Aquello sonaba como un buen plan. Por una vez tomaban la iniciativa desde hacía días y aquello era estimulante. Ver al normalmente funesto ranger tan emprendedor arrancó una sonrisa del guerrero, que compartió con Hela en tono cómplice. El aire libre le sentaba bien.
—Muy bien. Te seguimos —Ash asintió a Martin desenvainando a Úrsula, listo para lo que pudiera venir.
La vieja hoja bastarda de aspecto pesado pareció zumbar con un voz cantarina, como haciéndose eco de la fría brisa del valle. Ash la blandió como si apenas pesara y admiró la guarda sencilla, corta pero robusta, en oro viejo. La empuñadura acababa en una cabeza de oso rugiente.
—Andando, Fragmentos Extraordinarios, hay una niña que salvar —dijo finalmente tensando la mandíbula, dispuesto a seguir al ranger.
Hela observó aquel bosque y sus inmediaciones en busca de alguna amenaza inminente, pero todo parecía estar en calma y su mirada se perdió en los hermosos colores del atardecer durante unos segundos, aún fascinada por la belleza de la que se rodeaba constantemente en aquel plano.
Antes de emprender la marcha, un hechizo apenas susurrado provocó un fulgurante y fugaz brillo en sus ojos, que se convirtieron en dos pupilas inmensas de un color azul eléctrico, permitiéndole detectar magia allá donde mirara.
- Si en nuestro recorrido detecto algo de magia, os lo haré saber - comentó, respondiendo a la última pregunta de Martin.
Aferrando su bastón con determinación, y con su inseparable cuervo posado en el hombro, se dispuso a seguir a sus compañeros.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
En la torre Zevatur miró a Kath agradecido por sus palabras. Los preparativos le estaba llenando de inquietud. Si un enviado de la dichosa familia les había dado tantos problemas, meterse en su guarida iba a resultar extremadamente peligroso. Pero Martin parecía decidido y con un plan. Tras escucharle asintió. La urgencia de la misión no admitía demoras en las discusiones del plan. - Vayamos. - Susurró mientras se ponía en camino por donde había indicado Martin.
Canela revoloteó a su alrededor, esta estaba decidido aportar algo más que en en la anterior hazaña.
Martin se alejó del resto del grupo para aprovechar al máximo sus habilidades. Saltó sin problema el muro de piedra cubierto de musgo que delimitaba la hacienda y se acercó por el frondoso jardín que la rodeaba.
Más que una casa de campo parecía un palacio construido en piedra oscura, con grandes ventanales tanto en la planta superior como en la inferior. Varios balcones se abrían a los jardines en la planta superior y en los vértices del palacio torres redondas, con objetivo más ornamental que defensivo, se elevaban por encima del resto hasta culminar en puntiagudas agujas.
Oculto por las sombras de los árboles, Martin estaba completamente seguro de que no sería descubierto, aún si habían apostado vigías en las torres.
Sus sospechas se vieron confirmadas cuando escuchó, sin lugar a dudas, un breve juramento en un idioma que no conocía pero que le sonó como el que habían utilizado los demonios la noche anterior y un pequeño aleteo en lo alto de la torre. Su herencia élfica y entrenamiento le permitía escuchar y percibir cosas que a otros se le escaparían. No podía ver al pequeño demonio, por lo que debía de estar invisible. Sin duda colocado, o colocados pues era lógico deducir que habría más, para alertar a los ocupantes de la casa.
Había escuchado donde se había detenido el aleteo y otro pequeño juramento en infernal se escapó del malhumorado diablillo. Pese a no poder verle podría atacarle, pero si fallaba daría la alarma sin duda. ¿Era más sensato volver y alertar al resto?
Varias decenas de metros más atrás, justo tras saltar el muro y agazapados entre unos arbustos y tras la cobertura de unos árboles, el resto de los Fragmentos esperaba el informe de Martin. Helayna, contenta por ver a Ash de nuevo animado y dispuesto a acabar con aquellos seres despreciables secuestra niñas, repasó el hechizo que Laeral había utilizado para llevarlos hasta allí. Ese fuego plateado... había leído sobre ello al prepararse para venir a este plano. Determinados individuos, con una conexión especial con la diosa de la magia, enarbolanan un poder especial, Fuego Mágico, que potenciaba sus hechizos y era una formidable arma por sí mismo. ¿Sería eso lo que había presenciado?
