Martin recibió con alegría la bola de fuego de Zevatur, por fín sus poderes brillaban y cogían forma, era un aliado a tomar en cuenta, su potencia de combate se había disparado en las últimas semanas y el semielfo se alegraba de tenerle a su lado. Sin embargo su alegría inicial al ver a sus enemigos arder cual teas se derrumbó de inmediato cuando el carromato lleno de extrañas tinajas explotó casi en sus narices. Restos de cerámica, cristal, y madera salieron disparados a su alrededor impregnados en una babaza negra que salpicaba todo y a todos.
A pesar de que se había retirado del frente segundos antes para cercenar la vida de uno de los ogros con la comodidad de la distancia y su arco, el destino que tejía su Reina esta vez no le iba a ser tan favorable como en el anterior combate contra el ser-escorpión. Una criatura negra como la noche con una textura alquitranada y la consistencia de la jalea aterrizó justo a sus pies, sin apenas dejarle margen de maniobra. El ser se arremolinó sobre sí mismo a gran velocidad y antes de que el pícaro pudiera reaccionar, un pseudópodo floreció de su cuerpo y rodeó completamente al sorprendido arquero. Todo se tornó en dolor y sufrimiento cuando sintió que esa sustancia se precipitaba sobre él, metiéndose por todas las rendijas de su armadura y deshaciendo piel, músculo y hueso por igual. Su capa, fiel compañera de viaje desde que salió para su primera misión hace muchos más años de los que podía recordar, remendada y reparada incluso después de apagar incendios en bosques, se desintegró casi completamente. Después sintió como sus ropajes, cinchas para las cuchillas, cinturones, dagas ocultas y mochila sufrían la misma suerte. El carcaj y las escasas flechas que portaba quedaron inutilizados también.
Fue cuando sintió el ácido sobre su piel abriéndose paso y fundiendo todo en una amalgama de quemaduras y tejidos variados cuando creyó que se desvanecía... consiguió mantener la consciencia a duras penas cuando cada célula de su cuerpo chillaba de dolor. Salpicones de ácido cayeron sorbe su cara, derritiendo parte de ésta y fundiendo los pelos de barba, su boca y casi perdiendo un ojo en el proceso.
De alguna manera instintiva consiguió finalmente zafarse del mortal abrazo sintiéndose totalmente desfigurado y lisiado. Tras volver a alejarse, casi arrastrando una de sus piernas, y ponerse a cubierto detrás de una formación cristalina cercana, la última flecha que le quedaba fue disparada a otro de los seres que acosaban a su líder Ash, que no había corrido mejor suerte que él. La vista le fallaba, pero pudo observar como la flecha se clavó en la pastosa criatura derritiéndose en el proceso. No tenía ni idea si había surtido algún efecto en ella o no... en cualquier caso, ya no tenía más flechas que usar... y todo su ser seguía ardiendo de fuera hacía dentro.
Ash observa como la flecha de Martin hiere gravemente a una de aquellas babosas negras.
—¡Estos mocos de troll son lentos! ¡Usemos la distancia y los arcos! —escupe como puede entre el lacerante dolor
En una maniobra de finta se deshace de su oponente y corre en dirección a Helayna sin ponerse al alcance de los seudópodos de otra de los terribles monstruos ácidos.
Las criaturas que parecen melaza negra se mueven lentas tal y cómo ha dicho Ash, pero se extienden con rapidez para intentar atrapar a sus presas. Su único objetivo alimentarse de la carne de los seres vivos que encuentran a su alrededor.
Kath se arranca los ardientes restos de su armadura de cuero, ahora inservible y lanza un par de rayos de energía azulada hacia el pudding negro que acosa a Zevatur con la intención de protegerle.
El guerrero espectral convocado por Guilbert asesta golpes certeros contra otro, pero aunque se encoge y retuerce, emitiendo una especie de siseo, las criaturas comienzan a rodear a Gowther, que se ha quedado prácticamente solo en el centro de la nube invocada por Helanya para acabar con el ogro y ofrecer una línea de defensa contra las criaturas. Pese a estar en el medio de la bruma mágica, sus movimientos son rápidos y fluidos y la estela dejada por Aegnor parece una muralla de fuego que mantiene a raya a las extrañas bestias.
Martin observa casi hipnotizado como incluso la obsidiana se resiente ante el ácido corrosivo y carga rápidamente una flecha, tensando su arco cuando ve como una de las criaturas se acerca a Gowther por su espalda, el El`Tael parece no haberse dado cuenta. El semi-elfo se maldice porque sabe que, aunque su flecha sea certera, no será suficiente y la vida del eladrin está en peligro. Pero entonces la bestia parece que se concentra y es elevada hasta la mitad de la nube por una fuerza invisible. El asesino se pregunta cómo es posible, pero entonces ve a Klarotah, al otro lado de la nube y por encima de ella, invocando la magia para alejar la amenaza de Gowther.
Helayna comprueba que su hechizo está siendo muy efectivo, pues todas las bestias se queman bajo su efecto, incluso el ogro, que levanta su inmenso garrote para intentar aplastar a Guilbert, cae fulminado por su poder. Sin embargo la joven hechicera puede hacer más...
El paladín, cansado de no poder utilizar el hacha ancestral de su familia, y viendo que está demasiado lejos para utilizar otra cosa, lanza con fuerza a Kheluzburk contra una de las masas informes.
La poderosa hacha corta limpiamente por la mitad al pudding negro. Pero para horror del enano, cada una de las partes se mueve exactamente como se movía la original, que era más grande. Por suerte, el hacha porta parte de la energía divina de Moradin, y esta hace que, en lugar de ir hacia él, los ahora algo más pequeños limos se returezan de dolor y comiencen a disolverse en dos charcos negros humeantes.
A la mente militar de Morko no se le escapa el potencial peligro que tienen estas criaturas en un asedio o un ataque contra las defensas de Mithral Hall. Una sola de estas tinajas puede diezmar toda una sección de defensa enana, destruyendo no sólo a los soldados que la defiendan, si no las armaduras de los mismos, dejándolos indefensos contra el ataque de los duergar, e incluso la piedra tras la que se parapeten.
Martin se pregunta cuanta efectividad tendrán sus flechas contra semejantes seres informes, pero no iba a dejar a Gowther solo y rodeado de aquellas cosas...
Después de haber lanzado la bola de fuego, en lo que consideraba un ataque estratégicamente demoledor se había desatado un infierno de ácido. Las miradas acusadoras de sus compañeros no ayudaban a Zevatur a sentirse bien consigo mismo. Su idea de explorar Canela habían traído criatura aberrante hasta ellos, la bola de fuego estaba devorando sus recursos y energías con velocidad. La culpa espoleaba a Zevatur mientras quemaba recursos sin reserva... la bola de fuego, curaciones, golpes de luz duplicados, una teleportación menor, consumo de hechizos para sus habilidades de sorcerer...
