Mientras el grupo seguía avanzando Zevatur cerró los ojos y utilizó su vínculo con Canela poniendo la mano en el hombro de Ash y dejando que el guerrero fuera sus ojos mientras caminaban por la superficie de obsidiana.
Canela estaba exhultante. Sabíéndose invisible, el pequeño pseudodragón revoloteaba entre los compañeros y se paró frente a la inquietante cara alienígena de Klarotah, haciendo muecas frente a él, hasta que recordó su misión y se lanzó tras el rastro que había dejado la criatura que arrastraba los cadáveres de los duergar.
Apenas unos minutos más tarde, llegó a una formación circular de aristas que le recordó a Zevatur al lugar donde se habían refugiado del ataque de los Kruthik pero completamente cerrado. Sólo podía accederse a él escalando o, como en el caso del valiente dragoncillo, volando. El interior era más oscuro aún si cabe, lleno de recovecos creados por las aristas que se intercalaban entre ellas.
Canela se detuvo al ver el cuerpo de dos enanos oscuros en el suelo. Los cadáveres habían sido abiertos en canal sin ningún miramiento ni cuidado, como si una, o varias, bestias hubieran decido darse un banquete con los órganos de los malogrados enanos. El pequeño dragón se posó en una de las aristas cercanas, aferrándose con sus pequeñas garras a la roca cristalizada y olió el hedor de la muerte y la carnicería. Un leve vaho salía de las entrañas expuestas, dando a entender que tal bestialidad había ocurrido hacía poco.
Eso hizo que Canela mirara a su alrededor y venteara el aire en busca de la criatura que hubiera hecho aquello. Pero el hedor a muerte, sangre y restos era demasiado fuerte y no pudo oler nada. Sin embargo sí sintió que algo grande se acercaba a gran velocidad hacia él. Saltó en el último momento de su improvisada percha y un aguijón negro y enorme destrozó parte de la arista, lanzando pequeños pedazos de obsidiana al rededor. Canela intentó volar hacia arriba para escapar, pero un borrón de movimiento a su izquierda le hizo saber que le seguían. Su frenético aleteo debería estar delatándole, pero no tenía otra opción si quería salir de allí. Más rápida de lo que el ojo humano podía ver, una criatura de gran tamaño se movió por la pared y una pinza gigantesca se cerró sobre el cuello del pobre Canela.
El fogonazo de repentino dolor hizo que Zevatur gritara de dolor y miedo y trastabillara. Sabía que Canela habría vuelto a su dimensión y que podría volver a llamarlo a su lado, pero no pudo evitar sentirse mal por haber enviado al regalo de su dios a una muerte tan dolorosa.
Mientras tanto Guilbert se preguntaba si alguna vez saldrían de allí. Le parecía que hacía una eternidad que contemplaban el mismo paisaje. Fue entonces cuando llegaron a la sima.
Un abismo se abría ante ellos. En tiempos prehistóricos un gran seismo había partido en dos la inmensa geoda donde se encontraban y había creado una sima que se abría ante ellos. La otra parte de las planicies se encontraba a más de quinientos pies de distancia y bastante más abajo. No tendrían, sin embargo, que preocuparse por cómo cruzar al otro lado. A lo largo de los siglos y siglos decenas de aristas habían crecido entre ambos lados del abismo y habían creado una telaraña prismática que unía las dos mitades. Algunas eran tan anchas y resistentes que Morko calculó que se podría pasar con un carromato por allí. O algo más pesado.
Mientras buscaban el mejor camino entre la maraña de obsidiana, Zevatur gritó al conocer la suerte de Canela.
Martin observaba la telaraña cristalina que estaba tejiendo el mismo abismo mientras analizaba la manera más segura de cruzar, su aguda vista le estaba resultando una valiosa aliada en la suboscuridad, pero su preocupación y nerviosismo estaba yendo en aumento según se acercaban a la ciudad Duergar y las patrullas enanas empezaban a ser cada vez más frecuentes. Seguía sin fiarse del Illithid, y su mirada era desviada constantemente hacia su persona para comprobar en todo momento donde estaba o que le llamaba la atención.
El grito de Zevatur le alertó y sacó sus espadas casi inconscientemente mientras corría hacía él aterrado por lo que pudiera haber sorprendido o asustado a su amigo. Cuando estuvo a su altura, entendió lo que había ocurrido y su rostro se ensombreció con la tristeza, ... puso una mano en silencio sobre su hombro, esperando alguna respuesta del Tiefling acerca de lo que había visto antes del fatídico final.
—¡¿Y ahora qué pasa?! —desenfundó rápidamente en respuesta al grito de Zev— Ah... ya, ya veo... bueno. Gowther... en fin, explícale como func... —se dio cuenta de que todos sus compañeros tenían mascota menos él y Guilbert, que por otra parte había decidido jugar a los exploradores.
Enfundó de nuevo. Se llevó una mano a la sien y masajeó un poco antes de sacudir la cabeza. Estaba empezando a hartarse de aquellas cuevas interminables llenas de enemigos y sorpresas desagradables. Frunció el ceño. Se moría por un trago, comida caliente, un lecho que no fuera de piedra y una mujer juguetona. Entonces sus ojos se cruzaron con los de la Helayna, oscuros y profundos como pozos llenos de misterio y a pesar de todo dulces como la miel. La sonrió sin pretenderlo. Se sorprendió a si mismo por el hecho de no estar mirando sus senos o sus caderas. ¿Qué le estaba pasando con ella? No, se rebeló. Corrigió el particular inmediatamente sin demasiado pudor.
—Venga señoritas, crucemos ese maldito puente y dejémonos de cacerías. Hay una paladina que cuenta con nosotros y cada hora que pasa ponemos un clavo en su ataúd —sentenció mientras esperaba que los exploradores tomaran la delantera en actitud profesional.
- Oh, no os preocupeis... !Ha sido un grito de sorpresa y dolor! - Dice algo avergonzado del repentino grito. - En ese momento estaba poseyendo a Canela, pero no he visto mucho, apenas una criatura cazando. No hemos tenido ninguna oportunidad, pero Canela está bien, seguro que ya deseando regresar de aventuras otra vez, para el será mas doloroso perderse los próximos eventos que el ataque en si mismo. En cuanto tenga oportunidad le invocaré otra vez. - Dice Zevatur esperando ya que los exploradores abran el paso hacia alante.
La elfa rió divertida ante el revoloteo de Canela después de materializar en su mente la petición de invisibilidad. Fue la primera en presentarse voluntaria para concedérselo y le deseó suerte en el mismo momento en el que se desvanecía gracias a su magia. Aliviada por no tener que adentrarse tras las marcas de la bestia que atemorizaba a los enanos, continuó el camino hacia adelante inquieta y alerta a los nuevos acontecimientos.