Martin, alertado de la presencia de los vigias, supo de inmediato que sus compañeros no pasarían desapercibidos al escrutinio de los vigías invistibles y demoniacos a la par, incluso si se hayaban bajo el manto de su hechizo de camuflage. Intentando posicionar mentalmente a los guardias y estudiar los ángulos muertos, se deslizó desandando el camino para compartir el informe con los demás. La información era poder, y quizás su única oportunidad de salir victoriosos y en sigilo.
Su plan de buscar una entrada subterránea cobró más fuerza, y en cuanto llegara de nuevo junto a sus amigos, les plantería desviarse hacía la zona del lago para intentar buscar otro acceso, lejos de las miradas de los vigías de la mansión...
Martin volvió sin problema junto al grupo de aventureros que se había convertido en su familia y expuso sus descubrimientos.
- La cuestión -dijo Kath - es que no sabemos seguro si existe tal entrada oculta. Quizá perdamos un tiempo precioso y muy posiblemente el elemento de la sorpresa. ¿Y si te ayudo a eliminar alguno de esos seres? Si volvemos y acabamos con un par de ellos ¿podremos colarnos por una puerta o ventana? Claro que tú sabes más de esto, lo que decidas yo te apoyo -
Zevatur negó con la cabeza. - Yo no os puedo ayudar con esta tarea, mi ataque flamígero ser vería desde bastante distancia... Tampoco se me ocurre como podría hacer alguna distracción. Por otro lado... ¿Podríamos ir por delante un grupo a parlamentar y que se infiltre otro grupo?- Dijo con rabia por tener que discutir planes en una situación de emergencia como esta.
Ash permanecía alerta observando, acuclillado tras los arbustos ridículamente escondido a duras penas. Era demasiado grande.
—Quizá vuestros familiares animales puedan distraer la atención de los vigías sin que resulte sospechoso. Mientras nos escurrimos al interior. Pelear sin saber dónde está la niña es peligroso para ella. —reflexionó entre susurros—. A menos que sea silencioso, rápido y letal.
Tras un mirada hacia el edificio principal se dirigió al explorador.
—¿No has visto ninguna puerta a los sótanos, Martin? ¿Ni pozo, ni bodega? Vaya unos ricos de pacotilla estos Cassalanter —dibujó una media sonrisa—. Yo creo que deberíamos evitar el combate hasta saber donde tienen a la mocosa o sea inevitable para avanzar, pero si la única manera es abatir al guardia me apunto también. Por lo de letal, ya sabéis —sonrió jactanciosamente—. Lo que sea pero rápido —asintió a Zev, compartiendo su frustración.
Demonios por todos lados, el sueño húmedo del único miembro vivo de la orden de la Rosa Negra.. o no. Resolver el enigma de la desaparición de la orden estaba al alcance, y poder dar descanso y paz a todos los compañeros perdidos. Todos aquellos pensamientos habían conseguido lo que parecía imposible, mantener al bardo callado y apagado hasta la llegada a la mansión.
-Puedo provocar una distracción..-dijo alternando gracias a su emplumado sombrero apariencias del drow.. la niña..- Carezco aún de poder para mantener una dominación de algún guardia y poder moverme por el interior de la mansión.. Si Seguimos con la infiltración podría provocar un silencio que nos envolviera.
Martin escuchó las palabras de Kath y las sumó a las ideas de todos los demás, asintiendo ante cada una de ellas.
- Me parece correcto, debemos intentar mantener el factor sorpresa, así que las distracciones que provoquemos deben parecen realmente inocuas a los ojos de los guardianes demoníacos invisibles. El silencio nos vendrá bien para que Kath y yo avancemos e intentemos abrir una brecha en su seguridad eliminando a los vigías del flanco más vulnerable y generar un corredor seguro pare vuestro avance, una vez que estemos todos dentro, y analicemos la situación con las nueva información que consigamos desde una posición interior, podremos seguir adelante.
El semielfo esperó a que el atractivo representante de la orden de la rosa negra obrara su magia sobre Kath y él, para con un gesto dar la señal de provocar la distracción. Mientras, junto a su ex-pupila, el bastardo se volvió a adentrar entre las sombras y la maleza para convertirse, una vez más, en el asesino silencioso que había intentado dejar atrás. Aunque no ver a sus objetivos gracias a su invisibilidad, iba a ascender en dificultad tal tarea.
