Los tentáculos intentan atrapar a Martin, pero el ágil semi-elfo es demasiado rápido.
Helayna, aún aturdida, reacciona por puro instinto y se agacha justo a tiempo para evitar que otro la coja del cuello.
Gowther no puede evitar que dos tentacúlos se enrollen en su cuerpo y sus piernas, aumentando la presión de su inmovilidad.
Klarotah se levanta, renqueante y mira con odio a K'Varn. Un odio profundo y desgarrador que Guilbert puede sentir como algo físico que va creciendo y creciendo, pequeños rayos púrpura comienzan a aparecer entre los dedos de Klarotah, que van creciendo hasta convertirse en un relámpago que atraviesa el aire de la sala con un fuerte olor a ozono. Todos escuchan desgarrador grito psíquico que acompaña al ataque mágico contra K'Varn.
Una quemadura atraviesa parte de la esfera de carne que es el Contemplador, y su atención se vuelve hacia Klarotah.
K'Varn se rie y relame.
- Tu... devoraré tu mente y tu cerebro poco a poco... y verás cómo devoro la de tu amado Cerebro Anciano día a día... acabaré con tus hermanos y hermanas y el último en morir de tu colonia serás tú... traidor... jajaja.. jajajajajaja... MUUAAJAJAJAJAJA -
Zevatur vuelve al plano material, tras ver una vez más el impío poder del cuerno que tiene K'Varn en la frente. Y tiene que evitar unos tentáculos que salen de la pared e intentan agarrarlo.
Demasiadas cosas ocurrían a la vez como para hacerse dueño de la situación. Escurrir por cerebro perdía su tono de gran idea tomando matices de terrible ultraje, al menos eso interpretaba en al mirada de Klarotah. Solo que el aliado desollamentes desconocía las intenciones liberadoras que tenía sobre el ahora esclavo amado lider illithid. "Klarotah, tengo un plan" pensó abriéndose a ser escuchado únicamente por él.. "debe haber una manera para liberar la mordaza que atenaza a cerebro.. quizá.. quizá protegerlo contra su maldad.." Su corazón ansiaba dar con la clave pero la razón le hacía ver que no sería suficiente..
El sonido del hueso rompiéndose de Hela, los gritos de lucha bajo la oscuridad mágica de Zev y Gowther, el horror y la confusión emponzoñando la mente de Morko, los gritos de frustración de Ash.. era mas de lo que podía asumir y las tinieblas volvieron. Iba a ser el final, de la compañía de los fragmentos extraordinarios, de los agentes de la reina cuervo, de la orden de la Rosa Negra.. Pero entonces todo cobró sentido. La orden ya no existía y por mucho que se resistiera nunca volvería. La Orden solo era una forma de llamar a un escaso grupo de hermanos y hermanas, camaradas comprometidos y leales entre ellos camuflado en lemas y tabardos, estandartes y juramentos. Sus camaradas, por ellos debía aguantar, por los que estaban y por los que no, por los que viven en la memoria y nunca mueren, por los que sangraban mano a mano para que los hijos de otros vivieran en paz..
De un fuerte soplido expulsó los restos de icor de cerebro del flautín y de los roncones.. llenó la bolsa de tripa de bestia y dejó que el aire en bruto, áspero y crudo brotara por los roncones trillizos obturando con maestría el punteiro. Sobre una antogua y olvidada melodía introducía acordes y tonadas escuchadas a sus compañeros. Mezclando con ella notas escuchadas a gowther, el canto enano a los caídos o el lema de la compañía carmesí. Ahora ellos eran su orden, su mundo y su lema y a todos quiso llegar para que en momentos aciagos donde todos se debatían en particular batalla supieran que no estaban solos.
-AHORAAAAAA- gritó sabedor que posiblemente nunca volviera a escuchar su propia voz.- La magia!!! Vuelve cuando atrae hacia la espiral de muerte del cuerno que vió Zevatur a los caídos!!!!-y conjuró, mientras interpretaba la melodía anti encantamientos con la gaita, las almas de los caídos en una última carga funesta!- Hermanos.. es el momento..- acertó a decir justo antes de caer en las garras del desaliento y la melancolía, de la cobardía y deshonor, incapaz de dirigir la mirada de nuevo a aquella aberración.
Zevatur regresa al plano material alejado delmmuro lleno de tentáculos y lanza su bola de fuego intentando hacer el máximo daño posible. Pero a pesar de las terribles llamas que genera el ojo para el de nuevo tras el destello casi incólume. El miedo atenaza a zevatur que se mueve hacia lammesa dónde estaba trabajando el ojo lanza una luz curadora a Gowther en la oscuridad y mira al ojo con temor... Esta vez no desaparece en el plano etereo.
Zevatur no anula la oscuridad que evita que el resto pueda ver a Gowther, incluida la bestia que vuelve a golpear la pared cerca del eladrin, una vez, dos veces. Sabiendo que el tercer enorme puño le acertará, Gowther levanta sus defensas mágicas y estas apenas resiten el temible impacto. Entonces es cuando recibe un golpe tremendo en la cabeza, que se golpea contra la pared. Los oídos le zumban y siente que su nariz se ha roto, pero no va a desfallecer, no aún.
Mientras tanto K'Varn ruge de dolor pero acaba en otra enloquecida risa.
La suerte había corrido de su lado de momento, pero no parecía que hubiera pasado lo mismo con sus amigos. Todos yacían en condiciones deprorables o completamente anulados por los impíos poderes de K'varn, que no paraba de reirse sin cesar, ... cada carcajada llena de locura hacía aumentar la ira del semielfo, que no paraba de evitar embates de rayos mortales o muros cubiertos de sugerentes tentáculos con aviesas intenciones.
Por un momento consiguió unos segundos de calma, cuando la abominación flotante decidió dedicar su atención a otros, y fue cuando se dio cuenta del efecto tan nocivo que el ojo central estaba provocando entre sus filas... con la rodilla en el suelo, tensó la cuerda que vibraba en su oído con una tenue pero mágica melodía, ... inspirándole en su disparo. El primero de sus improvisados proyectiles impacto en parte de la armadura que protegía al ser, pero rebotó muy cerca de su objetivo, ... casi lo tenía, gracias a su herencia élfica ya había marcado el camino.
La segunda saeta atravesó la gran sala ceremonial ligeramente más desviada que la primera, evitando cometer el mismo error, y ésta, como guiada por la misma fortuna que había arropado al bastardo durante todo el combate, penetró con un sonoro chasquido en la comisura del ojo proyectando viscosos icores a su alrededor y quedándose fuertemente clavada allí, obligando a la levitante esfera llena de demencia que era K'varn a cerrar su ojo instintivamente debido al daño recibido...
Un respiro para todos... sólo esperaba que éste fuera aprovechado por sus compañeros para castigarle lo suficiente como para hacerle caer.
