-Si bueno, he oído que eso a veces pasa sin más, en cualquier caso estoy con Morko y está claro que ella no tiene ni idea del asunto -cabecea a Kath- ... pero si estamos de confesiones a lo mejor estaría bien saber que saben los elfos del culto y sus movimientos, eh socio? -clavando su mirada en Gowther - deberíamos poner en común lo que sabemos de ese asunto, dado que parece que es lo que parece que tenemos todos en común. Y digo todos porque si tienen la mitad de los espías que se les atribuyen ya deben contarme como uno de vosotros después de los de los gigantes. Estamos juntos en esto y si los elfos han enviado un agente a ensuciarse las manos con los hombres de Lathander es que la cosa es importante. ¿Tienes algo que contarnos Gowther?

Ash señala al elfo con una pata de pollo mientras espera que responda.

Ash casi puede sentir las palabras de Kath dándole las gracias en su mirada. La chica coge su bebida y se recuesta sobre la silla, agradecida de que la atención no esté en ella ahora mismo.

Mirando a Ash y su primitiva forma de interactuar.-Me han enviado a averiguar porqué han cambiado sus movimientos. Parece que han cesado de experimentar con dracolich y su interés es otro... Pero me temo que no cuento con más información. ¿Sabéis algo al respecto?-Dijo mirando al resto.

Cuando Martin iba a contestar a Gowther, antes de que sus compañeros aparecieran, se siente totalmente cortado ante las indiferentes palabras que le dirige el Eladrin, decidiendo entonces guardarse su opinión al no ser algo que parezca interesarle a su interlocutor. Cuando el resto de la jocosa compañía aparece, Martin suspira algo aliviado y vuelve a sonreir al compartir de nuevo bebida y comida con ellos.

Mientras se pregunta como de satisfechas se habrán quedado las prostitutas de Ash, puesto que el guerrero ha tardado nada y menos en volver, el semielfo casi se atraganta con un trozo del muslo de un jugoso pollo aderezado al vino cuando escucha la palabra Dracolich,... sin mucho decoro interrumpe a Gowther entre sorprendido y asustado.

- Espera, ¿has dicho Dracolich? Eso es un enemigo muy poderoso ¿experimentando dices? ¿sabes si lo consiguieron? ¿dónde lo hicieron? Esto complica mucho las cosas... Este enemigo nos supera con creces...

Viendo el semblante que se le pone al semielfo, Morko dice en un intento por rebajar la tensión:- No sufras, por suerte contamos con la poderosa compañía de Roland, no creo que una "lagartija dopada no muerta" pueda hacer frente al señor de la Luz, más aún cuando cuenta con la inestimable ayuda de los aquí presentes, y si se pone tonta seguro que Moradhin tambien tendrá algo que decirle. A parte que ya hemos derrotado al culto, asi que volveremos a hacerlo...y seguro que será una batalla épica amigo mio, de la que acaban en leyendas. Así que no sufras y piensa como quedará tu nombre entre los grande heroes, "Martin de lich killer".

-Dicho lo cual creo que aún nos falta un poco apra poder enfrentarnos a tal enemigo, pero si es la voluntad de los dioses, la afrontaremos. Pero ahora es momentos de beber y festejar ya que pronto nos pondremos en camino hacia Mithril Hall.- La cara de Morko no pude ocultar la expectación de visitar tan renombrado nombre entre las ciudades enanas.

 - Amigo Morko, me sobreestimas  No estoy a la altura de un enemigo como un dracolich. Pero te agradezco el halago. -  Dice Roland mientras se acerca a la mesa. Parece que los compañeros están disfrutando de un momento de paz y camaraderia. Y Roland se une a ellos dispuesto a disfrutar de un sencillo momento de tranquilidad, sin fanfarrias de gigantes, sin peligros acechando, sin las incomodidades de las restricciones de un largo viaje. - Pero...  ¿No fue un dracolich lo que vimos en las cavernas del culto del dragon? Tras la batalla... - Dice mientras alza la mano para pedir una cerveza y el plato del día. Viendo como Ash devora la comida sabe que el pollo va a estar delicioso.

 Tras acompañar a Roland a comprar sus diamantes Zevatur decide darse una vuelta por el mercado. Sus pasos le llevan de un puesto a otro, deambulando entre los callejones, entrando en las tiendas mas pequeñas; artesania, antiguedades, productos de tierras extrañas, puestos de granjeros que traen sus productos a la ciudad... En en cada uno mira los objetos y se interesa por ellos, y poco a poco va comprando objetos de aqui y alla. El atardecer le coge cargado con varias bolsas, y le invade una apagada melancolia.

