Tras recibir los consecuentes hehizos que le potenciarían en combate por parte de sus compañeros, Martin asintió ante el plan de Guilbert y subió de nuevo para presentar y notificar la situación a todos los allí presentes. Aún con su arco en la mano, aunque en posición de descanso, se dirigió a Ash mientras no dejaba de obserbar el posible campo de batalla buscando futuras posiciones ventajosas si la situación se complicaba, no podía evitarlo pues estaba en su naturaleza, aunque había perdido parcialmente su capacidad de alerta perenne, no había perdido su instinto de combate.
- Están subiendo a la chica, ha ofrecido algo de resistencia a pesar de su condición... pero no habrá más demoras.
Espero haber mendigado al menos un bless de Morko :P
Hela había permanecido toda la escena en un silencioso segundo plano, observando las idas y venidas de sus compañeros y la conversación con aquella pobre mujer que, más que una peligrosa y malvada infernalista, a sus ojos solo era una humana a la cual la muerte le había arrebatado al ser que más quería. Pero la shadar-kai, que provenía de un plano muy diferente a este, no quiso intervenir por absoluta ignorancia ante este tipo de situaciones. Solo observó a la muchacha con lástima y con cierta empatía, imaginando su reacción si eso mismo le ocurriera con su querido Ash.
En cuanto Martin bajó y alertó a todos de lo que estaba ocurriendo en el exterior, la hechicera se tensó preocupada por la seguridad de su líder. Echó un vistazo antes de subir tras los pasos del pícaro, justo en el momento en el que Guilbert intentaba sin mucho éxito convencer a la mujer de convertirla en vete a saber qué y hacerse pasar él por ella. La shadar-kai no lograba comprender del todo la lógica del plan, pero tampoco se atrevió a pedir explicaciones. Simplemente subió las escaleras, con la intención de cerciorarse de que Ash estaba a salvo y prepararse para la lucha si era necesario.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Al escuchar al mestizo hablar sobre la situación que acontecía en la superficie, el eladrin pensó que la aquella mujer podría tener información relevante para el grupo.- Hela espera un momento... No se hasta que punto es de interés que la entreguemos... Me preocupa la seguridad de la mujer, así como los intereses que puedan tener esos energúmenos. Yo podría enviar un mensaje a algún aliado buscando ayuda. También Hela podría teleportarnos mientras que generamos algún desconcierto como una explosión. Esto dejaría a nuestros compañeros confusos por lo ocurrido... Puede que incluso alguno de nosotros pueda quedar malherido aquí para justificar la ausencia del resto, argumentando la activación de algún hechizo de teleportación por parte de la mujer. Sea como sea, si subimos tendremos que decidir entre entregar a la mujer y luchar...
[Ante el fallo del hechizo de Guilbert]
-Curioso... Puede que esta zona...-Antes de acabar la frase conjuró unas chispas de luz en su mano para comprobar si una zona anti-magia había en el lugar.
En caso de poder conjurar el hechizo, diría lo siguiente.
-¿Helayna puedes analizar la presencia de algún tipo de magia en torno a la mujer?
En caso de no poder conjurar yo el hechizo, diría lo siguiente:
-Parece que hay algun tipo de campo anti-magia en esta zona.
En cualquier caso, si puedo hacer alguna tirada "rápida" de arcana para determinar que puede haber pasado con el hechizo de Guilbert. La hago.
16
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"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Hela se detuvo en mitad de las escaleras cuando escuchó la voz de Gowther. Se giró, frunciendo el ceño ligeramente. En silencio, meditando su plan, su mirada se paseó por el eladrín, la muchacha y Morko, para volver a Gowther de nuevo y contestarle.
- Según Martin, esa gente es peligrosa y están esperando que entreguemos a esta mujer. Me temo que cualquier acción por nuestra parte que no sea la pactada desatará un enfrentamiento. Si invoco un portal y desaparecemos, ponemos en peligro de muerte a nuestros compañeros. No les voy a dejar solos- afirmó con rotundidad, desechando cualquier opción de abandonar a Ash. Miro a la muchacha con cierta lástima - Si no queréis entregarla, se desatará una batalla y tenemos más posibilidades si nos mantenemos juntos.
Antes de continuar su camino hacia el exterior como era su intención, accedió a la petición de Gowther y comprobó si detectaba algo de magia en aquella estancia. Parecía inquieta, moviendo sus manos con rapidez. Solo quería salir de allí y comprobar que Ash estaba a salvo.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Pese a las palabras de Martin los segundos pasan y los zentharim están visiblemente molestos.
- Bueno, se acabó - dice el líder - una lástima que hayáis querido engañarnos. - have un gesto casi imperceptible con la mano y se desata el caos en el tranquilo cementerio.
En la superficie, antes incluso de que las palabras salgan de la boca del líder de los Zhentarim, uno de los magos libera la magia que está conteniendo, con un gruñido casi de liberación.
Tal y como Zevatur temía, puede ver cómo los músculos tanto de Ash como de Martin se tornan rígidos como una piedra y sus dos amigos se quedan paralizados en el sitio.
