El grupo bajó por las escaleras de dos en dos, en un orden no fijado previamente, quizás el primero en atreverse a bajar fue Khalion, que justo antes de moverse en dirección descendente observó de reojo el florido parterre mientras sus azulados a iridiscentes ojos de un azul helado, parpadeaban tras la máscara por unos momentos.
Abajo la sala pareció reticente a mostrarse hasta que las diversas fuentes de luz fueron haciendo mella en aquella oscuridad axfisiante. A juzgar por la estufa que había en una de las paredes de esta habitación, este lugar operó en su día como cocina. Ahora la zona estaba repleta de huesos y desechos. Cuchillos de metal en mal estado y otros utensilios de cocina colgaban de ganchos en el techo, mientras un hedor aplastante a carne podrida maceraba el aire respirable. Pequeños cangrejos pululaban, esta vez aislados y sin causar amenaza alguna, por cada rincón del enorme camarote. Sin duda esta parte seguía perteneciendo a la zona del galeón, y no al templo al que había sido anexionado, sin embargo, la única puerta de salida, si daba a una estructura de piedra negra, siendo posiblemente una de las entradas laterales al oscuro templo que allí se erguía.
En el extremo opuesto a la puerta de salida, una trampilla en el suelo era claramente visible, tenía varias asas encajadas sobre ella alineadas en paralelo, estaban bastante oxidadas pero aún cumplían bien con su trabajo, aguantar una pesada barra de metal que alguien había atravesado allí para evitar que ese portón, a ras de los tablones del suelo, se pudiera abrir desde el piso inferior, sellando lo que fuera que se arrastrara allí abajo.
- Supongo que nuestro objetivo está por ese negro y oscuro camino - dice Godric - Dudo mucho que el objeto de su veneración esté encerrado en la bodega de un pecio en descomposición -
-No creo que haya hecho nada para despertar nada en el colgante- dijo Mablung un tanto escéptico ante las palabras de Adriana- y obra con las bayas como mas te guste, tuyas son hasta que se pase el efecto del conjuro-.
Tras lo cual el druida ocupó su lugar y bajo junto con sus compañeros.
Al ver la sala y la trampilla dijo: -Esa trampilla suena más a cárcel que para encerrar algo poderoso, viendo que son las cocinas... me aventuro a decir que seguramente lo que haya sean prisioneros que usen para...¿cocinar?. ¿Que queréis hacer, seguimos hacia el templo o lo abrimos?-
Leobald observó la sala con cautela al pie de la maltrecha escalera de madera.
—Si hay prisioneros ahí abajo no podemos dejarlos a su suerte —le dijo a Adriana—. Por otra parte, quizá sepan algo más de la naturaleza del mal abrumador a que nos enfrentamos —dijo a los demás antes de acercarse a la trampilla con cuidado de no pisar en falso.
Al llegar a la altura de las argollas en el suelo, se acachó para tratar de escuchar algún ruido allá abajo.
Khalion no dejaba de mirar con suspicacia el trato de los elfos y su objetos arcanos traídos allende los mares.. un buen recolector pordría usar aquellas plantas para funestas ideas.. Pero había que continuar y bajó con cuidado apuntando con la ballesta a cada rincón de la escalera y la habitación hasta la nueva cámara del galeón. Aquellos aromas mareaban a cualqueira y lo único que le apetecía era salir. Escuchó a todos mientras contemplaba la trampilla.
-La última vez solo había muerte tras una sala así.. en la casa de los bandidos.-contestó a elfo y caballero.-Quizá podamos hacer una pequeña abertura y descartar desagradables sorpresas..
Tras lo que buscó en su mochila aquellas herramientas usadas para fines menos legales. Una palanqueta y el dardo de ballesta para intentar abrir un agujero entre las maderas de la trampilla justo después de que el humano terminara de escuchar lo que fuera..
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El silencio era la única respuesta que obtuvo el viejo paladín cuando acercó sus oídos a la trampilla, no se oía absolutamente nada, como si en efecto esa barra sellara algún tipo de tumba... Al estar próximo a la barra, percibió que esta no era muy pesada y que la corrosión no había aún hecho demasiada mella en ella, aún así parecía fácil de desplazar simplemente empujándola desde uno de sus extremos sin apenas esfuerzo.
Khalion se situó justo al lado, cerca del caballero, buscando un punto débil en la trampilla, sus profundos e iridiscentes ojos azules enfocaron una brecha candidata a ser manipulada con su palanqueta, ayudando con un improvisado dardo usado como punto de guía, ... Manipulando con cierta destreza ambas herramientas, intentó agrandar la hendidura para que fuera posible ver a través de ella, basando su ejecución en experiencias pasadas de dudosa legalidad.
Dexterity Check: 3
La grieta pareció ceder lo suficiente, del grosor de un dedo índice, y por tanto, gracias a su visión mejorada, el aasimar caído pudo acercar su ojo a la hendidura. Allí solo parecía haber oscuridad.
La cubierta inferior se extendía hasta que se perdía de vista, en dirección a proa, a lo largo del barco, y era abierta completamente, sin mamparos o separaciones. Un agua oscura y turbia, totalmente calmada, llenaba esa zona sellada hasta alcanzar probablemente al menos un metro de profundidad según sus cálculos, aunque las grandes embarcaciones marinas eran más una especialidad de TocToc. Chapoteando en diferentes puntos, viejas cajas en descomposición se apilaban contra el casco de babor del barco, pero el cazarrecompensas era incapaz de ver hasta el final, demasiada distancia, y el ángulo desde el que observaba no ayudaba.
