Tortulbert se acerca de forma discreta y divertida simulando el andar de su personaje cuando al ver la cara de Martin y el lenguaje corporal de sus compañeros acaba con el la ilusión que sobre él tenia lugar. Retirando su sombrero en un gesto descendente que va descubriendo al humano que todos conocen. Un par de sacudidas en su pierna y de vuelta a la cabeza, recorriendo con dos dedos su enorme pluma naranja y roja.
-Si de una guarida de enviados del alcázar se trata no deberías preocuparte por allanarlo..- le dice al demasiado esbelto y demasiado alto halfling..- Nadie te culpará por limpiar un nido de ratas.. al menos en este plano. -cambiando de interlocutor, coloca la mano en el hombro de Martin.- Sabes a quien no le pasa eso? al panadero de mi calle, o al lechero.. estas cosas ocurren o le pasan a quien tiene los arrojos de jugarse el tipo haciendo el trabajo que los demás ni se plantean hacer.
Por un momento su mente vuela a otro tiempo y otro lugar. Mucho tiempo llevaba alejado de la batalla y las dudas empezaron a inundar su mente. Estaría oxidado ya para esto, los gritos, los lamentos del fragor del combate.. Su trabajo era sencillo, acompañar a sus camaradas en la lucha y alentarlos hasta el último de sus estertores.. pero.. ¿quien lo hacía con él? Y ese alguien fue Ash.. su discurso directo y el sonido del acero desenvainado desata las inercias de todo bardo de batalla recibe en su instrucción. Las dudas se diluyen como el sudor de sus manos, tras mucho tiempo, Guilbert está de vuelta.
Ante el inminente desenlace el bardo pasa su gaita de la espalda al frente y empezó llenar de aire por el soplete. El roncón comienza a emitir un leve zumbido signo de que el fuelle está lleno. Comprueba que de su cinto cuelgan sable y cuerno y se prepara..
Cuando Ash expuso la estrategia que veía más lógica, habían multitud de variables que podían entorpecer su plan como la existencia de posibles trampas, pero centrándose en las más evidentes Gowther dijo. -Puede parecer que mi arte de combate me haga virtualmente intocable, pero hay dos problemas y es lógico que no estés al tanto porque el mismo no suele extenderse por otras razas. Por un lado, requiere una activación previa de ciertos recursos que no se ponen en marcha en un "instante" y, por otro, no sabemos que hay detrás de la siguiente puerta. Es decir, si simplemente es un pasillo o una sala vacía habré desperdiciado parte de mis habilidades y estaré exponiéndome de manera casi directa. Es cierto que poseo conocimientos en la lucha, pero el grueso de mi formación, se centró en el arte de los hojacantante, el cual en cierta manera huye de desarrollar la constitución y la resistencia y se decanta por estrategias evasivas. Si estas no están en juego puede ser un fallo letal.
Al escuchar las palabras de Guilbert. -Eso que dices tiene sentido, pero mis responsabilidades entran en conflicto en cierta manera ... Si los demás pensáis que debemos continuar, no tengo más que añadir... seguiré con vosotros y ya contemplaré algún argumento que lo justifique en caso de ser necesario. ¿Nadie posee ningún tipo de "habilidad" para saber o intuir si hay alguien al otro lado?
Las palabras de Martin provocaron que la elfa arrugara la nariz con preocupación bajo su capucha, para adoptar acto seguido un rictus hierático y frío. La buena suerte no les acompañaba esa noche, haciendo mella en el ánimo, primero de Zevatur y ahora de Martin; afortunadamente, Ash y Guilbert parecían mantener la calma y ejercer un muro de contención para que el desánimo no contagiara al resto del grupo.
Hela evaluó la situación unos segundos, teniendo en cuenta la opinión de aquellos que habían intervenido. La explicación de Gowther le resultó, a parte de innecesaria, una pérdida de tiempo aún mayor. Debían actuar lo antes posible y la charla que se había generado no hacía más que restar la poca ventaja que pudieran tener en ese momento. En un susurro, se dirigió al grupo con nerviosismo, mirando la puerta y a sus compañeros alternativamente, con la inquietante sensación de una irrupción inminente:
- Debemos movernos ya, Gloom avisará a Zevatur - La elfa dudaba seriamente que fuera factible una huída a esas alturas; no tendrían más remedio que continuar lo que habían comenzado.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Ash torció el gesto a ver las reticencias de Gowther.
-Bla Bla Bla, ve a empolvarte la nariz entonces -sonrío socarrón a Gowther guiñándole un ojo- el que pueda que me siga -siseó a los demás en un susurro.
Una mirada a los ojos a Martín le hizo ver que estaba a punto de entrar. Ash era consciente de que todo el tiempo que les dieran a sus atacantes para prepararse jugaría en su contra y no estaba dispuesto a perderlo discutiendo.
Envainó una espada y llevó la mano al pomo de la puerta. Con un movimiento brusco abrió la puerta y entró con rapidez en la siguiente estancia abriendo su paso a la izquierda de la entrada. Sus ojos buscaban sombras en la oscuridad, atento a ruido alguno.