"Quizas sea hora de regresar" Piensa hasta que de pronto un aroma de pan recien hecho le hace olvidar su melancolia. Tras localizar de donde viene se adentra en un diminuto local. Alli una humilde selecion de bollos y panes recien horneados le recive calidamente. La panadera le mira con cierta aprension, pero le atienede educadamente. "Estos estan relleños de carne macerada con una mezcla de especias tipicas de aqui." Es suficiente para convencerle de comprar un par de ellos.

"El acantilado al otro lado de la vaia es un lugar extraordinario" son las palabras del bodeguero al venderle la botella de vino. "Las vistas al atardecer son increibles" Y Zevatur no puede estar mas de acuerdo, las vistas son impresionantes, piensa mientras se sienta al borde del acantilado y comienza a comer los bollos despacio, dando breves tragos a la botella de vino. El cansancio del dia, la tranquilidad del lugar, el vino y el estomago lleno hacen que su mente se quede en blanco. En una de las pocas ocasiones que Zevatur parece mantener cierta claridad mental e hilar un pensamiento con otro con lucidez.

"Puede ser que mi herencia tenga raices malignas, demonio u dragon rojo. Pero, si mis actos son los correctos poco importa. Estos dias he visto la verdadera cara del mal, esclavismo, violaciones, guerra, traiciones, odio, crueldad... Todo me repugna. Pero ni siquiera es esa repulsion... son los actos. Yo no tengo el rostro del mal. Y lo he demostrado dia a dia, aventura en aventura. Por primera vez me veo a mi mismo. Y me gusta lo que veo". Zevatur sonrie, sientiendo calma y sintiendose, por primera vez, orgulloso de si mismo.

"Rezar mediante las buenas acciones." Piensa de pronto elevando la mirada al cielo. Entre la luz del atardecer la figura de un dragon se le aparece. Y en la calma de su mente una idea se forma. "Rezar mediante las buenas acciones"... Bahamut, el dios dragon, cuyas ensenanzas incluyen justicia y bien por encima de todo. Behamout, el dios dragon, esta conmigo. Y Behamout tambien esta orgulloso y de mis acciones, Rezar mediante las buenas acciones. Las ideas y palabras se forman en su mente y sabe que no son suyas propias... Pero asiente aceptandolas "Rezar mediante las buenas acciones".

Al fin regresa a la posada sentandose, alegre, con sus compañeros. La iluminacion del atardecer aun le acompaña y parece mas calmado y contento. - Ya he cenado -  Dice con amabilidad al posadero. - Pero me tomare una cerveza. 

Me he permitido comprar algunas cosas para vosotros. - Dice sacando unos pequeños regalos para cada uno de sus compañeros . - Un pañuelo oscuro, con sutiles patrones azul oscuro para Kath, quizas te ayude a esconderte o a recogerte el pelo... Para Ash, un pequeno frasco de esencia... Si las mujeres no podia resistirse ante ti, con esto seran aun mas complacientes!. Un bote de betun especial para Martin... para eliminar brillos de las armas y facilitar aun mas tu sigilo. Para Morko esta bolsa de cuero para el dinero, con varios compartimentos, a prueba de robos. Para Gowther esta pluma para escribir las cosas que los magos escriban y para Roland este kit de gamuzas y liquido de pulir para dar brillo a la armadura o al simbolo sagrado. Es solo una muestra de mi aprecio por todos vosotros. Sin vuestro apoyo no se lo que hubiese sido de mi.

-Veis, a esto me refería orígenes no te marcan de por vida, al final son tus acciones lo que te define,- dice Morko mientras se cuelga la bolsa del cinto. -Muchas gracias amigo mío, por el obsequio.-añade con una inclinación de cabeza.

Gowther cogió la pluma sorprendido por el detalle. Para él generar algún tipo de camaradería con otros aventureros era algo difícil de alcanzar. No obstante, esta acción caló un poco más profundo de lo que la actitud del elfo mostró. -Muchas gracias Zevatur, no tenías porqué hacer algo así... Efectivamente son las acciones de uno lo que dictamina en que lado de la balanza te encuentras. Y las tuyas, como tu, parecen estar basadas en el bien y en la preocupación por otros.- Acabo diciendo mientras levantaba una copa de vino brindando hacia el. Tras esto, preguntó a Roland. -¿Pudisteis ver algo en torno a lo comentado del culto y la génesis de dracolich?

