Balakar avanza hasta la base de las escaleras y mira a su anterior señor.

"Deberías haber dejado que la gargantilla hiciera su trabajo. Ahora será más doloroso"

Apunta hacia Olthanas con su maza y un rayo sale de la punta de la misma atravesando la estancia y causando que todo lo que este en su paso sea sacudido por la enorme energía que desprende el rayo.

No sólo Olthanas se ve afectado, Ronad, Ash y Gowther, así como la hidra, se ven envueltos en el fuego cruzado. 

Luego sigue avazando hasta llegar a las escaleras, pero allí, al pie de las mismas, se encuentra con Kath, que corta su mano al desenvainar sus hojas y se lanza al ataque con ellas para intentar detenerla.

 Tanto Olthanas como la hidra son impactados por el rayo, y aunque el joven señor parece aguantarlo bastante bien, la hidra pierde dos cabezas, electrocutadas por la hechicera. 

Kath consigue cortar la pierna de la maga que trastabilla al pie de las escaleras.

 Gowther, aunque su agilidad y sus ilusiones le ayudaron a prevenir parte del daño, el gran hechizo de Balakar demandaba emplear métodos complementarios... Levantar un baluarte de energía para protegerse era la mejor opción.

En el último momento Ash se aparte da la trayectoria del rayo evitando lo que habría sido una muerte segura. Sin embargo arcos voltaicos lamen su cuerpo haciéndole aullar y tambalearse.

8

Salvacion de destreza

Centrado en la hidra roland no ve el ataque de Balakar hasta que es demasiado tarde, el rayo le impacta de lleno, haciend que se desplome en el suelo.

Martin observa como el rayo atraviesa la estancia causando terribles estragos en aliados y enemigos, Ash apenas se tiene en pie aferrándose a un último aliento de vida mientras pequeñas descargas eléctricas aun recorren su cuerpo. Roland, tumbado en el suelo, convulsionando entre horribles estertores. Con ira en su interior, el pícaro aprieta sus dientes al darse cuenta que si sigue atacando a la Hidra, va a causar más problemas que ayudar, al no poder cauterizar las heridas y generar más cabezas con sus ataques. 

Con una mirada llena de odio y oscuridad, decide cambiar su objetivo ahora que Kath está sola con la gigante hechicera, con una finta rápida, el asesino esquiva fácilmente la amenaza de la Hidra y carga hacia su nuevo enemigo concentrando toda su angustia en un único golpe preciso y mortal.

La daga de Martin atraviesa la distancia que le separa de Balakar y le provoca un profundo corte en la ceja. La sangre mana profusamente de la herida, cegándola momentáneamente. 

-¡NO! Es imposible. Sois muy pequeños, débiles... - dice incrédula la gigante. 

-Siempre has menospreciado a los que no son como tú... ni de raza, ni de clase. Por suerte mi madre me enseñó mejor antes de que la mataras. - 

La voz de Olthanas suena extrañamente calmada, pero Kath ve cómo aferra su arma hasta que los nudillos se tornan blancos. 

- Vas a morir - asevera y ataca a su traidora consejera. 

 Con su primer golpe la maza de Olthanas rompe el cráneo de Balakar, que sólo puede mirar con horror como su destino y sus aspiraciones acaban cuando la terrible arma describe su mortal arco. 

Kath no puede evitar la sangre ni los restos, pero se aparta lo que puede.

Sin apenas un sonido, con la cabeza destrozada el cuerpo de Balakar cae al pie de las escaleras, pero Olthanas vuelve a atacar, una vez, y otra más, y otra, convirtiendo el cuerpo en una masa sanguinolenta. Grita de dolor, rabia y frustración mientras sigue golpeando a la que fue la consejera de su padre. 

Tambaleante y exhausto repite los pasos con la inercia que proporciona la práctica de un profesional, haciendo bailar las espadas hacia las cabezas de la hydra.