Ash abre la puerta y entra en un almacén. Hay una galería de madera en su planta con montones de cajas amontonadas por todas partes, pero en su mayoría se encuentra ante un espacio abierto que da al piso inferior donde hay más y más cajas colocadas de manera aparentemente aleatoria. Hay una grúa que mediante poleas puede usarse para subir o bajar mercancía desde el piso inferior. Un par de antorchas iluminan el piso de abajo, pero el almacén es mucho más grande que el área iluminada y apenas puede ver nada más que sombras y siluetas de cajas y sacos.
A su derecha hay unas escaleras de madera que permiten bajar al piso de abajo.
Martin avanza protegiendo con su cuerpo a los elfos del grupo, Gowther y Helayna, es una maniobra prácticamente inconsciente y al parecer fruto de un entrenamiento muy estudiado. Manteniéndose cerca de Ash e interponiéndose en todo momento entre el peligro y ambos elfos, se detiene unos segundos ajustando su infravisión a la poca luminosidad de la zona. Con un gesto rápido, hace una señal a Ash indicándole que va a bajar por las escaleras de madera. Sabe que este almacén es el lugar perfecto para las emboscadas, lleno de cajas y escondrijos, sombras y trampas... pero él también sabía aprovechar ese preciso entorno en su beneficio.
Bajando rápidamente por las escaleras, su figura se difumina de nuevo en la oscuridad, alejándose de las danzantes luces que forman las antorchas.
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Mitigando el sonido de la gaita al máximo el bardo entra después de Ash y Martin. El pulso acelerado ante la inminente refriega hace que le cueste darse cuenta de lo inanimado del almacén. Al ver la pasarela del nivel superior y el posible embudo, decide girar haci la derecha, siguiendo al pícaro, pero en lugar de bajar, ocupa la zona oeste, mas amplia y aún con la superioridad que otorga la altura..
Morko sigue a sus compañeros dentro del almacén preparado para saltar al combate en cualquier momento, pero al llegar a la sala central se muestra decepcionado:- ¿Ningún enemigo?, ¿para qué pones una trampa que no hace nada, sería un señuelo para alejar a posibles intrusos?. Lo que parece claro es que el piso de abajo tiene pinta de ser más interesante que esta nave vacia, ¿bajamos?- dice mientras señala las escaleras que bajan y ve a Martin deslizándose por ellas. Con una sonrisa le deja un corto espacio de tiempo y le sigue.
El equipo empieza a desplegarse con rapidez y efectividad.
Martin elige una pila de cajas que, cubierta en sombras, le permitirá tener una visión elevada y cubierta del piso de abajo. Comienza a bajar las escaleras en completo silencio mientras Guilbert busca un lugar para cubrirle. Según baja las escaleras, a Martin le ha parecido ver algo de movimiento a la derecha, en la zona que queda cubierta bajo el techo del piso de arriba, pero desde el lugar que ha elegido podrá cubrir esa zona sin problemas. Se lo indica con cuidado al paladin enano que sigue sus pasos.
El bardo se gira detrás de unos sacos y entonces... el fuelle de su gaita golpea con unas cajas y emite una única nota discordante.
Martin se gira sobre si mismo asustado. Luthien aletea sorprendido en el hombro de Gowther y Morko está a punto de lanzar a Khelezbrug al bardo.
Pero el movimiento repentino de Martin hace que su pierna golpee un cable muy parecido al que corto antes que había en el siguiente escalón.
Los sonidos secos de varias ballestas disparándose llenan el almacén y varias saetas caen sobre los desprevenidos compañeros.
Las saetas vuelan sobre la galería superior y la escalera, clavándose en varios de ellos.
Helanya, que está a punto de empezar a bajar las escaleras, siente como Kath la empuja, apartándola de una saeta que se clava en su abdomen con fuerza. Gowther recibe un flechazo en el hombro, pero sus rápidos reflejos le han hecho girarse lo suficiente como para que sea un simple rasguño. La armadura de adamantina de Ash deflecta sin problema otra saeta, mientras que Zevatur salta justo a tiempo detrás de unos sacos al pasar por encima de su cabeza otra saeta. Morko empieza a reirse del arañazo que le ha hecho una en el brazo cuando ve a Martin frente a el con una flecha profundamente clavada en una pierna.
Guilbert mira al techo buscando a sus atacantes pero sólo descubre ballestas pesadas apuntando en su dirección. Seguramente hayan sido accionadas por algún mecanismo, concluye el bardo.
Martin puede escuchar un cloqueo y una voz nasal abajo que susurra "Dejad que las trampas se encarguen de ellos..."y luego otro cloqueo casi divertido.
Todo parecía extrañamente tranquilo tras aquella puerta, enseguida se pusieron a buscar e indagar en aquella sala... Algo no iba bien. Entonces, Guilbert provocó un ruido repentino y una lluvia de flechas impactó en varios miembros del grupo. La peor afectada parecía ser Kath, la flecha impactó de lleno en su abdomen. Gowther que estaba a su lado, se acercó para examinar la herida y le dijo con un tono amigable. -Intenta no moverte, alguno de nuestros compañeros podrá solucionarlo. ¿Puede venir alguien a ayudar a Kath?- Mientras buscaba ayuda en el grupo con la mirada, analizaba si alguien pudo activar la trampa, haciendo especial hincapié en el "artista" humano.
