Leobald vio caer al monstruo delante suya y asintió al Kenku en el borde del claro. Observó que Mablug parecía a gusto con su combate. El caballero deslizó su mirada hasta el bugbear en pie y se apremió a cubrir al distancia entre el monstruo y él con el escudo en ristre. Se colócó entre el bugbear y Adri y Khalion, afianzando su posición.
—Desistid en este empeño, criaturas —dijo con seriedad sin dejar de mirar fijamente a su ponente por encima del escudo— no podéis salir con bien de este lance —añadió mientras preparaba otra estocada.
Adriana, agachada entre las altas hierbas que la cubrían solo parcialmente, gemía del dolor más insoportable que había sufrido en su vida. Desconcertada intentaba taponar sin mucho éxito las heridas de su costado, de las que manaba sangre a borbotones, mientras una lluvia aún templada de tropezones de sesos y sangre hedionda de jabalí caía sobre ella. Aún no sabía como había sido capaz de no salir despedida por el embate del animal y empezaba a sentirse excesivamente mareada y aturdida.
Pero el haber devuelto la consciencia a Khalion la había dotado de un empuje de fuerza y confianza que no podía desaprovechar; se incorporó torpemente para comprobar que Maglub se encontraba igualmente en una situación crítica, amenazado por otro jabalí completamente desquiciado y por un ser goblinoide que se había tomado la molestia de dirigir su mirada hacia ella desafiante, antes de atacar al druida. Leobald por su parte acababa de alcanzarles, interponiéndose entre ellos a modo de escudo. Alabando para sus adentros la perseverancia del humano en su intento de redención de aquellas salvajes criaturas, la bruja se irguió todo lo que su dolor le permitió para extender los brazos hacia el elfo. De sus manos sanguinolentas brotó una luz amarilla brillante, que se dirigió como un rayo de sol, cálida y reconfortante, al druida.
Luz curativa para Maglub: 9
Tras unos segundos de duda, fijó su objetivo esta vez en el jabalí. El miedo que le producía la mera posibilidad de volver a ser víctima de aquellos colmillos le imprimió la motivación suficiente para intentar acabar con él. Volvió a utilizar la estrategia del fardo de paja que le había servido anteriormente y de nuevo fue incapaz de ser testigo del impacto de su hechizo, cerrando los ojos y apartando a un lado la cabeza como un mecanismo de defensa automático.
Attack: 14 Damage: 3
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
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El certero ataque del bugbear había despertado algo enterrado muy profundo en Khalion. Un poder elemental para unas reacciones igual de primarias. Olvidada la justa lid el aasimar iba a pagar con aquel ser la frustración de seguir en pie un día mas.
Boomong Bugbear con sneak a las costillas.
Attack: 9 Damage: 9
Ni con las artes oscuras parecía capaz de reducir la amenaza del goblinoide. Mermado de recursos, sacó una daga del cinto con al intención de hundírsela hasta la empuñadura.
Ataque con daga como BA y el sneak.
Attack: 24 Damage: 14
El mercenario gritó de frustración por sus inocentes ataques. Resoplaba encolerizado mientras sus ojos brillaban mas.
Una energía renovadora envolvió a Mablung y esté vio que provenía de la elfa justo antes de que atacara al jabalí. Con un rugido le dijo-: No apartes tu mirada de tu presa cuando golpeas- para acto seguido volver a descargar su cimitarra contra la correosa bestia.
Ataque:Attack: 24 Damage: 9
La cimitarra se hunde el cuello del jabalí y sale soltando un chorro de sangre mientras el cerebro de las bestia se da cuenta de que ha muerto y la bestia se desploma. Dándose la vuelta Mablung se encara con el bugbear que queda y con una sonrisa sadica le señala con el arma sangrante con el que acaba de rajar a su mascota.
El último jabalí abandonó su inmortalidad tras la certera estocada del druida, que esta vez le atravesó el cráneo a través de uno de sus ojos. Su vida abandonó su cuerpo rápidamente cuando se derrumbó sobre su propia panza con las patas abiertas.
Al verse cómo el único superviviente, el Bugbear que restaba dio un rápido vistazo a su alrededor, estaba rodeado y su existencia iba a llegar a su fin tarde o temprano. La rabia se apoderó de él y con un rugido suicida decidió cumplir su promesa, vender cara su vida, a ser posible matando a la tierna elfa sanadora... Con una malograda finta, cargó contra ella a pesar de que eso le haría descuidar su guardia. Moriría matando...
Haced tres ataques de oportunidad en el canal privado donde se tiraron las iniciativas, Mablung, Khalion y Leobald.
El bugbear arremetió, la finta consiguió engañar a Mablung, que erró su ataque por mucho, sin embargo el caballero consiguió hendir su hoja entre las costillas del monstruo, que chilló de dolor aunque eso no detuvo su marcha a pesar de que sus pulmones se habían visto seriamente afectados. La cimitarra del aasimar no tuvo tanta piedad, un rápido corte fruto de un entrenamiento más que cuestionable seccionó la aorta del ser y parte de su tráquea. Consiguió andar un par de pasos más antes de derrumbarse agónico y desangrándose a los pies de la alta elfa. Un horrible gorgoteo en su atravesada garganta era el único sonido que acompañó su muerte.
Godric comprobó que los enemigos habían caído y miró una vez más al herido pastor para asegurarse que estaba bien.- Ahora estas a salvo. No te muevas volveré enseguida -
Moviendo su entumecido brazo se acercó a los demás, sus antiguos instintos seguían activos gracias a la adrenalina del combate. Intentando ignorar el olor de la sangre y muerte de los jabalíes y humanoides. Viendo que sus aliados necesitaban ayuda volvió a coger su zurrón, colgando su maza en su cinto y poniendo su escudo a su espalda donde solía cargarlo.
- Adriana- dijo con delicadeza tomando a la elfa de la mano - Adriana mírame... eso es... siéntate déjame que atienda tus heridas. -
De su fiel zurrón comienza a sacar vendas limpias y pequeños ungüentos para tratar las heridas.
- Estaré con vosotros enseguida- les dice a Khalion y Mablung.
[spoiler] Gasto un total de 3 usos del healer’s kit, uno por cada uno, para un total de 4 en todo el encuentro. Adriana 6 HP
Khalion 6 HP
[/spolier] Mablung 8
Mientras trabajaba restañando las heridas de la elfa le dijo
- Lo has hecho muy muy bien. Lo mejor es que guardes tus energías mágicas para situaciones como estas... yo... siento no ser de más ayuda... - lamenta terminado de vendar el costado de la elfa. Sin decir más se dirigió a comprobar la fea herida del aasimar, dejando al elfo del bosque para último lugar. No solo tenía demasiadas heridas si no que su aspecto le intimidaba aún más cubierto de sangre y visceras y pensó que lo mejor sería darle un poco de tiempo para que se calmara.
