-Si, Nessa tiene razón. Menos es mas. No andemos en círculos y vayamos a las mas próximas. Propongo que suban primero Nessa y Rolthos. Luego Julian y Ashrem. Y yo me quedo aquí mientras, con Oswald, a menos que Oswald, podais subir volando también?.- Mira de reojo a los huevos. No cree que en lo que durarían los dos viajes de Vraak vayan a eclosionar. Pero bueno, si lo hacían, Jen podría correr, o esconderse de ellos.
- Esperad un segundo - dice Cruços incrédulo - ¿Y ya está? Hemos venido hasta aquí, ha… ha pasado todo lo que ha pasado y nos vamos a ir con la Gema ene el bolsillo? Quiero decir, si es un objeto poderoso usémoslo contra nuestros enemigos, es evidente que estamos metidos en algo que nos supera con creces, deberíamos utilizar todas las herramientas a nuestra disposición. Si sólo queríamos evitar que alguien se hiciera con la Gema, bien podríamos haberla dejado aquí al cuidado de los dragones. Llevaba aquí dos décadas, y dudo mucho que si no hubiera sido por nosotros hubiera estado muchas más. ¿Existen riesgos? Si claro, pero eso ya lo sabíamos cuando decidimos venir en su busca. Puede estar vinculada al mal, si, pero no deja de ser una herramienta, un arma, y yo sugiero que la utilicemos. Además, si nos da igual ir a un plano o a otro, bien podemos ir al del Agua y ahorrarnos el viaje por el plano… sin ofender pero no es que tengamos al guía más… estable de todos.. -
-¿Y si le pasa algo malo a quien se vincule con la gema? Mira cómo estamos, Cruços: Julian casi no puede andar y yo ahora no solo no podré combatir sino que no creo que pueda ni guiar decentemente hasta que pueda descansar de nuevo. Me aterra la idea de que le pueda suceder algo a alguien más y que esto nos deje aún más vulnerables.
Nessa suelta un largo suspiro y se frota las sienes, antes de continuar.
- En fin, será mejor que decidáis vosotros. Quizás a mi me esté guiando el miedo y no pueda dar la mejor de las opiniones ahora mismo.
Jen interviene-Tu has perdido tu credibilidad desde el momento en que te hicimos caso pensando que no habría mas dragones aquí abajo.- Comenta haciendo un aspaviento con el brazo.- Hum. La gema se viene con nosotros. Y vámonos de aquí cuanto antes. Cada vez que pienso en que esos huevos podrían eclosionar se me pone la piel de gallina. Puedo intentar conectar con ella para que Rolthos no se vea comprometido. Pero vayamos encaminándonos a otro lugar. No podemos quedarnos aquí.
Poco tiempo después estaban todos en la superficie helada que daba entrada a la guardia de los dragones. Ashrem había ido corriendo hasta la gruta que daba acceso al lago y había vuelto con una gran porción de carne que envolvía en su manta y se cargaba prácticamente a la espalda. El viejo clérigo pensaba que aquel era un tesoro que no se podía desperdiciar.
Usando las ventajas de vuelo del aun transformado Vraak llegaron a uno de los bordes de la isla, justo a tiempo para el final del hechizo de Jen. Habían conseguido ahorrar mucho tiempo así. Con precaución, Rolthos dio un salto, que le haría caer en el borde mismo de la,isla, pero se mantuvo en el aire. Una vez más podían trasladarse de isla flotante en isla flotante.
Siguieron la dirección general que les indicó Ashrem, hacia abajo y un poco a la derecha. Las nubes, el frío viento y la lluvia arreciaban en el inmenso cielo gris y pronto desapareció de su vista la isla helada de los dragones. Era difícil orientarse en aquella niebla gris, seguían avanzando con la esperanza de no desviarse mucho y que la intuición del viejo loco fuera acertada. Las nubes se fueron oscureciendo cada vez más y más a su alrededor, el viento se hizo más fuerte, soplando huracanado a su alrededor, la lluvia apenas les dejaba ver y el viento era ensordecedor. Los relámpagos iluminaban la negrura que les rodeaba. Aquello era una locura. El viento los zarandeaba como si fueran juguetes y pronto los separaría.
El viento cada vez soplaba más fuerte, al parecer desde todas las direcciones a la vez. La temperatura aún bajó mas y la lluvia azotaba al pequeño grupo inmisericorde, empapándolos y cegándolos.
No podían avanzar, apeas podían mantenerse en el sitio, si nada a lo que sujetarse estaban a la merced del furioso viento que ls castigaba y apenas les dejaba oírse. Un relámpago les cegó y un ensordecedor trueno les hizo gritar. La lluvia arreció aún más y la cuerda era lo único que les mantenía unidos,, aunque n aquel momento Rolthos se preguntó si había sido buena idea ya que los más pesados del grupo arrastraban al resto en sus vaivenes. Jen, Jade tenia tras elle a Julian, Vraak y Cruços se veía zarandeade sin poder hacer nada. La cuerda le estaba quemando la cintura y le apretaba tanto que le quitaba el aliento. Entonces, con un chasquido que nunca supo si logró oír o solo se imaginó, la cuerda se partió, incapaz de soportar más ese castigo, y le barde salió despedide arrastrade por el resto.
Nessa percibió que algo salía volando y que iba a pasar cerca de ella. Casi más por instinto extendió su brazo y agarró a Jen en mitad de su loco vuelo. El repentino cambio de fuerzas hizo que la cuerda no resistiera más y se partió de nuevo tras el barde. Julian, Vak y Cruços se perdieron entre las nubes de tormenta. Jen sólo consiguió ver como la cuerda se partía separando a los tres compañeros. Rolthos intentó agarrar a Julian según pasaba pero no lo consiguió y su movimiento hizo que la cuerda que le unía a Ashrem se partiera, saliendo despedido también el anciano y perdiéndose en las negras nubes que les rodeaban.
La lluvia, el viento y el granizo les golpeaban sin piedad, otro relámpago volvió a cegarles momentáneamente y, girando sobre si mismos casi sin control, los tres compañeros fueron cada vez más conscientes de lo precario de su situación.
Nessa vió con horror como la mitad de los compañeros salían despedidos sin que pudieran hacer nada por ellos, pero no se paró a lamentarse. Sabía que si permanecían más tiempo a la intemperie les acabaría pasando lo mismo a ellos tres.
- ¡¡Agarraos bien a mí!! - les gritó a Jen y Rolthos. Por si no la escuchaban bien, atrajo a Jen hacia ella y colocó uno de sus brazos alrededor de su cuello. Rolthos, entendiendo la situación, hizo lo mismo.
Así, sujetos entre ellos, y con el brazo ya libre por no tener que sujetar a le barde, Nessa cogió la daga de su cintura y cortó la cuerda que tenía alrededor de la misma. Chilló las palabras del conjuro casi sin pensarlas ni oirlas, y aunque éstas prácticamente se perdieron en el viento y los relámpagos, surtieron efecto. El pequeño trozo de cuerda se puso tieso y al final del mismo apareció la ya conocida abertura que les conduciría a una seguridad temporal.
- ¡¡Adentro, vamos!!
Por lo corto de la cuerda, no tuvieron más que extender un poco los brazos para llegar a la abertura del espacio extraplanar. Jen subió primero y ayudó a a su vez a subir a la ranger. Ni un segundo después, ambas tiraron del paladín para subirlo rápidamente.