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Martin maldijo para sí mismo aguantándose el grito de dolor como buenamente pudo, observó la saeta clavada firmemente en su muslo, demasiado profunda, era una buena herida, ... mirando de reojo el cable volvió a maldecir en su cabeza contra sí mismo... - "Joder... como puedo ser tan sumamente torpe... soy una vergüenza para un veterano de la Academia ... y además acabo de poner en peligro a todo el grupo, he dañado a los elfos ... " Se imaginó por unos momentos a todos sus antiguos colegas de "estudios", en las profundidades de los bosques de Cormanthor, donde se escondía su escuela, riéndose de él en estos momentos... "Debo arreglar esto..."
Dejando la flecha clavada en su muslo, puesto que arrancarla podría ser peor aún, avanzó entre las cajas intentando localizar más trampas para poder desactivarlas, sin perder de vista la zona donde había visto la figura moviéndose... quizás podría emboscarlo si no le habían localizado.
Investigation: 10 + Inspiración Bárdica (6) Ahora sí que voy buscando trampas, a la vez que me desplazo hacia donde vi la sombra moverse.
Hela se introdujo tras sus compañeros en la habitación contigua, en estado de alerta, a la espera de cualquier ataque inminente, escudriñando las sombras en busca de algún indicio de movimiento. El silencio y la tensa calma del almacén fueron interrumpidos por el sonido de un golpe seco y una nota musical, y su mirada se dirigió automáticamente hacia la zona de la que provenía ese sonido tan fuera de lugar. Casi en el mismo momento en el que su cerebro procesó que el bardo había debido tropezarse con algo, fue consciente de los silbidos que producían las saetas a su alrededor y, antes de tener tiempo de ponerse a cubierto, el peso de otro cuerpo golpeó el suyo, librándola de una herida casi segura. Mientras mantenía el equilibrio para no caer, observó sorprendida que era Kath la que había impedido que la flecha la alcanzara. Con celeridad se acercó a ella, agachándose y quedándose a su lado.
- Kath, ¿estás bien? - susurró con preocupación, sin poder evitar pensar que debía haber sido ella la derribada. Su mirada se alternó con urgencia entre sus compañeros, esperando que alguno se acercara después de las palabras de Gowther, mientras ponía sus manos sobre las de la humana para mostrarle su apoyo.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Por los mil hijos de un demonio con una perra del averno y su suegra la beholder, como había cometido ese infantil error con un movimiento tan del día a día como esperar su entrada en tempo en una canción?? Claramente estaba oxidado para la batalla.. pero el silbido de las flechas cruzando el almacén y los sonidos de las saetas atravesando carne y hueso le hizo reaccionar a sus lamentos.
-Martin, -llama la atención del pícaro- ballestas en el techo.. todas descargadas.. ahora. -dice buscando el mecanismo que las activó, manual o accidental.. además de la ona amplia de la planta alta del almacén.
Antes de que Martín se ponga en movimiento el paladin se acerca a el y le dice: -A la de tres- indicando la flecha mientras sus manos empiezan a desprender un agradable calor. Morko pone una mano sobre la herida y con la otra agarra el mástil de la flecha. Una sensación de bienestar envuelve la zona herida y hace que Martín no escuche el tres y sienta un dolor lejano en la pierna, al mirar ve al paladin con la flecha en la mano y su herida cerrándose.
- Esto está dejando de ser gracioso, demos caza a esos cultistas, yo te cubro.
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Cuando Zevatur llega a la sala, siguiendo el cuervo, con mas rabia que ganas de ayudar, ve que que el factor sorpresa se ha ido a la porra. "Mejor iluminar lo mas posible" . Saca una virote de ballesta de su equipo y lanza una Lightsobre el. Después lo arroja al piso de abajo, lanzando luces y sombras entre las cajas. Después saca su antorcha de la bolsa, y empieza a lanzar cuatro Control Flames uno para encender su antorcha y tres mas, uno a esa misma antorcha y dos a las antorchas del almacén para intensificar su area de iluminación. Al final lanza la antorcha al piso de abajo, intentando que caiga lejos de la luz, con otro controlar llamas preparado por si las llamas se descontrolan.
Y hecho esto empieza a subir por las paredes del almacén, lejos de las luces que acaba de hacer y en silencio, observando el piso de abajo, intentando ver si se ve a alguien.
Ash chasqueó la lengua con desagrado al ver a sus compañeros presas de las de ballesta. Un paso demasiado obvio, quizás sí, pero no iban dejarse cazar como animales. Recorrió con paso vivo la distancia que le separaba de la grúa de carga y dio una patada al seguro que mantenía fija la polea, para liberarla. De pié sobre el gancho de la grúa usó su peso para hacer descender el cabestrante mientras se sujetaba al cabo con una mano mientras trataba de mantener la guardia lista con la espada en la otra mano. Se deslizó hasta el piso inferior cuando las luces de Zevatur comenzaron a iluminarlo aquí y allá. El guerrero sonrió satisfecho, buena idea Zev al fin pensamos en equipo.
