Tras las palabras de la shadar-kai Gowhter correspondió su preocupación.
-Sin duda alguna algo debe haber pasado. Espero que no lo encuentren y pueda volver...
Dijo mirando hacia la oscuridad.
-No se... si debemos primar salir y poner a salvo al resto. Era lo que nos indicó antes de salir.
Esta vez Gowther se tornó más calmado y pragmático. El breve descanso la había servido para ordenar sus pensamientos y poder tomar el control de sus emociones.
-Puedo llegar a comprender tu preocupación, pero si nos encuentran en este estado... no se si podremos hacer frente a otra confrontación. Quien no está herido, ha empleado el grueso de sus recursos...- Dijo mirando a Kath, Guilbert y el resto.
-Es una situación complicada que requiere decisiones complicadas. No voy a obligar a nadie a hacer nada, pero... creo que es necesario poner todas las cartas sobre la mesa... hay otras vidas en juego.
Si bien sus palabras eran directas y sinceras, también se podía intuir que la situación le preocupaba.
Hela reflexionó en silencio tras las palabras del eladrín. Por mucho que le doliera abandonar a Martin, debía reconocer que Gowther tenía razón. Serían incapaces de hacer frente a un combate más en ese estado. Además, Guilbert y Kath necesitaban un clérigo urgentemente y tampoco se perdonaría no intentar salvar sus vidas con la mayor celeridad posible. Cerró los ojos unos instantes y sus pensamientos se dirigieron a su Reina Cuervo, en los que le rogaba protección para el semi-elfo y coraje para tomar la mejor decisión, aunque no le resultara nada fácil.
Volvió a abrir los ojos, que ahora parecían incluso más oscuros e inescrutables, y dijo con determinación - Comprobemos si el plan de Zevatur resulta exitoso y salgamos de aquí lo antes posible. Cuando estemos en mejores condiciones haremos lo posible para rescatar a Martin.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Gowther y Helanya terminan su debate justo cuando Zevatur y Ash terminan el suyo. Al parecer Zevatur le estaba explicando una vez más a Ash que debía pasar tumbado encima de la mesa en lugar de caminar por ella. Al tiefling le preocupaba la runa que había en el techo. La otra vez no se había activado, pero en aquella ocasión habían pasado agarrados a la cuerda.
Tras asegurarse una vez más que Ash lo había comprendido, Zevatur se colocó tras el domo, para asegurarse que estaba protegido y se preparó para curar a su amigo en caso de que algo malo pasara. Al pasar por la puerta del mismo saludó con la cabeza a la maga, que le devolvió el gesto.
Helanya sintió la mano de Kath cogiendo la suya. Miró a la humana y esta le devolvió una mirada asustada. Las capacidades mentales de Kath podían haber sido mermadas, pero era evidente que comprendía que algo no iba bien.
Los dos magos de ascendencia élfica miraron cómo el valiente y fornido Ash se apoyaba en la mesa.
Ash seguía sin comprender muy bien porque el chico bestia había insistido tanto en que pasara tumbado sobre la mesa. ¿Dónde había oído antes eso de chico bestia?. Encogiéndose de hombros se encaramó a la mesa, dejando caer su peso sobre la misma. Todos en el domo aguantaron la respiración.
Helanya sintió el agua hedionda correr entre sus piernas de nuevo. Un momento... en el domo no había agua antes... Hela miró hacia atrás instintivamente...
La runa de debajo de la mesa comenzó a brillar. Ash intentó bajarse de la misma pero la magia se activó y el ácido saltó en todas direcciones.
El grito de advertencia de la maga llegó un segundo tarde y Zevatur no tuvo tiempo de girarse, sólo de sentir el punzante dolor de una espada clavándose entre sus costillas. Una mano callosa se cerró con fuerza alrededor de su cuello mientras su atacante giraba la hoja sobre si misma dentro de su cuerpo. Un segundo después, su atacante se ocultó en las sombras del pasillo de nuevo.
Helanya y Gowther vieron surgir de la oscuridad unos virotes de ballesta que, certeramente, se clavaron en sus cuerpos. Kath se agachó para esquivar un tercero.
Allí, en las sombras varios cuerpos se movían aprestándose al combate.
Sin pensarlo dos veces, Gowther puso en marcha su danza de combate.
-Cormiira...
Con una agilidad sorprendente, parecía como si flotara entre la amalgama de cuerpos desvanecidos o aterrorizados sobre el suelo. Cuando llegó a una distancia prudente:
-Zevatur tómala cuando tengas oportunidad.
Tras esto se posicionó delante de todos ellos buscando llamar su atención para ser el blanco de sus ataques y dijo:
-¿De verdad pensáis que podréis hacer algo?
Independientemente de su inteligencia, Gowther sabía que estaban en un terrible aprieto y por primera vez en mucho tiempo vio peligrar su vida.
Kathrinna, su inteligencia reducida a un nivel primario, gruñe hacia la amenaza que suponen estos nuevos enemigos y se abre para cubrir las espaldas de Gowther. Con un grito de rabia y frustración, extiende su mano libre y lanza sus rayos azules a uno de los bandidos. Los rayos mágicos alcanzan su objetivo y el hombre se queja mientras carga otro virote en su ballesta, insultando a la joven mujer.
- Perra.. -
Kath sólo le gruñe y enseña los dientes.
Zevatur se sujeta su sangrante costado y coge lo que le da Gowther tan rápido que apenas tiene tiempo de ver al eladrin. Mira su mano y encuentra una poción.
Tras tomar la poción de las manos de gothwer zevatur le mira ahora agradecido. Un pensamiento sobre el nuevo gothwer pasa por la cabeza rojo muchacho, pero la situación apremia y sin pensarlo se bebe la poción, después invocando el fuego y su furia más bestial lanza dos rayos de fuego a los.dos ladrones más adelantados. Si cuerpo se queda llaneando amenazantemente y mientras siente como la poción cierra sus heridas retrocede para quedarse detrás de sus compañeros.
