El gigante, aún desnudo, se vuelve hacia el elfo. 

- Tengo que asegurarme de que esos estúpidos goblin no son los responsables. Y si vosotros entráis en la cocina seguro que se monta una buena. ¡¡Y no hay tiempo!! - es sorprendente la energía que tiene el gigante pese a su avanzada edad. - Yo era el dueño de este castillo, mi nombre y palabra son credenciales suficientes. Ninguno de esos muchachos osará oponerse a mi voluntad. - 

El gigante se gira, parece crecer aún más, su pecho henchido. 

- Vosotros, la Gente Pequeña, sólo nos veis como monstruos que matan, mutilan y esclavizan. Pero eso es sólo el orden natural de las cosas, y tan sólo una parte de nuestra rica y antigua cultura. Los gigantes de las nubes somos una de las más nobles castas de gigantes, la nuestra es una tradición de honor y fuerza. Estos tiempos son... extraños y convulsos. Con la pérdida del Orden muchos de los nuestros están sin dirección, confundidos y enfadados... -la última frase la añade como un pensamiento más para sí mismo que como parte de la conversación al parecer, pero enseguida se vuelve a centrar en vosotros - No espero que lo comprendáis, pero sí que lo respetéis. Si yo digo que mi nombre es suficiente, lo es. Ahora, ¡marchad! Id a la torre central y avisad a mi nieto. Yo me uniré tan pronto como pueda. - 

Zevatur asiente y repite el nombre, para que no se le olvide... -  Galadral, que me va a contar a mi de ver monstruos donde no los hay... su mirada se oscurece fugazmente pero luego levanta la mirada, animoso, de nuevo. - Nos encontraremos de nuevo! Tenga cuidado! - Y sin dilacion se dirige hacia la torre, donde ayuda a sus compañeros a abrir la puerta.

Ash salió de su torpe escondite enfundando sus espadas y sigue a los demás tratando de no llamar la atención del viejo Galadral. Gigantes con honor, y un cuerno, todo el mundo sabe que comen niños y cosas peores, pero de momento no quedaba otra que usar las cartas que tenían para seguir moviéndose por el castillo. La reyerta interna de los estos monstruos les daba algo de tiempo y les había proporcionado un salvoconducto, sería estúpido no usarlo. Ash se dirigió a la torre central con paso vivo.

Martin caminaba también tras sus compañeros a paso ligero hacia el destino indicado por el viejo gigante, sin embargo su mente seguía dando vueltas a las palabras de tan vetusto personaje, éste creía en las tradiciones, las promesas y los méritos adquiridos en su sociedad... sin embargo eso no tenía porque ser seguido por la sangre joven, ... cuantas revoluciones se habían fraguado en la bullente sopa de, precisamente, derrocar esas tradiciones estáticas y asfixiantes para hacer surgir las oportunidades a las nuevas generaciones. Galadral podría creer en su raza y en su legado... el problema era que el que estaba envenenando al personal, no lo creía tanto, y si tenía aliados, ellos tampoco.

Mientras que el desnudo gigante se perdía por la puerta de la izquierda, los compañeros abrieron la única puerta que quedaba a su derecha. Allí, en una torre circular, encontraron unas escaleras que subían. Una vez en el segundo piso vieron una pequeña estancia con una puerta  con una pequeña abertura enrejada por la que se podían ver las nubes. 

El piso, espartanamente amueblado, tan sólo había una mesa, unos estantes con algunos objetos cotidianos y un gran barril con agua. Sentado en una silla que da hacia las escaleras y la puerta, y apoyado en la mesa cuan largo es, parece haber un gigante dormido. 

Con cautela se acercan a él, pero descubren que el gigante esta muerto. Restos de espumarajos sanguinolentos salen de la comisura de sus labios y manchan la madera de la mesa. El gigante tiene una lanza y una maza apoyadas en la pared tras él. 

Martin observa el barril de agua y discierne que probablemente todo ese barril esté completamente envenenado, sacando rápidamente su kit de venenos con cuidado recoge un vial con sumo cuidado tras escalarlo con cierta agilidad y la ayuda de sus adhesivas botas de araña. Desde las alturas al borde del enorme barril echa un ojo a la estancia buscando alguna pista o huella que pueda ayudar. Tras bajar ... comenta con cierta preocupación.

- Quizás deberíamos volcar o vaciar el barril para que nadie más sufra de envenenamiento si recurre a él para saciar su sed...

 - Oh! Otro muerto! Hemos llegado tarde! Todos nuestros aliados están muertos! Vamos vamos! No hay tiempo que perder. - Mira desesperado a Martín mientras hace cosas con papeles y extrañas sustancias. - Que más dará que el agua sea el veneno o que fuese durante la última comida! - antes de que acabe Zevatur ya está intentando abrir la puerta

En absoluto afectado por el cadáver del gigante, Ash tratar abrir la puerta con la pequeña abertura enrejada desde la que se ven la nubes. Recurre a su cuerda si es preciso para tirar de la hoja de la puerta con un mejor ángulo, como ya hicieron en el piso inferior.

