La respuesta de Vraak ante la última intervención de Cruços relaja visiblemente el ambiente, pero Nessa se encuentra bastante lejos de sentirse bien. No es que hiciera gala de un perfecto control de sus emociones en todo momento, pero si que solía ser capaz de llegar a un pequeño estado de calma que le había permitido mantenerse en un cierto control en la mayoría de las situaciones.
Hasta ahora.
La muerte del dracolich les había lanzado a todos a una tormenta casi imposible de controlar, y Nessa en concreto se había sentido como una veleta a merced de poderes superiores a ella. Concretamente ... ¿había llegado al punto de ceder completamente ante Vraak y aceptar que se llevara a prácticamente todos sus amigos, y aceptar que otro se dejara rebanar el cuello? ¿Cómo había llegado a ese punto....? ¿Cómo?
Escuchaba a Vraak hablar, y a Jen responder, pero era casi como si la ranger no estuviera de cuerpo presente. Responde únicamente poniendo su mano en el cuello de Jen en gesto de apoyo, y diciéndole "Claro, Jen, no hiciste mal en ningún momento" cuando le barde recuerda sus encuentros con Zalphiros.
Nessa makes a Religion check! 1d20 (18) + 2 = 20
Para ver si sabe sobre St Cuthbert
Pero agita la cabeza y mira al suelo cuando la oye describirla como un pilar de conciencia. ¿Pilar? ¿Ella? "No, Jen.... me confundes con otra persona. Nada más alejado de cómo me siento ahora", piensa.
Como respuesta a la preocupación de Jen y Vraak sobre su futuro cuando vuelvan a Greyhawk sólo alcanza a farfullar un breve "...seguro que encontramos un modo...". Libera el apoyo de su mano en le barde y se aleja un poco del grupo. Lo necesita.
No olvida acercarse antes a Sera para decirle unas breves palabras de ánimo. Querría decirle en detalle lo que piensa de ella. "Eras un ser radiante, Sera, pero seguirás brillando. No te preocupes, volverás a hacerlo, de un modo u otro. Eras así principalmente porque esa es tu personalidad, independientemente de que tengas o no el apoyo de un dios" ...pero tendrá que ser más adelante. Ahora la ranger necesita un momento para volver a encontrar su propio espacio seguro, su propia estabilidad.
Alejándose del grupo ve al fondo el cadáver del dracolich y piensa que quizás examinarlo la ayude a tranquilizarse un poco.
Deja su equipo a una distancia segura, y rebusca rápidamente entre el tesoro y sus cercanías algún arma de filo de baja calidad que no importe que se estropee con el ácido del dracolich, así como algo de tela para protegerse un poco. Luego se acerca a la criatura y empieza a examinarla con extremo cuidado y sin intención de dañar el cadáver. Ornym también le enseñó a guardar respeto a los enemigos caídos.
Va a dedicarse a esto un ratillo, sola, mientras el grupo está a lo suyo, hablando entre ellos. La idea es aprender lo que buenamente pueda que le sirva para ser más efectiva frente a dragones - ya que en principio será su próximo favored enemy (cuando llegue a nivel 6 de Ranger dentro de MUCHO TIEMPO XD)
Nessa makes a Survival check! 1d20 (6) + 7 = 13
(Lo tiro sin ventaja a pesar del favored enemy undead, más que nada porque entiendo que si quiero saber de la parte dragón, no me debería dar ventaja la parte undead.)
Rolthos contempla con estupefacción como Vraak cambia completamente su discurso y su actitud. Su incredulidad crece por momentos sin poder creerse lo que está ocurriendo. Si ahora dice la verdad, Vraak ha tensado las cosas mucho... casi demasiado, casi provocando una pelea mortal. ¿Debería creer al Vraak de ahora o al Vraak de antes...? Ambos parecían decir la verdad. ¿O por el contrario seria una estratagema más en aquella cueva de las mentiras? Quizás su verdadera intención era llevarles a todos a la prisión por las buenas ahora que parecía cada vez mas claro que ibamos a dar nuestro brazo a torcer? Rolthos intentó mirarle con atención, intentando discernir si mentía o decía la verdad.
Rolthos makes an Insight check! 1d20 (13) + 6 = 19
Rolthos pronto dejó caer de pronto la guardia. Vraak parecía decir la verdad ahora y su actitud más amistosa le relajó.
- Por... - Rolthos retiene una palabra que no llega a salir de su boca... - Vraak, que Zalphiros se fuese, dejándonos aquí tirados contigo, debería haber sido suficiente prueba de que no estábamos aliados con él... - Dice Rolthos intentando relajarse.
Luego mirando a Jen y a sus compañeros... - Yo acompañaré a Vraak a la ciudad a dar las explicaciones y aceptar la condena que las autoridades se avengan a imponerme. Pero no estoy muy seguro de que respecto a Jen fuese a tener un juicio justo... O fácil... Quizás si alguien de la iglesia de Pelor intercediera por elle... pero me temo que yo ahora no tendré mucho peso en la misma.
Después acercándose a Sera, echando un vistazo aún desconfiado a Vraak, se arrodilla frente ella. - No puedo ni imaginar por lo que estas pasando. - Con simpatía le abraza con firmeza. - Tanto si decides seguir con la lucha, como si necesitas tiempo para reflexionar como si decides retirarte, cuentas con mi apoyo. Si quieres tener alguna oportunidad de redención, lo mas razonable es regresar conmigo a la ciudad a dar explicaciones.
- Pero si aceptas un consejo, deberías venir conmigo... Aceptar las consecuencias de lo que ha ocurrido será el primer paso al resto de tu vida, Sera.
-Oh... Asi que... Nos estabas... Poniendo a prueba?!- El tono de la voz de le barde es cada vez mas agudo e incrédulo. Se lleva las manos al rostro y le da la risa floja. Una risa inaudible pero que hace que sus caja torácica se contraiga en erráticos espasmos . -Oh! Oh maldita sea, sargento!- Chasquea la lengua, como riñendo al semiorco. Luego le da otra pequeña carcajad inaudible, que casi parece un jadeo agotado. Sus rodillas ceden, y se sienta en el suelo. No. Mejor se tumba, mirando la bóveda de la caverna con expresión incrédula -Por favor, este torbellino de emociones va a acabar conmigo.
Si puedo elegir no me gustaría tener que ponerme frente a personas que me suban a la pira solo por la sangre que corre en mis venas. Pero tampoco separarme del grupo.... Hmmm... Decisiones.... -Despues de unos segundos pensando, se incorpora, y se dirige al semiorco de nuevo.- En realidad quien soy no es ina ilusión. Soy yo.- Se señala de arriba a abajo. -Soy Jen. Entera y completamente. Hm, creo que no me estoy explicando bien.... Leí una vez un relato sobre un hombre que bebía una poción que le transformaba en otro hombre, como....Como si separase sus personalidades en diferentes personas! Oh, ¿Cómo se llamaba?....Da igual, no me acuerdo. Lo que quiero decir es que yo elijo mi apariencia personal, pero eso no quita que deje de ser yo. Osea que si me presento así...-
Se concentra un momento y su aspecto cambia a la máscara de la musculosa tiefling que había visto el grupo la última vez. Su postura cambia a una mas erguida y marcial. Incluso su voz suena diferente. Femenina pero grave. -Uhg... Hey, sigo siendo yo.- Se rasca los cuernos - Me cago en la puta, me duele el cuerpo como si me hubieran pasado tres caballos por encima.... En fin, no se si captais el concepto. Sigo siendo Jen.
Se concentra otro momento y vuelve a ser el acróbata de piel azul y pelo de fuego .- Y yo.- Su voz vuelve a ser melódica en indefinida.
Se vuelve a concentrar y esta vez si que presenta su corporación original, delgada y fantasmal -Y yo...-
Pero es solo un momento, pues sacude la cabeza y vuelve a ser la tiefling gris. -Ugh, mucho mejor así, estoy harta de llantos y nervios. A ver, soluciones. Rolthos quere volver, y Sera....Sera deberia. -Chasquea la lengua. Aun no ha tenido la oportudidad de acercarse a la paladina. Se riñe mentalmente por ello.- Yo me la puedo jugar. Si puedo elegir prefiero no exponerme, si no..."Mantenerme disponible" en caso de que se me necesite. No se como ves eso, Vraak. ¿Tienes medios para mantenerme localizable para ti? No quiero que pienses que voy a salir corriendo a la primera de cambio. Yo no corro. El acróbata es el gallina. Se que es de nuevo dar un salto de fé. Estoy suponiendo muchas cosas. Quizá lo mejor será volver a Greyhawk lo primero, y ya ver que hacermos.
Nessa había comenzando investigando las fauces del dragón, con aquellos dientes enormes como espadas que había llegado a sentir en su propia carne. Pero acabó moviéndose a la zona del corazón, que hasta hacía un rato había albergado el famoso Devorador de Almas.
- ¿Cómo demonios acabó ese artefacto aquí encajado....? - musita.
Empieza a imaginarse situaciones por las que eso podría haber sucedido cuando oye de fondo a Rolthos insistir en entregarse, y suspira. Entiende la intención y la necesidad del paladín, pero en su opinión lo que propone les deja de nuevo en el punto de partida con Vraak. Decidida a no intervenir por el momento continúa investigando las entrañas de Chorinthyass, agradeciendo mentalmente el haber cogido un trozo de tela que le tapa casi toda la cara. Éste no consigue evitar que desparezca el olor por completo, pero al menos sí una parte.
Los ojos azules de la ranger - lo único visible de su cara tapada - continúan paseándose por el cadáver un rato más. Y es cuando oye la intervención de le barde; y la alternativa que plantea no sólo le gusta, sino que quizás podría evitar que el paladín tuviera que entregarse sólo.
Suspira de nuevo... le apetece tan poco volver a hablar con Vraak. La sola posibilidad de encontrarse de nuevo con un el muro que representa para su grupo drena sus escasas energías. Aún así, Nessa se yergue de su postura acuclillada y camina de nuevo hacia el grupo al tiempo que se quita la suerte de máscara y se limpia las manos con ella antes de tirarla al suelo.
- Me gusta la idea que sugieres, Jen. Si a Vraak le parece bien - y dice esto sin mirar al semiorco - parece una buena opción para todos, para que la misión continúe y podamos acabar con el peligro que ha quedado liberado. Además te podrías fuera de un juicio peligroso e injusto que, a todas luces, no mereces.
Es entonces cuando mira al resto de sus amigos y pregunta:
- ¿Os parece bien a los demás?
Se cruza de brazos esperando, los dedos de su mano izquierda repiqueteando en su brazo derecho, casi preparada para recibir cualquier respuesta que vuelva a bloquear la situación.
Cruços relaja el arco con el que apuntaba al sargento ante su repentino cambio de actitud.
- ¡Maldito cabrón! - dice sin ocultar tono de sorpresa - Te la has jugado hasta el límite, ha faltado solo una palabra desafortunada para que las entrañas de alguno salpicasen esta gruta... En el fondo, me gusta tu estilo - y sonríe pícaramente.
Mientras todos van hablando, el cazador sopesa las opciones. Sean cuales sean las intenciones de Zalphyros, les ha vuelto a sacar bastante ventaja y ha conseguido todo lo que quería.
- No sé hasta dónde se extiende la red de informadores de ese bastardo, pero precisamente nos advirtió que tu misión aquí iba más allá de la venganza, que había quién te había ordenado venir aquí. Obviamente no dijo que venías en misión oficial de la Guardia de Greyhawk y los Magister - se ríe quédamente -. Nos ha manejado como ha querido, con el poder que posee debe estar muy confiado para manipularnos de semejante manera en lugar de acabar con todos - "o aún no conocemos sus verdaderas intenciones" piensa para sí -.
Ve cómo Nessa, sobrepasada inspecciona los restos del dragón mientras él cavila sobre la posible ubicación de la guarida de Zalphyros.
- Vraak, ¿cómo habéis llegado hasta aquí? ¿Tenéis algún mapa de este área? Ese cabrón lleva obsesionado con este artefacto décadas, apostaría a que su base de operaciones no está demasiado alejada de aquí, no se arriesgaría a perderle de vista durante todo este tiempo. Nessa, ¿tienes claro en qué dirección estaba el wight Gloomwood cuando le perdimos el rastro? Con un mapa y entre los dos tal vez podamos aislar las zonas que pudieran ofrecerle un cobijo seguro durante tanto tiempo - "y si además ése estúpido tiene encima el cuerno Night Caller, en cuanto estemos cerca su posición podrás verle como a una antorcha en la oscuridad"-.
Por otro lado... El asesino que abatimos en la otra gruta ha sido su mano derecha durante bastante. Desde aquí no tenía capacidad para llevarse su cadáver con su hechizo de teleportación. Nessa, acompáñame a registrarle, por favor, quiero tus ojos en esto, cualquier detalle puede darnos luz sobre las zona en la que se esconde - de nuevo dirigiéndose a Vraak -; si no conseguimos ninguna pista que nos permita rastrearle, no veo inconveniente en que volvamos a Greyhawk por ayuda en artes que de las que aquí no disponemos. Solo espero que no nos veamos entre rejas, ¿eh?. Solo me preocupa que todo el tiempo que nos lleve ir y volver dejará a Aldana a su completa merced, si es que aún sigue viva. Tal vez encuentre alguna manera de comunicarse con nosotros, parecía tener recursos...