Viendo a los enemigos agrupados, Gowther a punto de actuar vio la oportunidad de lanzar otra bola de fuego.
- "Gothwer, sal de ahí, sal de la zona de luz, Voy a lanzar otra bola de fuego!!" mientras sus manos conjuraban una bola de fuego y la retenía en espera de que su compañero se alejase de la zona.
Entre las llamas Guilbert pudo distinguir una figura que aún se arrastraba hacia sus compañeros. Y tan rápido como la vio, la fantasmal figura del highlander cargó. Sin embargo la descarga de energía no consiguió acabar con la ácida babosa. Unos golpes de laud y un destello cruzó la oscuridad impactando en aquella masa informe deshaciéndose en el suelo de obsidiana. El último de los seres flotaba en una burbuja carente de peligro aparente.
-Klarotah- intentó hacerse escuchar entre el crepitar de carros y enemigos.- Sin duda has ganado el premio a la mascota mas original del grupo.. algún plan para él?-dijo no sin miedo ante aquel fabuloso poder destructivo encerrado en una pompa..- Estas criaturas hubieran dejado las defensas de Mirthal bastante tocadas.. solo espero que no haya muchas caravanas como ésta?
Con una mirada al bardo, el Lilith is uso sus poderes para llevar la masa del limo sobre los restos ardientes del carro y dejarla caer. Pese a los intentos de la criatura de salir del pequeño infierno todos ven como la consumen las llamas. Después volvió flotando al lado de Guilbert.
- No necesito mas mascotas... - le susurra en la mente a Guilbert de tal modo que solo puede escucharle el - ... ya os tengo a vosotros - parece que se ríe entre dientes pero no es un sonido agradable.
Zevatur mantuvo la bola de fuego justo hasta que el grácil elfo salió de lo que calculaba que era la zona de explosión de la bola de fuego. "Lo que ha empezado una bola de fuego, que lo acabe una bola de fuego". Con la rabia de sentirse culpable por la lluvia ácida de criaturas sobre el grupo, lanzó el fuego abrasador. Esta vez aún más intenso que la primera, más ardiente. Las llamas envolvieron con precisión quirúrgica a cuatro de las negras criaturas ácidas y cuanto se retiraron dos criaturas ardían inmóviles y otras dos parecían retorcerse en dolor, debilitadas. Su sonrisa duró poco cuando la criatura a su lado explotó en ácido al morir tras el demoledor ataque del elfo.
Al finalizar el combate, mientras sus compañeros acababan con el resto de forma eficiente Zevatur se apresuró a disculparse... “Siento la explosión de criaturas, no pensé... no podía imaginar que esto iba a pasar. Yo me he quedado bastante exhausto tras este combate... “ Dijo sin poder mirar a los ojos a sus amigos. Estaba seguro que por una temporada no iba a sugerir ningún plan de acción... De alguna forma pensaba que él había atraído a la criatura aberrante del puente al perturbarla mediante Canela y que los black puddings habían explotado tan solo por su bola de fuego.
Incapaz de quitar la vista de la desnudez de sus compañeros el bardo escuchó las disculpas del joven tiefling. Se había librado por poco de los ataques de los enemigos aunque las heridas del insecto gigante aún permanecían abiertas. En lo mas profundo se sentía exhausto tras descargar la mayor parte de la magia encerrada en su música y los demás no parecían estar mucho mejor. Los efectos del ácido y la piel quemada hacían el panorama muy desagradable y poco alentador. La destrucción y las llamas le impedían observar en plenitud la situación, imaginando que habría mas de esas babosas.
-Tranquilo Zev.. tu solo parece que has desbaratado algún avieso plan duergar.. -sonrió intentando tranquilizar la conciencia del joven.- Imagina que podrían haber causado en Mirthall Hall.. Pero no es momento ahora de dudar.. esto es un faro en la noche perpetua. -relfexionó unos segundos. -No se me ocurre mejor sitio donde refugiarnos que allí donde íbamos. Espero que siga causando el mismo temor en los duergar.
Zevatur escuchó las palabras del bardo y suspiró algo aliviado. Viendo el fuego del carro lanzó un thaumaturgy para reducir el brillo de las llamas y después varios control Flames para apagar las llamas. - Será mejor apagar este fuego, menos posibilidades de que nos vean.
Al poco respiró, las llamas habían acabado. Entonces miró a sus compañeros. Desnudos... Con un respingo recordó que la gente que no había nacido en un burdel tenia un sentido exacerbado de su desnudez, incluida Kath. Conjuró Minor Illusion un biombo para esconder su cuerpo desnudo y rebuscó en su saco de contención y sacó ropas mullidas, abrigadas, nuevas y sin usar. - Oh, por favor, ¡Tapate!
Kath por fin consigue quitarse la destrozada armadura de cuero. La mira mientras corta con su daga los trozos de ropa que aún tienen algo de ácido revelando debajo su piel desnuda y enrojecida por las quemaduras.
Al ver el biombo que crea Zevatur y recibir el amable ofrecimiento del tiefling le sonríe agradecida.
- Gracias Zevatur. - le dice con una sonrisa. Al salir de detrás del biombo, remangándose la camisola que le queda un poco grande pone una mano en el hombro del sorcerer.
- No te culpes, no podíamos saber qué había en las tinajas y, como dice Guilbert, el daño que estas cosas podrían hacer en un ataque a Mithral Hall sería devastador. Todos hemos sobrevivido y hemos detenido una amenaza contra nuestros amigos, o al menos parte de ella. Ven, deja que te ayude a apagar esas llamas. -
Tira de él y juntos apagan los pequeños incendios, Kath utiliza su magia de frío para ir apagando las llamas.
Pronto sólo quedan rescoldos que, en la oscuridad que les rodea, conjura rojos reflejos en sus caras.
- ¿Vamos a la guarida de esa bestia entonces? - pregunta Kath al resto cuando ella y Zevatur han terminado.
Ash se deshizo de los girones humeantes de su ropa allá donde el limo negro le había impactado. Tras escupir sangre recuperó la compostura y observó el dantesco panorama ignorando por completo los cuerpos desnudos.
—Basta de autocompadecerse. Lo habéis hecho todos muy bien dadas las circunstancias —asintió a Zevatur— era imposible prever eso. Larguémonos ya —corroboró las palabras de Guilbert— Martin, Kath que uno de vosotros nos guíe y el otro borre nuestras huellas por si esos duergars nos siguen. Si Tymora nos sonríe pronto podremos descansar. Por cierto, ¿alguien tiene una maza de sobra? —preguntó mientras jalonaba a Helayna y esperaba que uno de los exploradores abriera la marcha.
