Ahora que le observaba de cerca, la alta elfa debía reconocer el atractivo porte de Björn, con esos tatuajes y esa cicatriz que le dotaban de una belleza salvaje y esos musculosos brazos capaces de arrebatar una vida con facilidad. El color azul de sus ojos le llamaron poderosamente la atención y, si no fuera por su dentadura destrozada y putrefacta, podría haber afirmado con rotundidad que aquel hombre le atraía sobremanera. En cierto modo, le hacía más fácil meterse en su papel, siempre y cuando mirara para otro lado si el contrabandista sonreía ampliamente.
- Déjame adivinar…- le miró fijamente con su media sonrisa perpetua, ladeando ligeramente la cabeza - ¿el hermano menor? Sobradamente reconocida es vuestra reputación, pero nunca conseguí descubrir ese detalle. Es duro permanecer en la sombra realizando el trabajo sucio mientras otros reciben el reconocimiento. Aunque por experiencia puedo decirte que el peso de la responsabilidad a veces es tan abrumador… Tu posición, al final, es la que aporta mayores ventajas, seguro que dispones de más libertad y tiempo libre para invertirlo en… aquello que hagas con tu ocio- le sonrió pícara de nuevo -
Mientras mantenían esta conversación, Adriana observaba distraídamente el barco y los movimientos de la tripulación, haciéndose una composición de lugar, para tener bien presentes las posibles salidas o direcciones a las que dirigirse cuando la cosa se pusiera fea.
- Sobre mis gustos… ¿qué sería la vida sin variedad? - preguntó retóricamente - pero soy caprichosa y la inocencia de la juventud me resulta últimamente tan atractiva… - suspiró, forzándolo dramáticamente.
- Oh, sí, desde luego no queremos que esto se convierta en una competición sobre quién la tiene más grande… - soltó una risa, mirando a sus compañeros - desgraciadamente no tenemos tiempo para que midáis vuestra hombría y no queremos que nadie salga herido - dicho esto, comenzó a caminar acercándose hacia donde el grumete había desaparecido para avisar al capitán, dándole a entender la premura por hablar con él
- ¿Te refieres a esta? - dijo enseñándole la lengua fugazmente a modo de burla - solo está al alcance de unos pocos privilegiados… y las palabras se quedarían cortas para describir su habilidad- continuó el camino por cubierta acercándose al camarote del capitán y esta vez se dirigió a sus compañeros - apresuraos, no debemos perder más tiempo - aseveró, dando por zanjada la conversación con Börj.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Godric subió a la cubierta tratando de poner cara de pocos amigos, como las que había visto que les dirigió el semi-gigante en aquel tugurio al que Khalion parecía haber vuelto varías veces.
Procuró fijarse y averiguar cuántos marineros había en cubierta y si eran como el grumete maltratado por el matón de Björn o parecían más rudos rufianes dispuestos a que sus hojas probaran la sangre de cualquier desdichado que se atreviera a retarles. Pero la estrambótica conversación entre el contramaestre y Adriana, la cual representaba su papel a la perfección, le hacía difícil concentrarse. Le costó no poner los ojos en blanco ante las bravuconadas del, por otro lado, corpulento norteño. Había que reconocer que, de no ser por la cara, la boca, y sobretodo los modales, el tipo tenía un buen cuerpo. Cuando Adriana se dirigió hacia el camarote del capitán Godric la siguió representando su papel de sirviente. Al cruzarse con un marinero levantó la cabeza, saludándolo acompañado de un gutural - Aarrr-
Björn no volvió a contestar a la capitana Betty, sólo la observaba hablar y fijaba su mirada en su boca... casi perdiendo el interés de cualquier otra cosa a su alrededor, imaginándose en su cabeza escenas junto a ella que harían enrojecer al más depravado íncubo del infierno. Cuando la alta elfa se dispuso a atravesar la puerta, ésta se abrió súbitamente ante ella, dejando salir al marino que había enviado previamente el segundo de a bordo con el mensaje, y éste asintió al norteño con la cabeza.
- Parece que mi hermano dará audiencia a nuestra impulsiva capitana... me alegro de que de vez en cuando tenga decisiones inteligentes... pero me temo que a pesar de que su camarote es el más generoso en cuanto a espacio del barco, aún así tiene sus restricciones, así que por desgracia tendrás que elegir a dos de tus secuaces para que te acompañen, porque literalmente más no caben... ya sabes,... somos gente humilde... y el Fantasma del Mar prefiere excederse en otro tipo de estancias, como los almacenes... Cuando decidas que dos te harán de sumisos subordinados en presencia del capitán "ojos de serpiente", os acompañaré cerrando la comitiva, el resto se quedará aquí con mi gente.
Godric se fija en que los marineros de cubierta parecen bastante fieros y de mecha corta, pero aún así no parecen gran cosa, son mucho más enclenques que Björn, y supone que se apoyan más en su agilidad y movilidad que en el músculo. Aún así, parecen algo desnutridos y muy sumisos ante el segundo de a bordo.
Cuando el sacerdote gruñó su extraño y piratesco "Aarrr" al pasar cerca de otro contrabandista a modo de saludo, éste se rió a carcajada limpia mientras le espetaba con total desprecio.
- ¿Qué te ocurre? ¿te duelen las suturas del ano o qué...? jajajajaja... puto pardillo...
Mablung ascendió con soltura al barco. para el druida estar en uno era algo nuevo. Mientras la capitana Adriana desplegaba todas sus habilidades en la insulsa charla con el montón de músculos que parecía el segundo del jefe de aquella banda, el druida se dedico a contemplar el barco y sus ocupantes. Aquellos pobres desgraciados solo trataban de sobrevivir, esa era una faceta que Mablung entendía y respetaba...pero uno no siempre lo consigue, las cosas son así, la naturaleza es así.
Con ese pensamiento en la cabeza y ante la idea de lo que iba aconteceder mas pronto que tarde, el druida se fijo en la tripulación de aquel barco, buscando entre ellos a los que pudieran ser a primera vista los más peligrosos. Seguramente el capitán y el mago encabezarían esa lista, seguidos por el patán lameculos con el que Adriana estaba lidiando...
Cuando Björn dijo que solo tres de ellos acudirían a la charla con el capitán, el druida se volvió hacia ellos a la espera de la decisión que tomase la capitana.
Adriana caminaba hacia la puerta sorprendida con su propia interpretación, asombrándose de cómo había manejado a aquel contrabandista. Al ser consciente de ello y de los riesgos a los que se enfrentaban a partir de ahora, un sentimiento acuciante de cautela le gritaba que frenara. Le había servido para poder subir al barco y conseguir una audiencia con el capitán pero era hora de cambiar de estrategia.
