Rolthos se quedó helado ante el espectáculo de la enfermedad, el sufrimiento era enorme. Cada mañana había acudido a la capilla de Mayaheine para curar a los enfermos que los clérigos de la capilla le indicaban. Posiblemente los más urgentes o vulnerables, después se alejaba a ocuparse de otros asuntos. Por ello no se había percatado hasta ahora la gravedad de la plaga. La enfermedad se iba a cobrar un alto precio en vidas y sus habilidades apenas podían contenerla.
El paladín miró a la mujer y al niño con compasión y pensó si acudir al barrio alto era la mejor opción. Posiblemente los templos allí también estarían colapsados. Las posibilidades de ayudarles eran escasas. - Considero que es mejor que Julian le examine primero... y después yo mismo le llevaré al barrio alto. ¿Os parece bien? - Pregunto a la mujer, preparado para coger al niño y llevarle a cuestas.
Nessa asiente a Rolthos y mira a la mujer de nuevo, dirigiéndole una mirada que intenta transmitir un poco de esperanza y tranquilidad:
- No podrías dejar a tu hijo en mejores manos que en las de Rolthos. Deja que le lleve y seguro que el doctor podrá hacer algo por él. ¿Cómo os llamáis por cierto? Yo soy Nessa y elle es Jen.
Mira hacia la entrada del hospital, evaluando si la mujer podrá seguirles entre tanta gente, pero le parece complicado:
- Quizá sea mejor que nos esperes aquí fuera para que descanses un poco mientras nosotros entramos...
Le ofrezco el odre de agua por si se quiere refrescar.
- No te preocupes, saldré para avisarte de lo que nos diga el doctor.
La joven mujer asiente y se deshace en lágrimas. Sin embargo sigue al grupo al interior.
Cargando con el niño en los poderosos brazos del paladin, el cual se asombra de lo ligero que es, Jen va abriendo paso entre la gente que, al ver a un caballero embutido en su armadura cargando con un niño, se apartan y nadie opone resistencia alguna, pese a que puedan llevar tanto o más tiempo que la madre esperando. Nessa camina detrás de Rolthos, ayudando a la afectada madre.
Dentro del hospital la situación no es mejor. Las enfermeras se afanan en atender a los enfermos, aunque poco pueden hacer más que intentar que estén cómodos. Jen sabe que el hospital es un edificio de dos plantas, con la planta baja dividida en tres alas con camas. Fue Julian el que introdujo la idea hace años de separar a los pacientes por dolencias, segregando a los que mostraban síntomas de enfermedad de los que venían con alguna herida, pero ahora las tres alas parecen llenas de gente enferma. Le barde sabe que en el piso superior hay unas cuantas habitaciones para los casos más delicados, y dos salas donde Julian intenta practicar cirugia como arreglar huesos rotos o coser heridas más serias. Por lo que le ha dicho Julian también está el despacho del director del hospital.
La gente se agolpa en las tres grandes salas, que normalmente tienen unas veinte camas cada una pero nunca habían estado llenas, y en los pasillos aledaños. Las, obviamente sobrepasadas enfermeras, corren de un sitio para otro intentando dar mantas y agua a los enfermos.
No es hasta entrar en la sala de la izquierda que Jen no ve a Julian. Ahora se da cuenta de lo desmejorado que está. El pelo alborotado y sucio de no haber apenas descansado, barba de varios dias, profundas ojeras enmarcando sus ojos. Está junto a una cama, al parecer controlando el estado de un paciente, junto a un hombre calvo, entrado en años y claramente obeso que, sin embargo, tiene una chispa de inteligencia en sus claros ojos azules. Va vestido igual que Julian. El director del hospital y el otro médico. Sir Varagine Gui, creador y mecenas del hospital.
Cuando Julian les ve entrar con el niño, se dirige hacia ellos, Sir Varagine les mira y asiente comprendiendo antes de seguir con el paciente que estaban.
- Jen! ¿Pero qué... ? Venid vendi... aquí no hay sitio, llevemosle arriba... -
Mientras se dirige hacia las escaleras que están en la entrada llama la atención de una enfermera, una mujer anciana, enjuta, con rostro severo y ojos inquisidores, que parecen juzgar a quien está mirando.
- Señora Schlegel por favor, prepare la habitación ciento cinco - dice mientras entra en un pequeño almacén a coger algo.
La mujer le mira, mira al grupo y al niño y sin hacer ningún gesto de comprensión o desacuerdo, se da media vuelta y sube las escaleras, adelantándose tan sólo unos segundos para abrrirles la puerta.
Rolthos, siguiendo las indicaciones de Julian, deja al niño en la cama y entre él y la Señora Schlegel comienzan a desnudar al crio de sus sucias ropas y a examinarle.
Los tres amigos esperan fuera, junto a una madre que se debate entre la gratitud y la preocupación. Pasados unos minutos los dos salen de la habitación.
- Sin duda es víctima de la enfermedad - dice Julian - pero no desesperéis - le dice a la madre - habéis hecho bien trayéndole. Ahora le lavaremos bien y os traeremos una tinaja de agua con un preparado que hago yo. Deberéis aseguraros que lo bebe todo. - le toma las manos a la madre - es joven... hay esperanza. -
Se vuelve a la enfermera que está en silencio a su espalda. Nessa no puede evitar la sensación de que les está juzgando a todos por su aspecto, o por sus gestos, o por lo que dicen.. y que no están pasando el severo juicio de la enfermera, aunque ella no dice ni hace nada para indicar algo así, es solo... que despide esa impresión. Quizá el uniforme negro con cofia blanca que lleva no ayuda.