Aunque cauteloso por no perder un ojo, escudriñó a conciencia la sala parcialmente inundada. Esperaba ver los famosos prisioneros que ansiaba el caballero para ocnsiderar la misión como satisfactoria y dejar a los demás tranquilos con sus propios objetivos..
-No parece haber nada.. pero no veo ni al fondo ni dentro del agua.. Todo está inundado hasta medio cuerpo.-Conjuró entonces uno de los hechizos innatos en los aasimar y que conservan incluso cuando estan malogrados. La luz se hizo en la punta del virote usado y se lo pasó al humano.- Prueba por si la luz despertara cualquier cosa que que ahí repose.
Godric esperó en tenso silencio la respuesta a las palabras del caballero.
Dudaba mucho que ningún prisionero pudiera haber sobrevivido ni un sólo día en aquel lugar. De haber acabado alli, sólo podía esperar que Lathander hubiera guiado a la desdichada alma al paraíso.
Adriana meditó unos segundos. Mentiría si dijera que no sentía curiosidad por saber qué se escondía bajo esa trampilla herrumbrosa y pesada, pero la mera idea de la existencia de algún monstruo submarino le hacía recelar. Cuando Leobald mencionó posibles supervivientes, se convenció de que debían correr el riesgo; no se permitía abandonar aquella estancia con la sombra de la duda, con una pequeña posibilidad de que bajo esa losa agonizaran prisioneros. Asintió con la cabeza mientras seguía al paladín, posicionándose lo suficientemente alejada para que sus compañeros manipularan la entrada.
Contuvo el aliento mientras Khalion ofrecía una abertura por la que echar un vistazo. Su respiración se reactivó tras los segundos de tenso silencio que precedieron a las palabras de Leobald. Si aquella era la morada de algún prisionero, nada parecía señalar que siguieran con vida. Aún así, continuó prestando atención ante cualquier sonido que pudiera surgir.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Alejándose de la tentadora trampilla, el grupo se decidió finalmente por la puerta principal elaborada en densa roca negra, tras tantearla, y revisar los desgastados surcos en la madera justo en sus proximidades, dedujeron que se abría hacia dentro. Extremadamente pesada, y ruidosa, el crujido de la roca al rasgar de nuevo los tablones que conformaban el suelo del camarote pudiera haber alertado a todas las criaturas que ya estaban en su interior, sino fuese porque, ya estaban sobre aviso.
La estancia que se habría ante ellos parecía casi el doble de grande que en la que se situaban, y el suelo de esta cámara está cubierto de runas escritas con sangre. Se había tallado un círculo en la piedra que ahora tamizaba el suelo más o menos en su centro. Las paredes y el techo estaban cubiertos de esos extraños filamentos acuosos y pegajosos que al parecer excretaban las mutaciones encontradas. Dos bultos de tamaño humanoide sujetos al techo se retorcían mientras cientos de diminutos cangrejos carnívoros pululaban sobre ellos alimentándose ajenos a todo lo demás. Al fondo del extraño recinto ritual, a pesar de la profunda penumbra, se adivinaba la silueta de otra puerta.
La iluminación era prácticamente nula, y la única fuente de luz provenía de una llama que flotaba lánguidamente sobre la mano de un semi-orco embutido en las mismas ajadas y prácticamente arruinadas vestimentas druídicas... Su piel parecía tener la textura de la corteza de los árboles más robustos, y su bastón labrado en madera rezumaba decenas de púas. Sus ojos, sin embargo, dibujaban la esencia de la misma locura en sus pupilas. Junto a él, otra misteriosa figura, esta vez, prácticamente cubierta por una pesada túnica de colores grises oscuros, y con la capucha puesta, parecía estar terminando una conversación con el desquiciado druida... La piel de sus manos destacaba con un color azul marino suave, un tono que quizás era demasiado familiar para Khalion... Sus últimas palabras se vieron acompañadas por un ágil paseo hacía el fondo del muro occidental.
- Encárgate de los sacrificios, 'El que Acecha' los espera con ansia, ... captura a 'La portadora' y serás recompensado con tu más insidioso deseo... Él ya sabe cual es... con la comunión, todo comienza... y dentro de poco todo acabará.
Pero lo más horrible era lo que le esperaba a la segunda figura en el otro extremo de la cámara, grabado en la roca, se intercalaban parches de carne viva, donde hasta un número de seis ojos del tamaño de una cabeza cada uno, se repartían en dos hileras de tres, como si roca y carne se hubieran fusionado en una monstruosa aberración multi-ocular, que de momento, parecía aprisionada por la propia física de la imposible estructura. Esos ojos eran profundos como el océano, y no paraban de moverse de manera independiente, vislumbrando y registrando todo en sus inimaginables retinas... Tal grotesco mural, cubría gran parte de ese muro, y cuando el encapuchado se acercó, una grieta pareció abrirse, parecida a un enfermizo portal, desapareciendo instantes después dentro, junto a la fisura creada de geometría imposible.
