Martin tenía que salir de allí, el tiempo se le acababa y no sería capaz de justificar su "transformación" de una manera convincente..., además una vez que se había asegurado que sus compañeros estaban a salvo con la excepción de Guilbert, necesitaba volver a donde había escondido la piedra antes de que la situación se volviera a complicar aún más para todos, ... Que la presencia de la guardia de una ciudad estuviera tan cercana a él le provocaba bastante incomodidad, ... manías heredadas de un pasado no tan lejano como él desearía.
Acercándose al guardia más cercano, y forzando su mejor voz de señor noble envejecido, se dirigió a él apuntándole inofensivamente con su bastón mientras se desabrochaba algunos botones de su caro batín, intentando al mismo tiempo aparentar cierta premura provocada por la llamada de la naturaleza humana.
- Joven, ... al parecer esto va para largo y la capacidad de contención de una persona de mi edad dista mucho de ser la más óptima... ¿me podría indicar donde están las letrinas más cercanas?... no hace falta que me acompañe... soy de vejiga tímida ya sabe...
Hela siguió obediente las indicaciones de la Guardia. Observó su alrededor seriamente pero con curiosidad, una experiencia más en este plano desconocido y asombroso para la Shadar-kai. Los interrogatorios en el lugar del que ella venía eran más lúgubres y habitualmente con finales bastante dramáticos. Y aunque esto no fuera un interrogatorio como tal, el rictus de la mujer que tenían delante no distaba mucho de los que se mostraban en su plano de oscuridad.
Decidió mantenerse en silencio y dejar que sus compañeros tomaran la palabra, seguramente más acostumbrados a estos procesos, mientras continuaba vigilando de reojo al extraño anciano que les acompañaba.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
- No se preocupe señor - dice el alguacil de la puerta - No se demorará mucho -le responde en voz baja como si temiera atraer la atención de la dura Magistrada sobre ellos.
Martin y Helayna se percatan que los rápidos ojos del escriba no se pierden ese breve intercambio y jurarían que también lo ha anotado.
La Magistrada continuaba esperando la respuesta a sus preguntas.
Zevatur miró a sus compañeros con la boca llena y deglutiendo a pesar del cansancio. Al ver que ninguno de ellos parecía intervenir o contestar empezó a hablar, intentando recordar los confusos hechos de la noche. Haber caído inconsciente en varas ocasiones le confundía aun mas y la ausencia de su compañero canela no le ayudaba a ordenar las ideas.
- Los drow, y todos los ataques que se hay producido en la ciudad están relacionados con Reanar y con el compañero secuestrado, por la existencia de un fabuloso tesoro o algo así. Debemos avisarle e ir a su encentro, posiblemente todas las facciones acaben llegando a el.
La capitana Malaid abre la boca y la deja así, abierta. La Magistrada se vuelve hacia Zevatur.
- Por favor diga su nombre para que conste -pide en tono neutro la mujer sin dejar de mirar a Zevatur. Cuando este lo ha hecho, siendo apuntado casi vorazmente por el escriba le pregunta.Helayna diría que está disfrutando con lo que ocurre - Sea más específico por favor. ¿Acaba usted de relacionar a Lord Raenar con los altercados ocurridos esta noche a lo largo de la ciudad, en el Distrito del Cementerio, en el Distrito de los Muelles y en el Distrito Alto? ¿De qué manera? ¿Quién es el compañero secuestado? No paran de hablar de él pero no nos dicen ni su nombre ni porque creen que ha sido secuestrado. ¿Qué es eso de un fabuloso tesoro? ¿Cree usted que Lord Raenar está en peligro? -
- Zevatur, mi nombre es Zevatur... nuestro grupo, nos hacemos llamar Los Fragmentos Extraordinarios.- Contestó hablando hacia el escriba. Leugo siguio hablando hacia la magistrada.
- Y si... bueno no… - Zevatur no sabía a qué pregunta responder primero, y en la confusión intento responder a todas a la vez. - Renaer... Renaer Neverember… Lord Raenar no está implicado, pero está relacionado... Está en peligro. - Un poco frustrado negó con la cabeza y suspiro, intentando centrarse. Existía la posibilidad de que la magistrada fuese algún agente de alguna de las facciones. Debería haber sido más precavido dando la información, comprendió algo tarde.
-Mira, entiendo que los procedimientos deben seguir su curso y toda precaución es poca. Pero estaréis de acuerdo en que algo extraordinario y de gran gravedad está pasando esta noche. Debéis contactar con Lord Reanar inmediatamente y hablar con él. Decidle que los fragmentos extraordinarios estamos retenidos y que debemos reunirnos con él lo antes posible. También que redoble su guardia inmediatamente.- Apuntando con un dedo a la magistrada añadió. - No debéis ignorar este aviso. Es mejor lamentar haber importunado a Lord Reanar, más aún debido a la gravedad de los acontecimientos de esta noche, que lamentar no haber hecho nada después. O mejor aun, escoltadnos hasta el nos ahorraríamos tiempo.
- En cuanto a dar más detalles… - Suspiró entristecido - No podemos dar información a desconocidos, discúlpeme, pero desconozco si tenéis algún tipo de lealtad con alguna de las facciones que están arrasando la ciudad. He hablado ya más de la cuenta.– Dijo sintiéndose algo culpable.
La mandíbula de la Capitana Malaid se desencaja con las últimas palabras de Zevatur.
Martin y Helayna se dan cuenta de que el escriba, lejos de sentirse asombrado como la capitana parece estar pasándoselo en grande, mientras anota todas las palabras que se dicen.
El gesto de la Magistrada hace marchitarse unas flores que había en la ventana de la sala.
- Maese Zevatur.- Se toma un momento para asegurarse que tiene la atención del joven tiefling y le habla muy despacio - ¿Acaba usted de acusar a una Magistrada de la Ciudad de estar en confabulación con algunos de los elementos criminales que han perpetrado diferentes ataques contra la ciudad esta noche? -
Zevatur bufó levemente ante la acusación de la magistrada. Su mirada se posó sobre la capitana y el escriba, intentando recabar, inútilmente, algún apoyo.
- No le estoy acusando de nada.- Negó con la cabeza impotente al ver como retorcía sus palabras. – He dicho que... – Suspiró frustrado, intentar refutar la acusación le llevaba a un terreno pantanoso de explicaciones que no podía dar. En cambio, decidió centrarse en lo que le parecía más urgente y podría sacarles del embrollo definitivamente.