- ¡Maldita sea nuestra mala suerte! - se lamentó la ranger, tirando con furia su mochila al suelo - No podemos salir a buscarles ahora. Tenemos que esperar a que amaine la tormenta o acabaremos como ellos. Ojalá amaine en la hora que durará mi conjuro. Si no ... - miró a Jen - quizás podrías convocar tu domo cuando éste esté a punto de desaparecer y podremos vigilar cómo evoluciona la tormenta unas horas más.
"Dioses, espero que estén bien. Por favor, Madre, protégelos", pensó.
Jen está temblando de miedo, del susto y del shock. Cuando entran en ese pequeño bolsillo dimensional, le barde se deja caer de rodillas mirando a la nada.
-Ilya... Vraak, Cruços!!- Se lleva las manos a ma cabeza -No puede ser! Oh, por favor, no puede ser. Y ashrem!! Dioses, esto no puede estar pasando!- Con el corazon lleno de una mezcla de miedo, rabia y tristeza, al menos encuentra en si la fuerza de tomarle la mano a Nessa -Gracias por salvarme. Nessa, ese conjuro ha sido increible. Si necesitas el domo,.claro, puedo hacerlo.... Creo. -Se muerde el labio inferior. No quería hacer ver ante sus dos compañeros el pánico que reptaba por su columna vertebral al pensar en que Julian estaba ahi fuera, en que estaban separados... Trata de confiar en los expertos aventureros que son Vraak y Cruços, y la resolucion que ha mostrado Julian durante todo el viaje, pero no puede evitar ponerse en la peor situacion...
La ranger devuelve un apretón de mano a le barde, intentando infundirle ánimo.
- Seguro que estarán bien - dijo, aunque no tenía claro si lo decía para tranquilizar a Jen o para tranquilizarse a sí misma. Pero debían creer en aquella afirmación.
Tenían un buen rato de espera hasta que el domo se desvaneciera y Nessa buscó un modo para distraerse. Hasta que había lanzado el conjuro del domo no había sido consciente de que desde que sólo tenía una mano le costaba más realizar los movimientos requeridos. Había tenido una suerte inmesa al convocarlo sin problema, pero no quería arriesgarse a intentarlo de nuevo con otro hechizo y que este fallara. Se dedicó pues durante un tiempo a relizar los movimientos de su hechizo para restañar heridas hasta que estuvo segura de haberlos dominado. Con la mano de le barde aún sujeta, aprovechó este contacto para lanzar el hechizo sobre ella, curándole un poco del daño recibido en la tempestad.
El resto del tiempo se dedicó a observar en silencio la evolución de la tormenta.
Los minutos pasaban en silencio en el pequeño espacio extradimensional que había conjurado la magia de la ranger.
Oswald Glimfeather Tercero miraba preocupado por la pequeña apertura que les comunicaba con el exterior y miraba de tanto en tanto el extraño objeto circular que guardaba sujeto por una pequeña cadena dorada en su chaleco, no sin dificultad por su ala aún vendada.
- Me temo que no va a amainar a tiempo - dice volviéndose hacia los tres aventureros - Teniendo en cuenta cuanto duró tu hechizo la última vez creo que esta terrible tormenta no habrá pasado aún. Jen -dice volviéndose a le barde - Tú puedes conjurar el domo que nos ha protegido otras veces ¿cierto? Bien - dice con firmeza cuando le barde asiente - pero tenemos que sincronizarlo perfectamente. Normalmente es desaconsejable conjurar espacios dimensionales dentro de otros espacios dimensionales. Ya hemos visto que esta protección no afecta al resto del entramado energético del semi-plano, esperemos que ocurra lo mismo con el resto pues es muy útil, pero no me atrevo a forzarlo y coincidireis conmigo que, aunque puede ser un tema fascinante para investigar en el futuro, nuestra actual situación no nos deja margen para accidentes ni superposiciones de energías mágicas. -Oswald Glimfeather Tercero miró de nuevo su objeto redondo y murmuró algunas cifras. - Esta bien... descansa ahora Jen, yo te aviso cuando sea el momento de empezar pero debemos sincronizarlo perfectamente o quedaremos a merced de la tormenta de nuevo... -
El tiempo pasa lento, entre preocupados por sus compañeros y por su propio futuro, lo peor era saber que nada podían hacer por ellos ahora mismo. Llegado el momento Oswald Glimfeather Tercero indicó a Jen que podía empezar.
Según las palabras del conjuro cobraban fuerza en la garganta de Jen, Nessa comenzó a notar como su magia comenzaba a perder fuerza. Por precaución se juntaron todos y se agarraron con fuerza a le barde. Rolthos ató a Nessa a su cuerpo con la poca cuerda que les quedaba y se agarró a la cintura de Jen. Habían probado a unir la cuerda con nudos de escalada pero dudaban que fueran a soportar aquellos vientos huracanados.
- Jen... - dijo Nessa sintiendo que su magia se desvanecía.
- ¡AHORA! - gritó Oswald Glimfeather Tercero y Jen, nerviose, comenzó las últimas palabras de su conjuro aumentado su tono de voz por la urgencia.
De pronto todos sintieron que caían, pero fue apenas medio segundo pues los vientos les arrojaron de nuevo hacia arriba. La lluvia azotó sus cuerpos y la voz de Jen casi no se podía oir.
Pero tan rápido como había comenzado, el viento paró. Debido a la inercia, se siguieron moviendo y golpearon la parte superior del domo antes de caer entrelazados hasta el fondo de una esfera dorada que les rodeaba. Ahora podían ver las nubes moverse a su alrededor, la lluvia caía inmisericorde contra el domo por todas las direcciones y no pudieron evitar gritar cuando un rayo golpeó el domo del conjuro y se vieron envueltos en pequeños relámpagos y chispas azules.
Pero lo habían conseguido. Estaban a salvo en el domo. Sin embargo, como no era un lugar fijo como el espacio creado por el conjuro de Nessa, sino que era una esfera a merced de los vientos, se movían a su antojo a una velocidad vertiginosa. Aunque ellos dentro no sentían nada, la esfera se movía de un lado a otro. ¿ O era sólo un efecto visual que provocaba el ver las nubes moverse a su alrededor? Era imposible saberlo sin puntos de referencia, y allí en aquel semi-plano de aire, no tenían ninguno.
El efecto era altamente desconcertante y sintieron algunas nauseas, por lo que Jen volvió opacas las paredes de la esfera y se quedaron con la débil iluminación dorada del interior.
Comentaron durante un tiempo cuales eran sus posibilidades, pero cejaron al ver que era una esfuerzo fútil.
Aquel lugar era demasiado extremo, demasiado duro... Rolthos comenzó a comprender porqué el viejo clérigo había perdido la cabeza en aquel lugar.
Nessa intentó descansar pero no lo conseguía. Su cabeza iba a mil por hora. Se debatía entre formas de intentar rastrear a sus compañeros. ¿Estaban juntos? ¿Separados? La cuerda no había aguantado y se había roto... los vio salir a cada uno en una dirección... ¿se habrían encontrado? ¿Estarian bien? Si esto era el semi-plano del aire,;¿Qué les esperaba en el resto? ¿Cómo iban a encontrar ahora la isla con la salida? ¿Y si no conseguían liberar una de las Puertas?
