Ignorando las palabras de Hela Zevatur se asomó por la ventana, abriéndola y buscando al escriba. - No se va a escapar tan fácil... - Su cabeza se movia de un lado a otro, aprovechando la perpectiva que le daba la altura para obervar la gente que se alejaba del edificio apresuradamente.
Su mirada recorrió la calle y al no ver ninguna señal del impostor gritó en un desesperado intento de confusión – ¡Ahí está, detenedle! – Sin embargo, no vio ninguna reacción en ninguno de los presentes. Posiblemente Hela tenía razón y habría usado varias teleportaciones, esta vez silenciosas, para escapar y darse a la fuga. Se apoyó contra la pared, cerca del marco de la ventana y suspiró. Todos los adversarios eran más astutos que el grupo y todos parecían frescos, mientras que el grupo apenas se mantenía de pie. Habían pasado ya la noche entera y el día corriendo de un lugar para otro y pronto apenas podrían mantenerse en pie.
- Debemos ir a la torre del mago. Si alguien así es capaz de engañar a alguien supuestamente tan perspicaz como una Magistrada, es posible que engañe también a Blackstaff. – Fatigado y hastiado se dispuso a salir por la puerta -¡Vayamos!
La Magistrada, aún frotándose las muñecas tras su forcejeo con Zevatur contesta a Helayna
- Me sorprendió el dibujo tan malo que había hecho, es un dibujante excelente pero nada más... - parece algo conmocionada por todo lo que está ocurriendo. Cuando se disponen a salir hacia la Torre Blackstaff les dice - Cuando encontréis a ese bastardo aseguraos que no vuelva a hacer nada parecido... -
El grupo sale de las dependencias de la Guardia mientras varios miembros de la guardia salen de patrulla y un par de grifos pasan por encima de ellos. Sus noticias y lo que ha ocurrido ha puesto a parte de la ciudad en alerta, pero mientras cruzan las calles en dirección a su destino pueden ver que la vida continua con normalidad en Waterdeep.
No pasa mucho tiempo antes de encontrarse ante la puerta de la Torre, donde todo parece tranquilo, con unos pequeños pilluelos jugando cerca entre ellos. Antes de que lleguen a tocar la puerta se abre y Laeral les recibe con una sonrisa, aunque su mirada parece preocupada.
- Pasad pasad - les invita - Martin llegó hace un rato y me puso al corriente. Ya he oído lo que ha pasado con la guardia... pasad, refrescaos y podremos hacer planes. -
Zevatur entró en la torre echando una aliviada a Laeral. – Me temo que no estamos seguros, una de las facciones sabe que nos dirigimos aquí… Martin, podrían haber suplantado la identidad. Puede que nos sea él… o a tú, ¿Eres Laeral de verdad?- Dijo mientras entraba y la miraba de nuevo con sospecha. - Llevamos huyendo varias horas, perdoname la desconfianza, ya nos han engañado así hace un momento.
Laeral sonríe a las palabras de Zevatur mientras les guía a la sala donde cenaron y donde hay dispuesto un suculento desayuno.
- Si en esta Torre no estáis seguros no lo estaréis en ningún lugar de los Reinos. Pero dime joven Zevatur ¿Cómo puedo demostrarte que soy yo? Martin llegó hace un buen rato y se unirá a nosotros en breve. Está recuperándose. Podéis tomar algo o bien ir a uno de los baños a asearos. Con el cuerpo relajado y la mente más tranquila podéis contarme más de lo que ha pasado y habéis averiguado. -
Pese a la desconfianza de Zevatur todos se sienten, por fin, más seguros y tranquilos. Y saber que Martin ha completado su misión les alivia un poco.
Hela sonrió, después de una larga noche, a Laeral de manera afectiva. Entendía la desconfianza de Zevatur, pero lo cierto era que allí se sentía segura. No entendía cómo estos magos tenían una reputación tan diametralmente opuesta a su opinión. Tanto Laeral como Khelben siempre se habían mostrado amables, respetuosos, cercanos e increíblemente generosos ¿cómo era posible que el resto de habitantes de aquella ciudad no percibieran lo mismo?
Deseando reencontrarse con Martin y asegurarse de que estaba bien, se dirigió al salón, ayudando a Ash a sentarse en una de las sillas.
- Algunos estamos muy malheridos - dijo, especialmente preocupada por su amado líder - y sobre todo, es urgente que salgamos en busca de Guilbert. Cada minuto que pasa puede significar su sentencia de muerte- añadió preocupada - pero es mejor esperar a que Martin se una a nosotros para que podamos compartir lo sucedido esta noche -
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Laeral asiente y, ayudada por sirvientes invisibles y los maravillosos objetos que se mueven solos de su Torre atiende a la Compañía lo mejor que puede.
No pasa mucho tiempo hasta que un recuperado Martin se une a ellos y juntos ponen en común los acontecimientos que les han ocurrido desde que se separaron en la posada.
Laeral escucha pacientemente lo que le cuentan.
- Es una lástima que se haya escapado ese hechicero. Pero no temáis, algo me dice que antes de que esto acabe podréis ajustar cuentas con él. Respecto a Guilbert, por desgracia no he sido capaz de localizarle. No temáis - levanta las manos para tranquilizarlos - Esto no tiene porqué significar lo peor, simplemente que sus captores son astutos y están bien preparados y equipados. No debemos, pues, subestimarles. -toma un sorbo de vino blanco y continúa.
- Lo primero que tenéis que hacer es descansar. Podréis tomar mejores decisiones tras un merecido descanso. La noche ha sido larga, sin duda. Después tendréis que decidir qué hacer. Podéis perseguir a ese mayordomo en la hacienda de los Cassalanter e intentar enfrentaros a él, apresarle y que pague por sus crímenes. Podéis intentar encontrar a Guilbert pero me temo que esto es más complicado. Por último, la Piedra está aquí a salvo. Podéis usarla y ver si la Cámara está intacta y a salvo. La Piedra es sin duda el camino más fácil para llegar a la Cámara pero no debemos subestimar la perseverancia y recursos de tantos y tan poderosos enemigos. La decisión es vuestra, pero primero... id a descansar. He preparado habitaciones para todos en esta misma planta. -
Zevatur miró a Laeral y sus sospechas parecían relajarse. Cuando mencionó un merecido descanso suspiro y asintió, la posibilidad de descansar le hizo olvidar sus sospechas por un momento, pero antes de acceder lanzo un comentario
- No nos habíamos enfrentado a enemigos tan poderosos desde… desde… K’.. K’… de la suboscuridad... K'...- Dijo esperando que la elfa acabase la sentencia de forma correcta.