Mientras Martin se adelantaba para echar un vistazo a las inmediaciones del lugar, Hela meditaba agazapada sobre el hechizo de Laeral. Aprovechó el regreso del semi-elfo para comentar sus sospechas:
- Es posible que el hechizo de Lareal nos haya dotado de ventajas, provocando que los nuestros sean más potentes. Supongo que lo descubriremos cuando hagamos uso de ellos -
Luego, escuchó con detenimiento la información que portaba Martin sobre los guardianes del castillo y las opciones que se abrían ante ellos. Dejó al resto debatir sobre cuál de ellas era la mejor y, ante la decisión final, asintió y se preparó para ponerse en marcha.
- También dispongo de un hechizo de invisibilidad por si es útil para alguno de nosotros- comentó mirando a sus compañeros.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
—Muy bien, muy bien. Kath y tú —susurró a Martin mascando su frustración—. Dadles duro. Venga, andando. Suerte —palmeó amistosamente al ranger con su manaza—. Si la cosa se complica silbad y vamos con todo.
El guerrero volvió a su posición de vigilia dando por zanjada la charla respecto de los guardianes. Lo cierto es que una cazadora seguramente era lo que necesitaban en ese momento. Miró a Kath de arriba abajo y asintió para sí.
—Cielo —susurró a Helayna perdiendo interés en cualquier otra cosa—. Guarda ese conjuro para ti. Te ayudará a colocarte en el mejor sitio para conjurar muerte sobre nuestros enemigos o incluso llegar a la niña. ¿Podrías llevarla contigo en uno de esos saltos mágicos que os he visto hacer otras veces?
Morko escuchaba los planes de sus compañeros sin decir nada, las misiones de infiltración y sigilo no eran su fuerte, pero afirmó con la cabeza tras la afirmación de Ash y se dispuso a salir corriendo en caso de que sus compañeros lo necesitasen.
Hela mantuvo la mirada de Ash durante unos segundos de silencio para suspirar finalmente algo resignada.
- Me temo, querido, que mi hechizo no es tan poderoso, no puedo llevar conmigo a nadie en un salto, ni siquiera aunque lo lleve en brazos. Podría crear algún tipo de distracción o enviar a Gloom si es necesario. Quizá un movimiento entre los arbustos, o entre las copas de los árboles que llame la atención de los guardias, para después descubrir que es un inofensivo cuervo, pueda brindarnos el tiempo suficiente para que Kath y Martin despejen la entrada -
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Martin volvió a fundirse con las sombras las cuales parecieron abrazarle como a un hermano. Kath siguió sus pasos y, aunque no tan diestra como su maestro, se aproximó hasta la zona donde Martin había escuchado el quejumbroso demonio y su aleteo.
Los dos pudieron escuchar de nuevo la presencia del inquieto demonio. Ahora era el momento. La experiencia de Martin le decía que si el bardo creaba alguna distracción pondría sobre aviso a los ya nerviosos guardianes y la misión y, sobretodo, la niña, podrían estar en peligro.
Todo dependía de él y de que no fallara su tiro. No le gustaba, pero era lo que la Tejedora de Destinos había decretado para él al parecer.
Preparó su arco, a su lado, Kath se disponía a acabar el trabajo en caso de que él fallara, Martin podía ver que tenía la mano izquierda cerrada y podía sentir el frio que emanaba de ella mientras contenía un letal conjuro. ¿Cuando se había vuelto tan poderosa? Era una pregunta que debería ser contestada en otra ocasión. Cerro los ojos, para evitar que nada pudiera distraerle y se concentró en su oído, apuntando con cuidado para acertar al demonio y abatirlo de un solo ataque. Eso les permitiría acercarse a la finca e intentar abrir una ventana o puerta lateral.
El semi-elfo contuvo la respiración, la tensión hizo crujir un poco la cuerda del arco.
Martin concentró toda su voluntad y experiencia en ese disparo, del que dependía buena parte de su plan de infiltración. Mientras su respiración se detenía, imágenes de su pasado como asesino parecían recorrer su mente, inspirándole, cerró los ojos, puesto que no los necesitaba, y volvió a sentir esas presencias a su lado, fantasmas y guerreros del pasado, espectros que otrora habían seguido a la tejedora de destinos, sirviéndole por voluntad propia incluso más allá de su muerte, verdaderos hombres de palabra y honor, … que el semielfo admiraba, quizás algún día podría ser como ellos, aunque él sabía que era diferente, más pragmático que una persona de palabra… quizás no había sitio para él en ese futuro imaginario.