- La Señora Schlegel es la enfermera jefe. Ella la acompañará y la ayudará a lavar a su hijo... -
La madre no puede evitar abrazar a Julian y al grupo, dándoles las gracias pero se refrena al llegar a la enfermera jefe que se limita a levantar una ceja cuando la joven se gira hacia ella. Eso es suficiente para que adopte una actitud más sumisa. La enfermera jefe habla por primera vez.
- Sigame... - y se da media vuelta con una azorada madre comportándose como una pilluela que ha sido cogida en mitad de una travesura.
Julian esboza una media sonrisa y se vuelve a ellos,
- Jen.. chicos... gracias por traer al chico, sin atención no creo que pudiera pasar esta noche... ya veremos... espero que se recupere aunque estamos perdiendo a muchos... -
Jen tira un poco del codo del médico y le lleva aparte un momento -Querido.... Esto no estaba así hace unos días. Por qué se ha disparado todo de pronto?- Jen parece alarmade de verdad. Como ha podido saltársele el estado de su pareja? Estaba demasiado emocionade con sus nueva... Situación.
Le planta la bolsa de papel en el pecho. - Se que no me vas a hacer caso si te digo que vengas a dormir, pero... Te he traido algo para comer. Necesitais ayuda? Voluntarios? Ilya, dime que podemos hacer. Podemos gestionar la llegada de gente? Lo que sea.
Julian sonrie y acaricia el rostro de Jen con un gesto cariñoso mientras coge la bolsa de comida con la otra mano.
- Parece que se está expandiendo con mucha rapidez en los últimos días si. - Julian deja que los hombros se hundan un poco por el cansancio mientras se apoya en la pared.
- Si pudierais contorlar que la gente haga una cola... el probelma es que no podemos atender a más de momento, esa cama era la última que teníamos disponible, y ya has visto cómo está la planta de abajo. Sir Varagaine va a dar una cena esta noche en su hacienda para intentar recaudar fondos y ayuda. Espero que lo consiga... quizá... yo no puedo asistir ya que al menos uno de los dos tiene que quedarse aqui pero, ¿ y si vais vosotros? Tu amigo Rolthos tiene cierto renombre ¿ no? podéis ayudarle a explicar la situación aquí. Imagino que fuera de las murallas será incluso peor... -
Rolthos observó la situación compungido. Sus recursos se están viendo sobrepasados por la plaga y por la terrible situación, tan solo unos días antes sus preocupaciones tenían un nombre y cara concretos, ahora el enemigo era algo a lo que no se podía ensartar con una espada. Al menos hacia cuanto podía todas las mañanas, agotando sus habilidades divinas.
Rolthos se quedó reflexionando un momento tras las palabras de Julian. - Hace unas horas adquirimos un compromiso con un par de agentes que podrían ayudarnos a solucionar varios problemas en la ciudad. Sin embargo, si es posible acudir a la cena por un precio, es posible que aceptasen venir con nosotros. ¿De cuanto dinero estamos hablando para el acceso a la cena, sabéis con quien debemos hablar?
- En cuanto a la enfermedad, nos estábamos preguntando si conocer el origen podía ayudar a solucionar el problema, quizás haya un foco que lo este esparciendo desde algún lugar concreto de la ciudad... ¿Podríais indicarnos los primeros pacientes que conocéis, los mas antiguos? Si la enfermedad tiene un origen, ellos podrían ser la clave para saber del origen.
Jen hace un puchero y abre la boca para protestar -Ilya odio las cenas frivolas! No son mi amb....- iba a decir "ambiente" pero se para a mitad de frase. Mira hacia un lado con el ceño fruncido, como si alguien le estuviera susurrando al oido, pero no hay nadie -ambiente.... Claro!- Se vuelve a Julian que le mira con cara de confusión- Lo siento, corazón. No quería subir el tono. Iremos. Rolthos es un gran paladín, le escucharán -
En su mente maldice a todos aquellos que desprecian a los médicos.- Y si Sir Varagaine lo permite, yo podría actuar para amenizar la velada y recaudar más. - Mira alrededor con cara de preocupación - Oh Ilya...- Le da un tierno abrazo al médico y un mimo en la nuca -Prométeme que te vas a cuidar. Te quiero sano y salvo.-
Nessa despide con una sonrisa a la mujer, alegrándose de que hayan podido ayudar al menos a esta familia. Es una pequeña gota en un océano de enfermos, pero es un comienzo. Con un poco de suerte, la próxima vez que vuelvan a pasar por el hospital les habrán dado de alta y habrá un niño enfermo menos en la ciudad.
Antes de que el grupo se aleje, hace ademán de dirigirse a la señora Schlegel, para ofrecer sus hechizos curativos en caso de que haya algún paciente con heridas físicas en el hospital, pero una nueva mirada a la expresión de la mujer hace que cambie de idea, dirigiéndose entonces a Julian, Jen y Rolthos.
Tras darle un poco de espacio a la pareja para que termine de hablar, dice:
- La verdad es que no hemos visto cómo está la situación en el barrio bajo, Julian, pero iremos a investigar. Puede que encontremos alguna pista que nos indique el origen de esta enfermedad. En cuanto a esa fiesta...
Carraspea un poco y añade:
- ... esto... la verdad es que nunca he ido a un evento así, ni estoy acostumbrada a estar entre gente de tan alta alcurnia. En fin, si crees que podemos ayudar iré, claro, pero ... - se mira su propia ropa y dice - ... dioses, no puedo ir vestida así, ¿no?
