Nessa se despierta tras unas horas de descanso que no le han sentado tan bien como le gustaría. Tarda unos segudos en desperezarse, y lo primero en lo que piensa es en comer algo, y después en el extraño tiefling que se les unió anoche. "¿Se habrá quedado de guardia con Jen?". Termina de levantarse y tras frotarse los ojos comprueba que algo no va bien ...

- ¿Qué narices? - exclama cuando ve a Jen y a Seth durmiendo.

Y para más inri, Dekket no está. "Ay, dioses.....", piensa mientras agita a los que se suponía que estaban de guardia.

- ¿Chicos? ¡Qué ha pasado! ¿Y vuestra guardia? ¿Dónde está el tiefling?

Preocupada por si se ha llevado algo, empieza a revisar sus pertenencias y el estado general del campamento, y busca algún rastro de huellas que haya podido dejar Dekket al irse.

Unos confusos Jen y Seth explican que el tiefling les pregunto por sus aventuras y les pidió amablemente que se fueran a dormir, cosa que hicieron sin dudar porque ¿por qué iban a negarse a las peticiones de alguien tan sumamente encantador?

Mosqueada, termina de inspeccionar el equipamiento del equipo y va al carro donde comprueba con horror que las armas de piedra ya no están. La retahíla de juramentos que suelta después es larga, y la patada que la ranger le da al carro en su arranque de rabia, dolorosa. Pero lo que más le duele es el orgullo por haber confiado ciegamente en Dekket.

- En qué estaba pensando, ¿¡en qué!?

Recuerda al cazador de sangre tildándola de inocente y confiada, y no le queda más remedio que aceptar que tenía buena parte de razón.

Su frustración no hace más que aumentar cuando ve que el rastro del tiefling no lleva a ningún lado. Aunque hay algunas huellas en dirección a Oakhurst, y también en la zona donde apareció por primera vez, estás desaparecen por arte de magia rápidamente. Como si Dekket de hubiera teleportado...

En un último acto desesperado, invoca a la magia arcana para poder detectar la ubicación de la espada de piedra, pero tal y como se imaginaba, no obtiene resultados. 

Tristes y frustrados, los compañeros acaban por montar el carro y se ponen de nuevo en camino a Greyhawk...

- Grmhlrtgrhl cof cof Tre co dije... COF COF...siempre stentos... - el cazador continúa balbuceando en delirio constante - sí, así cof cof, tú sí que sabes manejar es brleergstia constrictor COF cof ¡¡¡CUIDADO CON LAS BARBAS!!! GRMlrizzzzz

Frustrados, enfadados y derrotados el grupo retoma el camino hacia Greyhawk. La vuelta es triste e incómoda, salpicada por intermitentes chaparrones de agua fina y fría que parece ser capaz de calar todas sus ropas. 

Su único consuelo es pensar que los paladines han llegado un día antes a la ciudad y hayan podido salvar a sus amigos. 

A media mañana del tercer día el carromato llega a la puerta norte de Greyhawk y dejan a los caballos y el carromato al cuidado del mismo mercader pelirrojo de profusa barba que tan amablemente les vendió los caballos. Su anciana madre se alegra tanto de ver de vuelta a Nessa que le da un cariñoso abrazo. 

Nerviosos se dirigen al templo de Pelor, el Dios de la Mañana, donde Rolthos les dijo que se dirigiría con los dos compañeros enfermos. No han sabido de ellos desde que se separaron hace tres días en el camino. Cuando llegan a los terrenos del templo y comienzan a cruzar los jardines hacia la catedral ven a Serâ caminar junto con Rolthos y Cruços por los jardines. El cazador de sangre lleva una simple túnica blanca y aunque está ojeroso y algo pálido aún su sonrisa ha vuelto a su rostro y su mirada vuelve a tener el brillo pícaro que le caracteriza. 

Nessa abraza a sus compañeros uno por uno, y se detiene especialmente en Cruços, por no haber estado segura de volverle a ver con vida. Durante un momento de olvida por completo de la pérdida del escudo y la espada de piedra.

Tras un momento de saludos, sonrisas y abrazos pregunta:

- ¿Y Aisha? 

Mira por encima de los hombros de los compañeros por si estuviera tras ellos, en algún lado. Al no verla, dice:

- ¿Sigue en cama?