Por último, dirigiéndose a Jen - Volver a Greyhawk será arriesgado para tí, sin duda. Si encontramos forma de seguirle el rastro, tal vez prefieras acompañarnos, pero si volvemos a la ciudad, manten perfil bajo, no creo que te cueste demasiado - "y puedes ser un as bajo la manga cuando todo se vuelva a torcer".
Escuchando las palabras de Cruços, Nessa relaja su postura tensa.
Agradeciendo internamente el tener algo donde enfocar sus habilidades, responde con un "Claro, cuenta conmigo" a la petición de ayuda del cazador para investigar el cadáver del asesino.
Mientras lo están investigando, le dice:
- Gracias. Necesitaba ... - "...alejarme de todo un momento...", su mente completa la frase que su boca se niega a pronunciar, pero joven la joven simplemente niega con la cabeza - En fin. Gracias, Cruços.
Registrando el cuerpo, los cazadores se fijan en que éste lleva algunos objetos bastante útiles. Se guardan un collar que parece difcultar la localización del que lo lleva puesto para dárselo más tarde a Jen, así como un anillo de protección para Rolthos. La capa del asesino, enfocada a la ocultación, se la queda la propia Nessa.
Tras eso intentan establecer una manera de seguir a Zalphiros y los suyos, pero se dan cuenta de que no disponen de los medios necesarios para hacerlo. Es un contratiempo, desde luego, pero confían en ser capaces de hacerlo con la ayuda que - esperan - puedan obtener al regresar a Greyhawk.
Dedican entonces un rato a investigar el tesoro del Dracolich, bajo la escrutadora mirada del semiorco, que les permite coger un objeto útil a cada uno, así como unas cuantas gemas y algo de dinero para que se puedan equipar.
Nessa elige para sí misma unos hermosos brazales de factura élfica. Aunque al principio piensa que ponérselos dificultará el movimiento de sus muñecas o la sujeción del arco, descubre con sorpresa que parece que tienen justo el efecto contrario. Se sienten robustos, pero al mismo tiempo ... ligeros.
Más animada, se acerca a Jen que parece embelesada con unas cajas de vino élfico, y aunque parecen pesadísimas, se ofrece a meter un par el carcaj mágico.
- Yo te llevo un par ... pero me lo tienes que dejar probar, ¿eh? ¿Te imaginas tomar una copa de este vino mientras nos relajamos en alguna buena casa de baños en Greyhawk?
Ambes se ríen, comentando lo genial que sería poder parar un momento después de tanta tensión para disfrutar de algo tan mundano como una copa de vino en algún sitio cómodo. A pesar de que lo ven complicado, la sola imagen en su mente les devuelve un poco el buen humor.
Por desgracia, la mención de Greyhawk hace que Nessa recuerde que aún tienen que volver a la ciudad y, por lo que ha contado Vraak, es fácil que tengan problemas con la justicia. De hecho, la joven piensa que es momento de preguntarle al sargento algo que tiene en mente desde que entraron al círculo de verdad. Sigue sin tener muchas ganas de hablar con él, pero debería hacerlo. Haciendo de tripas corazón se acerca al semiorco y le dice:
- No te sorprendiste ni un ápice cuando dije en la Zona de Verdad que fui yo quien mató a Eleanna. Supongo que Seth te lo contó... ¿qué debo esperar acerca de eso cuando volvamos a la ciudad?
-¿ Por matar a una licántropo asesina que llevaba aventureros y viajeros al matadero para que su hermano Vampiro se alimentara y creciera en poder? No sé si vas a poder cobrar recompensa por eso esta vez... -
Rolthos se acerca al tesoro del dragón e indica a sus compañeros cuales son los objetos mágicos del mismo, después tras escuchar a Vraak asiente. Quizás hayan fallado en la misión y hay una parte de él mismo que piensa que no se lo merece, pero por otro sus compañeros tienen razón y para ser efectivo en la lucha que seguirá más adelante necesita mejor equipamiento. Así que tras considerar sus opciones se acerca a una armadura mágica. Está compuesta de duras placas de metal, decoradas austeramente con pequeñas filigranas negras que la ribetean, con la otra mano recoge un rubi, un puñado de monedas de oro y otro de platino. También se acerca al cadáver del asesino y escoge el anillo, presumiblemente de protección.
- Por mi partamos de inmediato... ya estoy echando de menos la luz del día. - Se acerca a Sera y le ofrece la mano para poder salir de allí.
Tras revisar el cadáver del fatídico asesino, Cruços suspira exasperado.
- Nada, ni una sola pista que nos pueda servir para seguir a ese bastardo...
Se acerca al tesoro y entre los objetos que señala Rolthos, le llama la atención una armadura de cuero; es negra, de una manufactura excelente, sin señales de uso, sin ningún blasón o marca que pueda hablar sobre su procedencia. Las costuras que entrelazan las piezas de cuero están camufladas entre los pliegues del, los tachones que fortalecen los puntos claves en este tipo de armaduras se encuentran en el interior entre capas de cuero. La apariencia de quien la porte debe ser la de alguien que camina desprotegido cuando en realidad es la más robusta pieza que jamás ha llegado a ver - "¿De la piel de qué clase de animal habrá sido confeccionado este cuero?"-. A continuación coge unos cuantos puñados de monedas y los mete en una bolsa encontrada en el propio tesoro, depositándola en el interior de su mochila.
- Estoy deacuerdo con Rolthos, en cuanto estéis listo y descansado, partamos. Quiero pensar que solo queda un capítulo para cerrar la saga de los Gloomwood.
Mientras descansan, junto con Nessa, sobre el mapa dibujado de Seth intenta compartir con ella la última dirección en la que sintió al Wight y marcarla, para que cuando tengan acceso a un mapa mejor intentar buscar posibles bases del mentiroso nigromante; no quiere que el viaje y los días le hagan perder esa débil perecepción que ahora tiene.
Nessa se siente en verdad aliviada al escuchar las palabras del semiorco. Quizás se había estado castigando demasiado a sí misma respecto a lo que había sucedido y, desde luego, nada que hiciera o pensara iba a cambiar lo sucedido. Era hora de pasar página...
Ve como sus compañeros empiezan a recoger sus cosas y prepararse para el camino de vuelta y se muestra de acuerdo en no perder más tiempo en la cueva. A la vista del mapa no logra darle a Cruços más que información vaga, y es entonces cuando recuerda que debe decirle algo al pícaro:
- Siento haber dudado de tí, Seth. Juzgué mal tus motivos para no acompañarnos hasta aquí .... discúlpame - dice al tiempo que le tiende una mano en señal de disculpa.
Seth mira a Nessa con una mezcla entre resentimiento, pena y culpa.
- Ya claro... supongo que me lo merezco por coger aquellas gemas en el agua ¿no? - sin mediar más palabras el joven pícaro se da media vuelta y sigue preparando sus cosas para partir. Nessa ve que su mochila está llena hasta los topes de monedas y gemas, y tiene un par de las botellas de vino élfico.
Tras reponer algo de fuerzas y encontrar gracias a Rolthos los objetos mágicos del enorme tesoro, todos coinciden en que, antes de dormir y terminar de curar sus heridas, lo mejor será abandonar, como poco, aquella maldita sala.
La vuelta al resto de las ruinas a través del agua se produce sin incidentes, pese a que ahora llevan mucho más peso y están física y emocionalmente agotados, el saberse a salvo de ningún peligro inminente les hace más llevadero el periplo subterráneo. Vraak les insiste en forzar sólo un poco más y finalmente abandonan las ruinas para hacer noche en el exterior. Jen siente un escalofrío cuando el fresco aire de la madrugada le alborota el pelo al salir al exterior.
Vraak coge la espada y el escudo de piedra de la estatua y un enorme bloque de piedra cubierta de musgo bloquea la entrada a las ruinas, tal y como había estado tantos y tantos años.
Nessa no tiene que recorrer ni cien metros para encontrar un sitio adecuado para que acampen y, pese a que las primeras luces del alba asoman por el este, todos caen en un agotado sueño. Ni siquiera la atribulada alma de Serâ le impide caer rendida tras las exigencias del día anterior.
A la mañana siguiente Seth ha desaparecido. Vraak bufa pero no parece sorprendido. Nessa encuentra su rastro, pero finge no hacerlo en parte por culpabilidad, en parte porque intuye hacia dónde se ha dirigido y siente que Poot merece darse un trago de ese vino élfico después de todo.
El pequeño grupo vuelve a Greyhawk sin más incidentes. Es el viaje de vuelta, sin embargo, un periplo triste donde nadie está dispuesto a hablar mucho con nadie. Serâ camina cabizbaja y accede casi como un autómata a montar en la grupa del hermoso corcel de Rolthos, ya que ella ahora carece de la habilidad de llamar a su fiel Said. Cuando por fin llegan a la sombra de las murallas de la Ciudad Libre de Greyhawk, una fina pero persistente llovizna ha calado sus ropas hasta los huesos. No será esa la última vez que Nessa añore acudir a unos merecidos baños.
Nada más llegar a la puerta sur de la ciudad, Vraak se identifica y los guaridas les llevan a una sala de uno de los cuarteles cercanos. Es una habitación algo espartana pero cómoda, con un hogar encendido que Cruços aviva lanzando un par de troncos más. Al cabo de un rato les llevan algo de comer y beber pero cuando Nessa intenta abrir la puerta para preguntar cuánto tiempo tendrán que esperar, comprueba que está cerrada por fuera con llave. No son prisioneros, pero tampoco van a dejar que se escabullan.
El tiempo pasa lento en la sala de guardia, según pasan los minutos Rolthos comienza a pensar que quizá Cruços, quien lleva mascullando desde que entraron que aquello no era una buena idea, lleve razón y Vraak les haya vendido al final.
La sala donde están parece ser una sala de guardia donde pueden estar unas veinte personas, con una mesa central para que al menos una docena se sienten a ella. La sala es tan grande y la corriente entre las dos aspilleras se unen para evitar que el fuego de la chimenea caliente realmente la estancia. Hay unas cuantas sillas y un par de sillones alrededor del fuego y los compañeros se ven reunidos allí antes o después.
Pasan dos largas horas antes de que oigan la puerta abrirse de nuevo. En la sala entra Vraak, con el uniforme de la Guardia, seguido de varias personas.
El primero en entrar es una figura conocida para los compañeros. El alto y regio paladín de Pelor que asistió a la ceremonia de Rollthos, Sir Cynair. Lleva su armadura completa y el mandoble a la espalda.
Tras él, entra Xan'drila con el gesto frío pero la mirada preocupada. La veterana cazadora de sangre hace un leve gesto a modo de saludo a los compañeros. Habían olvidado que su estatura rivaliza con la del aasimar que la precede. Al contrario que el paladin ella no porta ni armas ni armaduras visibles. Su vaporoso vestido gris parece casi un jirón de las nubes que cubren el cielo en el exterior. La belleza y elegancia de la elfa son arrebatadoras. Si no la conocieran dirían que estaba en una fiesta o una cita y ha acudido directamente desde allí.
Tras ella entra otro hombre corpulento, de mediana edad y tez oscura. Parte de su rostro cubierto con una profusa barba negra aunque en sus sienes se adivinan algunos toques de gris. Rolthos no necesita que le presenten al General de la Guardia de Greyhawk, Sental Nurev, responsable no sólo de las dos fuerzas de guardia de la ciudad, la Guardia y la Guardia Nocturna, si no de los ejércitos de Greyhawk y su defensa.
Un hombre y una mujer más entran en la sala y se van sentando en la mesa. La mujer lleva el símbolo de St. Cutberth bordado en rojo en el pecho de la túnica blanca con capa roja que viste. Una vez más Rolthos reconoce a la personalidad que se sienta con aire grave en la mesa, Eritai Kaan-Ipzirel, Matriarca de la Iglesia de St. Cuthbert escruta a los compañeros con sus almendrados ojos, signo de su ascendencia suelia.
El hombre es un enorme humano, calvo y con unos ojos pequeños de color indeterminado que parecen más pequeños en su obeso rostro. Se sienta con pesadez en una silla pero su Cruços se da cuenta de que, pese a su aparente torpeza física, la mente de aquel hombre trabaja sin cesar. Y ahora mismo está concentrada en analizarle de arriba abajo.
Porta la túnica marrón de los Magister de la ciudad de Greyhawk y lleva consigo el cetro que denota su rango; Antón Palmirián, El Magister Supremo.
Tras él entra en la sala Sir Lindal Greydragón, Gran Maestre de la Orden de Mayaheine el cual, sólo mira con sus acerados ojos a su más joven miembro, Rolthos;
Por último entra un hombre vestido elegantemente con una levita, altas botas, y pantalón de calidad. Camina con un bastón pero no parece necesitarlo y ser simplemente un complemento más a su impresionante vestimenta. Tiene las orejas ligeramente puntiagudas y Nessa reconoce algo de sangre élfica en él. Lo que desconoce por ahora la ranger es que se encuentra ante Abraldazin Hosk, Rector de la Universidad de Artes Mágicas.