El tiefling siente como su pulso se acelera. Las cosas no pintan nada bien para él. Puede que esta vez hayan sobreestimado sus posiblidades.
El líder de los Zhentarim mira a Zevatur mientras uno de sus compinches se apropia de las espadas de Ash, dejando aún más indefenso al guerrero. Bhelkar le guiña un ojo a Zevatur y este ve, con cierto horror, como la sombra que proyecta la luna del hombre comienza a moverse hacia él, despegándose del suelo y adquiriendo esencia propia mientras desenvaina las dos espadas que porta. Zevatur intenta alejarse de esa cosa que se abalanza sobre él e intenta recular hacia la parte trasera del mausoleo, pero se escurre en el mármol y cae al suelo en la entrada del mismo. Acto que le salva del primero de los ataques de la criatura de sombra cuyo filo golpea la pared sin producir sonido alguno. El tiefling repta con manos y pies sin dejar de mirar a aquella extraña sombra, y se cae del elevado mausoleo justo a tiempo para evitar otro de los ataques de la sombra. Zevatur, desesperado, invoca su magia para saltar al plano astral, pero la sombra salta tras de él y siente como esta vez si, clava profundamente una de sus espadas cerca de uno de sus riñones. El hechicero grita de dolor y sorpresa, pues parece que el ataque ha impedido que saltara al otro plano, mientras la sombra sigue su implacable ataque y le hace un corte en el brazo con el otro arma.
Mientras, frente a la cripta, el líder zhentarim mira casi con lástima a un paralizado Ash, mientras otro de sus esbirros quita a Martin su arco y su espada corta en la entrada.
- No podíais habernos dado la piedra no... teníais que hacerlo difícil ¿no? Una pena, parecías un tipo razonable, pero finalmente no eres más que otro mentiroso vendido - le dice clavándole profundamente una de sus espadas en el pecho. Ash, pese a estar completamente paralizado, lanza un grito de dolor al sentir cómo la hoja atraviesa limpiamente un pulmón.
Con un grito de dolor, rabia y desesperación el guerrero veterano consiguió librarse de las cadenas mágicas que lo retenían preso. Habían subestimado a aquel bastardo canoso, que había sabido leer sus pensamientos. Desarmado y casi sin aliento por las numerosas heridas cobardemente inflingidas, notó como la fuerza retornada a sus extremidades con un cosquilleo y la sangre se agolpaba en sus sienes. Sus pensamientos fueron para Helayna.
Antes que el valeroso Ash pudiera reducir a uno siquiera y darse cuenta que un tipo veterano en las filas de los traicioneros zhentarim no debe ser subestimado en absoluto, el guerrero sintió que sus músculos volvían a agarrotarse. El otro maldito mago. Un par de rufianes se acercó y uno le golpeó a Ash en la cabeza, otro le partió la nariz y la ceja. Con la vista nublada por el dolor y la sangre Ash empezó a luchar por mantener la conciencia. Zevatur se defendía como podía de la extraña sombra y de los zhentarim que se acercaban e intentaban darle una paliza. Solo su escudo mágico que brillaba con cada impacto, le protegía de ellos, pero no duraría mucho. Impotente, vio como uno de los que tenían las ballestas aserraba a un paralizado Martin.
Ash era arrastrado dejando detrás suyó un reguero de sangre que impregnaba el suelo sagrado del camposanto lugar, un sendero carmesí le seguía, labrado a costa del último aliento de su vida. Horrorizado, mientras era severamente castigado por los Zentharin, y luchando por resistirse a la mágica presa que atenazaba su cuerpo manteníendole inmóvil e idenfenso, el semilelfo observó impotente como la misma suerte caía sobre un Zevatur que no pudo aguantar la tormenta de ataques que sufría, ni su magia protectora pudo prevenir un asalto de tanta intensidad... Eran tres hombres paralizados contra una docena de matones sin escrúpulos ni moral, no había honor en todo esto...
Las figuras fantasmales que le rodeaban, y que en el cementerio parecían cobrar más poder, se acercaron al explorador tocándoso con sus vaporosas manos espectrales, transmitiendo fuerza y voluntad de nuevo al herido Martin, las voces susurraban con fuerza en sus ligeramente puntiagudos oídos, sólo él se interponía entre sus amigos y una muerte segura.
Sus músculos parecieron recuperar su vigor de nuevo, aunque fuera de manera temporal, casi más por rabia e instinto que a algún atisbo de estrategia premeditada, el bastardo deslizó una de sus mútliples dagas ocultas a su mano, sorprediendo a uno de los dos Zhentarin que le rodeaban, y con una rápida finta, intentó un doble apuñalamiento en el cuello de su enemigo. El primer impacto consiguió cortar carne y músculo, aunque fuera levemente, arrancando un alarido de dolor de su víctima, sin embargo el efecto sorpresa se disipó con presteza, y su segundo impacto fue fácilmente esquivado por el maleante de turno.
Gritando, intentó avisar a sus rezagados compañeros de lo que se les avecinaba.
- ¡Estamos siendo atacados! ¡Ya contamos con dos bajas!
