Rolthos asiente ante las primeras palabras de jenn. El espacio abierto, la niebla que ocultaba la criatura hacían de esta situación algo extremadamente peligroso. Y los susurros... "Shhhh" siseo Rolthos exigiendo silencio en la peligrosa situacion

Tanto Jen como Nessa miran con el ceño fruncido a Rolthos. ¡Si tan solo estaban susurrando! 

Jen está a punto de replicar al paladín que ella está muy atenta a sus alrededores cuando se percata que durante su conversación con Nessa han ido avanzando hasta perder de vista la entrada al extraño y decrépito jardín a sus espaldas. La oquedad que daba entrada al mismo se ha perdido entre la neblina. 
A su alrededor no solo hay varios arbustos y árboles decrépitos si no que unos pesados arbustos de espinos crecen a su alrededor, sus pías largas, negras y de aspecto amenazador. Sin embargo si quieren seguir avanzando tendrán que atravesarlas. 
Entre las plantas y árboles el preocupado cazador de sangre  ve restos de las ruinas. Restos de muros bajos, trozos de estatuas rotas entre las espinosas raíces de los arbustos. Quizá en otro tiempo esto fuera un hermoso jardín. 
Seth señala a Nessa algo en la lejanía. Más al sur, donde Nessa siente a la muerte viviente, parece que hay un árbol enorme. Sus ominosas ramas negras se elevan hacia el techo de la caverna, extendiéndose para crear un dosel de hojas negras. Desde esa distancia no puede ver más detalles pero no hay duda de que el árbol es enorme. 
Rolthos siente que esa sensación que él y Será llevan sintiendo desde que bajaron a este nivel se intensifica hacia el sur. Casi puede sentir que el mal tira se ellos hacia ese árbol, como si fuera un faro que les llama. 
Todos están en silencio de repente. La extraña quietud del jardín no augura nada bueno. 
En ese momento Jen grita cuando una de los arbustos cobra vida a su lado y uno de los humanoides con forma de planta salta sobre el barde. 
Lo mismo les pasa a casi todos, que se ven sorprendidos por esas criaturas. Sera ve como, de un gran árbol que hay en un lateral,aparece un humano guerrero. Su piel, sin embargo, parece hecha de corteza palida. Aún así lleva una elegante armadura negra. Porta una espada y un escudo y carga directamente hacia ellos tras salir de su escondite. Sin embargo a cada paso que da su tamaño va creciendo. 

Pese a la sorpresa inicial, ninguna de las criaturas arbóreas consigue impactar a ninguno de ellos. 

Surgiendo de detrás de un muro bajo, un humano vestido con cuero marrón y con una barba poblada, recita unas palabras y los hongos luminosos que hay sobre ellos escupen un montón de esporas moradas que cubren por entero al grupo. Las motas caen inocuas a su alrededor, pero parecen quedarse pegadas a las armaduras de metal de los dos paladines. 

Cruços puede ver otra figura en el otro lateral, no, son cuatro. Cuatro mujeres esbeltas con un bastón en la mano y vestidas de negro, y con la misma piel de aspecto correoso y pálido que el guerrero que carga hacia ellos de manera inexorable, parecen lanzar un conjuro hacia ellos, aunque ninguno siente ningún efecto. 

Nessa también ve al extraño cuarteto de mujeres, pero tiene preocupaciones más acuciantes cuando el humano lanza un tajo ascendente con su enorme espada hacia ella. Apenas puede evitar el enorme filo de la espada, pero recibe un profundo corte. En ese momento siente como la muerto viviente que estaba al sur comienza a acercarse a toda velocidad. 

Jen, sin embargo, no puede esquivar tan bien el tajo que casi la corta la espalda entera. El guerrero parece muy diestro y el barde estaba ocupade esquivando al ser arbóreo. La sangre de Jen mancha el suelo. 

Nessa sabe que tienen que reponerse rápido y actuar con celeridad si quieren salir de esta con vida.

-

La ranger grita de dolor cuando la espada del extraño humano de negro la alcanza, provocándole un profundo corte en el pecho. Aún asi, no pierde el tiempo y desenfunda su espada corta. Por el rabillo del ojo ve que una de las figuras arbóreas se le ha acercado mucho, y decide atacar a esa criatura primero.

Bonus action: Slayer's prey en PR3.

