- Esa es una muy buena pregunta que estamos intentado resolver. Pero parece que las tierras del Este han sido su lugar de origen. Si vienen de más allá no lo sabemos aún. -responde la Mariscal a la primera pregunta de Remington. - Respecto a porqué nadie lo ha visto venir... si Solamnia, o Kalaman, tuviera los recursos necesarios para vigilar toda su frontera... - niega con la cabeza. -Pero intento no darle demasiadas vueltas a las preguntas cuya respuesta sólo nos traerían paz de espíritu. Ahora mejor centrarnos en las que van a determinar nuestro futuro. -
- Ma... Mariscal Vendri -dice Tatina titubeando al principio pero con determinación una vez se ha arrancado a hablar - Quiero darle las gracias por enviar esta patrulla en mi busca. No sé qué querían esos goblins con certeza, pero puedo imaginarlo. Que mejorara el diseño supongo, o que hiciera diseños más destinados para la guerra. Bien, no pienso ayudar a ese ejército pero si puedo ayudar a Kalaman. Cuente conmigo para diseñar o reparar las defensas de la ciudad. -
La Mariscal asiente.
- Toda ayuda es bienvenida, y si sois capaz de diseñar algo parecido a esa máquina para ayudar a la defensa de la ciudad será una ayuda incalculable. Respecto a vosotros, buen trabajo. Descansad y recuperad fuerzas, me temo que más pronto que tarde tendremos que usaros en otra misión. Por cierto -dice dirigiéndose a todos pero mirando a Remi - ¿Creeis que esa bruja era parte del ejército? ¿O que son hechos no relacionados? -
—No creo que tuviera nada que ver. No encontramos ningún emblema, ni indicio de que aquel monstruo y sus demonios estuvieran relacionados con el ejército. En todos los casos en los que nos hemos cruzado con los agentes del ejército rojo hacían gala del signo de la diosa de los dragones—aclaró brevemente—. Los hermanos solo tuvieron mala suerte.
- Ya veo... una lástima pero en cualquier caso habéis hecho muy bien. No sólo habéis puesto a los niños a salvo, si no que habéis impedido que hubiera más víctimas de esas criaturas infernales. Estoy impresionada.- la Mariscal se levanta. - Disculpadme, debo marchar. Descansad - más que una recomendación suena a orden - Pronto Kalaman necesitará de vuestros de nuevo. -
Saxa hizo caso a la Mariscal, y durante los siguientes dos días aprovechó para descansar ... a su manera. Se relajó en la taberna con unas buenas jarras de cerveza - no sin antes arrastrar a sus amigos con ella incluido Remi, al que casi tuvo que quitarle los libros y depositarselos en una mesa entre todas las cervezas para obligarle a asistir. También durmió profundamente y hasta algo más tarde de lo habitual. Pero no por ello estuvo demasiado tiempo quieta. Pocas cosas odiaba más la sureña que estar ociosa, así que aprovechó para limpiar y afilar sus armas, y para entrenar con los que ahora eran sus compañeros del ejército de Kalaman.
Dado que al poco tiempo de haber jurado su lealtad a Kalaman se habían tenido que ir en busca de Tatina, Saxa no había podido conocer a apenas ninguno de los soldados que conformaban el ejército de la ciudad. Así que aprovechó esos dos días para conocer a algunos mejor, e incluso entrenar con ellos. También ponía la oreja cuando hablaban de sus superiores, para ver qué opinion tenían de cada uno de ellos. En especial, del Comandante Bakaris.
También visitó a Tatina, para ver cómo iba acomdodándose en la ciudad, así como a Lyra, Tromur y Will. Era imposible quitarles la tristeza de encima, pero al menos intentó tenerlos entretenidos enseñándoles la ciudad, e incluso dándoles a los dos mayores sendas espadas de madera y algunas clases para que aprendieran a usarlas.
En un momento de tranquilidad el torreón donde descansaban, Saxa preguntó a los compañeros:
- Chicos,¿cómo estáis? Sé que lo que hemos visto en este viaje ha sido bastante duro, y precisamente por esto, no debemos guardárnoslo dentro. He visto lo que estas cosas pueden provocar a mercenarios curtidos cuando no lo comparten, y no quiero que nos pase a nosotros.
