Leobald bajó del bote y caminó hasta tierra firme. Ajeno a la lluvia fina que caía sobre ellos con indiferencia, empezó a retirase su vieja cota de malla para ponerse las armadura de placas. Varias anillas maltratadas se desprendieron de su vieja y maltrecha armadura para quedar abandonadas en la arena de la cala.
—TocToc tiene razón, no deberíamos separarnos más —comentó mientras maniobraba con los correajes sin mirarles—, los demás llegarán en una hora, tampoco tiene sentido dejarles atrás. Si en una hora no están aquí, podemos plantearnos otra cosa. Hasta entonces sugiero que nos limitemos a sacar ese carro de la arena entre todos y cobijarnos de la lluvia en lo posible. Tu fortaleza nos vendrá bien en ese empeño, Nadie —asintió al mercenario rendido, con amabilidad.
Cuando se hubo ajustado la armadura de placas abollada, se dispuso a ayudar a sacar el carro al camino. Su aspecto distaba de componer una pose heroica, pero eso nunca le había interesado.
Si el hobgoblin pareció contrariado ante las sospechas de TocToc, no pareció mostrarlo, la máscara roja que ahora portaba cubría cualquier reacción facial que le delatara. Encogiéndose de hombros, y ante los nuevos planes impuestos, Nadie se dispuso a ayudar con la descarga y traslado de materiales al carro mientras llegaban los miembros rezagados. Al mismo tiempo intentó satisfacer al kenku con una explicación.
- Los caballos los cuidábamos entre todos, cada tres días, un pareja que iba rotando, traía el bote hasta esta cala con la carga de heno y alfalfa necesaria para que comiesen por ese tiempo y se la llevábamos. Allí comprobábamos que todo esta correcto y volvíamos... Los caballos son un activo caro, y estos se portaban bastante bien cargando con trofeos resultado de nuestros robos y contrabando. Sanbalet los quería descansados, bien cuidados y alimentados.
Tras una pausa, en la que Nadie tuvo que hacer un pequeño descanso, y donde por primera vez desde que le conocieron, mostró señales de cansancio y agotamiento físico, éste continuó conversando con el hombre pájaro. Sus palabras parecían arrastrarse por la falta de aliento causada por el esfuerzo de carga y ahora de descarga de elementos extremadamente pesados y muy delicados. Aún así no hubo queja alguna.
- No sé que ha sido de los dos que faltan, ayer Sanbalet los reunió en su habitación privada, cosa que fue realmente extraña, y tras una hora hablando, se marcharon de inmediato de la Hacienda. Nadie les preguntó, puesto que si el mago quería discreción, era mejor no meter las narices. Además a mi no me pagaban por hacer de alcahueta.
TocToc ayudo con la mercancia lo mejor que pudo mientras hablaba con Nadie. - Parece que Sambalet tenía muchos negocios con multitud de gente. Quizás nos hemos grangeado enemigos acabando con el, su banda y sus operaciones. - De pronto se detuvo un momento y le miró inclinando su cabeza. Estudiandole unos segundos y pensando.
- Hay unos grangeros humanos cerca de aquí que podrían necesitar de alguien como tú... Fuerte, resoluto, trabajador. Si ellos te aceptarán considerarías trabajar para ellos a cambio de comida, alojamiento y lo que pudiesen permitirse pagarte?. - Después mirando a sus compañeros.- Creo que sería mejor que llevarle al campamento militar. Su futuro allí es incierto y si nos está ayudando como parece, le debemos más que ese incierto futuro.
Nadie detuvo su actividad para oír las palabras del kenku, pensativo afirmó con la cabeza mientras parecía estar de acuerdo, aunque quiso matizar sus condiciones previamente.
- No me importa trabajar para pastores y granjeros si pagan, con comida y alojamiento es suficiente, pero sería como mercenario, si necesitan que alguien les proteja puedo ofrecerme. No haré tareas de cultivo o pastoreo, ya me he deshonrado una vez, dos sería demasiado... Si no es así, prefiero ir al campamento militar y que allí decidan mi destino.
Mientras acababa su única petición al respecto, por el sendero oculto entre la maleza que daba a la cala aparecieron finalmente Mablung y Godric, éste último tenía algunos vendajes extra alrededor de su pecho y cuello que no tenía antes de partir, y en algunos puntos se podías adivinar manchas de sangre fresca, sobre todo alrededor de éste último.
Parecía que la casi hora y media que se habían dedicado a descargar y volver a cagar había pasado rauda y efímera. Sólo quedaba marchar a por los caballos y comenzar la travesía hacia su destino, aunque la tarde ya estaba dando paso a la noche, y las primeras estrellas comenzaban tímidamente a mostrar su rostro en el firmamento. Fue cuando todos recordaron que, salvo Nadie, nadie había probado bocado desde el desayuno.
-No hemos tenido suerte y el aceite no se ha hundido- comentó Mablung en voz baja al llegar a la cala.
Una vez abajo se dirigió directamente a Khalion y le dijo:- No se en que mierdas nos has metido con esa moneda, pero al salir de la hacienda un zombi nos ”ha entregado” un mensaje para ti, asi que arréglalo. Sobre todo porque era uno de los miembros de la comunidad de Elias y no me apetece tener que matar a todos ellos si los convierten en no muertos.-
Mientras sacaba algo de musgo de su zurrón dijo:- ¿Preferís montar campamento aquí y partir al alba o nos ponemos en camino y descansamos cuando anochezca?. Yo creo que es mejor la primera opción, pero vosotros diréis-
Con cierta aprensión e intentando disimular la poca confianza que le transmitía el bote, Adriana subió a la barcaza. Se aferró a uno de los bordes con la mayor dignidad que pudo, después de ajustarse bien la capa con la que intentaba resguardarse del frío y la lluvia. Apenas pronunció palabra en el tiempo que duró la travesía, reprimiendo las náuseas que le producía el vaivén del mar y fijando su vista en un punto lejano del horizonte turbio y gris para disminuir la sensación de mareo de su cabeza.
Una vez llegaron a su destino, empapados hasta los huesos, se mantuvo ligeramente al margen mientras Nadie, Leobald y Toctoc se ponían de acuerdo con las tareas. La elfa puso todo su empeño en ayudar a preparar el carromato, pero su enclenque complexión y el cansancio acumulado solo consiguieron que la hechicera resultara ser más un estorbo que otra cosa.
Cada poco, desviaba su mirada hacia la maleza, oteando la lejanía, intentando adivinar en las sombras las figuras de Mablung y Godric. Cuando por fin aparecieron, Adriana se acercó preocupada, dirigiéndose al sacerdote al que observó recientemente herido.