- ¿Por qué no contactan con Reanar lo antes posible? Ha quedado por escrito que hemos avisado de que corre peligro, ¿verdad? – Preguntó al escriba – Mire, no tiene sentido que mintamos acerca de Lord Reanar. Si nos apoya se aclarará este asunto. En cambio, si se desentiende de nosotros, nos embarrara en más problemas aún.
Hizo una pausa breve para dejar contestar, pero justo cuando parecía que alguien iba a responder exclamó rápidamente. - Pero es que además... !corre peligro!
El escriba asintió con una amplia sonrisa como respuesta a la pregunta de Zevatur, pero no dejó de escribir.
- Maese Zevatur. - dijo la Magistrada intentando mantener la compostura - Estoy intentado obtener algo de sentido a sus palabras. Dice que han estado involucrados en los extraños ataques de esta noche en al Ciudad, algo grave y serio, pero no está dispuesto a compartir más información sobre el asunto. -Levanta un dedo para enfatizar su enumeración - Asegura que Lord Raenar está en peligro. Pero tampoco da detalles del peligro que le acecha ni aporta pruebas del mismo - ya son dos dedos largos y nudosos como varitas los que tiene levantados - Aseguran que un compañero suyo ha sido abducido en el último altercado, por unos drow nada menos, pero no han vuelto a mencionarlo -tres dedos comienzan a formar una especie de verja entre la Magistrada y el tiefling - Hace alusión a un fabuloso tesoro como móvil de estos ataques y supuestos peligros, pero luego dice arrepentirse de haber hablado - cuatro dedos - Aparentemente uno de sus compañeros ha fallecido en el altercado, pero ninguno de ustedes ha preguntado por el cuerpo ni ha mencionado que ha sido asesinado por sus atacantes, que sólo tras un esfuerzo deductivo entre sus confusas declaraciones, entiendo que han sido los supuestos drow -ya tiene toda una mano levantada pero parece continuar - El motivo, aparentemente, de toda esta... vaguedad en sus declaraciones se debe a que, Tyr me asista, puedo estar en colación con alguno de esos misteriosos y opacos elementos que les persiguen. - Zevatur se preguntó si sería capaz de llegar hasta los diez dedos - Me informan que han venido a prestar declaración y pedir ayuda, y se comportan como si fueran unos reos. Hablando de interrogatorios y retenciones. - La Magistrada se queda mirando a Zevatur y luego pasea su dura mirada por el resto de los allí reunidos terminando en Morko - Por no hablar de los malos modales de algunos de ustedes que rozan el desacato y desde luego faltan al respeto de manera flagrante a esta Institución. -
- Bien. Seré clara para predicar con el ejemplo. O empiezan a contar algo con algún sentido y me explican con detalle qué es lo que está ocurriendo o pueden volver a las calles antes de que les acuse de desacato, alteración del orden público, falsas acusaciones y hacer perder el tiempo a los funcionarios de la ciudad. Es su última oportunidad. Y les recomiendo que la siguiente persona en hablar sea más coherente que este pobre muchacho -les advierte.
El escriba terminó de escribir tan sólo un segundo después de que ella finalizara de hablar y miró con expectación a los compañeros esperando que siguieran hablando.
El afable ancianito que intentaba evitar orinarse encima dando pequeños saltos mientras cerraba sus piernas con fuerza, escuchó la lenta y soporífera charla de los magistrados y el escriba mientras iba contando una a una las vilezas del grupo, explayándose en explicar al detalle cada una de ellas. Con unos ojos casi al borde de las lágrimas... volvió a dirigirse al soldado que estaba apostado allí casi suplicando... mientras le propinaba leves golpecitos con su bastón en la armadura metálica.
- Me has engañado muchacho... es no va a ser rápido... va a ser terriblemente lento... ¿no lo acabas de escuchar...? Si no me permites ir a aliviarme juro que me orinaré encima aquí mismo... pero que falta de respeto tiene esta juventud llena de salud que no entiende las necesitades urgentes de sus mayores...
Hacía tiempo que Gowther no se sentía expectante ante las formas de funcionar de este plano de la existencia. En un segundo plano, fue escuchando la manera de intercambiar preguntas, respuestas y hasta acusaciones...-Buenas noches Magistrada Umbrera Zastro. Mi nombre es Gowther Irerath. Antes de nada le pido disculpas por las abruptas y desconcertantes maneras en las que hemos aparecido esta noche y, más aún, por las formas en las que nos estamos expresando. Es difícil de entender puesto que evidentemente no ha experimentado la fatiga que estas últimas semanas han provocado a nuestro grupo.-Dijo algo apesadumbrado.
-Comenzó a explicar intentando ser claro y sincero- Hemos estado enfrascados en un viaje fuera de los muros de esta ciudad y de cualquier otro núcleo urbano mucho más tiempo de lo que nos hubiera gustado y me temo que nos ha hecho perder las formas -Dijo mirando a Morko y algo avergonzado por cómo estaban sucediendo los acontecimientos con la guardia de la ciudad- y lo que es peor, normalizar situaciones parecidas a los altercados en los que nos hemos visto envueltos esta noche sin tener más explicaciones que vagas hipótesis como las que ha expresado nuestro compañero Zevatur.
-Intentando expresar que estaban también desconcertados- Si tuviéramos toda la verdad de lo acontecido, tal vez no estaríamos en esta situación, con un pobre civil asesinado y un amigo secuestrado. Eso sin contar con la amenaza potencial que hemos sotenido en torno a Reanar.
-Respondiendo a la incoherencia con la que habían tratado los temas- La cadencia con la que nos hemos manifestado en torno a cada uno de estos eventos ha sido cacareada, tiene razón, pero no por ello le quita valor o relevancia. Estamos perplejos como vosotros y como cualquier persona con un mínimo de raciocinio que se haya visto envuelta en esta situación... Tal vez tengamos que entrenar nuestro estoicismo para ver las cosas con más... perspectiva, pero, por favor, no lo tenga en cuenta para interpretar nuestros argumentos. En ese sentido, no es que nos sintamos en un interrogatorio, pero desde que llegamos de nuestro viaje nos hemos visto asediados y hemos cometido el error de malinterpretar esta situación.