A pesar de los peligros, la shadar-kai se sentía cómoda en aquel lugar. La sensación familiar y confortable de la obsidiana se acrecentaba cuanto más profundo se internaban, la oscuridad la mecía y le transmitía calma; a diferencia de sus compañeros, la sensación asfixiante de no distinguir el día de la noche se transformaba en ella en una apacible seguridad. Contempló la sima y la telaraña natural a modo de puente con admiración, recordando las estructuras naturales que creaban su ciudad con una punzada de añoranza, hasta que el grito de Zevatur la alteró y tensó su cuerpo, volviendo su mirada hacia él preocupada, hasta que comprendió con pesar lo que había sucedido.
Y, de pronto, Ash. Sus miradas se cruzaron de manera fortuita, sacudiendo con esa sonrisa los rincones más profundos de su interior y dejándola desarmada. No recordaba haberle visto sonreír así nunca; no era una sonrisa socarrona o audaz como las que solía regalar constantemente. Había surgido de una forma espontánea y natural y era incapaz de describirla, una mezcla entre dulzura y afecto, que la había hecho sentir en milésimas de segundo un estremecimiento que recorrió todo su cuerpo. Aguantó su mirada durante un lapso que se le hizo eterno y fugaz a la par, con un brillo desconocido en los ojos y una cándida sonrisa dibujada en los labios, hasta que la turbación que le originaban aquellas sensaciones la obligó a desviar la mirada nerviosa hacia el suelo. No sabía qué significaba todo aquello. Una vez más, por un momento, se había sentido única y especial, y era algo que solo Ash conseguía provocar. Y la única certeza que tenía era que deseaba que siguiera siendo así.
Recompuesta, se obligó a continuar la marcha y centrarse en los posibles peligros que se avecinaban, sin poder borrar durante un buen trecho ese rastro de sonrisa estúpida de su rostro.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Al ver el sobresalto de Zevatur y explicar lo sucedido, Gowther comprendió que no estaba acostumbrado a la conexión con un familiar, pero su razonamiento era el más apropiado. Los familiares no dejan de ser espíritus incorpóreos que toman forma física gracias a las aptitudes mágicas del convocador. Es solo una cáscara para contener una esencia.-Lamento que hayas perdido a Canela. Sin duda supondrá una pérdida de recursos materiales y temporales bastante acusada.-dijo pensando en las consecuencias objetivas de lo sucedido-Si precisas ayuda, puedes contar conmigo para el ritual. Por lo que vi, existen muchos paralelismos entre tus artes y las mías para convocar a nuestros familiares-Acabó diciendo a Zevatur.
Pese a que el ambiente se estaba enrareciendo por la presencia del nuevo acompañante y los constantes flirtreos entre el mujeriego humano y la misteriosa elfa condenada, el eladrín no perdía el sentido de las circunstancias y pensaba en la mejor estrategia. Dadas las constantes emboscados y la terrible facilidad con la que el grupo era capaz de rodearse de peligros el El'Tael se pronunció- Tal vez, sería adecuado acabar con esa bestia. Si es capaz de rastrear, puede que nos ataque por la retaguardia y nuestro sigilo se vea comprometido.-Mirando en la dirección en la que se fue Canela.-Si aquella bestia nos alcanza en alguna zona aledaña a la ciudad, los duergar no van a desaprovechar la situación e intentarán matar dos pájaros de un tiro... Ya tendrían tiempo de acabar en la distancia con el superviviente del enfrentamiento. ¿Qué opináis? Al menos lo tenemos parcialmente localizado.
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"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
El gesto de Morko ante el grito fue primero de sorpresa y tras ver que su compañero no había sido atacado, de resignación, no es el primer familiar del grupo que corre esa suerte y se reafirmó en la idea de de devolver a Gahr al plano celestial en vez de arrastrarle por estas cuevas. - No puedo estar más de acuerdo Ash, ese grito puede haber alertado a las patrullas y seguramente lo que sea que acabo con Canela no tarde en salir a investigar que está pasando y estaría bien que si tenemos que luchar sea al otro lado y que esa cosa venga por el puente.- dijo cuando Ash decidió reanudar la marcha.
- Cualquier cosa que esté matando duegars, por mi se puede quedar haciéndolo, enfrentarnos a esa criatura no siendo ahora mismo necesario me parece una pérdida de tiempo que no sabemos si lady Kima tiene. Y si tenemos que enfrentarnos a lo que sea que ha matado a Canela, no quiero hacerlo en su guarida y encima ahora que sabe que hay alguien merodeando.Me gusta más la idea de atacarla mientras cruza el puente, si es que viene.- contestó ante la idea de Gowther.
Mientras tanto Guilbert se preguntaba si alguna vez saldrían de allí. Le parecía que hacía una eternidad que contemplaban el mismo paisaje. Fue entonces cuando llegaron a la sima.
-¿Saldremos alguna vez de aquí?- dejó la pregunta al aire mientras contemplaba la maraña de puentes que se extendía sobre la inmensa y y tenebrosa sima.
El bardo, ignorante de los juegos de miradas fugaces del otro humano y la elfa, continuaba absorto, y ciego, con el hallazgo en la guarida del aboleth. Pellizcaba con sutileza las cuerdas mientras acariciaba sus curvas. Aquellas notas embriagaban sus oídos y le inspiraban nuevas odas al alabastro y la obsidiana, poemas sobre geodas y tonadas sobre simas y puentes de piedra. Anticipaba una buena lluvia de nabos y tomates cuando rememorara aquel viaje a las entrañas de la tierra.
Y entonces el grito. Con sobresalto colocó la palma sobre las cuerdas del laúd para amortiguar su sonido. Mas tranquilo al ver que Zevatur se encontraba bien entendió lo sucedido con su socarrona mascota. Todos tuvieron algo que decir, y el bardo escuchó atento, meditando.
-Si es mínimamente inteligente buscará de donde ha salido ese dragón..no?- les dijo buscando esclarecer sus dudas a las exploradores.- Podemos encontrarnos comprometidos por ambos frentes... si viene en nuestra búsqueda, deberíamos tratar de emboscarle y despejar cualquier duda sobre nuestra retaguardia.
Hela meditó con preocupación las palabras de sus compañeros, convenciéndose de que enviar a Canela a investigar no había resultado ser la mejor idea. Parecía que allí, en las profundidades, la estrategia de utilizar a sus familiares resultaba más contraproducente que otra cosa. Recordó también el triste final con el que se topó Luthien y el combate sorpresa con el que tuvieron que lidiar a raíz de sus consecuencias. Observó la negrura por la que habían llegado hasta la sima y sintió un profundo desasosiego.
- Si esa bestia es tan hábil en la oscuridad como parece y ha detectado nuestros movimientos, volver sobre nuestros pasos puede ser demasiado arriesgado. Nos acechará y caerá sobre nosotros cuando menos lo esperemos. Lo ideal sería enfrentarnos a ella una vez cruzado el puente, pero nos arriesgamos a que patrullas duergar nos sorprendan también cerca de la ciudad. No me entusiasma seguir retrasando nuestro avance, pero quizá esperar un poco y emboscarla en el punto en el que nos encontramos sea una opción que debamos valorar -
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
- Oh, por desgracia no se como hacer rituales, pero tengo acopio de reagentes para convocarla otra vez. Solo son necesarios 10 minutos... de los que ahora no disponemos. - Contesto a Gowther y sonrió a sus compañeros al verles preocupados. DE verdad no pasa nada.