Jen se sentó mirando hacia la salida, ahora cerrada, atusándose el pelo una y otra vez en un gesto nervioso. Julian tenía que estar. Tenía que estar bien. Tenía que estar bien.
Oswald Glimfeather Tercero consultaba su extraña esfera regularmente. Al cabo de lo que les pareció una eternidad dijo en voz baja.
- Jen, ¿Puedes abrir? Creo que lo peor ha pasado -
Jen hace un pequeño gesto, algo temerose, y una abertura circular se abre en el domo.
Al otro lado pudieron ver las frías y grises nubes que poblaban aquel semi-plano. El constante viento las movía, aún rápidamente, pero lo peor de la tormenta que les había azotado había pasado. No podían saber si el viento les había sacado de ella o se había disipado, pero por lo menos podrían reanudar su camino.
- Por todos los dioses, eso ha sido increíble. La sincronización ha sido perfecta - les dice Nessa a Jen y Oswald cuando termina de recuperarse de todo el vaivén tras el intercambio de domos. La ranger hace apunte mental tras la nueva aparición del curioso artefacto para medir el tiempo de Oswald, preguntándose si podría conseguir algo así en el futuro.
Ubicándose en el nuevo y más confortable domo, se dedica a pensar pensar y repensar en cómo localizarles. Localizar cualquier tipo de rastro va a ser prácticamente imposible, no solo porque aún no se ha recuperado del todo de su resurección, sino que en condiciones normales ya habría sido como buscar una aguja en un pajar. Para más inri, habían perdido toda posibilidad de referencia al haber sido arrastrados ellos mismos también desde el punto original donde se habían perdido todos.
Recordó que Rolthos conocía un conjuro que permitía localizar objetos en un radio de unos mil pies. ¿Quizás eso podría ayudarles?
- Rolthos, tú tienes un conjuro que permite localizar objetos, ¿verdad? Es cierto que su rango no es muy amplio, pero quizás si nos situamos en zonas en las que haya bastantes islotes y lo usamos, podríamos tener algún resultado. Porque lo lógico es que hayan intentado ir a alguna isla para protegerse y no estar a merced de los vientos, ¿no creéis? Podríamos intentar detectar algo que tengan todos en común. Como por ejemplo ... ¿raciones? ¡Si algo no hay en este maldito lugar es comida!
Pensó un poco más y añadió:
- También podríamos intentar hacer en que ellos vengan a nosotros. Jen, tú podrías conjurar una especie de bengala o fogonazo. Si lo ven, sabrán que hemos sido nosotros. Esto por supuesto habrá que hacerlo con cuidado porque puede atraer a otras cieaturas. Pero si lo hacemos y luego nos escondemos en algún islote podría salir bien. Es más, no tenemos por qué optar por una cosa u otra, sino combinar todo esto mientras vamos volando. ¿Cómo lo veis?
Rolthos gruñó al ver como el grupo se separaba a pesar de los intentos de mantenerse unidos. El había ido a caer con Jen y Nessa, y sus conjuros les proporcionaban refugio, pero para el resto... Rolthos esperó inquieto en los espacios dimensionales preocupado por las crecientes complicaciones. Debian recorrer cuatro planos y ya el primero de ellos estaba debilitando fuertemente al grupo, la tendencia era insostenible. Miró a Jen, Nessa y Oswald y la gema del agua.
- Es posible que en otros planos elementales no podamos sobrevivir sin ayuda... Aquí hay viento, pero si todo es agua... ¿Cómo podremos respirar? Si vamos al de fuego, ¿A qué temperatura estará aquello?... Veremos. - Dijo con preocupación. Si el grupo decidía no usar la gema, confiaría en su criterio, pero más y más estaba considerando que era un error.
Al acabar la tormenta Rolthos asintió. - Tengo el conjuro disponible, pero me temo que no abarcaría a un islote entero, llega a unos 300 metros. Mucho menos de lo que necesitaríamos. Lo lanzare cuando lleguemos a una isla, pero ahí ya nos valdrían tus habilidades de rastreo. Propongo buscarlos en la isla más cercana – Después observando el exterior intento determinar por donde se había ido la tormenta. – Si seguimos la tormenta y vamos buscando en los islotes cercanos, creo que sería bastante posible encontrarles. Incluso para una senal visual necesitariamos estar cerca. Y alertariamos tambien a posibles amenazas.
Oswald Glimfeather Tercero asintió, al parecer de acuerdo con el plan propuesto por el paladin.
Nessa recogió sus cosas y se aprestó para salir. Tardó más de lo que le hubiera gustado, pero aún estaba acostumbrándose a su nueva condición.
Cuando estuvieron listos, salieron con precaución de la protección que les ofrecía el domo, Jen permaneció dentro por si acaso tuvieran que volver a meterse en la esfera que ahora flotaba entre las grises nubes.
Nessa miró a su alrededor, flotando en el aire, con el viento jugando con su pelo. No pudo evitar notar las diferencias de aquel maldito lugar con su hogar. Tras una tormenta, el frescor húmedo y agradable que quedaba en el ambiente, el preticor que lo inundaba todo, el sol que comenzaba a salir entre las nubes formando bellos arco iris sobre las montañas... pero allí nada de eso ocurría.
Lass nubes continuaban grises y oscuras, amenazantes, a su alrededor. El olor de la lluvia era podrido, como si el agua misma se encontrase enferma. El viento seguía soplando helado e incluso con las ropas de invierno se colaba y le erizaba la piel.
Sin embargo la idea que había tenido Rolthos de buscar la tormenta fue fructífera. Nessa giró sobre si misma, hacia su derecha casi 180 grados y pudo ver, a unos dos kilómetros de distancia y alejándose, las negras nubes de la tormenta, iluminadas por relámpagos furiosos.
Nessa lamentó dejar el cobijo que les daba el domo de Jen para volver al semi-plano. Parecía imposible que aquél sitio pudiera ser más despacible, pero así era. Intentando ignorar lo desagradable del ambiente y con la preocupación por Vraak y los demás espoleándola, se fijó en sus alrededores: la tormenta parecía que iba a seguir en la misma dirección y en el espacio que había quedado despejado por donde había pasado no veían ningún islote.
No quedaba más opción que seguir en dirección contraria a la tormenta hasta que apareciera alguna isla donde pudieran buscar a sus amigos. Al fin y al cabo, si habían conseguido salir de la tormenta se habrían quedado alrededor del camino por donde había pasado ...
- Sigamos hacia allí - señaló - por el camino por el que ya ha pasado la tormenta. Cuando veamos alguna isla podemos pararnos a buscar y .... si no encontramos a nadie al cabo de un tiempo -"los dioses no lo quieran",pensó - podemos intentar deshacer el camino y probar en sentido contrario.
Sin más, echó a volar liderando la comitiva y deseando internamente que el cansancio que aún sentía no afectara muy negativamente a la búsqueda.
-Uh... Ah... Esperad!- Jen intenta manejarse dentro del domo. Al principio no sabia moverlo! Se sentía como un animal de recreo. -Venga, concéntrate!- se dice a si mismo. Con una cinta como las que usa para trenzarle el pelo a Nessa se recoge el lacio pelo en una cola de caballo. -A ver... A ver...- Prueba a centrarse y dejar pasar las corrientes de aire, y curiosamente funciona. -Vale, vale!- "Ilya, Vraak, Cruços... Ya vamos, aguantad, por favor".