Cuando todos han entrado en la sala Vraak hace las presentaciones necesarias al grupo y se produce un silencio ligeramente incómodo. Este es roto por Albraldazin,
- El sargento nos ha contado lo que ha ocurrido en las ruinas y con el renegado Zalphiros - su voz es calmada, suave. - Pero queremos escuchar vuestra propia versión de los hechos -
- Hmmpff deberíamos interrogarlos por separado - interrumpe el obeso Antón - y con escribas para tomar declaración. Si no habrá que volverlo a hacer antes del juicio y habremos perdido el tiempo... -
- Aún no estamos juzgando a nadie Antón -le recuerda la matriarca de St. Cutberth al Magister el cual frunce el ceño contrariado, evidentemente molesto por lo que considera una pérdida de tiempo.
- Aunque algunos siempre están siendo juzgados por sus actos por poderes superiores a los nuestros -zanja Sir Lindal sin dejar de mirar a Rolthos. Este siente que se le seca la boca.
- Calma amigos, os lo ruego -interviene Sir Cynair, y su poderosa pero gentil voz tiene el efecto de calmar los ánimos de las autoridades allí reunidas. - Dejemos que hablen... - añade haciendo un gesto hacia los compañeros para darles la palabra.
Apenas dos kilómetros antes de llegar a las puertas de la ciudad, con las ruinas del Castillo Greyhawk a la espalda, Jen se separa de sus amigos. Lo más seguro es que no entren juntos y, aunque establecen un punto de encuentro para esa noche, hay demasiadas incógnitas sobre su futuro inmediato. Le barde ha adoptado otra máscara para ayudarle a pasar desapercibide, pero Nessa empieza a pensar que sería capaz de reconocer su mirada sin importar el aspecto que adopte. Controlando la conjoga que le produce la separación de sus amigos, Jen se emboza en su empapada capa y se dirige al ferry que cruza el río y entra en la ciudad por el puerto. Ha pensado en ir a comprar unas pociones y algunos suministros para su siguiente aventura. Pero Jen no siente el mismo nudo de emoción en el estómago al pensar en ello. Los acontecimientos de las ruinas han sacudido el ánimo de le barde más de lo que ha dejado entrever en el viaje de vuelta. Deambula por la ruidosa y atareada ciudad casi arrastrando los pies. Ve corretear a un par de zagales con nostalgia. ¿Alguna vez había sido así de feliz e inocente? Casi no podía recordarlo. Se esconde instintivamente en un callejón al ver pasar una patrulla de la Guardia, y entonces lo ve. Sus pasos le habían llevado frente al hospital donde trabaja Julian.
*Flashback a la recogida del tesoro del dracolich*
Jen pasea observando el tesoro del dracolich abrumada, sin saber muy bien que escoger. Mira de reojo al resto de sus compañeros para ver que hacen y ve a Rolthos deleitarse con su armadura nueva. Cruza la mirada con Vraak un segundo, e instintivamente agarra lo primero que ve. -Esto.- Se mira la mano. ¿Un libro? De todos los objetos de poder tuvo que coger UN LIBRO? Suspira pesadamente. Pero Vraak sigue con los ojos clavados en ella y Jen se aleja del tesoro rápido, y se sienta en el suelo a ojear que será tan interesante que haya hecho que el dracolich mantenga un tomo en su tesoro. -Oh, por favor, que al menos sea una novela erótica, alégrame el dia.- Abre el libro y pasa un par de páginas. Curiosamente parece un tratado sobre el liderazgo y la influencia social. Habla de autoestima y seguridad, y tragándose sus pensamientos anteriores, Jen se encuentra interesada en lo que el tomo tiene que enseñarle.. Un par de ideas se le cruzan por la cabeza. Tenían que ser más hábiles. Tenían que estudiar y practicar. Tenían que adelantar a Zalphiros esta vez. Lo único que la saca de su ensimismamiento es Cruços anunciando que ha encontrado unas botellas de vino. Jen cierra el libro con un golpe seco y le falta tiempo para abalanzarse sobre estas. -MIAS!!- Chilla, casi llorando ante la expectativa de un trago de alcohol despues de todos los acontecimientos.
Mientras intenta recoger el mayor número de botellas posibles, que casi no le caben en los brazos, Nessa se acerca a ella y le ofrece el amuleto de protección. Al principio lo mira extrañada. -¿Para mi? Vaya... -Lo coge y lo palpa, cerrando el puño alrededor. Asiente a Nessa. -Gracias. Es dificil expresar el apoyo que este grupo supone.... Cogeremos a ese cabrón, esta vez el ballestazo le va a caer entre ceja y ceja.- Afirma con expresión grave y convencida. Asiente ante el ofrecimiento de Nessa de llevar unas botellas, y juntas las aseguran dentro del carcaj. -Gracias por esto también.- Dice mientras aprieta la cincha del carcaj a la espalda de su amiga. -Vamos a entrar en esa casa de baños como que me llamo Jen, te lo juro.- Vuelve a afirmar. Parece que esta personalidad es bastante mas directa en sus palabras.
Cuando salen de las ruinas siente el aire puro en su rostro, y rumia ese sentimiento agridulce de haber salido por los pelos de una muerte segura, pero llevando consigo unas heridas emocionales no solo internas si no también externas (mira de reojo a Sera). Inhala y exhala, y sigue al grupo.
*En Greyhawk* Antes de llegar Jen ha vuelto a la máscara del acróbata, en piel humana de aspecto tostado y pelo negro como el carbón. Siente un gran vacío al separarse de sus amigos, y piensa mientras anda por la ciudad, en la lista de cosas que van a necesitar para su próximo paso. Pociones. Eso era fundamental. Quizá ahora con el dinero que tenían pudiera encargar una armadura que le protegiera mejor....Un detalle bonito para Nessa. Si. Quizá unas reservas en esa casa de baños. Una sorpresa. Cuando levanta la vista no sabe ni donde está...Mentira. Si que lo sabe. Se le cae el alma a los pies. Julian... Está a un segundo de darse la vuelta. Quiizá era mejor no involucrar al médico en sus peripecias. Estaría mas seguro, a salvo. Pero parte de su personalidad le dice también que debe luchar contra los prejuicios y la persecución que sufre solo por la sangre que corre por sus venas. No puede acobardarse. Tiene que forzarse a acallar esa voz de su cabeza que le dice que haga lo que haga va a estar mal. Pero tampoco puede correr y arrojarse a los brazos del médico a la primera. Con esto en la cabeza decide esperar unos minutos y mirar alrededor, tratando de fijarse en si le han seguido, o es seguro entrar en el edificio. Pasan unos momentos, y parece que nadie le llama la atención, asi que inspirando hondo termina de cerrar la distancia que le separa del hospital y entra en el lugar. Se dirige a la primera persona que encuentra que parece trabajar allí y esté un mínimo disponible. Carraspea un poco (aprovechando para modificar su voz a una en un tono un poco mas grave) -Disculpe. Estoy buscando al Doctor Devorak. ¿Está hoy de servicio?-
A pesar del cambio de actitud de Vraak y de tener claro que el sargento solo les estaba poniendo a prueba, Cruços alberga dudas sobre la parcialidad del relato que haya trasladado a estas autoridades. Que solo estén retenidos y no detenidos, desde luego es buena señal, pero aún en el mejor de los casos, el cazador sospecha que habrán sido presentados como unos incompetentes estúpidos que se han dejado engañar por todo aquel que ha pretendido engañarles.
Sostiene la mirada muda de Xandrila, compartiendo su preocupación. "Solo espero que este interrogatorio no se extienda demasiado..." - piensa, aún con ánimo de perseguir al nigromante y ajustar cuentas.
Se plantea empezar a hablar, pero bien sabe que en la corte, el renombre del orador es al menos tan importante como lo que se tenga que decir. Coloca una mano en el hombro de Rolthos en señal de apoyo e inclina la cabeza, dándole pie a exponer los hechos.
Rolthos asientió a las palabras de Cruços. El mal trago de explicar lo ocurrido le correspondía a él, y ya se había ofrecido a dar la cara. Sin esperar más, se levantó capturando así la a atención de los presentes. Primero dio una breve explicación de cómo habían llegado a obtener la espada, el escudo y el paradero de las ruinas donde se hallaba el presunto tesoro del dragón. Antes de comenzar con la parte más relevante miró a los asistentes. Sus ojos reflejaban la tristeza y la amargura del desastre que venía a contar. Por último sus ojos se cruzaron unos instantes más con los de Sir Lindal Greydragón. Tras lo cual comenzó a narrar su relato.
- …y así, al fin, estábamos en poder del escudo y la espada. Con ellos nos dirigimos hacia Greyhawk, por desgracia Cruços necesitaba curación urgente y los paladines con Cruços nos adelantamos. Zalphiros se apareció al resto del grupo y con delicadeza, mediante artes arcanas, robó la espada y el escudo. Mientras, en la ciudad, Zalphiros o uno de sus agentes, también robó el cuerno mientras Cruços permanecía en el cuidado de la iglesia. Sin poder encontrar ninguna pista que nos llevase hasta él, y con el conocimiento ya de que nos habían robado la espada y el escudo decidimos partir de inmediato. De alguna forma Vraak también se enteró por medio de Seth y se adelantaron en busca de Zalphiros y el tesoro. Cuando llegamos a la caverna nos encontramos allí a Vraak y sus mercenarios, a los cuales nos unimos. Al fin logramos enfrentarnos a Zalphiros tras entrar en la cámara del tesoro del dragón. Pero al parecer la reliquia había transformado al dragón en un dracolich, y todos juntos nos enfrentamos a él. En un acto de sorprendente ingenio y astucia la mercenaria eladrin, Aldalantanustë, logró arrebatar la reliquia al dragón, haciendo que su poder disminuyese, cosa que Nessa aprovechó para darle el golpe de muerte.
A pesar de su actitud triste y arrepentida, de su sentimiento de fracaso y culpa, sus palabras eran francas y honestas. Una vez más hizo una pausa, pues lo que seguía era más doloroso de recordar y narrar.
- Después de derrotarlo surgió una lucha dialéctica. Aldalantanustë tenía en su posesión la reliquia y todos parecían tratarla de convencerle para que se la diese. En un primer momento yo estaba decidido a llevarme la reliquia ya que no me fiaba ni de Vraak ni de Zalphiros. Pero las acusaciones se fueron cruzando entre Vraak y Zalphiros. Zalphiros llamaba agente de Iuz a Vraak y Vraak insistía en su venganza contra Zalphitos. El repentino interés de Vraak en la reliquia nos hizo sospechar a todos. Mientras Zalphiros decía querer proteger la reliquia de Iuz, Vraak nos amenazaba y descubríamos las mentiras que había usado para obtener la colaboración de Seth. Zalphiros no solo no nos mató en las numerosas ocasiones en las que pudo, sino que además nos salvó a vida frente al dracolich. Hubo un par de ocasiones en las que Vraak se lanzó al ataque contra Zalphiros, pero en ambas ocasiones Zalphiros le contuvo con sus artes arcanas. En un momento también hicimos amago de destruir la reliquia, Zalphiros no parecía preocupado pero sin embargo Vraak si intentó detenernos. En ese momento yo estaba decidido a no dejar a ninguno llevarse la reliquia. Solo cuando Zalphyros ya había huido escuchamos de Vraak las explicaciones sobre su verdadera misión, que justificaban todos sus actos.
- En definitiva Aldalantanustë, con la reliquia en su posesión, decidió ir con Zalphiros llevándose la gema con élla. Su intención era asegurarse de que la reliquia no era usada de forma inadecuada. Y el resto no lo impedimos e incluso le apoyamos. Yo fui el que di el definitivo beneplácito a la decisión. Intuí sinceridad en Zalphiros, y pensé que tenía razones para creer que Vraak era agente de Iuz, o de algún otro agente quizás, pero en realidad era tan solo una certeza basada en una sospecha por su comportamiento. No consideré que alguien tan inteligente pudiese tener tanta convicción en ideas sin fundamento. Si hay que imponer un castigo ejemplar, yo debería ser el elegido, acepto toda la responsabilidad… El resto… todos nosotros… no obramos en mala fe y tan solo nos hemos equivocado en tomar una decisión bajo presión y bajo falta de tiempo. Todos lamentamos no habernos dado cuenta antes, pero la situación era complicada y, por suerte o por desgracia, ninguno de nosotros nos habíamos enfrentado algo así antes.
Finalizado asintió a los presentes y se sentó esperando la reacción de los presentes, mirándoles a los ojos para ver reflejado en ellos su incierto futuro.
La ranger no se quedaba muy contenta despidiéndose de le barde, pero sabía que estaba mejor por su cuenta que con ellos. Se quedó un rato viendo cómo se alejaba en la distancia, preguntándose cuanto tardarían en volver a estar todos juntos.
Ya en la habitación donde Vraak les dejó esperando, Nessa agradeció el tener algo de tiempo para poder recuperar algo de calor al fuego del hogar. Pensando inicialmente que tendrían poco tiempo, habló con Rolthos y Cruços para preparar lo que dirían a quien fuera que viniera a interrogarles. Aunque fuera el paladín quien fuera a trasladar está información, no debía recaer solo en él el prepararse para tal situación.