-¡Salid de vuestro agujero! esto aun puede acabar bien para todos. Unas trampas no nos detendrán. ¡Hablemos de negocios! -Ash levantó la voz para hacerse oír- sabemos que tenéis problemas con el vecindario. Uno en particular con tentáculos. No estáis en vuestro mejor momento pero vuestros negocios nos dan igual esta noche. Buscamos al guapito, Floon, sabemos que está aquí. Mis amigos y yo tenemos cuentas que ajustar con él -faroleó con gallardía- O nos dais al bastardo que se acuesta con mi hermana o nos abrimos paso hasta el chico a través de vuestras entrañas...
Ash dejó la frase en el aire mientras esperaba alguna respuesta. Había que intentarlo, siempre habría tiempo para las espadas. Después de todo habían entrado hasta el corazón de su guarida, eso tendría que sumar peso a su argumento como banda capaz. Permaneció al descubierto tratando de llamar la atención de los tiradores y su líder, ganando tiempo los suyos para tomar posiciones en el piso inferior.
Martin se pierde entre las sombras de piso de abajo del almacén. Gowther, Hela y Guilbert están mirando fijamente al semi-elfo, el cual en cuanto desciende el último escalón parece desparecer de su vista como si se hubiera lanzado un hechizo de invisibilidad.
Zevatur arranca la saeta que se ha clavado a su espalda y que falló su cabeza por un par de centímetros y se concentra, imbuyendole luz para poder iluminarles.
Justo cuando Ash baja y comienza a hablar.
Antes de que pueda decir dos palabras y que Zevatur termine de soltar su iluminada saeta, dos flechas salen volando desde la oscuridad y se clavan profundamente en los dos aventureros. El dolor repentino en su hombro hace que el tiefling deje caer la saeta, aunque no cae donde pretendía, si llega al suelo e ilumina la parte baja.
Morko juraría haber visto una sombra moverse entre las cajas de abajo y a la izquierda, pero no puede estar seguro. Quizá haya sido un efecto de la luz mientras caía.
Martin escucha los arcos disparándose y a sus amigos quejarse de dolor, pero sabe que si delata su posición ahora será presa fácil para los enemigos que se esconden entre las sombras.
Desde su posición puede ver a dos de ellos, probablemente los que han disparado, bajando de unas cajas y buscando refugio en los oscuros rincones más allá del arco de luz del conjuro de Zevatur.
Otro está escondido justo tras la columna que hay nada más bajar las escaleras. Parece que está buscándole, sorprendido de que el objetivo que bajaba directo hacia él haya, aparentemente, desparecido.
Todos son pequeños no más altos que Morko, pero ágiles y cubiertos de plumas negras. Sus caras acaban en largos picos negros y el pícaro no puede evitar relacionarlos con su cuervo.
Puede escuchar a una cuarta criatura, cambiando de posición entre las cajas al otro lado del círculo de luz.
El pícaro se movió en las sombras después de haber recibido la sanación de Morko, al que agradeció antes de volver a desaparecer en la oscuridad. Su vista se centró en la menuda figura con atuendo de cuervo que estaba acechando detrás de la columna esperando emboscar a sus compañeros. Concentrándose brevemente, sus labios murmuraron una breves palabras en un antiguo y arcano lenguaje heredado de la misma naturaleza, marcando a su presa.
Desplazándose con sigilo y presteza, saltó sobre su enemigo pillándole por sorpresa, y aprovechando que no esperaba el ataque por el ángulo desde el cual apareció su borrosa figura, su espada corta matadragones atravesó hambrienta su costado, deslizándose mortalmente entre sus costilla buscando sus órganos vitales.
El Kenku sólo es capaz de emitir un gorgojeo que se ve interrumpido por la sangre que comienza a inundar sus pulmones. Martin retira su hoja y la criatura se aparta un poco de él, chocando contra los postes que soportan la escalera y donde estaba escondido. Con una voz de un humano joven dice asustado y sorprendido.
"Pero qué?"
El kenku está muy herido y sujeta su costado intentado detener la hemorragia, pero levanta su rapier hacia Martin listo para defenderse.
Otro kenku más, que Martin no había visto, sale de las sombras a su espalda y coge la saeta con luz que ha lanzado desde arriba Zevatur. En cuanto la coge el almacén vuelve a cubrirse de sombras y el kenku vuelve a desaparecer entre las cajas y sombras.
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Tortulbert se acerca de forma discreta y divertida simulando el andar de su personaje cuando al ver la cara de Martin y el lenguaje corporal de sus compañeros acaba con el la ilusión que sobre él tenia lugar. Retirando su sombrero en un gesto descendente que va descubriendo al humano que todos conocen. Un par de sacudidas en su pierna y de vuelta a la cabeza, recorriendo con dos dedos su enorme pluma naranja y roja.