Justo cuando estaba en frente de la puerta, de espaldas al resto, Björn anunció las condiciones para reunirse con Ojos de Serpiente. Afortunadamente, el contrabandista no pudo observar cómo el rostro de Adriana se congelaba y cerraba los ojos en un gesto de profunda contrariedad. “Mierda, no”, pensó para sí, y una sensación de miedo y desasosiego recorrió su interior. Haciendo un esfuerzo para neutralizar su semblante, se dio la vuelta.
- Muy bien - dijo, barriendo con la mirada a sus compañeros. Debía ser rápida y no dudar - Llagas - digo haciéndole una señal con la cabeza - y tú - señaló a Leobald - venid conmigo -
Se giró de nuevo, esperando a la comitiva. Adriana no sabía nada de estrategias de lucha y batallas, se dejaba guiar más por el diálogo y la astucia de la palabra. Toctoc le serviría como interlocutor con el Capitán; además, era al único que había presentado con un nombre y sobrenombre y sería raro que no la acompañara en la audiencia. Leobald podría defenderles si comenzaba la lucha y, sabiendo la implicación de su familia en todo este asunto, consideró importante llevarle consigo.
En su interior, Adriana percibió como el nudo de su estómago apretaba cada vez más, no provocado por el incesante vaivén del barco, sino por los nervios de aquello que estaba por venir. Separarse del grupo era, sin duda, un handicap que no había previsto. Pero ya estaban metidos hasta el cuello y no tenían más remedio que continuar improvisando hasta el desenlace.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Salitre y bruma, perfecto para que a uno le miren lo justo y necesario. Bajo capa y capucha el se hacía pasar como obediente sirviente de la reina de las mareas. Sin embargo no había tiempo que perder. Uno a uno, y no parecía el único, miraba a marineros de popa a proa, sus armaduras y armamento para que llegado el momento tener cuantas menos sorpresas, mejor.
Cuando la elfa se dirigió hacia cubiertas inferiores, el antiguo cazarrecompensas se colocó, discretamente hacia la puerta contraria a la que usaban sus compañeros para descender, palpando bajo capa la bolsa de pequeñas cuentas redondeadas. Arriba se quedaba junto al humano joven y al druida. Nadie había descrito con acierto aquel atajo de chusma y maleantes, en especial al hermano del capitán, bastante inestable. No conocían al druida..
Godric maldijo en su interior el separarse de Adriana. Sintió un nudo en el estómago al ver desaparecer a la elfa en el interior del barco, pero la suerte estaba echada. Leobald la protegería. Pese a todo el joven se quedó al lado de la puerta, apoyando su espalda contra la pared, esperando la vuelta de su líder. Mientras tanto permaneció atento por si los contrabandistas habían recibido alguna señal u orden silenciosa de atacarles tras separar a su grupo. Estaba convencido de que su treta había funcionado, más tras ver la excelente representación de Adriana, pero no se iba a fiar de aquella gente.
La puerta se cerró de un fuerte portazo y todos pudieron oír un quejumbroso "click" indicando que el cerrojo se había cerrado desde dentro, al parecer el capitán gustaba de tener sus reuniones en privado sin interrupciones molestas. Mientras tanto, ya solos en la cubierta principal, el grupo de agentes se vieron acompañados en un incómodo silencio con dos de los marineros, más el que sin duda se encontraba en lo alto del mástil, situado en el puesto de vigías. Algún que otro ruido en lo alto del castillo de popa, indicaba que quizás hubiera alguno más bregando con sus tareas de mantenimiento del barco.
Uno de los marineros se acercó al borde donde estaba flotando contras las olas el bote con Adso y espetó al muchacho encapuchado para le arrojara una soga y éste pudiera amarrarlo a uno de los puntos de anclaje de la barandilla.
- ¡Chaval! o me lanzas una maroma o vas a acabar con el bote arrastrado a cientos de leguas con este oleaje... y si no vas a subir voy a retirar la escala... ya sabes protocolos del "Fantasma"
El acólito no tuvo más remedio que hacer lo que le decía el marino y arrojando la soga, consiguió elevarla lo suficiente para que el enclenque marino la atrapara, al tercer intento. Tras amarrarla fuertemente con un complejo nudo, el subordinado de Björn se dispuso a retirar temporalmente la escalerilla de cuerda que permitía el acceso desde la linea de flotación del navío, dejándola enroscada en un lateral.
Mientras, y con cierto recelo, otro de los marineros sacó algún tipo de brebaje de dudosa destilación y con un olor a orín rancio, ofreciéndoselo también a los "invitados", pero no sin antes darle un buen trago al sucio cántaro de cerámica donde reposaba tan abominable sustancia.
- ¡A la primera ronda invitamos la tripulación...! ... por cierto... ¿sabéis jugar a los dados de hueso de dragón? Pues claro que sí, si es lo único que hacéis los curritos de Sanbalet... muy bien, ¡vamos a echar unas partidas!, a la variante de las furcias y los estibadores... adelante ...! no seáis tímidos apostando vuestra paga... tendréis la suerte de ver el mejor set de dados que nunca hayáis visto... están hechos con huesos de dragón de verdad... Bimz los odia, jajaja, en la primera ronda nosotros seremos los estibadores... os toca hacer de furcias...
Con mucho cuidado, el otro marino acercó uno de los barriles al centro de la cubierta y sobre él dejó caer una serie de dados manufacturados en hueso, ... al contrario que su portador, estos parecían cuidados y limpios, como si en verdad supusieran un verdadero tesoro para los marineros...
Tras la marcha de "Betty" y sus subalternos al interior del barco, Mablung busco un sitio cómodo desde el que tener buena vista de la puerta y se sienta a esperar, tampoco hay mucho más que hacer ahora mismo. Cuando lo marineros les ofrecieron jugar y beber, señalo con la cabeza a su enmascarado compañero mientras decía:- Me reservo mi suerte para cuando es realmente necesaria, probad con él-.
TocToc intentó negar con la cabeza a Adriana cuando le ordenó seguirle a dentro del camarote, todos sus instintos de supervivencia le gritaban que no. Pero no era el momento de negarse y sin poderlo remediar se vio abocado a seguirla adentro.
Furcias y estibadores, se sentía en casa. No quería perder dominio sobre la puerta, pero afianzaba su ventaja sobre al menos dos de los marineros. Mas movimiento mástil arriba, y en el castillo de proa para tener en cuenta si las hostilidades subían de grado.
-Adelante, vuestro dinero ya lleva mi nombre..- acercándose a la improvisada mesa de juego y pasando al lado de Godric, este le obsequió con aquellos innobles dados del mago loco Sambalet.-Disfruta del juego vuestro amigo el mago? No le he visto.. descansa por ahí? por ahí? -Bromeo, aunque en serio, señalando curioso hacia las puertas que daban a estancias inferiores y a nivel.-Aunque los hobgoblins me hablaron de los hombres lagarto, nunca vi uno, y hoy parece que tampoco por aquí los haya..