Cierta paradoja parecía traspasar aquella escena, un bastardo que intentó toda su vida ser invisible, convirtiéndose en una muerte desde las sombras, siendo ese último paso que escuchas antes de que tu garganta sea cercenada letalmente, intentando destruir justo a una criatura que se ocultaba a la vista, cómo él hacía en un no tan lejano tiempo atrás. Su mano tembló por un segundo antes de volver a estabilizarse.
Su oído escuchó la señal que necesitaba, y su diluida herencia élfica hizo el resto. El sonido, casi imperceptible a su distancia, de una garra arañando una pared sobre el muro oeste fue el detonante. La saeta salió disparada, guiada por unas plumas de color ónice en su base, un toque que el mestizo le había dado a cada uno de sus proyectiles, personalizándolos así con un detalle a su Reina. Quizás con la excusa de que era ahora el destino el que guiaba sus flechas, y si Ella lo deseaba, impactaría, puesto que ese era el sino impuesto por su juicio, y si erraba, es que la hora de su víctima no había llegado aún para ser reclamada por la Tejedora de Destinos. Quizás una excusa para evitar la culpa ante sus fallos, o quizás algo más.
No se oyó ningún grito o alarido de alarma. La flecha había alcanzado su objetivo sesgando la vida del demonio, atravesando su garganta, y dejando caer un invisible cuerpo inerte varios metros hacia fuera de los muros sobre unos arbustos altos que amortiguaron la caída y ocultaron el cuerpo a la par.
El fantasma pálido de ojos púrpura en el que se había convertido suspiró aliviado. Y haciendo una señal a Kath de que todo había salido según lo planeado, se dispuso a hacer una discreta señal a sus compañeros para que se acercaran por el flanco descubierto que acababa de abrir.
Hacía poco tiempo que Martin y Khat se habían separado para acercarse sigilosamente a la casa, mientras que el resto permanecía escondido debatiendo qué estrategia de distracción sería adecuada para ayudar a los silenciosos asesinos pero, incluso antes de que se pusieran de acuerdo, Hela intuyó a lo lejos las señales del semi-elfo indicando que se acercaran. Sorprendida por la rapidez y eficacia de ambos amigos, se encogió de hombros.
- Parece que no es necesario nuestra intervención, el trabajo está hecho. Acerquémonos lo más silenciosamente posible - susurró mirando especialmente a Morko.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Gowther acató ordenes, mientras alentaba a Helayna a vigilar cualquier señal de protección, vigilancia o defensa mágica.-Hela pongamos atención en cualquier seña arcana de peligro. Con tu visión mágica y nuestros conocimientos deberíamos poder anticiparnos.-Tras esto, avanzó con sus compañeros de la manera más sigilosa que pudo.
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"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Ash asintió a Helayna y disimuló una sonrisa cuando la elfa miró a Morko.
—Muy bien, pero no os entretengáis —susurró a Gowther mientras emprendía la carrera hasta la posición de los miembros más adelantados.
Corriendo como un gamo se plantó junto a Martin y Kath. Lanzó un par de miradas suspicaces a la casa, en busca de una ventana abierta o un acceso al sótano, pero enseguida se dirigió al la pareja de avanzadilla.
El Semielfo no contestó al fornido guerrero de esculpidos biceps, sino que señaló hacia una dirección sobre una pequeña atalaya que rodeaba el muro exterior de la hacienda.
- Hay que trepar, o si alquien es capaz de levitar, eso facilitaría el paso a los demás si consigue amarrar una soga allí arriba. Es crucial que no hagamos ruido alguno ... quizás si se usa algún hechizo que eleve a Morko, éste podría acceder sin ejercer ningún sonido sobre su pesada armadura, y de paso fijar la cuerda para el resto.
Martin esperó a que sus compañeros se organizaran para moverse dentro de la infernal Mansión de los Calassander.
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" ¡Oh la Oscuridad...! "
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Aquello sonaba como un buen plan. Por una vez tomaban la iniciativa desde hacía días y aquello era estimulante. Ver al normalmente funesto ranger tan emprendedor arrancó una sonrisa del guerrero, que compartió con Hela en tono cómplice. El aire libre le sentaba bien.