- K'varn y Klarotah? - termina Laeral - Aunque al final ese Illithid os salvó a todos ¿verdad? - dando unas pequeñas palmadas en el brazo de Zevatur su anfitriona se alejó a ocuparse del resto.
Zevatur sonrió ante la respuesta de Learal. Incluso le había dado información extra en la que él no había pensado. Ni Klarotha hubiese sido capaz de extraer tanta información con sus medios telepáticos. Su cuerpo se relajó un poco. Aunque el destino de Guilbert le inquietaba, ahora que todas las facciones habían empezado a converger hacia el tesoro, Guilbert valía más vivo que muerto. Estaba seguro de que se enfrentarían a un escenario de chantaje con el más tarde o más temprano.
En cuanto tuvo un momento de respiro se sentó y comenzó el conjuro para re-invocar a Canela, su seguro le calmaría.
Hela suspiró con nostalgia al escuchar el nombre de Klarotah. Recordó a su oscuro amigo, deseando poder reencontrarse con él algún día, en algún plano.
Aunque el hecho de no poder ir a rescatar a Guilber en ese momento le producía una intensa inquietud, aceptó sin resistencia el descanso. Primero acompañó a Ash a los baños, en los que se sumergieron en el agua cálida y tranquila para deshacerse de la sangre y el barro que cubría sus cuerpos lastimados. Tras esto, se retiraron a una de las habitaciones para caer por fin en un profundo sueño reparador.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Martin, tras reaparecer totalmente aseado y con unos ropajes algo gastados, pero limpios, se sentó con sus compañeros para compartir toda la información, aunque su rostro no dejaba de mostrar ni un ápice de otro sentimiento que no fuera una amarga preocupación por todos los acontecimientos de la pasada noche. En varias ocasiones negó con la cabeza antes las posibles salidas que Laeral ofrecía, para él, era prioritario recuperar a Guilbert, pero entendía las limitaciones de no poder saber donde encontrarlo... y aunque la archimaga llamó a la calma, eso era lo último que el semielfo parecía tener en su lista de cosas por hacer... la sombra de que el último miembro de la orden de la rosa negra estuviera ya muerto comenzó a arraigar con fuerza en su cabeza.
Las pesimistas ensoñaciones del bastardo se vieron interrumpidas al ver como Zevatur intentaba reclamar al simpático y valiente Canela de nuevo a su lado, pero recordó que éste estaba obrando como guardían de la misteriosa chica de piel escamada en tonos aúreos. No quiso interrumpir al diestro conjurador de piel roja y ascendencia tanto élfica como demoníaca, pero ese acto le obligó a levantarse para intentar hablar con discreción a Laeral antes de retirarse a dormir y consultar sus próximos pasos con la almohada.
Martin le pide como favor a la archimaga que ofrezca protección a la muchacha, le cuenta todo lo que sabe de ella, incluso sus misteriosos orígenes y sus rasgos extraordinarios, como las escamas, compatibles con los de un dragón dorado.
Cuando Martin narra a Laeral las peculiares características de la niña la at humana abre los ojos claramente sorprendida.
- ¿Será posible? - se pregunta en apenas un susurro. Su rostro es firme en determinación. - Debemos ir inmediatamente- Le dice con firmeza. - Esa niña debe estar aquí donde Khelben y yo podamos protegerla. -
En la sala sólo quedan Kath y Zevatur, con un recién regresado Canela. Laeral mueve las manos y lanza un hechizo de teletransportacion que en un rápido flash azulado les lleva a la puerta de su casa. La forzada puerta de entrada y las ventanas rotas confirman sus sospechas. Entran en la casa pero es tarde. Alguien o algo ha entrado en su casa, no siendo particularmente sutiles y se han llevado a la pequeña. - Apesta a demonios aquí- afirma Kath recorriendo el caos. Apresar a la pequeña no debería haber causado tanto estropicio. Han buscado por todas partes y destrozado mobiliario prendas y posesiones sin miramiento alguno al parecer solo por el placer de hacerlo. En la puerta que da al patio, donde Canela y la pequeña estaban jugando cuando se fueron hay una nota clavada con una pua demoniaca. Escrita en sangre les da el siguiente mensaje.
”Si queréis a la niña entregad la Piedra. Recibiréis instrucciones en el ocaso “
- Se había lavado la cara y los dientes y se iba a acostar a cambio de un cuento - dice casi como un lamento Canela. - Fue entonces cuando desaparecí-
El diminuto dragón coge el pequeño y roto peluche que tenía la pequeña que yace olvidado en el suelo del jardín.
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- No, no, no... esto no puede estar pasando ... No soy capaz ni de cuidar de una indefensa e inocente chiquilla...
Martin recorrió, presa de la desesperación y la autoculpa, el destrozado patio trasero de lo que fuera su anterior hogar, intentando buscar algún rastro o pista de donde habían podido llevarse a la muchacha, a sabiendas que si los culpables eran demonios, su capacidad de volar dificultaba en extremo el ser capaces de encontrar una dirección o destino posible...
Cayendo de rodillas y arañando el suelo justo al lado donde la nota había sido dejada por los raptores... el semielfo terminó por romperse...
- Esos Cassalanter... son los que trabajan con demonios... ¿cierto? ... pues ya sabemos donde acudir ahora... no hay tiempo para descansar, la inocente vida de una niña está en juego.
El semielfo pareció contener lágrimas de frustración sin demasiado éxito, puesto que todos y cada uno de sus enemigos, que no eran pocos, parecían siempre estar un paso por delante de ellos. La sensación de derrota era tal, que apenas era capaz de pensar con claridad, y su mente no desarrollaba el tener en cuenta como el éxito de una misión de ese calibre, sin haber descansado previamente, mermaría sus probabilidades de éxito a casi el mínimo posible.
