Los segundos pasan tensos mientras la mujer mira al grupo y algunos de los campesinos, con manos temblorosas los miran de hito en hito.
- Beatrice - dice finalmente la mujer y hace un gesto para que los demás bajen sus improvisadas armas y se relajen.
- Acercaos... dejadme ver esos papeles - le dice a Jen y a Julian. Aunque sólo se ha dirigido a ellos parece que la invitación es extensible al resto del grupo y, aún bajo la nerviosa mirada de los trabajadores, el resto del grupo se aproxima con cautela.
- Sabemos que la finca y las tierras pertenecen ahora a Lord Devorak - dice Beatrice - pero aún no estoy convencida de que seáis vos.. - añade mientras mira por encima del papel que le tiende Julian al médico, evaluándolo. - Sin embargo no parecéis bandidos. ¿Decís venir de Liebernen? Nadie sobrevivió allí. Los muertos atacaron una noche y arrasaron con todo. El joven Radso fue a ver a su familia y al regresar nos contó lo sucedido. Todo el pueblo arrasado ¿no? - niega con la cabeza y su rostro refleja su horror - pobre gente... pobre gente... En cualquier caso todos nos refugiamos aquí en la Villa y hemos procurado cuidar los unos de los otros -
- Querrás decir que has cuidado de todos - le interrumpe la voz de un hombre algo mayor, vestido con ropas de colores similares a los de Beatrice, tiene la cara poblada por una cuidada y blanca barba. Se aceca seguido por dos más jóvenes que parecen copias idénticas suyas pero con unos veinte años menos. Los dos llevan sujetos por unas finas cadenas a dos grandes mastines que se acercan algo excitados a querer olfatear a los recién llegados, pero no les dejan.
- Vittorio sire - dice haciendo una leve reverencia a Julian - Mylady - añade teniendo la misma deferencia hacia Jen. - Soy el mayordomo de la Villa. Por favor, disculpad a Beatrice. Ha sabido protegernos a todos en estos tiempos difíciles... pero me temo que os pueda haber faltado al respeto Sire... os ruego clemencia. -
La interpelada mira al hombre mayor como si no necesitase que nadie intercediese por ella, y vuelve la mirada a Julian y Jen confiada, con la convicción que da el saber que se ha hecho lo correcto, aunque Jen es capaz de ver un pequeño destello de duda en su mirada, como si las palabras del anciano Vittorio le devolvieran a una realidad que creía perdida, donde una mujer de su estatus jamás osaría hablar de esa manera ni tratar a si a su señor.
- ¿Vos sois de Liebernen? - responde con una pregunta a las palabras de Nessa - Mi pésame señora. - Vittorio también se une a ese sentimiento, al igual que sus hijos y algunas personas más se atreven a decir algunas palabras de consuelo a Nessa.
- No señora, por fortuna no hemos visto a los muertos que caminan. Silvanus nos libre.- le contesta Vittorio - Temíamos que vinieran hacia aquí pero parece que han tomado otra ruta gracias a los dioses. Sin embargo Beatrice nos orden... - la mujer carraspea y el hombre se corrige - nos recomendó refugiarnos todos en la Villa y hacer acopio de víveres. Puso a algunos de los chicos de vigías pero nadie se ha acercado aquí salvo ustedes.. -
- Me alegra escuchar que no los habéis visto. Has hecho un gran trabajo de protección y organización, Beatrice.
Nessa agradece además el pésame y las palabras de aliento de Vittorio y el resto de la comitiva de la Villa. Viendo que el ambiente ya parece más relajado, incluso se acuclilla a la altura de los preciosos mastines para acariciarlos, acercándose previamente con lentitud para darles tiempo a que la huelan y la puedan percibir como amiga. Este pequeño contacto arranca una sonrisa de la ranger, cosa que no hacía desde Libernen.
Luego se incorpora y pregunta:
- Vittorio, Beatrice, ¿podríamos pasar esta noche en la villa? Así partiríamos descansados al amacener. Nos esperan largos días de camino para continuar con nuestra misión cuyo objetivo, como ha adelantado Jen, es detener a quienes han causado todo esto - no da más detalles inicialmente, pensando que mencionar el templo del Mal Elemental en ese momento podría poner nerviosos a los habitantes de la villa - Además seguro que Julian estará encantado de conocer sus nuevas tierras de vuestra experta mano - dirige una inclinación de cabeza hacia el doctor cuando dice esto, esperando su confirmación.
- Contad con nuestras habilidades si podemos ayudaros en algo - añade, para sumarse al ofrecimiento inicial de Julian.
Rolthos contemplo a la gente de la villa de Julian con detenimiento. Examinando su complexion y estado de animo. Tambien se concentro un breve momento para detectar el mal con su don dado por Mayaheine. Tan solo interrumpió su silencio tan solo para dar un paso al frente y mostrar su símbolo sagrado a la vez que realizaba una plegaria a Mayaheine "Te imploro señora que recompenses el valor de esta gente."
Después sonrió a la propuesta de Nessa... Creo que ahora la última palabra la tendría Julián. Pero si no le reconocen como legítimo propietario de estas tierras, algo habrá que hacer para convencer a esta noble gente.
Julian toma la mano de Vittorio con firmeza, asintiendo con la cabeza. -Gracias.- Y se vuelve a Beatrice y le ofrece la mano también -Y gracias a usted tambien, Beatrice. Son gente formidable, y admiro su franqueza.
He de decir que no he tenido nunca una hacienda a mi cargo, pero con gente como ustedes en ella, me siento orgulloso. Espero poder contar con ustedes para mantener el esplendor de este lugar.- Mira alrededor, vislumbrando una parte de los viñedos y la entrada al caserío principal.
Jen deja que Julian hable un poco mas con Beatrice y Vittorio, y observa los alrededores, y al cielo, empapándose de la belleza del lugar y la sensacion de paz que desprende. Por primera vez se le ocurre un pensamiento que nunca antes se le hubiera pasado por la cabeza.
"Podría llamar a este sitio hogar".
Algo parece caer en su sitio en su interior. Allí donde en otro tiempo el pensamiento de permanecer en un sitio le hubiera producido ganas de salir corriendo... Ahora no. Y no puede evitar dejar escapar un leve soplido incrédulo al ser consciente de aquel cambio.
Pero como siempre, tras un pensamiento bueno, viene otro que lo ensucia. Y no puede evitar que se le ericen los pelos de la nuca, preguntándose si no estarían siendo observados, si no habría algún enemigo cerca dispuesto a lanzarse sobre ellos en este pequeño momento de respiro. Como acto reflejo mira atras, a los alrededores y al cielo de nuevo, pero esta vez buscando algo fuera de lugar. Quizá eran imaginaciones suyas.... Quizá.
Jen pasea la mirada por los alrededores pero tan solo ve la gentil luz del atardecer acariciando la copa de los árboles mientras el sol desciende lentamente tras las colinas que rodean el valle donde está ubicada la villa.
- Por favor entren entren - dice Vittorio - los muchachos se encargarán de sus monturas -
No pasa mucho tiempo hasta que están todos cómodamente sentados en la mesa de la cocina. Julián ha insistido en reunirse allí. Jen se da cuenta que lo hace por dos motivos, uno porque así es todo más informal y otro porque así no tienen que trabajar tanto para servirles la cena. Tanto Vittorio como Beatrice y el resto parecen apreciar el gesto.