Action:

 Moverment:

Con esfuerzo, alza la voz para avisar a sus compañeros:

- ¡Tened cuidado!  ¡El ojo de la llama y el miedo viene de camino!

Las hechiceras lanzan un conjuro hacia el pícaro, pero este parece demasiado ocupado en desenvainar sus armas y ni siquiera presta atención a las magas. Notablemente sorprendidas, parecen comenzar a preparar otro hechizo. 

Jen utilizó su bastón para golpear en la cabeza al ser vegeta, pero la criatura sólo volvió a girar su cabeza hacia ella. 

Rolthos se acercó a una de las criaturas y con efectivos cortes y ataques de su glaive dejó al ser prácticamente podado. 

El hombre con ropajes marrones se adelanta y mira a Rolthos, haciendo un gesto, Rolthos siente que todo el aire se seca a su alrededor. Su piel se cuartea y sus labios se cortan. Siente una gran sed pero su conexión con su diosa le protege de lo peor del temible poder de su enemigo. 

Con su otra mano, señala a Cruços y los hongos a su alrededor liberan las esporas. El licántropo se transforma de nuevo en su forma híbrida, la sangre que sale de la punta de sus dedos donde nacen sus garras hace que salten chispas entre sus dedos. Sin embargo la nube de esporas le hace toser y le quema los pulmones. 

En un principio Jen piensa en liarse a virotazos con los seres que les rodean, pero a tan poca distancia teme que si algo sale mal el propio arma se vuelva contra ellos. Asi que apretando los dientes desenvaina su bastón y con una sacudida lo monta. Trata de centrarse en su respiración e ignorar el profundo corte de su espalda.
Pero el ser arboreo es escurridizo y aunque le golpea una vez, a la segunda lo esquiva con destreza.

-Mierda!- Maldice por lo bajo. Sus pies quieren correr pero su mente le obliga a mantenerse donde está, no dando espacio ni ventaja a los enemigos para que le ataquen al intentar huir.

Flashback a los dos turnos anteriores de Nessa:

La desesperación ante los ataques que están recibiendo tanto ella como Jen por parte del enorme gigante hace mella en la ranger, que fracasa en su intento de acabar con la criatura arbórea que tiene pegada a ella.

 Sus compañeros, sin embargo, tienen más suerte y van acabando con algunas de las criaturas más débiles. Esto parece inspirarla y sus siguientes ataques, por fin, resultan ser efectivos.

 Con satisfacción, Nessa ve como por fin el ser cae, liberándose así de uno de los dos enemigos que tiene pegados a ella. Acto seguido piensa en enfrentarse al enorme guerrero, pero de repente siente cómo un hechizo cae sobre ella y oye la voz de le barde que dice "¡vamos, aléjate ahora!".

Sin pensárselo dos veces, corre hasta alejarse de la acción, lo que le permite sacar su arco y prepararse para disparar. 

Nessa sabe que es buena con la espada, pero con el arco ... con el arco es letal.

El combate se desarrollaba con rapidez, quizá con demasiada rapidez. 

Conociendo ya a las humanoides criaturas arbóreas, es más fácil para el grupo esquivar y parar sus golpes. En apenas unos golpes y colaborando entre ellos, los cuatro humanoides caen, dejando solo al enorme guerrero, las magas idénticas, y el hombre envuelto en cuero marrón. Rolthos consigue llegar hasta el hombre, que al verle acercarse desenvaina una cimitarra y le señala. El pero de la armadura de Rolthos comienza a calentarse, hasta el punto de ponerse al rojo vivo. El olor a carne quemada les llega a todos. El paladín consigue impactarle pero las esporas que están a su alrededor no le dejan conectar sus golpes como el quisiera. 

Nessa siente que se les acaba el tiempo cuando ve aparecer a la muerto viviente. Esta vez corre hacia Será, la cual esquiva un rayo de fuego dirigido hacia ella y para sus afiladas garras. Cruços ve llegar a ese ser de pesadilla pero esta vez se sobrepone a sus recuerdos y está concentrado en la lucha. 