Después, les miró intentando aportar ideas al grupo, ahora no tenia a Canela ayudándole a guiar sus pensamientos y por ello su cháchara metralleta empezó a surgir de sus labios. - La criatura esta cerca... si empezamos a cruzar estaremos en los puentes expuestos a los vigías de los enanos... y quizás un combate allí desvelaría nuestra posición. Por otro lado si cruzamos rápido quizás le demos esquinazo y es un combate menos. Pero el domo... aunque... ahora es cuando la criatura saldría a explorar si lo intenta... vale vale... - De pronto paró, dándose cuenta de que debía exponer sus pensamientos más ordenadamente, tal y como le estaba enseñando Canela.
- Si la criatura viene tras nosotros, porque me ha oido gritar o por seguir el rastro de Canela, tardará algo mas de 10 minutos. Tiempo suficiente de hacer uno de los domos de Gowther. Yo diría de esperar unos 15 minutos a ver si la criatura viene a atacarnos. Si viene podremos disponer del domo, si no viene, seguimos adelante... Además podemos hacer un pequeño cebo, poner alguna ilusión entre él y nosotros. Puedo tirar una oscuridad, que durará lo que Gowther tarda en hacer el domo y alguno quizás pueda hacer una pequeña ilusión de sonidos viniendo desde el interior... susurros duergar. Si esperamos unos 15 minutos estaremos seguros de si la criatura nos sigue o no. - Miró a martin esperando que corroborase su medición de tiempos. - Y si nos sigue dispondremos de un lugar para la emboscada perfecta. ¿Que os parece?
Si decidimos seguir adelante
- Yo voto por el intermedio. En el más ancho corremos el peligro de toparnos con una patrulla Duergar. En los más estrechos podríamos caer al vacío con facilidad, aunque no sabemos como de profundo es posiblemente sea al menos 120 pies que es lo que veo yo y no veo el fondo... Muy alto. - Dijo señalando el puente natural de 15 pies.
Ante las palabras de tiefling, Gowther quedó sorprendido por dos de las afirmaciones realizadas por Zevatur.-La convocación de un familiar requiere de una serie de tareas que pueden catalogarse dentro de un ritual. Es cierto que la naturaleza de mis hechizos me permiten además no emplear recursos mágicos. Me parece apasionante que en poco más diez minutos seas capaz de convocar a tu familiar. Yo debo emplear una hora aproximadamente. Si no te importa, cuando realices tu "ritual", o como quieras designarlo, me encantaría poder analizar como procedes.-Acabó diciendo entusiasmado. Gowther adoraba aprender aspectos nuevos en las artes mágicas y en este caso parecía que aquel peculiar mestizo era capaz de proezas encomiables.
Tras el prolijo plan de Zevatur, el El'Tael quedó pensativo.-Además de la distancia, deberíamos tener en cuenta otros factores¿No fue Canela bajo un manto de invisibilidad? Me temo que esa criatura es capaz de percibir mediante medios alternativos a los visuales. Puede que incluso sea capaz de traspasar la magia basada en la ilusión. Del mismo modo, un hechizo que modifique las propiedades lumínicas del lugar puede fracasar por los mismos motivos.-Continuando con las posibilidades de cruzar los puentes.-Creo que alguno de vosotros poseéis capacidades para ver en la oscuridad capaces de superar con creces lo común entre criaturas con visión nocturna. Tal vez, esto pueda anticipar cualquier muestra de peligro en ambas direcciones. Puede que los duergar prefieran usar los puentes más grandes.- Tocó la superficie de uno de los minerales que constituía el puente para analizar el carácter resbaladizo del mismo.-En cualquier caso-finalizó comprendiendo que normalmente veían sus razonamientos como una ofensiva hacia su inteligencia o una directriz encaminada a tratarles como poco más que borregos- solo estoy intentando aportar mi opinión sobre todo esto. Tomar una decisión u otra, puede suponer cierto riesgo potencial.
Ash corta las disertaciones sobre teoría mágica casi a empujones. Siente que cuanto antes crucen mejor, y algo en sus tripas le dice que quizá ya sea demasiado tarde. Elige uno de los cristales más estrechos, con la esperanza de que eso les aparte de las patrullas duergar.
Comienzan a cruzar no tan rápido como le gustaría al guerrero, pero el que más el que menos no puede evitar la sensación de vértigo al comenzar a cruzar la cristalina y resbaladiza superficie de obsidiana hacia el otro lado del abismo.
Los cristales de la gargantuesca geoda se entrecruzan por encima y por debajo de ellos, formando una maraña parecida a una telaraña.
El nudo en el estómago se hace mas fuerte en el curtido guerrero. A fe suya que están en una posición poco defendible.
Martin, en la cabeza del grupo siente cómo se le eriza el vello de la nuca. Se gira y su mirada es suficiente para que el resto se ponga en alerta.
Morko mira hacia abajo y ve un borrón de movimiento que pasa por debajo de ellos, en la parte de su puente que da al abismo. Gowther también lo ve, pero cuando una criatura aparece por el lateral y cae entre ellos.
Helanya ahoga un grito y Guilbert cree que ha vuelto a perder la cabeza como cuando estuvo encerrado tanto tiempo en el sótano del mago.
El cuerpo de un escorpión negro gigante chasquea sus pinzas. Tiene más patas de las que debería y Zevatur se da cuenta que le han injertado varias patas de Krukhi entre las que debería tener un escorpión. Donde debería estar la cabeza está el torso de un elfo oscuro, su piel oscura transformada en una mezcla de carne grisácea y piel quitinosa. Profundas costuras aparece aquí y allá en el cuerpo del otrora elfo, sobretodo en donde se une al cuerpo del gigantesco escorpión. Los brazos del drow parecen de otra raza, más musculosa y fornida, quizá un orco negro. El drow les mira con ojos blanquecinos y enloquecidos y gira sobre su cabeza una lanza antes de lanzarse salvajemente al ataque.
Apenas es un borrón de movimiento y sólo su gran tamaño les ayuda a verle. Gowther reconoce en la rapidez de movimientos que ya sea por un metabolismo excepcional, ya sea por una magia que está actuando, pero los efectos son similares a cuando él utiliza el Arte para acelerar su cuerpo.
La bestia se abalanzó con una rapidez anti natural sobre el grupo.
Zevatur y Guilbert se vieron atrapados por las pinzas gigantes que les apretaban las costillas y les impedían respirar. Los movimientos acelerados de la bestia hacía que les zumbaran los oídos y bajo ellos las aristas de la geoda y el vacío se intercalaban demasiado rápido.