Flashback

Jen no paró de disculparse toda la mañana del dia siguiente, estrujándose la cabeza tratando de recordar si tanto elle como Seth fueron presa de algún hechizo, pero no logra recordar nada. Frustrade, decide guardar silencio y no liarla más. Tarda un poco de tiempo en volver a hablar con Nessa, avergonzade de haberse dejado engañar por un ladrón.
"Sabías que mentía..." Se dice para si misme mientras va en el carromato "Sabías que mentía y no protegiste a tu grupo... A tu nueva familia". Entierra la cabeza entre las manos y las rodillas "Qué clase de aventurero estás hecho?" Sigue machacándose mentalmente, lo cual hace que llegue agotade a Greyhawk

Fin del flashback

Traga saliva al llegar a las puertas de la ciudad, esas por las que hace tiempo atrás salió corriendo como alma que lleva el diablo. Cambia su máscara al llegar a la ciudad y de pronto quien está con ellos es Jen, pero como si le hubieran puesto la piel de une humane. Casi no parece Jen, antes toda una explosión de color y vivacidad. Ahora parece una muestra de diferentes tonalidades de marrón. Su pelo sigue con el mismo corte, pero de color negro, y sus ojos son marrones. Su cara es la misma, con la graciosa nariz respingona, pero su tono de piel es tostado, como el de los humanos que pasan la vida en el mar. Se encoje de hombros cuando Seth le mira ojiplático.
-¿Qué? ¿Demasiado normal?- Intenta bromear pero la gracia no se ve por ninguna parte.

Sigue cabizbaje a Nessa y el resto, tapándose con la capucha de su capa, intentando no cruzar miradas con nadie, no fuera a ser que se encontrara con alguien de la troupe del circo, o algo peor...

Al ver a Cruços recuperándose en el templo una debil sonrisa asoma en sus labios. Al menos había esperanza para ellos. Saluda al resto del grupo.
-Me alegro de veros.-

Cuando los compañeros llegan al templo de Lanthander Rolthos les recibe. El cansancio del camino aún pesa sobre sus hombros, haciendo que su espalda este levemente encorvada. Las ojeras de no haber descansado ensombrecen aún más su mirada y el polvo del camino aún ensucia su ropa.

 - Aunque vivirá, tengo malas noticias respecto a Aisha. - Su voz más grave y lenta acompaña su demacrado aspecto. - La infección era terrible y los conjuros disponibles no han podido salvarle la pierna. Julian ha tenido que amputarla. No había ninguna otra opción. Está en esa sala, aun débil... En cuanto la podamos mover la llevaremos a su templo.

- Pero eso no son todas las malas noticias. - Dice mirando a Crucos, dejándole que el complete el relato de los ocurrido.

Cuando Śēra ve a sus compañeros entrar a los jardines, les mueve la mano saludandoles, y al reunirse con ellos, tras la explicación de Rothlos sobre la situación de Aisha, dice...

- Que alegria veros a todos de nuevo, nuestro viaje fue cansado y parecia interminable, las murallas parecian de nosotros.... - explica Śēra - ... Al llegar, Julian y el resto, nos estaban esperando, gracias por el mensaje que enviaste Nessa, gracias a que te anticipaste, podemos estar paseando con Cruços tal y como estamos haciendolo ahora... - Se acerca y toca a nessa en el hombro como señal de agradecimiento y reconocimiento de sus habilidades - ... Aisha no tuvo tanta suerte, pero al menos, no se ha reunido con su dios en la otra vida...

Siguen andando por los jardines...

Jen pone una mano en el hombro de Rolthos, llevandose la otra al corazón e inspirando hondo -Dioses Rolthos, no se dan esos sustos. Pensaba que habia fallecido.-

Al saber que el Doctor les espera en la sala donde descansa Aisha, Jen se remueve con inquietud. Se le hace un nudo en el estómago al pensar en encontrarse con Julian de nuevo. Se pega a Sera inconscientemente en busca de protección mientras pasean. Cuando la paladina le mira con cara rara se separa unos pasos. -Ay, lo siento. Si, espacio personal, espacio personal.- Se repite a si misme, jugueteando con las manos para calmar sus nervios de nuevo.

Siguen paseando por los jardines con el grupo, y relatan con tristeza su encuentro con Karcrow, y el robo de la espada y el escudo. Jen niega con la cabeza cuando le preguntan por su guardia, puesto que sigue sin acordarse de nada.