 //Dado que impacto vuelvo a usar Menace y hago 7 daños más.
//Olvidaba el Enlarge, 7 daños más

Ash se mueve con agilidad y precisión. 

Se ha dado cuenta de que sus armas pueden causar más problemas que soluciones si sigue cortando las cabezas, así que decide ir al foco del problema. 

Usando sus dos armas con un corte circular y ascendente, abriendo los brazos en un amplio arco, cercena la cabeza que tiene encima. Sin dejar de moverse, girando sobre sí mismo mientras la sangre cae sobre él, se mueve por debajo de la cabeza y el cuello que caen sin vida al suelo y, de espaldas, clava sus dos chicas en el pecho de la enorme criatura, atravesando su corazón. 

Con un bramido de dolor la hidra se desploma en el suelo, algunos cuellos aún agitándose y pequeñas cabezas que habían empezado a crecer boquean en busca de aire. Pero es demasiado tarde. 

La batalla, breve e intensa termina y Olthanas por fin deja de golpear el cadaver de Balakar. 

Morko se arrodilla ante Roland y utiliza los poderes otorgados por Moradin para devolver al clérigo de las puertas de la muerte. 

El gigante se vuelve, intentando calmar su agitada respiración y mira al grupo. 

- Habéis realizado un gran servicio a mi casa hoy. Esperaba poder conocer a algunos héroes de la Gente Pequeña y poner los cimientos para lo que podría ser una tregua, antes de que mi padre se lance a una guerra que no creo que traiga más que desgracia y muerte a mi casa y a vuestros pueblos. Pero habéis hecho mucho más. - 

Se escuchan unos pasos apresurados en el exterior y por la misma puerta por la que llegaron ellos aparece el anciano abuelo de Olthanas. 

Ambos gigantes intercambian unas palabras en su idioma, susurrando entre ellos y finalmente Olthanas les dice.

- Por favor, aceptad nuestra hospitalidad por hoy. Volved a la Torre donde encontrasteis a mi abuelo y disfrutad de un merecido descanso y baños. Cenaremos esta noche tras preparar los cuerpos de nuestros caidos y disponer de... eso. - dice señalando los despojos de Balakar. 

Ash se desploma hacia atrás sobre el cadáver de la hydra disfrutando del momento con una perlada  sonrisa de satisfacción.

-Y así amigos míos se mata una hydra -se retira el pelo de la frente empapado en sangre y sudor- Ash el magnífico, destructor de hydras, lo ha vuelto a hacer.

Ash tose sangre y trata de incorporarse.  Retira sus espadas del cuerpo de la bestia con cierto esfuerzo se reúne con sus compañeros con paso tambaleante. 

-Espero que tengas vino, socio -comenta al gigante.

Martin recoge su daga con la sangre de Balakar y la limpia cuidadosamente mientras se acerca a Kath, la toca en el hombro con una señal de aprobación y de paso para cerciorarse de que la chica no ha sufrido demasiados daños, sin decir nada más, sólo compartiendo su mirada de orgullo, se dirige a los demás felicitándoles, se pasea al lado de Roland también para comprobar que está en buen estado a pesar de los daños críticos causados y sonríe a Ash cuando le ve tumbado sobre el cuerpo de la Hidra besando sus propios biceps.

Intentando contener algún gesto de dolor que delate el estado de sus propias profundas heridas causadas por las salvajes dentelladas de la defenestrada Hidra, comenta a lo demás:

- Hemos hecho un buen trabajo... pero lo que necesito justo ahora es un baño... me retiro a las termas.

Comprobando que está cubierto de sudor, sangre propia, sangre de la bestia y restos de Balakar que saltaron tras ser convertida en pulpa por Olthanas, el semielfo se da un largo paseo disfrutando de las vistas por los puentes de la fortaleza flotante hasta las termas donde se desnuda completamente entre quejidos de dolor y se sumerge, cerrando los ojos e intentando sacar de su mente la visión del abuelo Gigante desnudo y sus enormes "dotes"...