Cuando el combate finalizó, la shadar-kai observó a su alrededor con tristeza. En cualquier otro momento la desnudez de sus compañeros le hubiera producido azoramiento e incluso le hubiera brindado un momento divertido como el sucedido en el Oasis con Guilbert y Ash, pero esta vez el panorama era desolador y solo podía pensar en que no aguantarían otro ataque en estas condiciones.
Tras la primera bola de fuego de Zevatur, Helayna había visto tan próxima la muerte de Ash que su primera reacción fue maldecir en silencio la decisión del semi-demonio; pero ahora, tras escuchar sus palabras, solo sintió compasión y empatía y cierto arrepentimiento por su primer impulso, así que aprovechó para tocarle el hombro en señal de apoyo y comprensión cuando pasó a su lado para ayudar a Kath.
Viendo que su amiga estaba en buenas manos, la elfa se acercó lentamente al lugar en el que había arrojado su túnica para desprenderse del ácido corrosivo. Allí, entre los pequeños fuegos que aún danzaban vívidos, solo encontró restos calcinados y absolutamente inservibles. Se miró de arriba abajo comprobando el estado de su vestimenta mágica. El ácido había conseguido alcanzar algunos retazos de tela, dejando marcas de quemaduras y pequeños agujeros. La hechicera suspiró con resignación y con la esperanza de poder arreglar los desperfectos una vez salieran de allí; también debía comprobar si la magia seguía intacta y funcionando en aquellos ropajes, pero esperaría hasta encontrar un lugar en el que descansar.
Observó a una distancia prudencial cómo Ash se recomponía, sin atreverse a acercarse a él. Se sentía perdida en su propio torbellino de emociones, torpe e indecisa, sin saber cómo actuar. Quizá para él aquel beso solo había sido una muestra de agradecimiento ante alguien que te salva la vida. Por su parte, Hela era incapaz de negarse todo lo que había despertado en su interior aquel gesto, su primer beso, que iba mucho más allá de la admiración y el respeto hacia su líder. ¿Se podía permitir sentir todo aquello? ¿Estaría él experimentado lo mismo? ¿Qué sabía ella de todo esto? Nada. No contaba con ninguna experiencia previa que le ayudara a interpretar correctamente sus sentimientos y mucho menos los de él. Estaba demasiado acostumbrada a estar sola y se sentía abrumada ante la indecisión, temerosa por actuar de una manera incorrecta, por lo que continuó observándole disimuladamente en la distancia.
Gloom acudió en su ayuda espantando sus pensamientos, revoloteando cerca de ella y graznando débilmente. Gracias al resplandor del fuego pudo alejarse de la batalla y mantenerse a salvo cuando Hela se desprendió de la capa bajo la que se guarecía. Se apoyó suavemente en su hombro y acarició el rostro de su dueña con delicadeza. Las hogueras fueron apagándose poco a poco gracias a la magia de Zevatur y Kath, y Gloom permaneció en su hombro para proseguir la marcha, incapaz de mantener la visión en la oscuridad.
De nuevo las palabras de Ash y su proximidad dotaron a la elfa de la energía y el ánimo que siempre le inyectaba en los momentos de mayor incertidumbre, dejándose llevar por él.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Martin parecía exhausto y apenas podía moverse, parecía que su vida pendía de un hilo. Su estado era lamentable, probablemente tenía más piel y zonas socarradas por el ácido en su cuerpo que las que se habían salvado. Su armadura de cuero era lo poco que había sobreevivido al ataque de del ser viscoso junto a sus botas, una de sus espadas parecía dañada, el carcaj medio deshecho y ninguna flecha sana y salva. No abrió la boca, su mirada casi suplicaba algún tipo de sanación, pero no la pidió.
El semielfo siempre había sido alguien bastante pudoroso, pero su desnudez ahora le importaba bien poco, todo el cuerpo le ardía, y su desesperación fue a más cuando se dio cuenta de que la mochila donde guardaba la mayoría de sus cosas, incluidos los materiales para su conjuro de las bayas, estaba dañada también. Las ramitas de muérdago estaba inutilizables. Era la hora de pasar hambre. Su mente era una ebullición de ideas oscuras y negativas, toda la operación de sigilo e infiltración se había ido al garete, habría sido la entrada más escandalosa y descarada de la historia de Los Reinos, sólo les había faltado lanzar unos fuegos artificiales al lado de la ciudad Duergar para completar la tarea.
Sus ensoñaciones de oscuros presagios se vieron interrumpidos por las palabras de Ash. No le resultaron muy convincentes, ... al menos sabía perfectamente llegar al lugar de destino, algo que aún podía hacer aunque fuera arrastrándose. Tras un largo suspiro, y poniéndose los restos de su mochila a modo de taparrabos... empezó a caminar todo lo deprisa que su lamentable estado le permitía.
Todos parecían de acuerdo así que reocgio su petate listo para iniciar la marcha. No estaba siendo consciente de los estragos que había originado aquel encuentro. Un frustrado y humillado Martin trataba de poner sus competencias al nivel demostrado anteriormente, pero a duras penas le habían aguantado las armas.. por no mencionar ni los ropajes. Las heridas y llagas supuraban aún frescas.. intento aliviar los dolores inhumanos que seguro estaba soportando el bravo guardabosques.
Cure wounds Martin +16
-Si queremos retomar el camino necesitarás algo que ponerte..- le dijo viendo a todos con menos ropa de la que se considera apropiada en la suboscuridad.- Quizá esto pueda servirte, si no tienes muchos reparos.. Almirante.
De su mochila sacó un fardo, bien doblado y apretado para ocupar lo menos posible ofreciendoselo a Martin. Una casaca azul brillante habitual de los capitanes y almirantes de la flota imperial de waterdeep, un sombrero de tres picos, blusón con chorreras y hasta la peluca de grandes rizos blancos.
-En su día me sacó de algún que otro embrollo- le confesó, sabiendo de lo poco útil del disfraz.- pero al menos te tapará las... los.. bueno.. ahí.- Le dijo incapaz de esconder una sonrisa antes de girarse.-Ultimamento no estamos aprovechando mis virtudes como espadachín, quizá por eso nos va así.. disponer de mi arma si lo veis oportuno..- le dijo a Martin pero también señalando a Ash mientras les ofrecía su querido sable.
Tras darle su arma tomó posición en vanguardia, sin olvidar las palabras burlonas de Klarotah. "Mira a los demás.. prefieres en mi hombro o en mi brazo" se dijo, mentalmente, esperando que llegara su mensaje mientras los demás solo podían escuchar una risa socarrona en la oscuridad de la geoda.