-Me contó que la historia de nuestras peripecias le había inspirado a seguir adelante con sus planes e ir a ayudar a la gente de Geoff. Que iría a Oalkthrust que estaba mas cerca, se reabasteceria con equipo nuevo y se iría a Furyondia. Al final me dormí y el se quedó de guardia...-

Nessa se lleva una mango a la boca, en gesto de pesar por la suerte que ha corrido Aisha.

- Dioses, qué horror... ¿cómo lo habrá tomado? - Menea la cabeza, triste. - Desde luego es mucho mejor de lo que podría haberle sucedido, pero aún así... Va a necesitar todo nuestro apoyo.

Cuando Jen cuenta el robo de la espada y el escudo de piedra, asiente, cabizbaja.

- Nos la ha jugado bien, ese maldito tiefling. Todos fallamos aquella noche... Pero si al menos el destino de Dekket, podremos seguirle y recuperar las armas. Y darle su merecido a ese ladrón, por supuesto.

Aún preocupada por la mala noticia que ha mencionado Rolthos, mira a los paladines y al cazador de sangre y pregunta:

- ¿Y cuál es esa noticia? Pensaba que no podría haber nada peor...

Cruços pasó todo el día en manos de los clérigos de Lathander. Poco a poco fue recuperando conciencia, como si toda la infección hubiese sido extirpada de su maltrecho cuerpo. Al despertar fue a visitar a Aisha. El gesto de ira y pura frustración cuando vió su estado marcó su rictus.

Cuando vió que no podía hacer nada más se dirigió a comprobar sus pertenencias, cuidadosamente guardadas por sus cuidadores en un baúl en los aposentos donde le trataron. Su ropa estaba limpia y cuidada. Su estoque pulido y despidiendo más brillo del que el mismo habría conseguido jamás.

- Espera... ¿Dónde está el cuerno? ¡¡¡¿DÓNDE ESTÁ EL CUERNO??!!!

Los siguientes minutos fueron confusos para todos los presentes. Cruços zarandeó por los hombros a uno de los aspirantes a clérigo que hacía servicio en el templo, gritaba y movía los brazos con aspavientos, hasta que un alto cargo de la orden prestó atención - "Night Caller, el cuerno que hace miles de años perteneció al Ojo de la muerte y la llama, Lyn’cariel  Garra Roja, lugarteniente de Gulthias el caído ha sido robado".

La orden intentó infructuosamente localizar el paradero del objeto, pero sólamente pudo dilucidar que una figura envuelta en sombras y protegida por magia fue la que se infiltró y perpetró el hurto en el interior del templo. Cruços olfateo toda la zona, por si pudiera identificar algún olor fuera de lo normal que en el futuro le permitiera identificar al ladrón.

 Al día siguiente, Cruços escucha preocupado como la noche anterior al hurto en el templo, el tiefling que se presentó a sí mismo como Dekket Karcrow, haciendo uso de vastos poderes de control mental, robó la espada y el escudo de piedra. Entonces, relata a sus compañeros el hurto del cuerno:

- Quien os robó a vosotros, no intentó hacerse con nada más de vuestro equipo - señalando el fabuloso carcaj que lleva Nessa al hombro - Quién fuera quien entró aquí no tocó mis monedas ni la cuerda mágica que rescatamos de las ruinas del templo hundido. Sabía a lo que venía y si hurgó en vuestras mentes para conocer todo lo que aconteció dentro del templo, no es descabellado pensar que ambos hechos estén relacionados o perpetrados por criaturas que sirven al mismo propósito.

Cruços lleva su índice y pulgar al tabique de su nariz, apretando mientras frunce el ceño pensativo.

- Nessa, dices que el rastro de Dekket se interrumpió de repente, como si se hubiese volatilizado... ¿Teleportado tal vez? Quién sea ese maldito bastardo, nos lleva al menos un día de ventaja  - dirigiéndose a Seth -  Dime que aún conservas el mapa que te dió Pot, con la ubicación de la guarida del dragón verde donde deben usarse el escudo y la espada de piedra.

- No podemos perder un minuto, quienes estemos sanos para cabalgar, debemos avituallarnos y partir de inmediato - cof cof cof - Sea lo que sea que estuvieran transportando los Gloomwood cuando les atacó el dragón verde, empiezo a pensar que era un botín mucho más importante que unas míseras monedas como para que alguien se esté tomando tantas molestias para recuperarlo. Y desde luego, nada bueno para estas tierras.