El marino pareció sonreír abiertamente ante la posible presencia de un pardillo al que desplumar la más que generosa paga que el estrámbotico hechicero le pudiera otorgar, aunque la presencia de una "capitana" colaborando con el mago parecía confundirlos en un principio y como pudiera encajar toda esa gente en el modelo de negocio que se llevaban entre manos.
- Ja nuestro amigo el mago... no es tan amigo... y como mago, pues bueno... se le toleran las tonterías que se trae porque es útil, hasta que deje de serlo y Björn lo mande al fondo del océano de una patada, acompañado quizás de algún lastre extra... Ese tipo de tipos no se mezclan con la inmundicia... palabras literales suyas..., y en cuanto a los hombres lagarto... quizás hoy sea tu día de suerte compadre...
Cuando Khalion saca los dados, los dos contrabandistas del "Fantasma" se quedaron algo aturdidos al reconocerlos de inmediato.
- Esos... esos son los dados de Sanbalet... yo he jugado contra ellos más de una vez... el tipo nunca se desharía de ellos... eran una de sus posesiones más preciadas... ¿pero qué cojones...? ¿cómo han llegado... hasta ...? ... !!Responde¡¡
La turbia mirada de ambos marinos pareció iluminarse por un momento mientras comenzaban a elaborar en sus cabezas la causa más probable, la duda sobre el enmascarado, y por ende, de todos los acompañantes de la tal Betty, comenzó a cobrar forma... dando un paso atrás, se echaron las manos a la vaina de sus afilados sables... dispuestos a dar la alarma si una respuesta muy convincente evitaba lo que estaba a punto de acontecer.
-Yo le he dejado los dados - dice Godric tras encomendarse a Lathander desde su posición al lado de la puerta en un plano más discreto hasta ese momento.
- Se los gane a Sanbalet en un honesto juego. Apostó contra un filtro de amor para recuperar a su furcia.- dice dando un par de golpecitos en su zurrón, donde llevaba los ungüentos y vendas - ¿Por qué te crees que me ofrecí voluntario para venir? Por alejarme un poco de nuestro líder hasta que se le pase el mosqueo. Supongo que me obligará a devolvérselos pero mientras dejo a los demás jugar con ellos. -
-Cállate ya, "Jonhy tres trolas"- interrumpió al joven sacerdote para reconducir aquel fallo de mascarada.- Nadie quiere escuchar tus cuentos, sabandija.. ¿y vosotros qué? -dijo algo desafiante- juguemos, pues tendréis mas opciones a dados que a acero.. De rata a rata os digo, dejad hablar a los mayores, Betty informará a vuestro capitán de los cambios..
Tras el cuento claramente inventado de Johny "Tres Trolas", el sentimiento de alarma de los marinos pareció subir varias escalas, y dejando escapar un gruñido primario entre sus chirriantes dientes..., tras una mirada de soslayo dirigida directamente a la puerta del camarote del capitán, los contrabandistas parecían preparados para saltar sobre el cuello de todos los subordinados de la capitana "Betty".
El grito amenazante de Khalion, puso freno de momento a la orgía de sangre que se avecinaba, los tripulantes del "Fantasma" echaron un paso atrás, atemorizados por las palabras del aasimar enmascarado, pero aún así, no parecían tener la intención de ponerse a "jugar" con los posibles asesinos de su camarada en tierra, y su postura agresiva, aunque mucho más suavizada, seguía manteniendo a ambos con las armas desenfundadas.
Ante una incomoda situación con la tensión más densa que las nieblas invocadas por el joven Adso, y con la escena prácticamente congelada en el tiempo sin resolución aparente, la puerta situada en el mismo lado de la del capitán, contra el castillo de popa, pero justamente en el extremo opuesto se abrió de par en par, y de allí salió un estirado humano de pelo corto y oscuro, con un largo bigote y un atuendo en tonos azules, parecido a una mezcla entre una túnica y una chaqueta, que contrastaba con ribetes rojos carmesí en diferentes partes de su indumentaria. Un largo bastón metálico, acabado en un cristal también de tono céfiro, complataba el equipamiento del recién llegado.
Una extraña aura mágica en tonos azures parecía rodear al hechicero colaborador de los contrabandistas, que con una mezcla de confusión e indiferencia, intentaba analizar lo que estaba ocurriendo en la cubierta principal del barco.
Punketah, el zafiro de los mares.
- ¿Porqué tanto ruido...? Ese loco de Björn está hoy especialmente escandaloso... ¿y esta gente?... ¿hemos sido víctimas de un motín o directamente estamos siendo asaltados?.
Una sutil vocecilla, apenas audible sobre el ruido de fondo del oleaje, pareció comentar algo cerca de la zona donde Godric estaba situado...
- Mientes muy mal amo... recuérdame que te de unas clases... aunque desde que estoy aquí he descubierto con sorpresa que la sinceridad brutal está reportando mejores resultados sin duda... ¿quieres que me encargue de él?
Mablung se puso tensó ante el cariz que parecía tomar la aún hipotética partida de dados, cuando el mago hizo su aparición. Levantó una ceja al ver al estrafalario personaje que acaba de aparecer y cuando acabo dijo de forma tranquila mientras se acercaba :- Si esto fuese un abordaje no estarían apunto de empezar una partida de dados, así que relajaros y disfrutad de la partida hasta que los jefes decidan que hacer- concluyó señalando a la puerta.
La afirmación de Mablung pareció convencer al hechicero de a bordo, que miró con desprecio como las banales trifulcas de zafios marineros borrachos y adictos al juego alteraban su paciencia. Apoyando el bastón sobre el suelo de la cubierta observó las nieblas que se disipaban a un ritmo nada despreciable de los alrededores del navío, estudiándolas con cierta curiosidad mientras se retiraban mar adentro...
- Interesante...
Sus pensamientos se vieron de nuevo abruptamente interrumpidos cuando finalmente la puerta del camarote del capitán se abrió de golpe, casi aplastando a Godric en el proceso. De allí salió un airado Björn que respiraba fuertemente mientras sujetaba con fuerza un hacha en cada mano, sus pasos se detuvieron justo nada más salir para observar el confuso escenario con armas desenvainadas incluídas, y giró su cabeza interrogativamente hacía el mago, que parecía negar con la cabeza quitándole hierro al asunto...