Rolthos no puede dejar de sorprenderse por la cantidad de viandas que les ponen. Verduras fritas, ensalada, perdices con miel, un estofado de carne de cordero, salchichas, patatas asadas, chorizo, pan, miel, queso y un vino suave pero de excelente sabor. No solo parecen tener vivieres de sobra si no que son generosos.
- Las noticias de la muerte de Lord Gui fueron devastadoras. Le apreciábamos mucho- dice Vittorio entre platos. - No voy a negar que nos preocupaba qué ocurriría con nosotros pero al saber que Loes Gui había nombrado heredero al doctor Julián nos tranquilizamos. - Beatrice pone una mano en el antebrazo del médico - Loes Gui hablaba muy bien de vos. Y que hayáis venido hasta aquí… - le da un ligero apretón y unas palmadas en el brazo antes de seguir comiendo. - Tenemos vivieres y leña para todo el invierno. Estaremos bien - asegura la mujer.
- No podéis quedaros aquí. Es demasiado arriesgado -
Ornym ha estado en segundo plano pero su calmada voz actúa como un jarro de agua fría en el distendido ambiente. Por unos minutos todos habían casi olvidado lo que estaba ocurriendo en el exterior.
- Si las huestes de Zalphiros o la Cacería Salvaje descubren este lugar moriréis todos. Debéis marcharos -
Todos miran al elfo sin atreverse a llevar la contraria pero tanto Beatrice como Vittorio miran a Julian esperando que esté hable.
Julian mantiene la mirada unos segundos fija en su plato, extendiendo el silencio que se hace a su alrededor. Cierra los ojos y aprieta y suelta levemente las palmas de las manos, como preparándose. Jen ha visto ese gesto en más ocasiones. Cuando va a darle malas noticias a sus pacientes.
Finalmente el médico respira hondo. -Ornym está en lo cierto. Es en parte por lo que hemos venido. Se que es precipitado! Y que son de sangre valiente- Se apresura a decir - Pero hemos visto lo que la cacería salvaje puede hacer. Y conocen el horror de Liebernen. Asi que me temo que debo pedirles que abandonen esta hacienda... Por ahora.- Se le nota que le cuesta pronunciar las palabras, pues cada vez baja mas la cabeza, y se nota mayor tensión en sus hombros.
El silencio llena la sala durante unos segundos demasiado largos.
Nessa, Rolthos y Jen observan las caras de los líderes de facto de la gente de la Villa. Lo saben.
- Nunca conseguiríamos llegar - dice finalmente Beatrice con un hilo de voz. - Decidimos que sería mejor arriesgarnos aquí. Al menos... al menos moriríamos en nuestro hogar. -
Rompe a llorar y eso hace que el resto se queden completamente paralizados. Semanas de tensión y miedo por fin salen a la superficie y la mujer deja que sus sentimientos afloren.
Vittorio le da suaves golpes en la mano a modo de consuelo pero ella solloza con la cabeza gacha. Hasta que siente unos dedos que delicada, pero firmemente levantan su rostro desde la barbilla.
- No contabais con Ornym del Bosque Esmeralda como guía. No temáis. No os pasará nada. Os guiaré hasta las afueras de Greyhawk y llegaréis a la ciudad sanos y salvos. -
El tono de confianza de la voz del elfo hace que algunos de los aldeanos lancen un grito de alegría.
- Pero... pero... - dice Vittorio mirando a Julian - La Villa... la cosecha... -
Julian le interrumpe.
- Esta Villa es hermosa si, pero por lo poco he visto y lo que de ella me contó Gui lo es gracias a la gente que en ella vive. Habrá otras cosechas. Los edificios pueden reconstruirse. No me importa perder todas esas tierras si con ello logro salvaros a vosotros. -
El hombre toma las manos de Julian y las besa, llorando. Beatrice se abraza a Ornym con lágrimas ahora de esperanza. Había aceptado su destino y tan sólo se mantenía fuerte por los demás.
- Id a preparar vuestros enseres. Viajaremos ligeros. Parimos al alba. - Las instrucciones de Ornym se reciben de buen grado y se cumplen con rapidez.
Unos minutos más tarde en uno de los salones de la casa, a la luz de la chimenea, el grupo dialoga entre ellos.
- No podía avanzar mucho más - dice Ornym - y, en buena conciencia no podía dejar a esta buena gente morir aquí-
- Iré contigo - sentencia Vraak - No puedes guiarlos tú solo. La mayoría no ha salido de este valle en su vida... -
- No Vraak. - Responde el elfo - Aprecio el gesto pero tu hacha será más útil en vuestro destino original... -
- Yo sí que debería ir... - dice Julian más para Jen que para el resto - Sé lo que hablamos pero.. dadas las circunstancias... me siento obligado a ir con ellos y asegurarme que están bien. No sé cómo los acomodaremos a todos en la casa de la ciudad pero... -
- Puedes llevar a cuantos necesites a mi casa - ofrece Cruços - Aún estarán reparando la mayor parte pero las partes habitables serán suficiente... -
Julian asiente en agradecimiento al Cazador y mira a Jen esperando su confirmación.
Rolthos asintió a la decisión de Julian y su regreso con la expedición hacia Greyhawck. – Estaréis en las mejores manos. - Dijo mirando a Ornym y después con algo de preocupación a Nessa.
Los acontecimientos parecían conducir a una nueva separación de Nessa y Ornym. Los golpes se sucedían sin parar tanto en lo personal como en lo estratégico. Pero este asunto era una decisión de ellos y con la mirada dejo entender a Nessa que tanto si decidida viajar con Ornym de regreso como seguir hacia el templo, él lo entendería.
Durante la comida Nessa ha estado hablando distendidamente con todos los comensales y disfrutando de las viandas, especialmente de las codornices a la miel. Estaban tan deliciosas que incluso ha repetido.
"Tengo que aprender a preparar esto en el futuro", piensa para sí misma. No le gustaba cocinar cuando vivía en Libernen porque lo hacía por obligación, pero había disfrutado cocinando el pescado para el grupo días atrás y quería seguir haciéndolo y perfeccionando su habilidad.
Cuando la conversación gira a un tono más serio, Nessa vuelve a prestar atención. Y cuando la situación rápidamente se transforma en que los habitantes de la villa deben irse con Ornym como guía, la ranger lo siente como un golpe directo al corazón. Él ya había advertido que no podría quedarse con ellos mucho tiempo, pero ella esperaba que esa separación sucediera en las inmediaciones del Templo del Mal Elemental.
Sintió ganas de llorar y se sintió ridícula por ello.
"¿Qué pasa, Nessa, eres tan débil que ahora vas a depender de que Ornym esté a tu lado todo el tiempo?"
Quizás la respuesta a esto era que sí, que era débil. O quizá es que estaban viviendo situaciones dolorosas y no se encontraba en su mejor estado anímico para reaccionar bien a más "golpes". Fuera lo que fuese, hizo todo lo posible por no exteriorizar todo lo que sentía.
Lo consiguió en parte: contuvo el acceso de lágrimas, pero no evitó el suspiro contenido que emitió mientras intentaba dejar con sumo cuidado los cubiertos ambos lados del plato con los restos de las codornices.
Su voz sonó quizás un poco débil cuando dijo, mirando a Julian, Beatrice y Vittorio: - Las villas y pueblos se pueden reconstruir. Pero las personas ... las personas son ireemplazables. - se detuvo un instante pensando en cómo había llegado a esa conclusión especialmente en los últimos días antes de continuar - Habéis tomado la decisión adecuada.
Tras decir esto miró directamente a Ornym, a quien sonrió con un toque de tristeza por la separación inminente, pero también con orgullo por su ofrecimiento.