Remington, sentado junto a la ventana, acariciaba a Sir Arthur entre la orejas mientras, con la mirada ausente, observaba el hormigueo de la ciudad cientos de metros más abajo. Enarcó una ceja y miró a la guerrera.
—El mundo es un lugar violento lleno de hienas hambrientas. Vogler ya nos enseñó eso —repuso sin acritud, pero con un cierto tono de cretinismo—. Hablar no cambiará nada y cuanto antes nos repongamos antes podemos pensar en la mejor manera de acabar con las hienas. Lo siento por los hermanos, pero lo cierto es que no estoy muy seguro de que las murallas de Kalaman sean lo suficientemente altas para detener lo que pueda venir —añadió con un tono siniestro, dejando en el aire pensamientos funestos.
Sir Arthur, privado de las caricias, saltó de su regazo y fue a rondar a Uri, como si hubiera visto algo interesante en sus botas.
—Han pasado cinco días desde que llegamos a la deriva por el Vingaard—siguió el aprendiz—, es tiempo suficiente para llegar a Maelgoth y volver con refuerzos. Y sin embargo, seguimos desatendidos. Pocos soldados y muchas más bocas a las que atender de las que esta ciudad está acostumbrada —su voz era monótona y exenta de pasión, fruto del frío análisis racional—. Vendri parece cercana, pero sospecho que no nos está contando toda la verdad—miró al cielo tras la ventana—. No creo que estemos ni mucho menos a salvo. Eso es lo que debería preocuparnos, cualquier otra discusión carece de importancia, en mi humilde opinión.
Dando por zanjado el asunto de hablar de sus sentimientos, Remi se acercó a calentarse junto al hogar de la habitación.
Fritz disfrutaba de un cuenco de guiso caliente de oca, patas y zanahorias que nadie acertaba a decir cómo y cúando había aparecido en sus manos. -Mmmm.. que rico.. que hambre tenía.. y qué mal dan de comer abajo en las celdas.. -dijo mientras mojaba parte de una hogaza salida de su bolsa contenedor.- Además el carcelero smith tiene muy malas pulgas.. cada vez que salía de mi celda para ir a por comida se enfadaba un montón.. pero si solo me dan pan mohoso que espera.. pero bueno.. lo importante.. El mundo parece peligroso.. pero se ha juntada mucha maldad de una vez.. querer matar a toda una ciudad, destruirla.. y así una tras otra.. ¿Qué mas podemos hacer?-Preguntó mientras hacía recuento de las cosas guardadas en su bolsa.. una pata de matera, unas curiosas gafas verdes, un juego de mesa con figuritas de marfil- Aquí está..- sacando un bonito látigo enrollado y enganchandolo a su cinturón.
Los días de descanso no habían sido tranquilos para el kender. La primera mañana intentó entrar en la biblioteca a la que por supuesto le negaron la entrada bajo la sorprendente acusación de cómo iba un kender a saber leer o valorar aquel conocimiento. Pero como bien decía su tío Hasselbaink Freedererrik cuando una puerta se cierra se abre una ventana, una alcantarilla, una chimenea o veces todas a la vez. COn esa filosofía familiar Fritzz llegó a descubrir hasta 4 maneras diferentes de entrar en la bilbioteca que no fuera la puerta principal. Todas acababan igual.. pasadas unas horas la rechoncha bibliotecaria señorita Marple miraba por encima de sus anteojos verdes y terminaba encontrando al joven aventurero expulsándolo siempre con buenas y educadas maneras, hay que reconocerlo. A la cuarta, y con la misma tranquilidad y respeto, avisó al guardia Klauss que siempre traqueteaba con su pata de palo, el aguacil Kener, veterano de guerra ya retirado siempre ostentando su colorida capa , dos letrados mellizos aficinados al ajederez y al cercelero Smith que siempre iba con su precioso látigo de cuero a todas partes.
-Bueno.. aún tengo un rato antes de la ronda del señor Smith. La verdad es que se ha portado muy bien conmigo.. en la celda de maxima seguridad y aislamiento total se está muy tranquilo.. pero se enfada mucho si no estoy cuando pasa a hacer la ronda diaria.