-Buscando concluir para no hacer perder más el tiempo a la Magistrada-En definitiva, creo que hemos empezado con mal pie toda esta situación fruto del bagaje soportado por nuestras espaldas en las últimas semanas y de los abruptos eventos de esta noche. En relación a estos, no tenemos certezas suficientes más allá de las hipótesis sostenida por Zevatur. Ojalá contáramos con más información... Tal vez podríamos saber sobre el paradero de nuestro amigo... y tal vez no se hubiera derramado tanta sangre esta noche.-Acabó estas palabras apretando lo puños por la vergüenza de no haber estado a la altura y proteger a sus aliados.
La Magistrada se fijó en Gowther y escuchó sus palabras mientras el escriba las registraba con perfección. Pero ¿Era decepción lo que notaba Helayna en él? ¿O quizá... impaciencia? su postura era cada vez más tensa desde luego.
- Bonitas palabras para acabar en el mismo sitio que su balbuceante compañero. En nada. No aporta ningún dato ni ningún motivo. Aunque como disculpa podría valer. -La Magistrada mantuvo la mirada de Gowther unos segundos e hizo una seña a uno de los alguaciles que había en la sala. Este colocó un sombrero de buena calidad aunque la pluma que tenía de adorno estaba totalmente chamuscada y los bordes del mismo aparecían ennegrecidos.
- ¿Reconocen este objeto? Fue encontrado a los pies del difunto tortle que se encontró en el lugar de los hechos. ¿Pueden decirme quién era y porqué portaba este objeto? -
Mientras el joven al que Martin amenazaba con orinarse miró suplicante a la Capitana y llamó su atención con un gesto. Tras un breve intercambio y una mirada de esta al anciano que daba pequeños saltitos, Malaid asiente, no queriendo importunar más a la Magistrada.
- Esta bien, sígame, le acompaño -dice el alguacil y saca lo más silenciosamente posible a Martin de la sala para dirigirse hacia unas escaleras y el piso inferior donde deben estar los escusados.
-Acabemos con esto de una vez. Esta noche hemos estado en el cementerio donde un grupo de cultistas estaba buscando una piedra, los detuvimos y obtuvimos la piedra. De testigo hay un paladín un tanto extraño que puede corroborar esto. Luego fuimos perseguidos por monjes sectarios, demonios y alguien que decía ser de una familia de aquí, pero no recuerdo el nombre solo que están caídos en desgracia por infernalistas. En la persecución por las calles a parte nos atacó el dragonborn rojo, creemos que pertenece al culto del dragón. Conseguimos llegar a una posada con la esperanza de despistar a nuestros perseguidores, pero no ha sido así y ahora sumamos a los drow a nuestra lista de perseguidores. Drow que se han llevado a Guilbert-.
- Es un resumen y seguro que me dejó cosas, la pisara parece ser la clave para encontrar el tesoro perdido de la ciudad, de ahí la implicación de Raenar, a quien hace unas noche rescatamos de su secuestro-.
-¿Os parece mejor así?- concluyó el paladín con cara de estar harto de esta situación.
La Capitana de la Guardia Alada, al escuchar la narración de Morko casi se tiene que sentar.
- O sea que... - musita pero calla para no socavar la autoridad de la Magistrada.
El escriba ha recuperado su entusiasmo y registra todo con gran interés.
Por el contrario la Magistrada Umbera no pareció particularmente afectada.
- Capitana Malaid -llamó - Estos ataques que narra coinciden con los incidentes de esta noche. ¿Correcto? -
- Si señora Magistrada. -
La ajada mujer asiente.
- Alguacil -llama al que queda ya que el otro se encuentra fuera acompañando a Martin al servicio - Mande un mensaje a la mansión de Lord Raenar y adviertale que podría estar en peligro. Incluya el nombre de la Compañía de los Fragmentos Extraordinarios como portadores de tales advertencias. Y envíe un doble destacamento de la Guardia con el mensaje. -
El hombre saluda y se va a cumplir con sus obligaciones rápidamente.
- Capitana.. -
- Si señora, pondré a la Guardia en estado de alerta. - dice saliendo de la sala.
Después la Magistrada se vuelve hacia el resto mientras el escriba continúa registrando todo.
- ¿Ven? No ha sido tan difícil. Pero me temo que aún hay grandes incógnitas en todo esto. Permitan que les pregunte. ¿Quién es el fallecido en el ataque de los drow que, persistentemente, ignoran? ¿Porqué llevaba este objeto con él? Respecto a los cultistas ¿A quién o qué rendían culto? ¿Apresaron o detuvieron a todos? Respecto a esa persona que decía pertenecer a una de las familias de Waterdeep... ¿Ninguno recuerda su nombre? ¿Tienen pruebas de su pertenencia a esa familia o tan sólo la palabra de esa persona? ¿Quién era esa persona? ¿Podrían describir su aspecto? Respecto a su compañero desaparecido; ¿Quién es ese Guilbert? ¿Podrían darnos una descripción para comenzar su búsqueda? ¿ Cuantos drow había? ¿Había alguna sacerdotisa entre ellos? ¿Tienen pruebas de que busquen esa piedra o piensan que la ciudad podría estar a punto de sufrir un ataque de la Suboscuridad ? Por último, pero no menos importante ¿Qué es esa piedra que todos parecen buscar con tanto ahínco? ¿La tienen con ustedes? -
Helayna se percató que la mano que el escriba temblaba ligeramente de expectación ante las respuestas que los Fragmentos iban a dar.
En las dependencias empezaron a escucharse pasos apresurados y algunas órdenes gritadas pero la Magistrada no les prestó ninguna atención.
Relajado al ver al mensajero partir se reclino en la mesa – ¡Gracias!
- El difunto era un amigo o aliado del secuestrado, Guilbert. No recuerdo su nombre. Se estaba haciendo pasar por uno de nosotros con ese sombrero. Por desgracia los drow lanzaron una bola de fuego y murió en el acto... Los cultistas, eran de un culto a demonios, pero no eran conscientes del mal que implicaba ello, creo que eran unos ingenuos. No tenemos pruebas de nada, solo hemos corrido y sido atacados durante la noche. Los drow no tenían ninguna sacerdotisa, y desconocemos sus intenciones, pero yo descartaría un ataque a la ciudad. Como todos los grupos están detrás del tesoro. La piedra debería estar en manos seguras en este momento.- Asintió confiando en Martin.
