Jen busca freneticamente con la mirada a Julian entre el grupo, su ansiedad creciendo cada vez mas. Si tan solo esos elementales se quitasen de en medio! Jen rechina los dientes, y con un crujido, empiezan a crecerle los cuernos de la tiefling en el craneo.
-Fuera de mi vista- Murmura, y afinando el oido, distingue en la armonía de corrientes de aire s su alrededor una muy particular e inquietante. El sonido del viento en una fría montaña. Aferrando con las puntas de los dedos este timbre, lo materializa físicamente, dirigiéndolo hacia el elemental que ya ha sido impactado por Vraak.
Con la otra mano aferra la armonía del aire en una noche de luna llena, focalizándola en Cruços. -A por ellos.-
Vraak y Cruços estaban espalda con espalda, rodeados de enemigos. Llevaban varias horas siendo acosados por aquellos seres, que parecían no tener fin. Tan sólo la forma híbrida de Cruços, que tenía una resistencia sobrenatural, y las fuerzas que parecía recibir Vraak de su nueva arma, les habían mantenido en pie y luchando. Habían impactado con fuerza en aquel islote y habían pasado los primeros minutos intentando guarecerse de la furiosa tormenta entre aquellas parcas ruinas. Pronto vieron a los elementales acercarse y lo que pretendía haber sido un refugio contra los elementos se convirtió en una improvisada defensa contra un ataque por todos los flancos.
Las criaturas les rodearon y comenzaron a acercarse de nuevo, para un asalto final. Pese a sus poderes y habilidades sabían que no iban a poder resistir mucho más. Los dos guerreros compartieron una mirada y gruñeron al unísono. Venderían caras sus vidas.
Los elementales se abalanzaron sobre ellos, la suerte estaba echada. Y entonces... Nessa apareció volando e interrumpiendo el avance de uno de ellos. Jen y Rolthos rápidamente se unireron a ellos, poniendo en fuga a una de las criaturas, pero sobretodo, infundiéndoles unos ánimos que habían perdido.
- ¿Pero qué? - acertó a decir Vraak - ¿Cómo nos habéis encontrado? -
Su sorpresa hizo que ni siquiera atacara al elemental que huía , pero enseguida se recompuso y asestó certeros y letales cortes con su enorme hacha.
- No sabemos dónde está el doctor... fuimos separados en la tormenta -responde Cruços con voz gutural a Jen mientras se asegura de que su hoja no está ociosa.
Con la llegada de sus compañeros, la balanza, al menos, se inclina, aunque los poderes de los elementales no pueden ser menospreciados, ahora tenían una posibilidad.
Nessa se percató rápidamente de dos cosas. La primera: que su espada apenas hacía daño a los elementales de aire. Y no sólo se debía a que su manejo de la espada con la no era el óptimo con la mano izquierda, sino que aquellas criaturas parecían resistir sus cortes. Mirando de reojo a sus compañeros vio que las armas mágicas de Rolthos, Cruços y Vraak estaban resultando muchísimo más efectivas, por lo que se vio obligada a pensar en una nueva táctica para poder aportar algo en la contienda.
La segunda la sintió rápidamente en sus carnes cuando vio que el elemental al que había atacado le respondía con un tremendo ataque relampagueante que le hizo chillar de dolor. Sintió cómo la electricidad recorría su cuerpo y como ésto casi la dejaba aturdida, pero por suerte consiguió superar aquella sensación. Sucumbir a aquello habría supuesto ser el objetivo de golpes aún más potentes por parte de los elementales. Y no podía, no quería, volver a acabar como en el combate contra los dragones blancos.
Intendando ignorar el dolor y notando cómo Rolthos se situaba a su lado y se encaraba al elemental que la había atacado, optó por llamar la atención de la criatura simulando que iba a atacarle. Esta se giró hacia ella, lo que dio una apertura que el paladín aprovechó sin dilación. La joven ranger decidió entonces que seguiría haciendo eso: ya que no podía hacer daño efectivo, al menos serviría como apoyo a sus amigos.
Cuando el paladín se alejó de ella para perseguir al elemental que Jen había logrado alejar con su conjuro, la joven ranger se acercó entonces a Vraak e hizo una finta a la criatura que le atosigaba, lo cual dio una oportunidad que el semiorco aprovechó para lanzarle un tremendo golpe digno de su fuerza y del hacha que ahora portaba.
- Rastreamos el camino que siguió la tormenta y os buscamos en todos los islotes que fuimos encontrando - Aprovecha para responder al sargento - Ojalá no hubiese tardado tanto en amainar...
Cuando escucha las noticias de Cruços sobre Julian su estómago da un vuelco. Eso quería decir que Julian llevaba ya demasiadas horas solo. El tiempo corría en su contra... necesitaban acabar con aquellas criaturas cuanto antes para ir a buscarle.
La escaramuza se desarrollaba implacable pero poco a poco los compañeros iban consiguiendo menguar el número de los elementales que les rodeaban. Sin embargo no podían despistarse. Uno de ellos logró superar las defensas del paladin, el cual cayó al suelo convulsionando, sin control alguno sobre sus músculos debido a la electricidad que recorría su cuerpo. Rápidamente, Vraak y Nessa se precipitaron contra los dos elementales que se habían abalanzado contra el paladín, logrando abatir a uno de ellos. Parecía que la armadura había protegido a Rolthos de la mayoría de los ataques, pero tendría serios moretones mañana. Si es que llegaban.
Cruços luchaba enconadamente contra otro elemental y Jen observó como uno de ellos se elevaba para asestarle dos mortíferos golpes. Consiguió esquivar uno, pero el otro impacto al barde en el pecho y le arrojó unos metros hacia atrás, dando vueltas sobre sí misme. Apretando los dientes, Jen se dispuso a enseñarle a ese elemental cómo se las gastaban en el circo.
El changeling enseña los dientes, cada vez mas enfadado. Despliega las cuchillas de su aro lanzando un rabioso ataque al elemental, quien lo esquiva sin problemas. Maldiciendo como no lo haría ninguna de sus otras personalidades, Jen se envuelve en una espesa niebla, reapareciendo lejos del elemental -Inutil.- Dice con voz rasposa. Y no se sabe si esa maldicion va dirigida al enemigo, a su arma, o a si mismo.
Desde su posicion ve como se desarrolla la batalla "Madre mia somos unos pringados" piensa frunciendo el ceño mientras ve a sus compañeros sudar la gota gorda para poder eliminar a la amenaza de aire que se lanza a por ellos, implacable. Se fija en Cruços, que se enfrenta a dos elementales, y se dispone a manipular los sonidos como ha hecho antes, como si fuera un titiritero manejando cuerdas invisibles. Cruços, en un respiro, alza la mirada y corta la concentración del bardo con un rugido.