Justo detrás de él parecía que la comitiva que había ido a hablar con el capitán le seguía en fila por un pasillo interior. Leobald era el que le sucedía directamente... el caballero parecía serio y sereno a pesar de la intensidad de la conversación que claramente se había tenido en el interior. Su maniobra pilló a todos desprevenidos, tanto a aliados como enemigos... cerrando la puerta tan repentinamente como fue abierta dejando al norteño fuera, y asegurando los mismos cerrojos que previamente éste había activado para evitar la entrada del resto de la gente no invitada.
Los gritos de Björn comenzaron a oírse tan altos que opacaban totalmente los del fiero oleaje contra el casco del barco, profiriendo blasfemias a todos los Dioses conocidos,... El contrabandista y segundo al cargo, entendió la situación, que cayó sobre él como un cubo de agua helada y se sintió completamente engañado por el misterioso y desafiante porte de esa mujer de cabellos de color fuego, que le había robado el corazón... y pronto haría lo mismo con su vida... Un embate con el hacha en la puerta cerrada indicó que si sus compañeros afuera no le frenaban, el inestable hermano de Sigürd haría las maderas trizas si era necesario para proteger a su capitán, al intentar entrar de nuevo donde el resto de los "agentes" habían emboscado al regente del "Fantasma del Mar".
- ¡¡¡¡¡Punketah, son todos unos traidores... nos la han jugado... sin piedad con ellos, como a ti te gusta...!!!!
Parecía haber calmado ánimos e ímpetus de los marineros cuando apareció el resto de grupo pasillo al fondo. La mascarada de Betty la araña mantenía su frescura.. de reojo mantenía distancias de marineros y mago.. al que gustaría tener mas acerca cuando la acción explotara.
Y con la misma tranquilidad que Bjorn volvía a cubierta todo se desató. La señal que esperaba del hasta ahora lleno de credibilidad caballero nunca llegó, si es que un portazo es forma y manera de concordar ataques y maldades. Fueron los gritos del inestable nórdico lo que le valió como clave para liberar acero.
Un mago ya se la había jugado, y con una vez es suficiente. Corriendo, más allá de los límites de un normal combatiente, flanqueando a los marineros sable en mano, llegó hasta el hechicero blandiendo su cimitarra hermanada que bien parecía una extensión del brazo. Por un instante y en estado de gracia, vio flaquear las defensas mágicas del punketi, haciendo que el acera lamiera con las peores intenciones la piel del conjurador.
Evitando a los marineros aún asustados de las terribles amenazas preferidas por el que claramente era el segundo de la capitana al mostrar total desprecio por sus propios compañeros y todo lo que le rodeaba, el enmascarado saltó tras el barril que hacía de timba improvisada, y se movió con agilidad entre las maromas y botes que obstruían parte de la cunbierta hasta llegar justo al flanco posterior del hechicero de a bordo, que sorprendido y aún intentando asimilar lo que estaba viendo y escuchando olbservo como una cimitarra cargada de odio hacia su persona intentaba atravezar sus defensas mágicas.
La hoja se chocó en un principio con la intangible barrera azulada que le rodeaba, haciando saltar un puñado de chispas cefíreas en el aire que los rodeaba, frenando completamente la embestida. Punketah sonrío cínicamente al observar el esfuerzo que hacía el misterioso asesino, tensando todos sus músculos para romper esa resistencia azulada que le otorgaba total protección.
- Tus intentos de dañarme son tan inofensivos como tu aparente fachada... me resultas irritante, lleno de rabia y sed de sangre... no eres más que un perro... peor que un perro... al menos esos animales son fieles... que asc...
El mago no consiguió acabar su frase, los ojos de Khalion, del mismo color que la aureola que abrazaba al hechicero, comenzaron a brillar con gran intensidad, tornándose más inhumanos que nunca... y el cazarrecompensas, o lo que quedaba de él en ese momento, transmitió parte de ese halo azulado de sus ojos a su hoja... rompiendo en mil añicos el caparazón mágico del que Punketah tanto presumía... atravesando en el proceso su hombro derecho y llegando a su pulmón limpiamente. La salpicadura extrema de sangre que ese ataque provocó, llenaron de sangre la máscara de Khalion, que parecía disfrutar con el espectáculo.
Su toga-chaqueta, cercenada totalmente por su parte superior, comenzo a mancharse de sangre mientras el mago pugnaba por respirar mientras su rostro se volvía pálido por la súbita falta de riego sanguíneo. Sus pies apenas respondía al mortalmente herido encantador, pero de alguna manera, y a pesar de su practicamente carencia de robustez, Punketah consiguió mantenerse erguido, manteniendo cierto orgullo en su ahora blanquecina tez.
Instantáneamente, los dos marinos que estaban a cubierta, se lanzaron a proteger a su hechicero del ataque de alguien quizás más loco y sanguinario que el propio Björn. Uno de ellos, aun temeroso del propio aasimar, lanzó una débil estocada que fue esquivada con extrema facilidad por el cazarrecompensas, pero el segundo aprovechó la superioridad numérica para encontrar una hendidura en la armadura de Khalion, haciendo atravesar la hoja de su mellado sable por la carne y músculo del torso lateral del asesino de magos..
Un virute proveniente de las alturas silbó cerca de la cabeza del enmascarado, fallando por muchos centímetros, y se quedó clavado en la barandilla de la escalera que ascendía al castillo de popa.
Godric asintió casi imperceptiblemente con la cabeza cuando escuchó esas palabras en su oído. Había visto lo que Sanbalet podía hacer y aquel mago era, teóricamente, más poderoso. No podía permitirse perder a nadie más. Tenía demasiado miedo, Se sorprendió así mismo pensando "Ten cuidado" al saber que enviaba al pequeño diablillo al combate.
Viendo al desequilibrado nórdico reconocer el peligro que suponían para la tripulación del Fantasma, Godric invocó la energía de Lathander para dejarle paralizado en el sitio. Pero o las nieblas eran demasiado densas o más bien la locura y sed de sangre que consumía al segundo al mando del barco fueron más fuertes que la habilidad de Godric para manejar la energía divina.
Protegiéndose con su escudo y enarbolando su maza, el joven clérigo se preparó para el combate. Tenía que recordar que no llevaba su armadura y no podía confiar en que esta protegiera sus puntos débiles. Tan sólo contaba con su escudo y su pobre habilidad como luchador.
Por un momento pensó que quizá sería mejor así. Se acabarían las dudas, los dilemas y el dolor... pero fue menos de un segundo. Una parte de él que hasta ahora había estado aletargada bajo capas y capas de autocompasión salió a la luz, miró a los ojos al alto nórdico y sonrió amenazante.
- Ven -le dijo - Vamos a ver si tus bravuconadas se corresponden con la realidad. -
Lo que más le sorprendió a Godric fue el tono desafiante que salió de su boca.