- Si me permitís invocar una ilusión… les ensenare a mi amigo. - Después hizo un gesto con sus manos invocando una imagen de Guilbert.
El ancianito se dispuso a salir acompañado del cada vez más ansiado guardia para poder finalmente vacíar su castigada vejiga. En cuanto salió a los pasillos del edificio que acomodaba a la guardia de la ciudad y a la magistratura en este distrito, el vetusto Martin pensó que quizás era uno de los principales centros de toda la ciudad, y se vio aún más presionado por la necesidad de salir de allí cuanto antes.
El ambiente parecía muy confuso y alterado por los amplios salones laterales, se podía respirar en parte un miedo palpable respecto a los Drow, como si la mención de éstos en las anteriores declaraciones y el combate contra ellos hubiera despertado un aletargado pavor que acechaba a cada uno de los guardias y cuidadanos que se movían por aquel lugar. Según avanzaba entre la gente, siempre escoltado por el amable guarda, las palabras de alarma parecían ser la única conversación viable entre las personas con las que se cruzaba, "Los Drow sin duda van a atacar la ciudad... ", "Los ataques que han sucedido en la noche sólo son la avanzadilla drow para comprobar las defensas de la ciudad, lo peor está aún por llegar", "Los Lores Ocultos podrían activar los colosos para proteger la urbe" ...
Uno tras otros los comentarios parecían ir escalando, así como la agitación de los encargados de las defensas de Waterdeep, ... El mestizo se dispuso a ejecutar su plan de escapada, y aprovechando un pequeño núcleo de gente cercano, dejó caer una bolsa con monedas al suelo, de tal manera que éstas se esparcieron en un generoso radio por la zona...
- ¡Oh! Qué torpe he sido... se me ha caído la bolsa... ¿me ayudarías a recogerla? ...
Cuando todos los presentes se aproximaron a ayudar al envejecido noble, éste ejecutó su maniobra aprovechando la distracción y perdiéndose entre la multitud..., cuando nadie miraba, su semblante se transformó, perdiendo la ilusión que le ocultaba, pasando a ser una persona totalmente diferente para todos los allí presentes y más familiar para sus amigos si estuvieran allí.
Satisfecho con su finta, y sintiéndose más libre para actuar, el semielfo se perdió de nuevo entre las calles de la ciudad a toda prisa, tras salir del edificio sin perder más tiempo, dirigiéndose a recoger lo que había escondido y avisar a Lord Khelben y los suyos de todo lo acontecido.
La magistrada asiente a la petición de Zevatur e indica al escriba que registre también el rostro de Guilbert.
Helayna se da cuenta que la cara del hombrecillo se contrae con preocupación cuando la magistrada le indica que registre el dibujo. Ella lo ha hecho como lo más natural, como si estuviera acostumbrada a que el escriba cumpla tan diligentemente con esa obligación como con el resto... pero parece que el funcionario tiene problemas para cumplir con ella. Sin embargo su pluma no deja de moverse en ningún momento y parece que se esfuerza en cumplir su cometido.
La Magistrada permanece en silencio un par de minutos mientras el escriba hace su trabajo. Mira hacia el dibujo que está haciendo y levanta una ceja, al parecer no muy satisfecha con el resultado, pero continua hablando cuando ve que, al menos, tiene los rasgos principales del boceto. A la shadar-kai le gustaría poder ver el dibujo.
- Así pues, faltan dos miembros de su compañía.. -continua la Magistrada y el escriba vuelve a registrar las palabras - Este tal Guilbert que ha sido secuestrado por los drow y el compañero que ha huido con la piedra que parece ser la clave de todo. ¿Cómo se llama ese compañero? ¿Dónde está? Asi que ¿Él tiene la piedra que todos buscan? ¿Tienen forma de contactar con él? Les pediría que así lo hicieran para que entregue esa piedra a las autoridades. Sería lo más seguro para ustedes y para la Ciudad... Sin duda serán recompensados por sus servicios y problemas... -
Helayna percibe que los ojillos del escriba brillan con expectación, ahora que ha vuelto a registrar las palabras y no tiene que dibujar.
Martin camina raudo entre las personas que, incorporándose a su rutina, comienzan a llenar las calles de la ciudad. Espera fervientemente que nadie haya encontrado la Piedra allí donde la dejó escondida.
Al llegar al lugar ve tan sólo a unos cuantos zagales jugueteando en la calle, muy cerca del ladrillo suelto tras el cual había escondido la piedra. Intentando pasar lo más desapercibido posible, se coloca en esa pared y, colocándose de espaldas, comienza a manipular el ladrillo de su escondite. Comienza a palpar en el interior y suspira de alivio cuando la punta de sus dedos toca el pequeño bulto de tela en que está envuelta la ansiada Piedra.
El semielfo, salió del campo de visión de los chavales tan rápida y discretamente como pudo, para adentrarse en los dominios de la torre de Khelben. De sobra sabía que muchas veces los niños eran reclutados por los Gremios para ejercer de observadores para ellos y obrar como sus ojos, protegidos bajo el manto de la falsa inocencia. Una voz interior pareció regañarle, instándole a no generalizar y no sospechar de cada sombra que se cruzaba en su camino, pero las viejas costumbres estaban bien arraigadas aún en el mestizo, y eran difíciles de corregir.
La hechicería siempre le había causado un gran respeto, a pesar de estar acostumbrado a sus grandes milagros tras pasar prácticamente toda su juventud ahogado entre las elaboradas artes arcanas que los altos elfos eran capaces de tejer, siempre distantes de la Academia, pero con una presencia perenne y palpable. La torre volvió a elevarse ante él, como un arcano hito que pugnaba por tocar el cielo de la ciudad... y de algún modo, le hacía sentirse pequeño bajo su inmensidad...
Reprimiendo sus instintos, Martin se adentró en sus jardines y llamó a la puerta con cierto apremio, ... había mucho que contar y que proteger...