Gracias a los ánimos de Jen, y a que Seth y Será acaban con otro de los seres arbóreos, Jen y Nessa consiguen algo de distancia con sus atacantes. Sin embargo, el druida lanza un poderoso hechizo y una repentina ventisca de hielo y nieve envuelve a todos menos a Cruços y Rolthos. 
Seth consigue esquivarlo, haciendo una pirueta, y aunque aprovecha el momento para intentar acuchillar al hombre, sus pieles impiden que su arma impacte. 
Nessa invoca su magia que la protege de lo peor del ataque pero al disiparse la nieve ve a Jen tirade en el sueño cerca de ella. Sus rasgos se disuelven y su pelo se vuelve blanco, su piel pálida y su rostro marcado por manchas negras alrededor de los ojos y la comisura de los labios. No le extraña que los gnoll pensaran que era un fantasma, pero a Nessa le preocupa observar que Jen no se mueve, una gran herida en su ceja izquierda sangrando profusamente. 
Para evitar que lancen más hechizos Nessa intenta silenciarles, pero las magas reaccionan y utilizan su magia para anular la de Nessa. El hechizo muere en sus dedos. 
Sera, pese a tener a la peligrosa muerte-viviente sobre ella, se enzarza en combate con el enorme guerrero de piel pálida y correosa. Ambos intercambian tajos y golpes. 
Cruços avanza hasta las hechiceras, sabe que deben acabar con los lanzadores de conjuros si quieren tener alguna oportunidad. Cuando llega hasta ellas intentar cortar su carne, pero su garra atraviesa el aire al atacar a una de ellas. El licántropo sonríe, así que no son cuatrillizas, solo es un truco. Utilizando su agudo olfato no tiene problema en localizar a la verdadera maga y siente el placer de sus garras desgarrando su piel. Es curioso, es como si se afilara las garras contra la corteza de un árbol. 
La maga grita de dolor, sus duplicados doblándose con el mismo gesto ante el ataque de Cruços. Eso hace que pierda la concentración y el guerrero recupera su tamaño normal.

-¡ Sharwyn! -  grita el guerrero, e intenta acudir en su ayuda, pero Rolthos utiliza su arma de asta para impedirlo, haciéndole un corte en la pierna. Frustrado, el guerrero ataca tanto a la cercana Sera como al propio Rolthos, pero los paladines son demasiado diestros. ¿ O es otra cosa? Rolthos se da cuenta de que el guerrero ha intentado atacar a sus armas en lugar de a ellos. 

La hechicera mira confiada a Cruços.  - Vamos querido... estoy segura que esto no es necesario verdad? Al fin y al cabo somos viejos amigos- le dice con una seductora sonrisa.

Pero el avezado cazador no va a caer en ese truco tan viejo. Su voluntad es férrea, alimentada por la rabia que le pide más sangre. El gesto de preocupación y miedo de la maga se refleja en sus duplicados. 

************ Pre-combate ************

Tras la huída del Ojo de la Muerte y la Llama y explorar la estancia para quedarse con el olor que guiará al cazador hasta su presa, el grupo decide descansar. Curços hubiera querido emprender la marcha al instante, pero las profusas heridas de la compañera paladín apenas les hubieran permitido avanzar.

En cuanto recuperó el aliento, combinando las habilidades rastreadoras de Nessa y sus agudos sentidos, siguieron el rastro sin duda de donde encontrarían a la no muerta.

Al entrar en el antiguo jardín, ahora conjunto de helechos, el cazador prevé la cercanía de la criatura y como siempre, se sitúa en retaguardia, presto a leer la estrategia que requerirá el lugar. Es todo concentración hasta que la conversación entre Nessa y Jen le distrae: "-Dime Nessa, sabes si podemos comunicarnos con el exterior? Se que hay gente que puede hacerlo."

"Maldita seas, espía cambiante, ¿qué pretendes? ¿Te separaste de tus compañeros y ahora quieres contactar con ellos? No creas que te va a ser tan sencillo"

Tan absorbente es la sensación de traición que le recorre, que pierde contacto con todo lo que les rodea dejándose sorprender.

************ Combate ************

En cuanto consigue reaccionar, rodea al grupo protegiéndose en las ruinas de lo que antaño pudo ser un banco de piedra, mientras se transforma e invoca el poder de la sangre que rodea sus brazos del poder del rayo. En cuanto su transformación es completa, salta para acabar con uno de los minitrents que bloqueaba el movimiento de Jen y Rolthos.

Dejándose llevar por la rabia está a punto de lanzarse contra el guerrero gigante, pero ve la imagen distorsionada de cuatro magas que potencia a sus atacantes protegida stras las paredes de la cueva. La mente humana de Cruços consigue ganar esta batalla y cambia su objetivo.

