- Nadie pone en duda vuestro compromiso. Pese al resultado habéis demostrado tener más recursos que la mayoría. No temas joven Rolthos. Entrenaremos juntos para prepararnos ambos para las batallas venideras. La verdadera medida de nuestras almas no son nuestros éxitos, si no cuantas veces nos levantamos tras nuestras derrotas. -
Ante esas palabras Sir Lindal parece sorprendido, no porque le parezca mal, si no porque al parecer es un honor que tan alto representante de la jerarquía de Pelor se ofrezca a ello.
El paladín alzó su cabeza levemente al oir las palabras de Sir Cynair. - Es todo un honor, Sir Cynair. - Sus palabras silenciaron una posible réplica. Dejaba la puerta abierta a enfrentar a las maquinaciones de Zalphiros la más contundente de las posibles respuestas. Abría también las puertas para prepararse contra él. Y le ofrecía una vía a la reconstitución de su autovalía... - Pase lo que pase, seguiré luchando con todas mis fuerzas. - Dijo con una voz algo más animada.
Al ver acercarse al Doctor, Jen esboza una torcida sonrisa, nerviosa, reprimida, a caballo entre la alegría y el terror al rechazo por sus idas y venidas. Su cuerpo se tensa, balancea su peso entre ambos pies, y su mirada no puede mantenerse fija en la de médico. Desvía la vista hacia abajo, sonrojandose avergonzade. En esos escasos segundos en los que Julian llega frente a elle, ha almacenado valor para decir algo, y lo va a decir, claro que lo va a decir...Pero se le escapa el aire de los pulmones cuando el médico estruja a le barde en sus brazos, sin creerse que es elle, en carne y hueso.
-Oh...- Se le rompe la voz al hablar, olvidando por completo lo que iba a decir -Oh, corazón... Claro que he vuelto.- Se le llenan los ojos de lágrimas y tiene que pestañear varias veces para que no se derramen por sus mejillas. Con la poca movilidad que le resta por el abrazo, corresponde al médico, y frota su sien un par de veces con la de Julian en un gesto íntimo y tranquilizador. -Te dije que estaría aquí de nuevo antes de que te dieras cuenta, ¿Verdad? Te lo prometí.- Colocando las manos en los hombros del médico, busca su mirada, con una sonrisa pacífica y amable. -Me preguntaba si tenías tiempo para almorzar... Quizá quieras hacerlo en compañía de alguien que quiere enmendar sus errores y disculparse como es debido.- Un pequeño destello de complicidad brilla en sus ojos.
Sir Cynair asintió ante la determinación de Rolthos y sus palabras le valieron una palmada de aprobación de Sir Lindal en el hombro.
- Id ahora y disfrutad del tiempo que los dioses nos otorguen. - dijo la Matriarca de St, Cuthbert. - Tengo entendido que os hospedáis en la Posada del Dragón Verde. Hacedle saber al Sargento si cambiáis de lugar. Os contactaremos cuando haya noticias. - Hace una pausa y mira a todos los miembros del grupo - Id ahora. -
En otro lugar de Greyhawk,
Julian rie intentando contener las lágrimas cuando Jen le dice que volvería pronto.
- Déjame que avise al director y nos vamos. Últimamente no paran de llegar enfermos. - el médico hace un gesto hacia la sala y Jen repara en que, las veces que había venido a verle antes nunca había tanta gente en las camas. La sala no estaba llena, pero si había más gente de la habitual.
Pero Julian reclamaba su atención de nuevo, mirándole a los ojos y sonriendo pareció reunir fuerzas para separarse de Jen y dirigirse al otro lado de la sala, donde estaban las oficinas del personal y, posiblemente, el despacho del director.
- Esperame fuera ¿si? Lo que tarde en avisar y cambiarme. - le asegura.
Rolthos asintió... luego dirigiéndose a los presentes finalizó. - Si podemos ser de ayuda en las pesquisas y en las averiguaciones respecto a este tema, no dudéis en contactarme, a todos imagino. - Después dirigiendo un breve comentario a todos ellos. - Acudiré pronto a la iglesia, para concretar esa oferta de entrenamiento y asesoramiento... si es posible. - Dice mirando a Lindal Greydragón, a Sir Cynair y también brevemente a Eritai Kaan-Ipzirel. - Después miró a Xan'drila y a Abraldazin Hosk - Si en el futuro me espera un enfrentamiento contra Zalphiros, me gustaría también entender mas sus artes, quizás me fuese de ayuda algún libro u otra fuente de conocimientos - Por ultimo mira a los poderes mas marciales y mundanos de la ciudad, Vraak, Antón Palmirián y a Sental Nurev. - Si hay algún registro respecto a Zalphiros me gustaría poder acceder a el, creo que mas información nos servirían provechosamente ante un futuros enfrentamientos contra él.
Después se forzó a si mismo en centrarse en otros temas, obsesionarse enfermizamente no le iba a servir bien. También había otros asuntos que posible requerían su atención, su familia. Tambien sus nuevos compañeros necesitaban un descanso. Miró a Nessa y Cruços, una tarde en algún baño privado de la ciudad, una cerveza, un buen guiso, unas noches de descanso les vendría bien. Haría milagros con la moral de todos ellos. - Recuperaremos energía pronto. Han sido días muy intensos. - Finalizó.
- Si, por supuesto - añade la ranger al comentario de Rolthos acerca de ser contactados para continuar las investigaciones.
Nessa se levanta con sus compañeros, aún cansada, pero desde luego más aliviada. La expectativa de la libertad - que no tenían tan clara antes de entrar aquella sala - y la de un merecido descanso hacía que no quisiera esperar un minuto más para recorrer la ciudad.
Se despide educadamente de los presentes con una leve sonrisa e inclinación de cabeza, mientras va pensando en los que le gustaría hacer con el tiempo libre que tendrían.
"¿Qué estará haciendo Jen? ¿Estará con Julian? Y, dioses, me encantaria ir a ver cómo están Aisha y Lo Kag..."
Jen pone una mano en el brazo del médico y le da un pequeño apretón.
-Claro, claro. Oh, tengo tantas cosas que contarte, Ilya...- Le dedica una sonrisa antes de dejarle marchar, y casi flotando se dirige a la salida del hospital. Antes de salir de la sala, y por el camino se fija en los pacientes que van llegando, y trata de retener en su mente los síntomas que ve, aunque quizá sería mejor preguntarle al propio Doctor.... Una parte de su cerebro se pregunta si será producto de un mal mayor ... Una amenaza como la que expandió aquel druida loco con las manzanas.
Con expresion meditabunda espera al médico a la entrada del edificio.
Tras despedirse de ellos, las autoridades salen poco a poco de la habitación, hasta que sólo quedan Vrrak y Xan'drila con ellos.
- En fin... podría haber ido peor ¿ no creéis? he procurado ser lo más honesto que he podido sin... - Vraak mira hacia atrás para asegurarse que están solos - contar que éramos uno más. He mantenido mi promesa. Espero que hagáis lo mismo cuando llegue el momento y no me esté equivocando con vosotros. - Se lleva una mano al pecho y hace una leve inclinación de cabeza y, antes de salir, añade - no os metáis en líos... -
Xan'drila parece relajarse cuando se quedan solos.
- Sabía que no podía dejaros solos. Hay una razón por la que la Orden de Lycan despareció hace tantos años Cruços... no pensaban mucho. Parece que en tu caso eso ya era un problema antes... ven a verme a la posada del Dragón Plateado en un par de días, hablaremos... -
Acompaña a todos a la salida y se despide de ellos en la puerta.
- Procurad descansar. Os hará falta... - mira preocupada a su alrededor, a la incesante actividad de la ciudad que, ignorante del potencial peligro que le acecha, continua con su vida como si nada malo pudiera ocurrir jamás. - mientras podáis... - añade antes de despedirse y perderse entre la multitud.
Por fin solos, y exonerados por lo menos legalmente, los compañeros se dan cuenta de que vuelven a ser dueños de su destino. Al menos por el momento.
Mientras tanto, un Julian con aspecto cansado pero con una sonrisa de oreja a oreja, recoge a Jen en la puerta del hospital y entrelaza su brazo con elle.
- Vamos - le dice, animado pese al cansancio - voy a llevarte a cenar y por hoy no quiero que pienses en nada más. Si quieres me cuentas y si no.. - Julian siempre había sabido leer las expresiones de Jen, sin importar la máscara que llevara, era parte de lo que hacía que el barde se sintiera tan agusto con él -... ya lo harás. Esta noche es para ti. Dime ¿Dónde quieres ir? -
Nessa ve alejarse primero a Vraak, y unos instantes más tarde a Xan'drila. Y así, libres por fin de estar rodeados de autoridades y en vueltos en el bullicio habitual de Greyhawk, se planta delante de Cruços y Rolthos, asiendo a cada uno por un brazo:
- Bueno, creo que nos hemos ganado algo de comer y unas cuantas cervezas, ¿no? Venga, vamos al Dragón Verde - dice mientras da un tironcito suave, animado a sus amigos a seguirla.