Gowther saltó a un lado, pero la poderosa cola atravesó la pierna izquierda del El'tael provocandole un agudo dolor.
El drow movió sus patas extras y su lanza de manera eficaz, y pocos de los compañeros consiguieron librarse de alguna fea herida.
La bestia se movió con rapidez inhumana y se movió por el lateral de la pasarela natural. Todos se prepararon para luchar contra este nuevo engendro.
Morko no creía lo que estaba viendo, pero tampoco es que importara ya que aquella cosa estaba en mitad del camino y claramente tenia intención de matarlos. Apelando a los poderes de Moradhin marco a drow-escorpion con una runa de justo castigo y lanzo a Kheluzburk. El hacha voló directa hacia su objetivo y provoco un corte en el torso de la criatura. Parecia que no iba a ser tan difícil,invocando de nuevo el arma realizo un segundo lanzamiento, pero esta vez la criatura desvió el golpe con una asombrosa mezcla de rapidez y pericia con una de sus quitinosas pinzas. Después de todo aquello si que podía suponer un desafió.
Ash no tuvo tiempo de pensar, reaccionó por instinto. Blandió sus espadas como si fuera al última vez, como siempre, nunca se guardaba nada. Cada lance contaba y podía ser el último. Alcanzó partes blandas en varias ocasiones hiriendo al terrible monstruo, pero la coraza de quitina desvió algunos de los ataques. Aquella cosa no parecía terriblemente herido, como esperaba
—¡Yaarrg!! ¡Dadle con todo! ¡Esta cosa es dura como el infierno! —gritó a sus compañeros mientras descargaba mandobles aquí a allá— ¡Enseñad los dientes!
Con una pequeña implosión Zevatur desapareció de entre las garras de la horripilante para aparecer más adelante en el puente. En ese momento de revolvió con los ojos inyectados en fuego. Una rápida conjuración hizo que de sus dedos saliese un rayo para impactar e lleno en su cuerpo , dejando laceradas quemaduras. Después, con unas llamas residuales rodeandole se alejó más por el puente, poniéndose a salvo de las posibles represarías de la criatura.
Minor: misty step
Action Fire bolt To Hit: 1d20 (12) + 9 = 21Damage: 2d10ro<2 (9, 7) = 16
"Que fácil es decirlo" pensó el bardo al escuchar las palabras del guerrero mientras forcejeaba desesperado contra la presión que la pinza ejercía sobre su cuerpo. Arriesgándose a caer por la sima, aferró el laúd mientras sus rápidos dedos combinaban las notas para que resonaran de la forma mas desagradable posible en la cabeza de aquel medio drow. Desafortunadamente el drowscorpión resistió aquella mezcolanza de notas disonantes manteniendo la presa y la posición en el puente. El bardo tan solo fue capaz de invocar la fantasmal energía de su escudo animado en u último intento de defensa propia.
Todo sucedió demasiado rápido y en lo que pareció un instante el abominable escorpión se encontraba cortándoles el paso, apresando entre sus pinzas a Zevatur y Guilbert. Las indicaciones de Ash la instaban a atacar para producir el mayor daño posible pero, tras una mirada a su alrededor, sabía que también provocaría heridas a sus compañeros. Dudando entre una estrategia que redujera de alguna forma la rapidez antinatural de la bestia o un golpe que atravesara su fuerte coraza, escuchó cómo el sonido de un laúd rasgaba el aire. En ese preciso instante tuvo claro que debía intentar liberar a Guilbert, por encima de cualquier otra posibilidad. Ni siquiera se detuvo a considerar que aquel aberrante arácnido pudiera lanzar a su compañero por los aires, o que al soltarse de sus pinzas podría precipitarse al vacío. Solo la idea de librarle de su prisión se mantenía fija en su mente. Su bastón refulgió imponente, firmemente fijado en la estrecha piedra de obsidiana, del que surgieron tres esferas de energía que impactaron en la bestia. Ahora solo podía esperar a la reacción del animal.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Como de costumbre, los consejos de Gowther fueron desatendidos por el ímpetu y la testosterona humana. Aspectos que fueron capaces de arrastrar a la mayoría del grupo, algunos con más criterio que otros... De nuevo, debían derrochar recursos de forma precipitada ralentizando más aún los pasos de los aventureros por querer avanzar "rápido" sin una estrategia fiable...
El el'tael, habituado a estas dinámicas, ya no le generaba desavenencia alguna, al contrario, había entendido que esta forma de proceder es común entre los habitantes de este plano condenado. Incluso cuando recibía el ataque del escorpión, el eladrin solo pensaba en proteger a sus compañeros junto a Aegnor y Luthien.
Convocando su mística danza ancestral de guerra y conjurando arcanos sortilegios encaminados a modificar el paso del tiempo alrededor suyo, inició el ataque. La coordinación con Luthien facilitó poder alcanzar a la bestia con un candente corte de su espada, lamentablemente los estragos generados por el ataque y la poca maniobrabilidad del lugar, le impidieron poder alcanzar en más ocasiones a la bestia.
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"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
La presencia del horror arácnido con forma de escorpión quimérico aterró al semielfo, su visión quedó grabada en su alma a fuego, avivando sus más profundos miedos. Era un enemigo que incluso asustaba a las patrullas de élite duergar, sin duda era algo que les superaba. Sólo la rabia que afloró debido a una situación más que complicada, y a la imagen en su cabeza de como el ser habría acabado con la vida del pequeño Canela, permitió a Martin reunir la voluntad para vencer aquella atenazante situación que le asfixiaba,
Tensando su arco, apuntó a la criatura, era grande, pero recubierto de una quitinosa armadura protectora, intentó buscar un punto débil, pero eso se le daba mejor si era él el que sorprendía a su enemigo, y no al contrario. Se decidió por disparar a los ojos, en el pasado le había traído buenos resultados.
La flecha voló golpeando inofensivamente una de las placas que recubría la espalda del ser. Se movía endiabladamente rápido, y acertarle se tornó una tarea ciclopéica repentinamente. El horror volvió raudo a sofocar su corazón cuando observó como con un único de sus múltiples ataques, la cola de la bestia atravesó el pecho del paladín enano como si fuera de mantequilla... y dejó a un Morko agonizante tirado en la superficie del cristal que hacía de puente.
Tras ver como una lluvia de garras, golpes de lanza y pinzas caía sobre Ash, Martin volvió a reunir lo poco que le quedaba de valor para concentrar toda su precisión en su segundo ataque. Aprovechando la distracción provocada por sus compañeros siendo despedazados, apuntó su flecha a una parte del torso del drow donde parecía que las placas de quitina era menos frecuentes. Esta vez la saeta se clavó profundamente en las entrañas de la criatura, aunque el daño era palpable, ésta parecía no haber sentido dolor alguno.
Mientras el grupo seguía avanzando Zevatur cerró los ojos y utilizó su vínculo con Canela poniendo la mano en el hombro de Ash y dejando que el guerrero fuera sus ojos mientras caminaban por la superficie de obsidiana.