—Muy bien. Te seguimos —Ash asintió a Martin desenvainando a Úrsula, listo para lo que pudiera venir.
La vieja hoja bastarda de aspecto pesado pareció zumbar con un voz cantarina, como haciéndose eco de la fría brisa del valle. Ash la blandió como si apenas pesara y admiró la guarda sencilla, corta pero robusta, en oro viejo. La empuñadura acababa en una cabeza de oso rugiente.
—Andando, Fragmentos Extraordinarios, hay una niña que salvar —dijo finalmente tensando la mandíbula, dispuesto a seguir al ranger.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Hela observó aquel bosque y sus inmediaciones en busca de alguna amenaza inminente, pero todo parecía estar en calma y su mirada se perdió en los hermosos colores del atardecer durante unos segundos, aún fascinada por la belleza de la que se rodeaba constantemente en aquel plano.
Antes de emprender la marcha, un hechizo apenas susurrado provocó un fulgurante y fugaz brillo en sus ojos, que se convirtieron en dos pupilas inmensas de un color azul eléctrico, permitiéndole detectar magia allá donde mirara.
- Si en nuestro recorrido detecto algo de magia, os lo haré saber - comentó, respondiendo a la última pregunta de Martin.
Aferrando su bastón con determinación, y con su inseparable cuervo posado en el hombro, se dispuso a seguir a sus compañeros.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
En la torre Zevatur miró a Kath agradecido por sus palabras. Los preparativos le estaba llenando de inquietud. Si un enviado de la dichosa familia les había dado tantos problemas, meterse en su guarida iba a resultar extremadamente peligroso. Pero Martin parecía decidido y con un plan. Tras escucharle asintió. La urgencia de la misión no admitía demoras en las discusiones del plan. - Vayamos. - Susurró mientras se ponía en camino por donde había indicado Martin.
Canela revoloteó a su alrededor, esta estaba decidido aportar algo más que en en la anterior hazaña.
Zevatur, Rolthos
Martin se alejó del resto del grupo para aprovechar al máximo sus habilidades. Saltó sin problema el muro de piedra cubierto de musgo que delimitaba la hacienda y se acercó por el frondoso jardín que la rodeaba.
Más que una casa de campo parecía un palacio construido en piedra oscura, con grandes ventanales tanto en la planta superior como en la inferior. Varios balcones se abrían a los jardines en la planta superior y en los vértices del palacio torres redondas, con objetivo más ornamental que defensivo, se elevaban por encima del resto hasta culminar en puntiagudas agujas.
Oculto por las sombras de los árboles, Martin estaba completamente seguro de que no sería descubierto, aún si habían apostado vigías en las torres.
Sus sospechas se vieron confirmadas cuando escuchó, sin lugar a dudas, un breve juramento en un idioma que no conocía pero que le sonó como el que habían utilizado los demonios la noche anterior y un pequeño aleteo en lo alto de la torre. Su herencia élfica y entrenamiento le permitía escuchar y percibir cosas que a otros se le escaparían. No podía ver al pequeño demonio, por lo que debía de estar invisible. Sin duda colocado, o colocados pues era lógico deducir que habría más, para alertar a los ocupantes de la casa.
Había escuchado donde se había detenido el aleteo y otro pequeño juramento en infernal se escapó del malhumorado diablillo. Pese a no poder verle podría atacarle, pero si fallaba daría la alarma sin duda. ¿Era más sensato volver y alertar al resto?
Varias decenas de metros más atrás, justo tras saltar el muro y agazapados entre unos arbustos y tras la cobertura de unos árboles, el resto de los Fragmentos esperaba el informe de Martin. Helayna, contenta por ver a Ash de nuevo animado y dispuesto a acabar con aquellos seres despreciables secuestra niñas, repasó el hechizo que Laeral había utilizado para llevarlos hasta allí. Ese fuego plateado... había leído sobre ello al prepararse para venir a este plano. Determinados individuos, con una conexión especial con la diosa de la magia, enarbolanan un poder especial, Fuego Mágico, que potenciaba sus hechizos y era una formidable arma por sí mismo. ¿Sería eso lo que había presenciado?