 Ierra su ataque pero entonces comprende y huele como su enemigo no son cuatro, solo son ilusiones. Se enzarza con toda su fuerza, liberando toda la rabia en esta criatura.

 Uno de los ataques disipa una de las sombras pero los dos siguientes prueban esa carne que parece madera. Sus fauces se tuercen en una mueca que podría parecer una sonrisa, "Te tengo".

Es entonces cuando el ahora empequeñecido guerrero llama a la maga por su nombre. "¡Sharwyn! ¡¡¡Son los hermanos del poblado!!! Entonces, el mal del que hablaban los paladines, ese que moraba en el ambiente por doquier... Ese árbol sombrío es el que les controla... ¿Pero quién cuida del árbol?"

El fragor del combate le saca de estos pensamientos, estas pobres almas caídas no parece que vayan a atender a razones ahora mismo.

En medio de la batalla les caen sablazos y heridas por todas partes. La espalda le empieza a doler, empieza a perder el sentido

"Huye" dice una voz en su cabeza. El pánico se apodera de su ser y sin hacer caso a otra parte de su mente, que quiere quedarse y luchar junto a sus compañeros, sus pies empiezan a retirarse del combate corriendo. 

No ve el ataque que le cae encima en aquel momento.

Jen cae al suelo, sobrepasade por la fuerza de los enemigos, su consciencia desvaneciendose, y com el sabor de la sangre en la boca, su máscara también cae ante todos, y en el lugar del colorido y flamboyante personaje de pelo de color fuego queda una figura lánguida y pálida. De no ser porque se le oye respirar debilmente, se diría que está muerto.

Su complexión sigue siendo delgada y extraña, y parece más frágil de lo que se veía antes. Es como si toda su forma corporal estuviera pasada por un filtro de belleza. La criatura que yace en el suelo cubierta de sangre es de costillas marcadas, y cadera estrecha, de piernas flacas, y brazos huesudos. Angulosa, casi esquelética. Y su piel es blanca como la porcelana. Su pelo se desparrama por el suelo, largo y ondulado. Descuidado. Es de color azul pastel.
Su cara se vuelve borrosa, y alrededor de los ojos y por el cuello le surgen manchas negras, como su hubiera bebido carbón o llorado maquillaje.

Un cambiaformas.
Un descendiente del Dios Viajero.
Un changeling.

Rolthos continua su ataque contra el druida, intentando romper su terrible hechizo sobre él, pero entre las esporas y el fuego no lo consigue. 

Cruços sale corriendo hacia el druida, sabe que si ese conjurador no cae, están todos perdidos. La masa de músculo, pelo, dientes y garras se abalanza sobre el druida, que no puede hacer nada por impedir que la furia del licántropo sobrepase sus defensas. 

Rolthos siente como su armadura comienza a enfriarse de inmediato.

El gritar los nombres de los dos hermanos no parece tener efecto alguno en ninguno de ellos.  

Sera continúa su enconada lucha con el guerrero, que ahora tiene un tamaño mucho más normal y con el que Sera puede luchar con más facilidad. Sin embargo no ve venir el verdadero peligro. La muerto viviente se abalanza sobre ella, y aunque Sera consigue detener el ataque de sus temibles garras apenas tiene tiempo de levantar su escudo para protegerse de la llamarada que sale del ojo de rubí de la criatura. 

Seth, aprovechando la confusión que le ha facilitado Cruços, apuñala los pulmones del druida. Este grita de dolor y se gira, pero el hábil pícaro aprovecha para asestar un tajo con su espada corta. Belkar da un paso hacia atrás, intentado parar la hemorragia provocada por las armas de Seth. 

Con su rápido movimiento de pies, Seth se aleja una vez más de las peligrosas esporas y de la cimitarra del druida. 

El guerrero lanza un corte de arriba abajo hacia la cabeza de Rolthos, este, de manera instintiva interpone el asta de su glaive para parar el golpe, pero la afilada hoja del guerrero corta limpiamente el mango por la mitad, como si fuera de mantequilla. Lo único que consuela a Rolthos es que, de haber sido su cabeza, la tendría cortada por la mitad. 

El guerrero intenta lo mismo contra el martillo de guerra de Sera, pero esta consigue volver a evitar el ataque contra su arma. 