Tras su voz de alarma, su vista se fijó no en sus armas perdidas, sino en sus dos amigos siendo alejados de los demás, su cuerpo se tensó preparado para esquivar el inminente ataque de los demás contendientes y salir disparado hacia donde se encontraban los Zentharin que arrastraban los cuerpos de Ash y Zevatur.
Maldiciéndose por el repentino ataque el bardo corrió escaleras arriba hasta topar de bruces con un bravo Martin que mantenía en la puerta del mausoleo a dos zentarims a raya. Por encima pudo ver, al fondo, a dos hechiceros agitando sus brazos.. muy concentrados en sus spells y al que parecía el bravucón cabecilla.
-Gowther!!-le gritó entre el ruido de lucha en la entrada.- Baila.. baila y enseña a esos bastardos como de grande ha sido su error. Que sepan en el Alcázar Zhentir como se las gasta un hoja danzante.. que retumbe en sus murallas, sus torres y sus almenas que ocurre cuando te cruzas con la compañía de los fragmentos extraordinarios.
Con sutileza y mano diestra comenzó a acariciar las cuerdas en una constante melodía machacona y repetitiva. Al fondo, los hechiceros comenzaron a menearse con la misma cadencia hasta encontrar que su mente lúcida estaba atrapada en un cuerpo que solo atendía al ritmo y son de un simple bardo.
El líder de los Zentharim se apresuró a ocupar el lugar que había dejado uno de sus muchachos al caer bajo el implacable hacha de Morko.
Pese a lanzar estocadas contra Martin y el enano su atención parecía más centrada en su sombra y los ataques que esta hacía contra el bardo, el cual no se amedrentó. Muy al contrario, desafiante increpó al Zentharim.
-Valiente líder que necesita que sus maguitos le sujeten la presa.. sin ellos ni te acuerdas de sacar tu arma?-
Las desafiantes palabras del bardo fueron suficientes como para que el zentharim perdiera por un segundo su templanza y Guilbert consiguió esquivar una de las estocadas de la sombra, no así la otra que por desgracia se clavó en sus costillas.
Los últimos escalones que separaban a la shadar-kai del exterior se convirtieron en una agonía tras escuchar las palabras lejanas de Martin. Dos bajas, y los únicos que habían salido del mausoleo además del pícaro, eran Ash y Zevatur. No existía margen de error y ella no se perdonaba haber perdido el tiempo en el interior de aquella tumba.
La imagen del cuerpo inerte de Ash arrastrado por el suelo y la sangre que corría abandonándole igual que su último aliento de vida, inyectó una rabia interna y profunda en la elfa difícil de manejar. Como primera reacción, convocó una esfera que pretendía enlentecer y dañar a esos malditos asesinos lo máximo posible, para evitar que se llevaran al guerrero de su campo de visión.
Le observó, tirado en el suelo como un muñeco de trapo abandonado, sobre un charco de sangre que no cesaba de aumentar. Si no habían acabado con su vida, no le quedaría mucho tiempo. Buscó a sus compañeros con la mirada, rogando ayuda. Se precipitó hacia la salida para intentar acercarse a él, pero se topó con la lucha que le dificultaba el paso; cuerpos, cabezas y brazos entrelazados en una batalla cruenta que se convertía en un muro impenetrable. Intentó sortearlo sin éxito.
- ¡Ash, nooooo! ¡aguanta, te lo ruego!- gritó desesperada, con lágrimas en los ojos, aferrando fuertemente su bastón - ¡Haced algo, debemos salvarles! ¡Gowther! - exclamó, como última esperanza.
Pese a los desesperados gritos de Helayna el eladrin poco pudo hacer para llegar hasta sus moribundos compañeros. Kathrinna, que salió tras ellos, lanzó dos certeros rayos de hielo a uno de los zhentarim que bloqueaba la salida y este cayó al suelo atravesado por el hielo. Pese a la momentánea Victòria virotes de ballesta seguían volando al interior intentando alcanzar a Guilbert y acabar con él y su magia paralizadora, pero el bardo aguantó.
Martin y Morko fueron los primeros de la compañía en verlo, acercándose a la violenta escena llegaba a la carrera un hombre ataviado con una armadura completa. Portaba el símbolo de Kelemvor en su librea y al llegar por el camino cerca de la escena se levantó la visera de su casco y su voz sonó potente cuando preguntó. -¿ Pero qué, en nombre de Kelemvor, está pasando aquí? -
La grave voz del recién llegado despistó por un segundo al hombre que luchaba contra martin, que fue todo lo que necesitó el pícaro para propinarle una patada en la entrepierna y poder así salir al exterior. Una vez allí, y tras contemplar los cuerpos de sus amigos, rogó a la Reina que les ayudará. De las ramas de un árbol cercano bajó revoloteando Seeker, que se posó sobre Ash y una neblina pareció cubrir sus heridas, cerrándolas y alejándole de una muerte casi segura. Después el cuervo se posó sobre Zevatur y al agitar sus alas la neblina le cubrió también, restañando sus heridas. Sabedor de que era vital que mantuviera la conexión con su Reina activa para conseguir que sus compañeros volvieran a la consciencia, Martín se alejó algo del grupo de zhentarim.