- Godric, ¿estás bien? ¿Qué os ha sucedido? ¿Necesitas curación? - dijo mientras examinaba solícita las heridas del joven. Entonces escuchó las palabras de Mablung y musitó con una mueca de tristeza - ¡qué horror! pobre hombre, que Iram le muestre la luz en su último aciago suspiro - Al último comentario del druida, respondió - yo pondría rumbo hacia Ghostfinger sin demora. No estamos seguros aquí, dos de los bandidos de Sanbalet abandonaron la hacienda antes de nuestra llegada y son conocedores de este lugar. Cuanto antes le entreguemos la mercancía a Bastianes, menos riesgos correremos de caer en cualquier emboscada -
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Agua, por arriba y por abajo, molesta que grácilmente escurría por las escamas marinas de la su nueva armadura. Curiosa relación de mágico acero y liquido elemento. Nadie hizo del peligroso viaje un trámite de bruma y salitre hasta que sus pies volvieron a tierra firme y su estómago a la quietud.
-No seremos discretos en adelante..-bromeo, en su humor, viendo al caballero con nuevas defensas también.- Descarguemos..- viendo en el lenguaje corporal de Nadie decepción ante la falta de confianza.- Rendiste armas ante él y como tal asumiste su rectitud, su día a día. Justa y firme su palabra, pero si confianza añoras primero deberás con él ganarla.- Explicaciones, quizá de mas, descargando codo a codo con el colorido Hobgoblin.-Si con los que faltan damos se presentará propicia ocasión para ello. Eres conocedor de sus nombres?
Arena y sal agravando heridas de las encarnadas correas de la máscara. Dolor que sin embargo distraía su estómago y fatiga. No iba a mostrar debilidad, fueran las consecuencias que fueran. La tarde caía cosa que no apaciguaba los ánimos del dispar grupo.
-Esa comunidad exige arduo sacrificio..- respondiendo al retiro pensado por TocToc.- cuando Nadie un nombre gane, quizá, pues no es su camino, no aún.- Su pasado volvía, mas vívido.- Pero por Saltmarsh debo suponer, pasa su fin o su renacer..
Y llegaron como llegaron y bastante que llegaron. -En la barca había sitio.. tu libre albedrío pone vidas en peligro..-zanjó sin mas ganas de perder el tiempo mirando el exceso de vendajes del humano.- Quizá la moneda les atraiga.. Elías quería plantar cara pero parece que no sabe. Recuperemos fuerzas, y usemos la noche para llegar a Saltmarsh o casa de Elías.. estará preocupado por vuestro amigo.
Godric tranquilizó a Adriana sobre su estado. - Salió repentinamente de unos arbustos y se abalanzó sobre Mablung. Me interpuse pero el cansancio acumulado hizo que nos costara más de lo debido darle descanso eterno. Pero estoy bien. -
- El que Chak o su banda quieran intimidarnos no me sorprende. Es lo que suelen hacer los abusones. Que lo hagan asesinando a otro de los miembros de la comunidad de Elias y encima lo conviertan en un no-muerto para hacernos llegar un mensaje, y no me refiero solo a la nota - Godric saca el quemado papel y se lo da al Aasimar - es cruzar una línea. Ya sea Chak el nigromante o uno de sus aliados no podemos permitir que campe a sus anchas creando muertos vivientes y arrebatando sus almas del descanso que merecen. - Mira a los ojos azules a través de la máscara a Khalion. - Necesito una respuesta clara Khalion. Si o no bastarán. Solo tú has visto y hablado con el tal Chak. ¿Crees que está dentro de sus habilidades el arrancar las almas del más allá y convertirlas en esclavas a su voluntad en los cuerpos que una vez animaron?-
Si sus ojos tuvieran pupilas se hubieran dilatado. Ahora que le miraba, todo su globo ocular era azul, metálico, frío, cayendo en su profundidad como pecio en el fondo del mar. El joven humano vivía con amargura entre favor y abandono de su Dios cuando enfrente se encontraba a lo mas cercano a uno que jamás tendría. Una presencia que confundía a su intuición.
-Todos le visteis tan bien como yo.. - recordó al humano, quizá demasiado cansado para recordar.- pues en los bosques solo amenazó con una banda que en ningún momento aprecié.. No parece quien con muertos tenga menester- meditó unos segundos..- pero tampoco con arcanas monedas.
Entre su equipo buscó las viandas recogidas aquella mañana en la posada ofreciendo parte a Nadie, dispuesto para ir por los caballos en cuanto reinase el consenso.
- Si... esa era mi impresión pese a lo poco que le pude ver. Eso significa que alguno de esa banda es capaz de semejante atrocidad. Os aseguro que sigo pensando que ese Chak no es más que abusón, y no soporto a los abusones, pero estaba dispuesto a dejarlo pasar ya que Elías había rechazado nuestra ayuda. Pero ahora... ahora creo que debemos seguirle y acabar con él y toda su banda. La nigromancia asi practicada debe ser eliminada y la amenaza que supone ese malnacido de Chak también. ¿No dijiste que nos daba tres días? ¡Apenas ha pasado uno y ya ha matado y mancillado a uno de los pastores! sólo para demostrar que puede... bueno pues va a descubrir que las acciones así tienen consecuencias graves... ¿Creéis que el mago de Ghostfinger podrá decirnos qué propiedades tiene la dichosa moneda? -
Godric respira un par de veces para tranquilizarse.
- Pero centrémonos en nuestra misión. Khalion, Nadie, yo iré con vosotros a por los caballos. - se vuelve a Leobald - Decidid los demás si pararemos en la finca de Elías para darle la noticia o no... - Adriana se da cuenta que el joven clérigo parece agotado, pero ya demostró cuando arrastró por la lluvia y el fango el cadáver de Colton que podía ser más resistente de lo que parece.
Nadie asintió a Godric y les indicó a Khalion y al sacerdote que le siguieran. Echaba de menos tener una capa para resguardarse y se recordó a si mismo encontrar una cuanto antes, con el poco dinero que le quedaba de la última paga de Sanbalet. El pequeño grupo pronto se perdió entre los árboles bajos y los comienzos de las alta maleza que pasarían más adelante a conformar lo que se denominaba el Mar de Hierbas.
Mientras caminaban tras Nadie Godric tomó una manzana de sus provisiones y la fue masticando, recordándose que tendría que comer algo más una vez estuvieran de camino. Algo que no se estropeara demasiado con la lluvia.
Entre diez y veinte minutos después de la marcha de Nadie, Godric y Khalion, la luz del día iba apagándose cada vez más rápido hasta que el Sol, que sólo era un tenue fulgor en el horizonte marino cuando éstos comenzaron a moverse, desapareció prácticamente por completo dando paso a un cielo nocturno cubierto de estrellas. Afortunadamente estaban en luna creciente, casi llena, y esa pálida y tenue luminosidad era suficiente para seguir con las tareas sin tener que encender antorchas o lámparas.
