Morko sabe que quien aseste el próximo golpe seguramente acabe el combate... así que dirige hacia su oponente:- Acabemos con esto- y el grito en lengua enana de :-Moradhin guía mi hacha- ataca con todas su fuerzas aprovechando la pequeña ventaja que tiene.
Levantando el hacha por encima de su cabeza, y lanzando su grito de guerra, Morko asesta un terrible golpe al semi-dragón, este levanta su lanza con la esperanza de parar el tajo, pero el enano golpea con tanta fuerza que quiebra el mango y golpea a su enemigo, cortando desde el hombro hasta la cadera.
La criatura grita de dolor, su sangre empapando el suelo y su armadura. Cae hacia atrás escupiendo sangre y se retuerce en el barro.
Morko se acerca para asestar el golpe final pero Langredosa levanta su mano acabada en peligrosas garras.
-¡Alto!-
Al sonido de su voz algunos kobold que instintivamente se habían adelantado se detienen, el dragón deja escapar un gruñido desde lo profundo de su enorme pecho. Martin no sabe decir si de amenaza o de satisfacción.
- En verdad su dios debe estar con él - dice el semi-dragón levantándose con dificultad y escupiendo sangre. - Enhorabuena enano, no habia sido derrotado en justa lid desde hace años. - Hace una leve reverencia con su cabeza y, a un gesto de su mano, los kobold liberan a los otros dos rehenes.
- Has vencido esta noche - le dice al enano antes de retirarse - y te has ganado mi respeto. Pero eso no te servirá cuando llegue el final. - Da un par de pasos con dificultad hacia sus tropas, se detiene un momento y mira por encima de su hombro al enano.
- Volveremos a enfrentarnos -
Con un gruñido en un idiioma que no conoceis ( a no ser que tengais dracónico ) y con un inusitado silencio, los atacantes se retiran de la luz. El dragón mira por última vez a Roland, Zevatur, Morko y por último a Martin. Extiende sus alas y se pierde en la noche.
[ Percepción: 5 ] [Por favor que alguien le diga a Moradin que bendiga mis ojos también o algo]
Entre las sombras y tras observar como la bestia bastarda alada es humillada por el enano, la fe en el corazón del semielfo en los Dioses parece afianzarse, si no es porque por sus venas corre sangre élfica, quizás debería plantearse hacerse seguidor de Moradin, sin duda es un Dios que da a sus seguidores fervientes y poderosas bendiciones.
Martin vigila, apuntando con su arco a la masa de bestias escamosas, y se hace cargo de la seguridad de los padres, que habían sido tomados como rehenes, para que su carrera hasta las puertas de la fortaleza sea segura. Pero no puede evitar por unos segundos seguir con la vista al impresionante dragón mientras se aleja volando... a pesar de la poca luz, su visión es aguda [jo, jo, ... ], y no se suele ver a tan devastadores bestias muy a menudo.
Sin embargo, lo que más le deja intrigado es el extraño sentido del honor del semidragón, ha cumplido con su palabra y se comportaba con cierta ética de acuerdo a un código, eso no es muy normal entre las razas malignas, y sin duda es una debilidad al alcance de la vista para sus "aliados".
Morko observa como el ejercito enemigo se retira y mientras limpia su arma de la sangre del enemigo rememora el combate que acaba de tener de lugar. En su cabeza ve a cámara lenta los movimientos y golpes intercambiados y sólo puede dar gracias a Moradhin por haberle protegido, asi que se arrodilla y entona un plegaria de agradecimiento al grand dios de los enanos.
Lentamente se levanta y se da la vuelta para dirigirse al castillo mientras dice a sus compañeros de batalla:- Debemos discutir con el castellano y el gobernador los siguientes paso a dar, tenemos dos grandes amenas aliadas y colaborando, debemos pensar y meditar cuidadosamente nuestros siguientes pasos.-
Zevatur suspira aliviado cuando el combate acaba... sin duda el paladín es uno de esos héroes lengendarios y seguramente el podrá hacer frente al dragón que acecha el castillo. Quizas cuando esto acabe podría ayudarle en su misión, a rescatarla a ella...
Durante el combate, aunque la atención de todo el mundo está centrada en el baile mortal de los dos contendientes, Zevatur se da cuenta de que, a la izquierda del dragón, y algo alejado de él, hay una figura vestida con una túnica negra con la capucha puesta. Parece el mismo que han visto antes. Zevatur le ve gesticular con las manos y observa con horror como los kobold y el lagarto que atacaron ellos antes empiezan a convulsionar y a moverse de nuevo. De pronto se levantan y a un gesto de la figura se dirigen a las afueras de la ciudad. La figura les sigue sin siquiera mirar una sola vez en dirección a la pelea o el dragón.
( ¡Vamonos! les grita en dracónico el semi-dragón a sus tropas)
Con un ruido sordo las puertas de la fortaleza se abren, y algunos guardias salen para ayudar a los rehenes. Todos os miran con agradecimiento e incluso admiración, aunque las miradas hacia Morko son casi de reverencia.
Nigthill sale y pone una mano en el hombro de Morko.
"Doy gracias a los dioses por enviaros a nosotros en nuestra hora más dificil. Debemos asegurarnos de que han abandonado el pueblo, pero siento como si un peso se hubiera levantado de mi corazón. Escorbert por favor, envía a alguien a patrullar el pueblo y que se aseguren de que se han ido. En cualquier caso lo mejor será que pase todo el mundo lo que queda de noche en la fortaleza." el enano asiente y vuelve a entrar en la fortaleza gritando órdenes. " Venid amigos, pasad, descansad, haré que os preparen unas habitaciones y podais reponeros. "
(Podeis rolear lo que querais hasta la mañana siguiente. Podeis rolear cómo os despertais a la mañana siguiente si quereis y seguimos desde ahí. Por último, pero no menos importante, podeis subir a vuestros pjs a nivel 2)
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Los muros de la fortaleza causaban cierta sensación de opresión en el corazón del semielfo, era ya noche cerrada y el agotamiento hacia su mella. Martín intentó buscar un sitio lo más aislado posible y ajeno a cualquier iluminación, allí extendió una raída manta de un color gris ceniza, y ocultándose para pasar lo más desapercibido posible [ Stealth: 11 ] se tumbó sobre ella perdido en sus pensamientos. Era una pena que no tuvieran ningún tipo de ave mensajera en la fortaleza para comunicarse con su "contacto"... sus ojos se cerraron lentamente y un sopor abrazó su cuerpo... y entonces las pesadillas llegaron.
"Hordas de criaturas dragón asolando un campo de batalla, fuego y devastación allí donde alcanzaba la vista, el semielfo corría raudo entre los enemigos, ejecutando con precisión golpes mortales, pero sus dos espadas apenas rasgaban las pieles correosas de esas criaturas, y además pesaban en sus manos, cada vez más, apenas podía sostenerlas... entre las interminables filas de enemigos, tres figuras sobresalían, cada una observaba desde una humeante colina, esas presencias causaban un terror inhumano en el semielfo... eran un humano, un semi-orco y una tercera figura de rasgos confusos que eludían la aguda visión de Martin.
