Jen, asomade por encima del hombro de Vraak, escruta lo que puede la entrada del templo con los ojos medio llorosos debido al fuerte viento. -Quien querría construir un templo aquí? Es más, quien podría? Esto es insoportable. - Se arrebuja un poco mas en el cuello del abrigo. -Me pregunto si habrá alguna ceremonia celebrándose en estos momentos. No se tiene que escuchar nada si es que alguien da un sermón... Veis movimiento? Nos acercamos?-Pregunta hacia los compañeros que están por delante de elle.
Escuchando débilmente la voz de le barde un poco por detrás de ella, Nessa se gira para mirarle. Con una mano enguantada se baja un poco el pañuelo color cielo para responderle:
- No veo movimiento. Deberíamos avanzar, sí, no podemos pararnos aquí mucho tiempo. ¿Intentamos bajar directamente al lado de la fachada? La plataforma parece un sitio demasiado obvio- dice, recordando la sugerencia previa de Rolthos sobre no seguir el camino más directo (y, seguramente, vigilado).
-Espera, Nessa.- Dice Jen en ese momento, estirando una mano y apoyandose en el hombro de Vraak. Le barde se eleva un poco, con la mirada fija en el templo y sin decir palabra. Intercambia una fugaz mirada com la cazadora, asegurandose de que ambes han visto lo mismo. Jen contiene el aliento. Dos humanos en, básicamente, harapos, parecen estar limpiando a la entrada de la mansión. Jen reconoce que las ropas son de invierno pero están viejas y/o rotas y remendadas en muchos sitios.
-Que pasa??- Vraak tira del tobillo de le barde al ver que este sigue casi sin pestañear, mirando hacia el templo.
-No estamos solos- Responde le barde al ver a otra figura más, vestida algo mejor pero con retales de ropajes, o sea algo más funcional pero muy destrozado también, a otro humano que está escondido entre unas rocas a unos 200 pies de la entrada de la hacienda excavada en roca. Su actitud es, claramente, de estar acechando a la casa o los que hay en la casa. Este tiene un escudo de madera medio roto y una maza en la cinturaJen no aparta la vista, su expresión volviéndose cada vez mas incrédula.
-No puede ser.... Es imposible!- Si.... Si acabamos de matarlo!- Exclama/susurra le barde. -El clérigo de aire. Es él. Está ahí abajo. Pero... No. No, no puede ser, es como si fuera él, pero 20 años mayor, acechando la entrada del templo como un enemigo. No tiene sentido, no tiene sentido... -El susto es tal que, instintivamente se eleva unos metros, quedando fuera del alcance de Vraak, quien agarra instintivamente la cuerda como alguien que no quiere dejar escapar a un perro ansioso por correr. Le barde mira alrededor en un acto reflejo de huida, y cual es su suerte, que identifica otra isla a bastante más altura y como a cinco/diez km de distancia flotando en la lejanía. Le llama la atención porque ve un resplandor rojizo tililar brevemente en ella, de tal modo que resalta el contorno de la abrupta parte superior durante un segundo, como un relampago en una tormenta a lo lejos.
Al darse cuenta de que se ha elevado bastante, deja escapar un "uy!", y desciende junto al grupo de nuevo.
-Hay otra isla mas arriba. Está lejos, pero en esa direccion.-Comenta, señalando por donde ha visto el contorno.
- ¿¿El clérigo?? ¿Pero cómo puede ser eso?- replica Nessa, coronando su sorpresa con una maldición en infernal. Sin embargo, en vez de escudriñar de nuevo para intentar buscar al viejo se centra en la dirección hacia la que ha apuntado le barde cuando ha dicho que hay otra isla más elevada. - Esa otra isla está demasiado alejada, a una o dos horas, calculo. ¿Qué hacemos? ¡Tenemos que movernos o nos verán!
Rolthos cubierto en gruesas ropas sintió como se le helaba el bigote. Las condiciones del plano no le gustaban mucho y ser zarandeado de un lado a otro menos aun. Ante los comentarios de sus compañeros Rolthos asintió a las palabras de Nessa.
- Quizás estén atrapados en este plano, si levan harapos significa no han recibido suministros desde el exterior en hmm… ¿Unos 20 años? No creo que sean simplemente ermitaños. - miro hacia la isla considerando sus posibilidades. – Deberíamos averiguar cuanto podamos, espiar su interacción y evitar que nadie muera, cualquiera podría tener la información que necesitamos para salir de aquí.
Cuando Nessa se dispuso a bajar hacia la isla Rolthos la siguió en sigilo, haciendo uso de los consejos que una y otra vez Nessa le había dado para estas ocasiones.
La ranger asiente al paladín y cuando éste termina hablar de repente se da una palmada en la frente:
- Espera. ¿Veinte años? ¿¡Habéis dicho veinte años!? Pero si eso es cuando tuvo lugar la batalla del Templo, en la que participaron Ornym y el resto de los Nueve...
Nessa recuerda de golpe todo lo que les fue contando Ornym, pero sabe que no tienen mucho tiempo y que deben esconderse cuanto antes.
- ... ¡dioses! Bueno, lo primero es lo primero. Hagamos como dices, Rolthos, sí. Bajemos para escondernos.
