Śēra esta feliz de la aceptación que tiene el "pequeño" Saṭīḍ con la barde - quieres tocarle? jajajajaja claro! le encantan los mimos! - tras esto, mira a satir y hace un gesto con la mano en forma de media luna y la gran bestia cae de costado y recoge las patas delanteras mirando a Jen hace un "prrrrrrr" super grave - ... Ten cuidado, como le des muchos mimos, no te va a dejar en paz jamás jajajajajaja

Le barde no se lo piensa dos veces y se tira en plancha a la espesa melena -ES MUY SUAVEEEEEEEE!!!!!!!!- abraza con sus delgados brazos el enorme cuerpo del leon y se queda pegade cual lapa -Que otro vaya a buscar a Aisha y Cruços! Que yo de aqui no me muevo! Es muy blanditoooo!!!!- parece un niño en una feria

- ¡Hermosas criaturas! - exclama Nessa al ver al caballo de Rolthos y al león de Sera.

Pero tras un rato admirándolos, y viendo que Jen no tiene pinta de parar de jugar, menea la cabeza se va.

Prepara los caballos, atando a dos de ellos al carro, y comprueba el estado general del mismo, asegurándose de que las ruedas estén en buen estado. "No queremos que se parta una de estas a mitad de camino...".

A Céfiro, su caballo, le da una manzana, mientras le acaricia cariñosamente. Recordó cómo de niña le había pedido a sus padres aprender a montar a caballo, a lo que recibió una negativa, con el razonamiento de que eso no lo necesitaba en su día a día. ¿Acaso iba a necesitar salir del pueblo alguna vez? De hecho, si hubiera sido por su padre, Nessa no habría salido jamás de la cocina de su casa.

"Un pequeño sueño cumplido", pensó la ranger, pasando la mano por el cuello del animal.

Unos minutos más tarde, acude a la habitación de Cruços, avisando desde fuera de que está todo listo para irse.

Y, mientras el grupo se reúne, espera tomando un último café en la ahora tranquila posada. Cada sorbito de bebida caliente la aleja más y más de los horrores de los últimos días ...

La aparición de la majestuosa montura de Sera sorprende a Rolthos y con admiración hace una leve reverencia al enorme león - ¡Es todo un honor conoceros Saṭīḍ! - Exclama. - Leones alados... ¿quizás más adelante? - Dice mirando los costados de la criatura, buscando las alas. Luego se aparta, dejando a Jen espacio para abrazar y jugar con la montura.

 - Sin duda las ancestrales ordenes de paladines tenían más recursos y poder, es una lástima que tanto poder se haya perdido en los tiempos y quizás en el desgaste de la lucha contra Iuz. Quizás tengáis la oportunidad de reunir los remanentes de vuestra antigua orden, o de rearmarla por completo. - Comenta a Śēra. Dice mientras coloca a Rayotronador la silla de montar de su antigua montura. - ¿Habéis considerado esa opción?

 Luego se reune con Nessa y le ayuda a preparar el carro, con su caballo extra. Con cuidado prepara unas camas de paja cubiertas de mantas para los enfermos.

 - ¿Partamos? - Dice subido en el negro corcel, la brisa agitando levemente su pelo, las crines y la ajada túnica.

Los dos compañeros enfermos son los últimos en unirse al grupo y se tumban agradecidos en la parte trasera del carromato. Abandonan el pueblo, seguidos por las miradas de los que aún están mirando cómo arden los ahora silenciosos e inertes árboles. 

Para cuando llega el momento de acampar el grupo ha llegado sin incidentes a una zona mucho más amable con suaves colinas cubiertas de hierba. 

Todos se preparan para pasar la noche al raso. 

Tras largas horas de viaje, Nessa se adelanta montada en Céfiro para buscar un lugar adecuado para pasar la noche. Habría deseado llegar a Greyhawk en el mismo día, pero tampoco parece conveniente presionar a los enfermos, que necesitan descansar bien. Aisha parece estar recuperándose, pero el estado de Cruços es realmente preocupante...