-Vamos señoritas, movámonos -dice mientras trata de abrir la puerta y hace un ademán a Zevatur- ...aun no sabemos si son nuestros aliados, solo sabemos que entre ellos tienen razones para matarse, lo cual no debería sorprender a nadie. Que no te engañen las palabras del viejo.

Morko sigue a sus compañeros por las escaleras, pone mala cara al ver al guardia muerto y asiente a las palabras de Zevatur: -Ya tendremos tiempo de ver donde está el veneno, tras descansar yo puedo purificar la comida o bebida que este envenenada-  mientras le ayuda junto con Ash a abrir la puerta.

Sin mostrar mucho sobresalto por el guardia muerto, Gowther comprendía que esta situación no se ceñía a un caso aislado. Además, a diferencia de algun miembro del grupo, sabía perfectamente que en tiempos de incertidumbre sucedían este tipo de altercados. No obstante, una sucesión de preguntas le venían a la mente. Mientras miraba atentamente el cuerpo sin vida de aquel gigante dijo:

-Es interesante... no hago más que darle vueltas a una serie de cuestiones... Dadas las circunstancias que estamos presenciando, ¿qué bando del castillo puede estar relacionado con los envenenamientos?  Y en este escenario, ¿qué figura ostenta Balakar? Por un lado, supone uno de los apoyos para nuestra empresa y alguien supuestamente de confianza tanto para nosotros como para Olthanas, pero, por otro lado, en aquel despacho secreto repleto de documentos firmados por Balakar, se encontraban escondidos en un compartimento oculto los recipientes que contenían el veneno que está ocasionando estas muertes. ¿Estamos ante un traidor? ¿Es alguien con métodos poco ortodoxos pero fiel a Olthanas y su causa? ¿O tal vez  alguien pretenda matar dos pájaros de un tiro y ejecutar una traición acusando a Balakar de ello?-

Dejó las preguntas en el aire pensativo en espera de algún razonamiento adicional y continuó:

 -Lo que si está claro es que la información con la que partíamos antes de llegar al castillo es altamente cuestionable.-

Tras plantear esto, pasó por la puerta de la manera más sigilosa posible y atendiendo a cualquier señal de peligro.

Ash ríe con sarcasmo al oir al elfo pensar en alto.

-Desde luego, que nos han engañado está claro -escupe airado- apuesto que ese Balakar ha montado todo esto para hacerse con el poder y cargarnos a nosotros el muerto. Si Balakar fuera un aliado ¿como es que no ha acudido en nuestra búsqueda? está claro que sabe que estamos aquí. Hay otra cosa, alguien le ha dado a Balakar ese veneno, en la habitación secreta no había alambiques ni nada para destilar la ponzoña... Ese Balakar tiene aliados y a todos les interesa ver a ese Olthanas muerto por lo que parece. -gruñe al tirar de la puerta con fuerza apretando su cuadrada mandíbula- Demonios!! -parece realmente molesto.

 Martin se hace con la redoma de agua, supuestamente envenenada. Sus análisis tendrán que esperar a que paren un momento. 

Al abrir la puerta el viento les golpea con fuerza y comprenden porqué no vieron al descender la forma en que las diferentes partes del castillo se unen entre sí. Cubierto por un mar de nubes ven un hermoso puente de cristal. La sensación de cruzarlo es tremenda, pues parece que caminan por el mismo cielo y, afortunadamente, la mayor parte del camino las nubes les cubren como una niebla gris, ya que las pocas veces que esta se despeja y les permite mirar hacia abajo, todos tienen que reprimir el vértigo que les produce verse suspendidos sobre el suelo a tantas decenas de metros. 

El puente les lleva a una pequeña nube intermedia, donde hay una torre de paso en la que ven dos nuevas puertas que conducen a puentes similares al que acaban de cruzar. Una de ellas parece llevar a la parte del castillo donde podían haber intentando aterrizar de llevar los grifos, la otra parece llevarles a la parte más central e impresionante de la fortaleza. 

Los compañeros pueden optar por ir  la otra torre e investigar, intentando averiguar algo más que les ayude a despejar sus dudas, o bien ir a la torre como les ha dicho Galadral e ir hacia la sala de audiencias, donde esperan encontrar a Balakar y Olthanas.

Martin se queda maravillado ante la impresionante obra de arquitectura que tiene ante si, se queda parado unos segundos observando el horizonte desde el puente, cuando la niebla permite vislumbrar algo más allá de las nubes y en su interior se pregunta como criaturas que a veces se alinean con el mal, son capaces de construir semejantes estructuras, y hacerlas volar...

Cuando llegan a la torre de paso, el semielfo observa algo inquieto la doble puerta y la paz que le había otorgado el pasaje por el puente se vuelve a tornar en alerta y suspicacia.