Uri aprovechó los días de descanso para investigar la ciudad de Kalaman. Recorrió sus calles principales, perdiéndose entre el bullicio de la vida cotidiana, estudiando su morfología y estructura urbana, desde los lugares más céntricos hasta los vericuetos más recónditos y escondidos. Trepó por techos y tejados, se adentró en alcantarillas y cuevas, e incluso dio largos y silenciosos paseos por los alrededores, creando en su cabeza un intrincado mapa repleto de detalles. En sus momentos de descanso, cuando se sentaba frente a la chimenea antes de dormir, se dedicaba a repasar en su memoria lo descubierto durante el día mientras fabricaba con minuciosidad las flechas que colocaba en su carcaj.
A lo largo de aquellas jornadas, evitó pasar demasiado tiempo con sus compañeros, más centrada en sus pensamientos y su propio reconocimiento del terreno, hasta el día en el que coincidieron todos en el torreón y Saxa propició la conversación.
La cazadora escuchó a sus compañeros atenta, mientras engullía un trozo de pan con queso. Suspiró con algo de tristeza ante la falta de emoción en el discurso de Remi y sonrió al kender al descubrir dónde había estado todos esos días en los que no había coincidido con él.Cuando Arthur se acercó a ella, le acarició por debajo de la barbilla tiernamente. El ronroneo del animal la tranquilizó.
- Me he sentido un poco inútil en este viaje - afirmó, rascándose la coronilla nerviosa - ha sido muy frustrante comprobar que mis flechas apenas hacían daño a esos seres… Debo prepararme mejor para enfrentarme a enemigos así de ahora en adelante. Supongo que debería fabricar flechas de fuego… o algo parecido…- susurró, pensativa - Al menos los hermanos están a salvo, eso es lo importante - desvió su mirada hacia una de las ventanas, sin dejar de acariciar al gato - Remi tiene razón; yo tampoco creo que estemos a salvo. Estoy realmente preocupada por lo que está por venir. Por mi parte, he pasado los días haciendo un reconocimiento de la ciudad, por si debiéramos escapar de nuevo de manera apresurada; he detectado algún que otro escondite y rutas de salida, y las zonas más complejas y las más favorables para un desalojo si fuera necesario. Cualquier precaución es poca ante la incertidumbre en la que nos encontramos -
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Saxa enarcó una ceja. Remignton había sido muy ... bueno ... Remignton, pero lo considerara útil o no, al final había compartido sus preocupaciones. Y lo mismo había hecho Uri. En cuanto a Fritz ... el peque al menos había compartido donde se había metido todo este tiempo. La bárbara había estado buscando al kender por todos los rincones, pero no se le había ocurrido que pudiera estar en la prisión. ¡Si casi tenía que haber sido ese el primer lugar donde buscarle!
Suspirando dijo:
- Pues claro que no estamos a salvo. Y claro que la Mariscal sabe más de lo que nos cuenta. Imagino que tiene sus razones para no habernos hecho partícipes todavía. Pero no creo que tarde mucho más en hacerlo.
A Uri le dice:
- Eso que has hecho está muy bien. Es más, conociendo tu habilidad, seguro que has descubierto rincones de la ciudad de los que ni siquiera los más veteranos han explorado. Seguro que esto nos viene bien.
Imitando a la elfa, coge un trozo de pan con queso y comienza a mordisquearlo mientras mira por la ventana. Se pregunta cuál será la naturaleza de su próxima misión. En realidad, a la bárbara le da igual. Mientras no tenga nada que ver con Bakaris y siga pudiendo evitarle, como ha estado pasando hasta ahora, estará bien. Ponerse en movimiento le vendrá bien. No sólo a ella, pensó, mirando a sus compañeros. Este parón no estaba sentando tan bien como se imaginaba al volver a la ciudad.
Mientras los compañeros están charlando, alguien llama a la puerta y Darret entra tras abrirla. Parece que se ha hecho bastante rápido a portar la pesada armadura de los Caballeros de Solamnia.