-!RRAAAGGGHH! ¿Cómo te atreves?? ¿COMO OSAS??!!! - K'Varn gira casi por completo sobre sí mismo, protegiendo así instintivamente el ojo central. - ¡Devoraré tu carne! ¡Te coceré en la lava y la arrancaré de tus huesos! ¡JAJAJAJAA! ¡Siii beberé el tuétano de tus huesos y dejaré tu cabeza con vida para que lo puedas ver y sentir todo!! ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!! -
Decidido a cumplir su amenaza, K’Varn lanza un rayo a Martin que lo deja paralizado en el sitio, sin posibilidad de moverse, inmóvil en mitad del gesto de volver a tensar su arco.
Ver a su amigo indefenso despistó a Ash, el cual se vio afectado por otro rayo del contemplador. Un miedo atroz al fracaso hizo presa del socarrón y valiente guerrero. Sabía que la Magia del maldito monstruo sólo estaba exacerbando sus miedos internos, esos que llevaba toda la vida combatiendo, pero no podía controlarlos, tenía que alejarse de aquella criatura, sus manos temblaban mientras recargaba la ballesta.
Guilbert fue alcanzado por un rayo azul oscuro. Inmediatamente una somnolencia atroz comenzó a hacer presa de él, los párpados le pesaban demasiado, tenía que descansar la cabeza, sólo un segundo... pero un repentino capón le devolvió a la
- ¡Ni se te ocurra dormirte ahora Guilbert! - le conminó Kima con vehemencia - ¡Ánimo! Baja muy me envió aquí para acabar con esta amenaza, y La Reina Cuervo y Moradin han enviado a sus campeones para luchar a mi lado. No desfallezcas muchacho La Orden De la Rosa Negra aún tiene muchas batallas que librar y esta es una de ellas!-
Su templanza, su Fe y sus palabras animaron a Guilbert que se levantó con fuerzas renovadas para seguir luchando.
Ash disparó temblorosamente su ballesta errando el tiro por varias varas. Entonces al vio, tan frágil, tan vapuleada. Se sorprendió alejándose del combate y de su amada. Una fuerza irrefrenable surgió de lo más profundo de sus ser haciendo a un lado sus miedos como si fueran de papel. Se detuvo afianzando los pies. No podía abandonarla y el solo hecho de que K'varn le hubiera hecho plateárselo le hizo apretar los dientes. Tenía que llegar a ella.
Aturdida y desorientada, Hela se levantó del suelo llevando una de sus manos a la herida de la cabeza y observó preocupada durante unos segundos la sangre oscura que impregnaba su cabello.
Dirigió su mirada hacia Kima, a la que susurró un agradecimiento y un gesto de desconcierto - “¿hijos?” - pensó para sí para, acto seguido, buscar inquieta a Ash por la sala.
Intentó recordar qué había sucedido desde que perdió el conocimiento. A parte del dolor producido por las heridas y el cansancio que atenazaba cada uno de sus músculos, podía sentir un vacío helado y seco dentro de sí, una sensación jamás experimentada por la shadar-kai que se asemejaba a la pérdida de parte de su ser, de su alma.
Abrumada y con una terrible sensación de nefasto presagio, esquivó sin saber muy bien cómo uno de los rayos que el horripilante ser lanzaba a diestro y siniestro, sin perder de vista a su amado Ash, al que percibió asustado y desorientado. Esa imagen le congeló el corazón más que ninguna otra magia que K’Varn pudiera dirigir hacia ella; sin la fortaleza y el ánimo de su líder, sin la guía que representaba su valentía, se sentía perdida entre aquel caos y aquella desesperación.
Escuchó entonces las palabras de Guilbert que funcionaron como un chute de moral para el grupo. Ash parecía haber recobrado el coraje y la hechicera vio un amago por parte del guerrero de acercarse a ella. Le sonrió con ternura, pero también con profunda tristeza
- Seré más útil si estoy lejos de vosotros, si nos separamos tendremos más oportunidades de acabar con él -
Tras una intensa mirada con la que pretendía transmitirle todo su amor, Helayna echó a correr y se colocó lo más lejos que pudo en el extremo de la sala e invocó el poder de La Reina Cuervo, haciendo vibrar y refulgir el bastón que sostenía con la escasa fuerza que le quedaba hacia el esperpéntico unicornio, dirigiendo un dañino cono de hielo que esquivó grácil y exquisitamente a sus aliados en su recorrido.
Ver incorporarse a Helayna una vez mas fue toda la motivación que necesitaba. El certero y mortal flechazo de Martin les había otorgado la oportunidad de conjurar y dañar con todo al terrible beholder cornudo. No podía cejar en el empeño, mientras las gaitas de la Orden de la Rosa Negra habría esperanza.. y lo harían hasta que último de los aventureros cayeran, como un bravo portaestandarte en batalla. Aquella ciudad recordaría siempre su victoria o su funesta resistencia mortal. Bailad, malditos, bailad!
En la retaguardia de la aberración K`Varn un viejo miembro de la orden levantaba su enorme claymore para asestar una descarga radiante en su objetivo mientras Guilbert avanzaba desafiante y decidido hacia la monstruosidad flotante armado únicamente con la enorme gaita de tres roncones, patrón a cuadros negro y plata con filigranas argentas.
La Compañía de los Fragmentos Extraordinarios se recomponía, pese a enfrentarse a un horror nacido de sus más profundas pesadillas, en el territorio más hostil que pudieran haber imaginado, allí estaban, luchando, resistiendo, sin cejar en su empeño ni su determinación, por mucha magia dañina que K'Varn les lanzara ellos seguían juntos, luchando codo con codo. Esta es la verdadera fuerza de la Compañía.
K'Varn reía alocadamente y sus pedúnculos oculares lanzaban rayos a diestro y siniestro.
Un rayo negro se dirigió hacia Zevatur, pero este logró esquivarlo en el último momento. El mortal rayo le alcanzó en la pierna, e inmediatamente se quedó helada y dormida, casi inservible. Zevatur sentía cómo su sangre pugnaba por volver al casi muerto miembro, y le preocupaba el aspecto tumefacto que había adquirido.
Un rayo gris surgió hacia Kima, pero la halfling saltó a un lado y se rió de K'Varn.
Aún en las alturas, Kath luchaba contra el poder del Cerebro Anciano y su descarga mental, gritando de dolor y frustración por no poder ayudar a sus amigos. Escuchó la música de las gaitas y sabía que sus amigos estaban abajo enfrentándose a aquella cosa. Su rabia e impotencia por fin se impusieron a la niebla de la descarga psíquica y la Cazadora recogió sus hojas las cuales brillaban azules y dejaban un rastro de vapor helado tras helado tras de si.
Gowther se sintió revitalizado por la música de las gaitas. Pese a la oscuridad que lo rodeaba y a la fuerza que lo oprimía, no estaba solo.
Zevatur presa del panico evitó al ser y miro a su amigo Martín. Una mueca de frustración congelada en su cara le indicó que le había pasado lo mismo que a Gowther, paralizado por el poder del beholder loco. No podía ser, apenas podían mantenerse en pie... Ignorando los tentáculos que parecían inertes por el momento, se acercó a él y elimino la parálisis de Martín alejándose hacia abajo, lejos de todo. Después se lanzó una luz curadora de su dios que le reconfortó levemente y al fin el blink le saco de la habitación.