-Pero qué haces?! Baja aquí y pelea!! Necesitamos ayuda!
-Y que crees que hago, animal!?
-Podrías curarme, que bien lo necesito!!
Jen cambia sus movimientos para curar al hombre lobo, pero este vuelve a interrumpirle -Bah! Si lo distraes, lo remato!!-
Jen no se aguanta más
-Me tienes hasta las narices!!- Chilla, y el estridente sonido hace que el elemental de aire aulle y se aleje de Cruços, quien, fiel a su palabra, remata al elemental con su arma, haciendo que este se disuelva en la nada.
Mientras tanto, Vraak y Nessa han conseguido el tiempo que necesitaba el aturdido Rolthos, que ha estado protegiéndose como ha podido de los ataques en el suelo y ahora consigue levantarse, aferrando con determinación su fiel glaive.
Nessa lanza una finta a uno de los elementales, y se escabulle tras el corpulento Vraak. El mirmydon trata de seguirla pero descuida su guardia. El impacto del hacha de Vraak lo envía literalmente hacia atrás. Rolthos, rápido, ve la oportunidad y empala al elemental que se desvanece con un grito que parece el rugido del viento. La armadura cae vacía al suelo.
Un enemigo menos. Poco a poco la balanza se va inclinando a su favor. Pero los enemigos no han dicho la última palabra y atacan con renovado ímpetu a los compañeros. Cruços y Vraak reciben dos fuertes impactos, pero aguantan su posición apretando los dientes.
Rolthos se apresta a acabar la batalla rápidamente.
Sin embargo, y pese a los denodados esfuerzos del paladin, la batalla es dura.
Sin duda la balanza se ha equilibrado en favor de los héroes desde la llegada de los tres compañeros, pero Vraak sabía que aún les quedaba una pelea dura por delante. Los elementales no se rendían y no parecían acusar la pérdida de compañeros.
Lo que sí parecían acusar eran los hechizos que Jen les lanzaba desde las alturas, haciéndoles huir y abriendo grandes oportunidades para ellos de poder acuchillarlos y acabar con ellos. Así ocurrió, que gracias a la distracción de Nessa y uno de los hechizos de Jen, que Vraak pudo decapitar a uno de ellos, arrojando la amalgama de aire que recordaba a un cuerpo varios metros hacia un lado, perdiendo la coherencia y dejando caer la armadura que lo rodeaba.
Rolthos hizo lo mismo, uno de sus ataques fue parado por la maza que portaba el elemental, pero no así el siguiente ataque, cuando el paladín, con eficacia, giró sobre sí mismo y, a una mano, cortó por la mitad al elemental por donde debería haber estado la cadera de un humano.
Sólo quedaba el enemigo que se enfrentaba a Cruços. Los dos combatientes intercambiaban estocadas y golpes sin conseguir una ventaja clara sobre el otro. Jen centró su atención sobre él y susurró palabras de perdición en una lengua olvidada. Esto hizo que, una vez más, la criatura intentara huir. Cruços no desaprovechó su oportunidad y clavó con fuerza su espada en el pecho del elemental, atravesando tanto la sustancia aérea de la que estaba hecho como su armadura. Pero esta vez algo ocurrió.
Una energía roja brotó de la espada. Parecía acompañada de unas volutas de humo negro que se entremezclaban con la energía roja. Parecía como si una pequeña tormenta con rayos rojos se hubiera formado en la herida del elemental con la hoja maldita de Cruços en el centro de la misma. La tormenta se arremolinó y el elemental, que hasta ahora habían permanecido en silencio, gritó con una voz aguda y agónica mientras la tormenta crecía hasta ocupar todo su pecho. En un segundo desapareció, retrayéndose en la espada. Las piezas de la armadura cayeron al suelo con estrépito. La energía roja recorrió la hoja y pareció saltar a la mano, al brazo, al cuerpo de Cruços. Allí donde los pequeños rayos rojos tocaban la piel del hombre-lobo, los músculos parecían crecer, el mismo cuerpo de Cruços, ya aumentado por su forma híbrida, creció aún más y levantó la cabeza y lanzó un aullido triunfal. Jadeando se volvió a sus amigos, los ojos chisporroteando energía roja. Lanzó un profundo gruñido que salió de lo más profundo de su pecho y mostró los dientes. Vraak y Rolthos, preocupados, se colocaron frente a Nessa, Jen se tapó la boca, asustade, en el aire. No no, aquello no podía estar pasando. No otra vez. No ahora.
Cruços se rió y habló con voz gutural.
- Tranquilos... aún tengo el control... grrrr -
Todos suspiraron. Por lo menos habían acabado con los elementales que les habían estado acosando.
Desde el aire, Jen se toca el pecho, respirando hondo y dejando que un destello verde le recorra el cuerpo. Se siente mejor. Aun asi su expresion es sombría. Baja a la isla con el resto de compañeros, y ejecuta la misma sccion con Nessa, tocandola en el hombro e imbuyendola con magia curativa. Sin embargo lo hace sin mirarla si quiera, ya que tiene la vista clavada en Vraak y Cruços -Cuando llegasteis a este islote? Cuando perdisteis de vista a Julian? Pensaba que estaría con vosotros, yo...- Se clava las uñas en el brazo, mordiendose la lengua. Parece una olla a presión a punto de estallar de lo tenso que está. Casi no se ha sorprendido al ver cruços en su forma lupina. Los gritos que se han lanzado antes hace que no quiera ni mirar al hombre lobo.
- Le perdimos de vista a la vez que a vosotros... cuando la cuerda se rompió - dice con voz gutural Cruços, sin abandonar su forma híbrida
- Es más, nosotros ni siquiera estábamos en el mismo islote al principio -añade Vraak - pero Cruços me encontró aquí -
El cazador asiente
- Caí en un islote cercano... el olor me llevó hasta Vraak... no perdemos nada por probar... -añade mientras comienza a separarse venteando el aire, levantando su cabeza lupina intentando captar el olor del médico. Sin embargo al cabo de un momento vuelve algo cabizbajo
- Lo siento... no logro captar su olor... pero puedo probar en el siguiente islote... - dice intentando que su amigue no pierda la esperanza. - Si nos habéis encontrado a nosotros, y en el momento adecuado, seguro que le encontramos.. -
A pesar de que Vraak y Rolthos la cubren, Nessa da unos pasos hacia atrás cuando ve a Cruços imbuido por el fulgor rojo que parece una señal clara de que el hombre lobo ha perdido el control de sí mismo. Por suerte no es así, lo que le hace liberar el aliento que había contenido hasta entonces.