Más tarde, cuando el grupo estaba reunido en el salón, asintió silenciosamente a lo que se iba decidiendo. Cuando terminan de hablar, dice:
- ... yo también necesito hacer algunas preparaciones antes de irnos. Necesitaré tu ayuda contra venenos, Rolthos.
Notó la mirada preocupada de Rolthos y, entendiendo el significado que ese gesto acarreaba, la Nessa le devolvió una ligera sonrisa agradecida. La amistad entre la ranger y el paladín había tenido altibajos, pero la joven nunca habia dudado de que podía contar con él y precisamente en los últimos días tan duros Rolthos estaba demostrándolo concienzudamente.
Ornym asiente a Nessa y antes de que esta se aleje la coge de la cintura y la atrae hacia sí.
- No te creas que te vas a librar de mi sin que hablemos tranquilamente - le dice en un falso tono de reprimenda. Le da un dulce beso en la mejilla y sonriéndole, se aleja para ayudar a Beatrice a explicar a unos campesinos que no es necesario que se lleven todos sus aparejos de labranza.
Jen es la única que no parece de acuerdo con la situación. El gesto se le vuelve irritado momentaneamente y clava las uñas en el brazo del sofá, dejando marca en el terciopelo. Mira con fiereza a Julian -Asi que compartiremos pesadillas juntos, verdad?- Dice con tono mordaz. Parte de ella se lleva las manos a la cabeza. Cómo puede ser tan egoista cuando Julian está actuando en favor de esta gente? Pero las palabras salen de su boca antes de que pueda pararlo -Poesía.- Se levanta de la butaca en la que se habia posicionado. Julian extiende una mano hacia ella pero Jen se aparta.
-No! Se que estas haciendo lo correcto con esta gente. Pero no puedo evitarlo! Nececesito...-
Recuerda su conversacion en el bosque, cuando confesó su terror a perder de vista al médico, no poder ayudarle si encontraban peligros, o no poder recuperar su cadaver como ha ocurrido con toda la familia de Nessa. -Necesito asimilar esto durante un rato.- Mira a la puerta del salon -Necesito aire.- Mantiene los puños apretados y el ceño fruncido, y se dirige hacia el pasillo.
Nessa lanza exclamación de sorpresa ante la inesperada reacción de Ornym y se pone un poco roja, sabiéndose observados por el resto. Sin embargo, al mirarle directamente a los ojos se olvida de ello y susurra:
- Eso nunca. Además, ¿cómo podría librarme del mejor rastreador de la región? Válgame, en menudo lío me he metido contigo - dice, haciendo una pequeña imitación de una damisela en apuros.
Le acaricia la mejilla ahora ya congesto más serio pensando que, efectivamente, va a ser más duro separarse de él de lo que creía.
La pareja escucha entonces lo que está diciendo Jen y se miran en silenciosa comunicación. No les hace falta intercambiar más palabras y ambos asienten antes de que Nessa salga tras Jen y Ornym en auxilio de Beatrice, con la promesa de verse más tarde en sus mentes.
La ranger dice un "¿me dejas un momento con ella?" a Julian, al que el preocupado doctor asiente, y alcanza a la barda cuando ya está al final del pasillo.
- Hey, hey, hey. Espérame - dice, pasando su brazo por los hombros de su amiga - Vamos a un lugar más tranquilo.
Ambas salen del edificio principal de la villa y pasean hasta uno de los viñedos, donde no hay nadie trabajando en el momento. Al principio caminan silenciosamente entre las altísimas plantas cargadas de uvas. Nessa va dejando que Jen ponga en orden sus pensamientos, hasta que en un momento determinado coge un par de uvas, llevándose a la boca una de ellas y dándole la otra a la barda.
- Todo esto está siendo horrible... - musita, mientras acaricia la mano de Jen, animándola a hablar y soltar lo que la está carcomiendo.
Jen duda unos segundos, mirando el pequeño fruto. Luego lo toma entre el dedo pulgar y el índice, como si fuera algo extraño y delicado. Pero no se lo come, si no que lo guarda en su mano como si fuera un token.
-Crees que estoy siendo cruel.- Afirma, con tono monotono sin mirar a Nessa a los ojos. Mas bien mirando como si hubiera alguien tras la cazadora. Obviamente está hablándole a ella, ya que, quien mas hay en aque lugar? -Pero no entiendo cómo puedes estar de acuerdo con esto.- Y sus ojos entonces se fijan en Nessa, brillando amarillo oscuro. La expresión de ira vuelve a aparecer en su rostro. -No van a estar a salvo ni en Greyhawk! Zalphiros puede ir tras ellos en un chasquido de dedos, o peor...!!- Y antes de continuar aprieta los dientes, como si fueran los barrotes de una jaula a través de la cual se filtrasen las palabras. Estruja la uva en su mano, dejando que el poco líquido azucarado que puede dar el pequeño fruto se filtre entre sus dedos.
El repentino estallido de Jen sorprende a Rolthos que no lo esperaba. La situación de Nessa había acaparado la atención del joven paladín y no había considerado la separación de Jen y Julián como algo tan trágico. Sin embargo, la idea de salir juntos de aventuras denotaba una fuerte necesidad de estar juntos, desafiando incluso los grandes peligros que acechaban es esta terrible guerra con los no muertos y Zalphiros. Suspiró mientras Jen y Nessa se alejaban de la sala.
La repentina ausencia de Nessa y Jen dejó a los hombres en la sala con un incómodo silencio que Rolthos rompió hablándole a Julián. – Las separaciones siempre son dolorosas y bajo estas circunstancias aún más. Jen lo entenderá, el gesto que haces ahora te hará más noble a sus ojos. – Dice esperando no equivocarse.
Después, cuando paso un poco de tiempo añadió. - Necesitaría plata y hierro y alguna herramienta para hacerlo polvo. Tengo algunas monedas de plata, pero no es suficiente. Te puedo pagar ahora, toma. - Dijo alcanzándole 250 monedas de oro. – En cualquier caso, el dinero te vendrá bien para mantener a tu gente hasta que podáis regresar o buscar una nueva vida.
Un gesto serio se dibuja en el rostro de la ranger cuando responde:
- No, Jen, no creo que estés siendo cruel. Creo que estás asustada y preocupada y por esto entiendo - entendemos - que reacciones así. Pero déjame preguntarte: ¿crees que si realmente pensáramos que Julian y los demás estarán igual de desprotegidos en Greyhawk que aquí les enviaríamos en semejante viaje? ¿Crees que Ornym lo habría propuesto siquiera? Es más, ¿piensas que yo aceptaría de buen grado que Ornym se fuera con ellos si creyera que los estamos mandando a una situación peor?
Nessa se para un momento en este momento, dejando que estas palabras calen en la mente de la barda. Esperando que le tranquilicen en cierta medida.
- Yo tampoco estoy contenta con todo lo que está sucediendo. Esto me está costando a mí también, ¿sabes? Y lo mismo le pasa a esta pobre gente: mira cómo Beatrice pensaba morir aquí creyendo que no tenían otra alternativa. ¿Crees que a ellos no les cuesta abandonar todo esto? ¿Crees que se irían sin más si pensaran que es para estar peor?
Nessa pone en este punto las manos en los hombros de Jen y, relajando su expresión, añade:
- Tienes derecho a sentir lo que estás sintiendo, Jen. Que mis palabras no te hagan pensar lo contrario. Pero de verdad te digo que sí, que creo que esto es lo mejor. Les ofrece más probabilidades de sobrevivir y, existiendo esa opción, ¿cómo no vamos a aferrarnos a ella con uñas y dientes?
