El entrenamiento que había tenido con sir Cynair había guiado sus pasos hacia el que percibía como el enemigo más poderoso de la sala. Pero a pesar de su habilidad con el glaive el ataque de varios enemigos había atravesado sus defensas. Sintiendo como la oscuridad le abrazaba, miró a sus compañeros con preocupación. Al menos Vraak había regresado y los flechazos inmisericordes de Nessa atravesaban con saña al clérigo. Las cosas no eran tan desesperadas como hace unos instantes.
Al sentir como recuperaba la consciencia con la curación de Jen Rolthos se incorporó usando su glaive negro a modo de batón. El resplandor de Jen que iluminaba al clérigo le marcó su objetivo. Sus miradas se entrecruzaron. En los ojos de Rolthos había determinación y en los del clérigo sorpresa y desprecio. Ignorando a las dos criaturas de aire que se abalanzan contra él lanzó su glaive contra el clérigo.
Aunque sorprendido por un ataque que no se esperaba de un enemigo que debía permanecer en el suelo el clérigo reacciono rápido. Rolthos vio en cámara lenta como su enemigo se apartaba con facilidad del arco que dibujaba el arma. Rolthos gruñó. Las palabras de Jen reafirmaron su determinación. No iba a fallar a sus amigos, no iba a fallarse a sí mismo y desde luego, no iba a fallar a su diosa. Con habilidad modificó el arco del arma con velocidad casi imposible y una brisa pareció guiar su ataque y dejo tras de sí un aroma a crisantemos amarillos en la zona. El arma impacto de lleno en el clérigo atravesando su estómago una vez más y la luz de Mayaheine le estallo dentro.
El clérigo miró con incomprensión al Rolthos mientras este hacia un nuevo giro corto con el arma, cortándole el cuello y haciendo que cayese con las manos en la garganta. “¡Por Mayaheine!” exclamo al verle caer.
Su atención se volvió hacia los enemigos que tenía aun delante. Vraak había medio destruido a uno de ellos así que atacó al enemigo invisible que tantos problemas le estaba causando acabando con el.
Nessa aún tiene el estómago encogido por haber visto a Cruços en extremo peligro y a Rolthos caer inconsciente. Pero el magnífico trabajo en equipo de Jen y del paladín, que culmina en la muerte del clérigo y de la criatura invisible que los acosaba renueva sus energías.
Duda un poco sobre a cual de los guardaespaldas de aire del clérigo atacar, pero se decide finalmente por el que está entre Rolthos y Vraak, con la sensación de que un solo disparo podría terminar con él. Efectivamente, aunque la primera de las flechas falla, la segunda termina con el mirmidón, que desaparece con un sonido que le recuerda a un suspiro de liberación...
Emite una petición silenciosa a Lobo para que ataque al otro elemental, que ha dañado tanto al cazador de sangre, y el espíritu no se lo piensa dos veces. Se mueve rápido y sus garras encuentran su objetivo, haciendo algo de daño en el cuerpo aéreo de la criatura.
Nessa se acerca entonces a la puerta oeste, con un grito de advertencia para el grupo, pero en especial para Jen y Julian:
- ¡Tenemos que salir rápido de aquí! Ese humo va a cubrir la sala entera ¡Salgamos por la puerta oeste!
Vraak ataca de manera inmisericorde al elemental cubierto con la armadura, que parece un muñeco roto incapaz de responder o bloquear siquiera los fuertes ataques del semi-orco. Cruços, con sangre cayendo por su ceja pero más recuperado, utiliza la afilada espada de su abuelo para cortar la cabeza del elemental el cual se desvanece dejando caer la armadura con un pesado sonido metálico.
Sin embargo, mientras la compañía acaba con sus enemigos el humo negro ha cubierto prácticamente toda la sala envolviéndolos en una densa neblina que les impide ver más allá de su mano.
Nessa pierde de vista completamente a sus compañeros. Siente la conexión con Lobo pero incluso ese enlace espiritual está levemente empañado, confuso. El humo les engulle y se arremolina a su alrededor causándoles nauseas. No es como estar dentro de una neblina, es como estar en mitad de una tormenta. El viento ruge a su alrededor y Jen toma la mano de Julian por temor a perderlo.
Rolthos tiene la suerte de estar ya en los primeros escalones y eso le ayuda a orientarse, pues las casi hipnóticas nubes que les rodean le hacen dudar incluso de dónde está el arriba y abajo.
Nessa tiene claro que quiere ir hacia delante, que es donde estaban sus amigos, ella estaba mirando en esa dirección ¿verdad? por un segundo mira hacia su derecha, hacia donde estaban Jen y Julian y cuando quiere mirar hacia donde estaban Vraak Cruços y Rolthos.... no está completamente segura de estar mirando en la dirección correcta.
Nessa se movió con cautela en la repentina tormenta que se había formado en el Templo del Aire e iba a peor. Se preguntaba cómo habrían podido derrotar a los guardianes del Templo en medio de aquel caos. Desde luego ella no habría podido disparar ni una sola flecha. Pese a que los extraños remolinos hacían disminuir su enlace con Lobo, pidió al espíritu que buscara a Oswald Glimfeather Tercero. Sintió como Lobo se dirigía hacia el norte y se perdía entre remolinos de viento y nubes.
Jen, aferrando fuertemente la mano de Julian, se iba acerando hacia sus amigos. O eso creía. Llamaba a gritos a todos, con la esperanza de que les oyeran. La temperatura estaba cayendo en picado. ¿Qué demonios estaba pasando? Se sintió aliviade cuando escuchó la voz de Nessa muy cerca. La ranger se había adentrado en aquella tormenta para buscarles y creía adivinar la figura de la misma vagamente enrtre ráfagas y ráfagas de viento.
Mientras Cruços se quedaba al pie de la escalera, listo para ir en busca del resto si era necesario, Vraak y Rolthos subieron las mismas para llegar hasta la puerta. Desde su posición algo elevada podían ver el enorme remolino que ahora cubría casi por completo la sala y que cada vez se hacía más y más grande y giraba más y más rápido, como los anillos de una serpiente enroscándose en un abrazo mortal sobre su víctima.
Haciendo fuerza, no sólo para mover la pesada puerta de madera y bronce, si no para sobreponerse a la fuerza que el fuerte viento hacía, los dos consiguieron abrir la puerta, lo justo para que pudiera pasar Jen o Rolthos de costado. El paladin, prudente miró hacia fuera y vio un pasillo débilmente iluminado con una luz grisácea y cubierto de bajorrelieves en las paredes. No parecía haber nadie.
Al pie de las escaleras, Cruços sintió más que vio la forma espiritual de Lobo, con Oswald Glimfeather Tercero aferrado con garras y plumas al compañero cuadrúpedo para poder capear la tormenta.
- ¡¡Cruços muchacho!! - le gritó - ¡¡Tenemos que salir de aquí ahora mismo!! ¡¡Esto es malo... muy malo!! -
Jen, Julian y Nessa se encontraron y se cogieron de las manos. Nessa quiso guiarles de vuelta pero Julian la paró y le señaló en otra dirección. Nessa miró a su alrededor, intentando discernir algún detalle que les ayudara y finalmente asintió al médico y comenzaron a andar en esa dirección.
Apenas habían dado un par de pasos cuando la tormenta aumentó tanto en intensidad que les impedía avanzar. La temperatura era cada vez menor. El viento y las nubes cubrieron por completo la estancia.
La fuerza de los vientos fue tal que arrancó de las manos la hoja de la puerta a Vraak y el semi-orco sólo tuvo tiempo de tirar desesperadamente de Rolthos para evitar que la puerta le aplastara la cabeza. Ambos guerreros intentaron no salir volando.
El viento seguía rugiendo y girando cada vez más y más rápido a su alrededor. Todos acabaron en el suelo, para intentar ser arrastrados por el viento. Jen no podía escuchar a Julian y Nessa gritar a su lado. Tan sólo sentía la mano de Julian y la fría piedra bajo su cuerpo y su otra mano, mientras intentaba desesperadamente aferrarse a ella. De pronto, la piedra desapareció.