Una sacudida hizo temblar toda la estructura, como si el descomunal ente que era parte de la pared intentara liberarse y entrar en este mundo como algo completo... Mientras, el semi-orco situado en el centro del círculo tallado de la sala, se encaró a los recién llegados... dedicándoles unas agradables palabras de bienvenida.
- Soy Krell Grohig, el último de los grandes druidas ... mi poder se ha multiplicado al probar la carne de mi nuevo maestro... y vosotros sólo sois un insignificante test a mi grandeza. Antes de hacerme cargo de vosotros y poder ascender junto a los demás... rendiros y entregadme a la portadora, os prometo que vuestra asimilación será indolora...
Leobald se adelantó un paso por delante de Adriana, asiendo el escudo con firmeza, pero sin desenvainar ni entrar en la sala.
—Si una vez perteneciste al círculo, en alguna parte de tu corazón sabes que todo esto es contrario al orden natural —dijo levantando la voz, pero sin rudeza—. El que Acecha solo te utiliza y pretende tu ruina —le advirtió con suavidad—. Ríndete, libera a los prisioneros y te ayudaremos a volver. Esto no tiene por qué acabar en sangre.
Trató de sonar todo lo entero que pudo, pero las grotescas visiones de aquellos enemigos y los sacos palpitantes que albergaban a los prisioneros le provocaban una lanzada de repulsión.
Krell gruñó ante las palabras del paladín, con un gesto de despreció en su rostro que rozaba la ira y el insulto, sin embargo, algo en el tono de Leobald, como si su oratoria estuviese parcialmente bendecida por algún tipo de divinidad..., tocó en lo más profundo de la mente del desquiciado druida.
Su ojos presos de la locura más absoluta, con la mirada prácticamente perdida, parecieron cobrar por un momento algo de cordura, de una manera muy parecida a la del druida que tomó la baya sagrada que le había ofrecido Mablung, y aunque aquello no acabó quizás como todos esperaban, podría ser que esta vez fuera diferente. Krell miró de reojo al abominable muro de ojos y carne que tenía a su derecha... mientras la mano que portaba la esfera bajaba, cambiando su actitud agresiva por algo... distinto.
- No ... No hay mucho tiempo ... no podré contenerle por mucho tiempo ... pronto atravesará el velo que nos separa... no debe despertar a los durmientes... Coged los artefactos y devolvérselos a sus dueños... - El semiorco señaló a una de las esquinas de la sala, donde la enorme criatura mutante que en algún momento fue un oso lechuza, acechaba en una postura no tan amable como su líder. Allí un pesado cofre metálico sellado con una fuerte cerradura, permanecía semioculto, probablemente sin sus indicaciones, hubiera pasado fácilmente desapercibido, después y tras una mirada hacia sus víctimas envueltas en filamentos formando vainas pegajosas y colgadas de techo, espetó con prisa - Para ellos es demasiado tarde... ¡¡¡coged lo que os he dicho y corred....!!!
Desplazándose hacía el muro y profesando unas extrañas palabras que formaban una letanía que invitaba a abandonar la razón a aquel que permaneciera demasiado tiempo escuchándola, Krell parecía que intentaba retener lo inevitable... retrasando el proceso de "encarnación" de la gargantuesca encarnación del que 'Acecha' ... Grietas profundas comenzaron a formarse en la pared, por las que empezó a brotar agua en chorros... Al parecer, la traición de uno de sus lugartenientes había enfurecido a aquella cosa más allá de los límites que la mente podía entender, y estaba intentando acelerar su manifestación en aquel lugar...
TocToc se quedó fascinado por el contenido de la sala, enormes ojos, agentes del antiguo Dios, los enemigos acechando, los sacrificios y las runas. Se intentó centrar mientras Leobald intentaba hablar. Las runas quizás pudiera sacar algo en claro de ellas...
Otra vez los dichosos durmientes... Pensó TocToc sorprendido del el repentino cambio de actitud del druida corrupto. - Será mejor que le hagamos caso. Esto nos supera con mucho...
Horrorizado, pero aún en actitud protectora frente a Adriana Godric se atrevió a bajar un poco sus armas.
- Habrá que reventar esa cerradura... - dice señalando el cofre que el perdido druida les había señalado - y no creo que... eso... nos deje pasar tranquilamente a su lado... habrá que entretenerlo o alejarlo... - dijo refiriéndose al mutado oso lechuza.
- De todas formas.. - susurró hacia su hombro - ¿no se supone que teníamos que acabar con esta bestia como nos dijo el... cerebro de arriba? Todo esto es demasiado... empiezo a pensar que el que ha perdido la razón soy yo... -
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Una saeta interrumpió la disertación entre TocToc y Godric, cruzando la estancia entera y clavándose profundamente en el aberrante e ingente animal cuyo lomo estaba cubierto de tentáculos,... un agudo chillido de dolor surcó la cámara, tan intenso que muchos hicieron amago de taparse los oídos para protegerse del dolor que provocaba. Loco y confuso por las órdenes contradictorias, el animal salió de su escondite cargando a través de la instancia sobre la primera linea de agentes que aún permanecían en la puerta discutiendo sus próximas acciones. Un reguero de sangre viscosa cayó por todo el suelo de roca oscura del templo a lo largo de su trayectoria.
Con un vigoroso ataque de su pico, cubierto en algún tipo de tóxica sustancia, la bestia intento arrancar la cabeza a Leobald sin demasiados miramientos, mientras con su inmenso cuerpo tapaba la entrada a la estancia completamente, interrumpiendo incluso la linea de visión.