- Buenas tardes - su tono de voz es claramente urgente - siento molestaros pero acabamos de recibir preocupantes noticias. Han llegado a la ciudad unos granjeros de una pequeña comunidad que está a unas 18 millas al este de la ciudad. Informan que sus casas han sido tomadas por un grupo de soldados del Ejercito de los Dragones. Por sus informes no parecen ser demasiados pero no quemaron ni destruyeron las granjas. Necesitamos que vayáis y averigueis lo que podáis. - Mira por encima de su hombro - siento la premura pero, no sólo no sabemos cuánto tiempo permanecerán allí los soldados, es que... - baja un poco la voz - ... vuestro comandante tiene otra misión para vosotros, algo sobre limpiar el fondo de unos barriles de pescado en mal estado, y he pensado que cuanto antes partáis en otra misión mejor... -
En el momento en que Darret menciona unas preocupantes noticias, Saxa traga sin apenas masticar el pedazo de pan y queso. Para cuando habla del Ejército de los Dragones, ya se ha echado al hombro su petate, que tenía preparado desde la mañana siguiente a la misión de rescate de Tatina. Y en cuanto menciona la otra misión que Bakaris tiene preparada para el grupo, ya ha salido por la puerta.
- Gracias por la información, Darret- se la oye decir desde la entrada - ¡Qué lástima que no podamos ayudar con esa otra misión! ¡Que vaya todo bien por aquí!
La bárbara ni siquiera pregunta por caballos para viajar hasta la comunidad de granjeros. Asume que el Lord Bakaris, una vez más, se los denegaría.
Remington sonrió ante la avasalladora actividad de Saxa. Se alisó los ropajes y asintió a Darret.
—Bien, entonces será mejor partir cuanto antes. ¿No estaría bien disponer de una paloma mensajera del palomar del ejército?—miró de reojo al kender en una clara alusión a que no pensaba poner una instancia—. Así podríamos avisar a la ciudad con más celeridad de cuanto averigüemos. Supongo que podremos avituallarnos en las cocinas para el viaje, ¿verdad Darret?
Asintió al caballero y salió tranquilamente por la puerta tras Saxa. Sir Arthur dejó de perseguir algo en las botas de Uri y se apresuró para seguir al aprendiz de cerca.
- Esa es una muy buena pregunta que estamos intentado resolver. Pero parece que las tierras del Este han sido su lugar de origen. Si vienen de más allá no lo sabemos aún. - responde la Mariscal a la primera pregunta de Remington. - Respecto a porqué nadie lo ha visto venir... si Solamnia, o Kalaman, tuviera los recursos necesarios para vigilar toda su frontera... - niega con la cabeza. -Pero intento no darle demasiadas vueltas a las preguntas cuya respuesta sólo nos traerían paz de espíritu. Ahora mejor centrarnos en las que van a determinar nuestro futuro. -
- Ma... Mariscal Vendri - dice Tatina titubeando al principio pero con determinación una vez se ha arrancado a hablar - Quiero darle las gracias por enviar esta patrulla en mi busca. No sé qué querían esos goblins con certeza, pero puedo imaginarlo. Que mejorara el diseño supongo, o que hiciera diseños más destinados para la guerra. Bien, no pienso ayudar a ese ejército pero si puedo ayudar a Kalaman. Cuente conmigo para diseñar o reparar las defensas de la ciudad. -
La Mariscal asiente.
- Toda ayuda es bienvenida, y si sois capaz de diseñar algo parecido a esa máquina para ayudar a la defensa de la ciudad será una ayuda incalculable. Respecto a vosotros, buen trabajo. Descansad y recuperad fuerzas, me temo que más pronto que tarde tendremos que usaros en otra misión. Por cierto - dice dirigiéndose a todos pero mirando a Remi - ¿Creeis que esa bruja era parte del ejército? ¿O que son hechos no relacionados? -
PbP Character: A few ;)
Remington negó con la cabeza.
—No creo que tuviera nada que ver. No encontramos ningún emblema, ni indicio de que aquel monstruo y sus demonios estuvieran relacionados con el ejército. En todos los casos en los que nos hemos cruzado con los agentes del ejército rojo hacían gala del signo de la diosa de los dragones —aclaró brevemente—. Los hermanos solo tuvieron mala suerte.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
- Ya veo... una lástima pero en cualquier caso habéis hecho muy bien. No sólo habéis puesto a los niños a salvo, si no que habéis impedido que hubiera más víctimas de esas criaturas infernales. Estoy impresionada. - la Mariscal se levanta. - Disculpadme, debo marchar. Descansad - más que una recomendación suena a orden - Pronto Kalaman necesitará de vuestros de nuevo. -
PbP Character: A few ;)
Saxa hizo caso a la Mariscal, y durante los siguientes dos días aprovechó para descansar ... a su manera. Se relajó en la taberna con unas buenas jarras de cerveza - no sin antes arrastrar a sus amigos con ella incluido Remi, al que casi tuvo que quitarle los libros y depositarselos en una mesa entre todas las cervezas para obligarle a asistir. También durmió profundamente y hasta algo más tarde de lo habitual. Pero no por ello estuvo demasiado tiempo quieta. Pocas cosas odiaba más la sureña que estar ociosa, así que aprovechó para limpiar y afilar sus armas, y para entrenar con los que ahora eran sus compañeros del ejército de Kalaman.