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" ¡Oh la Oscuridad...! "
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Martin tenía que salir de allí, el tiempo se le acababa y no sería capaz de justificar su "transformación" de una manera convincente..., además una vez que se había asegurado que sus compañeros estaban a salvo con la excepción de Guilbert, necesitaba volver a donde había escondido la piedra antes de que la situación se volviera a complicar aún más para todos, ... Que la presencia de la guardia de una ciudad estuviera tan cercana a él le provocaba bastante incomodidad, ... manías heredadas de un pasado no tan lejano como él desearía.
Acercándose al guardia más cercano, y forzando su mejor voz de señor noble envejecido, se dirigió a él apuntándole inofensivamente con su bastón mientras se desabrochaba algunos botones de su caro batín, intentando al mismo tiempo aparentar cierta premura provocada por la llamada de la naturaleza humana.
- Joven, ... al parecer esto va para largo y la capacidad de contención de una persona de mi edad dista mucho de ser la más óptima... ¿me podría indicar donde están las letrinas más cercanas?... no hace falta que me acompañe... soy de vejiga tímida ya sabe...
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Hela siguió obediente las indicaciones de la Guardia. Observó su alrededor seriamente pero con curiosidad, una experiencia más en este plano desconocido y asombroso para la Shadar-kai. Los interrogatorios en el lugar del que ella venía eran más lúgubres y habitualmente con finales bastante dramáticos. Y aunque esto no fuera un interrogatorio como tal, el rictus de la mujer que tenían delante no distaba mucho de los que se mostraban en su plano de oscuridad.
Decidió mantenerse en silencio y dejar que sus compañeros tomaran la palabra, seguramente más acostumbrados a estos procesos, mientras continuaba vigilando de reojo al extraño anciano que les acompañaba.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
- No se preocupe señor - dice el alguacil de la puerta - No se demorará mucho - le responde en voz baja como si temiera atraer la atención de la dura Magistrada sobre ellos.
Martin y Helayna se percatan que los rápidos ojos del escriba no se pierden ese breve intercambio y jurarían que también lo ha anotado.
La Magistrada continuaba esperando la respuesta a sus preguntas.
PbP Character: A few ;)
Zevatur miró a sus compañeros con la boca llena y deglutiendo a pesar del cansancio. Al ver que ninguno de ellos parecía intervenir o contestar empezó a hablar, intentando recordar los confusos hechos de la noche. Haber caído inconsciente en varas ocasiones le confundía aun mas y la ausencia de su compañero canela no le ayudaba a ordenar las ideas.
- Los drow, y todos los ataques que se hay producido en la ciudad están relacionados con Reanar y con el compañero secuestrado, por la existencia de un fabuloso tesoro o algo así. Debemos avisarle e ir a su encentro, posiblemente todas las facciones acaben llegando a el.
Zevatur, Rolthos
La capitana Malaid abre la boca y la deja así, abierta. La Magistrada se vuelve hacia Zevatur.
- Por favor diga su nombre para que conste - pide en tono neutro la mujer sin dejar de mirar a Zevatur. Cuando este lo ha hecho, siendo apuntado casi vorazmente por el escriba le pregunta.Helayna diría que está disfrutando con lo que ocurre - Sea más específico por favor. ¿Acaba usted de relacionar a Lord Raenar con los altercados ocurridos esta noche a lo largo de la ciudad, en el Distrito del Cementerio, en el Distrito de los Muelles y en el Distrito Alto? ¿De qué manera? ¿Quién es el compañero secuestado? No paran de hablar de él pero no nos dicen ni su nombre ni porque creen que ha sido secuestrado. ¿Qué es eso de un fabuloso tesoro? ¿Cree usted que Lord Raenar está en peligro? -
PbP Character: A few ;)
- Zevatur, mi nombre es Zevatur... nuestro grupo, nos hacemos llamar Los Fragmentos Extraordinarios. - Contestó hablando hacia el escriba. Leugo siguio hablando hacia la magistrada.
- Y si... bueno no… - Zevatur no sabía a qué pregunta responder primero, y en la confusión intento responder a todas a la vez. - Renaer... Renaer Neverember… Lord Raenar no está implicado, pero está relacionado... Está en peligro. - Un poco frustrado negó con la cabeza y suspiro, intentando centrarse. Existía la posibilidad de que la magistrada fuese algún agente de alguna de las facciones. Debería haber sido más precavido dando la información, comprendió algo tarde.
- Mira, entiendo que los procedimientos deben seguir su curso y toda precaución es poca. Pero estaréis de acuerdo en que algo extraordinario y de gran gravedad está pasando esta noche. Debéis contactar con Lord Reanar inmediatamente y hablar con él. Decidle que los fragmentos extraordinarios estamos retenidos y que debemos reunirnos con él lo antes posible. También que redoble su guardia inmediatamente. - Apuntando con un dedo a la magistrada añadió. - No debéis ignorar este aviso. Es mejor lamentar haber importunado a Lord Reanar, más aún debido a la gravedad de los acontecimientos de esta noche, que lamentar no haber hecho nada después. O mejor aun, escoltadnos hasta el nos ahorraríamos tiempo.
- En cuanto a dar más detalles… - Suspiró entristecido - No podemos dar información a desconocidos, discúlpeme, pero desconozco si tenéis algún tipo de lealtad con alguna de las facciones que están arrasando la ciudad. He hablado ya más de la cuenta. – Dijo sintiéndose algo culpable.
Zevatur, Rolthos
La mandíbula de la Capitana Malaid se desencaja con las últimas palabras de Zevatur.
Martin y Helayna se dan cuenta de que el escriba, lejos de sentirse asombrado como la capitana parece estar pasándoselo en grande, mientras anota todas las palabras que se dicen.
El gesto de la Magistrada hace marchitarse unas flores que había en la ventana de la sala.
- Maese Zevatur.- Se toma un momento para asegurarse que tiene la atención del joven tiefling y le habla muy despacio - ¿Acaba usted de acusar a una Magistrada de la Ciudad de estar en confabulación con algunos de los elementos criminales que han perpetrado diferentes ataques contra la ciudad esta noche? -
PbP Character: A few ;)
Zevatur bufó levemente ante la acusación de la magistrada. Su mirada se posó sobre la capitana y el escriba, intentando recabar, inútilmente, algún apoyo.
- No le estoy acusando de nada. - Negó con la cabeza impotente al ver como retorcía sus palabras. – He dicho que... – Suspiró frustrado, intentar refutar la acusación le llevaba a un terreno pantanoso de explicaciones que no podía dar. En cambio, decidió centrarse en lo que le parecía más urgente y podría sacarles del embrollo definitivamente.