Uno de ellos se abalanza sobre el caballero pero Martin le avisa al grito de -¡Zhentarim! Son ¡Zhentarim!-
Al parecer escuchar el nombre de tan tenida secta es lo único que necesita el caballero el cual mueve a una velocidad vertiginosa su mandoble y cercena de un solo golpe la cabeza del rufián.
Después de haber caído Zevatur se levanta curado por el espíritu cuervo de Martin y frente a la confusión se concentra... - ¡Por Bahamut! - Dice con convicción y la energía curativa inunda a Ash y a el mismo, curándoles. Después afianza la curación a Ash con un extra de luz y energía curativa. Al fin se levanta mirando a su alrededor.
Con la llegada del resto de la Compañia y la obstinada resistencia de Guilbert a soltar sus presas mágicas en los dos magos, la situación se estaba poniendo cada vez más difícil, pero con la llegada del caballero de Kelemvor la situación había dad un giro por completo.
Bhelkar vió llegar a la carga al enano embutido en una armadura completa y enarbolando un hacha a dos manos. La suerte estuvo con él cuando el paladin de Moradin resbaló en el último momento con su ímpetu y el filo del hacha pasó a escasos centímetros de su cara. El experto espadachin no dejó escapar la oportunidad y realizó un profundo corte en la ceja del paladín. Corte que debía de escocer como mil demonios por el grito de dolor del enano. Pero, al contrario de lo que esperaba Bhelkar, Morko no cejó en su ataque y esta vez Khelezburg probó la sangre del zhentarim.
Decidido a liberar a sus compañeros, el espadachin se concentró en su sombra, que se lanzó contra Guilbert, pero esta vez el bardo estaba preparado y con una sola nota de su laud un estallido de magia la hizo desaparecer.
Contrariado, Bhelkar miró hacia uno de los magos que estaban aún paralizados por la magia del bardo. Lanzó un ataque al otro ojo de Morko con su espada, más para molestar al enano que para causar verdadero daño, y consiguió su objetivo cuando Morko utilizó la hoja de su hacha para protegerse, aprovechó esa momentánea distracción y corrió hacia el cementerio. Al pasar cerca de uno de los magos paralizados Morko y Martin le oyeron decir. "Lo siento, sólo son negocios" mientras los ojos del mago comprendían en una décima de segundo lo que eso significaba, su expresión de pánico quedó reflejada para siempre en su rostro cuando Bhelkar le cortó limpiamente el cuello con la misma arma que había utilizado para atacar a Morko antes.
Sobre Ash, que estaba a sus pies, comenzó a caer una lluvia de sangre del degollado mago que, paralizado como estaba, nada pudo hacer para evitar que la vida se derramara por la tremenda herida que había sufrido. Su cuerpo quedó en la misma posición, sus ojos reflejando su pánico, como un muñeco roto al que habían colocado en una forzada posición.
La dantesca escena hizo que ninguno de los que estaba fuera pudiera ver por dónde había huido el líder de los Zhentarim.
Ash parpadeó en el suelo y escupió sangre, tanto propia como la que le caía encima.
Ash expulsó el aire entre toses, en medio de una nube de gotículas de sangre. Tomo aire boqueando como pez fuera del agua, mientras se retiraba el peso muerto que tenía encima. ¡Estaba vivo! El dolor se lo recordaba en cada movimiento. ¡Helayna! Miró con urgencia a su alrededor, pero no pudo verla fuera del túmulo. Todo era un caos. Cubierto de sangre propia y ajena se irguió tambaleante y cerró los puños para descargarlos en el enemigo más cercano. El zhentarim tuvo que encajar los nudillos vengativos del guerrero en el estómago y la mandíbula. El último de los mazazos con las manos desnudas puso a dormir al malvado.
Siguiendo el ejemplo de su lider, el resto de los Zhentarim comienza a huir para salvar sus vidas. No sin antes asegurarse que sus compañeros paralizados y caídos no puedan hablar.
Un virote de ballesta atraviesa el cuello del rufián que ha tumbado Ash y muere ahogado en su propia sangre. El otro mago no tiene mejor suerte. Un virote se clava en su pecho y pese a estar paralizado la sangre brota por su boca. El último de los zhentarim huye y le corta el cuello al pasar a su lado, tal y como su líder h izo con el otro. No es un corte tan profundo ni tan definitivo, pero hace el trabajo y la sangre mancilla el camposanto.
Hela sale del mausoleo por fin y ve a los zhentarim correr hacia la salida del cementerio mientras que Ash esta de pie, cubierto de sangre y parece confuso mirando el cadaver de uno de sus atacantes que termina de expirar a sus pies por el virote de la ballesta del que era su aliado.