-Si de una guarida de enviados del alcázar se trata no deberías preocuparte por allanarlo..- le dice al demasiado esbelto y demasiado alto halfling..- Nadie te culpará por limpiar un nido de ratas.. al menos en este plano. -cambiando de interlocutor, coloca la mano en el hombro de Martin.- Sabes a quien no le pasa eso? al panadero de mi calle, o al lechero.. estas cosas ocurren o le pasan a quien tiene los arrojos de jugarse el tipo haciendo el trabajo que los demás ni se plantean hacer.
Por un momento su mente vuela a otro tiempo y otro lugar. Mucho tiempo llevaba alejado de la batalla y las dudas empezaron a inundar su mente. Estaría oxidado ya para esto, los gritos, los lamentos del fragor del combate.. Su trabajo era sencillo, acompañar a sus camaradas en la lucha y alentarlos hasta el último de sus estertores.. pero.. ¿quien lo hacía con él? Y ese alguien fue Ash.. su discurso directo y el sonido del acero desenvainado desata las inercias de todo bardo de batalla recibe en su instrucción. Las dudas se diluyen como el sudor de sus manos, tras mucho tiempo, Guilbert está de vuelta.
Ante el inminente desenlace el bardo pasa su gaita de la espalda al frente y empezó llenar de aire por el soplete. El roncón comienza a emitir un leve zumbido signo de que el fuelle está lleno. Comprueba que de su cinto cuelgan sable y cuerno y se prepara..
Cuando Ash expuso la estrategia que veía más lógica, habían multitud de variables que podían entorpecer su plan como la existencia de posibles trampas, pero centrándose en las más evidentes Gowther dijo. -Puede parecer que mi arte de combate me haga virtualmente intocable, pero hay dos problemas y es lógico que no estés al tanto porque el mismo no suele extenderse por otras razas. Por un lado, requiere una activación previa de ciertos recursos que no se ponen en marcha en un "instante" y, por otro, no sabemos que hay detrás de la siguiente puerta. Es decir, si simplemente es un pasillo o una sala vacía habré desperdiciado parte de mis habilidades y estaré exponiéndome de manera casi directa. Es cierto que poseo conocimientos en la lucha, pero el grueso de mi formación, se centró en el arte de los hojacantante, el cual en cierta manera huye de desarrollar la constitución y la resistencia y se decanta por estrategias evasivas. Si estas no están en juego puede ser un fallo letal.
Al escuchar las palabras de Guilbert. -Eso que dices tiene sentido, pero mis responsabilidades entran en conflicto en cierta manera ... Si los demás pensáis que debemos continuar, no tengo más que añadir... seguiré con vosotros y ya contemplaré algún argumento que lo justifique en caso de ser necesario. ¿Nadie posee ningún tipo de "habilidad" para saber o intuir si hay alguien al otro lado?
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Las palabras de Martin provocaron que la elfa arrugara la nariz con preocupación bajo su capucha, para adoptar acto seguido un rictus hierático y frío. La buena suerte no les acompañaba esa noche, haciendo mella en el ánimo, primero de Zevatur y ahora de Martin; afortunadamente, Ash y Guilbert parecían mantener la calma y ejercer un muro de contención para que el desánimo no contagiara al resto del grupo.
Hela evaluó la situación unos segundos, teniendo en cuenta la opinión de aquellos que habían intervenido. La explicación de Gowther le resultó, a parte de innecesaria, una pérdida de tiempo aún mayor. Debían actuar lo antes posible y la charla que se había generado no hacía más que restar la poca ventaja que pudieran tener en ese momento. En un susurro, se dirigió al grupo con nerviosismo, mirando la puerta y a sus compañeros alternativamente, con la inquietante sensación de una irrupción inminente:
- Debemos movernos ya, Gloom avisará a Zevatur - La elfa dudaba seriamente que fuera factible una huída a esas alturas; no tendrían más remedio que continuar lo que habían comenzado.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Ante la reticencia de Gowther de seguir las tácticas órdenes de Ash todos se quedan esperando con tensión.
Pasan diez segundos, veinte, cuarenta. Un minuto. No escuchan nada ni a nadie.
Al cabo de dos minutos todos empiezan a mirarse los unos a los otros, inquietos.
PbP Character: A few ;)
Ash torció el gesto a ver las reticencias de Gowther.
-Bla Bla Bla, ve a empolvarte la nariz entonces -sonrío socarrón a Gowther guiñándole un ojo- el que pueda que me siga -siseó a los demás en un susurro.
Una mirada a los ojos a Martín le hizo ver que estaba a punto de entrar. Ash era consciente de que todo el tiempo que les dieran a sus atacantes para prepararse jugaría en su contra y no estaba dispuesto a perderlo discutiendo.
Envainó una espada y llevó la mano al pomo de la puerta. Con un movimiento brusco abrió la puerta y entró con rapidez en la siguiente estancia abriendo su paso a la izquierda de la entrada. Sus ojos buscaban sombras en la oscuridad, atento a ruido alguno.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Ash abre la puerta y entra en un almacén. Hay una galería de madera en su planta con montones de cajas amontonadas por todas partes, pero en su mayoría se encuentra ante un espacio abierto que da al piso inferior donde hay más y más cajas colocadas de manera aparentemente aleatoria. Hay una grúa que mediante poleas puede usarse para subir o bajar mercancía desde el piso inferior. Un par de antorchas iluminan el piso de abajo, pero el almacén es mucho más grande que el área iluminada y apenas puede ver nada más que sombras y siluetas de cajas y sacos.