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PbP Character: A few ;)
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Ahora que le observaba de cerca, la alta elfa debía reconocer el atractivo porte de Björn, con esos tatuajes y esa cicatriz que le dotaban de una belleza salvaje y esos musculosos brazos capaces de arrebatar una vida con facilidad. El color azul de sus ojos le llamaron poderosamente la atención y, si no fuera por su dentadura destrozada y putrefacta, podría haber afirmado con rotundidad que aquel hombre le atraía sobremanera. En cierto modo, le hacía más fácil meterse en su papel, siempre y cuando mirara para otro lado si el contrabandista sonreía ampliamente.
- Déjame adivinar… - le miró fijamente con su media sonrisa perpetua, ladeando ligeramente la cabeza - ¿el hermano menor? Sobradamente reconocida es vuestra reputación, pero nunca conseguí descubrir ese detalle. Es duro permanecer en la sombra realizando el trabajo sucio mientras otros reciben el reconocimiento. Aunque por experiencia puedo decirte que el peso de la responsabilidad a veces es tan abrumador… Tu posición, al final, es la que aporta mayores ventajas, seguro que dispones de más libertad y tiempo libre para invertirlo en… aquello que hagas con tu ocio - le sonrió pícara de nuevo -
Mientras mantenían esta conversación, Adriana observaba distraídamente el barco y los movimientos de la tripulación, haciéndose una composición de lugar, para tener bien presentes las posibles salidas o direcciones a las que dirigirse cuando la cosa se pusiera fea.
- Sobre mis gustos… ¿qué sería la vida sin variedad? - preguntó retóricamente - pero soy caprichosa y la inocencia de la juventud me resulta últimamente tan atractiva… - suspiró, forzándolo dramáticamente.
- Oh, sí, desde luego no queremos que esto se convierta en una competición sobre quién la tiene más grande… - soltó una risa, mirando a sus compañeros - desgraciadamente no tenemos tiempo para que midáis vuestra hombría y no queremos que nadie salga herido - dicho esto, comenzó a caminar acercándose hacia donde el grumete había desaparecido para avisar al capitán, dándole a entender la premura por hablar con él
- ¿Te refieres a esta? - dijo enseñándole la lengua fugazmente a modo de burla - solo está al alcance de unos pocos privilegiados… y las palabras se quedarían cortas para describir su habilidad - continuó el camino por cubierta acercándose al camarote del capitán y esta vez se dirigió a sus compañeros - apresuraos, no debemos perder más tiempo - aseveró, dando por zanjada la conversación con Börj.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Godric subió a la cubierta tratando de poner cara de pocos amigos, como las que había visto que les dirigió el semi-gigante en aquel tugurio al que Khalion parecía haber vuelto varías veces.
Procuró fijarse y averiguar cuántos marineros había en cubierta y si eran como el grumete maltratado por el matón de Björn o parecían más rudos rufianes dispuestos a que sus hojas probaran la sangre de cualquier desdichado que se atreviera a retarles.
Pero la estrambótica conversación entre el contramaestre y Adriana, la cual representaba su papel a la perfección, le hacía difícil concentrarse.
Le costó no poner los ojos en blanco ante las bravuconadas del, por otro lado, corpulento norteño. Había que reconocer que, de no ser por la cara, la boca, y sobretodo los modales, el tipo tenía un buen cuerpo.
Cuando Adriana se dirigió hacia el camarote del capitán Godric la siguió representando su papel de sirviente.
Al cruzarse con un marinero levantó la cabeza, saludándolo acompañado de un gutural - Aarrr-
PbP Character: A few ;)
Björn no volvió a contestar a la capitana Betty, sólo la observaba hablar y fijaba su mirada en su boca... casi perdiendo el interés de cualquier otra cosa a su alrededor, imaginándose en su cabeza escenas junto a ella que harían enrojecer al más depravado íncubo del infierno. Cuando la alta elfa se dispuso a atravesar la puerta, ésta se abrió súbitamente ante ella, dejando salir al marino que había enviado previamente el segundo de a bordo con el mensaje, y éste asintió al norteño con la cabeza.
- Parece que mi hermano dará audiencia a nuestra impulsiva capitana... me alegro de que de vez en cuando tenga decisiones inteligentes... pero me temo que a pesar de que su camarote es el más generoso en cuanto a espacio del barco, aún así tiene sus restricciones, así que por desgracia tendrás que elegir a dos de tus secuaces para que te acompañen, porque literalmente más no caben... ya sabes,... somos gente humilde... y el Fantasma del Mar prefiere excederse en otro tipo de estancias, como los almacenes... Cuando decidas que dos te harán de sumisos subordinados en presencia del capitán "ojos de serpiente", os acompañaré cerrando la comitiva, el resto se quedará aquí con mi gente.
Godric se fija en que los marineros de cubierta parecen bastante fieros y de mecha corta, pero aún así no parecen gran cosa, son mucho más enclenques que Björn, y supone que se apoyan más en su agilidad y movilidad que en el músculo. Aún así, parecen algo desnutridos y muy sumisos ante el segundo de a bordo.
Cuando el sacerdote gruñó su extraño y piratesco "Aarrr" al pasar cerca de otro contrabandista a modo de saludo, éste se rió a carcajada limpia mientras le espetaba con total desprecio.
- ¿Qué te ocurre? ¿te duelen las suturas del ano o qué...? jajajajaja... puto pardillo...
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Mablung ascendió con soltura al barco. para el druida estar en uno era algo nuevo. Mientras la capitana Adriana desplegaba todas sus habilidades en la insulsa charla con el montón de músculos que parecía el segundo del jefe de aquella banda, el druida se dedico a contemplar el barco y sus ocupantes. Aquellos pobres desgraciados solo trataban de sobrevivir, esa era una faceta que Mablung entendía y respetaba...pero uno no siempre lo consigue, las cosas son así, la naturaleza es así.
Con ese pensamiento en la cabeza y ante la idea de lo que iba aconteceder mas pronto que tarde, el druida se fijo en la tripulación de aquel barco, buscando entre ellos a los que pudieran ser a primera vista los más peligrosos. Seguramente el capitán y el mago encabezarían esa lista, seguidos por el patán lameculos con el que Adriana estaba lidiando...
Cuando Björn dijo que solo tres de ellos acudirían a la charla con el capitán, el druida se volvió hacia ellos a la espera de la decisión que tomase la capitana.
Adriana caminaba hacia la puerta sorprendida con su propia interpretación, asombrándose de cómo había manejado a aquel contrabandista. Al ser consciente de ello y de los riesgos a los que se enfrentaban a partir de ahora, un sentimiento acuciante de cautela le gritaba que frenara. Le había servido para poder subir al barco y conseguir una audiencia con el capitán pero era hora de cambiar de estrategia.