Junto a Nessa, Rolthos y Oswald, empiezan a dirigirse hacia el lugar de donde han venido, Jen preparandose mentalmente para cuando haya que lanzar una bengala, o una señal al aire. "Iluminaría este lugar de todos los colores habidos y por haber, si eso significa encontraros".
Poco a poco, lentamente, muy lentamente, Jen consigue mover el espacio seguro tras Nessa y Rolthos.
Tan lentamente que, frustrade, sale del mismo apenas han pasado unos minutos decidiendo que si lo necesitan de nuevo.
Sin necesidad de arrastrar el domo mágico, consiguen avanzar más rápidamente, cruzando el plomizo cielo gris con el viento azotando el pelo en sus caras y agitando las capas tras de si. Con gesto circunspecto recorren el camino que ha seguido la tormenta, con la esperanza de poder encontrar alguna señal, la que sea, de sus amigos.
Pasan alrededor de treinta minutos cuando, entre las nubes grises, ven dos formas de islotes, una más pequeña que la otra y a diferente altura.
La mayor está sobre ellos y a la izquierda. Desde su posición sólo ven la parte inferior que se extiende hacia abajo como si fuera un colmillo gigante de roca negra.
La otra es algo más pequeña que la isla donde vieron a los gigantes y esta a su derecha y algo más abajo de su actual posición. Los agudos sentidos de Nessa le permiten distinguir varias formas moviéndose entre las rocas, pequeñas criaturas aladas que parecen hechas de jirones de las grises nubes que forman este nodo elemental. En el centro de la isla hay una pequeña edificación, una casa, o más bien un templete de formas redondeadas. A Jen, la cúpula central le recuerda vagamente a una llama.
- Supongo que eso es el acceso al semi-plano de fuego - comenta Nessa, fijándose en la extraña edificación. Con todo lo nerviosa que le ponía, ahora echaba de menos tener a Ashrem al lado para que les pudiera confirmar esto. - Está bien saber que eso está ahí, pero está demasiado rodeado como para acercarnos.
Se guarda esta ubicación en la memoria, en caso de que puedan necesitar volver más adelante, y se fija en que las criaturas que parecen jirones de nube no parecen estar alerta, sino simplemente pululando alrededor de la edificación.
- Creo que podríamos ir a investigar la isla que tenemos encima. Vayamos lo más discretamente posible, no sea que haya más criaturas de esas allí también. Y si no vemos indicios de que Julian, Vraak o Cruços estén en alguna de estas islas, sigamos buscando, ¿de acuerdo? - Jen y Rolthos asienten a esto - Sólo podré conjurar a las sombras una vez, ¿lo reservo para más adelante?
Jen interviene:
- Sí, resérvalo, Nessa. Puedo hacernos invisibles a los tres para ir sobre seguro.
Le barde lanza su conjuro sobre los compañeros y con la seguridad que les da la invisibilidad se disponen a acercarse a la más más alta de las islas, sin separarse demasiado ya que no se pueden ver entre ellos.
Sujetándose entre sí, para evitar perderse ahora que eran invisibles, el trío, junto con el aún herido Oswald Glimfeather Tercero aún arrebujado en la capa de Rolthos, se aproximó a la isla con cautela, esperando encontrar alguna señal de sus perdidos amigos y evitar cualquier contacto con los moradores de aquel infernal lugar.
Al contrario que la mayoría de los islotes esta parecía una gran meseta, sin demasiadas aristas o elevaciones donde guarecerse del implacable viento.
Jen detuvo a sus compañeros en su aproximación y se elevaron.
- Chicos... - les dijo lo más bajo posible. Era una sensación extraña estar hablando por nada y ser escuchado por nada - Aunque sea un poco más difícil encontrar pistas desde el aire, creo que podremos cubrir más terreno si nos mantenemos lo suficientemente alejados como para poder seguir volando... en especial en este islote que parece todo pelado... -
- Una excelente sugerencia - aprobó Oswald Glimfeather Tercero
Siguiendo la idea de Jen sobrevolaron la extensión de piedra gris azotada por el viento. Quizá fuera por la falta de refugio, o por los elementales de aire que vieron recorrerla, al parecer a sus anchas en aquel lugar, que no había ningún otro residente del nodo allí. Tampoco vieron ninguna pista de que sus perdidos compañeros hubieran pasado por allí. Oswald Glimfeather Tercero, con su aguda vista, confirmó que no parecía haber ningún rastro de los compañeros perdidos.
Resignados, pero confiando en que el hechizo de invisibilidad que les cubría les protegería, siguieron el camino que había recorrido la tormenta. Revisaron al menos cuatro islotes más de la misma manera antes de que el hechizo perdiera su eficacia, sin suerte.
Fue en el quinto islote, una pedazo de roca de tamaño mediano, que tenía las ruinas de una pequeña casa, donde, al acercarse, escucharon ruido de lucha. Se elevaron para poder ver mejor y aún en la distancia, reconocieron el aullido de Cruços y el grito de desafio de Vraak.
Maniobraron para acercarse y desde lo alto vieron las figuras de los dos guerreros, espalda con espalda, en el centro de las ruinas que ofrecían algo de protección contra los elementos pero poca defensa táctica, siendo acosados por un grupo de elementales con armadura, similares a los que les atacaron en el Templo del Aire. Pese a estar visibles desde hacía rato, ninguno de los contendientes parecía haberse percatado de su presencia.
Nessa sintió como si un enorme peso se le quitara de encima al ver a Vraak y a Cruços de una pieza, después de tantas horas de tensión e incertidumbre. Estaban rodeados, sí, pero al menos estaban en pie y en breve contarían con su ayuda y la de Rolthos y Jen.
Buscó con los ojos la figura de Julian y se preocupó al no encontrarle. Había rezado porque hubieran acabado los tres juntos, ¿acaso no había sucedido así? Maldijo para sí misma al tiempo que miraba de reojo a Jen, a quien vio buscando y buscando con la mirada y con la preocupación ya asomando en su rostro. "Por favor, que esté bien", pensó. No podían hacer nada más en aquel momento, ayudar a los dos guerreros era ahora la mayor urgencia.
Sin más dilación se preparó para atacar. Intentó invocar a la magia que le ofrecía Madre Naturaleza para marcar a uno de los elementales como su presa, pero la tensión del momento y la inexperiencia usando sólo la mano izquierda hicieron que los movimientos de sus dedos fueran demasiado torpes. La pulsera de muérdago y sauce no emitió su brillo blanquecino en aquella ocasión y la ranger no sintió el caracterísitco hormigueo del poder divino en sus dedos.
Frustrada por este fallo, sólo pudo desenvainar su espada corta y lanzarse en picado hacia el elemental que había elegido, cortándole de arriba abajo justo al tiempo que aterrizaba en suelo firme. Tras incorporarse, buscó de inmediato la mirada de Vraak:
- Al fin os encontramos - dijo, dirigiéndole una sonrisa de puro alivio - ¿Y Julian? - preguntó al tiempo que se preparaba para su siguiente ataque.