Kathrinna esperó a que Martin cayera de rodillas y se acercó, despacio y le puso la mano en el hombro, agachándose para estar a su altura.
- Por favor Martin, no digas eso. Mírame... mírame... - insiste poniendo dos dedos en su barbilla y obligándole a levantar la vista con dulzura - Yo no era más que una pobre cría asustada y traumatizada y ahora me enfrento a demonios, drow y dragonborns locos... y eso es sólo gracias a tí. Ser responsable de los demás forma parte de tu naturaleza pero no puedes culparte por las acciones de otros. Poca gente en los Reinos habría sobrevivido a una noche como esta, y tú no sólo lo has hecho si no que además has conseguido salvar la ciudad, y aún has tenido tiempo de venir a ayudarnos. Sólo los dioses pueden estar en varios sitios a la vez... y tú, por muy bueno que seas, no eres un dios... - le sonríe - aún. - añade dandole un golpecito en el hombro intentando consolarle.
- Escucha... tenemos a todos nuestros amigos y a los aliados más poderosos que pudiera pensar. Encontraremos a la pequeña y estará bien. ¿De acuerdo? -
Laeral añade
- Me temo que los Cassalanter tienen varias casas en la ciudad además de su mansión. Así como varios almacenes, y al menos dos villas en las afueras. Eso que sepamos claro. Si acudimos con la Guardia dirán que no saben nada, y hasta puede que sea así. No es que me fie de ellos, pero pueden negar conocimiento alguno y empantanarnos con procedimientos legales que tendríamos que seguir. Lo haremos, por supuesto, pero entrar sin saber dónde está puede poner en peligro a la pequeña. Tenemos que elegir. Empezar a acosarles corriendo ese riesgo o intentar averiguar dónde la tienen. Esto llevará algo de tiempo, que deberíais utilizar en descansar. Tras esta noche un enfrentamiento sólo llevaría a vuestra muerte y posiblemente la de la pequeña. Comparto tus sentimientos Martin, pero debemos utilizar la cabeza. Ser prudentes es la mejor manera que tenemos de ayudar a la niña. -
Martin pareció entrar el razón ante los comentarios de Kath y Laeral, levantándose lentamente, se enjugó las lágrimas con la manga de su antebrazo, y tras escupir en el suelo una buena masa de mocos, carraspeó antes de asentir para volver al refugio de los magos una vez más e intentar descansar. Sin embargo, mientras la magia de la alta hechicera obraba de nuevo su retorno... unas palabras asomaron tímidas desde la boca del semielfo, no iban dirigidas a nadie, y no tenían ningún afán de maldad o de hacer daño, era más bien una reflexión para sí mismo.
- En mi naturaleza... también estaba asesinar a sangre fría y sin hacer preguntas... y eso sigue siendo tan parte de mi como lo demás que se considera altruista... quizás el rescartar y socorrer a gente inocente o dañada no sea porque sea una buena persona, sino porque egoístamente busco una redención a un pasado que intento borrar... aunque ... está tan arraigado en mi corazón, que no hay manera de sanarlo ... y la única opción ... es aceptarlo como parte de uno mismo.
Mientras si letanía escapaba y la visión de la mansión, que nunca llegó a ser aún su hogar, se desdibujaba antes sus ojos... los violáceos ojos del semielfo parecian brillar con luz propia, mientras que su piel palidecía más aún si cabe.
La shadar-kai recobró la consciencia en cuanto pasó el tiempo necesario para su recuperación. La preocupación por Guilbert no le permitía permanecer más tiempo en la cama y se levantó silenciosa para dejar que Ash durmiera unas horas más. Le observó en la oscuridad y la calma de los muros que ahora les protegían, admirando sus músculos relajados y su rostro, cubierto de mechones que retiró con cuidado. El profundo amor que sentía por él le hizo reflexionar sobre lo que significaría perderle. Se prometió a sí misma protegerle y cuidarle aunque eso supusiera perder la vida por él.
Tras besarle suavemente en la frente, salió de la habitación y se deslizó por los pasillos hasta volver al comedor, donde sus compañeros aún seguían conversando.
Fue siguiendo los acontecimientos que se precipitaron en escasos minutos como una sombra, silenciosa pero presente, siempre cercana a Martin al que no quería dejar solo. Cuando se descubrió el secuestro de la niña y el semi-elfo se rompió, Hela sintió una mezcla de profunda ira hacia sus enemigos y profundo pesar hacia su compañero. Se acercó a él y, posando suavemente la mano en su hombro, le dirigió unas escuetas palabras
- Querido amigo - le susurró, intentando infundirle ánimo - estamos juntos en esto. Nuestra madre Cuervo no nos abandona. Ahora debemos ser fuertes y estar unidos, esa niña y Guilbert nos necesitan - sentenció, a la espera de volver de nuevo a la torre.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
La mano de Martin se posó sobre la de Helayna cuando está a sú vez la dejó reposar sobre su hombro. Era un gesto de aprecio y cariño, algo a lo que no estaba acostumbrado el semielfo, y sin embargo, le nació abrazar la mano de la hechicera sombría, casi como si fuera la de su propia hermana... y un extraño y cálido sentimiento se agitó en su interior, que como un bálsamo, pareció tranquilizarle a pesar de su profunda preocupación por la chiquilla y por su amigo Guilbert.
Mientras todos iba apareciendo para un frugal desayuno, el mestizo intentaba ordenar las ideas en su cabeza para maximizar la eficiencia de los tan necesarios rescates.
- Debemos dejar de lado de momento la búsqueda la niña, ... los Calassander tiene varias haciendas repartidas por diferentes territorios, no sólo la ciudad, y sería muy complicado obrar con precisión aquí, ... por mucho que me duela, ... creo que debemos priorizar el rescate de Guilbert. Los elfos oscuros son escurridizos, pero por lo que hemos visto, despiertan el temor de la gente de Waterdeep, así que les será difícil pasar desapercibidos..., y, puesto que el sistema de alcantarillado y subsuelo, si no me equivoco, es territorio de Xanathar y los suyos, también interesados en encontrar cualquier pista de la cámara, no creo que hayan pactado para darles refugio o un lugar donde esconderse...