Aunque aún ve dubitativo al paladín y algo ansioso al cazador de sangre, estos acaban suspirando y relajando sus cansados hombros visiblemente, y se encaminan con la ranger por el camino que tan bien conocen.
- Ya veréis cómo tras la comida y una visitilla a la casa de baños vemos las cosas de otra forma...
De camino a la posada, hacen una breve parada en uno de los bancos de la ciudad, donde la ranger decide depositar parte del dinero que ha conseguido últimamente. Su espalda dolorida agradecerá cargar con menos peso y además, quien sabe, después de que suceda todo eso, quizá podría hacer algo útil con ello. Lo va comentando con sus compañeros mientras se encaminan de nuevo al Dragón Verde:
Dejo en el banco:
200 platino, 1000 oro = 3000g
¿Puedo dejar instrucciones de que ese dinero se entregue a mi familia - o algo así - en caso de fallecimiento? ¡Somos aventureros, hay que pensar en estas cosas! xD
- ¿Os imagináis? Podría ahorrar para tener mi propia escuela de arquería. No me importaría nada enseñar a otras personas a defenderse, de la misma manera que mi maestro lo hizo por mí. Creo que sería algo genial, de hecho...
"Eso si vuelvo de una pieza tras enfrentarnos a Zalphiros, o a lo que sea que nos toque enfrentarnos, claro"
La ranger intenta olvidar este pensamiento funesto. ¡Ahora mismo son libres, y la ciudad es suya! Tienen poco tiempo para desconectar y deben aprovecharlo. Así que simplemente va hablando sobre su idea animadamente con Rolthos y Cruços.
Cuando por fin llegan al Dragón Verde, buscan una mesa tranquila donde puedan sentarse y piden una ronda de cervezas y comida. Nessa recuerda entonces que la última vez que estuvieron en la ciudad mandó una carta a sus padres. Carta que le costó bastante escribir, después de tanto tiempo sin contactar con ellos tras huir repentianamente de Libernen, de una boda que no quería ... de una vida que no quería. Se preguntaba cómo reaccionarían.
"Bueno, han pasado solo tres días desde que la envié, es pronto, seguramente no la hayan recibido aún ..."
Continúa charlando con Rolthos y Cruços mientras comen y beben animadamente.
Rolthos se dejó llevar por Nessa, dubitativo y taciturno. Al cabo del tiempo, los planes de Nessa empezaron a apartar su pensamiento de la reliquia y de Zalphiros. Asintió a sus palabras y a sus comentarios. - Tu maestro te enseño extraordinariamente bien. ¿Sabes si ahora tiene otros aprendices? Quizás le gustaría unirse a tu escuela si la llegas a establecer.
La cerveza, el ambiente relajado, la comida caliente y sabrosa de la posada y la compañía de sus compañeros de aventuras aligeraron su ánimo. Y aunque no terminó de relajarse completamente, no como antes de Zalphiros, se mostraba bastante más alegre. Reflexionó que las experiencias negativas te hacían crecer más que las positivas. Perder tan importante reliquia frente a Zalphiros era un duro golpe, pero aún estaban vivos y dispuestos a luchar. La experiencia iba a afectar a su carácter, como le afecto la traición de Yigia. Decidió que los cambios fuesen para bien, y no para mal. Entonces alzo su jarra de cerveza
- Por las victorias que hemos conseguido, y por qué las derrotas nos instruyan para llegar a más victorias.
Un rato mas tarde la puerta de la posada se abre y por ella entra le barde meneando los hombros y agitando un brazo -...y pum! le dio entre ceja y ceja!- exclama. La persona a la que está hablando es un hombre alto, de pelo rizado y pelirrojo, muy pálido y de nariz aguileña. Lleva un parche en un ojo, y parece escuchar con atención. Incluso da un paso atrás, sorprendido. Jen se acerca a la mesa de sus compañeros, con movimientos alegres. Casi se diría que va bailando. - Hola hola! Que maravillosa noche. Estamos vivos, tenemos comida, tenemos bebida... -Juega con una de sus pulseras, haciendola rotar en su muñeca - y tenemos compañía! Chicos, os presento a Julian. Ilya, el grupo que me ha salvado la vida ya incontables veces.- Presenta a sus amigos y se aupa en una banqueta. Destila emoción y alegría y se diría incluso que su piel azul brilla de vez en cuando como si estuviera barnizada con purpurina. Es como si los eventos pasados se le hubieran olvidado por completo. Pide una jarra para elle y otra bebida para su acompañante.
-He pensado....- Dice en un momento de la conversación. - He pensado un nuevo número.- Parece muy orgullose de ello. -Creo que puede ser muy exitoso! De hecho, me gustaría enseñároslo. Siiiiiii es posible...- Busca con la mirada a la dueña de la taberna.
Cuando entabla contacto visual con ella su postura cambia y casi parece un sabueso apuntando a una presa. Con un meneillo de hombros llama su atención y se baja de la banqueta para acercarse a ella. Tras unos minutos esta le señala en dirección a un grupo que parece charlar animadamente en otra mesa. Tras estrecharle la mano, le barde se dirige hacia la nueva mesa.
Julian parece atento a le barde, que en ese momento entabla conversación con un enano de aspecto rudo. Jen señala una bolsa que el enano lleva a la espalda, y hace aspavientos con las manos. No se oye lo que dicen. Pero parece que va en buena direccion porque el enano suelta una sonora carcajada y palmea al cambiaformas en la espalda. Julian cuenta y nombra mentalmente los huesos que le han crujido al cambiaformas con ese golpe, y piensa en donde narices habrá dejado la pomada antiinflamatoria.
Otro de los componentes del grupo, un tiefling de piel aguamarina y pelo blanco recogido en varias trenzas, empieza a entonar un ritmo lento en un tambor. Al principio no se oye, no se nota, debido al ruido de las conversaciones alrededor. A medida que este se hace mas constante, los clientes se van percatando de que algo pasa, y las conversaciones van muriendo alrededor. El tambor no para, como el ritmo de un corazón que late en anticipación de un gran espectáculo.
La grave vibración de unas cuerdas aumenta el interés de los espectadores. El enano tiene en su regazo un instrumento a caballo entre un acordeón y un laud. Acciona una manivela con una mano, y con la otra puntea unas cuerdas. Parece que el instrumento canta por si solo, incesante, como si recitara un mantra sin quedarse nunca sin aliento.
Jen alza entonces un aro rojo en el aire. Lo mantiene en su mano, creando lentos bucles con él. Lo hace girar muy lentamente, estirando su cuerpo en gráciles poses mientras la música suena. Parece que hasta un niño podría hacer los gestos que hace elle.
Brrrum.... brruum....El tambor empieza a coger un poco de velocidad. La zanfona le sigue la pista, y a ellos se une el sonido de una gaita que entona una cálida melodía que habla sin palabras.
Pum... pum... pum... Jen empieza a desplazarse por la taberna, alrededor de las mesas. Impulsa un poco el aro y ahora si! Este empieza a girar en su brazo. De ahí pasa a su cintura, luego a su cadera, no. A sus piernas? Cómo puede seguir andando con el objeto moviéndose por su cuerpo como si no pasara nada?
Pumpumpum. Más. Más rápido. El ritmo empieza a ser agobiante. La muchedumbre palmea al ritmo del tambor, y el enano encoragina al público con un gutural alarido. Jen danza sin parar, en un frenético trance, en el cual parece que le queman los pies.
Y de pronto, flash!! Las velas de la taberna se apagan......
Y el aro se prende en llamas.
La audiencia ahoga un grito al ser testigo del espectáculo, y nadie puede apartar la vista de la única fuente de luz intensa en el salón. El halo de fuego gira y se retuerce, como un portal al infierno. Y el rostro de le barde, iluminado tenuemente en los breves momentos en que el aro pasa cerca de su rostro, se ve que porta una arrogante sonrisa.
Jen lanza el aro al aire justo en el momento en el que la canción llega a su fin con un retumbar seco del tambor, y en al recogerlo este ya no tiene un ápice de fuego alrededor. La luz vuelve de nuevo a las velas y los candelabros de la taberna, dejando al salón sumido en un sepulcral silencio. La piel del changeling parece brillar mas aun, aunque ahora no se sabe si es por la emoción o por el esfuerzo, ya que su pecho se mueve arriba y abajo, luchando por coger aire tras el acelerado número.
Tras unos segundos de estupefacción los parroquianos del Dragón Verde comienzan a aplaudir y vitorear a Jen y los bardos por el espectáculo. Los aplausos duran varios minutos y el enano le asegura a Jen que puede actuar con ellos siempre que quiera. Se escuchan algunas voces pidiendo otra y la música vuelve a sonar, esta vez con una canción que anima a muchos a bailar en el centro de la posada.