Seth asiente y le pasa el mapa al resto del grupo. 
- Si vamos a partir mejor paso por casa y preparo un par de cosas. ¿Saldremos inmediatamente o mañana? - 

Una vez han quedado en un lugar y momento de partida el pícaro se despide de sus compañeros con la promesa de verse pronto y parte a reabastecerse antes de salir de nuevo de aventuras. 

Antes de irnos me dirijo a ver a Aisha. Me fijo en el humano pelirrojo que está al lado de su cama, y suponiendo que es Julian, le saludo

- ¿Eres Julian Dvorak? - le estrecho la mano - Soy Nessa, te envié el pájaro para que pudieras ayudarnos. No tengo palabras para agradecerte lo que has hecho por mis amigos. Me han dicho que sin ti, Aisha hubiera... En fin, gracias. Ha sido una verdadera suerte que nos encontramos con Jen y, por ende, contigo.

Luego me dirijo a la clériga, a la que sujeto la mano con fuerza.

- Aisha ...lo siento tantísimo. Pero a la vez estoy profundamente feliz por saber que aún te tenemos entre nosotros. Eres una mujer fuerte, saldrás adelante. De eso no tengo ninguna duda. 

La abrazo y le digo:

- ¿Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea, verdad?

Me quedo un rato charlando con ella, mientras el resto de compañeros hacen sus cosas.

Jen se asoma tímidamente, aun en su máscara humana, mientras Nessa habla con el médico. Traga saliva, tratando de animarse a si misme a entrar en la sala. Cuando ve un reflejo de los rizos pelirrojos del Doctor, tiene que aferrarse a la jamba de la puerta porque siente que le tiemblan las rodillas.

Cuando la cazadora se inclina para darle un abrazo a la clérigo aprovecha para entrar en la sala. Va dando pequeños pasos hasta encontrarse a metro y medio de Julian. Eran quizá los pasos que más le han costado dar en su vida.

-Hola...- Hace un pequeño movimiento de mano a modo de saludo, sin atreverse a mirarle a los ojos. -Uh...Ahm...- Titubea durante unos segundos, mirando a Aisha. -Gracias.- Murmura finalmente. - Por todo... N-No se que habría sido de Aisha... Gracias. Oh Dios, me estoy repitiendo, verdad? Si, ya. Lo siento, yo... Mira, entraré de nuevo por la puerta, y seré mas elocuente, vale? - Nota como está empezando a sudar

El joven médico pelirrojo mira a Nessa y asiente.

- Debo admitir que casi me da un ataque al corazón cuando recibí el mensaje pero no podía ignorarlo claro. Me alegro de haber venido y haber podido ayudar a tu amiga. -

Al ver que Nessa intenta hablar con Aisha le dice 

- Esta sedada con leche de amapola. Es lo mejor para ella de momento... pero puedes hablarle seguro que le hace bien - le dice sonriendo. Pese a que le presta atención Nessa se da cuenta que los ojos del médico recorren la estancia y miran hacia la puerta en busca de alguien. 
Tose un poco y comienza a preguntar 

- Perdona pero.. Jen va a... oh - se corta al ver al barde entrar en la sala. 

Cuando Jen empieza a hablar Julian le mira con cara algo inexpresiva. 
- Hiciste bien llamándome, posiblemente le hayas salvado la vida a tus amigos, no tienes que agradecérmelo. - cuando Jen propone salir de la sala Julian suspira - Si... en eso de salir por la puerta se ve que tienes experiencia. - dice en voz baja para evitar que Nessa les escuche. 

Jen enrojece ante el golpe bajo. Su pelo se vuelve azul.
-Oye...!- Se detiene al hablar. Su pelo se vuelve blanco- Mira, no tienes....!- Se vuelve a detener. Frustrade, da un pisotón en el suelo. Su pelo recupera su tonalidad negra -Estoy intentando disculparme, dame un momento!-

Inspira hondo -Mira, hice una estupidez. ¿Vale? Lo siento.- Mira la alianza, aun en su mano, y suaviza su tono de voz -No tengo derecho a tu perdón, pero... Bueno. Eso. Yo... Lo siento. Me asusté. Fue... Julian, sabes que es difícil! Te pondría en un aprieto. Podrías ir a la cárcel! O peor. - sacude la cabeza tratando de retirar de su mente la última imagen de sus padres.