El grupo descendió con cautela y se colocó en unas rocas algo elevadas que les permitían ver, tanto la entrada de aquel edificio que era realmente gigantesco, como al peculiar hombre que parecía estar acechando.
Su aterrizaje y escondite llegaron justo a tiempo, pues una de las grandes puertas dobles se abrió para revelar a un ser humanoide de más de seis metros de altura, de piel azulada y pelo casi del mismo color que se detuvo en el umbral y pareció evaluar el trabajo de los dos harapientos humanos. Los dos se quedaron cada uno a un lado de la puerta, en la actitud más sumisa que pudieron adoptar. El gigante, sin mediar palabra se agachó y cogió a uno de ellos por la cintura, el cual comenzó a llorar. El otro, al parecer algo mayor que el primero, con los ojos arrasados por las lágrimas se lanzó contra el gigante con sus puños, golpeando inútilmente la pantorrilla del mismo. El gigante ni siquiera miró. De una fuerte patada lanzó al hombre contra una de las columnas que formaban parte de la fachada de aquel edificio y pese a la distancia que les separaba pudieron escuchar el crujido de los huesos al romperse. El gigante miró al hombre inmóvil y, encogiéndose de hombros, lo cogió con su otra mano y se internó en el edificio.
El otro hombre, el que se parecía a Kelto, no perdió detalle de aquella escena y hasta les pareció que se reía en silencio cuando el gigante desapareció de la vista.
-Tenemos que bajar. No podemos quedarnos aquí, o nos verán!- exclama/susurra Jen a sus compañeros. Le barde parece zumbar de nervios. Es entonces cuando Nessa sugiere un brillante plan. -Me adelantaré primero. Parece muy centrado en lo suyo. Usemoslo en nuestro favor.- Y se srrebuja con su capa. Le barde lee las intenciones de su compañera. -Espera. Espera. Voy contigo.- Le barde va a adelantarse cuando una mano le agarra de la muñeca. Julian le mira con ansiedad en los ojos. Sabían lo que el clérigo podía hacer. Era muy peligroso.
Jen le da unas palmaditas en la mano. -Lo se.- Responde a la silenciosa súplica. -Si veis que nos pasa algo, actuad rápido. Estad preparados.- Con un pequeño apretón en la muñeca, el médico deja ir al changeling junto a Nessa. Flotando, ambos se acercan hacia donde está aquella envejecida version de Kelto. Jen, cuando ya están mas cerca, se pasa la mano por el rostro, y este de desvanece como si fuera un fantasma. Luego su torso. Liego sus brazos, y finalmente su tren inferior. Todo se mimetiza con el vasto azul que les rodea, volviendo a le barde invisible a los ojos indiscretos. Justo antes de que su mirada se desvanezca, hace un gesto de asentimiento hacia Nessa. Acción. Ahora debían moverse en tandem.
El cruce de miradas entre Jen y Nessa es breve, pero ambes entienden el objetivo rápidamente.
La ranger aprovecha el intercambio entre le barde y el doctor para soltar algo del equipo que lleva encima, lo que le permitirá actuar con mayor libertad cuando se acerque al clérigo. Primero se quita el pañuelo color cielo y lo guarda en la mochila, movimiento que aprovecha Oswald Glimfeather Tercero para volar al hombro de Rolthos. Nessa le pasa entonces al paladín su mochila, a Vraak el arco y a Cruços la espada corta.
Una vez listes, ambes amigues bajan hasta el suelo - ya a la misma altura del clérigo - y Nessa espera unos segundos a que Jen haga su transformación para comenzar a acercarse al objetivo. Se adelanta entonces unos pasos y comienza a caminar lentamente, mano izquierda apoyada en las rocas y la derecha en el suelo, lo que le permite un cierto equilibrio mientras avanza medio agazapada.
La distancia es corta. Aún así la joven no se apresura, consciente como es de que un movimiento en falso podría alertar al viejo clérigo, que ahora tiene por fortuna sus ojos ocupados en su propio objetivo. Avanza unos pasos, se para un instante, avanza un poco más ... y cuando por fin tiene al humano a distancia de sus manos, se lanza con decisión. Con la mano derecha le tapa la boca con firmeza, mientras que con la izquierda le agarra de la garganta y le lanza hacia atrás. El sorprendido clérigo no puede hacer más que perder el equilibrio y caer hacia el suelo, donde la propia ranger está esperándole para terminar de atraparle apretándole firmemente con los brazos y enroscando las piernas a su alrededor.
Con un pequeño forcejeo Nessa se aleja un poco de las rocas donde estaba el humano agazapado - llevándole consigo - y se coloca hacia donde sabe que está Jen esperando. A pesar del esfuerzo, su voz suena suave y tranquila cuando susurra al oído del clérigo:
- Te gusta mirar, ¿eh? Mira ahora con atención a mi amigue.
Con un apretón en su garganta y boca, la ranger fuerza al clérigo a tener línea de visión con Jen.
Todo ocurrió en un instante para Rolthos. Los acontecimientos se sucedieron con velocidad y casi antes de que reaccionase, antes de que pudiese entender lo que iba a pasar en cada instante y antes de que pudiera llegar a impedirlo, el gigante se había metido en la casa de nuevo con las dos víctimas en sendas manos. La rabia y la impotencia hicieron que un leve gruñido de frustración se escapase de entre sus dientes. Sus nudillos se volvieron blancos apretando el glaive.