Nessa, intentando sujetar a Julian y aferrarse al suelo sintió como, de repente, su estómago se encogía. Sus oídos se taponaron inmediatamente y sólo podía escuchar el ruido del viento y el suelo... el suelo ya no estaba.
Rolthos sintió como iba perdiendo la batalla contra el viento y sus manos no conseguían aferrarse a la escalera para sujetarse. De repente dejó de haber escalera.
Todos caían. O esa era la sensación que tenían.
Las nubes que les rodeaban y cegaban se despejaron casi en un suspiro y todos podían volver a verse. Pero ya no estaban en el Templo del Aire. Caían en un cielo gris plomizo que se extendía por todas partes. Caían pero no parecía que hubiera un suelo al que caer. Caían a un vacío insoldable. ¿O flotaban? Era difícil saberlo. Todos estaban más o menos en las posiciones relativas en las que habían estado segundos antes en el Templo del Aire, pero ahora se encontraban con brazos y piernas extendidas en un cielo gris que parecía cubrirlo todo. Hacía frio y el viento rugía a su alrededor pero ya no era el remolino salvaje que les había envuelto en la cámara.
Cuando todo se calmó, lo primero que sintió Nessa fue dolor en la mano izquierda. De alguna manera había conseguido no soltarse de Julian, y notaba que estaba apretando tan fuerte que le estaba doliendo. Miró rápidamente a ese lado, para averiguar por qué el médico no protestaba por ello, preocupada por si .... pero no, Julian parecía estar bien y concentrado en hacer la misma comprobación pero con Jen. Bien. Esta parte del grupo estaba bien.
Le soltó e intentó "incorporarse" sobre el vacío para mirar hacia donde tenían que estar Vraak, Rolthos y Cruços. Y sí, allí estaban, comprobó con alivio. Incluso podía ver a Lobo y, de algún modo aferrada a su forma espiritual, a una pequeña forma redondita y de plumas alborotadas que parecía ser Oswald Glimfeather Tercero. Una oleada de cariño la recorrió al ver al Guardián, siempre tan digno en su pose, convertido en un pequeño amasijo desordenado. Esto hizo que la ranger sonriera.
Sonreir quizás no era la reacción más lógica a lo que les había pasado y al total desconocimiento de donde se encontraban y qué iba a pasar, pero al menos estaban todos juntos y esto era lo que más le importaba.
Una vez pasado este breve chequeo exhaló y ya empezó a notar el efecto rebote del frenesí del combate, de la tormenta y de ... lo que sea que hubiera pasado y que había dejado en su ubicación actual. El viaje con Águila había sido vertiginoso y quizás por esto lo estaba llevando un poquito - poquito - mejor de cómo habría podido ser sin aquella experiencia previa, pero aún así, notó que las manos le temblaban cuando las acercó a los ojos para quitarse las lágrimas que el efecto combinado del miedo y la ventolera le habían causado.
Maniobró un poco para poder mirar hacia donde suponía que era "abajo", donde esperaba ver la forma lejana del Templo, pero no vio nada así. Sólo parecía rodearles el cielo plomizo. Aun así buscó y rebuscó con la mirada, al tiempo que decía:
Rolthos intentó incorporarse hasta que comprendió que sin saber de dirección era hacia arriba o hacia abajo era una tarea imposible. En silencio, confuso, optó por usar la referencia de la sala que había desaparecido para decidir que era arriba y que era abajo e intento girar sobre sí mismo. Las consecuencias fueron que empezó a dar vueltas sobre sí mismo hasta que logro estabilizarse
- Solo veo… espacio… ¿Dónde estamos? Alguna idea, alguien… ¿Oswald? Y... ¿Como vamos a salir de aquí?
Rolthos intentó de nuevo maniobrar con mas cuidado esta vez.
Oswald Glimfeather Tercero se separó de Lobo y agitó sus plumas recuperando en la mayor parte su aspecto habitual, pero aquí y allá se veían plumas descolocadas y requeriría algo de tiempo de autocuidados hasta recuperar un aspecto normal. Sin embargo había consideraciones más importantes a las que atender. Extendió sus alas y flotó con elegancia hasta donde estaban el resto, seguido por Lobo que, extrañado, movía las patas como si estuviera en el agua para impulsarse.
Oswald Glimfeather Tercero realizó un par de círculos completos alrededor de los compañeros mirando a su alrededor y murmurando para si.
- Interesante... muy interesante. De todas las cosas que podía pensar que os tendría que enseñar, debo admitir que volar no era una de ellas. Escuchadme bien, lo primero que vamos a hacer es juntarnos todos en el centro... extended brazos y piernas, como si os tumbarais eso es... y ahora... pensad hacia donde queréis ir... no no no Vraak despacio... tranquilo... Cruços deja de dar vueltas como un pelele, ¡concentrate muchacho! Lobo... muy bien... así... acércate a Nessa.... -
Poco a poco, y pasada la desorientación inicial, descubren que es más sencillo el moverse de lo que parecía al principio y pronto están todos juntos en el centro, cogidos de las manos, formando una especie de círculo con Oswald Glimfeather Tercero en el centro y Lobo con las patas suidas en la espalda de Nessa. La joven exploradora se sorprende de lo poco que pesa, pero al fin y al cabo están volando y Lobo no deja de ser un espíritu.
- Bien, escuchadme. No estoy muy seguro de si estamos en el plano del aire o en un semiplano conjurado por los seguidores de ese elemento en el Templo. Sospecho de esto último ya que siempre nos preguntamos de dónde sacaban tanto poder tan rápidamente. Además creo que el Mithral que cierra las puertas puede estar relacionado con este lugar. De confirmarse mis sospechas, podemos esperar que el resto de templos tengan lugares similares. Debemos proceder con extrema cautela. Los planos elementales no son lugares hospitalarios con los mortales. Figurada y realmente. Si mis observaciones son correctas estamos en el lugar asignado como punto de entrada y de alguna manera estamos protegidos, pero en cuanto salgamos de esta zona seguramente comenzaremos a sentir los efectos del Plano. Frío, viento, truenos, relámpagos, debemos tratar de protegernos contra ellos o el simple hecho de deambular por ahí buscando una salida acabará con nosotros. No esperéis encontrar agua o comida aquí, por lo que será prudente racionar nuestras provisiones. Muchas de las criaturas nativas del Plano del Aire no necesitan de un lugar para descansar pero otros seres relacionados con el elemento y que moran en el plano si. Si mi memoria no me falla deberíamos ser capaces de encontrar pequeñas islas de roca que... ah! mirad allí! -
Mientras decía las últimas palabras los ojos de Oswald Glimfeather Tercero comenzaron a escrutar el horizonte y, efectivamente, alejado de ellos, entre las nubes que se movían a su alrededor, pudieron ver una gran roca gris que flotaba por encima de ellos en el vacío. Era difícil saber la distancia exacta, pero parecía estar a un par de kilómetros. Ahora que sabían lo que había que buscar, Rolthos y Nessa pudieron vislumbrar entre las nubes alguna isla parecida más.
Mientras estan adaptandose al nuevo entorno, Jen mira maravillade a su alrededor. El espacio que se extiende ante ellos es inmenso, vasto, infinito.
"Disfruta el cielo azul...." Recuerda algo que un anciano le dijo una vez. En un pensamiento fugaz aquel espacio en principio maravilloso se le antoja un tanto angustioso... La certeza de que algo mas grande que ellos aparecerá de un momento a otro cruza su mente. Intimidade, vuelve la vista al grupo. Julian flota en el aire, intentando cerrar de forma segura su fardo con los componentes medicinales. En un impulso, le barde llega a su altura, unos pies por encima suyo, y se pone boca abajo, cruzade de piernas.
-Que haces?- pregunta con una sonrisilla, viendo al médico del reves. Su flequillo ondea graciosamente con la corriente de aire.
Un carraspeo interrumpe su pequeña interacción, y le barde se vuelve, aun boca abajo, para encontrarse a Oswald Glimfrather Tercero mirándole de forma severa. Con un exagerado suspiro Jen se endereza y se une al círculo.