Gowther sabía que no podría aguantar mucho más en aquella posición. Aegnor yacía en el suelo cerca de él, el poder telequinético de K'Varn le mantenía inmóvil en aquella posición y los tentáculos de la pared afirmaban su presa sobre él. La bestia informe que había en la jaula pronto lanzaría de nuevo sus poderosos puños contra él, y no sabía si podría soportar tal castigo más tiempo.
Metió el pie bajo la hoja de Aegnor, lejos de quemarle su calor le reconfortó dentro de aquella oscuridad. Con un movimiento de su pie, levantó la hoja del suelo y volvió a blandirla. Usando los poderes innatos de su tierra se teleportó, y aunque estaba aún dentro de la oscuridad de Guilbert, los tentáculos le soltaron durante un segundo, tiempo que aprovechó para contorsionar lo que pudo su cuerpo para evitar que volvieran a hacer presa de él. Fue entonces cuando se dio cuenta, la presa telequinética también había desaparecido. El repentino cambio de posición había despistado a K'Varn, que sin duda tenía ahora mismo muchas preocupaciones si lo que escuchaba de los hechizos y voces de ánimo de sus compañeros era lo que él sospechaba. Aventurando media sonrisa, con una rodilla en el suelo, destapó una poción de curación y sintió cierto alivio al respirar cuando parte de sus magulladas costillas sanó gracias al brebaje.
Kima corrió hacia K'varn y lanzó de nuevo su martillo, con la esperanza de golpearle, pero ese arma no estaba equilibrada para ser arrojada y comenzó a dar vueltas sobre sí misma antes de llegar al contemplador.
Guilbert vio cómo el Cerebro Antiguo se agitaba en su piscina. No sabía si estaba intentando librarse del control de K'Varn o intentaba volver a lanzar un mortífero ataque mental contra ellos. Martin y Zevatur se fijaron que, tan rápido como habían salido de sus escondrijos en las paredes, los tentáculos volvieron a ellos y, ahora que sabían qué mirar en la alienígena construcción, quedaban inertes en las paredes, a la espera de otra orden de su amo. K'Varn, al parecer, había cambiado su atención de los tentáculos y la centraba en Helayna, que había congelado parte de su cuerpo con su magia. Un enorme ojo apareció en el suelo donde estaba la shadar-kai, que intentó saltar fuera del mismo, pero no fue lo suficientemente rápida y una luz morada la envolvió, quedando paralizada en el sitio, con un gesto entre asco y horror congelado en el rostro. K'Varn rio maquiavélicamente anticipando la muerte de la maga.
Pero Klarotah no había acabado con él. Extendiendo la mano lanzó otro rayo de energía morada que golpeó directamente a K'Varn el cual rugió de sorpresa y dolor. El illithid jadeaba por el esfuerzo pero su expresión podría definirse de satisfacción.
La bestia enjaulada en la oscuridad de Zevatur golpeo con furia y fuerza la pared donde tan sólo un segundo antes había estado Gowther. Si no se hubiera teleportado, el tiefling temía que ahora su amigo fuera poco más que pulpa.
Ash, que había vuelto a encontrar su coraje, vio cómo el hechizo de Helayna cubría de hielo, no sólo a K'Varn si no a la jaula con la bestia enjaulada. Presa del dolor y la rabia, rugió y utilizó sus enormes y poderosos brazos para deshacer por completo la ahora prisión de hielo que le retenía. Ahora pudieron verlo mejor, tenía el cuerpo quitinoso de un Umber Hulk, las bestias que les atacaron en los pasadizos, la cabeza de un ogro, los cuatro brazos eran una mezcla entre entre brazos de ogro y Umber Hulk. Golpeando el suelo con furia cargó hacia Morko quien sólo parecía tener ojos para K'Varn, su mano brillando con el poder curativo de Moradin para emplearlo con él, ajeno a la bestia que se cargaba contra él. El enano estaba en peligro.
Martin, con un gesto de agradecimiento a Zevatur por liberarle de la magia de K'Varn, no perdió tiempo y apuntó al contemplador, al que podía ver por encima de la burbuja de oscuridad.
Morko no entendía porque todos a su alrededor de peleaban, la visión de K'Varn era lanunica opción para hacer frente al culto y su amenaza. Tratando de mediar entre ellos curo a K'Varn mientras se interponia entre ambos bandos.-Deteneros está lucha es inútil-
-Nos podemos ayudat mutuamente- decía el paladín, mientras sus palabras no surgían el menos efecto.
Morko se apartó tranquilamente del camino de la extraña abominación creada por la enferma mente de K'Varn y esta siguió cargando hacia el resto de sus compañeros.
K'Varn retrocedió y volvió a dirigir su ojo central hacia el grueso del grupo, elevándose un poco para evitar que alguien más saltara como había hecho Morko para curarle.
Un rayo verde se dirigió raudo hacia Martin, pero el ágil semi-elfo saltó sobre una mano y el rayo impactó en la mesa que tenía detrás. Tanto la mesa como el cuerpo en el que K'varn estaba trabajando se convirtieron en un montón de polvo en un instante.
Kima recibió un impacto de otro rayo, destinado a quebrar su voluntad y la del equipo, pero la valerosa halfling era demasiado cabezota y su fe demasiado firme para que le afectara.
Otro rayo dio de lleno a Ash, que, escuchando las palabras de Morko y viendo su actitud empezó a comprender la estrategia de su amigo y a encontrarle sentido. Sólo con K'Varn como aliado podrían hacer frente al Culto y a las visiones que habían tenido. Sólo bajo su liderazgo podrían prevalecer, pero se sentía confuso, algo le decía que aquello no tenía sentido, que estaba mal.
La penurias del grupo de aventureros se agravaban por momentos. Sintió como la magia le abandonaba cuando K`Varn comenzó a moverse y mirarles de nuevo. Su camarada espectral se deshizo como el vaho en la niebla lanzando una última mirada de disculpa. Entre Guilbert y el beholder cornudo aún se encontraba la recién liberada aberración y un confuso Morko. Mas allá, las inalcanzables puertas que pronto sucumbirían y con ellas las últimas esperanzas de los aventureros.
Su armadura el valor, su escudo una ajada gaita. Con paso firme avanzó hacia la abominación, si no a derrotarla, al menos entretenerla el tiempo necesario para que sus compañeros mas válidos zanjaran aquella batalla. Dispuesto para la arremetida salvaje de pronto la magia volvió a él. Ese energía, etérea, extraña al cuerpo pero que ssiente cuando te atraviesa como un escalofrío de una noche de luna llena. Su escudo, su sombrero hasta sus infantiles y sencillos trucos de hechicero novato volvían. Sin dejar pasar el tiempo aferro el soplador descargando su caja torácica una vez, y otra, hasta que su gaita no admitía mas.. liberando por roncones y flautín el estruendo de cien gaiteros tocando a carga, solo audible por K´Varn que experimentó, quizá por primera vez, terror de un simple humano de la Orden de la Rosa Negra.
El poder de la magia de Guilbert se ve reforzado por la música y su propia voluntad, y contra todo pronóstico del bardo, el contemplador ve reflejado en ellos sus mayores temores. Intentado poner la mayor distancia posible entre él y sus atacantes, describe un arco que le lleva muy cerca de la cristalera y le aleja del bardo. Mientras lo hace, lanza un rayo a la Cazadora de sangre, que se apresta a saltar a la batalla, pero Kath lo esquiva al saltar hacia él, ahora muy próximo a ella.