Los enemigos se le tiraron encima, y las fuerzas escapaban ... no podía más... una voz en su oído, una sombra femenina susurrando, de piel negra y pelo blanco, una drow... - ¡Martin despierta! ... ¡Despierta!"
Con un desgarrador grito, el semielfo se despertó bruscamente... sudando y con temblores aun en sus manos. El sol despuntaba ya por el horizonte derramando unos calurosos tonos anaranjados sobre todo el paisaje.
- Solo ha sido un sueño, se dijo Martin a sí mismo, - Sólo eso.
Recogiendo rápidamente sus pertrechos, el pícaro decidió dar un paseo entre los patios y espacios más abiertos de la fortaleza, mientras se iba calmando y recuperando de su pesadilla, iba observando el ánimo de los supervivientes, escuchando sus historias y sobre todo buscando rutas de evacuación en caso necesario.
En su paseo, Martin sintió en su mente como todo lo que había vivido el día anterior, los combates, las estrategias, las reacciones de sus enemigos, se afianzaban firmemente en su cabeza, ahora los conocía algo mejor, y sabría enfrentarse con más experiencia la próxima vez a ellos. Eso de alguna manera le hizo sentirse más seguro y una incipiente confianza en sí mismo empezó a arraigar.
Una vez dentro de la fortaleza y cuando la adrenalina por los combates se va disipando, Morko es consciente del cansancio que poco a poco le inunda, ha sido un día duro, pero la lucha ha merecido al pena, han salvado el pueblo y la fortaleza.
Con un gesto de agradecimiento, Morko se deja guiar hasta los aposentos que le han preparado y dice:-Me gustaría descansar y meditar sobre lo ocurrido hoy, disculpadme antes el gobernador pero cenare en mis aposentos si es posible-.
Con cuidado deposita sus armas en el armero y se quita reverencialmente la armadura y se pone a limpiarlas y engrasarlas mientras recuerda las lecciones:-Cuida de tus armas y de tu armadura como si fuesen una extensión mas de tu cuerpo, ya que tu vida puede llegar a depender de ello-.La cicatriz de la espalda empieza a doler...
Cuando acaba de limpiar y revisar su equipo, coge el hacha de su familia y la pule una vez más hasta casi poder verse reflejado en ella, sus ancestros estarán orgullosos de sus acciones, ha derrotado a un poderoso enemigo y salvado incontables vidas de inocentes, pero dentro siente que sólo ha sacado un vaso de agua del océano, que esta victoria es irrisoria ante el peligro que se cierne sobre todos...la cicatriz duele...
Con gesto de dolor y apesumbrado por la visión del dragón, el nigromante y todo el ejercito que se marchó casi intacto, Morko deja la hoja del hacha en el armero y se percata de que está herido, con calma cura sus heridas...la cicatriz empieza a quemar ...
...La cicatriz de la espalda arde en la espalda de Morko incapaz de dejarle descansar, levantándose agarra el medallón con el símbolo de Moradhin que cuelga en su pecho y se encomienda al gran dios...poco a poco una sensación balsámica emana del medallón aliviando y reconfortando al cansado paladín...Morko siente que Moradhin está contento con sus actos pero el gran dios tiene una misión para él...
Los rayos de luz entran por la ventana y golpeando la hoja del hacha familiar y se reflejan directamente en la cara del paladín, Morko sabe que debe hacer ahora, hay que averiguar más sobre los extraños seres medio hombre y medio dragones y que quieren hacer con todos los objetos mágicos que están buscando, pero en su viaje no estará solo sabe que cuenta con la bendiciones y los dones de Moradhin y espera que sus nuevos compañeras le acompañen en su misión.
Con gesto firme y decidido, se viste y sale de la habitación dirigiéndose al salón de la fortaleza
Habiendo descansado y repuesto fuerzas, los improvisados slavadores de Greenest se reunen en el salón para desayunar. El gobernador Nighthill y Escorber el Rojo están allí y un par de sirvientes les proveen de comida y bebdia mientras ellos hablan. Leche, algo de vino y agua para beber mientras que las fuentes con pollo asado, frutas y un par de truchas recien pescadas en el río les ayudan a terminar de reponer fuerzas.
- Mis queridos amigos - dice el gobernador cuando casi han terminado de desayunar y han estado hablando de las luchas del día anterior - poco podemos recompensaros por vuestros esfuerzos de anoche, ya que lo que conseguisteis está más allá de cualquier recompensa que pueda ofreceros, pero quisiera - hace un gesto a Escorbert el cual, con gesto ceremonial se levanta y coge un pequeño cofre que estaba en un lateral y lo deposita en la mesa frente al gobernador - daros una pequeña muestra de gratitud en nombre de toda la ciudad. -
Con estas palabras abre el cofre y saca del mismo unas bolsas que, al moverlas, tintinean con el sonido de monedas chocando entre sí. Hay una bolsa para cada uno de los miembros del grupo. Escorbert las va poniendo frente a cada uno de vosotros con una sonrisa mientras el gobernador continua
- También tenemos esto, estoy seguro de que os será útil en vuestros viajes - dice sacando tres redomas de cristal con un líquido rojo en su interior.
- No aceptaremos una negativa por respuesta, por favor, dejadnos mostraros que Greenest es generosa con quien es generosa con ella - termina el gobernador cerrando el cofre sonriendo y dando el tema por zanjado.
- Quizá sea pronto para preguntarlo pero ¿ qué hareis ahora ? - pregunta Nighthill.
( Poned “manual” en vuestras fichas a la hora de gestionar los HP. Tirais en casa, como solíamos hacer en mesa, 1d”mitad del dado que os corresponda” + la otra mitad del dado + bono de CON. Ejemplo: Clerigo 1d8: tira 1d4+4+bono CON.
Poneos 125 gp cada uno y teneis tres pociones de curación a repartir )
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Zevatur se dejó guiar a los aposentos a regañadientes, Talis ya no estaba secuestrada por un simple grupo de ocultistas... aquí, en esta zona había un ejercito de ellos y un dragón, y necromantes, y goblins, y más... La sensación de impotencia hizo que se le saltasen las lagrimas y se tumbo en la cama inquieto. Mañana habría más tiempo de investigar y preguntar, pero hoy debía dejar dormir a la gente, descansar del combate... Y el mismo debía descansar, aunque sentía que a cada minuto las posibilidades de encontrarla con vida se hacían más y más lejanas.
Las horas pasaron y su angustia se transformó en una duermevela con visiones de la batalla, del paladín de Moradin, de sus nuevos compañeros caídos, del medio-dragón, de los gritos de la gente que había hecho arder. Apenas descansó. Y la energía que había dentro de el creció y tomo más control de su cuerpo dotándole de más poder y la habilidad de conjurar una defensa instantánea ante un ataque.