Siente cómo las piernas le flaquean de puro cansancio ahora que ya no hay enemigos alrededor, y piensa en sentarse un momento en sentarse a recuperar las energías que ya no tenía ni cuando se volvió a la vida aquella misma mañana después de. Pero no, niega con la cabeza a su propio pensamiento, sabiendo que si se sienta su cuerpo exhausto ya no podrá volver a levantarse hasta descansar durante largas horas. Julian les necesita y no pueden perder ni un minuto. La cura que recibe de Jen es toda la recuperación que puede esperar en estos momentos.
Asiente a lo dicho por Cruços y apoya la mano en la cara de Jen, haciendo con suavidad que el bardo deje de mirar a un punto en el infinito y cruce la mirada con ella:
- Vamos a encontrarle, Jen. Pudimos encontrarles a ellos y podremos encontrar a Julian. Además, ahora contamos con más ojos para buscar y con el fino olfato de Cruços - mirando al resto añade - Salgamos ya, no le demos tiempo a la tormenta a variar.
Jen chasquea la lengua, y sacude la cabeza. Sus palabras suenan cortantes, secas. -Este paraje es inhóspito. Cruel. No se si...-Se fija entonces en las vendas de la cazadora, y parece que un pensamiento pasa por su cabeza. Con un gesto brusco la coge de la muñeca y tira de ella -Huele esto!- Exclama a Cruços. -Las ha manipulado esta mañana. Seguro que puedes identificarlo!-
Para su desesperación, el hombre lobo niega -Las corrientes de aire aquí son demasiado fuertes. Su olor se desvanece con cada remolino.-
-Tsk! Entonces no me sirves de nada!-Jen suelta la muñeca de Nessa tan bruscamente como la ha cogido. Casi no parece la delicada persona que suele mostrar al mundo. Esta cara original, reprimida en la oscuridad desde hacía años, no está emocionalmente regulada. Pero el bardo no parece darse cuenta, cegado por el remolino que se desarrolla ahora en su interior.
Nessa atravesada por el dragón. Muriendose. Zalphiros suelto, quemando villas a su aire. Julian... Quizá también ya muerto. Se le encoge el alma, y vuelve a apretar los dientes con furia.
-Vámonos. Deprisa.-
Y hacia donde? Es la pregunta que surge en su interior. Pero a eso no puede dar respuesta. Solo sabe que tiene que hacer lo que mejor se le da. Estar en movimiento. Quizá así lleguen al lugar correcto.
La ranger hace un gesto de molestia cuando Jen la coge bruscamente y la suelta de la misma forma, e intercambia una mirada casi de disculpa con Cruços tras el comentario que le lanza el bardo. Jen está fuera de sí pero le parece tan razonable que lo esté que no hace el más mínimo reproche, y siente que no merece la pena darle más palabras de aliento.
Lo único verdaderamente útil que pueden hacer es ponerse en marcha sin más dilación y dar todo lo que puedan para encontrar al doctor lo antes posible. Seis horas habían pasado desde que se separaron. Muchas horas para estar sólo en aquel maldito lugar.
Guardándose esos pensamientos para sí misma, la ranger se lanzó a volar y localizó de nuevo el camino que venían siguiendo.
Cruços tampoco dice nada pero se aposta a la cabeza de la comitiva junto con Nessa y se esfuerza por captar algún olor, sobre todo cuando se van acercando a algún islote. Dejan atrás dos islotes más, y cuando ven acercarse el islote en el que vieron a los gigantes y encontraron a Ashrem se dan cuenta de dos cosas.
Una, que Julian no ha podido llegar tan lejos, al menos no despedido por la tormenta, asi que posiblemente hayan pasado el islote en el que se encuentre el médico. Pese a que han ido subiendo y bajando algunos metros para acercarse a los islotes, se dan cuenta de que, en realidad, no han estado pensando en tres dimensiones. Y que el viento ha podido enviar al doctor no sólo hacia atrás respecto de su trayectoria original, si no hacia arriba o hacia abajo.
Jen siente que se va a romper, pero en lugar de eso, aprieta los puños y vuelve a encaminarse hacia atrás.
Mientras el resto la sigue, con más sensación de premura si cabe que antes, el paladin se percata de otra cosa. Han estado tan concentrados en buscar a Julian, y antes a Vraak y Cruços, que se han olvidado por completo del viejo Ashrem. Claro que si alguien está preparado para sobrevivir en aquel lugar, es el viejo clérigo que tantos años a aguantado en aquel lugar. Rolthos cada vez entiende más que el viejo esté medio loco. Siendo generosos.
Para cubrir más terreno, al menos visualmente, deciden separase un poco. El viento les azota si, pero es soportable y los jirones de nube son lo suficientemente finos como para perderse de vista apenas unos segundos. Así, deshaciendo el camino recorrido, localizan al menos cuatro islotes más a diferentes alturas, sin éxito.
Es en el quinto en el que las orejas de Cruços se enderezan y llama al resto. En un pequeño islote, a unos doscientos metros bajo ellos y algo a la derecha, no muy lejos del que encontraron a los guerreros, de apenas cuarenta metros de diámetro y salpicado por las ya habituales formaciones rocosas pequeñas y puntiagudas, moldeadas por el viento, que ven el cuerpo de Julian. Está en el centro del mismo, no parece moverse, podría estar durmiendo si no fuera porque ven su espada en el suelo a su lado y, no muy lejos, la ballesta y algunos virotes en el suelo. Con su aguda vista Oswald confirma que no tiene heridas aparentes.
Jen ahoga un grito, llevándose la mano a la boca. "ILYA!!!" quiere chillar, pero su cuerpo va mas rápido que sus pulmones y sin esperar al resto se lanza en picado hacia donde se encuentra el cuerpo de su pareja. En su trayectoria un fugaz pensamiento de su personalidad protectora pasa por su mente, y con la mano izquierda traza una runa de proteccion en el aire... Solo por si acaso.
Quizá debería haber esperado al grupo, trazar una estrategia, explorar por si hubiera una emboscada... Ese pensamiento también pasa por su mente, aunque queda ahogado por el constante "Ilya, Ilya, Ilya" que no deja de repetirse mientras desciende casi sin pestañear.
En su otra mano prepara un hechizo de curación directo para curar cualquier herida, visible o no, del médico "por favor que funcione, por favor que funcione, por favor...."
Todo pasa muy rápido. Jen se precipita hacia Julian, sus ojos fijos en el cuerpo inerte del valiente médico. Cincuenta metros. No se mueve, ¿no le ha oído?