El clérigo asiente al elfo y comenta.

- Me he informado un poco sobre el Culto. Al parecer su habitual forma de operar era la de convertir a dragones adultos en dracolich, para adorarlos como semi-dioses. En la historia que se conoce del Culto del Dragón han llevado a cabo este ritual con éxito al menos en una docena de ocasiones. Algunas de esas criaturas ya han sido destruidas, otras, permanecen ocultas. De momento. - toma un poco de bebida antes de continuar - lo que el Culto nunca había hecho era organizar este tipo de ataques, ni realizar saqueos ni pillajes de comunidades. Y aunque, como hemos comprobado, siguen tratando con dragones, estos parecían muy vivos. Nuestras averiguaciones durante el ataque a Greenest y posteriores parecen indicar que sus nigromantes ahora siguen sus propios objetivos, que no parecen coincidir enteramente con los del Culto, aunque siguen apoyándose. Lo que debemos averiguar, por tanto, es cuales son sus planes, y si podemos, detenerlos. - 

Martin asiente y añade 

- La semi-dragona líder partió en un  dragón negro, que aún estaba vivo. La vi portando una máscara de dragón negro muy elaborada, esto quizá sea importante o tan sólo un elemento para demostrar su cargo. - 

En ese momento Morko casi se atraganta con su cerveza. Al oir, por primera vez mencionar una máscara de dragón recuerda que uno de los dragones rojos que atacaron su morada llevaba un jinete. Un jinete con una armadura completa y una máscara de dragón rojo. 

- El malnacido que lideró el ataque contra mi ciudad también llevaba una de esas máscaras, pero en su caso era roja, como el dragón que montaba - 

Gowther asiente, pensativo 

- Quizá esas máscaras otorgan algún tipo de poder sobre los dragones que permite a sus poseedores montarlos, o como dice Martin puede que sea sólo un distintivo de su cargo en el Culto y al ser... - duda buscando una palabra adecuada - líderes o generales los dragones consientan en ser montados por ellos. Sin duda Lady Kima podrá aportar más luz sobre estos asuntos. - 

- Entonces la cosa esta clara - zanja Ash dando un golpe en la mesa que hace que algunas bebidas estén a punto de derramarse - mañana partimos hacia Mithral Hall, preguntamos a esa tal Lady Kima y si nos cruzamos con algún miembro del Culto o nigromante en el camino, les zurramos de lo lindo. ¡Brindo por el éxito de nuestra misión! - 

El entusiasmo de Ash es contagioso y todos entrechocan sus bebidas. Incluso Kath, la cual ya se ha puesto el pañuelo que le ha regalado Zevatur alrededor del cuello. 

- Oye Roland... - pregunta Ash al cabo de un rato, cuando todos se están despidiendo para salir al día siguiente al alba - Esta Lady Kima.... ¿esta buena? - 

 la mañana siguiente, no al alba como les hubiera gustado a Gowther y Martin, pero mas temprano de lo que Morko y Ash consideran como sano, el grupo parte de Elturel en sus monturas. La mayoría de los comercios ya están abiertos aunque aún no hay muchos clientes, pero las gentes de la ciudad apenas dirigen una segunda mirada al variopinto grupo que abandona sus calles, ignorantes de que les deben su paz y seguridad. 

Los siguientes días pasan tranquilos y salvo alguna llovizna no tienen problemas en seguir el camino hacia el norte durante los primeros días. Llegan a la ciudad de Tiriel sin problemas, y cogen el Camino del Norte donde hacen mejores tiempos en cada jornada. 

Ha pasado casi una semana desde que salieron de Elturel, cruzando las Colinas de los Trolls, y aunque aún quedan unas horas para la caída de la noche, deciden descansar en la posada que ven en lo alto de una de las colinas, apenas a unos metros del camino. Ven que varias caravanas ya están allí, por el gran número de carromatos que están alineados fuera de la misma, y lo lleno que están el establo. Puede que no tengan suerte ni encuentren habitación, pero deciden intentarlo de todas formas. Las nubes que están cubriendo el cielo hacen poco apetecible la idea de dormir al raso. 

"La Cabeza de Troll " reza el cartel que cuelga sobre el porche de la posada dentro de la cual se escucha el ruido de varias personas charlando y riendo. 