A la mañana siguiente sin decir palabra, con la cara demacrada por la mala noche Zevatur, se sentó a la mesa a desayunar. Mecánicamente, sin prestar mucha atención a su alrededor comenzó a comer el abundante desayuno que había enfrente suyo. Su estómago rugió con furia, durante el camino no había comido nada y pensaba tomar algo al llegar a la ciudad, había oído de una posada que servían un caldo verde de verduras frescas... "Un estallido de sabor que revive a un muerto, y por menos del precio de una cerveza!". Las circunstancias se lo habían impedido. Quizás el alcohol o el pollo asado que no había probado en tantos días hicieron que su animo se iluminase. Y pronto comenzó a hablar y a preguntar.
- Pero... pero... ¡Esto es mucha comida! Seguro que después del ataque necesitareis todas las provisiones que podáis almacenar - Dijo apartando de si algunos de los platos que aún estaban sin acabar. Con un gesto algo culpable por haber zampado más de la cuenta suspiró. - Yo vine a la ciudad buscando a Talis la mada... una amiga mía... de hace mucho tiempo... Fue secuestrada por cultistas del dragón y de alguna manera les he seguí la pista hasta aquí. Pero no son solo unos cultistas, es un ejercito... no se como... - El tieflin se derrumbó en la silla - Al manos parece que he llegado al lugar correcto.
Mientras los demás hablan Zevatur recoge la bolsa de dinero y se sorprende del peso... - ¡¡Es mucho dinero!! Lo necesitareis para la reconstrucción de la ciudad o para contratar mercenarios - Con gesto culpable coge un puñado de monedas y devuelve la bolsa a la mesa... - Tras una breve pero intensa mirada con el governador Zevatur recoge de nuevo la bolsa - Bien.. ¡ya me encargo yo!
- Mi intención esta mañana es preguntar en la ciudad a ver si averiguo o obtengo alguna pisa sobre Talis... aunque posiblemente no haya pasado por aquí...
[Si hay tiempo durante esta mañana voy por la ciudad preguntando por Talis, usando el Mending para reparar pequeños rotos y repartiendo monedas entre la gente hasta quedarme con unas 12 de las que nos dieron
OOC: Sólo para aclarar conceptos. El bicho con el que se ha pegado Morko NO es un dragonborn, es un half-dragon. Realmente no me queda muy clara la diferencia, al menos fisicamente. Estos supongo que tienen un ancestro más directo a los dragones que los dragonborn.
Martin coge con cierto recelo su parte del pago, y se guarda una de las pociones de contenido rojizo en algún bolsillo secreto de su capa con un gesto rápido. A pesar de no haber desayunado demasiado, también recoge algunas viandas para más tarde, una noche de sueños convertidos en pesadillas no genera un buen apetito por la mañana.
El semielfo, silencioso hasta ahora, baja levemente la cabeza en un gesto de agradecimiento hacía el Gobernador, y comienza a hablar en un tono muy bajo, como con miedo de alzar la voz demasiado.
- Sinceramente Maese Nighthill, la situación ahora es complicada, aun desconocemos por completo cual eras las intenciones de la horda invasora, ni porqué se han retirado sin oponer demasiada resistencia, no me malinterpretéis, la victoria del Paladín ha sido un acto de valor y maestría difícilmente equiparable a nada que haya visto en mucho tiempo, pero ahora mismo tenemos más incógnitas que respuestas. No sé muy bien que hacer...
Tras una pausa breve, donde Martin se rasca pensativamente la descuidada barba de tres días, continua.
- Un ejército de tal calibre es fácil de seguir, deben dejar huellas de sus pasos y campamentos visibles a kilómetros, pero no sé que sacaríamos con ello, quizás deberíamos ver en que dirección van, y adelantarnos para avisar a otros asentamientos antes de que sean atacados, un grupo pequeño podría moverse rápido a caballo. Sin embargo el gran Dragón que los acompaña nos podría detectar desde las alturas si patrulla vigilante el avance de sus tropas.
Tras sacar una daga casi inconscientemente y hacer ciertos malabares con ella a modo de distracción, el semielfo parece tener otra idea.
- Quizás podamos seguirlos, y secuestrar a algunos de sus líderes arropados por el manto de la noche, puede que tengamos más suerte con un interrogatorio exhaustivo la siguiente vez...
Martin clava la daga en la mesa con cierto odio de un golpe seco, mientras maldice en élfico.
- Sinceramente, no sé que opción es la mejor, ni que hacer, quizás todo esto nos supere.
Finalmente los improvisados compañeros deciden ue seguirán el rastro de los atacantes para intentar encontrar respuestas a las preguntas del Gobernador Nighthill. Descubrieron que un semi-elfo, llamado Leosin, había desaparecido unos días antes del ataque. Al parecer era un respeto erudito en temas de dragones y del Culto del Dragón. El gobernador sospechaba que habría sido hecho prisionero, o algo peor.
Durante la mañana se separan para atender sus propios asuntos.
Zevatur ayuda a los clérigos a atender a los heridos y va repartiendo parte del dinero que les han dado de recompensa para paliar los sufrimientos de los vecinos de Greenest. Está cerca de Roland cuando una elfa herida en los comienzos del ataque se despierta confusa en un camastro improvisado. La elfa, que dice llamarse Jenna, decide unirse a Zevatur en su deambular para ayudar a la gente. Sus poderes druídicos resultan de gran ayuda.
Morko y Escobert el rojo dedican su tiempo a trabajar en la forja. Con la ayuda del abnegado castellano, Morko forja un nuevo mango para su hacha y la hoja que recogió de su malogrado hogar vuelve a estar lista para acabar con los enemigos de los enanos.
Finalmente y tras una última comida en el castillo, los compañeros comienzan a seguir el rastro de los atacantes. No les cuesta mucho, las marcas de los carromatos que han robado se marcan con facilidad en la hierba alta y en el húmedo suelo por las lluvias de la noche anterior.
El rastro les lleva hacia el sureste, y poco a poco el terreno comienza a elevarse y las suaves colinas cubiertas de hierba dan paso a una serie de colinas de tierra caliza recorridas por desfiladeros. En uno de estos desfiladeros Martin detecta una columna de humo que asciende perezosa hacia el cielo de la noche, pero sus agudos sentidos no tienen problema en localizar el improvisado campamento que han montando unos rezagados del ataque. Jenna les guía por un angosto curso de agua para evitar llegar por el mismo lado que han tenido que utilizar los rezagados.
Allí, en mitad de un desfiladero ven una hoguera y sobre ella asándose una cabra o carnero que tenía que estar en una de las granjas del pueblo. Sin embargo no ven a nadie cocinándolo. Puede que el o los que hayan hecho este campamento hayan ido a buscar más leña. Morko y Zevatur se acercan a investigar. Cuando de repente unos kobold les atacan desde los laterales! Las criaturas han oido a la compañía y les han preparado una emboscada!. Una vez más la torpeza kobold hace que ninguno de sus ataques de en el blanco y Morko decapita a uno sin problema. Los demás disparan sus arcos hacia los kobold o hacia unos humanos que astutamente han subido a unas rocas para disparar con sus balletas. Zevatur termina con el problema de los kobold incinerándolos sin piedad al invocar sus poderes.