Picotazo venenoso enfurecido a Leobald: Attack: 15 Damage: 6 + 19Veneno (CON ST DC 11 - Mitad Daño]
Tras el ataque... fallido, que el caballero consiguió desviar con su escudo en el último momento, y que hubiera hecho caer al más fornido de los guerreros, algo extraño volvió a pasar. La figura del oso-lechuza comenzó a difuminarse con extrema rapidez, haciéndose traslúcida al principio... hasta desaparecer completamente despejando la entrada una vez más... El enorme ser no parecía estar a la vista... mientras todo se preguntaban que había pasado, y si realmente llegó a estar ahí en algún momento realmente...
Mablung no daba crédito a lo que veía y escuchaba, todo un círculo caido por la traición de uno de sus integrante, justo cuando iba a dar rienda suelta a su ira el paladín hablo, sólo a ese necio loco se lo ocurriría tratar con el enemigo en esta situación, pero para su sorpresa pareció dar resultado al ver como la locura abandonaba los ojos de Krell. Tras escuchar sus palabras susurro:- que la foresta te guarde y te guie en tu batalla- para acto seguido volverse hacia el cofre y su guardián mientras decía a sus compañeros:- Vamos no tenemos mucho tiempo, no sabemos cuando volverá a a caer antela locura.
Tras lo cual encajo una flecha en su arco y disparó al guardián del cofre.
Con el extraño ser desaparecido Godric se encaminó hacia el cofre, esperaba poder recobrar las reliquias de las que había hablado Kell. Sin embargo, y pese a la supuesta desaparación del guardián, no descuidó su guardia, pues sabía de buena tinta gracias a su pequeño consejero, que algunas criaturas poseían la capacidad de desaparecer de la vista y que un ataque inadvertido podía ser mortal.
Movimiento: Ir hacia el cofre. Acción: Hold. Pegar a lo que se menee si se presenta algo
BA: Esperar que no le caiga un ataque de oportunidad venenoso.
Tras la desaparición de extraño oso lechuza capaz de difuminarse en la misma realidad, Godric saltó esquivando al druida armado con el arco, y fintando sobre Leobald, que cubría la puerta que comunicaba ambas instancias, llegando sin problemas hasta el cofre. Cuando estuvo a su lado, y sin dejar de vigilar a los dos mutantes que permanecían 'ocultos', en una extraña actitud de agresividad contenida, como si estuvieran esperando una orden que no llegaba., el sacerdote tuvo tiempo a echar un ojo rápido al pesado contenedor.
Éste parecía estar hecho prácticamente al completo de un pesado metal, probablemente acero, y se conservaba en una buena calidad. En su frontal, donde debería haber el hueco de una cerradura, en su lugar, se encontraba un extraño mecanismo consistente en tres ruedas dentadas que estaban encajadas unas sobre otras con extraños símbolos alrededor de todo el diámetro de cada uno de ellos... Sin duda era una maravillosa obra de ingeniería y cerrajería que no tenía tiempo de descifrar... habría que arrastrar ese pesado baúl, más parecido a una caja fuerte, por todo el camino de vuelta, incluidas las escaleras de subida a la planta superior... si querían llevárselo con ellos.
Mientras tanto, el corrupto servidor de las fuerzas abisales, ahora transformado en un 'aliado' gracias a las persuasivas divinas palabras del paladín, parecía perder el control que éste pudiera ejercer sobre el Ente que intentaba cruzar las realidades a través del muro del improvisado templo... En un último esfuerzo de voluntad, pudo componer una frase, probablemente dirigida a alguien que no pertenecía al grupo y que sonaba a una desesperada y no muy compleja instrucción... sin aparente efecto alguno.
Protegida tras el corpulento y blindado Leobald, e ignorando todo lo que acontecía a su alrededor, Adriana elevó su mano mientras obraba su magia. Una pulsante luz de un color verde tumefacto envolvió su puño apuntando a Krell justamente en la cabeza, ... sólo un haz de energía primaria era necesario para fundir su cabeza traidora... y vengarle así ante 'El Horror entre Realidades'...
La inquisitorial mirada de soslayo de Mablung, devolvió a la alta elfa la cordura y la razón, e, inmediatamente, sacudió el estupor que le había arrastrado a ese estado de confusión de la que había sido presa por unos instantes. El rayo de energía enfermiza surcó la estancia impactando en el muro, justamente en uno de los ocho ojos que se agitaban intentando atravesar todo y a todos con su insana contemplación. Éste se cerró instintivamente al recibir el impacto directo, y un extraño icor comenzó a brotar por lo que debería ser uno de sus lacrimales... Sin duda el Ente hubiera chillado de frustración si hubiera tenido boca.
Mientras, los dos seres mutantes, seguían acechando sin moverse entre las sombras, ambos encarados hacia Godric, pero sin moverse un sólo paso...
Turno de Khalion
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" ¡Oh la Oscuridad...! "
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El grupo bajó por las escaleras de dos en dos, en un orden no fijado previamente, quizás el primero en atreverse a bajar fue Khalion, que justo antes de moverse en dirección descendente observó de reojo el florido parterre mientras sus azulados a iridiscentes ojos de un azul helado, parpadeaban tras la máscara por unos momentos.