En el ultimo momento aquel terrible adversario comprendió que la muerte hubiera sido un dulce final. Si había un túnel de luz especial para Bugbears, a este le fue arrebatado a las mismas puertas, sumido en un pozo de perdición y depravación. Sangre para el dios de la sangre, almas para.. antes o después el mismo aasimar lo descubriría. Esta preparado para afrontarlo pero esa mañana, una tierna elfa lo había evitado.
-Ley de Khalion-dijo mientras limpiaba la hoja de su cimitarra con las pieles de la armadura del Bugbear. La forma de su cabeza parecía haberse restituido gracias a las artes mágicas. -Ha estado muy cerca.- dijo con doble sentido a la elfa.- Te encuentras bien, Adriana?- se interesó con ternura cogiendo su mano y usando el don de la sanación celestial. Un calor que se transmitió entre los aventureros.- Como a la madre que nuca conocí, te debo mi vida. Un regalo así es difícil de pagar.. pero cruzaré desiertos y océanos si así fuera necesario. -Una encantadora sonrisa se apreciaba entre las fracturas de su máscara.
Healing Hands a Adriana.
+2 hp
Recogió la cimitarra que había salido despedida en la refriega y las envinó a su espalda. -Que fortuna de golpe- bromeó con el ensangrentado druida.- Menos mal de tan bravos luchadores.. sin duda los animales se te dan francamente bien..-concluyó señalando a los jabalís.
Leobald envainó y se retiró unos pasos de la celebración de la muerte que escenificaba Khalion. Permaneció en medio del claro, observando lacónicamente alrededor con cierta elegancia flemática, como si no acabaran de combatir por sus vidas. Todos estaban bien y atendían sus heridas. Tan solo habían de lamentar no haber llegado a tiempo de salvar a uno de los pastores. No podemos salvar a todos, se repitió para si con resignación y tristeza. Inspiró relajado y dejó que el viento meciera su cabello cerrando los ojos un instante. Cuando los abrió, observó con una sonrisa cándida el acercamiento entre la elfa y el asesino de elfos. Si ellos pueden perdonarse así quizá haya esperanza, se dijo a si mismo. Todos había combatido como un grupo bien engrasado, el tiempo en común les había servido para conocerse a pesar de todo. Incluso el joven clérigo había recobrado el valor perdido.
—Bien luchado —dijo pausadamente a sus compañeros antes de agacharse sobre uno de los cadáveres de bugbear.
Registró el cadáver de una de las bestias y le tendió a la bolsa al campesino superviviente.
—Pagadle un funeral digno a vuestro amigo, por favor. Leobald Thenhall —se presentó brevemente al pastor con un gesto amable—. Lamentamos no haber podido llegar antes. Nos dirigimos a Saltmarsh, podéis acompañarnos si gustáis. Y quizá contadnos como habéis acabado en esta situación.
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TocToc regresó al claro para ver como el combate había acabado. Con extraña mezcla de sensaciónes, sintiendo de alivio por el fin del combate y sintiendo por decepción por no poner hostigar a nadie se acerco velozmente a sus compañeros y en concreto a elfo druida. - "Recordar, no salgáis del camino" dijo una vez mas, insistentemente la voz de browser. Después se acerca al linde del claro y lo rodea buscando huellas, signos de más criaturas, de las hellas de los humanos...
Aliviado y apoyado por las palabras de Leobald, el pastor consiguió levantarse no sin intentar reprimir un gesto de dolor al apoyar la pierna... Aceptando la abultada bolsa de monedas, el pastor se mostró extremadamente agradecido. Dirigiéndose veterano humano con suma educación y como supuestamente un villano debe dirigirse a un caballero.
- Mi señor, no merezco este regalo, ... mi nombre es Elías, pero no puedo dejar el cadáver de mi amigo aquí, yo estoy ... incapacitado y no podría arrastrar su cadáver. Éramos muy amigos, y el querría ser enterrado en sus tierras. Están adyacentes a las mías a medio día de aquí. Llegaríamos al anochecer y os puedo proporcionar alojamiento y algo de buena comida y quesos. Por favor aceptar mi humilde hospitalidad y ayudarme a enterrar a mi amigo allí. Además si os dirigís a Saltmarsh, no os desviaréis mucho, está prácticamente de camino, solo hay que tomar un pequeño desvío....
El pastor se arrodilla ante Leobald suplicando su apoyo para dar descanso a su compañero y amigo.
Elías:
En cuanto a TocToc, no encuentra más huellas o pistas alrededor o en el claro.
El pastor se levanta a duras penas de nuevo, y mira a su alrededor en la distancia, cuando sus ojos se posan sobre los de su compañero se llenan de lágrimas. Girando la cabeza para no ver el rostro descarnado del otrora su amigo, se volvió a dirigir a Leobald.
- Conozco senderos entre el mar de hierba, son mucho más seguros y rápidos que el camino principal, quizás hasta ganéis tiempo si os guío.
Adriana dejó de sentir dolor en el momento en el que el Bugbear cargó con toda su furia hacia ella. Nada existía a su alrededor excepto aquella mueca de locura que precedía a su muerte, porque sin ninguna duda la elfa vivió aquellos momentos como si fueran los últimos de su existencia. Como un baile diabólico a cámara lenta, los ataques de sus compañeros se fueron sucediendo sobre la criatura sedienta de venganza, algunos esquivados con pericia, otros acertados sin piedad, hasta que el cuerpo de aquella horrible bestia cayó sin vida a sus pies.