Zevatur recibió con agradecimiento las muestras de apoyos de sus compañeros. Parte de su culpa se disolvió.
- Tenemos que ocultarnos cuanto antes, no sea que alguien venga a ver que ha ocurrido. Quizás fuese interesante hacer ver que el ataque fue causado por la criatura del puente. - Dijo mientras recogía los restos de una de las flechas de Martin y las arrojaba a uno de los charcos de ácido. - Si piensan que las explosiones han sido causadas por un accidente o por la criatura no investigarán mucho más. - Después lanzo un [/spell]Prestidigitation[/spell] para eliminar las huellas del combate y un Gust para peinar la zona y remover todo. Mirando a sus compañeros a ver si piensan si irse rápido es mejor idea que limpiar primero o limpiar primero es más importante que irse rápido.
Aquellos seres gelatinoso no lograban alcanzar al eladrin que veía como sus compañeras eran afectados por la sustancia que desprendían. La bola de fuego pasó factura al grupo haciendo parecer que sus designios estaban encaminados a complicarse independientemente de la estratagema. Sin pensarlo dos veces optó por ser el centro de los ataques como en otras ocasiones. Tras la muerte del ogro que tenía a su lado, las babosas le rodearon y comenzaron a intentar alcanzarle toscamente. La gracilidad de sus movimientos mostraban que el hecho de tocarle era una empresa virtualmente imposible. Junto con la radiación del hechizo de la enigmática shadar-kai, era cuestión de tiempo que desaparecieran. Mientras tanto, Gowther aceleraría el proceso con su compañera Aegnor. Sin embargo, antes de que su baile comenzara a hacer estragos en sus enemigos, Zevatur pidió al eladrin que se alejara de aquel lugar. Mientras le miraba de soslayo, pudo apreciar que pretendía conjurar de nuevo el fuego de su dios, pero otra criatura pretendía engullir al hechicero en ácido. Sin pensarlo dos veces, desapareció dejando tras de si místicos destellos y apareció cercano al tiefling para asestar un golpe de espada que evaporó a la criatura literalmente con la famélica espada del El'Tael. Junto con su ataque, el conjuro de Zevatur fue liberado acabando con la vida de aquellos seres. Fruto del ataque con su espada unas salpicaduras alcanzaron parte de los nuevos ropajes de Gowther y dañando levemente la mano con la que empuñaba a Aegnor. Sin dar tiempo a que el daño de corrosión se extendiera las hebras de tela comenzaron a generarse, hilvanándose unas con otras hasta volver a su estado original.
[Después del combate]
Tras el combate, la mayoría del grupo se encontraba con su equipo dañado y con la salud algo comprometida. Gowther prefirió no pronunciarse en relación a las disculpas del tiefling, así como a la intención de acudir a la guarida. Como sucedió recientemente, el raciocinio del grupo estaba supeditado al ego de unos miembros que no veían las consecuencias de sus decisiones. Ademas, en otras ocasiones sus palabras lo único que podían provocar era desconcierto, inquietud o simplemente indiferencia. Al vez como Zevatur cubría sus pasos, dijo-Sin pararme a valorar las "prisas" e intereses fluctuantes, así como la impulsividad subyacente mostrada por algunos para cumplir nuestra misión, deberíamos decidir de un modo más cauto cuales deben ser nuestros pasos. De seguir tomando estas decisiones, no vamos a llegar a nuestro cometido.-Tras una pausa-Si queréis continuar hacia la guarida de la bestia que casi acaba con nuestra vida al querer rescatar a toda costa a la persona que ahora parece estar en un segundo plano, sería recomendable poder buscar un lugar seguro para descansar. Estamos agotando nuestros recursos mágicos y nuestra heridas pueden facilitar el objetivo de acabar con nosotros.-Sus palabras no pretendieron ser ofensivas, al contrario, pretendían vislumbrar algún sentido tras todo lo ocurrido.
Ash observó al elfo pulcramente vestido y sin mácula de haber combatido. Suspiró, le dolían hasta las pestañas. Enfundó a Norma, pero conservó el tablón ennegrecido.
—Gowther, si buscamos esa guarida es justamente para descansar, ahora que su morador tiene las tripas esparcidas por el fondo de aquel abismo —escupió y tomo aire de nuevo antes de seguir—. Con un poco de suerte el miedo de los duergar les mantendrá alejados del lugar. Si conjuras tu domo de nuevo podrían dar con nosotros. Esos duergars nos son insectos descerebrados y también tienen magia a su disposición. Como Guilbert, pienso que descansar en esa guarida es una buena idea. Si tienes una idea mejor, te escuchamos, pero primero nos alejamos de aquí, si te parece bien —asintió al guerrero elfo y encaró a Zevatur—. Haz lo que puedas, pero que sea rápido. Necesitamos alejarnos de este desastre ya. Alcánzanos en cuanto puedas Zev —buscó al paladín con la mirada— Morko ¿puedes ayudar a curar a Martin? Martin, Kath, hay que moverse, te seguimos de cerca esta vez —dijo a Martin mirándole con decisión— Nada de correr riesgos, solo guíanos.
Ash tomó la mano de Helayna y se dispuso seguir al explorador.
Tras la exposición del guerrero.-¿Qué nos hace pensar que aquella criatura no sea solo la punta del iceberg? Si vamos buscando cobijo en aquel lugar, puede que nos encontremos con una desagradable sorpresa. Además, no entiendo la incongruencia entre acelerar el paso por tener que salvar a las personas capturadas obteniendo consecuencias nefastas y ahora lo idóneo sea retroceder sobre nuestros pasos en dirección contraria hacia esta guarida tan alejada... Sea como sea,-dijo vislumbrando que el razonamiento de aquellas razas condenadas les llevaría de nuevo a una situación arriesgada-solo os pido que consideréis otro lugar que no sea una guarida potencialmente peligrosa y tan alejada de nuestro camino para retomar fuerzas...
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"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Tras caminar unos cientos de metros a través del extraño paraje, lejos del carro calcinado, Ash se detuvo y encaró al elfo.
—Vale Gowther. ¿Qué propones? Se concreto —dijo tomando aliento y doliéndose de las costillas.— Ese carromato debe ser parte de un convoy más grande y que seguramente esté bien protegido si temían ataques de la criatura. Posiblemente el carro se haya retrasado y el grupo principal no tardará en enviar a alguien a ver qué ha pasado. Sobretodo con las explosiones y los fuegos artificiales. Se breve
Martin recibió con alegría la bola de fuego de Zevatur, por fín sus poderes brillaban y cogían forma, era un aliado a tomar en cuenta, su potencia de combate se había disparado en las últimas semanas y el semielfo se alegraba de tenerle a su lado. Sin embargo su alegría inicial al ver a sus enemigos arder cual teas se derrumbó de inmediato cuando el carromato lleno de extrañas tinajas explotó casi en sus narices. Restos de cerámica, cristal, y madera salieron disparados a su alrededor impregnados en una babaza negra que salpicaba todo y a todos.