TocToc se encaramó en una roca cercana en la cala y sacando diversos aparejos se dispuso a pescar, la oscuridad de la noche era el mejor momento a pesar de que los peces de arrecife eran más espinosos y menos sabrosos que los de alta mar, pero aún así se dispuso a capturar varias piezas con bastante éxito. Mientras el resto había aprovechado la misma lona de camuflaje que ocultaba el carro para izarla entre las ramas de los árboles cercanos improvisando una efectivo techo que les protegía de la lluvia, que iba siendo cada vez más débil hasta prácticamente desaparecer dejando el cielo despejado.
Al cabo de casi media hora, el relincho de caballos alertó a todos, pero consiguieron calmarse al ver como un Godric con un escudo brillante como un diminuto sol, lideraba una caravana compuesta por dos percherones y un un veloz corcel montado por Khalion.
Una mirada interrogativa del druida hacia Leobald lo decía todo, se fueron tres y vuelven dos sin signos aparente de batalla. Y un dejé divertido apareció en su cara al imaginarse al noble caballero explicando que habían perdido a un prisionero, ya fuese porque lo habían ejecutado o porque se les había escapado.
[Antes de que vuelvan los alegres cuatreros, sin Nadie]
Una vez hubieron cargado el carro y estaban a resguardo de la lluvia, Leobald encendió la linterna para alumbrarse. El caballero bajó la visera del farol y apuntó el haz de luz hacia el carro, de manera que no les delatara desde el mar e iluminara el espacio bajo la lona. Se acomodó junto a la fuente de luz y comenzó a leer en silencio el libro que le había prestado TocToc. Tras leer las primeras páginas del libro forrado en terciopelo, suspiró pesadamente enfrentando al resto de compañeros
—Hay algo de lo que debemos hablar —dijo con cierta preocupación mientras se ponía de pie—. Khalion, temo que algo extraño y malvado le acecha. ¿Recordáis el incidente junto a Consistorio, cuando nos guió hasta la zona de barracas donde dijo haber sido atacado por un vampiro? Allí sentí algo malvado y profundo, algo que se ocultaba de mi escrutinio, pero cuya presencia malvada flotaba en el ambiente —suspiró antes de seguir—. Pues bien, en nuestra excursión a la mansión, cuando Khalion tiró escaleras abajo a Adriana con alevosía, volví a sentir ese mal. Khalion era la fuente aquella vez, lo era con claridad y sin ambages. Aquella presencia era tan pertubadora y negativa que me provocó extrañas visiones en las que se me mostraron apocalípticos escenarios árticos de hielo y mar bajo una tormenta eléctrica violenta y sin fin. Sytigia, el infierno Azul y sus fragmentos —dijo tendiéndoles el libro—, este volumen de Sanbalet versa sobre Stygya, el quinto plano de los nueve infiernos, un entorno de hielo y glaciales infinitos dominado por perennes tormentas eléctricas. No estaba seguro pero las similitudes son irrefutables —añadió con tristeza—. Lo que sea que ha hecho presa en Khalion es poderoso y malvado y nos pone a todos en peligro, como vimos en la casa. Debemos ayudarle a deshacerse de esa entidad, aunque no se aun cómo. Quizá si esa entidad desconoce nuestros planes tengamos alguna oportunidad para llevar a Khalion a algún templo donde puedan ayudarnos.
Con sobrehumana visión guio al bravo animal esquivando piedra y barranco, seguido próximo por pesados percherones de tiro. El agua caía por máscara y armadura marina, que junto a sal y arena llenaba todos los recovecos. Serpenteó sendero abajo hasta los demás. Caballo y cazarrecompensas se detuvieron delante del caballero, bajo mascara las palabras fluyeron.
-Creí ver algo en él.- seco, serio, a Leobald.- Encontrará la muerte con deshonra o bajo mi acero. La próxima vez seguiré tu criterio.
Godric terminó de guiar a los caballos de tiro por la empinada trocha hasta donde estaban sus compañeros. Ato las riendas del caballo a una robusta rama y palmeó tranquilizador el poderoso cuello del percherón. Con calma se sentó junto al resto, apagando la luz de su escudo y quedándose iluminado por la lámpara de Leobald.
- Antes de volver a embarcarnos en otra carrera hacia delante que sin duda nos traerá más problemas me gustaría hablar un momento con vosotros. Lo primero es que os estoy agradecido, de corazón, por el trato que me habéis brindado hasta ahora. Pese a las duras palabras de Bastianes a nuestra llegada de Ghostfinger habéis sido ecuánimes conmigo, algunos habéis resultado ser un verdadero apoyo- dice mirando a Adriana - pero os agradezco de corazón el haberme permitido definirme por mis acciones y no por las terribles acusaciones que me llevaron a Ghostfinger. Esto es importante para mi y creo que ha... ayudado a que ocurriera lo que ha pasado en la batalla contra Sanbalet y sus secuaces. Aún no he tenido tiempo de ponderar todas las ramificaciones de lo que ha pasado y no las conozco pero de momento sabed que me siento honrado de poder contribuir a este grupo con mis habilidades. -
toma un trago de su cantimplora antes de seguir - Hay algo, sin embargo, que no creo que os vaya a gustar. - ahora mira a los ojos a Leobald. - Hemos dejado marchar a Nadie. - levanta la mano rápidamente para cortar las exclamaciones y poder explicarse - Sinceramente Leobald, era algo que quería proponerte. Llevarlo a Ghostfinger era una sentencia de muerte. Ninguno de los prisioneros de su raza cuando derrotamos a la Horda se libró del filo del hacha del verdugo. Y en el fondo lo sabes. No habría tenido un juicio justo, ni siquiera un juicio. Y la verdad... ya ha habido bastantes muertes. Sin embargo, en la comunidad de Elias quizá encuentre propósito y redención. Allí nos ha prometido que se dirigía, y falta le hará a Elias un par de brazos fuertes si alguien que está interesado en la moneda está matando a su gente y levantándola como zombies. Nadie ha demostrado ser fiel a su palabra desde que se rindió, y ha colaborado sin rechistar en todo lo que le hemos pedido. No huyó, ni nos atacó, y sinceramente de haber llegado a eso dudo que le hubiéramos podido detener. Sólo nos pidió que le dejáramos marchar. Los dos le dijimos que al que debía explicaciones era a ti, Leobald, y supongo que te las dará. No quería escapar de su palabra, sólo de una muerte deshonrosa. Quería una oportunidad para redimirse, como todos nosotros, y en conciencia no podía negársela. Quizá hace unos años o unos meses se lo hubiera impedido, o lo hubiera intentado, pero creo que si los dioses nos han dado la oportunidad de recuperar nuestras almas y nuestro honor, es justo que tengamos la misma consideración con otros. Además sabemos donde está. Avisará a Elias y espero que este acepte su ayuda. También nos ha dicho que Chak no puede, ni haría como parte de sus amenazas, algo como levantar muertos vivientes. Así que es posible que haya otras personas más peligrosas y siniestras detrás de esa moneda. Haremos bien en contarle a Bastianes todo sobre ella. Por último pero no menos importante. Creo que debemos empezar a pensar en trabajar unidos de una vez por todas. En la batalla casi perecemos por separarnos y no actuar con cabeza. Si algo nos enseñó el frente es que las unidades más unidas son las que mayores oportunidades de sobrevivir tienen. Y entre Chak, la moneda, el nigromante, el Consejo, los contrabandistas y los niños Vampiro... - parece dudar un poco - y añadiría nuestra deuda con La Corona como nuestros problemas, estamos rodeados. ¿Podemos al menos no separarnos? - miro a Mablung - ¿mucho? -
Leobald atendió a las explicaciones de Godric pacientemente, te brazos cruzados, con la mirada baja, concentrado en el sonido de sus palabras, asintiendo de vez en cuando ligeramente.