La alta elfa contuvo el aliento sin poder apartar su mirada del que momentos antes iba a convertirse en su verdugo, hasta que la voz de Khalion atrajo su atención. Su salvador, aquel al que le debía la vida, se dirigía a ella esta vez con una amabilidad desconocida y palabras de agradecimiento. Era ella la que debía agradecerle la muerte de aquella criatura. Era esa su intención cuando su cuerpo reaccionó sin aviso al verse fuera de peligro; la adrenalina cayó en picado, mientras sentía de nuevo el cansancio, la ansiedad, el dolor de las heridas, la sangre y el hedor a muerte, un cóctel difícil de ignorar. Los ojos azules brillantes e inhumanos que la observaban tras la máscara se nublaron a su vista, las palabras le llegaban débiles y lejanas, su estómago dio un vuelco inesperado y, en vez de su profundo agradecimiento, la elfa solo fue capaz de agacharse y ofrecerle el vómito del frugal desayuno de la mañana, salpicando irremediablemente sus botas. Desconcertada y avergonzada, Adriana se irguió con la tez más pálida y un gesto de profunda contrariedad: - lo... lo siento de veras... - consiguió balbucir torpemente - yo... lo siento, no me encuentro bien...-
Godric apareció en el momento preciso para rescatarla de la bochornosa situación. Le siguió como un zombie hasta un lugar algo apartado en el que pudo sentarse, mientras recibía los cuidados del sacerdote y escuchaba sus palabras que intentaban templar su ánimo. Había permanecido con la mirada perdida desde la finalización de la batalla y en ese momento se giró hacia él y le miró directamente a los ojos: - Godric yo... no sé si estoy preparada para esto- le dijo con cierta tristeza en la voz - ni siquiera he sido capaz de mantener la mirada en esas pobres... criaturas. Y luego... el vómito... en las botas de Khalion... - suspiró con resignación, mientras rebuscaba en su mochila la cantimplora del agua que aún se mantenía fresca. Se lavó la cara lo mejor que pudo, eliminando los tropezones de jabalí y la mayor parte de la sangre de su rostro, pero su pelo seguía siendo un desastre que prefirió volver a cubrir con la capucha. Antes de que el muchacho acudiera a asistir al resto de sus compañeros, Adriana acarició una de sus manos - Gracias por todo Godric, creo que ninguno de los que estamos aquí hubiéramos sido capaces de salvar a ese pastor- le dijo con ternura intentando levantar su ánimo.
Recuperada del shock inicial y sintiéndose con fuerzas para continuar, se acercó a sus compañeros con el ánimo algo más restablecido - Te debo un agradecimiento y una disculpa - le dijo a Khalion mirando sus botas, con un gesto avergonzado - creo que la emoción del momento me superó, espero puedas perdonármelo - observó con curiosidad su cabeza, allí donde antes había solo hueco, sangre y cráneo fragmentado - me alegra comprobar que te estás recuperando, desde luego estuvo cerca - dijo esta vez posando su mirada de refilón en el cadáver del Bugbear - también yo te debo mi vida y no quería dejar pasar la ocasión de agradecértelo pero... ¿cómo computa esto en tu ley? ¿estamos en paz? - le preguntó curiosa, con una amplia sonrisa de gratitud.
Después de la conversación con el Aasimar, Adriana respiró profundamente y se acercó a los cadáveres. Si esta iba a ser su vida de ahora en adelante, cuanto antes lo asimilara y se enfrentara a ella, mejor. Aprovechó que Maglub desollaba a uno de los jabalíes para observarle detenidamente, obligándose a no apartar la mirada ante tan desagradable espectáculo y a reprimir las nauseas que amenazaban de nuevo; tras unos minutos y sabiendo que no aguantaría mucho más aquella visión, antes de alejarse le dirigió unas palabras al druida: - No fui capaz - le dijo con seriedad y un hilo de voz - no fui capaz de mirarles mientras les atacaba, pero volveré a intentarlo la próxima vez. Gracias por tu ayuda - y sin más le dejó entretenido en su tarea.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
En un instante todo acabó, no quedaban enemigos en el claro y la rabia fue abandonando el cuerpo del druida. Mientras se calmaba su mente fue rememorando el combate, los golpes dados y encajados, los fallados y esquivados...los finales.
Con calma lavó su cimitarra y se fijó en los jabalíes caídos, ese día los carroñeros del bosque iban a darse un banquete. Se acercó a uno de los bugbear caídos y cogió un tosco cuchillo. Después selecciono uno de los jabalís y con el cuchillo le abrió en canal, apartando las visceras a un lado, cogió el corazón de la bestia y lo corto en tantos trozos como compañeros eran. Iba a levantarse cuando llegó la elfa:- es fácil, en una caza, matas o pierdes la presa. Perder la presa implica como mínimo que no comes o que te conviertes en presa.Para matar hay que ver al objetivo, coge tu trozo y honra el espíritu de la bestia que has ayudado a derrotar- le dijo mientras se comía uno de los trozos y daba gracias a Sylvanus por el sacrificio del animal.
Sin esperar a ver si la elfa se lo comía se dirigió al resto empezando por Khalion y repitió el gesto. Tras repartir los trozos volvió al jabalí y dijo:- es una pena desperdiciar esta carne, esta noche cenaremos carne de verdad. Y se dedicó sacar un buen trozo para ellos y el pastor.
El joven humano tomó la mano de la elfa y trato de infundirle ánimos. - Adriana, lo has hecho estupendamente bien. He visto guerreros tan curtidos como Leobald o tan salvajes como Mablung quedarse paralizados en su primer combate, o al ver caer a un compañero o aliado. Espero de corazón que nunca llegues a acostumbrarte a ver estas cosas tan horribles. No temas, el estómago aguantara mejor la próxima vez pero mientras tú alma sea capaz de estremecerse al ver estas cosas significará que sigue viva. Créeme, he visto los ojos de aquellos a los que deja de afectarles. Es mejor así. - le sonríe y le da un par de palmadas en el antebrazo para conferirle ánimo.
Mientras Godric atendía las heridas de Khalion y observaba, casi sin sorpresa pero con cierta tristeza al saber que ya nunca podría obrar tales prodigios, que la magia de Adriana había restañado prácticamente todo el daño del mazazo. Aún así cosió con destreza la herida remanente tras limpiarla y vendó la cabeza del aasimar. -Me alegro que estes bien - le dijo - siento no poder hacer más... - añadió con un hilo de voz antes de dirigirse a Mablung. De camino escuchó al pastor y le tranquilizó. -Bienhallado Elias,mi nombre es Godric, no temas, construiré unas parihuelas y transportaré a tu amigo. Enseguida me ocupo de él - le aseguró.
Decidido a limpiar y sanar las heridas del elfo se acercó a él armándose de valor pero se quedó algo lívido ante el ofrecimiento del elfo. No queriendo ofenderle hizo de tripas corazón y dio un mordisco al aún caliente trozo de corazón de jabalí. Tuvo que contener una arcada pero se obligó a tragar el pequeño pedazo de órgano ante la atenta mirada del druida. -Ahora deja que limpie esas heridas antes de que se infecten - le dice poniendo una mano en su pecho y obligándole a sentarse. Eso le permitió dejar de lado el resto del corazón del jabalí.