Dado que al poco tiempo de haber jurado su lealtad a Kalaman se habían tenido que ir en busca de Tatina, Saxa no había podido conocer a apenas ninguno de los soldados que conformaban el ejército de la ciudad. Así que aprovechó esos dos días para conocer a algunos mejor, e incluso entrenar con ellos. También ponía la oreja cuando hablaban de sus superiores, para ver qué opinion tenían de cada uno de ellos. En especial, del Comandante Bakaris.
También visitó a Tatina, para ver cómo iba acomdodándose en la ciudad, así como a Lyra, Tromur y Will. Era imposible quitarles la tristeza de encima, pero al menos intentó tenerlos entretenidos enseñándoles la ciudad, e incluso dándoles a los dos mayores sendas espadas de madera y algunas clases para que aprendieran a usarlas.
En un momento de tranquilidad el torreón donde descansaban, Saxa preguntó a los compañeros:
- Chicos, ¿cómo estáis? Sé que lo que hemos visto en este viaje ha sido bastante duro, y precisamente por esto, no debemos guardárnoslo dentro. He visto lo que estas cosas pueden provocar a mercenarios curtidos cuando no lo comparten, y no quiero que nos pase a nosotros.
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
Remington, sentado junto a la ventana, acariciaba a Sir Arthur entre la orejas mientras, con la mirada ausente, observaba el hormigueo de la ciudad cientos de metros más abajo. Enarcó una ceja y miró a la guerrera.
—El mundo es un lugar violento lleno de hienas hambrientas. Vogler ya nos enseñó eso —repuso sin acritud, pero con un cierto tono de cretinismo—. Hablar no cambiará nada y cuanto antes nos repongamos antes podemos pensar en la mejor manera de acabar con las hienas. Lo siento por los hermanos, pero lo cierto es que no estoy muy seguro de que las murallas de Kalaman sean lo suficientemente altas para detener lo que pueda venir —añadió con un tono siniestro, dejando en el aire pensamientos funestos.
Sir Arthur, privado de las caricias, saltó de su regazo y fue a rondar a Uri, como si hubiera visto algo interesante en sus botas.
—Han pasado cinco días desde que llegamos a la deriva por el Vingaard —siguió el aprendiz—, es tiempo suficiente para llegar a Maelgoth y volver con refuerzos. Y sin embargo, seguimos desatendidos. Pocos soldados y muchas más bocas a las que atender de las que esta ciudad está acostumbrada —su voz era monótona y exenta de pasión, fruto del frío análisis racional—. Vendri parece cercana, pero sospecho que no nos está contando toda la verdad —miró al cielo tras la ventana—. No creo que estemos ni mucho menos a salvo. Eso es lo que debería preocuparnos, cualquier otra discusión carece de importancia, en mi humilde opinión.
Dando por zanjado el asunto de hablar de sus sentimientos, Remi se acercó a calentarse junto al hogar de la habitación.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Fritz disfrutaba de un cuenco de guiso caliente de oca, patas y zanahorias que nadie acertaba a decir cómo y cúando había aparecido en sus manos. -Mmmm.. que rico.. que hambre tenía.. y qué mal dan de comer abajo en las celdas.. -dijo mientras mojaba parte de una hogaza salida de su bolsa contenedor.- Además el carcelero smith tiene muy malas pulgas.. cada vez que salía de mi celda para ir a por comida se enfadaba un montón.. pero si solo me dan pan mohoso que espera.. pero bueno.. lo importante.. El mundo parece peligroso.. pero se ha juntada mucha maldad de una vez.. querer matar a toda una ciudad, destruirla.. y así una tras otra.. ¿Qué mas podemos hacer?-Preguntó mientras hacía recuento de las cosas guardadas en su bolsa.. una pata de matera, unas curiosas gafas verdes, un juego de mesa con figuritas de marfil- Aquí está..- sacando un bonito látigo enrollado y enganchandolo a su cinturón.