Justo cuando estaba en frente de la puerta, de espaldas al resto, Björn anunció las condiciones para reunirse con Ojos de Serpiente. Afortunadamente, el contrabandista no pudo observar cómo el rostro de Adriana se congelaba y cerraba los ojos en un gesto de profunda contrariedad. “Mierda, no”, pensó para sí, y una sensación de miedo y desasosiego recorrió su interior. Haciendo un esfuerzo para neutralizar su semblante, se dio la vuelta.
- Muy bien - dijo, barriendo con la mirada a sus compañeros. Debía ser rápida y no dudar - Llagas - digo haciéndole una señal con la cabeza - y tú - señaló a Leobald - venid conmigo -
Se giró de nuevo, esperando a la comitiva. Adriana no sabía nada de estrategias de lucha y batallas, se dejaba guiar más por el diálogo y la astucia de la palabra. Toctoc le serviría como interlocutor con el Capitán; además, era al único que había presentado con un nombre y sobrenombre y sería raro que no la acompañara en la audiencia. Leobald podría defenderles si comenzaba la lucha y, sabiendo la implicación de su familia en todo este asunto, consideró importante llevarle consigo.
En su interior, Adriana percibió como el nudo de su estómago apretaba cada vez más, no provocado por el incesante vaivén del barco, sino por los nervios de aquello que estaba por venir. Separarse del grupo era, sin duda, un handicap que no había previsto. Pero ya estaban metidos hasta el cuello y no tenían más remedio que continuar improvisando hasta el desenlace.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Salitre y bruma, perfecto para que a uno le miren lo justo y necesario. Bajo capa y capucha el se hacía pasar como obediente sirviente de la reina de las mareas. Sin embargo no había tiempo que perder. Uno a uno, y no parecía el único, miraba a marineros de popa a proa, sus armaduras y armamento para que llegado el momento tener cuantas menos sorpresas, mejor.
Cuando la elfa se dirigió hacia cubiertas inferiores, el antiguo cazarrecompensas se colocó, discretamente hacia la puerta contraria a la que usaban sus compañeros para descender, palpando bajo capa la bolsa de pequeñas cuentas redondeadas. Arriba se quedaba junto al humano joven y al druida. Nadie había descrito con acierto aquel atajo de chusma y maleantes, en especial al hermano del capitán, bastante inestable. No conocían al druida..
Godric maldijo en su interior el separarse de Adriana. Sintió un nudo en el estómago al ver desaparecer a la elfa en el interior del barco, pero la suerte estaba echada. Leobald la protegería. Pese a todo el joven se quedó al lado de la puerta, apoyando su espalda contra la pared, esperando la vuelta de su líder. Mientras tanto permaneció atento por si los contrabandistas habían recibido alguna señal u orden silenciosa de atacarles tras separar a su grupo. Estaba convencido de que su treta había funcionado, más tras ver la excelente representación de Adriana, pero no se iba a fiar de aquella gente.
PbP Character: A few ;)
La puerta se cerró de un fuerte portazo y todos pudieron oír un quejumbroso "click" indicando que el cerrojo se había cerrado desde dentro, al parecer el capitán gustaba de tener sus reuniones en privado sin interrupciones molestas. Mientras tanto, ya solos en la cubierta principal, el grupo de agentes se vieron acompañados en un incómodo silencio con dos de los marineros, más el que sin duda se encontraba en lo alto del mástil, situado en el puesto de vigías. Algún que otro ruido en lo alto del castillo de popa, indicaba que quizás hubiera alguno más bregando con sus tareas de mantenimiento del barco.
Uno de los marineros se acercó al borde donde estaba flotando contras las olas el bote con Adso y espetó al muchacho encapuchado para le arrojara una soga y éste pudiera amarrarlo a uno de los puntos de anclaje de la barandilla.
- ¡Chaval! o me lanzas una maroma o vas a acabar con el bote arrastrado a cientos de leguas con este oleaje... y si no vas a subir voy a retirar la escala... ya sabes protocolos del "Fantasma"
El acólito no tuvo más remedio que hacer lo que le decía el marino y arrojando la soga, consiguió elevarla lo suficiente para que el enclenque marino la atrapara, al tercer intento. Tras amarrarla fuertemente con un complejo nudo, el subordinado de Björn se dispuso a retirar temporalmente la escalerilla de cuerda que permitía el acceso desde la linea de flotación del navío, dejándola enroscada en un lateral.
Mientras, y con cierto recelo, otro de los marineros sacó algún tipo de brebaje de dudosa destilación y con un olor a orín rancio, ofreciéndoselo también a los "invitados", pero no sin antes darle un buen trago al sucio cántaro de cerámica donde reposaba tan abominable sustancia.
- ¡A la primera ronda invitamos la tripulación...! ... por cierto... ¿sabéis jugar a los dados de hueso de dragón? Pues claro que sí, si es lo único que hacéis los curritos de Sanbalet... muy bien, ¡vamos a echar unas partidas!, a la variante de las furcias y los estibadores... adelante ...! no seáis tímidos apostando vuestra paga... tendréis la suerte de ver el mejor set de dados que nunca hayáis visto... están hechos con huesos de dragón de verdad... Bimz los odia, jajaja, en la primera ronda nosotros seremos los estibadores... os toca hacer de furcias...
Con mucho cuidado, el otro marino acercó uno de los barriles al centro de la cubierta y sobre él dejó caer una serie de dados manufacturados en hueso, ... al contrario que su portador, estos parecían cuidados y limpios, como si en verdad supusieran un verdadero tesoro para los marineros...
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Tras la marcha de "Betty" y sus subalternos al interior del barco, Mablung busco un sitio cómodo desde el que tener buena vista de la puerta y se sienta a esperar, tampoco hay mucho más que hacer ahora mismo. Cuando lo marineros les ofrecieron jugar y beber, señalo con la cabeza a su enmascarado compañero mientras decía:- Me reservo mi suerte para cuando es realmente necesaria, probad con él-.
TocToc intentó negar con la cabeza a Adriana cuando le ordenó seguirle a dentro del camarote, todos sus instintos de supervivencia le gritaban que no. Pero no era el momento de negarse y sin poderlo remediar se vio abocado a seguirla adentro.
Zevatur, Rolthos
Furcias y estibadores, se sentía en casa. No quería perder dominio sobre la puerta, pero afianzaba su ventaja sobre al menos dos de los marineros. Mas movimiento mástil arriba, y en el castillo de proa para tener en cuenta si las hostilidades subían de grado.
-Adelante, vuestro dinero ya lleva mi nombre..- acercándose a la improvisada mesa de juego y pasando al lado de Godric, este le obsequió con aquellos innobles dados del mago loco Sambalet.-Disfruta del juego vuestro amigo el mago? No le he visto.. descansa por ahí? por ahí? -Bromeo, aunque en serio, señalando curioso hacia las puertas que daban a estancias inferiores y a nivel.-Aunque los hobgoblins me hablaron de los hombres lagarto, nunca vi uno, y hoy parece que tampoco por aquí los haya..