Cuando ya estaban preparados, esperaron y esperaron. Pero parecía que nadie venía a preguntarles nada. Esto hizo que se pusiera un poco nerviosa, hasta el punto de intentar salir para informarse sobre cuando aparecería alguien. Encontrarse con la puerta cerrada a cal y canto, desde luego, no le sentó nada bien.
La chica empezó a pasear de un lado a otro de la habitación, y acabó repasando todo su equipo para poder encontrar algo que la distrajera de la situación, todo esto sin alejarse demasiado de la puerta, para poder estar atenta por si escuchaba pasos.
Cuando por fin sintió que alguien se acercaba a la puerta, acudió a sentarse al lado de sus compañeros. Y, aunque ya sabía que podía esperar que gente de importancia fuera a interrogarles, desde luego no se esperaba a tanta a la vez. Preocupada, miró tanto a Rolthos como a Cruços e, intentando aparentar calma, dejó hablar al paladín.
Las palabras de Rolthos, claras y sinceras, hacen que mire al paladín con orgullo, aunque no puede evitar mostrar preocupación cuando se ofrece cargar con la culpa de todos. Le gustaría intervenir para decir que todos juntos son más fuertes ante lo que sea a lo que se tengan que enfrentar, pero sabe que eso podría dejar en mal lugar su compañero que , además, por su condición de paladín no puede decir esas cosas a la ligera.
Cuando Rolthos termina de hablar, Nessa mira atentamente las caras de las personas que se han reunido en la habitación para escuchar su historia y espera que lo que decidan les sea favorable...
Todos callan mientras Rolthos relata su versión de lo acontecido. Ninguno parece tener intención de interrumpirle para pedirle aclaraciones sobre un punto u otro. Cuando el joven paladin termina se instala un incómodo silencio en la sala. Al cabo de unos interminables segundos Antón Palmirian se remueve inquieto en su asiento, que parece a punto de estallar al contener la mole del Magister y refunfuña.
- Grrmmgfs.. actuamos de buena fé, ¡Ja! Interferencia con la autoridad, ataque con violencia a un agente de la autoridad, intento de homicidio a un agente de la autoridad, colaboración para la práctica de la nigromancia, alta traición... ¡y eso sólo uno de ellos! Yo les encerraría en la Torre al menos diez años por cada delito... -
Pese a sus palabras su tono no suena muy convencido, como si supiera que no cuenta con apoyo alguno.
- Vuestros actos han sido imprudentes y habéis caminado por la delgada línea del mal menor. -Sir Lindal niega con la cabeza triste - Deberías saber que el mal siempre es el mal Rolthos. Pido disculpas al Consejo en nombre de mi orden y acepto las consecuencias de haber fallado en la preparación de este joven. -
- Nadie busca responsables amigo mio - lo tranquiliza Eritai - y al igual que estos jóvenes aventureros nos encontramos en una encrucijada. Han cometido un error, y muy grave, pero fueron engañados y actuaron con el bien de la Ciudad y sus habitantes en la mente y el corazón. No detecto traición ni maldad en sus almas. - dice mirándoles a todos durante unos breves instantes - Mi Dios guarda silencio sobre el futuro. ¿Hemos podido averiguar algo al respecto? -dice mirando al semi-elfo Abrazdazil.
Este asiente gravemente.
- Nuestros Videntes ven muerte y oscuridad en el futuro. Pero no consiguen una lectura clara. No les pasaba desde el advenimiento de Iuz y el comienzo de las Guerras. -
- ¡Y los responsables son ellos! - le interrumpe Antón - no pueden quedar impunes... -
- Es cierto que han cometido errores - dice la voz de Sir Cynair, volviendo a tomar el control de la conversación y contestando al Magister - y estos les han costado mucho más de lo que dejan ver. El Sargento también los cometió, el principal desde mi punto de vista, el no haber comprobado mejor los antecedentes de esa maga que, en última instancia, eligió el poder a la rectitud. Pero entiendo que se vio forzado a actuar con premura y esta no es buena consejera. - se vuelve hacia ellos - Sin embargo temo que esta vez vuestros errores no sólo os vayan a afectar a vosotros. Zalphiros es un poderoso nigromante y al haberle entregado la reliquia mi corazón me dice que quizá hayáis creado otro Iuz del que debamos de preocuparnos. Aun así habéis acabado con un dracolich. Esta no es una hazaña pequeña. Ese dragón me atacó hace años y apenas logré escapar con vida. Os estoy agradecido por ello. Habéis eliminado una amenaza latente para la Ciudad y esto no será olvidado. -
Se toca ligeramente el pecho, a la altura del corazón, con el puño derecho y hace una leve reverencia en señal de reconocimiento a los aventureros. Parece que estas palabras relajan mucho la tensión en la sala pese al ceño fruncido del Magister Supremo.
- Entonces - dice Sental Nurev, hablando por primera vez - ¿Cree este Consejo que es seguro permitirles continuar colaborando con la Ciudad en este asunto? -
Todos van asintiendo y dando su consentimiento, incluso el Antón que acepta con un desdeñoso gesto de la mano.
- Pero que no abandonen la Ciudad. No hasta que el Consejo les haya llamado - añade como pequeña victoria. Al parecer un pequeño arresto es lo que necesita el Magister para contentar su severo punto de vista.
- Creo que se tornará como el castigo más justo para todos, puede que incluso sea el más severo, y el único camino que les puede llevar a la redención.- concluye Xan'drila - A todos ellos... -añade en clara referencia a Sera.
La Matriarca de St. Cuthbert asiente.
- No sé si Zalphiros lo sabía y se lo jugó todo a una carta para que os interpusierais entre él y Vraak y le entregarais la reliquia, o era algo que escapaba a su conocimiento, pero Serâ es... - duda un poco en esta punto pero decide seguir utilizando el presente para esa frase - la Elegida de su Dios. Armada con ese arma sagrada hubiera podido destruir la Reliquia. Vraak sabía esto pero le advertimos del peligro de realizar tal ritual sin las protecciones adecuadas. Por desgracia confundisteis su... vehemencia con las mentiras de Zalphiros. No temáis. Encontraremos la forma de localizar al mago y podremos planificar cómo derrotarlo. -
Ante las palabras de la Matriarca Vraak se remueve un poco inquieto. Los miembros del Consejo se miran entre ellos y Xan'drila toma la palabra.
- Sois libres de volver a la Ciudad y dedicaros a vuestros asuntos. Descansad, bebed en honor de vuestra victoria y celebrad que estáis vivos. Pero no abandonéis la ciudad. Os haremos llamar pronto. A no ser que queráis preguntar algo... -
Mientras tanto en otra parte de Greyhawk.
- Aja.. sí, está en el ala de infectados, al parecer han estado llegando muchos enfermos últimamente. - le contesta, sin apenas mirarle un celador que está empujando una camilla con ruedas con un cadáver cubierto por una sábana blanca. Jen no puede evitar fijarse en las marcas de sangre que manchan la sábana a la altura de la boca del cuerpo.
Reprimiendo un escalofrío, Jen se dirige hacia allí, y no le cuesta encontrar a Julian en donde le han indicado.
Está arrodillado al lado de una cama, atendiendo a una mujer enferma que tose descontroladamente. Jen apenas ve lo abarrotada que está la gran sala con camas a ambos lados. La luz entra por una de las altas vidrieras que se levantan en la pared oeste y baña a Julian con unos colores rojos y anaranjados, dándole un aspecto casi etéreo. Su gesto amable, aún con las profundas ojeras que enmarcan sus ojos por haber estado trabajando sin descanso, sus movimientos firmes pero delicados al ofrecer consuelo a la enferma hacen que algo se estremezca en el interior de Jen. En un mundo donde los propios dioses intervienen para curar las enfermedades y los males de los mortales, que una mente tan inteligente como la de Julian, de una familia que podría ocuparse de que su heredero acudiese a las más altas fiestas durante toda su vida, haya escogido ese camino entre los más necesitados y desfavorecidos, es altamente notable.
Casi como si pudiera sentirle, Julian gira su rostro hacia Jen. Dejando a la enferma al cuidado de un par de enfermeros, se dirige hacia Jen lavándose las manos. Sus pasos van apresurándose según se va acercando.
Julian se detiene a medio metro de Jen. En sus ojos se mezcla la sorpresa y la emoción. Levanta una mano, antes firme y segura, temblorosa hacia su rostro. Jen siente la yema de los dedos de Julian contra su piel.
Julian sonrie, al parecer aliviado al comprobar que no está sufriendo una alucinación, y abraza con fuerza a Jen, hundiendo su rostro en el hombro de este.
- Has vuelto... -susurra, casi solloza - has vuelto... -
Aunque queda bastante claro que se les considera responsables a todos, Nessa no se siente del todo cómoda con el hecho de que los nombres que más resuenen sean el de Rolthos y Aldalantanustë. Respecto a la última, Nessa se pregunta realmente si fue el deseo de poder el que le hizo seguir a Zalphiros, pero no cree conveniente sacar el tema en ese momento, siendo consciente además de que aclararan muchas cosas cuando sus pasos se vuelvan a cruzar.
Respecto a Rolthos, decide - de nuevo - no intervenir. Pero sí apoya una mano en su hombro por un instante, con intención de recordarle que no está solo ante una situación compartida por todos los compañeros.
Cuando Sir Cynair les agradece la muerte del dracholich, la ranger hace una leve inclinación y responde:
- Sin duda fue un duro enemigo, al que pudimos derrotar gracias a la combinación de todas nuestras habilidades. No quiero pensar en qué habría sucedido si hubiéramos ido nosotros solos- mirando a Rolthos y Cruços -, si no hubiéramos contado con Vraak y sus compañeros tristemente fallecidos, si Aldalantanustë no hubiera arracando el artefacto de su corazón, si Sera no hubiera renovado nuestras energías cuando estábamos a punto de caer...
En este punto se interrumpe y mira también a Eritai:
- ¿Qué va a suceder con ella? No quiero inmiscuirme en asuntos en los que no estoy versada, pero ... - Nessa intenta medir bien sus palabras - ... Sera es una buenísima persona, una maravillosa compañera y una guerrera sin par; siempre animosa, siempre intentando ayudar. No me gustaría pensar que el error que todos hemos cometido vaya a marcarla negativamente de por vida. ¿Podemos ayudarla de alguna forma?
Mira también a Xan'drila, que les ha animado a hacer preguntas, y añade:
- ¿Y qué opciones tenemos para encontrar a Zalphiros? Aunque Cruços y yo poseemos buenas habilidades de rastreo, es cierto que nos encontramos con bastantes dificultades para poder empezar a hacerlo tras su huida. En aquél momento pensé en preguntarte precisamente a tí, Xan'drila, dado que en su día lograste a los Gloomwood con éxito. Supongo que tenemos opciones, pero creo que a todos nos aliviaría si nos pudierais dar algún detalle de cómo lo haremos.
- Le esperan duras pruebas en el futuro. Necesitará sin duda se la ayuda de sus amigos. -
Xan’drila sonríe.
- Tener esas respuestas nos tranquilizaría a todos. Emplearemos nuestros recursos en intentar localizarlo pero lleva escondiéndose de nosotros años y hay que reconocer que es demasiado bueno en ello. Y si, como dijo, elimina la maldición de los Gloomwood no podremos usarlos para buscarle. Sed pacientes. Antes o después lo encontraremos. -
Rolthos escucha a los presentes mientras hablan. Sus palabras parecen herirle aún más, resonando en sus oídos con fuerza. "Alta traición.. fallado en la preparación de este joven... un error, y muy grave... No les pasaba desde el advenimiento de Iuz... creado otro Iuz”. Ni siquiera las palabras de alago al derrotar al dracolich o el reconfortante apretón de hombro de Nessa le ayudan. De hecho parece encogerse en la silla aún más con las inmerecidas muestras de apoyo.
Cuando les ofrecen la oportunidad de hacer preguntas Rolthos niega con la cabeza, lo último que parece querer es hablar en este momento. Pero mientras Nessa interviene brevemente el joven paladín piensa y se tensa al ocurrírsele una aciaga idea. Tras unos segundo dándole forma el paladín habla con palabras pesadas, lentas, casi sin energía.
- Ya hemos fallado contra Zalphiros una vez. Y realmente Zalphiros nos superaba en poder y recursos, no veo que la próxima vez que nos enfrentemos a él vez vaya a ser muy diferente. Creo que si estamos ante la posibilidad de un nuevo Iuz, sería mejor mandar a enfrentarse a él a alguien más capaz. – Dice mirando a Xandrila y Sir Cynair - Alguien con solidas posibilidades de derrotarle.
Antes de que alguien conteste o le acuse de cobardía añade. - Detenerle es más importante que una posibilidad de redención personal, orgullo herido o venganza. En la guerra contra Iuz siempre faltan fuerzas, quizás mis recursos fuesen más aprovechables allí, en combate directo con sus huestes. – Finaliza sombríamente.
La respuesta de Vraak ante la última intervención de Cruços relaja visiblemente el ambiente, pero Nessa se encuentra bastante lejos de sentirse bien. No es que hiciera gala de un perfecto control de sus emociones en todo momento, pero si que solía ser capaz de llegar a un pequeño estado de calma que le había permitido mantenerse en un cierto control en la mayoría de las situaciones.