Julian suspira cuando Nessa sale tras Jen pero no aparta la mirada de la puerta. Es evidente que quiere salir detrás de la barda y hablar con ella. Sus ojos saltan entre la puerta, Ornym y la gente que debe proteger. Es evidente para el paladin que está dividido entre lo que quiere hacer y lo que debe hacer.
Cuando Rolthos le distrae con un asunto más mundano el joven médico carraspea.
- No no.. por favor Rolthos no es necesario, aunque te lo agradezco. ¿Qué necesitas? Vittorio - llama la antención del hombre - ¿Puedes por favor ocuparte de que Rolthos reciba lo que precisa? ¿Plata dices? Fundid algún candelabro si es necesario... -
Vittorio asiente pero les tranquiliza a ambos.
- No será necesario - dice sonriendo - íbamos a enviar las ganancias de la cosecha del año pasado... hay plata de sobra sin necesidad de destruir esos preciosos candelabros. Dígame... ¿Qué necesita ? - le pregunta al paladín con gesto afable.
La barda se pasa la mano por la cara, exasperada -No lo entiendes, no..!- Aparta la cabeza de Nessa, y se aleja unos pasos, continuando su caminar por el viñedo. Exhala un suspiro que parecía atascado en su pecho.-Estoy siendo egoista. Tú estas pasando por tu propio duelo, y lo haces de frente y sin dudar. Sin esconderte. Es algo que admiro de ti. Y entiendo que no podemos dejar a esta gente a su suerte de vuelta a Greyhawk. Es la opción menos mala, de todas las que podemos elegir. Pero no me gusta. - Apoya la espalda contra uno de los posts que sirven como apoyo para las cepas de uva, meditando durante unos segundos. -
-Rolthos tiene a su Diosa para protegerse. Su fé le acompaña y le protege. Tú has encontrado una parte de ti en Ornym, alguien que ha sbrevivido contra viento y marea. Y yo siento que estoy mandando a Julian hacia la guillotina si lo dejo marchar.- Su expresión se resquebraja entonces, transformándose en una de intenso dolor. Se le suben lágrimas a los ojos, y tiene que apretar los dientes y parpadear rápidamente mirando hacia el cielo para evitar derramarlas. -Basta! Basta. En este grupo tenemos aliados, tienes que dejar de ver fantasmas en todas partes.- Y esto último parece decirlo al cielo.
A la evidente muestra de exasperación de la barda, Nessa responde apartando sus manos de ella como un resorte. Como si hubiera tocando un pedazo de hierro ardiendo. Había pensado que podía ayudar a su amiga en aquél momento pero ¿quizás se había equivocado?
Aún así, mirando cómo se alejaba pensó en intentarlo una vez más. Desde la distancia, dejándole espacio.
- Rolthos tiene a Mayaheine, sí. Y yo he encontrado a Ornym....
"¿...para perderle tan pronto de nuevo?", piensa, guardándose sus propios miedos.
- ... pero tenemos más que eso ... nos tenemos a nosotros. Tal y como lo cuentas suena como si te fueras a quedar sola cuando Julian se vaya mañana, pero no es así, maldita sea. Apóyate en nosotros. Es lo que estoy haciendo yo. Me crees tan fuerte y segura cuando lo que estoy haciendo es arrastrarme hacia adelante rezando para que esta maldita suerte que está haciendo que pierda uno a uno a los que más quiero no se os lleve a vosotros también.
Aparta la vista de la barda para centrarse en las cepas de alrededor, intentando frenar el temblor que ha acudido a sus labios tras pronunciar estas últimas palabras. Tras unos instantes, añade:
A esto la barda tarda unos segundos en responder. Parece que se ha quedado con la mirada en un punto fijo, sumida en sus pensamientos. El testimonio de Nessa ha sido crudo, y ha tocado una fibra que hace que todo su interior se estremezca. Sacude la cabeza volviendo a la realidad, y mirando hacia abajo gruñe -Ah! Ahora no vale tirar la piedra y esconder la mano. O se lo dices tú o se lo digo yo.-
Por un momento parece como si la barda se hubiera vuelto majara. Demasiado estres? Jen, la tiefling, se incorpora del post en el que estaba apoyada, y acaricia la columna de madera, mirando al cielo de nuevo.
-No voy a mentirte, Nessa. Me cuesta mucho decir esto.- Lentamente, va dando la vuelta al poste, sin dejar de hablar. -Pero últimamente creo que el aire tiene oidos, y los árboles nos siguen... -La figura de la tiefling desaparece momentaneamente de la vista de Nessa cuando en su pequeña vuelta a la columna de madera llega al extremo opuesto de la misma, y un segundo despues un rostro más conocido se asoma por el otro lado. -Como si alguien nos clavase los ojos en la nuca constantemente.- Los ojos, ya no amarillo enfermizo si no dorado trigo se fijan en Nessa, y el flequillo multicolor le cae sobre la ceja derecha de esa forma graciosa que están todos más acostumbrados a ver. El chaleco le llega hasta por encima del ombligo al haber aumentado su estatura a la del acróbata. -Ah, por fin un respiro!- La voz vuelve a ser melódica en vez de grave y rasposa.
Cuando ve surgir a la acróbata una amplia sonrisa aparece en el rostro de Nessa que, como impelida por algún tipo de atracción magnética, recorre la distancia que les separa y se abraza con fuerza ella.
La ranger sabe que en el fondo está abrazando a la misma persona con la que ha estado hablando minutos antes, pero por alguna razón siente como si hubiera recuperado de repente a una antigua amiga. No lo entiende bien, no sabría explicarlo. ¿Quizás es porque era la primera máscara de Jen que vio y de la que se hizo amiga? Quizás. Pero la había echado en falta.
Para sorpresa de Nessa, la amplia sonrisa da rápidamente paso a un llanto incontrolable. Durante un rato no es capaz de decir nada. Simplemente llora como si lo hubiera necesitado desde hacía tiempo y específicamente con aquella Jen.
- Lo ... lo siento - consigue balbucear al cabo de un rato - Vine aquí para apoyarte y al final resulta que soy yo la que lo necesita. Es que ... no sé cómo hacer esto Jen, no lo sé. No soy tan fuerte como dices y no ... no me siento bien. Intento hacer como que nada ha pasado y continuar sin mirar atrás. Pero la verdad es que no sé qué hacer con este dolor ... no sé cómo olvidarme de él, de hacer que desaparezca. Solo quiero que todo esto pase, pero en lugar de hacerlo, parece que el camino se hace más y más cuesta arriba.
Nessa deja de hablar y simplemente sigue abrazada un rato más a le barde, temblando por el esfuerzo que supone liberar lo que estaba conteniendo.
Al cabo consigue calmarse, y se disculpa de nuevo frotandose los ojos llorosos, un poco avergonzada por aquella súbita reacción.
- Perdona. Quizás está mal que lo diga pero te he echado de menos. Sé que has estado ahí, con otro aspecto y otra personalidad, pero te he echado de menos con esta ¿máscara? No sé cómo expresarlo y temo estar ofendiéndote ... lo siento.
También añade:
- ¿Y por qué dices que nos están vigilando? Yo no he notado nada y creo que los demás tampoco. Incluso los mastines de la villa están tranquilos ¿A qué te refieres?
Los segundos pasan tensos mientras la mujer mira al grupo y algunos de los campesinos, con manos temblorosas los miran de hito en hito.