-Menos mal que has encontrado a esta gente - le dice - Ahora asegurémonos que no votes una infección -
Leobald observaba al pastor con un sonrisa educada. Sin embargo algo había despertado su interés. Estaba claro que los caminos entre la hierba no eran seguros a tenor de las hechos. ¿Quizá hay alguna otra intención en las palabras de aquel hombre? Observó atentamente los ojos del pastor sin desdibujar una sonrisa paternal para no amedrentarlo.
—Lo cierto, buen Elias, es que no está en mi mano el acompañaros sin la aprobación de mis compañeros. Sin embargo el joven Godric parece haber decidido ya en vuestro favor. Veremos.
Entonces Mablung se acercó a ellos con sus trofeos ensangrentados.
—Os lo agradezco Mablung, pero temo que mi estómago no acoge bien el alimento si no ha sido cocinado antes —rechazó el trozo de carne cruda con un gesto cortesía y habló al resto si dejar de observar al campesino— ¿Qué decís el resto? ¿Os parece adecuado ayudar a este hombre a llevar el cuerpo de su amigo?
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El hombre cuervo cogió el trozo de corazón que le ofreció el druida y ladeo la cabeza sorprendido - ¿Amistad? ¿Rito? ¿Hermandad? - Después se la llevó al pico para, con un juego de manos, meterla en uno de sus bolsillos, haciendo ver como que se la comía.
Sin prestar mucha atención a la reacción del Druida a su juego de manos contestó a Leobald. - “Recordar, no salgáis del camino” - Resonó insistentemente por enésima vez la voz de Browser. - Hemos hecho suficiente, su comunidad puede ocuparse del cadáver. Conozco senderos entre el mar de hierba, son mucho más seguros y rápidos que el camino principal. - Remarcó con las propias palabras del pastor - Ellos podrán ocuparse del cadáver. Todo ese dinero les ayudará.
Con sospecha, despues de mirar a su alrededor y relelxionar un poco TocToc ladea la cabeza mirando al pastor, acercando su pico a unos pocos centimetros de su cara - Donde esta vuestro ganado? A donde ivas por este camino, no veo ni mercancia ni un carro para llevarla? - Pregunta inquisitivamente.
Insight: 6 para ver si esta mintiendo en la respuesta a mis preguntas.
Godric no podía creer al hombre cuervo, pero se obligó a recordarse que quizá su modo de pensar era distinto al suyo.
- Disculpa Toc-toc pero no creo que Elias viva en ninguna... comunidad. Los pastores suelen vivir algo alejados de las villas para que sus rebaños pasten, algunos suelen ser incluso algo nómadas. En buena conciencia no podemos dejar a este hombre solo y herido ni al cadaver de su amigo sin sepultura y que sea devorado por las alimañas. Creo que ya hemos salido del camino al escuchar que Mablung podía estar en peligro. Id por el camino si así lo deseáis, pero yo no abandonaré a este hombre a su suerte. - Mira al resto y se mira la balda dorada que tiene atada en el antebrazo derecho, ahora manchada también se sangre. - Puedo ser un reo pero aún tengo conciencia. Id por el camino si lo deseáis, yo me reuniré en Saltmarsh con vosotros tan pronto me sea posible. -
Sin más el joven muchacho se dispuso a improvisar una camilla con las lanzas de los bugbear, el bastón del pastor caído y su manta. Utilizó su capa para cubrir lo mejor que pudo el cuerpo del amigo muerto de Elias, sobretodo su destrozada cara.
Elías se sintió extremadamente agradecido cuando Godric se ofreció a ayudarle. Agachándose de nuevo a sus pies le cogió la mano con reverencia.
- Joven sacerdote, os debo mi vida, y la dignidad de mi amigo, se que no valen mucho, pero estaré por siempre agradecido, ¿cómo se puede pagar una deuda así? ... apenas soy digno de vuestra atención.
El pastor se levantó y contuvo sus deseos de darle un abrazo al seguidor de Lathander. Sin embargo la visión del druida devorando corazones frescos y crudos y ofrenciéndoselos a sus aliados estremeció al ovejero, que evitó su cercanía en todo momento. Cuando Adriana se puso a vomitar y su estado físico no parecía responder del todo, Elías se acercó a ella mostrándose unas hierbas que había sacado de su zurrón.
- Puedo haceros una infusión de Mejorana e Hinojo, con unas gotas de miel, calmará vuestro estómago...
Fue cuando el kenku se le acercó con extraños acentos a preguntar por el ganado cuando el pastor contesto sintiéndose algo incómodo de repente por ese tipo de preguntas.
- Buen ser pájaro, el ganado vuelve sólo a la granja, nosotros le acompañamos hasta los lugares de pasto de ida, y nos volvemos para seguir con las tareas del día, las ovejas solas vuelven a su hogar siguiendo los caminos seguros por las que las llevamos al atardecer. En cuanto a porque nos desviamos del sendero, fue porque el día anterior tuvimos un problema con un grupo de ovejas de Colton, cuatro de ellas para ser exactos, se perdieron y mi amigo dijo que encontró huellas de lobos cerca de donde se desaparecieron, estábamos dirigiéndonos a buscarlas cuando nos asaltaron esas criaturas...
Godric se siente completamente incómodo ante la respuesta del pastor y no le deja que se arrodille.
- Vamos vamos, nada que agradecer. Ayudaros es lo menos que podíamos hacer. Siéntate y descansa hasta que estemos preparados para irnos. Debes guardar fuerzas. ¿A cuanto está tu hogar de aquí? -
El pastor vuelve a agradecer a Godric su intervención mientras le responde a la pregunta que ya explicó minutos atrás. No muestra tedio o exasperación, justo lo contrario, admiración por su salvador.
- Nuestro hogar se encuentra a medio día de aquí. Llegaríamos al anochecer y os puedo proporcionar alojamiento y algo de buena comida y quesos. Por favor aceptar mi humilde hospitalidad y ayudarme a enterrar a mi amigo allí. Además si os dirigís a Saltmarsh, no os desviaréis mucho, está prácticamente de camino, solo hay que tomar un pequeño desvío.
Una cada vez más azorado Godric por las expresiones de Elias contesta. -Medio dia... bien bien tardaremos algo más con tu pierna, pero podrás portar una antorcha. Debo apresurarme - El excomulgado clérigo se afana por preparar las parihuelas para portar el cadaver. Cuando la tiene lista y el cuerpo atado a la misma usa un poco de cuerda atada a un extremo y la pasa por su pecho para poder arrastrar mejor el cadaver.