Abajo la sala pareció reticente a mostrarse hasta que las diversas fuentes de luz fueron haciendo mella en aquella oscuridad axfisiante. A juzgar por la estufa que había en una de las paredes de esta habitación, este lugar operó en su día como cocina. Ahora la zona estaba repleta de huesos y desechos. Cuchillos de metal en mal estado y otros utensilios de cocina colgaban de ganchos en el techo, mientras un hedor aplastante a carne podrida maceraba el aire respirable. Pequeños cangrejos pululaban, esta vez aislados y sin causar amenaza alguna, por cada rincón del enorme camarote. Sin duda esta parte seguía perteneciendo a la zona del galeón, y no al templo al que había sido anexionado, sin embargo, la única puerta de salida, si daba a una estructura de piedra negra, siendo posiblemente una de las entradas laterales al oscuro templo que allí se erguía.
En el extremo opuesto a la puerta de salida, una trampilla en el suelo era claramente visible, tenía varias asas encajadas sobre ella alineadas en paralelo, estaban bastante oxidadas pero aún cumplían bien con su trabajo, aguantar una pesada barra de metal que alguien había atravesado allí para evitar que ese portón, a ras de los tablones del suelo, se pudiera abrir desde el piso inferior, sellando lo que fuera que se arrastrara allí abajo.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
- Supongo que nuestro objetivo está por ese negro y oscuro camino - dice Godric - Dudo mucho que el objeto de su veneración esté encerrado en la bodega de un pecio en descomposición -
PbP Character: A few ;)
-No creo que haya hecho nada para despertar nada en el colgante- dijo Mablung un tanto escéptico ante las palabras de Adriana- y obra con las bayas como mas te guste, tuyas son hasta que se pase el efecto del conjuro-.
Tras lo cual el druida ocupó su lugar y bajo junto con sus compañeros.
Al ver la sala y la trampilla dijo: -Esa trampilla suena más a cárcel que para encerrar algo poderoso, viendo que son las cocinas... me aventuro a decir que seguramente lo que haya sean prisioneros que usen para...¿cocinar?. ¿Que queréis hacer, seguimos hacia el templo o lo abrimos?-
Leobald observó la sala con cautela al pie de la maltrecha escalera de madera.
—Si hay prisioneros ahí abajo no podemos dejarlos a su suerte —le dijo a Adriana—. Por otra parte, quizá sepan algo más de la naturaleza del mal abrumador a que nos enfrentamos —dijo a los demás antes de acercarse a la trampilla con cuidado de no pisar en falso.
Al llegar a la altura de las argollas en el suelo, se acachó para tratar de escuchar algún ruido allá abajo.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Khalion no dejaba de mirar con suspicacia el trato de los elfos y su objetos arcanos traídos allende los mares.. un buen recolector pordría usar aquellas plantas para funestas ideas.. Pero había que continuar y bajó con cuidado apuntando con la ballesta a cada rincón de la escalera y la habitación hasta la nueva cámara del galeón. Aquellos aromas mareaban a cualqueira y lo único que le apetecía era salir. Escuchó a todos mientras contemplaba la trampilla.
-La última vez solo había muerte tras una sala así.. en la casa de los bandidos.- contestó a elfo y caballero.-Quizá podamos hacer una pequeña abertura y descartar desagradables sorpresas..
Tras lo que buscó en su mochila aquellas herramientas usadas para fines menos legales. Una palanqueta y el dardo de ballesta para intentar abrir un agujero entre las maderas de la trampilla justo después de que el humano terminara de escuchar lo que fuera..
El silencio era la única respuesta que obtuvo el viejo paladín cuando acercó sus oídos a la trampilla, no se oía absolutamente nada, como si en efecto esa barra sellara algún tipo de tumba... Al estar próximo a la barra, percibió que esta no era muy pesada y que la corrosión no había aún hecho demasiada mella en ella, aún así parecía fácil de desplazar simplemente empujándola desde uno de sus extremos sin apenas esfuerzo.
Khalion se situó justo al lado, cerca del caballero, buscando un punto débil en la trampilla, sus profundos e iridiscentes ojos azules enfocaron una brecha candidata a ser manipulada con su palanqueta, ayudando con un improvisado dardo usado como punto de guía, ... Manipulando con cierta destreza ambas herramientas, intentó agrandar la hendidura para que fuera posible ver a través de ella, basando su ejecución en experiencias pasadas de dudosa legalidad.
Dexterity Check: 3
La grieta pareció ceder lo suficiente, del grosor de un dedo índice, y por tanto, gracias a su visión mejorada, el aasimar caído pudo acercar su ojo a la hendidura. Allí solo parecía haber oscuridad.
La cubierta inferior se extendía hasta que se perdía de vista, en dirección a proa, a lo largo del barco, y era abierta completamente, sin mamparos o separaciones. Un agua oscura y turbia, totalmente calmada, llenaba esa zona sellada hasta alcanzar probablemente al menos un metro de profundidad según sus cálculos, aunque las grandes embarcaciones marinas eran más una especialidad de TocToc. Chapoteando en diferentes puntos, viejas cajas en descomposición se apilaban contra el casco de babor del barco, pero el cazarrecompensas era incapaz de ver hasta el final, demasiada distancia, y el ángulo desde el que observaba no ayudaba.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Aunque cauteloso por no perder un ojo, escudriñó a conciencia la sala parcialmente inundada. Esperaba ver los famosos prisioneros que ansiaba el caballero para ocnsiderar la misión como satisfactoria y dejar a los demás tranquilos con sus propios objetivos..