La lucha parecía sentenciada y los héroes consiguieron dejar incosnciente a un kobold y malherir a uno de los mercenarios, dejando una de sus piernas completamente destrozada durante la batalla.
El interrogatorio de los dos prisioneros arrojó algunas luces y muchas más incógnitas. Descubrieron dónde estaba y cómo estaba compuesto el campamento de los atacantes.
No consigo que se ponga la imagen.
El campamento está montando en un “circo” natural creado por el agua que hace siglos esculpió las rocas de esta zona. Esto quiere decir que sólo tiene una zona de entrada o salida del mismo, aunque es ancha, de unos 30 metros de lado a lado.
El “circo” se extiende de norte a sur ( por comodidad)
En el lado oeste han levantado una torre de unos 10 metros de alto hecha con troncos y que siempre tiene vigias. Las paredes se levantan unos 20-25 metros alrededor del campamento de manera prácticamente vertical.
Enseguida hay tiendas de campaña dispuestas a lo largo del terreno, con hogueras alrededor donde se puede ver a algún mercenario pero sobretodo a kobolds cocinando, bebiendo o jugando con huesos a algún tipo de juego de azar.
Unos 20 metros más hacia el norte el terreno vuelve a elevarse unos 2-3 metros y en este nivel la disposición del campamento se repite. Sin embargo ahora las tiendas parecen estar dispuestas con un cierto orden y son más grandes. En esta parte son todos humanos, sobretodo mercenarios pero se ven también a varios miembros del Culto del Dragón con sus túnicas y sus máscaras.
Unos 30 metros más hacia el norte, y cuando las paredes comienzan a cerrarse para cerrar el semicírculo el terreno vuelve a elvarse y están las últimas tiendas, más grandes y la zona mucho más limpia. Justo frente a la tienda más grande hay dos troncos en forma de gran X y suponeis que allí es donde está el prisionero del que os han hablado.
Detrás de la tienda, con dos antorchas iluminando la entrada, se ve la entrada a una cueva. Desde donde estais no podeis ver si alguien entra o sale de la misma.
Entre nivel y nivel del campamento el terraplen se salva con rampas de madera y barro para el transporte de mercancias y personal.
En la pared norte, justo a media altura, hay otra torre de vigilancia que domina todo el campamento.
Asi mismo descubrieron que,efectivamente, el semi-elfo era prisionero del Culto, y que era interrogado por los líderes del mismo.
Sin embargo Zevatur descubrió algo pertubardor, al preguntar por su mentora, raptada también por el Culto del Dragón, el kobold se refirió a ella como “Comandante”. Su sorpresa fue el momento que aprovechó la criatura para intentar escapar, pero fue abatido por las flechas de Martin.
Zevatur insitió en hacer un juicio “justo” al mercenario herido que tenían como prisionero, y finalmente le dejaron huir con la promesa de que enmendaría su vida. Roland le curó lo necesario para que no muriera ni perdiera la pierna y pudiera salir de alli.
La compañía continuó su camino hacia el campamento gracias a las indiciaciones que habían obtenido y una vez más, los agudos sentidos de Martin evitaron que cayeran en otra emboscada. En esta ocasión los vigilantes parecían mucho mejor pertrechados, más numerosos y no había ni kobolds ni mercenarios, todos parecían miembros del Culto del Dragón. El semi-elfo volvió junto a sus compañeros con esta información y decidieron dar un rodeo para evitarlos.
Con las primeras luces del alba los compañeros llegaron a las inmediaciones del campamento.
Ven que algunos grupos de rezagados están llegando aún al mismo, con grandes sacos con el botín de la ciudad y que, aunque llegan tarde a la celebración de la victoria, se ve por sus andares que, o bien están agotados, o bien han estado celebrando por su cuenta.
Martin mantuvo su aspecto sombrío y preocupado durante toda la persecución, en los interrogatorios, no paraba de girar la cabeza con actitud especialmente negativa ante las revelaciones que se iban mostrando, y pareció fruncir el ceño algo enfadado cuando dejaron en libertad al prisionero. Él era un asesino entrenado, y sabía lo suficiente como para entender donde terminaría un testigo que había visto a todo el grupo y era capaz de reconocerles, además había sido sanado y por tanto había recuperado la movilidad. Estaban más que expuestos y era cuestión de tiempo que su misión fracasara por este desliz, pero claro, hacerle entender eso a un elegido de los Dioses del bien habría sido perder el tiempo...
Concentrándose en el complicado escenario por donde se tendrían que mover ahora, el semielfo habló con calma y casi en silencio señalando a los rezagados que estaban en desventaja clara.
- Propongo "capturar" a algunos de ellos con el mayor sigilo posible, ... pertrecharnos con sus ropajes y armaduras e infiltrarnos como si fuéramos parte de su ejército, será difícil que sospechen nada entre tantas gente... eso, si no nos han delatado aún claro. ¿Cómo lo veis?
-Me gusta la idea de capturar algunos de ellos, pero habría que intentar que fuesen cultistas para interrogarles a fondo sobre la cueva...por si hubiese una entrada secundaria...la idea de atravesar todo un campamento enemigo no acaba de gustarme- añade el enano- Y en caso de que tuviésemos que infiltrarnos, ¿a parte de disfrazarse no sería conveniente montar una distracción en el exterior?-
Mientras los osados aventureros hacen planes, dos grupos más de rezagados llegan al campamento y se unen a la cena y celebración de los demás. Estos dos últimos estaban compuestos principalmente por kobolds, y el último traían un carro cargado de sacos de grano tirado por un buey el cual es cruelmente acuchillado y despedazado vivo por los kobold.
Parece que el flujo de asaltantes volviendo se ralentiza, estando un buen número de ellos en el campamento.
Martin se da cuenta de que varios kobold se llevan grandes pedazos de carne sangrante del desgraciado buey al interior de la cueva.
- Intentemos emboscar a algún grupo de los regazados y aprovechar la confusión que reina en el campamento para entrar-,exclama Morko cada vez mas entusiasmado con la idea de hacer pagar con sus vidas a los cultistas y seguidores del dragón.
Frunciendo el ceño y con cara de estar concentrándose añade: -Si no ,siempre podemos ir a dónde están los que matamos y coger sus ropas, y que las personas disfrazada se infiltren y creen una distracción para que el resto podamos entrar, si esa idea es mejor que la de hacernos pasar por un grupo de prisioneros, ¿no?- pregunta a sus compañeros.
Morko ve que, el que parece ser uno de los últimos grupos de asaltantes que llegan al campamento está a unos 50 metros del mismo, pero a unos 10 suyos. Están cerca de un recodo del camino. Se compone apenas de cuatro mercenarios que parecen cansados y deseosos de llegar al campamento.
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Morko sabe que quien aseste el próximo golpe seguramente acabe el combate... así que dirige hacia su oponente:- Acabemos con esto- y el grito en lengua enana de :-Moradhin guía mi hacha- ataca con todas su fuerzas aprovechando la pequeña ventaja que tiene.