A su derecha hay unas escaleras de madera que permiten bajar al piso de abajo.
PbP Character: A few ;)
Martin avanza protegiendo con su cuerpo a los elfos del grupo, Gowther y Helayna, es una maniobra prácticamente inconsciente y al parecer fruto de un entrenamiento muy estudiado. Manteniéndose cerca de Ash e interponiéndose en todo momento entre el peligro y ambos elfos, se detiene unos segundos ajustando su infravisión a la poca luminosidad de la zona. Con un gesto rápido, hace una señal a Ash indicándole que va a bajar por las escaleras de madera. Sabe que este almacén es el lugar perfecto para las emboscadas, lleno de cajas y escondrijos, sombras y trampas... pero él también sabía aprovechar ese preciso entorno en su beneficio.
Bajando rápidamente por las escaleras, su figura se difumina de nuevo en la oscuridad, alejándose de las danzantes luces que forman las antorchas.
Stealth: 25 - Perception: 18
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Mitigando el sonido de la gaita al máximo el bardo entra después de Ash y Martin. El pulso acelerado ante la inminente refriega hace que le cueste darse cuenta de lo inanimado del almacén. Al ver la pasarela del nivel superior y el posible embudo, decide girar haci la derecha, siguiendo al pícaro, pero en lugar de bajar, ocupa la zona oeste, mas amplia y aún con la superioridad que otorga la altura..
stealth 6 +4
investigation 11 +3
Pongo los bonus a mano, que se me olvidó.
Morko sigue a sus compañeros dentro del almacén preparado para saltar al combate en cualquier momento, pero al llegar a la sala central se muestra decepcionado:- ¿Ningún enemigo?, ¿para qué pones una trampa que no hace nada, sería un señuelo para alejar a posibles intrusos?. Lo que parece claro es que el piso de abajo tiene pinta de ser más interesante que esta nave vacia, ¿bajamos?- dice mientras señala las escaleras que bajan y ve a Martin deslizándose por ellas. Con una sonrisa le deja un corto espacio de tiempo y le sigue.
El equipo empieza a desplegarse con rapidez y efectividad.
Martin elige una pila de cajas que, cubierta en sombras, le permitirá tener una visión elevada y cubierta del piso de abajo. Comienza a bajar las escaleras en completo silencio mientras Guilbert busca un lugar para cubrirle. Según baja las escaleras, a Martin le ha parecido ver algo de movimiento a la derecha, en la zona que queda cubierta bajo el techo del piso de arriba, pero desde el lugar que ha elegido podrá cubrir esa zona sin problemas. Se lo indica con cuidado al paladin enano que sigue sus pasos.
El bardo se gira detrás de unos sacos y entonces... el fuelle de su gaita golpea con unas cajas y emite una única nota discordante.
Martin se gira sobre si mismo asustado. Luthien aletea sorprendido en el hombro de Gowther y Morko está a punto de lanzar a Khelezbrug al bardo.
Pero el movimiento repentino de Martin hace que su pierna golpee un cable muy parecido al que corto antes que había en el siguiente escalón.
Los sonidos secos de varias ballestas disparándose llenan el almacén y varias saetas caen sobre los desprevenidos compañeros.
Las saetas vuelan sobre la galería superior y la escalera, clavándose en varios de ellos.
Helanya, que está a punto de empezar a bajar las escaleras, siente como Kath la empuja, apartándola de una saeta que se clava en su abdomen con fuerza. Gowther recibe un flechazo en el hombro, pero sus rápidos reflejos le han hecho girarse lo suficiente como para que sea un simple rasguño. La armadura de adamantina de Ash deflecta sin problema otra saeta, mientras que Zevatur salta justo a tiempo detrás de unos sacos al pasar por encima de su cabeza otra saeta. Morko empieza a reirse del arañazo que le ha hecho una en el brazo cuando ve a Martin frente a el con una flecha profundamente clavada en una pierna.
Guilbert mira al techo buscando a sus atacantes pero sólo descubre ballestas pesadas apuntando en su dirección. Seguramente hayan sido accionadas por algún mecanismo, concluye el bardo.
Martin puede escuchar un cloqueo y una voz nasal abajo que susurra "Dejad que las trampas se encarguen de ellos..." y luego otro cloqueo casi divertido.
PbP Character: A few ;)
Todo parecía extrañamente tranquilo tras aquella puerta, enseguida se pusieron a buscar e indagar en aquella sala... Algo no iba bien. Entonces, Guilbert provocó un ruido repentino y una lluvia de flechas impactó en varios miembros del grupo. La peor afectada parecía ser Kath, la flecha impactó de lleno en su abdomen. Gowther que estaba a su lado, se acercó para examinar la herida y le dijo con un tono amigable. -Intenta no moverte, alguno de nuestros compañeros podrá solucionarlo. ¿Puede venir alguien a ayudar a Kath?- Mientras buscaba ayuda en el grupo con la mirada, analizaba si alguien pudo activar la trampa, haciendo especial hincapié en el "artista" humano.