PbP Character: A few ;)
Martin, alertado de la presencia de los vigias, supo de inmediato que sus compañeros no pasarían desapercibidos al escrutinio de los vigías invistibles y demoniacos a la par, incluso si se hayaban bajo el manto de su hechizo de camuflage. Intentando posicionar mentalmente a los guardias y estudiar los ángulos muertos, se deslizó desandando el camino para compartir el informe con los demás. La información era poder, y quizás su única oportunidad de salir victoriosos y en sigilo.
Su plan de buscar una entrada subterránea cobró más fuerza, y en cuanto llegara de nuevo junto a sus amigos, les plantería desviarse hacía la zona del lago para intentar buscar otro acceso, lejos de las miradas de los vigías de la mansión...
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Martin volvió sin problema junto al grupo de aventureros que se había convertido en su familia y expuso sus descubrimientos.
- La cuestión - dijo Kath - es que no sabemos seguro si existe tal entrada oculta. Quizá perdamos un tiempo precioso y muy posiblemente el elemento de la sorpresa. ¿Y si te ayudo a eliminar alguno de esos seres? Si volvemos y acabamos con un par de ellos ¿podremos colarnos por una puerta o ventana? Claro que tú sabes más de esto, lo que decidas yo te apoyo -
PbP Character: A few ;)
Zevatur negó con la cabeza. - Yo no os puedo ayudar con esta tarea, mi ataque flamígero ser vería desde bastante distancia... Tampoco se me ocurre como podría hacer alguna distracción. Por otro lado... ¿Podríamos ir por delante un grupo a parlamentar y que se infiltre otro grupo? - Dijo con rabia por tener que discutir planes en una situación de emergencia como esta.
Zevatur, Rolthos
Ash permanecía alerta observando, acuclillado tras los arbustos ridículamente escondido a duras penas. Era demasiado grande.
—Quizá vuestros familiares animales puedan distraer la atención de los vigías sin que resulte sospechoso. Mientras nos escurrimos al interior. Pelear sin saber dónde está la niña es peligroso para ella. —reflexionó entre susurros—. A menos que sea silencioso, rápido y letal.
Tras un mirada hacia el edificio principal se dirigió al explorador.
—¿No has visto ninguna puerta a los sótanos, Martin? ¿Ni pozo, ni bodega? Vaya unos ricos de pacotilla estos Cassalanter —dibujó una media sonrisa—. Yo creo que deberíamos evitar el combate hasta saber donde tienen a la mocosa o sea inevitable para avanzar, pero si la única manera es abatir al guardia me apunto también. Por lo de letal, ya sabéis —sonrió jactanciosamente—. Lo que sea pero rápido —asintió a Zev, compartiendo su frustración.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Demonios por todos lados, el sueño húmedo del único miembro vivo de la orden de la Rosa Negra.. o no. Resolver el enigma de la desaparición de la orden estaba al alcance, y poder dar descanso y paz a todos los compañeros perdidos. Todos aquellos pensamientos habían conseguido lo que parecía imposible, mantener al bardo callado y apagado hasta la llegada a la mansión.
-Puedo provocar una distracción..- dijo alternando gracias a su emplumado sombrero apariencias del drow.. la niña..- Carezco aún de poder para mantener una dominación de algún guardia y poder moverme por el interior de la mansión.. Si Seguimos con la infiltración podría provocar un silencio que nos envolviera.
Martin escuchó las palabras de Kath y las sumó a las ideas de todos los demás, asintiendo ante cada una de ellas.
- Me parece correcto, debemos intentar mantener el factor sorpresa, así que las distracciones que provoquemos deben parecen realmente inocuas a los ojos de los guardianes demoníacos invisibles. El silencio nos vendrá bien para que Kath y yo avancemos e intentemos abrir una brecha en su seguridad eliminando a los vigías del flanco más vulnerable y generar un corredor seguro pare vuestro avance, una vez que estemos todos dentro, y analicemos la situación con las nueva información que consigamos desde una posición interior, podremos seguir adelante.