A pesar de que se había retirado del frente segundos antes para cercenar la vida de uno de los ogros con la comodidad de la distancia y su arco, el destino que tejía su Reina esta vez no le iba a ser tan favorable como en el anterior combate contra el ser-escorpión. Una criatura negra como la noche con una textura alquitranada y la consistencia de la jalea aterrizó justo a sus pies, sin apenas dejarle margen de maniobra. El ser se arremolinó sobre sí mismo a gran velocidad y antes de que el pícaro pudiera reaccionar, un pseudópodo floreció de su cuerpo y rodeó completamente al sorprendido arquero. Todo se tornó en dolor y sufrimiento cuando sintió que esa sustancia se precipitaba sobre él, metiéndose por todas las rendijas de su armadura y deshaciendo piel, músculo y hueso por igual. Su capa, fiel compañera de viaje desde que salió para su primera misión hace muchos más años de los que podía recordar, remendada y reparada incluso después de apagar incendios en bosques, se desintegró casi completamente. Después sintió como sus ropajes, cinchas para las cuchillas, cinturones, dagas ocultas y mochila sufrían la misma suerte. El carcaj y las escasas flechas que portaba quedaron inutilizados también.
Fue cuando sintió el ácido sobre su piel abriéndose paso y fundiendo todo en una amalgama de quemaduras y tejidos variados cuando creyó que se desvanecía... consiguió mantener la consciencia a duras penas cuando cada célula de su cuerpo chillaba de dolor. Salpicones de ácido cayeron sorbe su cara, derritiendo parte de ésta y fundiendo los pelos de barba, su boca y casi perdiendo un ojo en el proceso.
De alguna manera instintiva consiguió finalmente zafarse del mortal abrazo sintiéndose totalmente desfigurado y lisiado. Tras volver a alejarse, casi arrastrando una de sus piernas, y ponerse a cubierto detrás de una formación cristalina cercana, la última flecha que le quedaba fue disparada a otro de los seres que acosaban a su líder Ash, que no había corrido mejor suerte que él. La vista le fallaba, pero pudo observar como la flecha se clavó en la pastosa criatura derritiéndose en el proceso. No tenía ni idea si había surtido algún efecto en ella o no... en cualquier caso, ya no tenía más flechas que usar... y todo su ser seguía ardiendo de fuera hacía dentro.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Ash observa como la flecha de Martin hiere gravemente a una de aquellas babosas negras.
—¡Estos mocos de troll son lentos! ¡Usemos la distancia y los arcos! —escupe como puede entre el lacerante dolor
En una maniobra de finta se deshace de su oponente y corre en dirección a Helayna sin ponerse al alcance de los seudópodos de otra de los terribles monstruos ácidos.
Disengage y movimiento
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Las criaturas que parecen melaza negra se mueven lentas tal y cómo ha dicho Ash, pero se extienden con rapidez para intentar atrapar a sus presas. Su único objetivo alimentarse de la carne de los seres vivos que encuentran a su alrededor.
Kath se arranca los ardientes restos de su armadura de cuero, ahora inservible y lanza un par de rayos de energía azulada hacia el pudding negro que acosa a Zevatur con la intención de protegerle.
El guerrero espectral convocado por Guilbert asesta golpes certeros contra otro, pero aunque se encoge y retuerce, emitiendo una especie de siseo, las criaturas comienzan a rodear a Gowther, que se ha quedado prácticamente solo en el centro de la nube invocada por Helanya para acabar con el ogro y ofrecer una línea de defensa contra las criaturas. Pese a estar en el medio de la bruma mágica, sus movimientos son rápidos y fluidos y la estela dejada por Aegnor parece una muralla de fuego que mantiene a raya a las extrañas bestias.
Martin observa casi hipnotizado como incluso la obsidiana se resiente ante el ácido corrosivo y carga rápidamente una flecha, tensando su arco cuando ve como una de las criaturas se acerca a Gowther por su espalda, el El`Tael parece no haberse dado cuenta. El semi-elfo se maldice porque sabe que, aunque su flecha sea certera, no será suficiente y la vida del eladrin está en peligro. Pero entonces la bestia parece que se concentra y es elevada hasta la mitad de la nube por una fuerza invisible. El asesino se pregunta cómo es posible, pero entonces ve a Klarotah, al otro lado de la nube y por encima de ella, invocando la magia para alejar la amenaza de Gowther.
Helayna comprueba que su hechizo está siendo muy efectivo, pues todas las bestias se queman bajo su efecto, incluso el ogro, que levanta su inmenso garrote para intentar aplastar a Guilbert, cae fulminado por su poder. Sin embargo la joven hechicera puede hacer más...
PbP Character: A few ;)
El paladín, cansado de no poder utilizar el hacha ancestral de su familia, y viendo que está demasiado lejos para utilizar otra cosa, lanza con fuerza a Kheluzburk contra una de las masas informes.
La poderosa hacha corta limpiamente por la mitad al pudding negro. Pero para horror del enano, cada una de las partes se mueve exactamente como se movía la original, que era más grande. Por suerte, el hacha porta parte de la energía divina de Moradin, y esta hace que, en lugar de ir hacia él, los ahora algo más pequeños limos se returezan de dolor y comiencen a disolverse en dos charcos negros humeantes.
A la mente militar de Morko no se le escapa el potencial peligro que tienen estas criaturas en un asedio o un ataque contra las defensas de Mithral Hall. Una sola de estas tinajas puede diezmar toda una sección de defensa enana, destruyendo no sólo a los soldados que la defiendan, si no las armaduras de los mismos, dejándolos indefensos contra el ataque de los duergar, e incluso la piedra tras la que se parapeten.
Martin se pregunta cuanta efectividad tendrán sus flechas contra semejantes seres informes, pero no iba a dejar a Gowther solo y rodeado de aquellas cosas...
PbP Character: A few ;)
Después de haber lanzado la bola de fuego, en lo que consideraba un ataque estratégicamente demoledor se había desatado un infierno de ácido. Las miradas acusadoras de sus compañeros no ayudaban a Zevatur a sentirse bien consigo mismo. Su idea de explorar Canela habían traído criatura aberrante hasta ellos, la bola de fuego estaba devorando sus recursos y energías con velocidad. La culpa espoleaba a Zevatur mientras quemaba recursos sin reserva... la bola de fuego, curaciones, golpes de luz duplicados, una teleportación menor, consumo de hechizos para sus habilidades de sorcerer...