Por suerte, localiza un punto adecuado. Una bajada de una colina - que permitiría tener sus espaldas cubiertas - que además queda semioculta por un grupo de árboles. Vuelve junto al grupo para avisarles y conducen el carro hasta el lugar. Dejan que el cazador de sangre descanse en el carro, tapándole bien para que la noche a la intemperie no acreciente su enfermedad.

- Yo haré la primera guardia. Lo Kan, ¿me acompañas?

Tras gesto afirmativo del goliath interviene Jen, que dice:

- Yo haré la segunda, si alguien la hace conmigo.

Rolthos se ofrece a acompañarla.

Con esto, todos se disponen a descansar, esperando que la noche sea tranquila y sin sobresaltos.

Jen despierta horas mas tarde con el pequeño zarandeo de la cazadora en su hombro -hhnngg....- Se queja en primera instancia, pero luego frotándose los ojos se despereza y se une a Rolthos en la vigilancia.

En lo que están pasando el tiempo, Jen se dedica a practicar de cuando en cuando unos trucos de manos con una bola de cristal transparente, cuando escucha el quejido de Cruços en sueños. Mira al hombre lobo con cara de preocupación.

-Rolthos...Debo admitir que tengo miedo.- Suspira.- Temo que no lleguemos a tiempo a Greyhawk para salvar a Cruços, y muera en nuestros brazos. No hace falta ser muy listo para ver que la infección se lo está comiendo por dentro... Y aunque no hayamos empezado con el mejor pie, no me parece motivo para dejarle morir a la intemperie... Creo que debería llegar a la ciudad cuanto antes. -De su mochila saca un pergamino y empieza a garabatear una nota.

- No te lo pediría si tuviéramos monturas corrientes, pero tanto tú como Sera poseeis animales divinos, y creo que pueden ir mas rápido que nuestros caballos. - Se quita una pulsera y ata la nota con ella. - Hay un médico en Greyhawk. Julian Devorak. - Le tiende la nota.- Llévate a Cruços, encuéntralo, y dale esto. - Vuelve su vista de nuevo al cazador de sangre- No creo que aguante mucho más...

- Tienes razón pero prefiero acercarme un poco más a la ciudad. En estás colinas nos atacaron a la venida. Será más seguro avanzar un poco más. Mañana podemos intentar acelerar la marcha como sugieres. A Rayotronador, creo que si lo invoco de nuevo podría refrescarle. 

Rolthos coge la carta de Jen. - ¿Y dónde dices que le puedo encontrar? - Dice asintiendo a sus palabras. - Greyhawk es muy grande.

-Está bien. Pero no podeos demorarlo más. -juguetea de nuevo con su bola de cristal, nerviose. -Julian trabaja en la universidad. De estar en algún lado, estará allí. No es la primera vez que tengo que ir y arrancarle de su escritorio con espátula. Es muy dedicado. -Suspira.

Por la mañana Rolthos examina de nuevo a los enfermos. El aire fresco parece que le ha sentado bien a Cruços . Sin embargo, a Aisha parece que el sol no le ha hecho demasiado bien. Rolthos piensa que una clériga de la luz quizás tenga cierta afinidad a las sombras mientras que Cruços tenga cierta afinidad al campo abierto.

Nessa menea la cabeza

- No me gusta la idea de dejar de lado la opción del médico, cuando los intentos divinos hasta ahora han fallado. Intentemos ser óptimos y juntar a todos los implicados en un sólo lugar, ¿vale?

Dicho lo cual, se aleja un poco de sus compañeros hasta encontrar un claro en el que no haya árboles. Saca un pedazo de comida de sus raciones y se la pone en la mano extendida. Después murmura unas palabras para sí misma, se lleva los dedos índice y pulgar de la otra mano a la boca y lanza un silbido. Espera unos segundos, mirando hacia las nubes y el grupo ve cómo un ave baja hasta posarse en su muñeca. El pequeño gavilán se pone a comer de su mano y se queda quieto, como si esperara una orden de la ranger.