Hasta ahora.
La muerte del dracolich les había lanzado a todos a una tormenta casi imposible de controlar, y Nessa en concreto se había sentido como una veleta a merced de poderes superiores a ella. Concretamente ... ¿había llegado al punto de ceder completamente ante Vraak y aceptar que se llevara a prácticamente todos sus amigos, y aceptar que otro se dejara rebanar el cuello? ¿Cómo había llegado a ese punto....? ¿Cómo?
Escuchaba a Vraak hablar, y a Jen responder, pero era casi como si la ranger no estuviera de cuerpo presente. Responde únicamente poniendo su mano en el cuello de Jen en gesto de apoyo, y diciéndole "Claro, Jen, no hiciste mal en ningún momento" cuando le barde recuerda sus encuentros con Zalphiros.
Nessa makes a Religion check!
1d20 (18) + 2 = 20
Para ver si sabe sobre St Cuthbert
Pero agita la cabeza y mira al suelo cuando la oye describirla como un pilar de conciencia. ¿Pilar? ¿Ella? "No, Jen.... me confundes con otra persona. Nada más alejado de cómo me siento ahora", piensa.
Como respuesta a la preocupación de Jen y Vraak sobre su futuro cuando vuelvan a Greyhawk sólo alcanza a farfullar un breve "...seguro que encontramos un modo...". Libera el apoyo de su mano en le barde y se aleja un poco del grupo. Lo necesita.
No olvida acercarse antes a Sera para decirle unas breves palabras de ánimo. Querría decirle en detalle lo que piensa de ella. "Eras un ser radiante, Sera, pero seguirás brillando. No te preocupes, volverás a hacerlo, de un modo u otro. Eras así principalmente porque esa es tu personalidad, independientemente de que tengas o no el apoyo de un dios" ...pero tendrá que ser más adelante. Ahora la ranger necesita un momento para volver a encontrar su propio espacio seguro, su propia estabilidad.
Alejándose del grupo ve al fondo el cadáver del dracolich y piensa que quizás examinarlo la ayude a tranquilizarse un poco.
Deja su equipo a una distancia segura, y rebusca rápidamente entre el tesoro y sus cercanías algún arma de filo de baja calidad que no importe que se estropee con el ácido del dracolich, así como algo de tela para protegerse un poco. Luego se acerca a la criatura y empieza a examinarla con extremo cuidado y sin intención de dañar el cadáver. Ornym también le enseñó a guardar respeto a los enemigos caídos.
Va a dedicarse a esto un ratillo, sola, mientras el grupo está a lo suyo, hablando entre ellos. La idea es aprender lo que buenamente pueda que le sirva para ser más efectiva frente a dragones - ya que en principio será su próximo favored enemy (cuando llegue a nivel 6 de Ranger dentro de MUCHO TIEMPO XD)
Nessa makes a Survival check!
1d20 (6) + 7 = 13
(Lo tiro sin ventaja a pesar del favored enemy undead, más que nada porque entiendo que si quiero saber de la parte dragón, no me debería dar ventaja la parte undead.)
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
Rolthos contempla con estupefacción como Vraak cambia completamente su discurso y su actitud. Su incredulidad crece por momentos sin poder creerse lo que está ocurriendo. Si ahora dice la verdad, Vraak ha tensado las cosas mucho... casi demasiado, casi provocando una pelea mortal. ¿Debería creer al Vraak de ahora o al Vraak de antes...? Ambos parecían decir la verdad. ¿O por el contrario seria una estratagema más en aquella cueva de las mentiras? Quizás su verdadera intención era llevarles a todos a la prisión por las buenas ahora que parecía cada vez mas claro que ibamos a dar nuestro brazo a torcer? Rolthos intentó mirarle con atención, intentando discernir si mentía o decía la verdad.
Rolthos makes an Insight check! 1d20 (13) + 6 =
19
Rolthos pronto dejó caer de pronto la guardia. Vraak parecía decir la verdad ahora y su actitud más amistosa le relajó.
- Por... - Rolthos retiene una palabra que no llega a salir de su boca... - Vraak, que Zalphiros se fuese, dejándonos aquí tirados contigo, debería haber sido suficiente prueba de que no estábamos aliados con él... - Dice Rolthos intentando relajarse.
Luego mirando a Jen y a sus compañeros... - Yo acompañaré a Vraak a la ciudad a dar las explicaciones y aceptar la condena que las autoridades se avengan a imponerme. Pero no estoy muy seguro de que respecto a Jen fuese a tener un juicio justo... O fácil... Quizás si alguien de la iglesia de Pelor intercediera por elle... pero me temo que yo ahora no tendré mucho peso en la misma.
Después acercándose a Sera, echando un vistazo aún desconfiado a Vraak, se arrodilla frente ella. - No puedo ni imaginar por lo que estas pasando. - Con simpatía le abraza con firmeza. - Tanto si decides seguir con la lucha, como si necesitas tiempo para reflexionar como si decides retirarte, cuentas con mi apoyo. Si quieres tener alguna oportunidad de redención, lo mas razonable es regresar conmigo a la ciudad a dar explicaciones.
- Pero si aceptas un consejo, deberías venir conmigo... Aceptar las consecuencias de lo que ha ocurrido será el primer paso al resto de tu vida, Sera.
Zevatur, Rolthos
-Oh... Asi que... Nos estabas... Poniendo a prueba?!- El tono de la voz de le barde es cada vez mas agudo e incrédulo. Se lleva las manos al rostro y le da la risa floja. Una risa inaudible pero que hace que sus caja torácica se contraiga en erráticos espasmos . -Oh! Oh maldita sea, sargento!- Chasquea la lengua, como riñendo al semiorco. Luego le da otra pequeña carcajad inaudible, que casi parece un jadeo agotado. Sus rodillas ceden, y se sienta en el suelo. No. Mejor se tumba, mirando la bóveda de la caverna con expresión incrédula -Por favor, este torbellino de emociones va a acabar conmigo.
Si puedo elegir no me gustaría tener que ponerme frente a personas que me suban a la pira solo por la sangre que corre en mis venas. Pero tampoco separarme del grupo.... Hmmm... Decisiones.... -Despues de unos segundos pensando, se incorpora, y se dirige al semiorco de nuevo.- En realidad quien soy no es ina ilusión. Soy yo.- Se señala de arriba a abajo. -Soy Jen. Entera y completamente.
Hm, creo que no me estoy explicando bien.... Leí una vez un relato sobre un hombre que bebía una poción que le transformaba en otro hombre, como....Como si separase sus personalidades en diferentes personas! Oh, ¿Cómo se llamaba?....Da igual, no me acuerdo.
Lo que quiero decir es que yo elijo mi apariencia personal, pero eso no quita que deje de ser yo. Osea que si me presento así...-
Se concentra un momento y su aspecto cambia a la máscara de la musculosa tiefling que había visto el grupo la última vez. Su postura cambia a una mas erguida y marcial. Incluso su voz suena diferente. Femenina pero grave. -Uhg... Hey, sigo siendo yo.- Se rasca los cuernos - Me cago en la puta, me duele el cuerpo como si me hubieran pasado tres caballos por encima.... En fin, no se si captais el concepto. Sigo siendo Jen.
Se concentra otro momento y vuelve a ser el acróbata de piel azul y pelo de fuego .- Y yo.- Su voz vuelve a ser melódica en indefinida.
Se vuelve a concentrar y esta vez si que presenta su corporación original, delgada y fantasmal -Y yo...-
Pero es solo un momento, pues sacude la cabeza y vuelve a ser la tiefling gris. -Ugh, mucho mejor así, estoy harta de llantos y nervios. A ver, soluciones. Rolthos quere volver, y Sera....Sera deberia. -Chasquea la lengua. Aun no ha tenido la oportudidad de acercarse a la paladina. Se riñe mentalmente por ello.- Yo me la puedo jugar. Si puedo elegir prefiero no exponerme, si no..."Mantenerme disponible" en caso de que se me necesite. No se como ves eso, Vraak. ¿Tienes medios para mantenerme localizable para ti? No quiero que pienses que voy a salir corriendo a la primera de cambio. Yo no corro. El acróbata es el gallina. Se que es de nuevo dar un salto de fé. Estoy suponiendo muchas cosas. Quizá lo mejor será volver a Greyhawk lo primero, y ya ver que hacermos.
Nessa había comenzando investigando las fauces del dragón, con aquellos dientes enormes como espadas que había llegado a sentir en su propia carne. Pero acabó moviéndose a la zona del corazón, que hasta hacía un rato había albergado el famoso Devorador de Almas.
- ¿Cómo demonios acabó ese artefacto aquí encajado....? - musita.
Empieza a imaginarse situaciones por las que eso podría haber sucedido cuando oye de fondo a Rolthos insistir en entregarse, y suspira. Entiende la intención y la necesidad del paladín, pero en su opinión lo que propone les deja de nuevo en el punto de partida con Vraak. Decidida a no intervenir por el momento continúa investigando las entrañas de Chorinthyass, agradeciendo mentalmente el haber cogido un trozo de tela que le tapa casi toda la cara. Éste no consigue evitar que desparezca el olor por completo, pero al menos sí una parte.
Los ojos azules de la ranger - lo único visible de su cara tapada - continúan paseándose por el cadáver un rato más. Y es cuando oye la intervención de le barde; y la alternativa que plantea no sólo le gusta, sino que quizás podría evitar que el paladín tuviera que entregarse sólo.
Suspira de nuevo... le apetece tan poco volver a hablar con Vraak. La sola posibilidad de encontrarse de nuevo con un el muro que representa para su grupo drena sus escasas energías. Aún así, Nessa se yergue de su postura acuclillada y camina de nuevo hacia el grupo al tiempo que se quita la suerte de máscara y se limpia las manos con ella antes de tirarla al suelo.
- Me gusta la idea que sugieres, Jen. Si a Vraak le parece bien - y dice esto sin mirar al semiorco - parece una buena opción para todos, para que la misión continúe y podamos acabar con el peligro que ha quedado liberado. Además te podrías fuera de un juicio peligroso e injusto que, a todas luces, no mereces.
Es entonces cuando mira al resto de sus amigos y pregunta:
- ¿Os parece bien a los demás?
Se cruza de brazos esperando, los dedos de su mano izquierda repiqueteando en su brazo derecho, casi preparada para recibir cualquier respuesta que vuelva a bloquear la situación.
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
Cruços relaja el arco con el que apuntaba al sargento ante su repentino cambio de actitud.
- ¡Maldito cabrón! - dice sin ocultar tono de sorpresa - Te la has jugado hasta el límite, ha faltado solo una palabra desafortunada para que las entrañas de alguno salpicasen esta gruta... En el fondo, me gusta tu estilo - y sonríe pícaramente.
Mientras todos van hablando, el cazador sopesa las opciones. Sean cuales sean las intenciones de Zalphyros, les ha vuelto a sacar bastante ventaja y ha conseguido todo lo que quería.
- No sé hasta dónde se extiende la red de informadores de ese bastardo, pero precisamente nos advirtió que tu misión aquí iba más allá de la venganza, que había quién te había ordenado venir aquí. Obviamente no dijo que venías en misión oficial de la Guardia de Greyhawk y los Magister - se ríe quédamente -. Nos ha manejado como ha querido, con el poder que posee debe estar muy confiado para manipularnos de semejante manera en lugar de acabar con todos - "o aún no conocemos sus verdaderas intenciones" piensa para sí -.
Ve cómo Nessa, sobrepasada inspecciona los restos del dragón mientras él cavila sobre la posible ubicación de la guarida de Zalphyros.
- Vraak, ¿cómo habéis llegado hasta aquí? ¿Tenéis algún mapa de este área? Ese cabrón lleva obsesionado con este artefacto décadas, apostaría a que su base de operaciones no está demasiado alejada de aquí, no se arriesgaría a perderle de vista durante todo este tiempo. Nessa, ¿tienes claro en qué dirección estaba el wight Gloomwood cuando le perdimos el rastro? Con un mapa y entre los dos tal vez podamos aislar las zonas que pudieran ofrecerle un cobijo seguro durante tanto tiempo - "y si además ése estúpido tiene encima el cuerno Night Caller, en cuanto estemos cerca su posición podrás verle como a una antorcha en la oscuridad"-.
Por otro lado... El asesino que abatimos en la otra gruta ha sido su mano derecha durante bastante. Desde aquí no tenía capacidad para llevarse su cadáver con su hechizo de teleportación. Nessa, acompáñame a registrarle, por favor, quiero tus ojos en esto, cualquier detalle puede darnos luz sobre las zona en la que se esconde - de nuevo dirigiéndose a Vraak -; si no conseguimos ninguna pista que nos permita rastrearle, no veo inconveniente en que volvamos a Greyhawk por ayuda en artes que de las que aquí no disponemos. Solo espero que no nos veamos entre rejas, ¿eh?. Solo me preocupa que todo el tiempo que nos lleve ir y volver dejará a Aldana a su completa merced, si es que aún sigue viva. Tal vez encuentre alguna manera de comunicarse con nosotros, parecía tener recursos...