Martin hizo una pausa antes continuar hilando sus pensamientos en alto.
- Deben estar escondidos en la superficie, o fuera de la ciudad... y quizás alguien haya visto algo cerca del lugar donde fuísteis emboscados... Pero no se me ocurren muchas más ideas para localizarlos... Acepto cualquier opinión o dirección aquí ... ¿Sabéis algo más vosotros que nos pueda ayudar a ubicarle?
Exhausto de aquella larga noche, Gowther apenas podía conjurar un simple efecto mágico sin que sus articulaciones se quejaran. Como si tuviera una mala fiebre, simplemente se postró en la cama que la habían asignado y quedó mirando al infinito. Es cierto eso que dicen de que los elfos no duermen, meditan y en el caso del eladrin era más bien una máxima.
Mientras que su cuerpo se centraba en curar las heridas y recuperar toda la energía mágica consumida durante ese día, su mente repasaba concienzudamente cada combate, cada emboscada y cada situación en busca de mejorar su desempeño para proteger a sus compañeros. Esa noble emoción embriaga al elfo de un modo como nunca antes había experimentado. Igual que un primer amor o la sensación de estrenar la primera armadura en combate, Gowther apenas podía contener su semblante siempre distante y correcto.
La inesperada sintonización con Aegnor, tumbaron como un tsunami todas sus reticencias a dejarse llevar por sus instintos en aras de proteger a los suyos. Desde fuera, una evolución natural y positiva para cualquiera que estuviera en su piel. Sin embargo, ¿podría considerarse a Gowther un ser convencional?
Dejando a un lado cualquier interpretación centrada en escalas de poder, Gowther pertenecía a una raza cuya eje central de la existencia era la emoción... En su pueblo, cada situación de la vida diaria era filtrada por una intrincada red emociones. La celebración de un festividad... El abrazo de un camarada... La mirada del ser amado... Hasta una simple brisa de aire en mitad de una montaña resuenan en sus mentes de un modo especial. En el caso de Gowther, los largos años de dosificación, control y represión, hacían esta situación algo compleja.
En los últimos días, la percepción sobre su realidad y el modo de esta habían cambiado. Lo que significaban sus compañeros para el, el sentido de la misión que los unía... hasta el sabor de la sangre en combate... ¿El sabor de la sangre en combate...? En las capas más profundas del corazón de Gowther germinaban de modo inevitable multitud de emociones lejos de ser encomiables fruto de esa inmadurez e inexperiencia... Lamentablemente para el el'tael, la vergüenza que las rodeaban encapsulaban aquellos cuestionables instintos para poder centrarse en otros "impulsos" mas agradables como la defensa del inocente. Sin embargo, aunque su naturaleza por fin parecía ser libre, en el frío silencio de esa noche, por un instante, sintió miedo. Miedo de lo que podría llegar a hacer, pero más aún miedo de lo que podría llegar a ser...
A la mañana siguiente, un Gowther renovado apareció en escena con la intención de disculparse por su ausencia en el último tramo de la noche. No obstante, las apresuradas palabras del mestizo cambiaron el curso de su pensamiento-¿Búsqueda de la niña?¿Qué ha pasado?
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"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
A pesar de sentirse derrotado sintió el dolor de Marin y se acercó a darle respaldo. Él no estaba acostumbrado a fallar, y esta derrota le deba saber más amarga. - Aún no ha ocurrido nada irreversible. Mañana seguiremos en la lucha.
Zevatur Zevatur se retiró a la habitación con la moral bien baja. Dolorido, agotado y sintiéndose derrotado. Aunque habían logrado mantener la piedra bajo su poder la sensación de pírrica victoria no le abandonaba mientras en la intimidad de la habitación relataba a Canela los acontecimientos de la noche.
La mañana encontró con las energías restauradas, pero no así su moral. Incluso Canela parecía contagiado de su bajo ánimo. Casi sin hambre cogió lo ofrecido en el desayuno. Escuchó a Martin trazar sus planes y exponer sus ideas mientras masticaba despacio. Asintió a sus palabras sin mucha convicción.
- Los Drow usaron la oscuridad para eludir el encuentro. Pero no logré ver muy bien lo que hacían. No sé cómo eludieron los grifos voladores, quizás algún conjuro. Pueden usar cualquier almacén abandonado, o incluso haber secuestrado la casa de algún ciudadano inocente para esconderse. Pero podríamos ir al callejón y ver si podemos encontrar alguna pista o rastro. El…– Zevatur vaciló un momento – …el cuerpo de Guilbert debería dificultar sus maniobras.
Ante la pregunta de Gowther respondió. - Alguien encontró nuestra casa y entró a la mansión, Posiblemente buscaban la piedra y posiblemente se encontraron a la niña. Imagino que la habrán secuestrado sin haberlo planeado en un principio. Lo último que sabemos es que iba a irse a dormir cuando Canela desapareció. Dejaron una nota con una pua demoniaca clavada. ”Si queréis a la niña entregad la Piedra. Recibiréis instrucciones en el ocaso”. Al menos sabemos que en el ocaso tendremos noticias suyas y que la niña estará bien hasta entonces.
- ¿Canela podrías ir al oasis a comprobar que todo está bien? Temo que si han averiguado nuestra casa también sepan acerca del oasis. - Canela respondió afirmativamente – “Sin duda! Volaré alto, no deseo que nadie me siga”
Lady Laeral, que está con gesto preocupado reunida con los Fragmentos, de pronto lanza una exclamación y sonríe, su espíritu mucho más aliviado a ojos vista de lo que estaba esta mañana.
Con una sonrisa que les alegra el corazón a todos dice.
- Disculpadme, alguien importante se aproxima a la puerta. Vuelvo enseguida. -
No han pasado ni dos minutos cuando la archimaga hace pasar a la sala a un exhausto, pero vivo, Guilbert.
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Ignorando las palabras de Hela Zevatur se asomó por la ventana, abriéndola y buscando al escriba. - No se va a escapar tan fácil... - Su cabeza se movia de un lado a otro, aprovechando la perpectiva que le daba la altura para obervar la gente que se alejaba del edificio apresuradamente.