Dirige a Jen y Rolthos una mirada cohibida. De repente, el pensar en ir a cazar a un personaje como Zalphiros le resultaba más sencillo y atractivo que acudir a una cena con la alta sociedad de Greyhawk.
Jen chasquea la lengua y se da una palmadita en el pecho con cara de orgullo. - Déjamelo a mi! Yo me encargo de tu ropa!- Le coge las manos a Nesa con emocion.- Vosotros investigad el barrio pobre. Me gustaría quedarme en el hospital y ayudar a Ilya. Os veo en unas horas en el Dragón Verde?
- De acuerdo, allí nos veremos - y aún sosteniendo las manos de le barde, le da un pequeño apretón y añade - ¡gracias...!
Antes de irse se dirige al doctor una vez más:
- Julian, ¿algún consejo antes de irnos al barrio bajo? Tus conocimientos nos vendrían bien de cara a saber qué buscar y ... cómo protegernos. Si es que existe algún modo de minimizar la posiblidad de enfermar.
Rolthos y Nessa salen del abarrotado hospital y se dirigen hacia el Barrio Bajo. No tardan mucho en cruzar el resto de la ciudad sólo que ahora se van fijando más y aquí y allá escuchan a gente toser o ven a alguien afanándose en continuar con sus trabajos, como descargar un carro lleno de fardos de lana, o atendiendo a algún cliente en una tienda, pese al mal aspecto y tener síntomas de la enfermedad.
Julian les ha explicado que comienza con algo de tos, luego fiebre, la piel se torna grisácea y en los peores casos se pierde mucho líquido y la piel se estira en el cuerpo y se reseca. Cada vez fallece más gente y tiene un aspecto terrible, por lo que no les dejan que sus familiares les vean así.
Al cruzar las murallas y llegar a donde sospechan que comenzaron los contagios se encuentran con un aspecto de Greyhawk que no habían visto mucho. Las sólidas casas de piedra y madera dan paso a estructuras únicamente de madera que no parecen tan estables. Las casas se apilan las unas contra las otras, formando un precario equilibrio entre ellas. Apenas hay estructuras de dos plantas y las calles no están adoquinadas. El barro se acumula en sus botas mientras andan por allí sin ningún rumbo fijo. Ven más o menos la misma gente que en las calles de la ciudad, solo que aquí apenas hay tráfico de carros tirados por estibadores por el barro y hay más niños jugando por las calles. No podrían decir que el número de personas con síntomas es mayor que en los otros barrios que han cruzado hasta llegar aquí, pero es difícil saberlo con exactitud. Es posible que oigan a más gente toser, pero también puede que sea cosa de ellos que se han convencido que aquí encontrarían una situación peor. Esto puede significar algo bueno, que la cosa no sea tan mala como parecía, o algo malo, que la enfermedad está igual de expandida por toda la ciudad.
Tras deambular un rato por allí sin rumbo fijo y dar unas pocas monedas a unos mendigos que se les acercan, encuentran la única edificación de piedra que han visto en todo el barrio, el templo de Istus, Dios del Destino. Allí la imagen es muy parecida a la del hospital, gente en la entrada, haciendo cola o simplemente esperando, tosiendo y algunos con el aspecto ceniciento ya. Los acólitos y los clérigos se mueven afanosamente entre los enfermos para poder atenderlos lo mejor que pueden con los recursos que tienen a mano.
Un anciano monje, vestido con los marrones hábitos de su religión, ajado por la edad, frágil de cuerpo pero firme en su voluntad, dirige los esfuerzos de los clérigos y acólitos para atender a los enfermos.
Las escenas de pobreza no son ajenas al paladín que en sus años de aprendiz de guardia de ciudad visitó numerosas veces las zonas más pobres y las más inseguras de la ciudad. Pero a pesar de que la enfermedad no parece ser mayor aquí que en otros lados, las escenas de la enfermedad se le atragantan. Gente claramente enferma intentando hacer sus quehaceres diarios no presagiaba nada bueno, y aquí los enfermos no podrían para de trabajar. El progreso de la enfermedad iba a seguir su curso y solo los dioses sabían el impacto que tendría en unos días. Al llegar al templo se acercó a los clérigos y se presentó. En el futuro si las cosas se ponían mal, esta zona sería la primera en tener problemas de hambre y otros suministros.
- Buenos días, monje. Yo, Rolthos, y mis compañera, Nessa, estamos intentando obtener alguna ayuda para frenar el avance de la enfermedad. Hemos hablado con Julian, en el hospital. Según parece en todos los templos y en el hospital los clérigos y doctores están desbordados. Nos preguntábamos quizás por su origen. Según parece los primeros casos parecen provenir de esta zona. Yo pensaba que encontrando el origen de la enfermedad quizás pudiéramos encontrar algún remedio o conocimiento de la misma que pudiese ayudar.
Nessa saluda al monje y asiente confirmando las palabras de su compañero:
- ¿Recuerda, usted o alguno de los acólitos, quienes fueron los primeros enfermos en ser tratados? ¿Tenían algo en común? Quizás algún patrón de conducta, un lugar en el que hubieran estado todos, algún conocido común... Cualquier detalle que se les ocurra podría ayudar en nuestra búsqueda.
El monje observa con ojos grises y profundos a los dos aventureros que se le presentan.