Se empezó a incorporar, dispuesto a hacer algo. Lo que fuese. Pero Jen y Nessa ya habían reaccionado y su plan era dirigirse sigilosamente hacia el envejecido clérigo. Se retuvo y respiró aceptando la mochila que Nessa le ofrecía. Una parte importante de él deseaba que ese clérigo se resistiese, que plantase batalla y poder desahogar su rabia contra él. Cuando las dos compañeras llegaron hasta él Rolthos avanzó rápidamente hacia el grupo, dispuesto a dar ayuda. En una mano su glaive y en la otra la mochila de Nessa.
La visión que aparece ante aquel kelto es, cuanto menos, salida de un libro de terror.
Lo primero que se ve es el contorno de dos ojos, coloreados de rojo. De dos ojos...Literales. Dos globos oculares flotando en el aire de los que surgen venas, y un sistema nervioso azulado que se ramifica hacia abajo delineando un cuerpo que... Está mal.
Es bípedo, o al menos lo parece segun la silueta que se hace mas visible poco a poco ante Nessa y el clérigo. Pero surge apoyandose en sus extremidades como si de una araña o un animal salvaje se tratase. Una hilera de dientes que van de extremo a extremo del rostro fantasmal aparecido casi casi frente a Kelto se abre y cierra dejando oir un leve "clack, clack...Clack...". La mandíbula se teje con músculos, abriéndose y cerrándose en un movimiento mecánico y desencajado que recuerda al de una serpiente en pleno proceso de comerse a una presa mas grande que su propio cuerpo.
Jen deja escapar un jadeo. Este cambio de aspecto está costando más de lo que pensaba! Ralentizar el proceso de cambio, su estructura osea y la flexibilidad de sus articulaciones no era tarea fácil, ni siquiera ayudándose de la poca magia que sabía.
Aun asi, el jadeo se camufla en esa cacofonía de crujidos y roces que hacen los huesos al salirse de su sitio y que emana este nuevo aspecto.
"Agujetas. Eso voy a tener", piensa le barde para si.
El retorcido cuerpo termina de materializarse, dejando ir el hechizo de invisibilidad, y manteniéndose frente al (por ahora) prisionero de Nessa con movimientos espasmódicos y tensos, y sin que aquellas cuencas oculares teñidas completamente de rojo se desvíen del clérigo, o pestañeen una sola vez.
Nessa agradece que el clérigo no la esté viendo, porque se sorprende bastante - e incluso asusta un poco - ante la visión que les ofrece Jen. Había visto despliegues similares del changeling anteriormente pero nunca tan ... espeluznante ... como en aquella ocasión.
Aún así, permaneció fuertemente aferrada al cuerpo del viejo humano. No pensaba soltarlo hasta que sintiera que la situación fuera más segura y el resto del grupo se acercara hasta elles.
El anciano intenta forcejear contra la inesperada fuerza que le sujeta y le impide huir pero Nessa nota que es más por reflejo que un intento real de luchar. Hasta que el hombre ve la horripilante forma con la que se muestra Jen. Presa de un pánico irracional el hombre intenta zafarse de Nessa para huir, se revuelve, patalea, araña con sus manos los brazos y manos que le atenazan y le dejan indefenso ante ese horrendo ser. Grita desesperadamente y, aunque la mano de Nessa le tapa la boca la acción no está siendo tan silenciosa como habían planeado. Nessa mantiene firme su control sobre el hombre, pero duda que pudiera haberlo hecho de no haberle sorprendido antes y tener bien fija su presa. Tal era la fuerza que el pánico le otorgaba a sus flacos y viejos músculos.
Jen podía ver los ojos del hombre. Tenía la mirada vidriosa y algo pérdida del que ha perdido la razón pero la visión con la que le había regalado había sumido a aquella mente en un estado de locura y pánico totales.
Cruços empezó a revolverse inquieto. Los gritos, aunque amortiguados, podían llegar a llamar la atención del gigante… o de algo más que pudiera merodear por aquel plano maldito.
Al ver la reaccion del hombre, la horripilante criatura deja escapar un -ups- que no pega para nada con el aspecto que muestra. Inmediatamente lo cubre una especie de niebla azul, de la cual surge le barde, con su aspecto mas amigable, y con las manos en las mejillas y mordiendose el labio en un gesto de "me he pasado".
-Ay, ayayay. Creo que me he pasado un poco.- Dice Jen, mirando a Nessa. Esta menea la cabeza y entrecierra los ojos, entendiendolo como un "quizá" gestual. -Bueno no lo podiamos saber, es que se parece mucho!-
-Creo que le hemos confundido con otra persona. Por los dioses, no grite, que nosotros también hemos visto lo que hay en esa mansión. Y no queremos atraerlo. Verdad?.- Se da a si misme una palmadita en la mejilla.- Ve? Era solo una ilusión.
Nessa suspira ligeramente, aliviada por ver el aspecto habitual de Jen sustituyendo a aquella terrible visión. Empieza a notar los brazos cansados por el forcejeo y a preocuparse por el ruido que está haciendo el anciano, así que - aún manteniendo su presa - empieza a moverse en dirección al grupo, llevando al hombre consigo.