- ¿Por qué no contactan con Reanar lo antes posible? Ha quedado por escrito que hemos avisado de que corre peligro, ¿verdad? – Preguntó al escriba – Mire, no tiene sentido que mintamos acerca de Lord Reanar. Si nos apoya se aclarará este asunto. En cambio, si se desentiende de nosotros, nos embarrara en más problemas aún.
Hizo una pausa breve para dejar contestar, pero justo cuando parecía que alguien iba a responder exclamó rápidamente. - Pero es que además... !corre peligro!
Zevatur, Rolthos
El escriba asintió con una amplia sonrisa como respuesta a la pregunta de Zevatur, pero no dejó de escribir.
- Maese Zevatur. - dijo la Magistrada intentando mantener la compostura - Estoy intentado obtener algo de sentido a sus palabras. Dice que han estado involucrados en los extraños ataques de esta noche en al Ciudad, algo grave y serio, pero no está dispuesto a compartir más información sobre el asunto. - Levanta un dedo para enfatizar su enumeración - Asegura que Lord Raenar está en peligro. Pero tampoco da detalles del peligro que le acecha ni aporta pruebas del mismo - ya son dos dedos largos y nudosos como varitas los que tiene levantados - Aseguran que un compañero suyo ha sido abducido en el último altercado, por unos drow nada menos, pero no han vuelto a mencionarlo - tres dedos comienzan a formar una especie de verja entre la Magistrada y el tiefling - Hace alusión a un fabuloso tesoro como móvil de estos ataques y supuestos peligros, pero luego dice arrepentirse de haber hablado - cuatro dedos - Aparentemente uno de sus compañeros ha fallecido en el altercado, pero ninguno de ustedes ha preguntado por el cuerpo ni ha mencionado que ha sido asesinado por sus atacantes, que sólo tras un esfuerzo deductivo entre sus confusas declaraciones, entiendo que han sido los supuestos drow - ya tiene toda una mano levantada pero parece continuar - El motivo, aparentemente, de toda esta... vaguedad en sus declaraciones se debe a que, Tyr me asista, puedo estar en colación con alguno de esos misteriosos y opacos elementos que les persiguen. - Zevatur se preguntó si sería capaz de llegar hasta los diez dedos - Me informan que han venido a prestar declaración y pedir ayuda, y se comportan como si fueran unos reos. Hablando de interrogatorios y retenciones. - La Magistrada se queda mirando a Zevatur y luego pasea su dura mirada por el resto de los allí reunidos terminando en Morko - Por no hablar de los malos modales de algunos de ustedes que rozan el desacato y desde luego faltan al respeto de manera flagrante a esta Institución. -
- Bien. Seré clara para predicar con el ejemplo. O empiezan a contar algo con algún sentido y me explican con detalle qué es lo que está ocurriendo o pueden volver a las calles antes de que les acuse de desacato, alteración del orden público, falsas acusaciones y hacer perder el tiempo a los funcionarios de la ciudad. Es su última oportunidad. Y les recomiendo que la siguiente persona en hablar sea más coherente que este pobre muchacho - les advierte.
El escriba terminó de escribir tan sólo un segundo después de que ella finalizara de hablar y miró con expectación a los compañeros esperando que siguieran hablando.
PbP Character: A few ;)
El afable ancianito que intentaba evitar orinarse encima dando pequeños saltos mientras cerraba sus piernas con fuerza, escuchó la lenta y soporífera charla de los magistrados y el escriba mientras iba contando una a una las vilezas del grupo, explayándose en explicar al detalle cada una de ellas. Con unos ojos casi al borde de las lágrimas... volvió a dirigirse al soldado que estaba apostado allí casi suplicando... mientras le propinaba leves golpecitos con su bastón en la armadura metálica.
- Me has engañado muchacho... es no va a ser rápido... va a ser terriblemente lento... ¿no lo acabas de escuchar...? Si no me permites ir a aliviarme juro que me orinaré encima aquí mismo... pero que falta de respeto tiene esta juventud llena de salud que no entiende las necesitades urgentes de sus mayores...
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Hacía tiempo que Gowther no se sentía expectante ante las formas de funcionar de este plano de la existencia. En un segundo plano, fue escuchando la manera de intercambiar preguntas, respuestas y hasta acusaciones...-Buenas noches Magistrada Umbrera Zastro. Mi nombre es Gowther Irerath. Antes de nada le pido disculpas por las abruptas y desconcertantes maneras en las que hemos aparecido esta noche y, más aún, por las formas en las que nos estamos expresando. Es difícil de entender puesto que evidentemente no ha experimentado la fatiga que estas últimas semanas han provocado a nuestro grupo.-Dijo algo apesadumbrado.
-Comenzó a explicar intentando ser claro y sincero- Hemos estado enfrascados en un viaje fuera de los muros de esta ciudad y de cualquier otro núcleo urbano mucho más tiempo de lo que nos hubiera gustado y me temo que nos ha hecho perder las formas -Dijo mirando a Morko y algo avergonzado por cómo estaban sucediendo los acontecimientos con la guardia de la ciudad- y lo que es peor, normalizar situaciones parecidas a los altercados en los que nos hemos visto envueltos esta noche sin tener más explicaciones que vagas hipótesis como las que ha expresado nuestro compañero Zevatur.
-Intentando expresar que estaban también desconcertados- Si tuviéramos toda la verdad de lo acontecido, tal vez no estaríamos en esta situación, con un pobre civil asesinado y un amigo secuestrado. Eso sin contar con la amenaza potencial que hemos sotenido en torno a Reanar.
-Respondiendo a la incoherencia con la que habían tratado los temas- La cadencia con la que nos hemos manifestado en torno a cada uno de estos eventos ha sido cacareada, tiene razón, pero no por ello le quita valor o relevancia. Estamos perplejos como vosotros y como cualquier persona con un mínimo de raciocinio que se haya visto envuelta en esta situación... Tal vez tengamos que entrenar nuestro estoicismo para ver las cosas con más... perspectiva, pero, por favor, no lo tenga en cuenta para interpretar nuestros argumentos. En ese sentido, no es que nos sintamos en un interrogatorio, pero desde que llegamos de nuestro viaje nos hemos visto asediados y hemos cometido el error de malinterpretar esta situación.