-Quizá protegidos en esos islotes rocosos podamos pensar mejor en como vamos a salir de aqui. Me encanta volar, pero no podemos quedarnos en este plano para siempre-
Antes de que el grupo empiece a volar hacia la isla rocosa, Nessa se para un instante, maniobrando para ponerse en vertical, y rebusca su cinta de repuesto en la mochila. Lleva la la granate puesta en el pelo trenzado, por lo que la que saca -y se lleva a la boca para que no salga volando inmediatamente- es la de color aguamarina.
En esa posición, convierte la trenza en un improvisado moño que termina de atar como puede con la cinta que tiene mordida. La sujeción no es perfecta, pero aguantará hasta que lleguen a la isla y así el pelo no le dará la lata mientras vuelan.
- Va tocando cortarse el pelo - comenta cuando termina, pensativa.
Y le dice a Jen:
- Sí, toda la razón. Pensemos bien en ello después de descansar y recuperarnos, porque lo que ha pasado ahí ¿abajo? ha sido ... duro. - mira preocupada a Rolthos y Cruços, que recibieron los ataques más violentos en el combate. Y luego hace un gesto de cómica sorpresa hacia Vraak elevando hombros y manos como diciendo "¡y tú en cambio ni un rasguño!"
- ¿Cómo nos vamos a proteger de los elementos? Yo no tengo ningún recurso que nos pueda ayudar, tan solo quizás una manta... - Dijo mirando a su glaive y recordando los pararrayos gruño. - Esperad un segundo. - Dijo mientras sacaba un saco de su mochila y envolvía el extremo con el mismo, intentando evitar que actuase como pararrayos.
Entonces se dispuso a salir de la zona inicial siguiendo las instrucciones de Oswald, con cuidado de moverse con precaución.
- Es verdad, perdonad. No sé por qué he pensado que podríamos llegar sin problema a la isla - se frota la frente, claramente cansada - No, Rolthos, me temo que no tengo nada para protegernos. Pero sí puedo curaros un poco a los que estáis más tocados antes de salir ahí fuera. Espera un momento... - le dice al paladín antes de que continúe avanzando.
- Y estaría bien que nos atemos antes de proseguir. ¿La cuerda la tenías tú o Cruços?
Mientras sacan la cuerda, Nessa pone la mano sobre el paladín y empieza a murmurar las palabras del conjuro, pero antre de terminarlo se calla. Se frota de nuevo sien, cansada, y niega con la cabeza, como si su propia idea de lanzar las curaciones no le convenciera.
Mira hacia la cuerda que ya ha terminado de sacar Cruços y la coge, examinándola pensativa.
- He oído hablar de un conjuro ... pero nunca lo he usado antes. No sé si funcionará. La verdad, hasta ahora no sentía que fuera capaz de hacerlo.
Toca con la mano derecha uno de los extremos de la cuerda y se concentra en él, mientras murmura una petición a Madre Naturaleza para que le conceda su poder una vez más. ¿Será capaz de conectar con ella en este extraño lugar? El fulgor de la pulsera de muérdago, sauce y lavanda activándose le da una respuesta afirmativa, y entonces empieza a estirar con ambas manos la cuerda. Esta de repente se tensa ... ¡y empieza a subir sola! Al final del extremo más elevado se abre una especie puerta a un espacio más oscuro, completamente distinto del cielo plomizo en el que se encuentran.
- ¡Vaya! - dice la ranger sorprendida - De verdad creía que no iba a funcionar. Es extraño. Desde que llegamos aquí tengo la sensación de que he perdido algunas habilidades, pero he ganado otras. En fin, subamos. Que el último recoja la cuerda, por favor.
Parece que el interior de este curioso espacio les mantendrá a salvo durante tiempo suficiente para poder curar sus heridas antes de continuar hasta la isla.
Lo primero que hace Nessa cuando entra es posar sus cosas en un rincón y acercarse a Lobo.
- Gracias por tu ayuda, Lobo. Supongo que desearás volver a tu plano.
Aunque la ranger cree que ha dicho esto en voz alta, lo único que ven los compañeros es que la joven se ha agachado hasta la altura de Lobo, y que los dos se miran unos instantes, en silenciosa comunicación.
Nessa se guarda el deseo de tocar a su compañero espiritual, temerosa de ofender al magnífico espíritu que ha decidido prestarle su ayuda así que simplemente espera a que desaparezca saltando hacia su pecho, como sucedió en la forja de Villa Güluvor con Ornym.
Finalmente se sienta en el suelo apoyando su espalda contra la pared del extraño habitáculo y suspira largamente:
- Meencantaría poder dormir cien años, pero habrá que conformarse con una horilla de descanso.
Dicho lo cual, termina de acomodarse e intenta relajarse un rato.
Sorprendido por el conjuro Rolthos tiró de la cuerda. No estuvo muy seguro de si el avanzaba hacia la puerta o la puerta avanzaba hacia él. Miro sorprendido al resto que aún quedaba en el plano de aire y su movimiento relativo le aclaro que era él el que se movía. - ¿Estas segura de que aquí estaremos a salvo? – Preguntó mirando hacia todos los lados.
Al fin Rolthos se recostó dejando su arma a un lado y cerró los ojos, poco a poco el estrés del combate le fue dejando y sus compañeros pudieron oír unas plegarias rezadas por lo bajo.
- Si el lugar de entrada en este plano es usado habitualmente, quizás esté protegido o vigilado. Deberíamos intentar acercarnos a los islotes intentando no tomar la trayectoria más evidente. Sorprender a posibles enemigos, o evitarles por completo y dejarles encerrados en este plano puede ser vital. - Entonces asintió al peligro de permanecer expuesto más tiempo a los elementos - Habrá que ver qué pasa cuando nos alejemos un poco más.
Aunque parece que todo esta magullados y doloridos, Jen intenta animal al grupo ayudándose de las corrientes de aire que van y vienen por todas partes, y con unas finas telas que extrae de una de sus bolsas, se dedica a hacer dibujos y figuras en el aire. Las telas se mueven de una forma muy bella, impulsadas por el viento, como la cola de un cometa de estrellas.
Nessa ya tiene las manos sobre la cuerda y está empezado a flexionar los brazos para ser la primera en subir cuando escucha las dudas de Rolthos. Decide entonces pararse e intentar despejarlas:
- ¿Sabes, Rolthos? No suelo hablar de esto porque me cuesta exteriorizarlo, pero al final yo también sirvo - a mi manera - a un ente superior a mí. No sé mucho de todo esto, solamente son mis sensaciones, así que no me gusta decir demasiado por temor a expresarme mal o equivocarme. Pero si algo sé con certeza es que todo lo que conjuro lo consigo por que sale de aquí- pone la mano derecha sobre su corazón - Tengo la sensación de que Ella también lo percibe así y por eso responde a mis peticiones. En ocasiones he sentido su contacto incluso cuando sólo le he presentado unas humildes flores en ofrenda. En fin, lo que quiero decir es que no os haría entrar a ese espacio si yo misma no lo sintiera seguro, y no creo que ese espacio pudiera ser de otra forma viniendo de Ella y partiendo de la base de que lo siento como un ... acto de amor hacia vosotros.
Enrojece un poco tras decir esto último, lo que la obliga a dejar de mirar al paladín y dirigir la vista hacia la apertura.
- Intentaré seguir haciéndolo así. Y seguir siendo digna a sus ojos ... y a los vuestros - añade, tras lo cual carraspea un poco y continúa - Bueno, subamos, ¿sí?
**En el refugio**
Tras descansar un poco, la ranger se siente más recuperada y escucha con atención los planes que ha empezado a trazar el paladín. Asiente lentamente mientras madura un plan de acción en su cabeza basado en lo que va escuchando.
Mientras está pensando, e inspirada por los juegos de viento y estrellas de Jen, saca el kit para disfrazarse que compró hace tiempo en Greyhawk y que aún no había estrenado. Toma una cajita minúscula con polvos de maquillaje negros y un pincel aplicador, se remanga la camisola y empieza a pintar unas finas líneas sobre sus antebrazos. Primero el izquierdo y luego - con algo más de dificultad - el derecho. Al cabo de unos pocos minutos, éstos presentan unos dibujos que recuerdan a remolinos de viento y su pulsera-foco emite un leve destello que casi casi le pasa desapercibido.