Según vuelve a la mesa con sus amigos y Julian, Jen va recibiendo felicitaciones, palmadas en la espalda y chocar de manos.
Cuando Jen consigue volver con los demás y estos le han felicitado por el espectáculo Julian, que ha permanecido mirando con una media sonrisa se acerca a su oído y le susurra algo que sólo Jen escucha.
Impresionante... luego tendré que hacer un examen exhaustivo para asegurarme de que no te has quemado nada de esa preciosa piel.
Nessa apura el último trago de cerveza mientras escucha a Rolthos, posando después la jarra vacía en la mesa. Sonríe y responde:
- Sí que lo hizo, sí...
Busca con la mirada al tabernero, señalando la jarra vacía y al tiempo que dice "¡otra, por favor!". Apoya el mentón en la mano derecha y suspira.
- Llevar la escuela juntos, ¿eh? Es una bonita idea, la verdad - la mirada de la ranger se pierde en la distancia, como imaginando la situación - ...una bonita idea, aunque complicada de llevar a cabo, ya que perdí el contacto con Ornym tras irme de casa. Fue todo tan precipitado ... sólo quería huir lo más rápido posible de Libernen, así que no pensé en preguntarle cómo volver a contactar con él. Tampoco él me dio detalles de cómo hacerlo. La nuestra era una relación un poco extraña: él enseñaba y yo aprendía, pero raramente hablábamos de temas más ... personales.
La ranger baja la mirada hasta la pulsera que hace las veces de foco druídico, y juguetea con ella, dándole vueltas en la muñeca.
- Por lo que pude ver de él, Ornym era un hombre bastante solitario. Creo que no tuvo otros alumnos antes que yo ... lo cual me hace verdaderamente afortunada, supongo... Pero bueno, no os quiero aburrir. El caso es que no sé dónde está. Antes de irnos a la guarida de Chlorinthyass hice que un clérigo le enviara un mensaje y sólo pude averiguar que está bien, y en algun punto del mundo indeterminado, lejos de Greyhawk.
En ese punto el tabernero llega con otra cerveza, y Nessa la ataca con avidez. Quizás es un poco pronto para tanto alcohol, pero qué demonios, quién sabe cuándo podrán volver a estar relajados en una taberna.
- Eeeen fin. Cambiando de tema, Rolthos, quería decirte que me alegra ver que estás de mejor humor. Me tenías un poco preocupada, ¿sabes? Después de lo que le pasó a Sera, de la situación con Zalphiros y Vraak, después la declaración ante tu maestro, Sir Cyrnair y los demás ... parecía que cargabas el peso del mundo sobre tus hombros. Aún lo parece...
Nessa apoya en ese momento una mano sobre la del paladín, y le dice:
- No cargues esas preocupaciones solo, Rolthos. Recuerda siempre que nos tienes a nosotros. De alguna forma saldremos de todo esto juntos, ¿eh?
Jen y Julian aparecen justo en ese momento, y Nessa les da la bienvenida con una amplia sonrisa:
- Bienvenidos, chicos.
Los compañeros hacen un hueco en la mesa para la pareja, y les ponen al día sobre lo sucedido durante la declaración. Y cuando le barde menciona la posibilidad de hacer un número en la taberna, Nessa recuerda lo mucho que le gusto la historia del mago que Jen les contó en uno de los descansos en la mazmorra de las Planicies de Ceniza y dice:
- ¡Veámoslo!
Tras la actuación, Nessa aplaude sonoramente y sonríe, encantada.
- ¡Qué bien lo hace! - le dice a un Julian a todas luces embelesado con le barde.
Fijándose en cómo el médico mira a su amiga, no puede evitar volver a pensar en Ornym. "¿Dónde estarás...? No tengo ni idea de qué te diría si te volviera a ver, pero ... maldita sea .... quiero volver a verte...", piensa jugueteando de nuevo con su pulsera.
El pensamiento se pierde cuando Jen vuelve con ellos a la mesa, los amigos alaban su actuación y continúan sus conversaciones.
- ¿Porque no hablas con algún mago, en la escuela de magos quizás puedan ayudarte a mandarle un mensaje por medios mágicos? - Después agradece las palabras de Nessa.
Con un respetuoso brindis saluda a Julian. - ¡Bienvenido! y cuando Jen empieza toda su atención se centra en la asombrosa actuación. Su mente se alejase aún más de los últimos acontecimientos rompiendo el ciclo obsesivo. El alcohol, el espectaculo, el calor de las amistades... una sonrisa asuma a sus labios.
La ranger agita la mano, como descartando la idea.
- Mejor no. Al menos, no ahora ... no le quiero molestar. Al fin y al cabo eso fue precisamente lo que hizo uno de los clérigos que atendió a Aisha no hará ni cuatro días. Además, ese clérigo me dijo que mi maestro parecía ocupado, probablemente tiene cosas más importantes en las que pensar.
Nessa tuerce un poco el gesto al decir esto. Obviamente no le gustan las implicaciones de lo que ella misma está diciendo, pero al mismo tiempo, es algo perfectamente posible. Carraspea y cambia rápidamente del tema.
- Por cierto, hablando de Aisha, más tarde me gustaría ir a visitarla a ella y a Lo Kag. ¿Querríais venir? Qué os parece ir a ver cómo están y después....
Mira a Jen con una chispa emocionada en sus ojos:
- ... ¿nos vamos POR FIN a la casa de baños? Dioses, os prometo daría casi cualquier cosa por darme un buen baño caliente. Cualquier cosa excepto quizás ESTA cerveza.
La ranger se procura un largo sorbo de la dorada bebida acompañado de un suspiro de satisfacción. Casi casi parece que no tienen ninguna preocupación en el horizonte esperándoles.
La increíble actuación de Jen hace que el resto de la noche pase entre risas, música y alcohol. Mucho alcohol. Pero es justo lo que los compañeros, tras todas sus desventuras, necesitan. Ni siquiera el normalmente tranquilo y reservado Rolthos puede evitar contagiarse del entusiasmo de sus amigos. Esa noche las preocupaciones quedan atrás. Han arriesgado sus vidas, han luchado contra criaturas y seres espantosos y han sobrevivido. Eso es más que suficiente para celebrar y dejarse llevar. Rolthos no vuelve a casa esa noche, ni Julian ni Jen, todos se quedan en habitaciones en la posada para evitar acabar en la otra punta de la ciudad o en una casa extraña por equivocación.
A la mañana siguiente une insistente Jen consigue sacar de la cama al grupo. Nessa no es capaz de abrir del todo los ojos, y que Cruços haga una broma diciendo que si bebiera tanto como él estaría más acostumbrada a la resaca no ayuda a mejorar su humor. Jen insiste en que quiere llevarles a un sitio especial, y tras un rápido desayuno, les lleva por las concurridas calles de la vibrante Greyhawk hacia el Barrio Alto.
Allí, no muy lejos de la Posada del Dragón Dorado, donde les cobraron las cervezas más caras de sus vidas, Jen les lleva hasta un jardín con un par de fuentes cuyo camino de arena blanca desemboca en un establecimiento bellamente construido con piedra caliza blanca, mármol y ladrillo rojo, entremezclados de manera elegante y armoniosa. La puerta está enmarcada en un arco de herradura, así como dos delgadas y grandes ventanas a ambos lados. La puerta, de madera oscura, está decorada con un intricado bajorrelieve que la cubre por completo. El laberíntico arabesque recuerda a una enredadera.
Dentro huele a incienso y especias y les recibe una hermosa mujer de piel cetrina y vivos ojos verdes, cuya cara está cubierta por un velo de seda azul marino y su pelo trenzado pelo negro cae por su espalda hasta más allá de la cintura.
Cuando la mujer les recibe con melodiosa voz - Bienvenidos a Al-Hamma Samawi. Los Baños Celestiales se sienten honrados con vuestra visita honorables huéspedes - a Nessa se le pasa todo el enfado y los cuidados que le brindan durante el resto de la mañana la mujer de ojos verdes y su compañera de ojos ambarinos a ella y al resto con masajes, baños termales y aceites, y tanto te con menta como pueden beber, hacen las delicias de la ranger.
Por la noche visitan a Lo Kag y Aisha en el templo de la Reina Cuervo. Aisha está aún recuperándose de sus heridas y el gran bárbaro se ocupa de ella con gran cuidado. Nadie habla de ello, pero parece que en el cumplimiento de su promesa, el goliath ha desarrollado sentimientos más profundos por la elfa. Sin embargo, Aisha está débil aún y no se demoran mucho para no influir negativamente en su recuperación.
Los siguientes días pasan más rápido de lo que nadie del grupo esperaría. Hacen las compras y preparativos necesarios pero, por primera vez en semanas, no tienen un verdadero sentimiento de urgencia ni un objetivo claro y hasta les resulta extraño tener tiempo para ellos mismos.