Ve complicado que el anciano se calme, pero aún así le dice unas cortas frases en voz baja con esperanza de que entienda que no está en peligro inmediato:
- Cálmese, maldita sea. No vamos a hacerle daño, sólo queremos información sobre este lugar.
"Como no se tranquilice vamos a tener que noquearle", piensa, preocupada.
Es cierto que se parece al enemigo con el que lucharon hace escasas horas, pero la ranger se siente a disgusto por cómo se ha dado la situación. Especialmente teniendo en cuenta que se trata de un anciano que parece llevar muchísimo tiempo atrapado. Tan atrapado como lo están ellos mismos a todos los efectos.
Rolthos vio el horripilante ente que Jen había adoptado. “Pero que tiene Jen dentro de la cabeza” pensó un deteniéndose un momento para mirar con incredulidad la escena de pesadilla. Los gritos del extraño hicieron que se pusiera de nuevo en marcha, raudo para intentar calmarle. Era comprensible que aquella figura hubiese entrado en pánico.
Corrió raudo al encuentro de Nessa y al encontrarse con ellos intento intervenir dirigiéndose al hombre con calma. - ¡Por Mayaheine! Cálmate o ese gigante nos oirá… Y tendremos problemas mucho mayores.
Mientras Nessa y Jen forcejeaban con aquel anciano, acercándose a ellos poco a poco, Cruços intentaba contener la risa. Vraak, en silencioso compañerismo había puesto una mano en el hombro de Julian, el cual seguía mirando algo pálido y con la boca abierta a Jen.
La visión del paladin no pareció ayudar mucho a que aquel hombre se calmara. Empezó a chillar y señalar a Jen. En su impedida charla parecía decir
Cuando llegaron a donde estaban los demás, resguardados del viento y la vista entre dos altas protuberancias de piedra y algo más alejados del hogar del gigante de lo que estaba el anciano, Oswald Glimfeather Tercero miraba reprobatoriamente a Jen.
Nessa pasa de estar preocupada a ponerse nerviosa cuando ve que ni la presencia habitualmente calmante de Rolthos ayuda a que el anciano se tranquilice.
Recordando aquella vez, en el templo hundido, en que Jen consiguió guiarla para salir de la oscuridad que la había atrapado en la habitación con las tumbas y la extraña vela negra, pensó en pedir ayuda a le barde.
Suponiendo que decir esto de palabra dirigiéndose directamente a Jen no le iba a sentar bien al humano, le movió para asegurarse de que su foco estaba en Rolthos y no en Jen. En esa nueva situación, acerco su rostro al de le barde para susurrarle:
- ¿Puedes ayudarle? Como lo hiciste conmigo en el templo hundido, en aquella habitación con las tumbas y la vela. Ya sabes... cuando me guiaste para salir de aquella oscuridad...
Tras eso vuelve a dirigirse al anciano, intentando por todos los medios sonar tranquilizadora:
- Cálmese, por favor. Hemos cometido un error, pero podemos enmendarlo...
Rolthos dejó la mochila al lado de Nessa y colocó sus manos sobre la cabeza del hombre, mirándole a los ojos con calma.
- Cálmate... - Y empezó a entonar un salmo que se aprendía en los primeros días de la ordenación de Mayaheine, palabras destinadas a dar valor, a reforzar el coraje de los novicios. - "Mi señora, se testigo de mi coraje para encarar a mis pesadillas. Observa mi determinación cuando me enfrento a la fuente de mis temores. Atesora en tu memoria el desenlace de esta lid. No seré derrotado antes de combatir. Valor, protección y justica guiarán mis pasos." - Sus palabras eran firmes y llenas de convicción y se repetían una y otra vez.. "Mi señora, se testigo de mi coraje para encarar a mis pesadillas. Observa mi determinación cuando me enfrento a la fuente de mis temores. Atesora en tu memoria el desenlace de esta lid. No seré derrotado antes de combatir. Valor, protección y justica guiarán mis pasos...Mi señora, se testigo de mi coraje para encarar a mis pesadillas. Observa mi determinación cuando me enfrento a la fuente de mis temores...."
Jen, que va siguiendo a Nessa con los brazos cruzados, se encoge y se queda un poco al margen de la accion cuando siente la mirada reprobatoria de Oswal Glimfrather Tercero grabarse en su nuca -Bueno, a ver. Teníais vosotros una idea mejor? Y si hubiera sido un enemigo? Que se nos ha olvidado como Vraak se desvaneció en la nada. O que rolthos cayó KO?-Le barde suspira, enfurruñade -Claro, ahora resulta que soy yo, que doy miedo. Si yo soy muy buene!- Se lleva la mano al pecho, indignade. -Julian apóyame en esto!- El médico abre su ojo bueno, sonrojándose ante la mención, y, un poco con miedo y confusion, solo acierta a dar un paso detras de Vraak.
-Bueno no me lo pruedo creer- Gruñe Jen, atusandose el flequillo y haciendo un mohin con los morros.