- Beatrice - dice finalmente la mujer y hace un gesto para que los demás bajen sus improvisadas armas y se relajen.
- Acercaos... dejadme ver esos papeles - le dice a Jen y a Julian. Aunque sólo se ha dirigido a ellos parece que la invitación es extensible al resto del grupo y, aún bajo la nerviosa mirada de los trabajadores, el resto del grupo se aproxima con cautela.
- Sabemos que la finca y las tierras pertenecen ahora a Lord Devorak - dice Beatrice - pero aún no estoy convencida de que seáis vos.. - añade mientras mira por encima del papel que le tiende Julian al médico, evaluándolo. - Sin embargo no parecéis bandidos. ¿Decís venir de Liebernen? Nadie sobrevivió allí. Los muertos atacaron una noche y arrasaron con todo. El joven Radso fue a ver a su familia y al regresar nos contó lo sucedido. Todo el pueblo arrasado ¿no? - niega con la cabeza y su rostro refleja su horror - pobre gente... pobre gente... En cualquier caso todos nos refugiamos aquí en la Villa y hemos procurado cuidar los unos de los otros -
- Querrás decir que has cuidado de todos - le interrumpe la voz de un hombre algo mayor, vestido con ropas de colores similares a los de Beatrice, tiene la cara poblada por una cuidada y blanca barba. Se aceca seguido por dos más jóvenes que parecen copias idénticas suyas pero con unos veinte años menos. Los dos llevan sujetos por unas finas cadenas a dos grandes mastines que se acercan algo excitados a querer olfatear a los recién llegados, pero no les dejan.
- Vittorio sire - dice haciendo una leve reverencia a Julian - Mylady - añade teniendo la misma deferencia hacia Jen. - Soy el mayordomo de la Villa. Por favor, disculpad a Beatrice. Ha sabido protegernos a todos en estos tiempos difíciles... pero me temo que os pueda haber faltado al respeto Sire... os ruego clemencia. -
La interpelada mira al hombre mayor como si no necesitase que nadie intercediese por ella, y vuelve la mirada a Julian y Jen confiada, con la convicción que da el saber que se ha hecho lo correcto, aunque Jen es capaz de ver un pequeño destello de duda en su mirada, como si las palabras del anciano Vittorio le devolvieran a una realidad que creía perdida, donde una mujer de su estatus jamás osaría hablar de esa manera ni tratar a si a su señor.
- ¿Vos sois de Liebernen? - responde con una pregunta a las palabras de Nessa - Mi pésame señora. - Vittorio también se une a ese sentimiento, al igual que sus hijos y algunas personas más se atreven a decir algunas palabras de consuelo a Nessa.
- No señora, por fortuna no hemos visto a los muertos que caminan. Silvanus nos libre.- le contesta Vittorio - Temíamos que vinieran hacia aquí pero parece que han tomado otra ruta gracias a los dioses. Sin embargo Beatrice nos orden... - la mujer carraspea y el hombre se corrige - nos recomendó refugiarnos todos en la Villa y hacer acopio de víveres. Puso a algunos de los chicos de vigías pero nadie se ha acercado aquí salvo ustedes.. -
PbP Character: A few ;)
- Me alegra escuchar que no los habéis visto. Has hecho un gran trabajo de protección y organización, Beatrice.
Nessa agradece además el pésame y las palabras de aliento de Vittorio y el resto de la comitiva de la Villa. Viendo que el ambiente ya parece más relajado, incluso se acuclilla a la altura de los preciosos mastines para acariciarlos, acercándose previamente con lentitud para darles tiempo a que la huelan y la puedan percibir como amiga. Este pequeño contacto arranca una sonrisa de la ranger, cosa que no hacía desde Libernen.
Luego se incorpora y pregunta:
- Vittorio, Beatrice, ¿podríamos pasar esta noche en la villa? Así partiríamos descansados al amacener. Nos esperan largos días de camino para continuar con nuestra misión cuyo objetivo, como ha adelantado Jen, es detener a quienes han causado todo esto - no da más detalles inicialmente, pensando que mencionar el templo del Mal Elemental en ese momento podría poner nerviosos a los habitantes de la villa - Además seguro que Julian estará encantado de conocer sus nuevas tierras de vuestra experta mano - dirige una inclinación de cabeza hacia el doctor cuando dice esto, esperando su confirmación.
- Contad con nuestras habilidades si podemos ayudaros en algo - añade, para sumarse al ofrecimiento inicial de Julian.
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
Rolthos contemplo a la gente de la villa de Julian con detenimiento. Examinando su complexion y estado de animo. Tambien se concentro un breve momento para detectar el mal con su don dado por Mayaheine. Tan solo interrumpió su silencio tan solo para dar un paso al frente y mostrar su símbolo sagrado a la vez que realizaba una plegaria a Mayaheine "Te imploro señora que recompenses el valor de esta gente."
Después sonrió a la propuesta de Nessa... Creo que ahora la última palabra la tendría Julián. Pero si no le reconocen como legítimo propietario de estas tierras, algo habrá que hacer para convencer a esta noble gente.
Zevatur, Rolthos
Julian toma la mano de Vittorio con firmeza, asintiendo con la cabeza. -Gracias.- Y se vuelve a Beatrice y le ofrece la mano también -Y gracias a usted tambien, Beatrice. Son gente formidable, y admiro su franqueza.
He de decir que no he tenido nunca una hacienda a mi cargo, pero con gente como ustedes en ella, me siento orgulloso. Espero poder contar con ustedes para mantener el esplendor de este lugar.- Mira alrededor, vislumbrando una parte de los viñedos y la entrada al caserío principal.
Jen deja que Julian hable un poco mas con Beatrice y Vittorio, y observa los alrededores, y al cielo, empapándose de la belleza del lugar y la sensacion de paz que desprende. Por primera vez se le ocurre un pensamiento que nunca antes se le hubiera pasado por la cabeza.
"Podría llamar a este sitio hogar".
Algo parece caer en su sitio en su interior. Allí donde en otro tiempo el pensamiento de permanecer en un sitio le hubiera producido ganas de salir corriendo... Ahora no. Y no puede evitar dejar escapar un leve soplido incrédulo al ser consciente de aquel cambio.
Pero como siempre, tras un pensamiento bueno, viene otro que lo ensucia. Y no puede evitar que se le ericen los pelos de la nuca, preguntándose si no estarían siendo observados, si no habría algún enemigo cerca dispuesto a lanzarse sobre ellos en este pequeño momento de respiro. Como acto reflejo mira atras, a los alrededores y al cielo de nuevo, pero esta vez buscando algo fuera de lugar. Quizá eran imaginaciones suyas.... Quizá.
Jen pasea la mirada por los alrededores pero tan solo ve la gentil luz del atardecer acariciando la copa de los árboles mientras el sol desciende lentamente tras las colinas que rodean el valle donde está ubicada la villa.
- Por favor entren entren - dice Vittorio - los muchachos se encargarán de sus monturas -
No pasa mucho tiempo hasta que están todos cómodamente sentados en la mesa de la cocina. Julián ha insistido en reunirse allí. Jen se da cuenta que lo hace por dos motivos, uno porque así es todo más informal y otro porque así no tienen que trabajar tanto para servirles la cena. Tanto Vittorio como Beatrice y el resto parecen apreciar el gesto.
Rolthos no puede dejar de sorprenderse por la cantidad de viandas que les ponen. Verduras fritas, ensalada, perdices con miel, un estofado de carne de cordero, salchichas, patatas asadas, chorizo, pan, miel, queso y un vino suave pero de excelente sabor. No solo parecen tener vivieres de sobra si no que son generosos.