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Martin maldijo para sí mismo aguantándose el grito de dolor como buenamente pudo, observó la saeta clavada firmemente en su muslo, demasiado profunda, era una buena herida, ... mirando de reojo el cable volvió a maldecir en su cabeza contra sí mismo... - "Joder... como puedo ser tan sumamente torpe... soy una vergüenza para un veterano de la Academia ... y además acabo de poner en peligro a todo el grupo, he dañado a los elfos ... " Se imaginó por unos momentos a todos sus antiguos colegas de "estudios", en las profundidades de los bosques de Cormanthor, donde se escondía su escuela, riéndose de él en estos momentos... "Debo arreglar esto..."
Dejando la flecha clavada en su muslo, puesto que arrancarla podría ser peor aún, avanzó entre las cajas intentando localizar más trampas para poder desactivarlas, sin perder de vista la zona donde había visto la figura moviéndose... quizás podría emboscarlo si no le habían localizado.
Investigation: 10 + Inspiración Bárdica (6) Ahora sí que voy buscando trampas, a la vez que me desplazo hacia donde vi la sombra moverse.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Hela se introdujo tras sus compañeros en la habitación contigua, en estado de alerta, a la espera de cualquier ataque inminente, escudriñando las sombras en busca de algún indicio de movimiento. El silencio y la tensa calma del almacén fueron interrumpidos por el sonido de un golpe seco y una nota musical, y su mirada se dirigió automáticamente hacia la zona de la que provenía ese sonido tan fuera de lugar. Casi en el mismo momento en el que su cerebro procesó que el bardo había debido tropezarse con algo, fue consciente de los silbidos que producían las saetas a su alrededor y, antes de tener tiempo de ponerse a cubierto, el peso de otro cuerpo golpeó el suyo, librándola de una herida casi segura. Mientras mantenía el equilibrio para no caer, observó sorprendida que era Kath la que había impedido que la flecha la alcanzara. Con celeridad se acercó a ella, agachándose y quedándose a su lado.
- Kath, ¿estás bien? - susurró con preocupación, sin poder evitar pensar que debía haber sido ella la derribada. Su mirada se alternó con urgencia entre sus compañeros, esperando que alguno se acercara después de las palabras de Gowther, mientras ponía sus manos sobre las de la humana para mostrarle su apoyo.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Por los mil hijos de un demonio con una perra del averno y su suegra la beholder, como había cometido ese infantil error con un movimiento tan del día a día como esperar su entrada en tempo en una canción?? Claramente estaba oxidado para la batalla.. pero el silbido de las flechas cruzando el almacén y los sonidos de las saetas atravesando carne y hueso le hizo reaccionar a sus lamentos.
-Martin, -llama la atención del pícaro- ballestas en el techo.. todas descargadas.. ahora. -dice buscando el mecanismo que las activó, manual o accidental.. además de la ona amplia de la planta alta del almacén.
Investigation: 20
Antes de que Martín se ponga en movimiento el paladin se acerca a el y le dice: -A la de tres- indicando la flecha mientras sus manos empiezan a desprender un agradable calor. Morko pone una mano sobre la herida y con la otra agarra el mástil de la flecha. Una sensación de bienestar envuelve la zona herida y hace que Martín no escuche el tres y sienta un dolor lejano en la pierna, al mirar ve al paladin con la flecha en la mano y su herida cerrándose.
- Esto está dejando de ser gracioso, demos caza a esos cultistas, yo te cubro.
Gasto 11 puntos de la imposición de manos
Cuando Zevatur llega a la sala, siguiendo el cuervo, con mas rabia que ganas de ayudar, ve que que el factor sorpresa se ha ido a la porra. "Mejor iluminar lo mas posible" . Saca una virote de ballesta de su equipo y lanza una Lightsobre el. Después lo arroja al piso de abajo, lanzando luces y sombras entre las cajas. Después saca su antorcha de la bolsa, y empieza a lanzar cuatro Control Flames uno para encender su antorcha y tres mas, uno a esa misma antorcha y dos a las antorchas del almacén para intensificar su area de iluminación. Al final lanza la antorcha al piso de abajo, intentando que caiga lejos de la luz, con otro controlar llamas preparado por si las llamas se descontrolan.
Y hecho esto empieza a subir por las paredes del almacén, lejos de las luces que acaba de hacer y en silencio, observando el piso de abajo, intentando ver si se ve a alguien.
Stealth: 8
Edito: para encender la antorcha uso un Prestidigitation, que el controlar llamas no permite encender un fuego...
Zevatur, Rolthos
Ash chasqueó la lengua con desagrado al ver a sus compañeros presas de las de ballesta. Un paso demasiado obvio, quizás sí, pero no iban dejarse cazar como animales. Recorrió con paso vivo la distancia que le separaba de la grúa de carga y dio una patada al seguro que mantenía fija la polea, para liberarla. De pié sobre el gancho de la grúa usó su peso para hacer descender el cabestrante mientras se sujetaba al cabo con una mano mientras trataba de mantener la guardia lista con la espada en la otra mano.