Nessa se da cuenta de que su situación es muy complicada. 

"¿¿Sharwyn?? Oh dios mío, estos son los nietos de Kerowyn?"

Llevaban ya un tiempo dando a Talgen y Sharwyn por muertos, pero la perspectiva era peor: ¿tendrían que matarles y luego llevar la noticia de su muerte a su abuela? Maldita sea, el destino les estaba gastando unas bromas ciertamente pesadas.

"Pero no es momento de pensar esto ahora", me digo, centrándome de nuevo en el combate. Incrédula, veo como Rolthos pasa al lado de Jen sin curarla. "¿Es porque ha visto su verdadero aspecto? Maldita sea..."

- ¡¡Curad a Jen, maldita sea!! ¡¡Vamos a perderle!!!

Sin perder más tiempo, ni tampoco parar a concentrarme, y aún furiosa y asustada por el desarrollo de los acontecimientos apunto al druida y disparo, pero mi flecha no se acerca ni por asomo a su objetivo.

 "Ves, Jen? Aún tengo mucho que aprender. Él no habría fallado".

En ese momento veo por el rabillo del ojo cómo el guerrero parte el arma de Rolthos en dos. Si se queda desarmado puede darse por muerto...

Dejo de apuntar al druida por un instante, y acercándome un poco al paladín le doy mi espada:

 - Rolthos!!! Toma!! Y por favor ... ¡cura a Jen cuando puedas!

Sin esperar su respuesta vuelvo a apuntar al druida. Esta vez empleo unos segundos en concentrarme, en tranquilizar mi corazón desbocado, en afianzar mis brazos que quieren dejarse llevar por la tensión y ponerse a temblar.

"1....2...3....4....5... respira Nessa ...."

En ese momento suelto...

 ...y la flecha da de lleno entre los ojos del druida, justo cuando estaba a punto de lanzar otro mortífero conjuro.

Respiro con alivio. Esto puede cambiar las tornas del combate.

La flecha de Nessa se clava en el cerebro de Belkar el Exiliado. El druida corrupto no tiene tiempo de finalizar el conjuro que estaba preparando. Los compañeros ven como la extraña bruma verde de aspecto enfermizo y peligroso que comenzaba a arremolinarse alrededor del druida se disipa inocua al morir su conjurador. 
Las esporas que le rodeaban caen sobre el druida, metiendose por su boca y su nariz. 

Nessa siente repentinamente uno, dos, tres impactos en su cuerpo que la queman y la hacen trastabillar. La maga ha lanzado algún hechizo contra ella. La ve retroceder hacia el árbol grande del fondo del jardín. 

- ¡¡Sharwyn, Talgen!! ¡¡¡Kerowyn Ucrelle aún os espera en casa!!!

Aunque los hermanos poseídos no reaccionan, el cazador intuye que algo de su ser debe aún mantenerse intacto debajo de la corteza oscura o de lo contrario Talgen nunca habría llamado a su hermana por su nombre. A pesar de encontrarse en clara ventaja contra la maga, le da la espalda y se abalanza contra el druida. El paladín Rolthos a duras penas estaba soportando los envites combinados del jóven guerrero poseído y la magia oscura del sirviente impío del árbol.

Cuando la forma lupina se acerca el druida, este se ve abrumado por los ataques combinados de todo el grupo; las espadas de Seth, los cortes del glaive de Rolthos y las garras elementales del cazador le dejan indefenso hasta que llega el golpe final de la mano de las certeras flechas de Nessa.

Mientras, la nefasta criatura no-muerta, el Ojo de la muerte y la llama, ofuscada en su ira por intentar acabar con Sera y apunto de conseguirlo, no se esperaba verse sorprendida por los ataques de todos ellos. Dos golpes certeros del agotado martillo de guerra de Sera y Rolthos, tras verse desarmado por el guerrero poseído y asiendo el arma del recién abatido enemigo, conecta dos espadazos que hacen que el Ojo gire sobre sí mismo... Quedando justo enfrente de la figura erguida de Cruços en su forma de bestia.

Se había deslizado sigilosamente, sin emitir ni un solo gruñido hasta esa posición estratégica, como si pudiese prever de antemano cómo iban a conectar los golpes sus avezados compañeros. Afianza las garras de sus pies en el suelo , gira el torso, tenso para coger impulso y lanza el fibroso brazo atravesando y arrancando de cuajo el esternón de aquella corrupción andante.