El marino pareció sonreír abiertamente ante la posible presencia de un pardillo al que desplumar la más que generosa paga que el estrámbotico hechicero le pudiera otorgar, aunque la presencia de una "capitana" colaborando con el mago parecía confundirlos en un principio y como pudiera encajar toda esa gente en el modelo de negocio que se llevaban entre manos.
- Ja nuestro amigo el mago... no es tan amigo... y como mago, pues bueno... se le toleran las tonterías que se trae porque es útil, hasta que deje de serlo y Björn lo mande al fondo del océano de una patada, acompañado quizás de algún lastre extra... Ese tipo de tipos no se mezclan con la inmundicia... palabras literales suyas..., y en cuanto a los hombres lagarto... quizás hoy sea tu día de suerte compadre...
Cuando Khalion saca los dados, los dos contrabandistas del "Fantasma" se quedaron algo aturdidos al reconocerlos de inmediato.
- Esos... esos son los dados de Sanbalet... yo he jugado contra ellos más de una vez... el tipo nunca se desharía de ellos... eran una de sus posesiones más preciadas... ¿pero qué cojones...? ¿cómo han llegado... hasta ...? ... !!Responde¡¡
La turbia mirada de ambos marinos pareció iluminarse por un momento mientras comenzaban a elaborar en sus cabezas la causa más probable, la duda sobre el enmascarado, y por ende, de todos los acompañantes de la tal Betty, comenzó a cobrar forma... dando un paso atrás, se echaron las manos a la vaina de sus afilados sables... dispuestos a dar la alarma si una respuesta muy convincente evitaba lo que estaba a punto de acontecer.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
-Yo le he dejado los dados - dice Godric tras encomendarse a Lathander desde su posición al lado de la puerta en un plano más discreto hasta ese momento.
- Se los gane a Sanbalet en un honesto juego. Apostó contra un filtro de amor para recuperar a su furcia.- dice dando un par de golpecitos en su zurrón, donde llevaba los ungüentos y vendas - ¿Por qué te crees que me ofrecí voluntario para venir? Por alejarme un poco de nuestro líder hasta que se le pase el mosqueo. Supongo que me obligará a devolvérselos pero mientras dejo a los demás jugar con ellos. -
Godric esperaba que colara.
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-Cállate ya, "Jonhy tres trolas"- interrumpió al joven sacerdote para reconducir aquel fallo de mascarada.- Nadie quiere escuchar tus cuentos, sabandija.. ¿y vosotros qué? -dijo algo desafiante- juguemos, pues tendréis mas opciones a dados que a acero.. De rata a rata os digo, dejad hablar a los mayores, Betty informará a vuestro capitán de los cambios..
Tras el cuento claramente inventado de Johny "Tres Trolas", el sentimiento de alarma de los marinos pareció subir varias escalas, y dejando escapar un gruñido primario entre sus chirriantes dientes..., tras una mirada de soslayo dirigida directamente a la puerta del camarote del capitán, los contrabandistas parecían preparados para saltar sobre el cuello de todos los subordinados de la capitana "Betty".
El grito amenazante de Khalion, puso freno de momento a la orgía de sangre que se avecinaba, los tripulantes del "Fantasma" echaron un paso atrás, atemorizados por las palabras del aasimar enmascarado, pero aún así, no parecían tener la intención de ponerse a "jugar" con los posibles asesinos de su camarada en tierra, y su postura agresiva, aunque mucho más suavizada, seguía manteniendo a ambos con las armas desenfundadas.
Ante una incomoda situación con la tensión más densa que las nieblas invocadas por el joven Adso, y con la escena prácticamente congelada en el tiempo sin resolución aparente, la puerta situada en el mismo lado de la del capitán, contra el castillo de popa, pero justamente en el extremo opuesto se abrió de par en par, y de allí salió un estirado humano de pelo corto y oscuro, con un largo bigote y un atuendo en tonos azules, parecido a una mezcla entre una túnica y una chaqueta, que contrastaba con ribetes rojos carmesí en diferentes partes de su indumentaria. Un largo bastón metálico, acabado en un cristal también de tono céfiro, complataba el equipamiento del recién llegado.
Una extraña aura mágica en tonos azures parecía rodear al hechicero colaborador de los contrabandistas, que con una mezcla de confusión e indiferencia, intentaba analizar lo que estaba ocurriendo en la cubierta principal del barco.
Punketah, el zafiro de los mares.
- ¿Porqué tanto ruido...? Ese loco de Björn está hoy especialmente escandaloso... ¿y esta gente?... ¿hemos sido víctimas de un motín o directamente estamos siendo asaltados?.
Una sutil vocecilla, apenas audible sobre el ruido de fondo del oleaje, pareció comentar algo cerca de la zona donde Godric estaba situado...
- Mientes muy mal amo... recuérdame que te de unas clases... aunque desde que estoy aquí he descubierto con sorpresa que la sinceridad brutal está reportando mejores resultados sin duda... ¿quieres que me encargue de él?
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Mablung se puso tensó ante el cariz que parecía tomar la aún hipotética partida de dados, cuando el mago hizo su aparición. Levantó una ceja al ver al estrafalario personaje que acaba de aparecer y cuando acabo dijo de forma tranquila mientras se acercaba :- Si esto fuese un abordaje no estarían apunto de empezar una partida de dados, así que relajaros y disfrutad de la partida hasta que los jefes decidan que hacer- concluyó señalando a la puerta.
La afirmación de Mablung pareció convencer al hechicero de a bordo, que miró con desprecio como las banales trifulcas de zafios marineros borrachos y adictos al juego alteraban su paciencia. Apoyando el bastón sobre el suelo de la cubierta observó las nieblas que se disipaban a un ritmo nada despreciable de los alrededores del navío, estudiándolas con cierta curiosidad mientras se retiraban mar adentro...
- Interesante...
Sus pensamientos se vieron de nuevo abruptamente interrumpidos cuando finalmente la puerta del camarote del capitán se abrió de golpe, casi aplastando a Godric en el proceso. De allí salió un airado Björn que respiraba fuertemente mientras sujetaba con fuerza un hacha en cada mano, sus pasos se detuvieron justo nada más salir para observar el confuso escenario con armas desenvainadas incluídas, y giró su cabeza interrogativamente hacía el mago, que parecía negar con la cabeza quitándole hierro al asunto...