Cruços Vraak y Nessa sale tras le barde con algo más de precaución, intentando discernir si Julián ha sufrido algún ataque o su estado es fruto del impacto contra el islote empujado por los huracanados vientos. Pero que sus armas estén desperdigadas no es una buena señal. Nessa se da cuenta de que el vial vacío de una poción de curación yace roto cerca de él. Definitivamente algo ha atacado al solitario compañero.
Rolthos se precipita tras Jen tratando de protegerle de cualquier peligro y asistir a Julian pero el bardo se mueve condenadamente rápido.
Veinte metros. Jen comienza a ver más detalles. El rostro de Julian muestra señales de lucha. Tiene un pómulo amoratado y posiblemente roto, la nariz está llena de sangre y un hilo de sangre se desliza por la comisura de sus labios. No no no no
Diez metros. Jen intenta ver desesperadamente si Julian respira o no, maldita ropa, maldita capa, maldita armadura…
Siete metros…
Cinco metros..
- Ily.. UGH!! -
El vuelo descendente casi en picado de Jen es abruptamente interrumpido, siente un fuerte impacto y su brazos y piernas se ven lanzados hacia delante por la inercia. Escucha su cuello crujir y el aire se escapa de sus pulmones. Algo.. alguien le ha apresado del cuello. Siente como su tráquea se cierra e intenta agarrar lo que sea que le tiene preso, pero sólo hay aire a su alrededor. Su hechizo protector se disipa, habiendo mitigado algo el golpe, sin él posiblemente se hubiera partido el cuello de la violencia del choque. No podía respirar. ¿Qué era aquello?.
“Ilya… Ilya… “ intentó llamarle pero el aire no llegaba a sus pulmones que empezaban a arder. Lo que fuera apretaba tanto que se lo partiría antes de ahogarse. Un momento. No vio el cuerpo de Julián tirado donde estaba. ¿Qué estaba pasando? ¿Dónde estaba? ¿Había sido una trampa? Forcejeó, pero en vano. Comenzó a perder la visión, todo se volvió borroso.
-CHAK-
El sonido de una ballesta atravesó el aire. Jen creyó escuchar una brisa de aire parecida a un quejido y la presa de hierro en su cuello desapareció.
- Aléjate de él… perra… -
Julian no pudo sostener la ballesta y la dejó caer tras haber disparado un último virote. Se había arrastrado hasta su arma. El alivio de Jen por ver que vivía se desvaneció cuando el médico perdió el conocimiento.
Rolthos fue detrás de Jen, si algo había atacado a Julián aquella isla de era segura y Jen no estaba actuando con cautela. Por desgracia tenia razón y los repentinos actos que ocurrieron le dieron la razón.
- ¡Está vivo! - chilló Nessa, liberando de este modo la tensión y la preocupación acumuladas. No tuvo tiempo para más celebración porque aunque parecía que Jen se había liberado de lo que fuese que la había golpeado, vio por el rabillo del ojo cómo Cruços se revolvía a su lado y aullaba como si algo le estuviera estrangulando.
¿Cómo podía ser? ¿Si el cazador de sangre y ella misma habían tenído los ojos bien abiertos? Necesitó un segundo para comprender que lo que lo que les estaba atacando era alguna especie de criatura similar a ráfagas de aire. AIRE. Maldito fuera aquel semiplano intentaba acabar con ellos a cada paso que daban.
Con un gruñido se lanzó a atacar a lo que mantenía a Cruços aprisionado. Aunque la tensión la impelía a atacar rápidamente, mantuvo la cabeza fría y decidió quedarse unos segundos completamente quieta, observando el sutil movimiento de aquella criatura hasta que sus ojos se acostumbraron y la localizaron. Entonces atacó sin dudar, acertando de lleno con cada estocada.
Sus ataques seguían siendo débiles y esto le hizo recordar, una vez más, que ya no era la de antes. No era mala con la espada, pero había sido tan buena con el arco. Tan letal.
"Maldito semi-plano, maldito Templo", pensó, abatida y furiosa a partes iguales.
La batalla es rápida e intensa. Los compañeros apenas pueden ver más que ocasionales jirones de nubes arremolinándose frente a ellos, o al lado, pero Mayaheine guia certera el brazo de Rolthos, y la energía divina ilumina momentáneamente las figuras de sus invisibles atacantes cada vez que el paladin golpea con divina justicia a sus atacantes. El que ha atacado a Jen se desvanece apenas tras el primer impacto del paladin, y el que parece cebarse en Cruços, intentando estrangular al cazador de sangre, no tiene mejor suerte pues los instintos guerreros de los compañeros se van acrecentando y parecen no fallar demasiado en la sustancia casi incorpórea del asesino. Rolthos se eleva rápidamente para acudir en ayuda de sus amigos mientras Jen vuelve a descender en picado hacia Julian.
El glaive del paladin atraviesa el aire, justo frente a Cruços que parece estar luchando por respirar y siente como si el aire, en lugar de llenar sus pulmones, saliera de ellos, y se ilumina con energía divina cuando Rolthos siente una pequeña resistencia en su movimiento. En silencio, la criatura muere y se disipa en los vientos del lugar. Cruços toma una gran bocanada de aire y se apoya en su amigo paladin mientras recupera el aliento y le agradece la ayuda.
En la superficie del islote, Jen se arrodilla frente a Julian, parando su alocado descenso para no arrollarle y comienza a buscar heridas y ha comprobar si el doctor respira mientras invoca su magia y una leve luz verde pasa de sus manos a la piel de Julian allá donde la toca, sanando las heridas y los moratones más evidentes.
Julian abre los ojos y sonríe débilmente. No dice nada tan sólo agarra a Jen del cuello y se incorpora para besarle.
Jen toma al médico delicadamente del rostro besándole como si estuviera a punto de desaparecer. Le tiemblan las manos, el corazón le palpita a mil por hora -Ilya... Querido, querido- murmura contra sus labios entre besos. -Estarás bien, voy a cuidar de ti. -Otro beso - Pensaba que.... Que...!- No puede terminar la frase, puesto que se le hace un nudo en la garganta -No importa. Solo importa que estás aquí. Ven, ven.- Le acuna contra su cuerpo como protegiéndole, aunque con su esmirriada figura poco puede proteger en realidad, pero es el gesto lo que cuenta.
Alza la vista a sus compañeros, todos maltrechos y con el viento azotandoles en el rostro -No está bien, necesita recuperarse un poco.-
Jen busca freneticamente con la mirada a Julian entre el grupo, su ansiedad creciendo cada vez mas. Si tan solo esos elementales se quitasen de en medio! Jen rechina los dientes, y con un crujido, empiezan a crecerle los cuernos de la tiefling en el craneo.