Los días de descanso no habían sido tranquilos para el kender. La primera mañana intentó entrar en la biblioteca a la que por supuesto le negaron la entrada bajo la sorprendente acusación de cómo iba un kender a saber leer o valorar aquel conocimiento. Pero como bien decía su tío Hasselbaink Freedererrik cuando una puerta se cierra se abre una ventana, una alcantarilla, una chimenea o veces todas a la vez. COn esa filosofía familiar Fritzz llegó a descubrir hasta 4 maneras diferentes de entrar en la bilbioteca que no fuera la puerta principal. Todas acababan igual.. pasadas unas horas la rechoncha bibliotecaria señorita Marple miraba por encima de sus anteojos verdes y terminaba encontrando al joven aventurero expulsándolo siempre con buenas y educadas maneras, hay que reconocerlo. A la cuarta, y con la misma tranquilidad y respeto, avisó al guardia Klauss que siempre traqueteaba con su pata de palo, el aguacil Kener, veterano de guerra ya retirado siempre ostentando su colorida capa , dos letrados mellizos aficinados al ajederez y al cercelero Smith que siempre iba con su precioso látigo de cuero a todas partes.
-Bueno.. aún tengo un rato antes de la ronda del señor Smith. La verdad es que se ha portado muy bien conmigo.. en la celda de maxima seguridad y aislamiento total se está muy tranquilo.. pero se enfada mucho si no estoy cuando pasa a hacer la ronda diaria.
Uri aprovechó los días de descanso para investigar la ciudad de Kalaman. Recorrió sus calles principales, perdiéndose entre el bullicio de la vida cotidiana, estudiando su morfología y estructura urbana, desde los lugares más céntricos hasta los vericuetos más recónditos y escondidos. Trepó por techos y tejados, se adentró en alcantarillas y cuevas, e incluso dio largos y silenciosos paseos por los alrededores, creando en su cabeza un intrincado mapa repleto de detalles. En sus momentos de descanso, cuando se sentaba frente a la chimenea antes de dormir, se dedicaba a repasar en su memoria lo descubierto durante el día mientras fabricaba con minuciosidad las flechas que colocaba en su carcaj.
A lo largo de aquellas jornadas, evitó pasar demasiado tiempo con sus compañeros, más centrada en sus pensamientos y su propio reconocimiento del terreno, hasta el día en el que coincidieron todos en el torreón y Saxa propició la conversación.
La cazadora escuchó a sus compañeros atenta, mientras engullía un trozo de pan con queso. Suspiró con algo de tristeza ante la falta de emoción en el discurso de Remi y sonrió al kender al descubrir dónde había estado todos esos días en los que no había coincidido con él. Cuando Arthur se acercó a ella, le acarició por debajo de la barbilla tiernamente. El ronroneo del animal la tranquilizó.
- Me he sentido un poco inútil en este viaje - afirmó, rascándose la coronilla nerviosa - ha sido muy frustrante comprobar que mis flechas apenas hacían daño a esos seres… Debo prepararme mejor para enfrentarme a enemigos así de ahora en adelante. Supongo que debería fabricar flechas de fuego… o algo parecido… - susurró, pensativa - Al menos los hermanos están a salvo, eso es lo importante - desvió su mirada hacia una de las ventanas, sin dejar de acariciar al gato - Remi tiene razón; yo tampoco creo que estemos a salvo. Estoy realmente preocupada por lo que está por venir. Por mi parte, he pasado los días haciendo un reconocimiento de la ciudad, por si debiéramos escapar de nuevo de manera apresurada; he detectado algún que otro escondite y rutas de salida, y las zonas más complejas y las más favorables para un desalojo si fuera necesario. Cualquier precaución es poca ante la incertidumbre en la que nos encontramos -
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Saxa enarcó una ceja. Remignton había sido muy ... bueno ... Remignton, pero lo considerara útil o no, al final había compartido sus preocupaciones. Y lo mismo había hecho Uri. En cuanto a Fritz ... el peque al menos había compartido donde se había metido todo este tiempo. La bárbara había estado buscando al kender por todos los rincones, pero no se le había ocurrido que pudiera estar en la prisión. ¡Si casi tenía que haber sido ese el primer lugar donde buscarle!