Kath intenta caer sobre K'Varn, pero este se mueve en el último momento, golpeándola en mitad del aire, y hace que su espada corta se le escape de las manos. Sin embargo, mientras cae al suelo, sí consigue realizar un corte con su rapier, el cual emite una helada aura gracias a la sangre de la propia muchacha.
El contemplador grita de dolor y la chica gira sobre sí misma y aterriza en el suelo, recogiendo la espada y protegiendo a la paralizada Hela con su cuerpo de la embestida de la otra criatura que carga hacia la paralizada maga.
La desesperación siempre hace que se cometan errores, acciones precipitadas que no se piensan demasiado, sólo la supervivencia y los instintos pueden guiarte hasta la victoria cuando todo lo demás ha fallado y la suerte juega en tu contra continuamente. Martin volvió a hacer un rápido chequeo de la situación y la de sus compañeros, casi todos ellos estaban rozando su límite de resistencia y recursos, mientras que la mayoría o estaban asustados, encantados o paralizados...
Con el rabillo de su ojo observó como Morko, totalmente hechizado por la locura de K'varn, elevaba su hacha para lánzarsela y acabar con la amenaza que el semielfo pudiera generar a su nuevo "aliado". No contaba con mucho tiempo, puesto que sabía que una embestida de Kheluzburk era sufiente para mandarle a los sombríos planos de su Reina... Aún así y pese a su desesperación, se dejó tranquilizar parcialmente por los últimos estertores heróicos de sus compañeros. Como si todo ocurriera bajo un poderoso conjuro de sopor, las acciones en su cabezan ocurrían extremadamente lentas y ominosas, Klarotah alzaba su mano dirigéndola al gran portón doble que retumbaba amenazando con ceder en cualquier momento, sus habilidades psíquicas levantaron una barrera y comenzaron a presionar para que eso no ocurriese, sin embargo poco podía hacer un sólo Illithid contra una horda de los de su raza... Gowther se liberó de sus múltiples presas y se lanzó como una estela casi divina a través del campo de batalla, brillando como siempre con perfectas formas etéreas envolventes. Éste terminó arrancando piel y sangre de la abominación multiocular con su legendaria espada inflamada en llamas, y Kath descargó su posiblemente último ataque antes de caer defendiendo a una inamovible Helayna... valor y sentido de la protección, incluso en los momentos más oscuros... Martin no pudo evitar sentir cierto orgullo hacia ella.
- No cometas ningún error -Se dijo a sí mismo mientras tensaba su arco, ... su aguda vista se aferró a su herencia élfica, a pesar de que un tremendo golpe resonó por toda la sala y una puerta que empezaba a resquebrajarse... pugnaban por desconcentrarle. - Justo al ojo central, como ya hiciste antes - Una letanía volvió a su cabeza recordando entrenamientos de un pasado digno de olvidar, disparando su primera saeta que el arco largo que portaba encantó con su débil magia, ... débil pero suficiente para atravesarle justo por el mismo centro, haciendo explotar parte de la pupila y derramando icores y viscosos fluidos sobre el suelo varios metros más abajo... Un grito agónico revelo al asesino que K´varn también estaba en las últimas, castigado a través del combate por sus compañeros, apenas le quedaba un aliento de vida, a pesar de que su cordura inexistente le ayudaba a mantenerse allí, carcajeándose incluso en el umbral final de la muerte.
Ese grito de la esquizofrénica criatura es lo que usó como objetivo para su segunda flecha, ésta voló sobre un convulso y poséido cerebro anciano, hasta entrar por la boca repleta de afilados dientes de K'varn, ... la saeta penetró segura a través de sus tejidos blandos desgarrando cerebro y nervios... El enorme Beholder de cuerno impío dejo de emitir ningún sonido más mientras descendía a toda velocidad hasta el suelo para terminar de agonizar cuando la fría losa le dio la bienvenida...
Aun quedaban dos criaturas quiméricas construidas con partes de varios seres por derrotar, y una población entera de Desollamentes a abatir... pero quizás de la desesperación nació esperanza esta vez... y la influencia de su enemigo sobre el Cerebro se disipara, dándoles un respiro...
Aún carcajeándose la certera flecha de Martin encuentra su objetivo y acaba con la vida de K'Varn. La masa de carne y pedúnculos oculares cae, aún riéndose histéricamente, como si su propia muerte sólo se tratara de una broma pesada.
El sordo sonido del cuerpo al golpear el suelo acabó con la histriónica risa.
Un silencio pesado cayó sobre la sala. La bestia que cargaba hacia la indefensa Helayna se quedó paralizada y su mirada vacía se perdió en el horizonte. Los tremendos golpes en la puerta doble cesaron.
Mientras Helayna sentía que su cuerpo volvía a responder y tomaba una profunda bocanada de aire, y la mente de Morko se despejaba, Klarotah se volvió, anhelante, hacia el Cerebro Anciano que parecía estático en lugar de las inquietantes vibraciones que le recorrían hasta ahora.
Sus compañeros compartían miradas esperanzadas pero las voces que acompañaban a Martin le susurraban advertencias. La cacofonía de voces susurradas y superpuestas se agitó aún más al comenzar a destensar su arco.
"No ha terminado... El Cuerno... El Cuerno de Orcus... No ha terminado... "
Con horror el semielfo vio como uno de los pedúnculos se agitó. Luego otro, y otro, y otro más. Todos contemplaron con espanto como la forma de K'Varn volvía a elevarse, sus ojos, ahora glaucos comenzaron a girar de nuevo en busca de víctimas, el ojo central, destruido se giraba pese a la tremenda herida provocada por la flecha de Martin. La lengua colgaba de un lado de la boca llena de dientes, inerte.
Sorprendidos y horrorizados, el equipo apenas pudo reaccionar.
Morko, con su cabeza despejada cargo lanzando un grito de guerra enano contra el renacido contemplador. Dos poderosos golpes de Kelezburg apoyados por la fuerza divina de Moradin hicieron temblar el cuerpo muerto, pero este continuó elevándose y sus glaucos y muertos ojos buscaron a sus ejecutores para hacer caer sobre ellos su venganza.
Martin fue alcanzado por un rayo negro que le hizo caer y sintió cómo su fuerza vital le era arrebatada. Le costaba respirar y la cabeza le daba vueltas, pero no podía desfallecer. Las voces susurraban a su alrededor y no le permitían dejarse llevar por la negrura.
Morko esquivó por los pelos otro rayo negro que el muerto viviente dirigió hacia él, y Zevatur consiguió esquivar otro.
En contraste con las histriónicas carcajadas de antes, el muerto K'Varn no emitía sonido alguno, resultando mucho más inquietante.
Ash sintió que se le secaba la garganta, la euforia de la victoria escapándose entre sus dedos como arena de un reloj que estaba a punto de agotar su tiempo.
Los tentáculos intentan atrapar a Martin, pero el ágil semi-elfo es demasiado rápido.