-Fuera de mi vista- Murmura, y afinando el oido, distingue en la armonía de corrientes de aire s su alrededor una muy particular e inquietante. El sonido del viento en una fría montaña. Aferrando con las puntas de los dedos este timbre, lo materializa físicamente, dirigiéndolo hacia el elemental que ya ha sido impactado por Vraak.
Con la otra mano aferra la armonía del aire en una noche de luna llena, focalizándola en Cruços. -A por ellos.-
Vraak y Cruços estaban espalda con espalda, rodeados de enemigos. Llevaban varias horas siendo acosados por aquellos seres, que parecían no tener fin. Tan sólo la forma híbrida de Cruços, que tenía una resistencia sobrenatural, y las fuerzas que parecía recibir Vraak de su nueva arma, les habían mantenido en pie y luchando. Habían impactado con fuerza en aquel islote y habían pasado los primeros minutos intentando guarecerse de la furiosa tormenta entre aquellas parcas ruinas. Pronto vieron a los elementales acercarse y lo que pretendía haber sido un refugio contra los elementos se convirtió en una improvisada defensa contra un ataque por todos los flancos.
Las criaturas les rodearon y comenzaron a acercarse de nuevo, para un asalto final. Pese a sus poderes y habilidades sabían que no iban a poder resistir mucho más. Los dos guerreros compartieron una mirada y gruñeron al unísono. Venderían caras sus vidas.
Los elementales se abalanzaron sobre ellos, la suerte estaba echada. Y entonces... Nessa apareció volando e interrumpiendo el avance de uno de ellos. Jen y Rolthos rápidamente se unireron a ellos, poniendo en fuga a una de las criaturas, pero sobretodo, infundiéndoles unos ánimos que habían perdido.
- ¿Pero qué? - acertó a decir Vraak - ¿Cómo nos habéis encontrado? -
Su sorpresa hizo que ni siquiera atacara al elemental que huía , pero enseguida se recompuso y asestó certeros y letales cortes con su enorme hacha.
- No sabemos dónde está el doctor... fuimos separados en la tormenta - responde Cruços con voz gutural a Jen mientras se asegura de que su hoja no está ociosa.
Con la llegada de sus compañeros, la balanza, al menos, se inclina, aunque los poderes de los elementales no pueden ser menospreciados, ahora tenían una posibilidad.
PbP Character: A few ;)
Nessa se percató rápidamente de dos cosas. La primera: que su espada apenas hacía daño a los elementales de aire. Y no sólo se debía a que su manejo de la espada con la no era el óptimo con la mano izquierda, sino que aquellas criaturas parecían resistir sus cortes. Mirando de reojo a sus compañeros vio que las armas mágicas de Rolthos, Cruços y Vraak estaban resultando muchísimo más efectivas, por lo que se vio obligada a pensar en una nueva táctica para poder aportar algo en la contienda.
La segunda la sintió rápidamente en sus carnes cuando vio que el elemental al que había atacado le respondía con un tremendo ataque relampagueante que le hizo chillar de dolor. Sintió cómo la electricidad recorría su cuerpo y como ésto casi la dejaba aturdida, pero por suerte consiguió superar aquella sensación. Sucumbir a aquello habría supuesto ser el objetivo de golpes aún más potentes por parte de los elementales. Y no podía, no quería, volver a acabar como en el combate contra los dragones blancos.
Intendando ignorar el dolor y notando cómo Rolthos se situaba a su lado y se encaraba al elemental que la había atacado, optó por llamar la atención de la criatura simulando que iba a atacarle. Esta se giró hacia ella, lo que dio una apertura que el paladín aprovechó sin dilación. La joven ranger decidió entonces que seguiría haciendo eso: ya que no podía hacer daño efectivo, al menos serviría como apoyo a sus amigos.
Cuando el paladín se alejó de ella para perseguir al elemental que Jen había logrado alejar con su conjuro, la joven ranger se acercó entonces a Vraak e hizo una finta a la criatura que le atosigaba, lo cual dio una oportunidad que el semiorco aprovechó para lanzarle un tremendo golpe digno de su fuerza y del hacha que ahora portaba.
- Rastreamos el camino que siguió la tormenta y os buscamos en todos los islotes que fuimos encontrando - Aprovecha para responder al sargento - Ojalá no hubiese tardado tanto en amainar...
Cuando escucha las noticias de Cruços sobre Julian su estómago da un vuelco. Eso quería decir que Julian llevaba ya demasiadas horas solo. El tiempo corría en su contra... necesitaban acabar con aquellas criaturas cuanto antes para ir a buscarle.
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
La escaramuza se desarrollaba implacable pero poco a poco los compañeros iban consiguiendo menguar el número de los elementales que les rodeaban. Sin embargo no podían despistarse. Uno de ellos logró superar las defensas del paladin, el cual cayó al suelo convulsionando, sin control alguno sobre sus músculos debido a la electricidad que recorría su cuerpo. Rápidamente, Vraak y Nessa se precipitaron contra los dos elementales que se habían abalanzado contra el paladín, logrando abatir a uno de ellos. Parecía que la armadura había protegido a Rolthos de la mayoría de los ataques, pero tendría serios moretones mañana. Si es que llegaban.
Cruços luchaba enconadamente contra otro elemental y Jen observó como uno de ellos se elevaba para asestarle dos mortíferos golpes. Consiguió esquivar uno, pero el otro impacto al barde en el pecho y le arrojó unos metros hacia atrás, dando vueltas sobre sí misme. Apretando los dientes, Jen se dispuso a enseñarle a ese elemental cómo se las gastaban en el circo.
PbP Character: A few ;)
El changeling enseña los dientes, cada vez mas enfadado. Despliega las cuchillas de su aro lanzando un rabioso ataque al elemental, quien lo esquiva sin problemas. Maldiciendo como no lo haría ninguna de sus otras personalidades, Jen se envuelve en una espesa niebla, reapareciendo lejos del elemental -Inutil.- Dice con voz rasposa. Y no se sabe si esa maldicion va dirigida al enemigo, a su arma, o a si mismo.
Desde su posicion ve como se desarrolla la batalla "Madre mia somos unos pringados" piensa frunciendo el ceño mientras ve a sus compañeros sudar la gota gorda para poder eliminar a la amenaza de aire que se lanza a por ellos, implacable. Se fija en Cruços, que se enfrenta a dos elementales, y se dispone a manipular los sonidos como ha hecho antes, como si fuera un titiritero manejando cuerdas invisibles. Cruços, en un respiro, alza la mirada y corta la concentración del bardo con un rugido.
-Pero qué haces?! Baja aquí y pelea!! Necesitamos ayuda!