Se deslizó hasta el piso inferior cuando las luces de Zevatur comenzaron a iluminarlo aquí y allá. El guerrero sonrió satisfecho, buena idea Zev al fin pensamos en equipo.
-¡Salid de vuestro agujero! esto aun puede acabar bien para todos. Unas trampas no nos detendrán. ¡Hablemos de negocios! -Ash levantó la voz para hacerse oír- sabemos que tenéis problemas con el vecindario. Uno en particular con tentáculos. No estáis en vuestro mejor momento pero vuestros negocios nos dan igual esta noche. Buscamos al guapito, Floon, sabemos que está aquí. Mis amigos y yo tenemos cuentas que ajustar con él -faroleó con gallardía- O nos dais al bastardo que se acuesta con mi hermana o nos abrimos paso hasta el chico a través de vuestras entrañas...
Ash dejó la frase en el aire mientras esperaba alguna respuesta. Había que intentarlo, siempre habría tiempo para las espadas. Después de todo habían entrado hasta el corazón de su guarida, eso tendría que sumar peso a su argumento como banda capaz. Permaneció al descubierto tratando de llamar la atención de los tiradores y su líder, ganando tiempo los suyos para tomar posiciones en el piso inferior.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Varias cosas ocurren al mismo tiempo.
Martin se pierde entre las sombras de piso de abajo del almacén. Gowther, Hela y Guilbert están mirando fijamente al semi-elfo, el cual en cuanto desciende el último escalón parece desparecer de su vista como si se hubiera lanzado un hechizo de invisibilidad.
Zevatur arranca la saeta que se ha clavado a su espalda y que falló su cabeza por un par de centímetros y se concentra, imbuyendole luz para poder iluminarles.
Justo cuando Ash baja y comienza a hablar.
Antes de que pueda decir dos palabras y que Zevatur termine de soltar su iluminada saeta, dos flechas salen volando desde la oscuridad y se clavan profundamente en los dos aventureros. El dolor repentino en su hombro hace que el tiefling deje caer la saeta, aunque no cae donde pretendía, si llega al suelo e ilumina la parte baja.
Morko juraría haber visto una sombra moverse entre las cajas de abajo y a la izquierda, pero no puede estar seguro. Quizá haya sido un efecto de la luz mientras caía.
Martin escucha los arcos disparándose y a sus amigos quejarse de dolor, pero sabe que si delata su posición ahora será presa fácil para los enemigos que se esconden entre las sombras.
Desde su posición puede ver a dos de ellos, probablemente los que han disparado, bajando de unas cajas y buscando refugio en los oscuros rincones más allá del arco de luz del conjuro de Zevatur.
Otro está escondido justo tras la columna que hay nada más bajar las escaleras. Parece que está buscándole, sorprendido de que el objetivo que bajaba directo hacia él haya, aparentemente, desparecido.
Todos son pequeños no más altos que Morko, pero ágiles y cubiertos de plumas negras. Sus caras acaban en largos picos negros y el pícaro no puede evitar relacionarlos con su cuervo.
Puede escuchar a una cuarta criatura, cambiando de posición entre las cajas al otro lado del círculo de luz.
PbP Character: A few ;)
El pícaro se movió en las sombras después de haber recibido la sanación de Morko, al que agradeció antes de volver a desaparecer en la oscuridad. Su vista se centró en la menuda figura con atuendo de cuervo que estaba acechando detrás de la columna esperando emboscar a sus compañeros. Concentrándose brevemente, sus labios murmuraron una breves palabras en un antiguo y arcano lenguaje heredado de la misma naturaleza, marcando a su presa.
Bonus Action: Hunter's mark
Desplazándose con sigilo y presteza, saltó sobre su enemigo pillándole por sorpresa, y aprovechando que no esperaba el ataque por el ángulo desde el cual apareció su borrosa figura, su espada corta matadragones atravesó hambrienta su costado, deslizándose mortalmente entre sus costilla buscando sus órganos vitales.
To Hit: 2d20kh1 (17,
17) + 7 = 24Damage: 1d6 (3) + 4 [piercing] + 2d6 (2, 6) + 1d6 (6) + 4d6 (6, 2, 1, 3) = 33
" ¡Oh la Oscuridad...! "
El Kenku sólo es capaz de emitir un gorgojeo que se ve interrumpido por la sangre que comienza a inundar sus pulmones. Martin retira su hoja y la criatura se aparta un poco de él, chocando contra los postes que soportan la escalera y donde estaba escondido. Con una voz de un humano joven dice asustado y sorprendido.
"Pero qué?"
El kenku está muy herido y sujeta su costado intentado detener la hemorragia, pero levanta su rapier hacia Martin listo para defenderse.
Otro kenku más, que Martin no había visto, sale de las sombras a su espalda y coge la saeta con luz que ha lanzado desde arriba Zevatur. En cuanto la coge el almacén vuelve a cubrirse de sombras y el kenku vuelve a desaparecer entre las cajas y sombras.
PbP Character: A few ;)