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Leobald vio caer al monstruo delante suya y asintió al Kenku en el borde del claro. Observó que Mablug parecía a gusto con su combate. El caballero deslizó su mirada hasta el bugbear en pie y se apremió a cubrir al distancia entre el monstruo y él con el escudo en ristre. Se colócó entre el bugbear y Adri y Khalion, afianzando su posición.
—Desistid en este empeño, criaturas —dijo con seriedad sin dejar de mirar fijamente a su ponente por encima del escudo— no podéis salir con bien de este lance —añadió mientras preparaba otra estocada.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Adriana, agachada entre las altas hierbas que la cubrían solo parcialmente, gemía del dolor más insoportable que había sufrido en su vida. Desconcertada intentaba taponar sin mucho éxito las heridas de su costado, de las que manaba sangre a borbotones, mientras una lluvia aún templada de tropezones de sesos y sangre hedionda de jabalí caía sobre ella. Aún no sabía como había sido capaz de no salir despedida por el embate del animal y empezaba a sentirse excesivamente mareada y aturdida.
Pero el haber devuelto la consciencia a Khalion la había dotado de un empuje de fuerza y confianza que no podía desaprovechar; se incorporó torpemente para comprobar que Maglub se encontraba igualmente en una situación crítica, amenazado por otro jabalí completamente desquiciado y por un ser goblinoide que se había tomado la molestia de dirigir su mirada hacia ella desafiante, antes de atacar al druida. Leobald por su parte acababa de alcanzarles, interponiéndose entre ellos a modo de escudo. Alabando para sus adentros la perseverancia del humano en su intento de redención de aquellas salvajes criaturas, la bruja se irguió todo lo que su dolor le permitió para extender los brazos hacia el elfo. De sus manos sanguinolentas brotó una luz amarilla brillante, que se dirigió como un rayo de sol, cálida y reconfortante, al druida.
Luz curativa para Maglub: 9
Tras unos segundos de duda, fijó su objetivo esta vez en el jabalí. El miedo que le producía la mera posibilidad de volver a ser víctima de aquellos colmillos le imprimió la motivación suficiente para intentar acabar con él. Volvió a utilizar la estrategia del fardo de paja que le había servido anteriormente y de nuevo fue incapaz de ser testigo del impacto de su hechizo, cerrando los ojos y apartando a un lado la cabeza como un mecanismo de defensa automático.
Attack: 14 Damage: 3
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
El certero ataque del bugbear había despertado algo enterrado muy profundo en Khalion. Un poder elemental para unas reacciones igual de primarias. Olvidada la justa lid el aasimar iba a pagar con aquel ser la frustración de seguir en pie un día mas.
Boomong Bugbear con sneak a las costillas.
Attack: 9 Damage: 9
Ni con las artes oscuras parecía capaz de reducir la amenaza del goblinoide. Mermado de recursos, sacó una daga del cinto con al intención de hundírsela hasta la empuñadura.
Ataque con daga como BA y el sneak.
Attack: 24 Damage: 14
El mercenario gritó de frustración por sus inocentes ataques. Resoplaba encolerizado mientras sus ojos brillaban mas.
Una energía renovadora envolvió a Mablung y esté vio que provenía de la elfa justo antes de que atacara al jabalí. Con un rugido le dijo-: No apartes tu mirada de tu presa cuando golpeas- para acto seguido volver a descargar su cimitarra contra la correosa bestia.
Ataque:Attack: 24 Damage: 9
La cimitarra se hunde el cuello del jabalí y sale soltando un chorro de sangre mientras el cerebro de las bestia se da cuenta de que ha muerto y la bestia se desploma. Dándose la vuelta Mablung se encara con el bugbear que queda y con una sonrisa sadica le señala con el arma sangrante con el que acaba de rajar a su mascota.
El último jabalí abandonó su inmortalidad tras la certera estocada del druida, que esta vez le atravesó el cráneo a través de uno de sus ojos. Su vida abandonó su cuerpo rápidamente cuando se derrumbó sobre su propia panza con las patas abiertas.
Al verse cómo el único superviviente, el Bugbear que restaba dio un rápido vistazo a su alrededor, estaba rodeado y su existencia iba a llegar a su fin tarde o temprano. La rabia se apoderó de él y con un rugido suicida decidió cumplir su promesa, vender cara su vida, a ser posible matando a la tierna elfa sanadora... Con una malograda finta, cargó contra ella a pesar de que eso le haría descuidar su guardia. Moriría matando...
Haced tres ataques de oportunidad en el canal privado donde se tiraron las iniciativas, Mablung, Khalion y Leobald.
El bugbear arremetió, la finta consiguió engañar a Mablung, que erró su ataque por mucho, sin embargo el caballero consiguió hendir su hoja entre las costillas del monstruo, que chilló de dolor aunque eso no detuvo su marcha a pesar de que sus pulmones se habían visto seriamente afectados. La cimitarra del aasimar no tuvo tanta piedad, un rápido corte fruto de un entrenamiento más que cuestionable seccionó la aorta del ser y parte de su tráquea. Consiguió andar un par de pasos más antes de derrumbarse agónico y desangrándose a los pies de la alta elfa. Un horrible gorgoteo en su atravesada garganta era el único sonido que acompañó su muerte.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Godric comprobó que los enemigos habían caído y miró una vez más al herido pastor para asegurarse que estaba bien.- Ahora estas a salvo. No te muevas volveré enseguida -
Moviendo su entumecido brazo se acercó a los demás, sus antiguos instintos seguían activos gracias a la adrenalina del combate. Intentando ignorar el olor de la sangre y muerte de los jabalíes y humanoides.
Viendo que sus aliados necesitaban ayuda volvió a coger su zurrón, colgando su maza en su cinto y poniendo su escudo a su espalda donde solía cargarlo.
- Adriana- dijo con delicadeza tomando a la elfa de la mano - Adriana mírame... eso es... siéntate déjame que atienda tus heridas. -
De su fiel zurrón comienza a sacar vendas limpias y pequeños ungüentos para tratar las heridas.
- Estaré con vosotros enseguida- les dice a Khalion y Mablung.
[spoiler] Gasto un total de 3 usos del healer’s kit, uno por cada uno, para un total de 4 en todo el encuentro.
Adriana 6 HP
Khalion 6 HP
[/spolier]
Mablung 8
Mientras trabajaba restañando las heridas de la elfa le dijo
- Lo has hecho muy muy bien. Lo mejor es que guardes tus energías mágicas para situaciones como estas... yo... siento no ser de más ayuda... - lamenta terminado de vendar el costado de la elfa.
Sin decir más se dirigió a comprobar la fea herida del aasimar, dejando al elfo del bosque para último lugar. No solo tenía demasiadas heridas si no que su aspecto le intimidaba aún más cubierto de sangre y visceras y pensó que lo mejor sería darle un poco de tiempo para que se calmara.