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Jen, asomade por encima del hombro de Vraak, escruta lo que puede la entrada del templo con los ojos medio llorosos debido al fuerte viento. -Quien querría construir un templo aquí? Es más, quien podría? Esto es insoportable. - Se arrebuja un poco mas en el cuello del abrigo. -Me pregunto si habrá alguna ceremonia celebrándose en estos momentos. No se tiene que escuchar nada si es que alguien da un sermón... Veis movimiento? Nos acercamos?-Pregunta hacia los compañeros que están por delante de elle.
Escuchando débilmente la voz de le barde un poco por detrás de ella, Nessa se gira para mirarle. Con una mano enguantada se baja un poco el pañuelo color cielo para responderle:
- No veo movimiento. Deberíamos avanzar, sí, no podemos pararnos aquí mucho tiempo. ¿Intentamos bajar directamente al lado de la fachada? La plataforma parece un sitio demasiado obvio - dice, recordando la sugerencia previa de Rolthos sobre no seguir el camino más directo (y, seguramente, vigilado).
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
-Espera, Nessa.- Dice Jen en ese momento, estirando una mano y apoyandose en el hombro de Vraak. Le barde se eleva un poco, con la mirada fija en el templo y sin decir palabra. Intercambia una fugaz mirada com la cazadora, asegurandose de que ambes han visto lo mismo. Jen contiene el aliento. Dos humanos en, básicamente, harapos, parecen estar limpiando a la entrada de la mansión. Jen reconoce que las ropas son de invierno pero están viejas y/o rotas y remendadas en muchos sitios.
-Que pasa??- Vraak tira del tobillo de le barde al ver que este sigue casi sin pestañear, mirando hacia el templo.
-No estamos solos- Responde le barde al ver a otra figura más, vestida algo mejor pero con retales de ropajes, o sea algo más funcional pero muy destrozado también, a otro humano que está escondido entre unas rocas a unos 200 pies de la entrada de la hacienda excavada en roca. Su actitud es, claramente, de estar acechando a la casa o los que hay en la casa. Este tiene un escudo de madera medio roto y una maza en la cinturaJen no aparta la vista, su expresión volviéndose cada vez mas incrédula.
-No puede ser.... Es imposible!- Si.... Si acabamos de matarlo!- Exclama/susurra le barde. -El clérigo de aire. Es él. Está ahí abajo. Pero... No. No, no puede ser, es como si fuera él, pero 20 años mayor, acechando la entrada del templo como un enemigo. No tiene sentido, no tiene sentido... -El susto es tal que, instintivamente se eleva unos metros, quedando fuera del alcance de Vraak, quien agarra instintivamente la cuerda como alguien que no quiere dejar escapar a un perro ansioso por correr. Le barde mira alrededor en un acto reflejo de huida, y cual es su suerte, que identifica otra isla a bastante más altura y como a cinco/diez km de distancia flotando en la lejanía. Le llama la atención porque ve un resplandor rojizo tililar brevemente en ella, de tal modo que resalta el contorno de la abrupta parte superior durante un segundo, como un relampago en una tormenta a lo lejos.
Al darse cuenta de que se ha elevado bastante, deja escapar un "uy!", y desciende junto al grupo de nuevo.
-Hay otra isla mas arriba. Está lejos, pero en esa direccion.-Comenta, señalando por donde ha visto el contorno.
- ¿¿El clérigo?? ¿Pero cómo puede ser eso? - replica Nessa, coronando su sorpresa con una maldición en infernal. Sin embargo, en vez de escudriñar de nuevo para intentar buscar al viejo se centra en la dirección hacia la que ha apuntado le barde cuando ha dicho que hay otra isla más elevada. - Esa otra isla está demasiado alejada, a una o dos horas, calculo. ¿Qué hacemos? ¡Tenemos que movernos o nos verán!
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
Rolthos cubierto en gruesas ropas sintió como se le helaba el bigote. Las condiciones del plano no le gustaban mucho y ser zarandeado de un lado a otro menos aun. Ante los comentarios de sus compañeros Rolthos asintió a las palabras de Nessa.
- Quizás estén atrapados en este plano, si levan harapos significa no han recibido suministros desde el exterior en hmm… ¿Unos 20 años? No creo que sean simplemente ermitaños. - miro hacia la isla considerando sus posibilidades. – Deberíamos averiguar cuanto podamos, espiar su interacción y evitar que nadie muera, cualquiera podría tener la información que necesitamos para salir de aquí.
Cuando Nessa se dispuso a bajar hacia la isla Rolthos la siguió en sigilo, haciendo uso de los consejos que una y otra vez Nessa le había dado para estas ocasiones.
Zevatur, Rolthos
** Antes de bajar hacia la isla**
La ranger asiente al paladín y cuando éste termina hablar de repente se da una palmada en la frente:
- Espera. ¿Veinte años? ¿¡Habéis dicho veinte años!? Pero si eso es cuando tuvo lugar la batalla del Templo, en la que participaron Ornym y el resto de los Nueve...
Nessa recuerda de golpe todo lo que les fue contando Ornym, pero sabe que no tienen mucho tiempo y que deben esconderse cuanto antes.
- ... ¡dioses! Bueno, lo primero es lo primero. Hagamos como dices, Rolthos, sí. Bajemos para escondernos.
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
El grupo descendió con cautela y se colocó en unas rocas algo elevadas que les permitían ver, tanto la entrada de aquel edificio que era realmente gigantesco, como al peculiar hombre que parecía estar acechando.