Los días se convierten en una semana y los días siguen pasando. Rolthos ha pasado mucho tiempo en su templo, meditando, hablando con Sir Lindal y entrenando con Sir Cynair. Cruços se ha marchado con Xan'drila a alguna misión de su Orden o al algo relacionado con su Orden. Jen pasa mucho tiempo con Julian y Nessa pronto siente que está fuera de lugar en la ciudad. No puede salir de la misma pero consigue, tras tener que decir que es conocida de Vraak, que la dejen practicar en el campo de tiro de la guardia. Es allí donde escucha los primero rumores de una enfermedad que se propaga rápidamente por el barrio de los refugiados, con los templos y las casas de curación de la zona y del Mercado Bajo que comienzan a estar saturados.
Jen ve cómo Julian llega cada día más y más cansado del hospital donde trabaja y tan sólo le comenta que el director le necesita cada día más ya que los casos de esa extraña enfermedad se multiplican. Julian no está preocupado, al contrario, consigue tranqulizar a Jen con su optimismo. Se lamenta que la falta de higiene y la aglomeración por los cientos de refugiados que llegaron a la ciudad hace unos años es lo que les está haciendo más difícil su labor, pero está convencido de que lo peor pasará pronto.
[En los baños termales] Mientras la ranger se dedica a disfrutar de un baño caliente dentro de una barrica de madera, con los ojos cerrados y un tercio de busto fuera del agua (suficiente para poder apoyar los codos en la plataforma que bordea la bañera) le barde se le acerca, sentándose gracilmente en el borde, tras ella. -Nessa!- Canturrea, sacando del bolsillo de su bata de baño un lazo de color verde aguamarina y otro de color menta, y unos abalorios esféricos y tubulares con intrincados diseños. Algunos son de cristal, otros de metal.
-Me dejas probar una cosa?? Tienes el pelo tan largo y tan bonito... Es solo un detalle, pero... Vi estos abalorios, y pensé en ti.- Su amiga asiente de manera entusiasta y ambos pasan un buen rato en la bañera charlando de esto y aquello, mientras le barde trenza el pelo de Nessa en complicados patrones que se entrelazan unos con otros. Desde entonces Jen trenza el pelo de Nessa en un patrón distinto cada varios días. A veces el peinado es mas preto, si Nessa va a entrenar al campo de tiro. A veces es mas suelto, si ese día parece presentarse tranquilo.
[Varios dias despues] Jen se desploma en una banqueta junto a su amiga, y pide una jarra de bebida. -Por los dioses. ¿Te lo puedes creer? Cada día hay más enfermos. En el hospital de Ilya están a reventar! No entiendo de donde viene esto. Es de locos! Como sigan aumentando los enfermos van a tener que poner a la ciudad en cuarentena.... El equipo de médicos está trabajando a toda máquina...- Suspira, apoyando los codos en la mesa de forma poco ceremoniosa.
Tras retomar el contacto con sus conocidos, cumplir con sus obligaciones eclesiásticas más inmediatas, y re-contactar con la familia, Rolthos se dirige al mercado a investigar la inquietante situación de los niños. Desprovisto de su armadura, con ropas no demasiado llamativas y sin muchas pertenencias se pasea por el mercado en busca de aquellos niños que parecían tener problemas... "posiblemente sea algún desalmado que los esta usando para beneficio propio." piensa lleno de prejuicios.
Aunque el grupo va en conjunto a dar una vuelta por el Mercado Bajo, no consiguen localizar a los dos niños que vieron hace unas semanas hablando con la aasimar de piel azulada. Nessa, aunque mira, tampoco encuentra al vendedor de pociones que no les vendió lo que ella le había pedido. Sí encuentran, sin embargo, al enano que vende cervezas, y aunque se ven tentados de comprar un pequeño barril para Cruços, finalmente lo piensan mejor.
No es hasta que vuelven al Dragón Verde cuando Rolthos y Nessa se dan cuenta de que han extraviado el pequeño saco de monedas que se habían quedado para tener dinero rápido con el que hacer alguna compra. Y deben haberlo extraviado porque no hay restos del cuero que usan para cerrarlo y atarlo a sus cinturones, como habría quedado si se lo hubieran cortado al robárselo.
Nessa ni siente ni padece cuando se levanta al día siguiente. No es que tenga poca tolerancia al alcohol, sino que simplemente esa noche se ha dejado llevar más de lo normal. Las circunstancias bien lo merecían... y aunque no se arrepiente de nada porque se lo ha pasado realmente bien con sus amigos, ahora mismo, el dolor de cabeza hace que piense de un modo un poco diferente.
Aún así, la visión que les ofrecen los Baños Celestiales hacen que todos los males desaparezcan de la cara de la chica, que abre casi como platos los ojos que tenía entrecerrados para evitar la claridad de la calle
- Ohhhh... oh si, qué maravilla, chicos...- es todo cuanto acierta a decir, entrando con entusiasmo al establecimiento.
**** Un rato más tarde ****
- Esto ... es ... vida... - dice mientras está en la barrica de madera - Jen, no quiero irme de aquí nunca. NUNCA. No me van a sacar de aquí ni con agua caliente...
Se para un momento, y luego empieza a reírse a carcajadas, chapoteando con las manos en el agua.
- ¡NI CON AGUA CALIENTE! JAJAJA ... ay, qué tontería.
Las dos amigas se ríen tontamente un rato, y al cabo de un rato vuelven a beber té y relajarse, hablando de sus cosas. El que le barde le trence el pelo no hace más que aumentar la sensación de bienestar de Nessa, que se encuentra como en una nube. Un abrazo y un beso rubrican el agradecimiento de la ranger a Jen, lo que sella aún más el vínculo que hay entre ellas.
[En el templo]
Tras un rato charlando con Aisha y Lo Kag, Nessa se descuelga la mochila y ofrece un pequeño paquetito a la clériga y otro a Lo Kag.
- No es mucho, pero encontré esto en la cueva de Chlorynthiass y pensé en vosotros...
Al desenvolver los paquetes, Aisha descubre un colgante con un cráneo de cuervo de plata y Lo Kag una escama de dragón verde que se desprendió de la criatura antes de que ésta se convirtiera en lich.
- No pudisteis estar en el combate, pero quería que tuvierais un recuerdo. Al fin y al cabo, vosotros trambién colaborasteis para que llegásemos a aquel encuentro..
La ranger abraza con cariño a sus amigos. Sabe que es probable que no se vuelvan a ver, pero nunca les olvidará.
[Varios días después]
Los días transcurren tranquilos, y Nessa aprovecha buena parte de este tiempo para afinar su puntería en el campo de tiro de la guardia de la ciudad. No le resulta difícil encontrar un horario en el que puede tener el campo entero para ella sola, y aprovecha esto para poder disparar con tranquilidad y absoluta concentración. No se había dado cuenta de lo mucho que echaba de menos entrenar sin más objetivo que el de perfeccionar su técnica, sin la presión de tener que luchar por salvar su vida o la de sus amigos, solamente por el puro placer de prestar atención a cada interacción con el arco y las flechas, al tacto de la cuerda en sus dedos, al sonido de la flecha atravesando el aire y golpeando la diana.
En este estado de tranquilidad durante el entrenamiento, aprovecha también para repasar mentalmente los combates en los que ha participado, buscando posibles puntos de mejora de cara a ser más efectiva en los próximos combates. Incluso aprovecha para leer algún libro acerca de tácticas de combate al que logra acceder gracias de nuevo a la ayuda de Vraak.
Con la tontería le estoy dando un poco de justificación a la feat de "Battlewise"!
Cuando se junta a la hora de comer con Jen y Rolthos, discuten sobre el asunto de la enfermedad - que tiene tan atareado a Julian - y los niños que se encontraron en los mercados hacía algunas semanas. Acuerdan investigar ambos asuntos, empezando primero por el de los niños. Tras un primer intento de Nessa y Rolthos de localizar a los niños y a la aasimar que vieron hace unas semanas, acaban volviendo frustrados porque no sólo no los han localizado, sino que encima han estado tan poco atentos que alguien les ha robado sus monederos sin mayor dificultad.
Recordando el magnífico espectáculo que le barde ofreció en la posada hace unos días, propone lo siguiente:
- Jen, ¿qué te parecería hacer algo similar en el Mercado bajo? Estoy convencidísima de que atraería la atención de mucha gente, incluidos los niños a los que estamos buscando. Mientras tú actuas, Rolthos y yo podríamos estar atentos a ver si aparecen ellos o la aasimar de piel azulada. Quizás así tengamos más suerte.
Sir Cynair contesta con voz grave al paladin.