- Las noticias de la muerte de Lord Gui fueron devastadoras. Le apreciábamos mucho- dice Vittorio entre platos.
- No voy a negar que nos preocupaba qué ocurriría con nosotros pero al saber que Loes Gui había nombrado heredero al doctor Julián nos tranquilizamos. - Beatrice pone una mano en el antebrazo del médico - Loes Gui hablaba muy bien de vos. Y que hayáis venido hasta aquí… - le da un ligero apretón y unas palmadas en el brazo antes de seguir comiendo.
- Tenemos vivieres y leña para todo el invierno. Estaremos bien - asegura la mujer.
- No podéis quedaros aquí. Es demasiado arriesgado -
Ornym ha estado en segundo plano pero su calmada voz actúa como un jarro de agua fría en el distendido ambiente. Por unos minutos todos habían casi olvidado lo que estaba ocurriendo en el exterior.
- Si las huestes de Zalphiros o la Cacería Salvaje descubren este lugar moriréis todos. Debéis marcharos -
Todos miran al elfo sin atreverse a llevar la contraria pero tanto Beatrice como Vittorio miran a Julian esperando que esté hable.
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Julian mantiene la mirada unos segundos fija en su plato, extendiendo el silencio que se hace a su alrededor. Cierra los ojos y aprieta y suelta levemente las palmas de las manos, como preparándose. Jen ha visto ese gesto en más ocasiones. Cuando va a darle malas noticias a sus pacientes.
Finalmente el médico respira hondo. -Ornym está en lo cierto. Es en parte por lo que hemos venido. Se que es precipitado! Y que son de sangre valiente- Se apresura a decir - Pero hemos visto lo que la cacería salvaje puede hacer. Y conocen el horror de Liebernen. Asi que me temo que debo pedirles que abandonen esta hacienda... Por ahora.- Se le nota que le cuesta pronunciar las palabras, pues cada vez baja mas la cabeza, y se nota mayor tensión en sus hombros.
El silencio llena la sala durante unos segundos demasiado largos.
Nessa, Rolthos y Jen observan las caras de los líderes de facto de la gente de la Villa. Lo saben.
- Nunca conseguiríamos llegar - dice finalmente Beatrice con un hilo de voz. - Decidimos que sería mejor arriesgarnos aquí. Al menos... al menos moriríamos en nuestro hogar. -
Rompe a llorar y eso hace que el resto se queden completamente paralizados. Semanas de tensión y miedo por fin salen a la superficie y la mujer deja que sus sentimientos afloren.
Vittorio le da suaves golpes en la mano a modo de consuelo pero ella solloza con la cabeza gacha. Hasta que siente unos dedos que delicada, pero firmemente levantan su rostro desde la barbilla.
- No contabais con Ornym del Bosque Esmeralda como guía. No temáis. No os pasará nada. Os guiaré hasta las afueras de Greyhawk y llegaréis a la ciudad sanos y salvos. -
El tono de confianza de la voz del elfo hace que algunos de los aldeanos lancen un grito de alegría.
- Pero... pero... - dice Vittorio mirando a Julian - La Villa... la cosecha... -
Julian le interrumpe.
- Esta Villa es hermosa si, pero por lo poco he visto y lo que de ella me contó Gui lo es gracias a la gente que en ella vive. Habrá otras cosechas. Los edificios pueden reconstruirse. No me importa perder todas esas tierras si con ello logro salvaros a vosotros. -
El hombre toma las manos de Julian y las besa, llorando. Beatrice se abraza a Ornym con lágrimas ahora de esperanza. Había aceptado su destino y tan sólo se mantenía fuerte por los demás.
- Id a preparar vuestros enseres. Viajaremos ligeros. Parimos al alba. - Las instrucciones de Ornym se reciben de buen grado y se cumplen con rapidez.
Unos minutos más tarde en uno de los salones de la casa, a la luz de la chimenea, el grupo dialoga entre ellos.
- No podía avanzar mucho más - dice Ornym - y, en buena conciencia no podía dejar a esta buena gente morir aquí-
- Iré contigo - sentencia Vraak - No puedes guiarlos tú solo. La mayoría no ha salido de este valle en su vida... -
- No Vraak. - Responde el elfo - Aprecio el gesto pero tu hacha será más útil en vuestro destino original... -
- Yo sí que debería ir... - dice Julian más para Jen que para el resto - Sé lo que hablamos pero.. dadas las circunstancias... me siento obligado a ir con ellos y asegurarme que están bien. No sé cómo los acomodaremos a todos en la casa de la ciudad pero... -
- Puedes llevar a cuantos necesites a mi casa - ofrece Cruços - Aún estarán reparando la mayor parte pero las partes habitables serán suficiente... -
Julian asiente en agradecimiento al Cazador y mira a Jen esperando su confirmación.
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Rolthos asintió a la decisión de Julian y su regreso con la expedición hacia Greyhawck. – Estaréis en las mejores manos. - Dijo mirando a Ornym y después con algo de preocupación a Nessa.
Los acontecimientos parecían conducir a una nueva separación de Nessa y Ornym. Los golpes se sucedían sin parar tanto en lo personal como en lo estratégico. Pero este asunto era una decisión de ellos y con la mirada dejo entender a Nessa que tanto si decidida viajar con Ornym de regreso como seguir hacia el templo, él lo entendería.
Zevatur, Rolthos
Durante la comida Nessa ha estado hablando distendidamente con todos los comensales y disfrutando de las viandas, especialmente de las codornices a la miel. Estaban tan deliciosas que incluso ha repetido.
"Tengo que aprender a preparar esto en el futuro", piensa para sí misma. No le gustaba cocinar cuando vivía en Libernen porque lo hacía por obligación, pero había disfrutado cocinando el pescado para el grupo días atrás y quería seguir haciéndolo y perfeccionando su habilidad.
Cuando la conversación gira a un tono más serio, Nessa vuelve a prestar atención. Y cuando la situación rápidamente se transforma en que los habitantes de la villa deben irse con Ornym como guía, la ranger lo siente como un golpe directo al corazón. Él ya había advertido que no podría quedarse con ellos mucho tiempo, pero ella esperaba que esa separación sucediera en las inmediaciones del Templo del Mal Elemental.
Sintió ganas de llorar y se sintió ridícula por ello.
"¿Qué pasa, Nessa, eres tan débil que ahora vas a depender de que Ornym esté a tu lado todo el tiempo?"
Quizás la respuesta a esto era que sí, que era débil. O quizá es que estaban viviendo situaciones dolorosas y no se encontraba en su mejor estado anímico para reaccionar bien a más "golpes". Fuera lo que fuese, hizo todo lo posible por no exteriorizar todo lo que sentía.
Lo consiguió en parte: contuvo el acceso de lágrimas, pero no evitó el suspiro contenido que emitió mientras intentaba dejar con sumo cuidado los cubiertos ambos lados del plato con los restos de las codornices.
Su voz sonó quizás un poco débil cuando dijo, mirando a Julian, Beatrice y Vittorio:
- Las villas y pueblos se pueden reconstruir. Pero las personas ... las personas son ireemplazables. - se detuvo un instante pensando en cómo había llegado a esa conclusión especialmente en los últimos días antes de continuar - Habéis tomado la decisión adecuada.
Tras decir esto miró directamente a Ornym, a quien sonrió con un toque de tristeza por la separación inminente, pero también con orgullo por su ofrecimiento.