El semielfo esperó a que el atractivo representante de la orden de la rosa negra obrara su magia sobre Kath y él, para con un gesto dar la señal de provocar la distracción. Mientras, junto a su ex-pupila, el bastardo se volvió a adentrar entre las sombras y la maleza para convertirse, una vez más, en el asesino silencioso que había intentado dejar atrás. Aunque no ver a sus objetivos gracias a su invisibilidad, iba a ascender en dificultad tal tarea.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Mientras Martin se adelantaba para echar un vistazo a las inmediaciones del lugar, Hela meditaba agazapada sobre el hechizo de Laeral. Aprovechó el regreso del semi-elfo para comentar sus sospechas:
- Es posible que el hechizo de Lareal nos haya dotado de ventajas, provocando que los nuestros sean más potentes. Supongo que lo descubriremos cuando hagamos uso de ellos -
Luego, escuchó con detenimiento la información que portaba Martin sobre los guardianes del castillo y las opciones que se abrían ante ellos. Dejó al resto debatir sobre cuál de ellas era la mejor y, ante la decisión final, asintió y se preparó para ponerse en marcha.
- También dispongo de un hechizo de invisibilidad por si es útil para alguno de nosotros - comentó mirando a sus compañeros.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Ash puso los ojos en blanco por un momento.
—Muy bien, muy bien. Kath y tú —susurró a Martin mascando su frustración—. Dadles duro. Venga, andando. Suerte —palmeó amistosamente al ranger con su manaza—. Si la cosa se complica silbad y vamos con todo.
El guerrero volvió a su posición de vigilia dando por zanjada la charla respecto de los guardianes. Lo cierto es que una cazadora seguramente era lo que necesitaban en ese momento. Miró a Kath de arriba abajo y asintió para sí.
—Cielo —susurró a Helayna perdiendo interés en cualquier otra cosa—. Guarda ese conjuro para ti. Te ayudará a colocarte en el mejor sitio para conjurar muerte sobre nuestros enemigos o incluso llegar a la niña. ¿Podrías llevarla contigo en uno de esos saltos mágicos que os he visto hacer otras veces?
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Morko escuchaba los planes de sus compañeros sin decir nada, las misiones de infiltración y sigilo no eran su fuerte, pero afirmó con la cabeza tras la afirmación de Ash y se dispuso a salir corriendo en caso de que sus compañeros lo necesitasen.
Hela mantuvo la mirada de Ash durante unos segundos de silencio para suspirar finalmente algo resignada.
- Me temo, querido, que mi hechizo no es tan poderoso, no puedo llevar conmigo a nadie en un salto, ni siquiera aunque lo lleve en brazos. Podría crear algún tipo de distracción o enviar a Gloom si es necesario. Quizá un movimiento entre los arbustos, o entre las copas de los árboles que llame la atención de los guardias, para después descubrir que es un inofensivo cuervo, pueda brindarnos el tiempo suficiente para que Kath y Martin despejen la entrada -
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Martin volvió a fundirse con las sombras las cuales parecieron abrazarle como a un hermano. Kath siguió sus pasos y, aunque no tan diestra como su maestro, se aproximó hasta la zona donde Martin había escuchado el quejumbroso demonio y su aleteo.
Los dos pudieron escuchar de nuevo la presencia del inquieto demonio. Ahora era el momento. La experiencia de Martin le decía que si el bardo creaba alguna distracción pondría sobre aviso a los ya nerviosos guardianes y la misión y, sobretodo, la niña, podrían estar en peligro.
Todo dependía de él y de que no fallara su tiro. No le gustaba, pero era lo que la Tejedora de Destinos había decretado para él al parecer.
Preparó su arco, a su lado, Kath se disponía a acabar el trabajo en caso de que él fallara, Martin podía ver que tenía la mano izquierda cerrada y podía sentir el frio que emanaba de ella mientras contenía un letal conjuro. ¿Cuando se había vuelto tan poderosa? Era una pregunta que debería ser contestada en otra ocasión. Cerro los ojos, para evitar que nada pudiera distraerle y se concentró en su oído, apuntando con cuidado para acertar al demonio y abatirlo de un solo ataque. Eso les permitiría acercarse a la finca e intentar abrir una ventana o puerta lateral.
El semi-elfo contuvo la respiración, la tensión hizo crujir un poco la cuerda del arco.