-Buscando concluir para no hacer perder más el tiempo a la Magistrada-En definitiva, creo que hemos empezado con mal pie toda esta situación fruto del bagaje soportado por nuestras espaldas en las últimas semanas y de los abruptos eventos de esta noche. En relación a estos, no tenemos certezas suficientes más allá de las hipótesis sostenida por Zevatur. Ojalá contáramos con más información... Tal vez podríamos saber sobre el paradero de nuestro amigo... y tal vez no se hubiera derramado tanta sangre esta noche.-Acabó estas palabras apretando lo puños por la vergüenza de no haber estado a la altura y proteger a sus aliados.
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Zevatur intervino en defensa del anciano - Este señor pasaba por la calle. No tiene sentido que este aqui... no le hagan sufrir asi.
Zevatur, Rolthos
La Magistrada se fijó en Gowther y escuchó sus palabras mientras el escriba las registraba con perfección. Pero ¿Era decepción lo que notaba Helayna en él? ¿O quizá... impaciencia? su postura era cada vez más tensa desde luego.
- Bonitas palabras para acabar en el mismo sitio que su balbuceante compañero. En nada. No aporta ningún dato ni ningún motivo. Aunque como disculpa podría valer. - La Magistrada mantuvo la mirada de Gowther unos segundos e hizo una seña a uno de los alguaciles que había en la sala. Este colocó un sombrero de buena calidad aunque la pluma que tenía de adorno estaba totalmente chamuscada y los bordes del mismo aparecían ennegrecidos.
- ¿Reconocen este objeto? Fue encontrado a los pies del difunto tortle que se encontró en el lugar de los hechos. ¿Pueden decirme quién era y porqué portaba este objeto? -
Mientras el joven al que Martin amenazaba con orinarse miró suplicante a la Capitana y llamó su atención con un gesto. Tras un breve intercambio y una mirada de esta al anciano que daba pequeños saltitos, Malaid asiente, no queriendo importunar más a la Magistrada.
- Esta bien, sígame, le acompaño - dice el alguacil y saca lo más silenciosamente posible a Martin de la sala para dirigirse hacia unas escaleras y el piso inferior donde deben estar los escusados.
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-Acabemos con esto de una vez. Esta noche hemos estado en el cementerio donde un grupo de cultistas estaba buscando una piedra, los detuvimos y obtuvimos la piedra. De testigo hay un paladín un tanto extraño que puede corroborar esto. Luego fuimos perseguidos por monjes sectarios, demonios y alguien que decía ser de una familia de aquí, pero no recuerdo el nombre solo que están caídos en desgracia por infernalistas. En la persecución por las calles a parte nos atacó el dragonborn rojo, creemos que pertenece al culto del dragón. Conseguimos llegar a una posada con la esperanza de despistar a nuestros perseguidores, pero no ha sido así y ahora sumamos a los drow a nuestra lista de perseguidores. Drow que se han llevado a Guilbert-.
- Es un resumen y seguro que me dejó cosas, la pisara parece ser la clave para encontrar el tesoro perdido de la ciudad, de ahí la implicación de Raenar, a quien hace unas noche rescatamos de su secuestro-.
-¿Os parece mejor así?- concluyó el paladín con cara de estar harto de esta situación.
La Capitana de la Guardia Alada, al escuchar la narración de Morko casi se tiene que sentar.
- O sea que... - musita pero calla para no socavar la autoridad de la Magistrada.
El escriba ha recuperado su entusiasmo y registra todo con gran interés.
Por el contrario la Magistrada Umbera no pareció particularmente afectada.
- Capitana Malaid - llamó - Estos ataques que narra coinciden con los incidentes de esta noche. ¿Correcto? -
- Si señora Magistrada. -
La ajada mujer asiente.
- Alguacil - llama al que queda ya que el otro se encuentra fuera acompañando a Martin al servicio - Mande un mensaje a la mansión de Lord Raenar y adviertale que podría estar en peligro. Incluya el nombre de la Compañía de los Fragmentos Extraordinarios como portadores de tales advertencias. Y envíe un doble destacamento de la Guardia con el mensaje. -
El hombre saluda y se va a cumplir con sus obligaciones rápidamente.
- Capitana.. -
- Si señora, pondré a la Guardia en estado de alerta. - dice saliendo de la sala.
Después la Magistrada se vuelve hacia el resto mientras el escriba continúa registrando todo.
- ¿Ven? No ha sido tan difícil. Pero me temo que aún hay grandes incógnitas en todo esto. Permitan que les pregunte. ¿Quién es el fallecido en el ataque de los drow que, persistentemente, ignoran? ¿Porqué llevaba este objeto con él? Respecto a los cultistas ¿A quién o qué rendían culto? ¿Apresaron o detuvieron a todos? Respecto a esa persona que decía pertenecer a una de las familias de Waterdeep... ¿Ninguno recuerda su nombre? ¿Tienen pruebas de su pertenencia a esa familia o tan sólo la palabra de esa persona? ¿Quién era esa persona? ¿Podrían describir su aspecto? Respecto a su compañero desaparecido; ¿Quién es ese Guilbert? ¿Podrían darnos una descripción para comenzar su búsqueda? ¿ Cuantos drow había? ¿Había alguna sacerdotisa entre ellos? ¿Tienen pruebas de que busquen esa piedra o piensan que la ciudad podría estar a punto de sufrir un ataque de la Suboscuridad ? Por último, pero no menos importante ¿Qué es esa piedra que todos parecen buscar con tanto ahínco? ¿La tienen con ustedes? -
Helayna se percató que la mano que el escriba temblaba ligeramente de expectación ante las respuestas que los Fragmentos iban a dar.
En las dependencias empezaron a escucharse pasos apresurados y algunas órdenes gritadas pero la Magistrada no les prestó ninguna atención.
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Relajado al ver al mensajero partir se reclino en la mesa – ¡Gracias!
- El difunto era un amigo o aliado del secuestrado, Guilbert. No recuerdo su nombre. Se estaba haciendo pasar por uno de nosotros con ese sombrero. Por desgracia los drow lanzaron una bola de fuego y murió en el acto... Los cultistas, eran de un culto a demonios, pero no eran conscientes del mal que implicaba ello, creo que eran unos ingenuos. No tenemos pruebas de nada, solo hemos corrido y sido atacados durante la noche. Los drow no tenían ninguna sacerdotisa, y desconocemos sus intenciones, pero yo descartaría un ataque a la ciudad. Como todos los grupos están detrás del tesoro. La piedra debería estar en manos seguras en este momento. - Asintió confiando en Martin.