-No parece haber nada.. pero no veo ni al fondo ni dentro del agua.. Todo está inundado hasta medio cuerpo. -Conjuró entonces uno de los hechizos innatos en los aasimar y que conservan incluso cuando estan malogrados. La luz se hizo en la punta del virote usado y se lo pasó al humano.- Prueba por si la luz despertara cualquier cosa que que ahí repose.
Leobald asintió a Khalion y tomó el virote para deslizarlo por la oquedad en la cubierta y ver por si mismo lo que había relatado su compañero.
—¿Hay alguien ahí abajo? —preguntó sin auténticas esperanzas de respuesta.
El silencio solo era roto por los leves crugidos del pecio bajo su peso y el gotear de agua en alguna parte.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Godric esperó en tenso silencio la respuesta a las palabras del caballero.
Dudaba mucho que ningún prisionero pudiera haber sobrevivido ni un sólo día en aquel lugar. De haber acabado alli, sólo podía esperar que Lathander hubiera guiado a la desdichada alma al paraíso.
Su mano sudaba mientras aferraba la maza.
PbP Character: A few ;)
Adriana meditó unos segundos. Mentiría si dijera que no sentía curiosidad por saber qué se escondía bajo esa trampilla herrumbrosa y pesada, pero la mera idea de la existencia de algún monstruo submarino le hacía recelar. Cuando Leobald mencionó posibles supervivientes, se convenció de que debían correr el riesgo; no se permitía abandonar aquella estancia con la sombra de la duda, con una pequeña posibilidad de que bajo esa losa agonizaran prisioneros. Asintió con la cabeza mientras seguía al paladín, posicionándose lo suficientemente alejada para que sus compañeros manipularan la entrada.
Contuvo el aliento mientras Khalion ofrecía una abertura por la que echar un vistazo. Su respiración se reactivó tras los segundos de tenso silencio que precedieron a las palabras de Leobald. Si aquella era la morada de algún prisionero, nada parecía señalar que siguieran con vida. Aún así, continuó prestando atención ante cualquier sonido que pudiera surgir.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Alejándose de la tentadora trampilla, el grupo se decidió finalmente por la puerta principal elaborada en densa roca negra, tras tantearla, y revisar los desgastados surcos en la madera justo en sus proximidades, dedujeron que se abría hacia dentro. Extremadamente pesada, y ruidosa, el crujido de la roca al rasgar de nuevo los tablones que conformaban el suelo del camarote pudiera haber alertado a todas las criaturas que ya estaban en su interior, sino fuese porque, ya estaban sobre aviso.
La estancia que se habría ante ellos parecía casi el doble de grande que en la que se situaban, y el suelo de esta cámara está cubierto de runas escritas con sangre. Se había tallado un círculo en la piedra que ahora tamizaba el suelo más o menos en su centro. Las paredes y el techo estaban cubiertos de esos extraños filamentos acuosos y pegajosos que al parecer excretaban las mutaciones encontradas. Dos bultos de tamaño humanoide sujetos al techo se retorcían mientras cientos de diminutos cangrejos carnívoros pululaban sobre ellos alimentándose ajenos a todo lo demás. Al fondo del extraño recinto ritual, a pesar de la profunda penumbra, se adivinaba la silueta de otra puerta.
La iluminación era prácticamente nula, y la única fuente de luz provenía de una llama que flotaba lánguidamente sobre la mano de un semi-orco embutido en las mismas ajadas y prácticamente arruinadas vestimentas druídicas... Su piel parecía tener la textura de la corteza de los árboles más robustos, y su bastón labrado en madera rezumaba decenas de púas. Sus ojos, sin embargo, dibujaban la esencia de la misma locura en sus pupilas. Junto a él, otra misteriosa figura, esta vez, prácticamente cubierta por una pesada túnica de colores grises oscuros, y con la capucha puesta, parecía estar terminando una conversación con el desquiciado druida... La piel de sus manos destacaba con un color azul marino suave, un tono que quizás era demasiado familiar para Khalion... Sus últimas palabras se vieron acompañadas por un ágil paseo hacía el fondo del muro occidental.
- Encárgate de los sacrificios, 'El que Acecha' los espera con ansia, ... captura a 'La portadora' y serás recompensado con tu más insidioso deseo... Él ya sabe cual es... con la comunión, todo comienza... y dentro de poco todo acabará.
Pero lo más horrible era lo que le esperaba a la segunda figura en el otro extremo de la cámara, grabado en la roca, se intercalaban parches de carne viva, donde hasta un número de seis ojos del tamaño de una cabeza cada uno, se repartían en dos hileras de tres, como si roca y carne se hubieran fusionado en una monstruosa aberración multi-ocular, que de momento, parecía aprisionada por la propia física de la imposible estructura. Esos ojos eran profundos como el océano, y no paraban de moverse de manera independiente, vislumbrando y registrando todo en sus inimaginables retinas... Tal grotesco mural, cubría gran parte de ese muro, y cuando el encapuchado se acercó, una grieta pareció abrirse, parecida a un enfermizo portal, desapareciendo instantes después dentro, junto a la fisura creada de geometría imposible.