Nessa nota entonces una agradable sensación de ligereza y agilidad que le hace sonreir levemente para sí misma. Murmura un agradecimiento y entonces se vuelve a poner la armadura de cuero y los brazales, que se había quitado previamente para descansar más cómodamente.
- Todo lo que dices tiene sentido. Veamos, cuando salgamos de este refugio podremos recuperar la cuerda. ¿Qué tal si nos atamos para evitar que los vientos nos separen? Y creo que sería buena idea que yo fuese la primera para intentar encontrar el mejor camino en las tormentas que puedan surgir. Además ... bueno ... no sé si nos encontraremos con oscuridad en el camino, pero si es así tengo la sensación de que esto ya no será un gran impedimento para mí. Al menos no tanto como antes.
Se para un segundo antes de continuar.
- Si os parece bien, Oswald Gilmfeather Tercero podría venir conmigo para complementar mis conocimientos de supervivencia con su sabiduría - mira interrogativamente tanto a Rolthos como al Guardián cuando dice esto, ya que el sabio búho ha estado viajando principalmente con el paladín - Además, visto todo lo que nos ha pasado, creo que es importante protegerle a toda costa. Quizás si os ocultáis en mi capa os podréis beneficiar de mi habilidad para escondernos si fuera necesario. ¿Que os parece?
-Espera.- Dice le barde, y recogiendo uno de sus pañuelos se lo entrega a Nessa. Es un pañuelo azul, gris y blanco, que cuando ondea on el aire da la impresión de lejos de ser nubes en movimiento. -Quiza podais ocultaros un poco mejor ambos asi. Por si os ven desde lejos.- Dicho lo cual, asiente al plan de atarse. -No queremos perdernos en mitad del plano del aire. Yo puedo ir cerca de alguien que sea propenso a sufrir daños, para poder ayudarle mas rápido
Bardic inspiration a Nessa, y Jen ira detras de alguno de los tanques.
- Qué buena idea, Jen - dice la ranger cogiendo el pañuelo y examinándolo, pensativa. - Déjame probar.
Se lo pone de forma que la frente, nariz y boca quedan tapadas, dejando únicamente los ojos y un poco de piel a la vista. Lo ajusta en la zona del cuello, y luego deja que el resto caiga por delante. Ese último trozo previsiblemente irá ondeando al viento, como ha dicho le barde.
Vuelve a mirar a Jen y pregunta:
- ¿Qué tal? Además me hace juego con los ojos - dice, sonriendo. Aunque tiene la boca tapada, su mirada lo indica claramente. - Oswald puede meterse dentro de mi capa de ocultación y esto puede ir encima durante el vuelo. Y me lo puedo quitar y guardar rápidamente si en algún momento necesito volver a tener solo la capa.
Rolthos asintió a las palabras de Nessa acerca de sus creencias. – Estoy seguro de que Ella se siente más que honrada de que la cuentes con ella. Las ofrendas que has realizado son mucho más que una humilde ofrenda. – Sonrió sintiendo el espacio seguro gracias a su confesión.
Después de organizarse el paladín tan solo añadió una últimas palabras. - Mantengámonos con una mente abierta y flexible. No sabemos lo que nos podemos encontrar ahí afuera y lo mismo tenemos que reconsiderar todo nuestro plan.
Nessa asiente, se quita de nuevo el pañuelo y dedica unos minutos a aderezar alguna de las raciones del grupo con un preparado rápido a base de miel, un chorrito de vino élfico, una pizca de sal y algunas especias. Con más tiempo, fuego y más ingredientes le habría quedado algo aún más delicioso, pero aún así no está nada mal.
Por otro lado, le da pena abrir una botella entera sólo para usar un chorrito, pero al menos les quedan otras dos sin abrir y esta la puede usar como condimento durante los próximos días.
Cuando termina pone el resultado en un par de platos, de los que el grupo va picoteando mientras siguen hablando, momento que aprovecha Rolthos para pedirle a Julian que examine las últimas heridas del equipo.
- Por cierto- añade Nessa, recordando algo de repente - ... pongámonos también la ropa de abrigo que cogimos en mi pueblo. Es momento de usarla.
Saca de su mochila un bulto y lo desenrolla, revelando el abrigo que cogió de su propio armario aquel horrible día. Se lo pone en silencio recordando muchas cosas... entre ellas, la mano que tenía Katherine para hacerle a sus tres hijos ropa con la que podían pasar el invierno relativamente a gusto, consiguiendo a la vez que les sentara como anillo al dedo. Nessa había llevado aquel abrigo - color gris oscuro y con un cuello de pelo marrón claro - varios inviernos seguidos y aún estaba en muy buen estado.
El de la izquierda, pero con un cuello tipo el de la derecha
El abrigo de Jen es de un corte similar, pero en un bonito gris plateado y con un cuello tipo estola de pelo gris oscuro con vetas más claras. Ese había pertenecido a Rose. Por suerte le barde y la hermana de la ranger compartían fisionomía, aunque Rose había sido más bajita y se notaba que el abrigo le quedaba al cambiante un poco corto. Aún así, se ajustaba bien y abrigaba bastante, dadas las circunstancias.
Julian y Cruços quedaron bien protegidos con la ropa de invierno de Daelin y Andrew respectivamente. En cambio, para Vraak y Rolthos habían tenido que acudir a la casa del herrero de Libernen. Por suerte, allí habían encontrando prendas que se les ajustaban bastante bien.
Cuando estuvieron todos listos, Nessa se les quedó mirando un instante a todos. Sonrió - no sin un deje de tristeza - para luego colocarse la capa y el pañuelo de Jen, abrir la puerta del refugio, lanzar la cuerda y bajar.
Una vez de nuevo en el aire se ataron, con Nessa y Oswald a la cabeza, seguidos de Rolthos, Vraak, Jen, Julian y, finalmente, Cruços. Sin mas dilación, comenzaron a avanzar en pos de la isla rocosa.
En cuanto el grupo, liderado por Nessa y un escondido entre las pieles del abrigo Oswald, abandona el centro de la zona en la que llegaron, son golpeados por un fuerte viento. No suficiente como para dispersarlos como temían, pero lo suficiente para hacerles bajar la cabeza y hacer que tengan que avanzar con dificultad, pese a ir volando. El viento les zarandea regularmente y les hace subir o bajar varios metros, desplazándoles a un lado o a otro cuando una ráfaga particularmente fuerte les azota.
Se alegran de haberse puesto las ropas de abrigo, pues pese a ella no pasa mucho tiempo antes de que pequeños trozos de escarcha les cubren los guantes y las capuchas. Sienten el frío, pero es medianamente soportable. Relámpagos y truenos les rodean e iluminan el lugar de cuando en cuando.
Despacio y con esfuerzo van acercándose a una de esas islas que han visto desde el punto de su llegada a aquel extraño lugar. El pedazo de roca gris va agrandándose cada vez más y más frente a ellos. Su forma romboide se compone de afiladas agujas tan grandes como columnas. Nessa guía a todos hacia la derecha de la isla y sigue ascendiendo hacia la parte más ancha del romboide. Parece que se han ido acercando por la parte trasera de la misma pues según avanzan ven que la parte superior de la misma parecía una montaña, afilada y y elevada. Frente a ella hay una plataforma ligeramente semicircular, de piedra gris y plana, constantemente azotada por los vientos, pero tan grande que podría albergar una mansión en ella.
La ranger se detiene y poco a poco sus compañeros se aglomeran tras ella para ver como, frente a esta plataforma y tallada en la piedra del resto de la isla, ven la fachada de una gran casa o templo. Columnas de más de quince metros, un par de puertas de más o menos diez metros de alto, con una de las hojas entreabierta, dominan la misma.