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Tras recibir los consecuentes hehizos que le potenciarían en combate por parte de sus compañeros, Martin asintió ante el plan de Guilbert y subió de nuevo para presentar y notificar la situación a todos los allí presentes. Aún con su arco en la mano, aunque en posición de descanso, se dirigió a Ash mientras no dejaba de obserbar el posible campo de batalla buscando futuras posiciones ventajosas si la situación se complicaba, no podía evitarlo pues estaba en su naturaleza, aunque había perdido parcialmente su capacidad de alerta perenne, no había perdido su instinto de combate.
- Están subiendo a la chica, ha ofrecido algo de resistencia a pesar de su condición... pero no habrá más demoras.
Espero haber mendigado al menos un bless de Morko :P
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Hela había permanecido toda la escena en un silencioso segundo plano, observando las idas y venidas de sus compañeros y la conversación con aquella pobre mujer que, más que una peligrosa y malvada infernalista, a sus ojos solo era una humana a la cual la muerte le había arrebatado al ser que más quería. Pero la shadar-kai, que provenía de un plano muy diferente a este, no quiso intervenir por absoluta ignorancia ante este tipo de situaciones. Solo observó a la muchacha con lástima y con cierta empatía, imaginando su reacción si eso mismo le ocurriera con su querido Ash.
En cuanto Martin bajó y alertó a todos de lo que estaba ocurriendo en el exterior, la hechicera se tensó preocupada por la seguridad de su líder. Echó un vistazo antes de subir tras los pasos del pícaro, justo en el momento en el que Guilbert intentaba sin mucho éxito convencer a la mujer de convertirla en vete a saber qué y hacerse pasar él por ella. La shadar-kai no lograba comprender del todo la lógica del plan, pero tampoco se atrevió a pedir explicaciones. Simplemente subió las escaleras, con la intención de cerciorarse de que Ash estaba a salvo y prepararse para la lucha si era necesario.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
[Cuando baja Martin y comenta la situación]
Al escuchar al mestizo hablar sobre la situación que acontecía en la superficie, el eladrin pensó que la aquella mujer podría tener información relevante para el grupo.- Hela espera un momento... No se hasta que punto es de interés que la entreguemos... Me preocupa la seguridad de la mujer, así como los intereses que puedan tener esos energúmenos. Yo podría enviar un mensaje a algún aliado buscando ayuda. También Hela podría teleportarnos mientras que generamos algún desconcierto como una explosión. Esto dejaría a nuestros compañeros confusos por lo ocurrido... Puede que incluso alguno de nosotros pueda quedar malherido aquí para justificar la ausencia del resto, argumentando la activación de algún hechizo de teleportación por parte de la mujer. Sea como sea, si subimos tendremos que decidir entre entregar a la mujer y luchar...
[Ante el fallo del hechizo de Guilbert]
-Curioso... Puede que esta zona...-Antes de acabar la frase conjuró unas chispas de luz en su mano para comprobar si una zona anti-magia había en el lugar.
En caso de poder conjurar el hechizo, diría lo siguiente.
-¿Helayna puedes analizar la presencia de algún tipo de magia en torno a la mujer?
En caso de no poder conjurar yo el hechizo, diría lo siguiente:
-Parece que hay algun tipo de campo anti-magia en esta zona.
En cualquier caso, si puedo hacer alguna tirada "rápida" de arcana para determinar que puede haber pasado con el hechizo de Guilbert. La hago.
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"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Hela se detuvo en mitad de las escaleras cuando escuchó la voz de Gowther. Se giró, frunciendo el ceño ligeramente. En silencio, meditando su plan, su mirada se paseó por el eladrín, la muchacha y Morko, para volver a Gowther de nuevo y contestarle.
- Según Martin, esa gente es peligrosa y están esperando que entreguemos a esta mujer. Me temo que cualquier acción por nuestra parte que no sea la pactada desatará un enfrentamiento. Si invoco un portal y desaparecemos, ponemos en peligro de muerte a nuestros compañeros. No les voy a dejar solos - afirmó con rotundidad, desechando cualquier opción de abandonar a Ash. Miro a la muchacha con cierta lástima - Si no queréis entregarla, se desatará una batalla y tenemos más posibilidades si nos mantenemos juntos.
Antes de continuar su camino hacia el exterior como era su intención, accedió a la petición de Gowther y comprobó si detectaba algo de magia en aquella estancia. Parecía inquieta, moviendo sus manos con rapidez. Solo quería salir de allí y comprobar que Ash estaba a salvo.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Pese a las palabras de Martin los segundos pasan y los zentharim están visiblemente molestos.
- Bueno, se acabó - dice el líder - una lástima que hayáis querido engañarnos. - have un gesto casi imperceptible con la mano y se desata el caos en el tranquilo cementerio.
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Mientras espera a que sus compañeros decidan cuando salir, Mirko lanza una bendición a Gowther, Martín, Guilbert y sobre sí mismo.
Mientras mantiene la concentración por su conjuro agarra su hacha y espera la señal para subir.
En la superficie, antes incluso de que las palabras salgan de la boca del líder de los Zhentarim, uno de los magos libera la magia que está conteniendo, con un gruñido casi de liberación.
Tal y como Zevatur temía, puede ver cómo los músculos tanto de Ash como de Martin se tornan rígidos como una piedra y sus dos amigos se quedan paralizados en el sitio.