-Y que crees que hago, animal!?
-Podrías curarme, que bien lo necesito!!
Jen cambia sus movimientos para curar al hombre lobo, pero este vuelve a interrumpirle -Bah! Si lo distraes, lo remato!!-
Jen no se aguanta más
-Me tienes hasta las narices!!- Chilla, y el estridente sonido hace que el elemental de aire aulle y se aleje de Cruços, quien, fiel a su palabra, remata al elemental con su arma, haciendo que este se disuelva en la nada.
Mientras tanto, Vraak y Nessa han conseguido el tiempo que necesitaba el aturdido Rolthos, que ha estado protegiéndose como ha podido de los ataques en el suelo y ahora consigue levantarse, aferrando con determinación su fiel glaive.
Nessa lanza una finta a uno de los elementales, y se escabulle tras el corpulento Vraak. El mirmydon trata de seguirla pero descuida su guardia. El impacto del hacha de Vraak lo envía literalmente hacia atrás. Rolthos, rápido, ve la oportunidad y empala al elemental que se desvanece con un grito que parece el rugido del viento. La armadura cae vacía al suelo.
Un enemigo menos. Poco a poco la balanza se va inclinando a su favor. Pero los enemigos no han dicho la última palabra y atacan con renovado ímpetu a los compañeros. Cruços y Vraak reciben dos fuertes impactos, pero aguantan su posición apretando los dientes.
Rolthos se apresta a acabar la batalla rápidamente.
PbP Character: A few ;)
Sin embargo, y pese a los denodados esfuerzos del paladin, la batalla es dura.
Sin duda la balanza se ha equilibrado en favor de los héroes desde la llegada de los tres compañeros, pero Vraak sabía que aún les quedaba una pelea dura por delante. Los elementales no se rendían y no parecían acusar la pérdida de compañeros.
Lo que sí parecían acusar eran los hechizos que Jen les lanzaba desde las alturas, haciéndoles huir y abriendo grandes oportunidades para ellos de poder acuchillarlos y acabar con ellos. Así ocurrió, que gracias a la distracción de Nessa y uno de los hechizos de Jen, que Vraak pudo decapitar a uno de ellos, arrojando la amalgama de aire que recordaba a un cuerpo varios metros hacia un lado, perdiendo la coherencia y dejando caer la armadura que lo rodeaba.
Rolthos hizo lo mismo, uno de sus ataques fue parado por la maza que portaba el elemental, pero no así el siguiente ataque, cuando el paladín, con eficacia, giró sobre sí mismo y, a una mano, cortó por la mitad al elemental por donde debería haber estado la cadera de un humano.
Sólo quedaba el enemigo que se enfrentaba a Cruços. Los dos combatientes intercambiaban estocadas y golpes sin conseguir una ventaja clara sobre el otro. Jen centró su atención sobre él y susurró palabras de perdición en una lengua olvidada. Esto hizo que, una vez más, la criatura intentara huir. Cruços no desaprovechó su oportunidad y clavó con fuerza su espada en el pecho del elemental, atravesando tanto la sustancia aérea de la que estaba hecho como su armadura.
Pero esta vez algo ocurrió.
Una energía roja brotó de la espada. Parecía acompañada de unas volutas de humo negro que se entremezclaban con la energía roja. Parecía como si una pequeña tormenta con rayos rojos se hubiera formado en la herida del elemental con la hoja maldita de Cruços en el centro de la misma. La tormenta se arremolinó y el elemental, que hasta ahora habían permanecido en silencio, gritó con una voz aguda y agónica mientras la tormenta crecía hasta ocupar todo su pecho. En un segundo desapareció, retrayéndose en la espada.
Las piezas de la armadura cayeron al suelo con estrépito. La energía roja recorrió la hoja y pareció saltar a la mano, al brazo, al cuerpo de Cruços. Allí donde los pequeños rayos rojos tocaban la piel del hombre-lobo, los músculos parecían crecer, el mismo cuerpo de Cruços, ya aumentado por su forma híbrida, creció aún más y levantó la cabeza y lanzó un aullido triunfal.
Jadeando se volvió a sus amigos, los ojos chisporroteando energía roja.
Lanzó un profundo gruñido que salió de lo más profundo de su pecho y mostró los dientes.
Vraak y Rolthos, preocupados, se colocaron frente a Nessa, Jen se tapó la boca, asustade, en el aire. No no, aquello no podía estar pasando. No otra vez. No ahora.
Cruços se rió y habló con voz gutural.
- Tranquilos... aún tengo el control... grrrr -
Todos suspiraron. Por lo menos habían acabado con los elementales que les habían estado acosando.
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Desde el aire, Jen se toca el pecho, respirando hondo y dejando que un destello verde le recorra el cuerpo. Se siente mejor. Aun asi su expresion es sombría. Baja a la isla con el resto de compañeros, y ejecuta la misma sccion con Nessa, tocandola en el hombro e imbuyendola con magia curativa. Sin embargo lo hace sin mirarla si quiera, ya que tiene la vista clavada en Vraak y Cruços -Cuando llegasteis a este islote? Cuando perdisteis de vista a Julian? Pensaba que estaría con vosotros, yo...- Se clava las uñas en el brazo, mordiendose la lengua. Parece una olla a presión a punto de estallar de lo tenso que está. Casi no se ha sorprendido al ver cruços en su forma lupina. Los gritos que se han lanzado antes hace que no quiera ni mirar al hombre lobo.
- Le perdimos de vista a la vez que a vosotros... cuando la cuerda se rompió - dice con voz gutural Cruços, sin abandonar su forma híbrida
- Es más, nosotros ni siquiera estábamos en el mismo islote al principio - añade Vraak - pero Cruços me encontró aquí -
El cazador asiente
- Caí en un islote cercano... el olor me llevó hasta Vraak... no perdemos nada por probar... - añade mientras comienza a separarse venteando el aire, levantando su cabeza lupina intentando captar el olor del médico. Sin embargo al cabo de un momento vuelve algo cabizbajo
- Lo siento... no logro captar su olor... pero puedo probar en el siguiente islote... - dice intentando que su amigue no pierda la esperanza. - Si nos habéis encontrado a nosotros, y en el momento adecuado, seguro que le encontramos.. -
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A pesar de que Vraak y Rolthos la cubren, Nessa da unos pasos hacia atrás cuando ve a Cruços imbuido por el fulgor rojo que parece una señal clara de que el hombre lobo ha perdido el control de sí mismo. Por suerte no es así, lo que le hace liberar el aliento que había contenido hasta entonces.