Todos alrededor se ven salpicados por la explosión de los ojos de rubí y la gema de la frente que estallan como si quisiese ser la última exhalación de no-vida.

Silencioso y sereno, Cruços se encara con Talgen, dispuesto a acabar con esta refriega. Y cómo no, sonríe.

El castigo contra Talgen es duro, pero el guerrero aguanta, pese a las diferentes heridas sufridas por los ataques de Sera, Rolthos y Seth. 

Esta vez mueve con eficacia su espada y Sera cae al suelo, su pulmón perforado por la espada del guerrero. Rolthos y él intercambian golpes. 

Su hermana corre hasta ponerse a su lado e intenta atacar al paladin con su daga, parece que sus recursos mágicos se han agotado. 

Nessa utiliza parte de su magia para cerrar algunas de las heridas que le han inflingido y siente que su visión se centra un poco. Mira a su alrededor y ve que, aunque han acabado con casi todos sus enemigos, ellos no están en buena forma tampoco. 

La lucha es enconada, pero con su hermana guardando sus espaldas y ambos girando para protegerse, el guerrero consigue detener todos los ataques que le lanzan los compañeros. 
El enorme hombre lobo se abalanza sobre el pero, utilizando su escudo y gritando por el esfuerzo consigue repeler el abrazo de Cruços. Mientras están enzarzados, Cruços intenta golpear la espada de Talgren pero este, con una sonrisa, gira un poco su filo. La afilada hoja corta las garras del hombre lobo que ruge de dolor. 
Viendo que el paladín está débil, el guerrero concentra sus ataques en Rolthos, y está a punto de atravesar sus defensas, pero en el último segundo el cazador de sangre usa la energía de su magia, y evita que el paladín caiga como ha hecho Sera. 
Todos escuchan los intentos de la aasimar por respirar pero parece que se está ahogando en su propia sangre. 
Con un  gesto salvaje, Sharwin se abalanza sobre Rolthos y le clava su daga en el cuello. 
Su movimiento hace que Cruços aproveche la oportunidad y clave sus garras en su costado, pero no es lo suficiente como para evitar que su amigo sea apuñalado.
El valiente paladín cae al suelo intentando detener la hemorragia pero su sangre, y su vida, se escapa entre sus dedos. 

El frenesí de los dos hermanos luchando codo con codo pone entre las cuerdas tanto a Seth como a Cruços. 

Nessa intenta acabar con la maga, pero su flecha se pierde en el jardín.Se da cuenta de que no puede fallar de nuevo. Están agotados y heridos y Será y Rolthos se mueren ante sus ojos. 
La arquera coge otra flecha, tensa su arco, respira hondo y suelta la cuerda del arco. 
La flecha vuela certera y se clava en el ojo derecho de la maga. Hay un sonido seco, como si la flecha se hubiera clavado en un tronco. La maga cae, inerte. 

-¡SHARWYYYN!! - el guerrero expresa su dolor ante la muerte de su hermana, circunstancia que aprovecha Seth para clavar sus armas en su espalda. 
Sorprendentemente el guerrero lanza su escudo al pícaro y lo aleja de él. Cogiendo su espada se vuelve hacia Nessa, su mirada llena de odio, su corazón de venganza. 
Cruços temía esto, y que el guerrero se estuviera acercando poco a poco a Nessa para acabar con ella, y se interpone en su camino. Talgren lanza dos estocadas, gritando de furia y abre dos profundas heridas en el pelaje del hombre-lobo. 
La Bestia se despierta y Cruços pierde el control. Ataca con sus dos garras, pero una de ellas ha sido amputada antes, y no hiere al guerrero. Este salta hacia Cruços, su espada levantada con las dos manos sobre su cabeza para clavarla en el pecho del licántropo, pero Cruços también ha saltado hacia él y los dos caen rodando por el suelo, envueltos en un abrazo mortal. 
El hombre-lobo clava sus colmillos en el cuello del guerrero. Sabe a madera, pero apretando con todas sus fuerzas saborea algo de sangre espesa y viscosa. 
Seth y Nessa escuchan un sonido seco estremecedor y ven como el Cruços se levanta, respirando profundamente tras partir el cuello del hombre con sus fauces. 
Levanta la cabeza y deja escapar un largo aullido de victoria. 
Se queda de espaldas a sus amigos, respirando pesadamente.