Viendo a los enemigos agrupados, Gowther a punto de actuar vio la oportunidad de lanzar otra bola de fuego.
- "Gothwer, sal de ahí, sal de la zona de luz, Voy a lanzar otra bola de fuego!!" mientras sus manos conjuraban una bola de fuego y la retenía en espera de que su compañero se alejase de la zona.
Zevatur, Rolthos
Entre las llamas Guilbert pudo distinguir una figura que aún se arrastraba hacia sus compañeros. Y tan rápido como la vio, la fantasmal figura del highlander cargó. Sin embargo la descarga de energía no consiguió acabar con la ácida babosa. Unos golpes de laud y un destello cruzó la oscuridad impactando en aquella masa informe deshaciéndose en el suelo de obsidiana. El último de los seres flotaba en una burbuja carente de peligro aparente.
-Klarotah- intentó hacerse escuchar entre el crepitar de carros y enemigos.- Sin duda has ganado el premio a la mascota mas original del grupo.. algún plan para él?- dijo no sin miedo ante aquel fabuloso poder destructivo encerrado en una pompa..- Estas criaturas hubieran dejado las defensas de Mirthal bastante tocadas.. solo espero que no haya muchas caravanas como ésta?
Con una mirada al bardo, el Lilith is uso sus poderes para llevar la masa del limo sobre los restos ardientes del carro y dejarla caer. Pese a los intentos de la criatura de salir del pequeño infierno todos ven como la consumen las llamas.
Después volvió flotando al lado de Guilbert.
- No necesito mas mascotas... - le susurra en la mente a Guilbert de tal modo que solo puede escucharle el - ... ya os tengo a vosotros - parece que se ríe entre dientes pero no es un sonido agradable.
PbP Character: A few ;)
Zevatur mantuvo la bola de fuego justo hasta que el grácil elfo salió de lo que calculaba que era la zona de explosión de la bola de fuego. "Lo que ha empezado una bola de fuego, que lo acabe una bola de fuego". Con la rabia de sentirse culpable por la lluvia ácida de criaturas sobre el grupo, lanzó el fuego abrasador. Esta vez aún más intenso que la primera, más ardiente. Las llamas envolvieron con precisión quirúrgica a cuatro de las negras criaturas ácidas y cuanto se retiraron dos criaturas ardían inmóviles y otras dos parecían retorcerse en dolor, debilitadas. Su sonrisa duró poco cuando la criatura a su lado explotó en ácido al morir tras el demoledor ataque del elfo.
Al finalizar el combate, mientras sus compañeros acababan con el resto de forma eficiente Zevatur se apresuró a disculparse... “Siento la explosión de criaturas, no pensé... no podía imaginar que esto iba a pasar. Yo me he quedado bastante exhausto tras este combate... “ Dijo sin poder mirar a los ojos a sus amigos. Estaba seguro que por una temporada no iba a sugerir ningún plan de acción... De alguna forma pensaba que él había atraído a la criatura aberrante del puente al perturbarla mediante Canela y que los black puddings habían explotado tan solo por su bola de fuego.
Zevatur, Rolthos
Incapaz de quitar la vista de la desnudez de sus compañeros el bardo escuchó las disculpas del joven tiefling. Se había librado por poco de los ataques de los enemigos aunque las heridas del insecto gigante aún permanecían abiertas. En lo mas profundo se sentía exhausto tras descargar la mayor parte de la magia encerrada en su música y los demás no parecían estar mucho mejor. Los efectos del ácido y la piel quemada hacían el panorama muy desagradable y poco alentador. La destrucción y las llamas le impedían observar en plenitud la situación, imaginando que habría mas de esas babosas.
-Tranquilo Zev.. tu solo parece que has desbaratado algún avieso plan duergar.. -sonrió intentando tranquilizar la conciencia del joven.- Imagina que podrían haber causado en Mirthall Hall.. Pero no es momento ahora de dudar.. esto es un faro en la noche perpetua. -relfexionó unos segundos. -No se me ocurre mejor sitio donde refugiarnos que allí donde íbamos. Espero que siga causando el mismo temor en los duergar.
Zevatur escuchó las palabras del bardo y suspiró algo aliviado. Viendo el fuego del carro lanzó un thaumaturgy para reducir el brillo de las llamas y después varios control Flames para apagar las llamas. - Será mejor apagar este fuego, menos posibilidades de que nos vean.
Al poco respiró, las llamas habían acabado. Entonces miró a sus compañeros. Desnudos... Con un respingo recordó que la gente que no había nacido en un burdel tenia un sentido exacerbado de su desnudez, incluida Kath. Conjuró Minor Illusion un biombo para esconder su cuerpo desnudo y rebuscó en su saco de contención y sacó ropas mullidas, abrigadas, nuevas y sin usar. - Oh, por favor, ¡Tapate!
Zevatur, Rolthos
Kath por fin consigue quitarse la destrozada armadura de cuero. La mira mientras corta con su daga los trozos de ropa que aún tienen algo de ácido revelando debajo su piel desnuda y enrojecida por las quemaduras.
Al ver el biombo que crea Zevatur y recibir el amable ofrecimiento del tiefling le sonríe agradecida.
- Gracias Zevatur. - le dice con una sonrisa. Al salir de detrás del biombo, remangándose la camisola que le queda un poco grande pone una mano en el hombro del sorcerer.
- No te culpes, no podíamos saber qué había en las tinajas y, como dice Guilbert, el daño que estas cosas podrían hacer en un ataque a Mithral Hall sería devastador. Todos hemos sobrevivido y hemos detenido una amenaza contra nuestros amigos, o al menos parte de ella. Ven, deja que te ayude a apagar esas llamas. -
Tira de él y juntos apagan los pequeños incendios, Kath utiliza su magia de frío para ir apagando las llamas.
Pronto sólo quedan rescoldos que, en la oscuridad que les rodea, conjura rojos reflejos en sus caras.
- ¿Vamos a la guarida de esa bestia entonces? - pregunta Kath al resto cuando ella y Zevatur han terminado.
PbP Character: A few ;)
Ash se deshizo de los girones humeantes de su ropa allá donde el limo negro le había impactado. Tras escupir sangre recuperó la compostura y observó el dantesco panorama ignorando por completo los cuerpos desnudos.