—Me decepcionáis joven Godric, enormemente —pronunció con tristeza cuando el joven clérigo hubo acabado su exposición—. Es loable que un hombre busque redención y más lo es el ayudarle en tal empeño. Sin embargo, un hombre, antes de perdonarse a si mismo, debe rendir cuentas de sus actos. Habéis tomado una decisión que no os pertenecía. Por otro lado, Nadie era un prisionero y un testigo en el asunto del aceite y vosotros le habéis dejado ir —su mirada glauca reflejaba pesar y decepción—. Una vez más uno de nosotros hipoteca el futuro de todos, en lo que a nuestras deudas con Ghostfinger se refiere. El Alto Capitán fue claro, los actos de uno son responsabilidad de todos. Pero vos sois un hombre instruido así que todo esto ya lo sabíais. ¿Debo entender entonces que es la vanidad la que os ha hecho obrar de esta manera? Espero que tengáis razón y Nadie sea digno de vuestra confianza pues en su honor fiáis el vuestro —suspiró de nuevo con un largo silencio—. Será mejor ponernos en marcha.
La armadura completa rechinó un poco cuando se dirigió pesadamente a unir los caballos al tiro del carro.
TocToc limpiaba el pescado con minuciosidad mientras Leobald comunicó sus sospechas e ideas. - Será mejor entonces, tenerle vigilado. Y será mejor entonces leer el libro con cuidado, quizás ayude. Yo esas cosas no se, la verdad. - Depositaba los pequeños filetes entre hojas secas para conservarlos bien varios dias o semanas. Sabía que en realidad no lo necesitaba ya que comida había de sobra en el campamento, pero tena pensado otro uso. Y no quería sacar el libro en la oscuridad de la noche. Al finalizar ató el paquete apretadamente. Lo sopesó y se levantó, acercandose a Mablung.
- Cocinalo en dos dias, o dejalo secar dos semanas. - Le dijo, sabiendo que prefería no comer la comida del campamento.
[Al llegar Khalion y Godric]
TocToc escuchó la larga charla de Godric y las escuetas palabras de Khalion. Negó con la cabeza indignado por la hipocesia del clerigo. ¿Quizás no se daba cuenta? - ¿Pides trabajar en equipo y tomas las decisiones por tu cuenta?.
Después, más calmado tras el exabrupo y después de las duras palabras de Leobald, añadió varios comentarios. - Creo que hubiese sido mejor que hubiesemos avisado nosotros a Elias antes de mandar a un hotgoblin con una mascara de demonio a su encuentro. Será todo un milagro si no se matan entre si. Y.. ¿Conocía a Chack? ¿Qué más os conto de él?
Godric asintió ante las palabras de Leobald. En realidad esperaba algo peor. - No es vanidad - le contesto tranquilo- si no practicidad. Me sorprende sobremanera que aún fíes tanto a la imparcialidad de la ley cuando esta no existe más allá de la honradez y voluntad de los que la aplican... y de sus prejuicios. - hay cierto resquemor en las palabras de Godric, una herida que aún no ha cerrado que se entrevé en su tono de voz - Si algo he conseguido es conservar a ese testigo en vez de perderlo inútilmente en una ejecución sumaria nada más verlo. El Alto Capitan ha dejado algo claro si, que cumple órdenes pero también que sus prejuicios le nublan el juicio. Hasta alguien tan inexperto como yo y en mi estado lo pudo ver, no me digas que tú no lo viste Leobald. Aunque en algo llevas razón, he apostado por el sentido del honor de Nadie. He decidido tener fe en su redención como en la muestra. Quizá la similitud entre su situación y la nuestra, salvando las distancias, me ha cegado y tomaré toda la responsabilidad de ello frente a Bastianes. Al fin y al cabo, no puede hacerme más daño... -
Luego contestó a Toc-toc
- La decisión que he tomado ha sido la de no luchar contra un enemigo superior a Khalion y a mi m,sin animo de ofender Khalion pero te recuerdo que ni los tres pudimos con el, que bien podría haber acabado con ambos y dejado sin caballos a vosotros, atrapados aquí abajo con un cargamento del que no podéis separaros ni transportar. Esta conversación sobre el futuro de Nadie la pensaba tener igualmente de camino a Ghostfinger. Morir inútilmente o conservar a dos miembros del equipo y obtener los medios para cumplir nuestra misión.Además espero haber ayudado a la gente de Elias que parece estar sufriendo y muriendo a causa de nuestra intervención y aún no estamos de posición de poder solucionarlo. Esta es la decisión pensando en todos que he tomado. No me malinterpretes Toc-toc al decir que trabajemos juntos no me refiero a que no pensemos por nosotros mismos si no que intentemos tener presente al resto en nuestras decisiones. Puedes no estar de acuerdo pero ten presente que no ha sido mi beneficio ni comodidad lo que tenía en mente al tomarla si no el de todos. -
Luego de esperar por si alguien más tenía a bien añadir algo, se levanto y sin mediar palabra desató a los caballos del árbol y comenzó a atarlos al carro para el largo camino a Ghostfinger. Estaba exhausto, tanto física como emocionalmente, y tan solo podía pensar ya en acomodarse en algún lugar del carro, cenar algo de sus raciones y descansar antes de llegar a Ghostfinger.