Por último, dirigiéndose a Jen - Volver a Greyhawk será arriesgado para tí, sin duda. Si encontramos forma de seguirle el rastro, tal vez prefieras acompañarnos, pero si volvemos a la ciudad, manten perfil bajo, no creo que te cueste demasiado - "y puedes ser un as bajo la manga cuando todo se vuelva a torcer".
Escuchando las palabras de Cruços, Nessa relaja su postura tensa.
Agradeciendo internamente el tener algo donde enfocar sus habilidades, responde con un "Claro, cuenta conmigo" a la petición de ayuda del cazador para investigar el cadáver del asesino.
Mientras lo están investigando, le dice:
- Gracias. Necesitaba ... - "...alejarme de todo un momento...", su mente completa la frase que su boca se niega a pronunciar, pero joven la joven simplemente niega con la cabeza - En fin. Gracias, Cruços.
Registrando el cuerpo, los cazadores se fijan en que éste lleva algunos objetos bastante útiles. Se guardan un collar que parece difcultar la localización del que lo lleva puesto para dárselo más tarde a Jen, así como un anillo de protección para Rolthos. La capa del asesino, enfocada a la ocultación, se la queda la propia Nessa.
Tras eso intentan establecer una manera de seguir a Zalphiros y los suyos, pero se dan cuenta de que no disponen de los medios necesarios para hacerlo. Es un contratiempo, desde luego, pero confían en ser capaces de hacerlo con la ayuda que - esperan - puedan obtener al regresar a Greyhawk.
Dedican entonces un rato a investigar el tesoro del Dracolich, bajo la escrutadora mirada del semiorco, que les permite coger un objeto útil a cada uno, así como unas cuantas gemas y algo de dinero para que se puedan equipar.
Nessa elige para sí misma unos hermosos brazales de factura élfica. Aunque al principio piensa que ponérselos dificultará el movimiento de sus muñecas o la sujeción del arco, descubre con sorpresa que parece que tienen justo el efecto contrario. Se sienten robustos, pero al mismo tiempo ... ligeros.
Más animada, se acerca a Jen que parece embelesada con unas cajas de vino élfico, y aunque parecen pesadísimas, se ofrece a meter un par el carcaj mágico.
- Yo te llevo un par ... pero me lo tienes que dejar probar, ¿eh? ¿Te imaginas tomar una copa de este vino mientras nos relajamos en alguna buena casa de baños en Greyhawk?
Ambes se ríen, comentando lo genial que sería poder parar un momento después de tanta tensión para disfrutar de algo tan mundano como una copa de vino en algún sitio cómodo. A pesar de que lo ven complicado, la sola imagen en su mente les devuelve un poco el buen humor.
Por desgracia, la mención de Greyhawk hace que Nessa recuerde que aún tienen que volver a la ciudad y, por lo que ha contado Vraak, es fácil que tengan problemas con la justicia. De hecho, la joven piensa que es momento de preguntarle al sargento algo que tiene en mente desde que entraron al círculo de verdad. Sigue sin tener muchas ganas de hablar con él, pero debería hacerlo. Haciendo de tripas corazón se acerca al semiorco y le dice:
- No te sorprendiste ni un ápice cuando dije en la Zona de Verdad que fui yo quien mató a Eleanna. Supongo que Seth te lo contó... ¿qué debo esperar acerca de eso cuando volvamos a la ciudad?
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
Vraak levanta una ceja
-¿ Por matar a una licántropo asesina que llevaba aventureros y viajeros al matadero para que su hermano Vampiro se alimentara y creciera en poder? No sé si vas a poder cobrar recompensa por eso esta vez... -
PbP Character: A few ;)
Rolthos se acerca al tesoro del dragón e indica a sus compañeros cuales son los objetos mágicos del mismo, después tras escuchar a Vraak asiente. Quizás hayan fallado en la misión y hay una parte de él mismo que piensa que no se lo merece, pero por otro sus compañeros tienen razón y para ser efectivo en la lucha que seguirá más adelante necesita mejor equipamiento. Así que tras considerar sus opciones se acerca a una armadura mágica. Está compuesta de duras placas de metal, decoradas austeramente con pequeñas filigranas negras que la ribetean, con la otra mano recoge un rubi, un puñado de monedas de oro y otro de platino. También se acerca al cadáver del asesino y escoge el anillo, presumiblemente de protección.
- Por mi partamos de inmediato... ya estoy echando de menos la luz del día. - Se acerca a Sera y le ofrece la mano para poder salir de allí.
Zevatur, Rolthos
Tras revisar el cadáver del fatídico asesino, Cruços suspira exasperado.
- Nada, ni una sola pista que nos pueda servir para seguir a ese bastardo...
Se acerca al tesoro y entre los objetos que señala Rolthos, le llama la atención una armadura de cuero; es negra, de una manufactura excelente, sin señales de uso, sin ningún blasón o marca que pueda hablar sobre su procedencia. Las costuras que entrelazan las piezas de cuero están camufladas entre los pliegues del, los tachones que fortalecen los puntos claves en este tipo de armaduras se encuentran en el interior entre capas de cuero. La apariencia de quien la porte debe ser la de alguien que camina desprotegido cuando en realidad es la más robusta pieza que jamás ha llegado a ver - "¿De la piel de qué clase de animal habrá sido confeccionado este cuero?"-. A continuación coge unos cuantos puñados de monedas y los mete en una bolsa encontrada en el propio tesoro, depositándola en el interior de su mochila.
- Estoy deacuerdo con Rolthos, en cuanto estéis listo y descansado, partamos. Quiero pensar que solo queda un capítulo para cerrar la saga de los Gloomwood.
Mientras descansan, junto con Nessa, sobre el mapa dibujado de Seth intenta compartir con ella la última dirección en la que sintió al Wight y marcarla, para que cuando tengan acceso a un mapa mejor intentar buscar posibles bases del mentiroso nigromante; no quiere que el viaje y los días le hagan perder esa débil perecepción que ahora tiene.
Nessa se siente en verdad aliviada al escuchar las palabras del semiorco. Quizás se había estado castigando demasiado a sí misma respecto a lo que había sucedido y, desde luego, nada que hiciera o pensara iba a cambiar lo sucedido. Era hora de pasar página...
Ve como sus compañeros empiezan a recoger sus cosas y prepararse para el camino de vuelta y se muestra de acuerdo en no perder más tiempo en la cueva. A la vista del mapa no logra darle a Cruços más que información vaga, y es entonces cuando recuerda que debe decirle algo al pícaro:
- Siento haber dudado de tí, Seth. Juzgué mal tus motivos para no acompañarnos hasta aquí .... discúlpame - dice al tiempo que le tiende una mano en señal de disculpa.
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
Seth mira a Nessa con una mezcla entre resentimiento, pena y culpa.
- Ya claro... supongo que me lo merezco por coger aquellas gemas en el agua ¿no? - sin mediar más palabras el joven pícaro se da media vuelta y sigue preparando sus cosas para partir. Nessa ve que su mochila está llena hasta los topes de monedas y gemas, y tiene un par de las botellas de vino élfico.
Tras reponer algo de fuerzas y encontrar gracias a Rolthos los objetos mágicos del enorme tesoro, todos coinciden en que, antes de dormir y terminar de curar sus heridas, lo mejor será abandonar, como poco, aquella maldita sala.
La vuelta al resto de las ruinas a través del agua se produce sin incidentes, pese a que ahora llevan mucho más peso y están física y emocionalmente agotados, el saberse a salvo de ningún peligro inminente les hace más llevadero el periplo subterráneo. Vraak les insiste en forzar sólo un poco más y finalmente abandonan las ruinas para hacer noche en el exterior. Jen siente un escalofrío cuando el fresco aire de la madrugada le alborota el pelo al salir al exterior.
Vraak coge la espada y el escudo de piedra de la estatua y un enorme bloque de piedra cubierta de musgo bloquea la entrada a las ruinas, tal y como había estado tantos y tantos años.
Nessa no tiene que recorrer ni cien metros para encontrar un sitio adecuado para que acampen y, pese a que las primeras luces del alba asoman por el este, todos caen en un agotado sueño. Ni siquiera la atribulada alma de Serâ le impide caer rendida tras las exigencias del día anterior.
A la mañana siguiente Seth ha desaparecido. Vraak bufa pero no parece sorprendido. Nessa encuentra su rastro, pero finge no hacerlo en parte por culpabilidad, en parte porque intuye hacia dónde se ha dirigido y siente que Poot merece darse un trago de ese vino élfico después de todo.
El pequeño grupo vuelve a Greyhawk sin más incidentes. Es el viaje de vuelta, sin embargo, un periplo triste donde nadie está dispuesto a hablar mucho con nadie. Serâ camina cabizbaja y accede casi como un autómata a montar en la grupa del hermoso corcel de Rolthos, ya que ella ahora carece de la habilidad de llamar a su fiel Said. Cuando por fin llegan a la sombra de las murallas de la Ciudad Libre de Greyhawk, una fina pero persistente llovizna ha calado sus ropas hasta los huesos. No será esa la última vez que Nessa añore acudir a unos merecidos baños.
Nada más llegar a la puerta sur de la ciudad, Vraak se identifica y los guaridas les llevan a una sala de uno de los cuarteles cercanos. Es una habitación algo espartana pero cómoda, con un hogar encendido que Cruços aviva lanzando un par de troncos más. Al cabo de un rato les llevan algo de comer y beber pero cuando Nessa intenta abrir la puerta para preguntar cuánto tiempo tendrán que esperar, comprueba que está cerrada por fuera con llave. No son prisioneros, pero tampoco van a dejar que se escabullan.
El tiempo pasa lento en la sala de guardia, según pasan los minutos Rolthos comienza a pensar que quizá Cruços, quien lleva mascullando desde que entraron que aquello no era una buena idea, lleve razón y Vraak les haya vendido al final.
La sala donde están parece ser una sala de guardia donde pueden estar unas veinte personas, con una mesa central para que al menos una docena se sienten a ella. La sala es tan grande y la corriente entre las dos aspilleras se unen para evitar que el fuego de la chimenea caliente realmente la estancia. Hay unas cuantas sillas y un par de sillones alrededor del fuego y los compañeros se ven reunidos allí antes o después.
Pasan dos largas horas antes de que oigan la puerta abrirse de nuevo. En la sala entra Vraak, con el uniforme de la Guardia, seguido de varias personas.
El primero en entrar es una figura conocida para los compañeros. El alto y regio paladín de Pelor que asistió a la ceremonia de Rollthos, Sir Cynair. Lleva su armadura completa y el mandoble a la espalda.
Tras él, entra Xan'drila con el gesto frío pero la mirada preocupada. La veterana cazadora de sangre hace un leve gesto a modo de saludo a los compañeros. Habían olvidado que su estatura rivaliza con la del aasimar que la precede. Al contrario que el paladin ella no porta ni armas ni armaduras visibles. Su vaporoso vestido gris parece casi un jirón de las nubes que cubren el cielo en el exterior. La belleza y elegancia de la elfa son arrebatadoras. Si no la conocieran dirían que estaba en una fiesta o una cita y ha acudido directamente desde allí.
Tras ella entra otro hombre corpulento, de mediana edad y tez oscura. Parte de su rostro cubierto con una profusa barba negra aunque en sus sienes se adivinan algunos toques de gris. Rolthos no necesita que le presenten al General de la Guardia de Greyhawk, Sental Nurev, responsable no sólo de las dos fuerzas de guardia de la ciudad, la Guardia y la Guardia Nocturna, si no de los ejércitos de Greyhawk y su defensa.
Un hombre y una mujer más entran en la sala y se van sentando en la mesa. La mujer lleva el símbolo de St. Cutberth bordado en rojo en el pecho de la túnica blanca con capa roja que viste. Una vez más Rolthos reconoce a la personalidad que se sienta con aire grave en la mesa, Eritai Kaan-Ipzirel, Matriarca de la Iglesia de St. Cuthbert escruta a los compañeros con sus almendrados ojos, signo de su ascendencia suelia.
El hombre es un enorme humano, calvo y con unos ojos pequeños de color indeterminado que parecen más pequeños en su obeso rostro. Se sienta con pesadez en una silla pero su Cruços se da cuenta de que, pese a su aparente torpeza física, la mente de aquel hombre trabaja sin cesar. Y ahora mismo está concentrada en analizarle de arriba abajo.
Porta la túnica marrón de los Magister de la ciudad de Greyhawk y lleva consigo el cetro que denota su rango; Antón Palmirián, El Magister Supremo.
Tras él entra en la sala Sir Lindal Greydragón, Gran Maestre de la Orden de Mayaheine el cual, sólo mira con sus acerados ojos a su más joven miembro, Rolthos;
Por último entra un hombre vestido elegantemente con una levita, altas botas, y pantalón de calidad. Camina con un bastón pero no parece necesitarlo y ser simplemente un complemento más a su impresionante vestimenta. Tiene las orejas ligeramente puntiagudas y Nessa reconoce algo de sangre élfica en él. Lo que desconoce por ahora la ranger es que se encuentra ante Abraldazin Hosk, Rector de la Universidad de Artes Mágicas.