 Llevando al animal de vuelta con cuidado, hasta sus compañeros, Nessa pregunta:

- ¿A dónde vais a llevarles, Rolthos? ¿A qué templo? Y Jen, por favor, descríbeme detalladamente a Julian y dime exactamente dónde trabaja. Vamos a enviarle a este mensajero para que vaya a ver a los enfermos en caso de que los clérigos fallen. Así optimizamos tiempo y no moveremos a Aisha y a Cruços innecesariamente.

 - Iremos al de Lanthander. Aunque aisha tenga contactos alli, no me lo conozco bien, prefiero ir a donde conozco donde esta y con quien puedo hablar.   

... Disculpen que no pueda dar mas ayuda en este tema, creo que mis conocimientos de a donde habría que llevar a un enfermo en este estado son un poco.... anticuados... - dice Śēra - ... mi lògica me dice de llevarlos al templo con mayor reconocimiento a la hora de tratar enfermos, lo que decidan, estare preparada para ayudar en todo lo que me sea posible, conocen su tiempo mejor que yo... - Śēra se ve muy preocupada y se siente inutil al no poder ayudar mas... pero trata de mantener la compostura lo mejor que puede, acercandose a Saṭīḍ para cepillarle un poco y asegurarse que este dispuesto para el viaje que tiene delante - Puede que tengamos que cabalgar veloces y durante màs tiempo del que deberiamos, intenta reservar tus fuerzas para esa posibilidad viejo amigo - dice a Saṭīḍ mientras apoya su cara contra la de su Leon.

A Jen se le colorean las orejas y se le desencaja la mandíbula al oir al paladín.

-Eres un cabezota, Rolthos.-Espeta. -Está claro que los dioses no han podido hacer nada por ellos en este tiempo. Pero haced lo que os de la gana. Si mueren no es culpa mia. - gruñendo, se sienta junto a Nessa y se pone a describir a Julian.

-Pelirrojo. De pelo rizado pero corto. Alto. De hombros anchos. Tiene la nariz aguileña, y es muy pálido. Lleva un parche en el ojo, tiene un defecto de visión...- Sigue describiendo al Doctor, y de vez en cuando murmura y niega con la cabeza.

Nessa transmite al gavilán la descripción de Julian Dvorak que le da Jen, así como la ubicación de su hospital. Después transmite el mensaje que va a portar el animal. Sabe que sólo puede transmitir unas pocas palabras, así que intenta ser breve:

- "Dos amigos de Jen están enfermos, llegarán mañana al templo de Lanthandther. Por favor, ayúdales."

Emplea el resto de palabras en describir los síntomas de Cruços y Aisha, para que el doctor pueda acudir al templo lo más preparado posible.

Después eleva la mano y el gavilán echa a volar hasta su destino.

- Espero que funcione... Pongámonos en marcha.

El estallido de Jen le sorprende a Rolthos que se queda inmóvil un momento. “Aun necesitamos unos dias para descansar de esas ruinas” reflexiona antes de prepararse para la larga marcha.

Se acerca al recién montura… - Rayotronador… recién nos encontramos y ya voy a demandarle esfuerzos extraordinarios. - Rolthos mira preocupado a Crucos y Aisha. - Necesitamos llevar a nuestros compañeros a la ciudad, deben curarles cuanto antes. Y necesitamos su velocidad. - Con cierta tristeza por haber invocado a una criatura a este mundo para hacerla sufrir ya en el primer día le acaricia el lomo calmadamente.

Al fin, con Cruços subido en la grupa de Rayotronador, Rolthos mira a Sera con Aisha subida en el majestuoso león. Mirando a sus compañeros les saluda con la mano. Rayotronador se mueve ya inquieto y ansioso por cabalgar vekor, por demostrar su fuerza y velocidad. Deseoso de validar su orgullo.

Al fin, con un asentimiento a Sera se pone en marcha. - ¡Nos vemos en Greyhawk! - Los cascos de caballo resuenan en la tierra de las colinas, cada vez mas lejanos. Y pronto se pierden por entre las verdes colinas.