—Basta de autocompadecerse. Lo habéis hecho todos muy bien dadas las circunstancias —asintió a Zevatur— era imposible prever eso. Larguémonos ya —corroboró las palabras de Guilbert— Martin, Kath que uno de vosotros nos guíe y el otro borre nuestras huellas por si esos duergars nos siguen. Si Tymora nos sonríe pronto podremos descansar. Por cierto, ¿alguien tiene una maza de sobra? —preguntó mientras jalonaba a Helayna y esperaba que uno de los exploradores abriera la marcha.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Cuando el combate finalizó, la shadar-kai observó a su alrededor con tristeza. En cualquier otro momento la desnudez de sus compañeros le hubiera producido azoramiento e incluso le hubiera brindado un momento divertido como el sucedido en el Oasis con Guilbert y Ash, pero esta vez el panorama era desolador y solo podía pensar en que no aguantarían otro ataque en estas condiciones.
Tras la primera bola de fuego de Zevatur, Helayna había visto tan próxima la muerte de Ash que su primera reacción fue maldecir en silencio la decisión del semi-demonio; pero ahora, tras escuchar sus palabras, solo sintió compasión y empatía y cierto arrepentimiento por su primer impulso, así que aprovechó para tocarle el hombro en señal de apoyo y comprensión cuando pasó a su lado para ayudar a Kath.
Viendo que su amiga estaba en buenas manos, la elfa se acercó lentamente al lugar en el que había arrojado su túnica para desprenderse del ácido corrosivo. Allí, entre los pequeños fuegos que aún danzaban vívidos, solo encontró restos calcinados y absolutamente inservibles. Se miró de arriba abajo comprobando el estado de su vestimenta mágica. El ácido había conseguido alcanzar algunos retazos de tela, dejando marcas de quemaduras y pequeños agujeros. La hechicera suspiró con resignación y con la esperanza de poder arreglar los desperfectos una vez salieran de allí; también debía comprobar si la magia seguía intacta y funcionando en aquellos ropajes, pero esperaría hasta encontrar un lugar en el que descansar.
Observó a una distancia prudencial cómo Ash se recomponía, sin atreverse a acercarse a él. Se sentía perdida en su propio torbellino de emociones, torpe e indecisa, sin saber cómo actuar. Quizá para él aquel beso solo había sido una muestra de agradecimiento ante alguien que te salva la vida. Por su parte, Hela era incapaz de negarse todo lo que había despertado en su interior aquel gesto, su primer beso, que iba mucho más allá de la admiración y el respeto hacia su líder. ¿Se podía permitir sentir todo aquello? ¿Estaría él experimentado lo mismo? ¿Qué sabía ella de todo esto? Nada. No contaba con ninguna experiencia previa que le ayudara a interpretar correctamente sus sentimientos y mucho menos los de él. Estaba demasiado acostumbrada a estar sola y se sentía abrumada ante la indecisión, temerosa por actuar de una manera incorrecta, por lo que continuó observándole disimuladamente en la distancia.
Gloom acudió en su ayuda espantando sus pensamientos, revoloteando cerca de ella y graznando débilmente. Gracias al resplandor del fuego pudo alejarse de la batalla y mantenerse a salvo cuando Hela se desprendió de la capa bajo la que se guarecía. Se apoyó suavemente en su hombro y acarició el rostro de su dueña con delicadeza. Las hogueras fueron apagándose poco a poco gracias a la magia de Zevatur y Kath, y Gloom permaneció en su hombro para proseguir la marcha, incapaz de mantener la visión en la oscuridad.
De nuevo las palabras de Ash y su proximidad dotaron a la elfa de la energía y el ánimo que siempre le inyectaba en los momentos de mayor incertidumbre, dejándose llevar por él.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Martin parecía exhausto y apenas podía moverse, parecía que su vida pendía de un hilo. Su estado era lamentable, probablemente tenía más piel y zonas socarradas por el ácido en su cuerpo que las que se habían salvado. Su armadura de cuero era lo poco que había sobreevivido al ataque de del ser viscoso junto a sus botas, una de sus espadas parecía dañada, el carcaj medio deshecho y ninguna flecha sana y salva. No abrió la boca, su mirada casi suplicaba algún tipo de sanación, pero no la pidió.
El semielfo siempre había sido alguien bastante pudoroso, pero su desnudez ahora le importaba bien poco, todo el cuerpo le ardía, y su desesperación fue a más cuando se dio cuenta de que la mochila donde guardaba la mayoría de sus cosas, incluidos los materiales para su conjuro de las bayas, estaba dañada también. Las ramitas de muérdago estaba inutilizables. Era la hora de pasar hambre. Su mente era una ebullición de ideas oscuras y negativas, toda la operación de sigilo e infiltración se había ido al garete, habría sido la entrada más escandalosa y descarada de la historia de Los Reinos, sólo les había faltado lanzar unos fuegos artificiales al lado de la ciudad Duergar para completar la tarea.
Sus ensoñaciones de oscuros presagios se vieron interrumpidos por las palabras de Ash. No le resultaron muy convincentes, ... al menos sabía perfectamente llegar al lugar de destino, algo que aún podía hacer aunque fuera arrastrándose. Tras un largo suspiro, y poniéndose los restos de su mochila a modo de taparrabos... empezó a caminar todo lo deprisa que su lamentable estado le permitía.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Todos parecían de acuerdo así que reocgio su petate listo para iniciar la marcha. No estaba siendo consciente de los estragos que había originado aquel encuentro. Un frustrado y humillado Martin trataba de poner sus competencias al nivel demostrado anteriormente, pero a duras penas le habían aguantado las armas.. por no mencionar ni los ropajes. Las heridas y llagas supuraban aún frescas.. intento aliviar los dolores inhumanos que seguro estaba soportando el bravo guardabosques.
Cure wounds Martin +16
-Si queremos retomar el camino necesitarás algo que ponerte..- le dijo viendo a todos con menos ropa de la que se considera apropiada en la suboscuridad.- Quizá esto pueda servirte, si no tienes muchos reparos.. Almirante.
De su mochila sacó un fardo, bien doblado y apretado para ocupar lo menos posible ofreciendoselo a Martin. Una casaca azul brillante habitual de los capitanes y almirantes de la flota imperial de waterdeep, un sombrero de tres picos, blusón con chorreras y hasta la peluca de grandes rizos blancos.
-En su día me sacó de algún que otro embrollo- le confesó, sabiendo de lo poco útil del disfraz.- pero al menos te tapará las... los.. bueno.. ahí.- Le dijo incapaz de esconder una sonrisa antes de girarse.-Ultimamento no estamos aprovechando mis virtudes como espadachín, quizá por eso nos va así.. disponer de mi arma si lo veis oportuno..- le dijo a Martin pero también señalando a Ash mientras les ofrecía su querido sable.