Su mirada recorrió la calle y al no ver ninguna señal del impostor gritó en un desesperado intento de confusión – ¡Ahí está, detenedle! – Sin embargo, no vio ninguna reacción en ninguno de los presentes. Posiblemente Hela tenía razón y habría usado varias teleportaciones, esta vez silenciosas, para escapar y darse a la fuga. Se apoyó contra la pared, cerca del marco de la ventana y suspiró. Todos los adversarios eran más astutos que el grupo y todos parecían frescos, mientras que el grupo apenas se mantenía de pie. Habían pasado ya la noche entera y el día corriendo de un lugar para otro y pronto apenas podrían mantenerse en pie.
- Debemos ir a la torre del mago. Si alguien así es capaz de engañar a alguien supuestamente tan perspicaz como una Magistrada, es posible que engañe también a Blackstaff. – Fatigado y hastiado se dispuso a salir por la puerta - ¡Vayamos!
Zevatur, Rolthos
La Magistrada, aún frotándose las muñecas tras su forcejeo con Zevatur contesta a Helayna
- Me sorprendió el dibujo tan malo que había hecho, es un dibujante excelente pero nada más... - parece algo conmocionada por todo lo que está ocurriendo. Cuando se disponen a salir hacia la Torre Blackstaff les dice - Cuando encontréis a ese bastardo aseguraos que no vuelva a hacer nada parecido... -
El grupo sale de las dependencias de la Guardia mientras varios miembros de la guardia salen de patrulla y un par de grifos pasan por encima de ellos. Sus noticias y lo que ha ocurrido ha puesto a parte de la ciudad en alerta, pero mientras cruzan las calles en dirección a su destino pueden ver que la vida continua con normalidad en Waterdeep.
No pasa mucho tiempo antes de encontrarse ante la puerta de la Torre, donde todo parece tranquilo, con unos pequeños pilluelos jugando cerca entre ellos. Antes de que lleguen a tocar la puerta se abre y Laeral les recibe con una sonrisa, aunque su mirada parece preocupada.
- Pasad pasad - les invita - Martin llegó hace un rato y me puso al corriente. Ya he oído lo que ha pasado con la guardia... pasad, refrescaos y podremos hacer planes. -
PbP Character: A few ;)
Zevatur entró en la torre echando una aliviada a Laeral. – Me temo que no estamos seguros, una de las facciones sabe que nos dirigimos aquí… Martin, podrían haber suplantado la identidad. Puede que nos sea él… o a tú, ¿Eres Laeral de verdad? - Dijo mientras entraba y la miraba de nuevo con sospecha. - Llevamos huyendo varias horas, perdoname la desconfianza, ya nos han engañado así hace un momento.
Zevatur, Rolthos
Laeral sonríe a las palabras de Zevatur mientras les guía a la sala donde cenaron y donde hay dispuesto un suculento desayuno.
- Si en esta Torre no estáis seguros no lo estaréis en ningún lugar de los Reinos. Pero dime joven Zevatur ¿Cómo puedo demostrarte que soy yo? Martin llegó hace un buen rato y se unirá a nosotros en breve. Está recuperándose. Podéis tomar algo o bien ir a uno de los baños a asearos. Con el cuerpo relajado y la mente más tranquila podéis contarme más de lo que ha pasado y habéis averiguado. -
Pese a la desconfianza de Zevatur todos se sienten, por fin, más seguros y tranquilos. Y saber que Martin ha completado su misión les alivia un poco.
PbP Character: A few ;)
Hela sonrió, después de una larga noche, a Laeral de manera afectiva. Entendía la desconfianza de Zevatur, pero lo cierto era que allí se sentía segura. No entendía cómo estos magos tenían una reputación tan diametralmente opuesta a su opinión. Tanto Laeral como Khelben siempre se habían mostrado amables, respetuosos, cercanos e increíblemente generosos ¿cómo era posible que el resto de habitantes de aquella ciudad no percibieran lo mismo?
Deseando reencontrarse con Martin y asegurarse de que estaba bien, se dirigió al salón, ayudando a Ash a sentarse en una de las sillas.
- Algunos estamos muy malheridos - dijo, especialmente preocupada por su amado líder - y sobre todo, es urgente que salgamos en busca de Guilbert. Cada minuto que pasa puede significar su sentencia de muerte - añadió preocupada - pero es mejor esperar a que Martin se una a nosotros para que podamos compartir lo sucedido esta noche -
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Laeral asiente y, ayudada por sirvientes invisibles y los maravillosos objetos que se mueven solos de su Torre atiende a la Compañía lo mejor que puede.
No pasa mucho tiempo hasta que un recuperado Martin se une a ellos y juntos ponen en común los acontecimientos que les han ocurrido desde que se separaron en la posada.
Laeral escucha pacientemente lo que le cuentan.
- Es una lástima que se haya escapado ese hechicero. Pero no temáis, algo me dice que antes de que esto acabe podréis ajustar cuentas con él. Respecto a Guilbert, por desgracia no he sido capaz de localizarle. No temáis - levanta las manos para tranquilizarlos - Esto no tiene porqué significar lo peor, simplemente que sus captores son astutos y están bien preparados y equipados. No debemos, pues, subestimarles. - toma un sorbo de vino blanco y continúa.
- Lo primero que tenéis que hacer es descansar. Podréis tomar mejores decisiones tras un merecido descanso. La noche ha sido larga, sin duda. Después tendréis que decidir qué hacer. Podéis perseguir a ese mayordomo en la hacienda de los Cassalanter e intentar enfrentaros a él, apresarle y que pague por sus crímenes. Podéis intentar encontrar a Guilbert pero me temo que esto es más complicado. Por último, la Piedra está aquí a salvo. Podéis usarla y ver si la Cámara está intacta y a salvo. La Piedra es sin duda el camino más fácil para llegar a la Cámara pero no debemos subestimar la perseverancia y recursos de tantos y tan poderosos enemigos. La decisión es vuestra, pero primero... id a descansar. He preparado habitaciones para todos en esta misma planta. -
PbP Character: A few ;)
Zevatur miró a Laeral y sus sospechas parecían relajarse. Cuando mencionó un merecido descanso suspiro y asintió, la posibilidad de descansar le hizo olvidar sus sospechas por un momento, pero antes de acceder lanzo un comentario
- No nos habíamos enfrentado a enemigos tan poderosos desde… desde… K’.. K’… de la suboscuridad... K'...- Dijo esperando que la elfa acabase la sentencia de forma correcta.