Helayna, aún aturdida, reacciona por puro instinto y se agacha justo a tiempo para evitar que otro la coja del cuello.
Gowther no puede evitar que dos tentacúlos se enrollen en su cuerpo y sus piernas, aumentando la presión de su inmovilidad.
Klarotah se levanta, renqueante y mira con odio a K'Varn. Un odio profundo y desgarrador que Guilbert puede sentir como algo físico que va creciendo y creciendo, pequeños rayos púrpura comienzan a aparecer entre los dedos de Klarotah, que van creciendo hasta convertirse en un relámpago que atraviesa el aire de la sala con un fuerte olor a ozono. Todos escuchan desgarrador grito psíquico que acompaña al ataque mágico contra K'Varn.
Una quemadura atraviesa parte de la esfera de carne que es el Contemplador, y su atención se vuelve hacia Klarotah.
K'Varn se rie y relame.
- Tu... devoraré tu mente y tu cerebro poco a poco... y verás cómo devoro la de tu amado Cerebro Anciano día a día... acabaré con tus hermanos y hermanas y el último en morir de tu colonia serás tú... traidor... jajaja.. jajajajajaja... MUUAAJAJAJAJAJA -
Zevatur vuelve al plano material, tras ver una vez más el impío poder del cuerno que tiene K'Varn en la frente. Y tiene que evitar unos tentáculos que salen de la pared e intentan agarrarlo.
PbP Character: A few ;)
Demasiadas cosas ocurrían a la vez como para hacerse dueño de la situación. Escurrir por cerebro perdía su tono de gran idea tomando matices de terrible ultraje, al menos eso interpretaba en al mirada de Klarotah. Solo que el aliado desollamentes desconocía las intenciones liberadoras que tenía sobre el ahora esclavo amado lider illithid. "Klarotah, tengo un plan" pensó abriéndose a ser escuchado únicamente por él.. "debe haber una manera para liberar la mordaza que atenaza a cerebro.. quizá.. quizá protegerlo contra su maldad.." Su corazón ansiaba dar con la clave pero la razón le hacía ver que no sería suficiente..
El sonido del hueso rompiéndose de Hela, los gritos de lucha bajo la oscuridad mágica de Zev y Gowther, el horror y la confusión emponzoñando la mente de Morko, los gritos de frustración de Ash.. era mas de lo que podía asumir y las tinieblas volvieron. Iba a ser el final, de la compañía de los fragmentos extraordinarios, de los agentes de la reina cuervo, de la orden de la Rosa Negra.. Pero entonces todo cobró sentido. La orden ya no existía y por mucho que se resistiera nunca volvería. La Orden solo era una forma de llamar a un escaso grupo de hermanos y hermanas, camaradas comprometidos y leales entre ellos camuflado en lemas y tabardos, estandartes y juramentos. Sus camaradas, por ellos debía aguantar, por los que estaban y por los que no, por los que viven en la memoria y nunca mueren, por los que sangraban mano a mano para que los hijos de otros vivieran en paz..
De un fuerte soplido expulsó los restos de icor de cerebro del flautín y de los roncones.. llenó la bolsa de tripa de bestia y dejó que el aire en bruto, áspero y crudo brotara por los roncones trillizos obturando con maestría el punteiro. Sobre una antogua y olvidada melodía introducía acordes y tonadas escuchadas a sus compañeros. Mezclando con ella notas escuchadas a gowther, el canto enano a los caídos o el lema de la compañía carmesí. Ahora ellos eran su orden, su mundo y su lema y a todos quiso llegar para que en momentos aciagos donde todos se debatían en particular batalla supieran que no estaban solos.
-AHORAAAAAA- gritó sabedor que posiblemente nunca volviera a escuchar su propia voz.- La magia!!! Vuelve cuando atrae hacia la espiral de muerte del cuerno que vió Zevatur a los caídos!!!!- y conjuró, mientras interpretaba la melodía anti encantamientos con la gaita, las almas de los caídos en una última carga funesta!- Hermanos.. es el momento..- acertó a decir justo antes de caer en las garras del desaliento y la melancolía, de la cobardía y deshonor, incapaz de dirigir la mirada de nuevo a aquella aberración.
Zevatur regresa al plano material alejado delmmuro lleno de tentáculos y lanza su bola de fuego intentando hacer el máximo daño posible. Pero a pesar de las terribles llamas que genera el ojo para el de nuevo tras el destello casi incólume. El miedo atenaza a zevatur que se mueve hacia lammesa dónde estaba trabajando el ojo lanza una luz curadora a Gowther en la oscuridad y mira al ojo con temor... Esta vez no desaparece en el plano etereo.
Zevatur, Rolthos
Zevatur no anula la oscuridad que evita que el resto pueda ver a Gowther, incluida la bestia que vuelve a golpear la pared cerca del eladrin, una vez, dos veces. Sabiendo que el tercer enorme puño le acertará, Gowther levanta sus defensas mágicas y estas apenas resiten el temible impacto. Entonces es cuando recibe un golpe tremendo en la cabeza, que se golpea contra la pared. Los oídos le zumban y siente que su nariz se ha roto, pero no va a desfallecer, no aún.
Mientras tanto K'Varn ruge de dolor pero acaba en otra enloquecida risa.
Martin volvió a colocar una flecha en su arco.
PbP Character: A few ;)
La suerte había corrido de su lado de momento, pero no parecía que hubiera pasado lo mismo con sus amigos. Todos yacían en condiciones deprorables o completamente anulados por los impíos poderes de K'varn, que no paraba de reirse sin cesar, ... cada carcajada llena de locura hacía aumentar la ira del semielfo, que no paraba de evitar embates de rayos mortales o muros cubiertos de sugerentes tentáculos con aviesas intenciones.
Por un momento consiguió unos segundos de calma, cuando la abominación flotante decidió dedicar su atención a otros, y fue cuando se dio cuenta del efecto tan nocivo que el ojo central estaba provocando entre sus filas... con la rodilla en el suelo, tensó la cuerda que vibraba en su oído con una tenue pero mágica melodía, ... inspirándole en su disparo. El primero de sus improvisados proyectiles impacto en parte de la armadura que protegía al ser, pero rebotó muy cerca de su objetivo, ... casi lo tenía, gracias a su herencia élfica ya había marcado el camino.
La segunda saeta atravesó la gran sala ceremonial ligeramente más desviada que la primera, evitando cometer el mismo error, y ésta, como guiada por la misma fortuna que había arropado al bastardo durante todo el combate, penetró con un sonoro chasquido en la comisura del ojo proyectando viscosos icores a su alrededor y quedándose fuertemente clavada allí, obligando a la levitante esfera llena de demencia que era K'varn a cerrar su ojo instintivamente debido al daño recibido...
Un respiro para todos... sólo esperaba que éste fuera aprovechado por sus compañeros para castigarle lo suficiente como para hacerle caer.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
-!RRAAAGGGHH! ¿Cómo te atreves?? ¿COMO OSAS??!!! - K'Varn gira casi por completo sobre sí mismo, protegiendo así instintivamente el ojo central. - ¡Devoraré tu carne! ¡Te coceré en la lava y la arrancaré de tus huesos! ¡JAJAJAJAA! ¡Siii beberé el tuétano de tus huesos y dejaré tu cabeza con vida para que lo puedas ver y sentir todo!! ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!! -
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Decidido a cumplir su amenaza, K’Varn lanza un rayo a Martin que lo deja paralizado en el sitio, sin posibilidad de moverse, inmóvil en mitad del gesto de volver a tensar su arco.