Mapa:

-¿Qué harán todos estos aquí? Los caminos no son seguros en estos días, con dragones en los cielos. ¿Qué los habrá hecho reunirse a todos?... -el guerrero camina ceñudo entre los carromatos frotándose el mentón, inspeccionando las enseñas.

Ash inspecciona con curiosidad los carromatos antes de entrar en busca de marcas de mercader, para tratar de averiguar si todos forman una sola caravana o vienen de lugares diferentes. ¿Quizá incluso conozca alguna? Enseguida vuelve con sus compañeros para entrar en al posada.

 Intel: 22

Ash llama la atención de sus compañeros justo antes de abrir la puerta de la posada.

-Lo mejor de cada casa -concluye sarcónicamente tras la inspección- los Cassalanter de Waterdeep, antiguos esclavistas, dicen que se han reformado, yo no me lo trago, ojo con ellos, pero quizá tengan noticias de Waterdeep. Luego están los gnomos, los Hinterwood, de Elturiel, cuentamonedas inofensivos. Y finalmente está aquel grupo de allá -el guerrero los mira con más interés- no son mercaderes... llevan las enseñas del Duque Torlin Silvershield de Baldurs Gate, hace tiempo hicimos un trabajito para su casa, con el Guantelete Rubí... todo legal -aclara sin darle importancia- Uno de sus carros es en realidad un carruaje, el resto parecen carromatos comunes. Es extraño, el duque no viajaría sin escolta, quizá solo sea alguien de su casa... alguien importante en cualquier caso. ¿Qué diablos estará haciendo en este estercolero?... Será mejor abrir las orejas y estar atentos.

Ash, da por concluido su informe, asiente a sus compañeros y abre la puerta de la posada enérgicamente. Los ruidos de las conversaciones, las risas, el entrechocar de jarras, el olor a estofado y la luz del hogar invitan a entrar. Fuera comienza a refrescar.

El viaje fue algo tedioso teniendo en cuenta la fanfarroneía constante del humano. Eran tiempos complicados y Gowther sabía que debía hacer sacrificios como compartir plato y descanso con seres como el.  Al llegar a la posada y escuchar la información que Ash había obtenido analizando los carruajes, Gowther quedó sorprendido de lo que fue capaz de recabar y quiso profundizar un poco más. Entró detrás del guerrero y se dirigió al posadero para pedirle si era posible una habitación.

-Disculpe, llevamos una semana de viaje y necesitaríamos poder descansar en este lugar ¿sería posible obtener habitaciones para esta noche?

Mientras se dirigía al dueño, echó un mirada al lugar buscando obtener alguna información relevante mística o mundana.

La visión de la posada ilumina el rostro de Morko al pensar en dormir una noche en una cama con un techo sobre sus cabezas y en la cena. El hecho de que estuviese tan concurrida claramente es señal de que la comida y la bebida son buenas, más aún si la información de Ash era buena y un noble había decidido pernoctar aquí.

-No te preocupes por Daghr- dice Morko al chico de los establos, -pasará la noche en el bosque y lo más probable es que su presencia espante al resto de fieras- mientras baja del lomo del imponente oso y en enano le dice al oso:- No te alejes mucho saldremos temprano.

Tras lo cual sigue a Gowther a la posada y cuando acabe hablar dice:- Cerveza y algo de cenar buen hombre. Y busca una mesa donde sentarse y donde quepan todos sus compañeros.

Al entrar en la posada el ambiente esta cargado de olor a comida, cerveza, sudor y humo. Sin duda la posada ha reunido a un gran número de personas y los camareros y el posadero no dan a basto. El posadero, un hombre inmenso que casi parece un oso ni siquiera presta atención a Gowther ni a Morko, pero al cabo de unos minutos, un sudoroso joven, que por la altura y el hirsuto pelo negro que puebla su cabeza debe ser el hijo del posadero, les dice

- Estamos casi sin habitaciones señores, tenemos dos habitaciones que pueden compartir cuatro de ustedes y el resto.. bueno.. hay un par de camas en la habitación común... - dice casi excusándose  -  Les traeré la bebida inmediatamente señores! añade y la comida! Estofado de jabalí! no han probado uno igual ¡Se lo aseguro! - añade marchándose con la bandeja repleta de pintas de madera vacías. 

Deja a los compañeros apiñados en una mesa, la única libre en toda la sala y preguntándose cómo harán para dividirse para pasar la noche.