El tiefling siente como su pulso se acelera. Las cosas no pintan nada bien para él. Puede que esta vez hayan sobreestimado sus posiblidades.
PbP Character: A few ;)
El líder de los Zhentarim mira a Zevatur mientras uno de sus compinches se apropia de las espadas de Ash, dejando aún más indefenso al guerrero. Bhelkar le guiña un ojo a Zevatur y este ve, con cierto horror, como la sombra que proyecta la luna del hombre comienza a moverse hacia él, despegándose del suelo y adquiriendo esencia propia mientras desenvaina las dos espadas que porta. Zevatur intenta alejarse de esa cosa que se abalanza sobre él e intenta recular hacia la parte trasera del mausoleo, pero se escurre en el mármol y cae al suelo en la entrada del mismo. Acto que le salva del primero de los ataques de la criatura de sombra cuyo filo golpea la pared sin producir sonido alguno. El tiefling repta con manos y pies sin dejar de mirar a aquella extraña sombra, y se cae del elevado mausoleo justo a tiempo para evitar otro de los ataques de la sombra. Zevatur, desesperado, invoca su magia para saltar al plano astral, pero la sombra salta tras de él y siente como esta vez si, clava profundamente una de sus espadas cerca de uno de sus riñones. El hechicero grita de dolor y sorpresa, pues parece que el ataque ha impedido que saltara al otro plano, mientras la sombra sigue su implacable ataque y le hace un corte en el brazo con el otro arma.
Mientras, frente a la cripta, el líder zhentarim mira casi con lástima a un paralizado Ash, mientras otro de sus esbirros quita a Martin su arco y su espada corta en la entrada.
- No podíais habernos dado la piedra no... teníais que hacerlo difícil ¿no? Una pena, parecías un tipo razonable, pero finalmente no eres más que otro mentiroso vendido - le dice clavándole profundamente una de sus espadas en el pecho. Ash, pese a estar completamente paralizado, lanza un grito de dolor al sentir cómo la hoja atraviesa limpiamente un pulmón.
PbP Character: A few ;)
Con un grito de dolor, rabia y desesperación el guerrero veterano consiguió librarse de las cadenas mágicas que lo retenían preso. Habían subestimado a aquel bastardo canoso, que había sabido leer sus pensamientos. Desarmado y casi sin aliento por las numerosas heridas cobardemente inflingidas, notó como la fuerza retornada a sus extremidades con un cosquilleo y la sangre se agolpaba en sus sienes. Sus pensamientos fueron para Helayna.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Antes que el valeroso Ash pudiera reducir a uno siquiera y darse cuenta que un tipo veterano en las filas de los traicioneros zhentarim no debe ser subestimado en absoluto, el guerrero sintió que sus músculos volvían a agarrotarse. El otro maldito mago.
Un par de rufianes se acercó y uno le golpeó a Ash en la cabeza, otro le partió la nariz y la ceja. Con la vista nublada por el dolor y la sangre Ash empezó a luchar por mantener la conciencia.
Zevatur se defendía como podía de la extraña sombra y de los zhentarim que se acercaban e intentaban darle una paliza. Solo su escudo mágico que brillaba con cada impacto, le protegía de ellos, pero no duraría mucho. Impotente, vio como uno de los que tenían las ballestas aserraba a un paralizado Martin.
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Ash era arrastrado dejando detrás suyó un reguero de sangre que impregnaba el suelo sagrado del camposanto lugar, un sendero carmesí le seguía, labrado a costa del último aliento de su vida. Horrorizado, mientras era severamente castigado por los Zentharin, y luchando por resistirse a la mágica presa que atenazaba su cuerpo manteníendole inmóvil e idenfenso, el semilelfo observó impotente como la misma suerte caía sobre un Zevatur que no pudo aguantar la tormenta de ataques que sufría, ni su magia protectora pudo prevenir un asalto de tanta intensidad... Eran tres hombres paralizados contra una docena de matones sin escrúpulos ni moral, no había honor en todo esto...
Las figuras fantasmales que le rodeaban, y que en el cementerio parecían cobrar más poder, se acercaron al explorador tocándoso con sus vaporosas manos espectrales, transmitiendo fuerza y voluntad de nuevo al herido Martin, las voces susurraban con fuerza en sus ligeramente puntiagudos oídos, sólo él se interponía entre sus amigos y una muerte segura.
Sus músculos parecieron recuperar su vigor de nuevo, aunque fuera de manera temporal, casi más por rabia e instinto que a algún atisbo de estrategia premeditada, el bastardo deslizó una de sus mútliples dagas ocultas a su mano, sorprediendo a uno de los dos Zhentarin que le rodeaban, y con una rápida finta, intentó un doble apuñalamiento en el cuello de su enemigo. El primer impacto consiguió cortar carne y músculo, aunque fuera levemente, arrancando un alarido de dolor de su víctima, sin embargo el efecto sorpresa se disipó con presteza, y su segundo impacto fue fácilmente esquivado por el maleante de turno.