Más tarde, cuando el grupo estaba reunido en el salón, asintió silenciosamente a lo que se iba decidiendo. Cuando terminan de hablar, dice:
- ... yo también necesito hacer algunas preparaciones antes de irnos. Necesitaré tu ayuda contra venenos, Rolthos.
Notó la mirada preocupada de Rolthos y, entendiendo el significado que ese gesto acarreaba, la Nessa le devolvió una ligera sonrisa agradecida. La amistad entre la ranger y el paladín había tenido altibajos, pero la joven nunca habia dudado de que podía contar con él y precisamente en los últimos días tan duros Rolthos estaba demostrándolo concienzudamente.
Luego se acerca a Ornym y dice sólo para él:
- Te veré más tarde. ¿Hablamos entonces?
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Ornym asiente a Nessa y antes de que esta se aleje la coge de la cintura y la atrae hacia sí.
- No te creas que te vas a librar de mi sin que hablemos tranquilamente - le dice en un falso tono de reprimenda. Le da un dulce beso en la mejilla y sonriéndole, se aleja para ayudar a Beatrice a explicar a unos campesinos que no es necesario que se lleven todos sus aparejos de labranza.
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Jen es la única que no parece de acuerdo con la situación. El gesto se le vuelve irritado momentaneamente y clava las uñas en el brazo del sofá, dejando marca en el terciopelo. Mira con fiereza a Julian -Asi que compartiremos pesadillas juntos, verdad?- Dice con tono mordaz. Parte de ella se lleva las manos a la cabeza. Cómo puede ser tan egoista cuando Julian está actuando en favor de esta gente? Pero las palabras salen de su boca antes de que pueda pararlo -Poesía.- Se levanta de la butaca en la que se habia posicionado. Julian extiende una mano hacia ella pero Jen se aparta.
-No! Se que estas haciendo lo correcto con esta gente. Pero no puedo evitarlo! Nececesito...-
Recuerda su conversacion en el bosque, cuando confesó su terror a perder de vista al médico, no poder ayudarle si encontraban peligros, o no poder recuperar su cadaver como ha ocurrido con toda la familia de Nessa. -Necesito asimilar esto durante un rato.- Mira a la puerta del salon -Necesito aire.- Mantiene los puños apretados y el ceño fruncido, y se dirige hacia el pasillo.
Nessa lanza exclamación de sorpresa ante la inesperada reacción de Ornym y se pone un poco roja, sabiéndose observados por el resto. Sin embargo, al mirarle directamente a los ojos se olvida de ello y susurra:
- Eso nunca. Además, ¿cómo podría librarme del mejor rastreador de la región? Válgame, en menudo lío me he metido contigo - dice, haciendo una pequeña imitación de una damisela en apuros.
Le acaricia la mejilla ahora ya congesto más serio pensando que, efectivamente, va a ser más duro separarse de él de lo que creía.
La pareja escucha entonces lo que está diciendo Jen y se miran en silenciosa comunicación. No les hace falta intercambiar más palabras y ambos asienten antes de que Nessa salga tras Jen y Ornym en auxilio de Beatrice, con la promesa de verse más tarde en sus mentes.
La ranger dice un "¿me dejas un momento con ella?" a Julian, al que el preocupado doctor asiente, y alcanza a la barda cuando ya está al final del pasillo.
- Hey, hey, hey. Espérame - dice, pasando su brazo por los hombros de su amiga - Vamos a un lugar más tranquilo.
Ambas salen del edificio principal de la villa y pasean hasta uno de los viñedos, donde no hay nadie trabajando en el momento. Al principio caminan silenciosamente entre las altísimas plantas cargadas de uvas. Nessa va dejando que Jen ponga en orden sus pensamientos, hasta que en un momento determinado coge un par de uvas, llevándose a la boca una de ellas y dándole la otra a la barda.
- Todo esto está siendo horrible... - musita, mientras acaricia la mano de Jen, animándola a hablar y soltar lo que la está carcomiendo.
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Jen duda unos segundos, mirando el pequeño fruto. Luego lo toma entre el dedo pulgar y el índice, como si fuera algo extraño y delicado. Pero no se lo come, si no que lo guarda en su mano como si fuera un token.
-Crees que estoy siendo cruel.- Afirma, con tono monotono sin mirar a Nessa a los ojos. Mas bien mirando como si hubiera alguien tras la cazadora. Obviamente está hablándole a ella, ya que, quien mas hay en aque lugar? -Pero no entiendo cómo puedes estar de acuerdo con esto.- Y sus ojos entonces se fijan en Nessa, brillando amarillo oscuro. La expresión de ira vuelve a aparecer en su rostro. -No van a estar a salvo ni en Greyhawk! Zalphiros puede ir tras ellos en un chasquido de dedos, o peor...!!- Y antes de continuar aprieta los dientes, como si fueran los barrotes de una jaula a través de la cual se filtrasen las palabras. Estruja la uva en su mano, dejando que el poco líquido azucarado que puede dar el pequeño fruto se filtre entre sus dedos.
El repentino estallido de Jen sorprende a Rolthos que no lo esperaba. La situación de Nessa había acaparado la atención del joven paladín y no había considerado la separación de Jen y Julián como algo tan trágico. Sin embargo, la idea de salir juntos de aventuras denotaba una fuerte necesidad de estar juntos, desafiando incluso los grandes peligros que acechaban es esta terrible guerra con los no muertos y Zalphiros. Suspiró mientras Jen y Nessa se alejaban de la sala.
La repentina ausencia de Nessa y Jen dejó a los hombres en la sala con un incómodo silencio que Rolthos rompió hablándole a Julián. – Las separaciones siempre son dolorosas y bajo estas circunstancias aún más. Jen lo entenderá, el gesto que haces ahora te hará más noble a sus ojos. – Dice esperando no equivocarse.
Después, cuando paso un poco de tiempo añadió. - Necesitaría plata y hierro y alguna herramienta para hacerlo polvo. Tengo algunas monedas de plata, pero no es suficiente. Te puedo pagar ahora, toma. - Dijo alcanzándole 250 monedas de oro. – En cualquier caso, el dinero te vendrá bien para mantener a tu gente hasta que podáis regresar o buscar una nueva vida.
Zevatur, Rolthos
Un gesto serio se dibuja en el rostro de la ranger cuando responde:
- No, Jen, no creo que estés siendo cruel. Creo que estás asustada y preocupada y por esto entiendo - entendemos - que reacciones así. Pero déjame preguntarte: ¿crees que si realmente pensáramos que Julian y los demás estarán igual de desprotegidos en Greyhawk que aquí les enviaríamos en semejante viaje? ¿Crees que Ornym lo habría propuesto siquiera? Es más, ¿piensas que yo aceptaría de buen grado que Ornym se fuera con ellos si creyera que los estamos mandando a una situación peor?
Nessa se para un momento en este momento, dejando que estas palabras calen en la mente de la barda. Esperando que le tranquilicen en cierta medida.
- Yo tampoco estoy contenta con todo lo que está sucediendo. Esto me está costando a mí también, ¿sabes? Y lo mismo le pasa a esta pobre gente: mira cómo Beatrice pensaba morir aquí creyendo que no tenían otra alternativa. ¿Crees que a ellos no les cuesta abandonar todo esto? ¿Crees que se irían sin más si pensaran que es para estar peor?
Nessa pone en este punto las manos en los hombros de Jen y, relajando su expresión, añade:
- Tienes derecho a sentir lo que estás sintiendo, Jen. Que mis palabras no te hagan pensar lo contrario. Pero de verdad te digo que sí, que creo que esto es lo mejor. Les ofrece más probabilidades de sobrevivir y, existiendo esa opción, ¿cómo no vamos a aferrarnos a ella con uñas y dientes?