Leobald bajó del bote y caminó hasta tierra firme. Ajeno a la lluvia fina que caía sobre ellos con indiferencia, empezó a retirase su vieja cota de malla para ponerse las armadura de placas. Varias anillas maltratadas se desprendieron de su vieja y maltrecha armadura para quedar abandonadas en la arena de la cala.
—TocToc tiene razón, no deberíamos separarnos más —comentó mientras maniobraba con los correajes sin mirarles—, los demás llegarán en una hora, tampoco tiene sentido dejarles atrás. Si en una hora no están aquí, podemos plantearnos otra cosa. Hasta entonces sugiero que nos limitemos a sacar ese carro de la arena entre todos y cobijarnos de la lluvia en lo posible. Tu fortaleza nos vendrá bien en ese empeño, Nadie —asintió al mercenario rendido, con amabilidad.
Cuando se hubo ajustado la armadura de placas abollada, se dispuso a ayudar a sacar el carro al camino. Su aspecto distaba de componer una pose heroica, pero eso nunca le había interesado.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Si el hobgoblin pareció contrariado ante las sospechas de TocToc, no pareció mostrarlo, la máscara roja que ahora portaba cubría cualquier reacción facial que le delatara. Encogiéndose de hombros, y ante los nuevos planes impuestos, Nadie se dispuso a ayudar con la descarga y traslado de materiales al carro mientras llegaban los miembros rezagados. Al mismo tiempo intentó satisfacer al kenku con una explicación.
- Los caballos los cuidábamos entre todos, cada tres días, un pareja que iba rotando, traía el bote hasta esta cala con la carga de heno y alfalfa necesaria para que comiesen por ese tiempo y se la llevábamos. Allí comprobábamos que todo esta correcto y volvíamos... Los caballos son un activo caro, y estos se portaban bastante bien cargando con trofeos resultado de nuestros robos y contrabando. Sanbalet los quería descansados, bien cuidados y alimentados.
Tras una pausa, en la que Nadie tuvo que hacer un pequeño descanso, y donde por primera vez desde que le conocieron, mostró señales de cansancio y agotamiento físico, éste continuó conversando con el hombre pájaro. Sus palabras parecían arrastrarse por la falta de aliento causada por el esfuerzo de carga y ahora de descarga de elementos extremadamente pesados y muy delicados. Aún así no hubo queja alguna.
- No sé que ha sido de los dos que faltan, ayer Sanbalet los reunió en su habitación privada, cosa que fue realmente extraña, y tras una hora hablando, se marcharon de inmediato de la Hacienda. Nadie les preguntó, puesto que si el mago quería discreción, era mejor no meter las narices. Además a mi no me pagaban por hacer de alcahueta.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
TocToc ayudo con la mercancia lo mejor que pudo mientras hablaba con Nadie. - Parece que Sambalet tenía muchos negocios con multitud de gente. Quizás nos hemos grangeado enemigos acabando con el, su banda y sus operaciones. - De pronto se detuvo un momento y le miró inclinando su cabeza. Estudiandole unos segundos y pensando.
- Hay unos grangeros humanos cerca de aquí que podrían necesitar de alguien como tú... Fuerte, resoluto, trabajador. Si ellos te aceptarán considerarías trabajar para ellos a cambio de comida, alojamiento y lo que pudiesen permitirse pagarte?. - Después mirando a sus compañeros.- Creo que sería mejor que llevarle al campamento militar. Su futuro allí es incierto y si nos está ayudando como parece, le debemos más que ese incierto futuro.
Zevatur, Rolthos
Nadie detuvo su actividad para oír las palabras del kenku, pensativo afirmó con la cabeza mientras parecía estar de acuerdo, aunque quiso matizar sus condiciones previamente.
- No me importa trabajar para pastores y granjeros si pagan, con comida y alojamiento es suficiente, pero sería como mercenario, si necesitan que alguien les proteja puedo ofrecerme. No haré tareas de cultivo o pastoreo, ya me he deshonrado una vez, dos sería demasiado... Si no es así, prefiero ir al campamento militar y que allí decidan mi destino.
Mientras acababa su única petición al respecto, por el sendero oculto entre la maleza que daba a la cala aparecieron finalmente Mablung y Godric, éste último tenía algunos vendajes extra alrededor de su pecho y cuello que no tenía antes de partir, y en algunos puntos se podías adivinar manchas de sangre fresca, sobre todo alrededor de éste último.
Parecía que la casi hora y media que se habían dedicado a descargar y volver a cagar había pasado rauda y efímera. Sólo quedaba marchar a por los caballos y comenzar la travesía hacia su destino, aunque la tarde ya estaba dando paso a la noche, y las primeras estrellas comenzaban tímidamente a mostrar su rostro en el firmamento. Fue cuando todos recordaron que, salvo Nadie, nadie había probado bocado desde el desayuno.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
-No hemos tenido suerte y el aceite no se ha hundido- comentó Mablung en voz baja al llegar a la cala.
Una vez abajo se dirigió directamente a Khalion y le dijo:- No se en que mierdas nos has metido con esa moneda, pero al salir de la hacienda un zombi nos ”ha entregado” un mensaje para ti, asi que arréglalo. Sobre todo porque era uno de los miembros de la comunidad de Elias y no me apetece tener que matar a todos ellos si los convierten en no muertos.-
Mientras sacaba algo de musgo de su zurrón dijo:- ¿Preferís montar campamento aquí y partir al alba o nos ponemos en camino y descansamos cuando anochezca?. Yo creo que es mejor la primera opción, pero vosotros diréis-
Con cierta aprensión e intentando disimular la poca confianza que le transmitía el bote, Adriana subió a la barcaza. Se aferró a uno de los bordes con la mayor dignidad que pudo, después de ajustarse bien la capa con la que intentaba resguardarse del frío y la lluvia. Apenas pronunció palabra en el tiempo que duró la travesía, reprimiendo las náuseas que le producía el vaivén del mar y fijando su vista en un punto lejano del horizonte turbio y gris para disminuir la sensación de mareo de su cabeza.
Una vez llegaron a su destino, empapados hasta los huesos, se mantuvo ligeramente al margen mientras Nadie, Leobald y Toctoc se ponían de acuerdo con las tareas. La elfa puso todo su empeño en ayudar a preparar el carromato, pero su enclenque complexión y el cansancio acumulado solo consiguieron que la hechicera resultara ser más un estorbo que otra cosa.
Cada poco, desviaba su mirada hacia la maleza, oteando la lejanía, intentando adivinar en las sombras las figuras de Mablung y Godric. Cuando por fin aparecieron, Adriana se acercó preocupada, dirigiéndose al sacerdote al que observó recientemente herido.