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El entrenamiento que había tenido con sir Cynair había guiado sus pasos hacia el que percibía como el enemigo más poderoso de la sala. Pero a pesar de su habilidad con el glaive el ataque de varios enemigos había atravesado sus defensas. Sintiendo como la oscuridad le abrazaba, miró a sus compañeros con preocupación. Al menos Vraak había regresado y los flechazos inmisericordes de Nessa atravesaban con saña al clérigo. Las cosas no eran tan desesperadas como hace unos instantes.
Al sentir como recuperaba la consciencia con la curación de Jen Rolthos se incorporó usando su glaive negro a modo de batón. El resplandor de Jen que iluminaba al clérigo le marcó su objetivo. Sus miradas se entrecruzaron. En los ojos de Rolthos había determinación y en los del clérigo sorpresa y desprecio. Ignorando a las dos criaturas de aire que se abalanzan contra él lanzó su glaive contra el clérigo.
Aunque sorprendido por un ataque que no se esperaba de un enemigo que debía permanecer en el suelo el clérigo reacciono rápido. Rolthos vio en cámara lenta como su enemigo se apartaba con facilidad del arco que dibujaba el arma. Rolthos gruñó. Las palabras de Jen reafirmaron su determinación. No iba a fallar a sus amigos, no iba a fallarse a sí mismo y desde luego, no iba a fallar a su diosa. Con habilidad modificó el arco del arma con velocidad casi imposible y una brisa pareció guiar su ataque y dejo tras de sí un aroma a crisantemos amarillos en la zona. El arma impacto de lleno en el clérigo atravesando su estómago una vez más y la luz de Mayaheine le estallo dentro.
El clérigo miró con incomprensión al Rolthos mientras este hacia un nuevo giro corto con el arma, cortándole el cuello y haciendo que cayese con las manos en la garganta. “¡Por Mayaheine!” exclamo al verle caer.
Su atención se volvió hacia los enemigos que tenía aun delante. Vraak había medio destruido a uno de ellos así que atacó al enemigo invisible que tantos problemas le estaba causando acabando con el.
Zevatur, Rolthos
Nessa aún tiene el estómago encogido por haber visto a Cruços en extremo peligro y a Rolthos caer inconsciente. Pero el magnífico trabajo en equipo de Jen y del paladín, que culmina en la muerte del clérigo y de la criatura invisible que los acosaba renueva sus energías.
Duda un poco sobre a cual de los guardaespaldas de aire del clérigo atacar, pero se decide finalmente por el que está entre Rolthos y Vraak, con la sensación de que un solo disparo podría terminar con él. Efectivamente, aunque la primera de las flechas falla, la segunda termina con el mirmidón, que desaparece con un sonido que le recuerda a un suspiro de liberación...
Emite una petición silenciosa a Lobo para que ataque al otro elemental, que ha dañado tanto al cazador de sangre, y el espíritu no se lo piensa dos veces. Se mueve rápido y sus garras encuentran su objetivo, haciendo algo de daño en el cuerpo aéreo de la criatura.
Nessa se acerca entonces a la puerta oeste, con un grito de advertencia para el grupo, pero en especial para Jen y Julian:
- ¡Tenemos que salir rápido de aquí! Ese humo va a cubrir la sala entera ¡Salgamos por la puerta oeste!
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
Vraak ataca de manera inmisericorde al elemental cubierto con la armadura, que parece un muñeco roto incapaz de responder o bloquear siquiera los fuertes ataques del semi-orco. Cruços, con sangre cayendo por su ceja pero más recuperado, utiliza la afilada espada de su abuelo para cortar la cabeza del elemental el cual se desvanece dejando caer la armadura con un pesado sonido metálico.
Sin embargo, mientras la compañía acaba con sus enemigos el humo negro ha cubierto prácticamente toda la sala envolviéndolos en una densa neblina que les impide ver más allá de su mano.
Nessa pierde de vista completamente a sus compañeros. Siente la conexión con Lobo pero incluso ese enlace espiritual está levemente empañado, confuso. El humo les engulle y se arremolina a su alrededor causándoles nauseas. No es como estar dentro de una neblina, es como estar en mitad de una tormenta. El viento ruge a su alrededor y Jen toma la mano de Julian por temor a perderlo.
Rolthos tiene la suerte de estar ya en los primeros escalones y eso le ayuda a orientarse, pues las casi hipnóticas nubes que les rodean le hacen dudar incluso de dónde está el arriba y abajo.
Nessa tiene claro que quiere ir hacia delante, que es donde estaban sus amigos, ella estaba mirando en esa dirección ¿verdad? por un segundo mira hacia su derecha, hacia donde estaban Jen y Julian y cuando quiere mirar hacia donde estaban Vraak Cruços y Rolthos.... no está completamente segura de estar mirando en la dirección correcta.
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Nessa se movió con cautela en la repentina tormenta que se había formado en el Templo del Aire e iba a peor. Se preguntaba cómo habrían podido derrotar a los guardianes del Templo en medio de aquel caos. Desde luego ella no habría podido disparar ni una sola flecha. Pese a que los extraños remolinos hacían disminuir su enlace con Lobo, pidió al espíritu que buscara a Oswald Glimfeather Tercero. Sintió como Lobo se dirigía hacia el norte y se perdía entre remolinos de viento y nubes.
Jen, aferrando fuertemente la mano de Julian, se iba acerando hacia sus amigos. O eso creía. Llamaba a gritos a todos, con la esperanza de que les oyeran. La temperatura estaba cayendo en picado. ¿Qué demonios estaba pasando? Se sintió aliviade cuando escuchó la voz de Nessa muy cerca. La ranger se había adentrado en aquella tormenta para buscarles y creía adivinar la figura de la misma vagamente enrtre ráfagas y ráfagas de viento.
Mientras Cruços se quedaba al pie de la escalera, listo para ir en busca del resto si era necesario, Vraak y Rolthos subieron las mismas para llegar hasta la puerta. Desde su posición algo elevada podían ver el enorme remolino que ahora cubría casi por completo la sala y que cada vez se hacía más y más grande y giraba más y más rápido, como los anillos de una serpiente enroscándose en un abrazo mortal sobre su víctima.
Haciendo fuerza, no sólo para mover la pesada puerta de madera y bronce, si no para sobreponerse a la fuerza que el fuerte viento hacía, los dos consiguieron abrir la puerta, lo justo para que pudiera pasar Jen o Rolthos de costado. El paladin, prudente miró hacia fuera y vio un pasillo débilmente iluminado con una luz grisácea y cubierto de bajorrelieves en las paredes. No parecía haber nadie.
Al pie de las escaleras, Cruços sintió más que vio la forma espiritual de Lobo, con Oswald Glimfeather Tercero aferrado con garras y plumas al compañero cuadrúpedo para poder capear la tormenta.
- ¡¡Cruços muchacho!! - le gritó - ¡¡Tenemos que salir de aquí ahora mismo!! ¡¡Esto es malo... muy malo!! -
Jen, Julian y Nessa se encontraron y se cogieron de las manos. Nessa quiso guiarles de vuelta pero Julian la paró y le señaló en otra dirección. Nessa miró a su alrededor, intentando discernir algún detalle que les ayudara y finalmente asintió al médico y comenzaron a andar en esa dirección.
Apenas habían dado un par de pasos cuando la tormenta aumentó tanto en intensidad que les impedía avanzar. La temperatura era cada vez menor. El viento y las nubes cubrieron por completo la estancia.
La fuerza de los vientos fue tal que arrancó de las manos la hoja de la puerta a Vraak y el semi-orco sólo tuvo tiempo de tirar desesperadamente de Rolthos para evitar que la puerta le aplastara la cabeza. Ambos guerreros intentaron no salir volando.
El viento seguía rugiendo y girando cada vez más y más rápido a su alrededor. Todos acabaron en el suelo, para intentar ser arrastrados por el viento. Jen no podía escuchar a Julian y Nessa gritar a su lado. Tan sólo sentía la mano de Julian y la fría piedra bajo su cuerpo y su otra mano, mientras intentaba desesperadamente aferrarse a ella. De pronto, la piedra desapareció.
Nessa, intentando sujetar a Julian y aferrarse al suelo sintió como, de repente, su estómago se encogía. Sus oídos se taponaron inmediatamente y sólo podía escuchar el ruido del viento y el suelo... el suelo ya no estaba.