Justo detrás de él parecía que la comitiva que había ido a hablar con el capitán le seguía en fila por un pasillo interior. Leobald era el que le sucedía directamente... el caballero parecía serio y sereno a pesar de la intensidad de la conversación que claramente se había tenido en el interior. Su maniobra pilló a todos desprevenidos, tanto a aliados como enemigos... cerrando la puerta tan repentinamente como fue abierta dejando al norteño fuera, y asegurando los mismos cerrojos que previamente éste había activado para evitar la entrada del resto de la gente no invitada.
Los gritos de Björn comenzaron a oírse tan altos que opacaban totalmente los del fiero oleaje contra el casco del barco, profiriendo blasfemias a todos los Dioses conocidos,... El contrabandista y segundo al cargo, entendió la situación, que cayó sobre él como un cubo de agua helada y se sintió completamente engañado por el misterioso y desafiante porte de esa mujer de cabellos de color fuego, que le había robado el corazón... y pronto haría lo mismo con su vida... Un embate con el hacha en la puerta cerrada indicó que si sus compañeros afuera no le frenaban, el inestable hermano de Sigürd haría las maderas trizas si era necesario para proteger a su capitán, al intentar entrar de nuevo donde el resto de los "agentes" habían emboscado al regente del "Fantasma del Mar".
- ¡¡¡¡¡Punketah, son todos unos traidores... nos la han jugado... sin piedad con ellos, como a ti te gusta...!!!!
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Parecía haber calmado ánimos e ímpetus de los marineros cuando apareció el resto de grupo pasillo al fondo. La mascarada de Betty la araña mantenía su frescura.. de reojo mantenía distancias de marineros y mago.. al que gustaría tener mas acerca cuando la acción explotara.
Y con la misma tranquilidad que Bjorn volvía a cubierta todo se desató. La señal que esperaba del hasta ahora lleno de credibilidad caballero nunca llegó, si es que un portazo es forma y manera de concordar ataques y maldades. Fueron los gritos del inestable nórdico lo que le valió como clave para liberar acero.
Un mago ya se la había jugado, y con una vez es suficiente. Corriendo, más allá de los límites de un normal combatiente, flanqueando a los marineros sable en mano, llegó hasta el hechicero blandiendo su cimitarra hermanada que bien parecía una extensión del brazo. Por un instante y en estado de gracia, vio flaquear las defensas mágicas del punketi, haciendo que el acera lamiera con las peores intenciones la piel del conjurador.
Evitando a los marineros aún asustados de las terribles amenazas preferidas por el que claramente era el segundo de la capitana al mostrar total desprecio por sus propios compañeros y todo lo que le rodeaba, el enmascarado saltó tras el barril que hacía de timba improvisada, y se movió con agilidad entre las maromas y botes que obstruían parte de la cunbierta hasta llegar justo al flanco posterior del hechicero de a bordo, que sorprendido y aún intentando asimilar lo que estaba viendo y escuchando olbservo como una cimitarra cargada de odio hacia su persona intentaba atravezar sus defensas mágicas.
La hoja se chocó en un principio con la intangible barrera azulada que le rodeaba, haciando saltar un puñado de chispas cefíreas en el aire que los rodeaba, frenando completamente la embestida. Punketah sonrío cínicamente al observar el esfuerzo que hacía el misterioso asesino, tensando todos sus músculos para romper esa resistencia azulada que le otorgaba total protección.
- Tus intentos de dañarme son tan inofensivos como tu aparente fachada... me resultas irritante, lleno de rabia y sed de sangre... no eres más que un perro... peor que un perro... al menos esos animales son fieles... que asc...
El mago no consiguió acabar su frase, los ojos de Khalion, del mismo color que la aureola que abrazaba al hechicero, comenzaron a brillar con gran intensidad, tornándose más inhumanos que nunca... y el cazarrecompensas, o lo que quedaba de él en ese momento, transmitió parte de ese halo azulado de sus ojos a su hoja... rompiendo en mil añicos el caparazón mágico del que Punketah tanto presumía... atravesando en el proceso su hombro derecho y llegando a su pulmón limpiamente. La salpicadura extrema de sangre que ese ataque provocó, llenaron de sangre la máscara de Khalion, que parecía disfrutar con el espectáculo.
Su toga-chaqueta, cercenada totalmente por su parte superior, comenzo a mancharse de sangre mientras el mago pugnaba por respirar mientras su rostro se volvía pálido por la súbita falta de riego sanguíneo. Sus pies apenas respondía al mortalmente herido encantador, pero de alguna manera, y a pesar de su practicamente carencia de robustez, Punketah consiguió mantenerse erguido, manteniendo cierto orgullo en su ahora blanquecina tez.
Instantáneamente, los dos marinos que estaban a cubierta, se lanzaron a proteger a su hechicero del ataque de alguien quizás más loco y sanguinario que el propio Björn. Uno de ellos, aun temeroso del propio aasimar, lanzó una débil estocada que fue esquivada con extrema facilidad por el cazarrecompensas, pero el segundo aprovechó la superioridad numérica para encontrar una hendidura en la armadura de Khalion, haciendo atravesar la hoja de su mellado sable por la carne y músculo del torso lateral del asesino de magos..
Un virute proveniente de las alturas silbó cerca de la cabeza del enmascarado, fallando por muchos centímetros, y se quedó clavado en la barandilla de la escalera que ascendía al castillo de popa.
Turno de Godric.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Godric asintió casi imperceptiblemente con la cabeza cuando escuchó esas palabras en su oído. Había visto lo que Sanbalet podía hacer y aquel mago era, teóricamente, más poderoso. No podía permitirse perder a nadie más. Tenía demasiado miedo, Se sorprendió así mismo pensando "Ten cuidado" al saber que enviaba al pequeño diablillo al combate.
Viendo al desequilibrado nórdico reconocer el peligro que suponían para la tripulación del Fantasma, Godric invocó la energía de Lathander para dejarle paralizado en el sitio. Pero o las nieblas eran demasiado densas o más bien la locura y sed de sangre que consumía al segundo al mando del barco fueron más fuertes que la habilidad de Godric para manejar la energía divina.
Protegiéndose con su escudo y enarbolando su maza, el joven clérigo se preparó para el combate. Tenía que recordar que no llevaba su armadura y no podía confiar en que esta protegiera sus puntos débiles. Tan sólo contaba con su escudo y su pobre habilidad como luchador.
Por un momento pensó que quizá sería mejor así. Se acabarían las dudas, los dilemas y el dolor... pero fue menos de un segundo. Una parte de él que hasta ahora había estado aletargada bajo capas y capas de autocompasión salió a la luz, miró a los ojos al alto nórdico y sonrió amenazante.
- Ven - le dijo - Vamos a ver si tus bravuconadas se corresponden con la realidad. -
Lo que más le sorprendió a Godric fue el tono desafiante que salió de su boca.
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