Gowther varió su postura, envainó el arma y le hizo un gesto a Luthien para que se acercara. Este posándose en su hombre acercó su cabeza a la cara del elfo como seña de felicitación. 

-Has trabajado bien amigo...

Tras esto, se acercó a Olthanas y le dijo:

-Ha sido un combate interesante. Me alegra que hayamos podido llegar a tiempo, aunque no lo suficiente por sus camaradas...-Haciendo una pausa por respeto a los asesinados- Tal vez, debamos analizar la comida y la bebida del castillo. No sabemos lo que Balakar decidió envenenar para acabar con vos y con los demás. Parece ser que Martin es un experto en este tipo de cuestiones.-Dijo mientras dirigía una mirada con cierto respeto hacia el. De alguna manera el combate había cambiado parte de la imagen que Gowther tenía sobre el grupo-También sería interesante poder inspeccionar más a fondo los aposentos de Balakar para obtener algún tipo de información adicional. Puede que su interés por provocar una guerra vaya de la mano de otras cuestiones externas a los suyos. Si me lo permite, antes de descansar querría poder investigar un poco.

El sensación de triunfo es fugaz para Zevatur. La admiración a sus compañeros efímera. - Ash! - Exclama haciéndole un gesto de aprobación con el índice arriba. En sus ojos sin embargo se percibe una tristeza fundamental.  

- La traición de alguien de confianza es uno de los más duros golpes que uno puede recibir, Olthanas... Mis más sinceras condolencias. - Dice con seriedad, recordando con dolor la nueva identidad de Talis. - No dejéis que su traición siga hiriendoos. Hay gente de confianza en la que uno puede apoyarse y en la que confiar. - Dice echando una breve mirada a sus compañeros, con una tranquila sonrisa, y olvidando el dolor de las heridas y de las traiciones.

 - Un baño, comida, alcohol! Me vendrán bien! - exclama, mucho más alegre que tal solo hace unos segundos.

Roland asiente - Será un placer retomar las conversaciones después... Un descanso nos vendrá bien. - Al oír la propuesta del elfo intercede. - Quizás sea mejor dejar los asuntos internos de los gigantes en sus más que capaces manos. Aunque si necesitas ayuda, por supuesto podéis contar con nostros!... A mí personalmente un descanso me iluminará el día.

Gowhter miró a Roland algo sorprendido por la despreocupación, a su juicio atrevida, tras los acontecimientos que habían pasado. No obstante, el combate no había sido igual de benévolo para los miembros del grupo.-Durante el combate apenas salí herido. Entiendo que en vuestro caso no fue así y por ello no veo inconveniente en que os adelantéis a descansar. En realidad no me demoraré mucho, ya dimos con gran parte de lo que podíamos encontrar. Además está la sustancia venenosa empleada por Balakar que no podemos dejar para después.-Mirando a Roland con cierto atisbo de camaradería.

Morko comprueba que las peores heridas de sus compañeros han sido atendidas y da gracias a Moradhin. Mientras limpia su hacha, escucha las conversaciones de la sala dice:- Yo puedo purificar la comida y bebida, pero necesito descansar para ello. No sabemos que pudo envenenar Balakar, por lo que quizás lo más seguro es que compartamos nuestras raciones hasta la purificación.

Volviéndose hacia Gowther dice:- Me parece bien que lo revises, no sabemos si Balakar puede tener algún aliado en el castillo que pueda destruir alguna prueba, aunque lo dudo,  ya que no ha recibido ayuda durante el combate. Si quieres yo te puedo acompañar. Cuanto antes acabemos, antes podremos darnos ese baño, que ahora mismo se me antoja irresistible.