-Si, Nessa tiene razón. Menos es mas. No andemos en círculos y vayamos a las mas próximas. Propongo que suban primero Nessa y Rolthos. Luego Julian y Ashrem. Y yo me quedo aquí mientras, con Oswald, a menos que Oswald, podais subir volando también?.- Mira de reojo a los huevos. No cree que en lo que durarían los dos viajes de Vraak vayan a eclosionar. Pero bueno, si lo hacían, Jen podría correr, o esconderse de ellos.
- Esperad un segundo - dice Cruços incrédulo - ¿Y ya está? Hemos venido hasta aquí, ha… ha pasado todo lo que ha pasado y nos vamos a ir con la Gema ene el bolsillo? Quiero decir, si es un objeto poderoso usémoslo contra nuestros enemigos, es evidente que estamos metidos en algo que nos supera con creces, deberíamos utilizar todas las herramientas a nuestra disposición. Si sólo queríamos evitar que alguien se hiciera con la Gema, bien podríamos haberla dejado aquí al cuidado de los dragones. Llevaba aquí dos décadas, y dudo mucho que si no hubiera sido por nosotros hubiera estado muchas más. ¿Existen riesgos? Si claro, pero eso ya lo sabíamos cuando decidimos venir en su busca. Puede estar vinculada al mal, si, pero no deja de ser una herramienta, un arma, y yo sugiero que la utilicemos. Además, si nos da igual ir a un plano o a otro, bien podemos ir al del Agua y ahorrarnos el viaje por el plano… sin ofender pero no es que tengamos al guía más… estable de todos.. -
PbP Character: A few ;)
- ¿Y si le pasa algo malo a quien se vincule con la gema? Mira cómo estamos, Cruços: Julian casi no puede andar y yo ahora no solo no podré combatir sino que no creo que pueda ni guiar decentemente hasta que pueda descansar de nuevo. Me aterra la idea de que le pueda suceder algo a alguien más y que esto nos deje aún más vulnerables.
Nessa suelta un largo suspiro y se frota las sienes, antes de continuar.
- En fin, será mejor que decidáis vosotros. Quizás a mi me esté guiando el miedo y no pueda dar la mejor de las opiniones ahora mismo.
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
Jen interviene-Tu has perdido tu credibilidad desde el momento en que te hicimos caso pensando que no habría mas dragones aquí abajo.- Comenta haciendo un aspaviento con el brazo.- Hum. La gema se viene con nosotros. Y vámonos de aquí cuanto antes. Cada vez que pienso en que esos huevos podrían eclosionar se me pone la piel de gallina. Puedo intentar conectar con ella para que Rolthos no se vea comprometido. Pero vayamos encaminándonos a otro lugar. No podemos quedarnos aquí.
- Eso es cierto - añade Nessa al respecto de los huevos - Mejor vayamos a la superficie cuanto antes.
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
Poco tiempo después estaban todos en la superficie helada que daba entrada a la guardia de los dragones. Ashrem había ido corriendo hasta la gruta que daba acceso al lago y había vuelto con una gran porción de carne que envolvía en su manta y se cargaba prácticamente a la espalda. El viejo clérigo pensaba que aquel era un tesoro que no se podía desperdiciar.
Usando las ventajas de vuelo del aun transformado Vraak llegaron a uno de los bordes de la isla, justo a tiempo para el final del hechizo de Jen. Habían conseguido ahorrar mucho tiempo así. Con precaución, Rolthos dio un salto, que le haría caer en el borde mismo de la,isla, pero se mantuvo en el aire. Una vez más podían trasladarse de isla flotante en isla flotante.
Siguieron la dirección general que les indicó Ashrem, hacia abajo y un poco a la derecha. Las nubes, el frío viento y la lluvia arreciaban en el inmenso cielo gris y pronto desapareció de su vista la isla helada de los dragones. Era difícil orientarse en aquella niebla gris, seguían avanzando con la esperanza de no desviarse mucho y que la intuición del viejo loco fuera acertada.
Las nubes se fueron oscureciendo cada vez más y más a su alrededor, el viento se hizo más fuerte, soplando huracanado a su alrededor, la lluvia apenas les dejaba ver y el viento era ensordecedor. Los relámpagos iluminaban la negrura que les rodeaba. Aquello era una locura. El viento los zarandeaba como si fueran juguetes y pronto los separaría.
PbP Character: A few ;)
El viento cada vez soplaba más fuerte, al parecer desde todas las direcciones a la vez. La temperatura aún bajó mas y la lluvia azotaba al pequeño grupo inmisericorde, empapándolos y cegándolos.
No podían avanzar, apeas podían mantenerse en el sitio, si nada a lo que sujetarse estaban a la merced del furioso viento que ls castigaba y apenas les dejaba oírse. Un relámpago les cegó y un ensordecedor trueno les hizo gritar. La lluvia arreció aún más y la cuerda era lo único que les mantenía unidos,, aunque n aquel momento Rolthos se preguntó si había sido buena idea ya que los más pesados del grupo arrastraban al resto en sus vaivenes. Jen, Jade tenia tras elle a Julian, Vraak y Cruços se veía zarandeade sin poder hacer nada. La cuerda le estaba quemando la cintura y le apretaba tanto que le quitaba el aliento. Entonces, con un chasquido que nunca supo si logró oír o solo se imaginó, la cuerda se partió, incapaz de soportar más ese castigo, y le barde salió despedide arrastrade por el resto.
Nessa percibió que algo salía volando y que iba a pasar cerca de ella. Casi más por instinto extendió su brazo y agarró a Jen en mitad de su loco vuelo. El repentino cambio de fuerzas hizo que la cuerda no resistiera más y se partió de nuevo tras el barde. Julian, Vak y Cruços se perdieron entre las nubes de tormenta. Jen sólo consiguió ver como la cuerda se partía separando a los tres compañeros.
Rolthos intentó agarrar a Julian según pasaba pero no lo consiguió y su movimiento hizo que la cuerda que le unía a Ashrem se partiera, saliendo despedido también el anciano y perdiéndose en las negras nubes que les rodeaban.
La lluvia, el viento y el granizo les golpeaban sin piedad, otro relámpago volvió a cegarles momentáneamente y, girando sobre si mismos casi sin control, los tres compañeros fueron cada vez más conscientes de lo precario de su situación.
PbP Character: A few ;)
Nessa vió con horror como la mitad de los compañeros salían despedidos sin que pudieran hacer nada por ellos, pero no se paró a lamentarse. Sabía que si permanecían más tiempo a la intemperie les acabaría pasando lo mismo a ellos tres.
- ¡¡Agarraos bien a mí!! - les gritó a Jen y Rolthos. Por si no la escuchaban bien, atrajo a Jen hacia ella y colocó uno de sus brazos alrededor de su cuello. Rolthos, entendiendo la situación, hizo lo mismo.
Así, sujetos entre ellos, y con el brazo ya libre por no tener que sujetar a le barde, Nessa cogió la daga de su cintura y cortó la cuerda que tenía alrededor de la misma. Chilló las palabras del conjuro casi sin pensarlas ni oirlas, y aunque éstas prácticamente se perdieron en el viento y los relámpagos, surtieron efecto. El pequeño trozo de cuerda se puso tieso y al final del mismo apareció la ya conocida abertura que les conduciría a una seguridad temporal.
- ¡¡Adentro, vamos!!