- Roinen de Fer - se presenta, su voz es firme y resuelta. - No sé nada de todo eso que preguntáis, como veis no hemos tenido mucho tiempo libre últimamente para andar de pesquisas pero me alegra ver que alguien se toma la molestia... si la memoria no me falla, y no me falla nunca, la primera familia en venir enferma fue la del viejo Mirks. Lamentablemente todos han fallecido me temo. No sé si fueron los primeros en enfermar o no, pero sí los primeros en venir aquí. El Viejo Mirks, su hija, el esposo de su hija y la pequeña niña. Todos vinieron con ese aspecto grisácelo y macilento ya. No pudimos hacer nada por ellos. -
- ¿Falleció toda la familia? Qué desgracia... - dice la ranger meneando la cabeza, apesadumbrada - Desde luego intentaremos ayudar en lo posible, sino esta enfermedad terminara devorando a la ciudad entera. ¿Sabe por alguna casualidad donde vivía esa familia? ¿O conoce a alguien que pudiera darnos esa información? Quizá podríamos empezar investigando su hogar o lugar de trabajo en busca de alguna pista que nos diga cómo pudieron contagiarse...
- El joven Larks era pescador, Tess, la hija del viejo Mirks trabajaba como doncella en una casa noble en el Barrio Alto, aunque debo admitir que nunca supe cual. Nem! - llama a una de las acólitas - Nem, tú sabes dónde vivía la familia Mirks ¿verdad ? -
La joven llamada Nem asiente
- ¿La familia Mirks? Si Maestro, en la casa frente a la panadería de la calle de la Lombriz. Desde... que vinieron aquí nadie ha entrado en la casa que yo sepa. La gente tiene miedo a contagiarse. -
Roinen de Fer asiente satisfecho, excusando a la acolita que vuelve a sus quehaceres.
El anciano clérigo se despide de los aventureros.
- Espero que encontréis lo que buscáis. Si me disculpáis tenemos mucho trabajo... -
Tras despedirse del clérigo, y tras dar un par de vueltas, gracias a las indicaciones encuentran la calle de la Lombriz y la panadería. Frente a ella una humilde construcción de madera, hacinada entre otras dos similares, les espera en silencio. La puerta está cerrada y el postigo de la única ventana que pueden ver también está cerrado.
No les hace falta mirar mucho para saber que la única opción que tienen de acceder al hogar de los Mirks y poder continuar con la investigación pasa por forzar la cerradura.
Nessa mira interrogativamente al paladín y éste, suspirando, afirma y se gira para mirar hacia la calle para asegurarse de que nadie les está viendo.
En realidad no hace falta, ya que la ranger - haciendo uso de las técnicas aprendidas por el tiempo que Seth estuvo en el grupo con ellos - consigue ocultarse sin problema y con muy poco esfuerzo logra abrir con facilidad la puerta, cerrada apenas por un simple pasador de madera sujeto por un oxidado candado.
Stealth con ventaja por la capa:
Nessa makes a Stealth check! 2d20kh1 (13, 20) + 11 = 31
Sleight of hand:
Nessa makes a Sleight Of Hand check! 1d20 (8) + 5 = 13
El interior se compone de dos habitaciones bastante humildes. Una sala común con una mesa y el hogar en el centro, con un agujero en el techo para que saliera el humo que se abre y cierra con una trampilla y una polea, y otra sala en la que hay cuatro jergones de paja y un baúl abierto con la ropa de la familia algo desordenadla. Los dos investigadores pueden ver comida medio podrida tanto en la mesa como en una alacena en la habitación principal. Los platos son recoger pueden ser signo de que salieron corriendo al empeorar uno de ellos o que no tuvieron fuerzas para hacerlo al estar fosos enfermos. Mirando con pena y algo de vergüenza entre las cosas de los ahora fallecidos Mirks encuentran las ropas de pescador de el y de doncella de ella. Las ropas de doncella con el símbolo de la casa a la que sirve. Es el mismo escudo que hoy mismo han visto en la entrada del hospital donde trabaja Julian, la casa de Gui.
Bajo uno de los jergones encuentran no muy bien escondida una falquitrera con los ahorros de la familia, apenas cinco monedas de plata y diez de cobre.
Nessa mira con tristeza la escena, imaginando a la familia que había vivido hasta entonces en aquellas habitaciones ajenos a la enfermedad que se los iba a llevar a todos por delante.
- Qué desgracia ... Y ésta es sólo una de las familias de los barrios bajos. ¿Cuántas casas vacías como esta habrá en toda la ciudad...?
Volviédose hacia el paladín, le pregunta:
- Rolthos, ¿has visto a tu familia últimamente? ¿Están bien? ¿Crees ... que esta enfermedad estará atacando otros pueblos? Dioses, espero que mis padres y mis hermanos estén bien...
Sumida en esos pensamientos, envuelve con cuidado la ropa de Tess Mirks. Quizás les sirva para cuestionar al director del hospital de Julian más tarde. Recoge también los ahorros de la familia, y se los enseña a Rolthos:
- Nadie va a usar este dinero ya... ¿Qué te parece si lo entregamos al monje del templo de Istus? Cualquier ayuda les vendrá bien para tratar a los enfermos. De paso, donaré algo de dinero yo también...
Dono 100g, me los he quitado del equipo
- ... volvamos, Jen estará esperándonos en el Dragón Verde.