Rolthos sintió como iba perdiendo la batalla contra el viento y sus manos no conseguían aferrarse a la escalera para sujetarse. De repente dejó de haber escalera.
Todos caían. O esa era la sensación que tenían.
Las nubes que les rodeaban y cegaban se despejaron casi en un suspiro y todos podían volver a verse. Pero ya no estaban en el Templo del Aire. Caían en un cielo gris plomizo que se extendía por todas partes. Caían pero no parecía que hubiera un suelo al que caer. Caían a un vacío insoldable. ¿O flotaban? Era difícil saberlo. Todos estaban más o menos en las posiciones relativas en las que habían estado segundos antes en el Templo del Aire, pero ahora se encontraban con brazos y piernas extendidas en un cielo gris que parecía cubrirlo todo. Hacía frio y el viento rugía a su alrededor pero ya no era el remolino salvaje que les había envuelto en la cámara.
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Cuando todo se calmó, lo primero que sintió Nessa fue dolor en la mano izquierda. De alguna manera había conseguido no soltarse de Julian, y notaba que estaba apretando tan fuerte que le estaba doliendo. Miró rápidamente a ese lado, para averiguar por qué el médico no protestaba por ello, preocupada por si .... pero no, Julian parecía estar bien y concentrado en hacer la misma comprobación pero con Jen. Bien. Esta parte del grupo estaba bien.
Le soltó e intentó "incorporarse" sobre el vacío para mirar hacia donde tenían que estar Vraak, Rolthos y Cruços. Y sí, allí estaban, comprobó con alivio. Incluso podía ver a Lobo y, de algún modo aferrada a su forma espiritual, a una pequeña forma redondita y de plumas alborotadas que parecía ser Oswald Glimfeather Tercero. Una oleada de cariño la recorrió al ver al Guardián, siempre tan digno en su pose, convertido en un pequeño amasijo desordenado. Esto hizo que la ranger sonriera.
Sonreir quizás no era la reacción más lógica a lo que les había pasado y al total desconocimiento de donde se encontraban y qué iba a pasar, pero al menos estaban todos juntos y esto era lo que más le importaba.
Una vez pasado este breve chequeo exhaló y ya empezó a notar el efecto rebote del frenesí del combate, de la tormenta y de ... lo que sea que hubiera pasado y que había dejado en su ubicación actual. El viaje con Águila había sido vertiginoso y quizás por esto lo estaba llevando un poquito - poquito - mejor de cómo habría podido ser sin aquella experiencia previa, pero aún así, notó que las manos le temblaban cuando las acercó a los ojos para quitarse las lágrimas que el efecto combinado del miedo y la ventolera le habían causado.
Maniobró un poco para poder mirar hacia donde suponía que era "abajo", donde esperaba ver la forma lejana del Templo, pero no vio nada así. Sólo parecía rodearles el cielo plomizo. Aun así buscó y rebuscó con la mirada, al tiempo que decía:
- ¿Pero .... qué sitio es este? ¿Chicos ...? ¿Veis algo vosotros?
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Rolthos intentó incorporarse hasta que comprendió que sin saber de dirección era hacia arriba o hacia abajo era una tarea imposible. En silencio, confuso, optó por usar la referencia de la sala que había desaparecido para decidir que era arriba y que era abajo e intento girar sobre sí mismo. Las consecuencias fueron que empezó a dar vueltas sobre sí mismo hasta que logro estabilizarse
- Solo veo… espacio… ¿Dónde estamos? Alguna idea, alguien… ¿Oswald? Y... ¿Como vamos a salir de aquí?
Rolthos intentó de nuevo maniobrar con mas cuidado esta vez.
Zevatur, Rolthos
Oswald Glimfeather Tercero se separó de Lobo y agitó sus plumas recuperando en la mayor parte su aspecto habitual, pero aquí y allá se veían plumas descolocadas y requeriría algo de tiempo de autocuidados hasta recuperar un aspecto normal. Sin embargo había consideraciones más importantes a las que atender. Extendió sus alas y flotó con elegancia hasta donde estaban el resto, seguido por Lobo que, extrañado, movía las patas como si estuviera en el agua para impulsarse.
Oswald Glimfeather Tercero realizó un par de círculos completos alrededor de los compañeros mirando a su alrededor y murmurando para si.
- Interesante... muy interesante. De todas las cosas que podía pensar que os tendría que enseñar, debo admitir que volar no era una de ellas. Escuchadme bien, lo primero que vamos a hacer es juntarnos todos en el centro... extended brazos y piernas, como si os tumbarais eso es... y ahora... pensad hacia donde queréis ir... no no no Vraak despacio... tranquilo... Cruços deja de dar vueltas como un pelele, ¡concentrate muchacho! Lobo... muy bien... así... acércate a Nessa.... -
Poco a poco, y pasada la desorientación inicial, descubren que es más sencillo el moverse de lo que parecía al principio y pronto están todos juntos en el centro, cogidos de las manos, formando una especie de círculo con Oswald Glimfeather Tercero en el centro y Lobo con las patas suidas en la espalda de Nessa. La joven exploradora se sorprende de lo poco que pesa, pero al fin y al cabo están volando y Lobo no deja de ser un espíritu.
- Bien, escuchadme. No estoy muy seguro de si estamos en el plano del aire o en un semiplano conjurado por los seguidores de ese elemento en el Templo. Sospecho de esto último ya que siempre nos preguntamos de dónde sacaban tanto poder tan rápidamente. Además creo que el Mithral que cierra las puertas puede estar relacionado con este lugar. De confirmarse mis sospechas, podemos esperar que el resto de templos tengan lugares similares. Debemos proceder con extrema cautela. Los planos elementales no son lugares hospitalarios con los mortales. Figurada y realmente. Si mis observaciones son correctas estamos en el lugar asignado como punto de entrada y de alguna manera estamos protegidos, pero en cuanto salgamos de esta zona seguramente comenzaremos a sentir los efectos del Plano. Frío, viento, truenos, relámpagos, debemos tratar de protegernos contra ellos o el simple hecho de deambular por ahí buscando una salida acabará con nosotros. No esperéis encontrar agua o comida aquí, por lo que será prudente racionar nuestras provisiones. Muchas de las criaturas nativas del Plano del Aire no necesitan de un lugar para descansar pero otros seres relacionados con el elemento y que moran en el plano si. Si mi memoria no me falla deberíamos ser capaces de encontrar pequeñas islas de roca que... ah! mirad allí! -
Mientras decía las últimas palabras los ojos de Oswald Glimfeather Tercero comenzaron a escrutar el horizonte y, efectivamente, alejado de ellos, entre las nubes que se movían a su alrededor, pudieron ver una gran roca gris que flotaba por encima de ellos en el vacío. Era difícil saber la distancia exacta, pero parecía estar a un par de kilómetros. Ahora que sabían lo que había que buscar, Rolthos y Nessa pudieron vislumbrar entre las nubes alguna isla parecida más.
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Mientras estan adaptandose al nuevo entorno, Jen mira maravillade a su alrededor. El espacio que se extiende ante ellos es inmenso, vasto, infinito.
"Disfruta el cielo azul...." Recuerda algo que un anciano le dijo una vez. En un pensamiento fugaz aquel espacio en principio maravilloso se le antoja un tanto angustioso... La certeza de que algo mas grande que ellos aparecerá de un momento a otro cruza su mente. Intimidade, vuelve la vista al grupo. Julian flota en el aire, intentando cerrar de forma segura su fardo con los componentes medicinales. En un impulso, le barde llega a su altura, unos pies por encima suyo, y se pone boca abajo, cruzade de piernas.
-Que haces?- pregunta con una sonrisilla, viendo al médico del reves. Su flequillo ondea graciosamente con la corriente de aire.
Un carraspeo interrumpe su pequeña interacción, y le barde se vuelve, aun boca abajo, para encontrarse a Oswald Glimfrather Tercero mirándole de forma severa. Con un exagerado suspiro Jen se endereza y se une al círculo.