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Julian suspira cuando Nessa sale tras Jen pero no aparta la mirada de la puerta. Es evidente que quiere salir detrás de la barda y hablar con ella. Sus ojos saltan entre la puerta, Ornym y la gente que debe proteger. Es evidente para el paladin que está dividido entre lo que quiere hacer y lo que debe hacer.
Cuando Rolthos le distrae con un asunto más mundano el joven médico carraspea.
- No no.. por favor Rolthos no es necesario, aunque te lo agradezco. ¿Qué necesitas? Vittorio - llama la antención del hombre - ¿Puedes por favor ocuparte de que Rolthos reciba lo que precisa? ¿Plata dices? Fundid algún candelabro si es necesario... -
Vittorio asiente pero les tranquiliza a ambos.
- No será necesario - dice sonriendo - íbamos a enviar las ganancias de la cosecha del año pasado... hay plata de sobra sin necesidad de destruir esos preciosos candelabros. Dígame... ¿Qué necesita ? - le pregunta al paladín con gesto afable.
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La barda se pasa la mano por la cara, exasperada -No lo entiendes, no..!- Aparta la cabeza de Nessa, y se aleja unos pasos, continuando su caminar por el viñedo. Exhala un suspiro que parecía atascado en su pecho.-Estoy siendo egoista. Tú estas pasando por tu propio duelo, y lo haces de frente y sin dudar. Sin esconderte. Es algo que admiro de ti. Y entiendo que no podemos dejar a esta gente a su suerte de vuelta a Greyhawk. Es la opción menos mala, de todas las que podemos elegir. Pero no me gusta. - Apoya la espalda contra uno de los posts que sirven como apoyo para las cepas de uva, meditando durante unos segundos. -
-Rolthos tiene a su Diosa para protegerse. Su fé le acompaña y le protege. Tú has encontrado una parte de ti en Ornym, alguien que ha sbrevivido contra viento y marea. Y yo siento que estoy mandando a Julian hacia la guillotina si lo dejo marchar.- Su expresión se resquebraja entonces, transformándose en una de intenso dolor. Se le suben lágrimas a los ojos, y tiene que apretar los dientes y parpadear rápidamente mirando hacia el cielo para evitar derramarlas. -Basta! Basta. En este grupo tenemos aliados, tienes que dejar de ver fantasmas en todas partes.- Y esto último parece decirlo al cielo.
A la evidente muestra de exasperación de la barda, Nessa responde apartando sus manos de ella como un resorte. Como si hubiera tocando un pedazo de hierro ardiendo. Había pensado que podía ayudar a su amiga en aquél momento pero ¿quizás se había equivocado?
Aún así, mirando cómo se alejaba pensó en intentarlo una vez más. Desde la distancia, dejándole espacio.
- Rolthos tiene a Mayaheine, sí. Y yo he encontrado a Ornym....
"¿...para perderle tan pronto de nuevo?", piensa, guardándose sus propios miedos.
- ... pero tenemos más que eso ... nos tenemos a nosotros. Tal y como lo cuentas suena como si te fueras a quedar sola cuando Julian se vaya mañana, pero no es así, maldita sea. Apóyate en nosotros. Es lo que estoy haciendo yo. Me crees tan fuerte y segura cuando lo que estoy haciendo es arrastrarme hacia adelante rezando para que esta maldita suerte que está haciendo que pierda uno a uno a los que más quiero no se os lleve a vosotros también.
Aparta la vista de la barda para centrarse en las cepas de alrededor, intentando frenar el temblor que ha acudido a sus labios tras pronunciar estas últimas palabras. Tras unos instantes, añade:
- ¿A qué fantasmas te refieres?
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A esto la barda tarda unos segundos en responder. Parece que se ha quedado con la mirada en un punto fijo, sumida en sus pensamientos. El testimonio de Nessa ha sido crudo, y ha tocado una fibra que hace que todo su interior se estremezca. Sacude la cabeza volviendo a la realidad, y mirando hacia abajo gruñe -Ah! Ahora no vale tirar la piedra y esconder la mano. O se lo dices tú o se lo digo yo.-
Por un momento parece como si la barda se hubiera vuelto majara. Demasiado estres? Jen, la tiefling, se incorpora del post en el que estaba apoyada, y acaricia la columna de madera, mirando al cielo de nuevo.
-No voy a mentirte, Nessa. Me cuesta mucho decir esto.- Lentamente, va dando la vuelta al poste, sin dejar de hablar. -Pero últimamente creo que el aire tiene oidos, y los árboles nos siguen... -La figura de la tiefling desaparece momentaneamente de la vista de Nessa cuando en su pequeña vuelta a la columna de madera llega al extremo opuesto de la misma, y un segundo despues un rostro más conocido se asoma por el otro lado. -Como si alguien nos clavase los ojos en la nuca constantemente.- Los ojos, ya no amarillo enfermizo si no dorado trigo se fijan en Nessa, y el flequillo multicolor le cae sobre la ceja derecha de esa forma graciosa que están todos más acostumbrados a ver. El chaleco le llega hasta por encima del ombligo al haber aumentado su estatura a la del acróbata. -Ah, por fin un respiro!- La voz vuelve a ser melódica en vez de grave y rasposa.
Cuando ve surgir a la acróbata una amplia sonrisa aparece en el rostro de Nessa que, como impelida por algún tipo de atracción magnética, recorre la distancia que les separa y se abraza con fuerza ella.
La ranger sabe que en el fondo está abrazando a la misma persona con la que ha estado hablando minutos antes, pero por alguna razón siente como si hubiera recuperado de repente a una antigua amiga. No lo entiende bien, no sabría explicarlo. ¿Quizás es porque era la primera máscara de Jen que vio y de la que se hizo amiga? Quizás. Pero la había echado en falta.
Para sorpresa de Nessa, la amplia sonrisa da rápidamente paso a un llanto incontrolable. Durante un rato no es capaz de decir nada. Simplemente llora como si lo hubiera necesitado desde hacía tiempo y específicamente con aquella Jen.
- Lo ... lo siento - consigue balbucear al cabo de un rato - Vine aquí para apoyarte y al final resulta que soy yo la que lo necesita. Es que ... no sé cómo hacer esto Jen, no lo sé. No soy tan fuerte como dices y no ... no me siento bien. Intento hacer como que nada ha pasado y continuar sin mirar atrás. Pero la verdad es que no sé qué hacer con este dolor ... no sé cómo olvidarme de él, de hacer que desaparezca. Solo quiero que todo esto pase, pero en lugar de hacerlo, parece que el camino se hace más y más cuesta arriba.
Nessa deja de hablar y simplemente sigue abrazada un rato más a le barde, temblando por el esfuerzo que supone liberar lo que estaba conteniendo.
Al cabo consigue calmarse, y se disculpa de nuevo frotandose los ojos llorosos, un poco avergonzada por aquella súbita reacción.
- Perdona. Quizás está mal que lo diga pero te he echado de menos. Sé que has estado ahí, con otro aspecto y otra personalidad, pero te he echado de menos con esta ¿máscara? No sé cómo expresarlo y temo estar ofendiéndote ... lo siento.
También añade:
- ¿Y por qué dices que nos están vigilando? Yo no he notado nada y creo que los demás tampoco. Incluso los mastines de la villa están tranquilos ¿A qué te refieres?
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