- Si me permitís invocar una ilusión… les ensenare a mi amigo. - Después hizo un gesto con sus manos invocando una imagen de Guilbert.
Zevatur, Rolthos
El ancianito se dispuso a salir acompañado del cada vez más ansiado guardia para poder finalmente vacíar su castigada vejiga. En cuanto salió a los pasillos del edificio que acomodaba a la guardia de la ciudad y a la magistratura en este distrito, el vetusto Martin pensó que quizás era uno de los principales centros de toda la ciudad, y se vio aún más presionado por la necesidad de salir de allí cuanto antes.
El ambiente parecía muy confuso y alterado por los amplios salones laterales, se podía respirar en parte un miedo palpable respecto a los Drow, como si la mención de éstos en las anteriores declaraciones y el combate contra ellos hubiera despertado un aletargado pavor que acechaba a cada uno de los guardias y cuidadanos que se movían por aquel lugar. Según avanzaba entre la gente, siempre escoltado por el amable guarda, las palabras de alarma parecían ser la única conversación viable entre las personas con las que se cruzaba, "Los Drow sin duda van a atacar la ciudad... ", "Los ataques que han sucedido en la noche sólo son la avanzadilla drow para comprobar las defensas de la ciudad, lo peor está aún por llegar", "Los Lores Ocultos podrían activar los colosos para proteger la urbe" ...
Uno tras otros los comentarios parecían ir escalando, así como la agitación de los encargados de las defensas de Waterdeep, ... El mestizo se dispuso a ejecutar su plan de escapada, y aprovechando un pequeño núcleo de gente cercano, dejó caer una bolsa con monedas al suelo, de tal manera que éstas se esparcieron en un generoso radio por la zona...
- ¡Oh! Qué torpe he sido... se me ha caído la bolsa... ¿me ayudarías a recogerla? ...
Cuando todos los presentes se aproximaron a ayudar al envejecido noble, éste ejecutó su maniobra aprovechando la distracción y perdiéndose entre la multitud..., cuando nadie miraba, su semblante se transformó, perdiendo la ilusión que le ocultaba, pasando a ser una persona totalmente diferente para todos los allí presentes y más familiar para sus amigos si estuvieran allí.
Satisfecho con su finta, y sintiéndose más libre para actuar, el semielfo se perdió de nuevo entre las calles de la ciudad a toda prisa, tras salir del edificio sin perder más tiempo, dirigiéndose a recoger lo que había escondido y avisar a Lord Khelben y los suyos de todo lo acontecido.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
La magistrada asiente a la petición de Zevatur e indica al escriba que registre también el rostro de Guilbert.
Helayna se da cuenta que la cara del hombrecillo se contrae con preocupación cuando la magistrada le indica que registre el dibujo. Ella lo ha hecho como lo más natural, como si estuviera acostumbrada a que el escriba cumpla tan diligentemente con esa obligación como con el resto... pero parece que el funcionario tiene problemas para cumplir con ella. Sin embargo su pluma no deja de moverse en ningún momento y parece que se esfuerza en cumplir su cometido.
La Magistrada permanece en silencio un par de minutos mientras el escriba hace su trabajo. Mira hacia el dibujo que está haciendo y levanta una ceja, al parecer no muy satisfecha con el resultado, pero continua hablando cuando ve que, al menos, tiene los rasgos principales del boceto. A la shadar-kai le gustaría poder ver el dibujo.
- Así pues, faltan dos miembros de su compañía.. - continua la Magistrada y el escriba vuelve a registrar las palabras - Este tal Guilbert que ha sido secuestrado por los drow y el compañero que ha huido con la piedra que parece ser la clave de todo. ¿Cómo se llama ese compañero? ¿Dónde está? Asi que ¿Él tiene la piedra que todos buscan? ¿Tienen forma de contactar con él? Les pediría que así lo hicieran para que entregue esa piedra a las autoridades. Sería lo más seguro para ustedes y para la Ciudad... Sin duda serán recompensados por sus servicios y problemas... -
Helayna percibe que los ojillos del escriba brillan con expectación, ahora que ha vuelto a registrar las palabras y no tiene que dibujar.
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Martin camina raudo entre las personas que, incorporándose a su rutina, comienzan a llenar las calles de la ciudad. Espera fervientemente que nadie haya encontrado la Piedra allí donde la dejó escondida.
Al llegar al lugar ve tan sólo a unos cuantos zagales jugueteando en la calle, muy cerca del ladrillo suelto tras el cual había escondido la piedra. Intentando pasar lo más desapercibido posible, se coloca en esa pared y, colocándose de espaldas, comienza a manipular el ladrillo de su escondite. Comienza a palpar en el interior y suspira de alivio cuando la punta de sus dedos toca el pequeño bulto de tela en que está envuelta la ansiada Piedra.
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El semielfo, salió del campo de visión de los chavales tan rápida y discretamente como pudo, para adentrarse en los dominios de la torre de Khelben. De sobra sabía que muchas veces los niños eran reclutados por los Gremios para ejercer de observadores para ellos y obrar como sus ojos, protegidos bajo el manto de la falsa inocencia. Una voz interior pareció regañarle, instándole a no generalizar y no sospechar de cada sombra que se cruzaba en su camino, pero las viejas costumbres estaban bien arraigadas aún en el mestizo, y eran difíciles de corregir.
La hechicería siempre le había causado un gran respeto, a pesar de estar acostumbrado a sus grandes milagros tras pasar prácticamente toda su juventud ahogado entre las elaboradas artes arcanas que los altos elfos eran capaces de tejer, siempre distantes de la Academia, pero con una presencia perenne y palpable. La torre volvió a elevarse ante él, como un arcano hito que pugnaba por tocar el cielo de la ciudad... y de algún modo, le hacía sentirse pequeño bajo su inmensidad...
Reprimiendo sus instintos, Martin se adentró en sus jardines y llamó a la puerta con cierto apremio, ... había mucho que contar y que proteger...
" ¡Oh la Oscuridad...! "