PbP Character: A few ;)
En el ultimo momento aquel terrible adversario comprendió que la muerte hubiera sido un dulce final. Si había un túnel de luz especial para Bugbears, a este le fue arrebatado a las mismas puertas, sumido en un pozo de perdición y depravación. Sangre para el dios de la sangre, almas para.. antes o después el mismo aasimar lo descubriría. Esta preparado para afrontarlo pero esa mañana, una tierna elfa lo había evitado.
-Ley de Khalion- dijo mientras limpiaba la hoja de su cimitarra con las pieles de la armadura del Bugbear. La forma de su cabeza parecía haberse restituido gracias a las artes mágicas. -Ha estado muy cerca.- dijo con doble sentido a la elfa.- Te encuentras bien, Adriana?- se interesó con ternura cogiendo su mano y usando el don de la sanación celestial. Un calor que se transmitió entre los aventureros.- Como a la madre que nuca conocí, te debo mi vida. Un regalo así es difícil de pagar.. pero cruzaré desiertos y océanos si así fuera necesario. -Una encantadora sonrisa se apreciaba entre las fracturas de su máscara.
Healing Hands a Adriana.
+2 hp
Recogió la cimitarra que había salido despedida en la refriega y las envinó a su espalda. -Que fortuna de golpe- bromeó con el ensangrentado druida.- Menos mal de tan bravos luchadores.. sin duda los animales se te dan francamente bien..-concluyó señalando a los jabalís.
Leobald envainó y se retiró unos pasos de la celebración de la muerte que escenificaba Khalion. Permaneció en medio del claro, observando lacónicamente alrededor con cierta elegancia flemática, como si no acabaran de combatir por sus vidas. Todos estaban bien y atendían sus heridas. Tan solo habían de lamentar no haber llegado a tiempo de salvar a uno de los pastores. No podemos salvar a todos, se repitió para si con resignación y tristeza. Inspiró relajado y dejó que el viento meciera su cabello cerrando los ojos un instante. Cuando los abrió, observó con una sonrisa cándida el acercamiento entre la elfa y el asesino de elfos. Si ellos pueden perdonarse así quizá haya esperanza, se dijo a si mismo. Todos había combatido como un grupo bien engrasado, el tiempo en común les había servido para conocerse a pesar de todo. Incluso el joven clérigo había recobrado el valor perdido.
—Bien luchado —dijo pausadamente a sus compañeros antes de agacharse sobre uno de los cadáveres de bugbear.
Registró el cadáver de una de las bestias y le tendió a la bolsa al campesino superviviente.
—Pagadle un funeral digno a vuestro amigo, por favor. Leobald Thenhall —se presentó brevemente al pastor con un gesto amable—. Lamentamos no haber podido llegar antes. Nos dirigimos a Saltmarsh, podéis acompañarnos si gustáis. Y quizá contadnos como habéis acabado en esta situación.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
TocToc regresó al claro para ver como el combate había acabado. Con extraña mezcla de sensaciónes, sintiendo de alivio por el fin del combate y sintiendo por decepción por no poner hostigar a nadie se acerco velozmente a sus compañeros y en concreto a elfo druida. - "Recordar, no salgáis del camino" dijo una vez mas, insistentemente la voz de browser. Después se acerca al linde del claro y lo rodea buscando huellas, signos de más criaturas, de las hellas de los humanos...
Survival: 10 (+2 si es terreno de costa)
Zevatur, Rolthos
Aliviado y apoyado por las palabras de Leobald, el pastor consiguió levantarse no sin intentar reprimir un gesto de dolor al apoyar la pierna... Aceptando la abultada bolsa de monedas, el pastor se mostró extremadamente agradecido. Dirigiéndose veterano humano con suma educación y como supuestamente un villano debe dirigirse a un caballero.
- Mi señor, no merezco este regalo, ... mi nombre es Elías, pero no puedo dejar el cadáver de mi amigo aquí, yo estoy ... incapacitado y no podría arrastrar su cadáver. Éramos muy amigos, y el querría ser enterrado en sus tierras. Están adyacentes a las mías a medio día de aquí. Llegaríamos al anochecer y os puedo proporcionar alojamiento y algo de buena comida y quesos. Por favor aceptar mi humilde hospitalidad y ayudarme a enterrar a mi amigo allí. Además si os dirigís a Saltmarsh, no os desviaréis mucho, está prácticamente de camino, solo hay que tomar un pequeño desvío....
El pastor se arrodilla ante Leobald suplicando su apoyo para dar descanso a su compañero y amigo.
Elías:
En cuanto a TocToc, no encuentra más huellas o pistas alrededor o en el claro.
El pastor se levanta a duras penas de nuevo, y mira a su alrededor en la distancia, cuando sus ojos se posan sobre los de su compañero se llenan de lágrimas. Girando la cabeza para no ver el rostro descarnado del otrora su amigo, se volvió a dirigir a Leobald.
- Conozco senderos entre el mar de hierba, son mucho más seguros y rápidos que el camino principal, quizás hasta ganéis tiempo si os guío.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Adriana dejó de sentir dolor en el momento en el que el Bugbear cargó con toda su furia hacia ella. Nada existía a su alrededor excepto aquella mueca de locura que precedía a su muerte, porque sin ninguna duda la elfa vivió aquellos momentos como si fueran los últimos de su existencia. Como un baile diabólico a cámara lenta, los ataques de sus compañeros se fueron sucediendo sobre la criatura sedienta de venganza, algunos esquivados con pericia, otros acertados sin piedad, hasta que el cuerpo de aquella horrible bestia cayó sin vida a sus pies.