- ¿Cruços?- pregunta despacio Seth.

El hombre-lobo se gira rápidamente, gruñendo.

Nessa contiene la respiración, la última vez fue necesario un hechizo de Jen para detener a Cruços. Ni siquiera el fuerte Lo Kag pudo detenerlo. 

- Estoy... bien...  - dice con dificultad Cruços cogiendo su mano herida y lamiendo su propia sangre. 

Un pesado silencio cae sobre el jardín subterráneo. 
Nessa se da cuenta de que tienen poco tiempo para ayudar a Será y Rolthos. Solo espera que no sea demasiado tarde. 

Las piernas casi no sujetan a la ranger cuando el combate termina y la tensión desaparece de golpe. Cada paso hacia sus compañeros caídos pesa más y más, y da la impresión de que no les va a alcanzar nunca. 

Pero tras lo que parece una eternidad, llega hasta donde están los paladines, y tras caer de rodillas pesadamente, pone una mano sobre el corazón de Sera. Ahí donde debería haber un corazón latiendo poderosasamente solo siente y débil y lejano latido.

Nessa murmura unas palabras mecánicamente, de memoria. Está tan cansada que las palabras apenas tienen sentido para ella, como si de un galimatías se tratase. Pero el conjuro tiene efecto, y una suave luz emana de su mano y de nuevo ahí está ... el corazón de Sera vuelve a latir con fuerza y la ranger ve como la aasimar abre los ojos.

Sin perder tiempo, se vuelve hacia Rolthos, y tocando con la punta de los dedos la muñeca del paladín, repite los mismos pasos. Y de nuevo, una luz le regala el renacer de un latido rítmico.

Rolthos abre los ojos y ahora, completamente relajada, Nessa se apoya la espalda en el suelto, clavando los ojos en el techo, ahí donde le gustaría que hubiese unas estrellas. Pero solo hay oscuridad.

Aún así, sonríe. "Hemos salido de esta..."

Al cabo de unos minutos de descanso, y cuando Rolthos parece más descansado, me acerco a el y le digo:

- Rolthos, por favor, ¿puedes ayudar a Jen?

Las terribles heridas de los dos paladines se cierran y recuperan una respiración normal, más acompasada y profunda. 

Ninguno de los dos tiene buen aspecto pero al menos estan fuera de peligro. 

El cazador respira hondo y se concede un segundo de respiro antes de mirar alrededor. Bien conoce como el final de una batalla aparentemente victoriosa es el mejor escenario para acabar con guerreros confiados y exhaustos... Pero todo parece tranquilo.

Observa como Nessa usa su magia con sobre Rolthos y Sera. En cuanto el primero se recupere, atenderá a la cambiante que por fin ha revelado su identidad. Cruza la mirada con todos ellos y asiente la cabeza. Choca el puño con Seth, que está prácticamente a su lado.

- Buen trabajo. ¡BUEN TRABAJO! - exclama.

La mano izquierda, la mano del arco con la herida supurante y ahora con las garras astilladas duele como un si estuviera lavándola en rescoldos de hoguera. Las costillas le duelen al respirar, los impactos de los misiles tal vez hayan partido alguna. Varios cortes a lo largo de su cuerpo manan sangre y deberán ser atendidos. Pero ha merecido la pena.

Cruços se arrodilla junto a sus pertenencias, rebuscando en su atillo por un par de antorchas, yesca y pedernal.

- En cuanto os veáis en condiciones, rebuscad en los cadáveres. Que todo este esfuerzo y heridas sirvan para acabar con este mal y para pertrecharnos para el siguiente que se cruce en nuestro camino. - se gira mirando al árbol maldito -  Yo voy a acabar con esto.

El cazador camina hacia el sur, hacia la ominosa planta, encendiendo las antorchas. Camina despacio y dolorido, atento a los arbustos colindantes, esperando que no haya más sorpresas. - "¿Qué clase de magia puede transformar una inocente planta en una fuente de mal semejante?" - mientras el equipo se dedica a registrar los cadáveres, Cruços investiga el árbol, intentando entender la fuente de su corrupción. Espera a que hayan finalizado para prender fuego con la antorcha, desde las raices hasta las ramas y salir de este impío jardín.