Su aterrizaje y escondite llegaron justo a tiempo, pues una de las grandes puertas dobles se abrió para revelar a un ser humanoide de más de seis metros de altura, de piel azulada y pelo casi del mismo color que se detuvo en el umbral y pareció evaluar el trabajo de los dos harapientos humanos. Los dos se quedaron cada uno a un lado de la puerta, en la actitud más sumisa que pudieron adoptar. El gigante, sin mediar palabra se agachó y cogió a uno de ellos por la cintura, el cual comenzó a llorar. El otro, al parecer algo mayor que el primero, con los ojos arrasados por las lágrimas se lanzó contra el gigante con sus puños, golpeando inútilmente la pantorrilla del mismo. El gigante ni siquiera miró. De una fuerte patada lanzó al hombre contra una de las columnas que formaban parte de la fachada de aquel edificio y pese a la distancia que les separaba pudieron escuchar el crujido de los huesos al romperse. El gigante miró al hombre inmóvil y, encogiéndose de hombros, lo cogió con su otra mano y se internó en el edificio.
El otro hombre, el que se parecía a Kelto, no perdió detalle de aquella escena y hasta les pareció que se reía en silencio cuando el gigante desapareció de la vista.
PbP Character: A few ;)
-Tenemos que bajar. No podemos quedarnos aquí, o nos verán!- exclama/susurra Jen a sus compañeros. Le barde parece zumbar de nervios. Es entonces cuando Nessa sugiere un brillante plan. -Me adelantaré primero. Parece muy centrado en lo suyo. Usemoslo en nuestro favor.- Y se srrebuja con su capa. Le barde lee las intenciones de su compañera. -Espera. Espera. Voy contigo.- Le barde va a adelantarse cuando una mano le agarra de la muñeca. Julian le mira con ansiedad en los ojos. Sabían lo que el clérigo podía hacer. Era muy peligroso.
Jen le da unas palmaditas en la mano. -Lo se.- Responde a la silenciosa súplica. -Si veis que nos pasa algo, actuad rápido. Estad preparados.- Con un pequeño apretón en la muñeca, el médico deja ir al changeling junto a Nessa. Flotando, ambos se acercan hacia donde está aquella envejecida version de Kelto. Jen, cuando ya están mas cerca, se pasa la mano por el rostro, y este de desvanece como si fuera un fantasma. Luego su torso. Liego sus brazos, y finalmente su tren inferior. Todo se mimetiza con el vasto azul que les rodea, volviendo a le barde invisible a los ojos indiscretos. Justo antes de que su mirada se desvanezca, hace un gesto de asentimiento hacia Nessa. Acción. Ahora debían moverse en tandem.
El cruce de miradas entre Jen y Nessa es breve, pero ambes entienden el objetivo rápidamente.
La ranger aprovecha el intercambio entre le barde y el doctor para soltar algo del equipo que lleva encima, lo que le permitirá actuar con mayor libertad cuando se acerque al clérigo. Primero se quita el pañuelo color cielo y lo guarda en la mochila, movimiento que aprovecha Oswald Glimfeather Tercero para volar al hombro de Rolthos. Nessa le pasa entonces al paladín su mochila, a Vraak el arco y a Cruços la espada corta.
Una vez listes, ambes amigues bajan hasta el suelo - ya a la misma altura del clérigo - y Nessa espera unos segundos a que Jen haga su transformación para comenzar a acercarse al objetivo. Se adelanta entonces unos pasos y comienza a caminar lentamente, mano izquierda apoyada en las rocas y la derecha en el suelo, lo que le permite un cierto equilibrio mientras avanza medio agazapada.
La distancia es corta. Aún así la joven no se apresura, consciente como es de que un movimiento en falso podría alertar al viejo clérigo, que ahora tiene por fortuna sus ojos ocupados en su propio objetivo. Avanza unos pasos, se para un instante, avanza un poco más ... y cuando por fin tiene al humano a distancia de sus manos, se lanza con decisión. Con la mano derecha le tapa la boca con firmeza, mientras que con la izquierda le agarra de la garganta y le lanza hacia atrás. El sorprendido clérigo no puede hacer más que perder el equilibrio y caer hacia el suelo, donde la propia ranger está esperándole para terminar de atraparle apretándole firmemente con los brazos y enroscando las piernas a su alrededor.
Con un pequeño forcejeo Nessa se aleja un poco de las rocas donde estaba el humano agazapado - llevándole consigo - y se coloca hacia donde sabe que está Jen esperando. A pesar del esfuerzo, su voz suena suave y tranquila cuando susurra al oído del clérigo:
- Te gusta mirar, ¿eh? Mira ahora con atención a mi amigue.
Con un apretón en su garganta y boca, la ranger fuerza al clérigo a tener línea de visión con Jen.
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Todo ocurrió en un instante para Rolthos. Los acontecimientos se sucedieron con velocidad y casi antes de que reaccionase, antes de que pudiese entender lo que iba a pasar en cada instante y antes de que pudiera llegar a impedirlo, el gigante se había metido en la casa de nuevo con las dos víctimas en sendas manos. La rabia y la impotencia hicieron que un leve gruñido de frustración se escapase de entre sus dientes. Sus nudillos se volvieron blancos apretando el glaive.