Śēra asegura a Aisha encima de Saṭīḍ, luego monta ella, el leon se levanta, se estira, agita un poco la melena, y esta dispuesto para partir veloz.

Cabalga agil con alas en el viento y seguro como zarpas en el suelo... - Dice Śēra a Rothlos tras lo que, da un ligero golpe a las riendas y Saṭīḍ lanza un fuerte y sonoro rugido, tras lo que sale corriendo veloz intentando no perder a la montura del paladin... Se pierden en el horizonte....

Los dos paladines cabalgan rápidamente en sus monturas, el caballo tomando ligeramente la delantera al místico león, pero aún así cubriendo una gran distancia a más velocidad que a la que iban en el carromato. Ambos pueden sentir a sus compañeros ardiendo de fiebre entre sus brazos. 

Cuando la noche cae, los dos paladines paran, sus monturas resoplando, el negro pelaje del caballo de Rolthos cubierto de sudor. Con cuidado, dejan reposar unos minutos a los enfermos en el suelo. Cruços es capaz de ayudar a Rolthos moviéndose un poco, pero Aisha no se despierta de su febril sueño. 

Tras constatar que la elfa ha empeorado mucho desde que abandonaron las ruinas, mientras que Cruços parece aguantar, y con un agradecimiento a ambas monturas, las despiden a su plano celestial y rápidamente comienzan el ritual para llamarlas de nuevo. 

Diez minutos después, y tras beber para sí mismos un poco de agua, los paladines vuelven a subir a sus compañeros a las monturas y reanudan la marcha a la luz de la luna creciente que aparece entre las nubes. 

Sera siente su espalda y piernas doloridas. Tantos siglos en hibernación parece que le pasan factura. Apenas presta atención al camino, concentrada tan sólo en seguir la grupa del caballo de Rolthos, confiando en que su nuevo amigo sea capaz de seguir el camino que les indicó Nessa. Tal y como están los enfermos, en especial Aisha que tiembla entre sus brazos, no cree que sobrevivan mucho más.

Calbagan y cabalgan apenas sin parar para comer e invocando de nuevo sus monturas cuando están al borde de caer rendidas.

Por suerte sus plegarias son escuchadas cuando, al amanecer del segundo día ven las murallas de la ciudad de Greyhawk en la distancia. 

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Nessa, Jen, Seth y Lo Kag ven salir al galope a los paladines con sus amigos enfermos. Esperan que lleguen a tiempo, pero ya no pueden hacer más por ellos. Preocupados continuan todo el día con el carromato hasta que llega la noche y acampan a un lado del camino. Lo Kag enciende un fuego y prepara el campamento para pasar la segunda noche desde que salieron de Oakthrust, la primera desde que los paladines partieron. 

- ¿Cuál es el siguiente paso ahora? - pregunta Lo Kag a Nessa. 

- Establezcamos guardias y crucemos los dedos para que nos dejen pasar una noche tranquila. Si no hay novedad, por la mañana reanudaremos la marcha.

Propongo al goliath hacer juntos la primera guardia, mientras que Jen y Seth harán la segunda.

Mientras hacemos la guardia, charlo a ratitos con Lo Kan, preguntándonos si nuestros compañeros estarán bien, si el doctor amigo de Jen habrá llegado y habrá podido ver a Cruços y a Aisha. La noche se hace larga con la preocupación por nuestros amigos...

Rolthos mira con esperanza las murallas y sonríe hacia Sera - Al fin, !Ahí esta!- . Pero pronto suspira preocupado. Quizás los guardias pongan alguna pega a la entrada de gente claramente enferma a la ciudad... o quizás pongan pegas a la montura del Sera. Pero sin tener mas opciones acaricia la cabeza de Rayotronador - Vamos... un poco más... debe de hacer un último esfuerzo... - Le alienta a su montura mientras acelera hacia las murallas. "Tienen heridas infectadas, no es contagioso" "Es la montura de un paladin, no hay de que preocuparse" prepara con gesto preocupado. Los anteriores problemas con la guardia sembraron desconfianza la organización en la que antes tanto había confiado.