- Godric, ¿estás bien? ¿Qué os ha sucedido? ¿Necesitas curación? - dijo mientras examinaba solícita las heridas del joven. Entonces escuchó las palabras de Mablung y musitó con una mueca de tristeza - ¡qué horror! pobre hombre, que Iram le muestre la luz en su último aciago suspiro - Al último comentario del druida, respondió - yo pondría rumbo hacia Ghostfinger sin demora. No estamos seguros aquí, dos de los bandidos de Sanbalet abandonaron la hacienda antes de nuestra llegada y son conocedores de este lugar. Cuanto antes le entreguemos la mercancía a Bastianes, menos riesgos correremos de caer en cualquier emboscada -
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Agua, por arriba y por abajo, molesta que grácilmente escurría por las escamas marinas de la su nueva armadura. Curiosa relación de mágico acero y liquido elemento. Nadie hizo del peligroso viaje un trámite de bruma y salitre hasta que sus pies volvieron a tierra firme y su estómago a la quietud.
-No seremos discretos en adelante..- bromeo, en su humor, viendo al caballero con nuevas defensas también.- Descarguemos..- viendo en el lenguaje corporal de Nadie decepción ante la falta de confianza.- Rendiste armas ante él y como tal asumiste su rectitud, su día a día. Justa y firme su palabra, pero si confianza añoras primero deberás con él ganarla. - Explicaciones, quizá de mas, descargando codo a codo con el colorido Hobgoblin.-Si con los que faltan damos se presentará propicia ocasión para ello. Eres conocedor de sus nombres?
Arena y sal agravando heridas de las encarnadas correas de la máscara. Dolor que sin embargo distraía su estómago y fatiga. No iba a mostrar debilidad, fueran las consecuencias que fueran. La tarde caía cosa que no apaciguaba los ánimos del dispar grupo.
-Esa comunidad exige arduo sacrificio..- respondiendo al retiro pensado por TocToc.- cuando Nadie un nombre gane, quizá, pues no es su camino, no aún.- Su pasado volvía, mas vívido.- Pero por Saltmarsh debo suponer, pasa su fin o su renacer..
Y llegaron como llegaron y bastante que llegaron. -En la barca había sitio.. tu libre albedrío pone vidas en peligro..-zanjó sin mas ganas de perder el tiempo mirando el exceso de vendajes del humano.- Quizá la moneda les atraiga.. Elías quería plantar cara pero parece que no sabe. Recuperemos fuerzas, y usemos la noche para llegar a Saltmarsh o casa de Elías.. estará preocupado por vuestro amigo.
Godric tranquilizó a Adriana sobre su estado.
- Salió repentinamente de unos arbustos y se abalanzó sobre Mablung. Me interpuse pero el cansancio acumulado hizo que nos costara más de lo debido darle descanso eterno. Pero estoy bien. -
- El que Chak o su banda quieran intimidarnos no me sorprende. Es lo que suelen hacer los abusones. Que lo hagan asesinando a otro de los miembros de la comunidad de Elias y encima lo conviertan en un no-muerto para hacernos llegar un mensaje, y no me refiero solo a la nota - Godric saca el quemado papel y se lo da al Aasimar - es cruzar una línea. Ya sea Chak el nigromante o uno de sus aliados no podemos permitir que campe a sus anchas creando muertos vivientes y arrebatando sus almas del descanso que merecen. - Mira a los ojos azules a través de la máscara a Khalion.
- Necesito una respuesta clara Khalion. Si o no bastarán. Solo tú has visto y hablado con el tal Chak. ¿Crees que está dentro de sus habilidades el arrancar las almas del más allá y convertirlas en esclavas a su voluntad en los cuerpos que una vez animaron?-
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Si sus ojos tuvieran pupilas se hubieran dilatado. Ahora que le miraba, todo su globo ocular era azul, metálico, frío, cayendo en su profundidad como pecio en el fondo del mar. El joven humano vivía con amargura entre favor y abandono de su Dios cuando enfrente se encontraba a lo mas cercano a uno que jamás tendría. Una presencia que confundía a su intuición.
-Todos le visteis tan bien como yo.. - recordó al humano, quizá demasiado cansado para recordar.- pues en los bosques solo amenazó con una banda que en ningún momento aprecié.. No parece quien con muertos tenga menester- meditó unos segundos..- pero tampoco con arcanas monedas.
Entre su equipo buscó las viandas recogidas aquella mañana en la posada ofreciendo parte a Nadie, dispuesto para ir por los caballos en cuanto reinase el consenso.
Godric asintió a las palabras de Khalion.
- Si... esa era mi impresión pese a lo poco que le pude ver. Eso significa que alguno de esa banda es capaz de semejante atrocidad. Os aseguro que sigo pensando que ese Chak no es más que abusón, y no soporto a los abusones, pero estaba dispuesto a dejarlo pasar ya que Elías había rechazado nuestra ayuda. Pero ahora... ahora creo que debemos seguirle y acabar con él y toda su banda. La nigromancia asi practicada debe ser eliminada y la amenaza que supone ese malnacido de Chak también. ¿No dijiste que nos daba tres días? ¡Apenas ha pasado uno y ya ha matado y mancillado a uno de los pastores! sólo para demostrar que puede... bueno pues va a descubrir que las acciones así tienen consecuencias graves... ¿Creéis que el mago de Ghostfinger podrá decirnos qué propiedades tiene la dichosa moneda? -
Godric respira un par de veces para tranquilizarse.
- Pero centrémonos en nuestra misión. Khalion, Nadie, yo iré con vosotros a por los caballos. - se vuelve a Leobald - Decidid los demás si pararemos en la finca de Elías para darle la noticia o no... - Adriana se da cuenta que el joven clérigo parece agotado, pero ya demostró cuando arrastró por la lluvia y el fango el cadáver de Colton que podía ser más resistente de lo que parece.
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Nadie asintió a Godric y les indicó a Khalion y al sacerdote que le siguieran. Echaba de menos tener una capa para resguardarse y se recordó a si mismo encontrar una cuanto antes, con el poco dinero que le quedaba de la última paga de Sanbalet. El pequeño grupo pronto se perdió entre los árboles bajos y los comienzos de las alta maleza que pasarían más adelante a conformar lo que se denominaba el Mar de Hierbas.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Mientras caminaban tras Nadie Godric tomó una manzana de sus provisiones y la fue masticando, recordándose que tendría que comer algo más una vez estuvieran de camino. Algo que no se estropeara demasiado con la lluvia.
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Entre diez y veinte minutos después de la marcha de Nadie, Godric y Khalion, la luz del día iba apagándose cada vez más rápido hasta que el Sol, que sólo era un tenue fulgor en el horizonte marino cuando éstos comenzaron a moverse, desapareció prácticamente por completo dando paso a un cielo nocturno cubierto de estrellas. Afortunadamente estaban en luna creciente, casi llena, y esa pálida y tenue luminosidad era suficiente para seguir con las tareas sin tener que encender antorchas o lámparas.