Una sacudida hizo temblar toda la estructura, como si el descomunal ente que era parte de la pared intentara liberarse y entrar en este mundo como algo completo... Mientras, el semi-orco situado en el centro del círculo tallado de la sala, se encaró a los recién llegados... dedicándoles unas agradables palabras de bienvenida.
- Soy Krell Grohig, el último de los grandes druidas ... mi poder se ha multiplicado al probar la carne de mi nuevo maestro... y vosotros sólo sois un insignificante test a mi grandeza. Antes de hacerme cargo de vosotros y poder ascender junto a los demás... rendiros y entregadme a la portadora, os prometo que vuestra asimilación será indolora...
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Leobald se adelantó un paso por delante de Adriana, asiendo el escudo con firmeza, pero sin desenvainar ni entrar en la sala.
—Si una vez perteneciste al círculo, en alguna parte de tu corazón sabes que todo esto es contrario al orden natural —dijo levantando la voz, pero sin rudeza—. El que Acecha solo te utiliza y pretende tu ruina —le advirtió con suavidad—. Ríndete, libera a los prisioneros y te ayudaremos a volver. Esto no tiene por qué acabar en sangre.
Trató de sonar todo lo entero que pudo, pero las grotescas visiones de aquellos enemigos y los sacos palpitantes que albergaban a los prisioneros le provocaban una lanzada de repulsión.
BA Channel Divinity: Emissary of Peace
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Krell gruñó ante las palabras del paladín, con un gesto de despreció en su rostro que rozaba la ira y el insulto, sin embargo, algo en el tono de Leobald, como si su oratoria estuviese parcialmente bendecida por algún tipo de divinidad..., tocó en lo más profundo de la mente del desquiciado druida.
Su ojos presos de la locura más absoluta, con la mirada prácticamente perdida, parecieron cobrar por un momento algo de cordura, de una manera muy parecida a la del druida que tomó la baya sagrada que le había ofrecido Mablung, y aunque aquello no acabó quizás como todos esperaban, podría ser que esta vez fuera diferente. Krell miró de reojo al abominable muro de ojos y carne que tenía a su derecha... mientras la mano que portaba la esfera bajaba, cambiando su actitud agresiva por algo... distinto.
- No ... No hay mucho tiempo ... no podré contenerle por mucho tiempo ... pronto atravesará el velo que nos separa... no debe despertar a los durmientes... Coged los artefactos y devolvérselos a sus dueños... - El semiorco señaló a una de las esquinas de la sala, donde la enorme criatura mutante que en algún momento fue un oso lechuza, acechaba en una postura no tan amable como su líder. Allí un pesado cofre metálico sellado con una fuerte cerradura, permanecía semioculto, probablemente sin sus indicaciones, hubiera pasado fácilmente desapercibido, después y tras una mirada hacia sus víctimas envueltas en filamentos formando vainas pegajosas y colgadas de techo, espetó con prisa - Para ellos es demasiado tarde... ¡¡¡coged lo que os he dicho y corred....!!!
Desplazándose hacía el muro y profesando unas extrañas palabras que formaban una letanía que invitaba a abandonar la razón a aquel que permaneciera demasiado tiempo escuchándola, Krell parecía que intentaba retener lo inevitable... retrasando el proceso de "encarnación" de la gargantuesca encarnación del que 'Acecha' ... Grietas profundas comenzaron a formarse en la pared, por las que empezó a brotar agua en chorros... Al parecer, la traición de uno de sus lugartenientes había enfurecido a aquella cosa más allá de los límites que la mente podía entender, y estaba intentando acelerar su manifestación en aquel lugar...
" ¡Oh la Oscuridad...! "
TocToc se quedó fascinado por el contenido de la sala, enormes ojos, agentes del antiguo Dios, los enemigos acechando, los sacrificios y las runas. Se intentó centrar mientras Leobald intentaba hablar. Las runas quizás pudiera sacar algo en claro de ellas...
Otra vez los dichosos durmientes... Pensó TocToc sorprendido del el repentino cambio de actitud del druida corrupto. - Será mejor que le hagamos caso. Esto nos supera con mucho...
Zevatur, Rolthos
Horrorizado, pero aún en actitud protectora frente a Adriana Godric se atrevió a bajar un poco sus armas.
- Habrá que reventar esa cerradura... - dice señalando el cofre que el perdido druida les había señalado - y no creo que... eso... nos deje pasar tranquilamente a su lado... habrá que entretenerlo o alejarlo... - dijo refiriéndose al mutado oso lechuza.
- De todas formas.. - susurró hacia su hombro - ¿no se supone que teníamos que acabar con esta bestia como nos dijo el... cerebro de arriba? Todo esto es demasiado... empiezo a pensar que el que ha perdido la razón soy yo... -
PbP Character: A few ;)
Una saeta interrumpió la disertación entre TocToc y Godric, cruzando la estancia entera y clavándose profundamente en el aberrante e ingente animal cuyo lomo estaba cubierto de tentáculos,... un agudo chillido de dolor surcó la cámara, tan intenso que muchos hicieron amago de taparse los oídos para protegerse del dolor que provocaba. Loco y confuso por las órdenes contradictorias, el animal salió de su escondite cargando a través de la instancia sobre la primera linea de agentes que aún permanecían en la puerta discutiendo sus próximas acciones. Un reguero de sangre viscosa cayó por todo el suelo de roca oscura del templo a lo largo de su trayectoria.