Canela estaba exhultante. Sabíéndose invisible, el pequeño pseudodragón revoloteaba entre los compañeros y se paró frente a la inquietante cara alienígena de Klarotah, haciendo muecas frente a él, hasta que recordó su misión y se lanzó tras el rastro que había dejado la criatura que arrastraba los cadáveres de los duergar.
Apenas unos minutos más tarde, llegó a una formación circular de aristas que le recordó a Zevatur al lugar donde se habían refugiado del ataque de los Kruthik pero completamente cerrado. Sólo podía accederse a él escalando o, como en el caso del valiente dragoncillo, volando. El interior era más oscuro aún si cabe, lleno de recovecos creados por las aristas que se intercalaban entre ellas.
Canela se detuvo al ver el cuerpo de dos enanos oscuros en el suelo. Los cadáveres habían sido abiertos en canal sin ningún miramiento ni cuidado, como si una, o varias, bestias hubieran decido darse un banquete con los órganos de los malogrados enanos. El pequeño dragón se posó en una de las aristas cercanas, aferrándose con sus pequeñas garras a la roca cristalizada y olió el hedor de la muerte y la carnicería. Un leve vaho salía de las entrañas expuestas, dando a entender que tal bestialidad había ocurrido hacía poco.
Eso hizo que Canela mirara a su alrededor y venteara el aire en busca de la criatura que hubiera hecho aquello. Pero el hedor a muerte, sangre y restos era demasiado fuerte y no pudo oler nada. Sin embargo sí sintió que algo grande se acercaba a gran velocidad hacia él. Saltó en el último momento de su improvisada percha y un aguijón negro y enorme destrozó parte de la arista, lanzando pequeños pedazos de obsidiana al rededor. Canela intentó volar hacia arriba para escapar, pero un borrón de movimiento a su izquierda le hizo saber que le seguían. Su frenético aleteo debería estar delatándole, pero no tenía otra opción si quería salir de allí. Más rápida de lo que el ojo humano podía ver, una criatura de gran tamaño se movió por la pared y una pinza gigantesca se cerró sobre el cuello del pobre Canela.
El fogonazo de repentino dolor hizo que Zevatur gritara de dolor y miedo y trastabillara. Sabía que Canela habría vuelto a su dimensión y que podría volver a llamarlo a su lado, pero no pudo evitar sentirse mal por haber enviado al regalo de su dios a una muerte tan dolorosa.
Mientras tanto Guilbert se preguntaba si alguna vez saldrían de allí. Le parecía que hacía una eternidad que contemplaban el mismo paisaje. Fue entonces cuando llegaron a la sima.
Un abismo se abría ante ellos. En tiempos prehistóricos un gran seismo había partido en dos la inmensa geoda donde se encontraban y había creado una sima que se abría ante ellos. La otra parte de las planicies se encontraba a más de quinientos pies de distancia y bastante más abajo. No tendrían, sin embargo, que preocuparse por cómo cruzar al otro lado. A lo largo de los siglos y siglos decenas de aristas habían crecido entre ambos lados del abismo y habían creado una telaraña prismática que unía las dos mitades. Algunas eran tan anchas y resistentes que Morko calculó que se podría pasar con un carromato por allí. O algo más pesado.
Mientras buscaban el mejor camino entre la maraña de obsidiana, Zevatur gritó al conocer la suerte de Canela.
PbP Character: A few ;)
Martin observaba la telaraña cristalina que estaba tejiendo el mismo abismo mientras analizaba la manera más segura de cruzar, su aguda vista le estaba resultando una valiosa aliada en la suboscuridad, pero su preocupación y nerviosismo estaba yendo en aumento según se acercaban a la ciudad Duergar y las patrullas enanas empezaban a ser cada vez más frecuentes. Seguía sin fiarse del Illithid, y su mirada era desviada constantemente hacia su persona para comprobar en todo momento donde estaba o que le llamaba la atención.
El grito de Zevatur le alertó y sacó sus espadas casi inconscientemente mientras corría hacía él aterrado por lo que pudiera haber sorprendido o asustado a su amigo. Cuando estuvo a su altura, entendió lo que había ocurrido y su rostro se ensombreció con la tristeza, ... puso una mano en silencio sobre su hombro, esperando alguna respuesta del Tiefling acerca de lo que había visto antes del fatídico final.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
—¡¿Y ahora qué pasa?! —desenfundó rápidamente en respuesta al grito de Zev— Ah... ya, ya veo... bueno. Gowther... en fin, explícale como func... —se dio cuenta de que todos sus compañeros tenían mascota menos él y Guilbert, que por otra parte había decidido jugar a los exploradores.
Enfundó de nuevo. Se llevó una mano a la sien y masajeó un poco antes de sacudir la cabeza. Estaba empezando a hartarse de aquellas cuevas interminables llenas de enemigos y sorpresas desagradables. Frunció el ceño. Se moría por un trago, comida caliente, un lecho que no fuera de piedra y una mujer juguetona. Entonces sus ojos se cruzaron con los de la Helayna, oscuros y profundos como pozos llenos de misterio y a pesar de todo dulces como la miel. La sonrió sin pretenderlo. Se sorprendió a si mismo por el hecho de no estar mirando sus senos o sus caderas. ¿Qué le estaba pasando con ella? No, se rebeló. Corrigió el particular inmediatamente sin demasiado pudor.
—Venga señoritas, crucemos ese maldito puente y dejémonos de cacerías. Hay una paladina que cuenta con nosotros y cada hora que pasa ponemos un clavo en su ataúd —sentenció mientras esperaba que los exploradores tomaran la delantera en actitud profesional.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
- Oh, no os preocupeis... !Ha sido un grito de sorpresa y dolor! - Dice algo avergonzado del repentino grito. - En ese momento estaba poseyendo a Canela, pero no he visto mucho, apenas una criatura cazando. No hemos tenido ninguna oportunidad, pero Canela está bien, seguro que ya deseando regresar de aventuras otra vez, para el será mas doloroso perderse los próximos eventos que el ataque en si mismo. En cuanto tenga oportunidad le invocaré otra vez. - Dice Zevatur esperando ya que los exploradores abran el paso hacia alante.
Zevatur, Rolthos
La elfa rió divertida ante el revoloteo de Canela después de materializar en su mente la petición de invisibilidad. Fue la primera en presentarse voluntaria para concedérselo y le deseó suerte en el mismo momento en el que se desvanecía gracias a su magia. Aliviada por no tener que adentrarse tras las marcas de la bestia que atemorizaba a los enanos, continuó el camino hacia adelante inquieta y alerta a los nuevos acontecimientos.