La alta elfa contuvo el aliento sin poder apartar su mirada del que momentos antes iba a convertirse en su verdugo, hasta que la voz de Khalion atrajo su atención. Su salvador, aquel al que le debía la vida, se dirigía a ella esta vez con una amabilidad desconocida y palabras de agradecimiento. Era ella la que debía agradecerle la muerte de aquella criatura. Era esa su intención cuando su cuerpo reaccionó sin aviso al verse fuera de peligro; la adrenalina cayó en picado, mientras sentía de nuevo el cansancio, la ansiedad, el dolor de las heridas, la sangre y el hedor a muerte, un cóctel difícil de ignorar. Los ojos azules brillantes e inhumanos que la observaban tras la máscara se nublaron a su vista, las palabras le llegaban débiles y lejanas, su estómago dio un vuelco inesperado y, en vez de su profundo agradecimiento, la elfa solo fue capaz de agacharse y ofrecerle el vómito del frugal desayuno de la mañana, salpicando irremediablemente sus botas. Desconcertada y avergonzada, Adriana se irguió con la tez más pálida y un gesto de profunda contrariedad: - lo... lo siento de veras... - consiguió balbucir torpemente - yo... lo siento, no me encuentro bien... -
Godric apareció en el momento preciso para rescatarla de la bochornosa situación. Le siguió como un zombie hasta un lugar algo apartado en el que pudo sentarse, mientras recibía los cuidados del sacerdote y escuchaba sus palabras que intentaban templar su ánimo. Había permanecido con la mirada perdida desde la finalización de la batalla y en ese momento se giró hacia él y le miró directamente a los ojos: - Godric yo... no sé si estoy preparada para esto - le dijo con cierta tristeza en la voz - ni siquiera he sido capaz de mantener la mirada en esas pobres... criaturas. Y luego... el vómito... en las botas de Khalion... - suspiró con resignación, mientras rebuscaba en su mochila la cantimplora del agua que aún se mantenía fresca. Se lavó la cara lo mejor que pudo, eliminando los tropezones de jabalí y la mayor parte de la sangre de su rostro, pero su pelo seguía siendo un desastre que prefirió volver a cubrir con la capucha. Antes de que el muchacho acudiera a asistir al resto de sus compañeros, Adriana acarició una de sus manos - Gracias por todo Godric, creo que ninguno de los que estamos aquí hubiéramos sido capaces de salvar a ese pastor - le dijo con ternura intentando levantar su ánimo.
Recuperada del shock inicial y sintiéndose con fuerzas para continuar, se acercó a sus compañeros con el ánimo algo más restablecido - Te debo un agradecimiento y una disculpa - le dijo a Khalion mirando sus botas, con un gesto avergonzado - creo que la emoción del momento me superó, espero puedas perdonármelo - observó con curiosidad su cabeza, allí donde antes había solo hueco, sangre y cráneo fragmentado - me alegra comprobar que te estás recuperando, desde luego estuvo cerca - dijo esta vez posando su mirada de refilón en el cadáver del Bugbear - también yo te debo mi vida y no quería dejar pasar la ocasión de agradecértelo pero... ¿cómo computa esto en tu ley? ¿estamos en paz? - le preguntó curiosa, con una amplia sonrisa de gratitud.
Después de la conversación con el Aasimar, Adriana respiró profundamente y se acercó a los cadáveres. Si esta iba a ser su vida de ahora en adelante, cuanto antes lo asimilara y se enfrentara a ella, mejor. Aprovechó que Maglub desollaba a uno de los jabalíes para observarle detenidamente, obligándose a no apartar la mirada ante tan desagradable espectáculo y a reprimir las nauseas que amenazaban de nuevo; tras unos minutos y sabiendo que no aguantaría mucho más aquella visión, antes de alejarse le dirigió unas palabras al druida: - No fui capaz - le dijo con seriedad y un hilo de voz - no fui capaz de mirarles mientras les atacaba, pero volveré a intentarlo la próxima vez. Gracias por tu ayuda - y sin más le dejó entretenido en su tarea.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
En un instante todo acabó, no quedaban enemigos en el claro y la rabia fue abandonando el cuerpo del druida. Mientras se calmaba su mente fue rememorando el combate, los golpes dados y encajados, los fallados y esquivados...los finales.
Con calma lavó su cimitarra y se fijó en los jabalíes caídos, ese día los carroñeros del bosque iban a darse un banquete. Se acercó a uno de los bugbear caídos y cogió un tosco cuchillo. Después selecciono uno de los jabalís y con el cuchillo le abrió en canal, apartando las visceras a un lado, cogió el corazón de la bestia y lo corto en tantos trozos como compañeros eran. Iba a levantarse cuando llegó la elfa:- es fácil, en una caza, matas o pierdes la presa. Perder la presa implica como mínimo que no comes o que te conviertes en presa.Para matar hay que ver al objetivo, coge tu trozo y honra el espíritu de la bestia que has ayudado a derrotar- le dijo mientras se comía uno de los trozos y daba gracias a Sylvanus por el sacrificio del animal.
Sin esperar a ver si la elfa se lo comía se dirigió al resto empezando por Khalion y repitió el gesto. Tras repartir los trozos volvió al jabalí y dijo:- es una pena desperdiciar esta carne, esta noche cenaremos carne de verdad. Y se dedicó sacar un buen trozo para ellos y el pastor.
El joven humano tomó la mano de la elfa y trato de infundirle ánimos.
- Adriana, lo has hecho estupendamente bien. He visto guerreros tan curtidos como Leobald o tan salvajes como Mablung quedarse paralizados en su primer combate, o al ver caer a un compañero o aliado. Espero de corazón que nunca llegues a acostumbrarte a ver estas cosas tan horribles. No temas, el estómago aguantara mejor la próxima vez pero mientras tú alma sea capaz de estremecerse al ver estas cosas significará que sigue viva. Créeme, he visto los ojos de aquellos a los que deja de afectarles. Es mejor así. - le sonríe y le da un par de palmadas en el antebrazo para conferirle ánimo.
Mientras Godric atendía las heridas de Khalion y observaba, casi sin sorpresa pero con cierta tristeza al saber que ya nunca podría obrar tales prodigios, que la magia de Adriana había restañado prácticamente todo el daño del mazazo. Aún así cosió con destreza la herida remanente tras limpiarla y vendó la cabeza del aasimar.
-Me alegro que estes bien - le dijo - siento no poder hacer más... - añadió con un hilo de voz antes de dirigirse a Mablung.
De camino escuchó al pastor y le tranquilizó.
-Bienhallado Elias,mi nombre es Godric, no temas, construiré unas parihuelas y transportaré a tu amigo. Enseguida me ocupo de él - le aseguró.
Decidido a limpiar y sanar las heridas del elfo se acercó a él armándose de valor pero se quedó algo lívido ante el ofrecimiento del elfo. No queriendo ofenderle hizo de tripas corazón y dio un mordisco al aún caliente trozo de corazón de jabalí. Tuvo que contener una arcada pero se obligó a tragar el pequeño pedazo de órgano ante la atenta mirada del druida.
-Ahora deja que limpie esas heridas antes de que se infecten - le dice poniendo una mano en su pecho y obligándole a sentarse. Eso le permitió dejar de lado el resto del corazón del jabalí.