Por lo corto de la cuerda, no tuvieron más que extender un poco los brazos para llegar a la abertura del espacio extraplanar. Jen subió primero y ayudó a a su vez a subir a la ranger. Ni un segundo después, ambas tiraron del paladín para subirlo rápidamente.
- ¡Maldita sea nuestra mala suerte! - se lamentó la ranger, tirando con furia su mochila al suelo - No podemos salir a buscarles ahora. Tenemos que esperar a que amaine la tormenta o acabaremos como ellos. Ojalá amaine en la hora que durará mi conjuro. Si no ... - miró a Jen - quizás podrías convocar tu domo cuando éste esté a punto de desaparecer y podremos vigilar cómo evoluciona la tormenta unas horas más.
"Dioses, espero que estén bien. Por favor, Madre, protégelos", pensó.
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Jen está temblando de miedo, del susto y del shock. Cuando entran en ese pequeño bolsillo dimensional, le barde se deja caer de rodillas mirando a la nada.
-Ilya... Vraak, Cruços!!- Se lleva las manos a ma cabeza -No puede ser! Oh, por favor, no puede ser. Y ashrem!! Dioses, esto no puede estar pasando!- Con el corazon lleno de una mezcla de miedo, rabia y tristeza, al menos encuentra en si la fuerza de tomarle la mano a Nessa -Gracias por salvarme. Nessa, ese conjuro ha sido increible. Si necesitas el domo,.claro, puedo hacerlo.... Creo. -Se muerde el labio inferior. No quería hacer ver ante sus dos compañeros el pánico que reptaba por su columna vertebral al pensar en que Julian estaba ahi fuera, en que estaban separados... Trata de confiar en los expertos aventureros que son Vraak y Cruços, y la resolucion que ha mostrado Julian durante todo el viaje, pero no puede evitar ponerse en la peor situacion...
La ranger devuelve un apretón de mano a le barde, intentando infundirle ánimo.
- Seguro que estarán bien - dijo, aunque no tenía claro si lo decía para tranquilizar a Jen o para tranquilizarse a sí misma. Pero debían creer en aquella afirmación.
Tenían un buen rato de espera hasta que el domo se desvaneciera y Nessa buscó un modo para distraerse. Hasta que había lanzado el conjuro del domo no había sido consciente de que desde que sólo tenía una mano le costaba más realizar los movimientos requeridos. Había tenido una suerte inmesa al convocarlo sin problema, pero no quería arriesgarse a intentarlo de nuevo con otro hechizo y que este fallara. Se dedicó pues durante un tiempo a relizar los movimientos de su hechizo para restañar heridas hasta que estuvo segura de haberlos dominado. Con la mano de le barde aún sujeta, aprovechó este contacto para lanzar el hechizo sobre ella, curándole un poco del daño recibido en la tempestad.
El resto del tiempo se dedicó a observar en silencio la evolución de la tormenta.
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Los minutos pasaban en silencio en el pequeño espacio extradimensional que había conjurado la magia de la ranger.
Oswald Glimfeather Tercero miraba preocupado por la pequeña apertura que les comunicaba con el exterior y miraba de tanto en tanto el extraño objeto circular que guardaba sujeto por una pequeña cadena dorada en su chaleco, no sin dificultad por su ala aún vendada.
- Me temo que no va a amainar a tiempo - dice volviéndose hacia los tres aventureros - Teniendo en cuenta cuanto duró tu hechizo la última vez creo que esta terrible tormenta no habrá pasado aún. Jen - dice volviéndose a le barde - Tú puedes conjurar el domo que nos ha protegido otras veces ¿cierto? Bien - dice con firmeza cuando le barde asiente - pero tenemos que sincronizarlo perfectamente. Normalmente es desaconsejable conjurar espacios dimensionales dentro de otros espacios dimensionales. Ya hemos visto que esta protección no afecta al resto del entramado energético del semi-plano, esperemos que ocurra lo mismo con el resto pues es muy útil, pero no me atrevo a forzarlo y coincidireis conmigo que, aunque puede ser un tema fascinante para investigar en el futuro, nuestra actual situación no nos deja margen para accidentes ni superposiciones de energías mágicas. - Oswald Glimfeather Tercero miró de nuevo su objeto redondo y murmuró algunas cifras. - Esta bien... descansa ahora Jen, yo te aviso cuando sea el momento de empezar pero debemos sincronizarlo perfectamente o quedaremos a merced de la tormenta de nuevo... -
El tiempo pasa lento, entre preocupados por sus compañeros y por su propio futuro, lo peor era saber que nada podían hacer por ellos ahora mismo. Llegado el momento Oswald Glimfeather Tercero indicó a Jen que podía empezar.
Según las palabras del conjuro cobraban fuerza en la garganta de Jen, Nessa comenzó a notar como su magia comenzaba a perder fuerza. Por precaución se juntaron todos y se agarraron con fuerza a le barde. Rolthos ató a Nessa a su cuerpo con la poca cuerda que les quedaba y se agarró a la cintura de Jen. Habían probado a unir la cuerda con nudos de escalada pero dudaban que fueran a soportar aquellos vientos huracanados.
- Jen... - dijo Nessa sintiendo que su magia se desvanecía.
- ¡AHORA! - gritó Oswald Glimfeather Tercero y Jen, nerviose, comenzó las últimas palabras de su conjuro aumentado su tono de voz por la urgencia.
De pronto todos sintieron que caían, pero fue apenas medio segundo pues los vientos les arrojaron de nuevo hacia arriba. La lluvia azotó sus cuerpos y la voz de Jen casi no se podía oir.
Pero tan rápido como había comenzado, el viento paró. Debido a la inercia, se siguieron moviendo y golpearon la parte superior del domo antes de caer entrelazados hasta el fondo de una esfera dorada que les rodeaba. Ahora podían ver las nubes moverse a su alrededor, la lluvia caía inmisericorde contra el domo por todas las direcciones y no pudieron evitar gritar cuando un rayo golpeó el domo del conjuro y se vieron envueltos en pequeños relámpagos y chispas azules.
Pero lo habían conseguido. Estaban a salvo en el domo. Sin embargo, como no era un lugar fijo como el espacio creado por el conjuro de Nessa, sino que era una esfera a merced de los vientos, se movían a su antojo a una velocidad vertiginosa. Aunque ellos dentro no sentían nada, la esfera se movía de un lado a otro. ¿ O era sólo un efecto visual que provocaba el ver las nubes moverse a su alrededor? Era imposible saberlo sin puntos de referencia, y allí en aquel semi-plano de aire, no tenían ninguno.
El efecto era altamente desconcertante y sintieron algunas nauseas, por lo que Jen volvió opacas las paredes de la esfera y se quedaron con la débil iluminación dorada del interior.
Comentaron durante un tiempo cuales eran sus posibilidades, pero cejaron al ver que era una esfuerzo fútil.
Aquel lugar era demasiado extremo, demasiado duro... Rolthos comenzó a comprender porqué el viejo clérigo había perdido la cabeza en aquel lugar.
Nessa intentó descansar pero no lo conseguía. Su cabeza iba a mil por hora. Se debatía entre formas de intentar rastrear a sus compañeros. ¿Estaban juntos? ¿Separados? La cuerda no había aguantado y se había roto... los vio salir a cada uno en una dirección... ¿se habrían encontrado? ¿Estarian bien? Si esto era el semi-plano del aire,;¿Qué les esperaba en el resto? ¿Cómo iban a encontrar ahora la isla con la salida? ¿Y si no conseguían liberar una de las Puertas?