Rolthos se quedó helado ante el espectáculo de la enfermedad, el sufrimiento era enorme. Cada mañana había acudido a la capilla de Mayaheine para curar a los enfermos que los clérigos de la capilla le indicaban. Posiblemente los más urgentes o vulnerables, después se alejaba a ocuparse de otros asuntos. Por ello no se había percatado hasta ahora la gravedad de la plaga. La enfermedad se iba a cobrar un alto precio en vidas y sus habilidades apenas podían contenerla.
El paladín miró a la mujer y al niño con compasión y pensó si acudir al barrio alto era la mejor opción. Posiblemente los templos allí también estarían colapsados. Las posibilidades de ayudarles eran escasas. - Considero que es mejor que Julian le examine primero... y después yo mismo le llevaré al barrio alto. ¿Os parece bien? - Pregunto a la mujer, preparado para coger al niño y llevarle a cuestas.
Zevatur, Rolthos
Nessa asiente a Rolthos y mira a la mujer de nuevo, dirigiéndole una mirada que intenta transmitir un poco de esperanza y tranquilidad:
- No podrías dejar a tu hijo en mejores manos que en las de Rolthos. Deja que le lleve y seguro que el doctor podrá hacer algo por él. ¿Cómo os llamáis por cierto? Yo soy Nessa y elle es Jen.
Mira hacia la entrada del hospital, evaluando si la mujer podrá seguirles entre tanta gente, pero le parece complicado:
- Quizá sea mejor que nos esperes aquí fuera para que descanses un poco mientras nosotros entramos...
Le ofrezco el odre de agua por si se quiere refrescar.
- No te preocupes, saldré para avisarte de lo que nos diga el doctor.
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
La joven mujer asiente y se deshace en lágrimas. Sin embargo sigue al grupo al interior.
Cargando con el niño en los poderosos brazos del paladin, el cual se asombra de lo ligero que es, Jen va abriendo paso entre la gente que, al ver a un caballero embutido en su armadura cargando con un niño, se apartan y nadie opone resistencia alguna, pese a que puedan llevar tanto o más tiempo que la madre esperando. Nessa camina detrás de Rolthos, ayudando a la afectada madre.
Dentro del hospital la situación no es mejor. Las enfermeras se afanan en atender a los enfermos, aunque poco pueden hacer más que intentar que estén cómodos. Jen sabe que el hospital es un edificio de dos plantas, con la planta baja dividida en tres alas con camas. Fue Julian el que introdujo la idea hace años de separar a los pacientes por dolencias, segregando a los que mostraban síntomas de enfermedad de los que venían con alguna herida, pero ahora las tres alas parecen llenas de gente enferma. Le barde sabe que en el piso superior hay unas cuantas habitaciones para los casos más delicados, y dos salas donde Julian intenta practicar cirugia como arreglar huesos rotos o coser heridas más serias. Por lo que le ha dicho Julian también está el despacho del director del hospital.
La gente se agolpa en las tres grandes salas, que normalmente tienen unas veinte camas cada una pero nunca habían estado llenas, y en los pasillos aledaños. Las, obviamente sobrepasadas enfermeras, corren de un sitio para otro intentando dar mantas y agua a los enfermos.
No es hasta entrar en la sala de la izquierda que Jen no ve a Julian. Ahora se da cuenta de lo desmejorado que está. El pelo alborotado y sucio de no haber apenas descansado, barba de varios dias, profundas ojeras enmarcando sus ojos. Está junto a una cama, al parecer controlando el estado de un paciente, junto a un hombre calvo, entrado en años y claramente obeso que, sin embargo, tiene una chispa de inteligencia en sus claros ojos azules. Va vestido igual que Julian. El director del hospital y el otro médico. Sir Varagine Gui, creador y mecenas del hospital.
Cuando Julian les ve entrar con el niño, se dirige hacia ellos, Sir Varagine les mira y asiente comprendiendo antes de seguir con el paciente que estaban.
- Jen! ¿Pero qué... ? Venid vendi... aquí no hay sitio, llevemosle arriba... -
Mientras se dirige hacia las escaleras que están en la entrada llama la atención de una enfermera, una mujer anciana, enjuta, con rostro severo y ojos inquisidores, que parecen juzgar a quien está mirando.
- Señora Schlegel por favor, prepare la habitación ciento cinco - dice mientras entra en un pequeño almacén a coger algo.
La mujer le mira, mira al grupo y al niño y sin hacer ningún gesto de comprensión o desacuerdo, se da media vuelta y sube las escaleras, adelantándose tan sólo unos segundos para abrrirles la puerta.
Rolthos, siguiendo las indicaciones de Julian, deja al niño en la cama y entre él y la Señora Schlegel comienzan a desnudar al crio de sus sucias ropas y a examinarle.
Los tres amigos esperan fuera, junto a una madre que se debate entre la gratitud y la preocupación. Pasados unos minutos los dos salen de la habitación.
- Sin duda es víctima de la enfermedad - dice Julian - pero no desesperéis - le dice a la madre - habéis hecho bien trayéndole. Ahora le lavaremos bien y os traeremos una tinaja de agua con un preparado que hago yo. Deberéis aseguraros que lo bebe todo. - le toma las manos a la madre - es joven... hay esperanza. -
Se vuelve a la enfermera que está en silencio a su espalda. Nessa no puede evitar la sensación de que les está juzgando a todos por su aspecto, o por sus gestos, o por lo que dicen.. y que no están pasando el severo juicio de la enfermera, aunque ella no dice ni hace nada para indicar algo así, es solo... que despide esa impresión. Quizá el uniforme negro con cofia blanca que lleva no ayuda.