Cuando todos han entrado en la sala Vraak hace las presentaciones necesarias al grupo y se produce un silencio ligeramente incómodo. Este es roto por Albraldazin,
- El sargento nos ha contado lo que ha ocurrido en las ruinas y con el renegado Zalphiros - su voz es calmada, suave. - Pero queremos escuchar vuestra propia versión de los hechos -
- Hmmpff deberíamos interrogarlos por separado - interrumpe el obeso Antón - y con escribas para tomar declaración. Si no habrá que volverlo a hacer antes del juicio y habremos perdido el tiempo... -
- Aún no estamos juzgando a nadie Antón - le recuerda la matriarca de St. Cutberth al Magister el cual frunce el ceño contrariado, evidentemente molesto por lo que considera una pérdida de tiempo.
- Aunque algunos siempre están siendo juzgados por sus actos por poderes superiores a los nuestros - zanja Sir Lindal sin dejar de mirar a Rolthos. Este siente que se le seca la boca.
- Calma amigos, os lo ruego - interviene Sir Cynair, y su poderosa pero gentil voz tiene el efecto de calmar los ánimos de las autoridades allí reunidas. - Dejemos que hablen... - añade haciendo un gesto hacia los compañeros para darles la palabra.
PbP Character: A few ;)
Apenas dos kilómetros antes de llegar a las puertas de la ciudad, con las ruinas del Castillo Greyhawk a la espalda, Jen se separa de sus amigos. Lo más seguro es que no entren juntos y, aunque establecen un punto de encuentro para esa noche, hay demasiadas incógnitas sobre su futuro inmediato.
Le barde ha adoptado otra máscara para ayudarle a pasar desapercibide, pero Nessa empieza a pensar que sería capaz de reconocer su mirada sin importar el aspecto que adopte.
Controlando la conjoga que le produce la separación de sus amigos, Jen se emboza en su empapada capa y se dirige al ferry que cruza el río y entra en la ciudad por el puerto.
Ha pensado en ir a comprar unas pociones y algunos suministros para su siguiente aventura. Pero Jen no siente el mismo nudo de emoción en el estómago al pensar en ello. Los acontecimientos de las ruinas han sacudido el ánimo de le barde más de lo que ha dejado entrever en el viaje de vuelta. Deambula por la ruidosa y atareada ciudad casi arrastrando los pies. Ve corretear a un par de zagales con nostalgia. ¿Alguna vez había sido así de feliz e inocente? Casi no podía recordarlo.
Se esconde instintivamente en un callejón al ver pasar una patrulla de la Guardia, y entonces lo ve.
Sus pasos le habían llevado frente al hospital donde trabaja Julian.
PbP Character: A few ;)
*Flashback a la recogida del tesoro del dracolich*
Jen pasea observando el tesoro del dracolich abrumada, sin saber muy bien que escoger. Mira de reojo al resto de sus compañeros para ver que hacen y ve a Rolthos deleitarse con su armadura nueva. Cruza la mirada con Vraak un segundo, e instintivamente agarra lo primero que ve. -Esto.- Se mira la mano. ¿Un libro? De todos los objetos de poder tuvo que coger UN LIBRO? Suspira pesadamente. Pero Vraak sigue con los ojos clavados en ella y Jen se aleja del tesoro rápido, y se sienta en el suelo a ojear que será tan interesante que haya hecho que el dracolich mantenga un tomo en su tesoro.
-Oh, por favor, que al menos sea una novela erótica, alégrame el dia.- Abre el libro y pasa un par de páginas. Curiosamente parece un tratado sobre el liderazgo y la influencia social. Habla de autoestima y seguridad, y tragándose sus pensamientos anteriores, Jen se encuentra interesada en lo que el tomo tiene que enseñarle.. Un par de ideas se le cruzan por la cabeza. Tenían que ser más hábiles. Tenían que estudiar y practicar. Tenían que adelantar a Zalphiros esta vez.
Lo único que la saca de su ensimismamiento es Cruços anunciando que ha encontrado unas botellas de vino. Jen cierra el libro con un golpe seco y le falta tiempo para abalanzarse sobre estas. -MIAS!!- Chilla, casi llorando ante la expectativa de un trago de alcohol despues de todos los acontecimientos.
Mientras intenta recoger el mayor número de botellas posibles, que casi no le caben en los brazos, Nessa se acerca a ella y le ofrece el amuleto de protección. Al principio lo mira extrañada. -¿Para mi? Vaya... -Lo coge y lo palpa, cerrando el puño alrededor. Asiente a Nessa. -Gracias. Es dificil expresar el apoyo que este grupo supone.... Cogeremos a ese cabrón, esta vez el ballestazo le va a caer entre ceja y ceja.- Afirma con expresión grave y convencida.
Asiente ante el ofrecimiento de Nessa de llevar unas botellas, y juntas las aseguran dentro del carcaj. -Gracias por esto también.- Dice mientras aprieta la cincha del carcaj a la espalda de su amiga. -Vamos a entrar en esa casa de baños como que me llamo Jen, te lo juro.- Vuelve a afirmar. Parece que esta personalidad es bastante mas directa en sus palabras.
Cuando salen de las ruinas siente el aire puro en su rostro, y rumia ese sentimiento agridulce de haber salido por los pelos de una muerte segura, pero llevando consigo unas heridas emocionales no solo internas si no también externas (mira de reojo a Sera). Inhala y exhala, y sigue al grupo.
*En Greyhawk*
Antes de llegar Jen ha vuelto a la máscara del acróbata, en piel humana de aspecto tostado y pelo negro como el carbón. Siente un gran vacío al separarse de sus amigos, y piensa mientras anda por la ciudad, en la lista de cosas que van a necesitar para su próximo paso.
Pociones. Eso era fundamental. Quizá ahora con el dinero que tenían pudiera encargar una armadura que le protegiera mejor....Un detalle bonito para Nessa. Si. Quizá unas reservas en esa casa de baños. Una sorpresa.
Cuando levanta la vista no sabe ni donde está...Mentira. Si que lo sabe. Se le cae el alma a los pies.
Julian...
Está a un segundo de darse la vuelta. Quiizá era mejor no involucrar al médico en sus peripecias. Estaría mas seguro, a salvo. Pero parte de su personalidad le dice también que debe luchar contra los prejuicios y la persecución que sufre solo por la sangre que corre por sus venas. No puede acobardarse. Tiene que forzarse a acallar esa voz de su cabeza que le dice que haga lo que haga va a estar mal. Pero tampoco puede correr y arrojarse a los brazos del médico a la primera. Con esto en la cabeza decide esperar unos minutos y mirar alrededor, tratando de fijarse en si le han seguido, o es seguro entrar en el edificio.
Pasan unos momentos, y parece que nadie le llama la atención, asi que inspirando hondo termina de cerrar la distancia que le separa del hospital y entra en el lugar. Se dirige a la primera persona que encuentra que parece trabajar allí y esté un mínimo disponible. Carraspea un poco (aprovechando para modificar su voz a una en un tono un poco mas grave)
-Disculpe. Estoy buscando al Doctor Devorak. ¿Está hoy de servicio?-
A pesar del cambio de actitud de Vraak y de tener claro que el sargento solo les estaba poniendo a prueba, Cruços alberga dudas sobre la parcialidad del relato que haya trasladado a estas autoridades. Que solo estén retenidos y no detenidos, desde luego es buena señal, pero aún en el mejor de los casos, el cazador sospecha que habrán sido presentados como unos incompetentes estúpidos que se han dejado engañar por todo aquel que ha pretendido engañarles.
Sostiene la mirada muda de Xandrila, compartiendo su preocupación. "Solo espero que este interrogatorio no se extienda demasiado..." - piensa, aún con ánimo de perseguir al nigromante y ajustar cuentas.
Se plantea empezar a hablar, pero bien sabe que en la corte, el renombre del orador es al menos tan importante como lo que se tenga que decir. Coloca una mano en el hombro de Rolthos en señal de apoyo e inclina la cabeza, dándole pie a exponer los hechos.
Rolthos asientió a las palabras de Cruços. El mal trago de explicar lo ocurrido le correspondía a él, y ya se había ofrecido a dar la cara. Sin esperar más, se levantó capturando así la a atención de los presentes. Primero dio una breve explicación de cómo habían llegado a obtener la espada, el escudo y el paradero de las ruinas donde se hallaba el presunto tesoro del dragón. Antes de comenzar con la parte más relevante miró a los asistentes. Sus ojos reflejaban la tristeza y la amargura del desastre que venía a contar. Por último sus ojos se cruzaron unos instantes más con los de Sir Lindal Greydragón. Tras lo cual comenzó a narrar su relato.
- …y así, al fin, estábamos en poder del escudo y la espada. Con ellos nos dirigimos hacia Greyhawk, por desgracia Cruços necesitaba curación urgente y los paladines con Cruços nos adelantamos. Zalphiros se apareció al resto del grupo y con delicadeza, mediante artes arcanas, robó la espada y el escudo. Mientras, en la ciudad, Zalphiros o uno de sus agentes, también robó el cuerno mientras Cruços permanecía en el cuidado de la iglesia. Sin poder encontrar ninguna pista que nos llevase hasta él, y con el conocimiento ya de que nos habían robado la espada y el escudo decidimos partir de inmediato. De alguna forma Vraak también se enteró por medio de Seth y se adelantaron en busca de Zalphiros y el tesoro. Cuando llegamos a la caverna nos encontramos allí a Vraak y sus mercenarios, a los cuales nos unimos. Al fin logramos enfrentarnos a Zalphiros tras entrar en la cámara del tesoro del dragón. Pero al parecer la reliquia había transformado al dragón en un dracolich, y todos juntos nos enfrentamos a él. En un acto de sorprendente ingenio y astucia la mercenaria eladrin, Aldalantanustë, logró arrebatar la reliquia al dragón, haciendo que su poder disminuyese, cosa que Nessa aprovechó para darle el golpe de muerte.
A pesar de su actitud triste y arrepentida, de su sentimiento de fracaso y culpa, sus palabras eran francas y honestas. Una vez más hizo una pausa, pues lo que seguía era más doloroso de recordar y narrar.
- Después de derrotarlo surgió una lucha dialéctica. Aldalantanustë tenía en su posesión la reliquia y todos parecían tratarla de convencerle para que se la diese. En un primer momento yo estaba decidido a llevarme la reliquia ya que no me fiaba ni de Vraak ni de Zalphiros. Pero las acusaciones se fueron cruzando entre Vraak y Zalphiros. Zalphiros llamaba agente de Iuz a Vraak y Vraak insistía en su venganza contra Zalphitos. El repentino interés de Vraak en la reliquia nos hizo sospechar a todos. Mientras Zalphiros decía querer proteger la reliquia de Iuz, Vraak nos amenazaba y descubríamos las mentiras que había usado para obtener la colaboración de Seth. Zalphiros no solo no nos mató en las numerosas ocasiones en las que pudo, sino que además nos salvó a vida frente al dracolich. Hubo un par de ocasiones en las que Vraak se lanzó al ataque contra Zalphiros, pero en ambas ocasiones Zalphiros le contuvo con sus artes arcanas. En un momento también hicimos amago de destruir la reliquia, Zalphiros no parecía preocupado pero sin embargo Vraak si intentó detenernos. En ese momento yo estaba decidido a no dejar a ninguno llevarse la reliquia. Solo cuando Zalphyros ya había huido escuchamos de Vraak las explicaciones sobre su verdadera misión, que justificaban todos sus actos.
- En definitiva Aldalantanustë, con la reliquia en su posesión, decidió ir con Zalphiros llevándose la gema con élla. Su intención era asegurarse de que la reliquia no era usada de forma inadecuada. Y el resto no lo impedimos e incluso le apoyamos. Yo fui el que di el definitivo beneplácito a la decisión. Intuí sinceridad en Zalphiros, y pensé que tenía razones para creer que Vraak era agente de Iuz, o de algún otro agente quizás, pero en realidad era tan solo una certeza basada en una sospecha por su comportamiento. No consideré que alguien tan inteligente pudiese tener tanta convicción en ideas sin fundamento. Si hay que imponer un castigo ejemplar, yo debería ser el elegido, acepto toda la responsabilidad… El resto… todos nosotros… no obramos en mala fe y tan solo nos hemos equivocado en tomar una decisión bajo presión y bajo falta de tiempo. Todos lamentamos no habernos dado cuenta antes, pero la situación era complicada y, por suerte o por desgracia, ninguno de nosotros nos habíamos enfrentado algo así antes.
Finalizado asintió a los presentes y se sentó esperando la reacción de los presentes, mirándoles a los ojos para ver reflejado en ellos su incierto futuro.
Zevatur, Rolthos
La ranger no se quedaba muy contenta despidiéndose de le barde, pero sabía que estaba mejor por su cuenta que con ellos. Se quedó un rato viendo cómo se alejaba en la distancia, preguntándose cuanto tardarían en volver a estar todos juntos.
Ya en la habitación donde Vraak les dejó esperando, Nessa agradeció el tener algo de tiempo para poder recuperar algo de calor al fuego del hogar. Pensando inicialmente que tendrían poco tiempo, habló con Rolthos y Cruços para preparar lo que dirían a quien fuera que viniera a interrogarles. Aunque fuera el paladín quien fuera a trasladar está información, no debía recaer solo en él el prepararse para tal situación.