Attack: 26 Damage: 28
(Los demás haced tiradas de percepción)
Levantando el hacha por encima de su cabeza, y lanzando su grito de guerra, Morko asesta un terrible golpe al semi-dragón, este levanta su lanza con la esperanza de parar el tajo, pero el enano golpea con tanta fuerza que quiebra el mango y golpea a su enemigo, cortando desde el hombro hasta la cadera.
La criatura grita de dolor, su sangre empapando el suelo y su armadura. Cae hacia atrás escupiendo sangre y se retuerce en el barro.
Morko se acerca para asestar el golpe final pero Langredosa levanta su mano acabada en peligrosas garras.
-¡Alto!-
Al sonido de su voz algunos kobold que instintivamente se habían adelantado se detienen, el dragón deja escapar un gruñido desde lo profundo de su enorme pecho. Martin no sabe decir si de amenaza o de satisfacción.
- En verdad su dios debe estar con él - dice el semi-dragón levantándose con dificultad y escupiendo sangre. - Enhorabuena enano, no habia sido derrotado en justa lid desde hace años. - Hace una leve reverencia con su cabeza y, a un gesto de su mano, los kobold liberan a los otros dos rehenes.
- Has vencido esta noche - le dice al enano antes de retirarse - y te has ganado mi respeto. Pero eso no te servirá cuando llegue el final. - Da un par de pasos con dificultad hacia sus tropas, se detiene un momento y mira por encima de su hombro al enano.
- Volveremos a enfrentarnos -
Con un gruñido en un idiioma que no conoceis ( a no ser que tengais dracónico ) y con un inusitado silencio, los atacantes se retiran de la luz. El dragón mira por última vez a Roland, Zevatur, Morko y por último a Martin. Extiende sus alas y se pierde en la noche.
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[ Percepción: 5 ] [Por favor que alguien le diga a Moradin que bendiga mis ojos también o algo]
Entre las sombras y tras observar como la bestia bastarda alada es humillada por el enano, la fe en el corazón del semielfo en los Dioses parece afianzarse, si no es porque por sus venas corre sangre élfica, quizás debería plantearse hacerse seguidor de Moradin, sin duda es un Dios que da a sus seguidores fervientes y poderosas bendiciones.
Martin vigila, apuntando con su arco a la masa de bestias escamosas, y se hace cargo de la seguridad de los padres, que habían sido tomados como rehenes, para que su carrera hasta las puertas de la fortaleza sea segura. Pero no puede evitar por unos segundos seguir con la vista al impresionante dragón mientras se aleja volando... a pesar de la poca luz, su visión es aguda [jo, jo, ... ], y no se suele ver a tan devastadores bestias muy a menudo.
Sin embargo, lo que más le deja intrigado es el extraño sentido del honor del semidragón, ha cumplido con su palabra y se comportaba con cierta ética de acuerdo a un código, eso no es muy normal entre las razas malignas, y sin duda es una debilidad al alcance de la vista para sus "aliados".
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Morko observa como el ejercito enemigo se retira y mientras limpia su arma de la sangre del enemigo rememora el combate que acaba de tener de lugar. En su cabeza ve a cámara lenta los movimientos y golpes intercambiados y sólo puede dar gracias a Moradhin por haberle protegido, asi que se arrodilla y entona un plegaria de agradecimiento al grand dios de los enanos.
Lentamente se levanta y se da la vuelta para dirigirse al castillo mientras dice a sus compañeros de batalla:- Debemos discutir con el castellano y el gobernador los siguientes paso a dar, tenemos dos grandes amenas aliadas y colaborando, debemos pensar y meditar cuidadosamente nuestros siguientes pasos.-
Perception 15
[Yo si entiendo draconic :p]
Zevatur suspira aliviado cuando el combate acaba... sin duda el paladín es uno de esos héroes lengendarios y seguramente el podrá hacer frente al dragón que acecha el castillo. Quizas cuando esto acabe podría ayudarle en su misión, a rescatarla a ella...
Zevatur, Rolthos
Durante el combate, aunque la atención de todo el mundo está centrada en el baile mortal de los dos contendientes, Zevatur se da cuenta de que, a la izquierda del dragón, y algo alejado de él, hay una figura vestida con una túnica negra con la capucha puesta. Parece el mismo que han visto antes. Zevatur le ve gesticular con las manos y observa con horror como los kobold y el lagarto que atacaron ellos antes empiezan a convulsionar y a moverse de nuevo. De pronto se levantan y a un gesto de la figura se dirigen a las afueras de la ciudad. La figura les sigue sin siquiera mirar una sola vez en dirección a la pelea o el dragón.
( ¡Vamonos! les grita en dracónico el semi-dragón a sus tropas)
Con un ruido sordo las puertas de la fortaleza se abren, y algunos guardias salen para ayudar a los rehenes. Todos os miran con agradecimiento e incluso admiración, aunque las miradas hacia Morko son casi de reverencia.
Nigthill sale y pone una mano en el hombro de Morko.
"Doy gracias a los dioses por enviaros a nosotros en nuestra hora más dificil. Debemos asegurarnos de que han abandonado el pueblo, pero siento como si un peso se hubiera levantado de mi corazón. Escorbert por favor, envía a alguien a patrullar el pueblo y que se aseguren de que se han ido. En cualquier caso lo mejor será que pase todo el mundo lo que queda de noche en la fortaleza." el enano asiente y vuelve a entrar en la fortaleza gritando órdenes. " Venid amigos, pasad, descansad, haré que os preparen unas habitaciones y podais reponeros. "
(Podeis rolear lo que querais hasta la mañana siguiente. Podeis rolear cómo os despertais a la mañana siguiente si quereis y seguimos desde ahí. Por último, pero no menos importante, podeis subir a vuestros pjs a nivel 2)
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Los muros de la fortaleza causaban cierta sensación de opresión en el corazón del semielfo, era ya noche cerrada y el agotamiento hacia su mella. Martín intentó buscar un sitio lo más aislado posible y ajeno a cualquier iluminación, allí extendió una raída manta de un color gris ceniza, y ocultándose para pasar lo más desapercibido posible [ Stealth: 11 ] se tumbó sobre ella perdido en sus pensamientos. Era una pena que no tuvieran ningún tipo de ave mensajera en la fortaleza para comunicarse con su "contacto"... sus ojos se cerraron lentamente y un sopor abrazó su cuerpo... y entonces las pesadillas llegaron.
"Hordas de criaturas dragón asolando un campo de batalla, fuego y devastación allí donde alcanzaba la vista, el semielfo corría raudo entre los enemigos, ejecutando con precisión golpes mortales, pero sus dos espadas apenas rasgaban las pieles correosas de esas criaturas, y además pesaban en sus manos, cada vez más, apenas podía sostenerlas... entre las interminables filas de enemigos, tres figuras sobresalían, cada una observaba desde una humeante colina, esas presencias causaban un terror inhumano en el semielfo... eran un humano, un semi-orco y una tercera figura de rasgos confusos que eludían la aguda visión de Martin.