Los miembros de la organización de Xanathar reciben las pequeñas bolas ígneas con gritos de dolor.
Mientras ve a Zevatur retirarse, Hela hace lo mismo hacia el otro lado del pasillo para intentar no ofrecer un blanco muy compacto y desviar la atención de los heridos. Le preocupa que Kath haya salido a luchar en su estado, pero ahora no puede hacer nada por evitarlo, salvo intentar acabar con el hombre que le va a disparar. Conjura un cuchillo de hielo que impacta al hombre en la cadera y le hace chillar de dolor.
Uno de sus aliados dispara a Hela, pero la distancia que ha puesto entre ellos juega a su favor y el virote se pierde en las sombras del pasillo.
Ash, renegando, apresta su ballesta con rapidez y dispara al rufián, acertándole en el centro del pecho. El tipo mira curioso el virote que le sale del pecho y deja caer su arma agarrando el punzante trozo de madera y metal que le ha arrebatado la vida, apoya la espalda en la pared y cae deslizándose al suelo.
Entonces, Gowther, al estar más adelantado, escucha el susurrante cántico de un encantamiento pronunciado desde el fondo del pasillo, un poco por detrás de donde ha caído el ballestero, pero es difícil precisarlo. Sus agudos sentidos deberían revelar si hay alguien ahí, pero no consigue ver nada. Con un nudo en el estómago comprende que su enemigo está oculto bajo un manto de invisibilidad.
A Hela se le eriza el vello de la nuca cuando ve salir, desde una esquina, una bola de fuego que se acerca hasta el centro de su posición y estalla en una inmensa bola de fuego.
Ash aparta el rostro, escuchando los gritos de dolor de sus compañeros por encima de la deflagaración del estallido. El olor a carne quemada invade sus fosas nasales. Siente el inmenso calor y se agacha para evitar las llamas. Mientras se aclara su visión espera encontrarlos aún con vida.
Renaer ha cubierto con su cuerpo a Floon, el cual agita a su amigo, pero el valiente Renaer no se mueve, su espalda completamente cubierta de quemaduras.
Poco a poco, el grupo se va recuperando, levantándose del suelo con dificultad, cada movimiento enviando oleadas de dolor por sus castigados músculos.
Gowther intenta localizar al mago que ha lanzado el conjuro, pero no ve a nadie. Si su magia sigue activa debe ser un poderoso hechicero. Sin duda el mismo que conjuró los glifos que les impiden salir corriendo. El eladrin escucha sus pasos en el agua al dirigirse hacia el otro lado del pasillo en un intento de confundirlos.
Helanya ve con horror como su querido Guilbert está boca abajo, flotando sin moverse en el agua.
Morko lanza una maldición en su idioma. Primero desaparece la protección mágica del elfo, luego aparecen un grupo de matones y cuando está empezando a enarbolar su hacha una maldita bola de fuego le lanza por los aires. El enano apaga lo que queda de su maltrecha barba y se incorpora con dificultad. Por desgracia no ha visto al mismo tipo que apuñaló a Zevatur acercarse a él aprovechando la confusión de la bola de fuego. Morko le mira a la cara preguntándose porqué sonríe el tipo, ya que está a punto de cortar su maldita cabeza con Khelezburg. Entonces, cuando el semi-orco retira su espada de sus tripas, siente un frio invadir su cuerpo y sus piernas no le sostienen más.
Ash ve como el paladin cae al suelo sujetándose las tripas. Esa herida es muy fea y el guerrero puede ver las tripas de su amigo mientras este, en shock, intenta sujetarlas.
El semi-orco se lanza contra Gowther, intentando despitar la atención del eladrin del otro bandido que se acerca para acuchillarle. Pero esa táctica es conocida por Gowther, el cual esquiva sin problema alguno el torpe ataque. Pese a que le cuesta pensar con claridad, sus reflejos de combate, entrenados durante años de dura práctica le sirven bien.
Con el cuerpo envuelto en fuego el eladrin optó por alimentar a Aegnor. Haciendo un gesto horizontal, cortó el aire en llamas con su espada y se pudo apreciar como la hoja se alimentaba de ese fuego. En un instante, lo que pudo ser una catástrofe, quedó en un simple buen ataque. Aprovechando la coyuntura que provocó aquella bola de fuego, uno de los secuaces intentó atacar a Gowther, pero su imagen era una miríada de fractales multicolor y su arma estaba destinada a fallar.
Ahora le tocaba a Gowther. Con su compañera energizada, conjuró el legendario fuego argénteo élfico y asestó un duro golpe en el abdomen de su enemigo. Con su otra mano, hizo un gesto con el dedo índice, mostrando a aquel portento arcano que podía seguir su camino para acabar con más enemigos. Entonces, una lengua de ese fuego impactó en la otra criatura.
Tras esto, sacó rápidamente una de sus pociones y pegó un trago a la misma.
Kath rugió de dolor y rabia. Incapaz de localizar de donde había venido ese fuego, la primaria cazadora focalizó su rabia en el semi-orco que había acabado con su amigo el enano.
Saltando hacia él una de sus espadas, envuelta en una neblina azulada, corto el hombro del asesino, que se volvió con presteza para desviar con su espada la segunda arma de Kath.
Ella le enseñó los dientes y le rugió. Aún con sus facultades mermadas era una contendiente a tener en cuenta.
Zevatur lanza dos rayos de fuego a los ladrones abrasandoles desde dentro y después hace que un fuego bañe a Mirko, cerrando sus heridas suficiente para mantenerle en combate unos instantes más
Hela intenta averiguar dónde puede estar el invisible hechicero. Utilizando su afinidad con los hechizos de frío, conjura una pequeña ventisca, con la esperanza de que el mago quede envuelto en la nieve y revele así su posición pese a la invisibilidad. Por un momento se permite tener esperanza, pero entonces ve cómo la nieve se estrella contra una barrera mágica. Renegando, la versada maga reconoce el efecto como el que realizan los miembros de la escuela de abjuración para protegerse.