- Nadie pone en duda vuestro compromiso. Pese al resultado habéis demostrado tener más recursos que la mayoría. No temas joven Rolthos. Entrenaremos juntos para prepararnos ambos para las batallas venideras. La verdadera medida de nuestras almas no son nuestros éxitos, si no cuantas veces nos levantamos tras nuestras derrotas. -
Ante esas palabras Sir Lindal parece sorprendido, no porque le parezca mal, si no porque al parecer es un honor que tan alto representante de la jerarquía de Pelor se ofrezca a ello.
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El paladín alzó su cabeza levemente al oir las palabras de Sir Cynair. - Es todo un honor, Sir Cynair. - Sus palabras silenciaron una posible réplica. Dejaba la puerta abierta a enfrentar a las maquinaciones de Zalphiros la más contundente de las posibles respuestas. Abría también las puertas para prepararse contra él. Y le ofrecía una vía a la reconstitución de su autovalía... - Pase lo que pase, seguiré luchando con todas mis fuerzas. - Dijo con una voz algo más animada.
Zevatur, Rolthos
En otra parte de Greyhawk....
Al ver acercarse al Doctor, Jen esboza una torcida sonrisa, nerviosa, reprimida, a caballo entre la alegría y el terror al rechazo por sus idas y venidas. Su cuerpo se tensa, balancea su peso entre ambos pies, y su mirada no puede mantenerse fija en la de médico. Desvía la vista hacia abajo, sonrojandose avergonzade. En esos escasos segundos en los que Julian llega frente a elle, ha almacenado valor para decir algo, y lo va a decir, claro que lo va a decir...Pero se le escapa el aire de los pulmones cuando el médico estruja a le barde en sus brazos, sin creerse que es elle, en carne y hueso.
-Oh...- Se le rompe la voz al hablar, olvidando por completo lo que iba a decir -Oh, corazón... Claro que he vuelto.- Se le llenan los ojos de lágrimas y tiene que pestañear varias veces para que no se derramen por sus mejillas. Con la poca movilidad que le resta por el abrazo, corresponde al médico, y frota su sien un par de veces con la de Julian en un gesto íntimo y tranquilizador. -Te dije que estaría aquí de nuevo antes de que te dieras cuenta, ¿Verdad? Te lo prometí.- Colocando las manos en los hombros del médico, busca su mirada, con una sonrisa pacífica y amable. -Me preguntaba si tenías tiempo para almorzar... Quizá quieras hacerlo en compañía de alguien que quiere enmendar sus errores y disculparse como es debido.- Un pequeño destello de complicidad brilla en sus ojos.
Sir Cynair asintió ante la determinación de Rolthos y sus palabras le valieron una palmada de aprobación de Sir Lindal en el hombro.
- Id ahora y disfrutad del tiempo que los dioses nos otorguen. - dijo la Matriarca de St, Cuthbert. - Tengo entendido que os hospedáis en la Posada del Dragón Verde. Hacedle saber al Sargento si cambiáis de lugar. Os contactaremos cuando haya noticias. - Hace una pausa y mira a todos los miembros del grupo - Id ahora. -
En otro lugar de Greyhawk,
Julian rie intentando contener las lágrimas cuando Jen le dice que volvería pronto.
- Déjame que avise al director y nos vamos. Últimamente no paran de llegar enfermos. - el médico hace un gesto hacia la sala y Jen repara en que, las veces que había venido a verle antes nunca había tanta gente en las camas. La sala no estaba llena, pero si había más gente de la habitual.
Pero Julian reclamaba su atención de nuevo, mirándole a los ojos y sonriendo pareció reunir fuerzas para separarse de Jen y dirigirse al otro lado de la sala, donde estaban las oficinas del personal y, posiblemente, el despacho del director.
- Esperame fuera ¿si? Lo que tarde en avisar y cambiarme. - le asegura.
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Rolthos asintió... luego dirigiéndose a los presentes finalizó. - Si podemos ser de ayuda en las pesquisas y en las averiguaciones respecto a este tema, no dudéis en contactarme, a todos imagino. - Después dirigiendo un breve comentario a todos ellos. - Acudiré pronto a la iglesia, para concretar esa oferta de entrenamiento y asesoramiento... si es posible. - Dice mirando a Lindal Greydragón, a Sir Cynair y también brevemente a Eritai Kaan-Ipzirel. - Después miró a Xan'drila y a Abraldazin Hosk - Si en el futuro me espera un enfrentamiento contra Zalphiros, me gustaría también entender mas sus artes, quizás me fuese de ayuda algún libro u otra fuente de conocimientos - Por ultimo mira a los poderes mas marciales y mundanos de la ciudad, Vraak, Antón Palmirián y a Sental Nurev. - Si hay algún registro respecto a Zalphiros me gustaría poder acceder a el, creo que mas información nos servirían provechosamente ante un futuros enfrentamientos contra él.
Después se forzó a si mismo en centrarse en otros temas, obsesionarse enfermizamente no le iba a servir bien. También había otros asuntos que posible requerían su atención, su familia. Tambien sus nuevos compañeros necesitaban un descanso. Miró a Nessa y Cruços, una tarde en algún baño privado de la ciudad, una cerveza, un buen guiso, unas noches de descanso les vendría bien. Haría milagros con la moral de todos ellos. - Recuperaremos energía pronto. Han sido días muy intensos. - Finalizó.
Zevatur, Rolthos
- Si, por supuesto - añade la ranger al comentario de Rolthos acerca de ser contactados para continuar las investigaciones.
Nessa se levanta con sus compañeros, aún cansada, pero desde luego más aliviada. La expectativa de la libertad - que no tenían tan clara antes de entrar aquella sala - y la de un merecido descanso hacía que no quisiera esperar un minuto más para recorrer la ciudad.
Se despide educadamente de los presentes con una leve sonrisa e inclinación de cabeza, mientras va pensando en los que le gustaría hacer con el tiempo libre que tendrían.
"¿Qué estará haciendo Jen? ¿Estará con Julian? Y, dioses, me encantaria ir a ver cómo están Aisha y Lo Kag..."
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Jen pone una mano en el brazo del médico y le da un pequeño apretón.
-Claro, claro. Oh, tengo tantas cosas que contarte, Ilya...- Le dedica una sonrisa antes de dejarle marchar, y casi flotando se dirige a la salida del hospital. Antes de salir de la sala, y por el camino se fija en los pacientes que van llegando, y trata de retener en su mente los síntomas que ve, aunque quizá sería mejor preguntarle al propio Doctor.... Una parte de su cerebro se pregunta si será producto de un mal mayor ... Una amenaza como la que expandió aquel druida loco con las manzanas.
Con expresion meditabunda espera al médico a la entrada del edificio.
Tras despedirse de ellos, las autoridades salen poco a poco de la habitación, hasta que sólo quedan Vrrak y Xan'drila con ellos.
- En fin... podría haber ido peor ¿ no creéis? he procurado ser lo más honesto que he podido sin... - Vraak mira hacia atrás para asegurarse que están solos - contar que éramos uno más. He mantenido mi promesa. Espero que hagáis lo mismo cuando llegue el momento y no me esté equivocando con vosotros. - Se lleva una mano al pecho y hace una leve inclinación de cabeza y, antes de salir, añade - no os metáis en líos... -
Xan'drila parece relajarse cuando se quedan solos.
- Sabía que no podía dejaros solos. Hay una razón por la que la Orden de Lycan despareció hace tantos años Cruços... no pensaban mucho. Parece que en tu caso eso ya era un problema antes... ven a verme a la posada del Dragón Plateado en un par de días, hablaremos... -
Acompaña a todos a la salida y se despide de ellos en la puerta.
- Procurad descansar. Os hará falta... - mira preocupada a su alrededor, a la incesante actividad de la ciudad que, ignorante del potencial peligro que le acecha, continua con su vida como si nada malo pudiera ocurrir jamás. - mientras podáis... - añade antes de despedirse y perderse entre la multitud.
Por fin solos, y exonerados por lo menos legalmente, los compañeros se dan cuenta de que vuelven a ser dueños de su destino. Al menos por el momento.
Mientras tanto, un Julian con aspecto cansado pero con una sonrisa de oreja a oreja, recoge a Jen en la puerta del hospital y entrelaza su brazo con elle.
- Vamos - le dice, animado pese al cansancio - voy a llevarte a cenar y por hoy no quiero que pienses en nada más. Si quieres me cuentas y si no.. - Julian siempre había sabido leer las expresiones de Jen, sin importar la máscara que llevara, era parte de lo que hacía que el barde se sintiera tan agusto con él -... ya lo harás. Esta noche es para ti. Dime ¿Dónde quieres ir? -
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Nessa ve alejarse primero a Vraak, y unos instantes más tarde a Xan'drila. Y así, libres por fin de estar rodeados de autoridades y en vueltos en el bullicio habitual de Greyhawk, se planta delante de Cruços y Rolthos, asiendo a cada uno por un brazo:
- Bueno, creo que nos hemos ganado algo de comer y unas cuantas cervezas, ¿no? Venga, vamos al Dragón Verde - dice mientras da un tironcito suave, animado a sus amigos a seguirla.