Ver a su amigo indefenso despistó a Ash, el cual se vio afectado por otro rayo del contemplador. Un miedo atroz al fracaso hizo presa del socarrón y valiente guerrero. Sabía que la Magia del maldito monstruo sólo estaba exacerbando sus miedos internos, esos que llevaba toda la vida combatiendo, pero no podía controlarlos, tenía que alejarse de aquella criatura, sus manos temblaban mientras recargaba la ballesta.
Guilbert fue alcanzado por un rayo azul oscuro. Inmediatamente una somnolencia atroz comenzó a hacer presa de él, los párpados le pesaban demasiado, tenía que descansar la cabeza, sólo un segundo... pero un repentino capón le devolvió a la
- ¡Ni se te ocurra dormirte ahora Guilbert! - le conminó Kima con vehemencia - ¡Ánimo! Baja muy me envió aquí para acabar con esta amenaza, y La Reina Cuervo y Moradin han enviado a sus campeones para luchar a mi lado. No desfallezcas muchacho La Orden De la Rosa Negra aún tiene muchas batallas que librar y esta es una de ellas!-
Su templanza, su Fe y sus palabras animaron a Guilbert que se levantó con fuerzas renovadas para seguir luchando.
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Ash disparó temblorosamente su ballesta errando el tiro por varias varas. Entonces al vio, tan frágil, tan vapuleada. Se sorprendió alejándose del combate y de su amada. Una fuerza irrefrenable surgió de lo más profundo de sus ser haciendo a un lado sus miedos como si fueran de papel. Se detuvo afianzando los pies. No podía abandonarla y el solo hecho de que K'varn le hubiera hecho plateárselo le hizo apretar los dientes. Tenía que llegar a ella.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Aturdida y desorientada, Hela se levantó del suelo llevando una de sus manos a la herida de la cabeza y observó preocupada durante unos segundos la sangre oscura que impregnaba su cabello.
Dirigió su mirada hacia Kima, a la que susurró un agradecimiento y un gesto de desconcierto - “¿hijos?” - pensó para sí para, acto seguido, buscar inquieta a Ash por la sala.
Intentó recordar qué había sucedido desde que perdió el conocimiento. A parte del dolor producido por las heridas y el cansancio que atenazaba cada uno de sus músculos, podía sentir un vacío helado y seco dentro de sí, una sensación jamás experimentada por la shadar-kai que se asemejaba a la pérdida de parte de su ser, de su alma.
Abrumada y con una terrible sensación de nefasto presagio, esquivó sin saber muy bien cómo uno de los rayos que el horripilante ser lanzaba a diestro y siniestro, sin perder de vista a su amado Ash, al que percibió asustado y desorientado. Esa imagen le congeló el corazón más que ninguna otra magia que K’Varn pudiera dirigir hacia ella; sin la fortaleza y el ánimo de su líder, sin la guía que representaba su valentía, se sentía perdida entre aquel caos y aquella desesperación.
Escuchó entonces las palabras de Guilbert que funcionaron como un chute de moral para el grupo. Ash parecía haber recobrado el coraje y la hechicera vio un amago por parte del guerrero de acercarse a ella. Le sonrió con ternura, pero también con profunda tristeza
- Seré más útil si estoy lejos de vosotros, si nos separamos tendremos más oportunidades de acabar con él -
Tras una intensa mirada con la que pretendía transmitirle todo su amor, Helayna echó a correr y se colocó lo más lejos que pudo en el extremo de la sala e invocó el poder de La Reina Cuervo, haciendo vibrar y refulgir el bastón que sostenía con la escasa fuerza que le quedaba hacia el esperpéntico unicornio, dirigiendo un dañino cono de hielo que esquivó grácil y exquisitamente a sus aliados en su recorrido.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Ver incorporarse a Helayna una vez mas fue toda la motivación que necesitaba. El certero y mortal flechazo de Martin les había otorgado la oportunidad de conjurar y dañar con todo al terrible beholder cornudo. No podía cejar en el empeño, mientras las gaitas de la Orden de la Rosa Negra habría esperanza.. y lo harían hasta que último de los aventureros cayeran, como un bravo portaestandarte en batalla. Aquella ciudad recordaría siempre su victoria o su funesta resistencia mortal. Bailad, malditos, bailad!
En la retaguardia de la aberración K`Varn un viejo miembro de la orden levantaba su enorme claymore para asestar una descarga radiante en su objetivo mientras Guilbert avanzaba desafiante y decidido hacia la monstruosidad flotante armado únicamente con la enorme gaita de tres roncones, patrón a cuadros negro y plata con filigranas argentas.
La Compañía de los Fragmentos Extraordinarios se recomponía, pese a enfrentarse a un horror nacido de sus más profundas pesadillas, en el territorio más hostil que pudieran haber imaginado, allí estaban, luchando, resistiendo, sin cejar en su empeño ni su determinación, por mucha magia dañina que K'Varn les lanzara ellos seguían juntos, luchando codo con codo. Esta es la verdadera fuerza de la Compañía.
K'Varn reía alocadamente y sus pedúnculos oculares lanzaban rayos a diestro y siniestro.
Un rayo negro se dirigió hacia Zevatur, pero este logró esquivarlo en el último momento. El mortal rayo le alcanzó en la pierna, e inmediatamente se quedó helada y dormida, casi inservible. Zevatur sentía cómo su sangre pugnaba por volver al casi muerto miembro, y le preocupaba el aspecto tumefacto que había adquirido.
Un rayo gris surgió hacia Kima, pero la halfling saltó a un lado y se rió de K'Varn.
Aún en las alturas, Kath luchaba contra el poder del Cerebro Anciano y su descarga mental, gritando de dolor y frustración por no poder ayudar a sus amigos. Escuchó la música de las gaitas y sabía que sus amigos estaban abajo enfrentándose a aquella cosa. Su rabia e impotencia por fin se impusieron a la niebla de la descarga psíquica y la Cazadora recogió sus hojas las cuales brillaban azules y dejaban un rastro de vapor helado tras helado tras de si.
Gowther se sintió revitalizado por la música de las gaitas. Pese a la oscuridad que lo rodeaba y a la fuerza que lo oprimía, no estaba solo.
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Zevatur presa del panico evitó al ser y miro a su amigo Martín. Una mueca de frustración congelada en su cara le indicó que le había pasado lo mismo que a Gowther, paralizado por el poder del beholder loco. No podía ser, apenas podían mantenerse en pie... Ignorando los tentáculos que parecían inertes por el momento, se acercó a él y elimino la parálisis de Martín alejándose hacia abajo, lejos de todo. Después se lanzó una luz curadora de su dios que le reconfortó levemente y al fin el blink le saco de la habitación.