Los enemigos se le tiraron encima, y las fuerzas escapaban ... no podía más... una voz en su oído, una sombra femenina susurrando, de piel negra y pelo blanco, una drow... - ¡Martin despierta! ... ¡Despierta!"
Con un desgarrador grito, el semielfo se despertó bruscamente... sudando y con temblores aun en sus manos. El sol despuntaba ya por el horizonte derramando unos calurosos tonos anaranjados sobre todo el paisaje.
- Solo ha sido un sueño, se dijo Martin a sí mismo, - Sólo eso.
Recogiendo rápidamente sus pertrechos, el pícaro decidió dar un paseo entre los patios y espacios más abiertos de la fortaleza, mientras se iba calmando y recuperando de su pesadilla, iba observando el ánimo de los supervivientes, escuchando sus historias y sobre todo buscando rutas de evacuación en caso necesario.
En su paseo, Martin sintió en su mente como todo lo que había vivido el día anterior, los combates, las estrategias, las reacciones de sus enemigos, se afianzaban firmemente en su cabeza, ahora los conocía algo mejor, y sabría enfrentarse con más experiencia la próxima vez a ellos. Eso de alguna manera le hizo sentirse más seguro y una incipiente confianza en sí mismo empezó a arraigar.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Una vez dentro de la fortaleza y cuando la adrenalina por los combates se va disipando, Morko es consciente del cansancio que poco a poco le inunda, ha sido un día duro, pero la lucha ha merecido al pena, han salvado el pueblo y la fortaleza.
Con un gesto de agradecimiento, Morko se deja guiar hasta los aposentos que le han preparado y dice:-Me gustaría descansar y meditar sobre lo ocurrido hoy, disculpadme antes el gobernador pero cenare en mis aposentos si es posible-.
Con cuidado deposita sus armas en el armero y se quita reverencialmente la armadura y se pone a limpiarlas y engrasarlas mientras recuerda las lecciones:-Cuida de tus armas y de tu armadura como si fuesen una extensión mas de tu cuerpo, ya que tu vida puede llegar a depender de ello-. La cicatriz de la espalda empieza a doler...
Cuando acaba de limpiar y revisar su equipo, coge el hacha de su familia y la pule una vez más hasta casi poder verse reflejado en ella, sus ancestros estarán orgullosos de sus acciones, ha derrotado a un poderoso enemigo y salvado incontables vidas de inocentes, pero dentro siente que sólo ha sacado un vaso de agua del océano, que esta victoria es irrisoria ante el peligro que se cierne sobre todos...la cicatriz duele...
Con gesto de dolor y apesumbrado por la visión del dragón, el nigromante y todo el ejercito que se marchó casi intacto, Morko deja la hoja del hacha en el armero y se percata de que está herido, con calma cura sus heridas...la cicatriz empieza a quemar ...
...La cicatriz de la espalda arde en la espalda de Morko incapaz de dejarle descansar, levantándose agarra el medallón con el símbolo de Moradhin que cuelga en su pecho y se encomienda al gran dios...poco a poco una sensación balsámica emana del medallón aliviando y reconfortando al cansado paladín...Morko siente que Moradhin está contento con sus actos pero el gran dios tiene una misión para él...
Los rayos de luz entran por la ventana y golpeando la hoja del hacha familiar y se reflejan directamente en la cara del paladín, Morko sabe que debe hacer ahora, hay que averiguar más sobre los extraños seres medio hombre y medio dragones y que quieren hacer con todos los objetos mágicos que están buscando, pero en su viaje no estará solo sabe que cuenta con la bendiciones y los dones de Moradhin y espera que sus nuevos compañeras le acompañen en su misión.
Con gesto firme y decidido, se viste y sale de la habitación dirigiéndose al salón de la fortaleza
Habiendo descansado y repuesto fuerzas, los improvisados slavadores de Greenest se reunen en el salón para desayunar. El gobernador Nighthill y Escorber el Rojo están allí y un par de sirvientes les proveen de comida y bebdia mientras ellos hablan. Leche, algo de vino y agua para beber mientras que las fuentes con pollo asado, frutas y un par de truchas recien pescadas en el río les ayudan a terminar de reponer fuerzas.
- Mis queridos amigos - dice el gobernador cuando casi han terminado de desayunar y han estado hablando de las luchas del día anterior - poco podemos recompensaros por vuestros esfuerzos de anoche, ya que lo que conseguisteis está más allá de cualquier recompensa que pueda ofreceros, pero quisiera - hace un gesto a Escorbert el cual, con gesto ceremonial se levanta y coge un pequeño cofre que estaba en un lateral y lo deposita en la mesa frente al gobernador - daros una pequeña muestra de gratitud en nombre de toda la ciudad. -
Con estas palabras abre el cofre y saca del mismo unas bolsas que, al moverlas, tintinean con el sonido de monedas chocando entre sí. Hay una bolsa para cada uno de los miembros del grupo. Escorbert las va poniendo frente a cada uno de vosotros con una sonrisa mientras el gobernador continua
- También tenemos esto, estoy seguro de que os será útil en vuestros viajes - dice sacando tres redomas de cristal con un líquido rojo en su interior.
- No aceptaremos una negativa por respuesta, por favor, dejadnos mostraros que Greenest es generosa con quien es generosa con ella - termina el gobernador cerrando el cofre sonriendo y dando el tema por zanjado.
- Quizá sea pronto para preguntarlo pero ¿ qué hareis ahora ? - pregunta Nighthill.
( Poned “manual” en vuestras fichas a la hora de gestionar los HP. Tirais en casa, como solíamos hacer en mesa, 1d”mitad del dado que os corresponda” + la otra mitad del dado + bono de CON. Ejemplo: Clerigo 1d8: tira 1d4+4+bono CON.
Poneos 125 gp cada uno y teneis tres pociones de curación a repartir )
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Zevatur se dejó guiar a los aposentos a regañadientes, Talis ya no estaba secuestrada por un simple grupo de ocultistas... aquí, en esta zona había un ejercito de ellos y un dragón, y necromantes, y goblins, y más... La sensación de impotencia hizo que se le saltasen las lagrimas y se tumbo en la cama inquieto. Mañana habría más tiempo de investigar y preguntar, pero hoy debía dejar dormir a la gente, descansar del combate... Y el mismo debía descansar, aunque sentía que a cada minuto las posibilidades de encontrarla con vida se hacían más y más lejanas.
Las horas pasaron y su angustia se transformó en una duermevela con visiones de la batalla, del paladín de Moradin, de sus nuevos compañeros caídos, del medio-dragón, de los gritos de la gente que había hecho arder. Apenas descansó. Y la energía que había dentro de el creció y tomo más control de su cuerpo dotándole de más poder y la habilidad de conjurar una defensa instantánea ante un ataque.