Suspirando dijo:
- Pues claro que no estamos a salvo. Y claro que la Mariscal sabe más de lo que nos cuenta. Imagino que tiene sus razones para no habernos hecho partícipes todavía. Pero no creo que tarde mucho más en hacerlo.
A Uri le dice:
- Eso que has hecho está muy bien. Es más, conociendo tu habilidad, seguro que has descubierto rincones de la ciudad de los que ni siquiera los más veteranos han explorado. Seguro que esto nos viene bien.
Imitando a la elfa, coge un trozo de pan con queso y comienza a mordisquearlo mientras mira por la ventana. Se pregunta cuál será la naturaleza de su próxima misión. En realidad, a la bárbara le da igual. Mientras no tenga nada que ver con Bakaris y siga pudiendo evitarle, como ha estado pasando hasta ahora, estará bien. Ponerse en movimiento le vendrá bien. No sólo a ella, pensó, mirando a sus compañeros. Este parón no estaba sentando tan bien como se imaginaba al volver a la ciudad.
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
Mientras los compañeros están charlando, alguien llama a la puerta y Darret entra tras abrirla. Parece que se ha hecho bastante rápido a portar la pesada armadura de los Caballeros de Solamnia.
- Buenas tardes - su tono de voz es claramente urgente - siento molestaros pero acabamos de recibir preocupantes noticias. Han llegado a la ciudad unos granjeros de una pequeña comunidad que está a unas 18 millas al este de la ciudad. Informan que sus casas han sido tomadas por un grupo de soldados del Ejercito de los Dragones. Por sus informes no parecen ser demasiados pero no quemaron ni destruyeron las granjas. Necesitamos que vayáis y averigueis lo que podáis. - Mira por encima de su hombro - siento la premura pero, no sólo no sabemos cuánto tiempo permanecerán allí los soldados, es que... - baja un poco la voz - ... vuestro comandante tiene otra misión para vosotros, algo sobre limpiar el fondo de unos barriles de pescado en mal estado, y he pensado que cuanto antes partáis en otra misión mejor... -
PbP Character: A few ;)
En el momento en que Darret menciona unas preocupantes noticias, Saxa traga sin apenas masticar el pedazo de pan y queso. Para cuando habla del Ejército de los Dragones, ya se ha echado al hombro su petate, que tenía preparado desde la mañana siguiente a la misión de rescate de Tatina. Y en cuanto menciona la otra misión que Bakaris tiene preparada para el grupo, ya ha salido por la puerta.
- Gracias por la información, Darret - se la oye decir desde la entrada - ¡Qué lástima que no podamos ayudar con esa otra misión! ¡Que vaya todo bien por aquí!
La bárbara ni siquiera pregunta por caballos para viajar hasta la comunidad de granjeros. Asume que el Lord Bakaris, una vez más, se los denegaría.
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
Remington sonrió ante la avasalladora actividad de Saxa. Se alisó los ropajes y asintió a Darret.
—Bien, entonces será mejor partir cuanto antes. ¿No estaría bien disponer de una paloma mensajera del palomar del ejército? —miró de reojo al kender en una clara alusión a que no pensaba poner una instancia—. Así podríamos avisar a la ciudad con más celeridad de cuanto averigüemos. Supongo que podremos avituallarnos en las cocinas para el viaje, ¿verdad Darret?
Asintió al caballero y salió tranquilamente por la puerta tras Saxa. Sir Arthur dejó de perseguir algo en las botas de Uri y se apresuró para seguir al aprendiz de cerca.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Darret no tuvo la oportunidad de decirle al aprendiz de mago que el ejército no disponía de tales animales para sus mensajes.
No pasa mucho tiempo hasta que el grupo sale de la ciudad amurallada de Kalaman, en una mañana fría pero despejada y se dirigen hacia su objetivo.
Uri esperaba poder guiarles, gracias a las indicaciones que le ha dado Darret, sin peligro alguno.
PbP Character: A few ;)