A pesar de los peligros, la shadar-kai se sentía cómoda en aquel lugar. La sensación familiar y confortable de la obsidiana se acrecentaba cuanto más profundo se internaban, la oscuridad la mecía y le transmitía calma; a diferencia de sus compañeros, la sensación asfixiante de no distinguir el día de la noche se transformaba en ella en una apacible seguridad. Contempló la sima y la telaraña natural a modo de puente con admiración, recordando las estructuras naturales que creaban su ciudad con una punzada de añoranza, hasta que el grito de Zevatur la alteró y tensó su cuerpo, volviendo su mirada hacia él preocupada, hasta que comprendió con pesar lo que había sucedido.
Y, de pronto, Ash. Sus miradas se cruzaron de manera fortuita, sacudiendo con esa sonrisa los rincones más profundos de su interior y dejándola desarmada. No recordaba haberle visto sonreír así nunca; no era una sonrisa socarrona o audaz como las que solía regalar constantemente. Había surgido de una forma espontánea y natural y era incapaz de describirla, una mezcla entre dulzura y afecto, que la había hecho sentir en milésimas de segundo un estremecimiento que recorrió todo su cuerpo. Aguantó su mirada durante un lapso que se le hizo eterno y fugaz a la par, con un brillo desconocido en los ojos y una cándida sonrisa dibujada en los labios, hasta que la turbación que le originaban aquellas sensaciones la obligó a desviar la mirada nerviosa hacia el suelo. No sabía qué significaba todo aquello. Una vez más, por un momento, se había sentido única y especial, y era algo que solo Ash conseguía provocar. Y la única certeza que tenía era que deseaba que siguiera siendo así.
Recompuesta, se obligó a continuar la marcha y centrarse en los posibles peligros que se avecinaban, sin poder borrar durante un buen trecho ese rastro de sonrisa estúpida de su rostro.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Al ver el sobresalto de Zevatur y explicar lo sucedido, Gowther comprendió que no estaba acostumbrado a la conexión con un familiar, pero su razonamiento era el más apropiado. Los familiares no dejan de ser espíritus incorpóreos que toman forma física gracias a las aptitudes mágicas del convocador. Es solo una cáscara para contener una esencia.-Lamento que hayas perdido a Canela. Sin duda supondrá una pérdida de recursos materiales y temporales bastante acusada.-dijo pensando en las consecuencias objetivas de lo sucedido-Si precisas ayuda, puedes contar conmigo para el ritual. Por lo que vi, existen muchos paralelismos entre tus artes y las mías para convocar a nuestros familiares-Acabó diciendo a Zevatur.
Pese a que el ambiente se estaba enrareciendo por la presencia del nuevo acompañante y los constantes flirtreos entre el mujeriego humano y la misteriosa elfa condenada, el eladrín no perdía el sentido de las circunstancias y pensaba en la mejor estrategia. Dadas las constantes emboscados y la terrible facilidad con la que el grupo era capaz de rodearse de peligros el El'Tael se pronunció- Tal vez, sería adecuado acabar con esa bestia. Si es capaz de rastrear, puede que nos ataque por la retaguardia y nuestro sigilo se vea comprometido.-Mirando en la dirección en la que se fue Canela.-Si aquella bestia nos alcanza en alguna zona aledaña a la ciudad, los duergar no van a desaprovechar la situación e intentarán matar dos pájaros de un tiro... Ya tendrían tiempo de acabar en la distancia con el superviviente del enfrentamiento. ¿Qué opináis? Al menos lo tenemos parcialmente localizado.
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
El gesto de Morko ante el grito fue primero de sorpresa y tras ver que su compañero no había sido atacado, de resignación, no es el primer familiar del grupo que corre esa suerte y se reafirmó en la idea de de devolver a Gahr al plano celestial en vez de arrastrarle por estas cuevas. - No puedo estar más de acuerdo Ash, ese grito puede haber alertado a las patrullas y seguramente lo que sea que acabo con Canela no tarde en salir a investigar que está pasando y estaría bien que si tenemos que luchar sea al otro lado y que esa cosa venga por el puente.- dijo cuando Ash decidió reanudar la marcha.
- Cualquier cosa que esté matando duegars, por mi se puede quedar haciéndolo, enfrentarnos a esa criatura no siendo ahora mismo necesario me parece una pérdida de tiempo que no sabemos si lady Kima tiene. Y si tenemos que enfrentarnos a lo que sea que ha matado a Canela, no quiero hacerlo en su guarida y encima ahora que sabe que hay alguien merodeando.Me gusta más la idea de atacarla mientras cruza el puente, si es que viene.- contestó ante la idea de Gowther.
Mientras tanto Guilbert se preguntaba si alguna vez saldrían de allí. Le parecía que hacía una eternidad que contemplaban el mismo paisaje. Fue entonces cuando llegaron a la sima.
-¿Saldremos alguna vez de aquí?- dejó la pregunta al aire mientras contemplaba la maraña de puentes que se extendía sobre la inmensa y y tenebrosa sima.
El bardo, ignorante de los juegos de miradas fugaces del otro humano y la elfa, continuaba absorto, y ciego, con el hallazgo en la guarida del aboleth. Pellizcaba con sutileza las cuerdas mientras acariciaba sus curvas. Aquellas notas embriagaban sus oídos y le inspiraban nuevas odas al alabastro y la obsidiana, poemas sobre geodas y tonadas sobre simas y puentes de piedra. Anticipaba una buena lluvia de nabos y tomates cuando rememorara aquel viaje a las entrañas de la tierra.
Y entonces el grito. Con sobresalto colocó la palma sobre las cuerdas del laúd para amortiguar su sonido. Mas tranquilo al ver que Zevatur se encontraba bien entendió lo sucedido con su socarrona mascota. Todos tuvieron algo que decir, y el bardo escuchó atento, meditando.
-Si es mínimamente inteligente buscará de donde ha salido ese dragón..no?- les dijo buscando esclarecer sus dudas a las exploradores.- Podemos encontrarnos comprometidos por ambos frentes... si viene en nuestra búsqueda, deberíamos tratar de emboscarle y despejar cualquier duda sobre nuestra retaguardia.
Hela meditó con preocupación las palabras de sus compañeros, convenciéndose de que enviar a Canela a investigar no había resultado ser la mejor idea. Parecía que allí, en las profundidades, la estrategia de utilizar a sus familiares resultaba más contraproducente que otra cosa. Recordó también el triste final con el que se topó Luthien y el combate sorpresa con el que tuvieron que lidiar a raíz de sus consecuencias. Observó la negrura por la que habían llegado hasta la sima y sintió un profundo desasosiego.
- Si esa bestia es tan hábil en la oscuridad como parece y ha detectado nuestros movimientos, volver sobre nuestros pasos puede ser demasiado arriesgado. Nos acechará y caerá sobre nosotros cuando menos lo esperemos. Lo ideal sería enfrentarnos a ella una vez cruzado el puente, pero nos arriesgamos a que patrullas duergar nos sorprendan también cerca de la ciudad. No me entusiasma seguir retrasando nuestro avance, pero quizá esperar un poco y emboscarla en el punto en el que nos encontramos sea una opción que debamos valorar -
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
- Oh, por desgracia no se como hacer rituales, pero tengo acopio de reagentes para convocarla otra vez. Solo son necesarios 10 minutos... de los que ahora no disponemos. - Contesto a Gowther y sonrió a sus compañeros al verles preocupados. DE verdad no pasa nada.