 - Vuestras intenciones son de lo más admirables, pero os recuerdo que somos invitados de los gigantes en su casa. No deis por sentado que deseen que deambulamos por ahí husmeando en sus asuntos. Por supuesto la oferta de ayuda en cualquier investigación es sólida y honesta. - Dice Roland haciendo un leve gesto con la cabeza a los gigantes. 

Kath deja que las llamas de sus armas se extingan y comparte una mirada de satisfacción con Martin. Cuando oye hablar del baño añade

- Es lo más sensato que habéis dicho en todo el día - dice apartándose un mechón empapado en sangre de la cara. 

- No os preocupéis por la comida y la bebida - dice el anciano gigante - esos cocineros que tenemos son habilidosos, pero si no andan probando cada plato que preparan y dándose buenos tientos de nuestros vinos yo soy un mediano. - el gigante sonríe, parece que su opinión sobre estos Gente Pequeña ha subido mucho. 

Escuchan la propuesta de Gowther y le dicen.

- Agradecemos tu oferta, pero de momento tenemos cosas que atender. Descansad, luego podremos investigar sus aposentos tranquilamente. Ahora debemos atender a nuestros caídos. Tomad tantas habitaciones de invitados, que son las que están a la izquierda de la cocina, necesitéis para acomodaros. Pero tened en cuenta que la primera de todas la ocupa mi abuelo... no querréis compartir habitación con él, si duerme allí, alejado de los aposentos principales, es por una buena razón... - les dice guiñándoles un ojo. 

Unas horas más tarde el grupo está sentado a la mesa de Olthanas, en el gran salón que descubrieron antes pero donde no entraron por no perturbar a los dos enormes sabuesos que dormitaban cerca de la hoguera. Al entrar en la sala, los dos animales habían levantado la cabeza, olisqueando a los extraños, pero un gesto y una palabra de Olthanas habían bastado para que volvieran a echarse, tranquilos. 

La comida es, en efecto, exquisita y el vino y la cerveza no faltan en la mesa. Los criados goblin van sirviendo la mesa y ocupándose de las necesidades de los invitados y sus señores. 

Tras un sueño reparador y después de llenarse el buche con las viandas de sus anfitriones, Ash se sentía con fuerzas para conversar. Ya era hora de saber en qué pantano estaban metidos.

-Todo estaba estupendo, gracias - se limpia la boca con el dorso de la mano- entonces esa Balakar... ¿cómo ha sido capaz de hacerse con un veneno tan sofisticado? ¿alguna idea?... en la habitación secreta no había ni rastros de alambiques ni nada parecido para destilarlo... ¿es posible que tuviera algún compinche?... ¿qué sabéis de los responsables de los ataques de dragones en el norte?

Bebe de su copa esperando la respuesta de los gigantes o de sus compañeros en menor medida.

 Con el estómago algo dolorido aun por el veneno el tiefling no tiene problemas en irse a dormir sin cenar nada. Tan solo se permite una rápida sonrisa a Kath. – ¡Has estado impresionante, Kath! Me alegra tenerte a nuestro lado. – Ya en la habitación el cansancio le vence rápidamente y ni el dolor de las magulladuras de los mordiscos de la hidra le molestan en el sueño y pronto duerme arropado en las gigantes sábanas.

Zevatur recibe la mañana con una sonrisa y con un hambre voraz. Y aunque la presencia de los goblins le produce cierta incomodidad, pronto la abandona. Aun con la boca llena de comida asiente a las palabras de Ash sin parar de comer.

Roland asiente a las palabras de los gigantes y va a la habitación a dormir y rezar a su dios. Tras el sueño y las plegarias se siente reconfortado y animado en el banquete. Siguiendo las palabras de Ash añade: - Sin duda el asunto del veneno es inquietante, pero alguien con las conexiones y las responsabilidades de Balakar podría haberlo conseguido con cualquier pretexto... ¿Creéis que la conspiración va más allá de Balakar? – Espero que algo así no ponga en riesgo la incipiente paz entre los dos pueblos.