Se empezó a incorporar, dispuesto a hacer algo. Lo que fuese. Pero Jen y Nessa ya habían reaccionado y su plan era dirigirse sigilosamente hacia el envejecido clérigo. Se retuvo y respiró aceptando la mochila que Nessa le ofrecía. Una parte importante de él deseaba que ese clérigo se resistiese, que plantase batalla y poder desahogar su rabia contra él. Cuando las dos compañeras llegaron hasta él Rolthos avanzó rápidamente hacia el grupo, dispuesto a dar ayuda. En una mano su glaive y en la otra la mochila de Nessa.
Zevatur, Rolthos
La visión que aparece ante aquel kelto es, cuanto menos, salida de un libro de terror.
Lo primero que se ve es el contorno de dos ojos, coloreados de rojo. De dos ojos...Literales. Dos globos oculares flotando en el aire de los que surgen venas, y un sistema nervioso azulado que se ramifica hacia abajo delineando un cuerpo que... Está mal.
Es bípedo, o al menos lo parece segun la silueta que se hace mas visible poco a poco ante Nessa y el clérigo. Pero surge apoyandose en sus extremidades como si de una araña o un animal salvaje se tratase. Una hilera de dientes que van de extremo a extremo del rostro fantasmal aparecido casi casi frente a Kelto se abre y cierra dejando oir un leve "clack, clack...Clack...". La mandíbula se teje con músculos, abriéndose y cerrándose en un movimiento mecánico y desencajado que recuerda al de una serpiente en pleno proceso de comerse a una presa mas grande que su propio cuerpo.
Jen deja escapar un jadeo. Este cambio de aspecto está costando más de lo que pensaba! Ralentizar el proceso de cambio, su estructura osea y la flexibilidad de sus articulaciones no era tarea fácil, ni siquiera ayudándose de la poca magia que sabía.
Aun asi, el jadeo se camufla en esa cacofonía de crujidos y roces que hacen los huesos al salirse de su sitio y que emana este nuevo aspecto.
"Agujetas. Eso voy a tener", piensa le barde para si.
El retorcido cuerpo termina de materializarse, dejando ir el hechizo de invisibilidad, y manteniéndose frente al (por ahora) prisionero de Nessa con movimientos espasmódicos y tensos, y sin que aquellas cuencas oculares teñidas completamente de rojo se desvíen del clérigo, o pestañeen una sola vez.
Nessa agradece que el clérigo no la esté viendo, porque se sorprende bastante - e incluso asusta un poco - ante la visión que les ofrece Jen. Había visto despliegues similares del changeling anteriormente pero nunca tan ... espeluznante ... como en aquella ocasión.
Aún así, permaneció fuertemente aferrada al cuerpo del viejo humano. No pensaba soltarlo hasta que sintiera que la situación fuera más segura y el resto del grupo se acercara hasta elles.
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
El anciano intenta forcejear contra la inesperada fuerza que le sujeta y le impide huir pero Nessa nota que es más por reflejo que un intento real de luchar.
Hasta que el hombre ve la horripilante forma con la que se muestra Jen.
Presa de un pánico irracional el hombre intenta zafarse de Nessa para huir, se revuelve, patalea, araña con sus manos los brazos y manos que le atenazan y le dejan indefenso ante ese horrendo ser. Grita desesperadamente y, aunque la mano de Nessa le tapa la boca la acción no está siendo tan silenciosa como habían planeado.
Nessa mantiene firme su control sobre el hombre, pero duda que pudiera haberlo hecho de no haberle sorprendido antes y tener bien fija su presa. Tal era la fuerza que el pánico le otorgaba a sus flacos y viejos músculos.
Jen podía ver los ojos del hombre. Tenía la mirada vidriosa y algo pérdida del que ha perdido la razón pero la visión con la que le había regalado había sumido a aquella mente en un estado de locura y pánico totales.
Cruços empezó a revolverse inquieto. Los gritos, aunque amortiguados, podían llegar a llamar la atención del gigante… o de algo más que pudiera merodear por aquel plano maldito.
PbP Character: A few ;)
Al ver la reaccion del hombre, la horripilante criatura deja escapar un -ups- que no pega para nada con el aspecto que muestra. Inmediatamente lo cubre una especie de niebla azul, de la cual surge le barde, con su aspecto mas amigable, y con las manos en las mejillas y mordiendose el labio en un gesto de "me he pasado".
-Ay, ayayay. Creo que me he pasado un poco.- Dice Jen, mirando a Nessa. Esta menea la cabeza y entrecierra los ojos, entendiendolo como un "quizá" gestual. -Bueno no lo podiamos saber, es que se parece mucho!-
-Creo que le hemos confundido con otra persona. Por los dioses, no grite, que nosotros también hemos visto lo que hay en esa mansión. Y no queremos atraerlo. Verdad?.- Se da a si misme una palmadita en la mejilla.- Ve? Era solo una ilusión.
Nessa suspira ligeramente, aliviada por ver el aspecto habitual de Jen sustituyendo a aquella terrible visión. Empieza a notar los brazos cansados por el forcejeo y a preocuparse por el ruido que está haciendo el anciano, así que - aún manteniendo su presa - empieza a moverse en dirección al grupo, llevando al hombre consigo.