- La Señora Schlegel es la enfermera jefe. Ella la acompañará y la ayudará a lavar a su hijo... -
La madre no puede evitar abrazar a Julian y al grupo, dándoles las gracias pero se refrena al llegar a la enfermera jefe que se limita a levantar una ceja cuando la joven se gira hacia ella. Eso es suficiente para que adopte una actitud más sumisa. La enfermera jefe habla por primera vez.
- Sigame... - y se da media vuelta con una azorada madre comportándose como una pilluela que ha sido cogida en mitad de una travesura.
Julian esboza una media sonrisa y se vuelve a ellos,
- Jen.. chicos... gracias por traer al chico, sin atención no creo que pudiera pasar esta noche... ya veremos... espero que se recupere aunque estamos perdiendo a muchos... -
PbP Character: A few ;)
Jen tira un poco del codo del médico y le lleva aparte un momento -Querido.... Esto no estaba así hace unos días. Por qué se ha disparado todo de pronto?- Jen parece alarmade de verdad. Como ha podido saltársele el estado de su pareja? Estaba demasiado emocionade con sus nueva... Situación.
Le planta la bolsa de papel en el pecho. - Se que no me vas a hacer caso si te digo que vengas a dormir, pero... Te he traido algo para comer. Necesitais ayuda? Voluntarios? Ilya, dime que podemos hacer. Podemos gestionar la llegada de gente? Lo que sea.
Julian sonrie y acaricia el rostro de Jen con un gesto cariñoso mientras coge la bolsa de comida con la otra mano.
- Parece que se está expandiendo con mucha rapidez en los últimos días si. - Julian deja que los hombros se hundan un poco por el cansancio mientras se apoya en la pared.
- Si pudierais contorlar que la gente haga una cola... el probelma es que no podemos atender a más de momento, esa cama era la última que teníamos disponible, y ya has visto cómo está la planta de abajo. Sir Varagaine va a dar una cena esta noche en su hacienda para intentar recaudar fondos y ayuda. Espero que lo consiga... quizá... yo no puedo asistir ya que al menos uno de los dos tiene que quedarse aqui pero, ¿ y si vais vosotros? Tu amigo Rolthos tiene cierto renombre ¿ no? podéis ayudarle a explicar la situación aquí. Imagino que fuera de las murallas será incluso peor... -
PbP Character: A few ;)
Rolthos observó la situación compungido. Sus recursos se están viendo sobrepasados por la plaga y por la terrible situación, tan solo unos días antes sus preocupaciones tenían un nombre y cara concretos, ahora el enemigo era algo a lo que no se podía ensartar con una espada. Al menos hacia cuanto podía todas las mañanas, agotando sus habilidades divinas.
Rolthos se quedó reflexionando un momento tras las palabras de Julian. - Hace unas horas adquirimos un compromiso con un par de agentes que podrían ayudarnos a solucionar varios problemas en la ciudad. Sin embargo, si es posible acudir a la cena por un precio, es posible que aceptasen venir con nosotros. ¿De cuanto dinero estamos hablando para el acceso a la cena, sabéis con quien debemos hablar?
- En cuanto a la enfermedad, nos estábamos preguntando si conocer el origen podía ayudar a solucionar el problema, quizás haya un foco que lo este esparciendo desde algún lugar concreto de la ciudad... ¿Podríais indicarnos los primeros pacientes que conocéis, los mas antiguos? Si la enfermedad tiene un origen, ellos podrían ser la clave para saber del origen.
Zevatur, Rolthos
Jen hace un puchero y abre la boca para protestar -Ilya odio las cenas frivolas! No son mi amb....- iba a decir "ambiente" pero se para a mitad de frase. Mira hacia un lado con el ceño fruncido, como si alguien le estuviera susurrando al oido, pero no hay nadie -ambiente.... Claro!- Se vuelve a Julian que le mira con cara de confusión- Lo siento, corazón. No quería subir el tono. Iremos. Rolthos es un gran paladín, le escucharán -
En su mente maldice a todos aquellos que desprecian a los médicos.- Y si Sir Varagaine lo permite, yo podría actuar para amenizar la velada y recaudar más. - Mira alrededor con cara de preocupación - Oh Ilya...- Le da un tierno abrazo al médico y un mimo en la nuca -Prométeme que te vas a cuidar. Te quiero sano y salvo.-
Nessa despide con una sonrisa a la mujer, alegrándose de que hayan podido ayudar al menos a esta familia. Es una pequeña gota en un océano de enfermos, pero es un comienzo. Con un poco de suerte, la próxima vez que vuelvan a pasar por el hospital les habrán dado de alta y habrá un niño enfermo menos en la ciudad.
Antes de que el grupo se aleje, hace ademán de dirigirse a la señora Schlegel, para ofrecer sus hechizos curativos en caso de que haya algún paciente con heridas físicas en el hospital, pero una nueva mirada a la expresión de la mujer hace que cambie de idea, dirigiéndose entonces a Julian, Jen y Rolthos.
Tras darle un poco de espacio a la pareja para que termine de hablar, dice:
- La verdad es que no hemos visto cómo está la situación en el barrio bajo, Julian, pero iremos a investigar. Puede que encontremos alguna pista que nos indique el origen de esta enfermedad. En cuanto a esa fiesta...
Carraspea un poco y añade:
- ... esto... la verdad es que nunca he ido a un evento así, ni estoy acostumbrada a estar entre gente de tan alta alcurnia. En fin, si crees que podemos ayudar iré, claro, pero ... - se mira su propia ropa y dice - ... dioses, no puedo ir vestida así, ¿no?