A la mañana siguiente sin decir palabra, con la cara demacrada por la mala noche Zevatur, se sentó a la mesa a desayunar. Mecánicamente, sin prestar mucha atención a su alrededor comenzó a comer el abundante desayuno que había enfrente suyo. Su estómago rugió con furia, durante el camino no había comido nada y pensaba tomar algo al llegar a la ciudad, había oído de una posada que servían un caldo verde de verduras frescas... "Un estallido de sabor que revive a un muerto, y por menos del precio de una cerveza!". Las circunstancias se lo habían impedido. Quizás el alcohol o el pollo asado que no había probado en tantos días hicieron que su animo se iluminase. Y pronto comenzó a hablar y a preguntar.
- Pero... pero... ¡Esto es mucha comida! Seguro que después del ataque necesitareis todas las provisiones que podáis almacenar - Dijo apartando de si algunos de los platos que aún estaban sin acabar. Con un gesto algo culpable por haber zampado más de la cuenta suspiró. - Yo vine a la ciudad buscando a Talis la mada... una amiga mía... de hace mucho tiempo... Fue secuestrada por cultistas del dragón y de alguna manera les he seguí la pista hasta aquí. Pero no son solo unos cultistas, es un ejercito... no se como... - El tieflin se derrumbó en la silla - Al manos parece que he llegado al lugar correcto.
Mientras los demás hablan Zevatur recoge la bolsa de dinero y se sorprende del peso... - ¡¡Es mucho dinero!! Lo necesitareis para la reconstrucción de la ciudad o para contratar mercenarios - Con gesto culpable coge un puñado de monedas y devuelve la bolsa a la mesa... - Tras una breve pero intensa mirada con el governador Zevatur recoge de nuevo la bolsa - Bien.. ¡ya me encargo yo!
- Mi intención esta mañana es preguntar en la ciudad a ver si averiguo o obtengo alguna pisa sobre Talis... aunque posiblemente no haya pasado por aquí...
[Si hay tiempo durante esta mañana voy por la ciudad preguntando por Talis, usando el Mending para reparar pequeños rotos y repartiendo monedas entre la gente hasta quedarme con unas 12 de las que nos dieron
Investigation 7
Persuasion 7
]
Zevatur, Rolthos
OOC: Sólo para aclarar conceptos. El bicho con el que se ha pegado Morko NO es un dragonborn, es un half-dragon. Realmente no me queda muy clara la diferencia, al menos fisicamente. Estos supongo que tienen un ancestro más directo a los dragones que los dragonborn.
PbP Character: A few ;)
Martin coge con cierto recelo su parte del pago, y se guarda una de las pociones de contenido rojizo en algún bolsillo secreto de su capa con un gesto rápido. A pesar de no haber desayunado demasiado, también recoge algunas viandas para más tarde, una noche de sueños convertidos en pesadillas no genera un buen apetito por la mañana.
El semielfo, silencioso hasta ahora, baja levemente la cabeza en un gesto de agradecimiento hacía el Gobernador, y comienza a hablar en un tono muy bajo, como con miedo de alzar la voz demasiado.
- Sinceramente Maese Nighthill, la situación ahora es complicada, aun desconocemos por completo cual eras las intenciones de la horda invasora, ni porqué se han retirado sin oponer demasiada resistencia, no me malinterpretéis, la victoria del Paladín ha sido un acto de valor y maestría difícilmente equiparable a nada que haya visto en mucho tiempo, pero ahora mismo tenemos más incógnitas que respuestas. No sé muy bien que hacer...
Tras una pausa breve, donde Martin se rasca pensativamente la descuidada barba de tres días, continua.
- Un ejército de tal calibre es fácil de seguir, deben dejar huellas de sus pasos y campamentos visibles a kilómetros, pero no sé que sacaríamos con ello, quizás deberíamos ver en que dirección van, y adelantarnos para avisar a otros asentamientos antes de que sean atacados, un grupo pequeño podría moverse rápido a caballo. Sin embargo el gran Dragón que los acompaña nos podría detectar desde las alturas si patrulla vigilante el avance de sus tropas.
Tras sacar una daga casi inconscientemente y hacer ciertos malabares con ella a modo de distracción, el semielfo parece tener otra idea.
- Quizás podamos seguirlos, y secuestrar a algunos de sus líderes arropados por el manto de la noche, puede que tengamos más suerte con un interrogatorio exhaustivo la siguiente vez...
Martin clava la daga en la mesa con cierto odio de un golpe seco, mientras maldice en élfico.
- Sinceramente, no sé que opción es la mejor, ni que hacer, quizás todo esto nos supere.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Finalmente los improvisados compañeros deciden ue seguirán el rastro de los atacantes para intentar encontrar respuestas a las preguntas del Gobernador Nighthill. Descubrieron que un semi-elfo, llamado Leosin, había desaparecido unos días antes del ataque. Al parecer era un respeto erudito en temas de dragones y del Culto del Dragón. El gobernador sospechaba que habría sido hecho prisionero, o algo peor.
Durante la mañana se separan para atender sus propios asuntos.
Zevatur ayuda a los clérigos a atender a los heridos y va repartiendo parte del dinero que les han dado de recompensa para paliar los sufrimientos de los vecinos de Greenest. Está cerca de Roland cuando una elfa herida en los comienzos del ataque se despierta confusa en un camastro improvisado. La elfa, que dice llamarse Jenna, decide unirse a Zevatur en su deambular para ayudar a la gente. Sus poderes druídicos resultan de gran ayuda.
Morko y Escobert el rojo dedican su tiempo a trabajar en la forja. Con la ayuda del abnegado castellano, Morko forja un nuevo mango para su hacha y la hoja que recogió de su malogrado hogar vuelve a estar lista para acabar con los enemigos de los enanos.
Finalmente y tras una última comida en el castillo, los compañeros comienzan a seguir el rastro de los atacantes. No les cuesta mucho, las marcas de los carromatos que han robado se marcan con facilidad en la hierba alta y en el húmedo suelo por las lluvias de la noche anterior.
El rastro les lleva hacia el sureste, y poco a poco el terreno comienza a elevarse y las suaves colinas cubiertas de hierba dan paso a una serie de colinas de tierra caliza recorridas por desfiladeros. En uno de estos desfiladeros Martin detecta una columna de humo que asciende perezosa hacia el cielo de la noche, pero sus agudos sentidos no tienen problema en localizar el improvisado campamento que han montando unos rezagados del ataque. Jenna les guía por un angosto curso de agua para evitar llegar por el mismo lado que han tenido que utilizar los rezagados.
Allí, en mitad de un desfiladero ven una hoguera y sobre ella asándose una cabra o carnero que tenía que estar en una de las granjas del pueblo. Sin embargo no ven a nadie cocinándolo. Puede que el o los que hayan hecho este campamento hayan ido a buscar más leña. Morko y Zevatur se acercan a investigar. Cuando de repente unos kobold les atacan desde los laterales! Las criaturas han oido a la compañía y les han preparado una emboscada!. Una vez más la torpeza kobold hace que ninguno de sus ataques de en el blanco y Morko decapita a uno sin problema. Los demás disparan sus arcos hacia los kobold o hacia unos humanos que astutamente han subido a unas rocas para disparar con sus balletas. Zevatur termina con el problema de los kobold incinerándolos sin piedad al invocar sus poderes.
