cómo estará Ash tras recibir el impacto de tal rayo directamente Una revelación se abre paso en su mente ahora que ha sentido los efectos de ese ojo. Ash podría haber muerto sin remedio.
Morko se ve bañado por la luz morada de uno de los ojos y entonces en su mente se producen las conexiones que eran necesarias. Sus amigos están siendo irracionales. K'Varn sólo quiere lo mejor para todos. Donde antes había caos, él ha traído orden.Donde antes había muerte entre las razas de la Suboscuridad, ahora rige la armonía. ¿Por qué oponerse a ello? ¿ Por qué no llevar esa misma paz, esa misma unión a la superficie, a los Reinos, para que todo el mundo pueda ser feliz? Tenía que hacérselo entender a sus compañeros, K'Varn era la solución a todos sus problemas! ¡Y ellos pretendían destruirle! Tenía que evitarlo, tenía que hacerles entrar en razón.
K'Varn se dirigió a Guilbert.
- Jajajajajaja ¡qué pretendes hacer con eso muchacho? No creo que a tus nuevos amos les vaya a gustar lo que has hecho con el Cerebro... -
Justo tras sus palabras las grandes puertas dobles se agitaron como si hubieran sido golpeadas por un poderoso ariete. Pero agunataron.
- Jejejeje... ya vienen... ¿debería abrirles? ¿hmmm? ¿O me sigo divirtiendo un rato? ¿Tú qué dices Guilbert? -
Mientras hablaba con el bardo, un dardo se clavó en su asquerosa forma pero K'Varn lo ignoró por completo. Sin embargo, lanzó un rayo hacia Martin. El ágil semi-elfo saltó a un lado, apoyándose en una mano sujetando el arco con la otra y esquivó el ataque del contemplador.
Ash maldijo entre dientes intentando moverse hacia el enemigo mientras buscaba, de manera infructuosa, algún dispositivo o mecanismo que permitiera al K'Varn dominar al cerebro antiguo.
Desde arriba Helayna intentó compartir una mirada de preocupación con su amiga, pero Kath seguía sujetándose la cabeza, presa del ataque que habían sufrido todos por parte del cerebro anciano.
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Sabiendo que era necesaria su ayuda en la cámara, Hela se deja deslizar utilizando su magia para bajar, pero el efecto antimagia del Contempaldor la alcanza antes de lo que ella había esperado, su caída se descontrola y su cuerpo se gira en un ángulo extraño antes de golpear con el duro y negro suelo creado por los illithid. Con un grito y un sonido sordo, la maga golpea el suelo y deja de moverse.
K'Varn rie a carcajadas al verlo y todos observan como parte de la energía vital de la shadar-kai abandona su cuerpo para ser absorbida por el cuerno en la frente de la aberración tras dar unas cuantas vueltas a su alrededor. Algunas de las heridas inflingidas por el grupo comienzan a cerrarse ante sus ojos y la carcajada de K'Varn es ensordecedora.
Pero Guilbert se da cuenta de una cosa. Justo cuando Helayna cae, Zevatur desaparece en el plano astral, una oscuridad le cubre a él, a Gowther y a la criatura que está encerrada en la jaula y él siente cierto cosquilleo en las manos. K'Varn ha tenido que eliminar el fecto anti magia para beneficiarse del poder del cuerno. No sabe cuanto tiempo tienen, pero el bardo no está dispuesto a perder esta oportunidad.
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Cantando a todo lo que dan sus pulmones Guilbert invoca a uno de sus hermanos, que mantiene su juramento aún después de la muerte, y el etéreo guerrero intenta utilizar su claymore contra la aberración, pero K'Varn lo esquiva flotando un poco más lejos de él.
La canción llega hasta los oídos de Morko, y por un momento cree recordar algo importante, pero su preocupación por K'Varn al ver que es atacado traicioneramente por el espectro impide que recuerde qué era exactamente.
K'Varn lanza un rayo morado a Guilbert, y ese siente cómo su voluntad vuelve a escaparse hacia el contemplador. Pero aprieta los dientes. No va a dejar colgados a sus amigos, no otra vez. Su canción se vuelve más fuerte aún y la influencia de K'Varn desparece de momento.
Kima corre hasta al lado de Helayna y se arrodilla ante ella. Impone sus manos y la fea fractura del cráneo se cierra y Helayna abre los ojos.
- ¡Tu chico y tú vais a tener que poner mi nombre a vuestra primera hija! - sonríe,mientras, de un tirón, ayuda a la shadar-kai a ponerse en pie.
Gowther siente como la bestia que hay dentro de la jaula se prepara para golpearle de nuevo, moviendo frenéticamente a un lado y otro sus enormes brazos. Usando a Aegnor golpea uno de los brazos y escucha el grito de dolor y furia de la criatura, pero cuando, como puede debido a la firme tenaza que ejerce la telekinesis de K'Varn sobre él, asesta otro golpe siente como algo agarra su muñeca, algo grande y fuerte que le agita y retuerce la muñeca y le obliga a soltar su espada.
K'varn dice algo en una lengua prohibida y olvidada y las paredes norte y este parecen cobrar vida. Varios tentáculos se expanden y se lanzan hacia los compañeros para atraparles.
- Ya está bien de saltar de un lado a otro... quedaos quietos... - dice K'Varn.
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