Ve complicado que el anciano se calme, pero aún así le dice unas cortas frases en voz baja con esperanza de que entienda que no está en peligro inmediato:
- Cálmese, maldita sea. No vamos a hacerle daño, sólo queremos información sobre este lugar.
"Como no se tranquilice vamos a tener que noquearle", piensa, preocupada.
Es cierto que se parece al enemigo con el que lucharon hace escasas horas, pero la ranger se siente a disgusto por cómo se ha dado la situación. Especialmente teniendo en cuenta que se trata de un anciano que parece llevar muchísimo tiempo atrapado. Tan atrapado como lo están ellos mismos a todos los efectos.
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
Rolthos vio el horripilante ente que Jen había adoptado. “Pero que tiene Jen dentro de la cabeza” pensó un deteniéndose un momento para mirar con incredulidad la escena de pesadilla. Los gritos del extraño hicieron que se pusiera de nuevo en marcha, raudo para intentar calmarle. Era comprensible que aquella figura hubiese entrado en pánico.
Corrió raudo al encuentro de Nessa y al encontrarse con ellos intento intervenir dirigiéndose al hombre con calma. - ¡Por Mayaheine! Cálmate o ese gigante nos oirá… Y tendremos problemas mucho mayores.
Zevatur, Rolthos
Mientras Nessa y Jen forcejeaban con aquel anciano, acercándose a ellos poco a poco, Cruços intentaba contener la risa. Vraak, en silencioso compañerismo había puesto una mano en el hombro de Julian, el cual seguía mirando algo pálido y con la boca abierta a Jen.
La visión del paladin no pareció ayudar mucho a que aquel hombre se calmara. Empezó a chillar y señalar a Jen. En su impedida charla parecía decir
- HMMPPPF PUTHMMMONIO!! AAAMMMPHFF SUELMMMEEE!!! -
Cuando llegaron a donde estaban los demás, resguardados del viento y la vista entre dos altas protuberancias de piedra y algo más alejados del hogar del gigante de lo que estaba el anciano, Oswald Glimfeather Tercero miraba reprobatoriamente a Jen.
PbP Character: A few ;)
Nessa pasa de estar preocupada a ponerse nerviosa cuando ve que ni la presencia habitualmente calmante de Rolthos ayuda a que el anciano se tranquilice.
Recordando aquella vez, en el templo hundido, en que Jen consiguió guiarla para salir de la oscuridad que la había atrapado en la habitación con las tumbas y la extraña vela negra, pensó en pedir ayuda a le barde.
Suponiendo que decir esto de palabra dirigiéndose directamente a Jen no le iba a sentar bien al humano, le movió para asegurarse de que su foco estaba en Rolthos y no en Jen. En esa nueva situación, acerco su rostro al de le barde para susurrarle:
- ¿Puedes ayudarle? Como lo hiciste conmigo en el templo hundido, en aquella habitación con las tumbas y la vela. Ya sabes... cuando me guiaste para salir de aquella oscuridad...
Tras eso vuelve a dirigirse al anciano, intentando por todos los medios sonar tranquilizadora:
- Cálmese, por favor. Hemos cometido un error, pero podemos enmendarlo...
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
Rolthos dejó la mochila al lado de Nessa y colocó sus manos sobre la cabeza del hombre, mirándole a los ojos con calma.
- Cálmate... - Y empezó a entonar un salmo que se aprendía en los primeros días de la ordenación de Mayaheine, palabras destinadas a dar valor, a reforzar el coraje de los novicios. - "Mi señora, se testigo de mi coraje para encarar a mis pesadillas. Observa mi determinación cuando me enfrento a la fuente de mis temores. Atesora en tu memoria el desenlace de esta lid. No seré derrotado antes de combatir. Valor, protección y justica guiarán mis pasos." - Sus palabras eran firmes y llenas de convicción y se repetían una y otra vez.. "Mi señora, se testigo de mi coraje para encarar a mis pesadillas. Observa mi determinación cuando me enfrento a la fuente de mis temores. Atesora en tu memoria el desenlace de esta lid. No seré derrotado antes de combatir. Valor, protección y justica guiarán mis pasos... Mi señora, se testigo de mi coraje para encarar a mis pesadillas. Observa mi determinación cuando me enfrento a la fuente de mis temores...."
Zevatur, Rolthos
Jen, que va siguiendo a Nessa con los brazos cruzados, se encoge y se queda un poco al margen de la accion cuando siente la mirada reprobatoria de Oswal Glimfrather Tercero grabarse en su nuca -Bueno, a ver. Teníais vosotros una idea mejor? Y si hubiera sido un enemigo? Que se nos ha olvidado como Vraak se desvaneció en la nada. O que rolthos cayó KO?-Le barde suspira, enfurruñade -Claro, ahora resulta que soy yo, que doy miedo. Si yo soy muy buene!- Se lleva la mano al pecho, indignade. -Julian apóyame en esto!- El médico abre su ojo bueno, sonrojándose ante la mención, y, un poco con miedo y confusion, solo acierta a dar un paso detras de Vraak.
-Bueno no me lo pruedo creer- Gruñe Jen, atusandose el flequillo y haciendo un mohin con los morros.