La lucha parecía sentenciada y los héroes consiguieron dejar incosnciente a un kobold y malherir a uno de los mercenarios, dejando una de sus piernas completamente destrozada durante la batalla.
El interrogatorio de los dos prisioneros arrojó algunas luces y muchas más incógnitas. Descubrieron dónde estaba y cómo estaba compuesto el campamento de los atacantes.
No consigo que se ponga la imagen.
El campamento está montando en un “circo” natural creado por el agua que hace siglos esculpió las rocas de esta zona. Esto quiere decir que sólo tiene una zona de entrada o salida del mismo, aunque es ancha, de unos 30 metros de lado a lado.
El “circo” se extiende de norte a sur ( por comodidad)
En el lado oeste han levantado una torre de unos 10 metros de alto hecha con troncos y que siempre tiene vigias. Las paredes se levantan unos 20-25 metros alrededor del campamento de manera prácticamente vertical.
Enseguida hay tiendas de campaña dispuestas a lo largo del terreno, con hogueras alrededor donde se puede ver a algún mercenario pero sobretodo a kobolds cocinando, bebiendo o jugando con huesos a algún tipo de juego de azar.
Unos 20 metros más hacia el norte el terreno vuelve a elevarse unos 2-3 metros y en este nivel la disposición del campamento se repite. Sin embargo ahora las tiendas parecen estar dispuestas con un cierto orden y son más grandes. En esta parte son todos humanos, sobretodo mercenarios pero se ven también a varios miembros del Culto del Dragón con sus túnicas y sus máscaras.
Unos 30 metros más hacia el norte, y cuando las paredes comienzan a cerrarse para cerrar el semicírculo el terreno vuelve a elvarse y están las últimas tiendas, más grandes y la zona mucho más limpia. Justo frente a la tienda más grande hay dos troncos en forma de gran X y suponeis que allí es donde está el prisionero del que os han hablado.
Detrás de la tienda, con dos antorchas iluminando la entrada, se ve la entrada a una cueva. Desde donde estais no podeis ver si alguien entra o sale de la misma.
Entre nivel y nivel del campamento el terraplen se salva con rampas de madera y barro para el transporte de mercancias y personal.
En la pared norte, justo a media altura, hay otra torre de vigilancia que domina todo el campamento.
Asi mismo descubrieron que,efectivamente, el semi-elfo era prisionero del Culto, y que era interrogado por los líderes del mismo.
Sin embargo Zevatur descubrió algo pertubardor, al preguntar por su mentora, raptada también por el Culto del Dragón, el kobold se refirió a ella como “Comandante”. Su sorpresa fue el momento que aprovechó la criatura para intentar escapar, pero fue abatido por las flechas de Martin.
Zevatur insitió en hacer un juicio “justo” al mercenario herido que tenían como prisionero, y finalmente le dejaron huir con la promesa de que enmendaría su vida. Roland le curó lo necesario para que no muriera ni perdiera la pierna y pudiera salir de alli.
La compañía continuó su camino hacia el campamento gracias a las indiciaciones que habían obtenido y una vez más, los agudos sentidos de Martin evitaron que cayeran en otra emboscada. En esta ocasión los vigilantes parecían mucho mejor pertrechados, más numerosos y no había ni kobolds ni mercenarios, todos parecían miembros del Culto del Dragón. El semi-elfo volvió junto a sus compañeros con esta información y decidieron dar un rodeo para evitarlos.
Con las primeras luces del alba los compañeros llegaron a las inmediaciones del campamento.
Ven que algunos grupos de rezagados están llegando aún al mismo, con grandes sacos con el botín de la ciudad y que, aunque llegan tarde a la celebración de la victoria, se ve por sus andares que, o bien están agotados, o bien han estado celebrando por su cuenta.
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Martin mantuvo su aspecto sombrío y preocupado durante toda la persecución, en los interrogatorios, no paraba de girar la cabeza con actitud especialmente negativa ante las revelaciones que se iban mostrando, y pareció fruncir el ceño algo enfadado cuando dejaron en libertad al prisionero. Él era un asesino entrenado, y sabía lo suficiente como para entender donde terminaría un testigo que había visto a todo el grupo y era capaz de reconocerles, además había sido sanado y por tanto había recuperado la movilidad. Estaban más que expuestos y era cuestión de tiempo que su misión fracasara por este desliz, pero claro, hacerle entender eso a un elegido de los Dioses del bien habría sido perder el tiempo...
Concentrándose en el complicado escenario por donde se tendrían que mover ahora, el semielfo habló con calma y casi en silencio señalando a los rezagados que estaban en desventaja clara.
- Propongo "capturar" a algunos de ellos con el mayor sigilo posible, ... pertrecharnos con sus ropajes y armaduras e infiltrarnos como si fuéramos parte de su ejército, será difícil que sospechen nada entre tantas gente... eso, si no nos han delatado aún claro. ¿Cómo lo veis?
" ¡Oh la Oscuridad...! "
-Me gusta la idea de capturar algunos de ellos, pero habría que intentar que fuesen cultistas para interrogarles a fondo sobre la cueva...por si hubiese una entrada secundaria...la idea de atravesar todo un campamento enemigo no acaba de gustarme- añade el enano- Y en caso de que tuviésemos que infiltrarnos, ¿a parte de disfrazarse no sería conveniente montar una distracción en el exterior?-
Mientras los osados aventureros hacen planes, dos grupos más de rezagados llegan al campamento y se unen a la cena y celebración de los demás. Estos dos últimos estaban compuestos principalmente por kobolds, y el último traían un carro cargado de sacos de grano tirado por un buey el cual es cruelmente acuchillado y despedazado vivo por los kobold.
Parece que el flujo de asaltantes volviendo se ralentiza, estando un buen número de ellos en el campamento.
Martin se da cuenta de que varios kobold se llevan grandes pedazos de carne sangrante del desgraciado buey al interior de la cueva.
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- Intentemos emboscar a algún grupo de los regazados y aprovechar la confusión que reina en el campamento para entrar-,exclama Morko cada vez mas entusiasmado con la idea de hacer pagar con sus vidas a los cultistas y seguidores del dragón.
Frunciendo el ceño y con cara de estar concentrándose añade: -Si no ,siempre podemos ir a dónde están los que matamos y coger sus ropas, y que las personas disfrazada se infiltren y creen una distracción para que el resto podamos entrar, si esa idea es mejor que la de hacernos pasar por un grupo de prisioneros, ¿no?- pregunta a sus compañeros.
El grupo que matasteis está a un par de horas de camino.
Haz una tirada de Investigación.
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Investigación: -112
Morko ve que, el que parece ser uno de los últimos grupos de asaltantes que llegan al campamento está a unos 50 metros del mismo, pero a unos 10 suyos. Están cerca de un recodo del camino. Se compone apenas de cuatro mercenarios que parecen cansados y deseosos de llegar al campamento.
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