Zevatur, Rolthos
- K'varn y Klarotah? - termina Laeral - Aunque al final ese Illithid os salvó a todos ¿verdad? - dando unas pequeñas palmadas en el brazo de Zevatur su anfitriona se alejó a ocuparse del resto.
PbP Character: A few ;)
Zevatur sonrió ante la respuesta de Learal. Incluso le había dado información extra en la que él no había pensado. Ni Klarotha hubiese sido capaz de extraer tanta información con sus medios telepáticos. Su cuerpo se relajó un poco. Aunque el destino de Guilbert le inquietaba, ahora que todas las facciones habían empezado a converger hacia el tesoro, Guilbert valía más vivo que muerto. Estaba seguro de que se enfrentarían a un escenario de chantaje con el más tarde o más temprano.
En cuanto tuvo un momento de respiro se sentó y comenzó el conjuro para re-invocar a Canela, su seguro le calmaría.
Zevatur, Rolthos
Hela suspiró con nostalgia al escuchar el nombre de Klarotah. Recordó a su oscuro amigo, deseando poder reencontrarse con él algún día, en algún plano.
Aunque el hecho de no poder ir a rescatar a Guilber en ese momento le producía una intensa inquietud, aceptó sin resistencia el descanso. Primero acompañó a Ash a los baños, en los que se sumergieron en el agua cálida y tranquila para deshacerse de la sangre y el barro que cubría sus cuerpos lastimados. Tras esto, se retiraron a una de las habitaciones para caer por fin en un profundo sueño reparador.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Martin, tras reaparecer totalmente aseado y con unos ropajes algo gastados, pero limpios, se sentó con sus compañeros para compartir toda la información, aunque su rostro no dejaba de mostrar ni un ápice de otro sentimiento que no fuera una amarga preocupación por todos los acontecimientos de la pasada noche. En varias ocasiones negó con la cabeza antes las posibles salidas que Laeral ofrecía, para él, era prioritario recuperar a Guilbert, pero entendía las limitaciones de no poder saber donde encontrarlo... y aunque la archimaga llamó a la calma, eso era lo último que el semielfo parecía tener en su lista de cosas por hacer... la sombra de que el último miembro de la orden de la rosa negra estuviera ya muerto comenzó a arraigar con fuerza en su cabeza.
Las pesimistas ensoñaciones del bastardo se vieron interrumpidas al ver como Zevatur intentaba reclamar al simpático y valiente Canela de nuevo a su lado, pero recordó que éste estaba obrando como guardían de la misteriosa chica de piel escamada en tonos aúreos. No quiso interrumpir al diestro conjurador de piel roja y ascendencia tanto élfica como demoníaca, pero ese acto le obligó a levantarse para intentar hablar con discreción a Laeral antes de retirarse a dormir y consultar sus próximos pasos con la almohada.
Martin le pide como favor a la archimaga que ofrezca protección a la muchacha, le cuenta todo lo que sabe de ella, incluso sus misteriosos orígenes y sus rasgos extraordinarios, como las escamas, compatibles con los de un dragón dorado.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Cuando Martin narra a Laeral las peculiares características de la niña la at humana abre los ojos claramente sorprendida.
- ¿Será posible? - se pregunta en apenas un susurro. Su rostro es firme en determinación. - Debemos ir inmediatamente- Le dice con firmeza. - Esa niña debe estar aquí donde Khelben y yo podamos protegerla. -
En la sala sólo quedan Kath y Zevatur, con un recién regresado Canela.
Laeral mueve las manos y lanza un hechizo de teletransportacion que en un rápido flash azulado les lleva a la puerta de su casa.
La forzada puerta de entrada y las ventanas rotas confirman sus sospechas.
Entran en la casa pero es tarde. Alguien o algo ha entrado en su casa, no siendo particularmente sutiles y se han llevado a la pequeña.
- Apesta a demonios aquí- afirma Kath recorriendo el caos.
Apresar a la pequeña no debería haber causado tanto estropicio. Han buscado por todas partes y destrozado mobiliario prendas y posesiones sin miramiento alguno al parecer solo por el placer de hacerlo.
En la puerta que da al patio, donde Canela y la pequeña estaban jugando cuando se fueron hay una nota clavada con una pua demoniaca. Escrita en sangre les da el siguiente mensaje.
”Si queréis a la niña entregad la Piedra. Recibiréis instrucciones en el ocaso “
- Se había lavado la cara y los dientes y se iba a acostar a cambio de un cuento - dice casi como un lamento Canela. - Fue entonces cuando desaparecí-
El diminuto dragón coge el pequeño y roto peluche que tenía la pequeña que yace olvidado en el suelo del jardín.
PbP Character: A few ;)
- No, no, no... esto no puede estar pasando ... No soy capaz ni de cuidar de una indefensa e inocente chiquilla...
Martin recorrió, presa de la desesperación y la autoculpa, el destrozado patio trasero de lo que fuera su anterior hogar, intentando buscar algún rastro o pista de donde habían podido llevarse a la muchacha, a sabiendas que si los culpables eran demonios, su capacidad de volar dificultaba en extremo el ser capaces de encontrar una dirección o destino posible...
Por si son de utilidad: Survival: 19 - Investigation: 13
Cayendo de rodillas y arañando el suelo justo al lado donde la nota había sido dejada por los raptores... el semielfo terminó por romperse...
- Esos Cassalanter... son los que trabajan con demonios... ¿cierto? ... pues ya sabemos donde acudir ahora... no hay tiempo para descansar, la inocente vida de una niña está en juego.