"Tiene sentido" piensa buscando otra opción desesperada " esa escuela se especializa en la protección, debe ser el mago encargado de las defensas mágicas de la guarida y de los glifos que tenemos en la espalda... debo encontrar otra forma de derrotarlo..."
Ash no se preocupa tanto por hechizos, si no de cargar rápidamente su virote, apuntar y disparar al asesino. Una vez más su flecha vuela certerza y acierta al semi-orco en la pierna. Con su media sonrisa en los labios, y viendo que Zevatur a acabado con la mayoría de los enemigos Ash comienza a tener esperanza. Quizá consigan salir de esta.
Entonces siente que su cuerpo comienza a agarrotarse, todos los músculos se tensan haciendo muy dificil el moverse. Mira a sus compañeros y ve a Helanya inmovilizada en mitad de un paso y a Gowther extrañamente quieto en una postura defensiva con su arma flamígera en la mano. Al fondo del pasillo, iluminado débilmente por los fuegos creados por su bola de fuego, el mago se ha revelado y tiene una mano en el aire, con los dedos semi cerrados en una garra. Es dificil verlo desde esa distancia, pero Ash siente que tiene la mirada fija en él, intentando imponer su voluntad a la suya y dejarle paralizado como ha hecho con sus amigos.
Mientras el semi-orco intenta aprovechar que Kath parece afectada por el mismo hechizo, pero con un desafiante grito la muchacha se libra de la influencia del mago y esquiva la espada. Pero esta vez el asesino no piensa cejar en su empeño. Vuelve a atacar rápidamente girando sobre sí mismo y corta en la pierna a la cazadora, la cual, lejos de retirar la pierna, ruge y le enseña los dientes furiosa. Inmediatamente unas azuladas llamas cubren al semi-orco, que salta a un lado, sorprendido, pero este gesto hace que falle su último ataque. Kathrinna se adelanta para golpear de nuevo.
El paladín ya sentía el calor de los salones de Moradhin, cuando el fuego de un dragón lo trae de vuelta a las asquerosas alcantarillas de Waterdeep, con un gran esfuerzo el paladín consigue ponerse en pie y ve a lo lejos la figura de un mago. Viendo a sus compañeros, se centra el mago y suplica a su poderosa hacha para que le de fuerzas para un ataque más. Cogiendo el arma con las dos manos la lanza con más fe que fuerza.El hacha vuela hasta su objetivo e impacta en el mago, pero no consigue hacer un gran daño, con un esfuerzo sobre humanos, el paladín invoca de nuevo a su fiel compañera y la vuelve a lanzar. Una vez más el hacha vuela certera, pero las heridas hacen mella en la fuerza del enano y el lanzamiento apenas consigue llegar a su objetivo...pero es suficiente para que el mago pierda la concentración, quizás aún haya esperanza.
Ante el primer impacto del hacha de Morko las defensas mágicas del hechicero aguantan, pero Gowther ve esperanzado cómo aparecen varias fracturas en la misma en el breve instante en que se iluminan con una luz azulada al recibir un impacto.
Cuando cree que todo está perdido, la formidable hacha del enano vuelve a cortar el aire al lado del Eladrin para, esta vez, lograr atravesar la barrera e impactar al mago. Conociendo a su amigo Morko, debe estar realmente débil, pues en lugar de eviscerar al mago, sólo roza su costado. Apenas un hilo de sangre empaña las túnicas marrones del hechicero, pero es más la sorpresa al haber sido vencidas sus defensas que el daño lo que hace que, durante apenas un segundo, pierda la concentración sobre su hechizo.
Pero es más de lo que necesitan los héroes para recuperarse. Ash termina de cargar el virote, Helanya se apresta para lanzar un conjuro y Gowther sonríe al tener de nuevo control sobre su cuerpo.
Tras la ayuda del resucitado Morko, Gowther consiguió de nuevo la libertad de movimiento. Como un destello multicolor apareció junto al mago y convocó el aliento de Aegnor. Con un certero giro de su espada, el filo ardiente hizo su papel.
Preocupado por el destino del valiente Renaer, Zevatur utiliza parte de la escasa energía que le queda en sanarlo como ha hecho con Morko anteriormente. El tiefling sonrie al ver que la respiración del heredero de Lord Piergieon se estabiliza y comienza a agitarse recuperando la consciencia.
Vuelve su atención contra el semi-orco y el mago. Invocando sus poderes latentes comienza a moldear la magia para lanzar otros mortíferos rayos ígneos contra sus enemigos, pero esta vez el mago parece estar preaparado. Con un rápido movimiento de sus dedos, la energía desaparece de las manos de Zevatur, muriendo los rayos a mitad de su camino. Mira con odio al mago.
Gowther ve que parte de la energía empleada para destruir el conjuro de Zevatur se emplea en regenerar la protección mágica que rodea al mago, el cual lleva unas curiosas gafas que le impiden a Gowther ver sus ojos, pero le dan un aspecto casi cómico. Con algo de añoranza Gowther se da cuenta que le da un aspecto muy parecido a un búho.
Helanya ve a su amiga luchar enconadamente contra el semi-orco. Se concentra y lanza un acertado rayo helado hacia el asesino. Parece que le va a acertar en todo el pecho, pero en el último segundo el escurridizo semi-orco gira sobre sí mismo y el rayo sólo le da de refilón. Hela ve como una parte de las ropas de su enemigo se vuelven blancas de escarcha pero no puede evitar chascar la lengua. Esperaba mucho más.
Ash, con la ballesta ya cargada, se fijó en lo expuesta que estaba la maga, y que desde su posición no tenía mucho alcance para dar al mago. Así se que se movió todo lo que pudo y en cuanto tuvo al pichón a tiro disparó. Su virote acertando en la barrera mágica y saliendo desviado.
El saca una varita de uno de los bolsillos ocultos de su túnica marrón y lanza cinco dardos de pura energía mágica contra Gowther, intentando sorprenderle, pero el Eladrin también es un experto en la lucha mágica y erige una barrera rápidamente que le protege de los mismos. Los cinco proyectiles estallan contra su barrera produciendo flashes de luz blanco azulada.
El semi-orco parece querer ir a ayudar a su compañero, pero el impacto del conjuro de Hela parece haberle afectado más de lo que la shadar-kai había pensado en un primer momento. De un golpe con su espada en el agua lanza agua a los ojos de Kath, movimiento que también coge desprevenido a Zevatur. Cojea hacia su compañero e intenta apuñalar a Gowther. Ash se da cuenta que, de haber estado en pleno uso de sus facultades, el eladrin habría desarmado al semi-orco con facilidad por los torpes ataques que hace. El bandido reniega y escupe al suelo frustrado.
Morko comprueba que Guilbert, pese a las terribles quemaduras que tiene, aún respira y se apresta para el combate.
Viendo como sus compañeros siguen en la batalla, el paladín centra la atención en el mago y pide la ayuda de Moradhin, las runas del hacha emiten un pequeño al verse imbuidas con el poder divino. Acercándose con pasos vacilantes para no errar el tiro, Morko vuelve a lanzar a Kheluzburk contra su objetivo, el hacha surca el espacio e impacta en el mago, pero una vez más parece que sus protecciones o al debilidad del enano juegan una mala pasada. Con un rugido de rabia y frustración el paladín vuelve a lanzar el hacha con todas las fuerzas. Una vez más la poderosas arma surca el espacio que le separa de su objetivo, para volver a golpear al mago y esta vez si que parece que el golpe ha tenido mas potencia, por lo que una ligera sonrisa se dibuja en la cara del enano que dice:- Bastardo, parece que se te acaban los trucos-
El combate continuaba, pero Gowther no perdía la esperanza. Su movimientos parecían totalmente coordinados con los colores que rodeaban su grácil silueta. Entonces, aquel endiablado mago puso el ojo en el eladrin. Unos luminosos dardos de energía arcana pretendieron impactar en el hojacantante, pero este ya había articulado una respuesta. Con un semblante tranquilo y concentrado, su labios acompasaron un sutil gesto de su mano:
-"Aegis"-Un halo de energía arcana correspondió aquellos dardos disipando su daño por completo. Ahora le tocaba al elfo, convocando de nuevo el fuego de su misma esencia conjuró: -!Yur'rax¡-La espada cargada con fuego plateado impactó con fiereza, pero aquel enemigo contaba también con recursos. Sin poder hacer nada el fuego místico con el que envolvió la espada fue anulado, reduciendo el ataque en gran medida.
Kath, con un solo objetivo en su limitada mente carga gritando contra el semi-orco. Este desvia un ataque, pero Kath gira sobre si misma y, de espaldas al semi-orco, le clava la espada, atravesandolo.
El semiorco cae al suelo, y Kath gruñe al hechicero que mira a su alrededor bastante preocupado.
Renaer, renqueante, se levanta gracias a la magia de Zevatur, y cogiendo la ballesta que le quitó a los kenku dispara contra el mago. La sorpresa impide que se proteja y el virote golpea al hechicero en la pierna.
Zevatur da gracias a Bahamut por permitirle sanar a sus amigos y se apresta para acabar con el mago.
Viendo que el mago trata de escapar, Morko avanza todo lo que puede detrás de él y más por orgullo y rabia, que por fuerza, lanza de nuevo a Kheluzburk. El hacha surca el espacio para impactar con fuerza en el mago. Parece que sus protecciones por fin se han acabado, con ese pensamiento vuelve a invocar a la poderosa arma, con tremendo esfuerzo y poniendo en el lanzamiento toda la fuerza y voluntad que le queda, lanza de nuevo el hacha.
El tiempo parece detenerse mientras el hacha vuela certeza hacia su objetivo, que no puede hacer nada cuando el filo del arma se hunde en sus carnes, el mago lanza una mirada de incredulidad hacia el más muerto que vivo paladín, antes de derrumbarse.
El enano se vuelve hacia el semi orco: -Aún estás a tiempo de rendirte, pero me harías un favor si no lo haces. Mientras el hacha vuelve a sus manos.
Gowther no perdió de vista el ataque del enano. Cuando se hacha se encontraba a medio camino de su objetivo, aquel mago conjuró una protección arcana similar a la del eladrin, pero para su desgracia sus planes no surtirían efecto. El El'Tael volvió a gesticular con la mano y a pronunciar unas palabras en élfico:
-"Estierren Nha Morden".
Con la misma rapidez que la barrera mágica cubrió su cuerpo, fue disipada bajo la atenta mirada del hojacantante. Una vez el mago estuvo fuera de combate, Gowther giró sobre si mismo y sin dar oportunidad al fracasado superviviente, conjuró el fuego argénteo de nuevo. Un tajo flamígero de Aegnor rebanó su garganta dejando tras de sí una horrenda, mortal y cauterizada herida.
Acabado el combate y sin mucho tiempo que perder. Gowther indicó:
-Lo único que nos queda por probar es arrojar los cuerpos a la única runa que nos corta el paso, pero antes quiero ver más de cerca a este interesante adversario. Si encuentro algo de valor, os informaré.
Tras las palabras de la shadar-kai Gowhter correspondió su preocupación.
-Sin duda alguna algo debe haber pasado. Espero que no lo encuentren y pueda volver...
Dijo mirando hacia la oscuridad.
-No se... si debemos primar salir y poner a salvo al resto. Era lo que nos indicó antes de salir.
Esta vez Gowther se tornó más calmado y pragmático. El breve descanso la había servido para ordenar sus pensamientos y poder tomar el control de sus emociones.
-Puedo llegar a comprender tu preocupación, pero si nos encuentran en este estado... no se si podremos hacer frente a otra confrontación. Quien no está herido, ha empleado el grueso de sus recursos...- Dijo mirando a Kath, Guilbert y el resto.
-Es una situación complicada que requiere decisiones complicadas. No voy a obligar a nadie a hacer nada, pero... creo que es necesario poner todas las cartas sobre la mesa... hay otras vidas en juego.
Si bien sus palabras eran directas y sinceras, también se podía intuir que la situación le preocupaba.
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Hela reflexionó en silencio tras las palabras del eladrín. Por mucho que le doliera abandonar a Martin, debía reconocer que Gowther tenía razón. Serían incapaces de hacer frente a un combate más en ese estado. Además, Guilbert y Kath necesitaban un clérigo urgentemente y tampoco se perdonaría no intentar salvar sus vidas con la mayor celeridad posible. Cerró los ojos unos instantes y sus pensamientos se dirigieron a su Reina Cuervo, en los que le rogaba protección para el semi-elfo y coraje para tomar la mejor decisión, aunque no le resultara nada fácil.
Volvió a abrir los ojos, que ahora parecían incluso más oscuros e inescrutables, y dijo con determinación - Comprobemos si el plan de Zevatur resulta exitoso y salgamos de aquí lo antes posible. Cuando estemos en mejores condiciones haremos lo posible para rescatar a Martin.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Gowther y Helanya terminan su debate justo cuando Zevatur y Ash terminan el suyo. Al parecer Zevatur le estaba explicando una vez más a Ash que debía pasar tumbado encima de la mesa en lugar de caminar por ella. Al tiefling le preocupaba la runa que había en el techo. La otra vez no se había activado, pero en aquella ocasión habían pasado agarrados a la cuerda.
Tras asegurarse una vez más que Ash lo había comprendido, Zevatur se colocó tras el domo, para asegurarse que estaba protegido y se preparó para curar a su amigo en caso de que algo malo pasara. Al pasar por la puerta del mismo saludó con la cabeza a la maga, que le devolvió el gesto.
Helanya sintió la mano de Kath cogiendo la suya. Miró a la humana y esta le devolvió una mirada asustada. Las capacidades mentales de Kath podían haber sido mermadas, pero era evidente que comprendía que algo no iba bien.
Los dos magos de ascendencia élfica miraron cómo el valiente y fornido Ash se apoyaba en la mesa.
Ash seguía sin comprender muy bien porque el chico bestia había insistido tanto en que pasara tumbado sobre la mesa. ¿Dónde había oído antes eso de chico bestia?. Encogiéndose de hombros se encaramó a la mesa, dejando caer su peso sobre la misma. Todos en el domo aguantaron la respiración.
Helanya sintió el agua hedionda correr entre sus piernas de nuevo. Un momento... en el domo no había agua antes... Hela miró hacia atrás instintivamente...
La runa de debajo de la mesa comenzó a brillar. Ash intentó bajarse de la misma pero la magia se activó y el ácido saltó en todas direcciones.
El grito de advertencia de la maga llegó un segundo tarde y Zevatur no tuvo tiempo de girarse, sólo de sentir el punzante dolor de una espada clavándose entre sus costillas. Una mano callosa se cerró con fuerza alrededor de su cuello mientras su atacante giraba la hoja sobre si misma dentro de su cuerpo. Un segundo después, su atacante se ocultó en las sombras del pasillo de nuevo.
Helanya y Gowther vieron surgir de la oscuridad unos virotes de ballesta que, certeramente, se clavaron en sus cuerpos. Kath se agachó para esquivar un tercero.
Allí, en las sombras varios cuerpos se movían aprestándose al combate.
PbP Character: A few ;)
Sin pensarlo dos veces, Gowther puso en marcha su danza de combate.
-Cormiira...
Con una agilidad sorprendente, parecía como si flotara entre la amalgama de cuerpos desvanecidos o aterrorizados sobre el suelo. Cuando llegó a una distancia prudente:
-Zevatur tómala cuando tengas oportunidad.
Tras esto se posicionó delante de todos ellos buscando llamar su atención para ser el blanco de sus ataques y dijo:
-¿De verdad pensáis que podréis hacer algo?
Independientemente de su inteligencia, Gowther sabía que estaban en un terrible aprieto y por primera vez en mucho tiempo vio peligrar su vida.
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Kathrinna, su inteligencia reducida a un nivel primario, gruñe hacia la amenaza que suponen estos nuevos enemigos y se abre para cubrir las espaldas de Gowther. Con un grito de rabia y frustración, extiende su mano libre y lanza sus rayos azules a uno de los bandidos. Los rayos mágicos alcanzan su objetivo y el hombre se queja mientras carga otro virote en su ballesta, insultando a la joven mujer.
- Perra.. -
Kath sólo le gruñe y enseña los dientes.
Zevatur se sujeta su sangrante costado y coge lo que le da Gowther tan rápido que apenas tiene tiempo de ver al eladrin. Mira su mano y encuentra una poción.
PbP Character: A few ;)
Tras tomar la poción de las manos de gothwer zevatur le mira ahora agradecido. Un pensamiento sobre el nuevo gothwer pasa por la cabeza rojo muchacho, pero la situación apremia y sin pensarlo se bebe la poción, después invocando el fuego y su furia más bestial lanza dos rayos de fuego a los.dos ladrones más adelantados. Si cuerpo se queda llaneando amenazantemente y mientras siente como la poción cierra sus heridas retrocede para quedarse detrás de sus compañeros.
Minor : beber poción:
@Zevatur / Rolthos ( Mori ) game_die
Result: 4d4 (4, 4, 3, 3) + 4
Total: 18
Action attack firebolt 13 y 7
Zevatur, Rolthos
Los miembros de la organización de Xanathar reciben las pequeñas bolas ígneas con gritos de dolor.
Mientras ve a Zevatur retirarse, Hela hace lo mismo hacia el otro lado del pasillo para intentar no ofrecer un blanco muy compacto y desviar la atención de los heridos. Le preocupa que Kath haya salido a luchar en su estado, pero ahora no puede hacer nada por evitarlo, salvo intentar acabar con el hombre que le va a disparar. Conjura un cuchillo de hielo que impacta al hombre en la cadera y le hace chillar de dolor.
Uno de sus aliados dispara a Hela, pero la distancia que ha puesto entre ellos juega a su favor y el virote se pierde en las sombras del pasillo.
Ash, renegando, apresta su ballesta con rapidez y dispara al rufián, acertándole en el centro del pecho. El tipo mira curioso el virote que le sale del pecho y deja caer su arma agarrando el punzante trozo de madera y metal que le ha arrebatado la vida, apoya la espalda en la pared y cae deslizándose al suelo.
Entonces, Gowther, al estar más adelantado, escucha el susurrante cántico de un encantamiento pronunciado desde el fondo del pasillo, un poco por detrás de donde ha caído el ballestero, pero es difícil precisarlo. Sus agudos sentidos deberían revelar si hay alguien ahí, pero no consigue ver nada. Con un nudo en el estómago comprende que su enemigo está oculto bajo un manto de invisibilidad.
A Hela se le eriza el vello de la nuca cuando ve salir, desde una esquina, una bola de fuego que se acerca hasta el centro de su posición y estalla en una inmensa bola de fuego.
Ash aparta el rostro, escuchando los gritos de dolor de sus compañeros por encima de la deflagaración del estallido. El olor a carne quemada invade sus fosas nasales. Siente el inmenso calor y se agacha para evitar las llamas. Mientras se aclara su visión espera encontrarlos aún con vida.
Renaer ha cubierto con su cuerpo a Floon, el cual agita a su amigo, pero el valiente Renaer no se mueve, su espalda completamente cubierta de quemaduras.
Poco a poco, el grupo se va recuperando, levantándose del suelo con dificultad, cada movimiento enviando oleadas de dolor por sus castigados músculos.
Gowther intenta localizar al mago que ha lanzado el conjuro, pero no ve a nadie. Si su magia sigue activa debe ser un poderoso hechicero. Sin duda el mismo que conjuró los glifos que les impiden salir corriendo. El eladrin escucha sus pasos en el agua al dirigirse hacia el otro lado del pasillo en un intento de confundirlos.
Helanya ve con horror como su querido Guilbert está boca abajo, flotando sin moverse en el agua.
Morko lanza una maldición en su idioma. Primero desaparece la protección mágica del elfo, luego aparecen un grupo de matones y cuando está empezando a enarbolar su hacha una maldita bola de fuego le lanza por los aires. El enano apaga lo que queda de su maltrecha barba y se incorpora con dificultad. Por desgracia no ha visto al mismo tipo que apuñaló a Zevatur acercarse a él aprovechando la confusión de la bola de fuego. Morko le mira a la cara preguntándose porqué sonríe el tipo, ya que está a punto de cortar su maldita cabeza con Khelezburg. Entonces, cuando el semi-orco retira su espada de sus tripas, siente un frio invadir su cuerpo y sus piernas no le sostienen más.
Ash ve como el paladin cae al suelo sujetándose las tripas. Esa herida es muy fea y el guerrero puede ver las tripas de su amigo mientras este, en shock, intenta sujetarlas.
El semi-orco se lanza contra Gowther, intentando despitar la atención del eladrin del otro bandido que se acerca para acuchillarle. Pero esa táctica es conocida por Gowther, el cual esquiva sin problema alguno el torpe ataque. Pese a que le cuesta pensar con claridad, sus reflejos de combate, entrenados durante años de dura práctica le sirven bien.
PbP Character: A few ;)
Con el cuerpo envuelto en fuego el eladrin optó por alimentar a Aegnor. Haciendo un gesto horizontal, cortó el aire en llamas con su espada y se pudo apreciar como la hoja se alimentaba de ese fuego. En un instante, lo que pudo ser una catástrofe, quedó en un simple buen ataque. Aprovechando la coyuntura que provocó aquella bola de fuego, uno de los secuaces intentó atacar a Gowther, pero su imagen era una miríada de fractales multicolor y su arma estaba destinada a fallar.
Ahora le tocaba a Gowther. Con su compañera energizada, conjuró el legendario fuego argénteo élfico y asestó un duro golpe en el abdomen de su enemigo. Con su otra mano, hizo un gesto con el dedo índice, mostrando a aquel portento arcano que podía seguir su camino para acabar con más enemigos. Entonces, una lengua de ese fuego impactó en la otra criatura.
Tras esto, sacó rápidamente una de sus pociones y pegó un trago a la misma.
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Kath rugió de dolor y rabia. Incapaz de localizar de donde había venido ese fuego, la primaria cazadora focalizó su rabia en el semi-orco que había acabado con su amigo el enano.
Saltando hacia él una de sus espadas, envuelta en una neblina azulada, corto el hombro del asesino, que se volvió con presteza para desviar con su espada la segunda arma de Kath.
Ella le enseñó los dientes y le rugió. Aún con sus facultades mermadas era una contendiente a tener en cuenta.
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Zevatur lanza dos rayos de fuego a los ladrones abrasandoles desde dentro y después hace que un fuego bañe a Mirko, cerrando sus heridas suficiente para mantenerle en combate unos instantes más
Zevatur, Rolthos
Hela intenta averiguar dónde puede estar el invisible hechicero. Utilizando su afinidad con los hechizos de frío, conjura una pequeña ventisca, con la esperanza de que el mago quede envuelto en la nieve y revele así su posición pese a la invisibilidad. Por un momento se permite tener esperanza, pero entonces ve cómo la nieve se estrella contra una barrera mágica. Renegando, la versada maga reconoce el efecto como el que realizan los miembros de la escuela de abjuración para protegerse.
"Tiene sentido" piensa buscando otra opción desesperada " esa escuela se especializa en la protección, debe ser el mago encargado de las defensas mágicas de la guarida y de los glifos que tenemos en la espalda... debo encontrar otra forma de derrotarlo..."
Ash no se preocupa tanto por hechizos, si no de cargar rápidamente su virote, apuntar y disparar al asesino. Una vez más su flecha vuela certerza y acierta al semi-orco en la pierna. Con su media sonrisa en los labios, y viendo que Zevatur a acabado con la mayoría de los enemigos Ash comienza a tener esperanza. Quizá consigan salir de esta.
Entonces siente que su cuerpo comienza a agarrotarse, todos los músculos se tensan haciendo muy dificil el moverse. Mira a sus compañeros y ve a Helanya inmovilizada en mitad de un paso y a Gowther extrañamente quieto en una postura defensiva con su arma flamígera en la mano. Al fondo del pasillo, iluminado débilmente por los fuegos creados por su bola de fuego, el mago se ha revelado y tiene una mano en el aire, con los dedos semi cerrados en una garra. Es dificil verlo desde esa distancia, pero Ash siente que tiene la mirada fija en él, intentando imponer su voluntad a la suya y dejarle paralizado como ha hecho con sus amigos.
Mientras el semi-orco intenta aprovechar que Kath parece afectada por el mismo hechizo, pero con un desafiante grito la muchacha se libra de la influencia del mago y esquiva la espada. Pero esta vez el asesino no piensa cejar en su empeño. Vuelve a atacar rápidamente girando sobre sí mismo y corta en la pierna a la cazadora, la cual, lejos de retirar la pierna, ruge y le enseña los dientes furiosa. Inmediatamente unas azuladas llamas cubren al semi-orco, que salta a un lado, sorprendido, pero este gesto hace que falle su último ataque. Kathrinna se adelanta para golpear de nuevo.
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El paladín ya sentía el calor de los salones de Moradhin, cuando el fuego de un dragón lo trae de vuelta a las asquerosas alcantarillas de Waterdeep, con un gran esfuerzo el paladín consigue ponerse en pie y ve a lo lejos la figura de un mago. Viendo a sus compañeros, se centra el mago y suplica a su poderosa hacha para que le de fuerzas para un ataque más. Cogiendo el arma con las dos manos la lanza con más fe que fuerza.El hacha vuela hasta su objetivo e impacta en el mago, pero no consigue hacer un gran daño, con un esfuerzo sobre humanos, el paladín invoca de nuevo a su fiel compañera y la vuelve a lanzar. Una vez más el hacha vuela certera, pero las heridas hacen mella en la fuerza del enano y el lanzamiento apenas consigue llegar a su objetivo...pero es suficiente para que el mago pierda la concentración, quizás aún haya esperanza.
Ante el primer impacto del hacha de Morko las defensas mágicas del hechicero aguantan, pero Gowther ve esperanzado cómo aparecen varias fracturas en la misma en el breve instante en que se iluminan con una luz azulada al recibir un impacto.
Cuando cree que todo está perdido, la formidable hacha del enano vuelve a cortar el aire al lado del Eladrin para, esta vez, lograr atravesar la barrera e impactar al mago. Conociendo a su amigo Morko, debe estar realmente débil, pues en lugar de eviscerar al mago, sólo roza su costado. Apenas un hilo de sangre empaña las túnicas marrones del hechicero, pero es más la sorpresa al haber sido vencidas sus defensas que el daño lo que hace que, durante apenas un segundo, pierda la concentración sobre su hechizo.
Pero es más de lo que necesitan los héroes para recuperarse. Ash termina de cargar el virote, Helanya se apresta para lanzar un conjuro y Gowther sonríe al tener de nuevo control sobre su cuerpo.
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Tras la ayuda del resucitado Morko, Gowther consiguió de nuevo la libertad de movimiento. Como un destello multicolor apareció junto al mago y convocó el aliento de Aegnor. Con un certero giro de su espada, el filo ardiente hizo su papel.
-¡Por la gracia de Corellon! !Yur'rax¡
Dijo buscando dar fin al peligroso hechicero.
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Preocupado por el destino del valiente Renaer, Zevatur utiliza parte de la escasa energía que le queda en sanarlo como ha hecho con Morko anteriormente. El tiefling sonrie al ver que la respiración del heredero de Lord Piergieon se estabiliza y comienza a agitarse recuperando la consciencia.
Vuelve su atención contra el semi-orco y el mago. Invocando sus poderes latentes comienza a moldear la magia para lanzar otros mortíferos rayos ígneos contra sus enemigos, pero esta vez el mago parece estar preaparado. Con un rápido movimiento de sus dedos, la energía desaparece de las manos de Zevatur, muriendo los rayos a mitad de su camino. Mira con odio al mago.
Gowther ve que parte de la energía empleada para destruir el conjuro de Zevatur se emplea en regenerar la protección mágica que rodea al mago, el cual lleva unas curiosas gafas que le impiden a Gowther ver sus ojos, pero le dan un aspecto casi cómico. Con algo de añoranza Gowther se da cuenta que le da un aspecto muy parecido a un búho.
Helanya ve a su amiga luchar enconadamente contra el semi-orco. Se concentra y lanza un acertado rayo helado hacia el asesino. Parece que le va a acertar en todo el pecho, pero en el último segundo el escurridizo semi-orco gira sobre sí mismo y el rayo sólo le da de refilón. Hela ve como una parte de las ropas de su enemigo se vuelven blancas de escarcha pero no puede evitar chascar la lengua. Esperaba mucho más.
Ash, con la ballesta ya cargada, se fijó en lo expuesta que estaba la maga, y que desde su posición no tenía mucho alcance para dar al mago. Así se que se movió todo lo que pudo y en cuanto tuvo al pichón a tiro disparó. Su virote acertando en la barrera mágica y saliendo desviado.
El saca una varita de uno de los bolsillos ocultos de su túnica marrón y lanza cinco dardos de pura energía mágica contra Gowther, intentando sorprenderle, pero el Eladrin también es un experto en la lucha mágica y erige una barrera rápidamente que le protege de los mismos. Los cinco proyectiles estallan contra su barrera produciendo flashes de luz blanco azulada.
El semi-orco parece querer ir a ayudar a su compañero, pero el impacto del conjuro de Hela parece haberle afectado más de lo que la shadar-kai había pensado en un primer momento. De un golpe con su espada en el agua lanza agua a los ojos de Kath, movimiento que también coge desprevenido a Zevatur. Cojea hacia su compañero e intenta apuñalar a Gowther. Ash se da cuenta que, de haber estado en pleno uso de sus facultades, el eladrin habría desarmado al semi-orco con facilidad por los torpes ataques que hace. El bandido reniega y escupe al suelo frustrado.
Morko comprueba que Guilbert, pese a las terribles quemaduras que tiene, aún respira y se apresta para el combate.
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Viendo como sus compañeros siguen en la batalla, el paladín centra la atención en el mago y pide la ayuda de Moradhin, las runas del hacha emiten un pequeño al verse imbuidas con el poder divino. Acercándose con pasos vacilantes para no errar el tiro, Morko vuelve a lanzar a Kheluzburk contra su objetivo, el hacha surca el espacio e impacta en el mago, pero una vez más parece que sus protecciones o al debilidad del enano juegan una mala pasada. Con un rugido de rabia y frustración el paladín vuelve a lanzar el hacha con todas las fuerzas. Una vez más la poderosas arma surca el espacio que le separa de su objetivo, para volver a golpear al mago y esta vez si que parece que el golpe ha tenido mas potencia, por lo que una ligera sonrisa se dibuja en la cara del enano que dice:- Bastardo, parece que se te acaban los trucos-
El combate continuaba, pero Gowther no perdía la esperanza. Su movimientos parecían totalmente coordinados con los colores que rodeaban su grácil silueta. Entonces, aquel endiablado mago puso el ojo en el eladrin. Unos luminosos dardos de energía arcana pretendieron impactar en el hojacantante, pero este ya había articulado una respuesta. Con un semblante tranquilo y concentrado, su labios acompasaron un sutil gesto de su mano:
-"Aegis"-Un halo de energía arcana correspondió aquellos dardos disipando su daño por completo. Ahora le tocaba al elfo, convocando de nuevo el fuego de su misma esencia conjuró: -!Yur'rax¡- La espada cargada con fuego plateado impactó con fiereza, pero aquel enemigo contaba también con recursos. Sin poder hacer nada el fuego místico con el que envolvió la espada fue anulado, reduciendo el ataque en gran medida.
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Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Kath, con un solo objetivo en su limitada mente carga gritando contra el semi-orco. Este desvia un ataque, pero Kath gira sobre si misma y, de espaldas al semi-orco, le clava la espada, atravesandolo.
El semiorco cae al suelo, y Kath gruñe al hechicero que mira a su alrededor bastante preocupado.
Renaer, renqueante, se levanta gracias a la magia de Zevatur, y cogiendo la ballesta que le quitó a los kenku dispara contra el mago. La sorpresa impide que se proteja y el virote golpea al hechicero en la pierna.
Zevatur da gracias a Bahamut por permitirle sanar a sus amigos y se apresta para acabar con el mago.
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Viendo que el mago trata de escapar, Morko avanza todo lo que puede detrás de él y más por orgullo y rabia, que por fuerza, lanza de nuevo a Kheluzburk. El hacha surca el espacio para impactar con fuerza en el mago. Parece que sus protecciones por fin se han acabado, con ese pensamiento vuelve a invocar a la poderosa arma, con tremendo esfuerzo y poniendo en el lanzamiento toda la fuerza y voluntad que le queda, lanza de nuevo el hacha.
El tiempo parece detenerse mientras el hacha vuela certeza hacia su objetivo, que no puede hacer nada cuando el filo del arma se hunde en sus carnes, el mago lanza una mirada de incredulidad hacia el más muerto que vivo paladín, antes de derrumbarse.
El enano se vuelve hacia el semi orco: -Aún estás a tiempo de rendirte, pero me harías un favor si no lo haces. Mientras el hacha vuelve a sus manos.
Gowther no perdió de vista el ataque del enano. Cuando se hacha se encontraba a medio camino de su objetivo, aquel mago conjuró una protección arcana similar a la del eladrin, pero para su desgracia sus planes no surtirían efecto. El El'Tael volvió a gesticular con la mano y a pronunciar unas palabras en élfico:
-"Estierren Nha Morden".
Con la misma rapidez que la barrera mágica cubrió su cuerpo, fue disipada bajo la atenta mirada del hojacantante. Una vez el mago estuvo fuera de combate, Gowther giró sobre si mismo y sin dar oportunidad al fracasado superviviente, conjuró el fuego argénteo de nuevo. Un tajo flamígero de Aegnor rebanó su garganta dejando tras de sí una horrenda, mortal y cauterizada herida.
Acabado el combate y sin mucho tiempo que perder. Gowther indicó:
-Lo único que nos queda por probar es arrojar los cuerpos a la única runa que nos corta el paso, pero antes quiero ver más de cerca a este interesante adversario. Si encuentro algo de valor, os informaré.
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Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.