Nessa sigue un rato murmurando palabras de aliento a su amiga herida esperando, tal y como ha dicho Julian, que animen a la inconsciente Aisha.  Al cabo de un rato, y notando que Jen y Julian necesitan un poco de privacidad, se disculpa con una sonrisa y acaba saliendo de la sala. Justo antes, le da un toque en el brazo a Jen para darle ánimo.

Pasea un rato sola por los jardines del templo, meditando sobre lo que les ha pasado a sus compañeros Cruços y Aisha.

"Yo podría haber estado en el lugar de Aisha... ". Le extraña la sensación de estar de una sola pieza, cuando sufrió heridas gravísimas a manos de la criatura de las letrinas. Sin embargo ahí estaba, paseando sin problema alguno, mientras la clériga duerme en la cama tras haber sido intervenida.

Los días en que pasaron en la mazmorra de las Planicies de Ceniza pasan por su mente, y recuerda una de las cosas que prometió que haría cuando volviese a la ciudad: contactar con su familia y con Ornym. Escribirle una carta a los primeros no es complicado logísticamente - la serenidad de la ranger al intentar volver a establecer relación con la familia a la que abandonó sin avisar, será otro cantar - pero no puede usar ese método para mandar un mensaje con su mentor, ya que desconoce donde vive. Decide, por tanto, buscar a un clérigo de Lathander que pueda usar un hechizo de envío para comunicarse con él.

Mientras busca a la persona adecuada, va pensando en el mensaje a enviar. No es fácil...el mensaje ha de ser corto y hace bastante que no sabe nada de Ornym. Y sobre todo ... ¿qué pretende conseguir al contactar con él? ¿Agradecerle sus enseñanzas? ¿Sólo eso?

"Te echaré de menos, Nessa". Fueron las últimas palabras del elfo antes de que se separaran, y aunque al principio - con los nervios de su huida de Libernen y lo costoso de rehacer su vida en Greyhawk - no pensara mucho en ellas, acabó volviendo a recordarlas. Fantaseaba con la posibilidad de que encerraran algo más que un simple sentimiento de pena por la ausencia de una discípula... algo más parecido a lo que ella sentía hacia él.

"Esto es una estupidez, una verdadera estupidez... Pierdes el tiempo, el dinero, ¡todo! ¿Por qué crees que querrá volver a verte tras este tiempo? ¿Y menos que sienta algo por tí? Es una locura...."

Cuando le indicaron un clérigo capaz de realizar el envío, pagó las 200 monedas que costaba el hechizo, y describió a su mentor. Pensó detenidamente en las palabras, e ignorando a sus demonios internos, transmitió el mensaje.

-"Espero que estés bien. He agradecido mucho tus enseñanzas. Me alojo en el Dragon Verde de Greyhawk. Me encantaría verte, te echo de menos. Nessa.”

Esperó unos minutos por si había alguna respuesta.

Julian mira a Jen sin ira ni resentimiento si no con una gran decepción. 

- Ya bueno... supongo que aún no estabas preparade pese a... todo... - por un momento parece que va a decir algo más, pero se calla, volviéndose hacia su paciente - La elfa necesita descanso y debo cambiarle los vendajes. Hay que prepararla para el traslado. - dice separándose de Jen y acercándose a la cama, dando la espalda a le barde. 

Nessa espera unos segundos la respuesta del que fuera su mentor. El clérigo que ha lanzando el hechizo cierra los ojos, escuchando unas palabras que sólo él puede escuchar. 

Cuando habla se ve que se siente bastante incómodo. 

- Me temo que se ha sentido un poco confuso al oír mi voz y escuchar su nombre... yo... lo siento... dice que está muy lejos de Greyhawk, pero no me ha dicho dónde... dice que se cuide... -  enrojece -... nada más... - 

- Entiendo... - dice la ranger un poco decepcionada. Aunque después sonríe - Al menos sé que está bien. Gracias, hermano. Y disculpe la molestia.

El clérigo suspira y dice.

- No siempre recibimos lo que esperamos joven, no me corresponde a mi juzgar pero... una vez pasada la sorpresa inicial parecía... distraído, como si estuviera ocupado en algo importante. Este sistema es bueno para enviar avisos o pedir ayuda pero malo como medio de comunicación. Que Pelor ilumine tu camino joven - de levanta y sale de la pequeña habitación por una puerta que lleva al interior del monasterio.