El semielfo pareció contener lágrimas de frustración sin demasiado éxito, puesto que todos y cada uno de sus enemigos, que no eran pocos, parecían siempre estar un paso por delante de ellos. La sensación de derrota era tal, que apenas era capaz de pensar con claridad, y su mente no desarrollaba el tener en cuenta como el éxito de una misión de ese calibre, sin haber descansado previamente, mermaría sus probabilidades de éxito a casi el mínimo posible.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Kathrinna esperó a que Martin cayera de rodillas y se acercó, despacio y le puso la mano en el hombro, agachándose para estar a su altura.
- Por favor Martin, no digas eso. Mírame... mírame... - insiste poniendo dos dedos en su barbilla y obligándole a levantar la vista con dulzura - Yo no era más que una pobre cría asustada y traumatizada y ahora me enfrento a demonios, drow y dragonborns locos... y eso es sólo gracias a tí. Ser responsable de los demás forma parte de tu naturaleza pero no puedes culparte por las acciones de otros. Poca gente en los Reinos habría sobrevivido a una noche como esta, y tú no sólo lo has hecho si no que además has conseguido salvar la ciudad, y aún has tenido tiempo de venir a ayudarnos. Sólo los dioses pueden estar en varios sitios a la vez... y tú, por muy bueno que seas, no eres un dios... - le sonríe - aún. - añade dandole un golpecito en el hombro intentando consolarle.
- Escucha... tenemos a todos nuestros amigos y a los aliados más poderosos que pudiera pensar. Encontraremos a la pequeña y estará bien. ¿De acuerdo? -
Laeral añade
- Me temo que los Cassalanter tienen varias casas en la ciudad además de su mansión. Así como varios almacenes, y al menos dos villas en las afueras. Eso que sepamos claro. Si acudimos con la Guardia dirán que no saben nada, y hasta puede que sea así. No es que me fie de ellos, pero pueden negar conocimiento alguno y empantanarnos con procedimientos legales que tendríamos que seguir. Lo haremos, por supuesto, pero entrar sin saber dónde está puede poner en peligro a la pequeña. Tenemos que elegir. Empezar a acosarles corriendo ese riesgo o intentar averiguar dónde la tienen. Esto llevará algo de tiempo, que deberíais utilizar en descansar. Tras esta noche un enfrentamiento sólo llevaría a vuestra muerte y posiblemente la de la pequeña. Comparto tus sentimientos Martin, pero debemos utilizar la cabeza. Ser prudentes es la mejor manera que tenemos de ayudar a la niña. -
PbP Character: A few ;)
Martin pareció entrar el razón ante los comentarios de Kath y Laeral, levantándose lentamente, se enjugó las lágrimas con la manga de su antebrazo, y tras escupir en el suelo una buena masa de mocos, carraspeó antes de asentir para volver al refugio de los magos una vez más e intentar descansar. Sin embargo, mientras la magia de la alta hechicera obraba de nuevo su retorno... unas palabras asomaron tímidas desde la boca del semielfo, no iban dirigidas a nadie, y no tenían ningún afán de maldad o de hacer daño, era más bien una reflexión para sí mismo.
- En mi naturaleza... también estaba asesinar a sangre fría y sin hacer preguntas... y eso sigue siendo tan parte de mi como lo demás que se considera altruista... quizás el rescartar y socorrer a gente inocente o dañada no sea porque sea una buena persona, sino porque egoístamente busco una redención a un pasado que intento borrar... aunque ... está tan arraigado en mi corazón, que no hay manera de sanarlo ... y la única opción ... es aceptarlo como parte de uno mismo.
Mientras si letanía escapaba y la visión de la mansión, que nunca llegó a ser aún su hogar, se desdibujaba antes sus ojos... los violáceos ojos del semielfo parecian brillar con luz propia, mientras que su piel palidecía más aún si cabe.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
La shadar-kai recobró la consciencia en cuanto pasó el tiempo necesario para su recuperación. La preocupación por Guilbert no le permitía permanecer más tiempo en la cama y se levantó silenciosa para dejar que Ash durmiera unas horas más. Le observó en la oscuridad y la calma de los muros que ahora les protegían, admirando sus músculos relajados y su rostro, cubierto de mechones que retiró con cuidado. El profundo amor que sentía por él le hizo reflexionar sobre lo que significaría perderle. Se prometió a sí misma protegerle y cuidarle aunque eso supusiera perder la vida por él.
Tras besarle suavemente en la frente, salió de la habitación y se deslizó por los pasillos hasta volver al comedor, donde sus compañeros aún seguían conversando.
Fue siguiendo los acontecimientos que se precipitaron en escasos minutos como una sombra, silenciosa pero presente, siempre cercana a Martin al que no quería dejar solo. Cuando se descubrió el secuestro de la niña y el semi-elfo se rompió, Hela sintió una mezcla de profunda ira hacia sus enemigos y profundo pesar hacia su compañero. Se acercó a él y, posando suavemente la mano en su hombro, le dirigió unas escuetas palabras
- Querido amigo - le susurró, intentando infundirle ánimo - estamos juntos en esto. Nuestra madre Cuervo no nos abandona. Ahora debemos ser fuertes y estar unidos, esa niña y Guilbert nos necesitan - sentenció, a la espera de volver de nuevo a la torre.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
La mano de Martin se posó sobre la de Helayna cuando está a sú vez la dejó reposar sobre su hombro. Era un gesto de aprecio y cariño, algo a lo que no estaba acostumbrado el semielfo, y sin embargo, le nació abrazar la mano de la hechicera sombría, casi como si fuera la de su propia hermana... y un extraño y cálido sentimiento se agitó en su interior, que como un bálsamo, pareció tranquilizarle a pesar de su profunda preocupación por la chiquilla y por su amigo Guilbert.
Mientras todos iba apareciendo para un frugal desayuno, el mestizo intentaba ordenar las ideas en su cabeza para maximizar la eficiencia de los tan necesarios rescates.
- Debemos dejar de lado de momento la búsqueda la niña, ... los Calassander tiene varias haciendas repartidas por diferentes territorios, no sólo la ciudad, y sería muy complicado obrar con precisión aquí, ... por mucho que me duela, ... creo que debemos priorizar el rescate de Guilbert. Los elfos oscuros son escurridizos, pero por lo que hemos visto, despiertan el temor de la gente de Waterdeep, así que les será difícil pasar desapercibidos..., y, puesto que el sistema de alcantarillado y subsuelo, si no me equivoco, es territorio de Xanathar y los suyos, también interesados en encontrar cualquier pista de la cámara, no creo que hayan pactado para darles refugio o un lugar donde esconderse...