-Menos mal que has encontrado a esta gente - le dice - Ahora asegurémonos que no votes una infección -
PbP Character: A few ;)
Leobald observaba al pastor con un sonrisa educada. Sin embargo algo había despertado su interés. Estaba claro que los caminos entre la hierba no eran seguros a tenor de las hechos. ¿Quizá hay alguna otra intención en las palabras de aquel hombre? Observó atentamente los ojos del pastor sin desdibujar una sonrisa paternal para no amedrentarlo.
—Lo cierto, buen Elias, es que no está en mi mano el acompañaros sin la aprobación de mis compañeros. Sin embargo el joven Godric parece haber decidido ya en vuestro favor. Veremos.
Entonces Mablung se acercó a ellos con sus trofeos ensangrentados.
—Os lo agradezco Mablung, pero temo que mi estómago no acoge bien el alimento si no ha sido cocinado antes —rechazó el trozo de carne cruda con un gesto cortesía y habló al resto si dejar de observar al campesino— ¿Qué decís el resto? ¿Os parece adecuado ayudar a este hombre a llevar el cuerpo de su amigo?
Insight: 21
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
El hombre cuervo cogió el trozo de corazón que le ofreció el druida y ladeo la cabeza sorprendido - ¿Amistad? ¿Rito? ¿Hermandad? - Después se la llevó al pico para, con un juego de manos, meterla en uno de sus bolsillos, haciendo ver como que se la comía.
Sleight of Hand: 18
Sin prestar mucha atención a la reacción del Druida a su juego de manos contestó a Leobald. - “Recordar, no salgáis del camino” - Resonó insistentemente por enésima vez la voz de Browser. - Hemos hecho suficiente, su comunidad puede ocuparse del cadáver. Conozco senderos entre el mar de hierba, son mucho más seguros y rápidos que el camino principal. - Remarcó con las propias palabras del pastor - Ellos podrán ocuparse del cadáver. Todo ese dinero les ayudará.
Con sospecha, despues de mirar a su alrededor y relelxionar un poco TocToc ladea la cabeza mirando al pastor, acercando su pico a unos pocos centimetros de su cara - Donde esta vuestro ganado? A donde ivas por este camino, no veo ni mercancia ni un carro para llevarla? - Pregunta inquisitivamente.
Insight: 6 para ver si esta mintiendo en la respuesta a mis preguntas.
Zevatur, Rolthos
Godric no podía creer al hombre cuervo, pero se obligó a recordarse que quizá su modo de pensar era distinto al suyo.
- Disculpa Toc-toc pero no creo que Elias viva en ninguna... comunidad. Los pastores suelen vivir algo alejados de las villas para que sus rebaños pasten, algunos suelen ser incluso algo nómadas. En buena conciencia no podemos dejar a este hombre solo y herido ni al cadaver de su amigo sin sepultura y que sea devorado por las alimañas. Creo que ya hemos salido del camino al escuchar que Mablung podía estar en peligro. Id por el camino si así lo deseáis, pero yo no abandonaré a este hombre a su suerte. - Mira al resto y se mira la balda dorada que tiene atada en el antebrazo derecho, ahora manchada también se sangre. - Puedo ser un reo pero aún tengo conciencia. Id por el camino si lo deseáis, yo me reuniré en Saltmarsh con vosotros tan pronto me sea posible. -
Sin más el joven muchacho se dispuso a improvisar una camilla con las lanzas de los bugbear, el bastón del pastor caído y su manta. Utilizó su capa para cubrir lo mejor que pudo el cuerpo del amigo muerto de Elias, sobretodo su destrozada cara.
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Elías se sintió extremadamente agradecido cuando Godric se ofreció a ayudarle. Agachándose de nuevo a sus pies le cogió la mano con reverencia.
- Joven sacerdote, os debo mi vida, y la dignidad de mi amigo, se que no valen mucho, pero estaré por siempre agradecido, ¿cómo se puede pagar una deuda así? ... apenas soy digno de vuestra atención.
El pastor se levantó y contuvo sus deseos de darle un abrazo al seguidor de Lathander. Sin embargo la visión del druida devorando corazones frescos y crudos y ofrenciéndoselos a sus aliados estremeció al ovejero, que evitó su cercanía en todo momento. Cuando Adriana se puso a vomitar y su estado físico no parecía responder del todo, Elías se acercó a ella mostrándose unas hierbas que había sacado de su zurrón.
- Puedo haceros una infusión de Mejorana e Hinojo, con unas gotas de miel, calmará vuestro estómago...
Fue cuando el kenku se le acercó con extraños acentos a preguntar por el ganado cuando el pastor contesto sintiéndose algo incómodo de repente por ese tipo de preguntas.
- Buen ser pájaro, el ganado vuelve sólo a la granja, nosotros le acompañamos hasta los lugares de pasto de ida, y nos volvemos para seguir con las tareas del día, las ovejas solas vuelven a su hogar siguiendo los caminos seguros por las que las llevamos al atardecer. En cuanto a porque nos desviamos del sendero, fue porque el día anterior tuvimos un problema con un grupo de ovejas de Colton, cuatro de ellas para ser exactos, se perdieron y mi amigo dijo que encontró huellas de lobos cerca de donde se desaparecieron, estábamos dirigiéndonos a buscarlas cuando nos asaltaron esas criaturas...
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Godric se siente completamente incómodo ante la respuesta del pastor y no le deja que se arrodille.
- Vamos vamos, nada que agradecer. Ayudaros es lo menos que podíamos hacer. Siéntate y descansa hasta que estemos preparados para irnos. Debes guardar fuerzas. ¿A cuanto está tu hogar de aquí? -
PbP Character: A few ;)
El pastor vuelve a agradecer a Godric su intervención mientras le responde a la pregunta que ya explicó minutos atrás. No muestra tedio o exasperación, justo lo contrario, admiración por su salvador.
- Nuestro hogar se encuentra a medio día de aquí. Llegaríamos al anochecer y os puedo proporcionar alojamiento y algo de buena comida y quesos. Por favor aceptar mi humilde hospitalidad y ayudarme a enterrar a mi amigo allí. Además si os dirigís a Saltmarsh, no os desviaréis mucho, está prácticamente de camino, solo hay que tomar un pequeño desvío.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Una cada vez más azorado Godric por las expresiones de Elias contesta.
-Medio dia... bien bien tardaremos algo más con tu pierna, pero podrás portar una antorcha. Debo apresurarme -
El excomulgado clérigo se afana por preparar las parihuelas para portar el cadaver. Cuando la tiene lista y el cuerpo atado a la misma usa un poco de cuerda atada a un extremo y la pasa por su pecho para poder arrastrar mejor el cadaver.
PbP Character: A few ;)