Aunque aún ve dubitativo al paladín y algo ansioso al cazador de sangre, estos acaban suspirando y relajando sus cansados hombros visiblemente, y se encaminan con la ranger por el camino que tan bien conocen.
- Ya veréis cómo tras la comida y una visitilla a la casa de baños vemos las cosas de otra forma...
De camino a la posada, hacen una breve parada en uno de los bancos de la ciudad, donde la ranger decide depositar parte del dinero que ha conseguido últimamente. Su espalda dolorida agradecerá cargar con menos peso y además, quien sabe, después de que suceda todo eso, quizá podría hacer algo útil con ello. Lo va comentando con sus compañeros mientras se encaminan de nuevo al Dragón Verde:
Dejo en el banco:
200 platino, 1000 oro = 3000g
¿Puedo dejar instrucciones de que ese dinero se entregue a mi familia - o algo así - en caso de fallecimiento? ¡Somos aventureros, hay que pensar en estas cosas! xD
- ¿Os imagináis? Podría ahorrar para tener mi propia escuela de arquería. No me importaría nada enseñar a otras personas a defenderse, de la misma manera que mi maestro lo hizo por mí. Creo que sería algo genial, de hecho...
"Eso si vuelvo de una pieza tras enfrentarnos a Zalphiros, o a lo que sea que nos toque enfrentarnos, claro"
La ranger intenta olvidar este pensamiento funesto. ¡Ahora mismo son libres, y la ciudad es suya! Tienen poco tiempo para desconectar y deben aprovecharlo. Así que simplemente va hablando sobre su idea animadamente con Rolthos y Cruços.
Cuando por fin llegan al Dragón Verde, buscan una mesa tranquila donde puedan sentarse y piden una ronda de cervezas y comida. Nessa recuerda entonces que la última vez que estuvieron en la ciudad mandó una carta a sus padres. Carta que le costó bastante escribir, después de tanto tiempo sin contactar con ellos tras huir repentianamente de Libernen, de una boda que no quería ... de una vida que no quería. Se preguntaba cómo reaccionarían.
"Bueno, han pasado solo tres días desde que la envié, es pronto, seguramente no la hayan recibido aún ..."
Continúa charlando con Rolthos y Cruços mientras comen y beben animadamente.
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Rolthos se dejó llevar por Nessa, dubitativo y taciturno. Al cabo del tiempo, los planes de Nessa empezaron a apartar su pensamiento de la reliquia y de Zalphiros. Asintió a sus palabras y a sus comentarios. - Tu maestro te enseño extraordinariamente bien. ¿Sabes si ahora tiene otros aprendices? Quizás le gustaría unirse a tu escuela si la llegas a establecer.
La cerveza, el ambiente relajado, la comida caliente y sabrosa de la posada y la compañía de sus compañeros de aventuras aligeraron su ánimo. Y aunque no terminó de relajarse completamente, no como antes de Zalphiros, se mostraba bastante más alegre. Reflexionó que las experiencias negativas te hacían crecer más que las positivas. Perder tan importante reliquia frente a Zalphiros era un duro golpe, pero aún estaban vivos y dispuestos a luchar. La experiencia iba a afectar a su carácter, como le afecto la traición de Yigia. Decidió que los cambios fuesen para bien, y no para mal. Entonces alzo su jarra de cerveza
- Por las victorias que hemos conseguido, y por qué las derrotas nos instruyan para llegar a más victorias.
Zevatur, Rolthos
Un rato mas tarde la puerta de la posada se abre y por ella entra le barde meneando los hombros y agitando un brazo -...y pum! le dio entre ceja y ceja!- exclama. La persona a la que está hablando es un hombre alto, de pelo rizado y pelirrojo, muy pálido y de nariz aguileña. Lleva un parche en un ojo, y parece escuchar con atención. Incluso da un paso atrás, sorprendido. Jen se acerca a la mesa de sus compañeros, con movimientos alegres. Casi se diría que va bailando. - Hola hola! Que maravillosa noche. Estamos vivos, tenemos comida, tenemos bebida... -Juega con una de sus pulseras, haciendola rotar en su muñeca - y tenemos compañía! Chicos, os presento a Julian. Ilya, el grupo que me ha salvado la vida ya incontables veces.- Presenta a sus amigos y se aupa en una banqueta. Destila emoción y alegría y se diría incluso que su piel azul brilla de vez en cuando como si estuviera barnizada con purpurina. Es como si los eventos pasados se le hubieran olvidado por completo. Pide una jarra para elle y otra bebida para su acompañante.
-He pensado....- Dice en un momento de la conversación. - He pensado un nuevo número.- Parece muy orgullose de ello. -Creo que puede ser muy exitoso! De hecho, me gustaría enseñároslo. Siiiiiii es posible...- Busca con la mirada a la dueña de la taberna.
Cuando entabla contacto visual con ella su postura cambia y casi parece un sabueso apuntando a una presa. Con un meneillo de hombros llama su atención y se baja de la banqueta para acercarse a ella. Tras unos minutos esta le señala en dirección a un grupo que parece charlar animadamente en otra mesa. Tras estrecharle la mano, le barde se dirige hacia la nueva mesa.
Julian parece atento a le barde, que en ese momento entabla conversación con un enano de aspecto rudo. Jen señala una bolsa que el enano lleva a la espalda, y hace aspavientos con las manos. No se oye lo que dicen. Pero parece que va en buena direccion porque el enano suelta una sonora carcajada y palmea al cambiaformas en la espalda. Julian cuenta y nombra mentalmente los huesos que le han crujido al cambiaformas con ese golpe, y piensa en donde narices habrá dejado la pomada antiinflamatoria.
Otro de los componentes del grupo, un tiefling de piel aguamarina y pelo blanco recogido en varias trenzas, empieza a entonar un ritmo lento en un tambor.
Al principio no se oye, no se nota, debido al ruido de las conversaciones alrededor.
A medida que este se hace mas constante, los clientes se van percatando de que algo pasa, y las conversaciones van muriendo alrededor. El tambor no para, como el ritmo de un corazón que late en anticipación de un gran espectáculo.
La grave vibración de unas cuerdas aumenta el interés de los espectadores. El enano tiene en su regazo un instrumento a caballo entre un acordeón y un laud. Acciona una manivela con una mano, y con la otra puntea unas cuerdas. Parece que el instrumento canta por si solo, incesante, como si recitara un mantra sin quedarse nunca sin aliento.
Jen alza entonces un aro rojo en el aire. Lo mantiene en su mano, creando lentos bucles con él. Lo hace girar muy lentamente, estirando su cuerpo en gráciles poses mientras la música suena. Parece que hasta un niño podría hacer los gestos que hace elle.
Brrrum.... brruum....El tambor empieza a coger un poco de velocidad. La zanfona le sigue la pista, y a ellos se une el sonido de una gaita que entona una cálida melodía que habla sin palabras.
Pum... pum... pum... Jen empieza a desplazarse por la taberna, alrededor de las mesas. Impulsa un poco el aro y ahora si! Este empieza a girar en su brazo. De ahí pasa a su cintura, luego a su cadera, no. A sus piernas? Cómo puede seguir andando con el objeto moviéndose por su cuerpo como si no pasara nada?
Pumpumpum. Más. Más rápido. El ritmo empieza a ser agobiante. La muchedumbre palmea al ritmo del tambor, y el enano encoragina al público con un gutural alarido.
Jen danza sin parar, en un frenético trance, en el cual parece que le queman los pies.
Y de pronto, flash!! Las velas de la taberna se apagan......
Y el aro se prende en llamas.
La audiencia ahoga un grito al ser testigo del espectáculo, y nadie puede apartar la vista de la única fuente de luz intensa en el salón. El halo de fuego gira y se retuerce, como un portal al infierno. Y el rostro de le barde, iluminado tenuemente en los breves momentos en que el aro pasa cerca de su rostro, se ve que porta una arrogante sonrisa.
Jen lanza el aro al aire justo en el momento en el que la canción llega a su fin con un retumbar seco del tambor, y en al recogerlo este ya no tiene un ápice de fuego alrededor. La luz vuelve de nuevo a las velas y los candelabros de la taberna, dejando al salón sumido en un sepulcral silencio. La piel del changeling parece brillar mas aun, aunque ahora no se sabe si es por la emoción o por el esfuerzo, ya que su pecho se mueve arriba y abajo, luchando por coger aire tras el acelerado número.
Tras unos segundos de estupefacción los parroquianos del Dragón Verde comienzan a aplaudir y vitorear a Jen y los bardos por el espectáculo. Los aplausos duran varios minutos y el enano le asegura a Jen que puede actuar con ellos siempre que quiera. Se escuchan algunas voces pidiendo otra y la música vuelve a sonar, esta vez con una canción que anima a muchos a bailar en el centro de la posada.