-Quizá protegidos en esos islotes rocosos podamos pensar mejor en como vamos a salir de aqui. Me encanta volar, pero no podemos quedarnos en este plano para siempre-
Antes de que el grupo empiece a volar hacia la isla rocosa, Nessa se para un instante, maniobrando para ponerse en vertical, y rebusca su cinta de repuesto en la mochila. Lleva la la granate puesta en el pelo trenzado, por lo que la que saca -y se lleva a la boca para que no salga volando inmediatamente- es la de color aguamarina.
En esa posición, convierte la trenza en un improvisado moño que termina de atar como puede con la cinta que tiene mordida. La sujeción no es perfecta, pero aguantará hasta que lleguen a la isla y así el pelo no le dará la lata mientras vuelan.
- Va tocando cortarse el pelo - comenta cuando termina, pensativa.
Y le dice a Jen:
- Sí, toda la razón. Pensemos bien en ello después de descansar y recuperarnos, porque lo que ha pasado ahí ¿abajo? ha sido ... duro. - mira preocupada a Rolthos y Cruços, que recibieron los ataques más violentos en el combate. Y luego hace un gesto de cómica sorpresa hacia Vraak elevando hombros y manos como diciendo "¡y tú en cambio ni un rasguño!"
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- ¿Cómo nos vamos a proteger de los elementos? Yo no tengo ningún recurso que nos pueda ayudar, tan solo quizás una manta... - Dijo mirando a su glaive y recordando los pararrayos gruño. - Esperad un segundo. - Dijo mientras sacaba un saco de su mochila y envolvía el extremo con el mismo, intentando evitar que actuase como pararrayos.
Entonces se dispuso a salir de la zona inicial siguiendo las instrucciones de Oswald, con cuidado de moverse con precaución.
Zevatur, Rolthos
- Es verdad, perdonad. No sé por qué he pensado que podríamos llegar sin problema a la isla - se frota la frente, claramente cansada - No, Rolthos, me temo que no tengo nada para protegernos. Pero sí puedo curaros un poco a los que estáis más tocados antes de salir ahí fuera. Espera un momento... - le dice al paladín antes de que continúe avanzando.
- Y estaría bien que nos atemos antes de proseguir. ¿La cuerda la tenías tú o Cruços?
Mientras sacan la cuerda, Nessa pone la mano sobre el paladín y empieza a murmurar las palabras del conjuro, pero antre de terminarlo se calla. Se frota de nuevo sien, cansada, y niega con la cabeza, como si su propia idea de lanzar las curaciones no le convenciera.
Mira hacia la cuerda que ya ha terminado de sacar Cruços y la coge, examinándola pensativa.
- He oído hablar de un conjuro ... pero nunca lo he usado antes. No sé si funcionará. La verdad, hasta ahora no sentía que fuera capaz de hacerlo.
Toca con la mano derecha uno de los extremos de la cuerda y se concentra en él, mientras murmura una petición a Madre Naturaleza para que le conceda su poder una vez más. ¿Será capaz de conectar con ella en este extraño lugar? El fulgor de la pulsera de muérdago, sauce y lavanda activándose le da una respuesta afirmativa, y entonces empieza a estirar con ambas manos la cuerda. Esta de repente se tensa ... ¡y empieza a subir sola! Al final del extremo más elevado se abre una especie puerta a un espacio más oscuro, completamente distinto del cielo plomizo en el que se encuentran.
- ¡Vaya! - dice la ranger sorprendida - De verdad creía que no iba a funcionar. Es extraño. Desde que llegamos aquí tengo la sensación de que he perdido algunas habilidades, pero he ganado otras. En fin, subamos. Que el último recoja la cuerda, por favor.
Adiós, Nessa Monster Slayer. Hola, Nessa Gloom Stalker
Parece que el interior de este curioso espacio les mantendrá a salvo durante tiempo suficiente para poder curar sus heridas antes de continuar hasta la isla.
Lo primero que hace Nessa cuando entra es posar sus cosas en un rincón y acercarse a Lobo.
- Gracias por tu ayuda, Lobo. Supongo que desearás volver a tu plano.
Aunque la ranger cree que ha dicho esto en voz alta, lo único que ven los compañeros es que la joven se ha agachado hasta la altura de Lobo, y que los dos se miran unos instantes, en silenciosa comunicación.
Nessa se guarda el deseo de tocar a su compañero espiritual, temerosa de ofender al magnífico espíritu que ha decidido prestarle su ayuda así que simplemente espera a que desaparezca saltando hacia su pecho, como sucedió en la forja de Villa Güluvor con Ornym.
Finalmente se sienta en el suelo apoyando su espalda contra la pared del extraño habitáculo y suspira largamente:
- Me encantaría poder dormir cien años, pero habrá que conformarse con una horilla de descanso.
Dicho lo cual, termina de acomodarse e intenta relajarse un rato.
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Sorprendido por el conjuro Rolthos tiró de la cuerda. No estuvo muy seguro de si el avanzaba hacia la puerta o la puerta avanzaba hacia él. Miro sorprendido al resto que aún quedaba en el plano de aire y su movimiento relativo le aclaro que era él el que se movía. - ¿Estas segura de que aquí estaremos a salvo? – Preguntó mirando hacia todos los lados.
Al fin Rolthos se recostó dejando su arma a un lado y cerró los ojos, poco a poco el estrés del combate le fue dejando y sus compañeros pudieron oír unas plegarias rezadas por lo bajo.
- Si el lugar de entrada en este plano es usado habitualmente, quizás esté protegido o vigilado. Deberíamos intentar acercarnos a los islotes intentando no tomar la trayectoria más evidente. Sorprender a posibles enemigos, o evitarles por completo y dejarles encerrados en este plano puede ser vital. - Entonces asintió al peligro de permanecer expuesto más tiempo a los elementos - Habrá que ver qué pasa cuando nos alejemos un poco más.
Zevatur, Rolthos
Aunque parece que todo esta magullados y doloridos, Jen intenta animal al grupo ayudándose de las corrientes de aire que van y vienen por todas partes, y con unas finas telas que extrae de una de sus bolsas, se dedica a hacer dibujos y figuras en el aire. Las telas se mueven de una forma muy bella, impulsadas por el viento, como la cola de un cometa de estrellas.
**Antes de subir al refugio**
Nessa ya tiene las manos sobre la cuerda y está empezado a flexionar los brazos para ser la primera en subir cuando escucha las dudas de Rolthos. Decide entonces pararse e intentar despejarlas:
- ¿Sabes, Rolthos? No suelo hablar de esto porque me cuesta exteriorizarlo, pero al final yo también sirvo - a mi manera - a un ente superior a mí. No sé mucho de todo esto, solamente son mis sensaciones, así que no me gusta decir demasiado por temor a expresarme mal o equivocarme. Pero si algo sé con certeza es que todo lo que conjuro lo consigo por que sale de aquí - pone la mano derecha sobre su corazón - Tengo la sensación de que Ella también lo percibe así y por eso responde a mis peticiones. En ocasiones he sentido su contacto incluso cuando sólo le he presentado unas humildes flores en ofrenda. En fin, lo que quiero decir es que no os haría entrar a ese espacio si yo misma no lo sintiera seguro, y no creo que ese espacio pudiera ser de otra forma viniendo de Ella y partiendo de la base de que lo siento como un ... acto de amor hacia vosotros.
Enrojece un poco tras decir esto último, lo que la obliga a dejar de mirar al paladín y dirigir la vista hacia la apertura.
- Intentaré seguir haciéndolo así. Y seguir siendo digna a sus ojos ... y a los vuestros - añade, tras lo cual carraspea un poco y continúa - Bueno, subamos, ¿sí?
**En el refugio**
Tras descansar un poco, la ranger se siente más recuperada y escucha con atención los planes que ha empezado a trazar el paladín. Asiente lentamente mientras madura un plan de acción en su cabeza basado en lo que va escuchando.