Zevatur, Rolthos
Gowther sabía que no podría aguantar mucho más en aquella posición. Aegnor yacía en el suelo cerca de él, el poder telequinético de K'Varn le mantenía inmóvil en aquella posición y los tentáculos de la pared afirmaban su presa sobre él. La bestia informe que había en la jaula pronto lanzaría de nuevo sus poderosos puños contra él, y no sabía si podría soportar tal castigo más tiempo.
Metió el pie bajo la hoja de Aegnor, lejos de quemarle su calor le reconfortó dentro de aquella oscuridad. Con un movimiento de su pie, levantó la hoja del suelo y volvió a blandirla. Usando los poderes innatos de su tierra se teleportó, y aunque estaba aún dentro de la oscuridad de Guilbert, los tentáculos le soltaron durante un segundo, tiempo que aprovechó para contorsionar lo que pudo su cuerpo para evitar que volvieran a hacer presa de él. Fue entonces cuando se dio cuenta, la presa telequinética también había desaparecido. El repentino cambio de posición había despistado a K'Varn, que sin duda tenía ahora mismo muchas preocupaciones si lo que escuchaba de los hechizos y voces de ánimo de sus compañeros era lo que él sospechaba. Aventurando media sonrisa, con una rodilla en el suelo, destapó una poción de curación y sintió cierto alivio al respirar cuando parte de sus magulladas costillas sanó gracias al brebaje.
Kima corrió hacia K'varn y lanzó de nuevo su martillo, con la esperanza de golpearle, pero ese arma no estaba equilibrada para ser arrojada y comenzó a dar vueltas sobre sí misma antes de llegar al contemplador.
Guilbert vio cómo el Cerebro Antiguo se agitaba en su piscina. No sabía si estaba intentando librarse del control de K'Varn o intentaba volver a lanzar un mortífero ataque mental contra ellos. Martin y Zevatur se fijaron que, tan rápido como habían salido de sus escondrijos en las paredes, los tentáculos volvieron a ellos y, ahora que sabían qué mirar en la alienígena construcción, quedaban inertes en las paredes, a la espera de otra orden de su amo. K'Varn, al parecer, había cambiado su atención de los tentáculos y la centraba en Helayna, que había congelado parte de su cuerpo con su magia. Un enorme ojo apareció en el suelo donde estaba la shadar-kai, que intentó saltar fuera del mismo, pero no fue lo suficientemente rápida y una luz morada la envolvió, quedando paralizada en el sitio, con un gesto entre asco y horror congelado en el rostro. K'Varn rio maquiavélicamente anticipando la muerte de la maga.
Pero Klarotah no había acabado con él. Extendiendo la mano lanzó otro rayo de energía morada que golpeó directamente a K'Varn el cual rugió de sorpresa y dolor. El illithid jadeaba por el esfuerzo pero su expresión podría definirse de satisfacción.
La bestia enjaulada en la oscuridad de Zevatur golpeo con furia y fuerza la pared donde tan sólo un segundo antes había estado Gowther. Si no se hubiera teleportado, el tiefling temía que ahora su amigo fuera poco más que pulpa.
Ash, que había vuelto a encontrar su coraje, vio cómo el hechizo de Helayna cubría de hielo, no sólo a K'Varn si no a la jaula con la bestia enjaulada. Presa del dolor y la rabia, rugió y utilizó sus enormes y poderosos brazos para deshacer por completo la ahora prisión de hielo que le retenía. Ahora pudieron verlo mejor, tenía el cuerpo quitinoso de un Umber Hulk, las bestias que les atacaron en los pasadizos, la cabeza de un ogro, los cuatro brazos eran una mezcla entre entre brazos de ogro y Umber Hulk. Golpeando el suelo con furia cargó hacia Morko quien sólo parecía tener ojos para K'Varn, su mano brillando con el poder curativo de Moradin para emplearlo con él, ajeno a la bestia que se cargaba contra él. El enano estaba en peligro.
Martin, con un gesto de agradecimiento a Zevatur por liberarle de la magia de K'Varn, no perdió tiempo y apuntó al contemplador, al que podía ver por encima de la burbuja de oscuridad.
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Morko no entendía porque todos a su alrededor de peleaban, la visión de K'Varn era lanunica opción para hacer frente al culto y su amenaza. Tratando de mediar entre ellos curo a K'Varn mientras se interponia entre ambos bandos.-Deteneros está lucha es inútil-
-Nos podemos ayudat mutuamente- decía el paladín, mientras sus palabras no surgían el menos efecto.
Morko se apartó tranquilamente del camino de la extraña abominación creada por la enferma mente de K'Varn y esta siguió cargando hacia el resto de sus compañeros.
K'Varn retrocedió y volvió a dirigir su ojo central hacia el grueso del grupo, elevándose un poco para evitar que alguien más saltara como había hecho Morko para curarle.
Un rayo verde se dirigió raudo hacia Martin, pero el ágil semi-elfo saltó sobre una mano y el rayo impactó en la mesa que tenía detrás. Tanto la mesa como el cuerpo en el que K'varn estaba trabajando se convirtieron en un montón de polvo en un instante.
Kima recibió un impacto de otro rayo, destinado a quebrar su voluntad y la del equipo, pero la valerosa halfling era demasiado cabezota y su fe demasiado firme para que le afectara.
Otro rayo dio de lleno a Ash, que, escuchando las palabras de Morko y viendo su actitud empezó a comprender la estrategia de su amigo y a encontrarle sentido. Sólo con K'Varn como aliado podrían hacer frente al Culto y a las visiones que habían tenido. Sólo bajo su liderazgo podrían prevalecer, pero se sentía confuso, algo le decía que aquello no tenía sentido, que estaba mal.
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La penurias del grupo de aventureros se agravaban por momentos. Sintió como la magia le abandonaba cuando K`Varn comenzó a moverse y mirarles de nuevo. Su camarada espectral se deshizo como el vaho en la niebla lanzando una última mirada de disculpa. Entre Guilbert y el beholder cornudo aún se encontraba la recién liberada aberración y un confuso Morko. Mas allá, las inalcanzables puertas que pronto sucumbirían y con ellas las últimas esperanzas de los aventureros.
Su armadura el valor, su escudo una ajada gaita. Con paso firme avanzó hacia la abominación, si no a derrotarla, al menos entretenerla el tiempo necesario para que sus compañeros mas válidos zanjaran aquella batalla. Dispuesto para la arremetida salvaje de pronto la magia volvió a él. Ese energía, etérea, extraña al cuerpo pero que ssiente cuando te atraviesa como un escalofrío de una noche de luna llena. Su escudo, su sombrero hasta sus infantiles y sencillos trucos de hechicero novato volvían. Sin dejar pasar el tiempo aferro el soplador descargando su caja torácica una vez, y otra, hasta que su gaita no admitía mas.. liberando por roncones y flautín el estruendo de cien gaiteros tocando a carga, solo audible por K´Varn que experimentó, quizá por primera vez, terror de un simple humano de la Orden de la Rosa Negra.