Según vuelve a la mesa con sus amigos y Julian, Jen va recibiendo felicitaciones, palmadas en la espalda y chocar de manos.
Cuando Jen consigue volver con los demás y estos le han felicitado por el espectáculo Julian, que ha permanecido mirando con una media sonrisa se acerca a su oído y le susurra algo que sólo Jen escucha.
Impresionante... luego tendré que hacer un examen exhaustivo para asegurarme de que no te has quemado nada de esa preciosa piel.
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Nessa apura el último trago de cerveza mientras escucha a Rolthos, posando después la jarra vacía en la mesa. Sonríe y responde:
- Sí que lo hizo, sí...
Busca con la mirada al tabernero, señalando la jarra vacía y al tiempo que dice "¡otra, por favor!". Apoya el mentón en la mano derecha y suspira.
- Llevar la escuela juntos, ¿eh? Es una bonita idea, la verdad - la mirada de la ranger se pierde en la distancia, como imaginando la situación - ...una bonita idea, aunque complicada de llevar a cabo, ya que perdí el contacto con Ornym tras irme de casa. Fue todo tan precipitado ... sólo quería huir lo más rápido posible de Libernen, así que no pensé en preguntarle cómo volver a contactar con él. Tampoco él me dio detalles de cómo hacerlo. La nuestra era una relación un poco extraña: él enseñaba y yo aprendía, pero raramente hablábamos de temas más ... personales.
La ranger baja la mirada hasta la pulsera que hace las veces de foco druídico, y juguetea con ella, dándole vueltas en la muñeca.
- Por lo que pude ver de él, Ornym era un hombre bastante solitario. Creo que no tuvo otros alumnos antes que yo ... lo cual me hace verdaderamente afortunada, supongo... Pero bueno, no os quiero aburrir. El caso es que no sé dónde está. Antes de irnos a la guarida de Chlorinthyass hice que un clérigo le enviara un mensaje y sólo pude averiguar que está bien, y en algun punto del mundo indeterminado, lejos de Greyhawk.
En ese punto el tabernero llega con otra cerveza, y Nessa la ataca con avidez. Quizás es un poco pronto para tanto alcohol, pero qué demonios, quién sabe cuándo podrán volver a estar relajados en una taberna.
- Eeeen fin. Cambiando de tema, Rolthos, quería decirte que me alegra ver que estás de mejor humor. Me tenías un poco preocupada, ¿sabes? Después de lo que le pasó a Sera, de la situación con Zalphiros y Vraak, después la declaración ante tu maestro, Sir Cyrnair y los demás ... parecía que cargabas el peso del mundo sobre tus hombros. Aún lo parece...
Nessa apoya en ese momento una mano sobre la del paladín, y le dice:
- No cargues esas preocupaciones solo, Rolthos. Recuerda siempre que nos tienes a nosotros. De alguna forma saldremos de todo esto juntos, ¿eh?
Jen y Julian aparecen justo en ese momento, y Nessa les da la bienvenida con una amplia sonrisa:
- Bienvenidos, chicos.
Los compañeros hacen un hueco en la mesa para la pareja, y les ponen al día sobre lo sucedido durante la declaración. Y cuando le barde menciona la posibilidad de hacer un número en la taberna, Nessa recuerda lo mucho que le gusto la historia del mago que Jen les contó en uno de los descansos en la mazmorra de las Planicies de Ceniza y dice:
- ¡Veámoslo!
Tras la actuación, Nessa aplaude sonoramente y sonríe, encantada.
- ¡Qué bien lo hace! - le dice a un Julian a todas luces embelesado con le barde.
Fijándose en cómo el médico mira a su amiga, no puede evitar volver a pensar en Ornym. "¿Dónde estarás...? No tengo ni idea de qué te diría si te volviera a ver, pero ... maldita sea .... quiero volver a verte...", piensa jugueteando de nuevo con su pulsera.
El pensamiento se pierde cuando Jen vuelve con ellos a la mesa, los amigos alaban su actuación y continúan sus conversaciones.
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- ¿Porque no hablas con algún mago, en la escuela de magos quizás puedan ayudarte a mandarle un mensaje por medios mágicos? - Después agradece las palabras de Nessa.
Con un respetuoso brindis saluda a Julian. - ¡Bienvenido! y cuando Jen empieza toda su atención se centra en la asombrosa actuación. Su mente se alejase aún más de los últimos acontecimientos rompiendo el ciclo obsesivo. El alcohol, el espectaculo, el calor de las amistades... una sonrisa asuma a sus labios.
Zevatur, Rolthos
La ranger agita la mano, como descartando la idea.
- Mejor no. Al menos, no ahora ... no le quiero molestar. Al fin y al cabo eso fue precisamente lo que hizo uno de los clérigos que atendió a Aisha no hará ni cuatro días. Además, ese clérigo me dijo que mi maestro parecía ocupado, probablemente tiene cosas más importantes en las que pensar.
Nessa tuerce un poco el gesto al decir esto. Obviamente no le gustan las implicaciones de lo que ella misma está diciendo, pero al mismo tiempo, es algo perfectamente posible. Carraspea y cambia rápidamente del tema.
- Por cierto, hablando de Aisha, más tarde me gustaría ir a visitarla a ella y a Lo Kag. ¿Querríais venir? Qué os parece ir a ver cómo están y después....
Mira a Jen con una chispa emocionada en sus ojos:
- ... ¿nos vamos POR FIN a la casa de baños? Dioses, os prometo daría casi cualquier cosa por darme un buen baño caliente. Cualquier cosa excepto quizás ESTA cerveza.
La ranger se procura un largo sorbo de la dorada bebida acompañado de un suspiro de satisfacción. Casi casi parece que no tienen ninguna preocupación en el horizonte esperándoles.
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La increíble actuación de Jen hace que el resto de la noche pase entre risas, música y alcohol. Mucho alcohol. Pero es justo lo que los compañeros, tras todas sus desventuras, necesitan. Ni siquiera el normalmente tranquilo y reservado Rolthos puede evitar contagiarse del entusiasmo de sus amigos. Esa noche las preocupaciones quedan atrás. Han arriesgado sus vidas, han luchado contra criaturas y seres espantosos y han sobrevivido. Eso es más que suficiente para celebrar y dejarse llevar. Rolthos no vuelve a casa esa noche, ni Julian ni Jen, todos se quedan en habitaciones en la posada para evitar acabar en la otra punta de la ciudad o en una casa extraña por equivocación.
A la mañana siguiente une insistente Jen consigue sacar de la cama al grupo. Nessa no es capaz de abrir del todo los ojos, y que Cruços haga una broma diciendo que si bebiera tanto como él estaría más acostumbrada a la resaca no ayuda a mejorar su humor. Jen insiste en que quiere llevarles a un sitio especial, y tras un rápido desayuno, les lleva por las concurridas calles de la vibrante Greyhawk hacia el Barrio Alto.
Allí, no muy lejos de la Posada del Dragón Dorado, donde les cobraron las cervezas más caras de sus vidas, Jen les lleva hasta un jardín con un par de fuentes cuyo camino de arena blanca desemboca en un establecimiento bellamente construido con piedra caliza blanca, mármol y ladrillo rojo, entremezclados de manera elegante y armoniosa. La puerta está enmarcada en un arco de herradura, así como dos delgadas y grandes ventanas a ambos lados. La puerta, de madera oscura, está decorada con un intricado bajorrelieve que la cubre por completo. El laberíntico arabesque recuerda a una enredadera.
Dentro huele a incienso y especias y les recibe una hermosa mujer de piel cetrina y vivos ojos verdes, cuya cara está cubierta por un velo de seda azul marino y su pelo trenzado pelo negro cae por su espalda hasta más allá de la cintura.
Cuando la mujer les recibe con melodiosa voz - Bienvenidos a Al-Hamma Samawi. Los Baños Celestiales se sienten honrados con vuestra visita honorables huéspedes - a Nessa se le pasa todo el enfado y los cuidados que le brindan durante el resto de la mañana la mujer de ojos verdes y su compañera de ojos ambarinos a ella y al resto con masajes, baños termales y aceites, y tanto te con menta como pueden beber, hacen las delicias de la ranger.
Por la noche visitan a Lo Kag y Aisha en el templo de la Reina Cuervo. Aisha está aún recuperándose de sus heridas y el gran bárbaro se ocupa de ella con gran cuidado. Nadie habla de ello, pero parece que en el cumplimiento de su promesa, el goliath ha desarrollado sentimientos más profundos por la elfa. Sin embargo, Aisha está débil aún y no se demoran mucho para no influir negativamente en su recuperación.