Gritando, intentó avisar a sus rezagados compañeros de lo que se les avecinaba.
- ¡Estamos siendo atacados! ¡Ya contamos con dos bajas!
Tras su voz de alarma, su vista se fijó no en sus armas perdidas, sino en sus dos amigos siendo alejados de los demás, su cuerpo se tensó preparado para esquivar el inminente ataque de los demás contendientes y salir disparado hacia donde se encontraban los Zentharin que arrastraban los cuerpos de Ash y Zevatur.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Maldiciéndose por el repentino ataque el bardo corrió escaleras arriba hasta topar de bruces con un bravo Martin que mantenía en la puerta del mausoleo a dos zentarims a raya. Por encima pudo ver, al fondo, a dos hechiceros agitando sus brazos.. muy concentrados en sus spells y al que parecía el bravucón cabecilla.
-Gowther!!- le gritó entre el ruido de lucha en la entrada.- Baila.. baila y enseña a esos bastardos como de grande ha sido su error. Que sepan en el Alcázar Zhentir como se las gasta un hoja danzante.. que retumbe en sus murallas, sus torres y sus almenas que ocurre cuando te cruzas con la compañía de los fragmentos extraordinarios.
Con sutileza y mano diestra comenzó a acariciar las cuerdas en una constante melodía machacona y repetitiva. Al fondo, los hechiceros comenzaron a menearse con la misma cadencia hasta encontrar que su mente lúcida estaba atrapada en un cuerpo que solo atendía al ritmo y son de un simple bardo.
El líder de los Zentharim se apresuró a ocupar el lugar que había dejado uno de sus muchachos al caer bajo el implacable hacha de Morko.
Pese a lanzar estocadas contra Martin y el enano su atención parecía más centrada en su sombra y los ataques que esta hacía contra el bardo, el cual no se amedrentó. Muy al contrario, desafiante increpó al Zentharim.
-Valiente líder que necesita que sus maguitos le sujeten la presa.. sin ellos ni te acuerdas de sacar tu arma?-
Las desafiantes palabras del bardo fueron suficientes como para que el zentharim perdiera por un segundo su templanza y Guilbert consiguió esquivar una de las estocadas de la sombra, no así la otra que por desgracia se clavó en sus costillas.
PbP Character: A few ;)
Los últimos escalones que separaban a la shadar-kai del exterior se convirtieron en una agonía tras escuchar las palabras lejanas de Martin. Dos bajas, y los únicos que habían salido del mausoleo además del pícaro, eran Ash y Zevatur. No existía margen de error y ella no se perdonaba haber perdido el tiempo en el interior de aquella tumba.
La imagen del cuerpo inerte de Ash arrastrado por el suelo y la sangre que corría abandonándole igual que su último aliento de vida, inyectó una rabia interna y profunda en la elfa difícil de manejar. Como primera reacción, convocó una esfera que pretendía enlentecer y dañar a esos malditos asesinos lo máximo posible, para evitar que se llevaran al guerrero de su campo de visión.
Le observó, tirado en el suelo como un muñeco de trapo abandonado, sobre un charco de sangre que no cesaba de aumentar. Si no habían acabado con su vida, no le quedaría mucho tiempo. Buscó a sus compañeros con la mirada, rogando ayuda. Se precipitó hacia la salida para intentar acercarse a él, pero se topó con la lucha que le dificultaba el paso; cuerpos, cabezas y brazos entrelazados en una batalla cruenta que se convertía en un muro impenetrable. Intentó sortearlo sin éxito.
- ¡Ash, nooooo! ¡aguanta, te lo ruego! - gritó desesperada, con lágrimas en los ojos, aferrando fuertemente su bastón - ¡Haced algo, debemos salvarles! ¡Gowther! - exclamó, como última esperanza.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Pese a los desesperados gritos de Helayna el eladrin poco pudo hacer para llegar hasta sus moribundos compañeros. Kathrinna, que salió tras ellos, lanzó dos certeros rayos de hielo a uno de los zhentarim que bloqueaba la salida y este cayó al suelo atravesado por el hielo. Pese a la momentánea Victòria virotes de ballesta seguían volando al interior intentando alcanzar a Guilbert y acabar con él y su magia paralizadora, pero el bardo aguantó.
Martin y Morko fueron los primeros de la compañía en verlo, acercándose a la violenta escena llegaba a la carrera un hombre ataviado con una armadura completa. Portaba el símbolo de Kelemvor en su librea y al llegar por el camino cerca de la escena se levantó la visera de su casco y su voz sonó potente cuando preguntó.
-¿ Pero qué, en nombre de Kelemvor, está pasando aquí? -
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La grave voz del recién llegado despistó por un segundo al hombre que luchaba contra martin, que fue todo lo que necesitó el pícaro para propinarle una patada en la entrepierna y poder así salir al exterior. Una vez allí, y tras contemplar los cuerpos de sus amigos, rogó a la Reina que les ayudará. De las ramas de un árbol cercano bajó revoloteando Seeker, que se posó sobre Ash y una neblina pareció cubrir sus heridas, cerrándolas y alejándole de una muerte casi segura. Después el cuervo se posó sobre Zevatur y al agitar sus alas la neblina le cubrió también, restañando sus heridas.