PbP Character: A few ;)
Martin concentró toda su voluntad y experiencia en ese disparo, del que dependía buena parte de su plan de infiltración. Mientras su respiración se detenía, imágenes de su pasado como asesino parecían recorrer su mente, inspirándole, cerró los ojos, puesto que no los necesitaba, y volvió a sentir esas presencias a su lado, fantasmas y guerreros del pasado, espectros que otrora habían seguido a la tejedora de destinos, sirviéndole por voluntad propia incluso más allá de su muerte, verdaderos hombres de palabra y honor, … que el semielfo admiraba, quizás algún día podría ser como ellos, aunque él sabía que era diferente, más pragmático que una persona de palabra… quizás no había sitio para él en ese futuro imaginario.
Cierta paradoja parecía traspasar aquella escena, un bastardo que intentó toda su vida ser invisible, convirtiéndose en una muerte desde las sombras, siendo ese último paso que escuchas antes de que tu garganta sea cercenada letalmente, intentando destruir justo a una criatura que se ocultaba a la vista, cómo él hacía en un no tan lejano tiempo atrás. Su mano tembló por un segundo antes de volver a estabilizarse.
Su oído escuchó la señal que necesitaba, y su diluida herencia élfica hizo el resto. El sonido, casi imperceptible a su distancia, de una garra arañando una pared sobre el muro oeste fue el detonante. La saeta salió disparada, guiada por unas plumas de color ónice en su base, un toque que el mestizo le había dado a cada uno de sus proyectiles, personalizándolos así con un detalle a su Reina. Quizás con la excusa de que era ahora el destino el que guiaba sus flechas, y si Ella lo deseaba, impactaría, puesto que ese era el sino impuesto por su juicio, y si erraba, es que la hora de su víctima no había llegado aún para ser reclamada por la Tejedora de Destinos. Quizás una excusa para evitar la culpa ante sus fallos, o quizás algo más.
No se oyó ningún grito o alarido de alarma. La flecha había alcanzado su objetivo sesgando la vida del demonio, atravesando su garganta, y dejando caer un invisible cuerpo inerte varios metros hacia fuera de los muros sobre unos arbustos altos que amortiguaron la caída y ocultaron el cuerpo a la par.
El fantasma pálido de ojos púrpura en el que se había convertido suspiró aliviado. Y haciendo una señal a Kath de que todo había salido según lo planeado, se dispuso a hacer una discreta señal a sus compañeros para que se acercaran por el flanco descubierto que acababa de abrir.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Hacía poco tiempo que Martin y Khat se habían separado para acercarse sigilosamente a la casa, mientras que el resto permanecía escondido debatiendo qué estrategia de distracción sería adecuada para ayudar a los silenciosos asesinos pero, incluso antes de que se pusieran de acuerdo, Hela intuyó a lo lejos las señales del semi-elfo indicando que se acercaran. Sorprendida por la rapidez y eficacia de ambos amigos, se encogió de hombros.
- Parece que no es necesario nuestra intervención, el trabajo está hecho. Acerquémonos lo más silenciosamente posible - susurró mirando especialmente a Morko.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Gowther acató ordenes, mientras alentaba a Helayna a vigilar cualquier señal de protección, vigilancia o defensa mágica.-Hela pongamos atención en cualquier seña arcana de peligro. Con tu visión mágica y nuestros conocimientos deberíamos poder anticiparnos.-Tras esto, avanzó con sus compañeros de la manera más sigilosa que pudo.
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Ash asintió a Helayna y disimuló una sonrisa cuando la elfa miró a Morko.
—Muy bien, pero no os entretengáis —susurró a Gowther mientras emprendía la carrera hasta la posición de los miembros más adelantados.
Corriendo como un gamo se plantó junto a Martin y Kath. Lanzó un par de miradas suspicaces a la casa, en busca de una ventana abierta o un acceso al sótano, pero enseguida se dirigió al la pareja de avanzadilla.
—¿Y ahora por dónde? —susurró a Martin.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
El Semielfo no contestó al fornido guerrero de esculpidos biceps, sino que señaló hacia una dirección sobre una pequeña atalaya que rodeaba el muro exterior de la hacienda.
- Hay que trepar, o si alquien es capaz de levitar, eso facilitaría el paso a los demás si consigue amarrar una soga allí arriba. Es crucial que no hagamos ruido alguno ... quizás si se usa algún hechizo que eleve a Morko, éste podría acceder sin ejercer ningún sonido sobre su pesada armadura, y de paso fijar la cuerda para el resto.
Martin esperó a que sus compañeros se organizaran para moverse dentro de la infernal Mansión de los Calassander.
" ¡Oh la Oscuridad...! "