Dirige a Jen y Rolthos una mirada cohibida. De repente, el pensar en ir a cazar a un personaje como Zalphiros le resultaba más sencillo y atractivo que acudir a una cena con la alta sociedad de Greyhawk.
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
Jen chasquea la lengua y se da una palmadita en el pecho con cara de orgullo. - Déjamelo a mi! Yo me encargo de tu ropa!- Le coge las manos a Nesa con emocion.- Vosotros investigad el barrio pobre. Me gustaría quedarme en el hospital y ayudar a Ilya. Os veo en unas horas en el Dragón Verde?
Nessa sonrie y asiente:
- De acuerdo, allí nos veremos - y aún sosteniendo las manos de le barde, le da un pequeño apretón y añade - ¡gracias...!
Antes de irse se dirige al doctor una vez más:
- Julian, ¿algún consejo antes de irnos al barrio bajo? Tus conocimientos nos vendrían bien de cara a saber qué buscar y ... cómo protegernos. Si es que existe algún modo de minimizar la posiblidad de enfermar.
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
Julian asiente
- Lavaos mucho las manos si tocais a alguien enfermo... -
PbP Character: A few ;)
Rolthos y Nessa salen del abarrotado hospital y se dirigen hacia el Barrio Bajo. No tardan mucho en cruzar el resto de la ciudad sólo que ahora se van fijando más y aquí y allá escuchan a gente toser o ven a alguien afanándose en continuar con sus trabajos, como descargar un carro lleno de fardos de lana, o atendiendo a algún cliente en una tienda, pese al mal aspecto y tener síntomas de la enfermedad.
Julian les ha explicado que comienza con algo de tos, luego fiebre, la piel se torna grisácea y en los peores casos se pierde mucho líquido y la piel se estira en el cuerpo y se reseca. Cada vez fallece más gente y tiene un aspecto terrible, por lo que no les dejan que sus familiares les vean así.
Al cruzar las murallas y llegar a donde sospechan que comenzaron los contagios se encuentran con un aspecto de Greyhawk que no habían visto mucho. Las sólidas casas de piedra y madera dan paso a estructuras únicamente de madera que no parecen tan estables. Las casas se apilan las unas contra las otras, formando un precario equilibrio entre ellas. Apenas hay estructuras de dos plantas y las calles no están adoquinadas. El barro se acumula en sus botas mientras andan por allí sin ningún rumbo fijo. Ven más o menos la misma gente que en las calles de la ciudad, solo que aquí apenas hay tráfico de carros tirados por estibadores por el barro y hay más niños jugando por las calles. No podrían decir que el número de personas con síntomas es mayor que en los otros barrios que han cruzado hasta llegar aquí, pero es difícil saberlo con exactitud. Es posible que oigan a más gente toser, pero también puede que sea cosa de ellos que se han convencido que aquí encontrarían una situación peor. Esto puede significar algo bueno, que la cosa no sea tan mala como parecía, o algo malo, que la enfermedad está igual de expandida por toda la ciudad.
Tras deambular un rato por allí sin rumbo fijo y dar unas pocas monedas a unos mendigos que se les acercan, encuentran la única edificación de piedra que han visto en todo el barrio, el templo de Istus, Dios del Destino. Allí la imagen es muy parecida a la del hospital, gente en la entrada, haciendo cola o simplemente esperando, tosiendo y algunos con el aspecto ceniciento ya. Los acólitos y los clérigos se mueven afanosamente entre los enfermos para poder atenderlos lo mejor que pueden con los recursos que tienen a mano.
Un anciano monje, vestido con los marrones hábitos de su religión, ajado por la edad, frágil de cuerpo pero firme en su voluntad, dirige los esfuerzos de los clérigos y acólitos para atender a los enfermos.
PbP Character: A few ;)
Las escenas de pobreza no son ajenas al paladín que en sus años de aprendiz de guardia de ciudad visitó numerosas veces las zonas más pobres y las más inseguras de la ciudad. Pero a pesar de que la enfermedad no parece ser mayor aquí que en otros lados, las escenas de la enfermedad se le atragantan. Gente claramente enferma intentando hacer sus quehaceres diarios no presagiaba nada bueno, y aquí los enfermos no podrían para de trabajar. El progreso de la enfermedad iba a seguir su curso y solo los dioses sabían el impacto que tendría en unos días. Al llegar al templo se acercó a los clérigos y se presentó. En el futuro si las cosas se ponían mal, esta zona sería la primera en tener problemas de hambre y otros suministros.
- Buenos días, monje. Yo, Rolthos, y mis compañera, Nessa, estamos intentando obtener alguna ayuda para frenar el avance de la enfermedad. Hemos hablado con Julian, en el hospital. Según parece en todos los templos y en el hospital los clérigos y doctores están desbordados. Nos preguntábamos quizás por su origen. Según parece los primeros casos parecen provenir de esta zona. Yo pensaba que encontrando el origen de la enfermedad quizás pudiéramos encontrar algún remedio o conocimiento de la misma que pudiese ayudar.
Zevatur, Rolthos
Nessa saluda al monje y asiente confirmando las palabras de su compañero:
- ¿Recuerda, usted o alguno de los acólitos, quienes fueron los primeros enfermos en ser tratados? ¿Tenían algo en común? Quizás algún patrón de conducta, un lugar en el que hubieran estado todos, algún conocido común... Cualquier detalle que se les ocurra podría ayudar en nuestra búsqueda.
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El monje observa con ojos grises y profundos a los dos aventureros que se le presentan.