Sabedor de que era vital que mantuviera la conexión con su Reina activa para conseguir que sus compañeros volvieran a la consciencia, Martín se alejó algo del grupo de zhentarim.
Uno de ellos se abalanza sobre el caballero pero Martin le avisa al grito de -¡Zhentarim! Son ¡Zhentarim!-
Al parecer escuchar el nombre de tan tenida secta es lo único que necesita el caballero el cual mueve a una velocidad vertiginosa su mandoble y cercena de un solo golpe la cabeza del rufián.
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Después de haber caído Zevatur se levanta curado por el espíritu cuervo de Martin y frente a la confusión se concentra... - ¡Por Bahamut! - Dice con convicción y la energía curativa inunda a Ash y a el mismo, curándoles. Después afianza la curación a Ash con un extra de luz y energía curativa. Al fin se levanta mirando a su alrededor.
Zevatur, Rolthos
Con la llegada del resto de la Compañia y la obstinada resistencia de Guilbert a soltar sus presas mágicas en los dos magos, la situación se estaba poniendo cada vez más difícil, pero con la llegada del caballero de Kelemvor la situación había dad un giro por completo.
Bhelkar vió llegar a la carga al enano embutido en una armadura completa y enarbolando un hacha a dos manos. La suerte estuvo con él cuando el paladin de Moradin resbaló en el último momento con su ímpetu y el filo del hacha pasó a escasos centímetros de su cara. El experto espadachin no dejó escapar la oportunidad y realizó un profundo corte en la ceja del paladín. Corte que debía de escocer como mil demonios por el grito de dolor del enano. Pero, al contrario de lo que esperaba Bhelkar, Morko no cejó en su ataque y esta vez Khelezburg probó la sangre del zhentarim.
Decidido a liberar a sus compañeros, el espadachin se concentró en su sombra, que se lanzó contra Guilbert, pero esta vez el bardo estaba preparado y con una sola nota de su laud un estallido de magia la hizo desaparecer.
Contrariado, Bhelkar miró hacia uno de los magos que estaban aún paralizados por la magia del bardo. Lanzó un ataque al otro ojo de Morko con su espada, más para molestar al enano que para causar verdadero daño, y consiguió su objetivo cuando Morko utilizó la hoja de su hacha para protegerse, aprovechó esa momentánea distracción y corrió hacia el cementerio. Al pasar cerca de uno de los magos paralizados Morko y Martin le oyeron decir. "Lo siento, sólo son negocios" mientras los ojos del mago comprendían en una décima de segundo lo que eso significaba, su expresión de pánico quedó reflejada para siempre en su rostro cuando Bhelkar le cortó limpiamente el cuello con la misma arma que había utilizado para atacar a Morko antes.
Sobre Ash, que estaba a sus pies, comenzó a caer una lluvia de sangre del degollado mago que, paralizado como estaba, nada pudo hacer para evitar que la vida se derramara por la tremenda herida que había sufrido. Su cuerpo quedó en la misma posición, sus ojos reflejando su pánico, como un muñeco roto al que habían colocado en una forzada posición.
La dantesca escena hizo que ninguno de los que estaba fuera pudiera ver por dónde había huido el líder de los Zhentarim.
Ash parpadeó en el suelo y escupió sangre, tanto propia como la que le caía encima.
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Ash expulsó el aire entre toses, en medio de una nube de gotículas de sangre. Tomo aire boqueando como pez fuera del agua, mientras se retiraba el peso muerto que tenía encima. ¡Estaba vivo! El dolor se lo recordaba en cada movimiento. ¡Helayna! Miró con urgencia a su alrededor, pero no pudo verla fuera del túmulo. Todo era un caos. Cubierto de sangre propia y ajena se irguió tambaleante y cerró los puños para descargarlos en el enemigo más cercano. El zhentarim tuvo que encajar los nudillos vengativos del guerrero en el estómago y la mandíbula. El último de los mazazos con las manos desnudas puso a dormir al malvado.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Siguiendo el ejemplo de su lider, el resto de los Zhentarim comienza a huir para salvar sus vidas. No sin antes asegurarse que sus compañeros paralizados y caídos no puedan hablar.
Un virote de ballesta atraviesa el cuello del rufián que ha tumbado Ash y muere ahogado en su propia sangre. El otro mago no tiene mejor suerte. Un virote se clava en su pecho y pese a estar paralizado la sangre brota por su boca. El último de los zhentarim huye y le corta el cuello al pasar a su lado, tal y como su líder h izo con el otro. No es un corte tan profundo ni tan definitivo, pero hace el trabajo y la sangre mancilla el camposanto.
Hela sale del mausoleo por fin y ve a los zhentarim correr hacia la salida del cementerio mientras que Ash esta de pie, cubierto de sangre y parece confuso mirando el cadaver de uno de sus atacantes que termina de expirar a sus pies por el virote de la ballesta del que era su aliado.
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