Cuando ya estaban preparados, esperaron y esperaron. Pero parecía que nadie venía a preguntarles nada. Esto hizo que se pusiera un poco nerviosa, hasta el punto de intentar salir para informarse sobre cuando aparecería alguien. Encontrarse con la puerta cerrada a cal y canto, desde luego, no le sentó nada bien.
La chica empezó a pasear de un lado a otro de la habitación, y acabó repasando todo su equipo para poder encontrar algo que la distrajera de la situación, todo esto sin alejarse demasiado de la puerta, para poder estar atenta por si escuchaba pasos.
Cuando por fin sintió que alguien se acercaba a la puerta, acudió a sentarse al lado de sus compañeros. Y, aunque ya sabía que podía esperar que gente de importancia fuera a interrogarles, desde luego no se esperaba a tanta a la vez. Preocupada, miró tanto a Rolthos como a Cruços e, intentando aparentar calma, dejó hablar al paladín.
Las palabras de Rolthos, claras y sinceras, hacen que mire al paladín con orgullo, aunque no puede evitar mostrar preocupación cuando se ofrece cargar con la culpa de todos. Le gustaría intervenir para decir que todos juntos son más fuertes ante lo que sea a lo que se tengan que enfrentar, pero sabe que eso podría dejar en mal lugar su compañero que , además, por su condición de paladín no puede decir esas cosas a la ligera.
Cuando Rolthos termina de hablar, Nessa mira atentamente las caras de las personas que se han reunido en la habitación para escuchar su historia y espera que lo que decidan les sea favorable...
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
Todos callan mientras Rolthos relata su versión de lo acontecido. Ninguno parece tener intención de interrumpirle para pedirle aclaraciones sobre un punto u otro. Cuando el joven paladin termina se instala un incómodo silencio en la sala. Al cabo de unos interminables segundos Antón Palmirian se remueve inquieto en su asiento, que parece a punto de estallar al contener la mole del Magister y refunfuña.
- Grrmmgfs.. actuamos de buena fé, ¡Ja! Interferencia con la autoridad, ataque con violencia a un agente de la autoridad, intento de homicidio a un agente de la autoridad, colaboración para la práctica de la nigromancia, alta traición... ¡y eso sólo uno de ellos! Yo les encerraría en la Torre al menos diez años por cada delito... -
Pese a sus palabras su tono no suena muy convencido, como si supiera que no cuenta con apoyo alguno.
- Vuestros actos han sido imprudentes y habéis caminado por la delgada línea del mal menor. - Sir Lindal niega con la cabeza triste - Deberías saber que el mal siempre es el mal Rolthos. Pido disculpas al Consejo en nombre de mi orden y acepto las consecuencias de haber fallado en la preparación de este joven. -
- Nadie busca responsables amigo mio - lo tranquiliza Eritai - y al igual que estos jóvenes aventureros nos encontramos en una encrucijada. Han cometido un error, y muy grave, pero fueron engañados y actuaron con el bien de la Ciudad y sus habitantes en la mente y el corazón. No detecto traición ni maldad en sus almas. - dice mirándoles a todos durante unos breves instantes - Mi Dios guarda silencio sobre el futuro. ¿Hemos podido averiguar algo al respecto? - dice mirando al semi-elfo Abrazdazil.
Este asiente gravemente.
- Nuestros Videntes ven muerte y oscuridad en el futuro. Pero no consiguen una lectura clara. No les pasaba desde el advenimiento de Iuz y el comienzo de las Guerras. -
- ¡Y los responsables son ellos! - le interrumpe Antón - no pueden quedar impunes... -
- Es cierto que han cometido errores - dice la voz de Sir Cynair, volviendo a tomar el control de la conversación y contestando al Magister - y estos les han costado mucho más de lo que dejan ver. El Sargento también los cometió, el principal desde mi punto de vista, el no haber comprobado mejor los antecedentes de esa maga que, en última instancia, eligió el poder a la rectitud. Pero entiendo que se vio forzado a actuar con premura y esta no es buena consejera. - se vuelve hacia ellos - Sin embargo temo que esta vez vuestros errores no sólo os vayan a afectar a vosotros. Zalphiros es un poderoso nigromante y al haberle entregado la reliquia mi corazón me dice que quizá hayáis creado otro Iuz del que debamos de preocuparnos. Aun así habéis acabado con un dracolich. Esta no es una hazaña pequeña. Ese dragón me atacó hace años y apenas logré escapar con vida. Os estoy agradecido por ello. Habéis eliminado una amenaza latente para la Ciudad y esto no será olvidado. -
Se toca ligeramente el pecho, a la altura del corazón, con el puño derecho y hace una leve reverencia en señal de reconocimiento a los aventureros. Parece que estas palabras relajan mucho la tensión en la sala pese al ceño fruncido del Magister Supremo.
- Entonces - dice Sental Nurev, hablando por primera vez - ¿Cree este Consejo que es seguro permitirles continuar colaborando con la Ciudad en este asunto? -
Todos van asintiendo y dando su consentimiento, incluso el Antón que acepta con un desdeñoso gesto de la mano.
- Pero que no abandonen la Ciudad. No hasta que el Consejo les haya llamado - añade como pequeña victoria. Al parecer un pequeño arresto es lo que necesita el Magister para contentar su severo punto de vista.
- Creo que se tornará como el castigo más justo para todos, puede que incluso sea el más severo, y el único camino que les puede llevar a la redención. - concluye Xan'drila - A todos ellos... - añade en clara referencia a Sera.
La Matriarca de St. Cuthbert asiente.
- No sé si Zalphiros lo sabía y se lo jugó todo a una carta para que os interpusierais entre él y Vraak y le entregarais la reliquia, o era algo que escapaba a su conocimiento, pero Serâ es... - duda un poco en esta punto pero decide seguir utilizando el presente para esa frase - la Elegida de su Dios. Armada con ese arma sagrada hubiera podido destruir la Reliquia. Vraak sabía esto pero le advertimos del peligro de realizar tal ritual sin las protecciones adecuadas. Por desgracia confundisteis su... vehemencia con las mentiras de Zalphiros. No temáis. Encontraremos la forma de localizar al mago y podremos planificar cómo derrotarlo. -
Ante las palabras de la Matriarca Vraak se remueve un poco inquieto. Los miembros del Consejo se miran entre ellos y Xan'drila toma la palabra.
- Sois libres de volver a la Ciudad y dedicaros a vuestros asuntos. Descansad, bebed en honor de vuestra victoria y celebrad que estáis vivos. Pero no abandonéis la ciudad. Os haremos llamar pronto. A no ser que queráis preguntar algo... -
Mientras tanto en otra parte de Greyhawk.
- Aja.. sí, está en el ala de infectados, al parecer han estado llegando muchos enfermos últimamente. - le contesta, sin apenas mirarle un celador que está empujando una camilla con ruedas con un cadáver cubierto por una sábana blanca. Jen no puede evitar fijarse en las marcas de sangre que manchan la sábana a la altura de la boca del cuerpo.
Reprimiendo un escalofrío, Jen se dirige hacia allí, y no le cuesta encontrar a Julian en donde le han indicado.
Está arrodillado al lado de una cama, atendiendo a una mujer enferma que tose descontroladamente. Jen apenas ve lo abarrotada que está la gran sala con camas a ambos lados. La luz entra por una de las altas vidrieras que se levantan en la pared oeste y baña a Julian con unos colores rojos y anaranjados, dándole un aspecto casi etéreo. Su gesto amable, aún con las profundas ojeras que enmarcan sus ojos por haber estado trabajando sin descanso, sus movimientos firmes pero delicados al ofrecer consuelo a la enferma hacen que algo se estremezca en el interior de Jen. En un mundo donde los propios dioses intervienen para curar las enfermedades y los males de los mortales, que una mente tan inteligente como la de Julian, de una familia que podría ocuparse de que su heredero acudiese a las más altas fiestas durante toda su vida, haya escogido ese camino entre los más necesitados y desfavorecidos, es altamente notable.
Casi como si pudiera sentirle, Julian gira su rostro hacia Jen. Dejando a la enferma al cuidado de un par de enfermeros, se dirige hacia Jen lavándose las manos. Sus pasos van apresurándose según se va acercando.
Julian se detiene a medio metro de Jen. En sus ojos se mezcla la sorpresa y la emoción. Levanta una mano, antes firme y segura, temblorosa hacia su rostro. Jen siente la yema de los dedos de Julian contra su piel.
Julian sonrie, al parecer aliviado al comprobar que no está sufriendo una alucinación, y abraza con fuerza a Jen, hundiendo su rostro en el hombro de este.
- Has vuelto... - susurra, casi solloza - has vuelto... -
PbP Character: A few ;)
Aunque queda bastante claro que se les considera responsables a todos, Nessa no se siente del todo cómoda con el hecho de que los nombres que más resuenen sean el de Rolthos y Aldalantanustë. Respecto a la última, Nessa se pregunta realmente si fue el deseo de poder el que le hizo seguir a Zalphiros, pero no cree conveniente sacar el tema en ese momento, siendo consciente además de que aclararan muchas cosas cuando sus pasos se vuelvan a cruzar.
Respecto a Rolthos, decide - de nuevo - no intervenir. Pero sí apoya una mano en su hombro por un instante, con intención de recordarle que no está solo ante una situación compartida por todos los compañeros.
Cuando Sir Cynair les agradece la muerte del dracholich, la ranger hace una leve inclinación y responde:
- Sin duda fue un duro enemigo, al que pudimos derrotar gracias a la combinación de todas nuestras habilidades. No quiero pensar en qué habría sucedido si hubiéramos ido nosotros solos- mirando a Rolthos y Cruços -, si no hubiéramos contado con Vraak y sus compañeros tristemente fallecidos, si Aldalantanustë no hubiera arracando el artefacto de su corazón, si Sera no hubiera renovado nuestras energías cuando estábamos a punto de caer...
En este punto se interrumpe y mira también a Eritai:
- ¿Qué va a suceder con ella? No quiero inmiscuirme en asuntos en los que no estoy versada, pero ... - Nessa intenta medir bien sus palabras - ... Sera es una buenísima persona, una maravillosa compañera y una guerrera sin par; siempre animosa, siempre intentando ayudar. No me gustaría pensar que el error que todos hemos cometido vaya a marcarla negativamente de por vida. ¿Podemos ayudarla de alguna forma?
Mira también a Xan'drila, que les ha animado a hacer preguntas, y añade:
- ¿Y qué opciones tenemos para encontrar a Zalphiros? Aunque Cruços y yo poseemos buenas habilidades de rastreo, es cierto que nos encontramos con bastantes dificultades para poder empezar a hacerlo tras su huida. En aquél momento pensé en preguntarte precisamente a tí, Xan'drila, dado que en su día lograste a los Gloomwood con éxito. Supongo que tenemos opciones, pero creo que a todos nos aliviaría si nos pudierais dar algún detalle de cómo lo haremos.
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
La matriarca responde sobre el futuro de Sera
- Le esperan duras pruebas en el futuro. Necesitará sin duda se la ayuda de sus amigos. -
Xan’drila sonríe.
- Tener esas respuestas nos tranquilizaría a todos. Emplearemos nuestros recursos en intentar localizarlo pero lleva escondiéndose de nosotros años y hay que reconocer que es demasiado bueno en ello. Y si, como dijo, elimina la maldición de los Gloomwood no podremos usarlos para buscarle. Sed pacientes. Antes o después lo encontraremos. -
PbP Character: A few ;)
Rolthos escucha a los presentes mientras hablan. Sus palabras parecen herirle aún más, resonando en sus oídos con fuerza. "Alta traición.. fallado en la preparación de este joven... un error, y muy grave... No les pasaba desde el advenimiento de Iuz... creado otro Iuz”. Ni siquiera las palabras de alago al derrotar al dracolich o el reconfortante apretón de hombro de Nessa le ayudan. De hecho parece encogerse en la silla aún más con las inmerecidas muestras de apoyo.
Cuando les ofrecen la oportunidad de hacer preguntas Rolthos niega con la cabeza, lo último que parece querer es hablar en este momento. Pero mientras Nessa interviene brevemente el joven paladín piensa y se tensa al ocurrírsele una aciaga idea. Tras unos segundo dándole forma el paladín habla con palabras pesadas, lentas, casi sin energía.
- Ya hemos fallado contra Zalphiros una vez. Y realmente Zalphiros nos superaba en poder y recursos, no veo que la próxima vez que nos enfrentemos a él vez vaya a ser muy diferente. Creo que si estamos ante la posibilidad de un nuevo Iuz, sería mejor mandar a enfrentarse a él a alguien más capaz. – Dice mirando a Xandrila y Sir Cynair - Alguien con solidas posibilidades de derrotarle.
Antes de que alguien conteste o le acuse de cobardía añade. - Detenerle es más importante que una posibilidad de redención personal, orgullo herido o venganza. En la guerra contra Iuz siempre faltan fuerzas, quizás mis recursos fuesen más aprovechables allí, en combate directo con sus huestes. – Finaliza sombríamente.
Zevatur, Rolthos