Mientras está pensando, e inspirada por los juegos de viento y estrellas de Jen, saca el kit para disfrazarse que compró hace tiempo en Greyhawk y que aún no había estrenado. Toma una cajita minúscula con polvos de maquillaje negros y un pincel aplicador, se remanga la camisola y empieza a pintar unas finas líneas sobre sus antebrazos. Primero el izquierdo y luego - con algo más de dificultad - el derecho. Al cabo de unos pocos minutos, éstos presentan unos dibujos que recuerdan a remolinos de viento y su pulsera-foco emite un leve destello que casi casi le pasa desapercibido.
Usa Gift of Alacrity consigo misma
Nessa nota entonces una agradable sensación de ligereza y agilidad que le hace sonreir levemente para sí misma. Murmura un agradecimiento y entonces se vuelve a poner la armadura de cuero y los brazales, que se había quitado previamente para descansar más cómodamente.
- Todo lo que dices tiene sentido. Veamos, cuando salgamos de este refugio podremos recuperar la cuerda. ¿Qué tal si nos atamos para evitar que los vientos nos separen? Y creo que sería buena idea que yo fuese la primera para intentar encontrar el mejor camino en las tormentas que puedan surgir. Además ... bueno ... no sé si nos encontraremos con oscuridad en el camino, pero si es así tengo la sensación de que esto ya no será un gran impedimento para mí. Al menos no tanto como antes.
Se para un segundo antes de continuar.
- Si os parece bien, Oswald Gilmfeather Tercero podría venir conmigo para complementar mis conocimientos de supervivencia con su sabiduría - mira interrogativamente tanto a Rolthos como al Guardián cuando dice esto, ya que el sabio búho ha estado viajando principalmente con el paladín - Además, visto todo lo que nos ha pasado, creo que es importante protegerle a toda costa. Quizás si os ocultáis en mi capa os podréis beneficiar de mi habilidad para escondernos si fuera necesario. ¿Que os parece?
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-Espera.- Dice le barde, y recogiendo uno de sus pañuelos se lo entrega a Nessa. Es un pañuelo azul, gris y blanco, que cuando ondea on el aire da la impresión de lejos de ser nubes en movimiento. -Quiza podais ocultaros un poco mejor ambos asi. Por si os ven desde lejos.- Dicho lo cual, asiente al plan de atarse. -No queremos perdernos en mitad del plano del aire. Yo puedo ir cerca de alguien que sea propenso a sufrir daños, para poder ayudarle mas rápido
Bardic inspiration a Nessa, y Jen ira detras de alguno de los tanques.
- Qué buena idea, Jen - dice la ranger cogiendo el pañuelo y examinándolo, pensativa. - Déjame probar.
Se lo pone de forma que la frente, nariz y boca quedan tapadas, dejando únicamente los ojos y un poco de piel a la vista. Lo ajusta en la zona del cuello, y luego deja que el resto caiga por delante. Ese último trozo previsiblemente irá ondeando al viento, como ha dicho le barde.
Vuelve a mirar a Jen y pregunta:
- ¿Qué tal? Además me hace juego con los ojos - dice, sonriendo. Aunque tiene la boca tapada, su mirada lo indica claramente. - Oswald puede meterse dentro de mi capa de ocultación y esto puede ir encima durante el vuelo. Y me lo puedo quitar y guardar rápidamente si en algún momento necesito volver a tener solo la capa.
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Rolthos asintió a las palabras de Nessa acerca de sus creencias. – Estoy seguro de que Ella se siente más que honrada de que la cuentes con ella. Las ofrendas que has realizado son mucho más que una humilde ofrenda. – Sonrió sintiendo el espacio seguro gracias a su confesión.
Después de organizarse el paladín tan solo añadió una últimas palabras. - Mantengámonos con una mente abierta y flexible. No sabemos lo que nos podemos encontrar ahí afuera y lo mismo tenemos que reconsiderar todo nuestro plan.
Zevatur, Rolthos
Nessa asiente, se quita de nuevo el pañuelo y dedica unos minutos a aderezar alguna de las raciones del grupo con un preparado rápido a base de miel, un chorrito de vino élfico, una pizca de sal y algunas especias. Con más tiempo, fuego y más ingredientes le habría quedado algo aún más delicioso, pero aún así no está nada mal.
Por otro lado, le da pena abrir una botella entera sólo para usar un chorrito, pero al menos les quedan otras dos sin abrir y esta la puede usar como condimento durante los próximos días.
Cuando termina pone el resultado en un par de platos, de los que el grupo va picoteando mientras siguen hablando, momento que aprovecha Rolthos para pedirle a Julian que examine las últimas heridas del equipo.
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- Por cierto - añade Nessa, recordando algo de repente - ... pongámonos también la ropa de abrigo que cogimos en mi pueblo. Es momento de usarla.
Saca de su mochila un bulto y lo desenrolla, revelando el abrigo que cogió de su propio armario aquel horrible día. Se lo pone en silencio recordando muchas cosas... entre ellas, la mano que tenía Katherine para hacerle a sus tres hijos ropa con la que podían pasar el invierno relativamente a gusto, consiguiendo a la vez que les sentara como anillo al dedo. Nessa había llevado aquel abrigo - color gris oscuro y con un cuello de pelo marrón claro - varios inviernos seguidos y aún estaba en muy buen estado.
El de la izquierda, pero con un cuello tipo el de la derecha
El abrigo de Jen es de un corte similar, pero en un bonito gris plateado y con un cuello tipo estola de pelo gris oscuro con vetas más claras. Ese había pertenecido a Rose. Por suerte le barde y la hermana de la ranger compartían fisionomía, aunque Rose había sido más bajita y se notaba que el abrigo le quedaba al cambiante un poco corto. Aún así, se ajustaba bien y abrigaba bastante, dadas las circunstancias.
Julian y Cruços quedaron bien protegidos con la ropa de invierno de Daelin y Andrew respectivamente. En cambio, para Vraak y Rolthos habían tenido que acudir a la casa del herrero de Libernen. Por suerte, allí habían encontrando prendas que se les ajustaban bastante bien.
Cuando estuvieron todos listos, Nessa se les quedó mirando un instante a todos. Sonrió - no sin un deje de tristeza - para luego colocarse la capa y el pañuelo de Jen, abrir la puerta del refugio, lanzar la cuerda y bajar.
Una vez de nuevo en el aire se ataron, con Nessa y Oswald a la cabeza, seguidos de Rolthos, Vraak, Jen, Julian y, finalmente, Cruços. Sin mas dilación, comenzaron a avanzar en pos de la isla rocosa.
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En cuanto el grupo, liderado por Nessa y un escondido entre las pieles del abrigo Oswald, abandona el centro de la zona en la que llegaron, son golpeados por un fuerte viento. No suficiente como para dispersarlos como temían, pero lo suficiente para hacerles bajar la cabeza y hacer que tengan que avanzar con dificultad, pese a ir volando. El viento les zarandea regularmente y les hace subir o bajar varios metros, desplazándoles a un lado o a otro cuando una ráfaga particularmente fuerte les azota.
Se alegran de haberse puesto las ropas de abrigo, pues pese a ella no pasa mucho tiempo antes de que pequeños trozos de escarcha les cubren los guantes y las capuchas. Sienten el frío, pero es medianamente soportable. Relámpagos y truenos les rodean e iluminan el lugar de cuando en cuando.
Despacio y con esfuerzo van acercándose a una de esas islas que han visto desde el punto de su llegada a aquel extraño lugar. El pedazo de roca gris va agrandándose cada vez más y más frente a ellos. Su forma romboide se compone de afiladas agujas tan grandes como columnas. Nessa guía a todos hacia la derecha de la isla y sigue ascendiendo hacia la parte más ancha del romboide. Parece que se han ido acercando por la parte trasera de la misma pues según avanzan ven que la parte superior de la misma parecía una montaña, afilada y y elevada. Frente a ella hay una plataforma ligeramente semicircular, de piedra gris y plana, constantemente azotada por los vientos, pero tan grande que podría albergar una mansión en ella.
La ranger se detiene y poco a poco sus compañeros se aglomeran tras ella para ver como, frente a esta plataforma y tallada en la piedra del resto de la isla, ven la fachada de una gran casa o templo. Columnas de más de quince metros, un par de puertas de más o menos diez metros de alto, con una de las hojas entreabierta, dominan la misma.
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