Con un vigoroso ataque de su pico, cubierto en algún tipo de tóxica sustancia, la bestia intento arrancar la cabeza a Leobald sin demasiados miramientos, mientras con su inmenso cuerpo tapaba la entrada a la estancia completamente, interrumpiendo incluso la linea de visión.
Picotazo venenoso enfurecido a Leobald: Attack: 15 Damage: 6 + 19 Veneno (CON ST DC 11 - Mitad Daño]
Tras el ataque... fallido, que el caballero consiguió desviar con su escudo en el último momento, y que hubiera hecho caer al más fornido de los guerreros, algo extraño volvió a pasar. La figura del oso-lechuza comenzó a difuminarse con extrema rapidez, haciéndose traslúcida al principio... hasta desaparecer completamente despejando la entrada una vez más... El enorme ser no parecía estar a la vista... mientras todo se preguntaban que había pasado, y si realmente llegó a estar ahí en algún momento realmente...
Turno de Godric
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Mablung no daba crédito a lo que veía y escuchaba, todo un círculo caido por la traición de uno de sus integrante, justo cuando iba a dar rienda suelta a su ira el paladín hablo, sólo a ese necio loco se lo ocurriría tratar con el enemigo en esta situación, pero para su sorpresa pareció dar resultado al ver como la locura abandonaba los ojos de Krell. Tras escuchar sus palabras susurro:- que la foresta te guarde y te guie en tu batalla- para acto seguido volverse hacia el cofre y su guardián mientras decía a sus compañeros:- Vamos no tenemos mucho tiempo, no sabemos cuando volverá a a caer antela locura.
Tras lo cual encajo una flecha en su arco y disparó al guardián del cofre.
Con el extraño ser desaparecido Godric se encaminó hacia el cofre, esperaba poder recobrar las reliquias de las que había hablado Kell. Sin embargo, y pese a la supuesta desaparación del guardián, no descuidó su guardia, pues sabía de buena tinta gracias a su pequeño consejero, que algunas criaturas poseían la capacidad de desaparecer de la vista y que un ataque inadvertido podía ser mortal.
Movimiento: Ir hacia el cofre.
Acción: Hold. Pegar a lo que se menee si se presenta algo
BA: Esperar que no le caiga un ataque de oportunidad venenoso.
PbP Character: A few ;)
Tras la desaparición de extraño oso lechuza capaz de difuminarse en la misma realidad, Godric saltó esquivando al druida armado con el arco, y fintando sobre Leobald, que cubría la puerta que comunicaba ambas instancias, llegando sin problemas hasta el cofre. Cuando estuvo a su lado, y sin dejar de vigilar a los dos mutantes que permanecían 'ocultos', en una extraña actitud de agresividad contenida, como si estuvieran esperando una orden que no llegaba., el sacerdote tuvo tiempo a echar un ojo rápido al pesado contenedor.
Éste parecía estar hecho prácticamente al completo de un pesado metal, probablemente acero, y se conservaba en una buena calidad. En su frontal, donde debería haber el hueco de una cerradura, en su lugar, se encontraba un extraño mecanismo consistente en tres ruedas dentadas que estaban encajadas unas sobre otras con extraños símbolos alrededor de todo el diámetro de cada uno de ellos... Sin duda era una maravillosa obra de ingeniería y cerrajería que no tenía tiempo de descifrar... habría que arrastrar ese pesado baúl, más parecido a una caja fuerte, por todo el camino de vuelta, incluidas las escaleras de subida a la planta superior... si querían llevárselo con ellos.
Mientras tanto, el corrupto servidor de las fuerzas abisales, ahora transformado en un 'aliado' gracias a las persuasivas divinas palabras del paladín, parecía perder el control que éste pudiera ejercer sobre el Ente que intentaba cruzar las realidades a través del muro del improvisado templo... En un último esfuerzo de voluntad, pudo componer una frase, probablemente dirigida a alguien que no pertenecía al grupo y que sonaba a una desesperada y no muy compleja instrucción... sin aparente efecto alguno.
- Dear'gell dumask ... tor afal ...
Turno de Adriana.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Protegida tras el corpulento y blindado Leobald, e ignorando todo lo que acontecía a su alrededor, Adriana elevó su mano mientras obraba su magia. Una pulsante luz de un color verde tumefacto envolvió su puño apuntando a Krell justamente en la cabeza, ... sólo un haz de energía primaria era necesario para fundir su cabeza traidora... y vengarle así ante 'El Horror entre Realidades'...
La inquisitorial mirada de soslayo de Mablung, devolvió a la alta elfa la cordura y la razón, e, inmediatamente, sacudió el estupor que le había arrastrado a ese estado de confusión de la que había sido presa por unos instantes. El rayo de energía enfermiza surcó la estancia impactando en el muro, justamente en uno de los ocho ojos que se agitaban intentando atravesar todo y a todos con su insana contemplación. Éste se cerró instintivamente al recibir el impacto directo, y un extraño icor comenzó a brotar por lo que debería ser uno de sus lacrimales... Sin duda el Ente hubiera chillado de frustración si hubiera tenido boca.
Mientras, los dos seres mutantes, seguían acechando sin moverse entre las sombras, ambos encarados hacia Godric, pero sin moverse un sólo paso...
Turno de Khalion
" ¡Oh la Oscuridad...! "