Después, les miró intentando aportar ideas al grupo, ahora no tenia a Canela ayudándole a guiar sus pensamientos y por ello su cháchara metralleta empezó a surgir de sus labios. - La criatura esta cerca... si empezamos a cruzar estaremos en los puentes expuestos a los vigías de los enanos... y quizás un combate allí desvelaría nuestra posición. Por otro lado si cruzamos rápido quizás le demos esquinazo y es un combate menos. Pero el domo... aunque... ahora es cuando la criatura saldría a explorar si lo intenta... vale vale... - De pronto paró, dándose cuenta de que debía exponer sus pensamientos más ordenadamente, tal y como le estaba enseñando Canela.
- Si la criatura viene tras nosotros, porque me ha oido gritar o por seguir el rastro de Canela, tardará algo mas de 10 minutos. Tiempo suficiente de hacer uno de los domos de Gowther. Yo diría de esperar unos 15 minutos a ver si la criatura viene a atacarnos. Si viene podremos disponer del domo, si no viene, seguimos adelante... Además podemos hacer un pequeño cebo, poner alguna ilusión entre él y nosotros. Puedo tirar una oscuridad, que durará lo que Gowther tarda en hacer el domo y alguno quizás pueda hacer una pequeña ilusión de sonidos viniendo desde el interior... susurros duergar. Si esperamos unos 15 minutos estaremos seguros de si la criatura nos sigue o no. - Miró a martin esperando que corroborase su medición de tiempos. - Y si nos sigue dispondremos de un lugar para la emboscada perfecta. ¿Que os parece?
Si decidimos seguir adelante
- Yo voto por el intermedio. En el más ancho corremos el peligro de toparnos con una patrulla Duergar. En los más estrechos podríamos caer al vacío con facilidad, aunque no sabemos como de profundo es posiblemente sea al menos 120 pies que es lo que veo yo y no veo el fondo... Muy alto. - Dijo señalando el puente natural de 15 pies.
Zevatur, Rolthos
Ante las palabras de tiefling, Gowther quedó sorprendido por dos de las afirmaciones realizadas por Zevatur.-La convocación de un familiar requiere de una serie de tareas que pueden catalogarse dentro de un ritual. Es cierto que la naturaleza de mis hechizos me permiten además no emplear recursos mágicos. Me parece apasionante que en poco más diez minutos seas capaz de convocar a tu familiar. Yo debo emplear una hora aproximadamente. Si no te importa, cuando realices tu "ritual", o como quieras designarlo, me encantaría poder analizar como procedes.-Acabó diciendo entusiasmado. Gowther adoraba aprender aspectos nuevos en las artes mágicas y en este caso parecía que aquel peculiar mestizo era capaz de proezas encomiables.
Tras el prolijo plan de Zevatur, el El'Tael quedó pensativo.-Además de la distancia, deberíamos tener en cuenta otros factores¿No fue Canela bajo un manto de invisibilidad? Me temo que esa criatura es capaz de percibir mediante medios alternativos a los visuales. Puede que incluso sea capaz de traspasar la magia basada en la ilusión. Del mismo modo, un hechizo que modifique las propiedades lumínicas del lugar puede fracasar por los mismos motivos.-Continuando con las posibilidades de cruzar los puentes.-Creo que alguno de vosotros poseéis capacidades para ver en la oscuridad capaces de superar con creces lo común entre criaturas con visión nocturna. Tal vez, esto pueda anticipar cualquier muestra de peligro en ambas direcciones. Puede que los duergar prefieran usar los puentes más grandes.- Tocó la superficie de uno de los minerales que constituía el puente para analizar el carácter resbaladizo del mismo.-En cualquier caso-finalizó comprendiendo que normalmente veían sus razonamientos como una ofensiva hacia su inteligencia o una directriz encaminada a tratarles como poco más que borregos- solo estoy intentando aportar mi opinión sobre todo esto. Tomar una decisión u otra, puede suponer cierto riesgo potencial.
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Ash corta las disertaciones sobre teoría mágica casi a empujones. Siente que cuanto antes crucen mejor, y algo en sus tripas le dice que quizá ya sea demasiado tarde. Elige uno de los cristales más estrechos, con la esperanza de que eso les aparte de las patrullas duergar.
Comienzan a cruzar no tan rápido como le gustaría al guerrero, pero el que más el que menos no puede evitar la sensación de vértigo al comenzar a cruzar la cristalina y resbaladiza superficie de obsidiana hacia el otro lado del abismo.
Los cristales de la gargantuesca geoda se entrecruzan por encima y por debajo de ellos, formando una maraña parecida a una telaraña.
El nudo en el estómago se hace mas fuerte en el curtido guerrero. A fe suya que están en una posición poco defendible.
Martin, en la cabeza del grupo siente cómo se le eriza el vello de la nuca. Se gira y su mirada es suficiente para que el resto se ponga en alerta.
Morko mira hacia abajo y ve un borrón de movimiento que pasa por debajo de ellos, en la parte de su puente que da al abismo. Gowther también lo ve, pero cuando una criatura aparece por el lateral y cae entre ellos.
Helanya ahoga un grito y Guilbert cree que ha vuelto a perder la cabeza como cuando estuvo encerrado tanto tiempo en el sótano del mago.
El cuerpo de un escorpión negro gigante chasquea sus pinzas. Tiene más patas de las que debería y Zevatur se da cuenta que le han injertado varias patas de Krukhi entre las que debería tener un escorpión. Donde debería estar la cabeza está el torso de un elfo oscuro, su piel oscura transformada en una mezcla de carne grisácea y piel quitinosa. Profundas costuras aparece aquí y allá en el cuerpo del otrora elfo, sobretodo en donde se une al cuerpo del gigantesco escorpión. Los brazos del drow parecen de otra raza, más musculosa y fornida, quizá un orco negro. El drow les mira con ojos blanquecinos y enloquecidos y gira sobre su cabeza una lanza antes de lanzarse salvajemente al ataque.
Apenas es un borrón de movimiento y sólo su gran tamaño les ayuda a verle. Gowther reconoce en la rapidez de movimientos que ya sea por un metabolismo excepcional, ya sea por una magia que está actuando, pero los efectos son similares a cuando él utiliza el Arte para acelerar su cuerpo.
PbP Character: A few ;)
La bestia se abalanzó con una rapidez anti natural sobre el grupo.
Zevatur y Guilbert se vieron atrapados por las pinzas gigantes que les apretaban las costillas y les impedían respirar. Los movimientos acelerados de la bestia hacía que les zumbaran los oídos y bajo ellos las aristas de la geoda y el vacío se intercalaban demasiado rápido.