Jen se sentó mirando hacia la salida, ahora cerrada, atusándose el pelo una y otra vez en un gesto nervioso. Julian tenía que estar. Tenía que estar bien. Tenía que estar bien.
Oswald Glimfeather Tercero consultaba su extraña esfera regularmente. Al cabo de lo que les pareció una eternidad dijo en voz baja.
- Jen, ¿Puedes abrir? Creo que lo peor ha pasado -
Jen hace un pequeño gesto, algo temerose, y una abertura circular se abre en el domo.
Al otro lado pudieron ver las frías y grises nubes que poblaban aquel semi-plano. El constante viento las movía, aún rápidamente, pero lo peor de la tormenta que les había azotado había pasado. No podían saber si el viento les había sacado de ella o se había disipado, pero por lo menos podrían reanudar su camino.
La cuestión era
¿Su camino hacia dónde?
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- Por todos los dioses, eso ha sido increíble. La sincronización ha sido perfecta - les dice Nessa a Jen y Oswald cuando termina de recuperarse de todo el vaivén tras el intercambio de domos. La ranger hace apunte mental tras la nueva aparición del curioso artefacto para medir el tiempo de Oswald, preguntándose si podría conseguir algo así en el futuro.
Ubicándose en el nuevo y más confortable domo, se dedica a pensar pensar y repensar en cómo localizarles. Localizar cualquier tipo de rastro va a ser prácticamente imposible, no solo porque aún no se ha recuperado del todo de su resurección, sino que en condiciones normales ya habría sido como buscar una aguja en un pajar. Para más inri, habían perdido toda posibilidad de referencia al haber sido arrastrados ellos mismos también desde el punto original donde se habían perdido todos.
Recordó que Rolthos conocía un conjuro que permitía localizar objetos en un radio de unos mil pies. ¿Quizás eso podría ayudarles?
- Rolthos, tú tienes un conjuro que permite localizar objetos, ¿verdad? Es cierto que su rango no es muy amplio, pero quizás si nos situamos en zonas en las que haya bastantes islotes y lo usamos, podríamos tener algún resultado. Porque lo lógico es que hayan intentado ir a alguna isla para protegerse y no estar a merced de los vientos, ¿no creéis? Podríamos intentar detectar algo que tengan todos en común. Como por ejemplo ... ¿raciones? ¡Si algo no hay en este maldito lugar es comida!
Pensó un poco más y añadió:
- También podríamos intentar hacer en que ellos vengan a nosotros. Jen, tú podrías conjurar una especie de bengala o fogonazo. Si lo ven, sabrán que hemos sido nosotros. Esto por supuesto habrá que hacerlo con cuidado porque puede atraer a otras cieaturas. Pero si lo hacemos y luego nos escondemos en algún islote podría salir bien. Es más, no tenemos por qué optar por una cosa u otra, sino combinar todo esto mientras vamos volando. ¿Cómo lo veis?
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Rolthos gruñó al ver como el grupo se separaba a pesar de los intentos de mantenerse unidos. El había ido a caer con Jen y Nessa, y sus conjuros les proporcionaban refugio, pero para el resto... Rolthos esperó inquieto en los espacios dimensionales preocupado por las crecientes complicaciones. Debian recorrer cuatro planos y ya el primero de ellos estaba debilitando fuertemente al grupo, la tendencia era insostenible. Miró a Jen, Nessa y Oswald y la gema del agua.
- Es posible que en otros planos elementales no podamos sobrevivir sin ayuda... Aquí hay viento, pero si todo es agua... ¿Cómo podremos respirar? Si vamos al de fuego, ¿A qué temperatura estará aquello?... Veremos. - Dijo con preocupación. Si el grupo decidía no usar la gema, confiaría en su criterio, pero más y más estaba considerando que era un error.
Al acabar la tormenta Rolthos asintió. - Tengo el conjuro disponible, pero me temo que no abarcaría a un islote entero, llega a unos 300 metros. Mucho menos de lo que necesitaríamos. Lo lanzare cuando lleguemos a una isla, pero ahí ya nos valdrían tus habilidades de rastreo. Propongo buscarlos en la isla más cercana – Después observando el exterior intento determinar por donde se había ido la tormenta. – Si seguimos la tormenta y vamos buscando en los islotes cercanos, creo que sería bastante posible encontrarles. Incluso para una senal visual necesitariamos estar cerca. Y alertariamos tambien a posibles amenazas.
Zevatur, Rolthos
Oswald Glimfeather Tercero asintió, al parecer de acuerdo con el plan propuesto por el paladin.
Nessa recogió sus cosas y se aprestó para salir. Tardó más de lo que le hubiera gustado, pero aún estaba acostumbrándose a su nueva condición.
Cuando estuvieron listos, salieron con precaución de la protección que les ofrecía el domo, Jen permaneció dentro por si acaso tuvieran que volver a meterse en la esfera que ahora flotaba entre las grises nubes.
Nessa miró a su alrededor, flotando en el aire, con el viento jugando con su pelo. No pudo evitar notar las diferencias de aquel maldito lugar con su hogar. Tras una tormenta, el frescor húmedo y agradable que quedaba en el ambiente, el preticor que lo inundaba todo, el sol que comenzaba a salir entre las nubes formando bellos arco iris sobre las montañas... pero allí nada de eso ocurría.
Lass nubes continuaban grises y oscuras, amenazantes, a su alrededor. El olor de la lluvia era podrido, como si el agua misma se encontrase enferma. El viento seguía soplando helado e incluso con las ropas de invierno se colaba y le erizaba la piel.
Sin embargo la idea que había tenido Rolthos de buscar la tormenta fue fructífera. Nessa giró sobre si misma, hacia su derecha casi 180 grados y pudo ver, a unos dos kilómetros de distancia y alejándose, las negras nubes de la tormenta, iluminadas por relámpagos furiosos.
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Nessa lamentó dejar el cobijo que les daba el domo de Jen para volver al semi-plano. Parecía imposible que aquél sitio pudiera ser más despacible, pero así era. Intentando ignorar lo desagradable del ambiente y con la preocupación por Vraak y los demás espoleándola, se fijó en sus alrededores: la tormenta parecía que iba a seguir en la misma dirección y en el espacio que había quedado despejado por donde había pasado no veían ningún islote.
No quedaba más opción que seguir en dirección contraria a la tormenta hasta que apareciera alguna isla donde pudieran buscar a sus amigos. Al fin y al cabo, si habían conseguido salir de la tormenta se habrían quedado alrededor del camino por donde había pasado ...
- Sigamos hacia allí - señaló - por el camino por el que ya ha pasado la tormenta. Cuando veamos alguna isla podemos pararnos a buscar y .... si no encontramos a nadie al cabo de un tiempo - "los dioses no lo quieran", pensó - podemos intentar deshacer el camino y probar en sentido contrario.
Sin más, echó a volar liderando la comitiva y deseando internamente que el cansancio que aún sentía no afectara muy negativamente a la búsqueda.