TocToc se encaramó en una roca cercana en la cala y sacando diversos aparejos se dispuso a pescar, la oscuridad de la noche era el mejor momento a pesar de que los peces de arrecife eran más espinosos y menos sabrosos que los de alta mar, pero aún así se dispuso a capturar varias piezas con bastante éxito. Mientras el resto había aprovechado la misma lona de camuflaje que ocultaba el carro para izarla entre las ramas de los árboles cercanos improvisando una efectivo techo que les protegía de la lluvia, que iba siendo cada vez más débil hasta prácticamente desaparecer dejando el cielo despejado.
Al cabo de casi media hora, el relincho de caballos alertó a todos, pero consiguieron calmarse al ver como un Godric con un escudo brillante como un diminuto sol, lideraba una caravana compuesta por dos percherones y un un veloz corcel montado por Khalion.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Una mirada interrogativa del druida hacia Leobald lo decía todo, se fueron tres y vuelven dos sin signos aparente de batalla. Y un dejé divertido apareció en su cara al imaginarse al noble caballero explicando que habían perdido a un prisionero, ya fuese porque lo habían ejecutado o porque se les había escapado.
[Antes de que vuelvan los alegres cuatreros, sin Nadie]
Una vez hubieron cargado el carro y estaban a resguardo de la lluvia, Leobald encendió la linterna para alumbrarse. El caballero bajó la visera del farol y apuntó el haz de luz hacia el carro, de manera que no les delatara desde el mar e iluminara el espacio bajo la lona. Se acomodó junto a la fuente de luz y comenzó a leer en silencio el libro que le había prestado TocToc. Tras leer las primeras páginas del libro forrado en terciopelo, suspiró pesadamente enfrentando al resto de compañeros
—Hay algo de lo que debemos hablar —dijo con cierta preocupación mientras se ponía de pie—. Khalion, temo que algo extraño y malvado le acecha. ¿Recordáis el incidente junto a Consistorio, cuando nos guió hasta la zona de barracas donde dijo haber sido atacado por un vampiro? Allí sentí algo malvado y profundo, algo que se ocultaba de mi escrutinio, pero cuya presencia malvada flotaba en el ambiente —suspiró antes de seguir—. Pues bien, en nuestra excursión a la mansión, cuando Khalion tiró escaleras abajo a Adriana con alevosía, volví a sentir ese mal. Khalion era la fuente aquella vez, lo era con claridad y sin ambages. Aquella presencia era tan pertubadora y negativa que me provocó extrañas visiones en las que se me mostraron apocalípticos escenarios árticos de hielo y mar bajo una tormenta eléctrica violenta y sin fin. Sytigia, el infierno Azul y sus fragmentos —dijo tendiéndoles el libro—, este volumen de Sanbalet versa sobre Stygya, el quinto plano de los nueve infiernos, un entorno de hielo y glaciales infinitos dominado por perennes tormentas eléctricas. No estaba seguro pero las similitudes son irrefutables —añadió con tristeza—. Lo que sea que ha hecho presa en Khalion es poderoso y malvado y nos pone a todos en peligro, como vimos en la casa. Debemos ayudarle a deshacerse de esa entidad, aunque no se aun cómo. Quizá si esa entidad desconoce nuestros planes tengamos alguna oportunidad para llevar a Khalion a algún templo donde puedan ayudarnos.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Con sobrehumana visión guio al bravo animal esquivando piedra y barranco, seguido próximo por pesados percherones de tiro. El agua caía por máscara y armadura marina, que junto a sal y arena llenaba todos los recovecos. Serpenteó sendero abajo hasta los demás. Caballo y cazarrecompensas se detuvieron delante del caballero, bajo mascara las palabras fluyeron.
-Creí ver algo en él.- seco, serio, a Leobald.- Encontrará la muerte con deshonra o bajo mi acero. La próxima vez seguiré tu criterio.
Godric terminó de guiar a los caballos de tiro por la empinada trocha hasta donde estaban sus compañeros. Ato las riendas del caballo a una robusta rama y palmeó tranquilizador el poderoso cuello del percherón. Con calma se sentó junto al resto, apagando la luz de su escudo y quedándose iluminado por la lámpara de Leobald.
- Antes de volver a embarcarnos en otra carrera hacia delante que sin duda nos traerá más problemas me gustaría hablar un momento con vosotros.
Lo primero es que os estoy agradecido, de corazón, por el trato que me habéis brindado hasta ahora. Pese a las duras palabras de Bastianes a nuestra llegada de Ghostfinger habéis sido ecuánimes conmigo, algunos habéis resultado ser un verdadero apoyo- dice mirando a Adriana - pero os agradezco de corazón el haberme permitido definirme por mis acciones y no por las terribles acusaciones que me llevaron a Ghostfinger. Esto es importante para mi y creo que ha... ayudado a que ocurriera lo que ha pasado en la batalla contra Sanbalet y sus secuaces. Aún no he tenido tiempo de ponderar todas las ramificaciones de lo que ha pasado y no las conozco pero de momento sabed que me siento honrado de poder contribuir a este grupo con mis habilidades. -
toma un trago de su cantimplora antes de seguir - Hay algo, sin embargo, que no creo que os vaya a gustar. - ahora mira a los ojos a Leobald. - Hemos dejado marchar a Nadie. - levanta la mano rápidamente para cortar las exclamaciones y poder explicarse - Sinceramente Leobald, era algo que quería proponerte. Llevarlo a Ghostfinger era una sentencia de muerte. Ninguno de los prisioneros de su raza cuando derrotamos a la Horda se libró del filo del hacha del verdugo. Y en el fondo lo sabes. No habría tenido un juicio justo, ni siquiera un juicio. Y la verdad... ya ha habido bastantes muertes.
Sin embargo, en la comunidad de Elias quizá encuentre propósito y redención. Allí nos ha prometido que se dirigía, y falta le hará a Elias un par de brazos fuertes si alguien que está interesado en la moneda está matando a su gente y levantándola como zombies.
Nadie ha demostrado ser fiel a su palabra desde que se rindió, y ha colaborado sin rechistar en todo lo que le hemos pedido. No huyó, ni nos atacó, y sinceramente de haber llegado a eso dudo que le hubiéramos podido detener. Sólo nos pidió que le dejáramos marchar. Los dos le dijimos que al que debía explicaciones era a ti, Leobald, y supongo que te las dará. No quería escapar de su palabra, sólo de una muerte deshonrosa. Quería una oportunidad para redimirse, como todos nosotros, y en conciencia no podía negársela. Quizá hace unos años o unos meses se lo hubiera impedido, o lo hubiera intentado, pero creo que si los dioses nos han dado la oportunidad de recuperar nuestras almas y nuestro honor, es justo que tengamos la misma consideración con otros.