Gowther saltó a un lado, pero la poderosa cola atravesó la pierna izquierda del El'tael provocandole un agudo dolor.
El drow movió sus patas extras y su lanza de manera eficaz, y pocos de los compañeros consiguieron librarse de alguna fea herida.
La bestia se movió con rapidez inhumana y se movió por el lateral de la pasarela natural. Todos se prepararon para luchar contra este nuevo engendro.
PbP Character: A few ;)
Morko no creía lo que estaba viendo, pero tampoco es que importara ya que aquella cosa estaba en mitad del camino y claramente tenia intención de matarlos. Apelando a los poderes de Moradhin marco a drow-escorpion con una runa de justo castigo y lanzo a Kheluzburk. El hacha voló directa hacia su objetivo y provoco un corte en el torso de la criatura. Parecia que no iba a ser tan difícil,invocando de nuevo el arma realizo un segundo lanzamiento, pero esta vez la criatura desvió el golpe con una asombrosa mezcla de rapidez y pericia con una de sus quitinosas pinzas. Después de todo aquello si que podía suponer un desafió.
Ash no tuvo tiempo de pensar, reaccionó por instinto. Blandió sus espadas como si fuera al última vez, como siempre, nunca se guardaba nada. Cada lance contaba y podía ser el último. Alcanzó partes blandas en varias ocasiones hiriendo al terrible monstruo, pero la coraza de quitina desvió algunos de los ataques. Aquella cosa no parecía terriblemente herido, como esperaba
—¡Yaarrg!! ¡Dadle con todo! ¡Esta cosa es dura como el infierno! —gritó a sus compañeros mientras descargaba mandobles aquí a allá— ¡Enseñad los dientes!
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Con una pequeña implosión Zevatur desapareció de entre las garras de la horripilante para aparecer más adelante en el puente. En ese momento de revolvió con los ojos inyectados en fuego. Una rápida conjuración hizo que de sus dedos saliese un rayo para impactar e lleno en su cuerpo , dejando laceradas quemaduras. Después, con unas llamas residuales rodeandole se alejó más por el puente, poniéndose a salvo de las posibles represarías de la criatura.
Minor: misty step
Action Fire bolt To Hit: 1d20 (12) + 9 =
21
Damage: 2d10ro<2 (9, 7) =16
Move: alejarse por el puente
Zevatur, Rolthos
"Que fácil es decirlo" pensó el bardo al escuchar las palabras del guerrero mientras forcejeaba desesperado contra la presión que la pinza ejercía sobre su cuerpo. Arriesgándose a caer por la sima, aferró el laúd mientras sus rápidos dedos combinaban las notas para que resonaran de la forma mas desagradable posible en la cabeza de aquel medio drow. Desafortunadamente el drowscorpión resistió aquella mezcolanza de notas disonantes manteniendo la presa y la posición en el puente. El bardo tan solo fue capaz de invocar la fantasmal energía de su escudo animado en u último intento de defensa propia.
Todo sucedió demasiado rápido y en lo que pareció un instante el abominable escorpión se encontraba cortándoles el paso, apresando entre sus pinzas a Zevatur y Guilbert. Las indicaciones de Ash la instaban a atacar para producir el mayor daño posible pero, tras una mirada a su alrededor, sabía que también provocaría heridas a sus compañeros. Dudando entre una estrategia que redujera de alguna forma la rapidez antinatural de la bestia o un golpe que atravesara su fuerte coraza, escuchó cómo el sonido de un laúd rasgaba el aire. En ese preciso instante tuvo claro que debía intentar liberar a Guilbert, por encima de cualquier otra posibilidad. Ni siquiera se detuvo a considerar que aquel aberrante arácnido pudiera lanzar a su compañero por los aires, o que al soltarse de sus pinzas podría precipitarse al vacío. Solo la idea de librarle de su prisión se mantenía fija en su mente. Su bastón refulgió imponente, firmemente fijado en la estrecha piedra de obsidiana, del que surgieron tres esferas de energía que impactaron en la bestia. Ahora solo podía esperar a la reacción del animal.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Como de costumbre, los consejos de Gowther fueron desatendidos por el ímpetu y la testosterona humana. Aspectos que fueron capaces de arrastrar a la mayoría del grupo, algunos con más criterio que otros... De nuevo, debían derrochar recursos de forma precipitada ralentizando más aún los pasos de los aventureros por querer avanzar "rápido" sin una estrategia fiable...
El el'tael, habituado a estas dinámicas, ya no le generaba desavenencia alguna, al contrario, había entendido que esta forma de proceder es común entre los habitantes de este plano condenado. Incluso cuando recibía el ataque del escorpión, el eladrin solo pensaba en proteger a sus compañeros junto a Aegnor y Luthien.
Convocando su mística danza ancestral de guerra y conjurando arcanos sortilegios encaminados a modificar el paso del tiempo alrededor suyo, inició el ataque. La coordinación con Luthien facilitó poder alcanzar a la bestia con un candente corte de su espada, lamentablemente los estragos generados por el ataque y la poca maniobrabilidad del lugar, le impidieron poder alcanzar en más ocasiones a la bestia.
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
La presencia del horror arácnido con forma de escorpión quimérico aterró al semielfo, su visión quedó grabada en su alma a fuego, avivando sus más profundos miedos. Era un enemigo que incluso asustaba a las patrullas de élite duergar, sin duda era algo que les superaba. Sólo la rabia que afloró debido a una situación más que complicada, y a la imagen en su cabeza de como el ser habría acabado con la vida del pequeño Canela, permitió a Martin reunir la voluntad para vencer aquella atenazante situación que le asfixiaba,
Tensando su arco, apuntó a la criatura, era grande, pero recubierto de una quitinosa armadura protectora, intentó buscar un punto débil, pero eso se le daba mejor si era él el que sorprendía a su enemigo, y no al contrario. Se decidió por disparar a los ojos, en el pasado le había traído buenos resultados.
La flecha voló golpeando inofensivamente una de las placas que recubría la espalda del ser. Se movía endiabladamente rápido, y acertarle se tornó una tarea ciclopéica repentinamente. El horror volvió raudo a sofocar su corazón cuando observó como con un único de sus múltiples ataques, la cola de la bestia atravesó el pecho del paladín enano como si fuera de mantequilla... y dejó a un Morko agonizante tirado en la superficie del cristal que hacía de puente.
Tras ver como una lluvia de garras, golpes de lanza y pinzas caía sobre Ash, Martin volvió a reunir lo poco que le quedaba de valor para concentrar toda su precisión en su segundo ataque. Aprovechando la distracción provocada por sus compañeros siendo despedazados, apuntó su flecha a una parte del torso del drow donde parecía que las placas de quitina era menos frecuentes. Esta vez la saeta se clavó profundamente en las entrañas de la criatura, aunque el daño era palpable, ésta parecía no haber sentido dolor alguno.
" ¡Oh la Oscuridad...! "