Siente cómo las piernas le flaquean de puro cansancio ahora que ya no hay enemigos alrededor, y piensa en sentarse un momento en sentarse a recuperar las energías que ya no tenía ni cuando se volvió a la vida aquella misma mañana después de. Pero no, niega con la cabeza a su propio pensamiento, sabiendo que si se sienta su cuerpo exhausto ya no podrá volver a levantarse hasta descansar durante largas horas. Julian les necesita y no pueden perder ni un minuto. La cura que recibe de Jen es toda la recuperación que puede esperar en estos momentos.
Asiente a lo dicho por Cruços y apoya la mano en la cara de Jen, haciendo con suavidad que el bardo deje de mirar a un punto en el infinito y cruce la mirada con ella:
- Vamos a encontrarle, Jen. Pudimos encontrarles a ellos y podremos encontrar a Julian. Además, ahora contamos con más ojos para buscar y con el fino olfato de Cruços - mirando al resto añade - Salgamos ya, no le demos tiempo a la tormenta a variar.
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Jen chasquea la lengua, y sacude la cabeza. Sus palabras suenan cortantes, secas. -Este paraje es inhóspito. Cruel. No se si...-Se fija entonces en las vendas de la cazadora, y parece que un pensamiento pasa por su cabeza. Con un gesto brusco la coge de la muñeca y tira de ella -Huele esto!- Exclama a Cruços. -Las ha manipulado esta mañana. Seguro que puedes identificarlo!-
Para su desesperación, el hombre lobo niega -Las corrientes de aire aquí son demasiado fuertes. Su olor se desvanece con cada remolino.-
-Tsk! Entonces no me sirves de nada!-Jen suelta la muñeca de Nessa tan bruscamente como la ha cogido. Casi no parece la delicada persona que suele mostrar al mundo. Esta cara original, reprimida en la oscuridad desde hacía años, no está emocionalmente regulada. Pero el bardo no parece darse cuenta, cegado por el remolino que se desarrolla ahora en su interior.
Nessa atravesada por el dragón. Muriendose. Zalphiros suelto, quemando villas a su aire. Julian... Quizá también ya muerto. Se le encoge el alma, y vuelve a apretar los dientes con furia.
-Vámonos. Deprisa.-
Y hacia donde? Es la pregunta que surge en su interior. Pero a eso no puede dar respuesta. Solo sabe que tiene que hacer lo que mejor se le da. Estar en movimiento. Quizá así lleguen al lugar correcto.
La ranger hace un gesto de molestia cuando Jen la coge bruscamente y la suelta de la misma forma, e intercambia una mirada casi de disculpa con Cruços tras el comentario que le lanza el bardo. Jen está fuera de sí pero le parece tan razonable que lo esté que no hace el más mínimo reproche, y siente que no merece la pena darle más palabras de aliento.
Lo único verdaderamente útil que pueden hacer es ponerse en marcha sin más dilación y dar todo lo que puedan para encontrar al doctor lo antes posible. Seis horas habían pasado desde que se separaron. Muchas horas para estar sólo en aquel maldito lugar.
Guardándose esos pensamientos para sí misma, la ranger se lanzó a volar y localizó de nuevo el camino que venían siguiendo.
- Por allí, vamos.
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Cruços tampoco dice nada pero se aposta a la cabeza de la comitiva junto con Nessa y se esfuerza por captar algún olor, sobre todo cuando se van acercando a algún islote. Dejan atrás dos islotes más, y cuando ven acercarse el islote en el que vieron a los gigantes y encontraron a Ashrem se dan cuenta de dos cosas.
Una, que Julian no ha podido llegar tan lejos, al menos no despedido por la tormenta, asi que posiblemente hayan pasado el islote en el que se encuentre el médico. Pese a que han ido subiendo y bajando algunos metros para acercarse a los islotes, se dan cuenta de que, en realidad, no han estado pensando en tres dimensiones. Y que el viento ha podido enviar al doctor no sólo hacia atrás respecto de su trayectoria original, si no hacia arriba o hacia abajo.
Jen siente que se va a romper, pero en lugar de eso, aprieta los puños y vuelve a encaminarse hacia atrás.
Mientras el resto la sigue, con más sensación de premura si cabe que antes, el paladin se percata de otra cosa. Han estado tan concentrados en buscar a Julian, y antes a Vraak y Cruços, que se han olvidado por completo del viejo Ashrem. Claro que si alguien está preparado para sobrevivir en aquel lugar, es el viejo clérigo que tantos años a aguantado en aquel lugar. Rolthos cada vez entiende más que el viejo esté medio loco. Siendo generosos.
Para cubrir más terreno, al menos visualmente, deciden separase un poco. El viento les azota si, pero es soportable y los jirones de nube son lo suficientemente finos como para perderse de vista apenas unos segundos. Así, deshaciendo el camino recorrido, localizan al menos cuatro islotes más a diferentes alturas, sin éxito.
Es en el quinto en el que las orejas de Cruços se enderezan y llama al resto. En un pequeño islote, a unos doscientos metros bajo ellos y algo a la derecha, no muy lejos del que encontraron a los guerreros, de apenas cuarenta metros de diámetro y salpicado por las ya habituales formaciones rocosas pequeñas y puntiagudas, moldeadas por el viento, que ven el cuerpo de Julian. Está en el centro del mismo, no parece moverse, podría estar durmiendo si no fuera porque ven su espada en el suelo a su lado y, no muy lejos, la ballesta y algunos virotes en el suelo.
Con su aguda vista Oswald confirma que no tiene heridas aparentes.
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Jen ahoga un grito, llevándose la mano a la boca. "ILYA!!!" quiere chillar, pero su cuerpo va mas rápido que sus pulmones y sin esperar al resto se lanza en picado hacia donde se encuentra el cuerpo de su pareja. En su trayectoria un fugaz pensamiento de su personalidad protectora pasa por su mente, y con la mano izquierda traza una runa de proteccion en el aire... Solo por si acaso.
Quizá debería haber esperado al grupo, trazar una estrategia, explorar por si hubiera una emboscada... Ese pensamiento también pasa por su mente, aunque queda ahogado por el constante "Ilya, Ilya, Ilya" que no deja de repetirse mientras desciende casi sin pestañear.
En su otra mano prepara un hechizo de curación directo para curar cualquier herida, visible o no, del médico "por favor que funcione, por favor que funcione, por favor...."
- ¡¡Jen!! ¡Esper....! - Nessa reacciona tarde. Le preocupa que lo que sea con lo que ha estado luchando Julian puede seguir por ahí.
Mira hacia Cruços y en una comunicación silenciosa ambos se ponen al momento a buscar si hay criaturas cercanas, mientras se van acercando también.
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Todo pasa muy rápido.