Además sabemos donde está. Avisará a Elias y espero que este acepte su ayuda. También nos ha dicho que Chak no puede, ni haría como parte de sus amenazas, algo como levantar muertos vivientes. Así que es posible que haya otras personas más peligrosas y siniestras detrás de esa moneda. Haremos bien en contarle a Bastianes todo sobre ella.
Por último pero no menos importante. Creo que debemos empezar a pensar en trabajar unidos de una vez por todas. En la batalla casi perecemos por separarnos y no actuar con cabeza. Si algo nos enseñó el frente es que las unidades más unidas son las que mayores oportunidades de sobrevivir tienen. Y entre Chak, la moneda, el nigromante, el Consejo, los contrabandistas y los niños Vampiro... - parece dudar un poco - y añadiría nuestra deuda con La Corona como nuestros problemas, estamos rodeados. ¿Podemos al menos no separarnos? - miro a Mablung - ¿mucho? -
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Leobald atendió a las explicaciones de Godric pacientemente, te brazos cruzados, con la mirada baja, concentrado en el sonido de sus palabras, asintiendo de vez en cuando ligeramente.
—Me decepcionáis joven Godric, enormemente —pronunció con tristeza cuando el joven clérigo hubo acabado su exposición—. Es loable que un hombre busque redención y más lo es el ayudarle en tal empeño. Sin embargo, un hombre, antes de perdonarse a si mismo, debe rendir cuentas de sus actos. Habéis tomado una decisión que no os pertenecía. Por otro lado, Nadie era un prisionero y un testigo en el asunto del aceite y vosotros le habéis dejado ir —su mirada glauca reflejaba pesar y decepción—. Una vez más uno de nosotros hipoteca el futuro de todos, en lo que a nuestras deudas con Ghostfinger se refiere. El Alto Capitán fue claro, los actos de uno son responsabilidad de todos. Pero vos sois un hombre instruido así que todo esto ya lo sabíais. ¿Debo entender entonces que es la vanidad la que os ha hecho obrar de esta manera? Espero que tengáis razón y Nadie sea digno de vuestra confianza pues en su honor fiáis el vuestro —suspiró de nuevo con un largo silencio—. Será mejor ponernos en marcha.
La armadura completa rechinó un poco cuando se dirigió pesadamente a unir los caballos al tiro del carro.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
[Antes de la nueva reunión]
TocToc limpiaba el pescado con minuciosidad mientras Leobald comunicó sus sospechas e ideas. - Será mejor entonces, tenerle vigilado. Y será mejor entonces leer el libro con cuidado, quizás ayude. Yo esas cosas no se, la verdad. - Depositaba los pequeños filetes entre hojas secas para conservarlos bien varios dias o semanas. Sabía que en realidad no lo necesitaba ya que comida había de sobra en el campamento, pero tena pensado otro uso. Y no quería sacar el libro en la oscuridad de la noche. Al finalizar ató el paquete apretadamente. Lo sopesó y se levantó, acercandose a Mablung.
- Cocinalo en dos dias, o dejalo secar dos semanas. - Le dijo, sabiendo que prefería no comer la comida del campamento.
[Al llegar Khalion y Godric]
TocToc escuchó la larga charla de Godric y las escuetas palabras de Khalion. Negó con la cabeza indignado por la hipocesia del clerigo. ¿Quizás no se daba cuenta? - ¿Pides trabajar en equipo y tomas las decisiones por tu cuenta?.
Después, más calmado tras el exabrupo y después de las duras palabras de Leobald, añadió varios comentarios. - Creo que hubiese sido mejor que hubiesemos avisado nosotros a Elias antes de mandar a un hotgoblin con una mascara de demonio a su encuentro. Será todo un milagro si no se matan entre si. Y.. ¿Conocía a Chack? ¿Qué más os conto de él?
Zevatur, Rolthos
Godric asintió ante las palabras de Leobald. En realidad esperaba algo peor.
- No es vanidad - le contesto tranquilo- si no practicidad. Me sorprende sobremanera que aún fíes tanto a la imparcialidad de la ley cuando esta no existe más allá de la honradez y voluntad de los que la aplican... y de sus prejuicios. - hay cierto resquemor en las palabras de Godric, una herida que aún no ha cerrado que se entrevé en su tono de voz - Si algo he conseguido es conservar a ese testigo en vez de perderlo inútilmente en una ejecución sumaria nada más verlo. El Alto Capitan ha dejado algo claro si, que cumple órdenes pero también que sus prejuicios le nublan el juicio. Hasta alguien tan inexperto como yo y en mi estado lo pudo ver, no me digas que tú no lo viste Leobald. Aunque en algo llevas razón, he apostado por el sentido del honor de Nadie. He decidido tener fe en su redención como en la muestra. Quizá la similitud entre su situación y la nuestra, salvando las distancias, me ha cegado y tomaré toda la responsabilidad de ello frente a Bastianes. Al fin y al cabo, no puede hacerme más daño... -
Luego contestó a Toc-toc
- La decisión que he tomado ha sido la de no luchar contra un enemigo superior a Khalion y a mi m,sin animo de ofender Khalion pero te recuerdo que ni los tres pudimos con el, que bien podría haber acabado con ambos y dejado sin caballos a vosotros, atrapados aquí abajo con un cargamento del que no podéis separaros ni transportar. Esta conversación sobre el futuro de Nadie la pensaba tener igualmente de camino a Ghostfinger. Morir inútilmente o conservar a dos miembros del equipo y obtener los medios para cumplir nuestra misión.Además espero haber ayudado a la gente de Elias que parece estar sufriendo y muriendo a causa de nuestra intervención y aún no estamos de posición de poder solucionarlo. Esta es la decisión pensando en todos que he tomado. No me malinterpretes Toc-toc al decir que trabajemos juntos no me refiero a que no pensemos por nosotros mismos si no que intentemos tener presente al resto en nuestras decisiones. Puedes no estar de acuerdo pero ten presente que no ha sido mi beneficio ni comodidad lo que tenía en mente al tomarla si no el de todos. -
Luego de esperar por si alguien más tenía a bien añadir algo, se levanto y sin mediar palabra desató a los caballos del árbol y comenzó a atarlos al carro para el largo camino a Ghostfinger.
Estaba exhausto, tanto física como emocionalmente, y tan solo podía pensar ya en acomodarse en algún lugar del carro, cenar algo de sus raciones y descansar antes de llegar a Ghostfinger.
PbP Character: A few ;)