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-Uh... Ah... Esperad!- Jen intenta manejarse dentro del domo. Al principio no sabia moverlo! Se sentía como un animal de recreo. -Venga, concéntrate!- se dice a si mismo. Con una cinta como las que usa para trenzarle el pelo a Nessa se recoge el lacio pelo en una cola de caballo. -A ver... A ver...- Prueba a centrarse y dejar pasar las corrientes de aire, y curiosamente funciona. -Vale, vale!- "Ilya, Vraak, Cruços... Ya vamos, aguantad, por favor".
Junto a Nessa, Rolthos y Oswald, empiezan a dirigirse hacia el lugar de donde han venido, Jen preparandose mentalmente para cuando haya que lanzar una bengala, o una señal al aire. "Iluminaría este lugar de todos los colores habidos y por haber, si eso significa encontraros".
Poco a poco, lentamente, muy lentamente, Jen consigue mover el espacio seguro tras Nessa y Rolthos.
Tan lentamente que, frustrade, sale del mismo apenas han pasado unos minutos decidiendo que si lo necesitan de nuevo.
Sin necesidad de arrastrar el domo mágico, consiguen avanzar más rápidamente, cruzando el plomizo cielo gris con el viento azotando el pelo en sus caras y agitando las capas tras de si. Con gesto circunspecto recorren el camino que ha seguido la tormenta, con la esperanza de poder encontrar alguna señal, la que sea, de sus amigos.
Pasan alrededor de treinta minutos cuando, entre las nubes grises, ven dos formas de islotes, una más pequeña que la otra y a diferente altura.
La mayor está sobre ellos y a la izquierda. Desde su posición sólo ven la parte inferior que se extiende hacia abajo como si fuera un colmillo gigante de roca negra.
La otra es algo más pequeña que la isla donde vieron a los gigantes y esta a su derecha y algo más abajo de su actual posición. Los agudos sentidos de Nessa le permiten distinguir varias formas moviéndose entre las rocas, pequeñas criaturas aladas que parecen hechas de jirones de las grises nubes que forman este nodo elemental.
En el centro de la isla hay una pequeña edificación, una casa, o más bien un templete de formas redondeadas. A Jen, la cúpula central le recuerda vagamente a una llama.
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- Supongo que eso es el acceso al semi-plano de fuego - comenta Nessa, fijándose en la extraña edificación. Con todo lo nerviosa que le ponía, ahora echaba de menos tener a Ashrem al lado para que les pudiera confirmar esto. - Está bien saber que eso está ahí, pero está demasiado rodeado como para acercarnos.
Se guarda esta ubicación en la memoria, en caso de que puedan necesitar volver más adelante, y se fija en que las criaturas que parecen jirones de nube no parecen estar alerta, sino simplemente pululando alrededor de la edificación.
- Creo que podríamos ir a investigar la isla que tenemos encima. Vayamos lo más discretamente posible, no sea que haya más criaturas de esas allí también. Y si no vemos indicios de que Julian, Vraak o Cruços estén en alguna de estas islas, sigamos buscando, ¿de acuerdo? - Jen y Rolthos asienten a esto - Sólo podré conjurar a las sombras una vez, ¿lo reservo para más adelante?
Jen interviene:
- Sí, resérvalo, Nessa. Puedo hacernos invisibles a los tres para ir sobre seguro.
Le barde lanza su conjuro sobre los compañeros y con la seguridad que les da la invisibilidad se disponen a acercarse a la más más alta de las islas, sin separarse demasiado ya que no se pueden ver entre ellos.
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Sujetándose entre sí, para evitar perderse ahora que eran invisibles, el trío, junto con el aún herido Oswald Glimfeather Tercero aún arrebujado en la capa de Rolthos, se aproximó a la isla con cautela, esperando encontrar alguna señal de sus perdidos amigos y evitar cualquier contacto con los moradores de aquel infernal lugar.
Al contrario que la mayoría de los islotes esta parecía una gran meseta, sin demasiadas aristas o elevaciones donde guarecerse del implacable viento.
Jen detuvo a sus compañeros en su aproximación y se elevaron.
- Chicos... - les dijo lo más bajo posible. Era una sensación extraña estar hablando por nada y ser escuchado por nada - Aunque sea un poco más difícil encontrar pistas desde el aire, creo que podremos cubrir más terreno si nos mantenemos lo suficientemente alejados como para poder seguir volando... en especial en este islote que parece todo pelado... -
- Una excelente sugerencia - aprobó Oswald Glimfeather Tercero
Siguiendo la idea de Jen sobrevolaron la extensión de piedra gris azotada por el viento. Quizá fuera por la falta de refugio, o por los elementales de aire que vieron recorrerla, al parecer a sus anchas en aquel lugar, que no había ningún otro residente del nodo allí. Tampoco vieron ninguna pista de que sus perdidos compañeros hubieran pasado por allí. Oswald Glimfeather Tercero, con su aguda vista, confirmó que no parecía haber ningún rastro de los compañeros perdidos.
Resignados, pero confiando en que el hechizo de invisibilidad que les cubría les protegería, siguieron el camino que había recorrido la tormenta. Revisaron al menos cuatro islotes más de la misma manera antes de que el hechizo perdiera su eficacia, sin suerte.
Fue en el quinto islote, una pedazo de roca de tamaño mediano, que tenía las ruinas de una pequeña casa, donde, al acercarse, escucharon ruido de lucha. Se elevaron para poder ver mejor y aún en la distancia, reconocieron el aullido de Cruços y el grito de desafio de Vraak.
Maniobraron para acercarse y desde lo alto vieron las figuras de los dos guerreros, espalda con espalda, en el centro de las ruinas que ofrecían algo de protección contra los elementos pero poca defensa táctica, siendo acosados por un grupo de elementales con armadura, similares a los que les atacaron en el Templo del Aire.
Pese a estar visibles desde hacía rato, ninguno de los contendientes parecía haberse percatado de su presencia.
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Nessa sintió como si un enorme peso se le quitara de encima al ver a Vraak y a Cruços de una pieza, después de tantas horas de tensión e incertidumbre. Estaban rodeados, sí, pero al menos estaban en pie y en breve contarían con su ayuda y la de Rolthos y Jen.
Buscó con los ojos la figura de Julian y se preocupó al no encontrarle. Había rezado porque hubieran acabado los tres juntos, ¿acaso no había sucedido así? Maldijo para sí misma al tiempo que miraba de reojo a Jen, a quien vio buscando y buscando con la mirada y con la preocupación ya asomando en su rostro. "Por favor, que esté bien", pensó. No podían hacer nada más en aquel momento, ayudar a los dos guerreros era ahora la mayor urgencia.
Sin más dilación se preparó para atacar. Intentó invocar a la magia que le ofrecía Madre Naturaleza para marcar a uno de los elementales como su presa, pero la tensión del momento y la inexperiencia usando sólo la mano izquierda hicieron que los movimientos de sus dedos fueran demasiado torpes. La pulsera de muérdago y sauce no emitió su brillo blanquecino en aquella ocasión y la ranger no sintió el caracterísitco hormigueo del poder divino en sus dedos.
Frustrada por este fallo, sólo pudo desenvainar su espada corta y lanzarse en picado hacia el elemental que había elegido, cortándole de arriba abajo justo al tiempo que aterrizaba en suelo firme. Tras incorporarse, buscó de inmediato la mirada de Vraak:
- Al fin os encontramos - dijo, dirigiéndole una sonrisa de puro alivio - ¿Y Julian? - preguntó al tiempo que se preparaba para su siguiente ataque.
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