Jen se precipita hacia Julian, sus ojos fijos en el cuerpo inerte del valiente médico. Cincuenta metros. No se mueve, ¿no le ha oído?
Cruços Vraak y Nessa sale tras le barde con algo más de precaución, intentando discernir si Julián ha sufrido algún ataque o su estado es fruto del impacto contra el islote empujado por los huracanados vientos. Pero que sus armas estén desperdigadas no es una buena señal. Nessa se da cuenta de que el vial vacío de una poción de curación yace roto cerca de él. Definitivamente algo ha atacado al solitario compañero.
Rolthos se precipita tras Jen tratando de protegerle de cualquier peligro y asistir a Julian pero el bardo se mueve condenadamente rápido.
Veinte metros. Jen comienza a ver más detalles. El rostro de Julian muestra señales de lucha. Tiene un pómulo amoratado y posiblemente roto, la nariz está llena de sangre y un hilo de sangre se desliza por la comisura de sus labios. No no no no
Diez metros. Jen intenta ver desesperadamente si Julian respira o no, maldita ropa, maldita capa, maldita armadura…
Siete metros…
Cinco metros..
- Ily.. UGH!! -
El vuelo descendente casi en picado de Jen es abruptamente interrumpido, siente un fuerte impacto y su brazos y piernas se ven lanzados hacia delante por la inercia. Escucha su cuello crujir y el aire se escapa de sus pulmones. Algo.. alguien le ha apresado del cuello. Siente como su tráquea se cierra e intenta agarrar lo que sea que le tiene preso, pero sólo hay aire a su alrededor. Su hechizo protector se disipa, habiendo mitigado algo el golpe, sin él posiblemente se hubiera partido el cuello de la violencia del choque.
No podía respirar. ¿Qué era aquello?.
“Ilya… Ilya… “ intentó llamarle pero el aire no llegaba a sus pulmones que empezaban a arder. Lo que fuera apretaba tanto que se lo partiría antes de ahogarse. Un momento. No vio el cuerpo de Julián tirado donde estaba. ¿Qué estaba pasando? ¿Dónde estaba? ¿Había sido una trampa? Forcejeó, pero en vano. Comenzó a perder la visión, todo se volvió borroso.
-CHAK-
El sonido de una ballesta atravesó el aire.
Jen creyó escuchar una brisa de aire parecida a un quejido y la presa de hierro en su cuello desapareció.
- Aléjate de él… perra… -
Julian no pudo sostener la ballesta y la dejó caer tras haber disparado un último virote. Se había arrastrado hasta su arma. El alivio de Jen por ver que vivía se desvaneció cuando el médico perdió el conocimiento.
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Rolthos fue detrás de Jen, si algo había atacado a Julián aquella isla de era segura y Jen no estaba actuando con cautela. Por desgracia tenia razón y los repentinos actos que ocurrieron le dieron la razón.
Zevatur, Rolthos
- ¡Está vivo! - chilló Nessa, liberando de este modo la tensión y la preocupación acumuladas. No tuvo tiempo para más celebración porque aunque parecía que Jen se había liberado de lo que fuese que la había golpeado, vio por el rabillo del ojo cómo Cruços se revolvía a su lado y aullaba como si algo le estuviera estrangulando.
¿Cómo podía ser? ¿Si el cazador de sangre y ella misma habían tenído los ojos bien abiertos? Necesitó un segundo para comprender que lo que lo que les estaba atacando era alguna especie de criatura similar a ráfagas de aire. AIRE. Maldito fuera aquel semiplano intentaba acabar con ellos a cada paso que daban.
Con un gruñido se lanzó a atacar a lo que mantenía a Cruços aprisionado. Aunque la tensión la impelía a atacar rápidamente, mantuvo la cabeza fría y decidió quedarse unos segundos completamente quieta, observando el sutil movimiento de aquella criatura hasta que sus ojos se acostumbraron y la localizaron. Entonces atacó sin dudar, acertando de lleno con cada estocada.
Sus ataques seguían siendo débiles y esto le hizo recordar, una vez más, que ya no era la de antes. No era mala con la espada, pero había sido tan buena con el arco. Tan letal.
"Maldito semi-plano, maldito Templo", pensó, abatida y furiosa a partes iguales.
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La batalla es rápida e intensa. Los compañeros apenas pueden ver más que ocasionales jirones de nubes arremolinándose frente a ellos, o al lado, pero Mayaheine guia certera el brazo de Rolthos, y la energía divina ilumina momentáneamente las figuras de sus invisibles atacantes cada vez que el paladin golpea con divina justicia a sus atacantes.
El que ha atacado a Jen se desvanece apenas tras el primer impacto del paladin, y el que parece cebarse en Cruços, intentando estrangular al cazador de sangre, no tiene mejor suerte pues los instintos guerreros de los compañeros se van acrecentando y parecen no fallar demasiado en la sustancia casi incorpórea del asesino. Rolthos se eleva rápidamente para acudir en ayuda de sus amigos mientras Jen vuelve a descender en picado hacia Julian.
El glaive del paladin atraviesa el aire, justo frente a Cruços que parece estar luchando por respirar y siente como si el aire, en lugar de llenar sus pulmones, saliera de ellos, y se ilumina con energía divina cuando Rolthos siente una pequeña resistencia en su movimiento. En silencio, la criatura muere y se disipa en los vientos del lugar. Cruços toma una gran bocanada de aire y se apoya en su amigo paladin mientras recupera el aliento y le agradece la ayuda.
En la superficie del islote, Jen se arrodilla frente a Julian, parando su alocado descenso para no arrollarle y comienza a buscar heridas y ha comprobar si el doctor respira mientras invoca su magia y una leve luz verde pasa de sus manos a la piel de Julian allá donde la toca, sanando las heridas y los moratones más evidentes.
Julian abre los ojos y sonríe débilmente. No dice nada tan sólo agarra a Jen del cuello y se incorpora para besarle.
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Jen toma al médico delicadamente del rostro besándole como si estuviera a punto de desaparecer. Le tiemblan las manos, el corazón le palpita a mil por hora -Ilya... Querido, querido- murmura contra sus labios entre besos. -Estarás bien, voy a cuidar de ti. -Otro beso - Pensaba que.... Que...!- No puede terminar la frase, puesto que se le hace un nudo en la garganta -No importa. Solo importa que estás aquí. Ven, ven.- Le acuna contra su cuerpo como protegiéndole, aunque con su esmirriada figura poco puede proteger en realidad, pero es el gesto lo que cuenta.
Alza la vista a sus compañeros, todos maltrechos y con el viento azotandoles en el rostro -No está bien, necesita recuperarse un poco.-