Martin pasó el viaje bastante silencioso, incluso para su media, es más, apenas dedicó tiempo al entrenamiento con Kath, cosa bastante extraña en él debido a su afán por la disciplina y la constancia como valores de triunfo en la batalla. Sin embargo, en los cortos espacios en los que el grupo descansaba para comer o organizarse, el semielfo se solía perder en los bosques poblados que rodeaban el camino, a veces se quedaba a meditar bajo algún frondoso roble, en otras ocasiones, buscaba plantas o estudiaba el terreno, e incluso llegaba a traer liebres cazadas y despellejadas listas para ser usadas en la próxima cena, suculentas presas también aparecían sobre sus hombros, pequeños jabalís o venados que cocinaba el mismo.

Cuando llegó a la posada de la Cabeza de Troll, frunció el ceño bajo su capucha oscura, y su cuervo graznó descontento sobre su hombro. - Demasiada Gente, y encima una cohorte de un noble, problemas... - murmuró prácticamente para sí.

El pícaro dejó a Ash hacer las presentaciones y a Gowther tratar con el posadero, al oír la falta de habitaciones y espacio, se presentó voluntario para la habitación común, estaba acostumbrado a ese tipo de pernoctas en algunas de sus misiones de reconocimiento del pasado. Mientras su afinado ojo élfico, paseaba por todos los parroquianos de la taberna, el pícaro empezó a mover las manos con algún extraño y particular gesto, muy discreto, apenas perceptible...

Gowther, al escuchar la palabras del hijo del posadero, le indicó al grupo.-Si no os importa necesito ausentarme un momento.-Tras lo cual, fue a una de las habitaciones libres siguiendo las indicaciones. Al llegar allí y ver que la habitación estaba despejada, comenzó con el ritual. Empuñando la espada y apoyándose en las runas talladas en su hoja, comenzó a convocar energías místicas de tal manera que el aire a su alrededor empezó a vibrar sutilmente. Tras unos veinte minutos de concentración el trabajo estaba hecho.

 Ahora su percepción estaba sintonizada con lo arcano, podía percibir la magia a su alrededor. Aprovechando este don temporal se dirigió a la sala común para buscar cualquier seña fuera de lo normal. En el trayecto también fue prestando atención a la zona de las habitaciones.

-Yo puedo dormir en la habitación común sin problemas, no puede ser muy diferente al barracon de escuderos y seguro que aqui la gente ronca menos- dice Morko mientras se recrea en el aroma del estofado de jabalí y en su cerveza.

Cuando Gowther baja de nuevo a reunirse con sus compañeros la afluencia de gente en la sala común no parece haber disminuido, pero el estofado esta frío en la mesa. 

El mago puede ver que algunos de los presentes portan objetos mágicos, nada reseñable, un aura de trasmutación en un dedo, un leve encantamiento de abjuración en un otro, el amuleto de uno de los mercaderes emite una pequeña aura de necromancia, muy similar al medallón de Martin. 

El hacha de Morko resalta con diferencia frente al resto, así como su propia espada. Sin duda, si alguien está usando el mismo truco que él, están llamando la atención de manera escandalosa. 

A lo largo del viaje todos pueden percatarse de que Zevatur parece algo cambiado, mas silencioso, mas centrado. La antes incesante charla ha dado lugar a una cierta deliveracion. Por las noches, cuando al fin descansan y comparten algo de vino la lengua de Zevatur se suelta y su antigua exuberante verborrea se oye de nuevo. Pero al andar durante la marcha parece perdido en sus pensamientos.

Charla con Martin

Al llegar a la posada Zevatur se detiene brevemente y antes de que pronuncie su idea de que quizas no sea buena idea hacer noche aqui Ash, Morko, Gowther... han entrado a la posada. Una mirada cruzada con Martin parece indicar que piensan igual. Problemas, retrasos. Con un leve suspiro se dirige tras sus pasos.

 - No me importa dormir en la zona comun. - Dice devorando el javali. - Las habitaciones comunales han sido un lujo que no siempre me he podido pagar. - Tras acabar su racion se levanta a pedir una cerveza y apoyandose relajadamente en la pared mira a izquierda y derecha. Aunque desearia tener noticias de Waterdeep, hablar con esclavistas es la ultima cosa que desearia hacer, y los nobles posiblemente no quieran ni acercarse a ellos. Con un saludo se acerca a los Gnomos. - Buenas noches, no me esperaba que una posada perdida en medio de la carretera tuviese tantos clientes. Habeis venido por la comida u os traen negocios hasta aqui? - Pregunta amigablemente con la jarra en la mano