- Roinen de Fer - se presenta, su voz es firme y resuelta. - No sé nada de todo eso que preguntáis, como veis no hemos tenido mucho tiempo libre últimamente para andar de pesquisas pero me alegra ver que alguien se toma la molestia... si la memoria no me falla, y no me falla nunca, la primera familia en venir enferma fue la del viejo Mirks. Lamentablemente todos han fallecido me temo. No sé si fueron los primeros en enfermar o no, pero sí los primeros en venir aquí. El Viejo Mirks, su hija, el esposo de su hija y la pequeña niña. Todos vinieron con ese aspecto grisácelo y macilento ya. No pudimos hacer nada por ellos. -
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- ¿Falleció toda la familia? Qué desgracia... - dice la ranger meneando la cabeza, apesadumbrada - Desde luego intentaremos ayudar en lo posible, sino esta enfermedad terminara devorando a la ciudad entera. ¿Sabe por alguna casualidad donde vivía esa familia? ¿O conoce a alguien que pudiera darnos esa información? Quizá podríamos empezar investigando su hogar o lugar de trabajo en busca de alguna pista que nos diga cómo pudieron contagiarse...
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El anciano piensa durante unos instantes.
- El joven Larks era pescador, Tess, la hija del viejo Mirks trabajaba como doncella en una casa noble en el Barrio Alto, aunque debo admitir que nunca supe cual. Nem! - llama a una de las acólitas - Nem, tú sabes dónde vivía la familia Mirks ¿verdad ? -
La joven llamada Nem asiente
- ¿La familia Mirks? Si Maestro, en la casa frente a la panadería de la calle de la Lombriz. Desde... que vinieron aquí nadie ha entrado en la casa que yo sepa. La gente tiene miedo a contagiarse. -
Roinen de Fer asiente satisfecho, excusando a la acolita que vuelve a sus quehaceres.
El anciano clérigo se despide de los aventureros.
- Espero que encontréis lo que buscáis. Si me disculpáis tenemos mucho trabajo... -
Tras despedirse del clérigo, y tras dar un par de vueltas, gracias a las indicaciones encuentran la calle de la Lombriz y la panadería. Frente a ella una humilde construcción de madera, hacinada entre otras dos similares, les espera en silencio. La puerta está cerrada y el postigo de la única ventana que pueden ver también está cerrado.
PbP Character: A few ;)
No les hace falta mirar mucho para saber que la única opción que tienen de acceder al hogar de los Mirks y poder continuar con la investigación pasa por forzar la cerradura.
Nessa mira interrogativamente al paladín y éste, suspirando, afirma y se gira para mirar hacia la calle para asegurarse de que nadie les está viendo.
En realidad no hace falta, ya que la ranger - haciendo uso de las técnicas aprendidas por el tiempo que Seth estuvo en el grupo con ellos - consigue ocultarse sin problema y con muy poco esfuerzo logra abrir con facilidad la puerta, cerrada apenas por un simple pasador de madera sujeto por un oxidado candado.
Stealth con ventaja por la capa:
Nessa makes a Stealth check!
2d20kh1 (13, 20) + 11 = 31
Sleight of hand:
Nessa makes a Sleight Of Hand check!
1d20 (8) + 5 = 13
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El interior se compone de dos habitaciones bastante humildes.
Una sala común con una mesa y el hogar en el centro, con un agujero en el techo para que saliera el humo que se abre y cierra con una trampilla y una polea, y otra sala en la que hay cuatro jergones de paja y un baúl abierto con la ropa de la familia algo desordenadla.
Los dos investigadores pueden ver comida medio podrida tanto en la mesa como en una alacena en la habitación principal. Los platos son recoger pueden ser signo de que salieron corriendo al empeorar uno de ellos o que no tuvieron fuerzas para hacerlo al estar fosos enfermos.
Mirando con pena y algo de vergüenza entre las cosas de los ahora fallecidos Mirks encuentran las ropas de pescador de el y de doncella de ella.
Las ropas de doncella con el símbolo de la casa a la que sirve. Es el mismo escudo que hoy mismo han visto en la entrada del hospital donde trabaja Julian, la casa de Gui.
Bajo uno de los jergones encuentran no muy bien escondida una falquitrera con los ahorros de la familia, apenas cinco monedas de plata y diez de cobre.
PbP Character: A few ;)
Nessa mira con tristeza la escena, imaginando a la familia que había vivido hasta entonces en aquellas habitaciones ajenos a la enfermedad que se los iba a llevar a todos por delante.
- Qué desgracia ... Y ésta es sólo una de las familias de los barrios bajos. ¿Cuántas casas vacías como esta habrá en toda la ciudad...?
Volviédose hacia el paladín, le pregunta:
- Rolthos, ¿has visto a tu familia últimamente? ¿Están bien? ¿Crees ... que esta enfermedad estará atacando otros pueblos? Dioses, espero que mis padres y mis hermanos estén bien...
Sumida en esos pensamientos, envuelve con cuidado la ropa de Tess Mirks. Quizás les sirva para cuestionar al director del hospital de Julian más tarde. Recoge también los ahorros de la familia, y se los enseña a Rolthos:
- Nadie va a usar este dinero ya... ¿Qué te parece si lo entregamos al monje del templo de Istus? Cualquier ayuda les vendrá bien para tratar a los enfermos. De paso, donaré algo de dinero yo también...
Dono 100g, me los he quitado del equipo
- ... volvamos, Jen estará esperándonos en el Dragón Verde.
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