Martin hizo una pausa antes continuar hilando sus pensamientos en alto.
- Deben estar escondidos en la superficie, o fuera de la ciudad... y quizás alguien haya visto algo cerca del lugar donde fuísteis emboscados... Pero no se me ocurren muchas más ideas para localizarlos... Acepto cualquier opinión o dirección aquí ... ¿Sabéis algo más vosotros que nos pueda ayudar a ubicarle?
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Exhausto de aquella larga noche, Gowther apenas podía conjurar un simple efecto mágico sin que sus articulaciones se quejaran. Como si tuviera una mala fiebre, simplemente se postró en la cama que la habían asignado y quedó mirando al infinito. Es cierto eso que dicen de que los elfos no duermen, meditan y en el caso del eladrin era más bien una máxima.
Mientras que su cuerpo se centraba en curar las heridas y recuperar toda la energía mágica consumida durante ese día, su mente repasaba concienzudamente cada combate, cada emboscada y cada situación en busca de mejorar su desempeño para proteger a sus compañeros. Esa noble emoción embriaga al elfo de un modo como nunca antes había experimentado. Igual que un primer amor o la sensación de estrenar la primera armadura en combate, Gowther apenas podía contener su semblante siempre distante y correcto.
La inesperada sintonización con Aegnor, tumbaron como un tsunami todas sus reticencias a dejarse llevar por sus instintos en aras de proteger a los suyos. Desde fuera, una evolución natural y positiva para cualquiera que estuviera en su piel. Sin embargo, ¿podría considerarse a Gowther un ser convencional?
Dejando a un lado cualquier interpretación centrada en escalas de poder, Gowther pertenecía a una raza cuya eje central de la existencia era la emoción... En su pueblo, cada situación de la vida diaria era filtrada por una intrincada red emociones. La celebración de un festividad... El abrazo de un camarada... La mirada del ser amado... Hasta una simple brisa de aire en mitad de una montaña resuenan en sus mentes de un modo especial. En el caso de Gowther, los largos años de dosificación, control y represión, hacían esta situación algo compleja.
En los últimos días, la percepción sobre su realidad y el modo de esta habían cambiado. Lo que significaban sus compañeros para el, el sentido de la misión que los unía... hasta el sabor de la sangre en combate... ¿El sabor de la sangre en combate...? En las capas más profundas del corazón de Gowther germinaban de modo inevitable multitud de emociones lejos de ser encomiables fruto de esa inmadurez e inexperiencia... Lamentablemente para el el'tael, la vergüenza que las rodeaban encapsulaban aquellos cuestionables instintos para poder centrarse en otros "impulsos" mas agradables como la defensa del inocente. Sin embargo, aunque su naturaleza por fin parecía ser libre, en el frío silencio de esa noche, por un instante, sintió miedo. Miedo de lo que podría llegar a hacer, pero más aún miedo de lo que podría llegar a ser...
A la mañana siguiente, un Gowther renovado apareció en escena con la intención de disculparse por su ausencia en el último tramo de la noche. No obstante, las apresuradas palabras del mestizo cambiaron el curso de su pensamiento-¿Búsqueda de la niña?¿Qué ha pasado?
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
A pesar de sentirse derrotado sintió el dolor de Marin y se acercó a darle respaldo. Él no estaba acostumbrado a fallar, y esta derrota le deba saber más amarga. - Aún no ha ocurrido nada irreversible. Mañana seguiremos en la lucha.
Zevatur Zevatur se retiró a la habitación con la moral bien baja. Dolorido, agotado y sintiéndose derrotado. Aunque habían logrado mantener la piedra bajo su poder la sensación de pírrica victoria no le abandonaba mientras en la intimidad de la habitación relataba a Canela los acontecimientos de la noche.
La mañana encontró con las energías restauradas, pero no así su moral. Incluso Canela parecía contagiado de su bajo ánimo. Casi sin hambre cogió lo ofrecido en el desayuno. Escuchó a Martin trazar sus planes y exponer sus ideas mientras masticaba despacio. Asintió a sus palabras sin mucha convicción.
- Los Drow usaron la oscuridad para eludir el encuentro. Pero no logré ver muy bien lo que hacían. No sé cómo eludieron los grifos voladores, quizás algún conjuro. Pueden usar cualquier almacén abandonado, o incluso haber secuestrado la casa de algún ciudadano inocente para esconderse. Pero podríamos ir al callejón y ver si podemos encontrar alguna pista o rastro. El… – Zevatur vaciló un momento – …el cuerpo de Guilbert debería dificultar sus maniobras.
Ante la pregunta de Gowther respondió. - Alguien encontró nuestra casa y entró a la mansión, Posiblemente buscaban la piedra y posiblemente se encontraron a la niña. Imagino que la habrán secuestrado sin haberlo planeado en un principio. Lo último que sabemos es que iba a irse a dormir cuando Canela desapareció. Dejaron una nota con una pua demoniaca clavada. ”Si queréis a la niña entregad la Piedra. Recibiréis instrucciones en el ocaso”. Al menos sabemos que en el ocaso tendremos noticias suyas y que la niña estará bien hasta entonces.
- ¿Canela podrías ir al oasis a comprobar que todo está bien? Temo que si han averiguado nuestra casa también sepan acerca del oasis. - Canela respondió afirmativamente – “Sin duda! Volaré alto, no deseo que nadie me siga”
Zevatur, Rolthos
Lady Laeral, que está con gesto preocupado reunida con los Fragmentos, de pronto lanza una exclamación y sonríe, su espíritu mucho más aliviado a ojos vista de lo que estaba esta mañana.
Con una sonrisa que les alegra el corazón a todos dice.
- Disculpadme, alguien importante se aproxima a la puerta. Vuelvo enseguida. -
No han pasado ni dos minutos cuando la archimaga hace pasar a la sala a un exhausto, pero vivo, Guilbert.
PbP Character: A few ;)