Los siguientes días pasan más rápido de lo que nadie del grupo esperaría. Hacen las compras y preparativos necesarios pero, por primera vez en semanas, no tienen un verdadero sentimiento de urgencia ni un objetivo claro y hasta les resulta extraño tener tiempo para ellos mismos.
Los días se convierten en una semana y los días siguen pasando. Rolthos ha pasado mucho tiempo en su templo, meditando, hablando con Sir Lindal y entrenando con Sir Cynair. Cruços se ha marchado con Xan'drila a alguna misión de su Orden o al algo relacionado con su Orden. Jen pasa mucho tiempo con Julian y Nessa pronto siente que está fuera de lugar en la ciudad. No puede salir de la misma pero consigue, tras tener que decir que es conocida de Vraak, que la dejen practicar en el campo de tiro de la guardia. Es allí donde escucha los primero rumores de una enfermedad que se propaga rápidamente por el barrio de los refugiados, con los templos y las casas de curación de la zona y del Mercado Bajo que comienzan a estar saturados.
Jen ve cómo Julian llega cada día más y más cansado del hospital donde trabaja y tan sólo le comenta que el director le necesita cada día más ya que los casos de esa extraña enfermedad se multiplican. Julian no está preocupado, al contrario, consigue tranqulizar a Jen con su optimismo. Se lamenta que la falta de higiene y la aglomeración por los cientos de refugiados que llegaron a la ciudad hace unos años es lo que les está haciendo más difícil su labor, pero está convencido de que lo peor pasará pronto.
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[En los baños termales]
Mientras la ranger se dedica a disfrutar de un baño caliente dentro de una barrica de madera, con los ojos cerrados y un tercio de busto fuera del agua (suficiente para poder apoyar los codos en la plataforma que bordea la bañera) le barde se le acerca, sentándose gracilmente en el borde, tras ella. -Nessa!- Canturrea, sacando del bolsillo de su bata de baño un lazo de color verde aguamarina y otro de color menta, y unos abalorios esféricos y tubulares con intrincados diseños. Algunos son de cristal, otros de metal.
-Me dejas probar una cosa?? Tienes el pelo tan largo y tan bonito... Es solo un detalle, pero... Vi estos abalorios, y pensé en ti.- Su amiga asiente de manera entusiasta y ambos pasan un buen rato en la bañera charlando de esto y aquello, mientras le barde trenza el pelo de Nessa en complicados patrones que se entrelazan unos con otros.
Desde entonces Jen trenza el pelo de Nessa en un patrón distinto cada varios días. A veces el peinado es mas preto, si Nessa va a entrenar al campo de tiro. A veces es mas suelto, si ese día parece presentarse tranquilo.
[Varios dias despues]
Jen se desploma en una banqueta junto a su amiga, y pide una jarra de bebida. -Por los dioses. ¿Te lo puedes creer? Cada día hay más enfermos. En el hospital de Ilya están a reventar! No entiendo de donde viene esto. Es de locos! Como sigan aumentando los enfermos van a tener que poner a la ciudad en cuarentena.... El equipo de médicos está trabajando a toda máquina...- Suspira, apoyando los codos en la mesa de forma poco ceremoniosa.
Tras retomar el contacto con sus conocidos, cumplir con sus obligaciones eclesiásticas más inmediatas, y re-contactar con la familia, Rolthos se dirige al mercado a investigar la inquietante situación de los niños. Desprovisto de su armadura, con ropas no demasiado llamativas y sin muchas pertenencias se pasea por el mercado en busca de aquellos niños que parecían tener problemas... "posiblemente sea algún desalmado que los esta usando para beneficio propio." piensa lleno de prejuicios.
7
Zevatur, Rolthos
Aunque el grupo va en conjunto a dar una vuelta por el Mercado Bajo, no consiguen localizar a los dos niños que vieron hace unas semanas hablando con la aasimar de piel azulada. Nessa, aunque mira, tampoco encuentra al vendedor de pociones que no les vendió lo que ella le había pedido. Sí encuentran, sin embargo, al enano que vende cervezas, y aunque se ven tentados de comprar un pequeño barril para Cruços, finalmente lo piensan mejor.
No es hasta que vuelven al Dragón Verde cuando Rolthos y Nessa se dan cuenta de que han extraviado el pequeño saco de monedas que se habían quedado para tener dinero rápido con el que hacer alguna compra. Y deben haberlo extraviado porque no hay restos del cuero que usan para cerrarlo y atarlo a sus cinturones, como habría quedado si se lo hubieran cortado al robárselo.
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[En los baños termales]
Nessa ni siente ni padece cuando se levanta al día siguiente. No es que tenga poca tolerancia al alcohol, sino que simplemente esa noche se ha dejado llevar más de lo normal. Las circunstancias bien lo merecían... y aunque no se arrepiente de nada porque se lo ha pasado realmente bien con sus amigos, ahora mismo, el dolor de cabeza hace que piense de un modo un poco diferente.
Aún así, la visión que les ofrecen los Baños Celestiales hacen que todos los males desaparezcan de la cara de la chica, que abre casi como platos los ojos que tenía entrecerrados para evitar la claridad de la calle
- Ohhhh... oh si, qué maravilla, chicos...- es todo cuanto acierta a decir, entrando con entusiasmo al establecimiento.
**** Un rato más tarde ****
- Esto ... es ... vida... - dice mientras está en la barrica de madera - Jen, no quiero irme de aquí nunca. NUNCA. No me van a sacar de aquí ni con agua caliente...
Se para un momento, y luego empieza a reírse a carcajadas, chapoteando con las manos en el agua.
- ¡NI CON AGUA CALIENTE! JAJAJA ... ay, qué tontería.
Las dos amigas se ríen tontamente un rato, y al cabo de un rato vuelven a beber té y relajarse, hablando de sus cosas. El que le barde le trence el pelo no hace más que aumentar la sensación de bienestar de Nessa, que se encuentra como en una nube. Un abrazo y un beso rubrican el agradecimiento de la ranger a Jen, lo que sella aún más el vínculo que hay entre ellas.
[En el templo]
Tras un rato charlando con Aisha y Lo Kag, Nessa se descuelga la mochila y ofrece un pequeño paquetito a la clériga y otro a Lo Kag.
- No es mucho, pero encontré esto en la cueva de Chlorynthiass y pensé en vosotros...
Al desenvolver los paquetes, Aisha descubre un colgante con un cráneo de cuervo de plata y Lo Kag una escama de dragón verde que se desprendió de la criatura antes de que ésta se convirtiera en lich.
- No pudisteis estar en el combate, pero quería que tuvierais un recuerdo. Al fin y al cabo, vosotros trambién colaborasteis para que llegásemos a aquel encuentro..
La ranger abraza con cariño a sus amigos. Sabe que es probable que no se vuelvan a ver, pero nunca les olvidará.
[Varios días después]
Los días transcurren tranquilos, y Nessa aprovecha buena parte de este tiempo para afinar su puntería en el campo de tiro de la guardia de la ciudad. No le resulta difícil encontrar un horario en el que puede tener el campo entero para ella sola, y aprovecha esto para poder disparar con tranquilidad y absoluta concentración. No se había dado cuenta de lo mucho que echaba de menos entrenar sin más objetivo que el de perfeccionar su técnica, sin la presión de tener que luchar por salvar su vida o la de sus amigos, solamente por el puro placer de prestar atención a cada interacción con el arco y las flechas, al tacto de la cuerda en sus dedos, al sonido de la flecha atravesando el aire y golpeando la diana.
En este estado de tranquilidad durante el entrenamiento, aprovecha también para repasar mentalmente los combates en los que ha participado, buscando posibles puntos de mejora de cara a ser más efectiva en los próximos combates. Incluso aprovecha para leer algún libro acerca de tácticas de combate al que logra acceder gracias de nuevo a la ayuda de Vraak.
Con la tontería le estoy dando un poco de justificación a la feat de "Battlewise"!
Cuando se junta a la hora de comer con Jen y Rolthos, discuten sobre el asunto de la enfermedad - que tiene tan atareado a Julian - y los niños que se encontraron en los mercados hacía algunas semanas. Acuerdan investigar ambos asuntos, empezando primero por el de los niños. Tras un primer intento de Nessa y Rolthos de localizar a los niños y a la aasimar que vieron hace unas semanas, acaban volviendo frustrados porque no sólo no los han localizado, sino que encima han estado tan poco atentos que alguien les ha robado sus monederos sin mayor dificultad.
Recordando el magnífico espectáculo que le barde ofreció en la posada hace unos días, propone lo siguiente:
- Jen, ¿qué te parecería hacer algo similar en el Mercado bajo? Estoy convencidísima de que atraería la atención de mucha gente, incluidos los niños a los que estamos buscando. Mientras tú actuas, Rolthos y yo podríamos estar atentos a ver si aparecen ellos o la aasimar de piel azulada. Quizás así tengamos más suerte.
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra