Ash había permanecido en silencio toda la cena, circunspecto, escuchando a unos y a otros y tratando de disimular su desconfíanza por el anfitrión. Apenas probó bocado.
-Si esos objetos son una llave de algo tan peligroso ¿por qué no destruirlos? -comentó en una de las pausas de sus interlocutores.
Gowther escuchó atentamente toda la información que los anfitriones facilitaron al grupo de aventureros y pudo confirmar la realidad. Esta empresa era algo realmente importante y parecía que todos ellos sabían bastante de esta situación. Desde que Gowther estuvo en el grupo solo tuvieron un contacto claro con el culto y fue a través de la traidora del castillo de los gigantes.
Si bien tenían trazados algunos planes, la opinión y el consejo de aquellas leyendas sería de gran importancia.
-En verdad esta situación es algo de gran relevancia. Si la pregunta de nuestro compañero Ash no es viable ¿Cuáles creen que deben ser nuestros pasos? Como os comentamos, andamos tras una persona y nuestro destino parece ser Mythril hall... ¿debemos dar prioridad a esto o pensáis que sería mas inteligente enfocar nuestros esfuerzos en otro objetivo?-
Haciendo una pausa y pensando en sus posibilidades frente a las del eladrin y aquellos magos.
-En el pasado hemos articulado éxitos más o menos significativos, pero tal vez sería soberbio y temerario por nuestra parte pensar que nuestra actuales posibilidades son suficientes para confrontar directamente al culto. Un ejemplo perfecto es nuestra última misión.-Dijo mirando a Volo- No quiero decir con esto que nuestra experiencia y habilidades sean menospreciables, más bien que tal vez nuestra función sea complementar y auxiliar a gente como vosotros en objetivos que sean de interés.
Khelben se mesa la barba ponderando la pregunta del guerrero.
- Supongo que si, pero imagino que destruir tales artefactos requerirá mucho esfuerzo y algo de proporciones realmente cósmicas. Teorizo que incluso podría afectar a los dioses que los crearon. Pero por favor, entended que aunque conozcamos algo de los mitos de los Fragmentos tenemos poca información práctica sobre ellos. -
Martin se da cuenta que el eladrin disimula una leve sonrisa ante el último comentario de Khelben.
- Destruirlos es, como bien decis, extremadamente complicado. Nos no conocemos de ninguna historia donde algún Fragmento haya sido destruido. Echados a perder como decíamos antes, es posible, destruidos, no que nos sepamos. -añade el elfo noble.
- Respecto a los pasos que deberías dar a partir de ahora, tan sólo podemos ofreceros consejo y alguna ayuda. Puedo intentar contactar con Lady Kyma como hemos comentado. Si me permitís... -
Khelben se levanta y sale del estudio. Se produce un ligero silencio en la sala mientras todos asimilan la información que se ha revelado. Finathiel rompe el silencio dirigiéndose a Gowther.
- Creo que hace tiempo que nos os vemos practicar vuestro arte joven Gowther. Si a nuestra anfitriona no le molesta ¿ qué te parece si salimos al jardín y practicamos un poco mientras esperamos? - se gira hacia Lareal - Nos comprometemos a no dañar su hermoso jardín. -
La maga sonríe.
- ¿Una exhibición de dos hojacantante en mi propia casa? Aceptaría aunque no estuviera involucrado Finathiel el Audaz. -responde con emoción sincera. Se vuelve hacia Gowther esperando una respuesta.
- Vamos joven Gowther os vendrá bien el ejercicio -dice el noble eladrin levantándose y dirgiéndose al jardín, evidentemente esperando ser obedecido por su subordinado.
Cuando su compañero de raza y profesión le propuso batirse en un duelo, se atragantó levemente con el agua que bebía de su copa. Gowther sabía perfectamente no podría hacer nada frente a las habilidades de uno de los grandes, pero era un elogio que quisiera "practicar" con el.
-Será todo un honor.
El nerviosismo y la incertidumbre se agolpaban a partes iguales. ¿Estaría cuestionando su capacidad? ¿Quería dejarle en ridículo? Después de sus amargas y despectivas palabras, era lo más probable... Daba igual, Gowther estaba acostumbrado, hacía tiempo que solo rendía cuentas ante si mismo en este sentido.
Guilbert se incorpora de un respingo cuando escucha a Gowther aceptar el amigable desafío. Ya le ha visto en acción pero ver dos de ellos es algo por lo menos, inspirador.. y seguro que el pueblo Halfling estaría encantado de escuchar una quizá algo adornada narración.. siempre y cuando sea mas rápido que Volo en sacar beneficio..
-Por muy estirado que sea ese tipo tu siempre serás el elegido de Aegnor y Corellon..-le dice al elfo camino de los jardines ejerciendo como el padrino que el elfo nunca pediría..- Eres Gowther, hojacantante de la casa del león y miembro de la guardia real y por mucho que a ese le joda, tu has sido elegido como sucesor de Fendragnör.. todos confiamos en tí, que muerda el polvo!!
Bardic inspiration a Gowther.
As a bonus action, a creature (other than yourself) within 60 ft. that can hear you gains an inspiration die (1d8). For 10 minutes, the creature can add it to one ability check, attack roll, or saving throw. This can be added after seeing the roll, but before knowing the outcome.
Busca un sitio cerca de Volo para, discretamente, observarle antes de iniciar conversación.. sana competencia.. envidia cochina.. como se quiera llamarlo.
Seguidos por el resto de comensales, los dos eladrin salen al patio.
La luz de la luna ilumina el jardín, los ropajes azules y blancos de Finathiel parecen flotar sobre la hierba cuando se dirige al centro del jardín. Gowther le sigue y se coloca frente a él, separado a unos metros. El aire en el jardín adquiere una cualidad onírica. El alto eladrin es una figura imponente, su largo pelo suelo y sus ojos violeta clavados en Gowther. Gowther, tan alto como él, no tiene unos ropajes tan elegantes pero su porte es igual de regio y aún más desafiante.
Guilbert no se atreve a parpadear para plasmar la imagen en su mente. Sabe que esto es material para una buena canción.
Gowther siente los ojos violeta de Finathiel clavados en los suyos. Pero donde el eladrin esperaba encontrar el desprecio o la condescendencia que ha percibido siempre de sus semejantes, encuentra otra cosa. Tristeza.
El resto de espectadores ven una leve sonrisa en los labios de Finathiel cuando dice;
- Comencemos -
Extiende su mano y una hoja empieza a formarse. Una espada plateada, curva y esbelta, con la guarda y el pomo engarzados con pequeños diamantes azules. Una leve aura blanco azulada emana de la hoja y todos sienten como la temperatura baja varios grados. Gowther no tiene que mirar a su costado para reconocer que esa espada es una copia exacta de Aegnor, salvo que la suya tiene rubies en lugar de diamantes.
- Esta es Shulelka - dice el eladrin levantando la hoja frente a sus ojos a modo de saludo, presentando la espada ante su adversario y el resto - Nos fue entregada por Corellon Larethial en el albor de los tiempos. -su mirada recorre la hoja con admiración y luego vuelve a mirar a Gowther - También presenciamos cómo Aegnor, su hoja gemela, le era entregada a Fredagnör. Nos no sentimos envidia hacia ti muchacho. Nadie la alberga. -
Comienza a bailar, e incluso Morko y Ash reconocen la gran maestría manejando el arma que muestra el eladrin, moviéndose como si fuera una extensión de su cuerpo y sin perturbar ni una brizna de hierba. En uno de los giros, la punta de la espada se queda a un escaso milímetro de la mano de Gowther que se ha quedado en la empuñadura de Aegnor. Reconoce la señal para que desenvaine y así lo hace.
Aegnor estalla en llamas en cuanto sale de su vaina, y Gowther se une al otro hojacantante en sus movimientos, girando el uno alrededor del otro de manera hipnótica. Casi como si se reconocieran, las dos hojas comienzan a cantar. Aunque los compañeros han escuchado antes como el filo de Gowther corta el aire como si cantara, en esta ocasión casi pueden escuchar las voces de las espadas, recitando un coro tan hermoso como mortal. Las notas de Aegnor son elevadas, intensas, las de Shulelka, graves, profundas.
- Fredagnör era un querido amigo y volver a ver su preciada arma defendiendo al Pueblo trae felicidad y esperanza a nuestro corazón. -
Las armas entrechocan. Saltan chispas incandescentes y heladas cuando los dos metales se encuentran. La canción aumenta de intensidad y todos sienten sus corazones acelerarse.
Gowther se sorprende de ser capaz de mantener el ritmo de Finathiel, y se descubre así mismo realizando movimientos que no creía tener dominados aún. Ya sea por estar imitando al más experimentado hojacantante o por la energía que siente en su espada, que vibra en su mano como no había hecho antes, Gowther se da cuenta que está dejando que sean sus instintos los que guíen la espada, ya que él está muy concentrado en las palabras del otro eladrin.
- Durante tus años en la Academia nunca se puso en duda tu habilidad con la Espada o con el Arte -
Finathiel rompe la distancia y con un gesto casi imperceptible, lanza una bola de escarcha hacia Gowther, el cual responde desviándolo con un gesto de su mano envuelta en llamas. Antes de poder ser consciente de lo que ha hecho, vuelve a tener al otro eladrin encima.
Ash se da cuenta de que el elfo noble tiene totalmente controlada la pelea. No está demostrando sus habilidades, ni poniendo a prueba las de Gowther, está haciendo que este sea consciente de lo que es capaz de hacer llevándolo al límite.
- Esta habilidad, al alcance sólo de unos pocos, no es un privilegio. Es una responsabilidad y un honor . Sobre nosotros recae una pesada carga. Una carga que compartimos entre todos para que el resto del Pueblo pueda prosperar. Ser Hojacantante es mucho más que habilidad y poder. -
Los ataques de Finathiel aumentan de velocidad e intensidad. Gowther comienza a sudar, siendo consciente de que deja huecos en su guardia en numerosas ocasiones y que el otro eladrin no aprovecha por detener su espada a escasos milimetros de golpearle.
- Sin embargo tú has creído que la habilidad era suficiente. Tus compañeros nunca menospreciaron tus orígenes. Siempre ha sido tu corazón el que te ha mantenido alejado del resto. Siempre has temido no tener suficiente poder. Siempre te has preguntado porqué fuiste elegido. Siempre has temido no ser digno.-
Gowther sigue a la defensiva, las palabras del eladrin le perturban más de lo que le gustaría admitir. Entre los movimientos de Finathiel, Gowther momentos claros para atacar, huecos en los que podría sorprender al otro eladrin. Siente como Aegnor quiere atacar, pero, en caso de fallar, eso le dejaría demasiado expuesto, y Gowther retiene su hoja, conteniéndose. Los ojos de Finathiel reflejan decpeción.
- Permitidnos sacarte de dudas. -Con un giro de muñeca, casi indolente, Shulelka impacta con una fuerza tremenda en Aegnor. Saltan chispas y la hoja sale despedida por los aires, lejos del alcance de Gowther. Tan violenta es la sacudida que el hojacantante trastabilla y su danza se detiene. Sus pies tocan por primera vez la hierba desde comenzó la lucha. Su movimiento se detiene justo cuando siente la helada punta de Shulelka en la garganta. Aegnor está en la otra mano de Finathiel, brillando con una intensidad que Gowther no había visto jamás. La canción de las hojas calla.
- No lo eres -
Esas tres palabras le hieren más cualquier filo.
- ¿Crees que anhelamos tu hoja? No muchacho. ¿Qué te envidiamos? No muchacho. Confundes envidia con tristeza. Nos apena ver tan noble filo portado por alguien tan pagado de sí mismo que cree tener todas las respuestas, cuando no sabe nada. Alguien que se cree por encima de sus compañeros mortales sólo por haber tenido la suerte de nacer y crecer en la bella Syg'orn. ¿Te sorprendería saber que fueron los antepasados del enano quienes defendieron la ciudad en una de sus horas más siniestras? Fue por su valentía y sacrificio que la ciudad sobrevivió. ¿Acaso te has preguntado porqué el semielfo ha estado a punto de atacarnos cuando te hemos dirigido duras palabras antes? Son los suyos los que mantienen a nuestro pueblo a salvo de cosas que arruinarían los bellos sueños de tu infancia. Y tú en él sólo ves sus fallos, en lugar de ver su lucha. No intentes negarlo muchacho. Vemos cómo le miras. Escuchamos cómo le tratas. Igual que a los humanos. Y sin embargo todos te apoyan. El Pueblo es grande no sólo por los dones concedidos por Corellon, si no por sus amigos y aliados. -
El elfo no ha movido ni un ápice su postura y no se interrumpe al hablar. Parece que ha llegado el momento de una importante lección para Gowther y el Maestro no va a ser interrumpido mientras la imparte.
- Tus miedos te dominan. Eres cobarde, siempre más preocupado por tu seguridad que por aquellos que luchan a tu lado. Por aquellos que tu deber es proteger. ¿Te crees superior a ellos? Y pese a todo ahí estas, portando una bagatela para intentar protegerte -
El nuevo broche de Gowther se desprende y cae al suelo. En algún momento Finathiel ha cortado la tela y Gowther ni siquiera se ha dado cuenta.
- En lugar de brindar esa protección a los que son más débiles que tú. Siempre buscas escudarte. Tu supuesta superioridad no es más que otro escudo. Siempre buscas excusas, siempre son los demás. Siempre escudándote en la indiferencia o incluso la fina ironía.-
Niega con la cabeza
-Debes aceptar que tienes miedo, miedo a que alguien vea que no eres suficiente, a no poder sólo, a que alguien te juzgue y no te encuentre digno. Reconocelo. Pese a tus palabras tu primer pensamiento no ha sido sentirte honrado cuando hemos propuesto este ejercicio. Has temido que fuéramos a humillarte. Nos no necesitamos demostrar nuestra habilidad muchacho. Y esta no se demuestra venciendo a alguien inferior a ti. ¿Piensas que nos somos tan mezquinos? Sentimos pena por ti. Caminas un sendero muy solitario. No eres digno de pertenecer a nuestra orden, ni de portar este arma. Te falta la humildad necesaria. Puedes haber demostrado habilidad e incluso algo de valor en las batallas que has luchado al lado de ellos en este plano. Pero debes reconocer que te falta humildad. Cuanto antes aceptes esta realidad antes podrás comenzar a ganarte ese privilegio, ese honor.-
La hoja helada desaparece en una brisa helada pero Gowther aún no se mueve. La voz de Finathiel está cargada de pesar. Con una última mirada melancólica a Aegnor gira la empuñadura y se la ofrece a Gowther de vuelta. Con mano temblorosa, Gowther la toma sintiendo su reconfortante peso y cálido contacto.
- Tus maestros hablaban maravillas de tu técnica, decían que en algunos años podrías ser un miembro del Consejo, sin embargo tu orgullo se interponía en tu progreso. Tu miedo cortaba tus alas. He comprobado que es así. Cuando desobedeciste y te internaste en las ruinas y volviste con Aegnor, se habló sobre expulsarte, borrar tu memoria de todas las técnicas y habilidades y dejarte viviendo en la ciudad, como uno más.-
Mira a Gowther unos segundos para que pueda asimilar lo que realmente significa lo que acaba de decir.
- Nos fuimos unos de los pocos que hablamos en tu defensa. Si la espada te había elegido es porque quizá aún quedara algo de esperanza para ti. Nos propusimos que fueras enviado aquí, a este plano y esta misión. Nos esperábamos que la influencia de la espada pudiera cambiarte. Ahora dudamos de nuestra decisión y tememos que puedas mancillar la hoja. Sin embargo, por amor y lealtad a nuestro viejo amigo, no os despojaremos de título ni hoja. No hagas que nos arrepintamos. -
Dando la espalda a un estupefacto Gowther se dirige a los compañeros.
- Es en vosotros donde depositamos ahora nuestra esperanza. Sin duda vuestra influencia aún no he hecho que su corazón se pierda irremediablemente. Nos os estamos agradecidos. -
Un carraspeo anuncia la vuelta de Khelben.
- Me temo que no tengo buenas noticias... hmmm ¿me he perdido algo ? -
Morko asiste al extraño duelo y mira de vez en cuando a Kheluzburk, como si esperase que cantase, incluso acerca su oreja a la hoja del arma, para luego agitar la cabeza y volver a centrarse en el duelo.
Cuando el combate acaba mira apenado a su compañero, algunas lecciones son duras y su mente vaga hasta la destrucción de su ciudad cuando se creía invencible, para descubrir que no. Recuerda los duros momentos vagando sólo entre los escombros de la ciudad, buscando a su familia. Recuperar la hoja de Kheluzburk fue importante, pero justo ahora cae...el hacha fue completada cuando se refugió en el castillo de Greennest, la necesidad de proteger a sus nuevos compañeros y la ciudad fue lo que le llevo a la fraguas del castillo y permitió q Kheluzburk volviese a estar completa.
Con gesto amable el paladín da un paso hacia adelante y se coloca al lado de Gowther, mirando a Finathiel directamente a los ojos, mostrando al alto eladrin que Gowther no está solo.
Martin observa el gesto de Morko y sonríe sinceramente por primera vez desde que empezó el día, caminando lentamente se adelanta y se pone también al lado de Gowther, atreviéndose por primera vez desde que le conoce en tocarle, poniéndole una mano en su hombro con un gesto de aprobación y cierto afecto. Quizás no es digno o válido para la corte Eladrin y sus altos caballeros, pero lo es para el mestizo, y con eso le basta.
Mientras aquel impresionante hojacantante intercalaba frases con ataques, Gowther se sorprendió pudiéndole contestar a los mismos. Su espada parecía más viva que nunca ante la presencia del eladrin y aquel filo de hielo. Algo estaba sucediendo y podía sentirlo. Durante esta situación, Finathiel habló de cualidades ausentes en Gowther... Como si no estuviera haciendo honor a su posición como El'Tael.
Desde que llegó a este plano, no hizo más que ponerse en primera línea de combate, priorizando sobre el resto ser blanco de ataques. Facilitando sus hechizos mágicos para proteger y dar información los indefensos. Aún cuando existió desconfianza sobre sus habilidades y menosprecio sobre su orígenes, cosa que parecía no conocer aquel EL'Tael... Pero, como siempre, daba igual...
Finathiel expresó que su deseo no era humillarle, sosteniendo que Gowther estaba completamente equivocado al haber pensado así... ¿Qué esperaba aquel hojacantante si eran más los que cuestionaban su lugar como El'Tael y custodio de Aegnor, si había sido objeto de ataques y críticas... si su misma esencia había sido vapuleada bajo el frenesí de suyos? No obstante, en su interior pensó que no debió haber dejado llevar por las emociones y haber atribuido intenciones en el sin haberlas confirmado, aún cuando sus palabras eran igual de afiladas que su espada.
Afirmó que Gowther no era ejemplo de humildad, cuando los de su clase son el parangón de la soberbia... No era verdad... Confundía falta de humildad con una inhibición emocional. Era consciente de que esto era una asignatura pendiente, pero fue la única estrategia posible para afrontar demonios del pasado. Aunque no lo expresaba abiertamente, repudiaba la esencia voluble que los eladrin hacían gala y su arbitraria manera de enjuiciar los eventos.
Hace tiempo que Gowther decidió no dejarse llevar por sus emociones... prefirió apoyarse en su intelecto y buscó ser pragmático y racional para buscar el bien donde otros se dejaban influenciar por instintos primarios. Esto, junto con la ignorancia manifiesta por Gowther sobre ciertas cuestiones de este plano, era interpretado en otro sentido...
Entonces habló de lo sucedido en las ruinas... como si hubiera tenido opción de elegir... como si el aquel oráculo no estuviera de su favor... como si el destino no hubiera determinado lo que tenía que pasar. Gowther siempre sintió esa experiencia como parte de su sino y no como un evento fortuito. No obstante, hace tiempo que cejó en el empeño de que otros lo vieran de otra manera.
Sabía que aún no se había vinculado con Aegnor, podía sentirla, pero no tenía la misma conexión demostrada por Finathiel. La forma en la que hablaba parecía como si sus pensamientos y decisiones fueran uno. Después de esa noche Gowther tenía mucho en lo que pensar.
Tras el enfrentamiento, recogió su espada y el broche dejando allí la ignorancia manifiesta de aquel hojacante sobre Gowther. Podría saber de la espada y de sus orígenes, de vinculaciones místicas, de los El'Tael... pero no tenía ni idea de lo que Gowther había vivido, sentía o pensaba... Al pasar junto a sus compañeros no emitió palabra alguna, solo un semblante cansado y pensativo. Es consciente del apoyo que de manera manfiesta le han transmitido por primera vez, pero por ahora no es capaz de decir nada
pregunta Lareal a Khelben mientras Gowther recoge su broche caído para dar espacio al eladrin a recomponerse.
Khelben la mira un poco confuso y responde.
- Bueno, no he podido contactar con Lady Kima. Esto nos deja tres opciones. O bien no está en este plano, o está protegida contra este tipo de hechizos o... - deja morir la última frase.
- He contactado con Trehold Thunderbrand y me ha dicho que, efectivamente, Lady Kima llegó a Mithrall Hall hace dos semanas y se internó en los túneles más allá de las minas con un pequeño grupo para explorar. Desde entonces no se sabe de ella o de los miembros del grupo que la acompañaban. Me temo que no son las noticias que esperabais. Trehold nos ha dado permiso para utilizar su círculo de teletransportacion si lo deseáis y si vuestro camino os lleva a seguir la búsqueda de Lady Kima.-
Ash observó el combate con los pulgares apoyados en el cinturón, relajadamente. Miraba a aquellos espadachines bailar y encajar reproches. Realmente sabían lo que hacían con la espada, pero no pudo evitar pensar que se tomaban demasiado en serio a sí mismos. Sonrió al percatarse de los gestos de Morko para con su hacha. Habiendo acabado el lance, le sorprendió que las palabras de ese otro noble afectaran tanto a Gowther, siempre tan frío y distante. ¿Quien entendía a los elfos?
Cuando Khelben les puso al corriente de la desaparición de lady Kilma en unos oscuros túneles sonrió con sarcasmo sin poder evitar ver las semejanzas con la última aventura que casi les cuesta el pellejo.
-Muy bien, supongo que nos toca salir de nuevo. Lástima, esperaba estirar las botas en ese flamante condominio -añadió con cierto cinismo- equipémonos -asintió a sus compañeros- ya hemos jugado bastante.
El guerrero se ajustó el cinto en un movimiento inconsciente, acercando a Norma hacia si. Echaba de menos el peso de Adelaida en al cintura, pero traer dos espada a la cena hubiera sido algo descortés.
-Lord Khelben, dama Lareal, quizá podamos cambiar las monedas ganadas por algún objeto de vuestras arcas. Necesitamos pociones de curación, protecciones y quizá alguna arma mágica si fuera posible.
Tras el combate y mientras todos vuelven a los salones para continuar la reunión, Guilbert aprovecha para pasear cogido del brazo de Volo demorándose solo unos minutos. Ya en presencia de todos escucha Ash y prefiere estar al margen de la discusión sobre los pasos a seguir por el grupo. Donde vayan allí irá él sin duda alguna hasta que pueda pagar su deuda vital.
El muchacho de Waterdeep observa como Gilbert toma nota de todo y asiente satisfecho pensando que al fin alguien en el grupo mantendrá un registro de las pistas que consiguen y de sus más importantes detalles. La conversación prosigue y Zevatur menciona detalles que posiblemente le fuesen evidentes a todo el mundo. - Esa excavación será en pos de alguno de esos fragmentos. Es más que posible que si el culto ha abandonado la excavación, ya haya obtenido el fragmento. Por otro lado... ¿Quizás hayan encontrado alguna forma de acceder a los poderes sin ser dignos, quizás corrompiendo los fragmentos? - Dice sin esperar mucha respuesta.
- ¿Cuál es el precio que tuvieron que pagar los dioses por la victoria frente a los dioses traidores y los titanes supervivientes? ¿Murieron algunos? ¿Qué pasa con el fragmento de un dios si ese mismo dios muere?
Cuando Volo muestra curiosidad por la posada llamada Baruch Zevatur le mira con sospecha, pensando su respuesta unos segundos. “Esto no parece un asunto de transcendencia para el bienestar de los pobladores de este mundo, y no parece algo que vaya a ocasionar desgracias. Quizás con esto si podamos negociar y sacar algo de beneficio” piensa para sí mismo. - No puedo confirmar ni desmentir la existencia de dicha criatura... - Concluye. - Si existiera una criatura semejante y le diese datos sobre ella... quizás fuese necesaria una compensación por la información, por el nombre de dicha criatura, por su descripción, por su última ubicación... - Mira a Volo con una sonrisa pícara, esperando que se sienta suficientemente incitado como para ofrecer más recompensa.
Durante el combate Zevatur no pudo despegar sus ojos de la casi hipnótica danza de los Eladrines. La magia y la habilidad física unidas en una perfecta coreografía. Y no solo su técnica de combate el alto Eladrin era magistral, el ataque verbal que siguió pareció herir aún más a Gowther, incluso silenciándole y haciendo que se retirase. Una vez más, Zevatur mostró su apoyo a Gowther.
- Es en vosotros donde depositamos ahora nuestra esperanza. Sin duda vuestra influencia aún no he hecho que su corazón se pierda irremediablemente. Nos os estamos agradecidos. -
- No deberías dudar de vuestra decisión. Estoy convencido de que Gowther es un digno portador. - Dice suficientemente alto como para que Gowther le oiga mientras se va.
Ante la intervención de Lord Khelben.
- Es una terrible noticia. Deberemos ir allí con la mayor rapidez posible, quizás aún haya esperanza de encontrar a Lady Kima con vida. ¿Sería posible contactar con Elosin también, averiguar que está buscando? ¿Quizás esto tenga alguna relación con tus visiones, Martin?
Martin escuchó las aciagas palabras de Khelben y su mirada se ensombreció, al parecer la situación no dejaba de torcerse a peor y requería una intervención rápida, cuando más tiempo dejasen pasar, más se podrían perder las pistas o el rastro de Lady Kima en aquellos remotos túneles más allá de las minas enanas.
- Propongo partir entonces mañana al anochecer, el uso del círculo de teletransportación nos ayudará a ganar bastante tiempo. Tendremos todo el día de mañana para prepararnos y pertrecharnos para el viaje a las profundidades que nos espera. Si a todos os parece bien claro...
Tras oír las palabras de Zevatur, desvelando las visiones que llenaron de tribulaciones al mestizo en el pasado, y que provocaron su descenso a esa espiral de oscuridad que le viene acompañando desde hace semanas, Martin suspiró mientras se encogía de hombros.
- No sé si tienen algo que ver... si recuerdo que había una parte en la que hacía referencia a unas cavernas ... cuyo suelo estaba cubierto de una fina arena amarilla, de paredes creadas por antiguas corrientes de agua subterránea, lisas y redondeadas. La rocas anaranjadas que salpicaban la caverna tenían diferentes tonalidades debido a la extraña luz que las iluminaban. Esa iridiscencia provenía de cuatros grandes gemas incrustadas en la pared, y esos ojos reptilianos escrutaban todo a través de ellas...
Al recordar esa parte de la visión en alto, el mestizo no pudo evitar que un escalofrío se apoderada de él por unos momentos.
-Teleportarnos nos ahorraría mucho tiempo, estoy de acuerdo con Martín con la idea de partir mañana si fuese posible. Así podemos pertrecharnos bien para el norte y finalizar nuestros asunto aquí.
De vuelta a la mesa y con la nueva información, parecía claro que su destino era apresurarse en busca de Lady Kima. No obstante, Gowther seguía preocupado por Raener y todo lo acontecido con aquella aberración extraplanar.
-Por lo que decís y de acuerdo con lo que sostienen mis compañeros, parece que debemos seguir nuestro camino, pero no se si nuestra labor acabó aquí. El que parecía ser el líder, aquel ser extraplanar, consiguió zafarse del combate, así como otra adversaria no menos portentosa.-
Haciendo una pausa y dando la importancia que merecían la capacidad de aquellos enemigos para urdir planes- Si su objetivo es Raener, creo que volverán a intentarlo. Tal vez podamos colaborar aquí aún.-Acabó diciendo mirando a aquellas eminencias.
Antes de dejar que contestaran, sacó la figura requisada por Martin y los ropajes tejidos con una maestría élfica. -Estos objetos posiblemente puedan aportar algún dato más. Podría haberlos analizado, pero los acontecimientos no me han dado tiempo para ello. Si me lo permitís puedo hacer esta simple tarea por vosotros, aunque es evidente que vuestros conocimientos arcanos sobrepasan con creces los míos y tal vez, puedan concluir información más relevante.
Aunque las pasadas palabras de su igual hicieron sangrar heridas que creía cerradas, Gowther mostró entereza y preocupación por otras causas ajenas a el. Como acostumbraba, prefirió centrar su atención en ayudar y colaborar por el bien común. Estaba claro que aquel combate generó un cambio en su psique, pero no porque sintiera que tuviera razón en todo lo que dijo aquel eladrin, sino que porque su pasado estaba lastrando el presente, generando una imagen a los demás equivocada e impidiendo desarrollar una mayor vinculación con Aegnor.
Una cosa era evidente, sus compañeros habían mostrado en esa última hora más respeto y cercanía por el que las relamidas castas élficas en décadas. Al contrario de lo que se pudiera pensar, para Gowther no era algo negativo, esto le había proporcionado una nueva perspectiva sobre la forma en la que percibía el mundo. Todos aquellos valores y creencias inculcadas a fuego por la sociedad eladrin empezaban a tambalearse... De alguna manera, Gowther comenzaba a ser libre.
Morko medita las palabras del eladrin y dice:- Raenar cuenta ahora con la protección de la iglesia de Lathander y con la del propio dios- dice señalando con la mirada la espada que porta,- dudo que podamos hacer más que ellos, y veo más importante ir con Lady Lima. El culto me parece un peligro mayor que un gremio de ladrones, y más aún a tenor de lo dicho aquí. Deberíamos también tener presente la protección de los fragmentos que conocemos y tratar que no caigan en manos del culto.
Tras lo cual centra su atención en la jarra de cerveza, mientras piensa en los preparativos que necesita para el viaje.
- Las artimañas de Xanathar no nos son extrañas. Habéis hecho más por la ciudad de lo que veo sois conscientes. Localizar uno de los escondites de su Gremio no es tarea trivial, y por lo que nos habéis contado todos os habéis enfrentado a Nihiloor, el Criador. Ese repugnante Illithid se dedica a criar los Devoradores de Intelecto más grandes y fieros que se conocen el Los Reinos. Hemos oído que sus servicios son buscados por los clanes más prestigiosos de los de su raza. Y la tiefling no puede ser otra que una de sus lugartenientes, Sorath. Ella sola ha conseguido escabullirse de la Guardia y los Grises en no pocas ocasiones. Les llevará un tiempo reorganizarse y buscar otra zona de operaciones. Sabemos que tienen más claro, pero habéis asestado un golpe al Gremio de Xanathar. -
Khelben sonríe
- Imagino que ese viejo contemplador estará revolviéndose e histérico pensando que, si hemos localizado ese escondrijo estaremos a punto de entrar en su propia guarida. -
Todos sonríen y se ríen, Khelben añade - Aah sólo por causarle un ataque de paranoia a ese engreído os habría invitado a una buena botella de vino.
Ash asiente, ahora que lo menciona el archimago, no ha probado un vino mejor en su vida. Lo que hace tener dinero y contactos piensa.
- Os espero mañana al caer el sol, entonces, - concluye Khelben - para trasladaros a Mithrall Hall. Si necesitáis un poco más de tiempo para ver vuestra nueva propiedad en la ciudad o para pertrecharos no os preocupeis por ello, pero no os recomiendo demoraros mucho más, temo por la seguridad de Lady Kima. -
Con la decisión tomada, el nutrido grupo de personas se centra en pequeñas conversaciones entre tres o cuatro participantes, en una sala anexa a donde han disfrutado de la cena o en el hermoso patio.
En un momento Zevatur pregunta a Finathiel por su recién descubierto pasado, pero sin darle más detalles. El eladrin levanta una ceja, curioso.
- Nos lo conocemos. Es uno de los defensores de la bella y lejana Evermeet. Aunque hace mucho tiempo que nos no le vemos. ¿Cómo conoces ese nombre muchacho? - le pregunta curioso.
Poco a poco, la noche se alarga y las conversaciones languidecen y el grupo vuelve a su Posada despidiéndose de sus amigos y sus nuevos aliados algunos de los cuales verán pronto, otros, el futuro es incierto.
Cuando todos están a punto de marcharse Floon les dice.
- Nunca os agradeceré lo suficiente que fuerais a buscarme a aquel terrible lugar. Y por alguien quien no conocíais. Cualquiera se hubiera dado la vuelta al descubrir dónde se estaba metiendo con sólo ver el símbolo zhentarim en la puerta de aquel almacén cochambroso. No intentéis poner la excusa de la recompensa prometida por Volo. Sois héroes y tened por seguro que siempre tendréis en mi un agradecido amigo. -
Estrecha las manos de todos y cada uno de ellos.
Renaer lleva a Guilbert a un lado mientras el resto se despide.
- Gracias. No sólo por salvar a Floon y evitar que yo acabara muerto o peor, si no por abrirme los ojos a la realidad. Tus palabras y vuestro ejemplo han conseguido lo que toda una vida viviendo a la sombra de mi padre y abuelo no consiguieron. Ahora espero poder capear lo que se me viene encima. El Templo me espera mañana a primera hora para empezar a entrenar! - exclama entre emocionado y escandalizado. - Demonios ni siquiera me he emborrachado esta noche. - mira con una sonrisa a Guilbert - empiezo a preguntarme si no debería odiarte un poco... -
Helanya recorrió las calles de la ciudad guiando a sus compañeros hasta la torre Blackstaff, recordando el camino sin apenas vacilar. Hacía ya casi 24 horas que había visitado aquel edificio y lo abandonó con la promesa de regresar en cuanto pudiera. Nunca imaginó que su vuelta estaría provocada por las circunstancias de la noche anterior pero, si es su mano hubiera estado la elección del lugar para esa cena, sin duda no se le hubiera ocurrido otro mejor que aquella torre.
Caminó con premura y con crecientes ganas de reunirse con sus compañeros a los que aún no había tenido ocasión de ver totalmente recuperados. Tanto era así que cuando les adivinó en la lejanía, aceleró la marcha y se precipitó hacia Kath para darle un caluroso abrazo.
- Querida Kath, cuánto me alegro de verte recuperada – le dijo con cariño – luego tendremos tiempo de hablar con calma- Al separarse de ella, observó al resto del grupo comprobando que estaban todos bien, pero le extrañó no ver a Guilbert. Justo cuando se disponía a preguntar, el bardo apareció aseado, sano y salvo. Sin separarse de su amiga, le dirigió una profunda mirada de alivio mientras escuchaba sus palabras de agradecimiento con atención, a las que respondió con una ligero asentimiento de cabeza y una sonrisa.
Intrigada por las palabras del bardo y su historia aún no revelada, las puertas se abrieron y todos accedieron al interior, volviendo a observar la magnificencia del edificio y envolviéndose del mismo sentimiento acogedor que había experimentado la primera vez, debido sin duda al trato exquisito que recibió de su anfitriona Laeral.
Devolviéndole un saludo afectuoso al Archimago, se dirigió a él con amabilidad – Encantada de conocerte Khelben, fue un placer y un honor para mí pasar unas horas en vuestro hogar. Espero que tengamos ocasión de conversar cuando nuestros compromisos nos lo permitan.
Mientras atravesaban el jardín, se sintió inevitablemente atraída hacia el estanque y sus peces, quedándose obnubilada observando los colores y los movimientos de los pequeños animales nadando en el agua, hasta que se dio cuenta de que sus compañeros ya no estaban allí y se apresuró para atravesar la puerta por la que el resto del grupo había abandonado el patio. Un vistazo a la sala le confirmó que era allí donde transcurriría la cena y, en cuanto reconoció a Laeral en la distancia, se acercó a ella escuchando las palabras que le brindaba. Tomó sus manos y las apretó con delicadeza, transmitiéndole la alegría que sentía al volver a verla – Laeral, gracias por acogernos en vuestro hogar, lamento que sea por circunstancias tan adversas; afortunadamente estamos todos bien- dijo sentándose a su lado en la majestuosa mesa de comida y bebida que habían preparado. Su gesto entonces se tornó distante, expectante ante la presencia de todas esas personas a las que no conocía y a las que observaba con interés y cierto recelo, pero con un sentimiento de seguridad al lado de aquella mujer.
Observó el porte exquisito y distinguido del eladrín que se dirigía a cada uno de los presentes, mostrándole una pequeña sonrisa ante sus palabras – Estaré encantada de conversar con vos cuando lo deseéis– le respondió con amabilidad y con una creciente curiosidad, pues sus comentarios y actitudes diferían mucho de la personalidad que Gowther les había transmitido hasta el momento. Pero no fue hasta que se dirigió precisamente a este cuando realmente la elfa se sorprendió; todas las palabras atentas y el trato delicado que había mostrado con el resto de sus compañeros se esfumó cuando los dos eladrines mantuvieron una corta pero tensa conversación. Y ella ya no sabía qué pensar. Gowther debía llevar a su espalda una historia personal que explicara por qué aquel elfo se dirigía a él de esa manera, pero tampoco tenía los suficientes datos como para poder juzgar a ninguno de los dos. Esta breve confrontación provocó que se mantuviera alerta y observando a los dos elfos a lo largo de toda la velada.
La cena comenzó y Hela dio buena cuenta de la comida y la bebida que se servía. Estaba realmente hambrienta y decidió disfrutar de ese momento en su totalidad. Desconocía los olores y sabores de buena parte de los alimentos que les ofrecían y no dudó en preguntar a su anfitriona por sus nombres y su procedencia. Gloom permanecía posada en su hombro, picoteando las migajas que la hechicera le ofrecía constantemente. De nuevo volvía a sentirse descubriendo maravillada ese mundo repleto de colores y matices inexistentes en su plano.
Sus ojos se abrieron asombrados cuando Reaner mencionó la recompensa por los servicios prestados, pero sobre todo cuando les comunicaron la cesión de una propiedad en la ciudad. Excitada con la idea, se dirigió a Laeral sin poder ocultar su emoción – Eso es maravilloso, Lareal, muchísimas gracias – dijo con una gran sonrisa en los labios - Aún no he tenido tiempo de descubrir esta ciudad y me entusiasma la idea de tener un lugar en el que refugiarme cuando vuelva, además de permitirme venir a visitaros y seguir disfrutando de vuestros conocimientos y vuestra inestimable compañía –
En el momento en el que se mencionó el tema del Culto, Hela relegó a un segundo plano la emoción del momento para centrar toda su atención en la conversación. Guardó silencio y se mantuvo atenta a los relatos de los asistentes. Buceó en su memoria intentando detectar alguna información que hubiera podido leer entre los libros y libros de magia que había estudiado durante décadas y, aunque alguno de los nombres mencionados le pudiera resultar familiar, la verdad era que no reconocía ninguna de las historias citadas. Todos compartían información o hacían preguntas mientras ella permanecía callada y, cuando un silencio incómodo se instauró en la sala, Hela dirigió una mirada de complicidad a Kath y se sintió menos incómoda y fuera de lugar sabiendo que su amiga estaba cerca. Una sutil sonrisa asomaba en sus labios mientras miraba a la humana cuando Finathiel les rescató del silencio retando a un duelo a Gowther. Helanya se levantó de la mesa y se dirigió hacia el patio.
Debía reconocer que, aunque en un primer momento se centró en las palabras del eladrín maestro, poco a poco la danza de las espadas reclamó toda su atención. La elfa se mantuvo abstraída, atrapada por el espectáculo de luz, color y música de la lucha de los espadachines, tanto que las duras palabras de Finathiel hacia Gowther quedaron casi en un segundo plano. Un espectáculo digno de aplaudir, que finalizó con varios de sus compañeros al lado de Gowther mostrándole su apoyo. La elfa no se movió ni pronunció palabra. Miró directamente a su compañero, sintiendo una profunda lástima por él y por las duras lecciones que había recibido y decidió no intervenir esta vez.
Dirigiéndose de nuevo al interior de la sala y escuchando con preocupación las noticias de Lady Kima, supo que era la hora de volver a la lucha. Miró a Ash, asintiendo con la cabeza ante las palabras de su plan, mostrándole todo su apoyo al que para ella seguía siendo el líder del grupo.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
La pareja de archimagos observan los dos objetos que Gowther ha presentado ante ellos y escuchan el relato de Martin de dónde y cómo los encontró. Asienten y Laeral, sosteniendo la estatuilla, dice:
- Este es Mannon, uno de los Archiduques del Infierno. Siempre habíamos sospechado que Sorath provenía de su línea de sangre, por las habilidades y poderes que ha demostrado en los encuentros con los Grises. Esto parece confirmarlo. Además de un pequeño símbolo de culto para ella, parece que le servía como activador de su círculo de teleportación fuera de la guarida y a la ciudad. Sin duda una buena vía de escape. No podemos utilizarlo para volver al círculo, pero no es necesario ya que, gracias a vosotros, hemos localizado ese escondrijo del Gremio. -
- Estas ropas son muy útiles - admite Khelben - Tienen un sencillo, aunque práctico, encantamiento, y con un pensamiento y una palabra clave del portador cambian de aspecto. La palabra es "Tilek" que, como sin duda muchos sabéis, es la palabra para Rosa en Dracónico. Alguien - dice mirando principalmente a Kath y a Hela ya que se trata de ropa de mujer - puede probárselo e ir descubriendo qué opciones dispone, simplemente diciendo la palabra.
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Ash había permanecido en silencio toda la cena, circunspecto, escuchando a unos y a otros y tratando de disimular su desconfíanza por el anfitrión. Apenas probó bocado.
-Si esos objetos son una llave de algo tan peligroso ¿por qué no destruirlos? -comentó en una de las pausas de sus interlocutores.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Gowther escuchó atentamente toda la información que los anfitriones facilitaron al grupo de aventureros y pudo confirmar la realidad. Esta empresa era algo realmente importante y parecía que todos ellos sabían bastante de esta situación. Desde que Gowther estuvo en el grupo solo tuvieron un contacto claro con el culto y fue a través de la traidora del castillo de los gigantes.
Si bien tenían trazados algunos planes, la opinión y el consejo de aquellas leyendas sería de gran importancia.
-En verdad esta situación es algo de gran relevancia. Si la pregunta de nuestro compañero Ash no es viable ¿Cuáles creen que deben ser nuestros pasos? Como os comentamos, andamos tras una persona y nuestro destino parece ser Mythril hall... ¿debemos dar prioridad a esto o pensáis que sería mas inteligente enfocar nuestros esfuerzos en otro objetivo?-
Haciendo una pausa y pensando en sus posibilidades frente a las del eladrin y aquellos magos.
-En el pasado hemos articulado éxitos más o menos significativos, pero tal vez sería soberbio y temerario por nuestra parte pensar que nuestra actuales posibilidades son suficientes para confrontar directamente al culto. Un ejemplo perfecto es nuestra última misión.-Dijo mirando a Volo- No quiero decir con esto que nuestra experiencia y habilidades sean menospreciables, más bien que tal vez nuestra función sea complementar y auxiliar a gente como vosotros en objetivos que sean de interés.
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Khelben se mesa la barba ponderando la pregunta del guerrero.
- Supongo que si, pero imagino que destruir tales artefactos requerirá mucho esfuerzo y algo de proporciones realmente cósmicas. Teorizo que incluso podría afectar a los dioses que los crearon. Pero por favor, entended que aunque conozcamos algo de los mitos de los Fragmentos tenemos poca información práctica sobre ellos. -
Martin se da cuenta que el eladrin disimula una leve sonrisa ante el último comentario de Khelben.
- Destruirlos es, como bien decis, extremadamente complicado. Nos no conocemos de ninguna historia donde algún Fragmento haya sido destruido. Echados a perder como decíamos antes, es posible, destruidos, no que nos sepamos. - añade el elfo noble.
- Respecto a los pasos que deberías dar a partir de ahora, tan sólo podemos ofreceros consejo y alguna ayuda. Puedo intentar contactar con Lady Kyma como hemos comentado. Si me permitís... -
Khelben se levanta y sale del estudio. Se produce un ligero silencio en la sala mientras todos asimilan la información que se ha revelado. Finathiel rompe el silencio dirigiéndose a Gowther.
- Creo que hace tiempo que nos os vemos practicar vuestro arte joven Gowther. Si a nuestra anfitriona no le molesta ¿ qué te parece si salimos al jardín y practicamos un poco mientras esperamos? - se gira hacia Lareal - Nos comprometemos a no dañar su hermoso jardín. -
La maga sonríe.
- ¿Una exhibición de dos hojacantante en mi propia casa? Aceptaría aunque no estuviera involucrado Finathiel el Audaz. - responde con emoción sincera. Se vuelve hacia Gowther esperando una respuesta.
- Vamos joven Gowther os vendrá bien el ejercicio - dice el noble eladrin levantándose y dirgiéndose al jardín, evidentemente esperando ser obedecido por su subordinado.
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Cuando su compañero de raza y profesión le propuso batirse en un duelo, se atragantó levemente con el agua que bebía de su copa. Gowther sabía perfectamente no podría hacer nada frente a las habilidades de uno de los grandes, pero era un elogio que quisiera "practicar" con el.
-Será todo un honor.
El nerviosismo y la incertidumbre se agolpaban a partes iguales. ¿Estaría cuestionando su capacidad? ¿Quería dejarle en ridículo? Después de sus amargas y despectivas palabras, era lo más probable... Daba igual, Gowther estaba acostumbrado, hacía tiempo que solo rendía cuentas ante si mismo en este sentido.
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Guilbert se incorpora de un respingo cuando escucha a Gowther aceptar el amigable desafío. Ya le ha visto en acción pero ver dos de ellos es algo por lo menos, inspirador.. y seguro que el pueblo Halfling estaría encantado de escuchar una quizá algo adornada narración.. siempre y cuando sea mas rápido que Volo en sacar beneficio..
-Por muy estirado que sea ese tipo tu siempre serás el elegido de Aegnor y Corellon.. -le dice al elfo camino de los jardines ejerciendo como el padrino que el elfo nunca pediría..- Eres Gowther, hojacantante de la casa del león y miembro de la guardia real y por mucho que a ese le joda, tu has sido elegido como sucesor de Fendragnör.. todos confiamos en tí, que muerda el polvo!!
Bardic inspiration a Gowther.
As a bonus action, a creature (other than yourself) within 60 ft. that can hear you gains an inspiration die (1d8). For 10 minutes, the creature can add it to one ability check, attack roll, or saving throw. This can be added after seeing the roll, but before knowing the outcome.
Busca un sitio cerca de Volo para, discretamente, observarle antes de iniciar conversación.. sana competencia.. envidia cochina.. como se quiera llamarlo.
Seguidos por el resto de comensales, los dos eladrin salen al patio.
La luz de la luna ilumina el jardín, los ropajes azules y blancos de Finathiel parecen flotar sobre la hierba cuando se dirige al centro del jardín. Gowther le sigue y se coloca frente a él, separado a unos metros. El aire en el jardín adquiere una cualidad onírica. El alto eladrin es una figura imponente, su largo pelo suelo y sus ojos violeta clavados en Gowther. Gowther, tan alto como él, no tiene unos ropajes tan elegantes pero su porte es igual de regio y aún más desafiante.
Guilbert no se atreve a parpadear para plasmar la imagen en su mente. Sabe que esto es material para una buena canción.
Gowther siente los ojos violeta de Finathiel clavados en los suyos. Pero donde el eladrin esperaba encontrar el desprecio o la condescendencia que ha percibido siempre de sus semejantes, encuentra otra cosa. Tristeza.
El resto de espectadores ven una leve sonrisa en los labios de Finathiel cuando dice;
- Comencemos -
Extiende su mano y una hoja empieza a formarse. Una espada plateada, curva y esbelta, con la guarda y el pomo engarzados con pequeños diamantes azules. Una leve aura blanco azulada emana de la hoja y todos sienten como la temperatura baja varios grados. Gowther no tiene que mirar a su costado para reconocer que esa espada es una copia exacta de Aegnor, salvo que la suya tiene rubies en lugar de diamantes.
- Esta es Shulelka - dice el eladrin levantando la hoja frente a sus ojos a modo de saludo, presentando la espada ante su adversario y el resto - Nos fue entregada por Corellon Larethial en el albor de los tiempos. - su mirada recorre la hoja con admiración y luego vuelve a mirar a Gowther - También presenciamos cómo Aegnor, su hoja gemela, le era entregada a Fredagnör. Nos no sentimos envidia hacia ti muchacho. Nadie la alberga. -
Comienza a bailar, e incluso Morko y Ash reconocen la gran maestría manejando el arma que muestra el eladrin, moviéndose como si fuera una extensión de su cuerpo y sin perturbar ni una brizna de hierba. En uno de los giros, la punta de la espada se queda a un escaso milímetro de la mano de Gowther que se ha quedado en la empuñadura de Aegnor. Reconoce la señal para que desenvaine y así lo hace.
Aegnor estalla en llamas en cuanto sale de su vaina, y Gowther se une al otro hojacantante en sus movimientos, girando el uno alrededor del otro de manera hipnótica. Casi como si se reconocieran, las dos hojas comienzan a cantar. Aunque los compañeros han escuchado antes como el filo de Gowther corta el aire como si cantara, en esta ocasión casi pueden escuchar las voces de las espadas, recitando un coro tan hermoso como mortal. Las notas de Aegnor son elevadas, intensas, las de Shulelka, graves, profundas.
- Fredagnör era un querido amigo y volver a ver su preciada arma defendiendo al Pueblo trae felicidad y esperanza a nuestro corazón. -
Las armas entrechocan. Saltan chispas incandescentes y heladas cuando los dos metales se encuentran. La canción aumenta de intensidad y todos sienten sus corazones acelerarse.
Gowther se sorprende de ser capaz de mantener el ritmo de Finathiel, y se descubre así mismo realizando movimientos que no creía tener dominados aún. Ya sea por estar imitando al más experimentado hojacantante o por la energía que siente en su espada, que vibra en su mano como no había hecho antes, Gowther se da cuenta que está dejando que sean sus instintos los que guíen la espada, ya que él está muy concentrado en las palabras del otro eladrin.
- Durante tus años en la Academia nunca se puso en duda tu habilidad con la Espada o con el Arte -
Finathiel rompe la distancia y con un gesto casi imperceptible, lanza una bola de escarcha hacia Gowther, el cual responde desviándolo con un gesto de su mano envuelta en llamas. Antes de poder ser consciente de lo que ha hecho, vuelve a tener al otro eladrin encima.
Ash se da cuenta de que el elfo noble tiene totalmente controlada la pelea. No está demostrando sus habilidades, ni poniendo a prueba las de Gowther, está haciendo que este sea consciente de lo que es capaz de hacer llevándolo al límite.
- Esta habilidad, al alcance sólo de unos pocos, no es un privilegio. Es una responsabilidad y un honor . Sobre nosotros recae una pesada carga. Una carga que compartimos entre todos para que el resto del Pueblo pueda prosperar. Ser Hojacantante es mucho más que habilidad y poder. -
Los ataques de Finathiel aumentan de velocidad e intensidad. Gowther comienza a sudar, siendo consciente de que deja huecos en su guardia en numerosas ocasiones y que el otro eladrin no aprovecha por detener su espada a escasos milimetros de golpearle.
- Sin embargo tú has creído que la habilidad era suficiente. Tus compañeros nunca menospreciaron tus orígenes. Siempre ha sido tu corazón el que te ha mantenido alejado del resto. Siempre has temido no tener suficiente poder. Siempre te has preguntado porqué fuiste elegido. Siempre has temido no ser digno.-
Gowther sigue a la defensiva, las palabras del eladrin le perturban más de lo que le gustaría admitir. Entre los movimientos de Finathiel, Gowther momentos claros para atacar, huecos en los que podría sorprender al otro eladrin. Siente como Aegnor quiere atacar, pero, en caso de fallar, eso le dejaría demasiado expuesto, y Gowther retiene su hoja, conteniéndose. Los ojos de Finathiel reflejan decpeción.
- Permitidnos sacarte de dudas. - Con un giro de muñeca, casi indolente, Shulelka impacta con una fuerza tremenda en Aegnor. Saltan chispas y la hoja sale despedida por los aires, lejos del alcance de Gowther. Tan violenta es la sacudida que el hojacantante trastabilla y su danza se detiene. Sus pies tocan por primera vez la hierba desde comenzó la lucha. Su movimiento se detiene justo cuando siente la helada punta de Shulelka en la garganta. Aegnor está en la otra mano de Finathiel, brillando con una intensidad que Gowther no había visto jamás. La canción de las hojas calla.
- No lo eres -
Esas tres palabras le hieren más cualquier filo.
- ¿Crees que anhelamos tu hoja? No muchacho. ¿Qué te envidiamos? No muchacho. Confundes envidia con tristeza. Nos apena ver tan noble filo portado por alguien tan pagado de sí mismo que cree tener todas las respuestas, cuando no sabe nada. Alguien que se cree por encima de sus compañeros mortales sólo por haber tenido la suerte de nacer y crecer en la bella Syg'orn. ¿Te sorprendería saber que fueron los antepasados del enano quienes defendieron la ciudad en una de sus horas más siniestras? Fue por su valentía y sacrificio que la ciudad sobrevivió. ¿Acaso te has preguntado porqué el semielfo ha estado a punto de atacarnos cuando te hemos dirigido duras palabras antes? Son los suyos los que mantienen a nuestro pueblo a salvo de cosas que arruinarían los bellos sueños de tu infancia. Y tú en él sólo ves sus fallos, en lugar de ver su lucha. No intentes negarlo muchacho. Vemos cómo le miras. Escuchamos cómo le tratas. Igual que a los humanos. Y sin embargo todos te apoyan. El Pueblo es grande no sólo por los dones concedidos por Corellon, si no por sus amigos y aliados. -
El elfo no ha movido ni un ápice su postura y no se interrumpe al hablar. Parece que ha llegado el momento de una importante lección para Gowther y el Maestro no va a ser interrumpido mientras la imparte.
- Tus miedos te dominan. Eres cobarde, siempre más preocupado por tu seguridad que por aquellos que luchan a tu lado. Por aquellos que tu deber es proteger. ¿Te crees superior a ellos? Y pese a todo ahí estas, portando una bagatela para intentar protegerte -
El nuevo broche de Gowther se desprende y cae al suelo. En algún momento Finathiel ha cortado la tela y Gowther ni siquiera se ha dado cuenta.
- En lugar de brindar esa protección a los que son más débiles que tú. Siempre buscas escudarte. Tu supuesta superioridad no es más que otro escudo. Siempre buscas excusas, siempre son los demás. Siempre escudándote en la indiferencia o incluso la fina ironía.-
Niega con la cabeza
-Debes aceptar que tienes miedo, miedo a que alguien vea que no eres suficiente, a no poder sólo, a que alguien te juzgue y no te encuentre digno. Reconocelo. Pese a tus palabras tu primer pensamiento no ha sido sentirte honrado cuando hemos propuesto este ejercicio. Has temido que fuéramos a humillarte. Nos no necesitamos demostrar nuestra habilidad muchacho. Y esta no se demuestra venciendo a alguien inferior a ti. ¿Piensas que nos somos tan mezquinos? Sentimos pena por ti. Caminas un sendero muy solitario. No eres digno de pertenecer a nuestra orden, ni de portar este arma. Te falta la humildad necesaria. Puedes haber demostrado habilidad e incluso algo de valor en las batallas que has luchado al lado de ellos en este plano. Pero debes reconocer que te falta humildad. Cuanto antes aceptes esta realidad antes podrás comenzar a ganarte ese privilegio, ese honor.-
La hoja helada desaparece en una brisa helada pero Gowther aún no se mueve. La voz de Finathiel está cargada de pesar. Con una última mirada melancólica a Aegnor gira la empuñadura y se la ofrece a Gowther de vuelta. Con mano temblorosa, Gowther la toma sintiendo su reconfortante peso y cálido contacto.
- Tus maestros hablaban maravillas de tu técnica, decían que en algunos años podrías ser un miembro del Consejo, sin embargo tu orgullo se interponía en tu progreso. Tu miedo cortaba tus alas. He comprobado que es así. Cuando desobedeciste y te internaste en las ruinas y volviste con Aegnor, se habló sobre expulsarte, borrar tu memoria de todas las técnicas y habilidades y dejarte viviendo en la ciudad, como uno más.-
Mira a Gowther unos segundos para que pueda asimilar lo que realmente significa lo que acaba de decir.
- Nos fuimos unos de los pocos que hablamos en tu defensa. Si la espada te había elegido es porque quizá aún quedara algo de esperanza para ti. Nos propusimos que fueras enviado aquí, a este plano y esta misión. Nos esperábamos que la influencia de la espada pudiera cambiarte. Ahora dudamos de nuestra decisión y tememos que puedas mancillar la hoja. Sin embargo, por amor y lealtad a nuestro viejo amigo, no os despojaremos de título ni hoja. No hagas que nos arrepintamos. -
Dando la espalda a un estupefacto Gowther se dirige a los compañeros.
- Es en vosotros donde depositamos ahora nuestra esperanza. Sin duda vuestra influencia aún no he hecho que su corazón se pierda irremediablemente. Nos os estamos agradecidos. -
Un carraspeo anuncia la vuelta de Khelben.
- Me temo que no tengo buenas noticias... hmmm ¿me he perdido algo ? -
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Morko asiste al extraño duelo y mira de vez en cuando a Kheluzburk, como si esperase que cantase, incluso acerca su oreja a la hoja del arma, para luego agitar la cabeza y volver a centrarse en el duelo.
Cuando el combate acaba mira apenado a su compañero, algunas lecciones son duras y su mente vaga hasta la destrucción de su ciudad cuando se creía invencible, para descubrir que no. Recuerda los duros momentos vagando sólo entre los escombros de la ciudad, buscando a su familia. Recuperar la hoja de Kheluzburk fue importante, pero justo ahora cae...el hacha fue completada cuando se refugió en el castillo de Greennest, la necesidad de proteger a sus nuevos compañeros y la ciudad fue lo que le llevo a la fraguas del castillo y permitió q Kheluzburk volviese a estar completa.
Con gesto amable el paladín da un paso hacia adelante y se coloca al lado de Gowther, mirando a Finathiel directamente a los ojos, mostrando al alto eladrin que Gowther no está solo.
Martin observa el gesto de Morko y sonríe sinceramente por primera vez desde que empezó el día, caminando lentamente se adelanta y se pone también al lado de Gowther, atreviéndose por primera vez desde que le conoce en tocarle, poniéndole una mano en su hombro con un gesto de aprobación y cierto afecto. Quizás no es digno o válido para la corte Eladrin y sus altos caballeros, pero lo es para el mestizo, y con eso le basta.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Mientras aquel impresionante hojacantante intercalaba frases con ataques, Gowther se sorprendió pudiéndole contestar a los mismos. Su espada parecía más viva que nunca ante la presencia del eladrin y aquel filo de hielo. Algo estaba sucediendo y podía sentirlo. Durante esta situación, Finathiel habló de cualidades ausentes en Gowther... Como si no estuviera haciendo honor a su posición como El'Tael.
Desde que llegó a este plano, no hizo más que ponerse en primera línea de combate, priorizando sobre el resto ser blanco de ataques. Facilitando sus hechizos mágicos para proteger y dar información los indefensos. Aún cuando existió desconfianza sobre sus habilidades y menosprecio sobre su orígenes, cosa que parecía no conocer aquel EL'Tael... Pero, como siempre, daba igual...
Finathiel expresó que su deseo no era humillarle, sosteniendo que Gowther estaba completamente equivocado al haber pensado así... ¿Qué esperaba aquel hojacantante si eran más los que cuestionaban su lugar como El'Tael y custodio de Aegnor, si había sido objeto de ataques y críticas... si su misma esencia había sido vapuleada bajo el frenesí de suyos? No obstante, en su interior pensó que no debió haber dejado llevar por las emociones y haber atribuido intenciones en el sin haberlas confirmado, aún cuando sus palabras eran igual de afiladas que su espada.
Afirmó que Gowther no era ejemplo de humildad, cuando los de su clase son el parangón de la soberbia... No era verdad... Confundía falta de humildad con una inhibición emocional. Era consciente de que esto era una asignatura pendiente, pero fue la única estrategia posible para afrontar demonios del pasado. Aunque no lo expresaba abiertamente, repudiaba la esencia voluble que los eladrin hacían gala y su arbitraria manera de enjuiciar los eventos.
Hace tiempo que Gowther decidió no dejarse llevar por sus emociones... prefirió apoyarse en su intelecto y buscó ser pragmático y racional para buscar el bien donde otros se dejaban influenciar por instintos primarios. Esto, junto con la ignorancia manifiesta por Gowther sobre ciertas cuestiones de este plano, era interpretado en otro sentido...
Entonces habló de lo sucedido en las ruinas... como si hubiera tenido opción de elegir... como si el aquel oráculo no estuviera de su favor... como si el destino no hubiera determinado lo que tenía que pasar. Gowther siempre sintió esa experiencia como parte de su sino y no como un evento fortuito. No obstante, hace tiempo que cejó en el empeño de que otros lo vieran de otra manera.
Sabía que aún no se había vinculado con Aegnor, podía sentirla, pero no tenía la misma conexión demostrada por Finathiel. La forma en la que hablaba parecía como si sus pensamientos y decisiones fueran uno. Después de esa noche Gowther tenía mucho en lo que pensar.
Tras el enfrentamiento, recogió su espada y el broche dejando allí la ignorancia manifiesta de aquel hojacante sobre Gowther. Podría saber de la espada y de sus orígenes, de vinculaciones místicas, de los El'Tael... pero no tenía ni idea de lo que Gowther había vivido, sentía o pensaba... Al pasar junto a sus compañeros no emitió palabra alguna, solo un semblante cansado y pensativo. Es consciente del apoyo que de manera manfiesta le han transmitido por primera vez, pero por ahora no es capaz de decir nada
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
-Dinos ¿qué has averiguado? -
pregunta Lareal a Khelben mientras Gowther recoge su broche caído para dar espacio al eladrin a recomponerse.
Khelben la mira un poco confuso y responde.
- Bueno, no he podido contactar con Lady Kima. Esto nos deja tres opciones. O bien no está en este plano, o está protegida contra este tipo de hechizos o... - deja morir la última frase.
- He contactado con Trehold Thunderbrand y me ha dicho que, efectivamente, Lady Kima llegó a Mithrall Hall hace dos semanas y se internó en los túneles más allá de las minas con un pequeño grupo para explorar. Desde entonces no se sabe de ella o de los miembros del grupo que la acompañaban.
Me temo que no son las noticias que esperabais. Trehold nos ha dado permiso para utilizar su círculo de teletransportacion si lo deseáis y si vuestro camino os lleva a seguir la búsqueda de Lady Kima.-
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Ash observó el combate con los pulgares apoyados en el cinturón, relajadamente. Miraba a aquellos espadachines bailar y encajar reproches. Realmente sabían lo que hacían con la espada, pero no pudo evitar pensar que se tomaban demasiado en serio a sí mismos. Sonrió al percatarse de los gestos de Morko para con su hacha. Habiendo acabado el lance, le sorprendió que las palabras de ese otro noble afectaran tanto a Gowther, siempre tan frío y distante. ¿Quien entendía a los elfos?
Cuando Khelben les puso al corriente de la desaparición de lady Kilma en unos oscuros túneles sonrió con sarcasmo sin poder evitar ver las semejanzas con la última aventura que casi les cuesta el pellejo.
-Muy bien, supongo que nos toca salir de nuevo. Lástima, esperaba estirar las botas en ese flamante condominio -añadió con cierto cinismo- equipémonos -asintió a sus compañeros- ya hemos jugado bastante.
El guerrero se ajustó el cinto en un movimiento inconsciente, acercando a Norma hacia si. Echaba de menos el peso de Adelaida en al cintura, pero traer dos espada a la cena hubiera sido algo descortés.
-Lord Khelben, dama Lareal, quizá podamos cambiar las monedas ganadas por algún objeto de vuestras arcas. Necesitamos pociones de curación, protecciones y quizá alguna arma mágica si fuera posible.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Tras el combate y mientras todos vuelven a los salones para continuar la reunión, Guilbert aprovecha para pasear cogido del brazo de Volo demorándose solo unos minutos. Ya en presencia de todos escucha Ash y prefiere estar al margen de la discusión sobre los pasos a seguir por el grupo. Donde vayan allí irá él sin duda alguna hasta que pueda pagar su deuda vital.
El muchacho de Waterdeep observa como Gilbert toma nota de todo y asiente satisfecho pensando que al fin alguien en el grupo mantendrá un registro de las pistas que consiguen y de sus más importantes detalles. La conversación prosigue y Zevatur menciona detalles que posiblemente le fuesen evidentes a todo el mundo. - Esa excavación será en pos de alguno de esos fragmentos. Es más que posible que si el culto ha abandonado la excavación, ya haya obtenido el fragmento. Por otro lado... ¿Quizás hayan encontrado alguna forma de acceder a los poderes sin ser dignos, quizás corrompiendo los fragmentos? - Dice sin esperar mucha respuesta.
- ¿Cuál es el precio que tuvieron que pagar los dioses por la victoria frente a los dioses traidores y los titanes supervivientes? ¿Murieron algunos? ¿Qué pasa con el fragmento de un dios si ese mismo dios muere?
Cuando Volo muestra curiosidad por la posada llamada Baruch Zevatur le mira con sospecha, pensando su respuesta unos segundos. “Esto no parece un asunto de transcendencia para el bienestar de los pobladores de este mundo, y no parece algo que vaya a ocasionar desgracias. Quizás con esto si podamos negociar y sacar algo de beneficio” piensa para sí mismo. - No puedo confirmar ni desmentir la existencia de dicha criatura... - Concluye. - Si existiera una criatura semejante y le diese datos sobre ella... quizás fuese necesaria una compensación por la información, por el nombre de dicha criatura, por su descripción, por su última ubicación... - Mira a Volo con una sonrisa pícara, esperando que se sienta suficientemente incitado como para ofrecer más recompensa.
Durante el combate Zevatur no pudo despegar sus ojos de la casi hipnótica danza de los Eladrines. La magia y la habilidad física unidas en una perfecta coreografía. Y no solo su técnica de combate el alto Eladrin era magistral, el ataque verbal que siguió pareció herir aún más a Gowther, incluso silenciándole y haciendo que se retirase. Una vez más, Zevatur mostró su apoyo a Gowther.
- Es en vosotros donde depositamos ahora nuestra esperanza. Sin duda vuestra influencia aún no he hecho que su corazón se pierda irremediablemente. Nos os estamos agradecidos. -
- No deberías dudar de vuestra decisión. Estoy convencido de que Gowther es un digno portador. - Dice suficientemente alto como para que Gowther le oiga mientras se va.
Ante la intervención de Lord Khelben.
- Es una terrible noticia. Deberemos ir allí con la mayor rapidez posible, quizás aún haya esperanza de encontrar a Lady Kima con vida. ¿Sería posible contactar con Elosin también, averiguar que está buscando? ¿Quizás esto tenga alguna relación con tus visiones, Martin?
Zevatur, Rolthos
Martin escuchó las aciagas palabras de Khelben y su mirada se ensombreció, al parecer la situación no dejaba de torcerse a peor y requería una intervención rápida, cuando más tiempo dejasen pasar, más se podrían perder las pistas o el rastro de Lady Kima en aquellos remotos túneles más allá de las minas enanas.
- Propongo partir entonces mañana al anochecer, el uso del círculo de teletransportación nos ayudará a ganar bastante tiempo. Tendremos todo el día de mañana para prepararnos y pertrecharnos para el viaje a las profundidades que nos espera. Si a todos os parece bien claro...
Tras oír las palabras de Zevatur, desvelando las visiones que llenaron de tribulaciones al mestizo en el pasado, y que provocaron su descenso a esa espiral de oscuridad que le viene acompañando desde hace semanas, Martin suspiró mientras se encogía de hombros.
- No sé si tienen algo que ver... si recuerdo que había una parte en la que hacía referencia a unas cavernas ... cuyo suelo estaba cubierto de una fina arena amarilla, de paredes creadas por antiguas corrientes de agua subterránea, lisas y redondeadas. La rocas anaranjadas que salpicaban la caverna tenían diferentes tonalidades debido a la extraña luz que las iluminaban. Esa iridiscencia provenía de cuatros grandes gemas incrustadas en la pared, y esos ojos reptilianos escrutaban todo a través de ellas...
Al recordar esa parte de la visión en alto, el mestizo no pudo evitar que un escalofrío se apoderada de él por unos momentos.
- Ese lugar podría estar en cualquier sitio...
" ¡Oh la Oscuridad...! "
-Teleportarnos nos ahorraría mucho tiempo, estoy de acuerdo con Martín con la idea de partir mañana si fuese posible. Así podemos pertrecharnos bien para el norte y finalizar nuestros asunto aquí.
De vuelta a la mesa y con la nueva información, parecía claro que su destino era apresurarse en busca de Lady Kima. No obstante, Gowther seguía preocupado por Raener y todo lo acontecido con aquella aberración extraplanar.
-Por lo que decís y de acuerdo con lo que sostienen mis compañeros, parece que debemos seguir nuestro camino, pero no se si nuestra labor acabó aquí. El que parecía ser el líder, aquel ser extraplanar, consiguió zafarse del combate, así como otra adversaria no menos portentosa.-
Haciendo una pausa y dando la importancia que merecían la capacidad de aquellos enemigos para urdir planes- Si su objetivo es Raener, creo que volverán a intentarlo. Tal vez podamos colaborar aquí aún.-Acabó diciendo mirando a aquellas eminencias.
Antes de dejar que contestaran, sacó la figura requisada por Martin y los ropajes tejidos con una maestría élfica. -Estos objetos posiblemente puedan aportar algún dato más. Podría haberlos analizado, pero los acontecimientos no me han dado tiempo para ello. Si me lo permitís puedo hacer esta simple tarea por vosotros, aunque es evidente que vuestros conocimientos arcanos sobrepasan con creces los míos y tal vez, puedan concluir información más relevante.
Aunque las pasadas palabras de su igual hicieron sangrar heridas que creía cerradas, Gowther mostró entereza y preocupación por otras causas ajenas a el. Como acostumbraba, prefirió centrar su atención en ayudar y colaborar por el bien común. Estaba claro que aquel combate generó un cambio en su psique, pero no porque sintiera que tuviera razón en todo lo que dijo aquel eladrin, sino que porque su pasado estaba lastrando el presente, generando una imagen a los demás equivocada e impidiendo desarrollar una mayor vinculación con Aegnor.
Una cosa era evidente, sus compañeros habían mostrado en esa última hora más respeto y cercanía por el que las relamidas castas élficas en décadas. Al contrario de lo que se pudiera pensar, para Gowther no era algo negativo, esto le había proporcionado una nueva perspectiva sobre la forma en la que percibía el mundo. Todos aquellos valores y creencias inculcadas a fuego por la sociedad eladrin empezaban a tambalearse... De alguna manera, Gowther comenzaba a ser libre.
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Morko medita las palabras del eladrin y dice:- Raenar cuenta ahora con la protección de la iglesia de Lathander y con la del propio dios- dice señalando con la mirada la espada que porta,- dudo que podamos hacer más que ellos, y veo más importante ir con Lady Lima. El culto me parece un peligro mayor que un gremio de ladrones, y más aún a tenor de lo dicho aquí. Deberíamos también tener presente la protección de los fragmentos que conocemos y tratar que no caigan en manos del culto.
Tras lo cual centra su atención en la jarra de cerveza, mientras piensa en los preparativos que necesita para el viaje.
Laeral asiente ante la palabras de Morko
- Las artimañas de Xanathar no nos son extrañas. Habéis hecho más por la ciudad de lo que veo sois conscientes. Localizar uno de los escondites de su Gremio no es tarea trivial, y por lo que nos habéis contado todos os habéis enfrentado a Nihiloor, el Criador. Ese repugnante Illithid se dedica a criar los Devoradores de Intelecto más grandes y fieros que se conocen el Los Reinos. Hemos oído que sus servicios son buscados por los clanes más prestigiosos de los de su raza. Y la tiefling no puede ser otra que una de sus lugartenientes, Sorath. Ella sola ha conseguido escabullirse de la Guardia y los Grises en no pocas ocasiones. Les llevará un tiempo reorganizarse y buscar otra zona de operaciones. Sabemos que tienen más claro, pero habéis asestado un golpe al Gremio de Xanathar. -
Khelben sonríe
- Imagino que ese viejo contemplador estará revolviéndose e histérico pensando que, si hemos localizado ese escondrijo estaremos a punto de entrar en su propia guarida. -
Todos sonríen y se ríen, Khelben añade - Aah sólo por causarle un ataque de paranoia a ese engreído os habría invitado a una buena botella de vino.
Ash asiente, ahora que lo menciona el archimago, no ha probado un vino mejor en su vida. Lo que hace tener dinero y contactos piensa.
- Os espero mañana al caer el sol, entonces, - concluye Khelben - para trasladaros a Mithrall Hall. Si necesitáis un poco más de tiempo para ver vuestra nueva propiedad en la ciudad o para pertrecharos no os preocupeis por ello, pero no os recomiendo demoraros mucho más, temo por la seguridad de Lady Kima. -
Con la decisión tomada, el nutrido grupo de personas se centra en pequeñas conversaciones entre tres o cuatro participantes, en una sala anexa a donde han disfrutado de la cena o en el hermoso patio.
En un momento Zevatur pregunta a Finathiel por su recién descubierto pasado, pero sin darle más detalles. El eladrin levanta una ceja, curioso.
- Nos lo conocemos. Es uno de los defensores de la bella y lejana Evermeet. Aunque hace mucho tiempo que nos no le vemos. ¿Cómo conoces ese nombre muchacho? - le pregunta curioso.
Poco a poco, la noche se alarga y las conversaciones languidecen y el grupo vuelve a su Posada despidiéndose de sus amigos y sus nuevos aliados algunos de los cuales verán pronto, otros, el futuro es incierto.
Cuando todos están a punto de marcharse Floon les dice.
- Nunca os agradeceré lo suficiente que fuerais a buscarme a aquel terrible lugar. Y por alguien quien no conocíais. Cualquiera se hubiera dado la vuelta al descubrir dónde se estaba metiendo con sólo ver el símbolo zhentarim en la puerta de aquel almacén cochambroso. No intentéis poner la excusa de la recompensa prometida por Volo. Sois héroes y tened por seguro que siempre tendréis en mi un agradecido amigo. -
Estrecha las manos de todos y cada uno de ellos.
Renaer lleva a Guilbert a un lado mientras el resto se despide.
- Gracias. No sólo por salvar a Floon y evitar que yo acabara muerto o peor, si no por abrirme los ojos a la realidad. Tus palabras y vuestro ejemplo han conseguido lo que toda una vida viviendo a la sombra de mi padre y abuelo no consiguieron. Ahora espero poder capear lo que se me viene encima. El Templo me espera mañana a primera hora para empezar a entrenar! - exclama entre emocionado y escandalizado. - Demonios ni siquiera me he emborrachado esta noche. - mira con una sonrisa a Guilbert - empiezo a preguntarme si no debería odiarte un poco... -
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Helanya recorrió las calles de la ciudad guiando a sus compañeros hasta la torre Blackstaff, recordando el camino sin apenas vacilar. Hacía ya casi 24 horas que había visitado aquel edificio y lo abandonó con la promesa de regresar en cuanto pudiera. Nunca imaginó que su vuelta estaría provocada por las circunstancias de la noche anterior pero, si es su mano hubiera estado la elección del lugar para esa cena, sin duda no se le hubiera ocurrido otro mejor que aquella torre.
Caminó con premura y con crecientes ganas de reunirse con sus compañeros a los que aún no había tenido ocasión de ver totalmente recuperados. Tanto era así que cuando les adivinó en la lejanía, aceleró la marcha y se precipitó hacia Kath para darle un caluroso abrazo.
- Querida Kath, cuánto me alegro de verte recuperada – le dijo con cariño – luego tendremos tiempo de hablar con calma - Al separarse de ella, observó al resto del grupo comprobando que estaban todos bien, pero le extrañó no ver a Guilbert. Justo cuando se disponía a preguntar, el bardo apareció aseado, sano y salvo. Sin separarse de su amiga, le dirigió una profunda mirada de alivio mientras escuchaba sus palabras de agradecimiento con atención, a las que respondió con una ligero asentimiento de cabeza y una sonrisa.
Intrigada por las palabras del bardo y su historia aún no revelada, las puertas se abrieron y todos accedieron al interior, volviendo a observar la magnificencia del edificio y envolviéndose del mismo sentimiento acogedor que había experimentado la primera vez, debido sin duda al trato exquisito que recibió de su anfitriona Laeral.
Devolviéndole un saludo afectuoso al Archimago, se dirigió a él con amabilidad – Encantada de conocerte Khelben, fue un placer y un honor para mí pasar unas horas en vuestro hogar. Espero que tengamos ocasión de conversar cuando nuestros compromisos nos lo permitan.
Mientras atravesaban el jardín, se sintió inevitablemente atraída hacia el estanque y sus peces, quedándose obnubilada observando los colores y los movimientos de los pequeños animales nadando en el agua, hasta que se dio cuenta de que sus compañeros ya no estaban allí y se apresuró para atravesar la puerta por la que el resto del grupo había abandonado el patio. Un vistazo a la sala le confirmó que era allí donde transcurriría la cena y, en cuanto reconoció a Laeral en la distancia, se acercó a ella escuchando las palabras que le brindaba. Tomó sus manos y las apretó con delicadeza, transmitiéndole la alegría que sentía al volver a verla – Laeral, gracias por acogernos en vuestro hogar, lamento que sea por circunstancias tan adversas; afortunadamente estamos todos bien - dijo sentándose a su lado en la majestuosa mesa de comida y bebida que habían preparado. Su gesto entonces se tornó distante, expectante ante la presencia de todas esas personas a las que no conocía y a las que observaba con interés y cierto recelo, pero con un sentimiento de seguridad al lado de aquella mujer.
Observó el porte exquisito y distinguido del eladrín que se dirigía a cada uno de los presentes, mostrándole una pequeña sonrisa ante sus palabras – Estaré encantada de conversar con vos cuando lo deseéis – le respondió con amabilidad y con una creciente curiosidad, pues sus comentarios y actitudes diferían mucho de la personalidad que Gowther les había transmitido hasta el momento. Pero no fue hasta que se dirigió precisamente a este cuando realmente la elfa se sorprendió; todas las palabras atentas y el trato delicado que había mostrado con el resto de sus compañeros se esfumó cuando los dos eladrines mantuvieron una corta pero tensa conversación. Y ella ya no sabía qué pensar. Gowther debía llevar a su espalda una historia personal que explicara por qué aquel elfo se dirigía a él de esa manera, pero tampoco tenía los suficientes datos como para poder juzgar a ninguno de los dos. Esta breve confrontación provocó que se mantuviera alerta y observando a los dos elfos a lo largo de toda la velada.
La cena comenzó y Hela dio buena cuenta de la comida y la bebida que se servía. Estaba realmente hambrienta y decidió disfrutar de ese momento en su totalidad. Desconocía los olores y sabores de buena parte de los alimentos que les ofrecían y no dudó en preguntar a su anfitriona por sus nombres y su procedencia. Gloom permanecía posada en su hombro, picoteando las migajas que la hechicera le ofrecía constantemente. De nuevo volvía a sentirse descubriendo maravillada ese mundo repleto de colores y matices inexistentes en su plano.
Sus ojos se abrieron asombrados cuando Reaner mencionó la recompensa por los servicios prestados, pero sobre todo cuando les comunicaron la cesión de una propiedad en la ciudad. Excitada con la idea, se dirigió a Laeral sin poder ocultar su emoción – Eso es maravilloso, Lareal, muchísimas gracias – dijo con una gran sonrisa en los labios - Aún no he tenido tiempo de descubrir esta ciudad y me entusiasma la idea de tener un lugar en el que refugiarme cuando vuelva, además de permitirme venir a visitaros y seguir disfrutando de vuestros conocimientos y vuestra inestimable compañía –
En el momento en el que se mencionó el tema del Culto, Hela relegó a un segundo plano la emoción del momento para centrar toda su atención en la conversación. Guardó silencio y se mantuvo atenta a los relatos de los asistentes. Buceó en su memoria intentando detectar alguna información que hubiera podido leer entre los libros y libros de magia que había estudiado durante décadas y, aunque alguno de los nombres mencionados le pudiera resultar familiar, la verdad era que no reconocía ninguna de las historias citadas. Todos compartían información o hacían preguntas mientras ella permanecía callada y, cuando un silencio incómodo se instauró en la sala, Hela dirigió una mirada de complicidad a Kath y se sintió menos incómoda y fuera de lugar sabiendo que su amiga estaba cerca. Una sutil sonrisa asomaba en sus labios mientras miraba a la humana cuando Finathiel les rescató del silencio retando a un duelo a Gowther. Helanya se levantó de la mesa y se dirigió hacia el patio.
Debía reconocer que, aunque en un primer momento se centró en las palabras del eladrín maestro, poco a poco la danza de las espadas reclamó toda su atención. La elfa se mantuvo abstraída, atrapada por el espectáculo de luz, color y música de la lucha de los espadachines, tanto que las duras palabras de Finathiel hacia Gowther quedaron casi en un segundo plano. Un espectáculo digno de aplaudir, que finalizó con varios de sus compañeros al lado de Gowther mostrándole su apoyo. La elfa no se movió ni pronunció palabra. Miró directamente a su compañero, sintiendo una profunda lástima por él y por las duras lecciones que había recibido y decidió no intervenir esta vez.
Dirigiéndose de nuevo al interior de la sala y escuchando con preocupación las noticias de Lady Kima, supo que era la hora de volver a la lucha. Miró a Ash, asintiendo con la cabeza ante las palabras de su plan, mostrándole todo su apoyo al que para ella seguía siendo el líder del grupo.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
La pareja de archimagos observan los dos objetos que Gowther ha presentado ante ellos y escuchan el relato de Martin de dónde y cómo los encontró. Asienten y Laeral, sosteniendo la estatuilla, dice:
- Este es Mannon, uno de los Archiduques del Infierno. Siempre habíamos sospechado que Sorath provenía de su línea de sangre, por las habilidades y poderes que ha demostrado en los encuentros con los Grises. Esto parece confirmarlo. Además de un pequeño símbolo de culto para ella, parece que le servía como activador de su círculo de teleportación fuera de la guarida y a la ciudad. Sin duda una buena vía de escape. No podemos utilizarlo para volver al círculo, pero no es necesario ya que, gracias a vosotros, hemos localizado ese escondrijo del Gremio. -
- Estas ropas son muy útiles - admite Khelben - Tienen un sencillo, aunque práctico, encantamiento, y con un pensamiento y una palabra clave del portador cambian de aspecto. La palabra es "Tilek" que, como sin duda muchos sabéis, es la palabra para Rosa en Dracónico. Alguien - dice mirando principalmente a Kath y a Hela ya que se trata de ropa de mujer - puede probárselo e ir descubriendo qué opciones dispone, simplemente diciendo la palabra.
PbP Character: A few ;)