El poder de la magia de Guilbert se ve reforzado por la música y su propia voluntad, y contra todo pronóstico del bardo, el contemplador ve reflejado en ellos sus mayores temores. Intentado poner la mayor distancia posible entre él y sus atacantes, describe un arco que le lleva muy cerca de la cristalera y le aleja del bardo. Mientras lo hace, lanza un rayo a la Cazadora de sangre, que se apresta a saltar a la batalla, pero Kath lo esquiva al saltar hacia él, ahora muy próximo a ella.
Kath intenta caer sobre K'Varn, pero este se mueve en el último momento, golpeándola en mitad del aire, y hace que su espada corta se le escape de las manos. Sin embargo, mientras cae al suelo, sí consigue realizar un corte con su rapier, el cual emite una helada aura gracias a la sangre de la propia muchacha.
El contemplador grita de dolor y la chica gira sobre sí misma y aterriza en el suelo, recogiendo la espada y protegiendo a la paralizada Hela con su cuerpo de la embestida de la otra criatura que carga hacia la paralizada maga.
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La desesperación siempre hace que se cometan errores, acciones precipitadas que no se piensan demasiado, sólo la supervivencia y los instintos pueden guiarte hasta la victoria cuando todo lo demás ha fallado y la suerte juega en tu contra continuamente. Martin volvió a hacer un rápido chequeo de la situación y la de sus compañeros, casi todos ellos estaban rozando su límite de resistencia y recursos, mientras que la mayoría o estaban asustados, encantados o paralizados...
Con el rabillo de su ojo observó como Morko, totalmente hechizado por la locura de K'varn, elevaba su hacha para lánzarsela y acabar con la amenaza que el semielfo pudiera generar a su nuevo "aliado". No contaba con mucho tiempo, puesto que sabía que una embestida de Kheluzburk era sufiente para mandarle a los sombríos planos de su Reina... Aún así y pese a su desesperación, se dejó tranquilizar parcialmente por los últimos estertores heróicos de sus compañeros. Como si todo ocurriera bajo un poderoso conjuro de sopor, las acciones en su cabezan ocurrían extremadamente lentas y ominosas, Klarotah alzaba su mano dirigéndola al gran portón doble que retumbaba amenazando con ceder en cualquier momento, sus habilidades psíquicas levantaron una barrera y comenzaron a presionar para que eso no ocurriese, sin embargo poco podía hacer un sólo Illithid contra una horda de los de su raza... Gowther se liberó de sus múltiples presas y se lanzó como una estela casi divina a través del campo de batalla, brillando como siempre con perfectas formas etéreas envolventes. Éste terminó arrancando piel y sangre de la abominación multiocular con su legendaria espada inflamada en llamas, y Kath descargó su posiblemente último ataque antes de caer defendiendo a una inamovible Helayna... valor y sentido de la protección, incluso en los momentos más oscuros... Martin no pudo evitar sentir cierto orgullo hacia ella.
- No cometas ningún error - Se dijo a sí mismo mientras tensaba su arco, ... su aguda vista se aferró a su herencia élfica, a pesar de que un tremendo golpe resonó por toda la sala y una puerta que empezaba a resquebrajarse... pugnaban por desconcentrarle. - Justo al ojo central, como ya hiciste antes - Una letanía volvió a su cabeza recordando entrenamientos de un pasado digno de olvidar, disparando su primera saeta que el arco largo que portaba encantó con su débil magia, ... débil pero suficiente para atravesarle justo por el mismo centro, haciendo explotar parte de la pupila y derramando icores y viscosos fluidos sobre el suelo varios metros más abajo... Un grito agónico revelo al asesino que K´varn también estaba en las últimas, castigado a través del combate por sus compañeros, apenas le quedaba un aliento de vida, a pesar de que su cordura inexistente le ayudaba a mantenerse allí, carcajeándose incluso en el umbral final de la muerte.
Ese grito de la esquizofrénica criatura es lo que usó como objetivo para su segunda flecha, ésta voló sobre un convulso y poséido cerebro anciano, hasta entrar por la boca repleta de afilados dientes de K'varn, ... la saeta penetró segura a través de sus tejidos blandos desgarrando cerebro y nervios... El enorme Beholder de cuerno impío dejo de emitir ningún sonido más mientras descendía a toda velocidad hasta el suelo para terminar de agonizar cuando la fría losa le dio la bienvenida...
Aun quedaban dos criaturas quiméricas construidas con partes de varios seres por derrotar, y una población entera de Desollamentes a abatir... pero quizás de la desesperación nació esperanza esta vez... y la influencia de su enemigo sobre el Cerebro se disipara, dándoles un respiro...
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Aún carcajeándose la certera flecha de Martin encuentra su objetivo y acaba con la vida de K'Varn. La masa de carne y pedúnculos oculares cae, aún riéndose histéricamente, como si su propia muerte sólo se tratara de una broma pesada.
El sordo sonido del cuerpo al golpear el suelo acabó con la histriónica risa.
Un silencio pesado cayó sobre la sala. La bestia que cargaba hacia la indefensa Helayna se quedó paralizada y su mirada vacía se perdió en el horizonte. Los tremendos golpes en la puerta doble cesaron.
Mientras Helayna sentía que su cuerpo volvía a responder y tomaba una profunda bocanada de aire, y la mente de Morko se despejaba, Klarotah se volvió, anhelante, hacia el Cerebro Anciano que parecía estático en lugar de las inquietantes vibraciones que le recorrían hasta ahora.
Sus compañeros compartían miradas esperanzadas pero las voces que acompañaban a Martin le susurraban advertencias. La cacofonía de voces susurradas y superpuestas se agitó aún más al comenzar a destensar su arco.
"No ha terminado... El Cuerno... El Cuerno de Orcus... No ha terminado... "
Con horror el semielfo vio como uno de los pedúnculos se agitó. Luego otro, y otro, y otro más. Todos contemplaron con espanto como la forma de K'Varn volvía a elevarse, sus ojos, ahora glaucos comenzaron a girar de nuevo en busca de víctimas, el ojo central, destruido se giraba pese a la tremenda herida provocada por la flecha de Martin. La lengua colgaba de un lado de la boca llena de dientes, inerte.
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Sorprendidos y horrorizados, el equipo apenas pudo reaccionar.
Morko, con su cabeza despejada cargo lanzando un grito de guerra enano contra el renacido contemplador. Dos poderosos golpes de Kelezburg apoyados por la fuerza divina de Moradin hicieron temblar el cuerpo muerto, pero este continuó elevándose y sus glaucos y muertos ojos buscaron a sus ejecutores para hacer caer sobre ellos su venganza.
Martin fue alcanzado por un rayo negro que le hizo caer y sintió cómo su fuerza vital le era arrebatada. Le costaba respirar y la cabeza le daba vueltas, pero no podía desfallecer. Las voces susurraban a su alrededor y no le permitían dejarse llevar por la negrura.
Morko esquivó por los pelos otro rayo negro que el muerto viviente dirigió hacia él, y Zevatur consiguió esquivar otro.
En contraste con las histriónicas carcajadas de antes, el muerto K'Varn no emitía sonido alguno, resultando mucho más inquietante.
Ash sintió que se le secaba la garganta, la euforia de la victoria escapándose entre sus dedos como arena de un reloj que estaba a punto de agotar su tiempo.
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