- Aquí somos vulnerables a ataques con proyectiles, y esos gigantes pueden tener mucha puntería y no quiero pensar en el tamaño de las flechas que usarán... Hay que decidir rápido y asegurarnos que no hay nadie en la torre de paso o que si hay alguien, aún no nos ha visto. Tenemos cierta premura porque el plan de envenenamiento está ya en marcha, aunque quizás aún nos faltan piezas por encajar en esta historia y debamos recabar más información. ¿Qué opináis? ... Votemos ... Yo voto por explorar un poco más hacía la isla secundaria. Quizás el anciano consiga dar con la fuente del veneno y cortar los suministros, se le veía bastante competente a pesar de su edad.

El pícaro no deja de observar la torre buscando señas de sus posibles habitantes o vigías.

Acostumbrado a la solidez  de las construcciones enanas Morko no puede mas que asombrarse por la pericia de los gigantes al ver y cruzar el aparentemente frágil puente de cristal.

Una vez arriba y tras oir a Martín discrepa: -Yo iría directamente a la torre central, necesitamos encontrar cuanto antes al conde y asegurarnos de que sigue con vida. Si él muere habrá guerra con toda probabilidad, si conseguímos encontrarle con vida y ayudarle a parar la revuelta, puede que tengamos alguna esperanza. 

Gowther quedó maravillado por la belleza imponente de aquel lugar. Mientras se acercaban a las dos puertas comenzó a generarse cierto debate en torno al lugar más idóneo al que debían acudir.

Aparentemente habían dos opciones: acudir directamente a la torre central o intentar recabar algún dato más para entender todo esto. La realidad era que la información de partida era de dudosa calidad. Además, contábamos con el lábil apoyo de aquel anciano gigante y sin más argumentos que indicios desordenados de lo que estaba pasando. Ir directamente podría suponer la sucesión de cuestionables explicaciones vacías por nuestra parte en un escenario en el que aparecemos como intrusos más que como invitados... Por otro lado, buscar más información con la que destapar aquel ajeno entuerto parecía un opción interesante pero Gowther no acostumbraba a ese tipo de subterfugios...

-Ambas opciones pueden suponer una buena y una mala opción. Aunque la que más me inquieta es la de acudir a Olthanas acusando a gente con indicios fruto de nuestra infiltración. Seguir buscando más pruebas con las que acusar al culpable de esto puede darnos cierto respaldo pero también dar más tiempo a los asesinatos por envenenamiento. ¿Qué opináis el resto?

Detrás del repentino vértigo Zevatur siente una sensación de libertad intensa. Sin embargo la hermosura del puente apenas le llama la atencion y tan solo mira el espacio vacío, la inmensidad del aire y las nieblas que les acarician. Los comentarios le sacan de su ensimisminamiento.

 - No es el intento de rebelión suficiente confirmación de las palabras del gigante? Es posible que que solo parte de sus palabras fuesen verdad... Las medias mentiras... Son las más insidiosas. Pero... no veo que puede ganar al invitarnos al castillo para matarnos. O para interrogarnos! Quizás quiera saber las defensas de la ciudad, pero no sabemos nada. El paladín fue astuto al mandarnos a nosotros. Yo no me arriesgaría más a que un gigante o una mascota nos vea y nos aplaste.

 - Y si sus palabras no eran sinceras, quizás en mitad de una rebelión se le pueda convencer de que cambie de parecer. Creo que tenemos suficiente información para presionar en esa dirección. E incluso ofrecer nuestra ayuda como gesto de buena voluntad. - Roland interrumpe a Zevatur.

Tras maravillarse en secreto de la estructura cristalina, Ash trata de no perder el foco de lo que están haciendo y cruza con rapidez. 

-Yo estoy con el enano, esto ya está durando demasiado. Además las cosas interesantes estarán en el castillo principal.

- Adelante pues, hacia el castillo principal.

El pícaro sigue vigilando mientras intentan atravesar la torre de paso para dirigir sus pasos hacia la estructura principal de la fortaleza aérea.

Cuando atraviesan el puente traslúcido y entran en la primera de las torres que hay en el castillo central, llegan a una sala construida en piedra gris que parece creada por nubes. En el centro de la sala se levanta una tumba de piedra blanca. La luz parece ser atraída hacia la tumba que parece resplandecer en la penumbra del resto de la sala. La parte superior de la tumba representa a una gigante de las nubes tumbada, su hermoso rostro sereno, como su durmiera. La piedra parece hecha de nubes blancas pues, al fijarse en ella, da la sensación de que se mueve con un suave viento. 

La sala sólo tiene otra salida que parece llevar a otro puente de cristal hacia la sección central del castillo. 

Hay una segunda puerta que lleva hacia otra de las torres centrales secundarias, que rodean la parte central y en cada una de ellas parece que hay un puente que lleva al centro. 

Ash cruza el mausoleo sin apenas detenerse, en dirección a la salida obvia de la sala, el siguiente puente de cristal hacia el castillo principal.

-Andando! Tiene que ser por aquí -masculla mientras camina apresuradamente estirando la zancada- vaya un sitio raro para enterrar a sus muertos, en medio del paso. 

Sin salir al puente, asomando la cabeza desde dintel de la salida, busca vigías en los muros del castillo principal.