Tras darle su arma tomó posición en vanguardia, sin olvidar las palabras burlonas de Klarotah. "Mira a los demás.. prefieres en mi hombro o en mi brazo" se dijo, mentalmente, esperando que llegara su mensaje mientras los demás solo podían escuchar una risa socarrona en la oscuridad de la geoda.
Zevatur recibió con agradecimiento las muestras de apoyos de sus compañeros. Parte de su culpa se disolvió.
- Tenemos que ocultarnos cuanto antes, no sea que alguien venga a ver que ha ocurrido. Quizás fuese interesante hacer ver que el ataque fue causado por la criatura del puente. - Dijo mientras recogía los restos de una de las flechas de Martin y las arrojaba a uno de los charcos de ácido. - Si piensan que las explosiones han sido causadas por un accidente o por la criatura no investigarán mucho más. - Después lanzo un [/spell]Prestidigitation[/spell] para eliminar las huellas del combate y un Gust para peinar la zona y remover todo. Mirando a sus compañeros a ver si piensan si irse rápido es mejor idea que limpiar primero o limpiar primero es más importante que irse rápido.
Zevatur, Rolthos
[Durante el combate]
Aquellos seres gelatinoso no lograban alcanzar al eladrin que veía como sus compañeras eran afectados por la sustancia que desprendían. La bola de fuego pasó factura al grupo haciendo parecer que sus designios estaban encaminados a complicarse independientemente de la estratagema. Sin pensarlo dos veces optó por ser el centro de los ataques como en otras ocasiones. Tras la muerte del ogro que tenía a su lado, las babosas le rodearon y comenzaron a intentar alcanzarle toscamente. La gracilidad de sus movimientos mostraban que el hecho de tocarle era una empresa virtualmente imposible. Junto con la radiación del hechizo de la enigmática shadar-kai, era cuestión de tiempo que desaparecieran. Mientras tanto, Gowther aceleraría el proceso con su compañera Aegnor. Sin embargo, antes de que su baile comenzara a hacer estragos en sus enemigos, Zevatur pidió al eladrin que se alejara de aquel lugar. Mientras le miraba de soslayo, pudo apreciar que pretendía conjurar de nuevo el fuego de su dios, pero otra criatura pretendía engullir al hechicero en ácido. Sin pensarlo dos veces, desapareció dejando tras de si místicos destellos y apareció cercano al tiefling para asestar un golpe de espada que evaporó a la criatura literalmente con la famélica espada del El'Tael. Junto con su ataque, el conjuro de Zevatur fue liberado acabando con la vida de aquellos seres. Fruto del ataque con su espada unas salpicaduras alcanzaron parte de los nuevos ropajes de Gowther y dañando levemente la mano con la que empuñaba a Aegnor. Sin dar tiempo a que el daño de corrosión se extendiera las hebras de tela comenzaron a generarse, hilvanándose unas con otras hasta volver a su estado original.
[Después del combate]
Tras el combate, la mayoría del grupo se encontraba con su equipo dañado y con la salud algo comprometida. Gowther prefirió no pronunciarse en relación a las disculpas del tiefling, así como a la intención de acudir a la guarida. Como sucedió recientemente, el raciocinio del grupo estaba supeditado al ego de unos miembros que no veían las consecuencias de sus decisiones. Ademas, en otras ocasiones sus palabras lo único que podían provocar era desconcierto, inquietud o simplemente indiferencia. Al vez como Zevatur cubría sus pasos, dijo-Sin pararme a valorar las "prisas" e intereses fluctuantes, así como la impulsividad subyacente mostrada por algunos para cumplir nuestra misión, deberíamos decidir de un modo más cauto cuales deben ser nuestros pasos. De seguir tomando estas decisiones, no vamos a llegar a nuestro cometido.-Tras una pausa-Si queréis continuar hacia la guarida de la bestia que casi acaba con nuestra vida al querer rescatar a toda costa a la persona que ahora parece estar en un segundo plano, sería recomendable poder buscar un lugar seguro para descansar. Estamos agotando nuestros recursos mágicos y nuestra heridas pueden facilitar el objetivo de acabar con nosotros.-Sus palabras no pretendieron ser ofensivas, al contrario, pretendían vislumbrar algún sentido tras todo lo ocurrido.
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Ash observó al elfo pulcramente vestido y sin mácula de haber combatido. Suspiró, le dolían hasta las pestañas. Enfundó a Norma, pero conservó el tablón ennegrecido.
—Gowther, si buscamos esa guarida es justamente para descansar, ahora que su morador tiene las tripas esparcidas por el fondo de aquel abismo —escupió y tomo aire de nuevo antes de seguir—. Con un poco de suerte el miedo de los duergar les mantendrá alejados del lugar. Si conjuras tu domo de nuevo podrían dar con nosotros. Esos duergars nos son insectos descerebrados y también tienen magia a su disposición. Como Guilbert, pienso que descansar en esa guarida es una buena idea. Si tienes una idea mejor, te escuchamos, pero primero nos alejamos de aquí, si te parece bien —asintió al guerrero elfo y encaró a Zevatur—. Haz lo que puedas, pero que sea rápido. Necesitamos alejarnos de este desastre ya. Alcánzanos en cuanto puedas Zev —buscó al paladín con la mirada— Morko ¿puedes ayudar a curar a Martin? Martin, Kath, hay que moverse, te seguimos de cerca esta vez —dijo a Martin mirándole con decisión— Nada de correr riesgos, solo guíanos.
Ash tomó la mano de Helayna y se dispuso seguir al explorador.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Tras la exposición del guerrero.-¿Qué nos hace pensar que aquella criatura no sea solo la punta del iceberg? Si vamos buscando cobijo en aquel lugar, puede que nos encontremos con una desagradable sorpresa. Además, no entiendo la incongruencia entre acelerar el paso por tener que salvar a las personas capturadas obteniendo consecuencias nefastas y ahora lo idóneo sea retroceder sobre nuestros pasos en dirección contraria hacia esta guarida tan alejada... Sea como sea,-dijo vislumbrando que el razonamiento de aquellas razas condenadas les llevaría de nuevo a una situación arriesgada-solo os pido que consideréis otro lugar que no sea una guarida potencialmente peligrosa y tan alejada de nuestro camino para retomar fuerzas...
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Tras caminar unos cientos de metros a través del extraño paraje, lejos del carro calcinado, Ash se detuvo y encaró al elfo.
—Vale Gowther. ¿Qué propones? Se concreto —dijo tomando aliento y doliéndose de las costillas.— Ese carromato debe ser parte de un convoy más grande y que seguramente esté bien protegido si temían ataques de la criatura. Posiblemente el carro se haya retrasado y el grupo principal no tardará en enviar a alguien a ver qué ha pasado. Sobretodo con las explosiones y los fuegos artificiales. Se breve
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)